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• Novela: Kiss me liar | Bésame mentiroso | 키스 미,

라이어
• Autor: Zig
• Género/Categoría: Omegaverse A&O | Nudos |
Marcas | MPREG | Obsesión | Pérdida de memoria |
Traumas | Hetero | Experimentos | RUT | Celos
• Año: 2017
• Volúmenes: 4 + 2 Extras
• Traducido por: Its_Unfortunxte | Unfortunxte
• Edición: Magna Vega
✤✤✤✤✤✤ Índice ✤✤✤✤✤✤
Prólogo

Bésame mentiroso | Vol. 1:


Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11 Capítulo 12
Capítulo 13

Bésame mentiroso | Vol. 2


Capítulo 1
Capítulo 2 | Parte 1
Capítulo 2 | Parte 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11

Bésame mentiroso | Vol. 3


Capítulo 1 | Parte 1
Capítulo 1 | Parte 2
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7 | Parte 1
Capítulo 7 | Parte 2
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12

Bésame mentiroso | Vol. 4


Capítulo 1 | Parte 1
Capítulo 1 | Parte 2
Capítulo 1 | Parte 3
Capítulo 2 | Parte 1
Capítulo 2 | Parte 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5 | Parte 1
Capítulo 5 | Parte 2
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8

Epílogo
Bésame mentiroso • Prólogo

¡Pom!

Cuando la puerta se abrió con un ruido fuerte, Yeonwoo saltó


del susto. Naturalmente su reacción fue apartar los ojos del
escritorio y mirar en dirección hacia el sonido. Era el jefe de
Yeonwoo quien acababa de abrir la puerta, y con quien hace
solo dos días tuvo sexo ardiente. Su temperatura corporal
aún no desaparecía del todo, tragó en seco sin darse cuenta,
y se levantó como de costumbre para inclinarse cortésmente
con un saludo.
—Sr. Pittman. ¿Hay algún problema?
Incluso si no responde, ya parece saber la respuesta.
Yeonwoo pudo sentir cómo su corazón latía como loco e
intentó fingir calma y controlar su expresión. Keith
distorsionó su boca y se rio brevemente.

—Ah... Por supuesto, hay un gran problema.


Sostuvo una de sus orejas y la apretó.
—Una perra me marcó.
Yeonwoo casi se lanza gritando “lo siento” pero se contuvo.
A Keith no le agradó la reacción, y le lanzó una mirada
desagradable.
—¿Qué? ¿Eso es todo?
No paso mucho tiempo antes de que Keith comenzara a
gritar. Era su reacción natural. ¿Quién se atrevió a dejar una
marca en un hombre tan arrogante sin permiso? Tan
orgulloso.
—¿No recuerda quién le hizo la marca?
Bueno, si supiera no estaría aquí. Yeonwoo estaba entre
asustado y aliviado. ¿Quién era capaz de marcar tan
audazmente el cuerpo de Keith Knight y desaparecer? Keith
nunca lo sabrá y eso tranquilizaba a Yeonwoo.
Keith, quien tenía un huracán de ira sobre él, hizo una mueca
con la boca para después suspirar

—Llama a Whitake.
Yeonwoo estaba tan sorprendido por el nombre del líder del
equipo de guardaespaldas que comenzó a jugar con sus
manos en señal de nerviosismo
—... ¿Estás tratando de encontrarlo?
—No. —Antes de sentir alivio, Keith agregó—: Voy a matarlo.
En ese momento, su dulce sonrisa asesina fue vista como una
sentencia de muerte para Yeonwoo.
Bésame mentiroso • Capítulo 1

El dolor punzante llegó después del sonido abrupto. Cuando


sentí algo fluir, me llevé la mano al rostro, había sangre en la
punta de mis dedos. Pedí que me quitaran todas las espinas,
pero al parecer quedaban algunas. Me sentí enojado así que
chasqueé la lengua sin querer.

La mujer frente a mí se acercó con sus tacones altos y me


miró como si fuera a asesinarme. Abrí la boca para hablar,
mirándola con una cara inexpresiva:

—Si no le gustan las rosas, quizás otra flor...

—Loco hijo de puta. ¿Qué quieres decir con eso?

Su apariencia estaba lejos de ser la elogiada como "la actriz


más elegante de Hollywood". Me puse a pensar en la reciente
campaña de marca que realizó, pero nunca me hubiese dado
cuenta inmediatamente que eran la misma persona. Las
rosas con las que me golpeó aún brillan sobre el suelo. La
actriz comenzó a gritar de repente, pisoteándolas
implacablemente junto a un montón de palabras y
maldiciones.

—No puedes convencerme de esta manera. ¡Déjame ver a


Keith de inmediato! —Ya se lo dije, no puedo.

La evadí con una actitud familiar e inteligente, incluso hablé


antes de que volviera a golpearme.

—Si quiere verlo en el futuro, primero tendrá que pasar por


mí o por un abogado. Pittman quiere mantener la relación lo
más tranquila posible. Por favor acéptelo, también ayudará
en su carrera como actriz.

—Me estas amenazando justo ahora. ¿Cómo te atreves?

Le respondí indiferente:
—Acabo de contarte una realidad. Sólo el Sr. Pittman puede
tomar decisiones que la beneficiarán.

—Esto es divertido. ¿Sabes que voy a ser reconocida después


de esto como otra perra más?

Estaba por contestar, pero ella interrumpió mis palabras y


gritó:

—Puedo llamar a cien periodistas aquí ahora mismo. Están


por todos lados. ¡Diré lo astuto que es Keith Knight Pittman,
como me usó y me abandonó! ¿Sabes lo que puedo hacer?

—Bien. Entonces hágalo. Le informaré al Sr. Pittman.

En aquel momento se detuvo. No imaginó que diría eso.


Continué hablando, como una máquina sin emociones.

—Si la decisión de Elisha es sincera lo haré, el Sr. Pittman ha


expresado buena voluntad sobre la relación, pero si Elisha
dice que no está satisfecha con ello, es su elección. Pero en
caso de ser así, entienda que el papel de heroína para "With
you in the rain" estará disponible, mientras tanto la villa en
Malibú que estaba usando no le estará permitida.
Empacaremos todos los artículos que utilizó y se lo
enviaremos a su casa. La membresía del club de campo y el
uso del Hotel J se suspenderán.

—Oye, espera.

Tartamudeo con una cara pálida.

—Es ridículo. ¿Se suponía que me lo darían? ¿Incluso el


elenco? Esto es tan estúpido y muy sucio.

—Es una recompensa por aclarar las relaciones. Repito, esto


es un contrato. ¿No es natural que el contrato no se
establezca si no se cumplen las condiciones? La propuesta
está aquí y Elisha se negó por lo que las negociaciones se
rompieron.

—¡No, es contra mí! Solo quiero ver a Keith y escucharlo...

La interrumpí.

—También es un término del contrato que no moleste al Sr.


Pittman.

Por primera vez ella se quedó callada. Pregunté, mirando la


palidez en su rostro:

—¿Qué hará? Si necesita más tiempo para pensar le daré tres


minutos a partir de ahora.

Ella gritó:

—¿Qué? ¿Sólo 3 minutos?

—Originalmente, le iba a dar unos 20 pero ya han pasado 17


minutos...

Miré el reloj como si estuviera realmente percatándome del


tiempo.

—Oh, lo siento. Quedan 2 minutos y 10 segundos. Mientras


tanto, puede tomar una decisión si está de acuerdo.

Miré su rostro, el cual estaba pálido y lleno de dudas.

—Si decide aceptar, firme este documento.

Ella se mordió los labios. Mientras tanto, el tiempo


transcurrió. Cuando quedaron los últimos 30 segundos,
levantó la pluma y firmó, como si estuviera firmando
forzadamente para un molesto fanático. Esperé en silencio a
que terminara, me recliné y recogí los documentos. Luego,
cuando quise despedirme, levanté la cabeza y sin poder
evitarlo, una pluma estilográfica me fue lanzada a la cara sin
darme tiempo de reaccionar.

✤✤✤✤✤✤

—Oh, Dios mío. ¿Qué te pasó?

Al verme, Emma gritó por la sorpresa. Su reacción feroz fue


natural, pero no había tiempo para una larga explicación.
Tenía 15 minutos de retraso.

—¿Cómo estuvo la preparación para la reunión? —pregunté


rápidamente.

Ella me siguió a paso apresurado y respondió:

—Todo se hizo según las indicaciones y todos asistieron.


Debería cambiarse la camisa Sr. Yeonwoo.

Me negué sin dudarlo.

—Bien. ¿Has terminado de imprimir los documentos que te


solicité?

—Ah, sí.

—Perfecto. Por favor espera en la sala de conferencias.

Directamente me dirigí a la oficina del presidente. Ni siquiera


tuve tiempo de pasar y mirarme en el espejo. Prefería
esperar a terminar el trabajo y volver a casa. Mis ojos se
sentían pesados y el ojo que había sido golpeado por la pluma
continuaba latiendo. Ingresé a la habitación al final del
pasillo. Después de abrir la puerta, pasé de largo mi escritorio
e inmediatamente me situé frente a la oficina del presidente.
Después de una respiración profunda, golpeé la puerta.
Como siempre, no hubo respuesta así que la intenté abrir de
nuevo. En ese momento, inesperadamente cedió desde
adentro. Keith estaba a punto de salir cuando escupió una
breve exclamación al mismo tiempo que sus feromonas de
Alfa golpeaban la punta de mi nariz.

Él inspeccionó mis movimientos, parpadeando mientras


contenía una sonrisita de burla.

Keith Knight Pittman. Una versión definitiva de Dios creada


para mostrar a las personas cuán injusta es la vida. Su padre
es el dueño de P Finance, quien sacude a la comunidad
financiera estadounidense. Keith es el sucesor de la
reconocida familia Pittman, pero ahora dirige una compañía
de entretenimiento. Era un Alfa dominante, en un grupo de
personas, solo el 0.1 por ciento lo son. En simples palabras,
se posicionan en la cima de la pirámide social. Este hombre
por naturaleza seduce a su oponente de forma innata y por
supuesto, al ser del tipo dominante tiene la apariencia de
uno.

En la boca aún tenía una sonrisa sarcástica y una mirada de


lo más despectiva.

—Elisha firmó el contrato. —Empecé a informar con tono


serio—. El proceso de compensación se completará al final
de la semana, y el contrato posterior pasará por un proceso
legal y bloqueará las disputas innecesarias que puedan llegar
a ocurrir en el futuro.

—Oye. ¿Necesito saberlo todo?

Miré en silencio su rostro casi inexpresivo. Fue un poco


molesto.

—No —respondí en tono firme y con el ceño fruncido.Keith


preguntó de nuevo:

—Entonces, ¿crees que quiero saber eso?

—No. Pero es mi trabajo informar —dije sin rodeos.


—No reportes nada similar en el futuro.

A él no le preocupaba para nada lo sucedido, ni siquiera como


resultó para mí. A pesar de que no era una sorpresa, estaba
desilusionado.

—Lo siento por los inconvenientes ocasionados. La reunión


está lista y lo están esperando.

Keith suspiró brevemente como si fuera patético. Mientras el


avanzaba yo lo seguía desde atrás, repentinamente me miró.

—¿Qué? ¿Piensas avergonzarme ahora?

—¿Por qué lo avergonzaría jefe?

Inmediatamente me di cuenta de que había cometido un


error. Cuando se detuvo, Keith inclinó la cabeza hacia un lado
y entrecerró los ojos.

—No es tan estúpido como para preguntar por qué.


¿Realmente no lo sabe?

Me disculpé rápidamente.

—Oye.

Al escuchar la voz, Keith y yo giramos la cabeza al mismo


tiempo. Me encontraba escondido detrás de él y no podía ver
a la otra persona. Sin embargo, pude saber quién era por su
altura.

Grayson Miller, un amigo de Keith, otro Alfa dominante con


una hermosa y poderosa apariencia. Ambos eran jugadores
de Polo.

—Oye, ¿eres Yeonwoo? Mucho tiempo sin verte.


Alcé la vista hacia el rostro del hombre que se rio a carcajadas
y habló.

—Hola, señor Miller.

—Llámame Grayson.

Él extendió la mano y yo retrocedí instintivamente. Keith lo


miró y sacudió la cabeza.

—Detente, este tipo no es apto para tus juegos.

—¿Podemos jugar?

—Me negaré.

Ambos me miraron fijamente. Cuando tuve a estos dos


hombres musculosos a dos metros de mí, me asfixió la
sensación de presión. Inevitablemente me sentí pequeño y
levanté la vista con mi cuerpo temblando.

Keith se echó a reír al verme.

—Siempre pienso en ello, pero tienes un olor realmente


único.

—¿Yo?

Grayson miró a Keith mientras que él me inspeccionaba lenta


y descaradamente como si buscara algo. Poco después,
dirigió su mirada a Grayson.

—Eres el único que jugaría con este tipo.

Solo este hombre podía decir algo así conmigo en frente. No


pude controlar mis expresiones faciales, pero
afortunadamente, no notaron nada.

—¿Por qué? Oh. ¿No te acuestas con hombres Omegas?


Grayson se echó a reír.

—Eres un tipo muy gracioso. ¿Por qué odias a los Omega?

Ante eso, Keith frunció el ceño.

—Omega o lo que sea es un hombre después de todo, ¿no?


No tengo el pasatiempo de acostarme con hombres.

—Si nunca te acuestas con uno, jamás lo sabrás

Grayson sonrió y tocó el hombro de Keith.

—Te pierdes de los placeres de la vida, Keith. Es realmente


una pena.

—Yo no necesito ese tipo de diversión. Es asqueroso ver el


pene de otro hombre encima. Es molesto el solo imaginarlo.
Debe ser extraño estar erecto mientras lo ves.

Grayson se rio a carcajadas.

—Oye, no es como tener sexo con Omegas mujeres. Por


desgracia, nunca lo sabrás si no lo intentas. Incluso si es un
hombre, es diferente si es Omega, entonces… ¿Por qué no
intentas dormir con un hombre Omega?Grayson de repente
me miró, no, ambos comenzaron a observarme
detenidamente, hablaban entre ellos y yo solo me
encontraba parado, observándolos, tenían su mirada en mis
ojos cuando de pronto Grayson sorprendido dijo:

—Oh, qué grosero fui. Disculpa, no voy a hablar más de esto


aquí.

Keith abrió la boca en mi nombre, a quien simplemente miré


sin emoción.

—A mí no me importa y a este chico tampoco.


Me importaba y mucho, pero no lo expresé. Este hombre
siempre me trataba así, aunque tampoco era algo nuevo. Ser
humillado por él se había vuelto tan usual.

—No me importa si te lo tiras, pero te arrepentirás. Hasta


donde sé, es el tipo más aburrido del mundo. Grayson se echó
a reír y me miró expectante.

—Creo que sería alguien divertido en la cama.

Keith se encogió de hombros y se fue como si no quisiera


saber nada más del tema. Grayson se despidió levemente y lo
siguió. Solo después de quedar solo me dirigí a mi escritorio
y finalmente me senté con un suspiro tembloroso. De repente
sentí humedad, al darme cuenta, rápidamente fui al baño con
urgencia. Esperar modales por parte de los Alfas arrogantes
para que ocultaran sus feromonas era imposible. Era su
trabajo. No tenían forma de ocultar el hecho de que son Alfas
dominantes. Por el contrario, como están orgullosos de sus
feromonas las liberan en cualquier momento sin tener en
cuenta las circunstancias de otros.

Me senté en el inodoro y eché un vistazo adelante. Fue


realmente lo peor. Que se mueran todos los Alfas
dominantes. De repente, mis ojos se oscurecieron y me mordí
los labios. Keith, recuerdo su aroma. Parecía que mi ciclo de
calor vendría pronto. Cerré los ojos con una cara al rojo vivo
y pronuncié su nombre en mi boca. Tan pronto como la
imagen de su cuerpo desnudo llegó a mi mente, mi pene se
endureció y se puso en línea recta. Quería introducirme algo,
pero no pude. Me daba miedo hacerlo. Hasta ahora no había
tenido esa clase de masturbación ni lo había intentado,
pero… ¿Y si Keith me ponía su pene grueso? Entonces me
volvería loco.

—Ahhh...
Suspiré. No podía soportarlo, solté un gemido. Mi parte
trasera estaba empapada, luego sentí un líquido resbalar.

Finalmente, solté una eyaculación larga y pronuncié su


nombre. Siempre era así. Cada vez que me masturbaba, él
venía a mi mente y finalmente eyaculaba llamando su
nombre. Si Keith lo llegaba a descubrir, me estrangularía y
me mataría. Sentado en el blanco inodoro parpadeé
lentamente. Mi cabeza seguía nublada, el semen que disparé
se encontraba en la pared del baño. Tenía que limpiar, pero
no quería mover un dedo.

Pronto llegaría mi ciclo de calor, tal vez era por eso que
estaba más sensible a las feromonas.

—Oh.

Suspiré cansado y finalmente me incorporé. En la taza del


inodoro, el líquido que había derramado era confuso. Me
quité los pantalones, teniendo cuidado de no mojarme, los
empapé con agua para intentar lavarlos. Después de llamar a
Emma e indicarle que asistiera a la reunión por mí, comencé
a limpiar el baño. El baño de Keith siempre había sido muy
útil.

Luego de ello, no tuve más remedio que saltarme el almuerzo


y esperar a que el aroma se disipara de la oficina. De todas
maneras, cuando terminé de limpiar, me sentí cansado.
Después de la reunión, Keith fue a almorzar con Grayson. Me
encerré en la oficina, puse mi alarma y luego cerré los ojos en
el cómodo sofá para invitados.
Bésame mentiroso • Capítulo 2

Fue en la universidad donde conocí a Keith. Era una


celebridad desde el principio. Lo primero que escuché
cuando ingresé a la universidad fue “Keith Knight Pittman”, y
desde entonces, muchas veces más.
En ese entonces, era un Beta. Era común que la mayoría se
manifestará en la adolescencia, y era raro “mutar” después
de ese período.
En aquel momento me encontraba exhausto, se acercaban
los exámenes finales del semestre, estaba nervioso y tenso.
No importaba cuánto lo intentara, mis calificaciones no eran
las esperadas, era un momento de tanta ansiedad que ni
siquiera podía comprender de que se trataba el libro que
tenía para leer.
Como estaba inscripto en una buena universidad era el deseo
de mis padres que me graduara, pero sentía mucha presión.
El costo de vida era insuficiente y no había tiempo para
trabajos a tiempo parcial. Ni siquiera conseguía buenas
notas. Aprobar el semestre era mi único deseo. Además, mi
hermano menor estaba aprendiendo a tocar piano, por lo
que había una falta importante de dinero en la casa.
Se convirtió en rutina el levantarme todos los días e ir a la
biblioteca a leer algún libro hasta que pudiera entender, así
que eventualmente perdí el sentido de la realidad. Después
de darme por vencido me dirigí temprano a casa, Lee-Wei,
con quien compartía la casa, me saludo amablemente.
—Hola, Yeonwoo. ¿Ya estás aquí?
Solo respondí torpemente.
—Uh, qué...
Cuando lo vi usando tenis con una camisa ligera y pantalones
cortos, me preguntó con una sonrisa:
—Hoy es el día del juego. ¿No vas a ir?
—¿Juego? ¿Qué? ¿Es tenis?
Mientras miraba su atuendo, se rio a carcajadas, como si
hubiese dicho algo absurdo, pronto entendí por qué se rio.
—Juego de Polo. ¿No lo sabías?
—Uh... ¿En serio? ¿Hay algo así? —pregunté torpemente.
Solo había escuchado del juego de Polo, nunca lo había visto
y no me había interesado jamás. Sabía que se practicaba en la
universidad o algo así, no estaba seguro de cuántas personas
jugaban, y mucho menos las reglas del juego así que mi
reacción fue indiferente mientras que la de Lee-Wei fue
ansiedad.
—¿Irás?
Estaba muy deprimido por mis notas que me agite por un
momento. Quería cambiar mi estado de ánimo. Desearía
poder olvidar todo por un minuto mientras hago algo
diferente.
—¡Lee-Wei, estoy lista! ¡Vamos!
La novia de Lee-Wei apareció inadvertidamente saliendo de
su cuarto.
—Si vas, vamos juntos.
Dudé. Estaba muy preocupado por mis estudios, pero
también tenía el impulso de correr a algún lugar. Lee-Wei
añadió vacilante:
—Estará Keith Pittman jugando hoy. Es una oportunidad de
ver a un Alfa dominante. ¿Te lo perderás? Pittman es un
graduado así que, si no lo ves esta vez, nunca lo harás.
Tenía curiosidad por conocer a Keith, Lee-Wei tenía razón, si
no lo veía esta vez, nunca lo vería de nuevo. Entusiasmado
respondí:
—Iré.

✤✤✤✤✤✤

El estadio, donde estaba programado el partido de Polo, ya


estaba repleto de gente. Lee-Wei apenas alcanzó a estacionar
su auto en un lugar remoto, silbando brevemente por la
multitud.
—¿Es más grande de lo que pensaba? Me pregunto si
podremos ver este juego adecuadamente —dijo su novia
pensativa.
—Espera un momento, escuché que Jennifer es una agente.
Podrías conseguir unos asientos si hablas con ella.
Agarró el brazo de Lee-Wei y entusiasmada me dijo:
—¿Qué dices? ¿Te gustaría ir con nosotros?
—¿Yo también? ¿Estás de acuerdo con eso?
Era una oportunidad inesperada, estaba sorprendido, ella se
rio y asintió.
—Por supuesto que está bien. Vamos juntos, pero no puedo
confirmar si Jennifer realmente me dará los asientos.
—Oh, es cierto. Por supuesto.
Los seguí impaciente y a paso apresurado. Cuando apenas
pudimos atravesar entre la multitud, nos dirigimos con el
equipo, Jennifer de pronto se acercó.
—Pueden pasar si ayudan antes de que empiece el juego.
Ella habló amablemente y nos dijo qué hacer. De hecho, no
fue nada. Mi trabajo consistía en proporcionar a los
jugadores los suministros necesarios, ya sea agua o algo para
beber. La mayoría de los jugadores tenían asistentes para
ayudarlos a jugar, por lo que cuidaban a cada individuo. Mi
trabajo principal era rellenar previamente los artículos para
que los asistentes pudieran suministrarlos de inmediato. Me
moví de un lado a otro para ayudar a los agentes antes de que
comenzara el juego.
—Que difícil conseguir un asiento. —Lee-Wei se quejó.
—Todos esperan, es hora.
Siguiendo las instrucciones de Jennifer, terminamos nuestro
trabajo y nos dirigimos a un asiento fijo.
El ruido era potente. Lee-Wei estaba hablando con su novia y
en todo el estadio habían personas disfrutando, bebiendo
con amigos y conversando. Yo fui el único que vino solo, pero
estoy bastante bien con eso. Aunque era compañero de casa
con Lee-Wei no me atrevía a hablarle, sólo porque vinimos
juntos a un lugar como este no puedo acercarme de repente.
Me preguntaba qué hacer en situaciones incómodas. Tenía
un pequeño arrepentimiento, pero ahora no había vuelta
atrás. De todos modos, para regresar necesitaba ayuda de
Lee-Wei. Cuanto más pensaba, sentía que más tiempo perdía
estando aquí.
—¿Quién es ese Alfa dominante? ¿Es Grayson saliendo?
Alguien dijo en la parte de atrás, luego escuché otra voz que
le seguía.
—Jamás imagine ver a Keith y Grayson en un solo lugar. ¿Se
están graduando los dos esta vez?
—Sí. Allí está Grayson, es un Alfa dominante perteneciente a
la familia Miller. ¡Dios mío, en realidad estoy viendo a un Alfa
dominante de la familia Miller! Fue muy buena idea venir a
esta universidad. No dormí nada desde ayer.
—Estamos en la misma universidad, pero nunca lo he visto
antes.
—Yo tampoco. ¿Los van asistir? ¿O los Alfas dominantes son
de pase libre?
—No sé, quiero averiguarlo pronto. ¿Cómo se verán? Los
Alfas dominantes son todos tan temperamentales y calientes.
De repente olí un dulce aroma. Inconscientemente levanté la
cabeza y busqué la fuente de la fragancia. No fui el único. Las
personas tenían el mismo propósito que yo, buscaban
urgentemente en todas partes. Sentí que mi alrededor se
calmaba y al mismo tiempo lo encontré, no fue tan difícil.
Estaba sentado en lo alto de un prominente caballo negro,
como si mirara sobre todos. Nunca olvidaré ese día. El
momento en que todo mi universo se detuvo. El caballo
negro se apresuró y lentamente se acercó al campo. El aroma
se volvió más espeso.
El cabello oscuro revelado debajo del casco se sacudió
suavemente en sincronía con los pasos del caballo. Incluso si
no me atreviera a revisar los ojos morados debajo de él, su
presencia era tan obvia. Usando pantalones blancos, sostuvo
la brida y el látigo de polo ligeramente en una mano y un
mazo en la otra. Keith se balanceaba con gracia cada vez que
el caballo caminaba. Su rostro solo miraba al frente.
—Ah...
Escuche el sonido de alguien suspirando, fue un sonido muy
empático. Casi lo imito, sin embargo, estaba cubriendo mi
boca para evitar justamente emitir sonido alguno. No podía
girarme ni respirar. Solo estaba concentrado en mirarlo. No
era solo yo. Su apariencia llamó la atención de todos a simple
vista. ¿Alguna vez has visto un ser tan impresionante y
elegante? La cara de Keith cambió levemente. Todos,
incluyéndome, podíamos ver la sonrisa en su rostro, que era
inexpresiva. Sin embargo, la sonrisa estaba dirigida a una
sola persona.
—Grayson.
Mientras montaba, Keith estaba muy por encima de él. Ni
siquiera podía mirarlo porque la luz del sol caía sobre su
cabeza. Solo podía oler un aroma dulce. No solo yo, sino todos
los que están allí, en ese momento las feromonas de Keith
inundaron el estadio. Me sentí celoso cuando lo pensé.
Keith pasó de largo y fue directamente al lado del otro
hombre vestido como un jugador de Polo. El hombre sentado
en el caballo era de su clase. Cualquiera que haya visto su cara
lo sabría de inmediato, era otro de los Alfas dominantes de la
universidad. Mi mirada se fijó en aquel hombre con ojos de
luz amatista, el símbolo del Alfa dominante. Tenía una rubia
cabellera que era completamente diferente del color oscuro
del cabello de Keith Knight Pittman, y era un chico guapo con
una bonita sonrisa. Dos hombres de infarto, en un solo lugar.
Nadie hubiera esperado tal situación. Ambos eran Alfas
dominantes.
—Oh, Dios mío, siento que puedo morir ahora.
Todos habrían pensado lo mismo. Escuché el sonido de
tomar fotos a toda prisa desde un lado. Fue una oportunidad
dada por cielo el poder capturar aquel momento, el ver a dos
alfas dominantes juntos. Pero sabiendo eso, dudé. Estaba
avergonzado por alguna razón, por lo que no podía tomar mi
teléfono móvil y fotografiarlos como las otras personas. En
lugar de sacar mi celular, simplemente lo miré. Como si
quisiera mantener a Keith en mis ojos para siempre. Los dos
habían estado hablando durante un rato, y luego chocaron
sus palmas ligeramente. La gente miraba mientras iban a sus
respectivos asientos mientras que el sonido de presionar el
obturador de la cámara era continuó.
El juego comenzó, y los hombres en sus caballos corrieron
con su mazo en alto, pero yo solo podía ver a Keith. El sonido
de la vestidura a cada golpe del caballo se hizo
excepcionalmente fuerte en mis oídos. En realidad, solo
podía oír todo lo relacionado con Keith, lo miraba sin
parpadear. Desde tirar hábilmente de las riendas, balancear
el mazo hasta golpear la pelota, incluso correr con el caballo
para amenazar al otro jugador. Es como si solo existiéramos
él y yo en este mundo. Incluso el sudor que goteaba de su
frente llegó a mis ojos con tanta claridad. Mi corazón latía
fuertemente que tuve que presionar suavemente mi pecho.
En ese momento me di cuenta que no fue un problema para
mí que Keith fuera un Alfa dominante y yo un Beta mediocre.
Mi corazón latía tan fuerte por Keith como si estuviera
gritando con todas sus fuerzas.
—Oh, me enamoré de ese hombre.
Después de que me di cuenta de aquel hecho lo vi corriendo
hacia mí como si estuviera consiente de mis sentimientos.
Keith se acercó lentamente como si redujera tanto la
velocidad como lo puedo recordar. Me quede en blanco
mirándolo. Ni siquiera podía escuchar el sonido de las
personas a mi alrededor. Solo estaba mirando a Keith, cada
vez más cerca, más lento. Y entonces…
¡Tak!
Volví a la realidad parpadeando después de un ruido agudo.
Pasó un tiempo hasta que escuche los gritos de las personas.
Mi cerebro comenzó a recordar como si fuera una película.
Los agentes corrían de un lugar a otro. El juego había sido
detenido. Keith había sido visto tambaleándose. Me di cuenta
de que la pelota había volado delante de mis ojos y Keith, que
había estado corriendo a toda velocidad, trato de esquivar
con el mazo, pero se encontró fuera de balance y por tal
motivo cayó del caballo.
De nuevo el juego continuó, pero Keith fue la excepción. Su
frente estaba rota y sangrando. Todos estaban nerviosos por
lo cual lo llevaron a la enfermería. El juego se reanudó
después de que otro jugador fuera puesto en su lugar. Salí de
la multitud dirigiéndome en dirección a donde se
encontraban los agentes. Tenía que encontrar a Jennifer y
preguntar a dónde lo habían llevado.
Al encontrar a Jennifer le pregunté:
—Uh… Quería saber si se encontraba bien porque se hirió
por mi culpa...
Agregué una explicación innecesaria, pero ella no tuvo
reacción alguna, solo miraba a Grayson. Después de
señalarme a donde se lo habían llevado, me dirigí hacia la
enfermería, que se situaba en una carpa apartada y remota.
Sería difícil para el público en general encontrar al jugador
lesionado, y pudiera ser una consideración para las personas
lesionadas que necesitan descansar. Especialmente si la
persona lesionada es un Alfa dominante. Había fanáticos muy
entusiastas. De hecho, mientras iba vi a varias personas
deambulando. Como era de esperar, el agente de seguridad
respondió inadvertidamente a alguien que había preguntado
a dónde habían llevado a Keith.
—Por supuesto que fue al hospital —dijo.
En ese momento, se dieron la vuelta decepcionados. Si no
fuera por Jennifer, que es un agente habría escuchado la
misma respuesta. Aunque Keith fue lastimado por mí culpa,
de alguna manera sentí la emoción de ser privilegiado y me
dirigí a la tienda. Sin embargo, incluso después de
encontrarla, no me anime a entrar, pero me armé de valor y
decidí avanzar lentamente, empecé a sentir presión con cada
paso. Definitivamente estaba allí, había una evidencia que era
más clara que cualquier otra cosa. Era el aroma de sus
feromonas, insoportablemente dulce, cegador. Mi cuello
hormigueo y dolió. Sin embargo, era poco probable que
alguna vez volviera a tener una oportunidad como esa. Keith
estaba acostado en una gran camilla. Tenía una gasa ancha en
la frente y tez pálida como la nieve. Mi corazón se sacudió.
Estaba preocupado pensando en la gravedad de las heridas,
pero pronto mis emociones se reprimieron, si se hubiera
tratado de una afección grave, los agentes no habrían
desaparecido y hubieran dejado solo a Keith. Sobre todo, no
lo habrían puesto en esa tienda temporal, lo habrían
trasladado al hospital, me sentí un poco tranquilo. Pero el
vendaje alrededor de su limpia frente todavía me
preocupaba. ¿Qué pasaría si había una cicatriz en su
cara? Incluso con imaginación, me sentí extremadamente
culpable. Keith de repente abrió los ojos. Por un momento
estaba tan sorprendido que dejé de respirar. La luz del sol
que entraba por la tela iluminaba la tienda. Keith me miró, lo
vi levantarse lentamente. Ninguna de las palabras que tanto
había preparado surgió. Solo me quedé ahí. Keith fue el
primero que abrió la boca.
—¿Eh?
Keith se echó a reír. Mis rodillas se encontraban tan débiles
que casi me caigo. La voz de Keith fluyó mientras que yo
apenas podía captar la situación en mi consciencia distante.
—¿Te dolió?
Me detuve un momento. El reconoció mi rostro, el rostro de
la persona que salvó, no pude contestarle por alguna razón.
Cuando negué, sonrió. Fue una sonrisa para mí. Mi corazón
iba a explotar. Quería dar gracias, tenía que hacerlo, pero no
había sonido. Keith se acercó a mí, dudando con la boca
abierta solo lo miré a la cara. En cada paso, la frecuencia de
mi pulso se multiplico varias veces por segundo. Cuando
finalmente lo tuve cerca, dejé de temblar.
—¿...?
De repente, tiró de mi muñeca y me jalo. Sorprendido por lo
inesperado de la situación caí literalmente sobre su pecho.
Inmediatamente envolvió un brazo alrededor de mi cintura
y la apretó con fuerza. Terminé sentado en su regazo.
Resoplo profundamente. Me encontraba temblando con los
ojos bien abiertos. Él olisqueó mi cuello y se rio. No pude
contener el aliento, y apenas inhalé algo de oxígeno.
—¿Eres beta?
Solo asentí.
—¿En serio?
Y se volvió a reír. De verdad necesitaba respirar. Keith abrió
la boca y me mordió el cuello.
—Ah...
Respire hondo. Todo mi cuerpo se estremeció con la
sensación de succión constante sobre mi piel, estreche mi
mano sobre su hombro, él inmediatamente lo agarró y lo
envolvió alrededor de su cuello. Me sorprendió, la mano que
sostenía mi cintura se movió para levantarme la camisa.
—¿Hay chicas que no tienen demasiados senos?
Se echó a reír. Keith comenzó a succionar uno de mis
pezones, no pude soportarlo y abracé su cabeza con urgencia.
Me dio unos apretones suaves en los pezones. La feromona
de todo su cuerpo se expandió por mi médula espinal. Me
boqueo una y otra vez, mi cuerpo se volvió loco.
Cuando su mano entró en mis pantalones me agarró el culo
con fuerza, pero fue Keith quien gritó:
—¡¿Qué, esto?!
Estaba en ese momento tan absorto en su dulzura que no
pude responder de inmediato. Me empujo de una forma tan
violenta que todo mi cuerpo sintió dolor. No fue hasta que
rodé por el suelo que recuperé la lucidez. Keith se levantó y
me miró. Una mirada como si quisiera matarme. Había sido
tan dulce hasta hace solo un momento y ahora su aroma se
había disipado. Keith se sacudió cuando se sentó.
—¿Eres un hombre?
Entré en pánico y solo pude parpadear, pero no me pidió una
respuesta. La evidencia de ser un hombre era muy obvia. De
repente cerró la boca cuando vio un pene. Al momento
siguiente, giró su cuerpo y solo vislumbre su amplia espalda.
Estaba como loco.
—Eres un maldito pervertido.
Dejé de respirar en ese momento. Sus ojos no eran los
morados de siempre, exclusivos de Alfas dominantes, eran de
un color dorado que brillaba como un grano de arena en el
desierto cubiertos por el sol, los cuales no dejaban de
proyectar una mirada amenazante.
¿Qué paso? Estaba perplejo, algunas personas dicen que el
color de los ojos cambia según el estado de ánimo. En ese
momento, no sabía que el color de los ojos cambiaba cuando
los Alfas extremos dominantes liberaban una gran cantidad
de feromonas. La feromona de Keith era de ira pura que se
vertió como una cascada, llenando la tienda. Fui aplastado
por las feromonas tanto que me costaba respirar. Con mucho
esfuerzo intente levantarme. Me encontraba aterrorizado
mientras él miraba a su alrededor buscando algo así como un
arma. No sabía que sería de mí sí me quedaba allí. Por
supuesto, los resultados que imagine serían desastrosos.
Intente huir con las piernas torcidas y gritando por ayuda
con la cara en el suelo. Mi corazón estaba latiendo como si
fuera a morir en ese mismo instante. Si no huía, realmente me
mataría. No tenía razón para no hacerlo. Detrás de mí,
cuando apenas pude levantarme nuevamente para salir
corriendo, él pronunció un sinfín de malas palabras y
maldiciones. Me estaba mareando, así que escapé de ahí con
todas mis fuerzas sin mirar atrás. Finalmente corrí a una calle
donde ya no podía sentir su aroma, dejé de respirar
correctamente y caí al suelo.

✤✤✤✤✤✤

Era pasada la medianoche cuando llegué a casa. Me tambalee


hacia la habitación para finalmente recostarme sobre la
cama. Estaba tan cansado que no quería pensar en nada. Solo
quería dormir y olvidar todo. De repente, sentí que la fiebre
estaba subiendo, pero lo ignoré y me acurruqué. Una esquina
de mi pecho se sentía miserable. Keith pensó que era mujer
por eso me salvó, me besó e intentó abrazarme. Un profundo
suspiro fluyó involuntariamente. De repente recordé que
estuvo oliendo y revisando mis feromonas. ¿Estaba
decepcionado de saber que era una Beta? Si fuera un Omega,
¿habría cambiado algo? ¿No importaría si fuera hombre? Si yo
fuera Omega. Fue imposible encontrar una respuesta. Yo era
un Beta, un hombre, y él me despreciaba. Me quedé dormido,
estaba cansado a morir. Todo lo que realmente quería era
olvidar lo que paso.
En ese momento, malas elecciones cambiaron mi vida. Ese
día tuve que ir a la farmacia más cercana, comprar y tomar
un medicamento para extraer temporalmente las feromonas.
No funcionó, así que tuve que lavar y deshacerme de todas
las feromonas que aún quedaban en mi cuerpo. Nunca
absorbí tal cantidad en mi vida, si no lo hubiera hecho, mi
cuerpo no habría mutado, y no me hubiese convertido en un
Omega al abrí los ojos después de sufrir fiebre alta durante
días. Pero lo más doloroso fue que a pesar de que mi vida
cambió por completo, el causante de ello no pudo
recordarme en lo absoluto.
Cuando fui contratado como secretario de Keith Knight
Pittman al ganar algo de experiencia después de graduarme,
me di cuenta. Él nunca me reconoció. Para Keith, yo solo era
un “secretario masculino”. Cuando me pare frente a él con un
corazón tembloroso, Keith dijo con una cara indiferente:
—No me importa si eres Omega o Alpha, porque no estoy
interesado en hombres, solo haz bien tu trabajo.
No sabía si era una advertencia. Cambiaba a sus mujeres de
vez en cuando, a veces eran Betas y otras Omegas. Pronto, me
di cuenta de que el único problema que tenía era que yo tenía
un pene en lugar de pechos, y mientras esto fuera así, él
nunca me miraría.
El día que lo acepté, me despedí de mi primer amor. Borracho,
me quedé dormido.
Después de parpadear varias veces, volví a la realidad solo
después de unos segundos. Mi mente todavía estaba en
blanco, pero mi fatiga era mucho menor. Me senté frotando
mis dedos alrededor de mis ojos. Después de verificar la
hora, la alarma sonaría en 10 minutos. Me desperté
lentamente, me acomodé el pelo y revisé mi ropa. Antes de
salir, revise el interior de la

oficina una vez más, todo se encontraba en orden. Como


prueba de ello, el personal del equipo que completó el
informe que ordene, me miraron como de costumbre, luego
me saludaron ligeramente con una sonrisa. Revisé los
documentos. Dentro de cinco minutos, la puerta se abrirá y
Keith entrará. Como siempre, entrará con confianza y me
pasará de largo. Como una rutina. Escuché los pasos
provenientes del pasillo y levanté el rostro indiferente. Poco
a poco el tiempo se iba acercando proporcionalmente, mi
mente se cerró. Los pasos que parecían una ilusión se
hicieron realidad. Sostuve el informe ligeramente con ambas
manos. Me puse de pie y esperé a que se abriera la puerta. Un
instante después, llegó el momento. Keith apareció frente a
mis ojos e hice lo de siempre.
—¿La reunión se hizo bien?
Como si nada hubiera pasado.
Bésame mentiroso • Capítulo 3

Todavía estábamos dentro de la sala de conferencias, en


silencio, ya que cualquiera no podía abrir la boca. Acaba de
notarlo así que me senté con la espalda recta y esperé a que
Keith hablará con los otros ejecutivos.
—Ja. —Keith suspiró profundamente. Fue una mala señal—.
¿Has visto todos los artículos en Forbes?
Todos se quedaron perplejos por la pregunta repentina,
luego se miraron. Keith dejó el informe y movió la mesa con
los dedos, después la golpeó.
—Si miras allí, puedes ver aproximadamente cuánto será mi
patrimonio. Por supuesto, será más de lo que se anunció.
Pronto se reveló por qué se jactaba de dinero en lugar de
reunirse. Keith distorsionó su boca.
—El dinero que gasté en comprar mi yate fue menos de lo
que gasté en hacer esta película. ¿O vas a hacer alrededor de
1,000 piezas de esta basura? Terminaré mi vida haciendo
esta película. Es muy genial —dijo Keith, aplaudiendo como
si pareciera aburrido.
Nadie pudo hablar. El silencio cayó entre los ejecutivos, que
solo miraron hacia abajo. Keith agarro la película y la aplastó
con las manos.
—¿Acabas desperdiciar un año para hacer algo como esto? Si
arrojas dinero a la basura… ¿Será una obra maestra? ¡NO!¡La
basura es solo eso! Es solo basura con dinero. —Keith arrojó
el informe al desperdicio—. ¡¿No usan la cabeza para
pensar?! ¡Acaso tienen mierda en ella! —No hubo sonido de
refutación—. Todo este plan está mal. Vuelvan a empezar
desde cero. Tres días serán suficientes y espero no volver a
tomar mi precioso tiempo con esta basura.
Después de que Keith concluyó, me puse de pie sin dudarlo.
Inmediatamente lo seguí. Mientras caminaba, sacó un
cigarrillo y se mordió los labios. Keith nunca dejó de caminar
hasta que encendió el cigarrillo y escupió sus primeras
palabras. Por supuesto, él ni siquiera me miró.
—A Whittaker…
—Sí. —Le respondí de inmediato.
Keith todavía dijo, caminando hacia adelante:
—Dile que este fin de semana solicitaré más personal.
—De acuerdo. Este fin de semana es la fiesta en el barco.
¿Algo más que agregar?
Todavía no tenía idea de cuál era el propósito de la fiesta y no
lo pregunte. Cuando miré, Keith se volvió hacia mí por
primera vez.
—Eso es todo lo que tienes que hacer.
—Ya veo.
Cerré la boca después. Una fiesta social típica, pero en este
caso, era con una lista de invitados.
Keith volvió la cabeza y se dirigió hacia el frente. De repente
pensé que parecía sonreír.
—Me gustas porque te das cuenta rápidamente.
—Gracias.
Por el momento lo dije sinceramente. Cuando estaba
confundido por la admiración, me dijo:
—Es muy conveniente.
Él estaba cerca de mí. Para este hombre, soy un secretario
realmente útil, ni más ni menos. Aunque era natural, se
detuvo momentáneamente y me reí.
—¿Es eso así? Me alegro —agregué—. Haré lo mejor que
pueda en el futuro.
Keith se volvió hacia mí. Esta vez definitivamente estaba
sonriendo.
—¿Alguna vez te has convertido en un tipo que tiene
diversión de una noche?
—Yo no hago eso.
En ese momento Keith preguntó de manera bastante
extraña:
—¿Eres Omega? Existen Alfas femeninos puedes conseguirlo
fácilmente, eres un hombre.
Estaba muy desconcertado sobre dónde corregir sus
palabras. Tuve una novia antes de la mutación. Y nunca tuve
una relación con alguien después de enamorarme de Keith.
Además, incluso después de convertirme en Omega, ni
siquiera sabía cuál era mi identidad.
—De todos modos. No tengo diversión de una sola noche si
no, no podría dormir bien y tendría un gran problema para
ayudar al jefe durante el día.
—Wow.
Keith escupió deliberadamente. Rápidamente lo empujé y
presioné el botón del elevador. Keith dio un paso atrás y
esperó a que la máquina volviera a aparecer.
—¿Hay alguna razón para no ser diferente al resto?
Tan pronto como inadvertidamente lo pregunté, lo lamenté.
Estaba nervioso de haber tocado el temperamento de este
hombre. Afortunadamente, Keith no respondió. Él solo se rio
de mí, riéndose como de costumbre.
Aquel hombre estaba intentando mirar a través de mí, pero
la verdad es que soy una persona realmente aburrida. No soy
tan bueno en la vida nocturna como Grayson, y no puedo
hacer bromas ingeniosas. Así he vivido hasta ahora y
continuaré haciéndolo.
Finalmente, después de un rato el ascensor llegó.
Dije con una sonrisa:
—Mi única ventaja es ayudar al jefe.
La puerta del ascensor se abrió. Keith, sin embargo, subió y
se detuvo inesperadamente para mirarme. Cuando se cerró
la puerta, extendí la mano rápidamente, solo entonces Keith
entró.
Antes de que lo siguiera, él abrió la boca primero:
—Es la hora del almuerzo.
—Es la hora del almuerzo —repetí, la puerta del ascensor se
cerró y él presionó el botón.

✤✤✤✤✤✤

—Oh, ¿en serio? ¿Podría enviar la lista y el número de


invitados que vendrán primero a la fiesta?
Whittaker inmediatamente preguntó de manera profesional.
Le respondí que enviaría un correo electrónico después de
confirmar la cantidad de personas que asistirán. Después de
colgar el teléfono, clasifiqué a las personas invitadas en orden
alfabético. Tan pronto como terminó la hora del almuerzo,
todos comenzamos a trabajar. Fui al asiento de mi oficina
conectado a la oficina del presidente e hice llamadas una por
una.
—Por supuesto que voy.
Grayson contestó el teléfono de la secretaria.
—¿Yoonwoo, también?
—¿Yo?
Se escuchó su voz.
—Sí, necesito un administrador. ¿O vendrá Charles esta vez?
Si había una fiesta en la casa de Keith, Charles se encargaría,
pero esta vez era diferente porque se haría en un barco. Es
decir, si había una fiesta fuera de su casa, la mayoría de las
cosas tenían que ser organizadas por mí.
Era evidente que tenía que asistir. Por supuesto, no
invitamos a un organizador de fiestas y no le preguntamos a
Charles así que, pensé por un momento y luego respondí.
—Tal vez iré.
—...
—...
—¿Sí?
De repente, después de un repentino silencio, preguntó:
—¿Siempre llevas medicamentos?
—Sí, por supuesto.
Nuevamente, respondí en secreto una pregunta que no era
demasiado simple.
—Nos vemos en la fiesta, Yeonwoo. Si llegaras a ver algo no
te sorprendas demasiado.
Después de agregar una extraña oración Grayson colgó el
teléfono. Inadvertidamente miré el auricular desconectado,
pero no pude volver a llamar y preguntar qué significaba.
Seguí rígido, sin embargo, no tuve más remedio que
ignorarlo.

✤✤✤✤✤✤

Los preparativos de la fiesta fueron fáciles. No hubo nada


especial porque ya se había hecho varias veces. Era solo una
fiesta en yate. El orgulloso yate de lujo de Keith era lo
suficientemente grande como para transportar a 300
pasajeros. El número de personas invitadas a la fiesta fueron
alrededor de 50, así que fue mucho más sencillo. Incluso si
consideraban traer a sus propios socios, no habría más de
200 personas.
Precavidamente, preparé 250 comidas y bebidas. Todas las
habitaciones estaban disponibles en caso de que tuvieran
alguna molestia o necesitarán descansar. La preparación era
perfecta. La fiesta sería a partir de las 7:00, pero siempre
había invitados llegando temprano y otros llegando tarde. De
hecho, sabía que el propósito de la fiesta era solo por
“amistad”. No sabía que Keith tenía tantos amigos, y tampoco
sabía algo sobre las redes sociales. Quizás su significado de la
palabra amigo sea diferente al mío, por lo que
probablemente sea más difícil que entre él y yo encontremos
lo mismo.
—Bienvenido a... Sr. Norman.
Cuando levanté la vista, inmediatamente me convencí al ver
sus ojos morados de que era un Alfa dominante. No era dulce
como la etiqueta con el nombre que se le dio en la entrada.
Por suerte, fue útil memorizar a los invitados presentes antes
de la fiesta. Incluso cuando obtuve la lista por primera vez,
estaba perplejo, todos en la fiesta eran Alfas
dominantes. Podía ser que hubiera ganado la lotería porque
estaba viendo a un montón de Alfas dominantes reunidos en
un mismo lugar, y eso era algo que quizá nunca volvería a ver
en mi vida, pero… Lamentablemente, la situación se había
previsto, por lo tanto, no había sido cuestión de suerte.
Quizás la advertencia de Grayson se debía a eso.
Ya que no había Omega en el mundo que pudiera soportar las
feromonas emitidas por tantos Alfas extremos. Un día me
dijeron que los Omegas eran los únicos que podían controlar
las feromonas de un Alfa dominante, y ya sea cierto o no, yo
era un Omega ordinario a pesar de que mi ciclo fuera
desordenado. Solo tenía que tener cuidado.
Grayson, quien acababa de entrar, me miró a los ojos y me
envió un ligero saludo por lo que incluso mi ciclo de calor se
puso algo confuso debido a la “mutación”, así que me
comprometí de nuevo. Debía de tener cuidado.
—Yeonwoo.
Cortésmente recibí el saludo.
—Señor Miller.
—Grayson. —Me corrigió.
No podía seguir su voluntad.
—El Sr. Pittman llegará en los próximos 15 minutos. Por
favor, disfrute de la fiesta primero.
—Por supuesto que estoy pensando en hacer eso.
Grayson sonrió a la bella y glamorosa rubia que lo acompaña
y luego me miró de nuevo.
—Te lo diré de antemano, pero te advertí sobre esta fiesta. A
ti y a Keith.
—¿En serio?
Él parpadeó como si mi respuesta fuera inesperada, pero en
un segundo volvió con una sonrisa amarga, luego se fue.
—¿De qué estará hablando...?
Me sentí incómodo y confundido por lo que murmuré.
«¿Habrá una fiesta diferente? ¿Todos los invitados son amigos
de Keith? ¿Por qué todos son Alfa dominantes...?»
Cuando me detuve en el último pensamiento, el
guardaespaldas me informó que Keith había llegado. Rompí
mi raciocinio y rápidamente fui a su encuentro. Keith se
encontraba con una nueva mujer, había comenzado una
relación con la más atractiva y reciente modelo. Me dolió el
estómago cuando vi a la glamorosa belleza rubia aferrarse al
brazo de Keith. No tuve más remedio que recibirlos con
mucha formalidad.
—Bienvenidos. —Los salude para luego añadir—: Adelante.
Los invitados aún no han llegado. Srta. Abigail, hoy se
encuentra especialmente hermosa.
Las palabras de elogio eran exactamente las que Keith me
hacía decir cada vez que cambiaba de mujer. Un día Keith me
dijo: “¿Por qué no cambias la frase?”, con un tono sarcástico.
¿Por qué debería preocuparme por alabar a la pareja sexual
de Keith en varios idiomas?
Pensando intensamente, miré a Keith con una cara
inexpresiva. Llevaba un traje oscuro, era un atuendo tosco
que no llevaba corbata, incluso se soltó un par de botones de
la camisa, así mantuve mi mirada hacia sus sensuales
músculos del pecho. Un suspiro fluyó espontáneamente
cuando lo vi a la cara. Estaba sorprendido así que me
apresuré a respirar. Afortunadamente, mi agitación
momentánea pasó sin problemas porque Keith nunca me
miró. Echó un vistazo a la cubierta brevemente y me miró sin
ninguna reacción.
Lo miré casualmente.
—El número de guardaespaldas aumentó según lo indicado,
y los preparativos necesarios para la fiesta fueron realizados.
Dio un paso y yo me quede parado ahí, viendo desde lejos
como se fue con Abigail.
Cuando sin querer me distrajo la amargura y la ambición, mi
rostro cambió, sonreí, aunque estaba impaciente. Puede que
no se haya dado cuenta... Está bien, lo sé. No lo había visto, fue
realmente un momento. Fueron solo unos segundos, pero en
mi cabeza todo tipo de pensamiento estaba enredado con él.
Entonces el chef me habló:
—Yeonwoo, ¿podrías revisar los platos por un segundo?
—Ah, sí. Sí.

