Está en la página 1de 12

INVENTARIO ESTRUCTURADO DE SIMULACIÓN DE SÍNTOMAS -SIMS.

UNA MEDIDA DE SCREENING DE SIMULACIÓN DE SÍNTOMAS


PSICOPATOLÓGICOS Y NEUROPSICOLÓGICOS.

Héctor González Ordi*; Pablo Santamaría Fernández**.


* Universidad Complutense de Madrid

** TEA Ediciones, España

PALABRAS CLAVE: SIMS, Autoinforme, Simulación, Forense, Médico-legal.

KEYWORDS: SIMS, Self-report, Malingering, Forensic settings, Medicolegal settings.

RESUMEN:

El Inventario estructurado de simulación de síntomas, SIMS (Structured Inventory of Malingered


Symptomatology), es una medida de autoinforme que consta de 75 ítems de verdadero-falso que
sirven como screening para la detección de patrones de simulación de síntomas psicopatológicos y
neuropsicológicos. Estudios previos con esta prueba han mostrado altas tasas de detección de
sujetos simuladores en contextos clínicos, medico-legales y forenses (Widows & Smith, 2005;
Edens, Poythress y Watkins-Clay, 2007). En la adaptación española se está estudiando su
fiabilidad y convergencia con otras pruebas reconocidas (MMPI-2, MCMI-III), con diseños de
análogos y de simulación y con el diagnóstico de expertos. En esta comunicación se presentan
parte de los resultados preliminares obtenidos con muestra no-clínica. Se analiza la capacidad del
SIMS para discriminar entre sujetos instruidos para simular síntomas psicopatológicos y
neuropsicológicos (n=113, 70% mujeres) y sujetos instruidos para dar una respuesta honesta
(n=116, 75% mujeres). Se muestran los resultados obtenidos de fiabilidad, sensibilidad y
especificidad. Los índices obtenidos han sido satisfactorios tanto en fiabilidad (coeficiente alfa del
total igual a 0.96) como de sensibilidad y especificidad (>0.90). Estos resultados preliminares
respaldan el uso de la adaptación española del SIMS como instrumento de screening para la
detección de la simulación.

Abstract

The Structured Inventory of Malingered Symptomatology - SIMS is a 75-item true/false screening


self-report instrument designed to assess malingered psychopathological and neuropsychological
symptoms. Previous studies have shown high rates of detection of malingering in clinical,
medicolegal, and forensic settings (Widows y Smith, 2005; Edens, Polythress y Watkins-Clay,

9º Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis Febrero 2008. Psiquiatria.com -1-


2007). Regarding the Spanish adaptation of the SIMS, studies are conducting to determine its
reliability, predictive accuracy, and convergent validity related to well-established multiscales
personality inventories (MMPI-2, MCMI-III), by using analogue, clinical, and known-groups designs.
This paper presents preliminary results on a non-clinical sample and analogue design procedure to
test the discriminating capacity of the SIMS between faking-bad instructed subjects (n = 113, 70%
females), and honest instructed subjects (n = 116, 75% females). Results on reliability, sensitivity,
and specificity are addressed. Reliability (Cronbach's coefficient alpha = 0.96), and sensitivity and
specificity (> 0.90) indexes support the use of the Spanish adaptation of the SIMS as a useful
screening test for detection of malingering.

