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Introducción.

La revolución es el cambio o transformación radical (o profundo) respecto al


pasado inmediato. Puede producirse en varios campos simultáneamente
(económico, político, cultural, social, etc.) y sobre todo traen consecuencias
trascendentales, rompiendo el orden establecido.

Las revoluciones nacen como consecuencia de procesos históricos y de


construcciones colectivas.

Las revoluciones pueden ocurrir a distintos niveles: pueden transformar el sistema


político de un país o influir en distintos contextos en el ámbito artístico, cultural,
social, económico o industrial.
7. LA REVOLUCION

7.1. Concepto, evolución y características.

La revolución es un cambio social organizado, masivo, intenso, repentino y


generalmente no exento de conflictos violentos para la alteración de un sistema
político, gubernamental o económico.

Según la ciencia de la revolución, existen tres tipos de revolución según sus


características, protagonistas y causas:

 Revolución política. Se caracteriza por un cambio de gobierno o


transformación radical del sistema o las instituciones políticas.
 Revolución económica. Se alteran los medios de producción y las
estructuras materiales de una sociedad: cómo se mueve el dinero o cómo
se produce y distribuye la riqueza.
 Revolución social. Es una revuelta en la que se alteran los lazos sociales o
las relaciones e interacciones sociales. Algunos autores han caracterizado
así la Revolución rusa de 1917.

Revolución es usado como sinónimo de 'inquietud', 'revuelo' o 'alboroto' y por otro


lado es usado como ‘cambio’, ‘renovación’ o ‘vanguardia’ y por ello su significado
depende del lado en que se está de la historia de la revolución.

La diferencia entre revolución y rebelión, dentro del ámbito de las ciencias sociales
y ciencias políticas, radica en que la revolución implica necesariamente un cambio
concreto y generalmente radical y profundo, en cambio la rebelión no es
organizada y se caracteriza por la revuelta como característica esencial humana.

Según los antiguos griegos hasta la edad media, como Platón y Aristóteles, la
revolución fue considerada como una consecuencia evitable de la decadencia e
incerteza del sistema de valores, los fundamentos morales y religiosos de un
estado.
Sólo al entrar en la época del Renacimiento que empieza el pensamiento
revolucionario moderno. El inglés John Milton (1608 - 1674) fue uno de los
primeros en considerar la revolución como:

 una habilidad de la sociedad para realizar su potencial


 un derecho de la sociedad para defenderse de los tiranos abusivos

Milton asumía la revolución como la manera de la sociedad para alcanzar la


libertad asociándose al concepto de la ‘utopía’.

En mecánica, por otro lado, una revolución es un giro o una vuelta completa de
una pieza sobre su eje.

Así, el término “revolución” se refiere a cambios profundos que tienen lugar en un


lapso de tiempo relativamente breve en cualquier esfera de la actividad humana.

Una revolución no es un golpe de estado protagonizado exclusivamente por el


ejército, sino un proceso que cuenta con una amplia participación social que, en
algunas ocasiones, desemboca en hechos de violencia.

Las revoluciones son una forma particular de movimiento social, mediante las
cuales algunos sectores subalternos intentan destruir los aspectos centrales del
orden vigente, al que consideran injusto, y construir uno nuevo.

En términos generales, las revoluciones poseen determinadas características que


las distinguen de otras acciones colectiva, como las revueltas o las rebeliones.
Para que una acción colectiva sea considerada revolución.

Características de la acción de los revolucionarios.

En toda revolución coinciden la incapacidad de los grupos dominantes de


continuar ejerciendo el poder y la presencia de ciertas características en los
grupos que emprenden este tipo de acción colectiva, como, por ejemplo:

 Alguna conciencia de cuáles son sus intereses, necesidades y objetivos, y


cuáles las causas por las que éstos se ven postergados.
 Capacidad de transformar los objetivos individuales en objetivos colectivos
y organizar los planteos.
 Disposición para integrar en las acciones revolucionarias a la mayor
cantidad de sectores interesados en que se produzcan cambios, mediante
el establecimiento de alianzas.
 Claridad en la planificación de las acciones, es decir, respecto de qué
hacer, cuándo y dónde.
 Disponibilidad de recursos suficientes para iniciar la lucha: medios de
comunicación, dinero, armas, etc.
 Capacidad para aprovechar las oportunidades en las cuales las acciones
tienen mayor posibilidad de resultar exitosas.

Crisis del sistema de dominación: Las revoluciones se producen cuando los


sectores dominantes tienen dificultades para continuar ejerciendo su poder.

Esta situación puede ser el resultado de luchas en el interior de la sociedad y/o de


una derrota en conflictos armados con Estados extranjeros.

Estas dificultades se combinan con la negativa de los dominados de continuar


siéndolo.

Amplia participación de la población: El descontento o el rechazo al orden


vigente se manifiesta en la participación de un sector amplio de la población, que
apoya o se involucra directamente en el movimiento social que provoca la
destrucción de dicho orden.

Violencia: En toda revolución se ejerce algún tipo de violencia, tanto de parte de


los grupos que actúan contra el orden, como de los que lo defienden.

