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ACUMULADORES Y BATERÍAS
Ahora comencemos por los más básico para que esto tenga sentido: todo aquel que tiene un
portátil en algún momento se habrá preguntado si es mejor quitar la batería cuando usamos
la red eléctrica, habrá visto, si tiene mala suerte con su equipo, como su batería fallece al
poco tiempo o quizás no tan poco, ante lo que habrá entrado en Internet para buscar alguna
solución para ahorrarse algún euro y habrá encontrado mil respuestas de lo más estúpidas y
contradictorias (misión esencial de Internet por otro lado) que a veces incluso superan a la
famosa “fantasmada” de limpiar una batería de plomo con bicarbonato, mi favorita por
irresponsable, peligrosa y perjudicial con el medio ambiente y con la que comenzaré esta
especie de “manual sin mentiras”.
Entre las respuestas que no suelen faltar ante nuestras dudas figura casi siempre en primer
lugar la que le dio el “amigo ingeniero informático” donde el lumbreras le explicó como la
batería se sobrecargaba mientras alimentaba el portátil, primero cargaba la batería que
luego se destruía ya que luego instantáneamente el portátil “chupaba” de ella… y otros
bonitos juegos de palabras que gracias a Internet y el “sentido común” de su imaginación se
le pudieron ocurrir.
Pues lo siento mucho, quitar la batería puede llegar a ser incluso perjudicial para vuestro
portátil si no contáis con un buen SAI con estabilizador (Sistema de alimentación
ininterrumpida) independientemente de la calidad de vuestro cargador, que probablemente
esté fabricado en China con los mejores componentes posibles, sin importar los costes de
fabricación… (lo siento hoy me levanté graciosillo)
A día de hoy la batería sigue cumpliendo una función dentro del equipo como mecanismo
de protección contra las variaciones en la tensión independientemente de la calidad del
cargador, eso es así.
Con las baterías ocurre más o menos lo mismo, aunque es cierto que si hacemos estos
“locos” experimentos, en algunos casos vamos a notar ciertas “variaciones”, pero os puedo
garantizar que desde luego no vais a dejar como nueva la batería de vuestro portátil ni
mucho menos, ni os aconsejo que volváis a poner en un coche o una moto una batería de
plomo reparada con estos métodos chapuceros a riesgo de quedarse con el coche “muerto”
en el peor de los momentos, sencillamente todas estas soluciones “caseras” son el resultado
de la necesidad “rellenar” espacio a cualquier costa que aumente los ingresos publicitarios
o las estadísticas de visita.
Es cierto que en algunos casos concretos “manipular” de manera adecuada una batería
puede provocar beneficios en el artefacto y alargar su vida, yo soy el primero que “ha
recargado” una pila alcalina, “reparado” una batería de plomo o “devuelto” parcialmente a
la vida una batería de polímero de litio, pero me temo que todo ese contenido que habéis
leído y visto en YouTube es una sarta de “refritos” y “tonterías” sin sentido, basados en
experiencias puntuales mal razonadas y extrapolaciones de casos muy concretos
transformados en norma.
Los aparentes procesos físicos, químicos y electrónicos que se dan en una batería
analizados en profundidad son muy complejos y difieren en un grado tremendo
dependiendo del tipo de batería, poco tiene que ver en un acumulador de plomo con una
solución de ácido sulfúrico a los de una batería de litio.
Si bien los principios que las rigen son similares, (hablamos del desplazamiento de
electrones a causa del diferencial de potencial en ambos bornes) los fenómenos físicos y
químicos que los producen son en sí “universos” completamente diferentes, donde
intervienen múltiples reacciones químicas con diferentes compuestos, además sin contar
con la “electrónica” que dichas baterías pueden montar, pues en el caso de las diferentes
baterías de Litio, pueden ser auténticos “ordenadores” encargados de regular su
funcionamiento o sencillos circuitos de escasa calidad que pueden incluso llegar a producir
la explosión de la batería en caso de un funcionamiento defectuoso.
Existen métodos que permiten alargar la vida de los distintos tipos de acumuladores,
incluso hay empresas dedicadas a ello, pero os puedo garantizar que NO VAIS A
ENCONTRAR INFORMACION en Internet si no tenéis una buena preparación teórica en
la materia (en cuyo caso sencillamente resultará inútil) es la verdad, OS GUSTE O NO.
