Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El 29 de abril de 2008, el Jurado del PREMIO CERMI- Obra Social Caja Madrid
“DISCAPACIDAD Y DERECHOS HUMANOS” 2007-2008, compuesto por Luis
Cayo Pérez Bueno, Secretario General del CERMI, en calidad de Presidente, y María
Fernanda Ayán San José, Directora de Programación y Concertación Asistencial
de la Obra Social Caja Madrid, Juan Ignacio Gómez Pallete, del Departamento de
Personas Dependientes de la Obra Social Caja Madrid, Rafael de Lorenzo García,
Secretario General del Consejo General de la ONCE, Fernando Fernández-Arias
Minuesa, Director de la Oficina de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos
Exteriores y Cooperación, Silvia Escobar Moreno, Embajadora Extraordinaria para
cuestiones de Derechos Humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores y Coope-
ración, Antonio Luis Martínez Pujalte, Profesor de Filosofía del Derecho de la
Universidad Miguel Hernández de Elche, Rafael de Asís, Director del Instituto de
Derechos Humanos “Bartolomé de las Casas”, Universidad Carlos III de Madrid,
Miguel Ángel Cabra de Luna, Director de Relaciones Sociales e Internacionales de
la Fundación ONCE y Ana Peláez Narváez, Directora de Relaciones Internaciona-
les de la ONCE y Comisionada de Mujer del CERMI, todos ellos en calidad de
miembros, adoptó por unanimidad el acuerdo de conceder el premio a la obra “El
modelo social de la discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad»,
presentada por Agustina Palacios Rizzo, que con arreglo a las bases del Premio se
publica en forma de libro en la colección cermi.es.
Producción editorial,
coordinación técnica e impresión:
Grupo editorial CINCA
Avda. Doctor Federico Rubio y Galí, 88.
28040 Madrid
grupoeditorial@edicionescinca.com
Depósito legal:
ISBN: 978-84-96889-33-0
Agustina Palacios
El modelo social de discapacidad:
orígenes, caracterización y plasmación
en la Convención Internacional
sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad
Autora: Agustina Palacios (agustina.palacios@uc3m.es)
Coordinadora de la Sección Discapacidad sobre Igualdad y No Discriminación
de la Cátedra “Norberto Bobbio”, Instituto de Derechos Humanos “Bartolomé de las
Casas”, Universidad Carlos III de Madrid.
Miembro de la Subcomisión de Expertos sobre la Convención de la ONU en
materia de Discapacidad creada por el Real Patronato sobre Discapacidad, MTAS
de España, Comisión de Legislación sobre Discapacidad, desde 2005.
Integrante del Comité de Redacción de Universitas, Revista de Filosofía, Derecho
y Política del Instituto de Derechos Humanos “Bartolomé de las Casas”, Universidad
Carlos III de Madrid.
Miembro del Consejo Asesor de la Revista Española del Tercer Sector, Fundación
Luis Vives.
Asesora del Gobierno Español durante la Sexta y la Octava Reunión del Comité
Especial de Naciones Unidas relativo al establecimiento de un Tratado Internacional
sobre la protección jurídica de las personas con discapacidad, New York, agosto de
2005, y agosto de 2006 respectivamente.
Directora General de la Oficina Municipal de Lucha contra la Discriminación y la
Promoción de Derechos Humanos, Mar del Plata, Argentina.
A Francisco, mi compañero de viajes, y
de vida, sin cuya presencia nada tendría, ni
someramente, el mismo sentido.
Págs.
Agradecimientos ................................................................................. 13
Prólogo ............................................................................................... 17
Introducción ........................................................................................ 25
Capítulo I
Aproximación histórica
1) El modelo de Prescindencia....................................................... 37
1.1) El Submodelo Eugenésico ................................................ 38
1.1.1) Noción de persona con discapacidad ................. 38
1.1.2) Tratamiento de niños y niñas con discapacidad . 41
1.1.3) Medios de subsistencia ........................................ 50
1.1.4) Respuestas sociales............................................. 52
1.2) Submodelo de Marginación .............................................. 54
1.2.1) Noción de persona con discapacidad ................. 56
1.2.2) Niños y niñas con discapacidad .......................... 58
1.2.3) Medios de subsistencia ........................................ 60
1.2.4) Respuestas sociales............................................. 61
2) El Modelo Rehabilitador ............................................................. 66
2.1) Concepto de persona con discapacidad .......................... 80
2.2) Niños y niñas con discapacidad....................................... 81
2.3) Medios de subsistencia .................................................... 85
2.4) Respuestas sociales ......................................................... 90
Capítulo II
Caracterización del modelo social y su conexión con los
Derechos Humanos
7
Índice
Págs.