✤✤✤✤✤✤

No hubo nada especial hasta la mitad de la fiesta. Los


invitados seguían y seguían llegando mientras yo luchaba
para evitar confundir sus nombres. Sin embargo, había algo
que era inusual, había varios clientes con dos, tres o más
socios juntos. A veces, la pareja era una mujer o un hombre,
pero estaba claro que todos eran Omegas. Pensé que había
algo extraño, pero pronto lo ignoré. Todo lo que tenía que
hacer era terminar la fiesta sin incidentes. No importaba el
tipo de privacidad que tuviera el invitado o cuántos socios
tuviera, solo tenía que asegurarme de que la fiesta no se
arruinara.
Había revisado la lista de invitados, confirmado a todos,
incluso a los que no habían venido. Después de revisar a las
personas por separado, le pedí a los guardias que vigilaban la
entrada que se pusieran en contacto conmigo con
anticipación si es que llegaba a haber algún invitado
adicional. Hasta ese entonces, el progreso fue lento,
especialmente no hubo clientes que causaran problemas.
Por la noche, el mar estuvo tranquilo, por lo que el bote
apenas se sacudió. Sin embargo, lo que hizo diferente esta
fiesta de otras fue que los invitados estaban jugando en algún
otro sitio. En su mayoría, las fiestas son el objetivo principal
de socializar y obtener nueva información. Por supuesto,
debería haber grupos grandes y pequeños que se dividían,
pero no estaban aquí. No había mucha gente en la cubierta.
Los Alfas dominantes estaban entusiasmados debido a las
feromonas que estaban enviando, aunque tuvo poco efecto.
Pensé en ello y miré alrededor de la cubierta, pero de repente
tuve una idea extraña.
Había muy poca gente y aún quedaba comida y alcohol sobre
la mesa. No era una o dos cosas extrañas, vacié mi mente. Por
fin, una pareja parecía estar hablando con otra hasta que se
fueron juntos a una habitación. Todas las cabinas tienen
interfonos, por lo que, si necesitan algo, nos contactaran de
inmediato. Cada uno tiene una pareja, por lo que todos
pueden ir a disfrutarlo.
Me pregunté por qué había tenido una fiesta así. ¿Keith lo
sabía? Keith repentinamente vino a mi mente así que intenté
deliberadamente no pensar muy profundo.
—Creo que está bien aquí. ¿Deberíamos mirar alrededor de
las habitaciones?
Me atreví a hablar mientras caminaba por la cubierta con un
paso más poderoso que de costumbre. En una larga silla de
playa, a un lado, pude ver a un hombre sentado. Como
invitado a la fiesta de hoy, también era un Alfa dominante.
Observé a los tres Omegas que había traído, brevemente
pude ver como lamían sus cuerpos entre sí, así que me
apresuré a encontrar el elevador luego presioné el botón.
Cuando me quedé solo, mi cara se calentó. De hecho, los Alfas
dominantes no tienen vergüenza para mostrar sus deseos en
cualquier parte. ¿Me gustaría tener sexo así?
Incliné mi cabeza dentro del elevador que se elevaba
lentamente. Tuve sexo con mi primera novia, pero no fue tan
bueno. Por encima de todo, era incómodo y, por supuesto,
ella no estuvo satisfecha. Mi primera experiencia terminó así.
Lo mismo ocurrió con la siguiente novia que tuve. Encajamos
bien y la pasábamos bien en compañía del uno del otro.
Cuando se me confesó la acepte fácilmente, pero durante la
relación solo hubo besos. No importaba cuánto lo intentara,
no estaba acostumbrado al sexo. Creo que hice mi mejor
esfuerzo, pero puede que no fuéramos el uno del otro. Nos
separamos lento y muy naturalmente. Esa fue toda mi
experiencia de citas. Después de eso, me llevaron a estudiar.
Luego y de repente me transformé en Omega. Ya no podía
pensar en nadie más. Era incómodo salir con una mujer, y
tenía miedo de salir con un hombre, aunque eventualmente,
sabía que iba a tener una relación.
Ding-dong.
Después de un rato, la puerta del ascensor se abrió para
darme acceso al pasillo del piso superior. De repente se sintió
un dulce aroma. Era una fragancia de feromonas
extremadamente familiar. Mi interior se puso quieto.
Deliberadamente tosí, pero eso fue todo. El silencio volvió a
caer en todas partes. Me sentí incómodo y ansioso, y me moví
paso a paso más rápido de lo habitual. Solo iba a revisar y a
bajar rápidamente.
—Ah.
Cada vez que movía mis pies, la fragancia se volvía más
fuerte. Alguien estaba vertiendo feromonas
intencionalmente. Recordaba vagamente que algo similar
me había sucedido en el pasado. El día en que me transformé
en Omega, me empapé de las feromonas de Keith. En ese
momento, pude llegar a mi casa porque estaba menos
afectado que un Omega, pero como resultado luego me
convertí en uno.
Aunque ahora el problema era que soy Omega así que el
impacto iba a ser mucho mayor que eso, ya de por sí era difícil
imaginar lo que sucedería.
«No importa la cantidad de medicamento que tomé, es
peligroso», pensé.
Me tapé la nariz con la manga y, sin darme cuenta, deambulé.
No muy lejos, vi la puerta de una habitación, la fragancia de
feromonas fluía desde allí. Al instante dudé. Pensé que debía
dar la vuelta y tomar el elevador nuevamente.
Pero la fragancia fue mucho más fuerte de lo que esperaba.
Parecía que mis piernas ya estaban temblando y doblándose.
Caminé rápidamente por el pasillo mientras mis pasos se
volvían cada vez más pesados. De repente, la puerta se abrió
por detrás.
—¿Lo has traído? ¿Oye? ¿A dónde vas?
Me detuve ante su llamado. Era claramente una voz que
conocía. Ella seguía gritando nerviosamente.
—¿Acaso no me oyes? ¡A dónde vas!
Parecía que había solicitado algo por el intercomunicador.
No tuve más remedio que responder. Respiré tanto como
pude y me di la vuelta.
—Srta. Abigail.
Me era difícil sonreír, pero ya tenía un sudor frío en la frente
y un pulso acelerado. Abigail se movió sin dudarlo, como si la
exposición de su cuerpo no fuera nada, tan solo traía un
camisón. Los tacones altos se estaban acercando. Estaba
atrapado. Me quedé quieto y esperé a que ella viniera.
Finalmente, se detuvo justo frente a mí y me miró. Era más
alta, me reconoció y abrió los ojos, pero su reacción de
sorpresa fue momentánea.
—¿Lo trajiste? ¿Qué estás haciendo aquí?
Casi tartamudeando, respondí.
—Lo siento. Lo traeré ahora mismo.
Quería huir rápidamente de ahí. Me disculpé
apresuradamente y traté de irme.
—Detente ahí. ¿Quién te dijo que fueras?
El sonido de su voz era lo suficientemente fuerte como para
no ser ignorado. Hubiera sido agradable si el entorno hubiera
sido ruidoso, pero el pasillo estaba tan tranquilo que su voz
creo un sonido lo suficientemente fuerte como para dejar un
vago eco.
Inevitablemente, me di la vuelta y me tapé la nariz con la
manga.
—Sí, Srta. Abigail. ¿Necesitas más?
Después de apenas hablar, ella se acercó a mí, usando un
camisón sobre su ropa interior. Me quedé quieto y esperé a
que ella viniera.
Cuando finalmente se detuvo justo en frente de mí, Abigail
me miró con los ojos delgados y abrió la boca:
—¿Que estabas pensando al venir aquí?
—¿Qué quiere decir?
—No te hagas el ingenuo, eres como una prostituta.
Por un momento me sorprendí. Nunca imaginé que ella
pondría esas palabras en su boca, y que las dirigiría
precisamente hacia mí. Entré en pánico y parpadeé, ella
continuó hablando:
—Eres Omega, ¿no? Te vi antes como estabas mirando a
Keith. Qué gracioso. ¿Qué sueño loco has tenido al venir aquí?
Ella estaba mirando mi expresión mientras yo quería decirle
que no. Al principio, me pareció que ella era Omega, pero
estaba completamente equivocado. Además, en primer lugar,
para Keith Knight Pittman, yo no era alguien que despertara
su deseo sexual porque era un hombre, así que, quería
resolver el malentendido, pero era difícil respirar, por lo que
mis palabras no estaban bien organizadas.
—Es un malentendido, Srta. Abigail. Solo estoy revisando si
hay algo que necesiten los invitados…
—¡Ja!
Su risa histérica me interrumpió. Abigail sudaba
horriblemente y me gritaba:
—¡Si quieres poner excusas, tienes que ser bueno! ¿A quién
quieres engañar hablando así? ¿Crees que podrás acostarte
con Keith? Estoy pensando en eso y es muy gracioso.
—¿Qué estás haciendo ahora?
Una voz apareció interrumpiendo la voz de Abigail.
Hasta ese entonces, ella me empujó y gritó como si me fuera
a golpear. Abigail miró hacia atrás momentáneamente. Keith
estaba de pie contra el marco de la puerta. Ella se cubrió la
boca con vergüenza mientras que yo solo lo miré; su cabello
todavía estaba húmedo como si acabara de darse una ducha,
su oscuro cabello brillaba intensamente bajo la luz, y las
gotas de agua que fluían lentamente, cayeron directamente a
través de sus mejillas hasta la barbilla para terminar en el
piso. Inadvertidamente tragué saliva seca al ver sus
músculos gruesos y un cuello fuerte y húmedo. De inmediato,
él notó mi movimiento desesperado.
—¿Qué haces con mi secretario?
Abigail entró en pánico y se disculpó apresuradamente.
—Escúchame, Keith. ¿Por qué este hombre estaría aquí?
Mira, tienes las manos vacías, ¿verdad?
—¿Por cierto? —Keith comentó molesto.
Abigail se puso más nerviosa.
—Estaba intentando seducirte. Ahora que su período de celo
está cerca, ¿qué vas a hacer con él? ¡Además intenta
engañarte con su celo!
Las últimas palabras se agregaron con ímpetu, pero la
reacción de Keith no cambió mucho. Por el contrario, se rio y
distorsionó la boca.
—¿De qué demonios estás hablando? ¿Te volviste loca?
La voz aguda de Keith detuvo a Abigail.
Keith se quitó el pelo bruscamente de la cara.
—Esa es solo mi secretario. ¿Parece que voy a dormir con un
hombre? Realmente eso es absurdo.
—Ja, pero… —Abigail tartamudeó y protestó—: Pero es
Omega.
Keith la miró fijamente.
—Es un hombre. —Abigail dudó, perdiendo lo que tenía que
decir—. No me importa si es Omega, él no está aquí por lo que
piensas. ¿Cierto?
Apenas asentí ante su mirada.
—Vine a ver si hay algún problema porque todos nuestros
huéspedes están dispersos...
Keith me interrumpió sin escucharme por completo.
—¿Has oído? Entonces no seas ruidosa y entra ahora.
Realmente estaba confiando en mí. Incluso si hubiera venido
aquí con el propósito que pensaba Abigail, ella nunca lo
imaginaría así que, los motivos de la idea pronto fueron
revelados.
—Nunca me acuesto con un hombre. Y Yeonwoo lo sabe.
—Lo sé.
Contuve el aliento y lo miré. Keith, parado a cierta distancia,
todavía me miraba mientras preguntaba:
—¿No es así?
Abigail tomó aliento y me miró, con una cara dudosa.
Fue difícil abrir la boca.
—Sí —dije, apenas respirando, luego añadí—: Por supuesto.
La puerta del ascensor se abrió y el sonido de un carro
susurrante continuó, era el personal que traía el champán de
Abigail.
—Querido, lo siento. ¿Qué hice para cometer un
malentendido tan ridículo? Oh por favor, perdóname. Haré lo
que sea. Puedes rodarme por el suelo como una esclava si lo
deseas...
—...
Incluso si ella dijera que no, Keith podría golpearla contra el
suelo y zambullirla en el barro si así lo deseara.
Abigail se aferró a él sin decir nada. Naturalmente, sus largos
brazos sostuvieron su cuello mientras que sus dos piernas
saltaron, envolviendo la cintura de Keith. Yo, por mi parte, me
quedé allí y los vi desaparecer dentro de la habitación.
Todo lucía nublado ante mis ojos, aunque no podía asegurar
si se debía a la influencia de las feromonas o algo más.
—Oye, Yeonwoo. ¿Estás bien?
Preguntaron desde algún lado, fue entonces cuando
finalmente me di cuenta de que estaba respirando mal.
—Sí, estoy bien.
Me sentía mareado, pero no podía sentarme.
—Está bien, bajemos. Creo que se caerá.
Apenas asentí.
El ascensor estaba demasiado lejos y la medicina no me había
servido de nada, aunque debería haberla tomado más de 10
veces, no lo hice. Caminé arrastrando mis pies. Mi cabeza
estaba hecha un desastre. En ese momento, lo único que me
vino a la mente fue tomar un inhibidor así que, tenía que
bajar y encontrar mi maletín, sacar la medicina, tomarla y
calmarme, pero la maleta con las pastillas estaba en el sótano
junto a las pertenencias del personal. ¿Cuántos pisos tiene el
sótano? ¿En qué piso estaba? Presioné un botón con una
mano temblorosa y la puerta del ascensor se cerró, un trozo
de metal raspó por un momento, luego descendió. Me apoyé
contra la pared y me puse de pie. Cerré los ojos y esperé a que
el ascensor llegara hasta abajo.
Ding-dong
—Ah...
Cuando finalmente escuché la llegada del elevador, suspiré
con alivio. Solo tomaría mi medicamento para calmarme.
Era un plan simple.
Era tan simple que era bastante extraño fallar, pero no me di
cuenta de que ahí había una gran trampa. Mi cuerpo se
endureció cuando la escena se abrió brillante y lentamente
frente a la puerta del ascensor. Había una gran piscina en el
sótano, incluso era dos veces más grande que en la cubierta,
así que había mucha más gente.
La mayoría de los Alfas dominantes que habían desaparecido
de la cubierta, estaban allí.
Bésame mentiroso • Capítulo 4

Cuando desperté, vi un techo muy alto, solo entonces me di


cuenta de que estaba acostado y tirado en el suelo. Ya ni
siquiera podía pensar en eso así que, cuando abrí mejor los
ojos me sorprendí por lo que estaba observando. Varios Alfas
tenían rodeado el cuerpo de un Omega y como había pocas
mujeres en el lugar algunos Omegas hombres estaban siendo
penetrados mientras que otros solo estaban frotándose
contra los Alfas mientras se lamían todo el cuerpo, también
había varios de ellos que estaban entrelazados entre sí
mientras succionaban el pene de su compañero y al mismo
tiempo eran penetrados. Fue solo hasta ese entonces que me
di cuenta de la identidad de la fiesta. Era una orgía de Alfas
dominantes, un lugar hecho para verter feromonas
libremente.

Con la vista borrosa vi a un hombre con una botella de


champagne. Como la mayoría de los invitados, aquel hombre
también era un Alfa dominante, estaba completamente
desnudo, bebiendo mientras sostenía la cabeza de un Omega
contra su pene erecto y lo empujaba con fuerza para poder
hundirse más y más en su boca. En el momento en que lo vi,
me disgusté. De pronto el hombre que estaba bebiendo el
champagne giró la cabeza hacia mí, desafortunadamente
nuestras miradas se encontraron, parecía decirme algo, pero
todo estaba borroso. Estaba seguro de que no era una buena
situación.

El hombre se levantó y caminó hacia mí, yo intenté


levantarme pero no pude hacerlo así que intenté retroceder.
Tenía que subir de nuevo al ascensor, me apoyé contra el
muro mientras intentaba presionar el botón, pero era muy
tarde, los ojos del hombre me habían atrapado y como lo
había esperado, mi cuerpo no se movió.

Parecía sofocarme con sus feromonas, fue entonces cuando


comprendí porque esos hombres habían elegido una piscina
subterránea, deseaban que sus feromonas se mantuvieran
en un espacio cerrado para enloquecer a todos los Omegas
en la fiesta. De pronto, volví a dirigir mi mirada hacia todos
aquellos que se encontraban borrachos por las feromonas
que estaban esparcidas por todo el lugar, la escena volvió
aparecer en mi cabeza, Omegas siendo penetrados,
masturbados y usados por diversos Alfas.

Si no hubiera tomado las medicinas por adelantado habría


estado, quizás así, en las mismas condiciones; sin embargo,
no me sentía aliviado, apenas tenía conciencia, aunque poco
a poco me estaba acercando al límite, al final, los instintos
aparecían antes que la razón.

—¡...!

«¿Es hora de pensar? ¡Despierta!»

Moví desesperadamente mi mano pesada para encontrar el


botón. Parecía haber una ligera vibración de la máquina
moviéndose detrás de mi espalda. Mientras tanto, el hombre
ya estaba muy cerca. Agarré la pared y me puse de pie sin
apartar la vista de él. Como si me enfrentara a una bestia, me
puse de pie para mirarlo. Podía ver al hombre extendiendo
su mano. En el momento en que agarró mi hombro, abrí los
ojos con una extraña sensación. Él parpadeó y se rio. La
fuerza de mi respiración solo empeoraba. El hombre me miró
con sus delgados ojos.

—Eres el secretario de Keith, ¿cierto?

El sonido de su voz se escuchó como si hablara en una cueva.


Tal vez mi tímpano estaba mal. Lo intenté y me disfracé.

—Si. ¿Lo necesitas?


Mi voz había sido escuchada desde muy lejos. Curiosamente,
no se sentía real. Traté de sonreír lo más posible. Él no
respondió. Solo bajé la cabeza mientras intentaba cubrirme
la nariz.

—Oye, Omega.
Siguiendo la baja voz, el hombre presionó con fuerza la mano
que sostenía mi hombro. Inmediatamente caí al suelo.
Escuché un golpe, pero no sentí ningún dolor. Cuando miré
hacia arriba, el pene erecto de aquel hombre estaba a la vista.

—¿Qué estás haciendo allá?


Se escuchó la voz de otro hombre. Del mismo modo, estaba
desnudo, por supuesto, también era un Alfa dominante. No
era bueno. Se estaban reuniendo a mi alrededor uno por uno.

Definitivamente no era nada bueno.

—Decían que el secretario de Keith era un Omega y vaya que


realmente lo era.
Otra voz intervino:

—Eres el tipo que vi en la entrada, ¿cierto?

—Keith dice que no tiene sexo con hombres. ¿Será una


mentira?
Se oyó una fuerte carcajada.

De alguna manera debía salir de ese lugar.

—De hecho, ha sido bonito desde que lo vi en la entrada.

—Lo que quiero decir aquí, es que este niño también tiene la
intención.

—Es el instinto de los Omegas.

—¿Pero estará bien? ¿No es de Keith su agujero?


Cuando alguien preguntó como si estuviera preocupado, una
voz se rio de él inmediatamente.
—Keith trajo a una mujer hoy. Además, él es quien suele
hablar de no acostarse con un hombre, por lo que no puede
decirnos nada.

—¡Correcto! Así es. Ja, ja, ja, ja, ja.


Todos los hombres se rieron a mi alrededor. El miedo de
levantarme y las feromonas abrumaron todo mi cuerpo, cada
vez se volvía más difícil. El único pensamiento que tenía era
salir de ahí. ¿Ya estaba casi en el ascensor? ¿Podía huir
incluso si vinieran? ¿Podía rechazar sus feromonas hasta el
final? ¿...? Cuando tuve esas dudas en un rincón de mi
corazón, alguien me arrastró.

—¿A dónde vas? —dijeron—. Entonces quien comenzará.

—¿Estas bromeando?

—No se puede poner todo de una vez.

—¿Por qué no? —Alguien se rio entre dientes—. Una vez


probé tres a la vez.

—Wow.

—¿Es posible ponerlos todos juntos?


Mientras la admiración sorprendida continuaba alguien
preguntó con arrogancia.

—¿Acaso no puedo poner tres penes en el culo de un Omega?

—Es asqueroso.
Pensé que estaban locos. Debió haber sido que sus propias
feromonas provocaron que sus cerebros se volvieran
estúpidos, por qué… ¿De qué otra forma podían sonreír así
en un tipo de conversación como esas? Pero hablaban tan
casualmente como si hablaran del clima.

—Es el secretario de Keith así que, hagámoslo


correctamente. Puede tener tres a la vez, dos en la parte
inferior y uno en la parte superior.

—No está mal.


Voces ásperas intervinieron a través de la tranquila
conversación.

—Joder, entonces yo comenzaré.


Apenas me había levantado cuando miré a un hombre
desnudo que caminaba hacia mí con asombro. Si me quedaba
ahí, moriría. No, incluso si no moría, al menos sería como
morir. Por supuesto que no tenía intención de hacerlo con
ellos.

—¡¿Oye?! ¿A dónde crees que vas?


Alguien gritó con una voz risible. Se estaba riendo de mí por
intentar desesperadamente escapar. La risa continuó, pero
nadie vino después de él. Más bien, se burló y silbó.

—Ten cuidado, te caerás.

—Ken, ¿qué estás haciendo? Simplemente hazlo.

—¡Huye, rápido! ¡Adelante, corre!


El sonido de la risa, luego los aplausos y aplausos
perturbaron mi mente. Era un juego para ellos, pero estaba
desesperado. Estaba aún más aterrorizado cuando recordé
que lo vi violar a su Omega hasta que sangrará. Finalmente,
llegamos frente del elevador. Estiré la mano tan fuerte como
pude y presioné el botón. Los números cambiantes indicaron
que llegaría pronto. Solo tenía que esperar un poco más.

—... ¡No!
De repente me atraparon y grité.

Tal como estaban las cosas, el hombre me tiró al suelo. Mi


chaqueta la quitaron sin problemas, seguido de lo demás. La
camisa se rasgó con un sonido agudo. Ni siquiera podía
permitirme cubrirme o resistirme. Varias manos se
apoderaron de mi cuerpo, sosteniendo mis brazos y
cubriéndome la boca para que no pudiera gemir, apenas
podía aguantar la respiración.

Sentí que mis fuerzas habían desaparecieron. No había


necesidad de someterme. Miré a los hombres a mi alrededor
con una mirada nebulosa mientras sostenían mis
extremidades. Se sentía como si alguien me estuviera
quitando los pantalones. De momento, la sensación de frío se
sintió en mi trasero, así que me di cuenta de que estaba
desnudo. Por supuesto, el frío pronto se volvió insensible.

Alguien tiró de mi cabello por lo que había una sensación de


tirón brumoso en el cuero cabelludo, pero eso fue todo. El
hombre que me hizo caer como un perro me trajo algo a la
boca. No fue hasta que llegó a mis labios que me di cuenta de
que era un pene. Sentí un sabor amargo, trataba de evitarlo.
Sin embargo, dado que me tenían sujetado por el cabello, solo
sacudí la cabeza un poco mientras apretaba mis labios.

—Esta perra.
Cuando trató de forzarlo en mi boca y falló, me golpeó en la
mejilla. Mi mente había vuelto. El hombre empujó
nuevamente su pene sobre mis labios. Tan pronto como me
vi obligado a abrir la boca, me sacudió la garganta.

—... Uf, eup.

El maldito apareció violentamente, pero no pude vomitar. Lo


intenté mucho y, en ese momento, me sorprendí.
Instintivamente supe que esa era una buena oportunidad. El
hombre trató de sacar su pene de mi boca, pero no lo solté.
Algo caliente fluyó por mis labios, pero no fue semen.

—¡Para, para! ¡Yeonwoo!


Alguien gritó mi nombre.
—¡Para! O esto terminará... ¡Dios mío, Ken!
Cuando apenas lo deje ir, la parte inferior del cuerpo del
hombre se empapó en sangre.

Estaba medio consciente.

✤✤✤✤✤✤

Un largo humo voló en línea recta y se dispersó en el aire en


algún momento. No había más feromonas, aunque tenía
dolor de cabeza. El leve aroma de los alrededores se sentía
vago, pero eso no era nada. Me senté en la cama con una
manta sobre mi cuerpo y miré, no muy lejos, Keith estaba
sentado en una silla fumando un cigarrillo. No sabía lo que
estaba pensando.

—¿Por qué hiciste eso?


Abrió la boca por primera vez en mucho tiempo, luego
parpadeo.

Keith parecía de mal humor. La fiesta se había convertido en


un desastre por un accidente inesperado, por lo que su
actitud podía ser natural o tal vez era porque yo había
interferido mientras había interrumpido su noche con
Abigail, aunque podían ser ambos casos. Estaba pensando en
demasiadas cosas.

—No entiendo por qué ocurrió este tipo de incidente. Estoy


decepcionado, Yeonwoo. Pensé que eras un gran secretario
que hacia su trabajo a la perfección.

—Lo siento.
Me disculpé. Miré hacia abajo y vi como mi mano temblaba,
la escondí detrás de la manta y abrí mis labios, los cuales
estaban secos.
—Fue una situación inesperada... Debí haber sido más
cuidadoso.
Estaba seguro de que conocía la situación, pero no estaba
tratando de escucharme. Las lágrimas parecieron salir sin mi
conocimiento.

—Solo debías chuparlo con moderación y aceptarlo. ¿Por


qué demonios hiciste eso?
Tras las acusaciones, me endurecí con la boca abierta. Keith
seguía hablando molestamente conmigo, con los ojos
abiertos.

—El pene de Ken estaba cortado por la mitad. Pudo haber


quedar lisiado. Va a tener que ser tratado durante mucho
tiempo.
No podía creer lo que estaba escuchando.

—Él, yo lo... mordí… —No pude controlar mis lágrimas—,


porque trato de violarme y...

—¿Por cierto? —Keith me interrumpió una vez más con una


voz aguda—. ¿Acaso no es el trabajo de los Omegas? Si no te
gusta, simplemente dejas que te lo meta y terminará en un
segundo. ¿Por qué no pretender? Realmente me
decepcionas.
Cuando lo vi sacudir la cabeza, me quedé sin palabras y con
la mente vacía. Mis ojos se calentaron, pero me contuve,
mordí mis labios y aguanté. El puño que había cerrado debajo
de la manta se estremeció por una razón diferente a la
anterior.

Contuve la respiración en silencio.

Él siempre había sido así, no había expectación ni decepción


en su rostro. Nunca me comunico adecuadamente el
propósito de la fiesta, y lo que sea que hubiera pasado ahí
había sido solo asunto mío. Para Keith, eso era ser un
secretario competente.

Nunca deje que Keith sintiera ninguna molestia de mi parte.


Lo cuidé y le resolví todo.

Keith volvió a fumar.

—De todos modos, le haré una indemnización por los daños,


así que ve al hospital y discúlpate con Ken...

—Yo… Voy a renunciar.


Keith dejó de jugar con el cigarrillo en sus labios.

Entre tanto, abrí la boca como siempre, mientras él me


miraba.

—Pido disculpas por arruinar la fiesta hoy. Me iré con la


confianza de que el jefe hará la compensación por mí.
Él me miró en silencio, tenía una expresión tan encantadora
que, en otro momento, hubiera sido difícil el soportar sonreír
al mirlo. Apenas salí de la cama, me puse de pie.

—Estoy agradecido. Entonces, adiós.


Después de inclinarme para despedirme, salí de la cabaña.
Estaba descalzo.

Mientras caminaba por el pasillo retorcido, me preguntaba si


todavía estaba sentado así.
No, ya no importaba.
Bésame mentiroso • Capítulo 5

—Así que mamá, todavía no tengo idea sobre el matrimonio.


Ya se lo había dicho una y otra vez, aun así, escuché una voz
nerviosa a través del auricular.
—Pero Yeonwoo, te estás haciendo mayor. Tienes que
encontrar a alguien.
Respiré hondo y exhalé.
—No tengo intención de casarme ahora.
—Incluso, si no lo piensas, conoce gente o… ¿Pretendes
casarte desde el principio y sin conocerse? ¿Te preocupa
porque cambiaste a Omega? Cuando eras Beta eras un poco
más fácil, incluso había chicas Omega que te gustaban; ellas
dieron a luz fácilmente, no es difícil. ¡¡Si puedes!!
—¡Mamá, mamá!
No pude soportar más su conversación y la interrumpí:
—No hay necesidad de casarme con un Alpha. Puedo
casarme con una chica Beta.
—Si te casas con una mujer Beta, no puedes tener hijos. Por
supuesto, cuando te cases, deberías tener hijos. Y para hacer
eso, tienes que casarte con un Alpha. Es difícil encontrar a
una mujer Alfa lo sé, pero no podrás tener hijos si te
involucras con una mujer Beta u Omega. Necesito encontrar
a alguien decente, ¿no…? Quizás puedo buscar a un Alfa
hombre. ¿No sería sorprendente si te casaras con un
hombre?
De repente sus palabras se cortaron y una voz intervino.
—Hermano, ¿cómo estás? ¿Todo está bien? ¿Necesitas algo?
¿Te gustaría que te enviáramos un bocadillo o algo así?
Me sentí aliviado por la voz que salió presurosa del auricular.
Sin querer sonreí y pregunté:
—Estoy bien hermana. ¿Necesitas algo?
—¡Por supuesto! Puedes mirar mi lista de deseos en Amazon.
Después de que prometí hacerlo, le pedí que me pasara con
mi hermano menor, el cual respondió fríamente.
—¡¡Mi hermano también está sufriendo!! Recibe mucho
dinero, pero a cambio sufre mucho. ¿Quién quiere dinero
fácil? Hasta luego descansa, cuelga. ¡Adiós!
—Yeon-hee, ¡tienes que darme el teléfono!
Escuché la voz de mi madre, pero el teléfono simplemente se
colgó. Sólo entonces pude exhalar profundamente. Cuando le
confesé por primera vez mi transición a Omega, mi madre se
puso pálida justo antes de que se desmayara. Fue lo mismo
con mi padre, no pudo contener su conmoción.
Afortunadamente, Yeon-hee, fue el primer hermano que no
se volvió loco.
—Entonces, ¿qué haces durante el ciclo de calor? Mis amigos
no salieron de la casa después de tomar la medicina. ¿Y tu
hermano?
—... Será similar —respondí.
—¿Vas a vivir en América de todos modos? Entonces, ¿no es
realmente un problema? Hay mejor medicina en los Estados
Unidos...
En ese momento, mi hermano menor todavía era joven.
El hecho de que solo un hijo se convirtiera en Omega
sorprendió a mis padres; les tomó un año poder asimilar la
noticia. El ambiente en la casa era pesado, y mis padres a
menudo evitaban mirarme. Solo mis hermanos fueron
reconfortantes, pero hay muchas maneras de adaptarse. Fue
difícil tomar los medicamentos para calmar mi cuerpo.
Desde entonces, mi madre se vio obligada a buscarme pareja
para poder casarme. Al principio comenzó como una
sugerencia, pero la intensidad fue aumentando
gradualmente, hasta hacerse muy explícito. Cada vez que lo
hacía, mi respuesta era fija, aunque no sabía cuánto tiempo
iba a aguantar. Todos serían empujados a casarse en algún
momento.
Por un instante, parpadeé y sacudí la cabeza.
Cuando abrí el refrigerador, estaba vacío. Era natural. Había
estado en casa toda la semana, me senté frente al
refrigerador con la puerta abierta por un rato, pero eso no
cambió la situación.
Suspiré con la cabeza gacha.
Tenía que salir a comprar cualquier cosa, no podía quedarme
en casa para siempre. Decidí tomar el coraje, en realidad no
era nada, solo necesitaba dar un par de pasos, pero mover un
pie era difícil. Los pensamientos seguían inundando mi
cabeza si me quedaba en casa sería más difícil. ¡Tenía que
salir! Me decidí y me moví, me llevó más de una hora
prepararme antes de pararme frente a la puerta principal.
Antes de salir, tomé un par de inhibidores. Cuando apenas
abrí la puerta después de varios intentos, pude notar que el
sol era brillante.

✤✤✤✤✤✤

Había renunciado muy pronto así que tenía que tomar


medidas urgentes, todavía tenía muchas cuentas pendientes,
préstamos, gastos de manutención, dinero para enviar a la
casa, en fin.
La noche en que renuncie, de alguna manera llegue a casa con
la ayuda del personal de seguridad. Sinceramente, no me
acordaba bien. Tan pronto como entré a la casa, coloqué
todas las cerraduras, y me senté en una silla frente a la
puerta, luego tomé una pastilla para dormir.
No fue hasta más noche que desperté, después de hacer
cualquier cosa, me quedé dormido nuevamente. Después de
pasar un fin de semana completo de quedarme dormido
frente a la puerta, me levanté antes de lo habitual y comencé
a prepararme para ir al trabajo, pero tenía un problema, no
podía abandonar la casa.
Me paré en la entrada, aunque dudé varias veces antes de
abrir. Quería llamar a un taxi, pero también tenía miedo de
que aquel hombre fuera un Alpha. Sin embargo, me vi
obligado a sentarme en el asiento del conductor mientras
observaba repetidas veces si las puertas estaban cerradas,
estaba bajo un estrés considerable hasta que me fui a
trabajar. A pesar de estar rodeado de varias personas por
todos lados, estaba ansioso porque sentía que estaba
expuesto. Mi boca se mantuvo seca. Cuando apenas llegué a
la compañía, mi frente estaba sudando, incluso cuando
encendí el aire acondicionado al máximo.
—Hola, Yeonwoo.
Emma me saludó enérgicamente al mismo tiempo en que iba
a la oficina.
—¿Qué haces? ¿Sucedió algo importante?
—No —respondí como siempre—. Debido a que estoy
renunciando estoy sacando mis cosas.
—¿Renuncia?
—¿Renuncia?
Finalmente, otro empleado que había llegado a la oficina
gritó detrás de Emma. Continué sacando mis cosas del
escritorio con una cara inexpresiva. Las cosas en mi oficina
que estaban conectadas a la oficina del presidente ya las
había sacado, todo lo que restaba por hacer era organizar la
oficina del secretario.
—Si necesitan algo, tómenlo si no, tírenlo.
—¡Yeonwoo!
Emma y algunos otros empleados se sorprendieron y me
miraron sin saber qué hacer, incluso, otra secretaria que
entró y cerró la puerta, a la cual fingí no conocer, también lo
hizo.
—Emma, te entregaré todas mis responsabilidades porque
eres la líder del equipo. En el futuro, mi oficina que está
conectada con la oficina del presidente, es tuya. Simplemente
mueve todo allí y úsalo. Compra lo que necesites, esto será
manejado como un gasto de la empresa. Ahora que ya lo
sabes, centrémonos en cosas importantes.
—Yeonwoo, es tan repentino...
—Este es el horario del Sr. Pittman para un mes a partir de
hoy. Se clasifica por color, por lo que puedes ajustarlo al
preguntarle. Es necesario su aprobación para adaptar este
color en específico. Este es un horario anual. En primer lugar,
hemos marcado lo que se ha decidido, para que pueda
escribirse en el calendario del próximo año.
Emma estaba tan ocupada contemplando y escribiendo mis
palabras mientras que continuamente estaba entregándole
papeles. Le expliqué de manera breve los detalles de cada
departamento, los informes que se publicaban cada mes, los
planes de los próximos meses, entre otras cosas más.
Cada que terminaba una parte, le preguntaba: "¿Hay alguna
pregunta que no entiendas?"
Cuando finalmente le entregué el último documento y
concluí, Emma me miró con una cara confusa.
—... ¿Es todo?
—Sí, si no te acuerdas de algo solo llámame. Te lo haré saber
de inmediato. —Recogí mis cosas y me dirigí a la salida—.
Gracias a todos.
—¿El Sr. Pittman lo sabe?
Otro empleado me preguntó, por lo que respondí
imprudentemente a su mirada desesperada con la clara
intención de detenerme.
—Se lo informe este fin de semana al Sr. Pittman, tiene
conocimiento sobre mi renuncia.
Pude notar su cara avergonzada, me sentí un poco mal por la
forma en que respondí así que me reí brevemente y dije:
—Solo volvería si el Sr. Pittman me da el 5% de las acciones
de P Entertainment.
Sonreí y abrí la puerta de nuevo.
Emma intentó detenerme
—Yo, Yeonwoo… No creo que pueda hacerlo, ni siquiera
podré verlo mañana —dijo Emma en el pasillo.

Cuando vi su rostro lleno de miedo, sacudí la cabeza


suavemente, ya había tomado una decisión.
—De ahora en adelante deberás hacerlo Emma.
Cuando me di la vuelta, Emma ya no me llamó.
Al llegar a casa, puse todas las cerraduras y me incliné sobre
una silla.
Todo eso había ocurrido la semana pasada. Después de ello,
permanecí inactivo todo el tiempo, encerrado en casa. Las
llamadas telefónicas de Emma que se habían realizado con
frecuencia durante dos días seguidos, habían ido
disminuyendo gradualmente. Me sentí un poco triste, pero la
realidad era esa, no importaba quién se hubiera ido, al final,
siempre había un remplazo, esa era la ley. Sacudí mis
pensamientos y giré en una curva hacia el estacionamiento.
Mañana buscaría un nuevo trabajo.

✤✤✤✤✤✤

Mi celular había estado sonando durante un rato así que


cuando lo saqué y vi un número desconocido en la pantalla,
me sorprendí. Por un momento dudé en contestar, aunque
pronto acepté la llamada.
—Si...
Entonces, hubo un gritó:
—¡Oye, maldito hijo de puta! ¿Cómo fue que sucedió esto?
El sonido de su voz fue tan fuerte que sentí que mi tímpano
me dolió.
—... ¿Quién eres? —pregunté, pero continuaron gritando con
una voz aguda.
—Perro, hijo de puta. ¡¿Cómo puedes hacerme esto?!
El grito había sido molesto y difícil de escuchar. Sin embargo,
en el momento en el que intenté colgar recordé quién era ella.
—¿Señorita Elisha?
—Sí, hasta ahora lo sabes. Estúpido niño.
Si hubiera estado frente a ella, la hubiera golpeado. Por
supuesto, eso era solo una idea, incluso si así hubiera sido la
situación nunca le hubiera puesto un dedo encima. Ella solo
suspiró y espere hasta que sus sentimientos disminuyeron
para tener la oportunidad de hablar. Entonces me subí al
auto con el teléfono fuera de mis oídos.
—Srta. Elisha.
—¿Qué?
Tan pronto como la llamé sin perder una oportunidad,
inmediatamente atacó. Me senté en el asiento del conductor,
cerré la puerta con llave y deliberadamente hablé más
despacio y más tranquilo que de costumbre.
—Escúcheme no sé qué paso, pero no puedo resolverlo.
Después de hablar mecánicamente, recordé el hecho de que
había renunciado.
—¿Qué pasó? ¿Por qué Keith está saliendo con esa perra? ¿Se
atreve a terminar conmigo para ir a jugar con esa maldita
puta?
Parecía que había un artículo en alguna parte. Cuando
trabajaba, era natural mirar las noticias o escanear artículos
a primera hora de la mañana, pero no lo sabía porque había
estado casi todo el día acostado en la cama desde que
renuncie.
Le respondí con calma:
—Su relación con el Sr. Keith ya fue resuelta y acordada.
¿Firmó los papeles? Además, ya no me importa la privacidad
del Sr. Pittman.
—¡Eso fue antes de que se metiera con Abigail! ¿Por qué es
esa perra?
—Sr. Elisha. —Abrí la boca mientras ella respiraba por un
momento—. Entiendo la situación, pero no hay nada que
pueda hacer. Dejé la compañía.
—¿Qué? ¿Qué? ¿No hay nada que puedas hacer? —De
repente se detuvo—.
¿Te fuiste? ¿En serio?
—Sí. Ha pasado una semana.
En mi respuesta tranquila, ella tartamudeó notablemente
consternada.
—Bueno... Entonces, ¿cómo le puedo hacer? ¿A quién debo
contactar?
Su tono fue más cortés. Un cambio repentino, me sorprendió
y respondí:
—Bueno, llame a la compañía. Todavía hay otros empleados.
Eso fue todo lo que pude responder. Sin embargo, no me fue
posible dar la información de contacto de Emma libremente.
Pensé que estaba avergonzada y colgué después de
contestar.
—Lo siento.
Estaba avergonzado, pero no dude no hubo tiempo de
lamentarme e inmediatamente llamé a Emma.
—¿Emma?
—Oh, Yeonwoo. ¿Qué estás haciendo? ¿Cómo estás?
Estaba notablemente contenta, pero no era hora de saludar.
—Te llamará la Srta. Elisha, no le gusta la nueva pareja del Sr.
Pittman. El ambiente no es bueno, así que por favor habla
bien y tranquilízala.
—¿Sí?
—Eso es también es parte del trabajo que debes hacer
Emma. Creo que esto va a suceder en el futuro de todos
modos.
Emma respondió con un “sí”. Sentí pena por ella, pero no
pude evitarlo. Si no me hubiera ido, yo lo hubiera resuelto.
—Gracias, Yeonwoo. Me llamaste por adelantado.
Detrás de escena, escuché un teléfono sonar en la oficina.
Parecía que otra secretaria estaba recibiendo la llamada de
Elisha así que colgué después de alentarla.
Cuando volví a casa, me sentí mejor. Realmente me daba
cuenta de que había renunciado, por lo que debía encontrar
un nuevo trabajo. Todo iba a estar bien con el tiempo.
Pensé en limpiar el refrigerador y hacerme de comer una
pasta.
Había estado viendo televisión durante mucho tiempo, pero
no había nada que ver. Mientras pasaba los canales, veía un
momento una pequeña comedia o programa. Poco después,
me fui a la cama y me quedé dormido.

✤✤✤✤✤✤

Ding dong. Ding dong.


Me desperté con una campana sonando fuerte en mis oídos,
me llevó un tiempo poder asimilarlo antes de que pudiera
despertar por completo. Parpadeé en blanco mientras estaba
acostado. Mientras tanto, la campana continuó sonando
fuerte.
—¿Quién… quién es?
Mi voz tembló por si sola. Después de la medianoche me
preguntaba quien vendría a mi casa. Entonces, un miedo
desconocido sacudió mi cabeza. De pie en medio de la sala de
estar, mi cuerpo se endureció sin poder hacer nada, había
una voz impensable al otro lado de la puerta.
—Abre la puerta, soy yo.
Era la voz de Keith. Abrí los ojos sorprendido. De ninguna
manera, no tenía sentido. ¿Por qué Keith estaba aquí? Debió
haberse estado equivocado. Me quedé quieto dudando.
—Abre la puerta ahora mismo, antes que la derribe.
Era claramente la voz de Keith. Aún más, era increíble, dudé
un poco más y permanecí en silencio por un momento. De
repente, escuché como pateaba la puerta.
¡Bang! ¡Bang!
Tuve miedo del fuerte ruido. Pero no era hora momento de
estar en blanco. Keith realmente estaba tocando mi puerta.
Pronto la vieja entrada pareció caerse.
Grité cuando vi que los candados triples temblaron.
—¡Un momento! ¡Espera un momento, voy a abrir ahora!
Repetí las mismas palabras y abrí la puerta. Keith seguía
pateando.
Cuando apenas y abrí, observé como Keith estaba tratando
de doblar sus largas piernas para patear nuevamente. Miré
su rostro endurecido y finalmente se contuvo. Vi a otras
personas en el mismo piso abriendo sus puertas y mirando
hacia afuera así que me apresuré a que él ingresará. Keith
miró con el ceño fruncido la silla que estaba bloqueando la
puerta principal.
Cerré.
En el momento en que me di la vuelta, me quedé sin aliento.
Cuando vi a Keith de pie en medio de mi estrecha sala de
estar, de repente sentí que mi casa era muy pequeña.
Le ofrecí asiento.
—Siéntate.
Sabía que debía darle un poco de té, pero lo pensé y miré en
dirección a la cocina, mientras tanto, Keith se levantó, miró
alrededor y abrió la boca:
—¿Es esta toda la casa?
¿De qué estaba hablando tan de repente? Sin querer miré
hacia arriba. Keith preguntó de nuevo con el ceño fruncido:
—¿Está es la puerta de la entrada? ¿Dónde está la sala de
recepción?
Me quedé sin palabras, no pude responder de inmediato.
—... El lugar por donde entraste es la entrada, y esta es la sala
de recepción.
Keith apartó sus ojos de mi rostro y lentamente miró otra vez
alrededor.
—¿Por qué estás viviendo en un almacén como este?
Casi me disculpo por eso, pero pronto recordé que había
renunciado a la compañía.
—Esta casa es lo que puedo pagar con el salario del Sr.
Pittman.
En voz baja, Keith levantó una ceja ligeramente. Mi corazón
estaba latiendo. Cuando trabajaba como secretario para este
hombre, nunca le había respondido de esa manera.
Afortunadamente, Keith no dijo nada mientras se sentaba en
el sofá. El único consuelo que tuve fue tener un gran corazón
y comprar un buen sofá. Dudé y decidí quedarme allí. Por
suerte, Keith no me recomendó que me sentara.
En cambio, puse mis manos sobre mi cara y suspiré
profundamente.
—¿Por qué ha venido Sr. Pitman?
—¿No hablaste con Elisha?
Por un momento, quise mentir, pero si lo hacía podría meter
en problemas al equipo de la secretaria.
—Sí.
¡Tenía que tomar valor y admitirlo! No tenía nada de
malo. Cuando vi a Keith con la cara enroscada entre sus
manos, pensé sin darme cuenta de que se estropearía el pelo.
Estuve fascinado por un momento y no pude entender lo que
estaba pensando. Me quedé en blanco y luego escuché
nuevamente las palabras de Keith:
—Nunca había visto a mujeres pelear así antes.
Parecía exhausto, pero por supuesto era mi ilusión. La cara
de Keith estaba llena de disgusto cuando se sacudió la cabeza
con nerviosismo y levantó la cabeza. Quería preguntar qué
demonios estaba pasando, pero fui paciente. Tenía
curiosidad así que pensé en buscar el artículo más tarde,
luego dije con calma:
—Lo he visto a menudo.
Keith dejó tocarse la cara y me miró.
—¿Las mujeres peleaban por ti?
La inverosímil respuesta fue increíblemente grosera, pero
asentí.
—Sí. Muy a menudo.
Claro que en mi caso eran mis hermanos. Él frunció el ceño.
—Significa que no solo los hombres guapos como el Sr.
Pittman pasan por eso.
Keith se echó a reír inesperadamente, fue entonces cuando
dijo insignificantemente:
—Tu apariencia no es mala. Simplemente no pensé que
tendrías problemas con mujeres.
—¿Por qué?
—No pareces ser de los que tiene aventuras con diferentes
mujeres.
Su comentario había sido muy gracioso por lo que pensé que
estaba lleno de ingenio. Quería decirle que no había sido así,
pero contuve el aliento y pregunté fríamente:
—¿Es divertido ser un mujeriego?
—Es bueno disfrutar.
Me consoló al menos que no negara que fuera un mujeriego.
En cambio, le pregunté.
—El Sr. Pittman es hijo único, ¿no?
Keith levantó la cabeza.
—¿Importa?
Evitó mi pregunta con una respuesta rápida así que solo
sacudí la cabeza.
—No. Pero, ¿por qué está aquí? ¿Desea algo de tomar?
—No, está bien.
Había pensado en una bolsita de té barata para ofrecerle,
pero por suerte se negó. Estaba nervioso, aunque al final fue
Keith el que primero abrió la boca:
—Cinco por ciento, ¿no?
—¿Sí?
De repente pregunté de nuevo. Keith se inclinó
profundamente en el sofá y estiró sus largos brazos y se los
puso sobre la espalda.
—Solicitaste el 5% de las acciones de P Entertainment, ¿no?
Eso es difícil. Por favor pídeme otra cosa.
—...
Entonces recordé lo que dije ese día. Keith siguió esperando
por mi respuesta, increíblemente paciente.
—... ¿Me está pidiendo que regrese?
—¿No es así?
Keith indudablemente preguntó. Estaba ansioso porque me
preguntaba qué había pasado para que ese hombre viniera y
pidiera regresar. Reprimí desesperadamente mi curiosidad y
abrí la boca, fingiendo ser casual:
—El 5% de las acciones de la compañía.
—No puede ser.
—¿Por qué?
Keith hizo una pausa por un momento y luego suspiró. Se
frotó la sien como si tuviera un dolor de cabeza.
—Me estas pidiendo 200,000 acciones. —Me miró y apretó
los dientes—. Pídeme cualquier otra cosa, lo que quieras.
Por un momento, me mordí los labios, apenas tragando
saliva. Respiré hondo e intenté mantener la calma, fue
entonces cuando mi nariz pudo sentir repentinamente sus
feromonas. Era hora de tomar mis inhibidores.
Apresuradamente levanté mi manga y bloquee mi nariz.
—¿Qué?
Keith preguntó como si realmente no lo supiera. Le respondí
con urgencia.
—Tus feromonas. ¿Cómo puedes hacer eso aquí? Si quieres
contratarme de nuevo, no me dejes oler esa maldita
feromona en el futuro.
Derramé palabras duras, pero Keith no dijo nada. Él solo
distorsionó ligeramente la frente mientras que yo me
apresuraba a cruzar la sala con la nariz tapada.
Al mismo tiempo en que abrí la ventana, una pequeña ráfaga
entró. Inevitablemente cerré la ventana de nuevo y regresé a
donde estaba por primera vez.
—¿Terminó?
Cuando levantó la cabeza, me preguntó con indiferencia:
—Eso es todo lo que necesitas. ¿Nada más?
Por un momento pensé en las innumerables veces en las que
imaginaba que aparecía el genio de la lámpara frente a mí y
solía pedirle diversos tipos de deseos, pero cuando se hizo
realidad, no sé me ocurrió nada.
Respiré profundamente sin querer. Y por un instante, el
aroma de sus feromonas se sintió mucho más ligero debido
al aire exterior. Me quité la manga de la nariz y abrí la boca:
—¿Estás pensando en hacerme una oferta?
—...
Keith, que guardó silencio por un momento, se echó a reír.
—Diez años de servicio.
—Absolutamente no. —Me negué y agregué—: El contrato
será renovado cada año.
Keith escupió suspiros ridículos.
—¿Entonces quieres decir que no hay nada más que quieras?
—No. Aumente mi salario.
Luego de ello se me ocurrieron más requisitos.
—Sufrí mucho por la fiesta obscena del señor Pittman.
Además, me agota mentalmente cuidar de la vida privada del
jefe.
Keith no dijo nada, si de todos modos me volvía a contratar,
no podría volver a decirle esto de nuevo. Además, antes de
regresar decidí decir aproximadamente el 30% de las
palabras que había acumulado en mi mente.
—Si hay una fiesta, dígame de antemano qué tipo de fiesta es.
En ese caso, contrataré a un organizador.
—... ¿Eso es todo?
Keith estaba notablemente decepcionado, pensaba que
pediría algo grandioso. No sé lo que estaba imaginando, pero
no quería saberlo. Asentí. Keith abrió la boca lentamente:

—Cuanto menos exigente es la otra parte, más ansioso me


siento. —Él entrecerró los ojos y me miró—. Parece que
estoy asumiendo menos responsabilidad.
Me conmovió.

—Solo quiero que sea más considerado conmigo. No me


malinterprete.

—Y si no te gusta… ¿Renunciaras de nuevo?


—¿Hay algo en el mundo llamado eternidad? —pregunté,
pero Keith no dijo nada.

—Tengo mucho que decir. —Honestamente confesé—.


Cuando empiece a trabajar, lo soportaré nuevamente todo.
Así que debería disfrutar el momento ahora.

—Ja, ja, ja.


Keith se rio inesperadamente en voz alta. Esa fue la primera
vez que sonrió tan alegremente.
Recuerdo que se rió cuando lo vi por primera vez, pero era
la primera vez que lo veía reír a carcajadas. Estaba sin
palabras, él dejó de reír y se puso de pie en el sofá. Una
sonrisa de risa permaneció en su rostro mientras me
miraba. Estaba fascinado por ella.
—Voy reducir las feromonas y hacerte saber cuándo tenga
una fiesta y el propósito de la misma. Además de aumentar
tu salario. ¿Eso está bien?

—Sí.
Las feromonas se redujeron según lo prometido. Keith tenía
razón. La sala de estar era demasiado pequeña. Acaba de
darme cuenta que él y yo estábamos demasiado cerca.
Conscientemente contuve el aliento.
De repente se acercó frente a mí. Inesperadamente hicimos
contacto visual. Mientras bajaba la cabeza
apresuradamente, Keith extendió un brazo, apoyándose en
la pared.
—¿Estás bien? ¿Debo llamar al 911?
—Oh no.
Tenía prisa por negarlo, sin embargo, Keith no me creyó.
—¿No tienes fiebre? Tu cara está muy roja.
—Estaré bien después de descansar. Es demasiado tarde.
Estaba nervioso así que levanté la cabeza con cuidado. Mi
corazón pareció estallar. Me apoyé contra la pared e
inadvertidamente tragué saliva seca. De repente, mis ojos
comenzaron a cerrarse. Recién me había dado cuenta de que
Keith y yo estamos frente a frente en mi sala de estar y él me
estaba mirando. Mis labios se estaban acercando. Era
ridículo.
Cerré los ojos y negué la realidad.
Bésame mentiroso • Capítulo 6

Rápidamente presioné mis labios contra los suyos y luego los


retiré. Sin embargo, no podía permitirme sentirme
desafortunado. Su lengua se abrió paso en mi boca, haciendo
contacto con la mía. Estaba sorprendido, me retiré
involuntariamente. La textura húmeda aún permanecía en la
punta de mi lengua. Su lengua, inmediatamente persiguió a
la mía para lamerla y luego nuestros labios se engancharon.
—¡Mhh!
Cerré los ojos con fuerza y respiré apresuradamente
mientras chupaba mis labios ligeramente.
De pronto, escuché un sonido y Keith me mordió el labio
inferior. ¡No podía soportarlo! Sin embargo, él no puso un
dedo sobre mi cuerpo. Sus labios fueron los únicos que me
tocaron, no obstante, mi cuerpo parecía arder. Si no hubiera
estado apoyado contra la pared me habría caído. Respondí a
su beso sin dudarlo y Keith persiguió mi lengua de nuevo.
En respuesta lo mordí e inmediatamente volví a unir
nuestros labios.
—...
No podía respirar, él seguía respirando en mi boca. Ni
siquiera podía saber si nuestros alientos estaban mezclados.
Sus labios se frotaban bruscamente contra los míos. Keith,
parecía comerme. Estaba asustado y emocionado.
—...Keith.
Su nombre salió de mi boca involuntariamente, su lengua se
enredó con la mía. Nuestras salivas se mezclaron
completamente y fluyeron por mi boca. Tenía ganas de que
su lengua me acariciara el cuello. Sentí como mis caderas
comenzaban a temblar.
—Ah, sí.
Escupí suspiros en silencio. Seguía queriendo abrazarlo, pero
tenía miedo. Si me hubiera movido incluso un poco, estaba
seguro de ese momento desaparecería como el polvo. No,
ciertamente lo haría. Porque esa situación no podía ser real.
Sentí un dolor que me trajo a la realidad. Tenía un sabor a
sangre. Keith superpuso sus labios y la chupó. La saliva y la
sangre estaban mezcladas y resbaladizas. Su lengua seguía
lamiendo y frotando el interior de mi boca.
Las feromonas de Keith se sintieron en la punta de mi nariz.
Él estaba emocionado. Podía saberlo sin tocarlo. Tenía una
erección.
—... Ah.
Keith gimió.
El hombre frente a mí estaba temblando, reprimiendo
algunos gemidos. Apenas me miró cuando abrí los ojos.
Nada había cambiado desde que cerré los ojos. La distancia
entre nosotros era corta, él permanecía parado con sus
brazos sobre mi cabeza y yo estaba arrinconado contra la
pared. Solo su aliento agitado y su expresión mirándome
eran diferentes. ¿Qué estaba pensando? Me pregunté. Era un
estúpido, pensé en mi cabeza.
—... Feromonas. —Poco después de que Keith abriera la
boca, simplemente parpadeé y lo miré. De repente, su
expresión se volvió fría como siempre—: ¿Por qué no
controlas tus feromonas primero?
Me despertaron sus palabras sarcásticas. Keith me miró
como si fuera desagradable e inmediatamente se alejó. Solo
después de escuchar que se cerraba la puerta, me di cuenta
de que estaba solo. Fue una suerte que la puerta no se cerrase
ruidosamente. Keith debía estar maldiciendo el hecho de
haber besado a un hombre y esterilizando su boca con
alcohol.
—... Ja.
Me senté con un suspiro. Levanté mis manos a la fuerza y
apenas palpé mis labios. El aroma de las feromonas de Keith
se extendía por toda la casa y solo mis labios húmedos me
hacían sentir su rastro de lo que había sucedido.
Keith me sedujo y luego se enojó conmigo y me empujó. Era
muy consistente.
—Ja ja...
Me reí perezosamente y pronto me callé. ¿Cómo podía no
recordarme?