Para poder reparar o alargar la vida de los distintos tipos de baterías son indispensables
conocimientos en electrónica, química, reciclado y procesado de residuos peligrosos e
incluso física. Cada tipo de acumulador o batería es en sí un universo, incluso una batería
de polímero de Litio de Apple diferirá una barbaridad de la que monte Samsung y no
digamos ya un fabricante “low cost”. (Ahora que salga el listo que diga que las baterías de
Samsung y Apple son “iguales”, que me lo veo venir).
¡Efectivamente, puede ocurrir que suba el voltaje e incluso recupere puntualmente algo de
carga! Pero eso no significa que haya reparado la batería ni mucho menos y desde luego la
mayoría de los videos, aunque advierten de lo corrosivo que resulta el ácido sulfúrico, los
gases que se desprenden y lo tóxico que es el plomo, no tienen el menor reparo en “lavar” y
verter esto compuestos de plomo ¡en el fregadero o en mitad de un jardín! Todo dicho.
Voy a intentar explicar pues, que es lo que ocurre realmente y como recuperar un batería de
plomo hasta casi dejarla completamente nueva, en próximos artículos continuaré con el
resto de baterías, pero tengo una mala noticia que daros, aunque es la verdad: el proceso es
difícil, a veces imposible sin maquinaria, acceso a materiales que no se encuentran en las
droguerías, conocimientos en química, electrónica y es una autentica barbaridad, peligrosa
e incluso ilegal y delictiva si no se dispone de los medios y conocimientos para manipular
productos tóxicos como el plomo y derivados.
Así que toda esta información es únicamente con fines académicos, que suelen decir para
lavarse las manos, pero si, en serio, si no dispones de los medios, experiencia, preparación
y comprendes los riesgos no intentes hacer absolutamente nada porque estas poniendo en
riesgo tu salud, la de terceros, envenenarte con Plomo, el medio ambiente y el
funcionamiento de tus equipos.
Ni decir, que los productos tóxicos resultantes de cualquier manipulación de una batería
deben de ser llevados obligatoriamente a un punto de reciclado adecuado para estos fines,
igualmente debes de tener unas instalaciones apropiadas, seguras y muy bien ventiladas por
la peligrosidad de los gases.
Nuestro amigo - enemigo, el Plomo
Puedes intoxicarte gravemente, la alegría con la que se muestra el proceso en estos videos
es pasmosa, la intoxicación por plomo ocurre cuando el plomo se acumula en el organismo,
a menudo, durante meses o años, incluso cantidades pequeñas de plomo pueden provocar
gravísimos problemas de salud.
Especialmente si hay niños cerca manipular dispositivos que contengan plomo es realmente
irresponsable, en niveles muy altos, la intoxicación por plomo puede ser mortal, pero en
cantidades mínimas también, los niños menores de 6 años son especialmente vulnerables a
la intoxicación por plomo, que puede afectar gravemente el desarrollo físico y mental,
manipular estos materiales alegremente pueden traer problemas funestos a largo plazo, pero
podríamos no darnos cuenta si desconocemos los procedimientos y pensar que “limpiar”
una batería es como “limpiar” una zanahoria.
Al principio, la intoxicación por plomo puede ser muy difícil de detectar, ya que las
personas pueden parecer sanas y tener niveles altos de plomo en la sangre ya que los signos
y síntomas no suelen aparecer hasta que se acumulan cantidades ya demasiado peligrosas, a
causa de ello la persona que ve estos vídeos ve el proceso como algo seguro e intenta
emularlo sin observar aparentes daños para su salud, coge confianza y puede repetir el
proceso agravando los daños para su salud o la de terceros.
El plomo como ya sabemos es un metal que aparece naturalmente en la superficie de la
tierra, y pronto extendió a gran parte de la actividad humana.
Las partículas de plomo se asientan en la tierra y pueden permanecer allí durante años. La
tierra contaminada con plomo es un problema importante por ejemplo alrededor de las
autopistas, carreteras y en algunos entornos urbanos, algunas zonas que están cerca de las
paredes de casas antiguas contienen plomo, por ejemplo.
Pues bien en estos tutoriales podemos contemplar como introducen agua del grifo, destilada
o agua disuelta con bicarbonato dentro de una batería tras sacar la solución de ácido
sulfúrico, lo hacen sobre fregaderos domésticos, terrazas, talleres improvisados y de
cualquier tipo, sobre la tierra, he llegado a ver incluso un video donde un irresponsable
vertía el agua de los “aclarados” sobre unas macetas diciendo:
- “Veis, el agua ya sale limpia, así que la aprovecharé para regar las macetas y no
desperdiciarla, que tampoco es que vallamos malgastando”.
