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CALDAS
PROGRAMA DE POSTGRADOS
Este escrito es la propuesta de síntesis para el primer tratado sobre lo “Bueno y malvado”,
“bueno y malo” de la Genealogía de la Moral, libro escrito por Friedrich Nietzsche en
1887. La edición utilizada aquí es del año 1996, traducción y notas de Andrés Sánchez
Pascual. Para la síntesis se tienen en cuenta también los apartados de introducción y
prólogo, así como notas de la sesión del 26/05/2021 del seminario Identidades y
Subjetividades en el marco de la Maestría en Investigación Social Interdisciplinaria.
La Genealogía de la Moral se compone por tres tratados que de acuerdo a Andrés Sánchez
Pascual (1996) son de lo más inquietante que se ha escrito hasta el momento. Cada tratado
reflexiona en torno a una verdad; en el primero se habla sobre la psicología del
cristianismo: su aparición como espíritu del resentimiento y gran rebelión de los valores
nobles; en el segundo tratado se ofrece una psicología de la conciencia, que, no siendo la
voz de Dios en los hombres, es más bien, el instinto de la crueldad y uno de los trasfondos
más antiguos de la cultura; El tercer tratado aborda el ideal ascético y sacerdotal como
canon a perseguir, a falta de competidores y porque el hombre prefiere “querer incluso la
nada a no querer”.
El tratado primero está compuesto por Nietzsche (1996) en diecisiete partes. En esta
disertación, el autor va a analizar los vocablos de Schelecht-malo, böse-malvado y
gut-bueno. Para esto Nietzsche (1996) propone que hace falta recurrir a la psicología, a la
genealogía, a la historia y a la etimología
Este documento propone abordar algunos de los elementos que componen el tratado desde
cinco secciones: a) Algunos cuestionamientos orientadores y la pregunta central del texto,
b) Tesis identificables a lo largo del escrito como respuesta a la pregunta central, c) los
conceptos que permiten articular la pregunta y la tesis, d) la argumentación que sostiene la
respuesta y e) las consideraciones finales presentadas por el texto. Sobre estos elementos se
profundiza a continuación.
El texto del prólogo y del primer tratado ofrecen una serie de cuestionamientos que parten
de poner en duda la capacidad de conocimiento del humano, que pesar de que “conoce” no
sabe nada sobre sí mismo, así Nietzsche (1996) pregunta:
¿Quiénes somos nosotros en realidad? (Nietzsche, 1996, p.18). Una pregunta sin respuesta
concreta como consecuencia de que nunca nos buscamos, entonces ¿Cómo iba a suceder
que un día nos encontrásemos? (Nietzsche, 1996, p.17).
¿Qué origen tienen propiamente nuestro bien y nuestro mal? (Nietzsche, 1996, p.19)
¿En qué condiciones se inventó el hombre esos juicios de valor que son las palabras bueno
y malvado?, ¿Y qué valor tienen ellos mismos? ¿Han frenado o han estimulado hasta ahora
el desarrollo humano? ¿Son un signo de la indigencia, del empobrecimiento, de la
degeneración de la vida? ¿O, por el contrario, en ellos se manifiestan la plenitud, la fuerza,
la voluntad de la vida, su valor, su confianza, su futuro? (Nietzsche, 1996, p.20).
Y frente a esto se propone reflexionar sobre postular un cuestionamiento que contraríe lo
que ha sido estipulado y naturalizado como verdad:
¿Cómo podría ser analizada la relación bueno-malo/malvado en sus efectos de verdad sobre
la moral desde la genealogía y la etimología?
B) Tesis identificables
El problema de la moral y sus nociones será observado a través del camino de la etimología
en la lengua alemana desde donde el autor
D) Argumentación
Para Nietzsche (1996) son los judíos quienes han invertido la identificación de los valores,
cambiando la relación bueno=noble=poderoso=bello=feliz=amado de Dios por la de
bueno=miserable=pobre=impotente=bajo; esta inversión del significado de lo bueno y lo
malo genera la posibilidad de existencia del odio en los judíos y en el cristianismo que se
convertirá en el odio a la vida, la venganza y la transvaloración de los ideales nobles en la
forma como la vida atenta contra sí misma y en el éxito de la venganza en la que la moral
del hombre vulgar ha vencido.
