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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE

CALDAS

PROGRAMA DE POSTGRADOS

Maestría en Investigación Social Interdisciplinaria

ESPACIO ACADÉMICO: Seminario Identidades y Subjetividad


(Identidades y socialización 057-1 en sistema de gestión académica)
PROFESOR: Adrián José Perea Acevedo

TIPO DE TRABAJO: synthesis de


FECHA:  26/05/2021
lectura.

ELABORADO POR: Mario


CÓDIGO:  20201057015
Esteban Salamanca López

PALABRAS CLAVE: Genealogía, Bueno, Cristianismo, Malo, Malvado, Moral.

BIBLIOGRAFÍA: Nietzsche, F. (1996). La Genealogía de la Moral. Un escrito polémico. Madrid,


España: Alianza Editorial.

TRATADO: Primer tratado

Este escrito es la propuesta de síntesis para el primer tratado sobre lo “Bueno y malvado”,
“bueno y malo” de la Genealogía de la Moral, libro escrito por Friedrich Nietzsche en
1887. La edición utilizada aquí es del año 1996, traducción y notas de Andrés Sánchez
Pascual. Para la síntesis se tienen en cuenta también los apartados de introducción y
prólogo, así como notas de la sesión del 26/05/2021 del seminario Identidades y
Subjetividades en el marco de la Maestría en Investigación Social Interdisciplinaria.

La Genealogía de la Moral se compone por tres tratados que de acuerdo a Andrés Sánchez
Pascual (1996) son de lo más inquietante que se ha escrito hasta el momento. Cada tratado
reflexiona en torno a una verdad; en el primero se habla sobre la psicología del
cristianismo: su aparición como espíritu del resentimiento y gran rebelión de los valores
nobles; en el segundo tratado se ofrece una psicología de la conciencia, que, no siendo la
voz de Dios en los hombres, es más bien, el instinto de la crueldad y uno de los trasfondos
más antiguos de la cultura; El tercer tratado aborda el ideal ascético y sacerdotal como
canon a perseguir, a falta de competidores y porque el hombre prefiere “querer incluso la
nada a no querer”.
El tratado primero está compuesto por Nietzsche (1996) en diecisiete partes. En esta
disertación, el autor va a analizar los vocablos de Schelecht-malo, böse-malvado y
gut-bueno. Para esto Nietzsche (1996) propone que hace falta recurrir a la psicología, a la
genealogía, a la historia y a la etimología

Este documento propone abordar algunos de los elementos que componen el tratado desde
cinco secciones: a) Algunos cuestionamientos orientadores y la pregunta central del texto,
b) Tesis identificables a lo largo del escrito como respuesta a la pregunta central, c) los
conceptos que permiten articular la pregunta y la tesis, d) la argumentación que sostiene la
respuesta y e) las consideraciones finales presentadas por el texto. Sobre estos elementos se
profundiza a continuación.

A) Cuestionamientos orientadores y pregunta central del texto

El texto del prólogo y del primer tratado ofrecen una serie de cuestionamientos que parten
de poner en duda la capacidad de conocimiento del humano, que pesar de que “conoce” no
sabe nada sobre sí mismo, así Nietzsche (1996) pregunta:

¿Quiénes somos nosotros en realidad? (Nietzsche, 1996, p.18). Una pregunta sin respuesta
concreta como consecuencia de que nunca nos buscamos, entonces ¿Cómo iba a suceder
que un día nos encontrásemos? (Nietzsche, 1996, p.17).

Estos cuestionamientos se complementan con la reflexión en la que Nietzsche (1996)


observa que las experiencias se han dejado de lado por lo que se debería cuestionar ¿Qué es
lo que en realidad hemos vivido ahí? (Nietzsche, 1996, p.18).

Para hacer más específica la discusión propuesta, el autor se pregunta:

¿Qué origen tienen propiamente nuestro bien y nuestro mal? (Nietzsche, 1996, p.19)

¿Qué significan las palabras, y cuál es la historia de su metamorfosis intelectual?

