La conservación de la biodiversidad es la condición máxima de sostenibilidad del
sistema global de funcionamiento de la Tierra como ecosistema. Incluye aspectos tan trascendentales como el mantenimiento de la composición actual de los gases atmosféricos o la regulación de los ciclos de la biosfera, entre ellos el del agua o el del nitrógeno. Como ejemplo, un solo árbol de un bosque tropical devuelve a la atmósfera en sus cien o más años de vida 7,5 millones de litros de agua. La Tierra, en general, y cada país en particular poseen tres tipos de bienes: Materiales Culturales Biológicos Tendemos a pensar que los dos primeros son los únicos que cuentan en nuestras vidas, pero la riqueza biológica tiene tanta importancia o más que aquéllos. No obstante, para que sea posible su conservación y disfrute es necesario que la población asuma las correspondientes actitudes y valores. Los valores asociados a la biodiversidad pueden clasificarse en: Éticos Estéticos Económicos directos Económicos indirectos Debe insistirse, en especial, en los primeros para no dejar reducido su interés a una simple cuestión práctica. Los valores económicos, por otra parte, lo son en cuanto que contribuyen a un desarrollo humano más armonioso, garantizando el futuro del hombre y su medio. Valores éticos.- Se fundamentan en el derecho que tienen todos los seres vivos a existir. Inspirado por convicciones religiosas, filosóficas o culturales, el ser humano ha ido descubriendo el valor de la vida. Si bien la perspectiva occidental ha sido más antrópica y ha considerado las otras formas de vida, casi de forma exclusiva, como fuente de sustento, explotación o diversión, las culturas orientales han sido más respetuosas y han valorado la expresión de la vida a través de cualquiera de sus seres. Hace dos siglos se permitía, en Inglaterra, al dueño de un caballo golpear a su animal hasta matarlo, algo que hoy nos repugna y está, además, castigado en casi todos los códigos penales de los países occidentales. La sensibilidad frente a los incendios forestales o el rechazo de amplios sectores de población a la caza, furtiva o no, dan cuenta de la asimilación del valor de la vida en la cultura occidental. Valores estéticos.- Los seres vivos son una fuente permanente de belleza; tanto si los observamos separadamente como dentro de un paisaje, producen una impresión entre la contemplación y el asombro que ha cautivado a científicos, viajeros, excursionistas y a todo el mundo que se ha acercado a ellos. La observación de la naturaleza nos ha llevado a grabarla, filmarla o fotografiarla para poder observar desde las selvas remotas a los fondos abisales. Pero, sin necesidad de recurrir a entornos tan lejanos, la simple apreciación de nuestro alrededor puede, igualmente, cautivarnos e, incluso, el insecto más corriente, observado con detalle, puede llegar a sorprendernos. Valores económicos directos.- Proteger los ecosistemas, por muy importantes que estos sean, no significa, en ningún modo, el mantenimiento de santuarios de espaldas a las actividades humanas. Hoy no se entiende la protección ambiental sin la participación de las poblaciones implicadas. Por lo general éstas han hecho, históricamente, un uso sostenido de los recursos que puede y debe seguir haciéndose como muestra, además, de que la gestión sostenible de los mismos es posible y viable. Uno de los ejemplos más relevantes lo ofrece el “movimiento seringueiro” en el Amazonas, constituido por trabajadores que extraen el caucho de los árboles de forma sostenible, demostrando así cómo se pueden extraer recursos respetando el medio, incluso en una de las zonas ecológicamente más importantes del planeta. Cuando las poblaciones viven integradas en sus entornos se convierten en sus principales defensores, garantizando así la conservación de los mismos. Además de la explotación sostenida de los propios recursos, la biodiversidad ofrece también otras posibilidades de enorme interés para los seres humanos: a) Como fuente de medicinas.