E) Consideraciones finales
Para el autor “no hay ningún ser detrás del hacer, del actuar, del devenir; ningún «ser»
detrás del hacer, del actuar, del devenir; «el agente»” (Nietzsche, 1996, p.52).
Los valores contrapuestos de bueno y malo-malvado ha sostenido para el autor una lucha
terrible con duración milenaria, es un acontecimiento de gran magnitud y propone una
contradicción entre enemigos mortales escrito en la frase “Roma contra Judea, Judea contra
Roma” (Nietzsche, 1996, p.59), Roma veía al judío como un monstruo antinatural que era
convicto de odio contra todo el género humano y; viceversa los judíos veían en Roma una
amenaza constituida por la fuerza y la nobleza de los seres que la habitaban. Para Nietzsche
(1996):
Los romanos eran, en efecto, los fuertes y los nobles; en tal grado lo eran que hasta ahora
no ha habido en la tierra hombres más fuertes ni más nobles, y ni siquiera se los ha soñado
nunca; toda reliquia de ellos, toda inscripción suya produce éxtasis, presuponiendo que se
adivine qué es lo que allí escribe. Los judíos eran, en cambio, el pueblo sacerdotal del
resentimiento par excellence, en el que habitaba una genialidad popular moral sin igual:
basta comparar los pueblos de cualidades análogas, por ejemplo, los chinos o los alemanes,
con los judíos, para comprender qué es de primer rango y qué es de quinto. ¿Quién de ellos
ha vencido entre tanto, Roma o Judea? No hay, desde luego, la más mínima duda:
considérese ante quién se inclinan hoy los hombres, en la misma Roma, como ante la
síntesis de todos los valores supremos, —y no sólo en Roma, sino casi en media tierra, en
todos los lugares en que el hombre se ha vuelto manso o quiere volverse manso, —ante tres
judíos, como es sabido, y una judía (ante Jesús de Nazaret, el pescador Pedro, el tejedor de
alfombras Pablo, y la madre del mencionado Jesús, de nombre María). Esto es muy digno
de atención: Roma ha sucumbido, sin ninguna duda. (p.59-60).
Nietzsche (1996) cierra con una serie de cuestionamientos que expanden la discusión hasta
donde ha sido llevaba por el texto en el primer tratado, observando que la discusión está
lejos de tener un final:
¿Con esto ha acabado ya todo? ¿Quedó así relegada ad acta [a los archivos] para siempre
aquella antítesis de ideales, la más grande de todas? ¿Ó sólo fue aplazada, aplazada por
largo tiempo?... ¿No deberá haber alguna vez una reanimación del antiguo incendio, mucho
más terrible todavía, preparada durante más largo tiempo? Más aún: ¿no habría que desear
precisamente esto con todas las fuerzas?, ¿e incluso quererlo?, ¿e incluso favorecerlo?...
Quien en este punto comienza, lo mismo que mis lectores, a meditar, a continuar pensando,
es difícil que llegue pronto al final. (Nietzsche, 1996, p.61).
La moral cristiana es desenmascarada en el tratado como la productora de una inversión
que va a poner como máximo valor los elementos, prácticas, comportamientos y actitudes
más bajos, decadentes, débiles y miserables valores que podrían haber existido en la
historia humana.
En el tratado se puede observar la capacidad que Nietzsche (1996) tiene para utilizar la
interpretación-Deuntung desde su formación como filólogo, aplicada ahora en la filosofía.
En este proceso la interpretación adquiere un sentido nuevo en el que se utiliza para
desenmascarar las ilusiones y autoengaños, para sospechar de todo lo que se ofrece como
verdadero.
Bibliografía