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Sobre la definición de revolución

El sentido actual que la mayoría de legos y científicos sociales otorgan a la revolución no


aparecerá antes de fines de Siglo XVIII. Previo a ello, … implicaba retorno a un punto
preestablecido, a un orden predestinado, era sinónimo de restauración. (Ansaldi y Funes,
1996:2). Así, Alonso señala que aunque Thomas Hobbes utilizó tal concepto para referirse a
lo sucedido en Inglaterra en 1640, el mismo no poseía una connotación de mutación, tan sólo
expresaba transitoriedad. Apegado aún a la concepción proveniente de la mecánica celeste,
será asociado por Hobbes a un movimiento circular que se abría con el conflicto entre la
Corona y el Parlamento para cerrarse en un retorno al gobierno absoluto que preanunciaba la
restauración. (Alonso, 1998:3).

Charles Tilly

“… la revolución es una transferencia por la fuerza del poder del Estado, proceso en el cual al
menos dos bloques diferentes tienen aspiraciones, incompatibles entre sí, a controlar el
Estado, y en el que una fracción importante de la población sometida a la jurisdicción de
Estado apoya las aspiraciones de cada uno de los bloques.” (Tilly, 1995:6).

Tres elementos fundamentales:

- dos o más bloques de poder con un apoyo importante.

- aspiraciones incompatibles respecto al Estado.

- transferencia de poder.

Se trata de una “secuencia revolucionaria completa” compuesta por una “situación


revolucionaria” y un “resultado revolucionario”.

Observación:

Nada dice esta definición respecto a que sea necesario que se produzcan cambios importantes
en las estructuras sociales. Tampoco se torna parte de la definición la existencia de un
contenido programático emancipatorio por parte de quienes desafían a los detentadores del
poder.

Los golpes de Estado, las guerras de sucesión, las guerras civiles e incluso conquistas militares
deberían ser consideradas revoluciones.

Lo que es distintivo del concepto moderno de revolución es el considerar que la meta de una
revolución es la emancipación social de todas las personas, es decir, la transformación de la
propia estructura social.

Theda Skocpol: revoluciones sociales (son acontecimientos excepcionales).

“las revoluciones sociales son transformaciones rápidas y fundamentales de la situación de una


sociedad y de sus estructuras de clase; van acompañadas, y en parte son llevadas por las
revueltas, basadas en las clases, iniciadas desde abajo. Las revoluciones sociales se encuentran
aparte en las otras clases de conflictos y procesos transformativos, ante todo, por la
combinación de dos coincidencias. La coincidencia del cambio estructural de la sociedad con
un levantamiento de clases, y la coincidencia de la transformación política con la social.”
(Skocpol, 2001:2).

Observación:

Atiende a los cambios en el nivel estatal y los que se dan en las estructuras sociales; de esta
manera quedan excluidas todas aquellas transferencias de poder que no los impliquen.

Crítica: John Walton.

El blanco de sus ataques será fundamentalmente el exclusivismo conceptual de esta autora


que sólo considerará revoluciones sociales a aquellas que hayan salido triunfantes.

Al respecto la distinción realizada por Tilly de “situación revolucionaria” y “resultado


revolucionario” es una herramienta teórica y heurística que permite sortear la discusión …,
sin desconocer la importancia y trascendencia histórica de multitud de movimientos y
procesos revolucionarios que no tuvieron éxito.

Recapitulando:

-Todo proceso histórico para ser calificado de revolución deberá suponer la transferencia del
poder del Estado mediante un enfrentamiento violento de un bloque de poder a otro, lo que
necesariamente acarreará cambios en las formas institucionales y jurídicas del mismo.

-Cambios en las estructuras sociales y las relaciones sociales fundamentales en que éstas se
sustentan.

- Si atendemos a la distinción realizada por Tilly entre una “situación revolucionaria” y un


“resultado revolucionario”,… Sólo estaríamos ante un proceso plenamente revolucionario si
los desafíos al poder del Estado involucran los fenómenos «insurreccional” y “conspirativo”,
como elementos constitutivos del contenido social y emancipatorio. El primero remite a la
presencia de movimientos de insurgencia colectivos … en tanto el segundo alude la
presencia de “la pequeña camarilla de conspiradores” (Moscoso, 1997: 24) que aportarán
recursos organizativos y discursivos – esto no significa asignar un carácter irracional al
elemento insurgente y una racionalidad política exclusiva a los “revolucionarios profesionales”
( en palabras de Lenin).

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