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Los Siete Locos

Roberto Arlt

El contexto de su escritura fue la modernización que sufre la ciudad de Buenos Aires


vehiculizada hasta ese momento por dos grandes grupos literarios que coinciden en la
necesidad de superar el modernismo, corriente literaria imperante en ese momento. Por un
lado, está el grupo Boedo, que nuclea a muchos escritores e intelectuales afines al
anarquismo y al socialismo y que buscan retratar en sus obras las condiciones materiales
de los sectores populares y la desigualdad social. Por otra parte, está el grupo Florida, que
explora el vanguardismo, participa en corrientes como el surrealismo y está interesado
sobre todo el reformular las formas literarias.
La novela fue publicada en 1929, es una lúcida crítica social.Narra una conspiración, pero
también la humillación, la venganza, la soledad y el sinsentido de la vida.

Resumen

La novela se estructura en dos historias que posteriormente se entrelazan. La principal es la


de Erdosain, el protagonista, quien anda en busca de quien le preste algo de dinero para
saldar una deuda que, en caso de no conseguirlo, podría mandarlo a prisión.
Es en esa búsqueda en la que se van apareciendo los diferentes figurantes para conformar
una historia en la que los diálogos entre personajes y los monólogos introspectivos del
protagonista son fundamentales. Los personajes de Arlt, seres sin rostro y muchas veces
prácticamente sin nombre, adquieren una dimensión en ocasiones épica a través de su
discurso. Cuestiones como el valor del dinero, la lucha de clases, el sentido de la vida en los
más bajos fondos de la sociedad, el amor se van articulando en escenarios de la parte
olvidada de las ciudades; tabernas, prostíbulos, hogares en decadencia.
El punto de inflexión lo encuentra Erdosain cuando decide unirse al plan del Astrólogo, un
singular estafador que tiene como objetivo formar una organización secreta que, poco a
poco, va introduciéndose en los diferentes estratos sociedad para dinamitarla desde dentro
y formar una nueva.El nacimiento de esta organización tiene como punto de partida un
asesinato que les permitirá obtener el dinero necesario.

Personajes

Remo Erdosain: Es el protagonista principal de Los siete locos. Sumido en la angustia, es


un personaje que busca constantemente la verdad. Intenta sentirse vivo a través de muchas
experiencias, algunas de las cuales son inmorales e incluso criminales. Casado, es
abandonado por su mujer, Elsa, casi al comienzo del texto. Erdosain tiene una vida sexual,
económica y social frustrada. Encuentra una razón de ser en la propuesta de su amigo el
Astrólogo de formar parte de una sociedad secreta.
Elsa:Es la esposa de Erdosain. Insatisfecha, una noche se va con otro hombre y abandona
a Remo. Es, a su vez, prima de Gregorio Barsut, a quien desprecia. Elsa lleva, como
Erdosain, una vida llena de insatisfacción y tristeza.
Gregorio Barsut:Es el primo de Elsa. Tiene una obsesión con ella, ya que siempre se sintió
humillado por su prima. Por ende, busca humillarla a su vez, y convierte esa búsqueda en el
objetivo de su vida. El maltrato a Erdosain también se explica por esta intención de lastimar
a Elsa.
El Astrólogo:Amigo de Erdosain e ideólogo y jefe de una organización política conspirativa y
delirante. Se conocieron en la Sociedad Teosófica un año atrás y ahora planean juntos el
asesinato de Barsut para financiar la sociedad secreta.
Hipólita ("La coja"): Esposa de Ergueta, ex mucama de la casa de los padres de este y
también ex prostituta. Recurre a Erdosain en busca de ayuda luego de que su esposo
enloquece y es internado en un hospital psiquiátrico. Astuta, Hipólita manipula a Erdosain
para, según las notas del comentarista, acceder al Astrólogo y extorsionarlo. Casi todos los
hombres le parecen débiles.
Haffner, el Rufián Melancólico: Es quien asesora al Astrólogo para montar un prostíbulo. Es
profesor de matemáticas; a los 23 años se inició como proxeneta. No cree realmente en el
éxito de la misión del Astrólogo, pero participa porque se encuentra muy aburrido. La
sociedad secreta es para él tan solo una forma de entretenimiento.
El Buscador de Oro: Es uno de los participantes de la organización del Astrólogo,
encargado de encontrar el lugar para instalar una colonia que les servirá de base de
operaciones. Además, es el encargado de ir en misión a la Patagonia a buscar oro para,
junto con los prostíbulos, financiar la sociedad secreta.
El Mayor: Es otro de los participantes de la organización del Astrólogo encargado de
sublevar al ejército. No es realmente un Mayor, sino tan solo un capitán.
Ergueta:Farmacéutico, jugador compulsivo, amigo de Erdosain. Sufre de delirios místicos y
termina internado en un hospital psiquiátrico. Se casó con Hipólita, “la coja”.
Bromberg ("El hombre que vio a la partera"):Fiel secretario del Astrólogo. Fanático religioso,
Bromberg es el elegido para llevar a cabo el asesinato de Barsut.
El Abogado: Militante comunista, abogado e idealista. Es llevado a la reunión en casa del
Astrólogo por Haffner, el Rufián Melancólico. Aun así, solo asiste durante un breve tiempo y
se retira, ofendido por el tono dictatorial que toma la reunión. Es importante destacar que es
un personaje que tiene una mayor participación en Los lanzallamas, continuación de esta
novela.