✤✤✤✤✤✤

—¡Yeonwoo!
Emma gritó cuando vio mi cara, aunque ya les había enviado
un mensaje a todos, el día anterior.
Como siempre, fui el primero en llegar a la oficina.
—Tuve muchos problemas. Lo siento, de repente renuncie.
En el futuro les avisare anticipadamente.
Todos me miraron con un alivio.
Eran menos de 10 días, pero era casi imposible preguntar
qué había sucedido. Sin embargo, había una historia que
quería escuchar.
—La fiesta se convirtió en un desastre. —Emma me informó
como si supiera que estaba esperado—. Cuando Yeonwoo
llamó ese día, Jane recibió la llamada de la Srta. Elisha.
Pregunto con tanta calma el horario el Sr. Pittman que nunca
pensé lo que ocurriría. Le informe sobre la fiesta a la cual
asistiría el Sr. Pittman. Bueno, eso es suficiente información
para Elisha. Parece que ella y la señorita Abigail se
encontraron en la fiesta.
Emma, que habló sin dudarlo, revoloteó.
—Escuché que pelearon tanto que nadie pudo meterse entre
ellas. El Sr. Pitman estuvo presenciando todo. Las cabezas de
ambas estaban revoloteadas, los rasguños y las marcas en
sus cuerpos eran inmensos. No fue frenético, la policía no
vino. Que alivio. Probablemente, si se supiera que hubo tal
caso, la persona que estaba organizando la fiesta también
hubiera estado en problemas. Estoy tratando de esconder lo
sucedido tanto como puedo. Bueno, creo que el artículo
aparecerá pronto. Sin embargo, no solo una o dos personas
lo han visto… ¡Sino toda la fiesta! Porque el Sr. Pittman era el
escándalo central. ¡Oh, debería haber visto la escena!
Emma suspiró con sinceridad. No era inusual para ella estar
tan emocionada de hablar. No era difícil adivinar la situación
cuando pensaba en el día anterior.
—¿Yeonwoo?
Mientras estaba alerta a la voz de Emma, inadvertidamente
acaricié mis labios.
—¿Está bien? ¿Por qué tus labios están así? No sabía que
tenías la costumbre de morderte los labios.
—Oh, esto es solo...
Ya no me preguntó más, solo sacó algo de su bolso.
—Creo que volverán a sangrar. Si lo dejas, será un gran
problema.
Hablando amenazadoramente, me entregó un protector
labial. Fue amabilidad innecesaria. No quería que esa herida
sanara. Tenía miedo de que su único rastro desapareciera.
Quería estos labios desgarrados por un día más.
—... Gracias.
Acepté el protector labial pero no lo use. Lo puse en el cajón
y comencé a imprimir documentos. Afortunadamente,
Emma fue a su asiento. Notó mi mensaje silencioso de que es
hora de comenzar a trabajar. Como de costumbre, programé
el día con los documentos organizados y salí de la oficina.
Incluso después de tomarme solo unos días de descanso, el
pasillo familiar se sintió extraño. Finalmente, llegué a la
oficina de Keith.
Después de un breve golpe, esperé un momento antes de
abrir la puerta. La espalda de Keith era visible, él estaba de
pie directamente hacia la ventana delantera. Estaba
fumando, mirando hacia los rascacielos. Giró lentamente la
cabeza, tan pronto como nuestros ojos se encontraron,
inadvertidamente contuve el aliento. Por un momento nos
miramos en silencio. No tenía idea de lo que Keith estaba
pensando. Solo había una vaga suposición de que no era solo
yo quien recordaba el beso del día anterior. Solo esperaba a
que él hablara primero.
Whoo ...
Keith, que había escupido el humo durante mucho tiempo,
volvió a mover su cuerpo y silenciosamente volvió a ir al
asiento, haciendo un chillido monótono.
—Es el horario de hoy.
Después de que Keith se sentó, di un paso y puse el horario
que imprimí en medio del gran escritorio. Observé en
silencio mientras Keith jugaba con el cigarrillo en sus labios
y revisaba su horario. Esperando a que me diera
instrucciones.
—... ¿Eh?
De repente me quedé perplejo. El aroma de los cigarrillos se
volvió más oscuro, y tosí sin que yo lo supiera.
—¿Qué?
—Lo siento, fue el humo del cigarrillo.
Inmediatamente me disculpé. Keith no dijo nada. Parecía
incapaz de concentrarse de alguna manera. Keith suspiró con
el humo del tabaco.
—Cancela todos los horarios hoy. —Continuó hablando—:
Voy a ir a la fiesta de Ian por la noche. Haz una lista de
posibles socios.
Me había estado cansando de esto desde que me uní por
primera vez. Ese hombre tenía tanto dinero que podía vivir
sin trabajar. A menudo pensaba que la razón por la que
dirigía una empresa de entretenimiento no solo era para
gastar dinero como un pasatiempo, sino porque era fácil
encontrar a alguien con quien tener relaciones sexuales.
Debido a que es el dueño de una compañía de
entretenimiento, sus socios siempre son modelos o actrices.
Podía elegir a cualquiera que se adaptara a su gusto. Y de
nuevo, el trabajo que había estado odiando, tendría que
hacerlo de nuevo.
No tuve que pasar por procedimientos molestos como citas.
Todo lo que necesitaba era una tarjeta de presentación con
su nombre. Aun sabiendo que simplemente eran parejas
sexuales, estaban dispuestas a hacerlo. Eso era porque Keith
era muy atractivo para ellas. El Dueño de P Entertainment, el
Alfa dominante, y el hecho de que fueran elegidas por él…
¡Era un halago!
Incluso si no tuviera dinero, había mujeres dispuestas a
acostarse con él con tal de atraparlo. Había mucho que hacer
a partir de ahora, aunque lo más importante era reorganizar
el horario. Le pediría a Emma que hiciera una suposición
aproximada y a Jane que se comunicara nuevamente con el
anfitrión de la fiesta. Moví mi cabeza tan pronto como salí de
la oficina.
—¿Canceló el horario? —preguntó Emma con cara de
sorpresa.
Apresuradamente saqué el archivo de programación del
cajón y respondí seco:
—Debe haber cambiado de opinión. En primer lugar, el
horario de hoy está cancelado. Vamos a limpiarlo de nuevo y
reprograma todas las reuniones de hoy. Muéstrame cuando
esté organizado para comprobarlo. Rachel, llama a cada
departamento y diles que se cancelaron las reuniones de hoy
y luego ve a Tiffany & Co. Si preguntan por qué estás ahí, diles
que vas a recoger las joyas del Sr. Pittman. No tienes que
pagar...
Todos tenían prisa por las instrucciones que les había dado,
y dejando atrás al ocupado personal comencé con el trabajo
más importante.

✤✤✤✤✤✤

Cuando conté 3 segundos abrí la puerta. Keith estaba sentado


de la misma forma en la que estaba cuando salí de la oficina.
La única diferencia era que los cigarrillos se apilaban en el
cenicero frente a él y, por supuesto, el humo dentro de la
misma. Valientemente crucé y me paré frente a él. De
repente, pensé que sus feromonas y el olor a cigarrillo serían
difíciles de soportar.
—Estas son las elegidas.
Puse a tres candidatas a su frente.
Con una actitud mucho más sincera que antes, Keith examinó
a las candidatas. Pronto desplegó uno de ellas y me lo
devolvió. Recogí el resto de los archivos y puse el
seleccionado encima. En caso de que necesitara encontrar a
alguien la próxima vez y este apurado podría presentar a las
dos restantes.
—El horario ha sido reajustado. Eso es todo. Por favor,
dígame si hay otros cambios.
Keith me miró.
—No. Déjalo ahí.
Mientras fumaba de nuevo, puse el archivo en su escritorio.
Había algunas cosas más que informar, pero no era urgente.
No tenía la intención de agregar algunas palabras más.
Inmediatamente seguí sus órdenes y salí de la oficina. Al salir
al pasillo y quedarme solo, en una esquina, pude sentir como
mi pecho palpitaba. Miré el archivo en mi mano, una bella
chica glamorosa estaba frente a mí. Ni siquiera podía soñar
con eso de todos modos. Me toque los labios. El dolor en mi
corazón se extendió como un dolor agudo en mi boca. Fue
solo una coincidencia afortunada debido a las feromonas.
Miré fijamente a la mujer de la foto. No volvería a suceder.

✤✤✤✤✤✤

—Estoy de vuelta.
La voz de Emma hizo que levantara mi cabeza. Sentí
compasión interna por su tez, mostraba una apariencia
cansada.
No solo era Emma. Lo mismo había ocurrido con los otros
miembros del personal en la oficina. Aunque yo estaba más
cansado que nadie.
Pensé, agotado: «No es esa la cantidad de trabajo que
mereces». Más bien, es mejor sufrir con un trabajo pesado
que encontrar una compañera para la cama de Keith que
también era doloroso y, además, tenía que soportar la
ruptura.
Si esa oportunidad se presentaba nuevamente, debía pedir
un millón de acciones. Pensé, fruncí el ceño. No. ¿De qué
estaba hablando?
—¿Yeonwoo?
Emma me estaba mirando perpleja.
Fingí hacer otra cosa. Entonces Emma me dijo:
—Lo siento, Yeonwoo. Yeonwoo siempre hace el trabajo
duro.
Cuando levanté la vista ante sus repentinas palabras, vi una
expresión de culpa en su rostro. Últimamente me había dado
cuenta del significado de su palabra. Hoy iba a escoger a una
nueva mujer, y pronto debería ir con la misma que había
dejado, lo cual era malo.
—Es mi trabajo, no me importa.
Hablé claramente y tragué un suspiro. Siempre hay algo a lo
que no te acostumbras, incluso después de algunas veces.
Escuchar palabras insultantes frente a ti, incluso si vacías tu
corazón. Además, el período entre ellos había sido
demasiado corto.
—¿Pittman no cambia muy a menudo de mujer en estos días?
Emma de repente habló fuera de mis pensamientos. El
pensamiento parecía inesperado, no era solo para Emma y
para mí. Jane y Rachel también habían ayudado.
—Sí.
—Me pregunto qué está pasando.
—¿Qué quieres decir...?
Quería negarlo, pero no tenía más información que ellos
sobre Keith. Todo lo que pude decir fue:
—¿No es lo usual en el señor Pittman? Un cambio constante
de vez en cuando.
—Pero es demasiado corto.
Emma señaló de nuevo.
—¿Pero no ha estado al menos dos o tres meses antes? A
veces hasta 6 meses, y hubo varias veces. Pero ahora está
cambiando cada mes.
Rachel abrió la boca.
—De todos modos, esa es la privacidad del Sr. Pittman y lo
que tenemos que hacer es lo que el Sr. Pittman quiera... —dijo
Emma con una cara poco dispuesta.
—Así es.
—Así es.
Me puse de pie en el sentido de terminar la conversación.
—Entonces iré a conocer a la Srta. Annabel James. Después
que regrese, el horario del Sr. Pittman debe completarse sin
interrupción alguna.

✤✤✤✤✤✤

—¿Sí? Entonces no puedo evitarlo.


Me sorprendió y abrí los ojos. Fue una respuesta muy clara.
—¿Aceptó fácilmente la separación?
—¿Por qué? Incluso si estoy histérica. Estoy decepcionada
que me vieras así.
—Oh no. Eso es... Lo siento —tartamudeé avergonzado.
Annabel abrió la boca con una sonrisa en su rostro.
—La fama de Pittman es bien conocida. Debería estar
bastante agradecida de que tuve una oportunidad. No duró
mucho, pero eso es inevitable, ¿verdad? Aunque proteste de
todos modos él no regresará. Entonces… ¿Qué puedo hacer?
Necesito ser fiel a la realidad.
Incluso en sus palabras, todavía no podía creerlo. La mujer
frente a ella era una súper modelo que ostentó durante el año
pasado el título a mejor modelo, aunque el título le fue
quitado por una estrella en ascenso, pero aún era conocida.
No podía imaginar este tipo de dignidad. Por supuesto había
ido preparado para todo tipo de malas palabras y críticas.
Terminarle a una mujer así en solo tres semanas. Me sentí
incluso triste.
—¿Qué es eso? ¿Me lo estás dando?
—Ah, sí. Este es un regalo del Sr. Pittman.
Annabel aceptó el sobre con un elegante gesto con la mano.
Las uñas bien cuidadas eran excepcionalmente notables.
—Oí sobre ello. Pittman es muy generoso. —Riendo,
agregó—: No tengo interés en esto.
—¿Ah...?
Me sentí extraño como si fuera inesperado. Deslizó el interior
del sobre con la punta de la uña y lo colocó sobre la mesa. Sin
interesarse sobre cuál era el contenido. Era la misma actitud.
Cambié la dirección de mis pensamientos, pero seguía reacio.
Annabel era muy, muy tranquila. Era como si eso fuera algo
que no le interesaba. Ella estaba escondiendo algo.
—Entonces… ¿Se acabó el trabajo?
Me despertó la voz de Annabel. Estaba tan naturalmente
preparada para dejarme ir.
—Sí, lo siento. Pero, ¿puedo tomar un poco de agua? —Muy
nervioso agregué—: Estoy sediento.
Ella asintió rápidamente.
—No es fácil separarse después de todo.
Annabel dijo que entendía todo y se dirigió a la cocina.
Después de un rato, ella regresó con un vaso de agua fría.
—Aquí tienes.
—Gracias.
Sonreí y recibí la taza. Fue un acto que requirió una
sincronización delicada y sutil. Fueron solo unos segundos,
pero al mismo tiempo, me mantuve cerca de su cuerpo
mientras enfocaba mis nervios para no perder la sonrisa.
—¡Oh Dios mío!
En un momento impresionante, ella y mi mano se movieron,
y la taza se inclinó en línea recta, empapándome la camisa y
los pantalones, y dirigiéndose al suelo. La copa cayó sobre la
alfombra, haciendo un sonido fuerte y sordo. Ella y yo
miramos la copa que había caído, y luego se endureció por un
rato, después levanté la cabeza casi al mismo tiempo para
mirarnos.
—Oh, lo siento. Debo de estar nervioso.
—No, está bien. Tu ropa está empapada.
Irónicamente, el agua en la taza atravesó la cintura de mi
camisa y atravesó mi entrepierna. Fue vertido con precisión.
Por supuesto que fue como pretendía.
—Oh mi... —Ella extendió una sonrisa—. Quítatelo, lo secaré.
Me sentí realmente avergonzado. Me di la vuelta y me quité
los pantalones. En ese corto tiempo, revisé rápidamente la
estructura dentro de la casa.
—Wow, tu trasero es muy bonito.
Me ardía la cara. Cuando me volví al frente ella se avergonzó
así que, inevitablemente incliné mi cuerpo y entregué mis
pantalones a un lado. Annabel sonrió.
—¿Dónde estará el pijama que usaba mi ex esposo? Lo recogí
para tirarlo, pero si está bien… ¿Lo usarías mientras seca tu
pantalón?
—Oh por supuesto. Gracias.
Annabel asintió.
—Lo traeré. Espera un minuto. ¿Dónde lo puse?
Annabel se volvió hacia mí. Cuando nuestros ojos se
encontraron, sonreí. Ella también sonrió y bajó la mirada.
—¿No tendrías que secar eso también? —Como ella había
dicho, tenía la ropa interior mojada. Me ardía la cara de
vergüenza, pero tenía prisa. Ella me señaló una puerta—. La
secadora está en el baño de allá.
—Gracias.
Me dirigí hacia ahí.
La mayoría de los baños estaban en la sala de estudio o en los
dormitorios. El cuarto en el que entré fue la segunda
habitación. Abrí la puerta y rápidamente miré. Era realmente
grosero revisar la casa ajena de alguien en contra su
voluntad, sin embargo, no podía pasarlo por alto. Había
pensado en renunciar si no encontraba nada relevante, pero
resulta que encontré cierta evidencia en el último de los
cajones que solo confirmo mis dudas.

✤✤✤✤✤✤

El teléfono continuaba sonando, pero nadie me contestó,


corté y volví a llamar nuevamente, me preguntaba si me
contestaría. Probablemente Whittaker estaba ocupado con la
organización de la seguridad en la fiesta. Aun así, era raro. Tal
vez no era nada de lo que debía preocuparme. El equipo de
seguridad estaba ocupado cuando Keith cambió
repentinamente su día y decidió asistir a la fiesta; y cuando
pensé de repente, recibí una llamada telefónica.
—¿Señor Whittaker? Soy Yeonwoo. ¿Señor Whittaker?
—... Yeo... dig...
El sonido seguía rompiéndose, así que no podía entender de
qué estaba hablando. Los alrededores eran ruidosos.

✤✤✤✤✤✤

Cuando llegué a la mansión donde se celebraba la fiesta,


había muchos guardaespaldas alrededor debido a la
asistencia de numerosos Alfas dominantes.
Pude percibir diversas feromonas en el ambiente, Omegas y
Alfas estaban reunidos en la mansión.
Los Omegas se veían afectados por la exposición constante
de feromonas. Así que pensé en encontrar rápidamente a
Whitaker. Esta vez, los guardaespaldas me bloquearon el
acceso, mientras revisaban mi identidad. Tenía prisa.

—Soy el secretario del señor Pittman, pero él vino hoy


acompañado del Sr. Whittaker, quien está actuando como
guardia de seguridad, necesito informarle algo urgente —
agregué—: Soy Omega.
—... Ah.
Su frente estaba ligeramente distorsionada. La razón era
obvia por lo que agregué de inmediato:
—Sé de lo que trata la fiesta. Solo voy a encontrarme con el
señor Whittaker e irme de inmediato para que no tengan de
que preocuparse.
En el caso de las fiestas de feromonas, a menudo compraban
Omegas para que los invitados pudieran tener diversión.
Tan pronto como recordé la fiesta anterior, mi corazón
pareció estar intranquilo, pero no podía volver ahora.
El guardaespaldas pareció estar pensando por un momento,
pero pronto salió del camino.
—Cuidado, ahora mismo es una locura.
Después de agradecerle por agregar una palabra de
advertencia, me apresuré a entrar. También puse dos
*caramelos en mi boca.
Quizás me estaba esperando en un asiento designado. A toda
prisa, encontré a uno de los guardaespaldas de Keith.
Mientras lo perseguía apresuradamente, lo agarre del brazo,
pronto me reconoció, se veía sorprendido.
—Yeonwoo, ¿qué está pasando?
—Tenía prisa, así que vine a ver al Sr. Whittaker. ¿Dónde
está? El teléfono no tiene señal.
Sacó su celular.
—El teléfono está afectado por las feromonas. ¿No es
realmente divertido que un teléfono este afectado por
feromonas?
Se rio, pero no tenía ganas de reír. El hombre que se sintió
incómodo mirándome por mi reacción de pronto se movió
apresuradamente.
—Vámonos. Probablemente estén en el estacionamiento.
Después de perseguirlo y caminar por un rato, me dijeron
que Keith está entre los costosos autos alineados.
Whittaker estaba de pie a poca distancia y hablaba con otro
guardaespaldas.
—¡Sr. Whittaker!
Le grité con mi corazón alegre y lo llamé. Él se volvió hacia
atrás y se sorprendió.
—Yeonwoo, ¿qué haces aquí? ¿Estás bien?
Estaba claro que había recordado el accidente de la última
fiesta. Empujé el caramelo contra mi mejilla para que se
notará lo abultado, luego me reí. Whittaker también hizo lo
mismo, sacó un caramelo de su bolsillo y rasgó el plástico
como si lo estuviera pensando.
—Pero, ¿qué está pasando? ¿Seguiste llamando? —Se puso el
caramelo en la boca y frunció el ceño—. Hoy se ve muy
frenético. Escuché que a uno de los Alfas dominantes le llego
su *RUT, aún se encuentra en la fiesta.
Tenía prisa y abrí la boca a toda velocidad.
—Hoy fui a notificar a Annabel James sobre el fin de su
relación con el Sr. Pittman.
Me apresuré a encontrar la foto que tomé en mi teléfono
celular. Whittaker frunció el ceño cuando inmediatamente
revisó la pantalla.
—¿Certificado de consignación de banco de esperma? ¿Qué es
esto?
Cuando quedó perplejo, giró la foto y parpadeó.
—¿Estás diciendo que robo el semen del Sr. Pittman?
—Creo que sí. Y ahora lo está almacenando en el banco de
esperma. Si no lo encuentras y no actúas... —dije a toda prisa,
pero su reacción fue sutil. Bueno, se acarició la barbilla y me
devolvió el teléfono.
—De acuerdo. Lo comprobaré e informaré al señor Pittman.
Me sorprendió su reacción tibia.
—¿No es urgente? En caso de inseminación artificial o
comercio...
Whittaker se encogió de hombros y dijo:
—Tendrías que demostrar que es el esperma del Sr. Pittman.
Pero para contrastarlo tendrías robarlo del banco de
esperma, aunque no puedes hacer esa estupidez. —Luego
agrego—: ¡¿Dices que va hacerse una inseminación
artificial?!
De repente se echó a reír.
—Que haga tantos como pueda con espermatozoides vacíos.
—¿Espermatozoides vacíos?
Cuando estaba confundido, Whittaker pareció bastante
sorprendido.
—¿No lo sabías? El Alfa dominante controla sus
espermatozoides. Todos estos están vacíos, sin ADN. —Me
miró a la cara y sonrió—. Es por eso pueden jugar
imprudentemente.
El hombre frente a mí se rio a carcajadas. Los Alfa
dominantes eran en muchos sentidos como animales.
Entonces, Whittaker dijo:
—Hmm —agregó—. De todos modos, revisaré la
información que me has dado. Hay algunos coleccionistas
que comprarían el esperma del Sr. Pittman —dijo—. Pero si
descubren que es un esperma vacío, el valor disminuirá.
Annabel estará bastante decepcionada. Si lo supieras, no
hubieras corrido hasta aquí con tanto riesgo alrededor.
Solo después de revelar su vana expresión, Whittaker me dio
un golpe en el hombro como para consolarme.
—Todos sabemos que Yeonwoo es un gran secretario.
—Gracias.
Whittaker sonrió.
—Ahora debes irte Yeonwoo, es peligroso.
—Sí, tengo que.
Estas personas estaban allí para proteger a Keith, y no
estaban relacionadas con mi seguridad. Tenía que cuidarme
por mí mismo.
—Entonces me iré. Te encargo este asunto.
—Adiós, ten cuidado.
Salí a toda prisa.
Después de que se alivió la tensión, el olor a feromonas que
no había sentido llegó a mi nariz. El caramelo en la boca ya se
ha derretido más de la mitad. De repente, sentí una sensación
de crisis. Saqué dos caramelos más y crucé por el jardín
corriendo. Mi auto estaba estacionado afuera de la puerta
principal. ¡Vamos, tenía que irme! De repente estaba
corriendo. Quería escapar de las feromonas.
Tan pronto como dudé, las feromonas me alcanzaron. El
miedo me estaba llevando al extremo. Me quedé sin aliento y
corrí como un loco.

—¿Qué...?
Algo apareció de repente. Los deslumbrantes faros reflejaron
mi rostro. Alguien haló de mi brazo y me tiró. Me quedé sin
aliento. Un auto deportivo estaba pasando asombrosamente
justo frente a mí.
—¿Estás bien?
Desde arriba escuché una voz y me di cuenta, tardíamente,
de que uno de los guardaespaldas me había salvado.
—Oh, ah. Sí.
Cuando apenas y tropecé, respondí, me miró y frunció el
ceño.
—Ten cuidado. ¿Por qué conducen así? —dijo, como si
estuviera cansado, pero no llegó a mis oídos.
Me despedí y me dirigí al lugar donde estaba estacionado el
auto.
Y eso es todo lo que puedo recordar.
Mas tarde, cuando desperté e intenté abrir la puerta de mi
casa no pude ingresar la clave, tenía mucho tiempo
sosteniendo la manija de la puerta.
Tan pronto como abrí, corrí. Mientras temblaba, cerré las
tres cerraduras y llené el pestillo interior. Puse la silla frente
a la puerta, pero aún no estaba aliviado, así que fui
urgentemente a la habitación sin quitarme la ropa, cerré las
ventanas. Finalmente, salté a la cama y volteé la manta hacia
mi cabeza. Aun así, el temblor no se detuvo. Lo único en mi
cabeza era el hombre sentado en el auto deportivo que pasó
junto a mí. El hombre que trató de violarme. El pene del sujeto
que mordí tan fuerte ese día. Inmediatamente tuve náuseas,
pero no salió nada excepto el jugo gástrico amargo. Pensé
que lo había superado. Estaba aterrado. Aunque me acaba de
dar cuenta que nunca traté de superarlo, solo lo ignoré. Y
ahora se había convertido en un monstruo gigante.

✤✤✤✤✤✤

El sonido del teléfono interrumpió mis pensamientos. La


llamada venía de la oficina.
—Yeonwoo, ¿qué pasó? ¿Vas a venir? ¿Ocurrió algo?
No pude entender la voz por un tiempo así que pregunté aún
aturdido:
—... ¿Emma?
—Sí, Yeonwoo. ¿Dónde estás ahora?
Parpadeé en blanco.
—...Oh —respondí con un suspiro—... Estoy en camino.
Hubo un silencio por un momento después de hablar.
Emma preguntó vacilante:
—Siempre llegas temprano, pero hoy... Tal vez hubo un
accidente o algo.
El reloj del coche me decía que había pasado el tiempo.
Agarré el mango con ambas manos y respiré profundamente.
—Creo que llegaré tarde hoy. Se lo explicaré al Sr. Pittman
más tarde, así que por favor comiencen a trabajar sin mí.
Primero denle al Sr. Pittman el horario de hoy.
Emma estaba perpleja, aunque finalmente me colgó. Agarré
el mango y lo apreté. No podía decirle nada, pero aun así no
podía salir del estacionamiento. Había pasado una hora
desde que me senté en el asiento del conductor. Incluso había
usado toda mi energía para salir de la casa y subirme al auto,
sin embargo, no me moví, pero tenía que ir a trabajar. Puse
ambas manos sobre el volante y suspiré. Está bien, está bien.
Cuando cerré los ojos una vez más y los abrí, pensé en
blanco. No está bien.
De pronto, el sonido de un fuerte golpe en la ventana me hizo
gritar por la sorpresa. No podía despertarme, no podía oír
nada.
—…
Alguien estaba hablando. Intenté despertarme parpadeando
varias veces… Fue entonces, cuando vi una cara familiar que
me estaba mirando.
—¿Qué estás haciendo?
La cara de Keith, estaba mirándome por la ventana del auto,
como si estuviera molesto.
Bésame mentiroso • Capítulo 7

«¿Por qué estaba este hombre aquí?». Apenas pude pensar, mi


cabeza se sentía confusa.
Me di cuenta de que todavía estaba sentado en el auto, y que
el sol ya estaba cayendo. Aun así, lo desconocido era que
Keith estaba delante de mí.
«¿Estaré viendo una alucinación?».
Mi mirada estaba fija en él. Keith chasqueó la lengua
brevemente.
—¡Ah! —Keith chilló mientras se encogía de hombros—.
¿Qué estás haciendo? ¿No puedes abrir?
No podía responder así que, reprimí desesperadamente mi
cuerpo tembloroso mientras me mordía los labios.
Abrí la puerta, pero no fue hasta que salí del auto y me
enderecé que me di cuenta de que algunos hombres con
trajes negros me tenían rodeado. Entre ellos, también vi la
cara de Whittaker.
—Lo siento, no puedo conducir, no puedo.
Ese fue el final de mi conciencia.

✤✤✤✤✤✤

Sentí un ligero aroma. Era un olor que conocía. «¿Qué era?»


Desperté sorprendido.
Mi cuerpo saltó brevemente como si hubiera sido golpeado
por la electricidad. Parpadeé. Tardíamente, me di cuenta de
que no estaba en mi auto. Por supuesto que no era mi auto
viejo. Estaba recostado en un cómodo asiento de cuero,
lentamente rodé los ojos y miré alrededor. Había desde
interiores de mármol hasta esencias de feromonas
mezcladas con esencias de cuero suave, inclusive, elegantes
alfombras en el piso; y aunque no fue muy agradable, Keith
se sentó a mi lado. En ese momento, me di cuenta de que se
sentía el olor de sus feromonas.
Lo escuché accionar el encendedor. Keith miraba al cigarrillo
en su boca mientras lo encendía. Una llama roja chispeó
desde el final del cigarrillo.
Después de eso, Keith, que escupió el humo durante mucho
tiempo, abrió la boca:
—Dime, ¿qué paso esta vez?
Parpadeé sin comprender. Keith parecía disgustado.
Me asusté, pero no se me ocurrieron más palabras. No pude
crear ninguna oración porque todos mis pensamientos
estaban enredados en mi la cabeza. Afortunadamente, él y yo
estábamos solos en el auto. El asiento del conductor estaba
bloqueado por paneles para crear un espacio completamente
independiente. Estaba aturdido. «¿Alguna vez he estado aquí
antes?» Primero lo pensé, no hubo respuesta inmediata,
luego recordé que Keith estaba esperando una respuesta.
De repente, me sentí mareado. De alguna forma intenté
explicarle la situación, pero en ese momento, me quedé sin
palabras. Keith nunca lo entendería. Él me lastimaría de
nuevo. Me tragué lo que estaba a punto de decir y me mordí
los labios.
Tomé un par de respiraciones profundas, y después de eso,
abrí la boca:
—… Me gustaría tener una consulta médica—. Hablé con una
voz que parecía agotada, incluso cuando la escuché—. Parece
que tengo un problema psicológico. Perdón por no hacérselo
saber de antemano.
Estaba mirando, pero de repente sentí que Keith estaba
haciendo una llamada. En poco tiempo, abrió la boca:
—Dile a Steward que necesito una consulta.
Ese era el nombre del médico a cargo de Keith. De hecho, yo
nunca había efectuado una reserva para Keith con él.
Entonces, era solo un doctor que solo recordaba por su
nombre. Mientras la cabeza volvía a darme vueltas, sin
darme cuenta, Keith se frotó las arrugas de la frente con la
mano que sostenía su cigarrillo.
En otras ocasiones, había tenido que llamar a Steward, pero
esta vez yo no estaba en el trabajo, así que supuse le habría
dado la orden a Whittaker o Emma. «¿A quién llamó?». Tenía
una curiosidad, pero por supuesto no pregunté nada.
—Gracias.
Esperando a que Keith colgara, me miró brevemente con el
ceño fruncido, sin embargo, pronto se dio la vuelta. Entonces
no dijimos ni una sola palabra. «¿Cómo llego Keith? ¿Por qué
vino?» Quería preguntarle, pero no pude hacerlo, cerré la
boca.
Llegamos al hospital sin hablar. El problema fue que
entonces, no pude salir del auto. La cara de Keith se volvió a
distorsionar cuando mi cuerpo se solidificó y revoloteó. «No
puedo».
Comencé a temblar e hiperventilar.
Whittaker respiró profundamente. Keith salió del auto y
alguien entró.
—¡...!
De momento tragué el grito y salté hacia atrás. El hombre que
vi, abrió la boca mientras me acurrucaba contra el asiento.
—Está bien, cálmate. Soy Norman Steward, médico. Tu eres
el secretario del señor Pittman, ¿cierto? ¿Has escuchado
antes mi nombre?
Su rostro, con una sonrisa, fue gentil. Jadeé sin moverme.
Steward no se movió de su asiento y esperó hasta que me
calmara. La puerta del auto estaba abierta detrás de él. Si
había un problema, Whitaker o cualquiera me ayudarían.
—Bien hecho.
Steward me animó gentilmente.
Después de que apenas me tranquilicé, Steward abrió la
boca:
—¿Estas bien?
Apenas respondí tratando de no evitar su mirada.
—Sí.
Steward, sin embargo, permaneció en silencio en el lugar sin
ningún cambio.
—Parece un trastorno de pánico. ¿Ha sucedido esto antes?
Asentí.
Steward, luego me preguntó cuidadosamente con una voz
suave.
—¿Sucedió algo que causo tu pánico?
No pude responder de inmediato, así que me mordí los
labios. Hablarlo era doloroso e insultante hasta la muerte.
Steward me dijo que mi respiración se estaba endureciendo
nuevamente.
—Está bien, Yeonwoo. Aquí es seguro, no te preocupes.
Respira despacio... Sí. Buen trabajo, se reduce la velocidad de
nuevo.
Después de apenas volver a respirar, sentí una fatiga
tremenda. «¿Qué es todo esto?» Probablemente lo lamentaría
una vez que regresara a casa, tanto la vergüenza como la
amargura se multiplicarían y volverían a mí, pero ahora no
importaba. Estaba tan cansado que solo quería terminar con
todo.
—... En la fiesta de ese día... —comencé.
Él solo se quedó en silencio, escuchándome.
—... Y eso es todo.
Cuando apenas terminé de hablar, parecía que estaba
exhausto. Estaba tan agotado que no podía decir nada más.
Tartamudeé mis palabras de manera constante.
Entonces Steward dijo suavemente y sin ningún cambio en
su expresión:
—Gracias por decirme, sé que debe haber sido difícil. Ahora
descansa, voy a hablar con Pittman.
Se movió lentamente para salir del auto. Un hombre abrió la
puerta, me puse nervioso y clave mi mirada en la entrada, sin
embargo, Steward cerró desde afuera, como si lo hubiera
notado.
Ciertamente, después de quedarme solo, pude respirar
profundamente después que mi cuerpo se relajó. De repente,
llegó la fatiga, cerré los ojos y me apoyé contra la ventanilla
del carro. De pronto, mis ojos parecieron haber visto a
Steward hablando con Keith, pero mi conciencia,
rápidamente se volvió negra. Parpadeé y me quedó dormido.
Aunque inesperadamente, el sonido de la puerta abriéndose
me despertó. Estaba asombrado y tenso, mis ojos se abrieron
demasiado, pero pronto noté un leve aroma a feromonas
mezclado con el olor a cigarrillo. Me sentí aliviado y mi
cuerpo fue calmado. Keith inmediatamente cerró la puerta
del auto y guardó silencio por un momento.
Estaba solo con él.
La ansiedad y la tensión fueron dejadas atrás por lo que sentí
una extraña alegría. No podía hablar porque temía que la
felicidad desapareciera. Keith fue el primero en decir algo en
lugar de mí.
—¿Entonces qué vas a hacer?
No sabía el significado de sus palabras, así que parpadeé.
Keith me miró. Solo entonces lo entendí. Abrí la boca después
de morderme los labios y luego soltarlos.
—... No puedo trabajar así. Dame unas largas vacaciones...
Creo que me tengo que ir. Lo siento.
Las últimas palabras fueron agregadas rápidamente.
Inmediatamente me apagué y esperé su respuesta. Por un
momento, Keith no respondió. No tenía el coraje para verlo.
El aroma del tabaco mezclado con sus feromonas se sintió
aún más intenso. En poco tiempo, Keith volvió a decir:
—¿Cuándo renovaste el contrato? ¿Tiene seis meses?
—... Han pasado cinco meses y veinte días.
—El período del contrato es de un año. ¿Pagaras la multa?

—Lo siento. Dame algo de tiempo... —Luego agregué


vacilando—: Es mucho dinero para mí, pero no es demasiado
para el Sr. Pittman. ¿No es así?
Los ojos de Keith se entrecerraron. «¿Lo había hecho sentir
mal?» Estaba impaciente, exhaló nerviosamente el humo del
cigarrillo.
—Lo necesito.
Sabía lo que eso significaba. Solo me necesitaba como
secretario. Alguien rápido para ocuparse de cosas molestas,
cuidar cosas desagradables y hacer que se sintiera cómodo
en cualquier momento y en cualquier lugar. No era necesario
por ser yo mismo, sino sólo por ser el mejor para atender sus
necesidades.
Sin embargo, mi corazón tartamudeó.
—... Lo siento. Pero, no puedo ir a trabajar... —dije con voz
temblorosa—. Apenas me subí al auto, pero... ahora estoy
tranquilo. No sé si puedo hacerlo de nuevo mañana.
Este era mi límite. Honestamente, ni siquiera sabía si podía
salir del auto. Aunque me sentí aliviado de estar con alguien,
no obstante, si regresaba, volvería a estar solo. ¿Podía
superar ese miedo? No, incluso… ¿Podía salir al mundo otra
vez?
Por un momento no hubo palabras. No tenía idea de lo que
estaba pensando.
En poco tiempo, Keith se movió. Tocó la ventana del auto con
los dedos, con un movimiento tan trivial. El tiempo que se
había detenido hasta entonces de repente comenzó a
regresar rápidamente.
Mirando por la ventana, los guardaespaldas, incluido
Whittaker, se dispersaron por todo el lugar a toda prisa.
Estaba callado sin pedir un destino. Keith nunca dijo una
palabra. Igual que cuando estábamos en el hospital, nos
quedamos callados.

—... Ah.
El paisaje fuera de la ventana me era familiar, fue entonces
cuando me di cuenta de que nuestro automóvil se dirigía a mi
casa.
Keith no respondió cuando dije que renunciaría. Me
preguntaba que estaba pensando.
—¿Crees que deberías encontrar otra secretaria para
reemplazarme? Hay tantos talentos en el mundo —dije y
dudosamente agregué—: ... Incluso si es incómodo por
primera vez, pronto se adaptará.
Keith me miró y me miró. Hablé con los ojos bajos.
—Porque hay muchas personas competentes... Emma ya está
acostumbrada, así que no habrá problema.
Keith se rio inesperadamente cuando terminé de hablar.
Como podía reírse de mí mientras fruncía el ceño de esa
manera.
—Eres el único que trabajará conmigo en este momento.
Y era cierto. En la vida de ese hombre todo estaba
relacionado a su voluntad, si él quería algo, él lo obtenía.
Keith Knight Pittman no tenía motivos para esperar a que
alguien más se ajustará a él. Yo también había tenido
dificultades en mis primeros meses, cuando mi senior
renunció y fue demandado por Keith. Al principio cuando
comencé a trabajar con él sentía que era una pesadilla, sin
embargo, traté de satisfacer las necesidades de Keith, incluso
si tenía que usar mis fines de semanas. Después de un
tiempo, pareció que estaba bastante satisfecho con lo que
estaba haciendo.
Fue natural renunciar a mi vida por este hombre, mientras
trabajaba temblaba de alegría cada vez que me enteraba de
sus gustos y pensamientos. Hacer lo que ese hombre quería
y estar inmerso en su vida, me alegraba, aunque Keith…
nunca se dio cuenta.
—... Lo siento.
Eso es todo lo que tenía que decir. Keith se quedó sin
palabras otra vez. La velocidad del auto disminuyó. Se
detendría pronto. Cuando pensé en eso, de repente dejé de
respirar. Tenía que bajar del auto. Tenía que ir a casa. Tenía
que acostarme solo en la cama para luchar contra el miedo.
De nuevo mi cabeza se enredó, un cierto aroma despertó mi
mente. Era una fragancia de feromonas.
Al mismo tiempo, volví a mirar Keith. Me estaba mirando sin
siquiera moverse. El aire flotando era el mismo. Solo el aroma
de sus feromonas penetraba fuerte y se volvía más intenso.
Solo abrí la boca, no podía hablar porque no podía creerlo,
pero ya sabía la respuesta. Los ojos morados de Keith se
decoloraron intermitentemente en oro.
Las feromonas que había estado enviando se habían
multiplicado en cuestión de horas. Todo mi cuerpo parecía
estar siendo aplastado por su fragancia. Se aceleró
rápidamente y el sudor frío fluyó detrás de mi espalda, estaba
mareado.
Entonces, el recuerdo de la fiesta de repente pareció
golpearme. Los hombres desnudos, las manos que me
golpearon e incluso las sensaciones extrañas.
—... Ah.
Respiré profundamente sin siquiera saberlo. Al mismo
tiempo, las feromonas fueron absorbidas profundamente
por mis pulmones y de repente se detuvieron. Cuando dejé
de respirar, Keith repentinamente me tiró del cabello.

—¡...!
Abrí mis ojos. Inmediatamente sentí sus labios presionando
contra los míos y su lengua pidiendo entrar en mi boca.
Casi lo rechacé, pero Keith simplemente agarró mi mano e
hizo que el desistimiento fuera imposible. Luché, aunque no
pude superar el agarre de la mano que sostenía mi cabeza. Mi
boca estaba ocupada y mis labios fueron mordidos
salvajemente hiriéndolos, Keith se frotó la sangre y se la
tragó. Al separarnos, la saliva cayó de nuestros labios.
Estaba aterrorizado y fui besado con violencia, y al final, lo
acepté.
—… Bien.
El aliento de Keith era tan áspero como el mío. Sus ojos
dorados eran increíblemente fuertes.
—Vivirás en mi casa.
Bésame mentiroso • Capítulo 8

Abrí la boca, pero pasaron unos segundos después de que


salió el sonido.
—¿A la casa del Sr. Pittman?
Una voz que no parecía la mía latía en mis oídos. ¿Era mi voz
así? Parpadeé inexpresivamente.
Keith se peinó nerviosamente el cabello.
—No hay lugar en el mundo que sea más seguro que mi casa.
¿No es así?
—... Ah, pero...
No podía entender lo que estaba sucediendo, y de pronto la
respuesta llegó.
—Steward dijo que una forma de superar tu miedo es
exponerlo. —Keith hablaba mientras sacaba un nuevo
cigarrillo—. En tu caso son las feromonas de un Alfa
dominante.
Un hombre con las mismas feromonas que los hombres que
intentaron violarme. Aun así, él era único hombre que nunca
me desearía. Un hombre que nunca sabrá a qué aspiro. Keith.
Como él había dicho, en mi cabeza no quedaban más
recuerdos de ese día. En cambio, lo único que quedaba era el
hombre frente a mí.
—Por qué ir tan lejos...
La voz sin confianza se desvaneció. Keith, nerviosamente
encendió el cigarrillo.
—Es ridículamente más fácil y menos costo en comparación
con el 5% de mi compañía.
No sabía si debía alegrarme de ser un secretario tan útil.
—¿Entonces vas a seguir vertiendo tus feromonas sobre mí
hasta que mis síntomas mejoren?
Mi voz tembló débilmente. Me pregunté si Keith se había
dado cuenta.
Keith, quien estaba nervioso, escupió el humo.
—¿Por qué no?
Mis labios latieron de nuevo. Había un ligero sabor a sangre.
Mi lengua se deslizó por mis labios mientras sentía algo
diferente a la saliva. De repente, los ojos de Keith parecieron
tocar mis labios. Puedo haber sido sola una ilusión, pero su
expresión no cambió.
—... ¿Por qué me beso? —pregunté con impaciencia.
Estaba seguro de que culparía nuevamente a mi feromona,
sin embargo, esta vez había tomado mis medicamentos, no
debía estar emitiendo feromonas. Cuando se lo pregunte con
ansiedad, Keith frunció el ceño como si estuviera molesto.
—Acabo de comprobar la receta de Stewart.
Ah, ya lo había entendido. La forma más rápida y segura de
inyectar feromonas era el sexo, aunque este hombre me
había besado en lugar de tener sexo conmigo solo para
calmarme. También quería asegurarse de que Steward
tuviera razón. La prescripción del médico había sido clara.
No era difícil respirar y mi cabeza ya no estaba tan
confundida como antes. Keith era actualmente la única causa
de mi angustia. La racha de feromonas seguía siendo
dolorosa, pero era tolerable si pensaba que eran de Keith. En
otro sentido, solo había una razón por la que era difícil de
soportar, y esa era porque yo soy un Omega.
Había tomado una cantidad más elevada de inhibidores.
Tenía miedo incluso de imaginar lo que habría pasado si
hubiera estado expuesto a sus feromonas sin tomar
inhibidores.
No podía vivir de esa manera de todos modos. No importaba
lo que hiciera, debía deshacerme de los síntomas.
—¿No es extraño que las feromonas del señor Pitman estén
bien para mí?
Abrí la boca con fuerza e hice una pregunta peligrosa. Él me
miró. No había signos de vergüenza.
—Sabes que nunca te tocaré.
Esa fue la respuesta correcta. Fue por eso que sentí que mi
corazón se estaba rompiendo.
—... Correcto.
Lo admití con fuerza y cerré la boca de nuevo. Keith ya no dijo
nada, había sido como si intentará darme tiempo para
pensar. La propuesta de Keith fue perfecta. Podría hablar con
los mejores médicos y obtener tratamiento, además de poder
vivir en una mansión; pero al mismo tiempo, fue lo más
problemático. ¿Podría ocultar mi mente mientras vivía con
Keith? También debería tomar más medicamentos de lo
habitual. Si continuaba tomando más de la cantidad recetada
de medicamentos, existían algunos efectos secundarios,
quizás una sobredosis en mi caso o ser infértil.
Había visto casos de anomalías mentales, tenía miedo de que
mi situación empeorara, así que por mucho prefería tener
infertilidad.
En la casa de este hombre, algún día me volveré infértil o loco.
Tal vez ambos.
Además, fue su feromona la que en primer lugar me
transformó en Omega. Me mordí los labios.
El auto se detuvo, apoyé mis manos en mis rodillas.
—Bueno. —Apenas abrí la boca sin tartamudear—. Aceptaré
la propuesta del señor Pittman. Gracias por su consideración.
Después de hablar de inmediato, me sentí aliviado.
Inadvertidamente bromeé:
—El Sr. Pittman ha besando a un hombre, dos veces. Lo
mantendré en secreto.
Era difícil hacer que un hombre como él, sonriera… pero
Keith sonrió brevemente.
—Tu cara es de mi gusto. Si fueras mujer, ya habría dormido
contigo.
De ser así, ¿en cuánto tiempo me hubiera dejado? ¿Cuál había
sido el período más corto? De repente, la cara de Annabel
apareció en mi cabeza. Keith golpeó brevemente el panel que
bloqueaba el asiento del conductor con la mano y con un
cigarrillo.
Keith se echó a reír mientras abría la boca:
—¿Puedes bajar del auto?
No pude responder a eso. Tampoco tendría poder en mis
piernas. Incluso sentarme era difícil, así que tenía que hacer
todo lo posible para evitar resbalar y rodar por el piso. Keith
volvió a llevarse el cigarrillo a la boca como si lo supiera.
Al final, Keith se dirigió a su mansión. Puse mis manos sobre
mis rodillas, mirándome las yemas de los dedos sin querer.
El automóvil estaba lleno del aroma de las feromonas que
había descendido profundamente. Tenía miedo, pero
inesperadamente a medida que pasaba el tiempo, mi mente
se tranquilizó, gracias a las feromonas de Keith. Cerré los
ojos, respiré hondo lentamente y exhalé. El aroma llenó mis
pulmones. De repente, volví a respirar hondo, y ya no
recuerdo más...

✤✤✤✤✤✤

Repentinamente abrí los ojos al sentir que mi cuerpo estaba


temblando. Mi campo de visión estaba fuera de foco. Sentí
como si todo mi cuerpo estuviera flotando. ¿Todavía estaba
despierto o dormido con los ojos abiertos? Miré sin
comprender y me detuve cuando la cara de Keith apareció a
la vista.
—¿Eh...?
Lo miré.
Era la primera vez que veía a ese hombre desde ese ángulo.
Keith notó mis ojos e inclinó la cabeza. Inmediatamente
nuestras miradas se encontraron, lo miré confundido. De
pronto, una sonrisa salió. Parece que sonrió, pero no estaba
seguro. Era sorprendente que Keith me hubiera mirado.
Involuntariamente respiré hondo. Se sintió un ligero aroma
a feromonas, una refrescante fragancia cítrica, este era el
aroma de Keith. Cerré los ojos y volví a recostar mi cabeza
sobre su hombro.
Respiré profundo y exhalé lentamente, mi cuerpo seguía
temblando. Me estaba quedando dormido nuevamente,
parecía que alguien estaba hablando, pero era difícil de
entender. Eran dos personas, pero pronto me quedé
dormido.

✤✤✤✤✤✤

Me desperté con el sonido de un golpe. Abrí los ojos,


confundido por un momento. ¿En dónde estaba? La escena
de la habitación desconocida hacía que el cuerpo vacilará,
pero cuando la puerta se abrió, vi entrar a una cara familiar.
—¿Estás despierto? ¿Cómo está tu cuerpo?
Era el mayordomo de Keith, Charles.
Luché por recordar que había sucedido, pero me era difícil.
—Estaba inconsciente en el auto del señor Pittman. Quizás
fue por las feromonas. Le preparé un té para que pueda
despejar su mente.
Solo entonces me convencí. De alguna forma mi conciencia se
había vuelto demasiado vaga. No solo me sentía cansado,
sentía que mi cabeza estaba confusa por las feromonas.
Recordé que había sentido que otro olor se había mezclado
levemente con su terrible aroma dulce, pero seguía
confundido, mi cabeza aún no estaba del todo clara.
—Si bebes té, tu cabeza se aclarará.
Charles empujó la taza de té caliente frente a mí.
—... Ah.
Pestañeé por un inesperado sabor fresco. Como él dijo, mi
mente se aclaró. La conciencia pareció despejarse por
completo.
Charles confirmó mi reacción y abrió la boca.
—Lavé su ropa. ¿Va a traer su equipaje? El Sr. Pittman nos dio
instrucciones de prepararle ropa si es necesario.
—¿Sí?
Inadvertidamente pregunté, mirando la ropa que llevaba
puesta. Era una ropa de dormir.
Charles me dijo:
—Es un pijama confeccionado para invitados. Yo hice el
cambio.
—Oh no. Lo siento por causar problemas.
Poco a poco, el recuerdo volvió. Solo entonces parecía saber
la situación. Charles me cargo, me trajo aquí y me cambió la
ropa. Estaba incómodo y agradecido, así que sonreí
incómodamente, bebí el té con una cara inexpresiva.
—Todavía hay suficiente tiempo —dijo como si hubiera
penetrado en mis pensamientos—. El Sr. Pittman debe
haberse levantado ahora. Puede comenzar a prepararse
después de terminar de beber su té.
—Gracias —dije y luego agregué—: Lo siento, de repente
perdí la cabeza. No tengo otra opción...
—Es la mansión del Sr. Keith, solo sigo sus órdenes.
Silenciosamente llevé la taza a mi boca. Charles, dejó una
escuela técnica en suiza y fue un diácono por muchos años.
Cuando terminé de beber té, me preguntó, moviendo una
taza vacía a la bandeja.
—¿La medicina es suficiente?
Eso es todo lo que Charles me preguntó.
Charles tenía riesgo de mutación, cuando le pregunte un día
por que se mantenía al lado de un Alfa dominante que podía
acelerar el proceso. Charles respondió
inexpresivamente: “Soy muy mayor para cambiar. Además, el
Sr. Pittman es un hombre gratificante y elegante”. Eso calmó
mi curiosidad. Si cambia a una edad avanzada,
probablemente esté en el libro de los récords Guinness.
Había puesto la medicina en la mesa de noche, junto con mis
otras cosas. Miré rápidamente la cantidad de medicamentos.
—No dude en decirnos si le falta o necesita más cantidad.
Prepararé todo de inmediato —añadió inmediatamente
antes de que dijera algo—. Son las instrucciones del Sr.
Pittman.
Ante sus palabras, solo dije gracias. Estaba tratando de evitar
cosas molestas para Keith. Especialmente cuando se trataba
de medicina. Me sentí aliviado.
Luego de ello, salió de la habitación sin ninguna reacción.
Dejé salir un profundo suspiro sin querer. El cuarto estaba
quieto.
Observe el paisaje exterior, la propiedad de Keith tenía un
terreno amplio y verdoso, y en el medio estaba la mansión.
Parpadeé varias veces, realmente estaba ocupando una
habitación en la mansión de Keith. Era completamente
diferente a donde vivía; y aunque era debido al trabajo, varias
veces visité la mansión. Cada vez estaba abrumado por las
feromonas que terminaba abandonando el lugar como si
estuviera huyendo. Por supuesto, incluso cuando Keith no
estaba en casa, la fragancia de sus feromonas permanecía.
Incluso si se trataba de una emergencia, era absolutamente
imposible pensar acerca de la mansión, pero acepte su
propuesta a pesar de que lo sabía. Esta era la única forma de
detener mis ataques, mientras me justificaba sentí un
escalofrió. Esta era la realidad.
Pensé en lo que había pasado, como su lengua había azotado
el interior de mi boca, como nuestras lenguas se habían
enredado mientras acariciaba la tierna piel de mi boca,
mezclando nuestras salivas y retorciéndome los labios. Cerré
mis ojos. Lo que quedada adentro de mi boca era su dulce
fragancia.
Sentí mi cuerpo caliente y de pronto pensé en mi ciclo de celo
así que rápidamente encontré la medicina y la arrojé a mi
boca sin agua. Ahora, esto se repetiría todos los días. Las
feromonas de Keith que flotaban en el aire eran succionadas
por mi cuerpo, pero quería que la medicina fuera absorbida
mientras esperaba, exhalé lentamente. Poco a poco mi pulso
disminuyó y finalmente llegó el silencio. Cerré mis ojos. El
aroma de Keith estaba en todas partes.

