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La Importancia de la 3a y la 7a

Partimos del conocimiento de las particularidades de los modos de la escala mayor y de los
acordes que corresponden a cada uno de ellos; así como suponemos también el reconocimiento
sonoro, lo cual al fin de cuentas es lo que más nos importa.

Hemos visto que las notas que corresponden al arpegio básico (1, 3, 5 y 7) son las que
determinan la cualidad básica del acorde o modo, mientras que las extensiones (9, 11 y 13)
definen con precisión su identidad. Veamos ahora qué es exactamente esa "cualidad básica".

La armonía diatónica se forma mediante un proceso aditivo, es decir, seleccionamos una


tonalidad y tomamos de ella una nota cualquiera, agregamos una tercera, luego una quinta (en
este punto tenemos lo que se conoce como tríada - tres notas), después agregamos una
séptima (tenemos ahora el acorde de séptima), etc.

Siguiendo este proceso de acumulación de notas a distancia de tercera de la nota anterior es


como obtenemos desde el acorde más simple (la triada) hasta el más complejo (el acorde de
trecena). Lo que tenemos es, simplemente, una ordenación de números impares de la escala
que estamos usando: 1, 3, 5, 7, 9, 11 y 13. De esta serie de notas, las primeras tres constituyen
el requisito mínimo para denominar al grupo como "acorde"; cualquier nota que agreguemos
más allá de la quinta nos servirá para definir con mayor precisión las características específicas
del acorde y, por supuesto, para crear una armonización más rica. En otras palabras, si
utilizamos tríadas solamente para crear una armonización, estaremos limitando nuestra "paleta"
a tres "colores" por cada acorde, mientras que si utilizamos todas las notas disponibles
extendemos nuestras posibilidades a siete "colores" por acorde.

No es necesario usar todas los notas disponibles sobre todos los acordes, pero es importante
saber que ahí están y pueden ser usadas. Ahora bien, en la armonía diatónica existen dos
"familias" principales de acordes: mayores y menores; esto es determinado por la primer nota
que agregamos a la tónica del acorde en cuestión, es decir, la tercera. Cuando esta es mayor
(dos tonos) el acorde pertenece a la familia mayor, y cuando es menor (un tono y medio) el
acorde es de la familia menor. Por eso la importancia del tipo de tercera que contenga un
acorde, pues ella determina la primera gran división armónica.

La siguiente tabla nos muestra las combinaciones que generan a los cuatro tipos de acorde que
se dan en cualquier tonalidad Mayor.

3 y 7 = Acorde Mayor
3 y b7 = Acorde Dominante
b3, b7 y 5 = Acorde Menor
b3, b7 y b5 = Acorde Semi-disminuido

La tercera y la séptima son las más importantes, puesto que sus diferentes combinaciones se
dan en los siete acordes de la tonalidad, mientras que la quinta disminuida existe únicamente
en el séptimo grado.

Lic. Carlos Montoya G. “Taller de Armonía Aplicada” 1


Veamos ahora algunos ejercicios prácticos para entender en términos sonoros la importancia de
estas notas.

El Ej. 1 contiene una progresión armónica común, sobre la cual sólo tocamos la tercera
correspondiente a cada acorde, lo cual define claramente a cuál familia pertenece el acorde.

En el Ej. 2 estamos usando únicamente la séptima; esta nota define también la cualidad del
acorde, aunque de una manera menos clara que la tercera.

En el Ej. 3 usamos la tercera y la séptima en todos los acordes, excepto en el quinto compás,
en el cual usamos la tercera y la quinta (b3 y b5) sobre el acorde La semi-disminuido. Estas son
las notas que mejor lo definen, ya que la quinta disminuida se da solamente en ese acorde.
Observemos cómo la séptima de un acorde se conecta a la tercera del siguiente acorde por
grado conjunto, creando una especie de resolución.

En el Ej. 4 estamos haciendo el mismo tipo de conexión, pero ahora tenemos cuatro notas por
compás; un ejercicio como éste se puede crear fácilmente sobre casi cualquier progresión
armónica, sólo ponemos la tercera en el primer tiempo y la séptima en el cuarto, y sobre los
tiempos 2 y 3 ponemos notas que nos lleven de una nota a la otra .Es muy importante practicar
estos ejercicios hasta llegar al punto en el que ubiquemos las notas instantáneamente, lo cual

Lic. Carlos Montoya G. “Taller de Armonía Aplicada” 2


nos ayudará a conocer mejor nuestro instrumento y educará nuestro oído para escuchar
armonías con mayor discernimiento.

Para práctica posterior, utilicen progresiones como la del Ej. 5 (cuartas ascendentes), en la que
tenemos acordes de un solo tipo; repitan el ejercicio usando los otros tres tipos de acordes.

Luego, hagan el ejercicio sobre progresiones como la del Ejemplo 6, en el que se mezclan los
cuatro tipos de acordes.

Finalmente, apliquen este concepto sobre canciones que conozcan, procurando mezclar
diferentes elementos (pocas notas, muchas notas, rápido, lento, estilos diversos, etc.) y usar
todo el registro del instrumento.

Lic. Carlos Montoya G. “Taller de Armonía Aplicada” 3

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