¿En qué condiciones se inventó el hombre esos juicios de valor que son las palabras bueno
y malvado?, ¿Y qué valor tienen ellos mismos? ¿Han frenado o han estimulado hasta ahora
el desarrollo humano? ¿Son un signo de la indigencia, del empobrecimiento, de la
degeneración de la vida? ¿O, por el contrario, en ellos se manifiestan la plenitud, la fuerza,
la voluntad de la vida, su valor, su confianza, su futuro? (Nietzsche, 1996, p.20).
Y frente a esto se propone reflexionar sobre postular un cuestionamiento que contraríe lo
que ha sido estipulado y naturalizado como verdad:

¿Qué ocurriría si en el “bueno” hubiese también síntoma de retroceso, y asimismo un


peligro, una seducción, un veneno, un narcótico, y que por causa de esto el presente viviese
tal vez a costa del futuro? ¿Viviese quizá de manera más cómoda, menos peligrosa, pero
también con un estilo inferior, de modo más bajo? … ¿De tal manera que justamente la
moral fuese culpable de que jamás se alcanzasen una potencialidad y una magnificencia
sumas, en sí posibles, del tipo hombre? ¿De tal manera que justamente la moral fuese el
peligro de los peligros?... (Nietzsche, 1996, p.24).

¿Qué indicaciones nos proporciona la ciencia del lenguaje, y en especial la investigación


etimológica, sobre la historia evolutiva de los conceptos morales? (Nietzsche, 1996, p.62).

Estos cuestionamientos que podrían establecer características de la moral como un cierto


límite que impide la consecución del máximo potencial serían ancladas a la forma en cómo
el cristianismo es la materialización de toda perversidad. La pregunta central podría ser
esbozada como se propone en seguida:

¿Cómo podría ser analizada la relación bueno-malo/malvado en sus efectos de verdad sobre
la moral desde la genealogía y la etimología?

¿Cómo se puede constituir un conocimiento más allá de las categorías morales?

B) Tesis identificables

Como es propuesto por la introducción del texto, la obra de Genealogía de la moral se


caracteriza por ser distinguible a las demás obras de Nietzsche por su escritura sistemática,
sostenida y no aforística, Andrés Sánchez Pascual (1996) en la introducción al libro expone
que la nueva verdad en el tratado primero se relaciona con la psicología del cristianismo.
Esta forma religiosa y sobretodo cultural es heredera de la transvaloración moral realizada
por el pueblo judío, es la rebelión de los esclavos que en vez de ser como profesa una
fuente de amor, es la práctica de odio más profundo hacia los buenos, nobles, poderosos y
veraces.
Para Nietzsche (1996) los valores que han sido privilegiados son formas de la voluntad
volviéndose contra la vida, en la que el sacrificio y la compasión se exaltan y como
consecuencia de esto se destruye la vida. Para superar esto, el autor plantea que se necesita
una crítica de los valores morales “hay que poner alguna vez en entredicho el valor mismo
de esos valores” (Nietzsche, 1996, p.23). Hasta que la vieja moral forme parte de la
comedia.

El problema de la moral y sus nociones será observado a través del camino de la etimología
en la lengua alemana desde donde el autor

C) Conceptos definidos en el tratado

Bueno: Nietzsche (1996) en su estudio genealógico observará las características de esta


noción en diferentes momentos:

«Originariamente —decretan— acciones no egoístas fueron alabadas y llamadas


buenas por aquellos a quienes se tributaban, esto es, por aquellos a quienes resultaban
útiles; más tarde ese origen de la alabanza se olvidó, y las acciones no egoístas, por el
simple motivo de que, de acuerdo con el hábito, habían sido alabadas siempre como
buenas, fueron sentidas también como buenas —como si fueran en sí algo bueno.
(p.31).
Los buenos originalmente son para Nietzsche (1996) los nobles, poderosos, los hombres de
posición superior, quienes se sintieron y se valoraron a sí mismos. Para el autor la idea de
lo bueno no está ligada naturalmente de modo alguno a las acciones no egoístas como creen
los genealogistas de la moral. Usando a Spencer, se va a proponer que la idea de bueno
estaba más bien ligada a lo útil y conveniente. En todo caso, Nietzsche (1996) dice que
todas estas explicaciones son falsas y que la indicación del camino correcto es del orden
etimológico y observa que lo bueno es resultado del contexto griego en el que se acuña la
palabra noble para designar a quien es verdadero, quien tiene realidad, que es real:
verdadero en cuanto es veraz.

Lo malo: en su aparición designa al hombre simple, vulgar, lo plebeyo, lo bajo, lo abyecto y


que se contrapone al noble. La palabra malo-schlecht es idéntica a simple-schlicht. Esta
noción tiene para Nietzsche (1996) una influencia terrible en la modernidad que genera un
plebeyísimo del espíritu moderno. Es la forma que adquirirá posteriormente mediante la
transvaloración de los ideales nobles la idea de lo bueno cuando la inversión del judaísmo y
el cristianismo logren llevar a cabo el posicionamiento de la moral del hombre vulgar como
algo “bueno”.

El malo-schlecht y el malvado-böse va a ser relacionada por la moral de esclavos, ambos


que se contrapondrían en la transvaloración al concepto de bueno-gut. Pero no al bueno del
que el texto habla en su estudio histórico y etimológico sino al bueno en otra moral que es
posible desde el resentimiento.

Transvaloración de los valores: modificación que se da históricamente sobre la forma en


que las nociones morales que invierte el significado de las nociones originales y muestra
que no existe esencia o naturaleza alguna en la moral, sino que esta es un constructo social,
cultural e histórico.

D) Argumentación

Quienes se enfrentan a la pregunta de quiénes somos y de los aspectos genealógicos de los


conceptos morales han carecido hasta el momento de espíritu histórico. Se ha olvidado u
ocultado el hogar nativo del concepto de lo bueno y lo malo, desenmascarar esta
naturalización es posible mediante la búsqueda etimológica. En la etimología sobre la
palabra bueno el autor expone el caso de Grecia como lugar donde se acuña y las
modificaciones posteriores que se harían en Europa para el término, expone el caso de la
lengua alemana y la cultura celta.

Para Nietzsche (1996) son los judíos quienes han invertido la identificación de los valores,
cambiando la relación bueno=noble=poderoso=bello=feliz=amado de Dios por la de
bueno=miserable=pobre=impotente=bajo; esta inversión del significado de lo bueno y lo
malo genera la posibilidad de existencia del odio en los judíos y en el cristianismo que se
convertirá en el odio a la vida, la venganza y la transvaloración de los ideales nobles en la
forma como la vida atenta contra sí misma y en el éxito de la venganza en la que la moral
del hombre vulgar ha vencido.

Con la victoria de la venganza todo se aplebeya o se judaiza o se cristianiza. Este es el


envenenamiento de la humanidad producto del resentimiento de la moral esclava que se
vuelve creadora de valores. La disertación de Nietzsche (1996) pasa a proponer relaciones
de la dupla bueno-malo con la de fuerte-débil, en este caso observa cómo la fuerza se
exterioriza como señorío, como poder, como capacidad de juzgar y de hacer mientras que la
debilidad está relacionada con la incapacidad de hacer algo, no se puede hacer nada porque
se es débil. En esta relación también se invierte mediante el arte de la falsificación desde
donde la debilidad se transforma en mérito y la impotencia se hace agradable desde la
bajeza del temor, la bondad, la humildad y la sumisión. Para Nietzsche (1996) estas
transvaloraciones que son producto de la moral esclava del judaísmo y cristianismo es lo
más miserable que ha sucedido en la historia y que se sostiene en falsedad y en promesas
ilusorias de reinos futuros que llegan porque en su misma debilidad, los bajos desean en
algún momento ser los fuertes.