✤✤✤✤✤✤

Un sonido me levantó, estaban tocando la puerta. Después de


abrir los ojos, estuve confundido por un tiempo. Parpadeé,
me senté al lado de la cama y fingí revisar mi celular. Charles
abrió la puerta. En su brazo llevaba la ropa que había usado
el día anterior.
—Yeonwoo, prepararé el desayuno. ¿Lo traigo a la
habitación o desea bajar?
Respondí apresuradamente a su voz profunda.
—Oh... Bajaré.
En mi respuesta, Charles explicó sin rodeos.
—Por favor, venga al salón de té al final del pasillo en el
segundo piso. El Sr. Pittman siempre desayuna allí... Si quiere
comer por separado puedo alistar otro ambiente.
—Uh, no. Está bien. Iré al salón de té. Gracias.
Charles asintió brevemente y puso mi ropa en el respaldo de
la silla. Pronto salió de la habitación. Después del sonido
turbio y silencioso de la puerta, comencé a prepararme. Era
imposible hacer esperar a Keith. Me apresuré lo más posible
para ir al salón de té.
Cuando abrí la puerta, el aire fresco del exterior atravesó
todo mi cuerpo.
Lamentablemente, Keith estaba sentado primero. No pude
evitar verlo tomando té y mirando la pantalla de la portátil,
estuve fascinado por un momento. De repente tragué saliva
seca.
Ahora, estos días se repetirían diario. Iba a estar fascinado al
mirar a ese hombre e iba a respirar su feromona.
Miré la cabeza de Keith y sonreí como siempre.
—Hola.
Ofrecí un saludo ordinario mientras sentía la luz del sol
detrás del Keith, y los árboles ondeando soltaban su ligero
aroma.
Bésame mentiroso • Capítulo 9

—Lo digo en serio. Yeonwoo, respira despacio... Bien, ahora


exhala.
Siguiendo las instrucciones de Steward, apenas me
tranquilicé. Mi visión lentamente comenzó a hacerse menos
borrosa. Después de calmarme hasta cierto punto, Steward
me entregó una píldora y una taza de agua, él esperó
mientras los tomaba.
—Has mejorado mucho, Yeonwoo. Definitivamente el Sr.
Pittman ha ayudado bastante.
Miré a Steward con una mirada impotente. Habían pasado
tres días desde entonces. El problema era que no podía
deambular por la empresa como lo hacía antes. No me
desmayaba ni tenía ataques de ansiedad, pero de repente
tenía miedo. Sabía por primera vez cómo era estar atrapado
en el miedo, aunque finalmente logré hacer todo por
teléfono, dejando muy poco en mi oficina, la cual estaba
conectada a la oficina de Keith.
Steward me había dado unos medicamentos los cuales debía
tomar todos los días cada dos horas. No estaba seguro, pero
intentaba confiar en sus palabras.
Habían pasado algunos días desde que regrese a la compañía,
aunque cada vez que me encontraba con un Alfa, estaba
menos asustado. Quizás se debía a la medicina.
Sin embargo, sabía que habría límites para la paciencia de
Keith. Me puse nervioso al mismo tiempo que estaba
impaciente. Como yo, Steward estaba sentado en un solo
sofá, algo alejado de mí. Durante la consulta, siempre se
sentaba cerca de la puerta y la mantenía abierta todo el
tiempo, lo cual me tranquilizaba. Si sucedía algo, Charles y
otros empleados domésticos me ayudarían. La idea era
hacerme sentir lo más aliviado posible desde que llegué a la
mansión.
Sorprendentemente, era un médico bastante bueno. Se dice
que se especializa en consultar a personas de alto rango, pero
los ciudadanos pequeños como yo ni siquiera podíamos
pensar en hacer alguna reservación telefónica con él; aunque
es el médico de Keith.
Steward después de confirmar que me encontraba mejor,
preguntó:
—¿Cuánto tiempo llevas siendo secretario del señor
Pittman?
—Han pasado un poco más de dos años.
—¿Alguna vez has conocido a un Alfa dominante que no sea
el Sr. Pittman?
De repente, Grayson Miller vino a mi mente, pero sacudí la
cabeza. Pensé que no era adecuado para responder la
pregunta porque era solo el amigo de Keith y solo lo había
visto en algunas oportunidades.
—No.
—Entonces no tienes más remedio que saber sobre los Alfas
dominantes. Sin embargo, no es fácil para el público en
general saber acerca de ellos —dijo y luego murmuró para sí
mismo—. ¿No son las feromonas el arma más grande de los
Alfas dominantes? Se desconoce el mecanismo exacto de
cómo afecta al cerebro, pero se conoce que los efectos de las
feromonas provocan diversos resultados.
Steward se rio suavemente y añadió como una broma:
—¿Has visto los resultados de un estudio reciente? El Alfa
extremo tiene una inmunidad excelente, ¿verdad? Así que
rara vez se enferma y se recupera rápido después de haber
sido lastimado. Además, desintoxica más rápido las drogas y
alcohol. Entonces, es fácil beber cocaína y éxtasis en el vino.
Es por eso que incluso si bebes cocaína y éxtasis en el vino,
no te emborracharas ni te volverás adicto. Eso es todo por la
influencia de las feromonas. Bueno, en casos raros, hay
medicamentos que pueden ser utilizados incluso por Alfas
extremos, pero en realidad no son pocos.
—... Parece que las feromonas del extremo Alfa son para todo
uso.
—Es beneficioso tener una feromona fuerte, pero también es
peligroso... El apilamiento se convierte en veneno. —Se tocó
la cabeza con los dedos—. Esto te puede arruinar, volverte
loco.
—¿En serio?
Abrí los ojos inesperadamente.
Steward dijo insignificantemente:
—Para evitar esto, las feromonas generalmente se eliminan
por adelantado. ¿Qué sucede si sumas una cantidad habitual
a las feromonas? El cerebro estaría siendo sobrecargado por
feromonas.
Steward se rio de mí, no dije nada.
—¿Ahora lo sabes? ¿Por qué los Alfas extremos no pueden
renunciar a tanto sexo? Bueno, si lo deseas, puede verter una
gran cantidad en poco tiempo, pero hay un límite para la
liberación artificial, la mejor forma siempre es la liberación
natural mediante el sexo.
No podía ocultar mi expresión.
—Eso no significa que tengamos que cambiar a nuestras
parejas con tanta frecuencia.
Steward se rio de nuevo y se encogió de hombros.
Pregunté de nuevo:
—¿Qué significa que se vuelva loco?
Steward respondió amablemente a mi pregunta:
—En ese momento... —Los ojos de Steward se
entrecerraron—. Si tiene a un perro en frente suyo, lo haría
con un perro.
En ese punto, casi se me cayó la taza. ¿En serio? Mirando la
sorpresa, él me sonrió con una mano en la barbilla.
—No puedes hacerlo sin un compañero, ¿verdad? Ni siquiera
pueden recordar después de recobrar la conciencia de todos
modos.
Estaba en blanco. ¿Cómo podía decir algo así? Abrí la boca,
pero no salió el sonido.
Steward, que parecía estar pensando por un momento,
sonrió extrañamente.
—Es solo un rumor, pero se dice que uno de los hermanos de
Miller ha estado con un perro.
Estaba completamente sin palabras. De ninguna manera,
tenía mis ojos parpadeantes.
—Escuché que fue un Rottweiler. Fue por la acumulación de
feromonas porque no tenía pareja, así que simplemente
sucedió...
Se rio.
Los seis hermanos de Miller eran famosos por ser todos Alfa,
excepto uno. Además, el padre era el dueño de una de las
empresas más reconocidas, pero a medida que avanzaba en
la política, le entregó la dirección a su primer hijo. Nassani
Miller, un abogado especializado en compañías, de sangre
fría, llamado el abogado del diablo.
El primero, Nassani Miller, que se parecía más a su padre; el
segundo Grayson, el playboy, que siempre sonreía; el tercero
Chase Miller, conocido por ser un mentiroso, el cuarto y
quinto también eran Alfas dominantes pero femeninos y el
hijo menor, su cara nunca había sido revelada al mundo. Sin
embargo, solo se daba por sentado que toda la familia,
excepto el Omega, eran miembros de la familia de Alfas
dominantes.
Steward levantó con orgullo la barbilla.
—Ahora aprenderás algunas cosas poco a poco. Centra tu
mente en otra cosa. Entonces se reducirán los ataques de
pánico.
—Mmm ya veo. —Sonreí involuntariamente—. Entiendo
ahora. Es por eso que inventaste la historia de Miller antes,
para poner centrar mi mente en otra cosa.
—Uh, no. Eso es real.
Steward negó claramente. Sonrió y agregó mientras lo hacía:
—No está confirmado, pero es cierto que los rumores
circulan de todos modos.
Finalmente, cerré la boca en silencio.
—Hmm.
—Mmm.
Volteé la cabeza hacia el sonido que escuché, Charles estaba
parado afuera de la puerta abierta.
—Se acabó el tiempo de consulta. ¿Lo extenderás más?
—No, está bien. Hoy es suficiente.
Steward sonrió y se levantó de la silla. Charles, quien entró,
se puso frente mío y se inclinó. Después de una palabra
cortés, tomó una taza vacía de mi mano, con un gesto muy
elegante. Steward lo esperó y luego siguió adelante.
—Estoy agradecido por la consulta.
—Nos vemos mañana, Yeonwoo... Ah, es fin de semana.
Entonces nos vemos el lunes.
Asentí y me despedí.
Después de que se fueron, me quedé allí sentado por un rato.
Mi corazón estaba abrumado por la información que me
había dado Steward. Mi cabeza estaba intentando entender a
Keith.
—¿Pasa algo?
La voz que sonó me asustó así que me levante del sofá. Keith
se paró sobre la puerta abierta.
—¿Lloraste?
Entré en pánico y solo lo miré. Keith seguía allí.
Abrí la boca tarde.
—No.
Luego caminó hacia mí. Inevitablemente, Keith se paró frente
a mí. Me levanté del sofá. Estaba fascinado mientras miraba
sus delicados dedos largos acercarse a su cara. Una mano
elegantemente doblada cubrió mis ojos y los acaricio. Keith
hablo con voz baja.
—Tus ojos están rojos.
Tenía muchas ganas de llorar. Tenía que responder, pero el
sonido no salió, así que tenía prisa.
—Estaba un poco cansado. Charles acompaño al señor
Steward a la salida.
Intente cambiar el tema, Keith, que guardó silencio por un
momento tomó la mano que había acariciado mis ojos, y tocó
su cabello. Silenciosamente vi su cabello oscuro envolverse
suavemente alrededor de sus dedos y luego regreso a su
lugar.
—¿Qué dijo Stewart?
—Que estoy mejorando —respondí y presurosamente
agregué—: ¿Como fue tu cita? Llegaste temprano.
Traté de cambiar el tema, pero pisé una mina. Keith se había
reunido con una acompañante en el hotel. Yo había realizado
todas las citas y reservas. Después del trabajo, Keith me dejó
en la mansión y luego se dirigió directamente al hotel sin
bajar del auto. Haber hecho esta pregunta sabiendo yo mejor
que nadie cuál era el propósito… No era la información que
quería saber en absoluto.
De repente mis ojos se volvieron borrosos. Solo entonces
noté la feromona de Keith. Era tan natural que no podía
darme cuenta. Cuando la visión borrosa me hizo temblar y
perder la estabilidad, Keith me agarró del brazo y tiró de él
con fuerza, mi cuerpo chocó contra el suyo. Cerré los ojos
mientras olía el dulce aroma de sus feromonas.
—¿Te estas acostumbrando?
No sabía si era realmente curiosidad o era una queja. Me
apoyaba contra su hombro, Keith me mantuvo entre sus
brazos. El aroma a feromonas se sintió junto con la sensación
refrescante del traje. Había una leve mezcla de aroma de gel
de baño y un aroma de piel fresca. Luego recordé que era
debido a su cita en el hotel.
Respiré hondo y exhalé lentamente. Las feromonas de Keith
se extendieron dentro de mí. Mi mente se desvaneció
gradualmente. Estaba tomando más medicamento de lo
usual para ocultar mi feromona y no causarle molestias.
Perdí la conciencia, mis rodillas apenas sostuvieron. Keith
inmediatamente me agarró entre sus brazos, por suerte no
caí al suelo. Levanté la cabeza para pedir perdón, pero en el
momento en que me encontré con sus ojos, no pude recordar
nada. Keith, que solo me miró, tampoco dijo nada. Lo escuché
suspirar y yo solo parpadeé.
De pronto, Keith tiró de mi cuerpo que chocó violentamente
contra el sofá, todavía tenía la mente en blanco cuando vi a
Keith con ambas manos apoyadas en el reposabrazos.
¿Alguna vez había visto a Keith tan cerca?
Tenía la cabeza en blanco, así que no lo recordaba bien.
Keith bajo la cabeza. ¿Acaso estaba intentando besarme?
Cerré los ojos con pocas expectativas, pero estaba
equivocado. De repente sentí su aliento en mi cuello.
Keith olfateo mi aroma y mi pulso se aceleró. La mayoría
decían que los Alfas olían el aroma de sus compañeros para
decidir si lo aceptaban o no. Se había considerado como una
justificación humana para los instintos del Alfa.
Fue entonces, la voz de Keith la que me trajo de vuelta a la
realidad.
—... ¿Por qué no hueles?
Apenas levanté los pesados párpados. De repente, Keith
levantó la vista y me miró. Estaba fascinado por su rostro que
estaba demasiado cerca. Incluso, parecía tocar sus labios un
poco.
—Estoy tomando medicamentos...
Keith me miró en silencio.
—... ¿Desde cuándo?
—Desde que el Sr. Pittman... Me pidió que me deshiciera de
mis feromonas...
Keith por un momento no reacciono hasta que respondió con
un suspiro, parecía recordarlo. Abrió la boca:
—... Desde entonces… ¿No hubo feromonas?
Respondí que sí. Keith se quedó sin palabras otra vez.
Inesperadamente, pensé que su expresión era extraña. ¿Era
una expresión de molestia? ¿Vergüenza? ¿Desagrado?
Keith era un hombre con una cara tan complicada. Entonces,
Keith levantó su cuerpo y se sentó en línea recta, mirando
hacia arriba. Me sentía confundido. Se acarició la barbilla por
un momento mientras parecía estar pensando en algo, y de
pronto, se tocó el pelo nervioso.
—Subiré.
Keith habló presuroso, luego se dio la vuelta y se fue.
Me quedé en blanco

✤✤✤✤✤✤

Cuando desperté lo hice sintiendo un leve dolor de cabeza.


Me acosté y parpadeé por un instante.
—¡Ah…! Ah...
Por el momento, grité y me senté.
Era domingo.
Accidentalmente me rasqué la cabeza. Mirando el reloj,
habían sido solo cinco minutos antes de lo habitual. Antes de
que sonará la alarma, presioné el botón y la apagué. Después
de exactamente 5 minutos, me levanté de la cama.
Inmediatamente, fui al baño que estaba conectado a la
habitación y saqué la medicina del armario. Como siempre,
primero tomé el medicamento, luego me bañé y me cambié
de ropa. Era un día en donde no iba a trabajar. Cuando vi el
reloj, de repente tuve una sonrisa amarga.
Momentos más tarde, cuando abrí la puerta, Charles estaba
caminando en el pasillo.
—Hola, Charles.
Él me saludó con su rostro inexpresivo, como siempre.
—Buenos días, se ha levantado temprano.
Lo miré torpemente.
—Sí.
Incluso si no me despertaba, habitualmente habría abierto
los ojos porque la alarma. Incluso si era feriado. Pensé que
tenía que ayudar en lo que pudiera. Charles todavía me
miraba con una expresión desconocida.
Así que preguntó con una cara inocente.
—¿Quiere té o café?
Le respondí ansiosamente:
—Me gustaría un café. También huevos revueltos con un
poco de tocino y panqueques.
Charles asintió.
—Me preguntaba si podría ayudar en algo.
Charles me miró en silencio. Estaba desconcertado por la
cara inexpresiva, cuyos pensamientos eran desconocidos.
—Entonces, ¿podrías despertar a Pittman y preguntarle que
desea desayunar?
—Ah, sí.
Asentí, pero fue inesperado. Di un paso adelante y parpadeé
sin comprender por un momento, luego, cuando comprendí
ya era demasiado tarde, solo vi su espalda alejándose. El
cuarto de Keith. Mi corazón comenzó a acelerarse. Habían
pasado varios días desde que estaba en la mansión, pero
nunca había entrado en su habitación.
Después de dudar, me moví apresuradamente sin poder
pensar. La mano que golpeó la puerta tembló y me
avergoncé. Apresuradamente agarré ambas manos y respiré
hondo. No hubo respuesta. Keith todavía seguía dormido.
Tragué saliva seca y abrí la puerta con cuidado.
—Ah...
El olor a dulzura se infiltró en mis pulmones. Lentamente
inhalé la feromona flotando en el aire. Gradualmente, la
escena en la habitación se hizo visible.
Cuando finalmente abrí la puerta, las feromonas inundaron
todo mi cuerpo. Su cama era particularmente enorme, en la
pared opuesta a la cama, colgaban pinturas al óleo. Era una
pintura elegante y seductora de Venus. En el dormitorio, no
había mucha decoración aparte de un par de muebles
sencillos.
Keith todavía estaba dormido. Cuando lo vi
acostado “solo”, en una cama enorme, me sentí ridículamente
aliviado. Aunque sabía que había regresado a casa el día
anterior, había un desafortunado miedo en un rincón de su
corazón. Después de comprobarlo con mis propios ojos, puse
una patética sonrisa en mi rostro. Tenía una delgada sábana
que cubría su cuerpo, sin querer tragué saliva seca.
Era la primera vez que veía su cuerpo desnudo. Pude ver el
pecho de Keith, tenía la piel bronceada, su pecho era lo
suficientemente firme como para tocarlo de inmediato. Sus
músculos bien formados sobresalían a simple vista.
Sentía que ni siquiera podía respirar mientras movía mi
mirada desde su nuca hasta la clavícula. Sus hombros y
brazos permanecieron fuertes a pesar de estar dormido. Mi
lenta mirada fue bloqueada por la sábana, pero no pude
mover mis ojos allí abajo. La delgada tela me impidió ver todo
el cuerpo de Keith, es decir, si miraba debajo de la sábana,
seguramente lo conocería todo, pero tenía miedo de
imaginar qué pasaría si viera su pene. No tuve el coraje
suficiente para llegar allí. Apenas y respirando, sostuve mi
mano mientras la mantenía presionada contra mi pecho.
Tenía que despertarlo.
—Sr... P... itt..man.
La voz se partió. Afortunadamente, Keith no abrió los ojos de
inmediato. Me sentí aliviado y me apresuré a calmar mi voz.
Apenas contuve el aliento, pude hablar como siempre:
—Sr. Pittman.
Gracias a Dios. Una voz, que no era diferente de lo habitual,
fluyó en mis oídos. Me acerqué con más coraje y reprimí el
deseo de acariciar su pecho desnudo; apenas le puse un dedo
en el brazo. Por suerte, Keith no se despertó.
—Sr. Pittman.
Pronuncié su nombre una vez más y finalmente agité su
brazo. Entonces, me pregunté si Keith se había dado cuenta
de que había tocado suavemente sus músculos como si lo
estuviera acariciando. Sus largas pestañas ni siquiera se
habían movido hasta entonces. Estaba asustado.
Me quedé allí y vi a Keith despertarse de su sueño.
—... Ugh.
Keith, que emitió un sonido profundo dentro de su cuello
como un gemido, frunció el ceño aun recostado, luego abrió
sus morados ojos. Parpadeó unas cuantas veces como si
tratara de concentrarse, su mirada se dirigió hacia mí. Su
cabello oscuro, su cara recién despabilada, sus hombros
anchos y su pecho firme. ¿Cómo no podía ama a ese
hombre? Si pudiera abrazarlo y besarlo en ese momento, lo
haría.
De repente, Keith levantó la parte superior de su cuerpo y
extendió su mano jalándome hacia él. Me sorprendí cuando
sucedió. Nos encontrábamos tan cerca que podía sentir su
aliento en mi cara mientras nuestras narices se rozaban. Mi
corazón comenzó a latir con fuerza, fue entonces cuando lo vi
con los ojos abiertos.
El dulce aroma había crecido aún más. Keith estaba
emitiendo más feromonas, pero la feromona que emitía era
distinta a las otras ocasiones, era suave y envolvente, como si
tratara de tentarme.
De repente, Keith se detuvo y fui testigo de cómo los ojos de
ese hombre volvieron repentinamente a la realidad. Eso hirió
mi corazón. Keith me empujó de inmediato y me tropecé.
—Maldición, tu feromona...
Había pasado mucho tiempo desde que estaba tan enojado.
El primer día que lo conocí, recordé vagamente que estaba
muy molesto. Keith no pudo soportar la ira y arrojó la
almohada que cayó en la suave alfombra.
—¿Por qué estás aquí?
Tan pronto como se calmó, me preguntó con una voz
tranquilizadora. Aun así, sus ojos todavía estaban fríos por lo
que respondí lo más hábilmente posible:
—Charles preguntó si podía venir a despertarlo, Sr. Pittman.
¿Que desea para desayunar?
Keith revolvió nerviosamente su cabello.
—Huevos hervidos y tocino.
Le respondí formalmente.
—Bien. ¿Quieres un café o té?
—Espresso, triple.
Keith de repente levantó la sábana y dejo al descubierto todo
cuerpo. Voltee la cabeza. Pronto, mi corazón comenzó a latir
fuertemente. A Keith no le importó mi reacción, se levantó y
fue al baño.
Solo entonces suspiré y volteé la cabeza, observando a la
mujer de la pintura. La bella diosa Venus parecía estar
riéndose arrogantemente de mí. Rápidamente aparté mi
mirada de la imagen y salí de la habitación como si estuviera
huyendo.
✤✤✤✤✤✤

El ambiente en la mesa no era bueno. Keith se cambió de ropa


después de un rato y bajó, pero su expresión facial no mejoró.
Charles se puso de pie con su rostro inexpresivo como
siempre y nos escuchó a Keith y a mí decir:
—Gracias.
Saludé a Charles, que vertió jarabe de arce sobre mis
panqueques. Tomé uno de los panes y lo llevé a mi boca, miré
a Keith, quien no me ha mirado desde que bajo.
Se llevó el tocino a la boca, y de repente dijo:
—¿A qué hora decidió venir Grayson?
De momento, me quedé quieto. Levanté la cabeza sin darme
cuenta. Charles respondió:
—Va a venir a las cinco en punto. Los otros invitados
también.
Solo entonces, me di cuenta de la situación. Habría una
reunión o fiesta en la mansión. No tenía de que preocuparme
porque Charles sería responsable así que fingí que no me
importaba, miré hacia mi plato. No tenía nada que ver
conmigo.
Sin embargo… ¿Sabía Grayson que me estaba quedando en la
mansión? No, no era Grayson lo que importa ahora. Si dice
“otros”, estaba claro que en la reunión habría otras personas.
De pronto pensé en la fiesta del barco. Fue espeluznante.
Esta vez desconocía el propósito de la fiesta, además no la
estaba organizando. Por lo tanto, no había razón para
decirme.
Los recuerdos que había olvidado repentinamente volvieron
a mi mente. Solo Grayson me advirtió aquella vez, como si
hubiera esperado que sucediera. Fue Grayson quien apareció
ese día y me quitó a ese hombre. Entonces, ¿por qué no me
dijo nada?
De pronto, escuché que una silla retrocedía. Keith levantó la
cabeza y se fue. Me dejaron solo en el comedor. Terminé de
comer a un ritmo lento.
Charles regresó y me pregunto:
—¿Te gustaría más café?
Ante su pregunta, sacudí la cabeza.
—Jugo está bien.
Silenciosamente llenó mi vaso con jugo de naranja. Charles
que hábilmente limpió el jugo que fluía fuera de la botella de
vidrio con un paño, espetó:
—La reunión de hoy de es recurrente, aunque puede ser
incómodo para ti y para los invitados. Pero si tienes
problemas con las feromonas...
Pronto dejó de hablar. Tampoco sabía qué hacer, yo podría
estar escondido en mi habitación y tener convulsiones por
las feromonas de alguien que no fuera Keith.
—Yo… mejor caminaré por el jardín.
Una compasión muy instantánea pasó por la cara de Charles,
aunque apareció y desapareció tan rápido que me confundió.
—No olvides tu teléfono celular. Cuando los invitados se
hayan ido, ventilaremos el lugar y nos comunicaremos
contigo. ¿Sabes mi número? Si no puedo contestar el teléfono
Emily lo hará.
Escribió hábilmente el número sobre un papel que luego
puso sobre la mesa. Agradecí y recogí el papel.
—Empacaré algunos bocadillos y bebidas simples. ¿Hay algo
que quieras específicamente?
Pensé por un momento, pero no se me ocurrió nada porque
tenía el estómago lleno. Después me dijo que le dijera más
tarde.
El tiempo fue relajado y tranquilo, así que todo transcurrió
lentamente.

✤✤✤✤✤✤

—¿Deseas descansar en una habitación vacía? Hay una sala


para empleados.
La sugerencia de Emily me hizo difícil ocultar mi cara feliz.
—¿Hay tales lugares?
Emily asintió y dijo con una cara más brillante:
—En la parte posterior hay lugar utilizado por los
empleados. Ocasionalmente, si hay una fiesta o algo especial,
siempre hay varias salas vacías disponibles para
trabajadores temporales. Yo limpio todos los días para que
los recién llegados usen la habitación de inmediato. Yeonwoo
si no te importa, creo que puedes quedarte allí.
—Oh por supuesto. Realmente lo agradecería si pudiera
usarlo.
Emily sonrió amablemente.
—Charles nunca lo hubiera pensado. Bien, la tercera
habitación en la planta baja está vacía. La llave estará colgada
en la entrada del porche. Camine en el orden de las
habitaciones para que no se pierda.
Luego de ello, me pregunte qué iba a hacer para matar el
tiempo. ¿Debía leer libros? No era del tipo que generalmente
leía mucho, pero tampoco había podido leer en los últimos
años por el trabajo.
De repente, el estudio de Keith vino a mi mente. Cuando entré
por primera vez en la mansión, Charles me guio por la casa.
Conocía el estudio, pero no había entrado en ese momento.
El estudio estaba a medio camino entre la habitación de Keith
y mi habitación. Inadvertidamente miré la habitación de
Keith. ¿Qué importaba lo que él estuviera haciendo ahora?
Estaba ocupado viviendo ahora mismo. Apresuradamente,
entré al estudio.
—Ah...
La admiración fluyó desapercibidamente ante la magnífica
vista. Inesperadamente, el techo del estudio era muy alto.
Había una escalera a un lado. El techo interior era redondo
en forma de cúpula, pero el techo exterior era puntiagudo
como un castillo gótico, podía obsérvalo desde el exterior. La
luz del sol que entraba por la ventana de techo alto iluminaba
un lado de la estantería. Miré fijamente el polvo que flotaba
en el aire. ¿Qué libro debía leer?
Estaba abrumado por tantas colecciones que no pude llegar
a una decisión. Pero al dudar y mirar alrededor de la
estantería, luché por encontrar una novela moderna.
Después de buscarla, tuve que decidir qué autor leer, había
varios libros de años o idiomas diferentes. Por supuesto, me
costó entender cuál me convenía mejor. Al final, el libro que
seleccione cuidadosamente fue una novela de un escritor
alemán que había sido producido como una película. Disfruté
viendo la película. Entonces, pensé en leer la novela, pero la
olvidé en mi vida ocupada. Cuando vi la foto del autor, me
intrigué. Sonreí inadvertidamente. Cuando miré el reloj era
una hora más tarde.
—Yeonwoo. —Charles estaba caminando hasta que, de pie y
frente a mí, abrió la boca tan casualmente como de
costumbre—: ¿Estás bien? Los invitados llegaran pronto.
—Oh, sí, ahora salgo.
Charles miró el libro en mi mano y dijo que parecía
convincente.
—Emily me dijo que descansara en la sala de empleados. Le
llevaré algo de comer ahí.
—Gracias.
Me despedí y salí a toda prisa. El tiempo se acercaba.

✤✤✤✤✤✤

Llegué a la habitación vacía de la sala de empleados y me


acosté en la cama. Tenía que esperar por horas. Cuando me
acosté, miré al techo, luego abrí el libro, pero no podía
entenderlo.
En la Francia del siglo XVIII, un hombre vivía...
Leí la misma línea una y otra vez, pero aún así el texto era
confuso.

✤✤✤✤✤✤

Repentinamente desperté con el sonido del celular. Me


acosté, parpadeando sin comprender. Era Emily.
—Ah. Lo siento, Emily. ¿Ya termino?
—Hola. ¿Aburrido?
—... ¿Se fueron los invitados? ¿Debería ir ahora?
—Sí, puedes venir ahora. Estoy arreglando un poco ya que
está algo desordenado. Por cierto, ¿aún no ha cenado? ¿Le
llevo la cena a la habitación?
Decliné apresuradamente.
—No te preocupes, Emily. gracias.
Me despedí y colgué. La ventana ya estaba oscura. ¿Qué tan
ocupados estaban todos? Incluso, si no era mi trabajo, todos
estaban ocupados, me sentía culpable de solo dormir. Ayudar
con la limpieza iba a ser lo mejor. Tenía prisa y salí. Todo lo
que llevaba era un teléfono celular y un libro. Estaba
silencioso, no había gente en la sala de empleados.
Traté de adivinar dónde podría haber personas, para no
causar tantos problemas. La respuesta llegó rápidamente al
pensar en qué zonas se moverían los invitados. En la sala de
recepción, talvez conversaron y luego se fueron al salón de
té. Entonces, la cocina era probablemente el lugar más
concurrido en este momento.
Recordé a Emily y Charles, quienes a menudo se negaban a
aceptar mi ayuda, pensé que sería lo mismo si la ofrecía
ahora. Pero, aun así, estaba dispuesto a preguntar. Las luces
que iluminaron toda la mansión se desbordaron hacia el
jardín, seguí caminando.
De repente me detuve ante el siniestro sonido que vino de
atrás. Mi espalda se tensó incluso antes de comprobar qué
era. Quizás era solo el viento. Traté de calmar mi mente y
miré hacia atrás lentamente. Caminé y pronto miré hacia
abajo muy lentamente. Luego, a una distancia no muy lejana,
me encontré con un par de ojos, mi cuerpo se tensó.
Era un rottweiler.
Un enorme perro de pelea, que solo había visto en imágenes,
me estaba rugiendo. «¿Qué? ¿Por qué no me dijeron que ese
perro estaba aquí?». Numerosos pensamientos pasaron a la
vez en mi cabeza, pero todos eran preguntas sin sentido y no
ayudaban en esta situación. «Debería llamar a alguien».
Apenas abrí la boca, pero no hubo sonido. Al mismo tiempo,
la ansiedad se aseveró. Entonces… «¿Quién iba a venir?
¿Cuándo? ¿Cuánto tiempo tardarían?».
Me estremecí y caí al suelo. Abrí los ojos en este momento.
Casi simultáneamente, el perro ladró salvajemente. Mis
brazos estaban envueltos alrededor de mi cabeza. Incluso, el
aire descendió. Ni siquiera podía gritar, estaba congelado.
Fue cuando un grito salió volando de la nada.
—¡Alex, para!
Y eso fue todo. No hubo más ataques. Por orden de alguien, el
perro estaba tranquilo. Mi mente estaba en blanco. Pude ver
al perro corriendo hacia una persona. No muy lejos, un
hombre que parecía ser el dueño estaba de pie.
—Siéntate, Alex.
Era la misma voz de antes, una voz fría. El perro siguió una
orden con una actitud dócil. Lentamente moví mi mirada. Era
un hombre que ya conocía el que sostenía el collar del perro.
Él también me reconoció.
—¿Yeonwoo? —preguntó con una sonrisa familiar—. ¿Qué
estás haciendo aquí?
Era Grayson, me senté y lo miré sin expresión.
Bésame mentiroso • Capítulo 10

El perro estaba ridículamente tendido a sus pies mientras él


me miraba con el ceño fruncido, aun así, mantenía su cara
sonriente, lo que me hacía sentir incómodo.
Apenas abrí la boca para hablar, sin embargo, no hubo
sonido. El aroma de las feromonas había hecho que mi
corazón latiera fuertemente. Si el olor hubiera sido más
denso habría perdido el autocontrol, otra vez. Estaba
agradecido por el viento que venía desde atrás.
Tenía que despertar, apreté mis puños e intenté no perder el
conocimiento de alguna forma. Está bien, había muchas
personas que me ayudarían si algo pasaba. Estaba realmente
bien. Apenas me puse de pie, sentí una sensación de
incomodidad que pareció agotar mi energía.
—Hola, señor Miller. ¿La reunión terminó bien hoy?
Difícilmente podía hablar. Traté de relajar mi cuerpo, pero la
sensación de presión no disminuyó mucho. Grayson levantó
ligeramente ceja y abrió la boca mirándome, aún con una
sonrisa:
—No respondiste a mi pregunta.
El momento fue vergonzoso. ¿Qué me había preguntado ese
hombre? Apenas recordaba sus palabras.
—Hoy hubo una fiesta.
—Ajá.
Solo entonces Grayson escupió un signo de exclamación
exquisitamente corto. Me quedé en silencio.
—Todos han vuelto, pero yo, por este sujeto… —dijo en una
posición mirando hacia abajo con una sonrisa hacia el
Rottweiler que estuvo a punto de atacarme pero que ahora
meneaba la cola—. Abrí los ojos por un momento, y cuando
me di cuenta se había ido a alguna parte, lo estaba buscando.
Este chico.
Él se rio, pero yo no lo hice en lo absoluto. Casi me desmayé
y morí. ¿Cuántas personas podían reírse en esta situación?
Aunque yo no era el único en la mansión, sabía que había
algunos empleados cerca de aquí. ¿Estarían bien? De pronto,
Grayson dijo como si hubiera penetrado en mis
pensamientos:
—Pero no suele atacar. Creo que le gustaste mucho,
Yeonwoo. —Se rio y preguntó—: Si lo piensas, ¿te gustaría
aparearte con Alex en tu ciclo de calor? Está bastante
desesperado.
Por un momento, mi piel se puso de gallina. Grayson se
encogió de hombros, sin decir nada.
—Era una broma.
Al menos, era cierto que era una broma. Me quedé sin aliento
y seguí intentando abrir la boca:
—Entonces… Sr. Miller, estoy...
—Espera un minuto.
De repente, no tuve más remedio que parar allí, mientras me
preguntaba qué estaría pensando, fue cuando Grayson dijo:
—¿Entonces por qué estás aquí? No hay nada que puedas
hacer en primer lugar.
Estaba realmente curioso. No sabía si solo estaba
bromeando. En realidad, nunca sabía cuándo hablaba con
sinceridad, de igual forma, no estaba seguro del por qué lo
había encontrado aquí.
—... Disculpe.
Apenas dije eso, me di la vuelta. Quería entrar a la casa y más
específicamente, a mi habitación y esconderme. Sentía que
me faltaba la respiración. Las cosas no estaban saliendo
como lo había previsto.
—Yeonwoo. ¿Qué es tan urgente?Grayson me llamó con una
voz llena de risas. Como siempre, estaba tratando de decirme
algunas palabras más con una broma ligera. Lo sabía
claramente, mi cabeza lo sabía, pero mi cuerpo no podía
evitarlo.
—... ¡Hola! ¿...?
En el momento en que Grayson me agarró del hombro, dejé
de respirar y grité. La cara de Grayson se sorprendió a la
vista, pero eso fue todo. Me caí y terminé sentado suelo.
—¿Yeonwoo, Yeonwoo? ¿Qué pasa?
Grayson preguntó, avergonzado, pero no pude decir nada.
Seguía respirando solo por la boca. Mi cabeza estaba tensa y
mis ojos parpadearon. ¿Estaba muriendo?
El miedo agarró todo mi cuerpo. Tenía la boca abierta pero
no entró oxígeno. Gradualmente, la conciencia se volvió
borrosa. Mientras tanto, el aroma de Grayson todavía flotaba
dulcemente sobre mi nariz; fue cuando de repente, alguien
me abrazó por detrás.
Todo mi cuerpo estaba envuelto en una rica fragancia de
feromonas.
—Está bien. —Una voz tranquila y calmada fluyó en mi
oído—. Está bien, respira lentamente...
La voz tranquilizadora era claramente familiar. Conocía al
dueño de esa voz. Lo sabía muy bien.
—... ¡Ugh!
De repente entró el aire y respiré, una leve tos salió. Oh,
gracias a Dios. Mi mano temblorosa se aferró a su camisa.
Era Keith. Era la feromona de Keith.
—Hmm...
Dejé de llorar. No pude resistir mis emociones. Mientras
sacudía mis hombros y me ahogaba, escuché la voz de
Grayson, que permaneció en silencio hasta entonces.
—¿Qué…? ¿Qué pasó?
—Cállate, Grayson. —Keith se expresó con una voz
completamente diferente a la de antes—. Deshazte de tu
feromona.
—¿Qué?
Grayson preguntó, aparentemente confundido, pero Keith
dijo lo mismo con una voz fría:
—¡Deshazte de tu feromona!
Hubo silencio por un breve momento. La feromona de
Grayson, se redujo significativamente. Respiré temblando. La
fragancia de Keith había entrado por completo en mí.
Apenas calmé mi respiración agitada. Cuando mi mente se
alejó, mi cuerpo fue liberado. Keith abrazó mi cuerpo que
había sido completamente liberado.
—¿Por qué...? ¿Qué es esto?
Como si Grayson no pudiera soportarlo más. Keith levantó la
mirada y no me vio.
—Cuando absorbe otra feromona que no sea la mía le
provoca convulsiones y ataques de pánico.
—¿Qué?
Keith respondió tan simple como molesto:
—El día que tuvo el incidente con Ken. Por eso.
Por un momento, Grayson guardó silencio.
—¿Lo que sucedió hace unos meses?
Keith me miró en lugar de responder. Yo lo miré sin
comprender. Grayson me miro extrañado.
—¿Pero solo tus feromonas están bien? ¿Todas las otras
feromonas le provocan eso?
Keith asintió.
—Bueno. —Grayson volvió a quedarse sin palabras. Un
silencio ominoso continuó—. ... Entonces… ¿Tienes que
calmarlo cuando esto sucede? ¿Por cuánto tiempo?
Keith no respondió.
Grayson tampoco parecía querer una respuesta, pero pronto
agregó como una broma:
—¿Por qué no duermes con él? Creo que te gustará.
—Cállate, Grayson.
—Ja, ja, ja. —Grayson se rio a carcajadas, aunque pronto se
convirtió en una risa amarga—. Pobre Yeonwoo.
Miré a Grayson con ojos nublados. Me estaba mirando
fijamente, con una sonrisa como siempre.
Ese hombre se había dado cuenta.
Bésame mentiroso • Capítulo 11

Un profundo suspiro fluyó.


El aire de la noche era frío, así que mis brazos estaban
envolviendo mi cuerpo, pero no quería volver a buscar ropa
de abrigo. Keith actualmente, está teniendo sexo con una
acompañante, por lo que no puedo entrar a la casa así que,
deambulo por el gran jardín. Olí cuidadosamente las
feromonas que se desbordaban. El aire dentro de la casa
estaría tan húmedo que no podría soportarlo. Tenía miedo
de entrar a la mansión.
—Yeonwoo, ¿estás aquí? Charles me encontró y habló. Dudé
y asentí. Él abrió la boca con la cara inexpresiva, como
siempre—: Se terminará pronto. ¿No hace frío? ¿Deseas
alguna bebida caliente o ropa de abrigo?
—Oh gracias. Ropa de abrigo, por favor.
Charles asintió brevemente.
—Vendré pronto.
Dicho esto, desapareció como el viento y yo me quedé allí,
frotándome los brazos. ¿Qué hora era? Inadvertidamente
miré con tristeza mi muñeca vacía. Keith a veces las llamaba
al hotel y otras veces a su casa. Aunque está vez, el periodo
había sido corto, habían sido en espacios de 3 días. La había
llamado todos los días durante la primera semana. No había
nada de que decepcionarme porque se suponía que ya la
conocía. Sin embargo, era difícil verla entrar a su habitación
con orgullo. Pretendí quedarme dormido las primeras veces
y me quedaba en mi habitación desde la tarde, pero debido a
la feromona que se desbordaba, podía ver la situación sin
estar físicamente ahí así que, a menudo deambulaba fuera de
la mansión. Me dolía el corazón a morir.
... Que frío.
Me encogí de hombros. ¿Cuánto tiempo había pasado? En mi
experiencia, parecía que habían pasado tres horas, pero
seguramente habían pasado mucho más. Gracias a él,
siempre tuve que esperar durante al menos tres horas en el
auto cada vez que se encontraba con una compañera sexual
en el hotel. A veces, me dejaba en la mansión y se dirigía al
hotel, pero en ese caso, al cabo de unas horas, al amanecer,
volvía en el coche.
De pronto, escuché un sonido.
—... ¿Ya terminó?
Era una pena que me hubiera olvidado del reloj y mi celular
porque salí antes de lo esperado. Me sentía amargado.
Miré la mansión una vez más cuando un grito fluyo desde la
ventana abierta de Keith.
Los sucesivos gemidos me habían estado molestando por
mucho tiempo, pero lo que me molestó aún más fue que
Naomi, que era la compañera, había durado un poco más de
tiempo que la anterior. Ya era hora de cambiar.
A Keith le podía haber gustado Naomi. Mi corazón pareció
estallar solo por imaginarlo. Después de un tiempo ya no
podía escuchar los gemidos y los gritos, se estaban quedando
sin aliento. La mansión estaba en silencio. Suspiré, fue
entonces cuando por detrás escuché el sonido de la puerta.
Pensé que Charles había vuelto con mi abrigo, pero estaba
mal. Había sido Naomi quien abrió la puerta.
—Oh, Dios mío.
Tan pronto como me vio, me asustó. Naomi, que llevaba un
vestido delgado que hacía relucir su delgado cuerpo y dejaba
al descubierto su abultado pecho, se me acercó.
—¿Eres el secretario del señor Pittman? Eso es bueno.
¿Dónde está el mayordomo? Cuando terminé, le dije que me
gustaría irme a casa.
—... Debe venir ahora.
Ni siquiera tuve que escuchar su respuesta. Un fuerte aroma
a feromona salió de su cuerpo. Naomi era Beta. Así que
estaba perfectamente con la feromona de Keith. De
momento, me sentí celoso. Bajé la cabeza para ocultar mi
expresión. Ella saco un cigarrillo del bolso y lo mordió.
Naomi, escupió el humo durante mucho tiempo.
—¿Eres Omega? ¿También te acostaste con Pittman?
Su voz se oía cansada. Lo comprobé cuando miré sus ojos, los
cuales también lucían de esa manera.
—No... el Sr. Pittman nunca duerme con un hombre.
Curiosamente, mi voz fluyó en mis oídos con tanta calma.
Naomi me miró, tenía una mirada sorprendida, pero no era
mi intención.

—¿De Verdad? ¿Aunque seas Omega?


Repetí las mismas palabras una vez más. Con voz seca.
—No tiene sexo con hombres.
Con un silbido, escupió un largo humo de cigarrillo.
—Sin las disposiciones de confidencialidad... Annabel dijo
que robó el esperma, pero no entiendo. ¿Cómo Annabel robó
el esperma? ¿Y cómo lo descubriste? No la entiendo, yo
hubiera tomado una foto de su pene mientras dormía, y me
hubiera hecho un consolador que se viera igual.
No pude decir nada cuando la miré con una expresión en
blanco, como si estuviera recordando. Había escuchado
varias veces los sentimientos de las compañeras de Keith
sobre sus encuentros en la cama. Sin embargo, traté de
ignorarlo. Naomi, no conocía mis sentimientos, sentí una
tristeza.
—Pero no importa qué tan bien me pueda hacer sentir un
consolador, no sería igual.
Observé su hermosa cara, bastante arrogante.
En ese momento pensé:
¿En serio? Qué tan bueno es...
No sabía cómo reaccionar, estaba callado. Honestamente
tenía curiosidad. Sin embargo, no lo sabría, aunque después
de escucharla, me volvería aún más miserable. Elegí mi
orgullo sobre la curiosidad.
—Me alegra que este satisfecha.
—¿Satisfecha?
Naomi se rio y escupió la actuación:
—No lo has visto, así que no puedes saber. Keith es el mejor
hombre que he visto. ¡Dios mío! ¿Por qué estás tan asustado?
¿Cuándo iba a venir Charles?
Me puse nervioso.
—Espero que no me golpees cuando acabe.
—¿Golpearte?
Lo siento, pero ya era agua derramada, ya lo había dicho. Miré
a Naomi y ella suspiró, luego respondió con franqueza y sin
rodeos:
—Hay muchos casos en los que no puedo aceptar una
despedida, pero con Pittman es diferente, haré lo mejor que
pueda hasta el final, aunque puede haber algunas cosas con
las que no estoy satisfecha.
No tuve que dar una explicación detallada, así que me callé.
Naomi entrecerró los ojos. No podía entender lo que estaba
pensando. Puso un cigarrillo en su boca y dijo con elocuencia:
—Todos están enojados con una persona orgullosa y
arrogante. A ti también te debe estar costando mucho. —Ella
fuma lentamente y sonríe—. ¿Tienes que callar todo lo que
sabes?
Era correcto, pero no podía asentir con la cabeza. Naomi me
preguntó en silencio.
—¿Puedo tocarte sin golpearte?
—¿Sí?
Mientras estaba confundido, ella sonrió alegremente.
—Un Omega puede dormir con una mujer, ¿verdad?
Simplemente no puede tener hijos. Solo seria para disfrutar.
Estaba avergonzado y sin palabras por un momento.
—Lindo. Te pareces a mi hijo.
—¿Hijo?
¿Naomi tenía hijos? Había estado casada dos veces, pero
ahora estaba soltera. No había oído hablar sobre un hijo, y
cuando la visité, solo vi a los empleados dentro de la casa. Me
acordé apresuradamente y pronto la cuestioné:
—... El perrito que crías en casa.
—¡Sí, Mickey!
Al instante no pude manejar mi expresión facial al escuchar
que me parecía a un perro, pero cuando vio mi rostro
distorsionado, se rio a carcajadas, como si fuera divertido.
—Realmente te pareces. Mickey se ve así cuando está
enojado conmigo. Mira esto, ¿es realmente lindo?
Naomi intentó encontrar una foto en su teléfono celular para
mostrármela. Por supuesto, me negué.
Estaba tratando de decirle que iba a buscar a Charles, cuando
de repente se tropezó. Me sorprendió y la atrapé por reflejo.
Las feromonas que la cubrían entraron en mi cuerpo. Dejé de
respirar, pero ya me latía el corazón, las palmas de mis
manos se me mojaron. Me tranquilicé a la fuerza y apoyé a
Naomi; su mirada hacia mí era confusa. Últimamente me
había dado cuenta de la situación, ella estaba afectada por las
feromonas. Si uno se encurtía hasta este punto, no importaba
si eras Beta. Cuando Naomi salió de la mansión por primera
vez, estaba bien, así que quizás las feromonas se fueron
absorbieron poco a poco.
Con un humor amargo, sostuve los brazos de Naomi con
fuerza.
—Es por las feromonas. Asegúrese de bañarse cuando llegue
a casa. Tome medicina también.
Naomi, que parpadeó sin comprender de repente sonrió.
—Es amable, Sr. Puppy.
Posteriormente, sucedió algo inesperado. De repente, ella
agarró mi rostro y levantó sus labios. Nuestras bocas
chocaron sin tiempo a evitarlo. ¿Realmente había sido un
accidente? Me tensé en ese momento y no pude responder de
inmediato. Naomi tenía labios suaves.Ella siguió presionando
firmemente mientras intentaba meter su lengua en mi boca.
De pronto, grité apresuradamente mientras me la quitaba de
encima:
—¿Qué estás haciendo?
—Jajaja.
Ella se rio. Por supuesto que no me reí en absoluto. Aparte
mis labios a toda prisa, pero en esos momentos, Charles salió.
—Charles.
Lo saludé. Charles, que tenía mi abrigo, miró a Naomi y
caminó directamente hacia ella.
— Yeonwoo, por favor entra.
Estaba dispuesto a entregarle a Naomi el abrigo que me
trajeron.
Me apresuré hacia Charles.
—Parece que las feromonas ya han surtido efectos en su
cuerpo, necesita medicamento...
Charles respondió sin rodeos como de costumbre.
—Siempre sucede. No te preocupes.
Cuando miré la reacción tranquila del diácono, lamenté
haber hecho solicitudes innecesarias, aunque Naomi nunca
se dio cuenta de la situación.
—Nos vemos de nuevo, Sr. Puppy.
Naomi se rio y me mando una señal de beso con la mano. No
dije nada. Vi como Charles arrastraba a Naomi y de repente,
me sentí genial. Cuando levanté la cabeza sin que lo supiera,
me detuve momentáneamente.
Keith está en la barandilla del balcón fumando un cigarrillo
mientras me miraba. Ni Keith ni yo hablamos. Solo nos
miramos el uno al otro. ¿Desde hace cuánto que estaba ahí?
¿Hasta dónde había visto? ¿Por qué me estaba mirando? ¿Qué
estaba pensando ahora?
Tenía curiosidad por todo, pero no podía preguntar. Tenía la
camisa desabotonada y el cabello desordenado, lo que lo
hacía parecer más rudo que nunca. Estaba confundido por la
apariencia desconocida de Keith. Mi corazón latía. El aire
nocturno solitario pasó una vez más. Inevitablemente,
levanté la mano y agarré mi cabello perturbado por el viento.
Keith todavía estaba allí, sosteniendo el cigarrillo entre los
dedos.
Después de eso, escupió un largo humo, el humo que fluía en
línea recta se dividió en el aire momentáneamente y luego, se
dispersó por todas partes.
De pronto, su rostro se vio ligeramente distorsionado.
Inadvertidamente sonreí mientras que con un gesto lo
saludé. Keith me miró una última vez y entro a su dormitorio.
—... Ah.
No fue hasta ese momento en que sentí que mi corazón se
tranquilizó y que me había quedado solo en el gran jardín de
la mansión.

✤✤✤✤✤✤

—... Así que decidí publicar un informe hasta el día de hoy.


Me pondré en contacto con el nuevo director y comprobaré
el progreso. No hay cita para el almuerzo, pero si una cita con
el abogado a las tres en punto. Voy a ponerme en contacto
con Chase Miller. Y finalmente, Grayson Miller dejó un
mensaje. ¿Desea que lo llame...?
Una voz seca sin emoción alguna sonó dentro del auto.
Keith no dijo ni una palabra. Hoy le había leído el horario en
el mismo tono.
Grayson Miller me habría dicho:
“Eres tan aburrido. ¿Estás tratando de hacerme dormir?"
Pero Keith permaneció fumando y mirando al frente.
Terminé de leer y esperé su respuesta, no era diferente de lo
habitual. Lo que sucedió ayer en el balcón quizás había sido
un evento sin sentido, pero no podía dejar de pensar en ello.
Tal vez mis vanas expectativas querían darle un significado
diferente. Sonreí amargamente. No debía distraerme.
Miré a Keith, lucía indiferente como siempre.
Ahora que lo pensaba, mi envase de inhibidores parecía que
se había reducido esta mañana, era natural, estaba tomando
más de lo habitual, por lo tanto, se terminaba cada vez más
rápido. Recordando las palabras de Charles, saqué mi celular.
En caso de que no tuviera tiempo de ir a la farmacia, le pediría
que me consiguiera más medicamento.
Cuantos más medicamentos tuviera, mejor.
Charles se había encargado de preparar todo, incluso de los
trajes para usar en la oficina. Eran las instrucciones de Keith,
pero de todos modos no estaba muy cómodo. Debía ir de
compras y conseguir más trajes por mí mismo. Si mejoraba,
tal vez podía irme a casa.
Pensé en ello, y pronto lo ignoré. Tenía que centrarme en este
momento. Keith abrió la boca para enviar un mensaje rápido:
—¿Qué dijo Grayson?
Respondí la pregunta.
—No me dijo nada en específico. Solo pidió que lo contactes.
Keith frunció el ceño, pero guardó silencio. Normalmente, no
era muy hablador.
Por la mañana, iba a trabajar con él en su auto e informaba
sobre el horario del día en el auto todos los días. Esperando
instrucciones, aunque los silencios repetidos se habían
vuelto desconocidos y habían hecho que mi mente se
abarrotara cada vez más. Tan extraño.
—... Chase Miller.
—Sí, señor Pittman.
Cuando respondí de inmediato, él sopló el humo.
—Dile que cambie de roles. No será Sebastián, sino Crow.
—¿Sí? —pregunté sin saberlo y luego volví a hablar—: Es un
papel secundario, no un papel principal.
Keith no dijo nada.
—Bueno. Entonces, ¿quién desempeña el papel principal?
—Debes encontrar un candidato.
—Bien.
Respondí bruscamente y tomé una nota rápida.
Tan pronto como llegué a la compañía, tuve más lugares para
llamar.
Chase Miller. De repente recordé su rostro. Actualmente, era
el actor más vendido en Hollywood y el tercero de su familia.
Ojos color púrpura, Alfa dominante y con una cabellera rubia,
caracterizadora de los Miller.
—Deberá teñir su cabello de negro para el papel —murmuré
inadvertidamente, agregando—: Por supuesto, se adaptará.
Un incómodo silencio fluyó. Keith miró en silencio los
documentos. Revisé rápidamente el horario. Simplemente
escribí lo que necesitaba con un bolígrafo y abrí la boca sin
pensar:
—¿Qué hará en la noche? ¿Desea que invite a Naomi Parker
al hotel?
No me respondió. Esperé y miré hacia arriba, luego pregunté
una vez más:
—Sr. Pittman. ¿Desea que invite a Naomi Parker al hotel?
—¿Qué?
Solo entonces me di cuenta de que Keith no me estaba
escuchando. Nuestras miradas se encontramos sin previo
aviso. Mi corazón latió apresuradamente. Contuve el aliento,
pero no pude escapar de sus ojos. Keith tampoco miró hacia
otro lado. De repente, el espacioso interior del sedán se sintió
ridículamente estrecho. La respiración se volvió difícil, pero
ni siquiera parpadeé. Keith solo siguió
mirándome. Exactamente estaba mirando mis labios. No pude
soportar el momento, lamí mi lengua.
Sus labios, que permanecieron débiles, tartamudearon. De
repente, Keith frunció el ceño ligeramente y dijo:
—Sí tú...
Estaba tenso. Keith endureció su cuerpo para no perder ni
siquiera el aliento. Sin embargo, ya no habló. Todavía me
miraba con el ceño fruncido mientras yo solo esperaba sus
siguientes palabras, aunque Keith ya no parecía dispuesto a
hablar. Lo vi levantar la mano sin siquiera pestañear. Sus
delicados dedos se acercaban a mis mejillas. Estaba tan
mareado que me faltaba el aliento. ¿Era por las feromonas?
¿Estaba siendo engañado por de nuevo por ellas?
Inesperadamente, sonó un teléfono.
Cerré los ojos sin que lo supiera, de repente escuché una
campana. Dudé y levanté los párpados. Keith todavía me
estaba mirando. Con sus manos sobre mí, el timbre del
teléfono todavía seguía sonando. En el silencio, solo las
sonatas para piano de Beethoven se escuchaban.
Suspiré.
Keith, que pareció suspirar brevemente retiró su mano de mi
rostro.
El que estuviera hablando por teléfono, apenas calmó mi
corazón. Cuando respiré lentamente, el suave aroma de las
feromonas que fluían finalmente se sintió en la punta de mi
nariz.
—Por favor, ven al hotel.
Keith, quien hablo abruptamente, colgó el teléfono.
Después de una breve pausa, entendí sus palabras.
—¿Debería hacer la cita para la cena de las 7 en punto?
Keith asintió de manera fugaz. Ya no me miraba.
Rápidamente anote la cita a un lado del cronograma
mientras intentaba deliberadamente vigilar mis emociones
desordenadas.
Bésame mentiroso • Capítulo 12