Introducción

El concepto de simulación se incorpora como entidad clínica diagnóstica en la tercera edición del
Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales editado por la Asociación Americana
de Psiquiatría en 1980, el DSM-III; actualmente, en el DSM-IV-TR, se incluye dentro de la sección
dedicada a "problemas adicionales que pueden ser objeto de atención clínica". Así, se entiende por
simulación (Z76.5) la producción intencional de síntomas físicos y/o psicológicos falsos o
exagerados motivados por incentivos externos. La simulación implica la existencia de
RECOMPENSAS EXTERNAS (cobro de seguros e indemnizaciones, etc.), a diferencia de los
trastornos facticios, y se realiza CONSCIENTE Y DELIBERADAMENTE, a diferencia de los
trastornos somatomorfos (American Psychiatric Association, 2000).
Resnick (1997) clasifica los distintos tipos de simulación en simulación pura o la fabricación
completa de la sintomatología, simulación parcial, la más común, que es la exageración de
sintomatología preexistente o la referencia al mantenimiento de síntomas que ya habían remitido y,
finalmente, imputación falsa o el hecho de que la sintomatología es falsamente atribuida a un
acontecimiento traumático (v.g. abusos sexuales en la infancia; accidente automovilístico, etc).
Diversos estudios han tratado de determinar la incidencia de la simulación, aunque ciertamente
resulta difícil proporcionar datos precisos debido a que existe una gran variabilidad en función del
campo de estudio o la patología que se aborda en cuestión. Se estima que existe alrededor de un
17,4% de prevalencia de la simulación en el ámbito forense (Rogers, Salekin, Sewell, Goldstein y
Leonard, 1998), entre un 20% y un 30% relacionado con lesiones orgánicas de diversa índole
(Less-Haley, 1997; Mittenberg, Patton, Canyock y Condit, 2002), un 11% referido a lesiones
craneales (Martens, Donders y Millis, 2001), y alrededor de un 30% relacionado con la valoración
de la discapacidad (Mittenberg, Patton, Canyock y Condit, 2002).

Samuel y Mittenberg (2006) destacan aquellos aspectos que contribuyen a la sospecha de


presencia de simulación en el contexto médico-legal:

1. Motivación y circunstancias

- Incentivos económicos
- Solución a problemas socioeconómicos
- Conducta antisocial
- Insatisfacción profesional
- Conflictos laborales
- Situación cercana a la jubilación
- Historia previa de engaño, simulación o actos deshonestos

2. Sintomatología

9º Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis Febrero 2008. Psiquiatria.com -2-


- Presencia de síntomas atípicos o inusuales.
- Exageración de la sintomatología, el daño y la lesión preexistentes.
- Resultados en los tests psicológicos.
- Sintomatología incongruente con el curso normal de la enfermedad.

3. Presentación ante la entrevista

- Admitir la simulación.
- Falta de cooperación con el evaluador y con la divulgación de la información.
- Discrepancias entre los datos de la entrevista y la historia clínica o la documentación preexistente.

4. Actividad/conducta fuera de la entrevista

- Actividad laboral durante el período de reclamación


- Realización de actividades lúdicas, no relacionadas con el trabajo.
- Buen funcionamiento excepto en aquello relacionado con el desempeño de la actividad laboral.
- Falta de compromiso con el tratamiento.
- Estar bajo vigilancia

Aunque debido a la complejidad de la respuesta de simulación resulta adecuado realizar una


evaluación multimétodo/multisistema, en la que los esfuerzos se dirigirán a analizar las
inconsistencias del comportamiento del sospechoso de simulación sin centrarse en un único
indicador como elemento decisivo (véase por ejemplo González Ordi y Gancedo Rojí, 1999; Rogers
y Shuman, 2000), la realidad empírica es que los instrumentos de evaluación mediante autoinforme
ocupan un lugar preponderante en la detección de la simulación (Inda et al., 2005; Samuel y
Mittenberg, 2006).

Según Baer, Rinaldo y Berry (2003), entre los instrumentos más consolidados se encuentran, entre
otros, el Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota -MMPI-2- (Butcher, Dahlstrom,
Graham, Tellegen y Kaemmer, 1999; González Ordi e Iruarrizaga Díez, 2005), el Personality
Assessment Inventory -PAI- (Morey, 1991), la Structured Interview of Reported Symptoms -SIRS-
(Rogers, 1986; Rogers, Bagby y Dickens, 1992), y el Structured Inventory of Malingered
Symptomatology -SIMS- (Smith, 1997; Smith y Burger, 1997; Widows y Smith, 2005).
En su mayoría, estos instrumentos pretenden detectar con mayor o menor precisión patrones de
"mala imagen" o estilos de respuesta sobredimensionados, o bien patrones sintomatológicos
infrecuentes o excepcionales, improbables y bizarros; en otras palabras, detectar la tendencia del
sujeto a crear la impresión deliberada de sufrir alguna alteración o deterioro mediante la
exageración o fabricación de síntomas y problemas, maximizando las características negativas de
si mismo (Baer, Rinaldo y Berry, 2003).
Las estrategias de investigación que mayor solidez han demostrado en el estudio de la simulación
son los diseños de investigación con "análogos" y "known-groups", especialmente si se utilizan
combinadamente (Rogers y Bender, 2003).
En los estudios análogos, los participantes son asignados de manera aleatoria a las condiciones
experimentales de "simulación" y de "control", recibiendo instrucciones específicas acerca del estilo
de respuesta a adoptar al responder a las pruebas de evaluación, actuando "como si" en el caso
del grupo de simulación. En este tipo de estudios, es recomendable emplear también una muestra
clínica para determinar si las diferencias se deben a la simulación o a la existencia de una
determinada patología. Sin embargo, este tipo de diseño adolece de algunas limitaciones: además
de no perseguir una compensación económica (generalmente) o al menos no resultar tan relevante

