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15 síntomas de que estás en la

zona de confort
La vida siempre tiene sus altas y sus bajas, pero de alguna manera tiende a estabilizarse. Sentir
la seguridad que te da la estabilidad laboral, familiar y sentimental, es grandioso para estar
tranquilo y vivir sin el estrés que genera la incertidumbre.

 
Sin embargo, es necesario tener presente que la forma como aceptemos la estabilidad, o zona de
confort, puede tener efectos negativos. Nos han educado para buscar la estabilidad, pero la
realidad es que nos toca aprender a vivir en un eterno cambio, ya que aunque a veces puede ser
difícil de aceptar, nada es constante.
 
La zona de confort, a pesar de ser placentera tiene varias consecuencias negativas que afectan
tu capacidad para aceptar cambios, para valorar las nuevas oportunidades, aumenta tu temor a
los cambios, limita tu visión a largo plazo y lo peor es que evita que evalúes riesgos
adecuadamente y por ende cuando las cosas cambian nunca estás preparado. No estar preparado
para los cambios casi siempre es catastrófico.
 
La zona de confort, como todo lo que genere algún tipo de placer, puede generar adicción y
quiero compartir contigo algunos de los síntomas de que presentas un caso de adicción a la
zona de confort:
 
1. Crees que has logrado todas tus
metas.
El éxito mal manejado puede ser contraproducente; creer que tienes todo, limita el sano
inconformismo de pensar en qué puedes mejorar y más aún elimina la capacidad de crear e
innovar.

2. Crees que nada puede afectar


negativamente tu estado actual. 
La sensación de invulnerabilidad generalmente es una forma de negar la existencias de riesgos.
No es que nada te pueda afectar, sino que decides ignorar lo que te preocupa y confiar
ciegamente en que nada va a pasar.

3. Consideras que nada puede mejorar tu


situación. 
El conformismo es otra forma de negar nuevas oportunidades y generalmente termina sirviendo
para autojustificar tu decisión de no intentar cosas nuevas por temor a perder lo que ya tienes.
 

4. Ves algunas cosas que quisieras hacer,


pero no actúas por "razones justificadas".  

A veces tu eres el obstáculo de tu progreso. Eres un ser racional pero tu inteligencia se pierde
explicándote por qué dejaste de hacer algo, de una manera que te suene creíble.

5. Te alejas de personas que no comparten


tu visión de "estabilidad ". 
No es que los demás no tengan puntos válidos; es que simplemente no piensan como tú. 
 

6. Te parece bien verte en unos años


haciendo lo mismo y recibiendo iguales
beneficios.
Al aceptar tu zona de confort, esto implica creer que va a durar de manera
indefinida, por lo que aceptas que al hacer lo mismo, en un futuro seguirás
igual de "bien".
7. Sientes que tienes talentos sin
aprovechar, pero no te importa porque ya no
los necesitas.  

Al convencerte de que ya tienes lo que quieres, lo que no has usado, sin importar que tan bueno
seas en ello ni que tanto lo disfrutes; es simplemente innecesario. Dejas de hacer lo que
disfrutas por lo que simplemente necesitas.

8. Hay personas cercanas que se


asombran al saber que sigues igual. 
Al estar encerrado en tu zona de confort, quienes no están en ella o simplemente andan en la
suya, pueden ver fallas en tu visión de estabilidad. Esas personas son las que siempre dicen:
¿Aún sigues ahí?…. Que bueno… eres muy estable.
 

9. Aceptas tus limitaciones como


absolutas y tolerables sin cuestionar. 
El conformismo generado en la zona de confort te lleva simplemente a vivir con lo que puedes,
incluyendo lo que no puedes hacer ni obtener. La resignación es muy fuerte y sirve para negarte
que puedes hacer algo por mejorar.
 

10. Estás explicando constantemente a tus


amigos y conocidos el motivo para seguir
como estás.  

Si tu estado actual fuera aceptable, no deberías estar justificando con nadie el por qué estás ahí.
 

11. Tienes amigos que han actuado, cuando


tu no lo has hecho y han logrado algo. 
Has dejado de aprovechar oportunidades que otros han tomado y para tí fue solo cuestión de
suerte el que ellos hubieran podido lograr una meta a la que tu pudiste llegar también. Pero no
importa, para ti no justificaba el riesgo. 

12 Ves cualquier elemento que pueda afectar tu estado


actual como una amenaza, sin evaluarlo. 

Ya sea una oportunidad o un riesgo, lo intentas evitar porque amenaza tu estabilidad.

 
13. Siempre piensas que no tienes los recursos o el
conocimiento suficiente para aprovechar algunas
oportunidades.  

Siempre dejas de intentar ideas porque sientes que no tienes como lograrlas y aún cuando
alguien te dice que puedes hacer algo, siempre encuentras la manera de explicar de una manera
razonable, por qué no te conviene actuar.
14. Te quejas de muchas cosas y no haces nada para
buscar mejorarlas.
La queja de adultos no es más que la evolución del berrinche o pataleta de niños. Te sientes
mal, lo expresas, pero al final, eso no te dará lo que quieres y seguirás igual.
 
15. Has aceptado como ciertos muchos de los síntomas que
has leído hasta aquí y aún crees que todo está bien.  

La racionalización es la forma como nos autoexplicamos cosas para convencerte de que están
como las deseas y te ayuda a ignorar lo que no quieres aceptar. Al final todo, incluyendo lo
malo, te suena razonable, creíble y más aún te crees capaz de convencer a otros de tener el
criterio para tomar la decisión.
Buscar la estabilidad y disfrutarla no está mal; lo que está mal es creer de manera absoluta en
que nada se puede mejorar y que no puedes hacer nada por ti y por los que te rodean, más que
seguir igual,  quejándote por lo que no te gusta, sin actuar.
Estar en la zona de confort no es malo; pero creer que siempre va a ser así puede traer
consecuencias catastróficas, Aprovecha la estabilidad para buscar nuevas ideas de manera
tranquila, pero deseando siempre hallar una mejor manera de hacer las cosas y progresar.
 
¡Deja tu adicción a la zona de confort! piensa, cree y crea y más aún ¡actúa!.
 
Escrito por Germán Andrés Castaño Vásquez

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