Capítulo III
Plasmación del modelo social en la Convención
Internacional sobre los Derechos de las Personas
con Discapacidad
8
Índice
Págs.
9
Índice
Págs.
2.1.7)
El reconocimiento —o no— de nuevos dere-
chos ..................................................................... 270
2.1.8) Estructura y aproximación general ..................... 272
2.1.9) Principios generales ............................................ 274
2.1.10) Obligaciones generales....................................... 276
2.1.11) Derechos protegidos ........................................... 282
2.1.11.1) Derechos de Igualdad....................... 282
2.1.11.2) Derechos de Protección en situa-
ciones de especial vulnerabilidad..... 288
2.1.11.3) Derechos de libertad y autonomía per-
sonal ................................................... 294
2.1.11.4) Derechos de Participación ................. 298
2.1.11.5) Derechos sociales básicos ................ 301
2.1.12) Seguimiento y aplicación .................................... 308
2.1.12.1) Seguimiento a nivel nacional ............. 309
2.1.12.2) Seguimiento a nivel internacional ...... 310
2.2) Plasmación del modelo social .......................................... 313
2.2.1) A modo de introducción ..................................... 313
2.2.1.1) Sobre las causas que dan origen a
la discapacidad ................................. 314
2.2.1.2) Valor de la vida de una persona con
discapacidad ....................................... 330
2.2.2) Concepto de persona con discapacidad............ 340
2.2.3) Niños y niñas ...................................................... 350
2.2.3.1) La necesidad o no de un artículo es-
pecífico y su contenido ...................... 351
2.2.3.2) La perspectiva de transversalidad ..... 374
2.3.3) El debate en torno a la educación .................... 381
2.2.4) Medios de Subsistencia ...................................... 401
2.2.5) Respuestas sociales ........................................... 418
2.2.5.1) Sustitución o asistencia en la toma
de decisiones ..................................... 429
2.2.5.2) La “personalidad jurídica” y la “capaci-
dad jurídica”........................................ 437
2.2.5.3) Sobre el reconocimiento de la perso-
nalidad jurídica ................................... 441
10
Índice
Págs.
11
CAPÍTULO I
APROXIMACIÓN HISTÓRICA
1) EL MODELO DE PRESCINDENCIA
37
El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
14
La utilización en este apartado del término “noción”, y no de “concepto” como se utilizará
al caracterizar el modelo rehabilitador y el social, se debe a que no existe un concepto definido
38
Aproximación histórica
de persona con discapacidad, dadp que no existía dicha categoría, como tampoco el mismo
término de persona tenía el significado asignado en la actualidad.
15
FUSTEL DE COULANGES, N.D., La ciudad antigua, Traducción de Carlos Martín, Dia-
mante, Colección Obras Maestras, Barcelona, 1971, p. 268.
16
Ídem, p. 269.
17
Ibídem, p. 270.
39
El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
18
Vid VERNANT, J. P. y otros, El hombre griego, Alianza Editorial, Madrid, 1995, p. 11.
Describe Vernant al abordar las diferentes facetas de la vida del hombre griego que el hombre
de los derechos no puede ser el hombre de la ciudad antigua. “…el hombre griego recorre un
camino impuesto de pruebas y de etapas para convertirse en un hombre en el pleno sentido
de la palabra, conforme con el ideal griego de realización del ser humano”.
19
Vid. GARLAND, R., The eye of the beholder. Deformity & Disability in the Graeco—Roman
world, Duckworth, London, 1995, p. 43.
40
Aproximación histórica
“¿Cuál es el ser de voz única que tiene cuatro, dos y tres pies? Al res-
ponder el hombre, Edipo había resuelto el enigma de la esfinge.”22 Sostiene
Giuseppe Cambiano que el cambio en las formas de locomoción parecía la
señal evidente de las tres etapas cruciales de la vida humana: la infancia, la
20
Ídem. Señala Garland que resulta evidente que en ello también influyen motivos políticos:
el alentar a los luchadores, previendo que para el caso de sufrir un accidente o herida de
guerra tendrían un resguardo.