9º Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis Febrero 2008. Psiquiatria.com -3-


para el individuo como en situaciones naturales (Calhoun et al., 2000; Edens et al., 1989; Frueh y
Kinder, 1994), los sujetos no tienen tanta experiencia en estos protocolos de evaluación puesto que
no han sido reiteradamente evaluados, no han observado a otros pacientes, y no disponen de tanto
tiempo para preparar su evaluación (Strauss et al., 2002; Vickery et al., 2001). Así, los estudios
análogos tienen una elevada validez interna pero limitada validez externa.
La segunda estrategia se denomina "Known-Groups" y se basa en que un grupo de personas
identificadas o clasificadas como simuladores, mediante jueces independientes, se comparan con
pacientes clínicos y/o sujetos controles. En este caso, los estudios presentan alta validez externa y
una menor validez interna.
Adicionalmente, aunque existen muy pocos estudios a tal efecto, resultaría interesante combinar
las estrategias de estudios análogos y known-groups, incluyendo además un grupo control y una
muestra clínica representativa de referencia sobre la patología física y/o psicológica objeto de
simulación, para estudiar ampliamente el espectro de respuestas posibles pertinentes: desde la
respuesta honesta del grupo control, pasando por la simulación pura, propiciada por los estudios
análogos, mediatizados por la respuesta de los simuladores reales en comparación con los
resultados obtenidos por una muestra clínica honesta de referencia.
El presente estudio constituye un estudio exploratorio acerca de la existencia de perfiles
diferenciales entre sujetos simuladores y sujetos honestos a la hora de responder a pruebas de
evaluación mediante autoinforme, en concreto a una prueba específica para el screening de
simulación de última generación y que está proporcionando resultados satisfactorios en cuanto a la
validez predictiva se refiere (ver apartado de "instrumentos"), el Structured Inventory of Malingered
Symptomatology - SIMS (Widows y Smith, 2005).
A su vez, presentamos los primeros datos psicométricos obtenidos con la traducción y adaptación
al castellano del SIMS; esta adaptación al castellano, el Inventario Estructurado de Simulación de
Síntomas, se está llevando a cabo por parte de los dos primeros autores de este manuscrito y será
próximamente publicada en TEA ediciones.
Aquí presentamos datos de carácter preliminar utilizando el paradigma de diseño análogo o de
simulación; esto es, se emplean sujetos normales, estudiantes universitarios, que reciben
instrucciones específicas acerca del estilo de respuesta a adoptar al cumplimentar el SIMS, unos
respondiendo de manera honesta, mientras que otros lo harían como si fuesen simuladores. Este
paradigma permite estudiar estilos de respuesta relacionados con la simulación pura, en términos
de Resnick (1997), lo que nos da la oportunidad de explorar cómo se comportaría el instrumento en
las mejores condiciones de simulación posibles.

Método

Participantes

En el estudio participaron 229 personas, 164 mujeres (71.6%) y 65 varones (28.4%), todos ellos
estudiantes universitarios procedentes de distintas universidades madrileñas (Universidad
Complutense de Madrid, Universidad Autónoma de Madrid y Universidad Alfonso X el Sabio), con
edades comprendidas entre los 17 y 25 años (M=19.98, Sx=1,95).
Los sujetos de la muestra fueron asignados aleatoriamente a dos grupos independientes,
"respuesta honesta" y simuladores de "mala imagen" o simplemente "simuladores".
Una vez contrastadas las diferencias en cuanto a la proporción de varones y mujeres en ambos
grupos, se comprobó que no existían diferencias estadísticamente significativas en cuanto a la
distribución por sexo en ambos grupos se refiere (z=1.1614 <1.96, nivel de confianza del 95%).
Los grupos se establecieron de la siguiente manera:
El primer grupo, sujetos honestos, n = 116 (87 mujeres y 29 varones), debía rellenar los

9º Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis Febrero 2008. Psiquiatria.com -4-


cuestionarios respondiendo lo más sinceramente posible a los ítems de las pruebas.
El segundo grupo, sujetos simuladores, n = 113 (77 mujeres y 36 varones), debía rellenarlos
adoptando un estilo de respuesta de "mala imagen".

