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Camino (vía)

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Camino en restaurante, Toluca.

Un camino, en sentido lato, designa toda vía de comunicación entre dos puntos; en su sentido
restringido y más usado, se aplica a las vías terrestres de comunicación.
Los caminos son bienes de dominio público de la nación, provincia o municipio, y de
aprovechamiento común. Naturaleza que, así como la cualidad de ser impresquitibles, se les
reconoce desde antiguo.1
Las funciones de la Administración pública con respecto a los caminos pueden reducirse a
tres:

 construirlos y repararlos
 conservar su propiedad
 regular el aprovechamiento común

Índice

 1Historia
 2Antigua Grecia
 3Antigua Roma
 4En España
o 4.1Competencias
o 4.2Clasificación
 4.2.1Caminos vecinales
 5Referencias

Historia[editar]
Es de creer que desde el momento en que los pueblos se fueron relacionando entre sí se
fueron estableciendo rutas para facilitar la comunicación, y que se establecerían reglas de
policía para su conservación y aseo. Se dice que los persas tuvieron tres caminos principales
muy buenos. Según Diodoro de Sicilia, Semíramis estableció por todos sus estados una
especie de caminos o vías militares para cuya construcción hizo rebajar colinas,
rellenar valles y fosos y formar diques y calzadas elevadas. Justino asegura asimismo
que Jerjes empleó sumas considerables para la construcción de caminos públicos.

Antigua Grecia[editar]
Heródoto dice que el cuidado de los caminos entre los lacedemonios estaba a cargo de los
reyes. En Atenas cuidaba de ellos el senado, y en Tebas y otros pueblos de Grecia confiaban
este encargo a los hombres más eminentes. Sin embargo, no parece que entre los griegos este
ramo hubiese adelantado con proporción a los otros en que tanto aventajaron a los demás
países, como resulta claramente de un pasaje de Estrabón. Este autor dice en el libro 5.° que
los griegos miraron con negligencia tres obras por los que los romanos no perdonaron tiempo
ni fatiga, a saber, la construcción de las cloacas, de los acueductos y de los caminos
o vías públicas. Se justifica además el atraso o indiferencia de los griegos por los caminos al
no hacer mención de ellos ninguno de sus autores y porque no llegaron jamás a tener ninguno
enlosado. Este adelanto estaba reservado, según dice Isidoro a finales de su XV libro, a
los cartagineses, pueblo comerciante que conocía el interés de los viajes y la facilidad de los
trasportes.

Antigua Roma[editar]

Calzada romana

Los romanos siguieron su ejemplo y los monumentos o vías que quedan todavía de ellos
después de tantos siglos son un testimonio incontestable de su poder y de su gloria. El primer
camino que construyeron es considerado el más hermoso de cuantos fabricaron: este es la vía
Apia, así llamada por Apio Claudio. En seguida, hicieron construir la vía Aureliana, luego
la Flaminia, a las que añadieron otras muchas, de suerte que los caminos espaciosos, sólidos y
adornados de milla en milla de columnas de mármol se extendían en todas direcciones desde
las extremidades occidentales de Europa y África hasta Asia menor, en una distancia de más
de cuarenta mil leguas francesas.
Los romanos construían los caminos con cuatro hiladas o capas de materiales, de las que
resultaba una obra solidísima.

 la primera, llamada statumen, era de mortero compuesto de arena, cal y toba, y tenía


una pulgada de grueso sobre tierra firme;
 la segunda capa o cama, que se ponía sobre la primera, era
de casquijo y escombro desmenuzado y unido con mortero y se llamaba por los
latinos ruclus;
 la tercera hilada, que iba sobre la segunda, se componía de calcina o argamasa hecha
de arena o toba mezclada con cal, y la llamaban nucleus porque calaba toda la obra;
 finalmente, ponían la cuarta capa que estaba en la superficie, compuesta unas veces
de piedras duras y sólidas, como se ve en la vía Apia y otras de escombros o
de guijarros pequeños, mezclado todo con arena gruesa, como se ve en algunos caminos
militares, guardando para las ciudades y sus inmediaciones aquellas piedras de mayor
tamaño.
Los grandes caminos de los romanos tenían sesenta pies de ancho.
Los antiguos paganos acostumbraban a poner en los caminos la estatua de Mercurio,
como numen tutelar de los viajeros, los cuales al pasar solían tomar una piedra del camino y
echarla al pie del simulacro de aquella falsa divinidad, como un acto de adoración. Estas
piedras servían después en algunos países para quitar la vida a aquellos que eran condenados
a morir apedreados y a esto alude lo que aparece en el cap. XXVI de los Proverbios, de que el
que honra y protege a un insensato obra del mismo modo que quien tira su piedra en el
montón dedicado a Mercurio.

En España

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