- Mil seiscientas especies vegetales se emplean actualmente con éxito en el campo de la medicina. Los ingredientes activos de al menos una tercera parte de los medicamentos utilizados por nuestra civilización provienen, directamente o como derivados, de plantas silvestres, hongos y otros organismos procedentes, especialmente, de las selvas tropicales. La morfina, quinina y los antibióticos son los más conocidos. Con el mantenimiento de la biodiversidad no sólo se favorece la investigación que busca soluciones a algunos de nuestros problemas actuales, sino que se conserva todo el patrimonio natural disponible para resolver necesidades futuras, haciendo de esta solidaridad con las próximas generaciones uno de sus valores más genuinos. b) Como fuente de alimentos.- Desde el punto de vista humano, la biodiversidad tiene gran interés como fuente de alimentos ya que estos se han basado tradicionalmente en las especies vegetales. Durante toda la historia de la humanidad sólo se han utilizado alrededor de 3.000 plantas como aporte de alimento, pero, al menos, otras 75.000 son comestibles. Históricamente, el ser humano se ha alimentado de aquellas especies que tenía más cercanas, lo que a veces repercutía en dietas restringidas y carenciales. Finalmente, el valor de la alimentación no debe de contemplarse sólo desde la perspectiva humana, puesto que muchos invertebrados, tanto en el medio marino como en el terrestre, sirven como eslabón alimentario a las cadenas de los seres vivos, sin cuya presencia resultarían dañados o se perderían. c) Como reserva genética.- Independientemente de su tamaño, aspecto o función, cada especie constituye un elemento único en la Naturaleza y su evolución. Aunque, en el caso concreto de la alimentación, hoy utilizamos especies cultivables, existe todo un banco genético natural de especies silvestres de enorme interés para mejorar los cultivos o para producir nuevas variedades resistentes a climas cambiantes y a nuevas plagas y enfermedades. Por otra parte, la diversidad genética y la combinación de individuos con diferente material hereditario es la base de la evolución y lo que enriquece la vida. La homogeneización y uniformidad, a veces buscada por los sectores industriales y agrícolas en aras de alcanzar mayor productividad, contribuye a la pérdida de diferenciación y el correspondiente empobrecimiento. Valores económicos indirectos.- Hasta 1987 existía en la India, en el estado de Kerala, una pequeña rana que era considerada como un endemismo en la región. Aparentemente sin mayor interés, su presencia era muy abundante, pero los vertidos industriales fueron contaminando progresivamente sus hábitats (lagos y charcas) llevando, finalmente, a su desaparición. Como consecuencia, en los años siguientes la malaria creció considerablemente en esta zona, ya que esta especie regulaba, en grandes cantidades, las poblaciones de mosquitos. Todos los seres vivos que componen la biosfera tienen su función de manera que, salvo condiciones extremas -como las que conducen a la presencia de plagas podemos decir que nada sobra en los ecosistemas de la Tierra. Existe una perfecta interconexión entre las diferentes poblaciones y, de su buen funcionamiento, depende el equilibrio ecológico. Y este mismo equilibrio, que en principio no precisa de la existencia humana, es sin embargo indispensable para nosotros ya que la desaparición de especies o la alteración de los hábitats repercuten e incide sobre los seres humanos y su calidad de vida como nos ha mostrado el ejemplo anterior. Para mantener una existencia aceptable necesitamos un ambiente favorable, tanto en composición de la atmósfera, clima o riqueza del suelo, y a ello contribuye el resto de los seres vivos de forma decisiva: bajo 1 m2 de suelo, sea de bosque o pastizal, existen miles de gusanos, insectos y ácaros junto a millones de microorganismos, los cuales desempeñan un papel fundamental para facilitar el reciclaje de nutrientes y, en consecuencia, la fertilidad del mismo. Su degradación reduciría su productividad, uniendo al daño ecológico, el económico. Otros daños que se derivarían de la alteración de los ecosistemas serían: el aumento de la erosión del suelo, mayores riesgos de inundaciones, menor disponibilidad de recursos locales y consiguiente encarecimiento de los mismos, etc. Conservar la biodiversidad es, por tanto, una inteligente opción de futuro y uno de los mejores regalos que podemos trasmitir a nuestra descendencia.