Instrumentos

El Inventario Estructurado de Simulación de Síntomas - SIMS (Widows y Smith, 2005) es un


instrumento de evaluación mediante autoinforme, que consta de 75 ítems con un formato de
respuesta dicotómico verdadero-falso, que pretende detectar patrones de simulación de síntomas
de carácter psicopatológico y neuropsicológico. Su aplicación puede resultar útil, administrándolo
aisladamente o formando parte de una batería de evaluación más completa, tanto en contextos
clínicos como médico-legales o forenses.
Permite obtener una puntuación total que se refiere al perfil de simulación general (punto de corte >
14) que presenta el sujeto y cinco escalas específicas referidas a la simulación de síntomas de
distintos trastornos psicopatológicos y neuropsicológicos:

1. Psicosis (P): evalúa el grado en que el sujeto presenta síntomas psicóticos inusuales o
extravagantes que no son típicos de la patología psicótica real. Punto de corte > 1.
2. Deterioro Neurológico (NI): evalúa el grado en que el sujeto presenta síntomas de tipo
neurológico ilógicos o muy atípicos. Punto de corte > 2.
3. Trastornos Amnésicos (AM): evalúa el grado en que el sujeto presenta síntomas relacionados
con trastornos de memoria que son inconsistentes con los patrones de deterioro producidos por
disfunción o daño cerebral real. Punto de corte > 2.
4. Baja Inteligencia (LI): evalúa el grado en que el sujeto exagera su déficit intelectual al fallar
preguntas sencillas de conocimiento general. Punto de corte > 2.
5. Trastornos Afectivos (AF): evalúa el grado en que el sujeto informa de síntomas atípicos de
depresión y ansiedad. Punto de corte > 5.

El SIMS ha mostrado poseer una satisfactoria consistencia interna (Coeficiente Alfa de Cronbach),
tanto para el total de la prueba (.88) como para sus cinco subescalas: .82 para Psicosis, .83 para
Deterioro Neurológico, .83 para Trastornos Amnésicos, .85 para Baja Inteligencia y .86 para
Trastornos Afectivos (Widows y Smith, 2005).
Respecto a su validez predictiva, diversos estudios han señalado que el SIMS resultaría muy útil
como herramienta de screening para la detección de simulación. Merckelbach & Smith (2003)
señalan que el SIMS posee una sensibilidad de .93, una especificidad de .98, PPP de .90 y NPP de
.98, considerando el punto de corte >16 puntos. Un año antes y considerando el mismo punto de
corte, Lewis, Simcox & Berry (2002) encontraron una mayor sensibilidad (1.00) y NPP (1.00) pero
una menor especificidad (.61) y PPP (.54). Más recientemente, Edens, Poythress & Watkins-Clay
(2007), considerando el punto de corte >14 puntos que es el que proponen los autores de la prueba
y el que nosotros también adoptamos, obtuvieron una alta sensibilidad (1.00) y una moderada
especificidad (.52), con un AUC de .90.

Procedimiento

Una vez establecidos los dos grupos independientes, cada uno recibía instrucciones para
cumplimentar el Inventario Estructurado de Simulación de Síntomas:

- El grupo honesto era instado a responder de manera honesta:


"A continuación se os va a aplicar una batería de pruebas de autoinforme para evaluar distintas

9º Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis Febrero 2008. Psiquiatria.com -5-


emociones. Tratad de contestarla con la mayor sinceridad posible".
- El grupo "simulador" recibía las siguientes instrucciones:

"A continuación se os va a aplicar una batería de pruebas de autoinforme para evaluar las distintas
emociones. Imaginad que hemos tenido un accidente, y aunque no tenemos grandes secuelas,
hemos solicitado una indemnización económica. Nos van a evaluar para comprobarlo, y deseáis
mostrar una imagen más afectada que la realidad, sin que se note, pues de ello dependerá dicha
indemnización. Nos gustaría que contestaseis a la prueba sin perder de vista esta intención, pero
tratando de que vuestra respuesta sea lo más convincente posible, es decir, evitando otorgar la
máxima puntuación a todos los ítems".