E) Consideraciones finales

Para el autor “no hay ningún ser detrás del hacer, del actuar, del devenir; ningún «ser»
detrás del hacer, del actuar, del devenir; «el agente»” (Nietzsche, 1996, p.52).

Los valores contrapuestos de bueno y malo-malvado ha sostenido para el autor una lucha
terrible con duración milenaria, es un acontecimiento de gran magnitud y propone una
contradicción entre enemigos mortales escrito en la frase “Roma contra Judea, Judea contra
Roma” (Nietzsche, 1996, p.59), Roma veía al judío como un monstruo antinatural que era
convicto de odio contra todo el género humano y; viceversa los judíos veían en Roma una
amenaza constituida por la fuerza y la nobleza de los seres que la habitaban. Para Nietzsche
(1996):

Los romanos eran, en efecto, los fuertes y los nobles; en tal grado lo eran que hasta ahora
no ha habido en la tierra hombres más fuertes ni más nobles, y ni siquiera se los ha soñado
nunca; toda reliquia de ellos, toda inscripción suya produce éxtasis, presuponiendo que se
adivine qué es lo que allí escribe. Los judíos eran, en cambio, el pueblo sacerdotal del
resentimiento par excellence, en el que habitaba una genialidad popular moral sin igual:
basta comparar los pueblos de cualidades análogas, por ejemplo, los chinos o los alemanes,
con los judíos, para comprender qué es de primer rango y qué es de quinto. ¿Quién de ellos
ha vencido entre tanto, Roma o Judea? No hay, desde luego, la más mínima duda:
considérese ante quién se inclinan hoy los hombres, en la misma Roma, como ante la
síntesis de todos los valores supremos, —y no sólo en Roma, sino casi en media tierra, en
todos los lugares en que el hombre se ha vuelto manso o quiere volverse manso, —ante tres
judíos, como es sabido, y una judía (ante Jesús de Nazaret, el pescador Pedro, el tejedor de
alfombras Pablo, y la madre del mencionado Jesús, de nombre María). Esto es muy digno
de atención: Roma ha sucumbido, sin ninguna duda. (p.59-60).
Nietzsche (1996) cierra con una serie de cuestionamientos que expanden la discusión hasta
donde ha sido llevaba por el texto en el primer tratado, observando que la discusión está
lejos de tener un final:

¿Con esto ha acabado ya todo? ¿Quedó así relegada ad acta [a los archivos] para siempre
aquella antítesis de ideales, la más grande de todas? ¿Ó sólo fue aplazada, aplazada por
largo tiempo?... ¿No deberá haber alguna vez una reanimación del antiguo incendio, mucho
más terrible todavía, preparada durante más largo tiempo? Más aún: ¿no habría que desear
precisamente esto con todas las fuerzas?, ¿e incluso quererlo?, ¿e incluso favorecerlo?...
Quien en este punto comienza, lo mismo que mis lectores, a meditar, a continuar pensando,
es difícil que llegue pronto al final. (Nietzsche, 1996, p.61).
La moral cristiana es desenmascarada en el tratado como la productora de una inversión
que va a poner como máximo valor los elementos, prácticas, comportamientos y actitudes
más bajos, decadentes, débiles y miserables valores que podrían haber existido en la
historia humana.

En el tratado se puede observar la capacidad que Nietzsche (1996) tiene para utilizar la
interpretación-Deuntung desde su formación como filólogo, aplicada ahora en la filosofía.
En este proceso la interpretación adquiere un sentido nuevo en el que se utiliza para
desenmascarar las ilusiones y autoengaños, para sospechar de todo lo que se ofrece como
verdadero.

Bibliografía

Nietzsche, F. (1996). La Genealogía de la Moral. Un escrito polémico. Madrid, España:


Alianza Editorial.

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