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Historia Contemporánea,  2019, 59,  197-234


https://doi.org/10.1387/hc.18886

ISSN  1130-2402  –  eISSN  2340-0277

Miradas marxistas sobre la cuestión nacional:


Política y Teoría Nacional en la Socialdemocracia
austríaca (1899-1914)

Marxist views on the national question: National Policy


and Theory in Austrian Social Democracy (1899-1914)
Manuel Quiroga*
CIECS (CONICET-Universidad Nacional de Córdoba), Córdoba, Argentina
Resumen:  El presente trabajo aborda la política y la teoría nacional desarrollada por la Socialdemo-
cracia austríaca. Analiza los debates en torno al programa nacional del Partido Socialdemócrata Pan-aus-
tríaco y los distintas disputas teórico-políticas que se dieron al interior del mismo sobre esta cuestión, así
como sus repercusiones internacionales entre teóricos importantes de la Socialdemocracia alemana, los
bolcheviques y grupos socialistas de los Balcanes. A su vez, enmarca estas discusiones en la situación
política de la cual emergieron, caracterizada por distintos conflictos nacionales en Austria ante los cuales
la Socialdemocracia debía posicionarse. Como elementos fundamentales de este marco político, analiza-
remos también la evolución del modelo partidario austríaco (de organizaciones separadas por nacionali-
dad), los conflictos nacionales en el seno de la Socialdemocracia y las distintas posturas Socialdemócra-
tas sobre el Estado austríaco imperial, sus posibilidades de reforma, y las perspectivas para la solución de
la situación nacional de los distintos pueblos de Austria. Concluimos con una evaluación crítica de esta
trayectoria y una reflexión en torno a cómo el programa teórico-político nacional dominante en la So-
cialdemocracia austríaca (en sus distintas variantes, incluyendo la escuela Austro-marxista) se acomodó
en última instancia a las características del Estado austríaco y sus limitaciones históricas.
Palabras clave:  Austro-marxismo - Marxismo - Cuestión Nacional - Autonomía Nacional -
Segunda Internacional - Austria.

Abstract:  The present work deals with the politics and the national theory developed in Austrian
Social Democracy. It analyzes the debates on the national program of the Pan-Austrian Social Demo-
cratic Party and the different theoretical and political disputes that took place within it on this issue,
as well as their international repercussions on important theorists of German Social Democracy, the
Bolsheviks and socialist groups of the Balkans. In turn, it frames these discussions in the political sit-
uation from which they emerged, characterized by different national conflicts in Austria on which So-
cial Democracy had to take a position. As fundamental elements of this political framework, we will
also analyze the evolution of the Austrian party model (of organizations separated by nationality), the
national conflicts within Social Democracy and the different Social Democratic positions on the Aus-
trian imperial state, its possibilities for reform, and the prospects for the solution of the national situ-
ation of the different peoples of Austria. We conclude with a critical evaluation of this trajectory and
a reflection on how the dominant national theoretical-political program in the Austrian Social De-
mocracy (in its different variants, including the Austro-Marxist School) was ultimately accommodated
to the characteristics of the Austrian State and its historical limitations.
Keywords:  Austro-Marxism - Marxism - National Question - National Autonomy - Second In-
ternational - Austria.

*  Correspondencia a:  Manuel Quiroga. San Lorenzo 455, Departamento 5to D, Córdoba Capital, Provincia de Córdoba, Có-
digo Postal: 5000, Argentina – manuelquirogasoto@gmail.com – https://orcid.org/0000-0001-9868-7514
Cómo citar:  Quiroga, Manuel (2019). «Miradas marxistas sobre la cuestión nacional: Política y Teoría Nacional en la Social-
democracia austríaca (1899-1914)»; Historia Contemporánea, 59, 197-234. (https://doi.org/10.1387/hc.18886).
Recibido: 20 diciembre, 2017; aceptado: 19 marzo, 2018.
ISSN 1130-2402 - eISSN 2340-0277  /  © 2019 UPV/EHU
  Esta obra está bajo una licencia
Creative Commons Atribución 4.0 Internacional
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Manuel Quiroga

Introducción

La política y la teoría sobre la cuestión nacional desarrollada por la


Socialdemocracia1 austríaca es un tema de gran interés para el estudio de
las distintas posiciones sobre la cuestión nacional. Las obras elaboradas
por los autores de la escuela Austro-marxista (como parte de este partido)
han tenido una importante repercusión. En opinión de algunos autores, el
modelo Austro-marxista de autonomía cultural-nacional, caracterizado
por la idea de que es posible otorgar derechos culturales, no localizados
territorialmente, a distintas naciones conviviendo en un Estado, es un pro-
grama útil para enfrentar distintas situaciones de conflicto nacional y/o
pluralismo étnico que caracterizan a muchas sociedades contemporáneas2.
La escuela Austro-marxista, y la particular variedad de marxismo que cul-
tivó, ha sido objeto de un interés renovado en los últimos años3. En una
situación donde la cuestión nacional resurge como un problema de actua-
lidad, la revalorización del estudio de las distintas teorías que se han abo-
cado al análisis de este problema resulta una necesidad de primer orden.
A continuación, reseñaremos algunos de los principales trabajos que han
abordado de distintas maneras la política y teoría nacional de la Socialde-
mocracia austríaca, para pasar a exponer el enfoque del presente artículo.
Uno de los principales antecedentes es el trabajo de Haupt y Löwy4.
Los autores hacen un análisis de los principales autores que han escrito
sobre el problema nacional en la Segunda Internacional, con un abordaje
sobre el tema que sitúa las distintas posiciones «en base a la forma funda-
mental de abordar el problema y al lugar que le es asignado en la praxis»5.
Esto implica que los autores analizan en forma subordinada las diferen-
cias teóricas específicas y las diferencias tácticas hacia la práctica política
de cada autor. Este enfoque, correcto en trabajos que buscan destacar las
conclusiones teóricas generales de estos autores, es similar al de nume-
rosos artículos que abordan en forma general la teoría nacional de la Se-

1 En la Segunda Internacional el término Socialdemocracia no tenía las connotaciones

contemporáneas, sino que era más bien un sinónimo del particular tipo de partidos marxis-
tas que albergó, que generalmente tenían una diversidad de tendencias y posiciones inter-
nas.
2 Ver los textos en Nimni (ed.), 2005.
3 Un ejemplo es la edición crítica de textos en Blum y Smaldone (Eds.), 2015 y 2017.
4 Haupt y Löwy, 1980.
5 Haupt y Löwy, 1980, p. 82.

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gunda Internacional como un todo, se centran en la escuela Austro-mar-


xista, o analizan algún autor particular6. En este tipo de obras, el abordaje
en profundidad de los aspectos teóricos de obras extensas y complejas im-
plica generalmente que el contexto de elaboración (en particular, el con-
texto político-partidario) queda en un segundo plano7.
El presente trabajo ofrece un enfoque distinto de la cuestión. Por un lado,
su objeto es el análisis de la política y teoría nacional de la Socialdemocracia
austríaca como partido, y no exclusivamente el Austro-marxis­mo. Se centra
en la relación entre práctica política y elaboración teórico-política, poniendo
en un primer plano el marco partidario y de luchas político-sociales en cual
se generaron estas ideas, con el objetivo de entender mejor su significado y
los debates que generaron en forma situada. En consecuencia, el análisis no
incluirá sólo las obras de intelectuales, sino también programas y posicio-
nes expresadas a nivel partidario. Se buscará relacionar de la forma más sis-
temática posible la actitud general frente a la cuestión nacional (a la manera
de plantearlo de Haupt y Löwy) con la teoría nacional enunciada y los distin-
tos planteos político-prácticos resultantes. Entre estos últimos, hemos iden-
tificado como aspectos prioritarios: las posturas que se desarrollaron sobre
el Estado austríaco y los programas para reformarlo; las discusiones y con-
flictos sobre los distintos modelos de organización para acomodar las dife-
rencias nacionales al interior de la organización partidaria y sindical de la
Socialdemocracia austríaca; y, por último, las posiciones socialdemócratas
sobre la situación particular de las distintas naciones austríacas.
Veremos que en distintos momentos pasaban a primer plano alguno
de estos problemas: En la primera parte (1897-1905) se analizará sobre
todo la cristalización de un programa pan-austríaco y una forma de orga-
nización partidaria separada por nacionalidad, algunos conflictos nacio-
nales internos y la influencia de la obra de Karl Renner; la segunda parte
(1905-8), se centrará en la influencia de la lucha por el sufragio univer-
sal en la actitud nacional de la Socialdemocracia austríaca (situación que
generó el contexto para el surgimiento de la teoría de Bauer), las prime-
ras críticas que recibió, y cómo la anexión de Bosnia-Herzegovina puso

6 Para estudios generales de la cuestión nacional en la Segunda Internacional, ver Ló-

pez, 2010 y Piemonte, 2015; para estudios centrados en el Austro-marxismo, ver Meucci,
2014 y Leser, 1976, este último enfocado en el período de la primera posguerra.
7 Un trabajo destacado, centrado en la teoría, pero que contiene un breve e inci-

sivo análisis del contexto partidario socialdemócrata en relación a la cuestión nacional en


S­andner, 2002.

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en cuestión el programa práctico del partido; por último (1909-1914) se


analizará una etapa de crisis de la Socialdemocracia austríaca en torno a
la cuestión nacional que dio lugar a varias rupturas y generó una ronda de
críticas por izquierda a la teoría de Bauer, así como un estado de incerte-
zas y reposicionamientos en las posturas mayoritarias de los partidos.
Restan dos precisiones. Al haber varias nacionalidades dentro de la
Socialdemocracia austríaca, esto genera dificultades idiomáticas y de es-
pacio para hacer un abordaje de conjunto, lo que generalmente resulta
en un enfoque germano-céntrico en las obras generales8, mientras otras
se centran en algún partido en particular de las demás nacionalidades de
Austria9. Si bien el presente trabajo se centra en la producción de los aus-
tro-alemanes, incorpora las posiciones elaboradas en las demás organiza-
ciones de Austria, intentando producir una visión lo más general posible.
El estudio se basa en el análisis de fuentes primarias en alemán e inglés
y versiones traducidas de fuentes en varias lenguas10. Incluye también el
análisis de posiciones de militantes socialdemócratas extranjeros: tanto
autores de la Socialdemocracia alemana y rusa que produjeron importan-
tes obras debatiendo con el programa del partido y los Austro-marxistas,
como líderes de la Socialdemocracia balcánica que debatieron sobre todo
el programa práctico hacia las naciones yugoslavas y las contradicciones
en que entraba el programa nacional de la Socialdemocracia austríaca en
una situación de expansión por parte del Estado.

