Se le atribuye un papel preponderante como sujeto del proceso de acción y
reflexión dentro de la práctica socioeducativa.
Papel del docente:
Participa como elemento interactuante con el alumno en el proceso de reflexión-acción. Asume el papel crítico y reflexivo en la práctica socio-educativa El proceso de planificación se construye con los alumnos mediante la reflexión- acción, orientado por el docente para que se incorpore al proceso de transformación social. Entre el trabajo del científico y el del alumno (trabajo de aprendizaje, que debe llevar niveles y modos de investigación apropiados) hace falta un intermediario, un mediador cualificado, tanto en la ciencia en cuestión como en las cuestiones procesuales que surgen en la actividad de la enseñanza y del aprendizaje. La labor del cientifico no va más allá, en cuanto a tal comportamiento especializado. Tampoco es él quien debe decir al docente lo que hay que hacer en el aula; ésta es función específica del profesor, que integra en su formación las dos dimensiones, científica una, didáctica la otra. Consecuentemente, el profesor conoce las dos dimensiones esenciales a partir de las cuales debe reinterpretar los resultados de las investigaciones científicas, fuente primaria que suministra materia para la enseñanza (con te ni dos), que se traducen en términos claros, comprensibles y asequibles para los no especializa dos, los que aprenden. Más que la simple función ejecutora, al didacta le corresponde la tarea que lo aproxima más a la labor del investigador y del creador que reelabora los hallazgos obtenidos en las indagaciones científicas, y al mismo tiempo reinterpreta los resultados a la luz de su propia fundamentación teórica. En esta coincidencia de funciones, el didacta se distancia a la vez del cientifico que hace la ciencia o el especialista que profundiza e investiga en un campo de conocimiento concreto (el físico, el sociólogo, el lingüista, el matemático, el geólogo, el filósofo) para preparar razonablemente los conocimientos en función del desarrollo de las capacidades del sujeto que aprende. La línea discontinua (—//-) indica que el camino a recorrer no va directamente del conocimiento (científico) especializado (ciencia base) al aula, sino que debe necesariamente pasar por su recreación y reinterpretación a través de la Didáctica. Es decir que para enseñar no basta con el conocimiento científico especializado; es necesario que éste sea interpretado atendiendo a la necesidad de formación de los sujetos que aprenden en niveles no universitarios. Este quehacer define el interés del didacta.
El proceso de formación, en ningún caso puede ir di rectamente de la ciencia-
base, propia de la formación universitaria, a la enseñanza impartida en niveles no universitarios, pues entre un nivel y otra media una diferencia cualitativa importante que necesita ser superada con una sólida formación didáctica. Álvarez Méndez, J. M. (2012). Didáctica, currículo y evaluación: ensayos sobre cuestiones didácticas. Buenos Aires, Argentina: Miño y Dávila. Recuperado de https://elibro.net/es/ereader/biblioupnfm/42060?page=203.