21
Ibídem.
22
CAMBIANO, G., “Hacerse hombre”, en la obra El Universo, los dioses, los hombres. El
relato de los mitos griegos, Vernant, J. p. (ed.), Traducción de Joaquín Jordá, Anagrama, Bar-
celona, 2000, p. 103.
41
El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
23
Ídem.
24
Ídem, p. 104.
25
Ibídem.
26
Comenta Garland que Edipo, el lisiado más célebre de la mitología griega, posiblemente
deba su nombre, que significa «pie hinchado», al hecho de que sus tobillos fueron pegados en
la infancia. Entiende el autor que si esta etimología es correcta, esta práctica bárbara presumi-
blemente haya sido común; realizada con la intención de eliminar completamente las chances
de vida de los niños. Cfr. GARLAND, R., The eye of the beholder, op. cit., p. 14.
27
CAMPOY CERVERA, I., La fundamentación de los derechos del niño: modelos de re-
conocimiento y protección, Dykinson, Madrid, 2006. En este sentido, el autor describe al niño
como «el mármol, de mejor o peor calidad —de mejor o peor naturaleza, con la que el escultor
—legislador, ha de esculpir —formar, mediante buen uso del cincel —educación, el más perfecto
busto —ciudadano».
28
Ibídem.
29
Cfr SCHEERENBERGER, R. C., Historia del retraso mental, op. cit., p. 18. Resalta el
autor que Esparta, más que cualquier otra ciudad—estado, elevó el culto de la fuerza física y
42
Aproximación histórica
la agresividad a cuotas inigualadas, por lo que encuentra lógico que una sociedad con tales
concepciones hiciese profundo hincapié en la eugenesia y el infanticidio.
30
Ídem.
31
Ibídem, p. 104.
32
Cfr. GARLAND, R., The eye of the beholder, op. cit., p. 27.
43
El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
eran evidentes hasta tiempo posterior. Por ello, en el caso de que sobrevi-
vieran o adquirieran la diversidad funcional luego de nacer, la obsesión de
los griegos por la perfección corporal devenía en la consecuencia de que
las personas con algún tipo de diversidad funcional o imperfección física,
tuvieran un espacio muy reducido en la sociedad.
33
Vid. SCHEERENBERGER, R. C., Historia del retraso mental, op. cit., p. 18.
34
Comenta GARLAND, R., The eye of the beholder, op. cit., p. 19, que las circunstancias
de la concepción de Hefesto fueron completamente desfavorables. Su madre Hera lo dio a
luz sin tener contacto sexual previo, con el motivo de mortificar a su marido Zeus. Parece ser
que su objeto fue vengarse porque Zeus había dado vida a Atenas sin su asistencia. Y así
fue que Zeus cometió una especie de infanticidio al privar del cielo a su hijo. Posteriormente,
Afrodita, la diosa del amor, se apiada de Hefesto y se casa con él. Pero el matrimonio no
duró y la diosa toma como amante a Ares, porque su marido era un lisiado. En la Odisea,
luego de que su hermosa mujer Afrodita le ha sido infiel, Homero hace decir a Hefesto que
nadie era responsable por el hecho su ser defectuoso, excepto sus propios padres, y que
ellos nunca debieron haberle hecho nacer. Esta explosión de Hefesto denota la creencia
acerca de la angustia que pudiera producir el hecho de padecer una diversidad funcional en
una manera que solo puede ser encontrada en la literatura clásica, y esto claramente tiene
implicaciones para su permanente status como un lisiado, que va mas allá de su predicamento
como esposo engañado. En otro sentido, la áspera discusión entre Edipo y Tiresias, el ciego
profeta, en Edipo Tirano de Sófocles, resulta muy reveladora de la oculta animosidad que se
insinúa pudiera existir por parte de quien no es ciego hacia quien lo es. Precisamente en el
momento en que Edipo se mofa de su adversario llamándolo charlatán artificioso “eres ciego
de ojos, de oído y de entendimiento”, Tiresias pierde su temple y revela más de lo que era su
intención acerca de la verdad sobre los padres de Edipo. Cfr. SÓFOCLES, Edipo rey, Fontana,
Barcelona, 1995, p. 28.