Primera parte

Antecedentes: el problema nacional en Austria

Hacia 1867, el Imperio Austríaco se reorganizó en tres entidades: El


Reino de Hungría, los «Reinos y Territorios Representados en el Parla-
mento» (Austria), y una entidad común, «Austria-Hungría», que existía sólo
para algunos propósitos (diplomacia, defensa, y asuntos presupuestarios

8  Knapp, 1980. Beneš, 2017 hace un excelente análisis conjunto de las posiciones

por abajo de los partidos austro-alemán y austro-checo sobre la cuestión nacional. Kogan,
1949, es un estudio clásico sobre las posiciones en el partido.
  9  Kuhn, 2011; Monteleone, 1966; Owings, 1967; Polach, 1955; Thomas, 1976.
10 En los casos donde hay versiones traducidas al inglés o al castellano, se citan las pági-

nas de la traducción para facilitar su consulta, ofreciendo también las referencias originales.

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comunes)11. Hungría era una entidad separada, de la cual dependía el reino


semi-autónomo de Croacia-Eslavonia. Bosnia-Herzegovina estaba bajo ad-
ministración conjunta de Austria-Hungría desde 1878. La «Monarquía del
Danubio» contenía un alto nivel de diversidad étnica: el siguiente mapa per-
mite darse una idea de la misma (muestra solo las mayorías de cada zona).

Mapa 1
Distribución de grupos étnicos en Austria-Hungría en 191012

Si tradicionalmente se ha considerado que esta diversidad conducía


naturalmente al conflicto, Judson sugiere que la diversidad étnica era si-
milar a la de otros Estados europeos del momento: lo particular de Austria

11 
Judson, 2016, p. 320.
12 Elaboradoa partir del mapa de Andrein (dominio público): https://en.wikipedia.org/
wiki/Austria-Hungary#/media/File:Austria_Hungary_ethnic.svg

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fue la forma de lidiar con esta situación a través de estructuras administra-


tivas que involucraban complicados arreglos constitucionales basados en
la división en Reinos, y dentro de Austria en «Territorios de la Corona»
(provenientes de viejas divisiones feudales), cuyas élites locales tendían
a reclamar autonomía, así como «curias nacionales» en los parlamentos
(que implicaban la elección de algunas bancas por nacionalidad)13. Así,
a la problemática general de cómo posicionarse ante los sentimientos na-
cionales en el seno de la clase trabajadora, común a todos los partidos de
la Segunda Internacional, se le sumó la necesidad de posicionarse ante la
particular forma de conflictos nacionales a la que dio lugar esta estructura
estatal en pleno proceso de desarrollo capitalista:

Los cambios sociales y económicos de la segunda mitad del si-


glo  xix tendieron a ensanchar la brecha entre las naciones de Austria.
Gradualmente, una clase media había emergido entre las naciones no
alemanas de Austria, desafiando la hegemonía alemana en el Estado
(…) los conflictos nacionales se luchaban en los concejos de ciudad y
las dietas provinciales, así como en el parlamento central, y frecuente-
mente las disputas se acompañaban de revueltas y violencia callejera.
Dado que las naciones luchaban ante todo por posiciones en la adminis-
tración, la cuestión de cuál debía ser el lenguaje oficial asumió una im-
portancia difícilmente entendible para el mundo exterior.14

El mundo de la clase trabajadora no era ajeno a estos conflictos. De-


bido a las migraciones internas, buena parte de los suburbios obreros de
Austria tenía algún nivel de mixtura étnica. Esto producía efectos ambi-
valentes: por un lado, los ámbitos obreros compartidos fueron una base
práctica para el internacionalismo de la Socialdemocracia; por otro lado,
trabajadores que provenían de zonas monolingües se encontraron viviendo
en áreas mixtas, donde tomaban consciencia de su especificidad étnica15.
A su vez, debido a particularidades del parlamento austríaco, donde una
pequeña minoría de diputados podía obstruir el funcionamiento de todo el
parlamento recurriendo a mociones de orden, los conflictos nacionales tu-
vieron un efecto poderoso sobre la situación política general en Austria16.

13  Judson, 2016, p. 332.


14  Kogan, 1949, pp. 204-5.
15  Beneš, 2017, p. 54.
16  Kogan, 1949, p. 205.

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Una posición sucinta sobre la cuestión se planteó en el programa social-


demócrata de Hainfeld, adoptado en 1889. El mismo planteaba un análisis
marxista de la situación de la clase trabajadora, y centraba sus demandas
en la lucha por el sufragio universal y por reformas sociales, especialmente
la jornada de 8 horas17. Sobre la cuestión nacional, se limitaba a plantear:
«El Partido Socialdemócrata Obrero de Austria es un partido internacional;
condena los derechos especiales de las naciones (…) y declara que la lucha
contra la explotación debe ser internacional como la explotación misma»18.
No dejaría de haber tensiones nacionales en estos años, especialmente
entre alemanes y checos. Los sindicalistas checos venían quejándose de la
falta de materiales de agitación en lengua checa y su lugar subordinado en
la Central Sindical Pan-austríaca (Comisión de Viena); el rechazo a dar-
les concesiones provocó la creación de una Comisión Sindical alternativa
en Praga en 1896. La misma sería minoritaria en miembros, y la mayoría
de los trabajadores checos siguió afiliada a sindicatos que dependían de la
Comisión de Viena19. Sin embargo, esta división causaría nuevas crisis en
años posteriores.
Como una primera respuesta a estos conflictos, el partido austríaco
fue reorganizado como un partido federal, compuesto de partidos nacio-
nales autónomos, en el Congreso de Wimberg de 1897. Los mismos esta-
rían unidos por una dirección conjunta y un Congreso Pan-austríaco que
debía reunirse cada dos años, a la vez que cada partido nacional mantenía
sus propios líderes y congresos20. Entre estos partidos, el austro-alemán y
el checo eran los más importantes y numerosos. Los otros partidos repre-
sentaban a los polacos (concentrados en Galitzia), sud-eslavos o yugosla-
vos21 e italianos (divididos en una sección de Trieste y una en el Trentino,
en la frontera con Italia). Un partido representando a los ucranianos (rute-
nos) se separaría en 1899 del partido polaco22.

17  Hainfeld…, 1889, pp. 285-8.


18  Hainfeld…, 1889, p. 286.
19 Polach, 1955, pp. 244-5.
20  Kogan, 1949, p. 206.
21 Sus miembros eran fundamentalmente eslovenos; el partido llevaba este nombre por

su aspiración de organizar también a serbios y croatas.


22 Cabe destacar que la Socialdemocracia de Hungría tuvo una organización sepa-

rada del Partido Pan-austríaco, y no se dividió internamente por nacionalidades. Ver Egry,
2005. Existieron pequeñas organizaciones separadas (tanto de la Socialdemocracia húngara
como de la austríaca) en Croacia-Eslavonia y Bosnia-Herzegovina; en Dalmacia hubo pre-
sencia de socialistas italianos y eslavos. Ver Bravo, 1989, pp. 674-8.

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En abril de 1897 estalló un conflicto nacional en Austria, cuando


un ministro del gobierno, Badeni, promulgó una ordenanza que apun-
taba a la creación de un servicio civil bilingüe en Bohemia y Moravia,
exigiendo en el mediano plazo un dominio del idioma checo para los
funcionarios. Esto provocó que estallaran numerosas protestas calleje-
ras y episodios de obstrucción parlamentaria por parte de los naciona-
listas alemanes. Finalmente Badeni pospuso la ordenanza en Junio23. En
este clima, la Socialdemocracia se esforzó por mantener su internaciona-
lismo. En la zona norte de Bohemia y en Praga hubo varias manifestacio-
nes conjuntas de solidaridad checo-alemana entre 1897-189924. Los so-
cialistas checos usaron su primera aparición parlamentaria para rechazar
el programa estatal bohemio (que planteaba la creación de un reino checo
en Bohemia, Moravia y Silesia) lo que le valió ataques de la prensa y los
partidos burgueses por su actitud «anti-nacional»25.

Debates en torno al programa de Brno/Brünn (1899)

Las dificultades provocadas por el conflicto de Badeni crearon la ne-


cesidad de adoptar una resolución más precisa en torno al programa na-
cional del partido. El debate se fijó para el Congreso Pan-austríaco de la
Socialdemocracia en Brno.
Previamente, circuló en los ámbitos socialistas un trabajo jurídico so-
bre la cuestión nacional escrito por Karl Renner (bajo el seudónimo de
Synopticus). Consideraba que la situación de las naciones en Austria era
de una «igual impotencia» de cada una, por lo cual era necesario algún
compromiso; la pregunta central era «bajo qué modalidades resulta po-
sible una convivencia pacífica de varias etnias»26. Si la igualdad legal
de las etnias era interpretada generalmente bajo un aspecto negativo, en
el sentido de que pertenecer a determinado pueblo no implicaba una dis-
minución de derechos políticos27, para solucionar realmente el problema
nacional era necesario dictar «leyes materiales» que otorgaran a las na-

23  Knapp, 1980, pp. 85-6.


24  Beneš, 2017, p. 66.
25  Beneš, 2017, p. 88.
26 Renner, 1899, pp. 147-8.
27 Renner, 1899, p. 149.

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ciones derechos positivos28. Para esto se requería constituir a las nacio-


nes en personas jurídicas o corporaciones29. A la hora de establecer la
nacionalidad, distinguía el principio personal, donde la persona declara
libremente su pertenencia nacional y forma jurídicamente parte de la
misma, del principio territorial, basado en la imposición de lengua y cul-
tura según territorio; el dominio de este último implicaba «un estado de
guerra civil abierta o en gestación»30. Su propuesta era la reorganización
de Austria a partir del principio personal, con Comunas nacionales en la
base, que en zonas monolingües se harían cargo del conjunto de tareas
municipales locales, y en regiones de mezcla étnica coexistirían: Habría
una comuna por grupo nacional, que desempeñaría tareas estatales frente
a su propia Nación y además se coaligaría con las demás en «colegios
unidos» para administrar los asuntos municipales comunes. Éstas servi-
rían a su vez de distrito electoral para elegir un parlamento general, par-
lamentos territoriales y un Consejo Nacional por grupo étnico encargado
de coordinar su vida nacional a nivel pan-austríaco31. Si el actual sistema
favorecía que los líderes de cada nación persiguieran un interés nacional
estrecho, la reforma propuesta por R­enner crearía una disposición en to-
das las naciones hacia el compromiso32.
El debate que planteaba este trabajo fue al nudo de las discusiones
del Congreso de Brno. Las mismas versaron sobre la propuesta de pro-
grama nacional del Ejecutivo Pan-Austríaco, que planteaba como obje-
tivo la reorganización de Austria como un Estado multinacional federal
organizado en torno a zonas lingüísticamente delimitadas. La posición
principal que se opuso a esta fue la que planteaba la autonomía «ex-
tra-territorial», proveniente de una propuesta alternativa del Ejecutivo
Sud-Eslavo sostenida por Kristan, su principal referente político. Esta
posición sería identificada con las posiciones del trabajo de Synopti-
cus (Renner). El argumento principal de este grupo (donde también se
situaron el alemán Ellenbogen y el checo Vanek33) fue que la fluidez
de las migraciones internas hacía muy difícil organizar distritos separa-
dos por lengua mayoritaria, y que esto no podría asegurar los derechos

28 Renner, 1899, p. 151.


29 Renner, 1899, p. 155.
30 Renner, 1899, pp. 159-60.
31 Renner, 1899, pp. 166-7.
32 Renner, 1899, p. 163 y 172.
33 Vanek (Budweis, checo) en La socialdemocracia…, 1899, p. 209.