Resultados

Todos los análisis estadísticos han sido realizados con la aplicación informática SPSS v.12.0 para
Windows.
Diferencias intergrupos
En la tabla 1 pueden verse los estadísticos descriptivos (media y desviación típica) referidos a las
puntuaciones medias obtenidas por el grupo "control" y "mal simulador", para todas las escalas del
Inventario Estructurado de Simulación de Síntomas - SIMS. En la tabla 2 aparecen los resultados
de la prueba t de Student aplicada para estudiar si las diferencias entre medias resultan
estadísticamente significativas o no con un intervalo de confianza del 99% (IC 99%).

9º Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis Febrero 2008. Psiquiatria.com -6-


Los resultados indican que el grupo simulador obtuvo puntuaciones medias notablemente más
elevadas que el grupo control en la escala total de simulación (SIMS-TOTAL), 33.25 versus 8.29
respectivamente, siendo la diferencia encontrada entre ambas puntuaciones estadísticamente
significativa (t= 20.117, p< .0001). La diferencia entre las puntuaciones medias de ambos grupos es
muy notable, ya que se trata de una diferencia de más de 24 puntos en el total de la escala, en
concreto de 24.955 puntos, con un IC 99% que oscila entre 28.193 y 21.716.
Similares resultados hemos obtenido para cada una de las escalas. Respecto a la simulación de
trastornos psicóticos, el grupo simulador obtuvo puntuaciones medias más elevadas que el grupo
control, 5.19 versus .59 respectivamente. La diferencia entre medias resulta estadísticamente
significativa (t= 10.779, p< .0001), siendo dicha diferencia de 4.600 (IC99%, 5.714 - 3.485). Para la
simulación de trastornos neuropsicológicos, el grupo simulador obtuvo también puntuaciones más
elevadas que el grupo control, 7.45 versus .90 respectivamente. Esta diferencia resulta
estadísticamente significativa (t= 19.273, p< .0001), con una diferencia de 6.555 (IC99%, 7.443 -
5.667). Para la simulación de trastornos amnésicos, el grupo simulador obtuvo una vez más una
puntuación media de 6.68 frente a 1.02 del grupo control. La diferencia entre medias resulta
estadísticamente significativa (t= 14.089, p< .0001), siendo la diferencia de 5.664 puntos (IC99%,
6.714 - 4.614). Para la simulación de baja inteligencia, el grupo simulador obtuvo una puntuación
media más elevada que el grupo control, 4.48 versus 1.91. La diferencia entre medias resulta
estadísticamente significativa (t= 8.745, p< .0001), siendo dicha diferencia de 2.573 puntos (IC99%,
3.340 - 1.806). Finalmente, para la simulación de trastornos afectivos, escala más relevante para el
presente estudio, la dirección de los resultados es similar; el grupo simulador obtuvo puntuaciones
más elevadas que el grupo C, 9.44 versus 3.88, también estadísticamente significativa (t= 20.226,
p< .0001), siendo dicha diferencia superior en 5 puntos, 5.563 (IC99%, 6.278 - 4.848).
Las gráficas 1 y 2 reflejan gráficamente los resultados referidos a las puntuaciones obtenidas por
los grupos simulador y control en el SIMS.

9º Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis Febrero 2008. Psiquiatria.com -7-


Como puede apreciarse por los resultados, los sujetos "simuladores" presentan, siguiendo las
instrucciones administradas en el protocolo de esta investigación, puntuaciones más elevadas que
el grupo control en todas las escalas de simulación evaluadas por el SIMS. Aunque todas las
diferencias son muy marcadas, estadísticamente significativas al 1 por 10.000, hemos de resaltar
las dos que resultan más relevantes a nuestro estudio, la escala de puntuación total y la de
trastornos afectivos. Ambas presentan las diferencias más marcadas, más de 20 puntos entre
ambos grupos.
Teniendo en cuenta que el protocolo administrado al grupo simulador contenía instrucciones
explícitas referidas a la exageración de síntomas y que las secuelas del accidente eran más
emocionales que físicas, las escalas más marcadas presentan un patrón consistente con la
patología a simular. La existencia de un patrón de consistencia de las escalas del SIMS con la
patología simulada ha sido señalado anteriormente por otros autores (Smith y Burger, 1997;
Merckelbach & Smith, 2003).