Para estos genios del reciclado, cualquier lugar improvisado vale, muchos no emplean
mascarillas adecuadas, superficies aisladas, ¡ni tan siquiera unos guantes! Para muchos la
mayor preocupación es que unas gotas de ácido sulfúrico disuelto les fastidie la ropa o
salpique el fregadero de la misma cocina de su casa!
Una vez terminado este proceso indican que se vuelva a introducir el ácido sulfúrico diluido
(previa limpieza eso sí, en alguno de los tutoriales) para proceder a continuación al realizar
una carga lenta de la batería.
Tras esto la batería recobrada milagrosamente la vida en muchos casos aunque en los
videos más honestos sencillamente indicarán una leve subida del voltaje y de la capacidad
de acumulación de la batería.
He procurado una explicación sencilla, “al límite de lo razonable” para poder reparar
baterías, pero menos es imposible, lo siento, os resultará difícil comprender el problema de
repararlas sin comprender estos principios como mínimo, quien diga lo contrario miente y
puede que tengas que repasar primero algunos principios de química o electrónica, ya te
dijimos al principio que nada de esto está chupado. J
Un acumulador de plomo está constituido en principio de una manera muy sencilla, hay dos
tipos de electrodos de plomo que cuando la batería está descargada, se presentan en forma
de sulfato de plomo (PbSO4 II) incrustado en una matriz de plomo metálico (Pb)
El electrólito es una disolución de ácido sulfúrico. Esta mezcla es tal que su densidad es de
1.280 +/– 0.010 g/ml con carga plena, y bajará a 1.100 g/ml cuando la batería esté
descargada.
Así que empezar a recargar una batería después de limpiarla con cualquier
densidad/concentración/ph no parece algo muy inteligente ¿verdad? Por ejemplo, en su
fabricación, las placas positivas están impregnadas de dióxido de plomo (PbO2) y las
negativas están formadas por plomo esponjoso. Este estado inicial corresponde a la batería
completamente cargada, así que el electrolito que agregamos inicialmente debe
corresponder a la batería con carga completa (densidad 1,280 g/ml).
En estos videos casi nunca se hace mención al estado de las placas respecto a la densidad
del electrólito, sencillamente se “limpia y recarga” tal cual, no hay que ser muy listos para
ver que algo falla.
Ambas placas se conectan en serie con una lámpara (la cual actuará como resistencia) y se
alimenta el conjunto con una tensión continua de unos 2.5 a 3 Voltios. Cuando la corriente
circula a través del elemento, se observa el desprendimiento de burbujas en cada placa, pero
en una de ellas el número de burbujas es muy superior al formado en la otra.
Tras cierto tiempo se observa que una de las placas ha cambiado su color hacia un tono
marrón o chocolateado, mientras la otra permanece inalterada en apariencia.
Ahora bien, un examen más cuidadoso muestra, sin embargo, que el plomo metálico de la
superficie de la segunda placa, empezó a transformarse en plomo esponjoso. Mucha
atención, esta es una de las claves del asunto.
Cuando la corriente circula a través del circuito que hemos creado, un voltímetro conectado
a la “pila” indica aproximadamente 2,5 Voltios.
La placa que adopta el color pardo o chocolate es la positiva o cátodo, mientras que la
parcialmente convertida en plomo esponjoso, más negra es la placa negativa o ánodo.
Las burbujas que se forman en las placas de plomo son hidrógeno libre. Así que mucho
cuidadito con esto también, pues es realmente explosivo y si acumulamos cantidad
suficiente podemos provocar una explosión en un lugar poco ventilado, aunque
normalmente este no es el mayor riesgo, por mucho que algunos genios insistan, pues sería
necesaria una cantidad muy considerable… pero por ejemplo, sin gafas de protección una
pequeña detonación puede provocar salpicaduras de ácido que si acaban en nuestros ojos,
es un mal asunto.
¿Os acordáis de unos episodios de Mr. Robot que pretenden volar un edificio, con las
baterías de unos SAIS?, bueno la idea estaba basada en este principio pero llevado al
extremo, detener el sistema de ventilación del edificio, apagar las alarmas, comenzar a
sobrecargar las baterías para que generaran Hidrógeno en cantidades extremas, un chispazo
y ¡bum!