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de las minorías; sólo la autonomía de acuerdo al principio personal po-


día garantizarlos. La crítica a esta posición fue fundamentalmente que
era inviable34; sobre la misma, Victor Adler, principal líder del partido,
planteó que había una contradicción entre plantear la organización de un
Estado federal y plantear que los derechos nacionales no estuvieran lo-
calizados territorialmente, puesto que «no es posible un estado federal
sin territorios separados»35.
Ellenbogen respondió a estas objeciones que en la situación polí-
tica de Austria también la reorganización federal era algo muy dificul-
toso; siendo ambas difíciles de lograr, era mejor plantear una solución de
fondo: la autonomía nacional extra-territorial36.
Esta discusión partió de un análisis contenido en la moción del Ejecu-
tivo Pan-austríaco, la cual sostenía que: «El arreglo final de la cuestión de
las nacionalidades (…) es ante todo una exigencia cultural»37. Esta idea
fue cuestionada por Nemec, líder de la Socialdemocracia checa:

estamos en el terreno de la concepción materialista de la historia y en


todas partes buscamos las bases económicas. Pero aquí (…) se cree po-
sible constituir nuevos estados en el estado, sin tomar en consideración
las circunstancias económicas (…) sólo se habla de asuntos nacionales
y culturales (…) Pero finalmente se viene a parar en quién ha de pagar
toda la historia.38

Nemec criticó la idea de que la reforma territorial fuese a provocar


una disminución de las fricciones nacionales, puesto que su puesta en
práctica en lugares donde había mezcla lingüística, implicaría disputas in-
terminables por la pertenencia de cada aldea a una u otra región39. Este
cuestionamiento no derivó en una propuesta alternativa, sino que Nemec
planteó aprobar sólo una declaración general de que Austria debía avanzar
hacia un estado multinacional democrático, sin especificaciones40. Otras
posturas que negaron la necesidad de un programa detallado plantearon

34 Pernestorfer en La socialdemocracia…, 1899, p. 201.


35  La socialdemocracia…, 1899, p. 193.
36  La socialdemocracia…, 1899, p. 205.
37  La socialdemocracia…, 1899, p. 183.
38  La socialdemocracia…, 1899, p. 190.
39  La socialdemocracia…, 1899, p. 190.
40  La socialdemocracia…, 1899, p. 191.

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que el programa de Hainfeld daba indicaciones suficientes al respecto41, o


sostuvieron que la resolución del problema nacional pasaba fundamental-
mente por la democratización de Austria en base al sufragio universal42.
Si bien no todas las posiciones eran nacionalmente unívocas, cabe
destacar una correlación entre distintas posiciones o matices del debate
de acuerdo a la situación de las naciones representadas por cada orga-
nización socialdemócrata. En particular, algunos socialdemócratas que
tenían otra parte de su Nación bajo el dominio de Rusia (polacos y ru-
tenos) expresaron con más fuerza la necesidad de un «hogar nacional»
territorial para su pueblo, apoyando posición del Ejecutivo Pan-austríaco
a la vez que enunciaban aspiraciones difusas a la reunificación nacional
con sus compatriotas fuera de Austria43. En las zonas con alto nivel de
mezcla étnica donde esto aparecía como más inviable (particularmente
en la zona italo-eslovena de Trieste) este programa territorial fue más re-
chazado.
Otro debate de importancia fue sobre la necesidad de que el Es-
tado declarara o no una lengua de mediación (el alemán). Varios orado-
res no alemanes objetaron ese planteo44, mientras que otros argumen-
taron que no hacía más que enunciar una situación de hecho (citando
como prueba el hecho de que el propio Congreso se desarrollaba en
alemán)45.
Finalmente, una comisión multinacional re-redactó las resoluciones
centrales de la siguiente manera:

41  Liebermann (Przemysl, polaco) en La socialdemocracia…, 1899, p. 208.


42  Krejci (Pilsen, checo) en La socialdemocracia…, 1899, p. 203.
43  En el caso de los polacos, ver Daszynski en La socialdemocracia…, 1899,

pp. 195-7 y 206-7. En el caso ucraniano ver Hankiewicz en La socialdemocracia…, 1899,


pp. 197-8.
44 Nemec en La socialdemocracia…, 1899, p. 190.
45  Winarsky (Viena) en La socialdemocracia…, 1899, pp. 206-7.

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Mociones originales Mociones aprobadas finalmente

1. Austria sólo puede ser un estado multi- 1. Austria debe ser transformada en un es-
nacional democrático (estado federal mul- tado federal multinacional democrático.
tinacional).
2. Este estado federal se articulará en re- 2. Los territorios históricos de la corona
giones nacionales autónomas, con una ad- deben ser sustituidos por corporaciones
ministración propia, que han de adaptarse autónomas nacionales delimitadas, en cada
en lo posible a las fronteras lingüísticas. una de las cuales la legislación y la admi-
nistración se confíen a cámaras nacionales
elegidas sobre la base del sufragio univer-
sal, igual y directo.
3. Las regiones con administración propia 3. Todas las regiones autónomas de la
constituirán en su conjunto sendas unida- misma nación forman en conjunto una
des nacionales que arreglarán y cuidarán unión nacional única, que resuelve sus
con plena autonomía de sus asuntos nacio- asuntos nacionales de una manera absolu-
nales (vale decir, lingüísticos y culturales). tamente autónoma.
4. Las minorías nacionales que estuvieran 4. Los derechos de las minorías nacionales
mezcladas en tales regiones serán protegi- son garantizados por una ley especial apro-
das en su actuación nacional por una ley bada por el parlamento imperial.
propia.
5. No reconocemos ninguna prerrogativa 5. No reconocemos ninguna prerrogativa
nacional, y por ende descartamos la exi- nacional, y por ende descartamos la exi-
gencia de una lengua oficial, a la par que gencia de una lengua oficial; un parla-
consideramos solamente como necesidad mento imperial determinará hasta donde es
práctica el hecho ahora existente de la len- necesaria una lengua de mediación47.
gua de comunicación alemana hasta tanto
no se dé otra (…)46.
46  47

Esta resolución implicó sobre todo un compromiso checo-alemán, que


reabsorbió algunas de las críticas más punzantes de Nemec sobre el mé-
todo de análisis que le daba sustento y las posibilidades de éxito de ese
programa. La resolución se adoptó por unanimidad; sólo Ellenbogen y
Kristan mantuvieron su crítica a la resolución, pero se abstuvieron de ex-
presarla en la votación48. La adopción de un programa de este tipo im-

46  La socialdemocracia…, 1899, pp. 183-4.


47  La socialdemocracia…, 1899, p. 211.
48  La socialdemocracia…, 1899, pp. 213-7.

208 Historia  Contemporánea,  2019, 59,  197-234


Miradas marxistas sobre la cuestión nacional

plicaba a su vez el compromiso de la Socialdemocracia austríaca con la


integridad territorial de Austria, y la lucha por reformas dentro de su terri-
torio.
En mi opinión se generó en el Congreso un marco de análisis del pro-
blema nacional que establecía su fundamento en la cuestión de la cultura
nacional y el idioma. Esto, que puede leerse como un reflejo de las condi-
ciones de la lucha nacional en Austria, a su vez implicó una toma de posi-
ción que enfatizaba estos aspectos por sobre otras dimensiones de la opre-
sión nacional, más específicamente políticas: por ejemplo, qué Nación
era dominante en el gobierno del Estado y en la propiedad del capital,
cómo esto afectaba los derechos políticos y civiles, si había elementos de
una tendencia forzada a la asimilación, etc. Así, el rol opresor de la Na-
ción alemana hacia los otros pueblos de Austria no fue discutido más que
«idiomáticamente», marco en el cual muchos delegados defendieron el
«rol de mediación de esta lengua» y otros lo cuestionaron, pero sin exigir
tampoco una toma de posición sobre el rol de opresión de la Nación ale-
mana en el Estado. La posición tomada creía ilusoriamente que un com-
promiso común por la reforma de Austria calmaría los conflictos al inte-
rior de los partidos, mientras que, como veremos, la no problematizada
posición dominante de los alemanes en el partido y los sindicatos (y de
otras etnias, como los polacos e italianos, a nivel regional) generaría su-
cesivas crisis y rupturas en años posteriores49. A diferencia del programa
de la Socialdemocracia rusa, no existió un reconocimiento del derecho a
la autodeterminación nacional (incluyendo la secesión). Esto constituyó
el marco común en el cual se movieron las posiciones por la reforma de
Austria en el sentido de la autonomía territorial y la extraterritorial: eran
posiciones prácticas distintas sustentadas por una actitud general y una
teoría similares hacia la cuestión nacional, así como por un compromiso
común con la integridad territorial de Austria.
En relación a Renner, el mismo refinaría su posición en un trabajo
posterior (bajo el seudónimo de Rudolf Springer)50. En el mismo, plan-
teaba una propuesta de reorganización del Imperio mediante un doble sis-
tema federal de autoridades: uno extraterritorial, elegido por los miembros
de cada nacionalidad en base a la identificación individual con cada Na-
ción, con la tarea de ocuparse de sus asuntos culturales, y otro sistema de

49 Una evaluación similar en Sandner 2002, p. 93.


50 Renner, 1902.

https://doi.org/10.1387/hc.18886 209
Manuel Quiroga

gobierno político y económico, dividido territorialmente. En la cima del


sistema cada pueblo tendría su propia Cámara Nacional, encargada de ad-
ministrar su sistema educativo51.

