Está en la página 1de 1

EL ENTIERRO empezar, ha puesto fin al aprendizaje, pero la Pero en Ti, Señor, yo escucho sus

realización eterna va a empezar, ha concluido llamadas, los veo que me invitan, percibo sus
Para el cristiano la muerte no existe. Y en su lenta gestación, pero la vida eterna está consejos.
todo caso tiene más de punto de partida que de fin. empezando. Sí, ahora los tengo mucho más cercanos.
La Iglesia canta en el Prefacio de Difuntos: «La vida
Sí, el muerto nacía, acababa de nacer a la Antes nuestras carnes se tocaban, pero no nues-
no acaba, se transforma», y llama «Día del Na-
cimiento» al aniversario de la muerte de los santos. Vida, a la Vida que vale, a la que va de veras, la tras almas.
Teresa del Niño Jesús decía en su lecho de muerte: Vida eterna. Y ahora me abrazo a ellas cuando te
«No es que me muera, estoy entrando en la Vida». encuentro a Ti, los recibo en mi alma cuando a
Nuestros muertos viven. Quien quiera vivir ¡Cómo si hubiera muertos! Ti te recibo, los llevo conmigo cuando a Ti te
toda la eternidad con ellos tiene que encontrarse con No, no hay muertos, Señor, sólo hay llevo, los amo cuando te amo.
Cristo, escucharle y comulgar con Él.
vivos de aquí y vivos de allá. Oh, muertos míos, vivos eternos que
La muerte existe, bien lo sé, pero dura un viven en mí.
Yo soy la resurrección y la vida. (Jn 11,25)
instante, un momento, un segundo, un salto, el Ayúdenme a aprender bien a vivir
En verdad, en verdad os digo, el que cumple mi
salto de lo provisional a lo definitivo, de lo durante esta corta vida.
palabra, jamás verá la muerte. (Jn 8, 51) Yo soy el
temporal a lo eterno.
pan vivo… si alguno come de este pan vivirá para
Como el niño que muere para dejar paso Señor, te amo y quiero amarte más:
siempre. (Jn 6, 51)
al muchacho, como el gusano cuando levanta el Tú eres quien eterniza los amores, y yo
vuelo la mariposa, como el grano cuando brota quiero amar eternamente.
La multitud seguía el coche fúnebre. Iba un
la espiga.
grupo que lloraba, otro grupo, de negro,
Ah, muerte, tipo bufo, coco de los Michel Quoist
entristecido, otro medio llorando y un cuarto
chiquillos, fantasma inexistente, me das risa.
grupo, charlando, bromeando aburrido.
Y a la vez me enfureces.
Porque tienes al mundo aterrorizado,
A la salida del cementerio:
porque espantas y burlas a los hombres,
-los primeros lloraban: «todo acabó»;
cuando en verdad no existes más que para la
-los segundos, de negro, sollozaban:
Vida y eres realmente incapaz de arrebatamos a
«ánimo, pequeña, valor, ya se acabó»;
los que amamos.
-los terceros decían: «pobrecillo, pero
Señor, aquí están mis muertos, junto a mí.
todo es así, todo termina»;
Los siento vivir aquí en la sombra, no los toco
-los últimos, de color, respiraban: <<uf,
-es verdad- con mis ojos porque han
menos mal, se acabó».
abandonado un momento su envoltura carnal,
como se deja un vestido usado o pasado de
Y yo en cambio pensé: Todo comienza.
moda.
El muerto ha terminado su ensayo
Su alma, privada del disfraz, no me hace
general, pero la representación eterna va a
ya señales.

También podría gustarte