Cuando pasa la corriente a través del circuito, el plomo metálico de la placa positiva se
convierte en dióxido de plomo, mientras que en la placa negativa, aún cuando el plomo no
varíe químicamente, pero si su configuración física y se transforma en plomo esponjoso o
poroso.
Cuando se descarga la pila que hemos creado, el dióxido de plomo de la placa positiva pasa
a sulfato de plomo, cuando esto ocurre ambas placas vuelven a transformarse en electro-
químicamente iguales y por tanto la corriente cesa.
La acción inicial de la corriente eléctrica sobre las dos placas iguales convierte en dióxido
de plomo la placa positiva y en plomo esponjoso la negativa así que las dos placas se
vuelven electro-químicamente distintas y en tal caso, existe una f.e.m. (Fuerza
electromotriz).
La fuerza electromotriz (f.e.m.) resultante es de unos 2,1 voltios, ahora bien la diferencia o
exceso de 0,4 voltios observado durante la carga del elemento se emplea para vencer la
resistencia interna y los efectos de polarización.
Descarga
En este proceso el dióxido de plomo (PbO2) libera oxígeno, (O) el cual al combinarse con
el hidrógeno, (H2), liberado del ácido sulfúrico (H2SO4), forma agua, (H2O).
Esto causa que la densidad del electrolito disminuya como disminuye la tensión hasta el
momento de agotar la reserva de energía del acumulador.
Carga
Cuando el acumulador se carga, parte del material de plomo de la placa positiva (ojo, no
todo) está constituido por dióxido de plomo (PbO2) y el material activo de la placa
negativa se compone de plomo metálico en estado esponjoso, (Pb). (Otra vez atención:
no todo, tan solo y dependiendo del grosor de la plancha de plomo, parte de la estructura).
Una vez se inicia la carga, la corriente que el acumulador recibe desde nuestro cargador
provoca la reacción inversa a la expuesta hace un momento en la descarga, buscando el
estado inicial, la densidad del electrolito ascenderá hasta alcanzar 1.260 / 1.280 P.e.
Por otro lado, en condiciones normales la tensión progresivamente irá en aumento hasta
cierto valor: 2.5 V. Cuando superamos este valor, comienzan unas reacciones diferentes
que destruyen nuestro acumulador donde un proceso de electrólisis genera la separación
del hidrógeno y del oxígeno que son liberados respectivamente por la placa positiva y
negativa.
Realmente las reacciones que se producen son más complejas, mucho más, pero estos son
los principios mínimos que considero necesarios comprender.
Sólo cuando se supera la tensión de carga recomendada se libera hidrógeno que daña los
electrodos y se degrada el electrolito (aunque no es la única razón de que se degraden).
Como hemos explicado, en la descarga baja la concentración del ácido sulfúrico ya que se
crea sulfato de plomo (II) y aumenta la cantidad de agua liberada en la reacción. El ácido
sulfúrico concentrado tiene una densidad superior al ácido sulfúrico diluido, por lo que
se suele decir que podemos mirar el estado de nuestra batería midiendo esa densidad, con
un densímetro para baterías: ESO NO ES CIERTO, tan solo valdría para baterías en
perfecto estado, ya que la degradación de la batería en todos los aspectos FALSEARÁ estos
valores. Es práctico por tanto para verificar la carga y observar la evolución del estado de la
batería en condiciones óptimas únicamente y por supuesto también resultara muy útil en
caso de reparar una batería para comprobar la densidad inicial del electrolito y su
evolución, para determinar un buen funcionamiento.
Por otro lado otro problema en el proceso de carga y descarga de los acumuladores reside
en la estructura física del sulfato de plomo, pues resulta que es un sólido “cristalino”, pero
cuando el sulfato de plomo forma cristales de tamaño excesivo, la reversibilidad de la
reacción química que hemos descrito desaparece, ya que se ha provocado lo que llamamos
un fenómeno de sulfatado.
La formación de estos cristales de gran tamaño se debe a varias razones pero si dejamos
que la tensión del acumulador caiga por debajo de 1,8 V durante un periodo de tiempo
relativamente corto también comenzarán a formarse y lo perderemos, por eso es tan
importante en un acumulador de plomo que la tensión no decaiga en ningún momento de su
vida útil por debajo del umbral.