Acomodamiento y conflictos (1899-1905)

Los años que siguieron al Congreso de Brno fueron de acomoda-


miento al régimen partidario federal y al nuevo programa acordado. El
período no estuvo exento de conflictos nacionales internos; sin embargo,
éstos generalmente no pusieron en cuestión ni las alternativas de pro-
grama nacional planteadas en el debate de Brno ni la federalización parti-
daria, sino que tuvieron que ver con distintas interpretaciones sobre cómo
las mismas se aplicaban en cada caso.
Como había mostrado su comportamiento en el Congreso, el Partido
Sud-Eslavo, basado inicialmente en Trieste y luego en Liubliana, con-
tinuaría siendo un campeón del planteo personalista de autonomía cul-
tural. Sus militantes consideraban que los eslovenos, croatas y serbios
tenían grandes similitudes étnicas y lingüísticas; muchos socialistas las
veían como «tribus» que podrían ser unificadas en una moderna Nación
yugoslava52. Los eslovenos que dominaban el partido se esforzaron en
la tarea de intentar unificar un lenguaje y una literatura yugoslava, ayu-
dando al predominio de un enfoque «culturalista» sobre la cuestión na-
cional53.
En Galitzia, la organización socialdemócrata regional se replanteó
como una organización polaca, creándose un partido separado para los
ucranianos en 189954. Aquella conciliaba su adhesión al programa del
partido austríaco con un apoyo a la independencia de la Polonia rusa.
Tenía una estrecha relación con el partido socialista e independentista
polaco, el PPS, y relaciones hostiles con otras organizaciones marxistas,

51 Estas posturas influirían fuertemente sobre la Socialdemocracia judía en Rusia. He-

mos analizado esto en un trabajo anterior, Quiroga y Massó, 2017. A su vez, algunos auto-
res consideran que el Estado austríaco implementaría algunos elementos del programa de
autonomía nacional extraterritorial en Bukovina en 1910, con un plan similar en Galicia en
1914 que fue truncado con la guerra. Ver Coakley, 1994, pp. 300-1.
52 Djilas, 1991, p. 44
53 Owings, 1967, p. 333.
54  Kuhn, 2007, p. 6.

210 Historia  Contemporánea,  2019, 59,  197-234


Miradas marxistas sobre la cuestión nacional

como la Socialdemocracia de Polonia y Lituania, y el Bund55. En esta


organización se produciría una de las primeras rupturas de la Socialde-
mocracia austríaca: Años de tensión con militantes judíos del partido
(hablantes de Yiddish), que criticaban la falta de atención a sus necesi-
dades y tenían posturas más cercanas a la de las organizaciones rivales
del PPS en Rusia, culminaron en un Congreso de 1904, donde una mo-
ción para organizar un partido obrero judío independiente fue derrotada.
A su vez, se aprobó una moción por la cual la Socialdemocracia Polaca
de Austria entraba en una «alianza exclusiva» con el PPS. Ante la diso-
lución de algunas de las organizaciones locales que apoyaban a los re-
beldes, éstos proclamaron un nuevo Partido Social Demócrata Judío en
190556. El partido declararía su adhesión al Programa de Brno y solicita-
ría su reconocimiento por parte del Ejecutivo Pan-austríaco: su petición
sería rechazada57.
El problema nacional de los italianos de Austria también fue objeto
de debate en un Congreso de la Socialdemocracia Italiana de Austria lle-
vado a cabo en Trieste en 1905, donde los líderes del socialismo trentino
plantearon que la solución de su problema nacional pasaba por la descom-
posición de Austria y la «anexión» (incluso por medios bélicos) de la pro-
vincia de Trento a Italia. Los líderes de Trieste rechazaron absolutamente
esta posición, declarando su fidelidad al programa de Brno y su postura
«por la autonomía nacional federal»58.
En la medida en que los grupos nacionales dominantes en el socia-
lismo tendían a ser los mismos que en la sociedad en general, muchas ve-
ces los conflictos internos seguían la división de los conflictos étnicos ge-
nerales. Así, la dominación alemana en Austria occidental se traducía en
conflictos checo-alemanes; los ucranianos y judíos de Galitzia conflictua-
ban contra los polacos, los italianos de Trieste (los cuales eran mayoría en
la ciudad, pero una etnia minoritaria en la zona mayormente eslava del Li-
toral austríaco) estaban a favor de la autonomía nacional federal; y los ita-
lianos de Trento (zona contigua a Italia) ansiaban la anexión. La ausencia
de una teoría acabada de la opresión nacional ayudó a extender esta diná-
mica de adaptación de la Socialdemocracia a los conflictos nacionales de
la sociedad.

55  Kuhn, 2007, pp. 11-12.


56  Kuhn, 2011, pp. 50-1.
57  Kuhn, 2007, p. 37.
58 Monteleone, 1966, pp. 335-6.

https://doi.org/10.1387/hc.18886 211
Manuel Quiroga

Segunda parte

La campaña por el sufragio universal (1905-1907)

En 1905, bajo el influjo de la Revolución Rusa, y la campaña belga


por el sufragio universal, comenzaría una vigorosa lucha en Austria por
la conquista de este derecho. Una serie de luchas callejeras, manifesta-
ciones y motines culminaron en una huelga general el 28 de noviem-
bre59.
En el medio de la campaña, se desató un conflicto entre los socialistas
austro-alemanes y checos. La Comisión Sindical Checa demandó su pari-
dad con la Comisión Sindical Austríaca y el derecho exclusivo de organi-
zar trabajadores checos. Esta demanda fue derrotada en un Congreso Sin-
dical Internacional y en un Congreso Sindical Austríaco, ambos a fines de
1905. Los checos aceptaron la decisión, aunque no disolvieron la Comi-
sión de Praga; la división no se extendió en gran medida por el efecto uni-
ficador de la lucha por el sufragio universal60.
Las consecuencias de la campaña sobre el posicionamiento nacional
de los Partidos Socialdemócrata de Austria serían enormes. La Socialde-
mocracia, obligada a disputar contra los partidos nacionalistas, se ubica-
ría cada vez más como la campeona de la lucha por los derechos naciona-
les61. Las visiones de socialistas como Pernerstorfer entre los alemanes y
Soukup entre los checos, según los cuales el socialismo debía completar
el programa nacionalista, se hicieron más comunes62. Finalmente el Em-
perador firmaría una versión final de la ley de sufragio universal mascu-
lino en enero de 190763. El 14 y 23 de mayo de 1907, se llevaron adelante
las primeras elecciones bajo la ley en Austria: la Socialdemocracia emer-
gió como el partido más grande del Parlamento con 23% de los votos y
87 diputados64. La propaganda electoral durante la campaña enfatizó el
compromiso de los socialdemócratas con su propia Nación, a la vez que
rechazaban el nacionalismo agresivo de sus oponentes: El «verdadero na-

59  Beneš, 2017, p. 102.


60  Knapp, 1980, pp. 139-140.
61  Beneš, 2017, pp. 132-7.
62  Beneš, 2017, p. 144.
63  Beneš, 2017, p. 100.
64  Beneš, 2017, p. 2.

212 Historia  Contemporánea,  2019, 59,  197-234


Miradas marxistas sobre la cuestión nacional

cionalismo» del movimiento obrero se consideraba una base firme para el


internacionalismo65.

El debate Bauer-Kautsky

En este contexto de interés político por la cuestión nacional, Bauer,


en su obra más famosa, intentó formular una teoría marxista de la Nación,
que sirviera de justificación a una propuesta política basada en la autono-
mía nacional cultural. Planteó una definición de la nacionalidad como una
comunidad de carácter que emerge de una comunidad de destino. Las ca-
racterísticas comunes de una Nación emergen de una historia común que
puede ser reconstruida de manera materialista (enlazando las dimensiones
económicas, sociales y culturales); las mismas no son una esencia espiri-
tual ni biológica permanente: «el respectivo carácter nacional no es sino
un precipitado de procesos históricos pasados que será ulteriormente alte-
rado por procesos históricos subsiguientes»66.
Su tesis histórica general es que la Nación moderna surge de un pro-
ceso de integración social producto del desarrollo económico (la unifica-
ción por medio del mercado de distintas esferas productivas locales), que
genera una cultura nacional pasible de ser asimilada más allá de las clases
privilegiadas. Para las «naciones sin historia», que durante el período de
construcción de las grandes naciones (s. xix) no constituyeron una clase
dominante propia sino que estuvieron bajo el dominio de otra nacionali-
dad, esta integración a la Nación de las masas populares, generada por el
capitalismo moderno, constituía la base de su «despertar nacional»67.
La propuesta de Bauer para resolver las tensiones nacionales en Aus-
tria era en términos generales similar a la de Renner. Bauer formulaba su
programa como la lucha por la «autonomía cultural nacional», que im-
plicaba la constitución de corporaciones por Nación, no localizadas terri-
torialmente, que se encargarían de administrar la vida cultural de dicho
pueblo; principalmente el derecho a la educación en su idioma y a insti-
tuciones culturales propias68. Bauer planteaba que el programa de la So-

65  Beneš, 2017, p. 148. Esta obra contiene un análisis detallado de como estas posicio-

nes se expresaban en materiales electorales, de agitación y otra literatura política popular.