La Contaminación del Agua, Suelo y Aire
Contaminación del Agua Los ríos, lagos y mares recogen, desde hace mucho tiempo, las basuras producidas por la actividad humana. Estos son algunos de los contaminantes más comunes del agua: Microorganismos patógenos.- Son los diferentes tipos de bacterias, virus, protozoos y otros organismos que transmiten enfermedades como el cólera, gastroenteritis diversas, hepatitis, etc. Desechos orgánicos.- Son el conjunto de residuos orgánicos producidos por los seres humanos, ganado, etc. Incluyen heces y otros materiales que pueden ser descompuestos por bacterias aeróbicas. Este tipo de desechos en el agua pueden ocasionar una escases del oxígeno disuelto en el agua por los agentes que lo descomponen junto a la materia fecal del hombre y el ganado. Nutrientes vegetales inorgánicos.- Nitratos y fosfatos; Sustancias solubles en agua que las plantas necesitan para su desarrollo, pero si se encuentran en cantidad excesiva inducen el crecimiento desmesurado de algas y otros organismos provocando estancamiento o eutroficación de las aguas. Esto es causa del exceso de las sustancias que nutren las plantan el exceso causa el crecimiento de ellas estancando el agua e impide la penetración del sol a os seres que habitan en esa agua este tipo de contaminación puede ser natural o causada por zonas de cultivo cercana a lagos y ríos. Contaminación térmica.- El agua caliente liberada por centrales de energía o procesos industriales. Eleva la temperatura de ríos o embalses. Provocan cambios de la temperatura en los ecosistemas afectando las especies ya existentes en ese lugar. Sedimentos y materiales suspendidos.- Partículas del suelo arrastradas a las aguas, junto con otros materiales que hay en suspensión en las aguas. Este es tipo de contaminación por sedimentos suspendidos causados por el hombre y sus desechos sólidos. También lo existe de manera natural como loes la erosión que arrastra partículas del suelo rellenando embalses y lagos. Compuestos orgánicos.- Moléculas orgánicas con estructuras moleculares complejas como petróleo, gasolina, plásticos, plaguicidas, disolventes, detergentes. El agua como todos sabemos es parte esencial de todo lo que es vivo en este planeta estamos constituidos por un 75% aproximadamente de agua no demos sobrevivir sin agua más de tres días. Si el agua es tan importante para nuestro organismo por que la destruimos y la contaminamos el agua es parte de nosotros por tenerla en nuestro organismo si la dañamos nos estamos dañando a nosotros mismos
Contaminación del Suelo
¿Qué es el suelo? El suelo es la porción de la litosfera. Es la capa térrea sobre la cual crece la y que recubre gran parte de la superficie terrestre. Por ejemplo, las plantas terrestres necesitan obtener del suelo en donde viven, las sustancias necesarias para sobrevivir. En la del suelo se distinguen 2 clases de sustancias: sustancias minerales: granos de roca, arcilla, agua, aire y sales minerales; sustancias orgánicas: humus, flora y fauna de suelo. ¿Qué es la contaminación? La contaminación es la alteración del estado óptimo del ambiente como consecuencia de la adición de sustancias que en condiciones normales no se encuentran presentes o que si lo están, han aumentado o disminuido su cantidad normal. Algunas formas de contaminación pueden ser: la contaminación del aire, la contaminación del agua o del suelo. Tipos de contaminación Plaguicidas: Los plaguicidas son sustancias químicas empleadas en los cultivos para controlar y evitar las plagas. El problema de usar estos productos es que contiene sustancias tóxicas bioacumulables, es decir, un vegetal que acumule dichas sustancias puede traspasarlas a otro organismo que se alimente de él, y así sucesivamente siguiendo toda una red trófica que pueda llegar al hombre, en el que las concentraciones tóxicas habrán aumentado respecto a la planta inicial. Los pesticidas no tienen límites, pueden llegar a los lugares más lejanos y desconocidos del planeta, pues son transportados por el ciclo del agua u otros factores. Muchos animales que se alimentan de plantas con altas concentraciones de pesticidas se quedan estériles o, peor aún, mueren. La solución a estos efectos nocivos pasa por usar métodos para el control de plagas más biológicos y menos químicos. Erosión: Bajo condiciones naturales, el deterioro del suelo es un proceso extremadamente lento. Este proceso denominado erosión, implica el desgaste continuo de la superficie terrestre, especialmente la capa vegetal, que es rica en sustancias nutritivas. Los principales agentes erosivos son: El viento, que con su acción continua transforma el relieve de la corteza terrestre, arrastra pequeñas partículas del suelo, con lo cual altera su composición y lo empobrece en sustancias nutritivas, como el humus. El viento también arrastra las arenas costeras hacia el interior y se forman las dunas. Las corrientes de agua, que arrasan los minerales y sustancias nutritivas que el suelo posee. Por ejemplo, el agua de lluvia desgasta la superficie del suelo y lo empobrece. Los cambios de temperatura, producen bruscas dilataciones y contracción de las rocas. Esto les ocasiona rompimientos y destrucción. Tala: La tala de árboles y los motivos de esta tiene que ver con diferentes necesidades: desde la de tierras para la agricultura y la ganadería, pasando por la de madera para la fabricación de muebles, hasta el papel, que es la causa más extendida actualmente. Para evitar la excesiva deforestación, bien por tala excesiva o por incendios provocados o naturales, existen diversas medidas: entre ellas, recuperar la cubierta forestal con plantaciones de árboles autóctonos, respetar las zonas frágiles o de especial importancia ambiental a la hora de hacer obras públicas (construcciones de carreteras, puentes, diques, etc.) Quema: Los incendios forestales, provocados o naturales, también son contaminantes. Desgraciadamente ocupan un lugar en las portadas de los periódicos. Estos produce negativamente: el incremento de las emisiones de dióxido de carbono, la disminución de las emisiones de oxígeno y la perdida de los suelos, dado que estos, al quedarse sin la sujeción que suponen las raíces, son arrastrados por las aguas de lluvia. En estado natural el fuego solo se encuentra en el interior del planeta donde hay grandes capas de rocas incandescentes llamadas magma. Estas se han dado a conocer gracias a la continua actividad de los volcanes.