Recursos interesantes.

La luz
Por un lado, hay una percepción sinestésica de la luz. Arlt usa en varias ocasiones imágenes
sinestésicas: la luz tiene, además de luminosidad, textura de algodón, y es a la vez líquida
(“gotea”). Este recurso poético en general aparece de modo recurrente en las descripciones de
la ciudad moderna: “Los faroles ardían tristemente vertiendo a través del fangal cataratas de
luz algodonosa que goteaban en los mosaicos haciendo invisible el pueblo más allá de dos
pasos” (p.161).

La luz también participa de imágenes de alto contraste; cercena, corta la oscuridad, lo azul, lo
negro. Estos contrastes son herencia de una gran influencia del expresionismo alemán. Los
ángulos, las líneas rectas y los contrastes son muy propios de este movimiento estético, y son
también recurrentes en las descripciones arltianas de la ciudad moderna: “Por la entreabierta
puerta de vidrios opacos penetraba un rayo de sol que como una barra de azufre cercenaba en
dos la atmósfera azulosa” (p.156).

El sol
El sol amarillo connota una luminosidad de pesadilla, enceguecedora y nefasta que acecha a
Erdosain. En todo momento, la imagen del sol amarillo acompaña la angustia y es, como
podemos ver a continuación, recurrente y amenazante: “Y en las calurosas horas de la siesta,
bajo el sol amarillo caminó por las aceras de mosaicos calientes en busca de los prostíbulos
más inmundos” (p.17); “Usted camina por las calles con el sol amarillo, que parece un sol de
peste... Claro. Usted tiene que haber pasado por esas situaciones” (p.37); “Estaré solo sobre la
tierra (...). El infinito por delante (...). Y noche y día... y siempre un sol amarillo. ¿Se da cuenta?
Crece el infinito... arriba un sol amarillo y el alma que se apartó de la caridad divina anda sola y
ciega bajo el sol amarillo” (p.187); “Pensó en la deliciosa criatura y se la imaginó soportando a
ese bruto bajo un cielo oscurecido por grandes nubes de polvo e incendiado por un sol amarillo
y espantoso. Ella se marchitaría como un helecho trasplantado a un pedregal” (p.159).

La oscuridad
La imagen de la oscuridad viene siempre a reforzar la distancia entre Erdosain y el resto del
mundo. La “casa negra” (que designa la masturbación, negada y deseada a la vez) no es un
lugar de deseo, sino de aislamiento. El negro, lo oscuro, aísla, separa. “Cada capa de
oscuridad” era “un tejido placentario que lo aislaba más y más del universo de los hombres
(...). Sí, todo su cuerpo vivía, estaba en contacto con la tierra, por un centímetro cuadrado de
sensibilidad. El resto se desvanecía en la oscuridad” (p.56).