66  Bauer, 1907, p. 10.
67  Bauer, 1907, p. 176.
68  Bauer, 1907, pp. 259-309.

https://doi.org/10.1387/hc.18886 213
Manuel Quiroga

cialdemocracia debía conducir a un acceso creciente de los obreros a su


propia cultura nacional; así, la transición al socialismo llevaría a un afian-
zamiento aún mayor de las identidades nacionales69.
Estas posiciones teóricas de Otto Bauer, que competían a un público
reducido, tenían su correlato en escritos masivos. En un panfleto para el
1ero de mayo de 1907, había planteado en relación a la demanda de re-
ducción de la jornada laboral: «Por ocho horas queremos ser (…) ale-
manes adentrándonos en las profundidades de la investigación alemana,
deleitándonos en los talentos de los artistas alemanes, e instruyendo a
nuestros hijos de acuerdo a las costumbres y la ética alemana»70. Como
vemos, este llamado a apropiarse de la cultura nacional podía asumir to-
nos bastante nacionalistas.
Kautsky, principal teórico de la Socialdemocracia alemana, pole-
mizó con este trabajo de Bauer en un folleto. Un dato interesante es que
Kautsky era nacido en Austria y tenía ascendencia checa; antes de ser so-
cialdemócrata, había adherido al nacionalismo checo71.
En su folleto, Kautsky cuestionó la definición de Nación de Bauer.
La comunidad de destino no podía ser la base de una definición de Na-
ción, puesto que la semejanza de la vida social y la continuidad territo-
rial podían generar comunidades de destino más fuertes que el lenguaje
entre pueblos distintos72. Tampoco el carácter nacional: En condicio-
nes similares de vida y de producción, se podía pensar en un carácter
nacional común, pero esto se volvía problemático cuando una Nación
abarcaba territorios extensos y contenía grandes diferencias sociales 73.
Kautsky consideraba que era el idioma la base de la Nación; no existía
ningún caso donde existieran naciones que pertenecieran a comunidades
lingüísticas distintas74. A su vez, consideraba que el territorio era el se-
gundo factor en importancia para la unión o separación nacional, dado
que «puede generar una serie de intereses, concepciones y sentimientos
comunes no compartidos con otros pueblos»75. A su vez, Kautsky plan-
teó que el proletariado no luchaba por la conquista de su propia cultura

69  Bauer, 1907, pp. 80-99.


70  Bauer citado en Beneš, 2017, p. 158.
71  Kautsky, 1902.
72  Kautsky, 1908a, p. 124.
73  Kautsky, 1908a, pp. 125-7.
74  Kautsky, 1908a, p. 128.
75  Kautsky, 1908a, p. 131.

214 Historia  Contemporánea,  2019, 59,  197-234


Miradas marxistas sobre la cuestión nacional

nacional, sino por el acceso a la cultura universal, internacionalizada por


el capitalismo76.
Luego de estos aspectos más teóricos, Kautsky planteó una serie de ob-
servaciones políticas. En su opinión, Bauer subestimaba la aspiración ex-
tendida en distintas naciones de Austria a un Estado nacional propio, dada
su adhesión a la reforma del Estado multinacional77, programa sobre el cual
Kautsky expresaba su escepticismo. Incluso si se pudieran organizar siste-
mas de enseñanza por Nación, la desigualdad económica generaría desni-
veles entre los mismos. La necesidad del Estado de tener una lengua en la
cual conducir los asuntos de la administración, el parlamento, el ejército,
etc., causaría una desigualdad en favor del alemán difícil de superar78. Dis-
cutía con la idea de Bauer de que la burocracia estatal, por su propio interés
de preservar el Estado (que tendería a quebrarse sin reforma) podría podría
tender a una solución autonomista a los conflictos nacionales. Kautsky ca-
racterizaba esto como una «peligrosa ilusión (…) el programa de la autono-
mía de las naciones no tiene perspectiva alguna de ganar para sí a ninguna
de las clases y poderes dominantes en Austria»79. Por último, con respecto
al régimen del partido austríaco, Kautsky planteaba que era necesario un
balance entre una separación por nacionalidad-lengua para el trabajo propa-
gandístico, y una organización unitaria para el despliegue de la lucha en los
planos gremial, político y partidario80, evitando un juicio sobre cómo esta
combinación resultaba en Austria.
En su respuesta Bauer condenaba por abstracta la distinción de
Kautsky entre cultura nacional e internacional, al considerar que los ele-
mentos culturales asimilados por distintas naciones adquieren en cada una
un contenido particular: la cultura nacional opera como receptáculo de los
elementos internacionales81. En cuanto al futuro del Estado decía:

el desmembramiento de Austria dentro de la sociedad capitalista no es


justamente muy probable (…) sólo podría producirse como consecuen-
cia de una convulsión imperialista mundial que no puede ni ser deseada
por el proletariado internacional, ni entrar en sus cálculos políticos.82

76  Kautsky, 1908a, pp. 140-1.


77  Kautsky, 1908a, p. 149.
78  Kautsky, 1908a, pp. 155-9.
79  Kautsky, 1908a, pp. 161-4.
80  Kautsky, 1908a, p. 165.
81  Bauer, 1908b, pp. 178-9.
82  Bauer, 1908b, p. 83.

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Manuel Quiroga

Este análisis resultaría profético en su descripción de cómo la Primera


Guerra Mundial destruiría el Estado austríaco. A la vez, no ofrecía nin-
guna perspectiva sobre la política para abordar esta situación, al conside-
rarla «impensable».

La conquista de Bosnia y la cuestión balcánica

La cuestión balcánica se transformaría en un tema de gran importan-


cia para la Socialdemocracia austríaca hacia fines de 1908. En ese año se
produjo una crisis diplomática entre Austria y Rusia debido al anuncio
de la primera en relación a la construcción de un ferrocarril entre Bosnia
y Mitrovitsa (actualmente en Kosovo), que Rusia percibía como una in-
terferencia en su área de influencia. Una ronda de disputa y negociación
entre Rusia y el gobierno de Austria-Hungría culminó con la anexión de-
finitiva de Bosnia-Herzegovina por parte de éste último el 6 de octubre
de 1908 (ambos territorios estaban bajo administración militar austríaca
desde 1878)83. Líderes del Partido Socialdemócrata Austro-alemán como
Adler y Renner, si bien criticaron el tiempo y la forma de la anexión, ne-
garon que la misma fuera un acto imperialista; criticaron por igual al Es-
tado serbio, agitando en contra de un supuesto peligro «Gran Serbio» (es
decir, que Serbia intentara ampliar su territorio mediante conquistas).
Adler ni siquiera cuestionó el derecho de Austria a anexionarse las pro-
vincias. La propuesta del Grupo Parlamentario Socialdemócrata hacia las
mismas era otorgarles sufragio universal y autonomía cultural dentro del
Imperio84. Esta posición dejaba en evidencia la falta de distinción entre la
política de un Estado imperialista como Austria y la de pequeños Estados
independientes como Serbia.
La anexión despertaría un debate que se prolongaría por varios años
entre varios intelectuales austríacos, alemanes y de distintos partidos bal-
cánicos, sobre cuál era el planteo político-estatal que la Socialdemocracia
debía sostener para los pueblos de los Balcanes.
Bauer analizaba que la región estaba afectada por un proceso de «des-
pertar de las naciones sin historia»85, a partir de los levantamientos con-
tra los turcos. Bauer se lamentaba porque la política de Austria alienaba

83 Roebke-Berens, 1981a, pp. 106-7.


84 Roebke-Berens, 1981a, p. 115.
85  Bauer, 1908a, p. 130.

216 Historia  Contemporánea,  2019, 59,  197-234


Miradas marxistas sobre la cuestión nacional

a los Sud-Eslavos, al no haber apoyado sus luchas independentistas con-


tra Turquía y haber gobernado militarmente Bosnia-Herzegovina durante
muchos años, situación que empeoraba aún más con la anexión de la re-
gión. Una política de autonomía nacional hubiera transformado a los Sud-
Eslavos que vivían dentro de Austria en el centro cultural de sus Naciones
y creado un vínculo fuerte con Austria86. El planto de Bauer, de izquierda
dentro de la Socialdemocracia austro-alemana, se oponía a la anexión
aconsejándole una política distinta al Estado austríaco de acuerdo a los in-
tereses del mismo.
Tucović, el teórico más importante del Partido Socialdemócrata Ser-
bio, analizaría desde otro punto de vista los hechos. Planteaba que la po-
lítica balcánica de Austria implicaba un compromiso de la independen-
cia de los Estados de Serbia y Montenegro, que quedarían rodeados por el
ferro­carril austríaco, sin posibilidad de desarrollo independiente. Tucović
reconocía que Serbia tenía todas las debilidades de un país burocrático
campesino, pero la prensa austríaca se había esforzado en demonizar el
país para justificar los planes de conquista87. Tucović desarrolló la po-
sición de la Socialdemocracia serbia en un artículo ulterior, donde plan-
teaba la demanda de un referéndum para definir el destino de Bosnia-Her-
zegovina, con derecho a secesión88. Interpretaba la anexión como parte de
la oleada imperialista mundial, comparándola con las conquistas en Asia
y África89.
Kautsky intervino en el debate con un texto en el cual reflexionaba so-
bre las tareas nacionales de la Socialdemocracia balcánica. La lucha por
la independencia formaba parte de las tareas democráticas, incluyendo la
unión de todos los elementos de una Nación. En el caso de las naciones
balcánicas, las monarquías servían como elemento unificador contra el do-
minio externo, pero también ayudaban a que las formas de emancipación
nacional logradas fueran incompletas: el proceso de creación de pequeños
reinos (como Serbia, Montenegro y Bulgaria) había implicado que elemen-
tos de cada Nación quedaran incluidos en otros Estados (por ejemplo los
macedonios, a los cuales consideraba parte de la Nación búlgara, estaban
separados del Estado de Bulgaria)90. Los Estados dinásticos hacían imposi-

