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La Baja Edad Media

Transición del Feudalismo a la Modernidad

Edad Edad Media


Edad
Antigua Moderna

Siglo V Siglo VII Siglo XI Siglo XIII Siglo XV


Caída del Apogeo del Fase de Renacimiento Fin del
Imperio Feudalismo Roturaciones de las Ciudades Feudalismo
Romano Nacimiento de la
Occidente Burguesía

Veamos ahora lo que sucedió entre los siglos XI al XV en los territorios de Europa Occidental.

Siglo XI - Fase de Roturación Ampliación o extensión de las tierras cultivadas


Hechos principales que llevaron adelante el movimiento de Roturaciones:
- El aumento de las rentas fue una característica clave. Los señores, deseosos de recibir mayor
cantidad de excedentes, entregan permisos a los campesinos para que trabajen las tierras
comunales que rodean los señoríos y puedan producir allí mayor cantidad de productos de la
agricultura.

- La economía rudimentaria de Europa Occidental comenzaba a comerciar con los productos


exóticos provenientes de Oriente. Esta búsqueda de comerciar los lujos llevó a los Señores a
reclamar el aumento de rentas en metálico (monedas de plata, ‘dinero’); los campesinos que no
poseían el metálico debían vender sus excedentes agrícolas en los mercados para obtenerlo.

- El hambre que sufrían los campesinos sumado por un crecimiento de la población también
llevo a buscar nuevos horizontes para aumentar la producción de alimentos.

La expansión hacia tierras cada vez más lejanas del castillo del Señor favorecía al crecimiento de
mercaderes y monasterios que se conectaban mediante los caminos. De esta manera comenzaron a
crecer ciudades que contaban con cierta libertad, en las que florecía el comercio: se las denominaba
Burgos, y de allí nacerá un grupo particularmente importante que le hará frente a los Señores por
lograr la libertad de sus ciudades: se los denominará Burgueses.

Una particularidad importante a tener en cuenta es la aparente calma de invasiones que gozaban los
territorios. Esa relativa paz o estabilidad propició el renacimiento de las antiguas ciudades romanas y
el auge de los Burgos, en las que se pudo plasmar una renovación de las manufacturas (artesanías)
y las bases de una nueva economía mercantilista (capitalismo) que se basará en la riqueza.
De esta manera, una economía basada en el comercio (interior y exterior) y en el dinero (metálico),
genera una nueva forma de poder y una nueva clase social burguesa. Aquella, se establece sobre
una economía agrícola con un único medio de mantener el privilegio: ser ‘dueño’ de la tierra y nacer
noble.

Siglo XIII: Nace un nuevo sector social La Burguesía.

Podríamos definir, como característica general, que un burgués era un hombre que, viviendo en la
ciudad, se dedicaba al comercio o desarrollaba alguna habilidad, y era considerado libre.

- Maestros, oficial y aprendiz artesanos.


- Comerciantes.
- Profesionales (médicos, abogados, banqueros).

Veamos aquí una característica importante que se presenta: la población de Europa fue creciendo
paulatinamente, y ya en este siglo veremos un gran aumento de personas tanto en las áreas rurales
como en las ciudades. Las ciudades fueron creciendo en tamaño e importancia, en ellas se verá el
aumento significativo del gran comercio y de los pequeños mercados; de esta manera, no sólo
crecerán los mercados de alimentos y artesanías que sustentaban a la gran masa creciente del bajo
pueblo, sino que también crecerán grandes casas de comercio lujoso, que conectaba con todo el
gran territorio europeo y los territorios de Oriente. Los grandes comerciantes se sustentan con el
apoyo de las nuevas casas bancarias (lugares de préstamo de dinero).

Vimos ya que en las áreas rurales (aldeas) los siervos (campesinos) dependían de lo que el Señor
ordenase. En cambio, quienes vivían en los Burgos eran considerados hombres libres. Por este
motivo eran centro de atracción para los siervos empobrecidos que pudieran escapar de sus
señores.

Los señores feudales trataban a los burgueses como a sus siervos, esto generó el descontento de
los habitantes quienes se unieron bajo juramento y así surgieron las “Comunas”, que representaban
el poder de los burgueses sobre sus territorios. Aquellos habitantes no eran ni nobles ni siervos.

Estamos entonces ante un proceso en el que el sistema feudal se debilita. Algunos señores ya no
podían controlar el gran dominio de su feudo cuanto más extensos eran. Por otro lado, muchos
señores se iban a vivir a las ciudades buscando mayores lujos dejando a ‘administradores’ a cargo
del territorio que buscaban más lograr riquezas que mantener un orden; de esta manera algunos
campesinos al comercializar los excedentes obtenían dinero con el que podían comprar su libertad.

Ampliemos un poco los acontecimientos:

En las ciudades surgieron todo tipo de asociaciones: profesionales, religiosas, benéficas, de ayuda
mutua, comerciales y políticas. Esto reflejaba la identidad de los burgueses. Las más importantes
eran las asociaciones de artesanos y la de mercaderes.

Los artesanos se reunían en una corporación por oficio: el gremio. Este establecía las pautas de
defensa de la actividad. Sus funciones eran diversas: reglamentaba las técnicas de trabajo, la calidad
de los productos, la jerarquía interna de los trabajadores, y establecía quién podía trabajar a fin de
limitar la competencia entre artesanos de un mismo oficio. Cada gremio era representado por un
escudo identificatorio.
En cuanto a la organización interna del oficio, se distinguían como primeros los maestros, que eran
los dueños de los talleres, las herramientas y los materiales. Para acceder a este nivel, se debía
realizar una prueba ante el gremio, la “obra maestra”, y algunas veces, pagar una suma de dinero.
En su taller trabajaban los oficiales, artesanos especializados que cobraban un sueldo y podían
aspirar a ser maestros. Por último, se encontraban los aprendices, que vivían en la casa del maestro
y debían, en algunas ocasiones, pagar para aprender el oficio.

