Está en la página 1de 7

movimiento de rotacion que produce el dia y la noche

Es el movimiento continuo que realiza la Tierra girando sobre su eje imaginario,


llamado Eje Terrestre. Cada vuelta completa le lleva a la Tierra 24 horas y se
denomina día solar. Durante la rotación, como la Tierra tiene forma casi esférica,
toda su superficie no puede ser alcanzada por los rayos solares a la misma vez. Por
lo tanto, mientras que la zona que mira al Sol está iluminada (día), la opuesta se
mantiene oscura (noche) y así sucesivamente.

CONSECUENCIAS DEL MOVIMIENTO DE ROTACIÓN

–> EL DÍA Y LA NOCHE.  Mientras en la mitad del Planeta que mira al Sol es de día,
en la otra mitad es de noche. Al girar se va sucediendo el día y la noche.

–> EL ACHATAMIENTO DE LOS POLOS. Al girar sobre su propio eje, la fuerza


centrífuga generada, provoca el achatamiento de los polos y el ensanchamiento del
Ecuador.

–> LA DESVIACIÓN DE LOS VIENTOS Y LAS CORRIENTES MARINAS. La fuerza


centrífuga desvía los vientos y las corrientes marinas hacia la derecha en el
hemisferio Norte y hacia la izquierda en el hemisferio Sur. Este fenómeno se
denomina Efecto Coriolis.

–> LAS DIFERENCIAS HORARIAS. La rotación y la esfericidad de la Tierra 


determinan las diferencias en la iluminación: mientras en una mitad del planeta es
de día, en la otra es de noche. Esto origina las diferencias horarias en las distintas
zonas.

–> LOS PUNTOS CARDINALES. Si bien es la Tierra la que gira y no el Sol, el


movimiento aparente del astro rey (que pareciera “salir” por el Oriente y ocultarse
por el Occidente) nos permite ubicar los puntos cardinales y orientarnos con ellos
durante el día.

MOVIMIENTO DE TRASLACIÓN

Es el movimiento que realiza la Tierra


desplazándose alrededor del Sol, en órbita
elíptica, en sentido contrario al de las agujas
del reloj. El tiempo que tarda la Tierra en dar
una vuelta completa es de 365 días, 5 horas,
48 minutos y 46 segundos (aproximadamente
en un año). Junto con la incidencia del Eje
Terrestre, este movimiento provoca que los rayos solares lleguen a cada hemisferio
terrestre con distinta inclinación, según el momento del año.

DEFINICIÓN DE HURACÁN
Un huracán es un viento de fuerza extraordinaria que forma un
torbellino y gira en grandes círculos. El huracán suele originarse en las
zonas tropicales y, desde el momento de su nacimiento, comienza a
expandir su diámetro.
En este sentido, un huracán es un ciclón tropical o tifón; en otras
palabras, es un sistema de tormentas que circula alrededor de un centro
de baja presión y que genera fuertes vientos y lluvias. Se conoce
como ojo del huracán al área de aire que circula en sentido
descendente en el interior y que suele encontrarse libre de nubes.
Con respecto a la energía del huracán, ésta proviene de la condensación
de aire húmedo. Cabe destacar que la violencia del viento hace que los
huracanes puedan tener efectos destructivos y derrumbar ciudades
completas.
El término huracán se utiliza en sentido metafórico, al trazar una analogía
entre el poder del viento y ciertos acontecimientos. Huracán puede ser,
por lo tanto, un suceso que causa un gran mal (“La crisis financiera de
Estados Unidos se volvió un verdadero huracán
que amenaza con destruir el crecimiento de la
economía argentina”) o una persona muy
impetuosa (“Juan es un huracán: trabaja diez
horas por día, atiende a sus hijos y hasta tiene
tiempo para participar de iniciativas solidarias”).
fenómenos meteorológicos

Se suele caer en el error de considerar un fenómeno


meteorológico como cualquier tipo de fenómeno natural que
acontece en un espacio determinado. Sin embargo, la clave a
la hora de identificar un fenómeno meteorológico es que, se
trata solo de un tipo de fenómeno natural, y son los que
tienen lugar en la atmósfera o, en cierta medida, están
propiciados por la actividad o inactividad de esta.
De este modo, quedarían fuera de los fenómenos
meteorológicos, por ejemplo los terremotos que, si bien es
cierto que constituyen un tipo de fenómeno natural, no
podrían ser catalogados como “meteorológicos” dado que no
tienen ningún tipo de relación con la actividad de la
atmósfera.