Consistencia interna

Con el fin de establecer los niveles de consistencia interna del SIMS, calculamos los valores del
coeficiente Alfa de Cronbach para la puntuación total y las cinco subescalas de la prueba,
obteniendo valores generales muy satisfactorios, en algunos casos superiores a los ofrecidos en la

9º Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis Febrero 2008. Psiquiatria.com -8-


versión original de Widows y Smith (2005). En la tabla 3 aparecen reflejados los valores del Alfa de
Cronbach de la versión original en comparación con los datos obtenidos en este estudio.

Validez predictiva

Realizamos análisis mediante las curvas ROC para examinar la utilidad del SIMS como
herramienta predictiva a la hora de discriminar entre sujetos simuladores versus sujetos honestos.
En la Tabla 4 aparecen los principales resultados referidos a la validez predictiva del SIMS. Hemos
mantenido los puntos de corte recomendados por los autores de la prueba (Widows y Smith, 2005)
y nos hemos centrado en los índices de sensibilidad (el grado con que el SIMS detecta
adecuadamente a los simuladores), especificidad (el grado con que el SIMS excluye correctamente
a los sujetos honestos) y el valor del área bajo la curva AUC (la probabilidad de que los sujetos
seleccionados aleatoriamente como simuladores presentarán puntuaciones más elevadas en el
SIMS que los sujetos seleccionados aleatoriamente como honestos o no simuladores).
Los datos indican que la versión en castellano del SIMS presenta una adecuada validez predictiva
que permite sugerir el empleo de este instrumento como una herramienta de screening para la
detección de simulación de síntomas psicopatológicos y neuropsicológicos.

9º Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis Febrero 2008. Psiquiatria.com -9-


Discusión

En el presente trabajo, hemos sometido la versión en castellano del SIMS a un estudio análogo de
simulación, donde una muestra compuesta por sujetos sanos voluntarios fue asignada
aleatoriamente a las condiciones/grupos de respuesta simulada (accidente automovilístico con
secuelas menores) y respuesta honesta. Los resultados respecto a las diferencias de medias en las
puntuaciones del SIMS reflejan que el grupo de simuladores presenta perfiles psicopatológicos y
neuropsicológicos significativamente más deteriorados que los participantes en la condición de
respuesta honesta y muy por encima de los puntos de corte recomendados para considerar
sospecha de simulación en todas las escalas de la prueba.
Estos resultados son consistentes con los encontrados en la literatura científica, tanto para el caso
del SIMS (Smith y Burger, 1997; Merckelbach y Smith, 2003; Widows y Smith, 2005; Edens,
Polythress y Watkins-Clay, 2007), como en el caso de otros autoinformes relacionados con dolor
crónico (McGuire y Shores, 2001; McGuire, Harvey y Shores, 2001), estrés postraumático y
depresión (Matalobos Veiga y González Ordi, 2007), así como otros trastornos psicopatológicos
(Rogers, Sewell, Martin y Vitacco, 2003). En este sentido, los simuladores parecen responder a los
diversos autoinformes presentado un patrón de exageración de síntomas con el fin de reflejar "su
peor imagen posible", siguiendo el principio de "cuanto más, mejor" (Rogers, Gillis y Bagby, 1990).
La literatura científica existente señala que las subescalas del SIMS pueden proporcionar cierta
información cualitativa acerca del síndrome específico que se pretende simular, ya que diversos
estudios han encontrado perfiles diferenciales consistentes con la patología simulada (Smith y
Burger, 1997; Merckelbach y Smith, 2003). En nuestro caso, el grupo simulador de secuelas
moderadas debido a un accidente automovilístico presenta puntuaciones que superan muy
holgadamente los puntos de corte específicos para el total de la prueba y cada una de las cinco
subescalas (ver tabla 4), pero son especialmente relevantes la escala total y la escala de trastornos
afectivos (AF), seguida de la escala de deterioro neurológico (NI). Este patrón parece ser
consistente con la simulación de la patología presentada en nuestro protocolo experimental.
Finalmente, los altos índices de consistencia interna de la versión en castellano del SIMS, .96 para
el total de la prueba; así como su elevada sensibilidad para detectar simuladores y especificidad
para excluir a los no simuladores, por encima de .90 en ambos casos para el total de la prueba,
indican que el Inventario Estructurado de Simulación de Síntomas puede resultar una herramienta
de screening para la detección de simulación muy útil para ser empleada en contextos clínicos,
forenses y médico-legales.
Cierto es que al tratarse de un estudio análogo, estos resultados deben contemplarse de forma

