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Este material se dedicará a exponer algunos fundamentos teóricos de las estrategias que
han puesto el énfasis en las tareas de exploración, investigación y creación de hipótesis y
teorías como vías principales para el aprendizaje. Aquella que en el material pasado se
denominaban, de manera general, como “aprendizaje por descubrimiento” como
alternativa frente al aprendizaje por “recepción”. Veremos que la diferencia entre ellas no
se refiere al intento de promover aprendizaje significativo, sino a los medios para hacerlo.
También veremos que hay algunas diferencias en el tipo de contenidos que se eligen
(también algunas semejanzas)
Como hemos hecho en los casos anteriores elegimos una obra representativa de esta
corriente. No la única, pero sí de gran influencia. Tal vez su principal característica es que
propone un principio general que articula, de manera integral, el desarrollo mental con la
cultura y la educación. Para Jerome Bruner, que es de quien hablaremos esta vez, el
desarrollo de una mente “típicamente humana” depende de interacciones significativas
con los instrumentos que una cultura pone a disposición. Buena parte de esas
interacciones son interacciones educativas. Desde su punto de vista, la educación no solo
acompaña un proceso de desarrollo mental que se produce por otros mecanismos, sino
que la propia educación es uno de los poderosos medios mediante los que la
estructuración y el desarrollo de la mente se producen. Afirma, de manera muy
convencida, que la cultura da forma a la mente ya que aporta la caja de herramientas a
través de la cual comprendemos y, literalmente, construimos nuestros mundos. De allí,
que su perspectiva haya siempre revestido un especial interés didáctico. Ustedes leerán
dos capítulos de Bruner. El capítulo III de Hacia una teoría de la instrucción que se llama
“Notas hacia una teoría de la instrucción” y el capítulo 4 de La importancia de la educación
que se llama “Acerca del descubrimiento”. En este material yo trataré de dar una visión
más amplia de sus ideas y conceptos. Es necesario que les insista, y mucho, que este
material complementa las lecturas que ustedes deberán de hacer de los textos indicados.
Allí obtendrán información valiosa y necesaria, imprescindible para los propósitos del
programa.
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alcanzado determinada etapa o estadio. Lo que presentaré no coincide con esta idea por
la cual la enseñanza y el aprendizaje deberían venir luego de que estén asentadas
determinadas funciones y capacidades cognitivas. En este caso, por el contrario, se
sostiene que el aprendizaje es un motor del desarrollo cognitivo y “tira” de él hacia
adelante. De allí, que la enseñanza juegue un rol principal, no solo en apoyar la
adquisición de contenido específicos, sino en actuar como intermediaria entre los
instrumentos intelectuales y los lenguajes desarrollados por una sociedad y las nuevas
generaciones.
La idea de Bruner sobre cómo evoluciona la mente establece una original combinación
entre el desarrollo natural y el cultural. Según él, en el caso de la especie humana, las
instrucciones sobre el crecimiento se transmiten de dos maneras simultáneamente: la
genética, que en el caso de los humanos ofrece unas capacidades muy plásticas y flexibles,
y la cultura, que es la que proporciona las maneras de desarrollar esas capacidades.
Digamos que el desarrollo “natural” incluye la intervención de la cultura que es la que
proporciona formas de desarrollo a las varias alternativas que son posibles debido a la
naturaleza plástica de nuestra herencia genética.
Si ustedes lo piensan verán que los seres humanos tenemos menos dotación de
información genética precisa y específica al nacer. Un potrillo, por ejemplo, camina ya en
su primer día y en poco tiempo se alimenta solo. Un gato en pocos meses se vuelve
independiente de su madre (que, por otra parte, da por finalizada de manera bastante
definitiva, su función materna). Los seres humanos no poseemos información tan
específica para un desarrollo rápido y dependemos de una larga crianza en la cual
requerimos cuidados de otros. Esta aparente indefensión ofrece la gran ventaja de
asentarse en una capacidad muy flexible para generar diversos caminos de desarrollo y
modos adaptativos basados en la actividad instrumental y creativa
Llegados aquí cabe hacer una aclaración. Llamamos desarrollo al proceso mediante el cual
progresan y se consolidan las capacidades cognitivas que caracterizan el funcionamiento
mental. En muchas teorías psicológicas, ese desarrollo es independiente del contexto
cultural y, por lo tanto, del aprendizaje. En el caso de Bruner y de quien formula por
primera vez estas ideas, Lev Vigotsky -a quién habrán estudiado, o estudiarán, en
Psicología Educacional-, el desarrollo y el aprendizaje son interdependientes, ya que cada
uno genera las condiciones para el progreso del otro.