Después del trabajo, Keith me dejó en la mansión y se dirigió


directamente al hotel. Fue un hecho frecuente, pero al ver la
distancia no pude evitar sentir amargura.
Después de la cena, preparada por Charles, tuve una consulta
con Steward.
—Ahora, ajustemos la frecuencia dos veces por semana y
tratemos con medicamentos nuevos.
Dicho esto, sacó la medicina de su bolsillo. Siempre había
sido un solo medicamento por si perdía el control.
—Si alguna vez tienes una convulsión o ataque de ansiedad,
toma esta. Si no se calma, toma la otra.
La segunda medicina, fue la primera vez que la vi. Tenía
curiosidad.
—Solo toma esta si el primer medicamento no funciona. Es
mejor no tomarla si es posible. Como el efecto es bueno, los
efectos secundarios también son excelentes. Una vez que
tomes el primer medicamento, es importante que intentes
calmarte con ejercicios de respiración. Y si tomas la segunda
tienes que llamarme para verificar tu estado y los efectos que
te pueda producir.
Asentí con la cabeza y verifiqué el orden de la medicina una
vez más.
—Oh.
Cuando respiré profundamente sacudiendo mi hombro,
Steward sonrió y me dio unas palmaditas en el hombro. No
me tense como antes ni tuve miedo. Steward era de
confianza.
Después de despedir a Steward, regresé al salón. Cuando me
quedé solo, un suspiro salió. Me quedé en blanco sin pensar,
pero podía escuchar el sonido del celular. Al principio, no me
di cuenta de qué se trataba.
Parpadeé.
Apresuradamente saqué mi teléfono y revisé quien llamaba.
Era el agente de Chase Miller.
—Hola, lo siento por responder tarde. ¿Qué sucede?
Rápidamente, llevé el teléfono a mi oído y me disculpé.
—Siento llamar tarde. Creo que debería decirte lo que dijo
Chase.
—Sí, por supuesto.
Me preparé rápidamente para tomar notas. Pronto el agente
suspiró. Sentí algo siniestro.
—Dice que no le gusta la condición.
De momento me sorprendí. Había olvidado que Chase Miller
era un hombre orgulloso. Cambiar el elenco podía no ser un
trabajo fácil para un actor, pero había actores que lo
aceptaban, comprometiéndose hasta el final y otros que no lo
hacían. Debí suponer que Chase sería del segundo caso.
—¿No le gusta la condición? —pregunté.
El agente respondió como si estuviera avergonzado por
teléfono.
—Sí, Chase dijo que rompería este contrato. En primer lugar,
ustedes fueron quienes cambiaron el contenido del mismo.
—¡Espera un minuto, espera un minuto!
Tenía prisa por interrumpir sus palabras.
—¿No estabas convencido cuando llamaste durante el día?
Aceptaste el cambio de roles...
—Decidí hacer eso, pero… ¿Qué puedo hacer si a Chase le
disgustaba el contrato?
De nuevo, su profundo suspiro fluyó por el auricular. Por un
momento, no tenía nada que decir. ¿Qué era lo que realmente
no le gustaba? Había presentado todas las condiciones
mucho mejor que la primera vez. Solo había cambiado el rol
de Chase Miller.
Sin embargo, la razón por la cual Chase Miller fue elegido
como un papel secundario en lugar de un papel principal
todavía no era convincente entre los ejecutivos. No obstante,
nadie se atrevió a cuestionar a Keith.
Además, la elección de Keith siempre era correcta. El final de
una película de la que todos no estaban convencidos y de cual
se opusieron, había sido alabada como la mejor película del
año, convirtiendo a un actor desconocido en una estrella.
Entonces, de nuevo la elección de Keith… ¿funcionaría?
Todos estaban dudosos y obligados a seguir órdenes.
—Entonces dime lo que quiere. Lo que no te gustó, cómo
solucionarlo.
No tuve respuesta así que esperé pacientemente.
— Bueno, eso...
El gerente, que inevitablemente abrió la boca, dudó.
—De eso es de lo que voy a hablar con él, y voy a concertar
una cita para vernos.
—Ok.
Era común crear condiciones y dificultar las negociaciones,
pero esa arrogancia contra Keith no tenía que ver con el
contrato.
—Bueno, pero no puedo garantizar que sea aceptado.
—Está bien.
En respuesta a mi advertencia, la otra parte también
respondió con una voz triste. Sentí compasión por la idea de
que este hombre no era diferente de mí.
Fue cuando volví a suspirar.
Escuché un coche afuera. Keith está volviendo a casa. Me
apuré y salí del salón. Cuando salí de la puerta principal, vi a
Charles parado listo para saludar a Keith. El automóvil,
corriendo desde una distancia no muy lejana, dibujó un gran
círculo en medio del pequeño jardín, cuando el auto se
detuvo. El primero en bajar fue Whittaker, se acercó al auto y
abrió la puerta.
Keith, quien bajo enseguida, levantó la cabeza y me encontró,
luego se detuvo. Quizás fue una reacción natural a una
situación inesperada.
—Señor bienvenido. ¿Desea tomar un baño?
El mayordomo, hizo una pregunta con poco acento, este tipo
de días solían venir con una ducha. Keith añadió tan
casualmente como de costumbre:
—Está bien, vete.
Charles asintió brevemente y se fue.
Keith también hizo lo mismo y yo directamente fui detrás de
él.
Keith, quien parecía haber fumado desde que estaba en el
interior del automóvil tenía un cigarrillo entre los labios. A
medida que me acercaba, se mezcló el familiar olor a humo
de tabaco ligeramente con su feromona. Traté de no oler el
aroma del gel de baño que estaría allí. Keith, finalmente subió
las escaleras de la entrada.
Repentinamente, se detuvo.
—¿Qué?
El cigarrillo en su boca me hizo pensar en lo dulce que eran
sus labios. De pronto, imaginé que el cigarrillo sería yo y a
último momento sería arrojado al suelo, sin dudarlo. Pronto
volví a la realidad. Keith todavía me estaba mirando. Mi
corazón latió con fuerza , traté de ocultar mi reacción y
respondí como siempre:
—Hablé con el agente de Chase Miller, pero dijo que le
gustaría reunirse para hablar del contrato, no le gustan las
condiciones.
Las cejas de Keith se sacudieron brevemente. Se quitó el
cigarrillo.
—¿Chase?
—Sí.
Estaba impaciente y me di cuenta. ¿Qué pasaría si se
enoja? Me pregunté. Se me ocurrió con urgencia cómo
respondería si ese fuera el caso. Afortunadamente, también
estaba Charles, por lo que él podía ayudarme si sus
feromonas se volvían más intensas por el enojo. Estaba
aliviado, pero inesperadamente Keith suspiró molesto.
Abrió la boca de nuevo y luego, mordió el cigarrillo que
colgaba de su largo dedo.
—¿Cuándo?
—¿Ah?
Me sorprendió su respuesta, no era la que esperaba.
—No dijo la fecha ni la hora exacta, pero estaría bien el
descanso para el almuerzo del próximo martes, estará vacío.
—Entonces elige eso.
—... Bien.
Pensé que estaría muy enojado o tendría una reacción
similar, pero se terminó así. ¿Keith esperaba que eso
sucediera? Mientras tanto, Charles abrió la puerta principal
esperando a Keith. Pasó junto a él, como siempre.
Keith subió una larga escalera a su habitación en el segundo
piso. Mi habitación no estaba muy lejos de la suya así que,
comencé a perseguirlo sin querer.
Mientras continuaba siguiéndole, pareció detenerse y me
miró.
—¿Hay algo más que quieras decir?
Quería decirle que era la misma dirección hacia mi
habitación, pero en lugar de decir la verdad, hice preguntas.
—Bueno, ¿qué condición está tratando de imponer el Sr.
Miller?
A toda prisa, medité el motivo de la pregunta.
—Si tiene algo que esperar, lo prepararé con anticipación.
Entonces el contrato procederá rápidamente.
Entonces Keith dijo sin dudarlo en absoluto:
—No hay nada especial.
—¿En serio?
Apenas soporté preguntar y preguntar, pero en cambio
redondeé los ojos.
—Solo quiere darme problemas, él es un tipo así.
—De acuerdo...
Estaba confundido.
Keith dijo sacando otro cigarrillo:
—Grayson...
En el momento en el que escuché el nombre de Grayson
esperé en silencio a que Keith volviera a hablar.
—No me importa. Está bien.
—... Está bien.
No tenía nada más que decir, así que me callé. En silencio,
solo sus pasos y los míos resonaron. Keith se acercó al pasillo
del segundo piso.
—¿Estás cansado?
Keith miró hacia atrás. Pensé que le estaba haciendo una
pregunta presuntuosa, pero inesperadamente, fue él quien
abrió primero la boca.
—Un poco.
—¿Hubo mucho trabajo últimamente?
Me apresuré a pensar en la espalda de Keith mientras
continuaba caminando a la misma velocidad. Recientemente,
Keith parecía no tener un buen aspecto. Pensé en la causa,
pero no se me ocurrió nada.
De repente pensé en las palabras de Steward, aunque pronto
lo negué. Las feromonas no se habían acumulado, por lo que
no había nada malo con su cabeza. Keith había llamado a
Naomi con más frecuencia que antes y hoy había regresado
del hotel.
—¿Te importaría si te doy un masaje?
Dicho esto, Keith se detuvo.
Estaba avergonzado. Me miró a la cara. Lamentaba mucho
que me ardiera la cara.
—Eso... Lo aprendí en... Un trabajo de tiempo parcial...
Keith continúo fumando, sus ojos permanecían fijos sobre
mí.
Más tarde, preguntó:
—¿Masaje?
—Sí —asentí—. Solía trabajar a tiempo parcial debido a mis
gastos de vida... Oh, también tengo una licencia. Si no es lo
suficientemente bueno entonces...
Keith lentamente tomó el cigarrillo.
El silencio aplastó mis hombros con tanta fuerza que solo
pasaron unos segundos hasta que volvió a hablar:
—Ven a mi habitación en 10 minutos.
A pesar de escuchar claramente las palabras de Keith, mis
oídos dudaron.
Tak, tak.
Silenciosamente, Keith cerró la puerta y solo entonces me di
cuenta de lo que había dicho.
En 10 minutos.
Grité sin mi conocimiento, así que rápidamente cerré la boca.
Diez minutos habían sido poco tiempo para calmarme.
Respiré hondo varias veces y canté el himno nacional para
tranquilizarme, luego olvidé la letra, así que busqué
apresuradamente en Internet, posteriormente, leí el poema
y respiré hondo nuevamente.
Vi mi reloj, ya habían pasado 13 minutos.
Salí de mi habitación a toda prisa sintiéndome nervioso.
De pie frente a la habitación de Keith, mi corazón palpitó
fuertemente.
Deberían haber pasado 15 minutos ahora.
Llegaba cinco minutos tarde. Respiré hondo y toqué la
puerta.
Pude ver mis manos temblorosas claramente al tocarla. Abrí
lentamente, la vista de la habitación que había visto en la
mañana apareció a mi frente.
Levanté la cabeza y miré a Keith. Llevaba unos pantalones
cómodos de algodón mientras que su torso estaba desnudo.
Era natural, le iba a dar un masaje, pero no podía decidir
dónde dejar de mirar, incliné la cabeza. No obstante, la parte
superior de su cuerpo se quedó impresa en mi mente.
Mi corazón latió con fuerza, como si fuera a estallar. Debido
al sonido de mi corazón, mis oídos no podían escuchar
sonido alguno correctamente. Los nervios de todo mi cuerpo
se pusieron alerta.
Me puse de pie al lado de la cama.
Keith solo me miró y volvió acostar la cabeza.
—Yo… Emm, ¿tienes una loción…?
Su voz ronca se filtró y tosió, luego señaló el baño a un lado
sin decir nada.
Me apresuré a ir.
El diseño del baño no era muy diferente al de mi habitación.
Solo era mucho más amplio. Dentro, los artículos disponibles
eran más o menos similares, incluso vi los mismos
analgésicos simples en el lugar donde solía poner los
medicamentos. Pronto, encontré una loción.
Cuando regresé, miré su cabeza que permanecía volteada,
opuesta a la dirección donde me encontraba mirando, me
sentí aliviado, y cerré los ojos. Si Keith me hubiera mirado a
los ojos, no podría soportarlo. La alfombra se tragó mis pasos,
así que deliberadamente tarareé.
Después de carraspear levemente, me acerqué a él. Keith no
abrió los ojos.
Antes de tocar su cuerpo, hablé primero:
—Señor Pittman, ¿está durmiendo?
Le pregunté porque pensé en irme si estaba dormido, no
quería despertarlo porque lucía cansado, pero a diferencia de
mi pensamiento, Keith pronto respondió:
—No.
Sin querer sonreí y abrí la boca:
—Bien, comencemos... —dije—. Por favor, dime si sientes
incomodidad en algún lugar —agregué como advertencia,
pero esta vez no hubo respuesta.
Me subí a su espalda poniendo ambas piernas separadas
sobre su cintura. Tomé la loción con moderación y la froté en
la mano. Necesité una gran cantidad de coraje para poner la
palma de mi mano sobre él. Respiré tratando de relajarme.
¿Acaso había otro cuerpo perfecto en el mundo?
Los músculos de su espalda, eran firmes como los de un
nadador y sus hombros eran anchos.
Dios mío, solo tocar el cuerpo de ese hombre, era...
Yo había elegido esta suerte. No podía arrepentirme. Respiré
profundamente de nuevo, sin embargo, si continuaba
respirando la feromona de Keith en mi estado actual sabía
que sería el final así que, contuve la respiración a la fuerza
para bloquear la terrible situación. Mis dedos temblorosos
tocaron la piel de Keith, en ese momento, sentí que mi
corazón se había detenido.
No podía contener mi emoción.
Inmediatamente bajé mi palma y presioné su espalda. Había
pasado mucho tiempo desde que ofrecí un masaje, por lo que
fue bastante difícil de recordar. Mi cerebro ardía al tratar de
recordar lo que había aprendió. Después de varias presiones
a lo largo de los músculos, pregunté:
—¿Estás bien? ¿Debería hacerlo más fuerte?
Keith parecía estarlo pensando.
Mientras esperaba una respuesta, me quedé con las palmas
en su espalda. Quería sentir este sentimiento un poco más.
—... Sigue.
En ese momento, sentí alegría y vergüenza al mismo tiempo.
Mi corazón podría estallar y morir, moriría feliz en ese
momento.
—Entonces, continuaré.
Keith no dijo nada.
Todavía permanecía con los ojos cerrados. Ni siquiera podía
mirarlo sin pensar y de repente abrí los ojos, temí ser
atrapado. Mientras tanto, mi mano se movió mecánicamente.
Mis dedos recorrieron sus largos músculos, frotando
lentamente, acariciando su cuello y hombros. Con el paso del
tiempo, mi cuerpo comenzó a recordar. Incluso si traté de no
pensar, mis manos se movían naturalmente así que me sentí
cómodo.
De repente, me encontré frunciendo el ceño. Si yo hubiera
sido mujer, se habría acostado conmigo. Si hubiera sido así,
podría haberle confesado que me gusta, podría tocarle y
besar su cuerpo sin tener que sentirme de culpable. Aunque
sus relaciones terminaban en unos pocos meses, incluso si
eso pasaba no importaba porque una relación con él sería un
sueño.
—... Jaja.
De repente, Keith se rio brevemente. Revisé su rostro. Keith
todavía tenía los ojos cerrados, pero una leve sonrisa en su
boca.
Traté de recordar si había pasado algo interesante.
Keith dirigió su mirada hacia mí.
—¿Cuánto tiempo llevas haciendo esto?
Lo recordé por un momento y luego respondí:
—Han pasado 3 o 4 años, pero solo lo hice a veces durante
las vacaciones... Sería alrededor de un año si contara la
cantidad de meses.Cuando ingresé a la compañía, tuve el
trabajo más largo. Dudé y pregunté:

—Bueno, tal vez es incómodo...


—No, buen trabajo.
Keith se rio de nuevo. Estaba emocionado en ese momento.
—Hice un buen trabajo preguntando entonces.
—... Aprendiste mucho.
Keith abrió los ojos mientras hablaba con atención. La pupila
púrpura debajo del párpado medio levantado se volvió hacia
mí. Detuve mi mano sin saberlo y lo miré. Keith estaba
realmente cansado, su rostro frío desapareció en cierta
medida. Estaba fascinado y lo miré a la cara.
Caliente.
Sacudí la cabeza y me concentré en el masaje. Keith siguió
mirándome. Me esforcé por mantener una actitud neutra y
concentrarme en lo que estaba haciendo.
El silencio incómodo fue difícil de soportar, así que encontré
algo que decir desesperadamente. Apenas se me ocurrió una
cosa.
—Has estado conociendo a la Srta. Parker por bastante
tiempo.
Estaba ansioso por decirle que me encontraba celoso. Traté
de ocultar la expresión e incliné deliberadamente la parte
superior de mi cuerpo para no alcanzar su mirada, luego me
alejé lo más posible.
—¿Quién?
Estaba avergonzado por lo que estaba preguntando. Le
respondí dudoso:
—La Srta. Naomi Parker. La persona con la que te encuentras
recientemente. La viste hoy en el hotel —dije y agregué—:
¿Debo hacer una reserva para el hotel mañana?
—Ah...
Todo interés desapareció de su cara. Me sorprendió su
reacción inesperada.
—Está bien mañana.
Keith no era de los que se encontraba con su compañera
todos los días. A veces era una vez cada 3 días y a veces cada
4. Sin embargo, me había sorprendido porque no había
tenido más de tres días en los últimos años, y recientemente
había sido casi todos los días.
Tartamudeé avergonzado:
—Yo, entonces... Es una compañera que te ha gustado,
porque la has estado viendo todos los días...
Keith contestó:
—¿Gustado? ¿Ella?
Cuanto más hablaba, más ganas tenía de estar en un pantano.
Murmuré, sintiendo mi cara arder:
—Supongo, porque te has estado reuniendo durante
bastantes días con ella. Lo siento.
La expresión de Keith cambió. Exactamente se rio de mí.
—¿No has tenido sexo solo porque te divertirte?
Estaba una vez más sin palabras. Esta vez estaba teniendo
dificultades para encontrar qué decir. ¿No era por eso que
seguía llamando a Naomi? Además, ¿no le gustaba el sexo?
¿Solo era diversión? Era como había dicho Stewart, solo era
para sacar las feromonas.
De repente, recordé que Naomi elogió la habilidad de Keith.
Lo estaba haciendo muy bien para solo ser diversión.
Un incómodo silencio fluyó mientras me sentía complicado.
Keith todavía me estaba mirando, como si pidiera una
respuesta. Desesperadamente, rodando la cabeza, apenas
respondí:
—Creo que el sexo es con alguien que ames...
—...
Keith no dijo nada. Todavía me miraba con la cara en blanco
que decía que era patético. Por supuesto que era verdad. Yo
era un chico realmente patético. ¿Por qué le había dicho esto
a Keith?
Cuanto más largo era el silencio, más avergonzado me sentía.
Keith sonrió con una risa incómoda.
—Pensé que Grayson era el único que vivía en el engaño.
Aparentemente me estaba ridiculizando.
—No es un engaño, es romántico.
Lo sentía, sin embargo, ya era tarde. Keith me miró
desagradablemente.
Me apresuré a bajar.
—Lo siento.
Mire a Keith para ver si aceptaba mis disculpas o se negaba a
tratar conmigo. Yo, que me había dedicado al masaje por un
tiempo, tomé coraje y abrí la boca. Nunca hubiera podido
preguntarlo si no fuera ahora.
—Si solo es diversión entonces,¿necesitas cambiar de
compañera con tanta frecuencia?
Keith suspiró profundamente.
Abrí mi boca nuevamente para disculparme. ¿Por qué había
hecho esta pregunta inútil? Me arrepentía, pero incluso antes
de decir algo, Keith respondió:
—De todos modos, no importa con quién juegues, si sigues
tratando con una persona se pueden equivocar. Además, los
medios harán suposiciones inútiles.
Entonces me di cuenta. Él era simplemente molesto.
Solo en dos o tres meses, me había enamorado demasiado de
este hombre. No tuve que pensar en ellos. Incluso me
enamoré a primera vista y, ¿cuántos años había tenido este
amor por él? Incluso después de intentar rendirme varias
veces.
Además, en estos días parecía un sueño. Vivir en la misma
casa que este hombre, comer juntos y tener una
conversación como esta. Incluso me abrazó, aunque fue un
acto que tenía que hacer porque tenía una convulsión, tenía
ganas de llorar cada vez que recordaba el momento. Este
hombre hacía latir mi corazón fuertemente algunas veces,
decenas de veces diría, y podía ser que nunca dejara de latir
por él.
Si no hubiera sido tan amable, habría creído que este corazón
podría algún día olvidarlo. Me preguntaba, ¿qué pasaría si
conociera mi corazón?
Me di cuenta de nuevo cuán lejos estaba Keith. Pensé que era
un compañero que no podía tener. Este hombre no tenía la
intención de estar atado a nadie. Especialmente conmigo, un
hombre.
Deliberadamente moví mi mano. Me concentré en el trabajo
y aparté mis pensamientos inútiles.
Entonces, ¿por qué la veía tanto tiempo? Además, el número
de veces era más frecuente que en otros momentos.
Definitivamente pensé que ella le gustaba.
Mi mente estaba abarrotada. Moví mi mano mecánicamente,
sin saber si lo estaba lastimando.
Keith de repente suspiró. Dejé de moverme y lo miré a la cara.
—¿Nos detenemos ahora?
El sonido de su aliento estaba fuertemente mezclado con el
cansancio. Pensé que debía irme a dormir, así que pregunté
con cuidado y en voz baja porque tenía miedo de despertarlo.
—¿Está dormido?
Gentilmente levanté mi mano e intenté salir de la habitación,
pero de repente atrapó mi muñeca. Me sorprendió y miré
hacia atrás.
Keith me estaba mirando.
Bésame mentiroso • Capítulo 13 | Final de Vol. 1

Contuve el aliento y lo miré. Keith también guardó silencio.


En silencio, solo la muñeca que sostenía temblaba con una
leve sensación de ardor. Inadvertidamente lamí mis labios
secos con mi lengua. Pensé que tenía que decir algo, pero no
me vino nada a la mente. Keith solo me miró.
—Ah... ¿Necesita algo más...?
Al final de la oración, mis palabras parecieron perder fuerza.
Keith no debía haberme escuchado. Sentí que mi corazón iba
a estallar en tensión.
—¿...?
Quería preguntarle por qué estaba haciendo eso, pero no
hable. Keith miró hacia abajo enfocando la muñeca que
sostenía.
Qué demonios. Su rostro parecía estar enredado con
emociones complicadas, las cuales eran más difícil de
adivinar. ¿Por qué Keith no podía abrazarme con esa
mirada?
Keith, que soltó un suspiro de repente me soltó, y me tropecé
de regreso a la realidad.
Keith me rechazó sin verme.
—Está bien, sal.
Después de cerrar la puerta, mi muñeca se tiño de morado.
Sentí mi cara calentarse. Suavemente levanté mi mano y puse
mis labios sobre las marcas.
—...Ah.
Suspiros profundos fluyeron. Mi corazón estaba latiendo
como loco, no podía caminar. Me apoyé en la puerta de su
habitación, y sin querer tuve que cerrar los ojos para respirar
durante mucho tiempo mientras estaba de pie.
✤✤✤✤✤✤

Intente abrí los ojos por la mañana, sin querer gruñí. Después
de algunos intentos, apenas levanté mis párpados. Cuando
revisé mi muñeca sin saberlo, estaba ligeramente magullado.
En silencio, me toqué. Mi pecho latía con fuerza, mientras
estas contusiones permanecían.
Toqué mi muñeca con mis labios, pero de repente escuché un
golpe. Aparte la mano apresuradamente.
Me senté en la orilla de la cama.
Charles, entró.
—¿Estás despierto? ¿Qué te gustaría para el desayuno? El Sr.
Pittman dijo que comerá en su habitación.
—Ah...
Era una voz llena de desilusión incluso para mí.
Apresuradamente salí de la cama.
—Bajaré y comeré. Gracias.
Después de confirmar el pedido como siempre, Charles salió
de la habitación. Después de eso, suspiré y dejé caer mis
hombros. La mesa donde desayunaba con Keith todos los
días no era demasiado grande. Era hora de comer juntos una
vez al día, pero por qué me había acostumbrado tan rápido.
—Ah.
Incluso el sonido de un tenedor golpeando la mesa sonó tan
fuerte que escupí un suspiro. Charles se puso de pie a mi lado
intentado llenar mi vaso de jugo, me negué. Cuando regresé
a la habitación y terminé los preparativos restantes, de
repente me mareé.
Mientras estaba apoyado en la pared contuve el aliento por
un tiempo, sentía una sensación que sacudió mi
cuerpo. Sabía lo que era este sentimiento. A veces pasaba una
vez al mes por un tiempo corto y otras veces, cada pocos
meses por un tiempo prolongado.

✤✤✤✤✤✤

Incluso en el auto que usábamos para trabajar, Keith nunca


me vio a la cara. Fingí trabajar y miré la pantalla de la tableta,
luego abrí y cerré el horario sin querer.
El silencio había sido más largo que nunca. De repente, el
último día que lo vi me vino a la mente. Desayunar en su
habitación esta mañana podía haber sido un simple capricho.
Sin embargo, cuando recordé el día anterior, sentí algo
inusual. Abrí la boca varias veces y luego la cerré. No era
probable que respondiera solo preguntando por qué estaba
de mal humor, ya que solo escucharía palabras sarcásticas,
las cuales me lastimarían. Ya lo había experimentado.
Elegí no preguntar más.
Afortunadamente, era bastante notable que estaba de mal
humor sin mucho esfuerzo. Aunque realmente hoy era
extraño.
Mi teléfono celular me sorprendió por las vibraciones junto
al sonido de la campana. Lo saqué tan pronto como confirmé
quién era, y contesté:
—Emma, ¿qué pasa?
Le pregunté con asombro.
—¿Puedo no ir a trabajar? Le pediré a Rachel que le dé las
instrucciones matutinas.
—Claro no hay problema... ¿Pasó algo? Si necesitas ayuda,
dime, Emma —agregué seriamente a la atmósfera inusual.
Ella respondió con una voz ligeramente suavizada:
—Gracias, Yeonwoo. Lo haré.
Abrí la boca torpemente:
—Emma me dijo que no podía ir a trabajar porque tenía un
inconveniente personal.
Keith no dijo nada.
Cuando lo miré, me sentí incómodo y abrí la boca para decir
algo nuevamente, pero fue Keith quien habló primero:
—¿Cuándo vas a mejorar?
De repente me sentí avergonzado por un momento y me
quedé sin palabras. Creo que había mejorado mucho hasta
ahora. Le había comentado lo que Steward mencionó
respecto a mi mejora; pero estaba seguro que pronto estaría
bien, con confianza. Repentinamente recordé el ataque de
pánico que había tenido cuando me encontré con Grayson
hace un tiempo. No podía. Nunca podría salir de la oficina sin
Keith.
Keith me miró buscando algo que decir, frunció el ceño y giró
la cabeza.
—Eres realmente molesto.
De momento, mi corazón se volcó. Había olvidado que me
mantuvo cerca por conveniencia. La mano tierna que me
abrazó y la voz suave que me calmo, habían sido solo una
ilusión, tanto que supuse que tendría sentido. Por supuesto
que ya lo sabía. Solo quería fingir que no sabía y estar en esa
fantasía por más tiempo.
Aun así, «¿necesitaba repentina y cruelmente llevarme a la
realidad?». Pensé mientras miraba mi rostro seco a través de
la ventana. Por supuesto, este tipo no sabía nada de mi
mente. No sabe o no necesita saber que estas palabras me
duelen. Incluso si lo supiera, ¿podría cambiar la actitud de
este hombre hacia mí? No soy nada para él.
—Lo siento por las molestias.
No hablé más y pensé en la próxima consulta, debía pedirle a
Steward que me dijera cuándo iba a estar mejor. ¿No había
otro tratamiento? Si había tal cosa, lo aceptaría y le diría.
La cara que estaba frente a mí a través de la ventana del auto
todavía no tenía expresión. No podía confiar en Keith para
siempre. Si este hombre realmente se cansaba de mí, esta vez
iba a rodar hasta el fondo.

✤✤✤✤✤✤

La cita con Chase Miller se decidió después de algunas


rondas. También esperaba que esto fuera difícil.
—¿No dijiste que el miércoles es posible?
No pude ocultar la voz furiosa.
—Así es, el horario está vacío y lo comprobé varias veces,
pero de repente hubo un imprevisto...
—¡Dime por qué, por qué rompiste tu promesa el mismo día!
El agente abrió la boca.
—No tiene ganas de salir...
—¡... !
Tiré de mi cabeza y miré hacia el techo. Tardé unos segundos
en suprimir mis emociones.
—¿Planeas continuar con el contrato?
Me sentí repentinamente exhausto, había preguntado sin
dudar. El agente respondió apresuradamente:
—Por supuesto, Chase está muy satisfecho con el papel. Ah,
por supuesto, el papel anterior.
—¡Pero por qué...!
El gerente dudó:
—Eso es solo que se siente diferente...
—...
Pensé en las citas que leí en alguna parte. Después de pasar
mucho tiempo, dije con calma.
—Entonces, cuando acepte el papel y complete el contrato,
reunámonos. Si pospone una cita más, entonces...
No podría decir nada como romper el contrato a voluntad.
—Si interrumpe una cita como esta, será muy difícil para
usted administrar su agenda...
No había diferencia entre nosotros. Realmente quería
consolar, tendría que programar otra cita con él.
—Por favor, cumpla su promesa esta vez.
Colgué.
Sin embargo, no tenía confianza en sus palabras. ¿Qué iba a
decir Keith si le dijera que le he hecho una cita nuevamente?
Últimamente parecía que su mente estaba en otro lugar, era
tan indiferente. Creí que me iba a estallar la cabeza porque
estaba escribiendo el horario restante. A medida que
avanzaba, reorganizaba el horario de Keith, luego comencé a
hacer llamadas urgentemente.

✤✤✤✤✤✤

—Vamos, señor Pittman. El recepcionista, que fue saludado


bruscamente, lo guio directamente a la reserva.
Dejando a Whittaker y otros guardaespaldas en la entrada,
seguí a Keith. Estábamos en un lugar en el que había estado
muchas veces, pero todavía me sentía abrumado cada vez
que venía. Caminé con la espalda estirada intencionalmente
para no estar abrumado. Las personas comían y bebían café
en lugares como este.
Keith se sentó primero en el asiento al lado de la ventana.
Había una silla para sentarse un poco lejos de él. Me senté en
silencio.
Revisé el reloj de pulsera. Hasta esta mañana, mi corazón
estaba irritado. Afortunadamente, en las dos llamadas de
confirmación que hice, el agente dijo:
—¡Hoy debe ser!
Respondí con certeza. Esta vez podía creerle, pero estaba
ansioso.
¿Chase Miller se apegaba incluso a sus citas? Lo recordaba
por su nombre, pero nunca lo había visto realmente. Era la
primera vez que lo vería. ¿Cómo se verá?
A pesar de eso, tenía curiosidad. No era la edad o la situación
para gritar de alegría por las celebridades, pero era cierto.
Incluso como secretario del propietario del grupo de
entretenimiento, había conocido a los principales actores.
Era una experiencia inusual verlos de primera mano.
Entonces, me pregunte si Chase Miller había venido a la fiesta
el año pasado. Obviamente se hubiera enviado una
invitación. Recuerdo que Grayson asistió, pero no recordaba
algo sobre Chase. Me detuve por un momento, pero de
repente vino un empleado.
—Oh gracias. —Me entregaron el menú, después me dirigí
hacia Keith y hablé con cuidado—. Sr. Pittman, ¿le gustaría un
café expreso? ¿O té?
Keith respondió sin mirarme:
—Té.
—De acuerdo. ¿Puedo elegir las hojas?
Keith no dijo nada. Era el significado de su consentimiento.
Después ordené que se mezclaran algunas de las hojas que
parecían ser del gusto de Keith.
—Me gustaría lo mismo.
El personal volvió con hojas de té para probar. Me enderecé
y miré la espalda de Keith. Siempre era lo mismo que ver. Su
aroma suave y fluido, su cabello oscuro cuidadosamente
recortado, su nuca fuerte, sus hombros duros.
De repente pensé: «Ahora es el momento de aclarar tu
mente». Recordé cuando rompió mi corazón por primera vez,
habían pasado años desde ese día. Había renunciado a la idea
de ser amado por él, pero igual habían pasado varios años y
yo aún seguía sin rendirme. No habían sido solo una o dos
veces que decidí terminarlo. Este tonto corazón nunca sería
recompensado, lo sabía demasiado bien, pero no podía dejar
de ser estúpido.
Era irónico, yo solo era ahora una molestia para él.
“Eres realmente molesto”.
Cuando volví a tocar mi corazón, cerré los ojos y lentamente
los abrí de nuevo. Nada había cambiado. Keith seguía
mirando en la misma dirección, apartado de mí, y yo miraba
su espalda. Pensé que estaba cansado de este amor por
primera vez. Me pregunté si había llegado el momento de
cerrar realmente mi corazón.

✤✤✤✤✤✤

El sonido de la taza fue débil. Keith ya había terminado su


primer té. Me pregunté qué debía ordenar. Observé con
impaciencia, pero no vi signos de Chase Miller.
¿Había sido un accidente al venir? No podía creer que
hicieran esperar a Keith dos horas.
Al final de los 30 minutos, llamé al gerente, pero él dijo:
—Voy a ir pronto.
Esperé 30 minutos más, pero nuevamente fue lo mismo.
En la siguiente llamada espeté:
—¿De verdad vas a venir?
Estaba perplejo cuando dijo:
—Iré.
Pero no tenía confianza. Ya era la segunda hora. No estaba
actuando de nuevo. Estaba irritado, me volví a mirarlo de
nuevo y encontré la taza de Keith vacía. Rápidamente me
levanté y miré a los ojos de Keith. ¿Debía ordenar
nuevamente?
—Yo, señor Pittman.
Cuando abrí mi discurso con cuidado, Keith se levantó de
repente. Me sorprendió y retrocedí como si saltara
involuntariamente, Keith estaba mal visto por mi tardía
reacción. Miré hacia abajo.
—Lo siento.
Keith se mantuvo en silencio y comenzó a caminar hacia la
salida. Perseguí su gran paso.
—Gracias por venir, por favor regrese de nuevo.
Fue hora de cruzar el pasillo justo después de que el personal
de la entrada se despidiera.
—... ¿Eh?
De repente, un hombre apareció a la vista. En algún lugar,
parecía nervioso y ansioso, cuando se encontró con Keith se
detuvo, luego cerró los ojos y juntó las manos, como en un
acto de rezar.
Incliné la cabeza.
—¿Qué...?
Observé con atención, pero Whittaker se acercó de repente y
habló en voz baja:
—Yeonwoo, ¿qué sucedió con Chase Miller? ¿No vino?
Nosotros estuvimos custodiando la entrada, pero ni siquiera
vimos su sombra.
También parecía tan avergonzado como yo.
Después de tragar la saliva seca, asentí.
—No vino.
—Jesús, ¡cómo así...!
Fue entonces, cuando Whittaker escupió una pequeña
blasfemia. De repente, un hombre sospechoso intervino. Era
el hombre que había visto antes, escupí una breve
exclamación. Nadie tuvo la oportunidad de detenerlo.
Repentinamente pude ver su ataque contra Keith tan
claramente como una pantalla lenta e incluso vi como sacaba
un arma afilada de sus brazos.
—¡Keith...! —grité fuertemente.
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 1

Fue solo un momento, pero creo que incluso después de


varios años, podría recordarlo claramente. El hombre que
sostenía el cuchillo se abalanzo sobre Keith, los
guardaespaldas corriendo detrás de él.
—¡Keith! —grité de miedo.
No había nada en mi cabeza. El único pensamiento era Keith.
Tenía que detener a ese hombre, tenía que tomar ese
cuchillo, tenía que cuidar a Keith…
Corrí con todas mis fuerzas. Extendí la mano e intenté
detener al hombre. La escena se desarrolló lentamente frente
a mí. Muy lentamente, el hombre se estaba moviendo. Un
pequeño esfuerzo más, si me acercaba un poco más. El
hombre estaba sosteniendo un cuchillo. Dibujaba una gran
sonrisa. Keith parecía retroceder, pero ya era tarde. El
cuchillo del hombre entro en el brazo de Keith frente a mis
ojos.
—¡...!
La sangre estallo frente a mí. Los gritos sonaron aún más
fuertes. Los guardaespaldas se apresuraron por todas partes.
El hombre fue abrumado por los guardaespaldas y lo tiraron
al suelo.
—¡Malditos, son unos demonios! ¡Muerte a los Alfas! ¡La
destrucción viene!!
Estuve en blanco por un momento. No podía creer que
hubiera fallado. Me acerqué con todas mis fuerzas, pero ya
era tarde. Keith ya estaba herido en un brazo y estaba
sangrando. Tenía prisa y de inmediato me acerqué a él y
desaté mi corbata.
—Dejará de sangrar —dije y agregué—: Creo que sería más
rápido ir directamente al hospital. ¿Estás bien?
Cuando se lo pregunté en un tono rápido, Keith asintió
brevemente sin ningún cambio en su expresión. Miré a
Whitaker de inmediato.
—Voy a ir al hospital más cercano ahora mismo. Me pondré
en contacto con usted. Entregue al atacante a la policía y
reporte lo que sucedió. Por favor.
Miré a Keith nuevamente.
—¿Estás bien? ¿Puedes caminar hacia el auto?
Mi voz sonaba tan extraña.
Era tan espeluznante escucharme a mí mismo. Keith me miró
y avanzo sin responderme.
—... Sí, Keith Pittman ahora está aterrorizado. Llegará en los
próximos 10 minutos. Es una puñalada y mide
aproximadamente 4 o 5 pulgadas. No sé la profundidad, pero
puede moverse y ha dejado de sangrar. Sí, necesita
tratamiento tan pronto como lleguemos.
Después de llamar a la sala de emergencias, le informé a
Keith.
Keith, sentado a mi lado, debería haber escuchado todas las
llamadas, pero no hubo respuesta. Estaba ansioso de que se
desmayara porque estaba sangrando.
—Yo controlaré la prensa para que este atentado no sea un
problema.
Era natural que no hubiera necesidad de informar, pero
deliberadamente hablé con Keith.
Keith no me respondió, pero de alguna forma me sentí
aliviado. A pesar de que até lo más fuerte que pude la corbata,
la sangre continuaba saliendo.

✤✤✤✤✤✤
El personal médico que esperaba curó de inmediato la herida
de Keith.
—Pueden quedar o no cicatrices... Como sabe, es diferente a
otros pacientes.
El médico no tenía mucha confianza. Fue una suerte que la
herida se curara rápidamente. Contrariamente a mi
preocupación, no hubo otras lesiones. Todo lo que tenía que
hacer era coser la herida, dijo el médico.
—Tiene que volver otra vez para retirar los hilos. Cosí
bastante…
Después de completar el procedimiento, estaba ocupado
llamando a todas partes para mantener la seguridad.
También llamé a Charles para informar la situación y
comentarle sobre los cuidados de Keith.
Debía cuidar su herida. Compré una camisa de cambio y me
dirigí a la habitación del hospital donde se encontraba Keith,
había varios guardaespaldas en la puerta.
Después de abrir observe a Keith que se encontraba sentado
en la cama, inmediatamente me miró.
Cerré la puerta.
Me acerqué a él y saqué la camisa nueva.
—Por favor, póntela. ¿Cómo está la herida?
Keith levantó el brazo. Un vendaje estaba envuelto alrededor
de su musculoso brazo.
—Se trata de coser algunos puntos. El médico dijo que era
muy bueno en la hemostasia.
Se rio.
Ningún pensamiento me vino a la mente. No dije nada, saqué
la camisa de la caja y la desdoblé. Keith se quitó la camisa rota
que llevaba puesta. Extendió los brazos y le ayudé a ponerse
la camisa, haciendo todo lo posible para evitar lastimar la
herida.
Keith estaba tratando de cerrar el botón de la camisa cuando
el frunció ceño. En el momento en que trató de abotonarse,
tiró de la herida y le llegó un dolor.
—¡Yo! Lo haré.
Me senté en la cama y comencé a cerrar los botones. Cada vez
que abotonaba uno por uno, me venían poco a poco los
recuerdos. El hombre que había atacado a Keith, el cuchillo
que se clavó en su brazo, la sangre roja que se dispersó
gradualmente e incluso yo, indefenso e incapaz de hacer algo
para ayudarlo.
Detuve mis manos. Para ser exactos intenté seguir pero fallé,
mis manos me fallaron. Una venda blanca apareció cerca de
mis ojos.
—¿Qué?
Solo podía ver un vendaje blanco.
Sus manos temblorosas se detuvieron en el aire. Apenas abrí
la boca.
—Lo siento.
—¿Qué?
Keith no parecía entenderlo realmente, pero solo seguí
hablando.
—Debí haberlo detenido, pero pude hacerlo.
Keith guardó silencio, solo me estaba mirando.
—Lo siento... Por herirte.
—No lo hiciste.
Keith escupió sin rodeos. Sacudí la cabeza.
—Pero… aun así, debería haberlo detenido. Yo... Debería
haber sido más rápido...
Debí haberme movido rápidamente. Vi al hombre acercarse,
había sido poco antes de que mis ojos se nublaran. Chasqueé
los labios a toda prisa.
Keith, guardó silencio por un momento.
—Eso es lo que debería hacer Whitaker.
Sacudí la cabeza violentamente. No, no, no. Debería haberlo
hecho yo. Debería haberlo notado más rápido.
—... Debería haber sido herido —murmuré.
Keith no dijo nada. De repente, mis ojos se oscurecieron. Sin
darme cuenta, un calor se sintió sobre mis párpados y la luz
desapareció. Keith cubrió mis ojos con sus manos. Solo me
quedé en blanco. Prefería no ver nada.
No fue hasta más tarde que me di cuenta de que lloraba.
Cuando apenas recuperé mi respiración temblorosa con
sollozos, sentí unos labios encima de los míos.
—...Ah.
Al principio, no me di cuenta de lo que estaba pasando. Mi
cabeza estaba vacía, mis ojos estaban llorando, y mi
respiración era muy áspera.
Su lengua pasó sobre mis dientes y se abrió paso en mi boca,
nuestros los labios se engancharon.
—¡...!
De repente, sentí un peso sobre mí. Me caí sin ayuda. El suave
colchón se sintió en la parte posterior, pero no hubo
conmoción cuando la mano, que estaba cubriendo mis ojos
se colocó atrás de mi cabeza y la protegió. Abrí los ojos con
dificultad, pero los volví a cubrir.
Nuestros labios se tocaron, luego giré la cabeza nuevamente
para atacar el otro lado. Este había sido el primer beso tierno,
como reconfortante, relajante y acariciante. Con tanto
cuidado como si me fuera a romper.
—Ah.
Presionado completamente entre el colchón y Keith, pude
sentir su cuerpo completo. Los músculos duros y fuertes de
Keith, su peso pasó sobre mí.
Quería levantar mi mano temblorosa y abrazarlo, pero no
pude. Parecía que esta ilusión desaparecería tan pronto
como me moviera un poco. Quería mantenerlo un poco más.
Esta dulzura. Solo cerré los ojos y respiré mientras estaba
inmerso en un beso con él. De alguna manera quería tener
más, quería recordar este momento.
Keith besó mi cuello una y otra vez. Sus dedos descendieron
lentamente. Cuando la punta de su dedo presionó mi pezón,
tragué mi aliento a través de los labios superpuestos. Un
dedo pausado frotó lentamente mi pezón encima de mi
camisa, haciendo un movimiento circular. Soporté
desesperadamente mis gemidos, pero el aliento se volvió
áspero. No podía soportarlo. Cuando Keith volvió a mí,
agarró mi pezón, dejé de respirar porque pensé que mi
corazón iba a estallar. Sentí que algo palpita debajo. Me
esforcé por no ponerme de pie.
Cuando apenas abrí los ojos, la cara de Keith era visible en un
campo de visión medio abierto. Separo sus labios de los míos
y me miró. Su mano cubrió mis ojos nuevamente. Nada se
reflejaba en la oscura vista.
—Ah.
Un suspiro tembloroso golpeó los labios de Keith y volvió a
mí. De nuevo nuestros labios estaban fuertemente
comprometidos. Quería morder su labio inferior y chuparlo.
La sensación de los dedos que sostuvieron mi pezón y el
movimiento de su lengua que deambula por mi boca fue muy
intensa.
Deseaba poder convertirme en uno con él. Quería que este
hombre entrara en mí. Hasta el fondo. Podría hacer cualquier
cosa si pudiera tener a este hombre.
Un golpe repentino sonó en mi mente. Volví a la realidad.
Quitó sus labios, levantó su cuerpo. Incluso entonces, su
mano que cubría mis ojos permaneció igual. Sentí que me
estaba mirando por alguna razón. Todavía aguanté la
respiración acostado. Me preguntaba qué estaba pensando
Keith, cómo se veía y por qué me dejaba ir, pero… al
contrario, era bueno. Era suficiente que él me estuviera
mirando y solo éramos nosotros dos en este espacio.
—... Maldición.
No fue hasta que escuché su voz y pasaron unos segundos
antes que me diera cuenta que Keith había estado
maldiciendo. La mano que cubría mis ojos se fue.
Me senté en la cama y lo miré atentamente. Todo lo que
habíamos hecho había sido solo besarnos, pero sentí lo
absurdo de ser abandonado después del sexo. Keith caminó
frente a la puerta, agarró la manija y abrió la boca de repente:
—Tú, por qué...
Inmediatamente abrió la puerta de la habitación del hospital.
El campo de visión brevemente iluminado volvió a
oscurecerse cuando salió al pasillo. Me di cuenta de que me
había quedado solo. Tenía que ir.
Pensé sin comprender. No quería mover un solo dedo, pero
tenía que ir tras Keith, volver a la mansión y hacer lo que él
me indicará. Ese era mi trabajo. Seguí deslizando mis manos
y arreglando mi camisa; limpié mi ropa y me pasé los dedos
por el cabello.
Las palabras de Keith vinieron a mi mente. Él estaba en lo
correcto. Sabía que Keith lo lamentaría. Sabía que debería
haberlo detenido. Sin embargo, aunque sabía el resultado, lo
dejé solo porque no quería perderme la sensación de ser
tocado por él.
Lo dejé solo por mi codicia. Aunque ya conocía el miserable
final. Cuando apenas tomé coraje y salí al pasillo, Keith estaba
hablando con Whittaker. Parecía que el tiempo había pasado,
pero el reloj en el pasillo indicaba que solo había pasado 20
minutos.
Afortunadamente, Keith me estaba dando la espalda. Me
quedé en silencio detrás de él, prestando atención a su
expresión.
—... Lo estoy haciendo así.
Whittaker asintió brevemente después de informar. Keith se
alejó sin decir nada. Me apresuré a seguirlo.
A pesar del sonido del hospital sentí un pesado silencio.
Seguí a Keith, subí al coche y pensé en aclarar esto lo antes
posible. La sutil fragancia de feromonas todavía flotaba en el
auto.
Cerré mis ojos.
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 2 | Parte 1

—Buenos días.
Keith entró al comedor con un saludo habitual.
—¿Está bien su brazo? —pregunté cuidadosamente, él me
miró en lugar de responder y levantó la vista en breve—. Si
te duele toma tu analgésico, está en el baño —agregué
palabras innecesarias, pero tenía que hacerlo. La mirada de
Keith se volvió hacia mí otra vez.
Me enfrenté a él, lo miré directamente a los ojos esperando a
que Keith hablará, pero no dijo nada hasta que Charles entró
y colocó la comida uno frente al otro. Finalmente, fingí no
saberlo. Alcé la vista y levanté el tenedor.
Keith también comenzó a comer, él había pedido huevos
revueltos para el desayuno, aunque parecía estar abrumado.
Lo estuve mirando, hasta que nuestros ojos se encontraron
de nuevo, me sentí ansioso.
—Bueno, si tienes algo que decir...
No podía soportarlo, le pregunté, pero Keith ni siquiera se
sintió avergonzado.
—No.
—...
—No. —Una vez más enfatizó, sin mirarme—. Terminé.
Salió del comedor y yo me quede murmurando en blanco.
—Debería haber tomado medicamentos...
Finalmente volvió Charles.
—Le recetaron antibióticos...
—¿Te refieres al señor Pittman? Lo sé. Yo me encargaré.
—Gracias.
Charles dijo abruptamente como siempre:
—Es mi trabajo. Estoy en casa y Yeonwoo en el trabajo.
“¿Correcto?"
Asentí con la mirada.
—Sí, así es.
Charles agregó cuando pensó que necesitaba traer su
medicina para el almuerzo.
—El Sr. Pittman le encargo la medicina que debe tomar a la
compañía a Whitaker. Por favor, compruebe si lo tomo.
—Oh, está bien.
Parpadeé mientras admiraba su mirada tensa.
¿Podía estar un poco sensible por el momento? Nunca había
pensado que Keith u otros Alfas tendría un nervio delicado,
pero también eran seres humanos.
Después de que Charles tomó el plato vacío, me quedé solo
para terminar la comida. Después de un rato, Keith bajo para
dirigirse a la entrada, antes de salir me miró, él fue el primero
en subirse al auto.
De repente me preocupe. ¿Tendría un trauma como yo?
Estuve a su lado toda la mañana, pero no vi nada inusual.

✤✤✤✤✤✤

Abruptamente la puerta de mi oficina, la cual quedaba en el


área de secretaria se abrió, era Emma quien había aparecido,
me puse de pie y le saludé.
—Yeonwoo.
—¿Algo qué informar?
Emma caminó hacia el escritorio y sonrió como siempre.
—Es la hora del almuerzo. Me preguntaba si había algo en lo
que pudiera ayudarte, he notado que tienes mucho trabajo
en estos días.
No había estado en esa oficina, ni en ningún otro lugar de la
empresa por el miedo recurrente a sufrir algún ataque de
pánico sin que Keith estuviera cerca. Intenté no revelar mi
cuerpo tembloroso.
—No por ahora... ¿Qué tal la oficina del secretario?
—Tampoco. Ya he realizado todas las órdenes que me indicó
sin interrupciones.
Estaba sintiendo que últimamente le debía mucho a Emma.
Antes del ataque, organizaba y entregaba el trabajo del día
todas las mañanas, y luego iba a la oficina del secretario, era
una rutina diaria.
Cuando estuve trabajando por teléfono, Emma recibía las
instrucciones y se encargaba de efectuarlas, debió haber sido
algo molesto para ella porque era mi trabajo. Nuevamente,
antes de ir a comer, parecía comprobar si había algo que
decir.
—Gracias Emma.
—Es mi trabajo.
Me sonrió.
Era hora de que se diera la vuelta y saliera, pero esta vez
pareció dudar. Abrí discurso con un sentimiento extraño.
—Si tienes algo que decir, está bien. Así que siéntete libre de
hablar.
No podía preguntar sobre su privacidad, pero si era un tema
difícil de hablar, no pensaría que fuera malo hablar primero.
Emma se sonrojó ligeramente y dijo:
—Creo que no ha estado comiendo bien estos días...
¿Cómo sabía Emma que ni siquiera podía salir a almorzar? A
veces, Charles simplemente proporcionaba el almuerzo, pero
este no siempre era el caso. Cuando estaba ocupado, a
menudo se olvidaba. Por supuesto no era su trabajo
cuidarme.
Estaba pensando en saltearme el almuerzo, pero nunca
imaginé que Emma traería algo para comer. Me avergoncé
por un momento sin saber cómo reaccionar. Emma agregó
rápidamente.
—No te preocupes por eso, lo hice porque somos amigos.
Ella sonrió. Poco después de unirme a la compañía, ella me
ha visto luchar para ser un buen líder de equipo. Era natural
que hubiera un vínculo inusual.
Sonreí.
—Gracias, comeré bien.
Emma asintió levemente y se dio la vuelta. Fue justo después
de eso que se detuvo. Keith se encontraba apoyado en el
marco de la puerta. Sus ojos se encontraron. Entré en pánico
y parpadeé. «¿Desde cuándo estaba allí?». Pensé que se
encontraba en su oficina. Keith continuaba con una cara
inexpresiva.
—Sr. Pittman... —dije.
Me desperté tarde y puse la lonchera que Emma me había
dado sobre el escritorio.
—¿Le duele el brazo? —pregunté con preocupación, pero él
permaneció en silencio.
La mirada de Keith se dirigió hasta mi escritorio, luego volvió
a mirar directamente a Emma.
Más tarde, me di cuenta de que su aroma a feromonas era
más oscura que antes, estaba soltando más y más feromonas.
Abrí la boca:
—Gracias Emma, nos vemos más tarde.
—Sí, ya me voy, Sr. Pittman, Yeonwoo.
Emma se despidió rápidamente y luego salió de la oficina.
Después de que la puerta se cerró, Keith se acercó. Me sentía
incómodo mientras seguía ahí parado sin decir nada.
No pude soportar la incomodidad y dije:
—Emma estaba preocupada de que no pudiera salir a
almorzar...
No pude superar el pesado silencio, y mis palabras se
desvanecieron. Me abstuve de decir algo nuevamente.
—Entonces, ¿vino deliberadamente a darte eso?
El tono sarcástico de sus palabras dolió.
—El Sr. Pittman es difícil de entender, pero hay algunas
mujeres a las que les gusto.
Por supuesto, el significado de flechazo era diferente.
Añadiendo internamente, Keith dijo algo en lo que nunca
pensé.
—Creo que sí.
Dudaba de lo que había escuchado. Parpadeé en blanco, pero
eso no significaba que pudiera repetir lo que dijo.
Últimamente me había dado cuenta de que no era sarcástico.
Acababa de verificarlo.
—¿Por qué no almuerzas?
Estaba avergonzado por el tema inesperado.
—Ah... Bueno. Como mucho en el desayuno y no almuerzo...
—¿Entonces?
Luché por un tiempo tratando de encontrar algo que decir:
—No siempre... A veces, Charles empaca sándwiches.
El ceño de Keith estaba fruncido. Él entrecerró los ojos
mientras buscaba.
—¿Qué pasa si Charles no te lo empaca?
No pude responder, Keith soltó un suspiro.
—¿Por qué no me lo dijiste?
Estaba avergonzado y miré hacia abajo.
—Me estoy ocupando de eso, pero incluso diciéndolo... Es
solo consideración, ¿no es así? Está bien no comer una
comida al día.
De nuevo, como excusa, Keith no dijo nada. Había silencio
nuevamente, el ambiente era pesado. Tenía que decir algo,
pero no se me ocurrió nada. Solo esperaba a que Keith
saliera.
¿Iba a salir? Pensé sobre cuál era el horario de almuerzo hoy,
e inesperadamente Keith cogió el sándwich que estaba en el
escritorio y lo arrojo a la basura.
—Qué... ¿qué estás haciendo?
Tartamudeé sorprendido, pero Keith no cambió su actitud en
absoluto. Más bien, dijo, barriendo su cabello como molesto:
—Vamos.
Después de escupir como una orden, Keith se movió primero.
En un abrir y cerrar de ojos, ya estaba de pie con la puerta
abierta. Frunció el ceño como si estuviera esperando algo,
entré en pánico y abrí la boca:
—¿A dónde vamos? Tienes una cita para el almuerzo.
—Vamos.
Keith estaba molesto. No tuve más remedio que salir de la
oficina siguiéndolo. ¿Había algo que hacer? Mientras tenía
prisa, tenía curiosidad por saber si estaba sucediendo algo,
pero por otro lado estaba molesto, aunque no podía hacer
nada para protestar contra Keith o mostrar sentimientos
ofensivos. Me sentía culpable por Emma.
✤✤✤✤✤✤

Sin ninguna explicación, el automóvil se dirigió a un lugar


previsto. Estaba seguro de que no me iba a decir a donde
íbamos. Siempre tenía que adivinar, esperando y razonando.
De nuevo, este hombre parecía actuar raro. Giré mi cabeza y
pensé que demonios era. ¿Le dolía el brazo?
—Bienvenido.
El gerente que reconoció a Keith en la entrada nos saludó
cortésmente y nos guio hasta el asiento. El día de hoy, Keith
iba a almorzar con una abogada para escuchar lo que la
compañía de producción estaba haciendo. Quizás había algo
para grabar. Tan pronto como me senté, abrí el maletín y
saqué mi teléfono y tableta. Estaba listo para manejar
cualquier cosa, pero de repente algo llamó mi atención; Keith
estaba sosteniendo la carta del menú, luego levantó la cabeza
para dirigir su mirada hacia mí. Parpadeé y tomé la carta
apresuradamente. ¿Me estaba pidiendo que eligiera?
Miré el menú mientras pensaba. Pensé en el gusto de la
abogada, pero nunca lo recordé realmente. Lo habría hecho
con confianza si me hubieran pedido que hubiera elegido la
comida de Keith. Inevitablemente, levanté la cabeza.
—¿Debería llamar al abogado y preguntar?
—¿Qué?
Keith me miró.
Respondí sin ocultar mi expresión avergonzada.
—No sé qué comería la abogada... ¿No me estás pidiendo que
le ordene algo?
Keith volvió a mirarme. La expresión que tenía Keith era la
primera vez que la veía.
¿Acaso había dicho algo tan absurdo?
Keith se quedó asombrado, como si no pudiera decir nada.
—Estás eligiendo tu menú.
—¿Yo?
—Bueno. —Keith fue realmente sarcástico esta vez—. ¿Es
que piensas que soy lo suficientemente inescrupuloso como
para traerte hasta aquí, sentarte y comenzar a comer en
frente de ti, mientras tú no comes nada? Entonces así es cómo
has estado pensando de mí hasta ahora. Gracias.
Lanzaba palabras inusuales. Yo estaba sin palabras, no pude
responder.
—No tengo ninguna explicación... Por supuesto que pensé
que era por trabajo.
—¿No es necesario almorzar si trabajas? Tienes muchos
trabajadores a tu cargo y te ocupas de todo.
Dejé de hablar por las acusaciones abusivas. No podría
decirle que no pensé que se haría cargo de mi comida.
Realmente parecía estar enojado. Inevitablemente, bajé la
cabeza y me disculpé, pero Keith ya estaba en una situación
irreversible.
Parecía impaciente. Me apresuré a elegir.
—Ese... Quiero salmón.
Hablando cuidadosamente, Keith dijo, aun mirando el libro
de menú.
—¿Qué pasa con los aperitivos?
—Ah.
Revisé el menú nuevamente. Cuando miré, la expresión de
Keith pareció ser un poco suave. Después de un rato, vino el
camarero y preguntó por el menú. Señalé la página en la cual
estaba el platillo.
—Me gusta esto... La sopa es de langosta y el principal es el
salmón.
—Bien. ¿Qué le gustaría beber?
—Agua con gas.
—¿Quieres limones también?
—Oh por supuesto.
El camarero apartó el menú de mí con una sonrisa
profesional, tomó la orden de Keith y luego se retiró.
Luego apareció la abogada a toda prisa.
—Lo siento, me detuve porque el auto fallo.
Primero se disculpó con Keith, luego me saludó.
—Hola, Yeonwoo. ¿Cómo estás? Mucho tiempo sin verte.
—Si gracias. ¿Cómo estás?
Al principio, se inclinó y me abrazó, un abrazo formal.
—Gracias. ¿Qué ordenaste? Me gusta el salmón de aquí.
Keith no dijo nada. Su actitud no era diferente de lo habitual,
pero fue suficiente para incomodarme.
—También pedí salmón. No sabía que fuera famoso.
Este era el menú recomendado para “Cosmopolitan” de este
mes. Solía saber este tipo de información.
Tan pronto como levanté la mano, el camarero se acercó y
escribió el pedido. La abogada que ordenó champán
adicional le preguntó a Keith:
—¿Estaría bien tomar una bebida ligera?
Esta vez me miró, como si nunca hubiera esperado la
respuesta de Keith en primer lugar.
—El salmón y el champán son los mejores. ¿También bebes
Yeonwoo?
—Estoy en el trabajo.
Ella se rio e ignoró mis palabras a la ligera. No conducía
directamente, así que pensé que estaría bien tomar una copa.
Keith no me detuvo y, sobre todo, quería probar el champán
seleccionado por la abogada.
Sin embargo, no debería beber mientras estaba en el trabajo.
Reprimí mi deseo y cortésmente lo rechacé con una actitud
formal.
—Lo siento. Me abstendré.
Después de un rato, el camarero vino y coloco las copas,
posteriormente sirvió el champán a cada uno. La abogada
sonrió y levantó el vaso.
—Bebe.
Keith bebía champán sin decir nada. El alcohol no era bueno
para la herida. Estaba preocupado, pero no podía decirle a
Keith que no bebiera.
El aroma fresco y afrutado se esparció por mi boca
rápidamente.
—¿Qué tal, genial?
Me reí de la pregunta de la abogada y asentí. Su elección
había sido excelente. De repente vacié la copa. En realidad,
quería beber más, pero apenas y lo soporté, no quería
perderme la conversación. Y si Keith se embriagaba o algo,
tenía que solucionarlo; aunque los Alfas dominantes
bebieran en exceso no solía producirles mayor efecto.
Lo sabía, pero no podía evitarlo porque era mi trabajo así que
rechacé cortésmente la siguiente copa. Estaba molesto con
mi corazón e hice una expresión deprimida. La comida había
estado bien. Ocasionalmente escuché sobre el trabajo
mientras mantenía un registro en la tableta para no olvidar
puntos importantes, por si me llegaban a solicitar un informe
más tarde.
—Creo que estoy perdiendo peso, Yeonwoo. ¿No es así?
La abogada me habló íntimamente.
Le respondí:
—Usted abogada se ha vuelto más hermosa.
Luego se echó a reír y puso su mano sobre mi brazo.
—Tengo que verte a menudo, me gusta que Yeonwoo me
diga que soy bonita.
—Solo le estoy diciendo la verdad.
Hablé con calma, pero ella todavía me miraba con ternura. La
gentil mirada era incómoda por alguna razón. Además, su
mano todavía permanecía en mi brazo. De repente sentí una
mirada diferente, era Keith, estaba mirándome fijamente.
Nuestros ojos se encontraron por breves segundos.
Nos estaba mirando con el ceño fruncido. Parecía que le
molestaba algo. Rápidamente quité la mano de la abogada sin
rudeza.
—¿Vas a hablar sobre la compra después de la comida?
Te sentirás mal. La abogada asintió como si hubiera
recordado tarde.
—Oh por supuesto. Lo siento, señor Pittman. Me alegra ver a
Yeonwoo después de mucho tiempo.
Keith nunca respondió a su disculpa. Después, la comida se
convirtió en un silencio mortal.
—Discúlpeme un momento.
Al final de la comida, la abogada se puso de pie, recogió su
bolso y se dirigió al baño. El camarero vino inmediatamente
y retiró los platos vacíos. En un momento, la mesa quedó
vacía.
El camarero dejó el libro de postres y desapareció
nuevamente. Mientras esperaba a que volviera la abogada,
saqué la tableta y organicé lo que había escrito. Ahora
hablaremos sobre el trabajo en serio. Cuando estaba listo
para escribir la conversación levanté la cabeza, Keith parecía
estar mirándome. Ni siquiera evito mis ojos. Por supuesto
que fue natural. Parpadeé y pregunté cuidadosamente.
—¿Tienes algo que decir...?
Seguía en silencio. Como estaba ansioso por su figura
silenciosa, pronto recordé que debía tomar su medicina.
Debía darme prisa, abrí el maletín para sacar la medicina y
colocarla sobre la mesa, le había pedido a Whitaker con
anticipación el medicamento.
—La medicina... Es un antibiótico —agregué—. Es para
aliviar el dolor, si no lo tomas tu herida puede...
Mientras hablaba los recuerdos aparecieron de nuevo. La
cuchilla afilada y la sangre saliendo de su brazo. Cuando abrí
los ojos sin que lo supiera, Keith me miró. Con el ceño
fruncido en su rostro, apenas temblé.
—Lo siento, pensé de repente.
Keith no dijo nada. Tomó el medicamento y lo tragó con un
poco de agua, lo observé en silencio.
Solo podía hacer eso para ayudarlo.
—... ¿Qué tal va la herida? ¿No le duele?
Una voz llena de tristeza llegó a mis oídos. ¿Esa era realmente
mi voz? ¿Había sonado tan sombrío y tan doloroso? Keith se
quedó en silencio mientras me miraba, como si estuviera
escuchando la voz de otra persona.
—No es nada.
Bajé la cabeza para ocultar mi expresión. Estaba evitando su
mirada. De repente el reflejo de la abogada apareció, estaba
regresando. Keith la miró y de repente abrió la boca:
—¿Es Beta?
No entendí la pregunta en un primer momento, pero luego
pude comprender el objetivo de su pregunta.
—Ah, sí. Si usted es abogado, la versión Beta es correcta.
En ese momento, mi cabeza que había estado abrumada por
el incidente de Keith, se volvió furiosa por la pregunta. ¿Keith
había seleccionado a su siguiente compañera?
¿Era esa la preferencia de Keith? No lo creía, pero las
preguntas de Keith que siguieron agravaron aún más la
confusión.
—¿Emma también es Beta?
—... Sí.
Estaba confundido, pero Keith volvió a preguntar
—¿Esa mujer también es Beta?
—¿La mujer?
Demasiadas mujeres vinieron a mi mente. Keith estaba
molesto por mi respuesta.
—La mujer que duerme conmigo.
Se refería a Naomi. Asentí.
—Sí lo es.
Keith se quedó sin palabras y un pesado silencio fluyó. Pensé
que mi mente iba a estallar con pensamientos surgiendo
como locos. ¿Por qué me había preguntado por Emma? ¿Por
qué estaba Naomi otra vez en la conversación? No era de
extrañar cuántas mujeres Betas había a su alrededor. Keith
actúa raro, hoy. De repente, las palabras de Charles me
vinieron a la mente. ¿Había cambiado algo en su mente
después del ataque?
—... ¿Qué?
Respondí con cuidado.
—Me preguntaba... Lo siento, pero no estoy seguro de cuál es
la intención de la pregunta.
Keith me miró en silencio. No dije nada, pero me sentí un
poco incómodo. Finalmente abrió la boca:
—No sabía que a las mujeres Beta les gustaran los hombres
Omegas.
Keith se echó a reír. Aparentemente se rio de mí.
"Algunas veces hay mujeres a las que les gustan los hombres
que son fáciles de manejar".
Keith me miró como si nada hubiera pasado. Finalmente, la
abogada regresó.
—Deberíamos ordenar postre.
Pero ni Keith ni yo respondimos. Después de un rato, el
camarero preguntó si deseábamos ordenar el postre, pero yo
simplemente pedí café. Estaba ocupado grabando la
conversación entre los dos y apuntando información.
El mismo pensamiento de antes se repitió en la esquina de mi
cabeza. Keith era originalmente un hombre así. No había
necesidad de ser herido de nuevo. Podía solo ignorarlo. No le
pregunté nada más que no fueran asuntos de trabajo.
Esa tarde regresó a la mansión conmigo sin encontrarse con
Naomi. Por supuesto que entré directamente a mi habitación
sin mirarle la cara.
A la mañana siguiente tanto Keith como yo comimos en
nuestras habitaciones.
✤✤✤✤✤✤