Las imágenes del negro de la pieza de la pensión son frecuentes. Erdosain se ve inmerso en
una “placenta de tinieblas”, en el “negro vientre” de la habitación (p.56). La oscuridad es un
lugar de soledad: “Yo sabía que no había ningún objeto en estar mirando las tinieblas, pero me
imaginaba que ella [Elsa], compadecida de verme así, abandonado en la oscuridad, terminaría
por apiadarse y decirme: «Bueno, vení si querés». Pero nunca, nunca me dijo esas palabras”
(p.90).

La ciudad
El hombre moderno es acosado por la ciudad. En Los siete locos, la ciudad es amenazante
en su oscuridad y, a la vez, su sol amarillo acecha y aturde. El cine expresionista alemán
inspiró muchas de las imágenes de alto contraste a las que Arlt recurre para armar la
arquitectura de esta ciudad.
El sujeto que busca ordenar la realidad que percibe recurre a formas geométricas y a
colores planos. La preeminencia de la forma, los planos oblicuos, los efectos de contraluz,
el protagonismo de lo urbano en la estética arltiana son características de estilo
sobresalientes en la novela. Así, por ejemplo, las chimeneas vomitan "torrentes de humo"
(p.149) y la "zona de la angustia" es un "óvalo de puntos" que se encuentra "a dos metros
de altura" sobre el nivel de la ciudad, una "angustia de dos dimensiones" (p.13).

La rosa (Símbolo)
En el orden simbólico, como sabemos, la rosa está asociada tradicionalmente la literatura con
las ideas de finalidad, perfección y logro absoluto. Sin embargo, en Los siete locos nada nos
indica que debamos ir en esa dirección al referirnos al pequeño artificio ideado por Erdosain.
La rosa, jugando con la idea de perfección, es polivalente en términos simbólicos: simboliza,
por ejemplo, la salvación económica para los Espila, es decir, es una rosa de salvación, de
esperanza, de redención, en la que cabe aclarar que el mismo Erdosain no cree con mucha
certeza. A su vez, la rosa simboliza también un objeto destinado subvencionar los planes de la
sociedad secreta mediante su elevación a “milagro apócrifo”.

Si como símbolo hubiera estado orientada a representar un logro absoluto y la perfección,


como es lo esperable, probablemente la rosa hubiese sido de oro y ahí sería el símbolo
perfecto de estos valores. El hecho de que solo sea una rosa de cobre, que por añadidura se
ennegrece, como advierte Hipólita al evaluar críticamente el débil talento inventivo de
Erdosain, la convierte en un mero objeto ornamental, un adorno trivial.

Podemos decir, entonces, que la rosa de cobre es un símbolo, pero es uno trastocado,
alterado, para, como todo símbolo, atraer nuestra atención y, en este caso, a la vez desviarla.
Este gesto revierte el carácter alegórico que generalmente tiene la rosa en la literatura.

Metáforas

“Quizá la palabra ladrón no estuviera en consonancia con su estado interior. Existía otro
sentimiento y ese era el silencio circular entrando como un cilindro de acero en la masa de
su cráneo, de tal modo que lo dejaba sordo para todo aquello que no se relacionaba con su
desdicha” (Capítulo 1, p.12) (Símil)

El silencio se describe aquí como un cilindro de acero. Arlt usa muchas palabras
provenientes de la física y la química para describir no solo la ciudad y el mundo
circundante, sino también la interioridad, como en este caso. A través de imágenes
formadas con palabras provenientes de las ciencias duras, muy propias del expresionismo
alemán, materializa lo inasible de, por ejemplo, el silencio ligado a la angustia.
"Pero él ya estaba vacío, era una cáscara de hombre movida por el automatismo de la
costumbre" (Capítulo I, p.13) (Metáfora)

Como en el caso de la comparación de sí con un cubilete de dados o un tonel de vino, esta


metáfora apunta nuevamente a la distinción interioridad/exterioridad escindida.
Erdosain es una “cáscara” movida por las rutinas de la modernidad. Inclusive, Erdosain se
desdobla y puede verse desde fuera: su interioridad se escapa de esa cáscara vacía que
es su cuerpo.

Expresionismo Aleman

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