Contaminación del Aire
Es la que se produce como consecuencia de la emisión de sustancias tóxicas. La contaminación del aire puede causar trastornos tales como ardor en los ojos y en la nariz, irritación y picazón de la garganta y problemas respiratorios. Bajo determinadas circunstancias, algunas substancias químicas que se hallan en el aire contaminado pueden producir cáncer, malformaciones congénitas, daños cerebrales y trastornos del sistema nervioso, así como lesiones pulmonares y de las vías respiratorias. La polución del aire también provoca daños en el medio ambiente, habiendo afectado la flora arbórea, la fauna y los lagos. La contaminación también ha reducido el espesor de la capa de ozono. Además, produce el deterioro de edificios, monumentos, estatuas y otras estructuras. Principales contaminantes del aire Monóxido de Carbono (CO): Es un gas inodoro e incoloro. Cuando se lo inhala, sus moléculas ingresan al torrente sanguíneo, donde disminuyen la distribución del oxígeno. En bajas concentraciones produce mareos, jaqueca y fatiga, mientras que en concentraciones mayores puede ser fatal. El monóxido de carbono se produce como consecuencia de la combustión incompleta de combustibles a base de carbono, tales como la gasolina, el petróleo y la leña, y de la de productos naturales y sintéticos, como por ejemplo el humo de cigarrillos Dióxido de Carbono (CO2): Es el principal gas causante del efecto invernadero. Se origina a partir de la combustión de carbón, petróleo y gas natural. En estado líquido o sólido produce quemaduras, congelación de tejidos y ceguera. La inhalación es tóxica si se encuentra en altas concentraciones, pudiendo causar incremento del ritmo respiratorio, desvanecimiento e incluso la muerte. Clorofluorcarbonos (CFC): Son substancias químicas que se utilizan en gran cantidad en la industria, en sistemas de refrigeración y aire acondicionado y en la elaboración de bienes de consumo. Cuando son liberados a la atmósfera, ascienden hasta la estratosfera. Una vez allí, los CFC producen reacciones químicas que dan lugar a la reducción de la capa de ozono que protege la superficie de la Tierra de los rayos solares. Contaminantes atmosféricos peligrosos (HAP): Son compuestos químicos que afectan la salud y el medio ambiente Las emisiones de HAP provienen de fuentes tales como fábricas de productos químicos, productos para limpieza en seco, imprentas y vehículos (automóviles, camiones, autobuses y aviones). Plomo: Es un metal de alta toxicidad que ocasiona una diversidad de trastornos, especialmente en niños pequeños. Puede afectar el sistema nervioso y causar problemas digestivos. Ciertos productos químicos que contienen plomo son cancerígenos. El plomo también ocasiona daños a la fauna y flora silvestres. Óxido de nitrógeno (NOx): Proviene de la combustión de la gasolina, el carbón y otros combustibles. Es uno de los principales causas del smog y la lluvia ácida. El primero se produce por la reacción de los óxidos de nitrógeno con compuestos orgánicos volátiles. En altas concentraciones, el smog puede producir dificultades respiratorias en las personas asmáticas, accesos de tos en los niños y trastornos en general del sistema respiratorio. La lluvia ácida afecta la vegetación y altera la composición química del agua de los lagos y ríos, haciéndola potencialmente inhabitable para las bacterias, excepto para aquellas que tienen tolerancia a los ácidos. Dióxido de azufre (SO2): Es un gas inodoro cuando se halla en bajas concentraciones, pero en alta concentración despide un olor muy fuerte. Se produce por la combustión de carbón, especialmente en usinas térmicas. También proviene de ciertos procesos industriales, tales como la fabricación de papel y la fundición de metales Compuestos orgánicos volátiles (VOC): Son substancias químicas orgánicas. Todos los compuestos orgánicos contienen carbono y constituyen los componentes básicos de la materia viviente y de todo derivado de la misma. Muchos de los compuestos orgánicos que utilizamos no se hallan en la naturaleza, sino que se obtienen sintéticamente. Los compuestos químicos volátiles emiten vapores con gran facilidad. La emanación de vapores de compuestos líquidos se produce rápidamente a temperatura ambiente.
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