44
Aproximación histórica
35
PROTÁGORAS, GORGIAS, Carta Séptima, Introducción, traducción y notas de Javier
Martínez García, Alianza, Madrid, 1998, p. 28
36
Theaitetos, 161 a, citado por GARLAND, R., The eye of the beholder, op. cit., p. 15.
37
GARLAND, R., The eye of the beholder, op. cit., p. 16
38
Ídem p. 17.
45
El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
Este consejo resultaba coherente con sus ideas. Ese estándar de perfec-
ción del cual era exponente el hombre, no debía ser alterado. Sin embargo,
el deseo de Aristóteles de que los deformes fueran eliminados, como lo
previsto en el código de los espartanos, se debía primariamente a un sentido
práctico sobre cuales eran los mejores intereses para la sociedad, y también
a su conocimiento sobre la posibilidad de que las enfermedades fueran
transmitidas hereditariamente.43 En este sentido, resalta Ignacio Campoy las
ideas de Aristóteles respecto del control que se ejercía sobre la “calidad” de
la naturaleza del niño a través de la legitimación de prácticas abortivas, y la
exclusión de su crianza como consecuencia de sus diversidades funcionales,
entre otras razones.44
39
ARISTÓTELES, Generación de los animales, Traducción de Francisco Gallach Palés,
Espasa-Calpe, Madrid, 1933, p. 34.
40
Ídem, p. 28.
41
GARLAND, R., The eye of the beholder, op. cit., p. 15. Sostiene el autor que Aristóteles
tuvo una mirada muy subjetiva y completamente antropológica sobre la deformidad, proponiendo
una noción zoológica jerárquica —que consideraba al hombre en la cima, y a la mujer en un
escalón inferior—.
42
ARISTÓTELES, Política, capítulo XVI, versículo 1335, Edición bilingüe y traducción por
Julián Marías y María Araujo, Instituto de Estudios Políticos, Madrid, 1970, libro 7, p. 145.
43
Vid. GARLAND, R., The eye of the beholder, op. cit., p. 15.
44
Vid. CAMPOY CERVERA, I., La fundamentación de los derechos del niño, op. cit.
46
Aproximación histórica
ra, en efecto, a los que son feos por naturaleza, pero si a los que lo son
por falta de ejercicio y abandono. Y lo mismo ocurre con la debilidad y
los defectos físicos: nadie reprendería al que es ciego de nacimiento, o a
consecuencia de una enfermedad o un golpe, mas bien lo compadecería;
pero al que lo es por embriaguez o por otro exceso, todos lo censurarían.
Así, pues, de los vicios del cuerpo se censuran los que dependen de
nosotros; los que no dependen de nosotros, no”.45
Pareciera de este modo, que su posición era más tolerante para el caso
de la diversidad funcional sobrevenida como consecuencia de una guerra o
accidente. Aunque también resalta la falta de responsabilidad para quien nace
ciego; quizás porque la ceguera era asimilaba con ciertas dotes y aptitudes;
lo que no ocurría con otras anomalías. 46
45
ARISTÓTELES, Ética a Nicómano, Edición bilingüe y traducción de María Araujo y Javier
Marías, Introducción y notas de Julián Marías, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid,
1989, Libro III, 5, p. 40.
46
Vid. en este sentido, MONTORO MARTÍNEZ, J., Los ciegos en la historia, Tomo I, ONCE,
Madrid, 1991
47
49.4 de la Constitución de Atenas, en Las Constituciones Griegas, Edición de Aurelia
Ruiz Sola, Akal, Madrid, 1987, p. 73.
47
El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
48
Vid. SENDRAIL, M., De los monstruos a los Dioses, Archivos Iberoamericanos de Historia
de la Medicina, Vol. IV, Fasc. II; julio-diciembre de 1962, p. 353.
49
Por ello sostiene Sendrail que no resulta sorprendente que reportes de nacimientos de
monstruos tendieran a proliferar en periodos de levantamientos sociales y políticos. Ídem, p.
353.
50
Ídem, p. 353. Así, se permitía dar muerte a los niños deformes, aunque solo durante los
primeros ocho días de vida.
