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La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó en septiembre de 2015 la Agenda 2030 para
el Desarrollo Sostenible, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que
también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia
El desarrollo sostenible es la capacidad de una sociedad para cubrir las necesidades básicas de las
personas sin perjudicar el ecosistema ni ocasionar daños en el medio ambiente. De este modo, su
principal objetivo es perpetuar al ser humano como especie, satisfaciendo sus necesidades
presentes y futuras, mediante el uso responsable de los recursos naturales.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015-2030), también conocidos por sus siglas ODS, son una
iniciativa impulsada por Naciones Unidas para dar continuidad a la agenda de desarrollo tras los
Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Son 17 objetivos y 169 metas propuestas como
continuación de los ODM incluyendo nuevas esferas como el cambio climático, la desigualdad
económica, la innovación, el consumo sostenible, la paz y la justicia, entre otras prioridades , según
información extraída de la Enciclopedia Wikipedia.org
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) son:
La educación ambiental está estrechamente relacionada con los ODS ya que muchos como el de la
vida submarina (ODS 14) o el de consumo responsable (ODS 12) se basan en ella. La suma de todos
estos objetivos busca el equilibrio en la naturaleza.
Según las Naciones Unidas, la importancia de estos objetivos es fundamental, ya que pueden
servir como base para fomentar la educación ambiental, haciendo que todas las personas sean
conscientes sobre todos los problemas del mundo como la desigualdad o deshielo de los
casquetes polares para que, de esta forma, al tomar consciencia, seamos partícipes en el proceso
de encontrar las soluciones.
Según el portal Nuevas Normas ISO, estos son los principales ODS y su relación con el medio
ambiente. Se debe resaltar que todos están relacionados entre sí, pero uno más que otros:
El plástico está más presente en nuestro día a día de lo que pensamos, no solo son las botellas o
recipientes de la comida, también está en los pitillos, en los copitos para los oídos, etc. El plástico
ha inundado nuestra vida diaria: podemos encontrarlo en envases de productos, ingredientes de
cosméticos, el textil de la ropa, materiales de construcción y todo tipo de usos.
El plástico es hecho con polímeros de compuestos orgánicos, es un material sintético que se puede
moldear fácilmente, además contiene sustancias derivadas de petroquímicos.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, actualmente, en nuestros
océanos hay unas 150 millones de toneladas métricas de plástico y continuamos agregando 8
millones de toneladas métricas más cada año. La contaminación por plásticos afecta casi todos los
rincones el océano, incluyendo los alejados mares del Ártico y las profundidades del mar.
El plástico afecta a la tierra, el agua y el aire, su largo tiempo de degradación provoca múltiples
daños en los ecosistemas, aunque el reciclaje es una buena opción para disminuir la
contaminación en la tierra por el plástico, la verdad es que ya no es una medida suficiente,
definitivamente tanto el consumo como la producción de plástico se debe reducir.
En el caso del agua, se tiene conocimiento de que al menos existen 5 islas grandes de basura, que
por el movimiento del agua se sigue extendiendo a costas y mares. Este plástico afecta a las
especies marinas, en algunos casos los animales terminan enredados con los plásticos o, el peor de
los casos, los consumen y pueden provocar su muerte.
En cuestiones del aire, la producción de plástico libera gran cantidad de toxinas en el ambiente,
también cuando se es quemado, tanto así que el plástico es uno de los principales contaminantes
del medio ambiente, según datos recogidos del portal Travesía Pirenaica.
Según un informe del Foro Económico Mundial y la Fundación Ellen MacArthur, señala que si
esta tendencia continúa, en 2050, los océanos contendrán más plástico que pescado por peso.
Según el portal Ambientum, estos son algunos datos curiosos del uso del plástico:
Cerca del 40% del plástico es producido para realizar empaques de plástico.
Los residuos plásticos llegan de diversas formas a los océanos, ya sea desde la tierra o desde las
embarcaciones, para luego ser arrastrados por las corrientes marinas y por los vientos, por lo
tanto estos plásticos también impactan la vida silvestre de los océanos.
Por ejemplo, las tortugas marinas comen bolsas de plástico por equivocación creyendo que son
medusas. Las aves marinas, las ballenas, los delfines y otros animales marinos frecuentemente
aparecen muertos con los estómagos llenos de plástico. En 2009, la FAO estimó que hay unas
640.000 toneladas de redes abandonadas en el fondo marino en todo el mundo. Gran parte de
estas redes son atrapados millones de animales marinos en lo que se le ha denominado "pesca
fantasma". Según detalló el portal World Wild Life.
Otra forma de impacto en la biodiversidad se observa en los nidos de las aves que ahora utilizan
restos de plástico para construirlos. En lugar de piedras y barro se ven envoltorios de comida,
pitillos y otros desperdicios en los nidos.
Las Naciones Unidas señaló que en cada kilómetro cuadrado de agua salada flotan
aproximadamente 18.000 desechos de plástico. Cuando pequeños trozos bloquean la garganta o
el tracto digestivo de los animales, estos pueden dejar de alimentarse y morir de hambre porque
el plástico crea la sensación de saciedad.
De esta manera, millones de animales de más de 370 especies de todo el mundo comen plástico,
provocando daños en su cadena alimenticia y ocasionando la muerte.