9º Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis Febrero 2008. Psiquiatria.com -10-


limitada, puesto que se trata de una situación hipotética de simulación pura, realizada con muestras
no clínicas. Es deseable complementar estos estudios añadiendo muestras clínicas de patología
real y grupos de simuladores reales en contextos forenses y médico-legales, para poder explorar
en detalle las múltiples e interesantes posibilidades que parece ofrecer el Inventario Estructurado
de Simulación de Síntomas - SIMS como herramienta de screening en la detección
multimétodo/multisistema de la simulación de psicopatología, tal y como ya se está realizando para
la adaptación final al castellano y que será publicada por TEA ediciones próximamente.

Referencias

American Psychiatric Association (2000). Diagnostic and statistical manual of mental disorders
(DSM-IV-TR). Washington, DC: APA.
Baer, R. A., Rinaldo, J. C. y Berry, D. T. R. (2003). Self-report distortions (including faking, lying,
malingering, social desirability). En R. Fernández-Ballesteros (Ed.), Encyclopedia of Psychological
Assessment, Vol. 2 (pp. 861-866). London: SAGE.
Butcher, J.N., Dahlstrom, W.G., Graham, J.R., Tellegen, A., & Kaemmer, B. (1999). MMPI-2:
Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota-2. Manual. (Adaptación española realizada por
A. Avila-Espada y F. Jiménez-Gómez). Madrid: TEA Ediciones.
Calhoun, P.S., Earnst, K.S., Tucker, D.D., Kirby, A.C. y Beckham, J.C. (2000). Feigning
combat-related posttraumatic stress disorder on the Personality Assessment Inventory. Journal of
Personality Assessment, 75, 338-350.
Edens, J.F., Otto, R.K. y Dwyer, T. (1989). Susceptibility of the Trauma Symptom Inventory to
malingering. Journal of Personality Assessment, 71, 379-392.
Edens, J.F., Poythress, N.G. y Watkins-Clay, M.M. (2007). Detection of malingering in psychiatric
unit and general population prison inmates: A comparison of the PAI, SIMS, and SIRS. Journal of
Personality Assessment, 88, 33-42.
Frueh, B. C. y Kinder, B.N. (1994). The susceptibility of the Rorschach Inkblot Test to malingering of
combat-related PTSD. Journal of Personality Assessment, 62, 280-298.
González Ordi, H. y Gancedo Rojí, M. (1999). Evaluación de la simulación de respuesta:
diagnóstico, técnicas y procedimientos. En A. Ruano, J. M. Muñoz Céspedes y C. Cid Rojo
(Coords.), Psicología de la Rehabilitación (pp. 405-441). Madrid: Fundación MAPFRE-Medicina.
González Ordi, H. e Iruarrizaga Díez, I. (2005). Evaluación de las distorsiones de respuesta
mediante el MMPI-2. Papeles del Psicólogo, 26, 129-137.
Inda, M., Lemos, S., López, A. M. y Alonso, J. L. (2005). La simulación de la enfermedad física o
trastorno mental. Papeles del Psicólogo, 26, 99-108.
Less-Haley, P. R. (1997). MMPI-2 base rates for 492 personal injury plaintiffs: implications and
challenges for forensic assessment. Journal of Clinical Psychology, 53, 745-755.
Lewis, J.L., Simcox, A.M., y Berry, D.T.R. (2002). Screening for feigned psychiatric symptoms in a
forensic sample by using the MMPI-2 and the Structured Inventory of Malingered Symptomatology.
Psychological Assessment, 14, 170-176.
Martens, M., Donders, J. y Millis, S. R. (2001). Evaluation of invalid response sets after traumatic
head injury. Journal of Forensic Neuropsychology, 2, 1-18.
Matalobos Veiga, B. y González Ordi, H. (2007). Detección de simulación en estrés postraumático y
depresión. EduPsykhé, 6, 21-47.
Merckelbach, H. y Smith, G.P. (2003). Diagnostic accuracy of the Structured Inventory of
Malingered Symptomatology (SIMS) in detecting instructed malingering. Archives of Clinical
Neuropsychology, 18, 145-152.
Mittenberg, W., Patton, C., Canyock, E. y Condit, D. (2002). Base rates of malingering and
symptom exaggeration. Journal of Clinical and Experimental Psychology, 24, 1094-1102.