Tipos de fenómenos meteorológicos

Dentro de los fenómenos meteorológicos vamos a encontrar


dos grandes tipos de fenómenos: los normales y los
extremos. Los fenómenos meteorológicos normales son
aquellos que, independientemente del daño que puedan
causar, se manifiestan a una escala y en un momento que
están considerados como normales de la actividad
meteorológica del espacio en donde tienen lugar.
Por el contrario, cuando hablamos de fenómenos
meteorológicos extremos, nos estamos refiriendo a
fenómenos que se manifiestan de una forma desmedida y
fuera de lo que está considerado como normal dentro de la
forma que tiene de comportarse la atmósfera para un lugar y
tiempo concretos. De esta categoría de fenómenos
meteorológicos extremos encontraríamos los
huracanes y los tornados más grandes, las sequías, las
inundaciones, o las olas de frío o de calor extremo.
Los fenómenos meteorológicos más comunes
Sin embargo, los fenómenos meteorológicos extremos, por
suerte, no son lo más común en el día a día de nuestra
atmósfera. Si bien es cierto que el cambio climático hace que
se trate de fenómenos cada vez más usuales, la verdad es
que los fenómenos meteorológicos habituales suelen ser
de una intensidad media o moderada y, de acuerdo al lugar y
el momento del año en el que se manifiesten, no deberían
tener efectos especialmente dañinos en los entornos a los
que afectan. Estos son los más comunes:
Lluvia
La lluvia es el fenómeno meteorológico más conocido de
todos. Se manifiesta cuando las nubes pasan de estado
gaseoso a estado líquido tras la condensación, lo que
produce que el agua se precipite en forma de gotas sobre la
superficie terrestre, para luego evaporarse de nuevo y formar
las nubes.
Tormenta eléctrica
La tormenta eléctrica es un tipo de fenómeno natural
vinculado a la lluvia, ya que suelen manifestarse juntos,
aunque no siempre es así. La tormenta eléctrica se produce
por un tipo de nubes concretas que, además de producir
lluvia, generan otros fenómenos propios de las tormentas
eléctricas como son los rayos, los truenos y las centellas.
Viento
El viento se caracteriza por el desplazamiento del aire
atmosférico a velocidades y direcciones concretas. Los
vientos pueden proceder de cualquier dirección y dirigirse
igualmente en cualquier dirección. De este modo, hablaremos
de vientos procedentes del norte, del sur, del este, del oeste,
o de cualquiera de sus combinaciones.
Niebla
La niebla es uno de los fenómenos atmosféricos más
comunes en invierno. Se caracteriza por la presencia de
nubes pero, en este caso, se ubican en la superficie del
planeta, más cerca del suelo de lo normal. Esto conlleva que
la visibilidad y la temperatura desciendan considerablemente,
debido a que la luz del sol no puede penetrar en su totalidad
a través de la presencia de las nubes.
Nieve
La nieve es similar a la lluvia pero, en este caso, se produce a
temperaturas inferiores a los 0 ºC, lo que conlleva que el
estado de la lluvia no sea líquido sino sólido, produciendo
copos de nieve en vez de gotas de lluvia.
Arco iris
Se trata de un efecto meteorológico que resulta de la
fragmentación de la luz solar al pasar a través de las gotas de
lluvia suspendidas en la atmósfera, que tiene como resultado
que se pueda ver el espectro de los colores de la luz visible
en forma de arco en algún punto concreto de la atmósfera.
Suele manifestarse después de la lluvia o la tormenta.
Heladas
Las heladas tienen lugar por las noches de invierno a causa
del descenso brusco de las temperaturas. A pesar de
manifestarse como una capa de hielo o escarcha en las
superficies, no implica necesariamente que se haya
producido lluvia u otro fenómeno meteorológico similar. En
este caso, el hielo procede del agua presente de forma
natural en el ambiente, que debido a las bajas temperaturas
se congela por la noche.
Anticiclón
Se trata de un fenómeno meterológico que a veces puede
pasar desapercibido debido, precisamente, a que se
caracteriza por la ausencia de actividad meteorológica pero
que, al fin y al cabo, también es una forma de manifestarse
que tiene la atmósfera. En este caso, estamos hablando de la
ausencia de nubes de cualquier tipo, lo que suele ir
acompañado también de ausencia de vientos. El resultado es
una atmósfera despejada y una temperatura muy fría en
invierno y muy caliente en verano, así como lo que se suele
llamar comúnmente como “día soleado”.