86  Bauer, 1908a, p. 131-2.


87  Tucović, 1908a, pp. 136-8.
88  Tucović, 1908b, p. 144.
89  Tucović, 1908b, p. 145.
90  Kautsky, 1908b, pp. 157-8.

https://doi.org/10.1387/hc.18886 217
Manuel Quiroga

ble la unidad nacional definitiva: sólo podían acercarse a la misma a través


de la conquista militar (cosa que los socialdemócratas no podían apoyar)91.
La única manera de lograr la unión nacional era la conformación por parte
de los pueblos balcánicos de una República Federal común, única garan-
tía de que la independencia del Sultán no redundara en una dependencia
de Austria, Rusia o Inglaterra92: «un fuerte imperio balcánico tendría me-
jores chances de unir a los serbios que hoy gobierna Austria con los demás
serbios que cualquiera de las existentes monarquías enanas»93. Este texto
entraba en contradicción con la opinión socialdemócrata prevaleciente en
Austria, al sostener un programa de Federación Balcánica que incluyera
también los territorios yugoslavos de dicho Estado.
En términos partidarios, un primer intento de fijar una política social-
demócrata común ante el problema balcánico provino de una Conferencia
Internacional de Partidos Socialdemócratas convocada en Liubliana por el
Partido Socialdemócrata Yugoslavo de Austria. La representación de las
organizaciones externas a Austria-Hungría fue limitada: Los socialistas
búlgaros no acudieron a la conferencia y Tucović participó sólo como ob-
servador. La resolución adoptada planteaba como objetivo final la unifica-
ción estatal de todos los Sud-eslavos, pero en el «mientras tanto» sostenía
el programa de democratización de la Monarquía bajo una orientación de
autonomía nacional cultural (extraterritorial)94.
Una nueva Conferencia Socialdemócrata Balcánica, convocada bajo
los auspicios de los socialistas serbios, se llevó adelante en Belgrado con
una representatividad mucho mayor por parte de organizaciones de casi
todos los Estados y naciones de los Balcanes. La resolución que adoptó
analizaba la situación de fragmentación nacional en los Balcanes como
«insoportable»: todas las fuerzas progresivas de la Nación debían lu-
char contra el localismo. Acusaba a la burguesía, con la ayuda del mo-
narquismo, de crear «nuevos antagonismos nacionales que previenen la
resolución de la cuestión balcánica por medio de la unificación de los pue-
blos», oponiéndose así al particularismo de los pequeños Estados balcáni-
cos. Planteaba como programa la Federación balcánica95. La concreción
de este objetivo no podía provenir ni de la política militarista de las mo-

91  Kautsky, 1908b, p. 158.


92  Kautsky, 1908b, p. 159.
93  Kautsky, 1908b, p. 160.
94 Owings, 1967, p. 334.
95  Resolution…, 1910, p. 165.

218 Historia  Contemporánea,  2019, 59,  197-234


Miradas marxistas sobre la cuestión nacional

narquías balcánicas ni de la apelación a los Estados capitalistas europeos.


La política de la Socialdemocracia tenía que implicar «el fortalecimiento,
a través de la lucha de clases del proletariado, del poder de resistencia de
los pueblos contra (…) los designios imperialistas de Austria-Hungría y la
influencia del zarismo ruso»96.
Como vemos, había una fuerte diferencia en el enfoque general para
analizar la crisis de Bosnia: El planteado por Tucović en sus artículos y
en la resolución de 1910 (auspiciada por su partido), ponía el centro en la
oposición al imperialismo, mientras que la mayor parte de los austro-ale-
manes se opondría desde un punto de vista más o menos «equidistante»
al militarismo austríaco y al de los pequeños Estados balcánicos. No obs-
tante esta oposición de enfoque y planteo práctico no necesariamente
se reflejaba a nivel de la teoría: Tucović reseñó positivamente textos de
R­enner para los lectores serbios incluso después de 190897. Los planteos
de autonomía nacional de la Socialdemocracia austríaca se enfrentaban a
una contradicción ante la conquista de Bosnia: demandar autonomía den-
tro de Austria para los pueblos recién incorporados implicaba aceptar el
hecho de la anexión, mientras que defender su derecho a la autodetermi-
nación hubiera suscitado el problema de porqué limitar este derecho a la
recién incorporadas provincias y no al conjunto de su territorio.

Tercera parte

El auge del separatismo sindical-partidario en Austria (1909-1912)

En 1909 se abrió un período donde se reforzarían los conflictos na-


cionales a nivel político-general. Si entre 1905 y 1909 el parlamento
austríaco había funcionado normalmente, en 1909 comenzó un período
de obstrucción crónica del mismo, protagonizado por la recién formada
Unión Eslava (organizada como consecuencia de la anexión de Bosnia-
Herzegovina por diputados de distintos partidos eslavos), que usaría la
obstrucción cada vez que se sintiese amenazada en cuestiones como la si-
tuación de los checos en Bohemia o el uso de lenguas eslavas en el servi-
cio civil98.

96  Resolution…, 1910, p. 166.


97  Živković y Plavšić, 2003, p. 128.
98  Knapp, 1980, pp. 178-9.

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Manuel Quiroga

En este contexto de fuerte presión nacionalista eslava, hubo un nuevo


Congreso de la Socialdemocracia checa en 1909. El Congreso discutió
sobre las limitaciones del programa de Brno y su modificación. Šmeral
planteó una reforma del mismo que sostuviera como demandas: «autono-
mía para cada una de las comunidades étnicas del Imperio Austríaco ba-
sada en el principio de los derechos individuales con respecto a la cultura
nacional» y una reforma del Estado en base a una «administración y buro-
cracia democráticas y descentralizadas»99: una combinación del programa
de Brno con los esquemas de Renner y Bauer. Estas ideas fueron critica-
das por casi todos los oradores: por ejemplo, el socialista de orientación
nacional Meissner criticó las dificultades financieras para poner en prác-
tica la propuesta de organizar un sistema educativo para cada Nación. Sin
embargo, no hubo propuesta alternativa: la resolución adoptada llamó a
«continuar las discusiones» hacia un nuevo programa100. Se consolidaba
así una creciente división entre una tendencia de orientación nacional,
crecientemente hostil a la Socialdemocracia austro-alemana, y la corriente
favorable al Austro-marxismo y conciliadora con los austro-alemanes de
Šmeral.
Cabe destacar que la última conferencia Pan-austríaca de la Social-
democracia se había realizado en 1905, por lo que tocaba realizar una en
1907. La misma no se realizó y fue pospuesta permanentemente en estos
años por Victor Adler, que temía una escalada de confrontación en torno
al programa nacional101.
Estas tensiones crecientes en el plano político se trasladaron (una vez
más) al terreno sindical. Como en 1905, los sindicalistas checos plantea-
ron en 1909 la necesidad de dividir nacionalmente los gremios, unificando
a todas las organizaciones sindicales checas bajo la autoridad de la Comi-
sión Sindical de Praga; esta vez contaron con un decidido apoyo de la So-
cialdemocracia checa, y acompañaron sus protestas ante los sindicalistas
austro-alemanes con una campaña que provocó la ruptura nacional de va-
rios sindicatos, atrayendo más organizaciones a afiliarse con la Comisión
de Praga102.
Bauer miraba con preocupación estos conflictos, y tuvo una posición
conciliadora, planteando una propuesta de compromiso: los sindicatos de-

  99 Šmeral, 1909.
100 Thomas, 1976, p. 91.
101 Thomas, 1976, p. 89.
102  Knapp, 1980, pp. 153-165.

220 Historia  Contemporánea,  2019, 59,  197-234


Miradas marxistas sobre la cuestión nacional

bían tener en cuenta las divisiones nacionales, otorgándole a cada Nación


cierta autonomía dentro de sus organizaciones. Esto podía llevarse ade-
lante si la Comisión Sindical Pan-austríaca de Viena modificaba los esta-
tutos de los sindicatos y los checos disolvían sus sindicatos separados103.
Esta propuesta no conformó a ninguno de los bandos104.
El conflicto se llevó al terreno de la Internacional, donde en el Con-
greso de Copenhague de 1910 los separatistas checos fueron condenados.
Esto provocó que el partido checo rompiera con el partido Pan-austríaco,
con la separación a su vez de un pequeño partido «centralista» checo,
opuesto a la secesión sindical, que permaneció dentro del partido Pan-
austríaco105. Esto implicó el final de la alianza entre los dos partidos más
grandes de la Socialdemocracia en Austria. Una situación similar se pre-
sentó en Galitzia, donde años de tensión en los sindicatos locales por la
falta de publicaciones en ucraniano y el dominio polaco de las organiza-
ciones desembocó en una ruptura del Partido Socialdemócrata Ucraniano
de Austria en 1911, entre una fracción unionista y otra separatista106.

Críticas desde la izquierda: Strasser y Pannekoek (1912)

Las rupturas partidarias generaron una nueva ronda de debate sobre la


cuestión nacional. Se haría evidente la posición de gran debilidad en que
había quedado el modelo partidario austríaco luego de las rupturas, situa-
ción que varios socialistas austríacos y extranjeros aprovecharían para re-
lacionar este modelo con la teoría Austro-marxista y atacarlos conjunta-
mente.
La primera de estas críticas apareció en un folleto del militante austro-
alemán de Reichenberg, Josef Strasser, el cual adquiriría gran difusión,
agotándose a dos semanas de su aparición107. Dedicaba varias páginas del
panfleto a criticar el uso de frases favorables al nacionalismo por parte de
varios socialistas austríacos108. A su vez hacía un análisis de los naciona-
lismos austríacos como interesados fundamentalmente por la lengua: atri-

103  Bauer, 1910.


104  Knapp, 1980, p. 166.
105  Joll, 1974, pp. 114-5.
106 Potlach, 1955, p. 253.
107 Aricó, 1978b, p. 187.
108 Strasser, 1912, pp. 194-200.

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Manuel Quiroga

buía esto a los intereses de los «obreros del idioma» (empleados, maes-
tros, etc.) que competían entre sí por puestos en la administración pública.
Consideraba que los intereses del proletariado implicaban exigir escue-
las y administración pública en función de las necesidades lingüísticas de
la población y no al revés. En este sentido, adhería en general a la con-
cepción de autonomía nacional de Bauer y sus propuestas de reforma109.
Strasser enfatizaba su rechazo a la separación de la Socialdemocracia aus-
tríaca en partidos nacionales, y la usual justificación de que esto era nece-
sario para agitar en distintas lenguas. Si esta necesidad se reconocía para
los partidos, «se podría sostener lo mismo de los sindicatos (…) En uno
de esos puntos los separatistas tienen razón (…) el separatismo sindical
(…) no es más que una consecuencia del político»110.
En su respuesta al folleto, Bauer enmarcó la discusión en la división
internacional de tendencias de la Socialdemocracia: si hasta el momento
habían existido dos tendencias principales, revisionismo y marxismo «or-
todoxo», ahora se tendía a una tripartición entre Izquierda radical, Centro
marxista, y Derecha revisionista»111. Planteaba que el trabajo de S­trasser
luchaba en dos frentes, contra la Derecha y también contra la fracción
parlamentaria, Renner y él mismo (es decir, el Centro marxista) 112. Bauer
defendía la táctica de plantear en términos nacionales los objetivos de la
Socialdemocracia: esto permitía debatir hacia las masas que el verdadero
poder y grandeza de la Nación residían en «el bienestar y la cultura de
la masa del pueblo». El planteo de Strasser, que «quiere combatir el na-
cionalismo apelando desde el cálido sentimiento al intelecto fríamente
calculador»113, no era una alternativa real. En cuanto a la diferencia en-
tre partido y sindicatos, sostenía que para intervenir en la lucha política de
una Nación era necesario un profundo conocimiento de su historia, su cul-
tura y el resto de las fuerzas políticas, mientras que la lucha sindical «por
un salario más alto y un tiempo de trabajo más corto» es la misma en to-
dos lados114.

