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ENSAYO

“LA EVALUACIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS”


(TERCERA ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE UNIDAD III
RESULTADOS E IMPACTO)

"Maestría en Línea de la Administración


Pública"
Modulo: 701. “POLÍTICAS PÚBLICAS”

Nombre del Alumno: Arturo Alejandro Medina


Martín

Generación (31B)

Tutor: Mtro. Salvador Castro Huerta

Chetumal, Quintana Roo a 28 de Mayo de 2021


INDICE

1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................. 2
2. DESARROLLO................................................................................................. 2
3. CONCLUSIÓN ................................................................................................. 3
4. PREGUNTAS ................................................................................................... 4
5. BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................ 5
1. INTRODUCCIÓN
El presente ensayo describe de manera particular las tendencias de evaluación de las políticas públicas
respecto al impacto, los resultados de la problemática social y la implementación de las mismas; así como,
el rol que asumen los evaluadores en relación a la coordinación y al control que pretenden aminorar las
deficiencias y cumplir con las metas u objetivos planteados entorno a los esfuerzo y recursos con que se
disponen para medir su desempeño.

2. DESARROLLO
En la actualidad, los métodos de evaluación de los programas de actuación gubernamentales sirven tanto
para un mejor conocimiento de los mismos por parte de la opinión pública como por parte de los
protagonistas mismos de esos programas en la Administración Pública, que quieren beneficiarse de la
información que genera la actividad evaluadora. Para la Administración Pública resulta difícil establecer
cuál es la solución o la política que resulta más apropiada para atender a la problemática que se presenta
ya que se puede construir una perspectiva más «gerencial» o técnica, una perspectiva política o una
perspectiva más clásicamente jurídica o legal.

Un primer aspecto importante para la perspectiva gerencial (PG) ha sido “la eficacia” de una determinada
política ya que implica en buena parte preguntarse sobre la implementación de la misma. Es decir, ciertas
políticas o programas concretos son más fácil de implementar que otros.

Según Pollitt (1988): “Ciertas políticas pueden resultar poco eficaces a pesar de que logren sus objetivos
planteados debido sostienen cargas administrativas excesivas o son excesivamente costosas en términos
de su gestión”.

La existencia de un grado de discrecionalidad conlleva a que las políticas sean difícilmente manejables
por los responsables o gestores del programa. Por tanto, en la administración del sector público la
coordinación viene a ser una manera de aminorar las deficiencias en los procesos de formulación e
instrumentación de políticas.

Un segundo aspecto clave para la PG, es la eficiencia la cual relaciona los costes y los beneficios generados
por la evaluación y los resultados del programa. El problema es que en muchos casos la relación coste-
beneficio no acaba de satisfacer todas las condiciones de valoración de la actuación de los poderes
públicos, al no incluir beneficios sociales. Por lo cual, la reducción de costes ha sido significativo para
minimizar perdidas por error, mal manejo de los recursos o gasto innecesario de los programas.

Por otra parte, en la perspectiva política es importante considerar el grado de respuesta que desde la
Administración se da a las demandas de la población, la capacidad de control sobre el desarrollo y balance
final de un programa de actuación de los poderes públicos así como, las posibles contradicciones que ello
genere con visiones más gerenciales.

Desde una perspectiva legal o jurídica, la evaluación de un programa de actuación de los poderes públicos
se basa en criterios claves como la igualdad formal de los ciudadanos para el acceso al programa, la
legalidad y el respeto a los derechos de aquellos individuos o colectivos afectados o relacionados con el
programa.

Hoy en día, la evaluación de las políticas estriba en justificar la necesidad de nuevos programas para
asegurar que la manera de implementar un programa resulte la más eficiente o para satisfacer las
exigencias de control sobre la eficacia de la acción administrativa. Esto permite hablar de tipos distinto de
evaluación.

Subirats (1992) señala tres tipos de valuación de políticas: 1) La Determinación de necesidades. “Su
preocupación esencial se dirige al descubrimiento de las debilidades o los espacios problemáticos del
planteamiento del programa, de tal manera que puede mejorarse en futuros ajustes del mismo”; 2)

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Evaluación informativa o correcta. “Este tipo de evaluación pretende ante todo analizar el funcionamiento
real del programa y de todas las labores conectadas con el mismo. Su objetivo es comprobar si ese
programa se desarrolla sin dificultades”; y 3) Evaluación de balance o conclusiva. “El objeto de este tipo
de evaluación es el de recoger información sobre los resultados finales del programa y facilitar así un
juicio de valor global sobre el mismo”.

Respecto a los problemas relacionados con la metodología y los posibles usos de los análisis de evaluación;
Palumbo (1987) menciona: “Los estudios de evaluación presentan dificultades como producto de las
constantes variaciones en la influencia relativa de recursos, prioridades o «patrocinadores» de los
programas de intervención social”.

Chellmsky (1985) señala: “La realidad ha ido demostrando cómo en la mayoría de ocasiones la
evaluación viene usada como un «input» más en el proceso decisional”.

Sin embargo, aun con la metodología y enfoque de las evaluaciones los errores más comunes que se
observan en la concepción que se tiene sobre la utilidad de este tipo de estudios, refieren a que estos
pretenden llenar vacíos de información, cuando muchas veces los decisores o impulsores de ese tipo de
las evaluaciones tienen objetivos de índole muy diversa.