La industria con el paso de los años, dado el bajo coste de fabricación de los acumuladores
de plomo bajo los principios descubiertos por el físico francés Gastón Planté en 1859, ha
continuado fabricando baterías según este modelo, a día de hoy resultan difíciles de re pero
a diferencia de lo que vais a leer en muchos lugares tanto los procedimientos como los
materiales utilizados han evolucionado de manera excepcional desde las primeras y
rudimentarias baterías de finales del siglo XIX.
Partiendo del modelo de Planté, es decir de baterías secundarias, recargables bajo una
configuración ácido-plomo, se han desarrollado muchas versiones de baterías en búsqueda
de la más sencilla de realizar, al menor coste y con el mejor comportamiento y duración,
aunque también existen modelos del alta gama mucho más duraderas que por ejemplo
utilizan un electrolito en pasta / gel, que no se evapora de la misma manera y hace por tanto
su utilización mucho más segura, cómoda y maximiza la duración, aquí nos topamos con el
mismo problema, cada fabricante tiene sus formulaciones… ¿Lo vamos pillando?
Igualmente los elementos aislantes entre las diversas placas de plomo, así como su
disposición para que no cortocircuiten entre s pero poder poner la máxima superficie de
dichas placas en contacto con el electrolito en el menor espacio posible, sin que dicho
aislante se vea degradado por el ácido sulfúrico, también ha evolucionado y se ha
experimentado con multitud de materiales capaces de resistir la acción del ácido y los
efectos electroquímicos sin degradarse, suponiendo tan solo este punto un “universo” por sí
solo.
Muchas veces contamos con que se ha degradado algún componente “químico”, cuando
puede ser un problema ´”físico”. Si por ejemplo se degrada una de las membranas que
separan las distintas placas de plomo, puede provocar incluso cortocircuitos, al igual que si
se degrada la separación entre las distintas “celdas”. Además en el diseño del acumulador
se procura acercar las placas al máximo posible y se multiplica el número de las mismas
para lograr una mayor densidad de corriente.
En una batería de 12V: 6 celdas, (6x2) en una de 24V: 12 celdas (6x12) y así
sucesivamente, hasta conseguir el voltaje deseado para hacer funcionar el automóvil o
dispositivo deseado, así que bastará con que en una batería “monobloque” se deteriore una
de estas celdas para que rápidamente todo el sistema acumulador falle y se deteriore el resto
de celdas.
Por ejemplo, cuando se realiza el proceso de carga, la corriente suministrada está calculada
para elevar la tensión de cada celda a un máximo de 2.5V, pero basta que una falle para que
el resto rápidamente alcancen voltajes que iniciaran las reacciones explicadas que
destruirán los diferentes elementos.
En caso de sobrecarga
- Se provoca una rápida corrosión de las placas positivas.
- Deformación de las placas positivas y daños a los separadores que pueden provocar
roturas, cortocircuitos y fugas del electrolito.
- Derramamiento del ácido, lo cual reduce el nivel del electrolito y provoca daños en los
circuitos externo y elementos cercanos a la batería
Muy bien, partiendo de estas premisas ya podemos hacer una clasificación de los diferentes
tipos de acumuladores de plomo según la composición del electrolito.
Este tipo de baterías es el más común y forma la mayor parte que vamos a encontrar a la
venta:
Ciclo profundo: diseñadas para aplicaciones donde tengan lugar descargas profundas,
como pueda ser en equipos a los que no tenemos acceso continuamente o la posibilidad de
recarga constante es difícil.
Estacionarias: aquellas cuya premisa de uso sea requerir una larga vida útil y un bajo
mantenimiento.
Estas baterías se encuentran parcialmente selladas para evitar la evaporación del electrolito.
Ya que una de sus principales premisas es aumentar la movilidad y seguridad.
En comparación con las baterías VLA, presentan un ciclo de vida más corto, elevadas
temperaturas y mucha más intolerancia al abuso.
AGM Absorbed Glass Mat VRLA: donde el electrolito se mantiene por un separador
poroso absorbente, generalmente fabricado en fibra de vidrio.
Gelled electrolyte VRLA, donde se añade un agente gelificante al electrolito líquido a fin
de que este adopte la consistencia de gel.