—Sí, estableceré el lugar de la cita allí. La hora es a las 2 en


punto... Sí, si necesita algo, contácteme de inmediato.
Colgué y dejé un registro de inmediato. Revisé el horario y
llené mi cita con Chase Miller en el espacio vacío. Revisé el
horario una vez más.
Keith estaba al otro lado de la puerta. Después de respirar
profundamente, llamé con cuidado. Esperé un rato y abrí,
Keith se encontraba revisando unos papeles, luego alzó la
vista.
Cerré la puerta a mis espaldas y caminé apresuradamente, de
pie frente a él.
—Como usted indicó, hice una cita con el Sr. Orlando
nuevamente. La fecha es viernes y el lugar y la hora son...
Keith solo escuchó en silencio mientras yo estaba
informando. Después de terminar de hablar, esperé a que
respondiera. Keith asintió brevemente y se levantó. Era hora
de almorzar.
Keith tenía una cita, pero de repente la canceló. Debido a que
era una reunión necesaria, revisé un horario vacío y agendé
la cita nuevamente. ¿Qué estaba pasando o es que acaso solo
era un capricho?
—Vamos. —Pero lo que dijo Keith fue diferente. —¿Qué
estás haciendo? Te dije que vengas.
Apresuradamente salí de la oficina, siguiéndolo.
¿Había algo que hacer? Estaba perplejo, tomé un maletín y lo
seguí. No había otra reunión para el almuerzo. Keith
permaneció en silencio hasta que bajó del elevador y se subió
al auto. Dudé, repentinamente había cancelado su cita. Subí
al auto y pronto me di cuenta que nos estábamos dirigiendo
al mismo restaurante al que habíamos asistido ayer. ¿Acaso
había hecho otra cita allí? Tenía curiosidad, pero ni siquiera
me atreví a preguntar.
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 2 | Parte 2

El restaurante, ya había sido reservado con 3 meses de


anticipación, se encontraba lleno de gente, suficiente para
darse cuenta de su popularidad. Cuando fui al asiento guiado,
pensé que alguien vendría primero. Pero la mesa estaba
vacía. Después de que el camarero dejó cada libro de menú,
desapareció. No pude aguantar más y abrí la boca:
—¿Alguien más vendrá? —pregunté; Keith miró el menú y
levantó la cabeza.
Apresuradamente fruncí el ceño.
—Has cancelado la cita. ¿Es porque tienes una reunión de
emergencia con alguien más?
Fue difícil añadir esas oraciones, pero Keith no respondió.
—No.
—¿Sí?
Cuando pregunté sin mi conocimiento, Keith frunció el ceño.
—Nadie más vendrá. No es una nueva cita.
Mientras escuchaba las palabras ridículamente duras, cerré
la boca, quería preguntarle: ¿Qué dijiste cuando cancelaste tu
cita y me arrastraste hasta aquí?
Aunque estaba molesto mi acompañante era mi jefe. Me
calme.
—Tomaré este platillo.
Cuando le mostré la página a la camarera, ella asintió y
sonrió, con una sonrisa muy profesional, de igual modo le
devolví una sonrisa. Giré mi cabeza para beber agua, pero
Keith de repente hizo contacto visual. De alguna manera, me
estaba mirando con una cara fría.
De repente, vino a mi mente lo que me había dicho
anteriormente: "Hombre fácil de manejar”.
Pensé si todavía se reiría de mí pensando eso. Cuando
confirmé mi pedido, miré directamente a Keith, pero él ni
siquiera me miró.
—Estoy bien.
Le sonreí a la mesera, después de que ella me sonriera, se
retiró.
Un silencio incómodo fluyó sobre la mesa. Vacié mi copa e
inmediatamente apareció un empleado, luego la volví a
llenar de agua. Keith, que había estado en silencio hasta
entonces, empujó la lista de vinos sobre la mesa hasta mí.
Inadvertidamente recogí el libro del menú.
—... ¿Elijo?
Keith no dijo nada. No podía entender su comportamiento de
vez en cuando. ¿Qué estaba pensando?
Aunque era la hora del almuerzo, el trabajo de la tarde aún
permanecía. Beber alcohol en el trabajo era algo que nunca
debías hacer. El día que conocí a la abogada, Keith bebió con
confianza, pero aún trataba de abstenerse. Sin embargo,
¿quería beber de nuevo hoy? Pronto le di a Keith la carta de
vinos.
—Estoy trabajando —respondí con vergüenza.
—Bebiste ayer.
—Sólo fue una copa. —Después de que hablara, suavicé un
poco mi tono y agregué—: Bebí ayer, así que me abstendré
hoy.
—No lo bebas.
Keith escupió como si estuviera molesto.
—Incluso si el horario de la tarde está vacío, tengo trabajo
que hacer inmediatamente después de comer.
Parpadeé. ¿Cuál era el horario de la tarde? Pensé por un
momento y pronto me volví contemplativo. ¿Debía
cancelarlo todo?
¿Este hombre decidió molestarme ahora? Una guerra estalló
en su cabeza, pero Keith fue casual. Era mi trabajo hacer una
llamada telefónica de ida y vuelta al capricho del empleador.
Suspiré y dije:
—No lo sé, así que Sr. Pittman lo elegirá por mí.
Luego extendió la mano y tomó el menú. Pasando lentamente
la página, abrió la boca:
—¿Te gusta el vino de California?
—¿Vino tinto?
Cuando se lo pregunté cuidadosamente, Keith asintió
brevemente.
—Bueno. —Pensé por un momento y luego abrí la boca—: Sí,
me gusta.
—¿Pareces vacilante?
Cuando eché un vistazo, no se veía tan mal. Le respondí
honestamente:
—Tengo una bodega que no me gusta...
—¿Por qué no te gusta? ¿Fue insípido?
Keith, milagrosamente siguió haciendo preguntas.
—El vino producido allí es excelente, pero los fundadores
son un poco... Es sólo que personalmente no me gusta mucho.
—¿El fundador?
No era sorprendente que no lo entendiera. Dudé y finalmente
confesé:
—Se divorció porque tuvo una aventura.
—¿Qué?
Por supuesto, Keith pareció estar absorto. Tenía la cara
avergonzada.
—Tenía curiosidad porque el vino estaba delicioso y me
dieron un premio. De alguna manera compré un libro sobre
el fundador, y había una bibliografía privada.
Keith hizo una pausa por un momento antes de abrir la boca:
—¿Eso es tan malo?
Tenía una expresión dura.
—Todos piensan de manera diferente. Pienso que es malo
engañar —contesté.
Por un momento estuve perplejo.
Keith preguntó de nuevo:
—¿Si conoces a tu pareja?
Estaba confundido.
—Si estuvieron de acuerdo el uno con el otro... no puedo
decir nada.
¿Por qué me estaba preguntando eso? ¿No era un tema
innecesario? Estaba incómodo, pero afortunadamente Keith
dejó de hablar. Eso es lo que le diría si pudiera llamarlo una
conversación. Keith eligió el vino francés. Un vino añejo de 20
años, incluso me había fascinado el aroma que fluía por el
aire. Era la primera vez que la fragancia era tan suave. De
repente, pensé en solo tres botellas de vino en el mundo que
se hicieron en el siglo XIX. Qué fragante era ese vino.
¿Haría que mi corazón latiera tanto como lo hacía por las
feromonas de Keith?
Cuidadosamente acerqué la copa y cerré los ojos. El suave
sabor que tocó la punta de mis labios me había quitado todos
los sentidos. Lo único que quedaba era el refrescante regusto
del vino.
—Es delicioso —agregué.
Keith sonrió espontáneamente. Parpadeé. ¿Acaso era una
sonrisa amable? Lo había visto por muchos años, pero era la
primera vez que tenía una cara tan amigable. ¿Keith sabía
que se veía así? Aunque es no era un espejismo. Keith sonrió
levemente hasta la comida. Seguí mirando los sucesos
increíbles. Pero, aun así, estaba impresionado por el hecho de
que sus palabras que me habían lastimado todo el tiempo
desde ayer se habían desvanecido.
Un rincón de mi corazón se volvió amargo.

✤✤✤✤✤✤

Tan pronto como la copa se vació, el empleado apareció de


algún lugar para servir más vino y desapareció. Al principio,
solo fui cauteloso, pero cuando vacié la primera copa, mi
corazón se debilitó nuevamente. Tan pronto como me di
cuenta, el vino de la copa se acabó de nuevo y los
pensamientos comenzaron a fluir. Este hombre y yo éramos
diferentes.
—¿Qué estás haciendo? —dijo, ya que no continúe bebiendo.
Respondí, con cuidado de no ser grosero.
—Ya bebí lo suficiente.
Keith escupió en voz alta:
—Bebe todo lo que quieras.
Estaba avergonzado. Todavía estaba trabajando.
—Estoy trabajando.
—Yeonwoo.
De repente me llamó por mi nombre. De momento me
detuve. Había trabajado para él durante años, pero
raramente usaba mi nombre, usualmente la mayoría de las
veces que lo usaba no era bueno.
—¿Sí, señor Pittman?
Estaba nervioso así que esperé su próxima palabra, fue
entonces cuando Keith dijo molesto:
—Si te importa el trabajo, vete temprano.
—Oh no. No puedo...
Estaba avergonzado y lo rechacé apresuradamente. Sabía
que no debía hacerlo, pero si me negaba una vez más, Keith
se enojaría. Por supuesto, nunca quise ofenderlo.
—Después de comer, saldré del trabajo inmediatamente.
Me detuve. Quizás tenía que ver con cancelar todos los
horarios de la tarde, ¿cierto? Incluso, si Keith estuviera fuera,
tendría que volver a trabajar. Como si viera a través de mis
pensamientos, Keith agregó:
—Es lo mismo.
Dudé y abrí la boca:
—Si tienes algo que hacer, puedo hacerlo en casa...
Keith no respondió, pero me pareció que no tenía otra
opción. Inevitablemente, le envié un mensaje a Emma desde
mi teléfono celular. Cancele todos los horarios de la tarde.
Bebamos sólo uno más. Al final de la comida, estaba
borracho. Pero yo era el único que lo sabía.

✤✤✤✤✤✤

—... Así que dejé de reír.


Después de hablar, agregué una sonrisa. Keith dijo una
palabra corta.
Pensé sin comprender. Se veía realmente borracho. Keith
parecía sonreír. ¿Cómo es que ese hombre podía sonreír
tanto? De repente, el día que vi por primera vez a Keith, vino
a mi mente el partido de Polo de ese día junto con el sonido
de la risa que abarrotó mis oídos. ¿Por qué Keith no reía así
usualmente?
—¿Hace cuánto tiempo...? —murmuré.
Keith me miró, pero sólo parpadeé. Levanté el vaso e incluso
lo vacié.
La botella de vino ahora estaba vacía. Fue desafortunado,
pero me alegré. Casi me tomé media botella. Me gusta el vino,
pero tenía que tener cuidado porque la cantidad de alcohol
no era muy buena. Keith dijo algo, aunque mis oídos no
podían escucharlo, así que no entendía lo que quería decir.
Keith me sonrió mientras miraba torpemente buscando una
respuesta. Me avergoncé y miré hacia abajo.
Me apresuré a través del maletín. Keith intentaba alcanzar la
medicina y ponerla sobre la mesa. Sin pensarlo puse un
pequeño paquete de medicina en su palma. Keith frunció el
ceño. ¿Estaba fuera de su alcance? Rápidamente levanté la
mano y pensé que podría sentirse mal. Incluso entonces,
Keith me miró por un rato.
¿Me estaba pidiendo disculpas? Cuando estaba preocupado
por eso, Keith tomó la medicina y la bebió de inmediato.
—Vámonos.
Poco después, Keith se puso de pie. Me levanté
apresuradamente detrás de él, y luego me detuve. De
repente, el alcohol se extendió rápidamente por todo mi
cuerpo. Por un momento, mis ojos se volvieron negros. Pude
hacer lo mejor con toda mi fuerza. Keith ya estaba tan lejos.
Me apresuré y firmé la factura a su nombre para luego ir tras
él. Hasta entonces, no fue tan diferente de lo habitual. No
temblé al momento de firmar y estaba bien mientras
caminaba. El problema fue que sólo pude recordar hasta ahí.
✤✤✤✤✤✤

—... Huh —murmuré y sacudí la cabeza.


Cuando froté mis mejillas, sentí algo sólido con una sensación
de tela fresca pero suave. De repente me sentí incómodo y
agité nuevamente la cabeza. Una cosa dura me golpeó la
parte posterior.
¿Acaso era un muro?
De pronto, algo cálido vino a mi cuello, sentí caricias suaves,
la sensación me hizo sentir cosquillas y me encogí de
hombros. Luego quise quedarme un rato así. Un gemido fluyó
involuntariamente de mi boca mientras un dedo acariciaba
mi cuello, después continúo con la barbilla, tocándola
lentamente y ascendiendo a los labios. Abrí mi boca sin
querer. Entró un dedo por los labios abiertos, para ser
precisos acariciaba el interior de mis labios, saqué la lengua
y lamí los dedos. De repente, sentí que se detuvo.
Instintivamente froté mis labios contra sus dedos, pidiendo
más.
Cuando los chupé suavemente con mis labios y los lamí con
mi lengua, se quedó quieto.
Lo que tocó la parte posterior de mi cabeza creció
rápidamente y se calentó. Me sentía cómodo con los sueños
no soñados.
—Huh... —murmuré y lentamente levanté mis párpados.
Por un tiempo, no me di cuenta en dónde estaba. Lo primero
que me llamó la atención fue el asiento de cuero oscuro.
Parpadeando inexpresivamente, todavía estaba mordiendo
algo en mi boca.
—¡...!
Repentinamente mi memoria revivió y mis ojos se abrieron.
Me quedé sin aliento, golpeé mi cabeza contra el techo del
auto y dije en voz alta:
—¡Oh!
Doblé la cabeza con un grito que salió solo. Tenía lágrimas
por el dolor, tragué un gemido.
Apenas podía levantar la cabeza. ¿Qué demonios había
hecho? Me vi obligado a aceptar la horrible realidad. ¿Por qué
me quedaría dormido justo después de subir al auto?
Cometiendo tal error. ¿Qué podía hacer? Era difícil de creer
que estaba durmiendo en las rodillas de Keith.
Keith cruzaba las piernas mientras miraba con cuidado por
la ventana. No tuve el coraje de verlo a la cara. Entré en
pánico y volteé la cabeza.
—... Lo siento, me quede dormido.
No hubo respuesta. Solo quería morir en el acto. Estaba tan
emocionado de comer con Keith. Además, fue el vino que
eligió él, por lo que tuve que beberlo. No importaba si Keith
me hubiera dado permiso, no debería haber estado
bebiendo. No debería haber bebido lo suficiente como para
hacer esto.
Estaba cerca del shock. ¿Qué hubiera pasado si Keith no
hubiera cancelado todos los horarios restantes? Nunca
volvería a beber alcohol. Levanté la cabeza una y otra vez.
Keith solo miraba por la ventana con una mano en la barbilla.
El dedo que acababa de morder con mis labios y lamí con mi
lengua descansaba bruscamente sobre su muslo apretado. Si
Keith me hubiera reprendido, habría abierto la puerta del
auto sin dudarlo y saltado, pero la puerta del auto estaba
cerrada. Incluso si intentaba escapar hubiera fracaso, estaba
atrapado dentro del automóvil.

✤✤✤✤✤✤
El auto lentamente disminuyó la velocidad. En el pesado
silencio, solo toqué el maletín sin sentido. No me sentí
aliviado en absoluto. El mayor accidente ocurrió justo
después de eso. Keith no me miró, pero seguía sentado con
las piernas cruzadas, apartándose de mí. ¿Estaba diciendo
que no quería verme? Sentí que era una molestia. Tan pronto
como el auto se detuvo y se abrió la cerradura,
inmediatamente abrí la puerta del auto y salí.
Cuando volteé la cabeza, vi a Whittaker caminando hacia
Keith quien hizo una pausa mientras dudaba por un
momento.
Fue entonces cuando Keith dijo:
—Tengo algunos pensamientos, así que cierra el auto, ¿Sí?
Whittaker pareció no entender así que dudo un momento.
—Cierra la puerta del auto. ¿No escuchaste?
Cerró apresuradamente la puerta. Poco después el
desconcertado Whittaker, se encogió de hombros y se
detuvo allí. Dudé por un momento y luego retrocedí. ¿Era una
verdadera molestia para él?
Todos los pensamientos flotaron en mi cabeza, aunque una
realidad miserable vino de inmediato. Sólo era un secretario.
La brillante vida de Keith Knight Pittman podía tener al
menos un recuerdo desagradable.

✤✤✤✤✤✤

Keith se bajó del auto casi 30 minutos después de eso. No


podía entender lo que estaba haciendo durante ese tiempo
así que fui directamente a mi habitación y me aseguré de
haber cancelado el horario de la tarde con Emma.
Nuevamente había roto el horario. Si se cancelaba el horario
de medio día, las consecuencias iban a durar por un mes.
Apreté la cabeza como loco.
Mientras tanto, tuvieron que organizarse eventos especiales
entre horarios, como socializar o celebrar el cumpleaños de
alguien, para verificar la lista de regalos, realice algunas
llamadas para reorganizar las citas canceladas de la tarde.
Mientras tanto, hubo una brecha, fuera de la ventana observé
a Keith en el auto, aunque no mostraba señales de querer
moverse. Finalmente, después de 30 minutos, se abrió la
puerta del automóvil.
Podía ser que estuviera enojado conmigo.
Probablemente necesitaba un tiempo para refrescarse. No
quería verme. Pero, ¿qué podía hacer sobre lo que ya había
sucedido? Con calma empecé a recordar la realidad. De todos
modos, realice un excelente trabajo como su secretario, para
ser exactos un trabajo a gusto de él. Estaba claro para él que
mi privacidad no tenía ningún interés. Incluso si apareciera
un artículo sobre mí bailando en la calle desnudo en la parte
superior de las principales noticias de CNN, Keith solo
preguntaría: "Entonces, ¿cuál es el horario hoy?”
Me quedé dormido sobre sus muslos. Sólo fingí que no sabía
que mi corazón latía con fuerza y ardía con solo recordar la
textura. Seguí pensando en mis acciones, tenía que hablar
con él. Esperé a Keith, cuando finalmente subió al segundo
piso me miró parado en el pasillo y se detuvo. Por alguna
razón, su feromona fue más profunda. Estaba muy enojado.
—Sr. Pittman. —Apreté la fuerza mi voz y abrí la boca—:
Todos los horarios han sido reorganizados. ¿Le gustaría
imprimirlo y ponerlo en la biblioteca?
Keith asintió brevemente. Sin siquiera responder, pasó por
mi lado. La oscura esencia de sus feromonas pude sentirlas
en mi nariz, fue en ese momento que me las arreglé para
captar mi mente otra vez, apresuradamente volteé la cabeza.
—¡Sr. Pittman!
Keith se detuvo. Se dio la vuelta. De repente, su rostro pareció
muy cansado. Abrí mi discurso, sintiendo mi corazón
hundirse:
—Lo siento no volveré emborracharme en el futuro…
Después de disculparme torpemente, Keith me miró por un
momento. Deseaba poder responder, pero Keith estaba
nervioso.
—¿Siempre duermes cuando estás borracho?
Parpadeé ante una pregunta inesperada. Estaba
avergonzado en este momento.
—Ah... Sí. Porque mi hábito de dormir es... No soy bueno, pero
hoy bebí mucho.
Keith me miró a la cara sin decir nada. No podía entender lo
que estaba pensando. Afortunadamente, no fue que
pareciera que le disgustara.
—... Ah.
Keith de repente suspiró y se volvió. Me confundió más,
finalmente entró a su habitación.
Después de aproximadamente una hora, Keith me llamó por
teléfono:
—Reserva un hotel ahora.
—Oh, sí. Lo haré...
En lugar de responder, me di cuenta de que la llamada ya
estaba colgada. Pero no había tiempo para quedarse en
blanco. Llamé urgentemente a Naomi y luego contacté al
hotel. Les dije que prepararán la habitación ya mismo.
También llamé a Whittaker.
—¿Estás en casa?
Whitaker suspiró y dijo:
—Está bien.
Colgó. Después de contactarme con todos, salí de la
habitación. Tenía que informar, pero me costó un poco tocar.
—¿...?
Inmediatamente, se sintió el aroma de las feromonas. Tenía
un aroma tan fuerte, incluso más allá de la puerta cerrada.
¿Estaba muy enojado? ¿Por qué? Poco después, del error que
cometí hizo que mi cabeza pesara, pero pronto pensé que no
era la única razón. Llamé a la puerta con ansiedad. Después
de una breve pausa, intenté abrir, aunque de repente, la voz
de Keith me detuvo.
—¿Qué?
La voz áspera me causo curiosidad. ¿Qué estaba pasando? No
creía que sólo estuviese enojado conmigo, sucedía algo más.
—Soy Yeonwoo, hice una reserva en el hotel y la Srta. Parker
me dijo que iría. Deberías poder irte en unos 10 minutos...
Keith no respondió. Dudé y abrí la boca de nuevo:
—¿Yo, señor Pittman? ¿Está bien?
¿Debía abrir la puerta? De repente lo pensé y rápidamente
terminé el impulso. Esperé un rato, pero él todavía no
respondía.
—Regresaré luego. Llámame si tienes más instrucciones.
Estuve allí por algún tiempo y luego me di la vuelta. También
fue debido a la feromona de Keith que se desbordaba que no
podía soportarlo más. Regresé a la habitación y tan pronto
como cerré, me senté en el suelo. Mi corazón latía con fuerza,
mi cuerpo se calentó ya no podía soportarlo más. Estaba
claro que se acercaba mi ciclo de calor. Quería masturbarme,
pero mi erección no funcionó debido a la medicina. Parecía
una locura por el calor que flotaba en mi cuerpo. Estaba
temblando.
✤✤✤✤✤✤

Me desperté con el sonido del motor del auto. Cuando miré


el reloj mientras me frotaba los ojos, me di cuenta que habían
pasado más de tres horas. Keith parecía estar volviendo.
Mientras dudaba, fui a la ventana y miré hacia abajo. Como se
esperaba, el auto de Keith se acercó a la mansión mientras
disminuía la velocidad. Apoyé mi cabeza contra la ventana y
parpadeé sin comprender. Keith estaba acostumbrado a
hacer lo que quisiera.
Tenía envidia.
De todos modos, lo que me gustaba era mi libertad, pero a
cambio no podía esperar un precio por ella. De repente, Keith
sintió ganas de mirar hacia arriba. La idea de que sus ojos se
encontraran con los míos provocó que rápidamente inclinara
la cabeza y me alejara de la ventana. Solté un pequeño
suspiro que se impregnó en el cristal, luego desapareció.
Steward vendría en unos días así que podría preguntarle por
otro tipo de tratamiento para que finalmente pudiera salir de
aquí y borrar al hombre que había ocupado mi mente por
mucho tiempo.
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 3

—Oh, ¿estás motivado? Eso es muy bueno.


Cuando Steward me escuchó, sonrió brillantemente y me
animó. El motivo no había sido detallado y no había
necesidad de hacerlo.
Todo lo que dije fue:
—Ojalá pudiera mejorar y volver a casa.
—¿No es incómodo tener una mansión tan bonita? Tu casa es
la mejor.
El mayordomo, quien cantó una línea corta de “My Pleasant
House”, se echó a reír. Lo miré torpemente e hice lo mismo. A
Steward se le había ocurrido una nueva forma de
tratamiento.
—Yeonwoo es muy bueno estar activo. En realidad, la
voluntad es lo más importante, así que esperé para decírtelo,
pero... poco a poco, a partir de mañana. Intenta desplazarte
por los alrededores de la compañía.
—Está bien, porque realmente he mejorado.
Steward quería que liberara la tensión, pero de repente me
sentí rígido en cada esquina de mi cuerpo. Steward puso su
mano en mi hombro y sonrió.
—Entonces Yeonwoo, reunámonos en la próxima consulta y
escuchemos los resultados. No te excedas. ¿Ok?
Asentí con una voz nerviosa que curiosamente sonó en mis
oídos.
Intenté seguir su consejo; comencé a salir de la oficina
primero, y luego caminar por todo el piso.

✤✤✤✤✤✤

Cuando llegó la hora del almuerzo, Keith abrió


inmediatamente la puerta de mi oficina, entrando a ella.
Dudé un momento. Todos los días de repente me lleva a
almorzar, gracias a eso, no me había saltado el almuerzo,
aunque no lo necesitaba. Incluso en esos días en que no tenía
estómago, me llevaba a comer. Por supuesto, desde ese día,
no había bebido, sólo tomaba agua con gas. De igual forma,
Keith nunca volvió a pedirme que bebiera de nuevo.
Todos los días dudaba, estaba molesto y le preguntaba qué
estaba haciendo. Se suponía que el almuerzo de hoy debía
hacerse con un abogado. Al principio pidió cancelar, pero de
todos modos no pude ajustar el horario. Le informe al
respecto y, de hecho, parecía molesto. No importaba si me
llevaba con él, sin embargo, no sería extraño si Keith se fuera
solo.
—Yo, señor Pittman.
Keith se detuvo. Por primera vez en el día, me miró a la cara.
Curiosamente, en la mañana, nunca vio.
—Habrá un informe sobre la nueva promoción a las 4 en
punto. Hasta entonces no hay otro horario, así que creo que
puedes venir a las 3:30. ¿Puedo llamarte antes que empiece
la reunión para confirmar su asistencia?
A mi pregunta, Keith frunció ligeramente el ceño y dijo que
no, luego se dio la vuelta y se fue. Pronto me quedé solo. Si
planeaba llevarme, habría dicho algo. Me sentí avergonzado
y triste. Me culpé por mi desvergüenza. Keith estaba feliz de
cuidarme. Respiré hondo y exhalé lentamente. Quizás sea
algo bueno. Fue una buena oportunidad para probar el
consejo de Steward.
Necesité de coraje para salir al primer pasillo, luego intenté
varias veces agarrar la manija de la puerta para salir, pero me
resultó difícil hacerlo.
“Eres molesto”.
Cuando recordé las palabras de Keith, mi mano temblorosa
se movió, aun así, me tomó un tiempo actuar, aunque lo hice
de todos modos. Con el corazón latiendo locamente, me paré
en el pasillo. De momento, surgieron mareos y cerré los ojos.
Me tomó un tiempo abrirlos nuevamente. Apreté mis puños
muy fuerte, sin embargo, no pude dar un paso. Apenas podía
moverme. Saqué la medicina, tenía la boca seca, pero aun así
lo tragué sin agua. Fue un momento difícil. Después de pasar
urgentemente la píldora, esperé a que hiciera efecto.
Me encogí un poco, pero al final logré que mis pies se
movieran. Había tomado prestado el poder de la medicina
para caminar por el pasillo; aunque tarde en llegar a la
oficina, lo hice. Había salido solo, había caminado por el
pasillo, había tomado el elevador y finalmente estaba de
nuevo en la oficina. Cuando abrí la puerta y miré la cara de
Emma, mi cuerpo se relajó tanto que casi me senté.
—¡Oh, Yeonwoo!
Emma gritó tan pronto como me vio. Miré a mi alrededor y
pregunté:
—Jane y Rachel, ¿están descansando? —pregunté con un
mayor sentido de logro que nunca antes.
Emma asintió.
—Sí, todavía les quedan 30 minutos. ¿Yeonwoo comió?
—No aún no. ¿Qué hay de Emma?
—Traje un sándwich.
Ella miró la bolsa de papel sobre el escritorio como si
pareciera aburrida.
—Si aún no lo has hecho, ¿te gustaría comer juntos?
—No, gracias. Tengo en la oficina algo para comer.
No había engañado a Emma.
—Está bien. Incluso si no fuera así, sé que es barato lo que
estoy compartiendo, pero espera un momento, herviré el té.
¿Qué te gustaría beber? ¿Agua con gas?
Asentí cuando preguntó por mi preferencia.
—Si, gracias.
Emma regresó un rato después con una botella de agua con
gas y un jugo enlatado en ambas manos. Cuando vi el
sándwich que Emma me dio, me recordó la última vez
cuando Keith lo tiró a la basura. Emma también parecía
recordar el mismo día. Por supuesto, al final sus recuerdos
podrían haber sido diferentes a los míos.
—¿Cómo estuvo tu sándwich ese día? ¿Estuvo bien?
—Ah, sí. Tuve una buena comida. ¿Tú lo cocinaste? —
agregué una palabra de elogio más de lo necesario.
Emma sonrió alegremente.
—Por supuesto. Aprendí un poco porque mi madre era
buena cocinando.
—Ya veo, tienes talento Emma —agregué un cumplido y
luego me puse un bocado de sándwich en la boca.
Afortunadamente, el sándwich con mucho jamón y huevos
era muy sabroso.
—¿Cómo no puedo comer algo como esto? Es delicioso —
aseguré.
—Si lo disfrutas, puedes llevarme a ver una película la
próxima vez.
Emma sonreía y hablaba, pero yo me detuve. ¿Ir al
cine? Emma cambio apresuradamente el tema cuando no
pude responder de inmediato.
—Es una broma, no te lo tomes en serio.
—Oh, no es... Ahora no me siento bien, pero... Iré contigo
cuando me sienta mejor. Lo siento, pero te explicare la
situación próximamente. Ella sonrió como si entendiera
todo.
—Sí, estoy bien. No te preocupes. —Momentos después,
Emma preguntó, ansiosa—: Entonces, probablemente no has
podido almorzar, ¿qué hiciste?
—Oh no. —Me apresuré a responder—: Recientemente, no
me he saltado los almuerzos porque he acompañado al Sr.
Pittman a sus citas de almuerzo. Creo que a menudo
sucederá en el futuro, pero no tiene que preocuparse por eso
—dije mucho para que no se sintiera triste, Aun así, Emma
tuvo un gesto conmovedor.
Rápidamente cambié el tema.
—¿Qué tal estos días, hay algo especial?
Desde hace unos días Emma había estado pidiéndome llegar
tarde al trabajo.
—En realidad, mi madre no se sentía bien, así que tuve que ir
al hospital, pero fue difícil ir sola. Gracias por tu permiso.
Me sorprendió. No tenía idea de lo que le había pasado a
Emma.
¿Lo sabían los otros empleados? Como líder del equipo de
secretarios, ni siquiera había bajado o los había visto.
—¿Por qué no pides ayuda al equipo de asistencia social?
—Oh, ¿debería?
Emma parpadeó.
—Realmente el seguro está al límite. Dijeron que ya era difícil
presentar una solicitud porque llegó al límite... Además, de
que tenemos una hipoteca...
No sabía que la situación de Emma fuera tan mala. Sentí pena
así que toqué su mano para reconfortarla.
—Desearía que me lo hubieras dicho antes. ¿Necesitas algo
más? ¿Dónde está el hospital?
El hospital donde se encontraba la madre de Emma era de
urología. En algunas palabras que siguieron, supe que su
madre estaba en diálisis.
—Estoy esperando el trasplante, pero como sabe, no es fácil.
Emma suspiró.
Ella, quien era más joven que yo, de repente pareció verse
mayor. Había sido una pena que pensara que estaba teniendo
problemas solo.
—¿Hay algún donante compatible? Como un hermano
menor. Sería bueno tener a alguien en quien confiar.
—Tengo un hermano, llamado Josh, vive en Boston me ha
ayudado con los gastos médicos, realmente es un buen
hermano.
Emma pareció estar pensando por un momento, luego
agregó de una manera insignificante:
—Era un casanova, tenía muchas mujeres alrededor pero
ahora ha estado tranquilo.
—Oh.
Me reí brevemente, un pequeño chisme que podía hacer
como familia. De todos modos, me alegré de que tuviera a
alguien en quien confiar. Emma y yo comimos los
sándwiches con agua carbonatada y hablamos sobre ello.
—Bueno, Yeonwoo. Parece que estás viniendo a trabajar con
él Sr. Pittman en estos días, ¿cierto?
La cautelosa pregunta de Emma me detuvo.
Ella habló perpleja:
—Lo siento si te sientes mal. Jane dijo que vio a Yeonwoo
llegar a la compañía en el auto de Pittman. Así que a todos
nos preocupa la salud de Yeonwoo.
Ya parecían haberlo sabido desde hace bastante tiempo.
Ahora era extraño venir y esconderse o poner excusas, así
que le dije honestamente.
—Como dijo Emma, fue un poco difícil viajar, así que decidí
quedarme en la casa de Pittman solo hasta que las cosas
mejoraran.
—Oh, ¿De Verdad?
Emma parecía sorprendida mientras tenía las manos
cubiertas, aun así, su reacción había sido refrescante en
cuanto a lo que estaba haciendo.
—¿Está bien, Yeonwoo? ¿Qué tal contratar a un cuidador
temporalmente? Mi madre viene con un cuidador dos veces
por semana. Te puedo recomendar uno.
La razón de su preocupación pronto siguió.
—¿Qué peor pesadilla que viajar con el jefe incluso si sales de
la oficina tu trabajo no habrá culminado tendrás horas extras
y tendrás que hacer todo tipo de cosas hasta que te vayas a
dormir?
Pude adivinar lo que Emma estaba imaginando. La reacción
de Emma al sacudir la cabeza fue muy natural. Estaba
diciendo todo lo que le preocupaba. Por supuesto yo también
conocía todas las deficiencias de vivir con Keith.
Nadie en el mundo quiere viajar con su jefe; pero no tenía
elección, y en cierto sentido era lo que quería. Lo que me
preocupaba era una situación completamente diferente.
Finalmente, Emma lo dijo:
—Si el Sr. Pittman se enreda con una mujer seria incomodo
estar en esa casa.
También perdí las palabras para decir al respecto. Incluso si
no había sucedido recientemente, tendría que deambular
por el jardín si Keith comenzaba a llamar a sus acompañantes
a casa, aunque ya casi estábamos en invierno.
—Funcionará de todos modos.
Eso fue todo lo que pude decir, pero incluso ni yo mismo
estaba seguro de eso. ¿Podía ignorarlo?
Sin embargo, a pesar de toda la irracionalidad, era imposible
renunciar al trabajo. También había un problema real con el
dinero, pero quería ver a Keith. Emma abrió la boca
lamentando mi silencio:
—Lo siento, solo me preocupaba... Bueno, somos amigos.
Ante eso, asentí con una sonrisa amarga.
—Sí, lo sé. Gracias por preocuparte.
Podría decir eso porque Emma no tenía que decir nada malo
y era una colega bastante confiable. Emma también sonrió
con confianza.
—Me gustaría que el Sr. Pittman sea más considerado con
Yeonwoo.
Le respondí inadvertidamente, Emma tenía una cara triste.
—Creo que Pittman no es un mal jefe. —Había encontrado
algo bueno en lugar de una aversión, posteriormente
agregué—: Nunca me hizo una solicitud injusta y siempre
pagó por el trabajo. Si haces lo correcto, lo admite. —Emma
estuvo de acuerdo y asintió, luego continué—: Hay buenas
personas para realizar este trabajo, pero la vacante no estará
disponible porque el predecesor no renunciará fácilmente.
Emma se echó a reír. No tenía idea de lo que era tan gracioso.
—Sí, ese es el problema. —Con una sonrisa todavía en su
rostro, me miró—. Pero me alegro de que Yeonwoo sea mi
jefe. Es muy difícil trabajar con el Sr. Pittman; en ese tiempo,
cuando Yeonwoo dijo que había renunciado... Fue la primera
vez que vi al Sr. Pittman gritar y enojarse, su personalidad no
es tan genial. Además, había que tener en cuenta varias cosas,
a menudo solo soltaba palabras como órdenes, pero no eran
muy específicas, hay tanto que tienes que saber de
antemano; creo que no podría manejar las cosas
correctamente. —De nuevo, Emma sacudió la cabeza con un
suspiro, como si fuera una pesadilla—. Extrañe mucho a
Yeonwoo.
Emma parecía una hermana menor y sin pensarlo traté de
tocar su hombro. Ella no era mi hermana, sino una
compañera de trabajo.
—Gracias por preocuparte de todos modos. No planeo dejar
el trabajo por el momento, y si alguna vez escribo una
renuncia, me tomare el tiempo suficiente para pensarlo...
Mientras hablaba, me detuve. Por supuesto, después de
escribir una carta de renuncia, era natural tomarse un
tiempo para hacerse cargo. Aunque por un momento, la idea
de disfrutar mi vida pasó momentáneamente por mi mente.
Nunca pensé en dejar la compañía desde la última vez.
De repente, la puerta se abrió sin llamar. Emma y yo
estábamos sorprendidos y nos volteamos a un lado al mismo
tiempo. Cuando descubrimos quién era la otra persona, nos
sorprendimos aún más.
Keith nos miró con una cara pálida.
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 4

—Sr. Pittman.
Emma murmuró avergonzada y eso fue todo. Ninguno de los
tres abrió la boca después. ¿Por qué estaba de repente aquí?
Fue lo que se me ocurrió primero. Keith me miró sin siquiera
pestañear, como si dijera algo. Por supuesto no estaba listo;
pero en este caso, era natural para mí ser el líder del equipo.
Luché por abrir la boca y hablar:
—Sr. Pittman, ¿qué está haciendo? Regresaré a mi oficina
pronto. ¿Tiene algo para decirme?
Afortunadamente, mi voz fue la misma de siempre,
probablemente.
Estaba convencido de que no había ningún cambio en la cara
de Keith mirándome. Después de revisar el reloj en la pared,
me di cuenta de que aún era la hora del almuerzo, solo habían
transcurrido cerca de 15 minutos. Era extraño que viniera
hasta el área de secretariado.
Revisé mi celular, tenía tres llamadas perdidas. Eran todas
del número de Keith. El teléfono se puso en silencio sin
darme cuenta.
—Lo siento. No lo sabía que se había configurado en
silencioso...
Me disculpé, pero él seguía en silencio. Estaba nervioso. Keith
se dio vuelta y se fue.
—Entonces me retiro.
Simplemente me despedí de Emma y salí detrás de Keith.

✤✤✤✤✤✤

Mientras caminaba por el pasillo, Keith no dijo nada. Lo seguí


en silencio.
—Ah.
Inadvertidamente escupí una exclamación. Rápidamente
extendí la mano para detener el ascensor. Después de que
Keith se subió primero, subí al elevador. Mientras la máquina
se movía, miré en silencio los números que cambiaban uno
por uno, sin notarlo miré a Keith, casi simultáneamente, él
también me miro. Sólo nos miramos por un tiempo. Fue
como una pelea donde el ganador sería quien pudiera
aguantar la mirada del otro. Por supuesto, que vencí a Keith.
Pensé en su fragancia.
—Creo que el aroma de su feromona es más oscuro de lo
habitual...
Keith respondió de inmediato:
—¿Hay algún problema? Dijiste que estabas tomando
medicamentos.
De pronto, el discurso estaba bloqueado. ¿Mi pregunta era
incorrecta?
—Ah... Sí.
En estos días, era más bien un caso pedirle a Keith que se
hiciera cargo de sus feromonas. No era bueno que él
derramara feromonas estando cerca mi ciclo de calor.
El aroma a menudo se espesaba o se desvanecía según su
estado de ánimo, no sólo cuando tenía relaciones sexuales.
Gracias a esto, no era raro que supiera sus sentimientos,
incluso si no quería. Estaba claro que Keith no era feliz ahora.
Ni siquiera podía preguntarle por la razón. En cambio, le
pregunté de nuevo:
—¿Tienes algo que decir?
—¿Qué?
En el instante en que contestó, sonó una campana corta y el
ascensor se detuvo. Me apresuré primero y presioné el botón
para que la puerta no se cerrará. Después de que Keith salió
del pasillo, caminé y dije:
—¿Por qué vino directamente al área de secretariado?
¿Tiene alguna instrucción…?
Keith se detuvo momentáneamente, fue un tiempo muy
corto, pero claramente vi su espalda inclinarse. Keith aún se
movía sin mirar atrás.
—Sólo intenté quería saber cuál era el siguiente horario.
—Eh...
¿Qué? ¿Cuándo tuvo prisa? Estaba perplejo otra vez.
—Dijo que habrá un informe sobre la nueva promoción a las
4 en punto. Cuando salí a comer me di cuenta que tenía
algunas dudas sobre la reunión.
—También dije que podría volver a las 3:30...
Él no dijo nada. Tenía mucha curiosidad por su expresión,
pero no pude confirmarlo. Keith, que no había respondido
durante un tiempo, siguió adelante. Lo seguí y esperé la
siguiente palabra, pero mientras caminaba por el largo
corredor, Keith nunca hablo. Finalmente, pregunté primero:
—¿Cambiamos el horario? Si no...
—Hecho.
De repente se dirigió a mi escritorio. Sin siquiera pensar en
algo, tomó la primera bolsa de papel que vio en mi escritorio
y lo tiró a la basura.
¿Qué estaba pasando? Estaba confundido, pero ni siquiera
podía preguntarle a Keith sobre la situación. Al final, todo lo
que pude decir fue: “Está bien”.
Cuando Keith dejó de repente de intentar abrir la puerta de
la oficina conectada a la suya, miró hacia atrás y abrió la boca:
—¿Has ido solo?
—¿Sí? —pregunté sin saberlo. Giré la cabeza a toda prisa y
luego asentí—. Ah, sí. El Sr. Steward me pidió que ampliara el
alcance de mis actividades... Una vez que salí al pasillo, dije
que todo estaba bien y que debería recorrer los alrededores
de la compañía.
—¿Entonces?
Respondí con cuidado:
—Si creía que podría ser peligroso, me recetó un
medicamento para tomarlo, pero estuvo bien. —Le sonreí a
Keith, que no dijo nada—. Parece que he mejorado mucho
gracias al Sr. Pittman. Gracias.
—¿Gracias a mí?
Keith hizo muchas preguntas. Le respondí con duda.
—Sí... No sólo me permitió quedarme en su mansión, sino
que también accedió a que yo siguiera tomando sus
feromonas hasta que me acostumbrara. —Inadvertidamente
bromeé—. El Sr. Pittman para mí es el lugar más seguro del
mundo.
La reacción de Keith fue fruncir el ceño.
—Tengo la seguridad de que nunca me tocará.
Keith no volvió a preguntar. Sólo me miró con una cara
inexpresiva como siempre. De nuevo, el aroma se espesó. El
mareo surgió debido al dulce aroma que flotaba alrededor.
Deseaba ir y enterrar mi nariz en su pecho e inhalar su
aroma. Era difícil. Apreté mucho los puños y realicé algunos
ejercicios de respiración varias veces para luego, finalmente
abrir la boca:
—... ¿Le importaría reducir el aroma? Yo... Si no quiere...
Keith no respondió, estaba parado allí como si estuviera
pensando en algo. Poco después, se dio la vuelta y entró a su
oficina. Me quedé sólo y me senté en el escritorio. Borracho
de feromonas, cerré los ojos y respiré hondo. Por alguna
razón, un rincón de mi corazón había estado temblando.

✤✤✤✤✤✤

—No sé, de repente Pittman ha cancelado la cita. —La


abogada que contestó el teléfono dijo en voz alta—: Tengo un
horario ocupado, pero de esta manera... ¿Quién puede
atreverse a desafiar al gran hombre? Voy a tener que
igualarlo aquí. Así que de nuevo. ¿Cuándo es?
Era una actitud contundente, pero tenía que entenderlo.
Había hecho un horario con ella. Después de colgar el
teléfono, sin querer miré la puerta cerrada de la oficina. Qué
capricho le había hecho cancelar de repente.
—Ah.
Se me ocurrió ver la bolsa de papel que Keith había dejado
atrás. Me pregunté que había adentro, lentamente saqué el
sobre de la basura y lo abrí, me detuve. Dentro había un
sándwich de atún y una bebida enlatada. De ninguna forma,
no tenía sentido. Negué la idea que se me ocurrió. Era ridículo
que Keith hubiera regresado para darme esto. Confundido,
llegué a varias preguntas. ¿Por qué había ido a la oficina de
secretariado en primer lugar? ¿Por qué cancelo de repente su
cita? Quizás intentó comprarme un sándwich porque se
preocupó por mí y cancelo la cita pensando que no había
almorzado. Fue la historia más plausible, pero aún no podía
creerlo. Básicamente, no tenía sentido que Keith me
comprara un sándwich y una bebida.
Incluso si lo aceptaba, la mayor pregunta seguía siendo el…
¿Por qué?

✤✤✤✤✤✤

Esa tarde le conté a Steward los resultados del


entrenamiento. Él estaba notablemente emocionado cuando
le conté que había ido abajo a la oficina de secretariado,
también de como subí y bajé de la azotea del edificio por la
tarde sin ayuda alguna.
—Es muy bueno. Buen trabajo, Yeonwoo.
Ni siquiera era un niño, pero tenía ganas de escuchar todo
tipo de felicitaciones.
Con elogios excesivos, me avergoncé y miré hacia abajo.
—Pero todavía es difícil.
Hablando con cuidado, me reí amargamente.
—No seas impaciente y come cómodamente. Es difícil dar el
primer paso.
Lo miré torpemente.
—Pero esto se debe a los medicamentos... ¿Fue posible
porque me tomé la medicina que me diste?
—Falso —gritó ante la pregunta silenciosa, parecía que se le
dificultaba decirme algo, luego abrió la boca—: Es falso.
Me quedé perplejo y lo miré. ¿Por qué me estaba diciendo
eso?
De momento, no pude entender sus palabras y sólo
parpadeé. Steward se rio amablemente.
—Eran placebos. Sólo las primeras píldoras que te di fueron
reales, las siguientes fueron vitaminas.
Abrí los ojos con asombro.
—¿Cuántas veces ha sido real? ¿Lo que comí todo este tiempo
era falso?
—Si.
La respuesta fue tan tranquila que estaba confundido.
—Ah, pero no fue la única vez que las tomé, antes... Sentí un
efecto gracias a la medicina.
Cuando entré en pánico, respondió como siempre.
—Después de conocer el efecto, aun tienes fe en la medicina.
Estaba sin palabras. ¿Entonces no había sido por la medicina?
¿Había sido solo una ilusión? Como si respondiera una
pregunta silenciosa, Steward respondió:
—El cerebro es realmente asombroso. ¿No es así? —Solo
miré su rostro—. Entonces, ¿debemos pasar al siguiente
nivel?
Asentí en silencio.

✤✤✤✤✤✤

Steward dio la vuelta y caminó hacia a la puerta. Parecía que


había pasado bastante tiempo.
—Es hora de hablar. ¿Te gustaría parar o...?
Charles abrió la puerta.
—En el futuro, Yeonwoo vendrá a mi sala de exámenes.
La mirada de Charles se volvió hacia mí, aunque su expresión
no cambió en absoluto, sentí que Charles estaba sorprendido.
—Mi condición mejoró mucho... Creo que podré irme a casa
pronto.
Charles dijo sin rodeos:
—Buena noticia.
—No es hora de hablar, ¿no?
Steward habló mirándome, pero Charles todavía lo miraba
sin emoción.
—Prepararé su auto. ¿Necesita algo más?
Steward se encogió de hombros. Charles pronto se dio la
vuelta y desapareció.
—Entonces Yeonwoo, piensa en lo que te dije.
—Sí.
Ligeramente me dio unas palmaditas en el brazo.
—Alégrate, realmente es justo ahora.
Asentí con la cabeza esta vez. Mientras salía por la puerta
principal para ver al mayordomo, vi a Keith quien finalmente
había regresado del hotel.
—Oh, señor Pittman.
Steward parecía feliz de ver a Keith.
Keith me miró primero y luego se volvió hacia Steward. No
dijo nada, pero estaba seguro de que estaba en un lío. Como
prueba, el aroma de sus feromonas fue más oscuro de lo
habitual. A pesar de estar al aire libre, el aroma se extendió
ampliamente. Keith camino dejando a los guardaespaldas y
empleados dispersos. Mientras subía las escaleras, dio unos
pasos hacia Steward y se detuvo a cierta distancia.
—¿Tienes algo que decir?
Steward le estrechó la mano.
—No, solo quise saludar. Es tarde, señor Pittman.
Keith respondió frunciendo el ceño y mirándolo fijamente.
Steward parecía avergonzado, terminó despidiéndose de
Charles y se apresuró a su automóvil.
—Entonces Yeonwoo, avísame cuando estés listo.
Estaba mirando, pero una sombra salió de repente. Tan
pronto como levanté la cabeza Keith se paró en las escaleras
donde yo estaba. De inmediato el dulce aroma mezclado con
la brisa nocturna perturbó mi mente. No pude evitar que mi
piel se erizara, agité ligeramente la cabeza.
Keith en silencio me miró.
—... ¿Sí?
Al instante perdí palabras, parpadeé y miré hacia arriba. De
inmediato nuestros ojos se encontraron y nos quedamos así
por un rato. Sin decir nada. Todavía se veía mal, frunció el
ceño, su aroma a feromona permaneció por completo. Pero
quería que este momento durara un poco más no había
muchas oportunidades para ver la cara de Keith tanto como
quisiera. De repente, Keith levantó la mano. Sus dedos
tocaron mis mejillas, y suavemente colocaron mi cabello
detrás una oreja. De pronto, el dedo de Keith se quedó en mi
oído, exactamente en el pabellón, lo acariciaba lenta y
suavemente con el pulgar y el dedo índice.
Miré hacia un lugar inespecífico. Suspiré.
—Encuentra una nueva mujer.
No fue hasta que los dedos de Keith se alejaron que pude
entenderlo.
—¿Entonces Naomi Parker...?
Se rio sarcásticamente cuando le pregunté.
—¿Ahora puedes moverte?
Estaba avergonzado y sin palabras. No podía caminar solo.
Tan pronto como la cara de Naomi vino a mi mente. Keith
entró a la casa, incluso tiempo después de que se había ido, el
dulce aroma de sus feromonas aún seguía flotando a mi
alrededor.
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 5

Desde la mañana, el cielo estaba nublado. Mi estado de ánimo


también era un desastre. Revisé las fechas marcadas en el
calendario y el medicamento en el armario. Como siempre
Charles preparó generosamente la medicina para que no
faltara. De nuevo, la medicina era suficiente, la dividí en dos,
una en el armario y la otra en un maletín.
Me levanté antes de lo usual y arreglé mi apariencia de una
manera más meticulosa.
Cuando llega el ciclo de calor, a veces, el estado de ánimo
cambia debido a la erupción hormonal. En mi caso, mi estado
de ánimo y mi condición empeoraron cada vez más, por lo
que tenía más de qué preocuparme. Además, mi ciclo no era
consistente debido a la transición tardía. En este momento
me vuelvo más sensible. Especialmente desde que escuché a
Keith Knight Pittman decir: “que luzco como un mendigo”.
Finalmente, revisé el espejo una vez más. Desde el cabello
bien peinado hasta el ángulo apretado de la corbata, todo era
perfecto. La tez se veía pálida, pero hasta ese punto no podía
evitarlo. Bien, después de asentir con la cabeza, salí del baño.