En términos de Bruner el desarrollo intelectual se caracteriza por tres cuestiones
principales:
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Creo que ya es momento de la primera discusión. Puede verse que la posición de Bruner,
así como la de otros que piensan dentro de lo que se puede llamar el “programa
culturalista”, tiene un fuete sesgo relativista. No toda pauta de desarrollo será igual a
otras ya que depende, estrechamente, de las posibilidades de interacción con distintos
instrumentos culturales. ¿Quiere decir esto que distintas posibilidades de
interacción/adquisición cultural conducirán a distintas mentalidades? La respuesta es sí y
puede ser muy incómoda. De allí que la discusión se pueda plantear en el plano filosófico.
Estarán aquellos que no acepten esta idea relativista sobre el desarrollo cognitivo y
prefieran platear que el desarrollo cognitivo es similar, con independencia de los
contextos, solo varían los contenidos a los que se tiene acceso. O se pueda plantear en el
plano político y señalar que la hipótesis relativista puede ser válida y que, entonces, el
problema consiste en lograr iguales posibilidades de interactuar, por parte de todos, con
las pautas profundas de la cultura (sus lenguajes y sus formas de pensamiento). ¿Dónde se
ubicarían ustedes?
En esta presentación quedó abierta una cuestión con fuertes implicancias educativas en la
relación entre cultura mente y educación. Vamos a verla.
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“La Educación como invento social”, p.37
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operamos de manera continua con los tres sistemas según sea la situación o nuestro
dominio de esa cuestión.. Cada uno de los sistemas se diferencia del otro por su grado de
abstracción y posibilidad de distancia con los objetos. El hecho es que mediante el
lenguaje podemos representar y comunicar realidades totalmente lejanas y, más aún,
crear realidades inexistentes como, por ejemplo, mediante la literatura. Está claro que
cada sistema de representación se diferencia de los otros por su capacidad de organizar la
información con creciente distancia de los objetos de referencia. O sea, aumenta,
progresivamente, el nivel de abstracción. Esto marca, a su vez, el camino educativo. El
problema deja de ser ¿a qué edad sería adecuado enseñar tal cosa a los niños? La
pregunta cambia totalmente.
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ligadas con la edad, sino a unas interacciones significativas con instrumentos intelectuales
provistos por la relación social con miembros expertos en esos dominios
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sostenía que existe una versión honesta de cualquier tema, que se puede enseñar a
cualquier edad de una forma que resulte interesante y adecuada. De allí se puede pasar,
progresivamente, a formas más complejas y precisas de conocer y utilizar el conocimiento.
Esto condujo a la utilización de la imagen de una espiral para expresar el proceso
educativo. Una espiral que parte de formas de trabajo más intuitivas y va complejizando el
tratamiento hacia formas más abstractas y potentes. La imagen de la espiral sugiere,
además, que se prioriza trabajar en profundidad antes que aspirar a mucha amplitud. La
idea es que la enseñanza y el currículum retomen de manera progresiva los temas,
modificando los niveles de complejidad y abstracción en el tratamiento.
Veamos otro ejemplo que propone el propio Bruner. Todos, creo, jugamos en el sube y
baja. Y es muy probable que hayamos aprendido a tirarnos mucho para atrás para dejar al
otro arriba o a movernos en la tabla para equilibrar pesos diferentes y que quede paralela
al piso. Sin teorizar sobre el asunto, estábamos jugando con la relación entre la fuerza
ejercida sobre la tabla y la distancia al punto de apoyo. De manera intuitiva y activa,
operábamos con las leyes físicas de las palancas. Un trabajo de sucesiva representación de
esas observaciones conduce, progresivamente, a establecer regularidades, a buscar
distintas notaciones para expresarlas y, llegado el momento, y teniendo el instrumental
matemático disponible, a formularlas en las correspondientes ecuaciones. Claro que no es
trabajo de una unidad de un mes. Pueden ser sucesivas maneras de acercarse al problema
a lo largo de un período prolongado. Dando a cada momento de trabajo su “lenguaje”
particular.
Todo esto nos lleva a una idea sobre la que prefiero citar al propio Bruner que lo dice muy
bien.