51
Como destaca SCHEERENBERGER, R. C., Historia del retraso mental, op. cit., p. 24,
es imposible describir en forma completa todas las experiencias por las que atravesaron las
48
Aproximación histórica
De este modo, podría decirse que —como afirma Garland— la ley que
Dionisio atribuye a Rómulo, no demanda la exposición de los niños, sino
que solo libera a los padres de la obligación de criarlos. Aunque no debe
olvidarse la connotación de mera propiedad que les caracterizaba.53
49
El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
55
Ídem.
56
“Habiendo sido muerto inmediatamente, como lo hubiera sido un niño extraordinariamente
deforme en virtud de las XII Tablas”; Ley de las XII Tablas, Estudio preliminar, traducción y
observaciones de César Rascón García y José María García González, Tecnos, Madrid, 1993,
Tabla IV, 1, p. 9
57
GARLAND, R., The eye of the beholder, op. cit, p. 17.
58
Vid. MONTORO MARTÍNEZ, J., Los ciegos en la historia, op. cit.
50
Aproximación histórica
59
SCHEERENBERGER, R. C., Historia del retraso mental, op. cit., p. 26.
60
GARLAND, R., The eye of the beholder, op. cit., p. 34.
61
Sostiene Garland que la predilección imperial por los monstruos seguramente refleja el
hastío de los miembros del imperio y el encogido mundo del emperador, lo que les hacia buscar
algo exótico que les aliviara del tal aburrimiento. Por otro lado, en determinadas circunstancias
también el emperador encontraba una justificación en su propia deformidad o anormalidad
apelando a la creencia de que era una señal de fuerza. El Emperador Augusto estaba cubierto
de manchas en la piel, y ello se explicaba alegando que las mismas eran proporcionales en
número a la constelación de Osa Mayor. Ídem
62
Cfr. SCHEERENBERGER, R. C., Historia del retraso mental, op. cit., p. 26.
51
El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
63
Vid. SÉNECA, L. A., Cartas morales a Lucilio, Introducción de Eduardo Sierra Valentí,
Planeta, Barcelona, 1985, De la Amistad, Carta XLVIII, p. 112.
64
Destaca el autor citado que el Emperador Claudio dictó un edicto declarando que los
esclavos con discapacidad debían ser abandonados en vez de quitárseles la vida; por lo que
52
Aproximación histórica
se inclina a pensar que el hecho de matarlos era una práctica habitual. Vid. GARLAND, R.,
The eye of the beholder, op. cit., p. 39.
65
Ídem, p. 40.
66
Es esta una característica que —como se verá— se encuentra en todos lo modelos a
desarrollar y que se podría considerar una constante histórica.
67
Cfr. GARLAND, R., The eye of the beholder, op. cit., p. 41.
53
El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
54
Aproximación histórica
68
Ibídem.
69
En cuanto a los primeros, destaca AGUADO DÍAZ, A., Historia de las deficiencias, op. cit.,
p. 55 y ss, que los padres de la Iglesia denuncian el infanticidio y el aborto y consideran que
hasta los no nacidos tienen alma. Por lo que respecta a los segundos, el Concilio de Ancira
(314) prohíbe de por vida la entrada en el templo a la mujer que haya dado muerte a su hijo;
el de Nicea (325) decreta el hospedaje en cada comunidad de enfermos, pobres y vagabundos
(hospedajes que en algunos casos se convierten en asilos para niños); el de Vaisón (442)
dispone refugio en el templo durante diez días para todo niño abandonado.
70
Vid. SENDRAIL, M., Historia cultural de la enfermedad, Traducción de Clara Janés, Espasa-
Calpe, Madrid, 1983, p. 173 y ss.
71
Edición castellana de 1967 de la Biblia de Jerusalén (Juan, 9:1-3).
72
“Los fariseos a su vez le preguntaron cómo había recobrado la vista. El les dijo: «Me puso
barro sobre los ojos, me lavé y veo.»” Ídem, (Juan, 9:9-15).
55
El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
todas las formas del mal. Sin embargo, y a pesar de lo relatado, desta-
ca Scheerenberger una doble influencia del cristianismo hacia direcciones
contrapuestas: dulzura—amor frente a posesión demoníaca. Por un lado, la
dulzura—amor que propicia el tratamiento humanitario.73 Pero por otro lado,
también se aplican prácticas crueles, siendo la posesión demoníaca la más
brutal de todas ellas: la misma Iglesia que potencia los hospitales y asilos,
traerá las hogueras de la Inquisición.74
En este punto procede, una vez más, analizar las respuestas sociales dis-
pensadas a las personas con discapacidad, desde la asunción del presente
modelo tomando como marco de referencia, los cuatro ámbitos propuestos
como metodología analítica en el presente trabajo.
