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11-10-2019 Por Adriana Calvo.

Todos los agricultores sabemos que ajustar la dosis de fertilización y abonado es vital para el
buen desarrollo de las plantas, pues tanto el exceso como el defecto resultan perjudiciales.
Para el cálculo de fertilizantes y abonado en la cantidad más conveniente y la elección del tipo
de abono más adecuado lo que hay que hacer en primer lugar es determinar las necesidades
nutricionales que tiene el cultivo.

¿Quieres saber cómo? Sigue leyendo y descubre cómo deducir las dosis idóneas.

Contenidos [ocultar]

1 El primer paso: saber qué necesidades nutricionales tienen los cultivos

1.1 Cálculo en unidades fertilizantes

2 Fertilizantes minerales y orgánicos

2.1 Particularidades de los fertilizantes orgánicos

3 Conclusión

El primer paso: saber qué necesidades nutricionales tienen los cultivos

La necesidad nutricional de un cultivo varía en función de la cosecha esperada, ya que no gasta


lo mismo una planta que produce mucho que una que lo hace poco. Existen muchas tablas de
requerimientos nutricionales en función de rendimientos específicos, las cuales puedes
consultar para orientarte.

Para calcular la necesidad nutricional de tu cultivo debes ajustar la dosis de fertilización al


máximo de cosecha que podrías obtener, si todo sale según lo previsto. De este modo
aportarás el abono necesario para satisfacer el máximo que la planta puede absorber.

Cálculo en unidades fertilizantes

Una vez calculadas las necesidades nutricionales, obtendrás el cálculo en unidades fertilizantes
de cada nutriente por separado. Por ejemplo, 100-120-60.
Esos números se refieren a las unidades fertilizantes por hectárea que absorberá el cultivo
durante su ciclo, en el siguiente orden: N-P2O5-K2O, es decir, Nitrógeno – Fósforo asimilable –
Potasio soluble.

Una vez que sepas la cantidad de nutrientes que va a gastar el cultivo, deberás tenerlo en
cuenta en el cálculo de fertilizantes a aplicar. Tendrás que restar de la dosis de abono la
cantidad de aquellos que, por los siguientes motivos, ya están presentes en el suelo:

Por descomposición de los restos del cultivo anterior.

Porque en la cosecha precedente no se obtuvieron las cantidades esperadas y por tanto


sobraron nutrientes.

Por aportaciones en el pasado de fertilizantes orgánicos de lenta descomposición.

En relación con esto, es importante saber que el fósforo y el potasio permanecen en el suelo,
mientras que el nitrógeno es un elemento móvil y, en caso de no ser absorbido, se pierde de
un año al otro. En este sentido, te invitamos a descubrir como evitar la pérdida de nitrógeno
con abonado.

Una vez que hayas restado los nutrientes que el suelo ya tiene disponibles, obtendrás la cifra –
expresada en unidades fertilizantes– de cada nutriente, y así sabrás qué dosis tienes que
aportar.

A partir de aquí habrá que calcular la cantidad de abono que hay que aplicar por hectárea.

Fertilizantes minerales y orgánicos

Los fertilizantes se separan en dos grandes grupos:

Fertilizantes minerales: también llamados inorgánicos, engloban a los abonos elaborados por
la industria, que contienen elementos nutritivos esenciales para el desarrollo de las plantas, y
que no están provistos de materia orgánica procedente de animales o plantas. Encontramos
fertilizantes simples y complejos. Los primeros tienen un contenido declarable en nitrógeno,
fósforo o potasio, mientras que los segundos pueden combinar varios de ellos. En cuanto a su
formato, que condiciona su método de aplicación, existen abonos sólidos, solubles o líquidos.
Puedes ampliar información sobre fertilizantes minerales en este otro post.

Fertilizantes orgánicos: engloban a los fertilizantes cuyos nutrientes provienen de material


orgánico, ya sea animal, vegetal u otro. Existen varios tipos de fertilizantes orgánicos, según su
forma de preparación y forma de aplicación. Por ejemplo, entre los abonos sólidos, como el
estiércol o compost, o líquidos como el purín.

El grado de fertilizante se etiqueta con un código de tres números de los tres macronutrientes
primarios: nitrógeno (N), fósforo (P), y potasio (K). El primer valor corresponde al contenido de
nitrógeno total, el segundo al fósforo disponible (P2O5), y el tercero al contenido de potasio
soluble en agua (K2O).

La riqueza de los fertilizantes comerciales se expresa en % de unidades fertilizantes. Por


ejemplo, un fertilizante complejo 15-15-15 contiene 15 kg de N por cada 100 kg de fertilizante,
15 Kg de P2O5 por cada 100 kg de fertilizante y 15 kg de K2O por cada 100 kg de fertilizante.

Mediante este calculo de fertilizantes porcentual sabremos los kilogramos de cada fertilizante
que tenemos que aportar para satisfacer las necesidades de cada elemento en el cultivo.

Particularidades de los fertilizantes orgánicos

Los fertilizantes orgánicos (estiércol y purín) tienen riquezas mucho menores, expresadas en su
mayoría en UF/T o UF/m3. Es decir, en unidades fertilizantes por toneladas de cosecha o por
metros cúbicos.

Los resultados los obtendremos en T (toneladas) o m3 (metros cúbicos) por lo que, si


queremos compararlos con otros fertilizantes y saber su riqueza en el formato 0-0-0, debemos
dividir por 10 esa riqueza. Por ejemplo, un estiércol con 5kg/T de nitrógeno tendrá una
riqueza en % de 0,5, resultado de su división entre 10.

Además, debemos tener en cuenta que los estiércoles y purines se van mineralizando a lo
largo de los 3 años siguientes a su aplicación, liberando aproximadamente un 50% de los
nutrientes procedientes de estiércol el primer año, un 35% el segundo y el 15% restante el
tercero. Los purines, por su parte se descomponen más rápido, aproximadamente en un 75%
el mismo año, y un 20% el siguiente y un 5% el tercero.

Es importante considerar estos porcentajes y multiplicarlos por la riqueza para saber qué te
aportarán cada año. En caso de déficit hay que complementar con fertilizantes minerales.
Si se aportan anualmente estiércoles o purines, se puede simplificar y obviar los porcentajes,
puesto que cada año se estará mineralizando el 50% de lo aportado ese año, el 35% de lo
aportado el año anterior y el 15% de lo aportado hace dos años, sumando así el 100% de su
riqueza.

Conclusión

Como ves, para el correcto calculo de fertilización y abonado y hacer una fertilización eficiente
es necesario tener en cuenta muchos valores, entre ellos los correspondientes a los aportes
pasados. Debido a esto es fundamental anotarlos todos y ser muy ordenados.

De otra forma no seremos capaces de hacer nuestras estimaciones de manera correcta y


tendremos que abonar a ojo, o bien seguir las recomendaciones de los comerciales, que
muchas veces son exageradas.

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