“Hace mucho tiempo, propuse el concepto de un “currículum en espiral”, la idea de que al
enseñar una materia se empiece con una explicación “intuitiva” que esté claramente al
alcance del estudiante y luego se vuelva a una explicación más formal o mejor
estructurada hasta que el aprendiz haya dominado el tema o la materia en todo su poder
generativo, con tanto reciclajes más como sea necesario (…) cualquier dominio de
conocimiento se puede construir a niveles variados de abstracción o complejidad. En
otras palabras, los dominios de conocimiento se hacen no se encuentran: se pueden
construir de forma simple o compleja, abstracta o concreta. Y se puede demostrar
fácilmente dentro de ciertos límites interesantes que una manera de caracterizar un
dominio de conocimiento llamada de “más alto nivel” supone, abarca y hace más
poderosa y precisa una caracterización de “nivel más bajo”.
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Hay una entrevista donde Bruner, ya muy mayor -vivió más de 100 años- explica esta y
otras ideas. Está traducida al italiano. Su inglés es claro. Tal vez de para seguirlo es
interesante. Empiecen en el minuto 11.30 y paren cuando lo crean necesario
https://www.youtube.com/watch?v=MFCwVLEqS14
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En “Narraciones de la ciencia”. Capítulo 6 de La educación puerta de la cultura. Pags 138 y 139
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Cuando se habla de disciplinas, en el caso de Bruner, hay que darle un sentido amplio y
entenderlas como formas ordenadas sobre un campo de actividad, sea científico, artístico
o literario. De hecho, sostenía que existían distintos superlenguajes – los que son más
generales y permiten hablar de otros lenguajes- Uno es, claramente, la matemática, que
actúa como lenguaje para muchas ciencias. Pero otro, sostenía, es la poesía que es el
vehículo para encontrar relaciones insospechadas. De allí que un papel sumamente
importante de la educación es incluir y desarrollar en los estudiantes dos grandes formas
de pensamiento. Lo que llamó el “pensamiento paradigmático” y el “pensamiento
narrativo”.
El pensamiento paradigmático, o lógico científico, utiliza pruebas formales o empíricas
para convencer de la validez de sus afirmaciones. Se ocupa de causas generales y emplea
procedimientos rigurosos para asegurar referencias verificables. Su buena aplicación da
lugar a buenas teorías, pruebas lógicas, análisis precisos o hallazgos empíricos guiados por
hipótesis razonables. La modalidad narrativa, en cambio, produce buenos relatos. Se
ocupa de las intenciones y acciones humanas. Trata, principalmente, de dar significado a
la experiencia. Permite llegar a conclusiones sobre diversas perspectivas de un modo que
la experiencia se vuelva comprensible. Mediante los relatos es como construimos,
compartimos, exploramos significados entre varios posibles y los comunicamos.
Ambos tipos de pensamiento orientan nuestros mecanismos de percepción y acción.
Mediante el pensamiento paradigmático elaboramos modelos del mundo y ajustamos a
ellos nuestra percepción de él y nuestra acción sobre él. Mediante el pensamiento
narrativo construimos modelos para guiar nuestras acciones con otros seres humanos.
Para Bruner ambas formas de pensamiento deben formar parte importante de la actividad
educativa. Cada una de ellas conduce a una diferente manera de comprender y de atribuir
significados a los mundos en los que vivimos y nuestra experiencia en ellos. Lo dicho tiene
consecuencias, por supuesto, para la selección, jerarquía y orientación en las disciplinas
que conformen el currículum escolar ¿Se imaginan un Plan de Estudios en el que la poesía
tenga el mismo lugar e importancia que la matemática? Es claro que no se trata solo de
matemáticas y poesía, opero ambas expresan el poder de diferentes disciplinas, científicas
y no científicas para alimentar el trabajo educativo.
Una última idea para terminar este apartado. Las distintas disciplinas y otras formas de
conocimiento menos formalizadas, son maneras de dar sentido a distintas realidades o,
dicho de otro modo, de construir significado. Un rasgo principal de una cultura es el
conjunto de significados compartidos, algunos negociados y otros en contraposición.