Sustitución de las autoridades: Las acciones culminan con la destitución de las


autoridades del viejo orden, y su reemplazo por otras, provenientes de los grupos
revolucionarios.
Capacidad para ejercer el poder: Una vez que son reemplazadas las
autoridades cuestionadas, los revolucionarios poseen los recursos para imponerse
definitivamente sobre fuerzas que se les oponen.

Construcción de un nuevo orden: Los revolucionarios triunfantes emprenden la


transformación de los aspectos centrales de la sociedad y, mediante profundos
cambios económicos, políticos y sociales, inician la construcción de un nuevo
orden social.

7.2. El derecho a la revolución.

El derecho a la revolución, como primer derecho insurgente, es el motor también


jurídico de la historia. Un derecho que tradicionalmente ha nacido manchado y
marcado con acusaciones de ilegal y criminal, desde la legalidad opresora.

Es un derecho que levanta a minorías y en ocasiones también a mayorías


populares.

El derecho a la revolución es mucho más que resistir la opresión nada más. El


derecho insurgente, como derecho revolucionario, no se queda a la defensiva, en
resistencia a la tiranía. Es derecho de ofensiva. Tiene proyecto político y jurídico:
la vida de los pueblos y la naturaleza en sociedad comunista o socialista.

El derecho a la revolución es, la mayor parte de las ocasiones, derecho


marginado, en la práctica y en la reflexión teórica; derecho periférico y de
subsistencia, subalterno, ninguneado y despreciado.

El derecho a la revolución se levanta contra el fetichismo jurídico del derecho


burgués; contra la fijación ideológica en la mediación legicéntrica, en el texto de la
norma. El derecho a la revolución irrumpe históricamente una y otra vez contra el
fetichismo jurídico.

El derecho a la revolución entra en la dialéctica entre necesidades y satisfactores


históricos, eso es parte de la política pública. Pero entra en esa dialéctica con la
claridad de que los satisfactores son para asegurar la vida de los pueblos y la
naturaleza y su desarrollo en plenitud. El derecho a la revolución se levanta contra
el sistema del capital que sacrifica vidas enteras produciendo pseudo satisfactores
a los que luego obliga a engullir en el altar del mercado mediante el
adocenamiento mediático.

7.3. Revoluciones burguesas

Una revolución burguesa es aquella que tiene como protagonista a la burguesía o


grupos de individuos que pueden identificarse como la clase acomodada de una
sociedad.

En otras palabras, los burgueses son aquellas personas que suelen poseer
propiedades y cierto capital acumulado. Esto, a diferencia de la clase obrera o los
estratos más bajos.

Las revoluciones burguesas se llevaron a cabo desde finales del siglo XVIII,
siendo el ejemplo más representativo la Revolución francesa de 1789 (se dieron
posteriormente otras revoluciones en Francia a inicios de siglo XIX). Lo mismo
sucedió en otros países europeos y en América con la independencia de las
colonias.

Se considera que las revoluciones burguesas finalizaron con la Revolución de


1917, en Rusia, donde ganó protagonismo la clase obrera.

Características:

 Persiguen un cambio en las instituciones, de manera que se abandone el


Antiguo Régimen.
 Fueron impulsadas por crisis económicas y políticas, en las que la sociedad
sufría abismales diferencias entre el pueblo y la nobleza, pudiendo terminar
en un cambio real del sistema político.
 Algunas proponen el sufragio, pero limitado. Por ejemplo, solo el voto
masculino y no universal, excluyendo a la mujer.
 Se propone la división de los poderes del Estado, en contraposición al
absolutismo que postula la concentración del poder en el rey.
 Suelen proponer dos formas posibles de gobierno: Una república
(eliminando la figura del rey) o una monarquía constitucional parlamentaria,
donde existe un parlamento con las atribuciones de gobernar, perdiendo el
monarca su poder absoluto.
 Se apoyaron en las ideas de la ilustración, corriente intelectual que se
basaba principalmente en la razón.

Conclusión.
Las tensiones, los conflictos, las luchas, las transformaciones, son características
comunes y reiteradas de las sociedades.
Los investigadores en ciencias sociales utilizan el concepto crisis para referirse a
los procesos en los cuales se profundizan las tensiones o conflictos del orden
social vigente.
En los momentos de crisis, los grupos dominantes suelen llevar adelante reformas
con el objetivo de mantener o conservar el orden social.
Por su parte, desde los grupos o sectores sociales perjudicados, pueden
intentarse acciones tendientes a modificar la situación. Algunas veces tendrán
éxito los primeros; otras, serán los segundos quienes lograrán su objetivo.
Cuando los cambios impulsados por los grupos subalternos logran imponerse y se
transforman los aspectos sustanciales del orden social, la crisis se resuelve de
modo revolucionario.
El derecho a la revolución puede ser definido como la acción personal y colectiva
subversiva del estado de insatisfacción del sistema de necesidades y
capacidades, positivadas o no como derechos, y la consiguiente satisfacción y
florecimiento de las mismas para la vida de los pueblos y la naturaleza.

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