Movimiento del aire


Como todo lo que hay en la Tierra, el aire es atraído por la fuerza de gravedad. Así
podemos hablar de peso del aire. El peso del aire por unidad de superficie se
denomina Presión Atmosférica. Imaginate que pesás 70 Kg y te subís a un tablero
de 1 m2 de superficie, debajo de ese tablero estás ejerciendo una presión de 70
Kg/m2. La presión atmosférica se mide en Pascales y un Pascal equivale a 1
Newton  por metro cuadrado. La presión atmosférica media es de 101320
Pascales, que equivale a  10.331 Kg/m2. ¡¡¡Nada despreciable!!!. ¿Por qué no nos
aplasta? Porque el aire ejerce esa fuerza en todas las direcciones, por lo que en
realidad no existe fuerza neta. Para que exista una fuerza debe existir una
diferencia de presión.

La presión atmosférica varía en vertical y horizontal:


En la vertical: La razón es obvia, cuanto más nos elevamos sobre la superficie,
menos aire -es decir, menos peso- queda por encima de nosotros. La disminución
de presión con la altura es de aproximadamente 1 mb cada 10 metros. Basándose
en este principio funcionan la mayoría de los altímetros. La variación de presión
con la altura, -en ausencia de otros efectos- no da lugar a movimientos de aire ya
que no implica ningún desequilibrio. Simplemente es el efecto de la acumulación
del peso del aire cuanto más cerca estamos de la superficie.

En la horizontal: He aquí lo que representa el mapa de isobaras en superficie, se


ha tomado la presión a nivel del mar (por lo tanto a la misma altura) en muchos
puntos y se trazan los resultados sobre un mapa. Las diferencias de presión en
dirección horizontal sí implican desequilibrios y el intento del sistema
atmosférico de volver al equilibrio es lo que produce los vientos.

Cuando se ponen en contacto dos gases a distintas presiones, el sistema tiende al


equilibrio haciendo que parte del gas a más presión se desplace hacia donde hay
menos, hasta que éstas se igualan (pensá en lo que ocurre cuando deshinchás un
globo). Análogamente, el aire de una zona de altas presiones tiende a ir hacia la
zonas donde ésta es menor. Esta tendencia al equilibrio es la responsable de los
vientos. Ahora se plantea otra pregunta "Todo eso está muy bien, pero ese
proceso se detendrá cuando todo el aire sobre el planeta esté a igual presión,
¿por qué el movimiento nunca se detiene?". De nuevo, tengo la contestación: La
superficie de la Tierra recibe energía del Sol de manera muy heterogénea,
depende de la inclinación de los rayos solares, de la naturaleza de la superficie, de
la nubosidad, etc. De ese modo, el aire se calienta o enfría de diferentes maneras
según la zona. Cuando el aire se calienta, se hace menos denso y se eleva
respecto al aire más frío. El resultado es que en algunas zonas escapa aire hacia
otras. En donde perdemos aire baja la presión y en donde lo ganamos aumenta, el
viento no es más que el intento de la naturaleza de reequilibrar al sistema.

También podría gustarte