Bruner utiliza la idea de “foro” (un espacio de intercambio y deliberación) para definir
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estos intercambios. Señala que toda cultura tiene instituciones específicas que potencian
especialmente la construcción y circulación de significados. Por ejemplo, las religiones, la
literatura, la ciencia. Cada una propone maneras distintas de explorar mundos posibles y
orientar nuestras acciones de acuerdo con ellos. Introducir a las generaciones más jóvenes
en la cultura implica, desde este punto de vista, ayudarlos a participar en el espíritu del
foro. La educación es unos de los medios privilegiados para hacerlo (o para clausurar esa
posibilidad). En cómo hablemos y permitamos hablar a los estudiantes se juega la
posibilidad de la reflexión, la creatividad, la deliberación. La posibilidad del foro se expresa
educativamente en la forma en que los profesores presentan sus temas: si como
cuestiones cerradas o como problemas abiertos a la especulación y la interrogación. El
lenguaje de la educación, afirma Bruner, tiene la posibilidad de convertirse en el lenguaje
de la creación de cultura y el del camino del conocimiento. También puede obstaculizar
ese camino. Es una elección que cada vez debe ser recreada.
El que se interese puede escuchar al propio Bruner refiriéndose a estas ideas. Es una
conversación corta. Está en inglés, pero no es difícil de entender. De paso, pueden
conocerlo
En https://www.youtube.com/watch?v=r2H_swMUlOg
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niño desarrolle un método para seguir aprendiendo” de un modo tal que no solo aprenda
las cosas según el contexto escolar sino “que lo aprenda de manera tal que pueda utilizar
la información para solucionar problemas”4
Recordarán que Bruner divide este problema en lo que llama “seis subproblemas”. Creo
que, en realidad se tratan de seis principios o criterios generales de trabajo para orientar
una enseñanza que promueva la “transferibilidad del aprendizaje”. Los repasamos
brevemente.
El primero es el problema de la actitud de pensar por uno mismo y que se pueda usar lo
que uno sabe para tratar de encontrar respuestas tentativas y buscar distintas
posibilidades de solución. Como dice Bruner, la enseñanza no es tanto guiar a los
estudiantes para descubrir lo que hay afuera, sino descubrir lo que está en sus propias
mentes. (¿Les hace acordar a las “formas de Perkins?) Esto implica formas de trabajo que
den tiempo a pensar, a probar, a ensayar y a apoyar esas búsquedas y ayudar a tolerar
errores en ese camino
El segundo es el problema de la compatibilidad y esto les resonará ¿A
qué?........................... Sí, a la idea de aprendizaje significativo. Como dice Bruner, “a
convertir el conocimiento en algo propio”, “encontrar la conexión con algo que ya
conocen”. El texto da buenos ejemplos y allí podrán apreciar como la misma concepción
de significatividad en el aprendizaje se aplica a sistemas de trabajo bien diferentes, como
son los que propone Bruner y los de recepción que proponían Ausubel y sus colegas.
El tercer problema es el de las recompensas y la motivación. La respuesta es sencilla: la
recompensa es propia de la actividad exploratoria. Usar materiales interesantes, descubrir
una regularidad, dar con una respuesta razonable, todo aquello que fortalezca que los
estudiantes experimenten su capacidad de solucionar problemas, es recompensador y
motivador.
Lo que se relaciona de manera directa con el cuarto problema que plantea que consiste en
dar la oportunidad de practicar las habilidades relativas a la indagación, el uso de
información y la resolución de problemas. (¿Oportunidad de práctica reflexiva? ¿Con qué
se puede relacionar?) Lo que ejemplificará con las estrategias dirigidas a la formulación de
hipótesis. No se pierdan los ejemplos del texto. Ayudan a tener un mejor panorama de
qué se está hablando.
La redacción del quinto problema es un tanto extraña. “El repliegue sobre sí mismo”.
Consiste en la capacidad de reflexión sobre el propio pensamiento o, para retomar sus
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En “Acerca del descubrimiento. Pag 83
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ejemplos, de utilizar un lenguaje que permita clarificar el lenguaje que utilizo y establecer
los distintos niveles a los que se refieren las cosas. Puede decirse también, que consiste en
la capacidad de explicarse a uno mismo, y a los demás, lo que uno hace. Eso coloca a la
operación en un nivel conceptual. Todos, creo, hemos experimentado la sensación de
saber algo, pero “no saber explicarlo” aunque, por ejemplo, esa comprensión casi
implícita nos alcanza para manejarnos en la comunicación o para seguir la lectura de un
texto. La idea de “repliegue sobre si mismo” alude a la capacidad creciente de explicitar el
propio pensamiento involucrado en nuestras acciones y tareas.