Por lo anterior, de acuerdo a estos enfoques y métodos hay que tener presente que en el proceso de toda
evaluación existen diversos intereses interpersonal o político sea directa o indirecta construyen puntos de
vistas variados sobre el programa a evaluar, sobre la misma evaluación en curso y sobre el uso o
consecuencias críticas que podrían derivarse de la misma lo que bien puede facilitar o impedir su
realización acorde al entorno que se encuentras los actores involucrados (Diseñador, promotor,
beneficiario, responsables, evaluadores, etc.).

Es así que al margen de los posibles usos de las evaluaciones surge la necesidad de cuidar la forma de
presentar los resultados, sobre todo por la complejidad de abordar los problemas sociales si se considera
sólo con sentido común y buena disposición. Las evaluaciones pueden cambiar de perspectiva o adecuar
mejor sus objetivos a las posibilidades reales de influencia que generan en el contexto que se desarrollan.

Rossi-Freeman (1985) señalan: “La necesidad de afrontar la limitación de recursos y las crecientes
demandas sociales pueden acrecentar, si cabe, la necesidad de mejorar la eficiencia de los programas de
actuación pública”.

Finalmente, un tema no menos importante ha sido los protagonistas de la evaluación (Evaluadores


Externos e Internos) su análisis en las evaluaciones de las políticas puede ofrecer mayores garantías de
fiabilidad y objetividad, y así posibilitar un mayor impacto (objetividad de sus conclusiones) que permitan
a los responsables o decisores políticos conocer cuáles han sido los resultados finales del programa
implementado.

3. CONCLUSIÓN
Para la Administración Pública, los desafíos que presentan las políticas públicas o programas se
traduce en términos de conocer el impacto, los efectos, la complejidad funcional, territorial, el juste
y adaptabilidad en su instrumentación, y la eficacia y eficiencia así como el costo beneficio, en
términos de mejora en los satisfactores sociales. Es decir, si el programa implementado tiene
resultados o no provocan los efectos previstos y, si es preciso reducir costes para minimizar pérdidas
por error, mal manejo de los recursos o gasto innecesario de los programas.

Es así que se puede afirmar que ciertas políticas o programas concretos son más fácilmente
implementables que otros o pueden resultar poco eficaces. Así como, a pesar de que logren los
objetivos que en su diseño se planteaban, estas pueden sostener cargas administrativas excesivas o
son excesivamente costosas en términos de su gestión.

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4. PREGUNTAS
1. ¿Cuáles son las dificultades de la mutabilidad para la evaluación de los programas
sociales?

R= Los estudios de evaluación presentan las dificultades derivadas de la constante mutabilidad del entorno que
rodea la puesta en práctica de toda intervención social.

Las dificultades son las constantes variaciones en la influencia relativa de recursos, prioridades o
«patrocinadores» de los programas de intervención social. Y en muchas ocasiones esas variaciones derivan de
cambios de tendencia en la esfera de lo político. (PALUMBO, 1987).

También la variación respecto a las posiciones e influencias de los diferentes actores o representantes de
intereses presentes en el proceso.

De igual manera, las modificaciones importantes en las prioridades y responsabilidades de las organizaciones
y agencias que deben protagonizar o colaborar en la implementación de esos programas.

La misma investigación puede también provocar la modificación de los objetivos o las líneas de desarrollo del
programa, al producirse una variación sustancial de las hipótesis de partida

2. ¿Cuál es su vinculación con los perfiles de intereses tipo en los procesos de evaluación?
R= Los intereses presentes en el proceso de evaluación, dibujando un cierto perfil de aquellos intereses-tipo
presentes, generalmente, en cualquier proceso de evaluación:

 Diseñadores y responsables de los programas de actuación de los poderes públicos, (mantienen


un elevado grado de decisión sobre el inicio de un programa, su posible continuidad, discontinuidad,
expansión o recorte)
 Patrocinadores o promotores del programa de actuación que ha de ser evaluado.
 Patrocinadores o promotores de la evaluación a realizar, que pueden o no resultar idénticos a
los anteriormente mencionados.
 Los beneficiarios o partícipes del programa a evaluar ( aquellas personas, unidades o grupos que
participan directamente en el programa o que se ven afectados por los resultados de esa intervención)
 Dirección del programa (las personas o el grupo responsable de la dirección y coordinación del
programa bajo estudio)
 El personal del programa (aquellas personas que componen el «staff» del programa y que son
responsables de su puesta en práctica.)
 Evaluadores (aquellas personas o aquella organización que dirige y efectúa la misma evaluación del
programa)
 Los competidores del programa (aquellas personas, grupos o instancias administrativas o políticas
que compiten con el programa a evaluar en relación a recursos disponibles)
 Conjunto de intereses presentes en el marco contextual en que se desarrolla el programa objeto de
la evaluación y que pueden personalizarse en individuos, grupos u organizaciones presentes en el
inmediato entorno del programa.
 La comunidad de evaluadores (aquel conjunto de técnicos o profesionales de la evaluación, sea de
manera individual u organizada, que pueden expresar su opinión sobre la evaluación realizada y sus
defectos o cualidades)

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5. BIBLIOGRAFÍA
 INAP (2011). Texto Guía, Unidad III. Resultados e Impacto.
http://inap.capacitamas.com/2011/ailms/files/biblioteca/4844_701.pdf. Pág.10-14. Recuperado con
fecha 03 de Mayo de 2021.
 INAP (2011).
http://inap.capacitamas.com/2011/ailms/files/biblioteca/1546_208_217_joan_subirats._analisis_de_p
oliticas_publicas_y_eficacia_de_la_admin.pdf. Capítulo VI. Evaluación de Políticas Públicas.
Recuperado con fecha 24 de Mayo de 2021.

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