73
Aunque ello tenga mucho de caridad y paternalismo, lo que tiende a perpetuar la situa-
ción de partida, dado que no potencian al sujeto, sino que se lo sigue considerando un ser
inferior.
74
SCHEERENBERGER, R. C., Historia del retraso mental, op. cit., p. 33.
75
Lo afirmado no elude la consideración de que también en este submodelo la pertenencia
a una clase social acomodada determinaba en gran medida el destino de la persona afectada
por diversidad funcional. Al menos no debía apelar a la caridad pública, sino a la de su familia.
El hecho de no tener que mendigar ni someterse a tratos degradantes del estilo proporcionaba
a la persona con discapacidad la posibilidad de no integrar el grupo de marginados, el cual se
definía básicamente por la carencia de medios elementales para la supervivencia.
56
Aproximación histórica
76
Vid. GEREMEK, B., La Piedad y la Horca. Historia de la miseria y de la caridad en Europa,
Versión española de Juan Antonio Matesanz, Alianza, Madrid, 1989, p. 60 y ss.
77
Vid. GEREMEK, B., El marginado, en El hombre medieval, LE GOFF, J., Y OTROS,
Traducción de Julio Martínez Mesanza, Alianza, Madrid, 1990, p. 383. Destaca el autor que la
ambivalencia de actitud hacia los mendigos y la pobreza —entre la condena de un modo de vida
y el elogio de las virtudes de la renuncia— se puede rastrear ya en los escritos de los Padres
de la Iglesia, pero en la sociedad medieval prevalece la aceptación del papel funcional de los
mendigos, aunque siempre en la medida de que no comprometiesen el equilibrio existente.
78
MARAVALL, J. A., Pobres y pobreza del medioevo a la primera modernidad, Trabajo pu-
blicado en la Revista “Cuadernos Hispanoamericanos”, Madrid, enero-febrero, 1981.
57
El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
79
Ídem, p. 5, el autor sostiene que este reconocimiento de la necesidad de los pobres y
de la pobreza en la sociedad medieval se tradujo en la sublimación teológico-moral y política
de una situación real dada. Con su planteamiento escatológico, ligada a la ley eterna o ley de
Dios y al Evangelio o ley de Jesucristo, la pobreza se reveló como un resistente pilar en el
que se apoyaba la estructura económico-social de la sociedad tradicional.
80
Sin embargo, como se verá más adelante, durante el período de Baja Edad Media las
violentas crisis sociales, al causar empobrecimiento, generaron una transformación en las re-
laciones con las personas con discapacidad, como por ejemplo el cambio que se produjo en
la doctrina acerca de la pobreza en el siglo XIII, que es la causa de la difusión de actitudes
represivas y marginadoras respecto de las personas que mendigaban en general, y de las
personas con discapacidad en particular.
58
Aproximación histórica
Por otro lado, como se comentará con mayor detenimiento más adelante,
el destino de muchos niños durante esta etapa sería el de ocupar un sitio
entre los mendigos. La mendicidad llegaría a convertirse en una especie de
práctica profesional, y los niñas y niños con discapacidad serían utilizados
como objeto motivador de caridad, en mayor medida que cualquier otro men-
digo. De este modo, no solo los niñas y niños con discapacidad congénitas
que sobrevivieran ni los que las adquiriesen con posterioridad por accidente
81
Vid. AGUADO DÍAZ, A., Historia de las deficiencias, op. cit., p. 59.
82
El negocio de comprar niñas y niños con el objetivo de deformarlos se generalizó por toda
Europa, principalmente en Inglaterra, donde los compraniños fueron muy perseguidos por las
autoridades. Vid. MONTORO MARTÍNEZ, J., Los ciegos en la historia, op. cit., p. 485.
83
Vid. GEREMEK, B., La Piedad y la Horca, op. cit., p. 180.
84
Vid. SCHEERENBERGER, R. C., Historia del retraso mental, op. cit., p. 44 y ss.
59
El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
85
Vid. GEREMEK, B., La Piedad y la Horca, op. cit., p. 60.
86
Ídem, p. 58.
87
Ibídem.