109 Strasser, 1912, pp. 200-5 y 212.


110 Strasser, 1912, pp. 225-6.
111 Se refería así a la ruptura entre Kautsky y Luxemburg en Alemania (1910) por

motivo de una polémica sobre el uso de la huelga de masas y la vía hacia la toma del po-
der, que tendría grandes consecuencias en el conjunto de la Segunda Internacional. Ver
S­chorske, 1970, pp. 173-185, para el contexto del debate.
112  Bauer, 1912, p. 248.
113  Bauer, 1912, pp. 250-3.
114  Bauer, 1912, pp. 253-4.

222 Historia  Contemporánea,  2019, 59,  197-234


Miradas marxistas sobre la cuestión nacional

En su respuesta, Strasser acusó a Bauer de adherir a una postura más


pan-nacionalista que internacionalista115. Cuestionó su crítica fundada en
las tendencias de la Socialdemocracia internacional recordando que sus
concepciones eran más parecidas a las del «centrista» Kautsky, utilizando
una cita de éste último:

En Austria aún abunda la opinión según la cual el centralismo es


bueno para los sindicatos pero no para el partido (…) la organización
del partido debe ser un partido único rigurosamente centralizado y con
un vigoroso ejecutivo plenario (…) la autonomía de cada subdivisión
nacional y territorial del partido no puede ser incondicional (…) tam-
bién habría que velar, junto a la autoadministración de las naciones or-
ganizadas según el principio de la personalidad, por la autoadministra-
ción del conjunto de los compañeros en cada territorio, sin distinción de
Nación.116

El punto central era la existencia de organizaciones territoriales uni-


ficadas por región (aunque en la visión de Kautsky esto era combinable
con las organizaciones por nacionalidad). Poniendo el ejemplo de la re-
gión de Galitzia, Strasser deploraba que en la lucha por el sufragio uni-
versal no había existido un único partido capaz de coordinarla117. Por úl-
timo rechazó el planteo de Bauer sobre la lucha «en dos frentes» de la
izquierda:

¡Como si hubiese olvidado que el centro marxista creyó poder lle-


var por el camino recto a la alimaña separatista, mediante ruegos tier-
namente persuasivos! (…) En dos frentes sólo lucha el centro marxista,
que es internacional contra el separatismo y nacional contra el interna-
cionalismo y ello, naturalmente, puede suscitar confusiones.118

El mismo año apareció un folleto de Anton Pannekoek, socialista ho-


landés activo en la Socialdemocracia alemana. El folleto iba dirigido a
publicarse en Der Kampf, pero Bauer lo rechazó. El folleto fue editado en
Reichenberg por Strasser119. Pannekoek coincidía en la definición de Na-

115 Strasser, 1912, p. 250.


116 Kautsky, 1912, p. 679.
117 Strasser, 1912, p. 245.
118 Strasser, 1912, p. 246.
119 Aricó, 1978b, pp. 257-8.

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Manuel Quiroga

ción con Bauer, pero consideraba que éste no había analizado suficiente-
mente la influencia que la lucha de clases ejercía sobre la Nación120. Su
postura era que a medida que avanzaba la diferenciación de clases, tanto
la comunidad de destino como la de carácter entre proletariado y burgue-
sía se iban disolviendo cada vez más; por tanto, la Nación era un fenó-
meno transitorio. Ofrecía una segunda definición de Nación como una
«organización política de lucha» que derivaba de la necesidad de la com-
petencia interna entre las clases burguesas (burguesía, pequeña burguesía,
intelectualidad), en la cual proletarios y campesinos desempeñaban el pa-
pel de tributarios; con el tiempo, el nacionalismo perdería cada vez más
raíces entre el proletariado121:

Las concepciones de Bauer sobre el futuro de la Nación constituyen


la base teórica de la táctica del oportunismo nacional (…) Si la Nación
—no sólo hoy, sino cada vez más con el auge del movimiento obrero, y
finalmente bajo el socialismo— es el principio unitario y divisorio natu-
ral del género humano, entonces resulta vano querer combatir el poder
de la idea nacional en el proletariado, y más bien hay que ver incluso al
socialismo a la luz del nacionalismo y expresar su meta con el lenguaje
del nacionalismo.122

Sorprendentemente, Pannekoek adhería de todas formas al programa


práctico para Austria de autonomía nacional extraterritorial123.
Haupt analiza a estos autores como parte del «internacionalismo in-
transigente» de la Segunda Internacional, portadores de «una visión opti-
mista» sobre el hecho nacional como «un fenómeno transitorio y extraño
al movimiento obrero»124. Si el enfoque general es opuesto al de Bauer,
llama la atención las dificultades que tuvieron los críticos por Izquierda
de los Austro-marxistas para formular una propuesta práctica alternativa,
evidente en su apoyo al programa de reformas de Bauer después de com-
batir las bases teóricas del mismo.

120 Pannekoek, 1912, pp. 259-272.


121 Pannekoek, 1912, pp. 272-9.
122 Pannekoek, 1912, p. 290.
123 Pannekoek, 1912, p. 301.
124 Haupt y Löwy, 1980, p. 66.

224 Historia  Contemporánea,  2019, 59,  197-234


Miradas marxistas sobre la cuestión nacional

Repercusiones en Rusia

En Rusia, el debate sobre la propuesta Austro-marxista de la autono-


mía nacional cultural, tomó gran importancia después de la Conferencia
de Viena de 1912125, realizada por grupos socialdemócratas rusos opues-
tos a los bolcheviques. En la conferencia, acaudillada por los menchevi-
ques, se aceptó la visión de delegados del Cáucaso que planteaban que el
programa de autonomía nacional cultural, no entraba en contradicción con
el programa de la Socialdemocracia rusa (el cual defendía el derecho a la
autodeterminación de las naciones)126.
El enfoque de Lenin conjugaba «1. La autodeterminación nacional
como reivindicación programática, 2. La exigencia de la unidad del par-
tido, cuya estructura debe trascender las divisiones nacionales»127. En su
lucha contra sus oponentes de la Conferencia de Viena, vincularía la teo-
ría de la autonomía cultural nacional con el separatismo:

Los obreros con conciencia de clase son partidarios de la total uni-


dad entre los obreros de todas las nacionalidades, de todas las organi-
zaciones (…) culturales, sindicales, políticas, etc. (…) Los obreros no
permitirán que se los divida mediante discursos empalagosos sobre la
cultura nacional o la «autonomía cultural».128

Continuando esta línea de pensamiento, Stalin elaboró un trabajo más


extenso en 1913. El trabajo fue concebido después de una serie de discu-
siones entre Lenin y Stalin en Cracovia en 1912, y escrito durante una es-
tancia de Stalin en Viena en enero de 1913, lo que muestra la marca «aus-
tríaca» del trabajo129.
Stalin partía de la idea de que la definición de Nación sólo podía sur-
gir de la conjunción de 4 elementos: «comunidad de idioma, de terri-

125 Habían existido debates previos en torno al Bund, que defendía un tipo de organi-

zación partidaria federal para la Socialdemocracia rusa y sería influenciada por los autores
Austro-marxistas. Ver nuestro trabajo anterior Quiroga y Massó, 2017, pp. 129-139.
126 Gechtman, 2008, p. 43.
127 Haupt y Löwy, 1980, p. 70.
128  Lenin, 1913, pp. 293-4.
129 Tucker, 1973, pp. 150-2. Existe una polémica planteada por Trotsky sobre si el ar-

tículo habría sido en realidad mayormente escrito por Lenin, ver Tucker, 1973, p. 155. Más
allá de esto, lo cierto es que Trotsky tenía la intención de «salvar» las tesis planteadas en el
trabajo disociándolas de la persona de Stalin.

https://doi.org/10.1387/hc.18886 225
Manuel Quiroga

torio, de vida económica y de psicología»130, mientras que la teoría de


Bauer, «al identificar la Nación con el carácter nacional, separa la Na-
ción del suelo (…) la convierte en una especie de fuerza que se basta a sí
misma»131. Los movimientos nacionales presentaban distintas caracterís-
ticas según sus reivindicaciones, pero más allá de esto los obreros debían
luchar contra la opresión nacional en temas como la restricciones de dere-
chos electorales, de movimiento, del uso del idioma y la disponibilidad de
escuelas propias132. El planteo de autonomía nacional cultural (que Stalin
identificaba con el programa del partido austríaco) implicaba la adapta-
ción de la lucha de clases a la lucha nacional133, y tenía numerosas limita-
ciones. La primera era que constituía una posición pensada para conseguir
derechos nacionales mediante pequeñas reformas graduales: no tenía en
perspectiva ningún «movimiento democrático de liberación» que introdu-
jese cambios radicales134. La segunda era que pretendía salvaguardar los
derechos nacionales sobre la base de «una Dieta [parlamento] para asun-
tos culturales», que no constituía ninguna garantía y era innecesaria en
condiciones de democracia plena135. La tercera es que esta perspectiva era
limitada frente al planteo de la autodeterminación nacional de la Socialde-
mocracia Rusa, que reconocía a las naciones derechos políticos, incluso a
la separación, y no sólo derechos culturales136.
Por último, Stalin consideraba que la idea de la autonomía nacional
sentaba las bases para la división en partidos por nacionalidad y el frac-
cionamiento de los sindicatos137. Destacaba la pertinencia de la crítica
de Strasser a este modelo, y la idea de que donde existían organizaciones
multinacionales únicas, al «encontrarse (…) con sus camaradas de otras
nacionalidades» en una lucha común, los obreros tomaban consciencia de
pertenecer a una misma clase social ante todo138.
En su actitud general, el folleto de Stalin se oponía a lo que veía como
un velado nacionalismo de parte de Bauer. En términos de teoría nacional,
optaba por una definición plural y empírica de Nación, que resultaba ope-

130 Stalin, 1913, p. 113.


131 Stalin, 1913, p. 114.
132 Stalin, 1913, pp. 116-7.
133 Stalin, 1913, p. 117.
134 Stalin, 1913, p. 119.
135 Stalin, 1913, p. 126.
136 Stalin, 1913, p. 131.
137 Stalin, 1913, p. 124.
138 Stalin, 1913, p. 135.