Más importantes para el crecimiento de la nueva organización de la economía capitalista fueron las
asociaciones de mercaderes: las guildas. En ellas se reunían comerciantes de una misma ciudad o
región, e incluso a aquellos que comerciaban un mismo producto. Aquellas corporaciones servían
para regular el precio de los bienes o productos; además, establecían compañías comerciales que
les permitían ampliar su red de negocios. Por medio de estas compañías expandieron la actividad a
territorios cada vez más lejanos. Hacia el silgo XIV, lograron tener sucursales en toda Europa.

Los señores feudales traban a los burgueses como a sus siervos; buscaban impedir libre circulación
y les imponían importantes tributos. Esto generó un importante descontento de los burgueses, que
buscaban mayor libertad para ejercer sus oficios, y sobre todo derechos para organizar y ocupar
ellos mismos el gobierno de la ciudad. Los habitantes de las ciudades se unieron voluntariamente
bajo un juramento; de estas uniones surgieron las comunas, que representaban el poder de los
burgueses en su territorio. Las comunas establecían leyes propias para regular las necesidades
surgidas, para garantizar el mantenimiento del orden. Cuando lograban el reconocimiento de sus
derechos políticos, las comunas elegían entre sus miembros a los gobernantes.

Las ciudades sólo consiguieron el reconocimiento de sus derechos luego de importantes conflictos.
Aunque muchas veces no era más que protestas o negociaciones, en algunos casos aquellas
protestas fueron violentas y llegaron a expulsar a los señores ocasionando confrontamientos
armados. Estos movimientos se los conoce como movimientos anti-señoriales.

El período de crecimiento demográfico y transformación económica y social iniciado en el siglo XI,


creció dando un nuevo panorama de vida hacia el siglo XIII, pero se interrumpió bruscamente en las
primeras décadas de del siglo XIV debido a una grave crisis. Un nuevo ciclo de malas cosechas y
guerras produjo carestía y hambre. Tras tres siglos de roturaciones, no había más tierras libres sobre
las que instalarse. Además de no haber tierras donde expandir la producción agrícola, hay que sumar
el hecho de que, prácticamente, se habían agotado las tierras, es decir, no había suficiente abono
disponible para mantener la fertilidad del suelo. Las familias campesinas vieron así como se reducía
la cantidad de productos que cosechaban, mientras que los nobles les seguían cobrando sus rentas
sin importarles la situación. Así, disminuyó el volumen de alimentos que los campesinos podían
guardar para su consumo, lo que produjo importantes hambrunas. Aquella situación sumada a las
malas condiciones de vida e higiene derivaron en la difusión de enfermedades, como la Peste Negra
que se desató en 1348 y que provocó una gran baja demográfica. El impacto de la peste fue
realmente devastador, ya que si bien comenzó atacando a los más débiles (es decir, a los pobres),
pronto comenzaron a morir también los burgueses y los nobles.

La crisis del siglo XIV tuvo un fuerte impacto sobre la economía y la sociedad feudal. Muchos
campos fueron abandonados, tanto por la muerte de los campesinos como por su migración a las
ciudades en busca de trabajo. Por otro lado, para los nobles la crisis significó una doble amenaza, no
sólo corrían el riesgo de morir, sino que, además, al morir los siervos, no había quien trabajara sus
tierras. En este contexto, tenían que tratar de retener a los campesinos que se escapaban a las
ciudades, o atraer a campesinos de otros señoríos, pero para lograrlo debían reducir la presión que
ejercían sobre ellos.

Muchos nobles comenzaron a establecer contratos con sus campesinos mediante los cuales se
comprometían a cobrar, por ejemplo, sumas proporcionales a la cosecha y no montos fijos. También
dejaron de cobrar algunas cargas, como las de la servidumbre personal. Reducidas las rentas que
percibían, los señores debieron restringir sus gastos. Esta disminución del lujo señorial implicó una
pérdida de poder, porque para mantenerse en su autoridad (además de armas, astucia y hombres
leales) los nobles necesitaban demostrar que eran efectivamente poderosos.

La debilidad de los señores fue aprovechada por los reyes, quienes habían perdido su autoridad. Por
eso, la crisis del siglo XIV también marcó el momento en que empezaron a reconstruirse los poderes
monárquicos.

Las sociedades europeas lograrán recuperarse. Aunque en lento proceso, a partir del siglo XV, las
mejoras agrícolas permitieron la recuperación demográfica, que se vio reflejada en el repoblamiento
de los campos y las ciudades. Pero un nuevo paradigma asomaba, ya que se profundizaron los
cambios que habían comenzado en el siglo XI y que habían sido el anuncio del surgimiento de
nuevas relaciones sociales y económicas y de nuevas manifestaciones de poder político. …

Continuaremos desarrollando estos nuevos acontecimientos en las siguientes clases.


Los temas que vendrán son:

- Las nuevas monarquías absolutas, y la expansión comercial y territorial de Europa.


- Los nuevos cambios culturales: Humanismo y Renacimiento.

Pueden ir investigando sobre tema para comentar en clase sus intereses y los puntos
fundamentales.

¡Saludos!

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