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Ensayo sobre el cerebro y condustismo

El siglo XX estuvo marcado con descubrimientos con respecto al funcionamiento del


cerebro. Descubrieron el comportamiento de las neuronas para la generación de los
recuerdos. Crearon herramientas para observar la función cerebral. Pero a pesar de
realizar grandes avances en el estudio de la biología celular y química molecular, el
conocimiento de cómo se unen todos estos circuitos para moldear la conducta humana
aún es precario. Muchos psicólogos y científicos consideran que el siguiente nivel de
entendimiento se logrará cuando se estudien seriamente los circuitos neuronales y no
a las neuronas individuales. La hipótesis principal es que los circuitos neuronales
representan funciones de alto nivel del comportamiento humano. Para comprobar esta
tesis la nanotecnología, la neurociencia y la biología del cerebro jugarán un papel
central.

Cada una de las escuelas de la psicología ha tenido una gran influencia en el estudio
de las funciones encefálicas y el comportamiento humano, sin embargo la mayoría de
los psicólogos sostienen puntos de vista eclécticos que combinan aspectos de cada
escuela. Existen al menos cuarenta teorías que han influido directamente en el estudio
de la conducta humana, las más influyentes son: el conductismo, el psicoanálisis, la
psicología sistémica, el funcionalismo, la psicología humanista y el cognoscitivismo.
La psicología humanista, en oposición al conductismo, afirma que cada persona es
responsable de sí misma y de su futuro, acentuando el existencialismo por medio de la
libertad, el conocimiento, la responsabilidad, etc., por tanto el ser humano es mucho
más que un conjunto de patologías o aspectos negativos (psicoanálisis) o variables
perfectamente cuantificables (conductismo), pero carece de rigor científico. En el caso
del funcionalismo la vida mental y el comportamiento son una adaptación a nuestro
ambiente y no permite una correcta verificación experimental. El cognoscitivismo ha
orientado la comprensión del mundo de acuerdo a la percepción de los objetos y de
las relaciones e interacciones entre ellos, ha permitido un desarrollo en la enseñanza
de las matemáticas y la lógica.
Si bien todas estas teorías han aportado con alguna premisa filosófica al
entendimiento del comportamiento humano, se han alejado de la experimentación
práctica debido a las limitaciones tecnológicas inherentes, pero en el contexto de un
observador externo cada una de ellas han fundado los principios del entendimiento del
cerebro humano y su comportamiento.
Se ha comprobado científicamente la relación entre el funcionamiento cerebral y la
conducta humana. Dos enfermedades que permiten evidenciar claramente la relación
inherente entre estos, son el Alzheimer y el Parkinson. En el Alzheimer se observa el
deterioro cognitivo y los trastornos conductuales conforme las células nerviosas
mueren y algunas zonas del cerebro se atrofian. Gradualmente se pierden, incluso, las
funciones biológicas que finalizan con la muerte de la persona. La deficiencia más
notable es la pérdida de la memoria que influye en la conducta a tal grado que se
presenta apatía persistente a lo largo de toda la enfermedad. En la actualidad con una
evaluación neuropsicológica detallada se puede determinar dificultades cognoscitivas
mucho antes de que la persona presente síntomas. La terapia de estimulación cerebral
profunda es la esperanza del futuro, esta técnica intenta normalizar el déficit en un
sistema o red neuronal determinada utilizando impulsos eléctricos de un neuro
estimulador.
El Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico que conduce a una
incapacidad progresiva, consecuencia de la destrucción de las neuronas pigmentadas
de la sustancia negra y presenta una serie de manifestaciones motoras como la
alteración de la motricidad fina e inestabilidad postural y no motoras como depresión,
ansiedad, apatía y alteraciones cognitivas. La ansiedad se presenta en situaciones
estresantes, como ejemplo, al no poder ejecutar tareas cotidianas como el paciente
estaba acostumbrado o por tener que hablar en público, esta ansiedad puede llegar
incluso a provocar mayor inestabilidad, dificultad para respirar y sudoración excesiva.
Aunque existen una serie de tratamientos para ralentizar el avance de esta
enfermedad, ninguno permite la curación, tan solo permite mejorar la calidad de vida
del enfermo. Amabas enfermedades, cuyas causas son desconocidas, tienen un
efecto negativo en las personas próximas a los enfermos; pues la persona enferma
cambia su comportamiento de forma involuntaria, en muchos casos incluso haciendo
daño físico a sus seres queridos. La investigación de la causa de estas enfermedades
puede dar herramientas a los psicólogos y médicos en el tratamiento mental y físico de
los afectados.

En consecuencia de lo anterior el dominio neurobiológico es el dominio del cerebro y


sus causas físicas y el dominio psicológico es el dominio de las personas y sus
motivos. Ambos son esenciales para un completo entendimiento de porque actuamos
como lo hacemos. Pero el cerebro y la mente son diferentes marcos para explicar la
experiencia humana. La distinción entre ellas es apenas una cuestión académica:
conlleva implicaciones cruciales para analizar sobre el comportamiento y la naturaleza
humana, así también para aliviar el sufrimiento humano.

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