226 Historia  Contemporánea,  2019, 59,  197-234


Miradas marxistas sobre la cuestión nacional

rativa para sus fines políticos, sin profundizar demasiado en este punto.
Su trabajo enfatizaba ante todo la crítica política a la falta de perspectiva
de una transformación radical del Estado por parte de la Socialdemocracia
austríaca y las limitaciones de sus propuestas de reforma en un contexto
que no era plenamente democrático. En su crítica a la estructura de par-
tido, hacía una suerte de «frente común» con Strasser; esto a pesar de las
diferencias entre la visión «internacionalista intransigente» de éste frente
al fenómeno nacional y la postura favorable al derecho a la autodetermi-
nación propia de la tendencia bolchevique.

La guerra en los Balcanes (1912-1913)

La Primera Guerra de los Balcanes, donde los distintos pueblos bal-


cánicos lucharon de conjunto contra el Imperio Otomano por su indepen-
dencia, fue debatida en un congreso partidario de la Socialdemocracia
Austro-alemana a fines de 1912. Victor Adler enfatizó que la Socialdemo-
cracia austríaca apoyaba la independencia de los pueblos de los Balcanes,
pero que no acompañaba ningún objetivo de éstos que pudiera amenazar
la integridad territorial de Austria-Hungría. Bauer, representó una posi-
ción más a la izquierda, enfatizando las causas de la guerra asociadas a la
intervención imperialista de Austria-Hungría. En contraste, varios líde-
res socialdemócratas (como Karl Renner) expresaron posiciones aún más
conservadoras que Adler, relativizando el apoyo a los Estados balcánicos
por el temor de que cayeran bajo influencia rusa139.
Ante el peligro de que la Guerra en los Balcanes provocara una Gue-
rra Mundial, la Internacional Socialista convocó un Congreso Extraordi-
nario en Basilea en diciembre de 1912. El Congreso aprobó un manifiesto
con tareas para los socialistas de distintos países:

Los Partidos Socialdemócratas en (…) los Balcanes tienen una ta-


rea difícil. Los Poderes de Europa, por un descuido sistemático de cual-
quier reforma en Turquía, han contribuido a condiciones nacionales,
económicas y políticas insoportables que necesariamente condujeron a
la guerra (…) los Partidos Socialdemócratas de los Balcanes han exi-
gido, en contra del usufructo de estas condiciones en interés de las di-
nastías y la burguesía, la formación de una federación democrática. El

139 Roebke-Berens, 1981b, pp. 20-21.

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Manuel Quiroga

Congreso los insta a continuar esta admirable línea de acción (…) Los
partidos Socialdemócratas de Austria y Hungría, Croacia-Eslavonia,
Bosnia-Herzegovina, tienen el deber de continuar su acción efectiva
contra un ataque (…) contra Serbia, y (…) oponerse al plan de robarle a
Serbia los frutos de la guerra por la fuerza de las armas, convirtiéndola
en una colonia austríaca (...) Del mismo modo, los partidos Socialde-
mócratas de Austria-Hungría continuarán luchando en el futuro para
asegurar que la porción del pueblo Sud-eslavo que vive dentro de los
límites de la Monarquía Austro-Húngara (…) conquiste el derecho al
autogobierno democrático.140

El Congreso de Basilea fue uno de los puntos más altos en la oposi-


ción a la guerra del socialismo internacional; los reportes de los delega-
dos están llenos de entusiasmo, y la repercusión en la opinión pública de
Europa fue considerable141. No obstante, con respecto a la situación de los
Balcanes, la Internacional validaba dos políticas que contenían contradic-
ciones entre sí: la reforma de Austria (sin afectar sus fronteras) y la Fede-
ración balcánica eran conciliables sólo en la medida en que una parte de
los pueblos yugoslavos quedara bajo dominio austríaco y, por tanto, su
unificación nacional fuera incompleta.

¿Qué hacer con el Estado?

La actitud frente a la monarquía fue objeto de debate en dos Congre-


sos de 1913, el de la Socialdemocracia austro-alemana y el del partido se-
paratista checo.
En el Congreso checo, Šmeral desarrolló un reporte donde por primera
vez planteó la posible disolución de la monarquía, amenazada por Rusia.
Creía que sólo una guerra podía partir la monarquía, y enfatizó el valor que
ésta tenía como unidad económica. El ala más nacional del partido criticó
el discurso por austrófilo. Meissner predijo gran parte de lo que pasaría en
1918 (la fundación de Rumania, Polonia y Yugoslavia en base a la desinte-
gración del Imperio) pero planteó que los checos no tenían «dónde ir» sin
la monarquía142. Luego de que la guerra diera lugar al surgimiento inespe-

140 Manifesto…, 1912, énfasis agregado.


141 Haupt,1972, pp. 91-2.
142 Thomas, 1976, pp. 94-96.

228 Historia  Contemporánea,  2019, 59,  197-234


Miradas marxistas sobre la cuestión nacional

rado de Checoslovaquia, «las dos tradiciones del socialismo checo inver-


tirían sus roles»: la corriente nacionalista se identificaría totalmente con el
nuevo Estado, mientras la corriente pro-austríaca de Šmeral viraría al bol-
chevismo y sería el núcleo del nuevo Partido Comunista Checoslovaco143.
Por el lado austro-alemán, Bauer, en un reporte sobre su Congreso de
1913, planteó que la relación con el Estado había cambiado: después de
la victoria de 1907 se había extendido la ilusión de que Austria devendría
pacíficamente una nueva Suiza; la misma estaba destruida por los tumul-
tos internos y las Guerras Balcánicas. Era una cuestión abierta si Austria
podría reconstituirse en un Estado federal «bajo la presión de futuras re-
voluciones» o se destruiría144. Esto muestra la pérdida de confianza de di-
rigentes como Bauer en la posibilidad de reformar Austria, y la emergen-
cia de una diferencia política importante con otro grupo de dirigentes. En
medio de la Primera Guerra Mundial, Bauer formularía un «Programa Na-
cional de la Izquierda» (1918) dentro del partido austríaco, que sostendría
el derecho a la autodeterminación nacional y plantearía la partición de
Austria en siete Estados, divididos por lengua; por el otro lado, dirigentes
como Renner se aferrarían a la continuidad del Estado imperial hasta que
su disolución fuera un hecho consumado145.
Las organizaciones más importantes de la Socialdemocracia austríaca
se acercaron así a la Primera Guerra Mundial sin confianza en la reforma
del Estado en que había cifrado tantas expectativas y sin rumbos alternati-
vos para proponer. La guerra traería la desintegración del Estado austríaco
y la Revolución Rusa, generando un proceso de realineamientos políticos.

Conclusión

El proceso político de la Socialdemocracia austríaca muestra cómo la


federalización del partido (como respuesta de contención temprana ante
los conflictos nacionales) y una temprana adhesión al Estado Multinacio-
nal de Austria y su reforma, así como la particular forma de los conflictos
nacionales en el mismo, generaron un marco donde ganaron terreno expli-
caciones de la Nación marcadas por su consideración como un fenómeno
principalmente cultural-lingüístico y la ausencia de distinción acabada en-

143 Rupnik, 1981, p. 36.


144 Bauer, 1913.
145 Sandner, 2002, p.4.

https://doi.org/10.1387/hc.18886 229
Manuel Quiroga

tre Naciones opresoras y oprimidas. En este marco se dieron los clivajes


entre planteos territoriales y extraterritoriales para la reforma del Estado
austríaco, cuyas diferencias cabe situar en el marco teórico compartido
que las sustentaba. El período de 1905-7 y la adaptación por motivos po-
líticos y electorales de la mayoría de la Socialdemocracia a aspectos del
sentido común nacionalista, llevó al surgimiento de la teoría de Bauer, la
cual, más allá del interés que tiene como sofisticada obra original del pen-
samiento marxista, implicó una justificación teórica de este proceso po-
lítico. El análisis de Kautsky, normalmente reducido a su énfasis teórico
en el lenguaje, constituyó una crítica aguda de varios de los elementos
que sustentaban esta postura política. Las guerras balcánicas y la división
del partido pusieron en crisis el conjunto de este marco político-teórico,
lo que generó el marco para las críticas de Strasser y Pannekoek; las mis-
mas, a pesar del interés de algunos de sus planteos, no alcanzaron a ofre-
cer una alternativa práctica al programa de reforma estatal de la mayoría
de los socialistas austríacos, pues se limitaron a oponer un internaciona-
lismo abstracto a las posturas Austro-marxistas.
Por otra parte, los partidos de las nacionalidades minoritarias oscila-
ron entre la adhesión a los planteos de autonomía territorial o personal,
los planteos de unificación con la parte de su Nación que habitaba fuera
de Austria y la afirmación de la condición nacional de sus organizacio-
nes en disputa con los austro-alemanes. Los conflictos nacionales fue-
ron permanentes, y terminaron desintegrando al Partido Socialdemócrata
Pan-austríaco a la par del Estado. En ese sentido, la crítica bolchevique a
estos modelos teórico-políticos y a este tipo de partido merece ser reac-
tualizada. Sin teoría acabada de la opresión nacional ni defensa del dere-
cho a la autodeterminación, incluyendo el derecho a secesión, los planteos
autonomistas pueden quedar entrampados con las limitaciones históricas
del Estado que pretenden reformar: Esta conclusión de la experiencia aus-
tríaca bien puede servir de advertencia para el presente.

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Datos del autor


Historiador, actualmente becario doctoral del CONICET (Argentina) bajo la
dirección de Daniel Gaido. Sus investigaciones se centran en el marxismo de la
Segunda Internacional, particularmente en los desarrollos teórico-políticos en re-
lación al imperialismo y la cuestión nacional. Ha publicado varios artículos, entre
ellos «The early reception of Rosa Luxemburg’s theory of imperialism.» Capital y
Class 37, no. 3 (junto a Daniel Gaido), «Teorías del imperialismo y marxismo en el
socialismo francés temprano: el caso de Paul Louis (1896-1907).»  Izquierdas  27,
y La cuestión nacional judía en el socialismo de Europa del Este: disputas partida-
rias e internacionales (1892-1914)». Izquierdas 35 (junto a Mariana Massó) y «Teo-
ría y política de Otto Bauer sobre el imperialismo y las crisis (1904-1914).» Izquier-
das 30 (junto a Darío Scattolini).

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