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03 - (01242021) Heme Aqui Enviame A Mi
03 - (01242021) Heme Aqui Enviame A Mi
Mí”
Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviare, y quien irá por
nosotros? Entonces respondí yo: “Heme aquí, envíame a mí”. Isaías 6:8
INTRODUCCION
El contexto
Los capítulos 1-5 el profeta Isaías usa palabras muy fuertes para describir la
maldad de Judá. El profeta Isaías en el capítulo 1:2 describe al pueblo de Judá
como si fuera un niño rebelde. En el capítulo 1:4 dice: “¡Oh gente pecadora,
pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a
Jehová, provocaron á ira al Santo de Israel, se volvieron atrás”. Dice que la ciudad
que una vez fue fiel pero que ahora se ha convertido en ramera (1:21). También
habla de un viñador (que es Dios) que plantó una viña (la viña representa a Judá),
esperando que diera uvas, pero dio “uvas silvestres” (5:1-2). Cuando leemos los
capítulos 1-5 notamos el pecado de Judá o del juicio de Dios. El mensaje de Isaías
en estos capítulos es crítico y de condenación.
Algunos han pensado que el primer versículo del capítulo 6 que debería estar en el
capítulo 1.
Algunos han comentado que los capítulos 1-5 podría ser la introducción – que está
preparando el escenario – y que el capítulo 6 es donde empieza a relatarse la
“acción” de este libro.
Hay tres cosas que como Predicadores del Evangelio podemos aprender en
la experiencia del Profeta Isaías, cosas que si las tomamos en cuenta, sin
duda alguna harán que no solamente nuestra vida sino también nuestro
ministerio cambie radicalmente para la Gloria de Dios.
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tampoco era como los ángeles. Ellos podían clamar santo, santo, santo y alabar
a Dios tan hermosamente, pero él no podía porque él era un hombre de labios
impuros. “Yo soy un hombre de labios impuros; yo no puedo decir, ¡Santo,
santo, santo! Lo que los serafines exclamaban. Ellos son santos; y yo no lo soy:
ellos ven a Dios y viven; yo lo he visto, y debo morir, porque yo no soy santo”.
Para que tengamos una idea de cómo se sentía Isaías, imaginemos como nos
sentimos en la presencia de un Dios santo. En presencia de santidad, la mayoría
de nosotros nos sentimos vacíos en comparación. Su santidad acentúa nuestra
falta de santidad. Ahora multipliquemos ese sentimiento por mil, y vamos a
empezar a comprender el estado de Isaías.
“han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos” (v. 5b). Ver “al Rey,
Jehová de los ejércitos,” es morir. Isaías debe pensar que está a punto de morir
ahí mismo.
“Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón
encendido, tomado del altar con unas tenazas” (v. 6).
Estos seres angelicales, que rodean el trono de Dios, ministraron a Isaías. Uno
voló hacia Isaías con un carbón encendido lo que significa que el carbón aún
estaba caliente y ardiendo. Estaban tan caliente que aun un ángel tuvo que unas
tenazas para tomarlo del altar.
El altar: esta debe ser la versión celestial del altar del incienso que fue colocado
frente al lugar santísimo en el tabernáculo de Dios. Sabemos que el tabernáculo
terrenal que Dios ordenó a Moisés que construyera fue hecho siguiendo el
patrón del que ya existía en el cielo.
“Y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es
quitada tu culpa, y limpio tu pecado” (v. 7).
El serafín toca los labios de Isaías con el carbón encendido, quemando la
iniquidad de sus labios y su corazón. El que no era santo ahora es santificado.
El que no merecía estar en la presencia de Dios, por la gracia de Dios, ahora
merece ese lugar.
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Este es la proposición del texto.
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rendidos a Él. ¿Has estado esperando que Dios te fuerce a servirlo? ¡El
busca voluntarios!
4. ¿A quién enviaré? Significa que el misionero, el trabajador cristiano, el
testigo de Cristo Jesús, es enviado. Ésta es una comisión divina. ¿Quién ira
por nosotros? Significa que el misionero, el trabajador cristiano, el testigo de
Cristo Jesús, ha decidido ir. Aquí vemos una cooperación de lo divino
enviando y el humano irá.
5. Heme aquí, envíame a mí. Isaías enfáticamente responde al llamado de Dios,
Él no dudo. Isaías quería ser la respuesta a la pregunta de Dios.
6. ¿Qué creó esta clase de corazón en Isaías? Primero, él tenía un corazón que
había estado en la presencia de Dios. Él tenía un corazón que conocía su
propia pecaminosidad. Él tenía un corazón que conocía la necesidad de su
pueblo, la necesidad por la palabra de Dios. Él tenía un corazón que había
sido tocado por el fuego limpiado por Dios. Y él tenía un corazón que había
escuchado el corazón de Dios para alcanzar a las naciones.
7. Envíame significaba que Isaías estaba sometido a Dios en todo su servicio.
Él ni si quiera dijo, “Aquí estoy, yo iré”. Isaías no intentaría ir a menos que
supiera que era Dios el que lo estaba mandando. Muchos se apresuran a
decir, “Aquí estoy, yo iré” pero nunca esperan a que el Señor los envíe.
Después que Isaías pudo ver visto la gloria de Dios, y limpiado de sus
impurezas, pudo responderle al Señor: “Heme aquí, envíame a mi”
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