60
Aproximación histórica
Desde los primeros tiempos, la Edad Media adoptó una actitud completa-
mente diferente a la del mundo antiguo en lo relativo al trabajo y a la riqueza.
Ibídem.
88
Como en toda época, los ciegos entretenían con su música y cantares, Vid. al respecto:
89
61
El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
90
Vid. GURIÉVICH, A., Las categorías de la cultura medieval, presentación de Georges
Duby, Versión castellana de Helena Kriúkova y Vicente Cazcarra, Taurus Humanidades, Madrid,
1990, p. 242 y ss.
91
Vid. HUIZINGA, J., El otoño de la Edad Media, Versión española de José Gaos, Alianza,
Madrid, 1988, p. 37.
92
La más manifiesta exclusión se dio para el más peligroso y miserable de todos: el leproso.
Vid. LE GOFF, J. Y OTROS, El hombre medieval, op. cit., p. 34.
93
Vid BRAUDEL, F. Las civilizaciones actuales. Estudio de historia económica y social,
Tecnos, Madrid,1966, p. 277.
62
Aproximación histórica
Sin embargo, diferente fue el tratamiento recibido por las personas con
discapacidad durante la Baja Edad Media, donde la marginación fue el re-
sultado nefasto de la exclusión y de la persecución:
94
Ídem.
95
Vid. LOPEZ PIÑERO, J.M., Medicina, Historia, Sociedad. Antología de clásicos médicos,
Ariel, Barcelona, 1973, p. 75 y ss.
96
SENDRAIL, M., Historia cultural de la enfermedad, op. cit., p. 226.
63
El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
97
LÓPEZ PIÑERO, J.M., La medicina en el historia, Salvat, Barcelona, 1981, p. 27.
98
Ídem. Destaca el autor que en 1349 Eduardo III promulgó en Inglaterra el Statute of
Labourers, mediante el cual se perseguía erradicar la pobreza, contratando obligatoriamen-
te a vagabundos, mendigos, ancianos o niños. Estos debían aceptar a todo propietario que
quisiera emplearlos. Por otro lado, y a efectos de que el plan propuesto diera buen resultado,
se prohibía terminantemente dar limosna. Los castigos a los que se encontraban expuestos
los mendigos oscilaban desde la mutilación de la nariz y las orejas hasta la condena a las
galeras o la horca.
99
Estas fueron las causas por las cuales durante este período varía la concepción y el juicio
sobre la pobreza, particularmente entre los eclesiásticos, quienes pasaron a considerarla resul-
tado del pecado y de la degradación del hombre. Dios había querido la división de los hombres
entre poderosos y débiles, ricos y pobres, sanos y afectados por enfermedad o deficiencias. La
limosna era un deber, pero destinado a salvar a quien daba; ya que no se demandaba amor o
compasión hacia el desvalido, y menos aún se reflexionaba sobre su dignidad. En consecuencia,
el destino de muchas personas con discapacidad era apelar al deseo de la propia salvación
del poderoso a través de la limosna.
100
FOUCAULT, M., Historia de la locura en la época clásica, Tomo I, Fondo de Cultura
Económica, Madrid, 1997.
64
Aproximación histórica
101
AGUADO DÍAZ, A., Historia de las deficiencias, op. cit., p. 60.
102
Ídem.
103
Ibídem. Relata el autor que —escrito por los monjes dominicos alemanes Sprenger y
Kraemer en 1487—, El martillo de las brujas es una enciclopedia cruel sobre brujería, sobre
la forma de aprehender a las brujas y los procedimientos para examinarlas por medio de tor-
turas. Identificaba brujería con herejía y también brujería con enfermedad mental, muchos de
65
El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la
Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad
Debe aclarase que, si bien ningún ser humano física o mentalmente dife-
rente de la norma se escapaba de la acusación de brujería, a las personas
con discapacidad intelectuales y a las denominadas loco no alborotadores se
les permitía vagar en libertad. En este contexto, se consideraba que existía
la buena y la mala locura medieval, por lo que se trataba de personajes
sociales a sanar o a segregar. 104
2) EL MODELO REHABILITADOR
cuyos síntomas la obra describe cuidadosamente. Este compendio fue la autoridad y guía de
la inquisición en su búsqueda de herejías y posesiones diabólicas
104
Ibídem, p. 64.
66