Queda, por último, la importancia que da al uso de los contrastes. Esta es una constante
en las propuestas de Bruner. El contraste entre situaciones, contextos o eventos tiene
importancia porque es la manera de poner en relieve ciertas regularidades o ciertas
diferencias interesantes de ser investigadas para profundizar un concepto, una propiedad
o una teoría. El contraste es, según Bruner, “uno de los instrumentos más poderosos para
explorar”. Ustedes verán en el texto los ejemplos del tipo de materiales y el tipo de
trabajo dirigido por este principio.
Estos seis “subproblemas”, decíamos, constituyen, más bien principios generales para la
organización de las actividades. Una especie de: ¿Qué deberíamos tener en cuenta a la
hora de preparar la enseñanza y definir vuestras estrategias? ¿Qué deberán posibilitar? Y
la respuesta no es difícil de dar (aunque, seguramente, mucho más difícil de realizar).
Estos principios generales de trabajo caracterizan un ambiente de clase con los siguientes
rasgos:
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Tomado de L. Stenhouse Investigación y desarrollo del currículum, pag 136
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No son los únicos claro, pero constituyen unos principios generales sobre el tipo de
ambiente educativo que se debería generar para estimular la exploración y generar
predisposición. Este ambiente requiere de una particular estructuración de la materia en
estudio y de una particular intervención pedagógica. Algo ya planteado con respecto al
lenguaje de la educación: ¿cuál será?, ¿a qué invitará?
Es claro que en todo este plateo el rol de quien enseña es muy importante y muy
complejo. No es una pedagogía del descubrimiento centrado en los niños en la cual el
profesor es un acompañante. Por el contrario, es un planteo que exige gran centralidad a
la tarea de quien enseña. En principio, porque, dado el núcleo de la teoría, es el profesor
el mediador entre la tarea y la mente de los aprendices y la cultura. O sea, debe ser el
mismo un participante activo de la gran conversación, por usar una imagen, que toda
cultura implica y un representante eficaz de sus procesos de creación de conocimiento y
sus formas de pensar e interpretar. Debe ser, digamos, quien juegue el rol de experto en
el dominio de los instrumentos intelectuales con los que interactuarán los más jóvenes. Es
a través de quien enseña que los estudiantes entran en contacto con la estructura más
profunda de las disciplinas con las que tratan. También tiene que ser alguien capaz de
dosificar la ayuda de un modo particular que proporcione andamios al desarrollo de sus
estudiantes, con un manejo de sus “entradas y salidas” -lo que aporta y lo que pide- que
solo puede decidirse de manera situacional e interactiva. Debe aceptar un grado
importante de incertidumbre, convivir con ella y ayudar a sus estudiantes a manejarla.
También, aunque planifique con profundidad su tarea, el tipo de consignas que propone y
de actividades que estimula suelen tener, durante pasajes muy importantes de la clase,
estructuras de conversación abierta que requieren un manejo muy ligado a la situación.
No siempre hay una respuesta “correcta” y todo aporte merece consideración si la
invitación es a pensar. Desde ya que hay maneras de estructurar la actividad bastante y,
las consignas de algunas estrategias son muy precisas, justamente por el trabajo
intelectual que tratan de estimular. Pero, en conjunto representa una forma de trabajo
que exige mucho de la interacción. Para entender mejor la idea se lo puede comparar por
el opuesto con la Instrucción programada que, como recordarán, descansaba,
principalmente, en la planificación. Una vez establecido el programa de trabajo, las reglas
de la clase permitían conducirla con bajo esfuerzo. Este es el caso contrario. Se pueden
planificar mucho. De hecho, hace falta hacerlo para, por ejemplo, encontrar la forma y
estructura adecuada del material de estudio. Pero siempre, la dinámica exploratoria de la
actividad lleva a un trabajo que debe responder a la interacción en situaciones de final
abierto.
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Bueno. Llegados aquí, ¿alguna, alguno se sintió identificado, entusiasmado, o atraído por
la manera de Bruner de plantear las cosas? Suena a una buena escuela ¿No es así? ¿Se
animan? ¿Parece difícil?
Hasta ahora hemos repasado tres corrientes. Cada una de ellas tiene sus particularidades
y cada una se conecta de distintas maneras con las escuelas y plantea distintas exigencias.
Ya se puede empezar a tirar líneas para una interesante discusión didáctica. Tal vez la más
interesante ¿Cómo se ven las distintas corrientes cuando se las piensa como propuestas
para implantar en escuelas reales, en sistemas funcionando, en docentes cotidianos? Es
un debate que vale la pena y que deberíamos mantener abierto el resto del curso.
Hasta aquí llegamos por hoy. Al terminar con esta parte ustedes deberían poder
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