✤✤✤✤✤✤

No estaba solo sintiéndome mal. Cuando entré al comedor


después de respirar, noté los sentimientos de Keith.
Recientemente no había estado en buena forma. Se había
vuelto aún peor desde el ataque que sufrió. Después de eso,
nadie se sentiría bien por algún tiempo. Me acerqué a él.
—Hola.
Keith, que estaba viendo un artículo en su tableta, de repente
levantó la cabeza. Por lo general me ignoraba, pero esta vez
había habido una reacción inesperada. Keith me miró de una
forma más aguda que de costumbre.
—¿Es tiempo de tu periodo de celo?
—¿Sí?
De repente le pregunté de nuevo ante la inesperada
pregunta. Keith volvió a preguntar nervioso:
—¿Has oído? ¿Es tu ciclo de celo?
Respondí monótonamente, como siempre, mientras
apretaba inadvertidamente mis puños:
—Si es un ciclo de calor, probablemente llegará pronto. Me
estoy preparando.
Keith murmuró algo en voz baja, supe que era un lenguaje
abusivo.
¿Alguna vez había notado que el aroma a feromonas se había
espesado a medida que se acercaba el tiempo? Entonces, ¿el
aroma no desaparecía incluso después de tomar
medicamentos? Bueno hasta ahora, lo estaba escondiendo.
¿Debía tomar más medicamentos? Pero ya estaba tomando
hasta el límite. ¿Podía aumentar la cantidad?
Cuando llegue el ciclo de calor, ya pensaré qué hacer
entonces. La cantidad que estaba tomando de medicina era
más de lo que consumía durante el ciclo. Si tomará más
podría haber efectos secundarios.
—Si no te gusta el aroma...
Dejé de tratar de decir que rociaría perfume. Sería más
desagradable si el aroma de feromona se mezcla con otros
aromas. Keith parecía haber mirado a través de mis
pensamientos.
—La fragancia no es mala. ¿Hay algún Alfa que odie el olor a
Omega? —Escupió un largo humo de cigarrillo y agregó
nerviosamente—: Solo quiero que te abstengas porque es
molesto.
Estaba sin palabras así que olvidé qué decir por un momento.
Había pasado mucho tiempo desde que me uní a la compañía
de Keith para trabajar juntos, pero nunca había notado mi
fragancia.
—Seré cuidadoso.
Incluso con mi respuesta, no parecía estar satisfecho.
Además, simplemente inhalé el humo del cigarrillo mientras
se distorsionaba, en silencio, sentado en una silla.
Charles se tomó un momento para traer el desayuno. Keith,
que había llegado antes que yo termino de comer en menos
de cinco minutos.
Me senté solo en la espaciosa mesa de comedor y desayuné.
—No importa lo que dijo el Sr. Pittman.
Charles hablo mientras llenaba mi vaso con jugo. En una
situación inusual, lo vi con ojos sorprendidos. Miré hacia
arriba. Charles dijo con una cara inexpresiva como siempre:
—Su RUT estará aquí pronto. Pittman también está en un
período sensible, por lo que no lo puede evitar.
Solo entonces entendí un poco. Los Alfas extremos parecían
estar en malas condiciones cuando llegaba su momento. Algo
interesante. Los Alfas extremos parecían estar viviendo en
un mundo completamente diferente de los Alfas u Omegas
ordinarios, pero tenían algo en común.
¿Se había vuelto más sensible a la fragancia?
Pronto me avergoncé. Hasta que pasara mi tiempo, era
probable que me mantuviera lo más lejos posible, no quería
volverme loco. Sería mejor dejar la empresa por unos días.
Me comprometí de nuevo y bebí el jugo.

✤✤✤✤✤✤

—Buenos días —dijo Emma y la saludé tan animosamente


como siempre.
—¿Estas bien? Tienes una tez pálida.
Respondí con un profundo suspiro:
—Solo estoy cansado. Me dormí tarde ayer.
—Intenta descansar un poco el fin de semana, Yeonwoo.
Sus palabras tenían un tono de preocupación.
—Gracias. Lo intentaré.
Después de una conversación dura, fui a mi asiento y arreglé
mi trabajo. Dado que el cronograma para los próximos tres
meses estaba establecido, estaba ocupado revisando todo
antes de informar a Keith, pero de repente me di cuenta de
alglo. Emma me miró mientras miraba hacia arriba.
—¿Quieres decir algo?
Cuando inadvertidamente pregunté, sonrió.
—Están mucho mejor… tus labios. —Ante las palabras de
Emma, de repente me llevé la mano a los labios—. Me alegro,
estaba preocupada porque parecía que iba a tardar mucho
tiempo. Ese bálsamo labial fue efectivo —dijo Emma con una
sonrisa, pero nunca lo había usado, quería mantener mis
heridas por un día más. Sin embargo, la herida se curó y el
recuerdo se volvió borroso en cualquier momento.
Resoplé mis labios suavemente por el arrepentimiento. Sus
huellas desaparecían silenciosamente. No quería morderme
los labios y cubrir sus huellas a propósito. Estaba mirando
tristemente la desaparición.
—Gracias por preocuparte, Emma.
Emma sonrió brillantemente y luego habló con otra
secretaria que venía caminando a trabajar. La miré por un
momento y luego volví a concentrarme en mi trabajo. Decidí
qué hacer de acuerdo con el cronograma, y luego salí de la
oficina de secretariado fue entonces cuando de repente me
encontré con Emma, ella sonrió en silencio. También sonreí
y salí de la oficina.
—... Ah.
Tan pronto como cerré la puerta a mis espaldas suspiré y
cerré los ojos. Cuando me apoyé contra la puerta cerrada por
un tiempo, mi mareo disminuyó. Parecía que llegaría el
momento dentro de unos días. Necesitaba prepararme con
anticipación. Tomé aliento por un momento y luego moví mi
cuerpo. Tenía que comprar una joya para darle a Naomi e ir
a decirle adiós.
Estaba muy nervioso, pero afortunadamente llegué a la
tienda sin ningún problema. Cuando abrí la puerta de la
tienda, me sentí decepcionado.
—Hola, Yeonwoo. ¿Cómo estás?
La gerente me saludó con los brazos abiertos. La saludé y la
terminé saludando de mejilla a mejilla.
—¿Qué paso hoy?
Cualquiera que viera una sonrisa brillante tenía muchas
intenciones. Era igual que ella, con una sonrisa cara a cara
respondí:
—Vine a recoger el regalo del señor Pittman. Hoy es la última
fecha.
Keith nunca tuvo que decir adiós él mismo, por lo que toda la
incomodidad era mi responsabilidad. De todos modos,
debería ser uno o dos meses, pero recientemente era difícil
superar las dos semanas. No había razón para hacer un
regalo. Aunque esta vez fue excepcionalmente largo, los
resultados fueron los mismos. Nada había cambiado. La fama
de Keith Pittman seguía siendo la misma, otorgando siempre
una joya moderadamente refinada y con un precio razonable
a sus compañeras como forma de decir adiós. Incluso si les
daba un brazalete, nadie lo entendería mal. Cuando lo miras
así, parece que una persona solo puede ver lo que quiere ver.
—Oh por supuesto. Ven aquí. Incluso si no fuera así, salió un
nuevo producto. Es muy popular en estos días.
De las muchas gemas que tomó del interior, elegí una. Afuera,
dos conductores y un guardaespaldas vigilaban la entrada.
Tenía la joya, tan pronto como terminé salí y me subí al auto.
No había sido necesario pedirle a Naomi su dirección.
La mansión de Naomi estaba a las afueras, no tardé mucho.
Su mansión, que fue dada como pensión alimenticia cuando
se divorció de su segundo esposo, estaba ubicada en un
bosque tranquilo. Después de confirmar mi identidad en la
puerta, me dirigí hacia la mansión. Todo lo que vi mientras
caminaba fueron árboles que estaban bien podados.
Sorprendentemente, creo que ella podía querer más de esta
vida tranquila.
Naomi, quien había sido contactada por adelantado por el
guardia que vigilaba la puerta, me dio la bienvenida y
rápidamente confirmó lo que tenía en la mano. Una mujer de
ojos rápidos, podría haberlo notado de inmediato. Estaba
nervioso y esperé su reacción.
—¿Café?
Respondí con ansiedad:
—Sí por favor.
Pero luego recordé que Annabel robó el esperma. También
recordé a Naomi, quien dijo que era una pena romper con
Keith. Tal vez tomó una foto en secreto de Keith e hizo un
consolador. Incluso si lo hiciera, ¿qué podíamos decir al
respecto?
Fue cuando entré en la sala de recepción, guiado por Naomi.
Allí, un invitado que se adelantó, se sentó a tomar té primero.
Lo noté de inmediato, un olor a feromonas dominantes.
—¿Qué?
Cuando nuestros ojos se encontraron, escupí una
exclamación. De momento mi cuerpo se tensó. Algunos
escalofríos corrieron por mi espalda mientras tenía un sudor
frío en las palmas de mis manos. Grayson estaba sentado en
el sofá y no se movía en absoluto.
Parecía que estaba apostando si tendría una convulsión o
no. Está bien. Calmé mi aliento con urgencia. Estaba mejor
ahora. Estaba bien sin la medicina. Además, estaba es la casa
de Naomi. Los guardaespaldas estaban vigilando fuera de la
puerta, y Grayson no tenía ninguna intención de dañar su
imagen haciendo un escándalo en un lugar tan
extraño. ¿Cierto?La idea de que Grayson no estaría
interesado, sin importar cómo lo miraran los demás, me
sacudió la cabeza.
No pude moverme mientras estaba parado allí. Mi mente
estaba en blanco y vacía. Lo que sostenía en mi mano de
pronto se cayó al piso, pero ni siquiera me di cuenta.
—Oh. ¿Qué está pasando?
La cara sorprendida de Naomi se sacudió
momentáneamente frente a mis ojos, pero eso había sido
todo. Pronto salí de la mansión hacia el auto que me estaba
esperando afuera. Miré al conductor que estaba junto al
sedán, esperándome, e inmediatamente abrí la puerta del
asiento trasero.
—Vamos, gracias.
Jadeé y apenas hablé.
Después de sentarme en el auto, todo mi cuerpo tembló,
cerré los ojos y apoyé mi cabeza, cuando los abrí, el
conductor estaba sentado y arrancando el auto.
Estaba en el auto temblando un poco, envolví mi cuerpo con
mis brazos y cerré los ojos nuevamente. Como siempre, el
aroma de las feromonas de Keith flotaba en el interior.
Respiré profundamente aún con los ojos cerrados. Respiré
hondo varias veces más para que el temblor disminuyera;
pero incluso si inhalaba y exhalaba, no hacía que mí cuerpo
se calmara, su aroma que me estabilizaba no lo había hecho
hoy. La razón era probablemente porque mi ciclo se estaba
acercando.
Cuando apenas levanté mis párpados, el paisaje de la ventana
del auto que apareció a la vista pareció verse borroso. Estaba
mareado, como si mi cerebro estuviera temblando.
—Yeonwoo, ¿estás bien? ¡Yeonwoo!
El conductor se volteó y gritó, pero no pude responder. Mi
respiración rápidamente se volvió incontrolable y de repente
se detuvo.

✤✤✤✤✤✤

—Toma un descanso profundo de nuevo.


Una voz tranquila llegó desde lo alto. Otra vez respiré
profundamente.
—Tranquilo.
Me estaba sosteniendo en silencio, sentía calambres en todo
el cuerpo. Mis ojos estaban llenos de lágrimas, apenas abrí los
ojos, un paisaje familiar apareció en mi vista. Todavía estaba
sentado en el auto, la diferencia era que Keith estaba
conmigo.

—¡... !
Más tarde, me di cuenta de la realidad e intenté levantar mi
cuerpo, pero fallé porque Keith me abrazó de inmediato para
no escapar. Presionó mi cabeza contra su pecho para
dificultar el movimiento. No podía escapar y no tuve más
remedio que estar encerrado en los brazos de Keith. Estaba
congelado. Sentí que Keith estaba vertiendo feromonas. El
dulce aroma se extendió en el automóvil cerrado.
Lentamente exhale mi tembloroso aliento.
—¿Estás bien?
—Sí...
Después de la convulsión, llegó el mareo y no me importó.
Debería haberle dicho a Naomi. ¿Cómo podía decirle a Keith
que fallé? Demasiados pensamientos inundaron mi mente.
Keith abrió la boca primero:
—¿Qué pasó?
La voz tranquila no era tan diferente de lo habitual. No
parecía culparme hasta ahora. Abrí la boca para decir algo,
pero no pude encontrar la expresión correcta. Keith me
esperó así. Después de un rato, apenas hablé:
—Fui a ver a la Sra. Parker... Según sus instrucciones... fui
primero a Tiffany, todo iba bien, sin incidentes... pero en la
mansión de la Sra. Parker... Me guiaron a la sala de
recepción... Ahí, estaba el Sr. Miller.
Cuando comencé a hablar sobre Grayson, las palabras se
detuvieron. El miedo de ese momento revivió y todo mi
cuerpo se tensó nuevamente.
Keith me tocó la espalda como para intentar calmarme como
a un niño. Me mordí los labios.
—Entonces eso sucedió...
Aun en sus brazos estaba asombrado por la respuesta. Cerré
mis ojos.
—Lo siento...
—Todavía estás lejos de estar mejor.
En el momento en que oí sus palabras mi corazón se encogió.
¿Era patético? ¿Acaso él creía que ya no servía para nada?
Luché con mis pensamientos. ¿Qué hacía?
De momento, pensé que las lágrimas se iban a volver a caer,
así que cerré los ojos. Mordí mis labios para reprimir las
ganas de llorar.
Apenas abrí la boca:
—Lo siento... déjame ir.
Estaba ahogado y mi discurso fue interrumpido. Keith
todavía acariciaba mi espalda, sosteniéndome. De repente,
sentí que tenía su nariz en mi cabeza y emergió un olor
profundo.
—No puedo... —Dejé de desesperarme—... Lo siento —De
nuevo murmuré, pero Keith ya no dijo nada. En sus brazos,
que simplemente no se movían, mordí mis labios y soporté
mis ganas de llorar.
Steward había dicho que usaríamos un nuevo tratamiento,
así que lo único que quedaba era usarlo. De alguna forma
debía ser curado. Decidí aclarar mi mente, no quería ser
abandonado como un ser inútil. Al menos hasta el final,
quería seguir siendo un secretario competente. Me dolía el
corazón. Cerré los ojos y respiré profundamente. Keith se
quedó conmigo hasta entonces. No podía entender lo que
estaba pensando, pero una cosa era segura, era patético.
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 6

La alarma sonó fuerte. Aparentemente escuché el sonido,


pero mis ojos no se abrieron y de repente el sonido
desapareció.
—Yeonwoo, ¿quieres dormir un poco más? Si no desayunas
tendrás 15 minutos más.
Me desperté con la voz de Charles, había entrado a la
habitación y había apagado la alarma. Desperté, pero aún no
podía abrir los ojos.
—Bajare a desayunar...
—De acuerdo. ¿Te gustaría un poco de jugo?
Dudé, luego asentí.
—Sí por favor. Lo que sea está bien.
De nuevo Charles dijo:
—Está bien.
Después de escuchar el sonido de la puerta cerrándose, la
habitación se calmó como si estuviera muerta. Luego de un
profundo suspiro me desperté.
Cuando me levanté y me senté, suspiré nuevamente.
Después de frotarme los ojos unas pocas veces se levantaron
mis párpados. No había sido si no hasta que terminé de
bañarme que pude observar mi cara en el espejo, parecía más
cansada que nunca. Era natural que no pudiera dormir bien
e incluso lloré antes de quedarme dormido. La mano que
pasó por el cabello mojado tembló débilmente. Los
recuerdos del día anterior habían sido cortados. De todos
modos, no podía regresar a trabajar. Intenté volver a la
oficina, pero Keith interrumpió mis palabras.
“Eres una molestia”.
Eso rompió por completo mi última voluntad.
Inevitablemente intente llamar a Emma, pero incluso a eso,
Keith le había ordenado a Whittaker que nadie de la oficina
respondiera mis llamadas.
Finalmente, cuando regresé a la mansión, me quedé en mi
habitación, sentí odio contra mí mismo. Sacudí la cabeza y me
miré directamente al espejo. Era algo vago sentarse solo y
culparme. Tenía que cambiar esta situación de alguna
manera.
—Oh.
Respiré hondo y me miré. No volvería a hacer esa estupidez.

✤✤✤✤✤✤

Después de saludar a Whittaker y Charles, me subí al auto.


—Hola.
Keith en todo momento me observó. Me revisé varias veces
antes de bajar. No encontraría un hueco en ninguna parte.
Abrí la boca con una actitud extremadamente comercial:
—Lamento lo que sucedió ayer, pronto me reuniré con la Sra.
Parker y se lo diré.
El conductor se sentó y el auto avanzó. Keith abrió la boca:
—¿Puedes hacerlo?
No sabía si se estaba riendo o probándome. Por alguna razón,
parecía estar sonriendo. Sin embargo, la cara de Keith no era
nada diferente de lo habitual.
—Es mi trabajo. En ese momento fue difícil... intentaré dar lo
mejor de mí la próxima vez.
Keith no dijo nada, sólo me estaba mirando.
¿Por qué seguía mirándome así? Su mirada era diferente.
Keith de repente se rio como si tuviera una expresión
estúpida. Estaba aún más sorprendido y abrí mucho los ojos.
Alzó la mano. Todavía sonriendo, sus largos dedos tocaron
mi mejilla, pero no pude entender qué significado tenía.
Mientras intentaba ocultar mi estado de ánimo y lo miraba
en silencio. Keith se detuvo. La temperatura corporal cálida
se transmitió débilmente. Pasaron unos segundos, sacó una
bolsa de papel que parecía pesada, contenía algo. Cuando
abrí el interior, inesperadamente encontré una caja de
almuerzo. Miré a Keith sorprendido.
—Tienes que almorzar hoy.
—Ah... sí.
Tardíamente recordé que había reorganizado la cita con el
abogado que había cancelado la última vez para hoy. Había
hecho una doble cita. Podía estar ocupado resolviendo dos
reuniones a la vez. Pronto, me di cuenta, amargamente, que
era inútil.
—¿Le decimos a Emma que lo acompañe?
Keith se volteó a verme. La expresión molesta revelaba
claramente sus pensamientos.
—Creo que puede necesitar un compañero porque hay dos
citas... Si no puedo.
Keith abrió la boca. Lentamente, muy lentamente un sonido
salió de sus labios:
—¿Dije que la necesitaba?
Al momento estaba sin palabras.
—No salgas de la oficina.
Me ardió la cara. Agaché la cabeza apresuradamente, pero no
pude ocultar mi rostro febril. En silencio, el auto llegó a la
empresa. Salí del auto después de Keith, sosteniendo el
almuerzo que me dio en una mano. Me apresuré a moverme.

✤✤✤✤✤✤

La mañana como siempre pasó rápidamente y ya era la hora


del almuerzo. Keith se había ido sin decir nada. Me había
dejado solo, abrí el almuerzo que me había dado y me quedé
en la oficina comiendo.
La oficina estaba tan silenciosa. Deliberadamente abrí el
cajón y lo cerré, golpeé el teclado violentamente, pero pronto
me rendí. Tenía una sensación de autodestrucción. Intenté
apresuradamente pensar en otra cosa.
Necesitaba llamar a Steward. Era hora de comer, pero estaría
bien si simplemente enviaba un mensaje. Un día me dijo que
podía contactarlo en cualquier momento, las 24 horas del día.
Hasta ahora, nunca le había enviado un mensaje en ningún
momento. Me puse a pensar y escribí un mensaje. Unas pocas
veces después de corregir la oración, mi respuesta fue
enviada en menos de 5 minutos.
“Anímate, Yeonwoo”.
Parecía alentarme e involuntariamente sonreí.
De repente la puerta se abrió y me sorprendí. Keith había
entrado. Cuando miré el reloj a toda prisa, noté que la hora
del almuerzo ya había pasado desde hace 10 minutos.
—¿La reunión estuvo bien?
Keith no respondió y miró por encima de mi escritorio.
Cuando noté el significado de esa mirada, hablé:
—No salí de la oficina como se me indicó. Terminé mi
comida...
Keith, como siempre, no dijo nada, pero la expresión se
suavizó en alguna parte. Parpadeé y pregunté:
—¿Cómo le fue...? ¿Terminó todo bien?
—Bueno, más o menos.
Keith se movió como siempre, con indiferencia. De repente
entendí por qué su aroma se sentía suave y dulce. Keith
necesitaba una compañera rápidamente. Un Alfa no podía
estar solo cuando le llegaba su RUT, las feromonas se podrían
acumular en su cerebro provocando que perdiera el control,
con más razón, sucedía si era un Alfa dominante.

De pronto sentí incomodidad por mi amargo pensamiento.


Inadvertidamente levanté la cabeza y me encontré con la
mirada de Keith.
Pensé que iba a entrar en la oficina, pero inesperadamente él
estaba parado ahí, frente a mí, con un escritorio en el medio.
Parpadeé y abrí la boca para preguntarle si había algo más
que deseaba decir. De repente, me acarició la cabeza. Estaba
avergonzado por el toque gentil como si hubiera sido niño a
cuál felicitaban. En poco tiempo, la mano se fue, y levanté la
cabeza nuevamente.
No podía entender por qué estaba acariciando mi cabeza. No
era un niño y no había hecho nada para ser alabado. ¿Era
porque la reunión había sido buena? Intentaba adivinar
mientras miraba. Keith, luego caminó directo a su oficina y
abrió la puerta, dudé y abrí la boca:
—Lo siento, pero tengo una consulta hoy... Voy a ir a la sala
de tratamiento de Steward después del trabajo...
La razón de las palabras borrosas fue que todavía no había
encontrado a la siguiente compañera de Keith y que todavía
no le había dicho a Naomi respecto a la decisión de Keith.
Estaba amargado, pero Keith hizo una pregunta inesperada:
—¿Vas a la sala de tratamiento? ¿No vienes a la mansión?
Agregué una explicación:
—Le pedí que intentara otro método así que me pidió que
fuera a la sala de tratamientos.
Keith me miró mientras fruncía el ceño. La atmósfera suave
que había desapareció y el silencio fresco fluye nuevamente.
—¿Estás bien? —preguntó sin dejar de mirarme.
Una palabra corta contenía varios significados.
—Sí.
Cuando apenas respondí, entrecerré los ojos. No mientas, me
dije. De repente, Keith pareció reír brevemente. Fue un
momento tan corto que no podía creer que lo estuviera
viendo de verdad. Por supuesto, incluso si me reía, me era
imposible entender lo que significaba.
—Como quieras.
Y eso fue todo. Observé cuidadosamente, pero no pidió
concertar una cita con Naomi o encontrar a una próxima
compañera. Me sentí aliviado de ver a Keith cuando abrió la
puerta y entró en su oficina.

✤✤✤✤✤✤

El humor de Keith no era malo, se veía bastante bien. En


medio de terminar el trabajo que tenía para hacer mañana,
abrió la puerta de la oficina y miró que todavía tenía trabajo.
Mi corazón casi se detuvo. Anteriormente, Keith era quien se
había visto obligado a abandonar la oficina cuando era el
momento, pero después de que tuve problemas, siempre
estaba esperando para irnos.
—¿Todavía estás aquí?
Keith preguntó con una cara que no era diferente de la
habitual. Parpadeé y respondí apresuradamente:
—Está casi listo. Cinco minutos, no, diez minutos...
Pude sentir su mirada fija en mí todo el tiempo. Tenía prisa y
cometí un error.
—¡Ah!
En el momento en que me corté el dedo con el papel grité y
apresuradamente hice un puño.
—¿Qué estás haciendo?
Keith debía pensar que era patético. Me dio vergüenza decir
que estaba bien, pero de repente él se acercó.
—...
Abrí los ojos con sorpresa. Increíblemente Keith besó mi
mano. No había sido el final allí, inmediatamente miró la
herida con sus delgados ojos, observó cómo la sangre roja
salía; sólo miraba como si estuviera contemplando algo.
—Lo siento, lo siento...
Me disculpe a toda prisa. Keith saco un pañuelo de su traje.
Observé detenidamente mientras él me ataba el dedo sin
decir nada. Fue entonces cuando me di cuenta de que mi
sangre había dibujado una larga línea en la mano de Keith,
pero antes de decir algo se levantó y volvió a la oficina.
Probablemente estaba tratando de lavarse las manos en el
baño adjunto. Desperté y me apresuré a terminar mientras
Keith regresaba.
Increíblemente no volvió.
Después de terminar la limpieza, revisé una vez más, pero la
puerta seguía cerrada. De repente, la puerta de la oficina se
abrió de par en par, al mismo tiempo un dulce aroma fue
expulsado. Retrocedí sin mi conocimiento, poco después,
apareció Keith.
¡Ah!
Me di cuenta tarde. ¿Era por mi olor?Se me ocurrió que Keith
había criticado mi aroma ¿Había sido el aroma de las
feromonas más fuerte después de la herida? Estaba
preparado de nuevo, esperando que me condenara, pero
inesperadamente, Keith no dijo nada.
Miré hacia abajo; estaba nervioso y esperé sus palabras. Él
pareció pensar por un momento, luego habló:
—¿... Dijiste que ibas a ir al hospital de Steward?
—Ah, sí.
Esperé en silencio, pero Keith abrió lentamente la boca:
—¿No puedes cancelarlo?
Era una pregunta inesperada, por lo que no pude responder
de inmediato. En ese momento se me ocurrieron muchos
pensamientos. Necesitaba un enorme coraje para rechazar lo
que Keith me pregunta. Apenas soporté lo que quería decir
en este momento: “Sí, cancelaré”. La tentación fue tan grande
que la rechacé con poderes sobrehumanos.
—No... Cancelar una cita es un poco...
¿Me atreví a decir? ¿Le había dicho que no a Keith Knight
Pittman? ¿Debía decir que lo haría ahora? Keith no dijo nada.
Estuve preocupado por un tiempo, agité mi cabeza, lo ignoré
y me fui. Él sólo me estaba mirando.
Pronto, sentí un aroma a feromona que se extendió como una
tentación llenando mi espíritu. Quizás estaba intoxicado con
ello, era una locura pensar que Keith podría besarme.
Keith me miró un largo rato sin saber por qué, ¿estaba
equivocado? mientras fluía suavemente una fragancia de
feromonas.
Cuando Keith volteo la cabeza, de repente sentí que estaba
despierto, di un paso recto y me dirigí hacia la puerta.
Bajé el elevador en silencio. No hubo conversación después
de que los dos estuviésemos solos en el auto, solo el sonido
del dedo largo de Keith tocando y golpeando débilmente en
el reposabrazos. Ni siquiera supe cuándo se acabó el tiempo.
El aroma de la feromona de Keith era mucho mejor que en la
mañana, se había hecho más fuerte. Si también me viera
afectado de esta manera, tarde o temprano el ciclo vendría.
Necesitaba una contramedida; tenía que encontrar una
compañera para Keith.
—Bueno, si no puedo encontrar inmediatamente a una
compañera, ¿estará bien la Srta. Parker hasta que se calme el
RUT...?
Cuando hablé con cuidado, Keith movió su cabeza y me miró.
Me fue difícil decirlo:
—Charles me dijo que llegaría el momento pronto... Es mi
trabajo encontrar a alguien.
—Está bien, es un RUT.
—...
Keith volvió a mirar y me quedé sin palabras. Lentamente, el
auto se estaba desacelerando. Llegamos al hospital de
Steward.
—... Gracias por traerme.
Era difícil saludar y salir del auto, pero Keith de repente abrió
la boca:
—Llámame cuando hayas terminado, no salgas solo.
Abrí los ojos, inesperadamente Keith me miró y dijo con
indiferencia, como siempre:
—Si algo vuelve a suceder.
—... Sí.
Sus sugerencias fueron muy amables, pero estaba más
angustiado.
Él sonrió y luego salí del auto, no volvió a decirme nada. Cerré
la puerta apresuradamente, ignorándolo, luego Keith regresó
a la mansión. Whittaker y algunos otros guardaespaldas se
quedaron atrás.

✤✤✤✤✤✤

—Vamos, Yeonwoo.
Steward me dio la bienvenida.
Era desconocido y misterioso, miré alrededor de su oficina,
me imaginaba el consultorio de un médico lleno de libros
como un estudio, pero no había nada más que un escritorio,
incluso el escritorio era bastante grande.
—¿Qué pasa?
Steward preguntó con una sonrisa. Lo lamenté tanto que abrí
la boca con cuidado:
—Uh, no es lo que pensaba. Bueno, pensé que habría muchos
libros o algo así.
Steward me sonrió.
—Creo que este es un lugar temporal. Tengo una oficina real.
—Ah, sí... ¿No tienes una consulta aquí?
Parecía tener varias salas de asesoramiento. Cuando se lo
pregunté, pareció pensar por un momento y se encogió de
hombros.
—Depende de la situación. De todos modos, está bien. ¿Ya
preparaste tu mente?
Inmediatamente se dirigió al tema principal. Estaba nervioso
en este momento, mi expresión se endureció.
—S... sí.
La voz quedó atrapada en las cuerdas vocales y se partió al
salir.
Steward sonrió amargamente como si hubiera notado mis
miedos.
—No te excedas.
Estaba dispuesto a hablar la próxima vez, pero como
siempre, pensé en Keith. Entonces con coraje levanté la
cabeza, apreté mi mano temblorosa y lo miré.
—Lo haré. Por favor.
Steward me miró a la cara, como si realmente se preocupara.
—Si, está bien proceder así. En cambio, te diré de inmediato,
si creo que va a ser difícil —añadió una advertencia con una
cara seria—. Puede que sea demasiado difícil, pero podrías
sufrir un trauma mayor. Entonces se volverá realmente
difícil de tratar. Hoy solo estoy haciendo una prueba, ¿de
acuerdo?
Respondí después de tragar la saliva seca.
—Sí.
✤✤✤✤✤✤

Antes de comenzar, Steward me dio una medicina. Esta vez


no había sido un placebo. Cuando le pregunté por qué, la
respuesta fue sorprendentemente simple.
—No es bueno que estés estresado desde el principio, es para
relajarte un poco.
La atención de Steward también hizo que me pusiera más
nervioso. Después de tomar algunas respiraciones
profundas tomé la medicina, de ahí me llevó a la sala de
tratamiento.
El sitio del hospital era bastante grande, también había una
gran distancia entre los edificios tanta que incluso en el
siguiente edificio se tuvo que caminar durante bastante
tiempo.
—Es de ayuda, porque me falta ejercitarme.
Steward se echó a reír, yo también me reí, pero fue solo una
sonrisa formal.
Mientras caminaba por el muy cuidado jardín junto al él, me
vinieron a la mente todo tipo de pensamientos. ¿Qué pasaba
si volvía a fallar? ¿Si convulsionaba otra vez, si me
encontraba con Grayson sin previo aviso? Cuando recordé lo
que había sucedido, mi confianza desapareció sin dejar
rastro. Mis manos apretadas se cerraron aún más.
—¿Has tenido otra convulsión?
—Ah...
Después de una respiración profunda, me costó contar mi
última convulsión. Steward, que escuchó en silencio, asintió
y dijo:
—Debes estar avergonzado porque no estabas preparado en
lo absoluto. Hoy estaré allí apoyándote... ¿Estás tomando
inhibidores?
—Sí, todos los días.
Aproveché la oportunidad.
—Creo que mi ciclo de celo llegará pronto. ¿Puedo tomar más
medicamentos...?
—Por supuesto que no, ya tomas demasiados. El ciclo es
inevitable. —Mientras permanecía en silencio, Steward
habló—: Mejoraras pronto, así que ajustemos la medicina.
Encuentra la mejor forma de pasar este ciclo y toma
vacaciones si es posible. Si necesitas ayuda, contáctame,
vaciaré una habitación del hospital para que puedas
quedarte solo durante el ciclo. Te recetaré pastillas para
dormir así que tómalas, terminará en un día más o menos.
¿Cuántos días dura tu ciclo?
—De dos a tres días.
Se acarició la barbilla con una mirada avergonzada.
—Es larga. La mayoría termina en un día.
No fue la gran cosa, pero mi cara se puso caliente. Él me miró
y habló rápidamente:
—De todos modos, esa es una medida separada.
Comenzaremos con el tratamiento de hoy.
—Sí.
Después de tragar saliva seca, Steward preguntó, pasando la
tarjeta de identificación.
—¿Tomaste tu medicamento en la mañana?
La puerta automática se abrió con un leve sonido. Respondí
que sí, otra vez.
—Tomas más de lo usual, puede ser peligroso así que no la
tomes hoy. En cuanto llegues a casa tienes que ducharte y
dormir de inmediato. Si te bañas no absorberás las
feromonas, debes tomar un largo baño; mientras más tiempo
te bañes, será mejor, deberás lavar toda la ropa que llevas
puesta hoy.
Steward me advirtió de lo siguiente:
—Si las feromonas se desbordan, los periodos del ciclo
pueden ser alterados, así que no olvides hacerlo. Podría venir
de repente esta noche así que, si ese es el caso, contácteme de
inmediato.
Estaba más nervioso que nunca y asentí. Steward presionó el
botón del elevador.
—Por ahora, todos dejaron el trabajo —musité
ansiosamente en el ascensor—. Bueno, ¿cuándo llega un
extraño no está en el registro *CCTV o algo...?
Steward se rio de lo que estaba pensando.
—La cámara en el laboratorio no funcionará de todos modos.
En ese momento la puerta se abrió y un largo pasillo en el
sótano se extendió frente a nosotros. Lo seguí.
No había nada en la pared, solo un número estaba
claramente escrito en la puerta que estaba separado con
amplios intervalos de espacio. En el sofocante silencio, el
sonido frío de los pasos hizo que mi corazón se congelara.
Finalmente, Steward en la puerta pasó la tarjeta, solo
después de tomar las huellas digitales se abrió la cerradura.
Cuando entré, escuché la puerta cerrarse a mis espaldas.
Ahora realmente parecía no haber forma de dar un paso
atrás. Steward apretó el botón en una de las paredes, de
repente el lugar se iluminó y apareció otra habitación.
—Está bien, no puede verte desde allí.
Steward dijo que me tranquilizara, pero eso me puso más
tenso.
—Ahora respira hondo. Despacio... Está bien porque tomaste
la medicina. Las convulsiones no vendrán.
Me calme un poco.
—Ese es el experimento que dije.
El hombre, sentado en la cama individual volteó la cabeza,
una mirada nebulosa se dirigió hacia mí. De momento, estaba
nervioso.
—Desde que nació, se dijo que era un Alfa extremo por lo que
la feromona es particularmente fuerte, lo cual es muy útil. —
Steward dijo, mirando los oscuros y brillantes ojos
morados—: Debes haber escuchado, ese hombre mató a más
de 100 personas. Es un asesino en serie.
Tragué en seco sin darme cuenta. Steward puso sus manos
en cada uno de mis hombros para alentarme y pronto me
soltó.
—Entonces, ¿empezamos?
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 7

—Fue realmente bueno, Yeonwoo.


Me senté con una respiración agitada. No podía hablar,
permanecía con los ojos cerrados para calmar el mareo. Las
feromonas del hombre se habían volcado en todo mi cuerpo
durante más de 5 minutos.
No sabía si era gracias al medicamento que Steward me había
dado inicialmente, pero no me sentía muy aturdido ni
alterado, solo sentía calor, pero era debido a que mi ciclo de
celo se estaba acercando. Steward me sentó en una silla y me
entregó un vaso con agua.
—Bebe mucha agua, ayudará a eliminar las feromonas.
Steward me dio otro vaso y comprobó mi estado. Sus ojos se
iluminaron, señaló la Mac, y pronto asintió.
—Una vez que el ciclo de calor termine, volveremos a repetir
el tratamiento. Recuerdas qué hacer cuando llegues, ¿no?
Sólo asentí. De repente, estaba tan cansado que incluso abrir
la boca me fue difícil. No podía dejar de pensar ya que la
fiebre seguía aumentando, ahora mismo no era un ciclo de
calor, pero pronto lo sería.
Steward llamó a Whittaker, que estaba esperando.
Posteriormente, llamó a la oficina de administración.
—Todas las máquinas en el 302 están caídas. ¿Sí? Oh, nada.
Acabo de hacer un experimento con feromonas. —Steward
dijo, mirándome significativamente—: Bueno, el registro de
unos 30 minutos puede haber desaparecido, pero no puedo
evitarlo. Sí, entonces por favor verifique.
Colgó y se echó a reír.
—Es un crimen completo, ¿no?
Solo lo miré sin comprender. Steward tiró de la silla y se
sentó a mi lado, como si estuviera esperando calmarme.
—Tuviste muchos problemas, pero la consulta terminará
pronto. —Ligeramente dijo—: Las personas que vienen a
buscar asesoramiento de esta manera es debido al Alfa
dominante. No eres el único. Esa maldita feromona es una
molestia en muchos sentidos.
No dije nada, pero él continuó hablando:
—¿No parecen unas bestias impresionantes por las
feromonas? Además, los Alfas dominantes distinguen las
feromonas de otros Alfas dominantes, como el perro cuando
hace pipí en los árboles de la calle y lo marca. —Finalmente,
como si todavía hablara consigo mismo, agregó: —Desearía
que todos Alfa dominantes desaparecieran.
Me abstuve de mencionar algo.

✤✤✤✤✤✤

Whittaker volteo y me miró.


—Yeonwoo, ¿estás bien?
Asentí, con la conciencia borrosa.
—Sí un poco... Estoy cansado —dije de manera ansiosa.
El paisaje que se miraba desde la ventana del automóvil pasó
por mi vista un poco más rápido que antes. Respiré
profundamente de nuevo con la frente apoyada contra la
ventana.
Pronto llegaría a la mansión. Primero, tendría que bañarme…
«báñate, báñate, báñate...»
¡Ah!
Los pensamientos difíciles fueron interrumpidos, Keith no
me había contactado. De nuevo en mi cabeza, estaba
emocionado por el calor y no pensé en nada. Cerré los ojos
otra vez. Las respiraciones calientes continuaron fluyendo
junto con los mareos. Presioné el maletín contra mis muslos.
Afortunadamente, todavía no tenía una erección, pero el
deseo era intenso.

✤✤✤✤✤✤

—Yeonwoo, ¿estás bien?


Charles preguntó, tan pronto como salí del auto.
—Sí un poco... Estoy cansado.
Él olió las feromonas y pronto frunció el ceño.
—El olor a feromonas es severo... No es la feromona del Sr.
Pittman. ¿Puedo preguntarte qué pasó?
Estaba preocupado por lo que había pasado.
—El Sr. Steward propuso un nuevo tratamiento... Fue muy
difícil.
Poco después, suspiré. Charles se detuvo, podía adivinar cuál
era su expresión sin verlo, definitivamente estaba
mirándome tristemente.
Mi cara ya estaba ardiendo. Debía apagar el calor antes de
que aumentara... Aún podía llegar a mi habitación y llorar,
antes de perder la razón.
Quería estar solo, conocía mi corazón.
—Sube y descansa. Informaré al señor Pittman.
—Gracias.
Después de apenas agradecerle, seguí adelante. Me
temblaban las piernas. Si Steward no me lo hubiera advertido
yo... Quería hurgar en mi maletín y llevarme la medicina a la
boca, eso ayudaría, pero no podía hacerlo, no tenía fuerzas.
Subir las escaleras había sido tan difícil que tuve que parar
varias veces. Me arrepentí, pero ya era demasiado tarde para
volver. Inevitablemente, seguí moviéndome. Cada vez que
respiraba las feromonas a mi alrededor, estas me empapan.
Debía llegar a mi habitación y tomar un baño, ya casi estaba
arriba. ¿Cuánto faltaba? Levanté la cabeza y la figura de Keith
apareció frente a mí, de pie en las escaleras.
Me detuve sin saberlo.
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 8

Cuando lo miré desde las escaleras, vi a un hombre alto, a


unos pocos pasos de distancia, estaba abrumado.
Parpadeé como si me hubiera convertido en un niño. Era
difícil reconocer su expresión correctamente porque estaba
frente a la luz, pero pude adivinar que estaba enojado, como
prueba de ello, cuando Keith abrió la boca, su voz sonó más
fría de lo habitual:
—¿Por qué no me llamaste?
Pude ver a Charles parado detrás de él. En ese instante,
recordé sus palabras de que informaría sobre mi llegada.
Estaba molesto porque pensé que iba ignorar las
instrucciones de Keith.
Abrí la boca con dificultad:
—Lo siento, está bien...
Me disculpé y cerré los ojos, estaba mareado y mis piernas ya
no podían sostenerme.
Casi me caí de las escaleras, al recuperar un poco la visión
pude ver la cara de Keith. Si no me hubiera atrapado, habría
tenido un gran accidente. Tenía que dar las gracias. En ese
momento de repente Keith preguntó:
—¿Qué es ese olor?
Su voz baja parecía apuñalar todo mi cuerpo como un
cuchillo. Estaba avergonzado. ¿Por qué estaba tan enojado?
No pude entender por qué. Miré a Charles a primera vista,
pero tampoco tenía idea.
Me apresuré a calmarme y traté de hablar, aunque necesité
un poco más de coraje para hacer un sonido.
—Hoy, el Sr. Steward propuso un nuevo tratamiento... Quizás
es por eso, el olor a feromonas.
“Los Alfa dominantes dicen que diferencian sus feromonas de
las de otros Alfa dominantes”. ¿Por qué Stewart había dicho
eso? Estaba perplejo ¿Qué era diferente?
Keith todavía me miraba.
—¿Entonces…? —preguntó—. ¿De quién es esta feromona?
Quería mentir. Por supuesto que lo habría hecho si hubiera
podido, sin embargo, en ese momento no tuvo sentido decir
una mentira, además, no había razón alguna para mentir.
No podía entender por qué Keith estaba tan enojado. Estaba
nervioso y dije la verdad.
—Sólo necesito acostumbrarme a las feromonas de los Alfa
dominantes, y él conoce a uno...
Tal vez era mejor no hablar profundamente sobre los
experimentos que podían ser secreto del hospital. Sin
embargo, traté de explicarlo con rudeza, pero antes de que
terminara de hablar, Keith habló con voz aguda:
—Entonces… ¿Han volcado sus feromonas sobre ti?
Me sorprendí. Al mismo tiempo, un dulce aroma se extendió.
Era la feromona de Keith. Indudablemente ahora estaba
increíblemente enojado.
No podía entender por qué este hombre estaba así.
—El Sr. Stewart dijo que tendría que intentarlo dos o tres
veces más... hoy aguanté bien. Pronto todo estará mejor...
Antes de que terminara de hablar, Keith me tomó con fuerza
de la mano, jalándome. En ese momento, el dolor me
despertó. Sorprendido pude caminar tras él y seguir su ritmo.
¿Qué le sucedía? ¡Por qué caminaba tan rápido!
—Sr. Pittman, ¿qué...?
Estaba molesto y lo llamé, pero Keith no respondió. Poco
después, abrió la puerta de su habitación y me arrastró
adentro. Abrí los ojos sorprendido, sin embargo, continuó
caminando sin detenerse, abrió la puerta del baño y me tiró
dentro de la bañera.
—¡...!
No tenía idea, pero de repente el agua fría se derramó sobre
mi cuerpo. Keith abrió la ducha. Grité sorprendido:
—¡Pare! ¡Pare, Sr. Pittman! ¿Qué está hacien... do!
Agité los brazos apresuradamente, pero era imposible
detener el agua que se derramaba por todos lados.
Las feromonas que se habían acumulado en todo mi cuerpo
fueron eliminadas por el agua.
¿Qué era esto...? La fuente de la fragancia era clara. Mientras
que las feromonas de Alfa dominante eran eliminadas, otras
feromonas dominantes estaban cubriendo todo mi cuerpo.
Cuando temblé y levanté la cabeza, me encontré con Keith y
sus ojos, mi cuerpo estaba empapado.
Pude ver que sus ojos eran de color dorado. Estaba cubriendo
mi cuerpo con sus feromonas.
—¿...?
El interior de mi cuerpo palpitaba. Estaba
avergonzado. Sabía lo que era este sentimiento. Lo sabía muy
bien.
Nunca debió haber llegado en este momento, pero no era
algo que pudiera controlar. No importaba cuánto
medicamento tomará, había demasiadas feromonas ahora. Si
solo hubieran sido las feromonas de Keith habría podido
soportarlo.
“Báñate tan pronto como vuelvas a la cama”.
Me había dicho Stewart.
Ya era peligroso tomar medicamentos, pero ahora no tenía
otra opción. Me acurruqué contra la bañera. Obviamente, el
agua que vertía sobre mi cuerpo era fría, pero por dentro
sentía mucho calor.
Mi cuerpo se estaba calentando y no pude soportarlo. Quería
desesperadamente llevar mi mano temblorosa hacia mis
pantalones.
Las lágrimas estaban a punto de salir.
—... ¿Qué sucede?
Keith preguntó de repente. Él era responsable de esta escena
así que finalmente lo notó.
Rasqué el piso de la bañera tratando de no masturbarme.
—Sobre mi bolso... adentro... la medicina.
Todo mi cuerpo tembló.
Sus manos se movieron y agarraron mi maletín arrojando
todo lo que había en su interior al suelo. Keith desvió la
mirada.
Sus feromonas me aplastaron a tal grado de que me resultó
difícil levantarme y caminar.
No importaba cuán fría estuviera el agua, mi cuerpo se sentía
tan caliente. Estaba frotando mi agujero sobre mis
pantalones delgados sin mi conocimiento, pero ni siquiera
me di cuenta. Vi a Keith dando la vuelta.

Jadeé y lo miré, él revisó mi bolso encontrando un frasco con


medicina.
—¿Es esto?
Volteo mostrándome la medicina. Asentí y extendí mi mano.
Espere a que Keith pronto me las diera, pero él sólo se quedó
observando, abrió el frasco.
Miré a lo lejos cuando Keith volteó el frasco y las pastillas
cayeron al suelo. No lo podía creer. ¿Qué estaba haciendo
ahora?
Keith me miró en silencio. Después de que toda la medicina
se vació completamente tiró el frasco al suelo y aplasto las
pastillas con los pies, luego abrió la boca:
—Te ayudaré —dijo sarcásticamente, inmediatamente
agarró mi brazo y jalo mi cuerpo hacia él, pronto sentí unos
labios cubriendo toda mi boca. No podía creer lo que estaba
pasado.
—Ah... No. ¡Pare! ¡Ah, no, no lo haga!
Apenas mantuve la cordura, lo rechacé. Keith me abrazó con
fuerza, ignorando mi mano y empujando sus hombros.
—Es tu ciclo de calor y mi RUT acaba de llegar. —
Sarcásticamente añadió—: ¿Hay una mejor razón para que
no tengamos sexo?

—...
—Sólo disfruta.
¿Estaba desesperado? ¿No importaba que fuera yo? Entre el
deseo de abrazarlo y el miserable orgullo, apenas hablé:
—Yo... Usted no... duerme con... hombres... ¿No es así?
Keith se detuvo por primera vez en protesta. ¿Estaba
tratando de renunciar? Pero no había tiempo para sentir un
amargo alivio.
Me miró mientras apretaba los dientes.
—Cállate.
Mordió mis labios. Una gota de agua fría cayó sobre mi boca
y una lengua gruesa pidió entrar, abrí la boca y su lengua
finalmente se enredó con la mía.
—Ah.
Estaba abrazando su cuello sin saberlo. Ya no podía
resistirme, no tenía sentido. Lo único que nos quedaba a los
dos, era nosotros dos y sus feromonas que cada vez se
profundizaban más. Si tan solo pudiera resolver este loco
deseo por su cuerpo, quería que lo pusiera dentro de mí,
deseaba que su mano acariciara mi cuerpo. Mi estomago hizo
cosquillas y la parte de abajo palpitó más y más con cada
beso. Ya no podía soportarlo, rápidamente me colgué de él.
—Keith, ¡Keith...!
—Sí, lo sé.
Sollocé y froté sus mejillas. Su fuerte brazo tiró de mi cintura
con fuerza y mi cuerpo cayó encima del suyo. Su pene, que
estaba firme, se podía sentir con tanta fuerza. Estaba
sollozando y respirando con dificultad. Keith sostuvo mi
cintura con uno de sus brazos, luego bajó la otra mano y
agarró mi cadera. Mientras lo abrazaba, envolví mis piernas
alrededor de su cintura. Nuestros labios nunca se separaron
cuando nos movimos. Cada vez que nuestras bocas se unían
se oía un constantemente sonido áspero, le agarré las
mejillas.
No tenía idea de cómo fue que sucedió. Besé a Keith, lo toqué
y tendría sexo con él, sentía que mi cuerpo iba a explotar.
—¡.. !
Caímos sobre la cama. Keith continúo besando mis labios. Su
parte inferior golpeó mi trasero, y yo apreté las piernas con
fuerza para sentirlo más. No podía respirar de la emoción.
Keith repentinamente separó su cuerpo, pero no estaba
tratando de terminar, más bien, fue todo lo contrario. Me
miró a la cara y se quitó la camisa con rudeza. Su aliento
parecía más urgente que el mío. Tardé en quitarme la camisa
mojada, cuando apenas iba por la mitad, Keith ya tenía sus
manos sobre mi ropa interior. Me cubrí la cara.
—¡Oh esperé...!
Keith, quien intentó bajarme los pantalones y la ropa interior
no se detuvo hasta que lo logró.
Por un momento, Keith no dijo nada. Sólo el fuerte sonido de
su respiración se extendió por todo el lugar. Esperé a que
Keith se diera cuenta de la realidad, aunque mi mente ya se
había derretido por completo a causa del ciclo de calor. Si
Keith me hubiera dejado así, tendía que luchar solo contra
esta pasión. Herviría mi corazón con miseria antes de que
perdiera por completo la razón.
—...Ah.
Keith exhaló un profundo suspiro como si estuviera
bloqueado. El momento había sido abrumado. Temeroso,
mirando a través de mis dedos. La mirada de Keith se dirigió
a la parte inferior de mi cuerpo. Cuando mis hombros se
encogieron de miedo, de repente él soltó una breve risa,
como si no hubiera nada de qué preocuparse.
—¿...?
No pude entender el significado, sólo parpadeé y Keith de
repente me agarró el brazo que ocultaba mi cara, mi
temeroso rostro apareció a la vista.
—Ah.
Abrí la boca sin comprender y al momento siguiente, sus
labios se superpusieron inmediatamente.
Su aliento áspero y los gemidos se filtraron por los labios. El
cuerpo de Keith estaba encima de mí. Increíblemente, él
estaba desnudo y yo también. ¿Estaba loco por las
feromonas? Pensé vagamente. Su piel desnuda que tocaba
todo mi cuerpo también estaba caliente y tanto su pene como
el dulce aroma de su cuerpo aplastante, eran increíbles.
Estaba teniendo sexo con él. Keith me besó incluso después de
asegurarse de que era un hombre.
Estaba claro que estaba teniendo un sueño loco en ese
momento debido al ciclo de calor, de lo contrario, él no me
besaría, no me tocaría…
Su lengua se frotó en el interior de mi boca, su saliva entraba
en mi garganta y sus manos me apretaron mis nalgas y mis
pezones, era tan realista. Sobre todo, el pesado pene que
estaba presionando firmemente contra mi estómago.
—Ahhh... Ugh.
Un gemido salió por sí solo. Mi cintura se retorció
constantemente debido a estímulos desconocidos. Keith
chupó y mordió mis labios; y el lugar que no podía imaginar
se mojó. Me aferré a él y lo besé.
—Oh Dios mío.
Keith susurró con una voz burlona:
—Me he equivocado durante mucho tiempo.
Me culpé por la respiración agitada. Un dedo grueso frotó el
interior de mi agujero y un gemido lloroso salió de mi boca.
—Oh, ah, ah, ah.
—¿Escuchas? ¿Qué es ese sonido?
Frotó mi interior violentamente. Pude oír por mismo el
desbordamiento de mis gemidos.
—Huh...
No pude soportarlo y estallé en llanto, pero Keith nunca se
detuvo. Más bien, doblo los dedos en el interior y comenzó a
frotar nuevamente. Grité mientras me tragaba el aliento por
primera vez. En el momento en que intenté escapar, Keith me
besó. Mi cuerpo fue presionado hacia abajo, por lo que fue
imposible moverme. Estaba acostado cómodamente entre
mis piernas abiertas, Keith estiró los dedos y volvió a sacudir
mi interior. Cada vez que doblaba un dedo sentía como se
rasgaba mi parte interior. Grité.
—Ah.
Keith escupió brevemente un gemido y retiró sus dedos.
Pude observar cómo sus dedos estaban empapados de mis
fluidos. Él frunció el ceño, si me odiaba no importaba. Solo
quería algo, quería que lo pusiera.
—Keith, rápido...
Me acerqué a él con el cuerpo temblando. Él apenas me
abrazó.
—¿Con cuántos hombres jugaste cuando parecías tan
inocente?
—Nunca, nunca...
—¿Qué? —Keith se echó a reír como si no estuviera
realmente preocupado. —Si lo vas a disfrutar de todos
modos, es bueno ser sincero el uno con el otro.
—¿Tú también? —susurré y me besó.
No podía permitirme decir algo. Simplemente lo abracé y
froté mi entrada contra él como un loco. Vamos, solo quería
que pusiera sus dedos en mi interior como antes. En el lugar
donde había tocado, se sentía un hormigueo. No pude
soportarlo. Moví mis caderas y toqué su cuerpo a tientas.
—Keith, rápido... Ponlo rápidamente. Ah, no puedo
soportarlo...
—Ah.
Mientras lloraba y rogaba, él soltó un gemido y me miró por
un momento. Era la primera vez que lo veía así, pero no tuve
tiempo de pensar en esto o aquello. Bajé mi mano y agarré su
pene. Keith se detuvo. Intenté ponerlo dentro de alguna
manera, pero estaba tan mojado que se resbaló y no pudo
entrar.
—Pobre de mí...
Las lágrimas se desbordaron de nuevo. Miré hacia arriba y
miré la cara de Keith. Solo quería que este hombre entrara
una y otra vez en mí; pero Keith simplemente me miró a la
cara sin comprender. Me estaba volviendo loco, aunque él no
se movió. Finalmente, lloré y froté mi entrada contra su pene.
—Por favor, por favor... ¡Hazlo rápido! ¡Creo que me voy a
volver… ¡Loco!
Mientras gritaba golpeaba su hombro.
—Oh, Dios mío. Es realmente un desperdicio verte así.
Keith agarró mis muñecas con una mano y las colocó sobre
mi cabeza. Su pene tanteó mi entrada mientras separaba con
su otra mano mis nalgas. Instintivamente me puse nervioso.
—¡¡Ah!!
Un gemido fluyó desde lo profundo de mi garganta.
Empecé a frotar su pene contra mi entrada, sentí un
cosquilleo, necesitaba más.
Keith inclinó la cabeza y besó mi mejilla ligeramente, aunque
fue corto, me pareció tan lindo, como el beso de un niño.
A través de mi brumosa vista, pude ver a Keith sonreír. Jadeé
y lo miré fijamente. Un grito insoportable atravesó mis
cuerdas vocales.
Quería abrazarlo, pero no podía porque él tenía sujetas mis
muñecas, no lograba zafarme de su agarre, mi cuerpo estaba
temblando. El ajustado espacio entre el colchón y su cuerpo,
no me permitían moverme ni una pulgada...
De pronto, él entró.
—¡Ufff! —jadeé.
Retrocedió un poco y volvió a entrar para después quedarse
quieto. Sorprendido y con el aliento entrecortado, hablé:
—Sigue.
Pero él no se movió
No podía soportarlo más, y torcí la espalda. Entonces,
naturalmente, mi interior se tensó y Keith gimió,
distorsionando su frente.
Lo único que podía hacer era contraer mi entrada, debido a
que mis manos estaban atrapadas, me detuve
frenéticamente, él avanzó poco a poco para que su pene
entrara en mi interior. De alguna forma, traté de atraerlo más
profundo, en un esfuerzo desesperado.
—Ah...
De repente suspiré, había llegado a mi límite, sentía que me
volvería completamente loco, Keith soltó un profundo
gruñido...
Luego salió completamente de mi para después entrar con
fuerza.
—¡...!
No emití un ningún sonido, aunque respiré con la boca
abierta. Ligeramente, todo mi cuerpo temblaba. Keith
penetraba tan profundamente dentro de mí, disfrutando del
lugar estrecho. Su aliento se volvió más áspero que el mío.
Keith tenía la cara enrojecida. Parecía estar demostrando que
solo había sido paciente anteriormente y que ahora toda esa
paciencia había llegado a su fin.
—... ¡Ah, no!
Violentamente, Keith entró de nuevo. Cuando tocó en el
fondo de mi interior, un gemido salió fuera de mi boca, le
siguió un breve grito.
Él estaba más emocionado que nunca, a medida que pasaban
los segundos su parte inferior se hinchaba cada vez más.
—Ah... tu agujero me está succionando, has estado fingiendo
ser inocente... Ah... ¡Maldición! ¿Por qué eres tan estrecho?
Keith se quedó sin aliento sobre mí.
En el momento en que su cuerpo entró en contacto con el
mío, solté un grito lleno de dolor; incluso el calor del ciclo no
aliviaba la molestia de la fricción que estaba recibiendo. De
repente sollocé y temblé.
—Shhh, está bien —susurró en mi oído mientras me
consolaba, su voz era infinitamente dulce.
Cuando soltó mi muñeca, no pude responder. Keith besó mi
mejilla, luego se dirigió hacia mis labios al mismo tiempo en
que su pene volvió a golpear en mi interior. Grité porque
estaba sorprendido. Sus manos se deslizaron hacia mis
caderas, aún nos encontramos unidos, súbitamente, sacudió
su cabeza.
—¡Estás tan mojado!
Acarició mi entrepierna. Yo solo salté. Fue tan doloroso que
mi abdomen se estremeció. La dolencia duro
persistentemente, pero me gustaba sentir su pene tan grueso
y caliente, aplastando y friccionando en mi interior, sin
embargo, deseaba que eyaculara pronto.
—Si me estabas tentando, ha sido un éxito... Ah... ¿Qué
demonios quiere este obsceno agujero?
Me dio una nalgada. El interior de mi cuerpo tembló y se
contrajo, él presionó su pene en mi punto más débil.
Su rostro estaba enojado y distorsionado, pero al mismo
tiempo, Keith me miró con la cara roja. ¿Acaso no le
gustaba? No lo sabía, pero no me importaba. Todo lo que
quería era que llenará mi interior rápido.
—¡Por favor, Keith...! ¡Ayúdame...! ¡Es insoportable...!
Él se detuvo, y comencé a llorar y a rogar, nuevamente él
volvió a penetrarme y a sacarlo rítmicamente.
—¡Oh, ah, ah, ah!
Rápidamente lo abracé.
Mi agujero estaba caliente y doloroso, y aunque no tenía
intención, mi interior se apretó por auto reflejo, succionando
el pesado pene de Keith.
—¡Maldición! ¿Dónde aprendiste a hacer esto?
Keith escupió junto con malas palabras, pero no esperó mi
respuesta, como evidencia, continuó entrando y saliendo de
mí.
Sus brazos eran tan fuertes como las manos que sostenían
mis caderas. Golpeteos violentos eran lo único que se podía
escuchar, todos mis sentidos estaban concentrados allí, así
que no podía sentir nada más. Parecía una locura cada vez
que su grueso glande se hundía en mí.
—Ahh, ahí —grité—. Ahí, ahí... Más, más... ¡Más fuerte, más
fuerte...! —supliqué con lágrimas.
De repente, Keith sonrió. Noté que ese hombre lo había
hecho a propósito así que mordí su hombro.
—¡Ah!
Fue cuando me di cuenta de que yo estaba provocando que
él estuviera más excitado.
Solté un grito. Keith frotó justo en el lugar exacto que quería.
Siempre que su grueso pene frotaba mi interior, sentía que
me mojaba cada vez más.
De pronto, se escuchó el sonido un líquido rebosante
mezclado con el sonido de los golpes de carne. Levanté mi
trasero, abriéndome más. Keith soltó mis manos y agarró mis
nalgas.
—Oh, ah, ah, ah, ah.
Los gemidos continuaron sin parar. ¡Estaba completamente
emocionado!
Cada vez que él golpeaba mi interior violentamente, se
escuchaba el sonido fuerte de nuestros cuerpos chocando...
Inesperadamente, sentí un fluido que me llenó. Mi aroma se
mezcló entre sus feromonas desbordantes.
Escuché un suspiro.