Aunque esta clasificación es un poco simplista, se centra principalmente en las baterías que
encontraremos en el mercado, principalmente para automoción donde se reemplazan ciertos
componentes y ya de paso se complica el proceso de restauración en caso de fallo
atendiendo a la fórmula original.
Teóricamente, una batería de libre mantenimiento se caracteriza por no necesitar el
repostaje de agua destilada durante el período que se espera que dure su funcionamiento, en
condiciones normales de uso. (Aunque claro en unas y otras la mayor parte de la gente da
por hecho que la densidad de ácido no importa y basta con abrir los “taponcitos” y verter
agua… un despropósito)
Rejillas de Calcio:
Esta ausencia teórica de mantenimiento se logra principalmente por medio del uso de
rejillas con una aleación que contenga Calcio como sustituto del tradicional Antimonio.
(Más adelante explico las rejillas en el proceso de fabricación)
Las ventajas de la aplicación de Calcio son la reducción del calor en el ciclo de carga y
descarga, reduce la pérdida de agua por la gasificación y reduce corrosión.
Ahora bien no nos engañemos, su precio es mucho más elevado y un uso “extenuante”,
puede compensar la diferencia de precio, frente a su duración con una batería de coste
inferior, pero por ejemplo en un vehículo con un uso correcto, los ciclos de vida frente a
una más normal, no difieren demasiado ya que bajo condiciones de cargas de
“mantenimiento” habituales, a causa de otros múltiples procesos de deterioro hacen que los
tiempos reales de vida no superen a modelos más modestos, según mi experiencia
(reconozco que este punto es personal y basado solo en contrastar experiencias durante 20
años, por lo que sería discutible)
Para reparar una batería tenemos que comprender muy bien como está construida, bastaría
con esto para entender lo absurdo de intentar “limpiar” una batería con bicarbonato, pero si
queremos aprender a intentar repararlas “de verdad” es fundamental conocer los
componentes y el proceso, no queda otra.
Componentes de la batería
Electrolito:
Rejilla:
Armazón o parrilla que sirve de soporte para los materiales activos que conducen la
corriente. Desempeñan también la misión de distribuir la corriente uniformemente en toda
la placa a través de diseños muy específicos. Están fabricadas de una mezcla de plomo,
calcio, plata, estaño, según el modelo y tipo de batería, creando una aleación que le ofrece
cualidades específicas a la rejilla.
Placas:
Compuestas por las rejillas, impregnadas de una pasta o material activo que favorece las
reacciones químicas positivas para el acumulador, reduciendo las contrarias, así como
reduce la degradación. .Esta pasta es una mezcla de óxido de plomo con otros elementos
químicos
Placas positivas:
Placas negativas:
Compuestas por plomo esponjoso (Pb) de color gris pizarra, en el que penetra libremente el
electrolito, haciendo esponjar las placas, con lo que crece el área eficaz de las mismas,
aumentando el rendimiento. En estas placas se emplean en pequeñas cantidades, sustancias
difusoras o expansoras para impedir la contracción y solidificación del plomo esponjoso,
con lo que perdería capacidad y vida la batería. (Al reparar una batería disponer de estas
sustancias resulta de una importancia esencial para garantizar la longevidad de la batería,
pero no es tarea sencilla aunque necesaria ya que el proceso de limpieza, elimina estas
sustancias).
Elementos Plásticos:
Debido a que una batería Plomo-Ácido libera Hidrógeno (H2) durante la carga, la caja no
es completamente sellada. Las baterías poseen un respiradero en los tapones o en la tapa
que liberan al exterior dicho gas, y el vapor del ácido sulfúrico se condensa a los lados de
los orificios llenando de nuevo la batería.
- Separadores:
Son elementos que evitan descargas por contacto entre placas positivas y negativas, pero al
mismo tiempo, permiten la conducción electrolítica libre. Estos separadores son colocados
en las baterías de tres maneras principalmente: en forma de placas, en forma de sobres y en
forma de sobres envolventes, aunque dentro de esta diferenciación los diseños para un
modelo específico son inmensos, con peculiaridades propias del fabricante.
Entre los principales tipos de separadores están los materiales de fibra de vidrio y
materiales vítreos porosos de PVC, sobres de polietileno, plásticos microporosos,
películas de celulosa, telas de Dynel o Vinyon.
Finalizaremos esta primera parte con los valores básicos que debemos conocer para poder
interpretar el estado de una batería a través de sus tiempos de carga o la densidad del
electrólito.