9º Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis Febrero 2008. Psiquiatria.com -11-


Morey, L. C. (1991). Personality Assessment Inventory: Professional manual. Odessa, FL:
Psychological Assessment Resources.
Resnick, P.J. (1997). Malingering of posttraumatic disorders. En R. Rogers (Ed.), Clinical
Assessment of Malingering and Deception (pp. 130-152). New York: The Guilford Press.
Rogers, R. (1986). Structured Interview of Reported Symptoms (SIRS). Clarke Institute of
Psychiatry, University of Toronto, Ontario, Canada: Unpublished scale.
Rogers, R., Bagby, R. y Dickens, S. (1992). Structured Interview of Reported Symptoms (SIRS) and
test manual. Odessa, FL: Psychological Assessment Resources.
Rogers, R. y Bender, S. D. (2003). Evaluation of Malingering and Deception. En A. M. Goldstein
(Ed.), Handbook of Psychology. Vol. 11: Forensic Psychology (pp.109-129). New Jersey: Wiley.
Rogers, R., Gillis, J. R. y Bagby, R. M. (1990). Cross validation of the SIRS with a correctional
sample. Behavioral Sciences and the Law, 8, 85-92.
Rogers, R., Salekin, R. T., Sewell, K. W., Goldstein, A. M. y Leonard, K. (1998). A comparison of
forensic and nonforensic malingerers: A prototypical analysis of explanatory models. Law and
Human Behavior, 22, 353-367.
Rogers, R., Sewell, K.W., Martin, M.A. y Vitacco, M.J. (2003). Detection of feigned mental
disorders: A meta-analysis of the MMPI-2 and malingering. Assessment, 10, 160-177.
Rogers, R. y Shuman, D. W. (2000). Conducting insanity evaluations. New York: Guilford Press.
Samuel, R.Z. y Mittenberg, W. (2006). Determination of malingering in disability evaluations.
Primary Psychiatry, 12. Versión en internet accessible en:
www.primarypsychiatry.com/aspx/articledetail.aspx?articleid=
Smith, G. P. (1997). Assessment of malingering with self-report instruments. En R. Rogers (Ed.),
Clinical assessment of malingering and deception (pp. 351-370). New York: The Guilford Press.
Smith, G. P. y Burger, G.K. (1997). Detection of malingering: Validation of the Structured Inventory
of Malingered Symptomatology (SIMS). Journal of the Academy of Psychiatry and the Law, 25,
180-183.
Strauss, E., Slick, D. J., Levy-Bencheton, J., Hunter, M., MacDonald, S. W. y Hultsch, D. F. (2002).
Intraindividual variability as an indicator of malingerinf in head injury. Archives of Clinical
Neuropsychology, 17, 423-444.
Vickery, C. D., Berry, D. T., Inman, T. H., Harris, M. J. y Orey, S. A. (2001). Detection of inadequate
effort on neuropsychological testing: A meta-analytic review of selected procedures. Archives of
Clinical Neuropsychology, 16, 45-73.
Widows, M. R. y Smith, G. P. (2005). SIMS: Structured Inventory of Malingered Symptomatology.
Professional manual. Lutz, FL: PAR: Psychological Assessment Resources.

9º Congreso Virtual de Psiquiatría. Interpsiquis Febrero 2008. Psiquiatria.com -12-

También podría gustarte