—Ahh...
Keith estaba eyaculando, gemía con una respiración
profunda. Mordió y sacudió mi cuello, fue cuando mi entrada
caliente apretó con más fuerza su pene para no dejarlo ir.
Él se detuvo y el mareo surgió.
Keith vertió sus feromonas mientras su semen se extendía
profundamente en mi cuerpo, todo el dolor desapareció.
Mi cuerpo se quedó sin fuerzas y mis brazos, que estaban en
sus hombros cayeron sobre la cama. Keith continuó
eyaculando. Mi cuerpo tembló, sentí el fluido caliente llenar
mi estómago. Incluso, aunque había estado tomando
medicamento, hasta ahora era que sentía que este ciclo de
calor había sido diferente a los demás.
Exhalé.
El pene de Keith no se había encogido después de la
eyaculación...
—¿Por qué no querías tener sexo conmigo?
¿Qué quería decir?
Pestañeé sin saber el significado.
—No soy del tipo del Sr. Pittman.
Keith se rio como si estuviera fuera de lugar, pero pronto sus
labios se sobrepusieron a los míos.
De nuevo, mi cuerpo estaba palpitando. Mi ciclo aún no había
terminado... Repentinamente los ojos de Keith se volvieron
de nuevo dorados. Su pene, que estaba en mi interior, se
hincho todavía más... E instintivamente me di cuenta de que
su RUT tampoco había terminado.
—¡Ahhhh!
Inhalé profundo.
Aunque no había tiempo para sorprenderse. Keith agarró
mis hombros y volteo mi cuerpo, su mano agarró mi trasero
para separarlo, dejando a la vista mi orificio mientras el
semen que se había acumulado en el interior fluía.
Keith suspiró ante la vista. Giré la cabeza y lo miré, pero él no
vio mi cara, solo observaba mi entrada. Mi rostro comenzaba
a quemarme por la vergüenza, pero no era el momento.
Mi cuerpo se calentó de nuevo, no podía soportarlo y me
recosté. Keith me miró y me sostuvo la cintura.

—... ¡Ugh!
Mi parte inferior estaba apretada y mis caderas se
contrajeron espontáneamente. Keith entró y salió varias
veces, golpeando mi punto, con más facilidad que la primera
vez.
—¡...Uuff!
Keith suspiró por la satisfacción.
Una mano grande se adelantó y acarició mi abdomen, su
mano empezó a deambular cerca de mi ombligo,
seguidamente, se detuvo donde su glande se marcaba y
presionó contra mi estómago.
—¡Ah!
Escupí un gemido corto ante una sensación extraña que fue
dolorosa, incómoda y emocionante.
La sensación de apretar el mismo lugar por dentro y por
fuera, donde solo una piel delgada los dividía... era aterrador
y emocionante.
Keith escupió un lenguaje abusivo detrás de mí. De repente,
comenzó a moverse hacia adentro y hacia afuera mientras se
aferraba a mi vientre. Luché con el dolor.
—¡Oh, ah, ah, ah, ah, ah! ¡Ahhh!
El semen que brotaba de mi interior y el fluido de mi
miembro comenzaron a derramarse entre mis muslos.
Incluso después de haber eyaculado, agité el trasero sin
parar. De repente, Keith dejó de agarrar mi cintura y disfrutó
de mi movimiento. La palma de su mano golpeó mi trasero.
Un áspero gemido salió de mi boca. Volvió a poner sus manos
sobre mi cadera y tiró de ellas.
—Vamos, vamos... ¡Lléname, por favor!
Keith estaba increíblemente emocionado. La feromona que
derramó sobre mí fue la prueba, pero era
sorprendentemente codicioso.
—¡Oh!
Los gritos de dolor salieron.
—Ah...
La cantidad de semen que ingresó en mí fue enorme. Keith
me acarició lentamente la espalda desnuda. Parecía que
disfrutaba de verme temblar. Contraje mi interior para
presionar su pene. Keith satisfecho, vertió más semen en mí.
Después de golpear mis caderas unas cuantas veces más,
terminó sin esfuerzo. Cuando Keith me dejó ir, me desvanecí
sobre la cama. Mis entrañas todavía estaban calientes. El
placer que sentía en mí cuerpo, por primera vez, no
desapareció.
Este era un verdadero ciclo de calor. Vi su desnudez con una
febril visión. Su pene estaba empapado.
Caí boca abajo y Keith empujó su pene hacia mi agujero
expuesto. Puse mis manos sobre la cama y las mantuve
flexionadas. Él entraba y salía, cada vez con más frecuencia y
rapidez.
De repente dejó de moverse y se quedó un rato así, inmóvil.
Me estaba penetrando profundamente.
Su cara estaba húmeda por el sudor y su aliento era tan
entrecortado como el mío. Mi cabeza estaba empapada de
feromonas por todas partes, no podía pensar en nada e hice
lo que quería sin ningún cálculo.
Lo sorprendente fue la reacción de Keith, solía ser más
racional, aun cuando su RUT se manifestará. Me
pregunté: ¿Por qué no se había detenido? Después de un rato
inclinó la cabeza. Nuestros labios se encontraron y se
mezclaron con un sonido húmedo.
Pronto Keith comenzó a moverse de nuevo, lo besé, sentí
como su miembro estaba revolviéndose dentro de mí.
Lo único que quedaba era el deseo. Pronto jadeé y me volteé,
quedando a mi vista el rostro de Keith. Agarró mis rodillas y
las empujó contra mi cuerpo, flexionadolas. Su grueso pene
me penetró más profundo que antes. Estaba completamente
cubierto de feromonas, observé como su pene mojado entró
y salió de mi interior, mis genitales eran tan delgados
comparándolos con los de él. Ni siquiera me había dado
cuenta de cuántas veces me había corrido, sentía que ya no
podía más. Algunas gotas de mi fluido cayeron sin fuerza, y
pronto se volvieron transparentes.
Mi vientre estaba hinchado y las costillas inferiores parecían
arder.
Keith, extendió la mano y trazó el lugar donde su pene
marcaba mi abdomen. De repente, me agarró la muñeca y se
corrió de nuevo, pude sentir como su semen se mezclaba en
mi interior.
Antes de darme cuenta, Keith hizo que mi mano recorriera
sus genitales cubiertos de fluidos. Lo agarré con ambas
manos y lo froté. Podía sentir como sus vasos sanguíneos
palpitan entre mis dedos.
—Ah...
Keith sacudió la cabeza y exhaló una respiración profunda.
Su entusiasmo llegó a la palma de mi mano. Rápidamente
froté su pene, esperando que él entrara en mí, aunque ya me
encontraba lleno de semen, inmediatamente me calenté.
Seguí masturbándolo, pero no fue por mucho tiempo. No
estaba satisfecho con mi torpe toque, empujó mi mano y me
giró hacia un lado, conectándome con la parte inferior de su
cuerpo.
Keith finalmente comenzó a moverse frotando su pene
contra mi entrepierna... Mi campo de visión se fue
oscureciendo.
—Ugh, uh.
Nuestros gemidos fluyeron, sin embargo, Keith no se detuvo.
—Oh...
Con un suspiro de satisfacción, terminó. Pero ese no fue el
final. Sin descanso, Keith me abrazó de nuevo. Esta vez de
frente.
—¡Ah... Ah!
Ante la presión repentina, grité. Todo mi cuerpo tembló por
un momento cuando su pene volvió a entrar en mí. Y el sexo
comenzó de nuevo... Keith agarró mi cintura, mientras su
pene entraba y salía, una y otra vez.
—Ah...
Un gemido cansado salió de su boca.
Con cada movimiento de Keith, el semen acumulado se
desbordaba.
Mi conciencia se iba desvaneciendo. ¿Cuántas veces lo
habíamos hecho ya? No sabía cuánto tiempo había
transcurrido, simplemente rodamos sobre la cama sin parar.
Nuevamente estaba acostado en la cama, Keith cayó sobre mi
cuerpo, el semen volvió a llenar mi interior.
La cara de Keith apareció en mi vista borrosa mientras él
parpadeaba sin comprender. Me besó de nuevo...

✤✤✤✤✤✤
Mi vista fue sacudida con brusquedad. Miré fijamente al
techo con las pupilas dilatadas. Mi cabeza no funcionaba
correctamente. Quizás se debía a la sensación de temblor
constante. Miré hacia mi pelvis, el pene de Keith estaba en mi
entrepierna. Lo miré desconcertado. No podía creer que
hubiera estado con él durante todo el ciclo de calor.
Perdí la conciencia, pero cuando abrí los ojos, este hombre
todavía estaba encima de mí.
—... El ciclo ha terminado...
Apenas lo dije, pude escuchar mi voz como un chillido.
Solté un largo gemido, su semen salió de nuevo. Era la
primera vez que pasaba mi ciclo de calor con alguien,
siempre lo había soportado con medicina. Inadvertidamente,
fruncí el ceño. Su semen continuaba vertiéndose... Los ojos de
Keith eran morados. ¿Había terminado? Cuando pensé en
eso, sus ojos se volvieron dorados. Keith parecía estar quieto.
Esta vez lo había solucionado todo con sexo, pero Keith no
era el tipo de persona que tuviera sexo con hombres, incluso
lo había manifestado públicamente, aun así, tuvo sexo
conmigo.
Suavemente chupé mis labios.
—Uf, uh...
Hubo un sonido de dolor y poco a poco, me desorienté...
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 9

El dormitorio estaba tranquilo.


¿Acaso era posible estar así, tanto como quisieras?
No había ningún sonido, gemido o grito. Todo lo que
escuchaba era la profunda respiración de Keith, serena y
satisfactoria como la de un niño.
—¿Sr. Pittman...?
Traté de llamarlo con cuidado.
Dudé por unos momentos, pero finalmente, lo agarré del
hombro y lo sacudí un poco. Keith no se movió. ¿Qué debía
hacer?Me había metido en problemas. No había nada que
pudiera hacer, incluso si lo pensaba.
Todo mi cuerpo dolía, era imposible moverme. Intenté
apartar el cuerpo de Keith, pero cuando su cintura se movió,
un grito ahogado salió de mi boca:
—Ugh.
Tragué mi aliento cuando su miembro se endureció de
nuevo.
Keith estaba duro en mi interior mientras dormía; solo
entonces me di cuenta de que aún estábamos entrelazados,
su semen todavía permanecía en mis entrañas. No pude
moverme, después de un rato escuché un golpe y la puerta se
abrió. Charles entró a la recámara, estaba muy avergonzado
y sin aliento, pero él parecía haber anticipado la situación así
que fue directo a la cama sin ninguna agitación.
—Lo ayudare —dijo para calmarme.
—Gracias.
Con su ayuda, logré alejarme de Keith, pero repentinamente
él abrazó mi cintura, impidiendo mi escape.
Mientras intentaba alejarme sigilosamente, sus brazos poco
a poco me soltaron, sin embargo, mis piernas no me
sostuvieron y caí de la cama.
—¡Oh!
Charles escupió una breve exclamación y me levantó.
Sacó una bata del baño y en seguida me cubrió. Poco después,
me abrazó y me acompañó a mi habitación.
Keith se quedó dormido...

✤✤✤✤✤✤

No era tan tarde, pero después del RUT, se dice que los Alfa
dominantes permanecen profundamente dormidos, tanto
que pueden dormir hasta tres días. Keith lleva durmiendo
dos.
Fue entonces cuando de repente una sirvienta entró a la
habitación, informando que Keith se había despertado.
—La mayoría de las veces se levanta a medio día, aunque esta
vez ha estado durmiendo de más.
Charles habló mientras yo estaba sentado en la cama,
comiendo. Levanté mi rostro.
Él todavía hablaba con indiferencia:
—No se pudo evitar, tuvo un RUT muy intenso, diferente a
los habituales, pero no es su culpa Yeonwoo.
Cuando parecía aliviado, agregó para sí mismo:
—Debe haber una razón.
Intenté preguntar de qué estaba hablando, pero de
inmediato se dio la vuelta sin dudarlo.
Después de que Charles me ayudó, fue a la habitación de
Keith. Terminé la comida y me quedé solo hasta que Emily
entró después de un rato, como si Charles le hubiera dado
instrucciones por adelantado. Me preguntó qué iba a comer
de postre con una actitud diferente a la habitual, me ánimo a
descansar y desapareció con los platos vacíos.
Lentamente mi cara se volvió roja de vergüenza. Todos en la
mansión sabían que había tenido sexo con Keith. Quería
convertirme en polvo y desaparecer.
¡Estaba bien! Alfas y Omegas dormían juntos durante el ciclo
de calor en cualquier parte del mundo... Sin embargo, no creía
que todos los Omegas desearan desaparecer tanto como lo
deseaba yo.
La actitud de los empleados que habían venido a la
habitación no había sido la misma de siempre.
Sabía que estaban hablando detrás de mí, pero pretendí estar
tranquilo, fingí que no sabía nada y los traté como de
costumbre.
Más tarde, Charles me dijo que Keith iría a trabajar al día
siguiente.
—Los recuerdos del Sr. Pittman no están completos. Parece
haber una pérdida de memoria. Su RUT nunca ha sido así... —
dijo Charles, luego agregó—: Creo que no ha tenido una
compañera últimamente, ¿cierto?
Intente recordar cuándo había sido la última vez que vio a
Naomi. No lo sabía porque el recuerdo era débil. Respondí
con franqueza:
—No lo sé.
—De todos modos, le pregunté a su médico de cabecera. —
Charles asintió y agregó—: Si esto vuelve a ocurrir, entonces
hay una advertencia de que puede producirse un deterioro
grave de la memoria.
Eso pareció motivarme a buscar una nueva compañera para
el Sr. Pittman.
Era algo normal, con calma, acepté la realidad. Lo que sucedió
solo había sido un accidente. Keith había roto su propia regla,
la de no acostarse con un hombre.
Pronto, Charles se fue y me quedé solo.
Mi cuerpo se estaba recuperando lo suficiente como para
salir de la cama. La razón por la había cenado en la habitación
había sido porque no estaba en buena forma. Pero la verdad
era que no tenía coraje para ver a Keith a la cara. En cambio,
verifiqué el estado de la compañía por teléfono e hice un
informe. Mientras Keith estaba dormido, estuve manejando
los asuntos de la oficina por teléfono como usualmente hacia
cuando salía de vacaciones.
— ¿Estás bien? Me preguntaba si el Sr. Pittman te estuvo
forzando en exceso.
Emma estaba preocupada por mí, a pesar de que tenía que
organizar miles de cosas. Estaba agradecido, así que le dije
honestamente:
—Sí, lo siento. De repente llegó mi ciclo de calor. No pude ir a
trabajar.
Debido al fin de semana que se atravesó, no pude decirle
porque estuve ausente durante una semana. Le dije que se lo
compensaría con dinero. Emma se rio como de costumbre.
—No me importa eso, lo entiendo —dijo, luego agrego
amargamente—: Mi hermano también es Omega, sé lo difícil
que es.
Como Emma era Beta, por supuesto, pensaba que su
hermano también lo era. Me sentí mal por mis prejuicios.
Aparte de mí en la mansión, todos eran Betas, yo era el único
Omega.
Después de decir gracias de nuevo, colgué.
Más tarde, recordé que me había dicho que su hermano
trabajaba como guardaespaldas. ¿Podía un Omega ser un
guardaespaldas? Pensé que era difícil debido a las
feromonas. Cuando Keith reclutaba guardaespaldas siempre
excluía a los Omegas porque siempre resultaban afectados
por las feromonas. Creo que debía estar equivocado. Pronto
perdí la cabeza y me puse a trabajar. El tiempo pasó.

✤✤✤✤✤✤

—Sí, voy a tener una reunión en la tarde para tomar una


decisión sobre ese asunto, te diré cuál será el resultado... Sí,
lo sé. Lo reportaré tal como está. Sí... Nos comunicaremos con
usted nuevamente tan pronto como salgan los resultados.
Después de colgar el teléfono, me levanté y escribí una nota.
Me dirigí a la oficina de Keith, su perfil era visible desde la
distancia. Entré y crucé la oficina para quedarme frente a su
escritorio.
—Hubo una llamada del abogado de Chase Miller, preguntó
qué sucedió la última vez y dijo que respondería de acuerdo
con los resultados de la reunión de hoy. No hay más horarios
para hoy, ya todos los otros horarios se han organizado a
partir de mañana. Si tiene una cita para agendar, puedo
agregarlo para después de la reunión.
Esperé y pregunté que más se tenía que hacer.
Keith me miró sin decir nada. Seguía siendo el mismo de
siempre, pero sentí que mi corazón se atascaba. En un
instante mi interior se calentó y comenzó a palpitar.
Si pudiera, lo besaría de inmediato.
Sin embargo, la realidad era que solo podíamos vernos el uno
al otro con un escritorio de por medio. Keith ni siquiera podía
adivinar lo que estaba pensando. Escupió el humo y apagó el
reducido cigarrillo en un cenicero.
—Puedes irte.
—Está bien —respondí brevemente y luego me volteé para
salir de la oficina, solté un suspiro.
Keith, deliberadamente se negó a verme al rostro, no fue
diferente. El aroma de su feromona se había mantenido
estable, como antes. Tal vez se había debido a la cantidad de
feromonas que vertió durante su RUT.
Habíamos estado viniendo juntos a la oficina en el auto, pero
no habíamos hablado más que lo necesario y, hasta ahora
nada había cambiado. Me di cuenta de que solo había sido un
error. De pie y por un momento, sacudí la cabeza
apresuradamente y volví a mi asiento, con la mirada vacía.
Cuando regresé a trabajar los empleados estaban
abrumados, Keith y yo nos habíamos ausentado
simultáneamente, aunque Charles les había informado sobre
nuestra ausencia, y les había unificado un ajuste en el
horario.
Había sido la primera vez en mi vida que había tenido tanto
sexo, mi entrepierna aún palpitaba.
Curiosamente, luego de un día más o menos después de mi
ciclo de calor, mi cuerpo se recuperó rápidamente. Y ahora,
al menos en la superficie, no parecía estar nada mal. Era por
eso que los Alfas y Omegas pasaban por un período tan
intenso. Era la primera vez en mi caso, aunque mi interior se
había recuperado más rápido de lo habitual, sin embargo, no
podía soportar el dolor en mi espalda y en las piernas.
Pararse de la cama había sido difícil, y simplemente con solo
girar mi cuerpo sentía dolor.
Los recuerdos de ese día fluyeron en mi mente, el momento
en que recuperé la conciencia y lo vi acostado sobre mí y
sentí su respiración profunda tan cerca, junto a la sensación
de su pene en mi interior, a pesar de que todavía estábamos
unidos mientras dormíamos.
De pronto, el calor comenzó a recorrer mi cuerpo, sentí como
una leve fragancia se desprendía de mí, era mi aroma de
Omega.Estaba sorprendido y parpadeé. Levanté el brazo a
toda prisa y olí todo mi cuerpo. Pensaba que no era el olor de
Omega, pero sí, lo era. Al parecer, la fragancia fluía de mí. Yo
era el único Omega en este lugar. Hundí mi nariz en mi
muñeca para sentir el aroma. La esencia era refrescante pero
sutil, era innegable, era yo.
Era un aroma peculiar que me hizo sentir raro. ¿Acaso todos
los otros Omegas podían sentirlo?
Finalmente me di cuenta de que no había tomado mis
medicamentos. ¿Podría haber sido esa la razón? Sin embargo,
había tenido momentos en los que no había tomado la
medicina, pero nunca me sentí así. ¿Qué estaba pasando?
¿Había algo mal con mi cuerpo?
Los pensamientos continuaron sin cesar.
Era un fenómeno llamado: “floración”. No sabía que era un
síntoma común de un Omega que había tenido relaciones
sexuales por primera vez, resulta que emiten un aroma por
sí mismos para seducir a los Alfa.
Barrí mi cabello con una mano temblorosa por la confusión.
Solo esperaba a que Keith no lo notara.
Se decía que el aroma se volvía especial cuando un Omega
insertaba su marca en un Alfa.
De repente, se me ocurrió una idea. Si marcaba a alguien,
sería para él su único Omega especial. Él no podría oler nada
más que mi aroma. Solo mi esencia podría seducirlo. Mi Alfa,
sería mío para siempre. Pero, ese no sería Keith.
Revisé la bolsa y saqué la medicina.
Dudé por un momento y luego la metí en mi boca. No quería
escuchar a Keith culparme por el olor nuevamente. Mientras
esperaba a que el medicamento hiciera efecto, comprobaba
la fragancia de mi muñeca de vez en cuando.
No pasó nada hasta que salí del trabajo. El almuerzo fue un
sándwich que me compró Whittaker. Mientras tanto, pasé
tiempo sosteniendo el emparedado en una mano y el
teléfono en la otra para manejar la programación de las
reuniones atrasadas.
De repente, y aunque estaba ocupado, recordé lo sucedido.
Los recuerdos de Keith eyaculado dentro de mí o besándome
tiernamente cada vez que lloraba y como me aferraba a él
hacían que me ardiera la cara cada vez que lo recordaba.
No había diferencia entre el antes y el después, excepto que
mi entrepierna me estaba quemando, tuve que presionar las
piernas.
La actitud de Keith seguía siendo tan indiferente, lo que me
hizo darme cuenta de la realidad.
De camino a casa, no fue diferente. Parecía decirme
claramente: Eres solo una pareja sexual.
Deliberadamente no lo miré, saqué la tableta del maletín y
me concentré en mi trabajo. Volví a revisar el cronograma
preparado por la compañía, ordené primero los asuntos
urgentes y puse al frente el resto del cronograma para
arreglarlo nuevamente.
Cuando íbamos llegando, estaba pensando en terminar las
cosas tranquilamente en la habitación.
El auto se dirigió silenciosamente a casa mientras organizaba
mentalmente que cosas tenía que hacer. Keith se había
sentado a mi lado como en la mañana, aunque con la barbilla
en una mano mientras miraba por la ventana, en silencio. Era
igual que antes.
Sin hacer ruido revisé la tableta y continué trabajando.
—Bienvenidos. Sr. Pittman, Yeonwoo.
Charles, que estaba esperando en la puerta principal nos
saludó, devolví el saludo y seguí a Keith.
La puerta se cerró a nuestras espaldas, Keith subió las
escaleras sin mirar atrás. Por un momento nuestros pasos
resonaron monótonamente. Cuando él llegó al último
escalón, la situación cambió. Avancé sin pensar, pero me
sorprendió de repente que él mirara hacia atrás. ¿Acaso
pasaba algo?
Iba abrir la boca cuando él tiró de mi brazo.
—¿...?
De repente, fui atraído por él, salté las escaleras. Keith
caminaba más rápido de lo habitual mientras que yo
intentaba seguir sus pasos. Mientras seguía su ritmo, casi me
caí un par de veces. Finalmente se detuvo frente a su
habitación. Estaba confundido al verlo abrir la puerta y
entrar. Keith, quien entró primero, me atrajo hacia él. Me
sorprendí, tragué mi aliento y salté a sus brazos. La puerta se
cerró detrás de mi espalda y todo mi cuerpo golpeó contra la
pared.
—¡...!
Inmediatamente Keith me besó. No me importó, aunque me
sorprendió, contuve el aliento. Él sacudió sus labios y los
presionó contra los míos como si fuera algo natural, abrí la
boca y respondí a su beso.
Su lengua se mezcló con la mía, lamió mis labios y volvió a
unir los suyos con los míos. Fue un beso lleno de urgencia,
nuestros dientes chocaron, mordió mi labio inferior, un
ligero sabor a sangre apareció.
Los suspiros fluyeron a través de besos repetidos.
El aliento de Keith fue tan áspero cuando hablo:
—¡Oh, Dios mío! Pensé en esto todo el día.
Al escucharlo me sorprendí y abrí mucho los ojos. Keith
sonrió brevemente, mi expresión le resultaba divertida.
—Sí, así es. Lo pensé.
De nuevo superpuso sus labios.
Después de un beso profundo, me presionó contra la parte
inferior de su cuerpo. Su entusiasmo era evidente. No podía
creer la situación. Mi mente estaba en blanco. ¿Se debía esto
a las feromonas? ¿Acaso era por mi olor a Omega? A primera
instancia, llegó a mi memoria la fragancia de feromonas que
había surgido de mí esta mañana. De ninguna manera podía
ser eso, había tomado la medicina. ¿No había sido suficiente?
¿Debería haber tomado más? ¿Qué tenía que hacer?
—¡Ah!
De repente, me subió la camisa y me frotó el pezón expuesto
con su pulgar. Estaba sorprendido y emocionado, Keith,
inmediatamente bajó sus labios y mordió mi pezón. Estaba
excitado. Sentí como el calor aumentaba en mi interior. Keith
se puso de rodillas mientras continuaba besándome. Fui
empujado por él y quedé tendido en el suelo. Mi camisa
estaba levantada hasta mi pecho, aunque poco después me di
cuenta de que ni siquiera podía aflojar mi corbata.
Me miró y susurró:
—¡Oh, Dios mío!
Solo parpadeé. Su aliento era áspero y caliente, sus ojos me
miraron con lujuria. Incluso, cuando se acercó a mí, pensé
que no estaba bien, él solo necesitaba a alguien con quien
tener relaciones, quien quiera que fuera, a él le daba igual.
Su toque era impaciente. Se quitó la camisa sobre su cabeza
e inmediatamente superpuso sus labios sobre mí. Me quitó la
corbata y sucesivamente la camisa.
¿Acaso su RUT habías vuelto? No lo sabía, aunque lo único
seguro era que este hombre me quería ahora. Quedé a su
vista de una manera tan clara. Estaba frotando mi agujero
como si tratara de entrar de inmediato.
—¡Ah, para!
Intenté con urgencia apartarlo. Keith se detuvo y me miró.
—No duermes con hombres... Ese día tu RUT te llegó y... Solo
sucedió porque soy un Omega, debido a mis feromonas... Fue
un accidente.
Las palabras no salieron bien. Me esforcé mucho por
pronunciar correctamente, pero parecía que lo había
entendido.
—Entonces probémoslo. Puedo dormir contigo, aunque
estés desnudo.
—¡...!
Su respuesta inesperada me sorprendió. Keith besó mi piel
expuesta como si no le interesara mi reacción. Su aliento
caliente se sentía doloroso como si estuviera quemándome.
Sus labios mordieron mi pecho.
—¡Aaah! —grité, pero Keith no se detuvo.
Agarró mi pezón, lo mordió y lo frotó contra su lengua.
—Oh, duele... ¡Detente!
Le supliqué, pero él se rio cínicamente.
—Mentira.
Agarró mis pantalones y los bajó. Sentí una sensación
húmeda entre mis nalgas expuestas. Keith sonrió con orgullo
y me miró. No pude negarlo, ya estaba mojado. Sin dudarlo,
mantuvo mis piernas abiertas y miró entrada, mi pene que
no podía erguirse debido al medicamento comenzó
endurecerse y a temblar.
Mi temblor se transmitió a él.
—No lo puse, pero ya estas mojado.
Mi cuerpo no reaccionaba como lo esperaba, estaba
resentido, pero no había forma de detener la sensación.
—Lo siento... Sí... Tomé medicina... Pero...
El sonido se cortó porque no tenía discurso. Keith volvió a
reírse en silencio. En el momento en que lo vi, mis ojos se
oscurecieron y las lágrimas fluyeron sin ninguna ayuda.
—¿Qué pasa? —preguntó Keith a través de una respiración
temblorosa mientras besaba mis ojos.
—Otra vez... Es mi culpa.
Sentí que se detuvo. Un resentimiento surgió en mi voz.
—Siempre... Siempre es por mi culpa.
Me dolía el corazón y cerré los ojos.
De nuevo las lágrimas fluyeron durante mucho tiempo. No
tuve más remedio que admitir mi sincero autodesprecio. Los
sollozos continuaron. Keith se mantuvo en silencio por un
momento, luego abrió la boca:
—... Hablaremos más tarde.
Sus labios superpuestos de nuevo tenían prisa, me querían.
Para ese momento, Keith se acomodó en mi entrepierna
abierta. Su pene hinchado llegó a mi entrada empapada. Me
sorprendió la sensación de su glande que se restregaba entre
mis glúteos, Keith comenzó a frotar el lugar lentamente,
acariciándolo. Conocía ese sentimiento. El interior de mi
cuerpo latía con anticipación, como cuando me tomó por
primera vez.
Cuando mi agujero se abrió y se estremeció, Keith se detuvo
y esperó. Finalmente, fue el momento de rendirse y
abrazarlo.
—¡Keith...! —grité y extendí los brazos, él entrecerró los ojos.
—Dime, ¿qué quieres?
—¡Ahh!
Cuando su pene entró, tragué mi aliento. Sin embargo, se
detuvo de nuevo en tal situación. Sorprendentemente,
primero me di cuenta de que la paciencia de Keith era genial.
—Ponlo... Uh, por favor... —supliqué.
—¿Y…? —preguntó.
Después de tragar la saliva exclame:
—... Por favor, eyacula dentro de mí... ¡Lléname!
Keith sonrió levemente y me besó.
—¡Pobre de mí...!
Cuando entró, lance un profundo gemido como un suspiro.
Keith besó mi cuello, fue un toque suave, sin embargo, no
duró mucho. Pronto comenzó a chupar bruscamente y a
mover su cintura. Intenté cerrar mis piernas para bloquear
sus movimientos, pero sus muslos se ensancharon cuando lo
hice. Cada vez que Keith golpeaba mi interior, los gemidos
salían, haciendo un sonido lujurioso mientras fluían mis
lágrimas.
—Oh, ah. ¡Ahh!
El áspero gemido estalló, cortando mi aliento.
Keith presionó mi cuerpo hacia abajo con el suyo y se sacudió
dentro. Estaba ahogado por la presión y estaba asustado por
otras razones. Era tan aterrador y emocionante el placer que
sentía ahora mismo. ¿Me podía sentir así? ¿Podía estar tan
emocionado? ¿Qué pasaría después?
—¡Estoy asustado...!
Giré la cabeza como si quisiera verlo, pero en lugar de ello,
derramé lágrimas con los ojos apretados.
—Oh. Qué... ¿qué puedo hacer?
—Está bien.
Keith susurró y me abrazó por completo.
No podía respirar, él me abrazaba muy fuerte. En algún
momento me trepé sobre su cuerpo. Estaba sorprendido y
envolví mis piernas a su alrededor, mi cuerpo estaba
encerrado entre sus brazos. Su grueso pene se encontraba
dentro de mí. De pronto, Keith comenzó a moverse
violentamente, me penetraba con una frecuencia rítmica,
cuando frotó mi orificio, un gemido irresistible salió de mi
boca.
¿Alguna vez había estado tan asustado? No me acordaba,
aunque ahora era imposible escapar de este miedo. Keith no
tenía la intención de dejarme ir. Los gruesos brazos que me
sostenían, me limitaban.
Ah, tenía mucho miedo, pero estaba muy emocionado. ¡Debía
haberme vuelto loco!
—¡Keith...!
Llamé su nombre con fiereza, fue entonces cuando él eyaculó
dentro.
Mi cuerpo tembló y él solo esbozo unos cuantos breves
suspiros, su dulce olor comenzó a emitirse mientras
continuaba eyaculando. Finalmente, besó mi frente. Había
sido increíble. Ni siquiera podía imaginarlo.
Estaba tan asustado.
Con la cabeza apoyada en su hombro, nos miramos fijamente
a los ojos, aunque no duró mucho. Keith se puso de pie,
sostuvo mi espalda y mientras su pene aún permanecía en mi
interior se dirigió hacia la cama.
Parpadee sorprendido.
Me tendió y se acostó sobre mí, aún estamos conectados
cuando él volvió a besarme, luego comenzó a moverse,
lentamente, fue diferente.
Estaba confundido por el ritmo lento y suave.
Él solo sonrió en silencio, con los labios contraídos.
—Ah... —gruñí ligeramente y fruncí el ceño.
De pronto, apreté mi interior. Keith dejó de moverse y
mientras levantaba la vista, paulatinamente, cerró los ojos.
—... ¡Ah! —gimió.
Besó mi cuello, cara y labios alternativamente, pero su pene
ya no se movió. Permanecí quieto y disfruté de la sensación.
Luego, lentamente comenzó a moverse, esta vez fue un
movimiento lento, ocasionando con un intervalo de tiempo
entre cada penetración. Mi interior cosquilleó.
Mordió sus labios y a diferencia de antes salió y entró
fuertemente en mi orificio.
—¡Ah!
Se tragó el aliento al mismo tiempo en que yo me tragué el
mío.
Mirándome, comenzó a mover su cintura de nuevo. El grueso
pene entró y salió sin dudar. Oh, no podía soportarlo.Este
hombre parecía ya saber todo sobre mi cuerpo o de lo
contrario, cómo era posible que pudiera volverme tan loco.
—Oh, sí, sí, sí... Uh.
Apreté los dientes y me aferré a él con los ojos entrecerrados.
Pude ver que su mirada estaba fija en mi rostro. Enfoqué
todos mis sentidos sobre mi pelvis. De repente, Keith
retrocedió, frotando hábilmente mi orificio y entrando de
nuevo. No pude contener la respiración.
Mordí sus labios fuertemente, pude sentir un sabor a sangre
en mi boca. Inesperadamente, Keith dejó de moverse.
—Ah...
Con un suspiro de profunda satisfacción eyaculó de nuevo
dentro de mí. Apreté su pene en mi interior y esperé a
estimularlo. Quería continuar toda la noche, deseaba que
frotará mis entrañas violentamente y volviera a llenarme.
Pude sentir como su pene se volvía hinchar dentro de mí y
como comenzó a entrar y a salir nuevamente.
Su semen, que me había llenado se desbordó con cada
movimiento.

✤✤✤✤✤✤

Abrí los ojos sorprendido cuando desperté. Me llevó mucho


tiempo acostumbrarme al cuarto oscuro. Parpadeé en blanco
mientras estaba acostado y recordaba el día anterior; fue
entonces cuando me di cuenta de la presencia de unos brazos
alrededor de mi cintura. Keith, quien se recostó detrás de mi
espalda estaba dormido con un brazo encima de mí. Revisé
su rostro y entré en pánico. Él no dormía con sus parejas
sexuales. ¿Qué era lo que había pasado? ¿Estaba cansado o
simplemente fue molesto el despertarme?
Ninguno de los pensamientos que le siguieron a esos resultó
ser positivo. A medida que pasaba el tiempo, me inquietaba.
Sabía que tan pronto como Keith abriera los ojos estaría
molesto conmigo así que, tenía que volver a mi habitación.
Salí de la cama lo más silencioso posible, teniendo cuidado de
no tropezar. Me moví inadvertidamente y casi grité por el
dolor, la cintura me dolía.
Anteriormente, Charles había venido a ayudarme; sin
embargo, a pesar de las pequeñas expectativas, hoy no había
señales de él. Tenía que salir de allí, solo. Cuando apenas salí
de la cama, un miedo recorrió mi espina dorsal. Tuve miedo
de que Keith se despertara así que recogí mi ropa que estaba
dispersa por toda la habitación, una por una. Me resultó
difícil recoger la corbata que estaba en el piso, intenté un par
de veces levantarla antes de darme por vencido, Charles la
recogería por mí.
No podía inclinar mi cintura.
Había sido doloroso e incómodo debido al semen seco en mi
parte inferior. Ni siquiera podía usar ropa, así que la recogí y
apenas me cubrí. Todo lo que me quedaba era rezar para que
alguien no apareciera en el pasillo.
Chii…
El sonido de la pesada puerta abriéndose resonó muy alto.
Miré a Keith y salí del cuarto. Él permaneció dormido hasta
que cerré cuidadosamente la puerta.
Cuando apenas llegué a mi habitación, noté que estaba
envuelto en un sudor frío. Exhalé y emití un sonido.
—...Ugh.
Tiré mi ropa al azar, aunque lo lamenté de inmediato; al
menos debía haberla puesto sobre una silla.
Caminé lentamente apoyándome contra la pared y me dirigí
al baño. Cuando abrí el armario, aparecieron mis medicinas.
Entre ellos, tomé algunos analgésicos y medicamentos para
el resfriado. Mi interior estaba tan vergonzosamente mojado.
Pensé sin comprender mientras tomaba algunas pastillas,
luego me apoyé por un rato contra la pared. Ligeramente, el
calor subió a mi cuerpo. Había surgido nuevamente mi libido.
El sexo que había aprendido por primera vez como Omega,
era un placer que no desaparecía.
Quería más, incluso si no era mi ciclo de calor. ¿Era solo por
qué era un Omega? De pronto, recordé que un día Naomi
había elogiado el pene de Keith.
—Ah...
Sostuve mi pene en mi mano y comencé a frotarlo como lo
había hecho hasta ahora, pero fue diferente. No importaba
cuán ferozmente lo frotara, no estaba satisfecho.
No llegaría a eyacular de esta forma, aunque mi entrepierna
estaba empapada de semen.
—Ah...
Apoyé mi cabeza contra la pared y extendí mi mano para
abrir la regadera mientras miraba descuidadamente el
semen que caía, luego me pregunté sin comprender: ¿Qué era
lo que iba a hacer ahora?
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 10

Cuando desperté, todavía tenía ganas de seguir durmiendo,


pero ya no podía eludir a más a Keith, así que
inevitablemente le dije a Charles que bajaría a desayunar.
Lo tenía que mirar a la cara para ir a trabajar de todos modos.
Al ponerme de pie sentí un dolor que recorrió mi cintura.
Antes de bajar tomé una vez más un analgésico y el inhibidor
lo guardé en mi bolsa.
No era bueno tomar muchos medicamentos a la vez, por lo
que consideré tomarlo después.
Para cuando llegué al comedor, Keith ya se encontraba
sentado.
Desafortunadamente, el ambiente fue tenso. Era muy
evidente por su ceño fruncido y sus feromonas esparcidas.
Miré a Charles sin saber por qué, él solo se encogió de
hombros brevemente.
—Buenos días Sr. Pittman.
Keith me devolvió el saludo sin mirarme. Involuntariamente
me rasqué la cabeza. Estaba nervioso.
Me senté frente a él en una posición fija, impaciente, pero
mirándolo a los ojos, ya no me importaba nada.
Después de sentarme, Charles esperó y preguntó por el
desayuno antes de irse.
Finalmente, Keith y yo nos quedamos solos. Tenía
miedo. ¿Debía preguntar qué estaba
pasando? Inmediatamente borré el pensamiento que vino a
mi mente. Solo había una razón para adivinar. Keith estaba
arrepentido de nuevo y ahora iba a culparme.
Me preparé y esperé a que abriera la boca.
—¿Por qué te fuiste?
—¿Ah?
Keith me miró con desagrado. No podía transmitir lo que
quería decir así que, tartamudeé avergonzado:
—De... después del sexo... Usted siempre... duerme solo. Por
supuesto, pe... pensé que debería irme.
Keith no respondió, parecía culparme como ya lo esperaba.
Finalmente, Charles regresó al comedor, colocó la comida
delante de mí después de verter jugo en mi vaso. Keith
guardó silencio y comenzó a comer, la atmósfera era un poco
diferente a la habitual. Parecía estar enojado. Comencé a
comer.
Al final, su silla retrocedió haciendo un sonido áspero; luego
Keith salió de la habitación sin mirarme. Suspiré, no solo su
plato sobre la mesa estaba vacío, sino también su taza de café.
Cuando se termina de comer, es natural salir, sin embargo,
comencé a llenarme de pensamientos.

✤✤✤✤✤✤

Estaba ocupado haciendo mi trabajo, Keith también tenía


mucho trabajo por hacer. No era de extrañar, estuvimos
fuera varios días. Las citas retrasadas no tenían fin y tenía
muchas reuniones por agendar.
Había demasiados lugares en donde tenía que informar
rápido o dar una respuesta, estaba increíblemente ocupado,
era un resultado natural porque no había podido terminar lo
que estaba haciendo el día anterior. Por supuesto, lo que hice
en lugar de trabajar no lo quería recordar.
Estaba sentado haciendo un par de llamadas cuando vi salir
a Keith de la oficina.
—¿Se va?
Inadvertidamente pregunté.
Keith me miró, se dio la vuelta y salió de la oficina. Cuando
miré el reloj, era hora de almorzar.
Tenía una importante cita para el almuerzo, me apresuré a
abrir la puerta y lo perseguí.
—Sr. Pittman, el horario de la tarde...
Keith miró hacia atrás y dijo:
—Reunión a las 3 en punto, lo sé.
Siguió adelante.
Después de un momento de vergüenza, volví a mirar a Keith
que desapareció a lo lejos a grandes pasos, yo regresé a la
oficina.
Desde ese momento estuve atrapado ahí todo el día.
Cuando Keith regresó, después de una hora más o menos, me
encontraba hablando por teléfono y con un sándwich en la
otra mano.
—... ¿Qué estás haciendo?
Tan pronto como colgué, Keith se puso de pie frente a mi
escritorio con los brazos cruzados, su frente estaba
notablemente fruncida.
Me paré y respondí honestamente:
—Ah, es porque tengo mucho trabajo. ¿Todo salió bien en la
reunión?
Keith no respondió, sus ojos se volvieron hacia el sándwich
que dejé.
—Oh, Charles lo preparó —murmuré como una excusa,
respondiendo a una pregunta que no me hizo.
Él no dijo nada, simplemente me miró a la cara. Esperé a que
hablara, pero Keith solo sacudió la cabeza y entró a su oficina.
Parpadeé por un momento, luego me senté
apresuradamente. El sándwich estaba casi a la mitad, pero ya
no tenía ganas de comerlo.

✤✤✤✤✤✤

Miré el reloj, aún quedaba una hora para la reunión, todavía


tenía tiempo suficiente para informar; recogí el contenido
organizado y me puse de pie. Los documentos presentados
en la mañana ya habían sido revisados.
Pensé que debería entregárselo al Sr. Pittman.
Toqué la puerta de su oficina y después de unos segundos la
abrí, pronto salió el olor a tabaco mezclado con el aroma de
las feromonas de Keith.
Él levantó la cabeza con un cigarrillo a medio consumir en la
boca. Caminé hacía su escritorio.
—Este es el documento que fue revisando hoy. Puede
permitirse una hora, así que léalo ahora. Le llamaré después
de la reunión.
Keith trazó con la mirada el montón de papeles sobre el
escritorio. Era una mirada sin interés en lo absoluto. Cuando
terminé de dejar la pila de documentos en su escritorio, él
habló:
—Voy a tener sexo contigo de ahora en adelante.
Por un momento, pensé que mi oído estaba mal. Keith me
miró.
—Si no te gusta, sal de aquí ahora mismo.
Debía de revisar los documentos, en una hora era la reunión
así que se tenía que preparar, pero de repente estaba
hablando de sexo en la oficina.
Keith se levantó del escritorio y se acercó lentamente, yo
retrocedí.
Vacilaba cada vez que daba un paso hacia atrás, la mirada de
Keith estaba fija sobre mí.
Tenía que salir, cerrar la puerta con fuerza y olvidarlo por
completo.
Sin embargo, la puerta chocó contra mi espalda. Entonces, sin
pensarlo giré mi mano, agarré la perilla y coloqué el seguro.
Mientras estaba de pie con las caderas apoyadas sobre el
escritorio, Keith me miró. Sus ojos estaban ligeramente
inclinados, no dijo nada, solo extendió su mano esperando mi
respuesta, entonces lo imité, y acerqué mi mano temblorosa.
Cuando lo toqué con mis dedos, solté un pequeño suspiro sin
darme cuenta.
Keith agarró mi brazo y me atrajo hacía él, luego… besó mis
labios frenéticamente.
—Ah.
Estaba acostado en el escritorio, sin aliento, con la camisa
arrugada y atada a la cintura, mis pantalones estaban caídos
hasta los tobillos y la ropa interior apenas colgaba por
encima de mis rodillas. Keith fumaba con una mano mientras
que con la otra frotaba suavemente mi trasero. Un dedo
largo, empezó a acariciar mi interior. Mi entrada respondió a
su toque y comenzó a fluir un líquido resbaladizo entre mi
entrepierna.
La parte superior de mi cuerpo estaba sobre el escritorio
mientras un calor recorría mi agujero.
—¡Uff!
Inadvertidamente moví la cintura, Keith no estaba
intentando meterme su pene, aunque ya estaba listo, pero él
solo se burlaba.
Después de un rato Keith habló:
—Agárrate del escritorio.
Puse mis manos hacia abajo y me sostuve del mueble. Él
golpeó mi trasero para después meter un dedo en mi interior,
un sonido agudo se escuchó en la oficina. Tragué mi aliento,
cerré los ojos, me mordí los labios y aguanté las ganas de
llorar pero no pude, mis ojos se llenaron de lágrimas.
—Hmm...
Mis lágrimas cayeron y mis piernas temblaron. Keith no se
detuvo, sus dedos entraban y salían de mi trasero, de
repente, recordé la sensación de su semen en mi interior.
Al mismo tiempo que el sonido se hacía más fuerte, mi mente
se estaba volviendo loca y de pronto, se extendió una
fragancia fresca. Era mi esencia, más tarde me di cuenta de
que había eyaculado. No tenía idea de que estaba erecto, ni
tampoco sabía si Keith lo sabía.
Respirando, sin ninguna expresión, su dedo continuó
golpeando mi interior hasta que abruptamente se detuvo.
Con una visión borrosa vi que estaba sonriendo.
—Puedes soltarte ahora.
Cuando solté mis manos, las rodillas se doblaron y me senté
en el suelo. Incliné la cabeza hacia abajo y me apoyé contra el
escritorio, lo miré.
Keith mordió su cigarrillo y se llevó la mano al pantalón.
Zick.
Sus dedos bajaron sutilmente el cierre, no dijo nada mientras
sacaba su pene erecto.
Keith estaba a unos cuantos pasos de mí, con la cadera sobre
el escritorio. Me arrastré de rodillas y me ofrecí
voluntariamente a través de su entrepierna.
—... Sí.
Un gemido fluyó.
De repente me sentí mareado con el dulce aroma que brotó
de él. Keith se acercó a mí, tomé su pene entre mis manos y
lo dirigí hacia mi boca, mis manos se movieron por sí solas,
como si estuvieran poseídas.
—Sigue.
Me ordenó sobre mi cabeza.
Tragué en seco debido a su tamaño y grosor. Él solo me miró
desde arriba.
Después de volver a dudar no tuve más remedio que sacar la
lengua y levantar el extremo de su pesado pene para
sostenerlo con mi boca. Mientras sostenía su glande, Keith
sacudió su mano suavemente para que continuará; se sintió
como un elogio. Rodé la lengua lentamente desde la base de
su pene hasta el prepucio; pronto, sentí su líquido
preseminal en mi boca.
Keith exhaló el humo de cigarrillo por encima de mí, luego
colocó una mano sobre mi cabeza.
Él continuó fumando con una mano y acariciándome la
cabeza con la otra. Moví mi boca más activamente, mis labios
comenzaron a chupar su pene y mi lengua fue presionando
justamente en el meato uretral. De pronto, una sensación
resbaladiza se sintió en la punta de mi lengua, fue entonces
cuando Keith agarró mi cabello y comenzó a empujar
rápidamente mi cabeza contra su pene; el dolor que sentí, no
duró mucho.
Keith soltó un largo suspiro lleno de satisfacción y acarició
suavemente mi cabeza, nuevamente lamí su glande. Respiré
profundamente mientras el líquido humedecía mi boca,
quería meterlo lo más profundo que me fuera posible, pero
no era tan fácil como lo había pensado, era demasiado largo
y grueso. Estaba a un poco más de la mitad del camino,
aunque tuve que liberarme de nuevo. Su pene erecto golpeó
mis mejillas. Elevé la vista y miré su cara que estaba
ligeramente enrojecida.
—¿Dónde quieres comer?
Por un momento me preocupé. La garganta me ardía tanto
que no podía responder así que Keith tomó la decisión por
mí, porque yo no fui capaz de elegir.
Su gran mano presionó mi cabeza y la llevó de nuevo a su
pene, Keith golpeó mis labios con su miembro y yo abrí la
boca para aceptarlo.
Respiré lentamente y lo puse dentro, aunque no fue tan
diferente a la primera vez. Su mano que aún estaba en mi
cabeza ejerció una fuerza mayor, provocando que todo su
pene ingresara en mi boca cuando me empujó hacia adelante.
—... Ah.
Keith soltó un fuerte gemido mientras permanecía estático,
era como si lo estuviera disfrutando.
—Tu boca es igual de estrecha que tu sucio agujero —
murmuró con un aliento inquietante—. Me gusta mucho.
Poco después, sujetó mi cabeza y la empujó nuevamente,
penetrando más allá de los labios, mis manos comenzaron a
resbalarse y rápidamente agarré sus muslos. Un pene grueso
entraba y salía de mi boca, no podía hacer nada, solo podía
mantenerla abierta.
Sabía que los golpes que recibía eran muy violentos, sin
embargo, sentir su pene caliente me volvía loco.
Si hubiera podido hablar, le hubiera pedido que fuera más
profundo. ¡Oh, por favor!
Mientras pensaba en cómo se sentiría su semen en mi
garganta, él dejó de mover mi cabeza, luego sacó su pene de
mi boca.
Cerré mis ojos reflexivamente cuando un fluido corporal se
vertió en toda mi cara.
Keith me tomó del brazo y me levantó. Mi conciencia casi se
había desvanecido. Me acostó sobre el escritorio y se puso en
mi entrepierna, para ese entonces los pantalones y la ropa
interior que estaban colgando hace unos momentos ya
habían desaparecido.
Sentí vergüenza y me sonrojé. No hubo cambios en la mirada
que Keith tenía sobre mí, exhaló el humo del cigarrillo una
vez más y después lo frotó en el cenicero. Observé su actitud,
era tan extraño lo que estaba haciendo ahora que me pareció
un sueño, aunque era increíble; pero en el momento en que
puso su mano debajo de mi rodilla y la empujó hacia arriba
para insertar su pene directamente en mi empapado agujero,
me di cuenta de que todo esto era real.
—¡Ahhh! —gemí.
Keith inmediatamente me tiró de la cintura al mismo tiempo
en que su pene ingresaba en mi trasero.
Jadeaba y gritaba.
Había abandonado todo el racionalismo. Mi agujero recibió
el pene de Keith como si estuviera esperando. Su aliento era
tan áspero como el mío. Para meterlo en mí, movió su cintura
de una forma violenta.
—Ah, ah.
Keith besó mi cara, me frotó los labios y miró hacia abajo.
—¡Oh, ahí! ¡Oh, para! —grité sin pensarlo.
Keith frotó mi interior y mi visión se oscureció mientras él
me preguntaba a gritos, con una voz áspera:
—¿De verdad? ¿Quieres parar? ¿Lo dices en serio? —Keith se
rio en silencio—. No mientas.
Sus genitales que habían retrocedido me empujaron hacia
delante violentamente.
—¡Oh, ah…! ¡Está bien...! ¡Oh, para, para! —grité, respirando
agitadamente.
—¿Estás diciendo que pare o que siga?
Se rio de mí una vez más y tiró de mi cintura.
Fue tan doloroso que las lágrimas brotaron de mis ojos.
Keith, cuyo aliento era tan áspero como el mío, llegó hasta el
fondo de mi interior. No lo soporté y me sostuve de su cuello
mientras él sostenía mis caderas.
Apreté mi interior.
—... Ah.
Suspiré.
Él dejó de moverse. Su semen me llenó por completo, y me
estremecí débilmente. Pude percibir el olor a feromonas
mientras mi cuerpo era llenado. No podía pensar en nada
más que en Keith, quien estaba eyaculando muy profundo
dentro de mí mientras mi interior continuaba contrayéndose
y estimulándolo, como si suplicara por más.
Keith se quitó el cabello de la cara, y yo me recosté en el
escritorio, luego lo miré sin comprender. Su mirada bajó
lentamente hacia mi entrada empapada y repentinamente se
echó a reír como si se estuviera riendo de mí por ser tan
lujurioso.
Estaba aliviado, aunque también estaba cansado.
Cuando cerré los ojos sin ser del todo consciente, me tapé la
cara con ambas de mis manos, de repente escuché un sonido.
Dudé y levanté los párpados. Miré a través de mis dedos,
Keith todavía me estaba mirando y acariciando mi vientre. El
timbre del teléfono continuó sonando.
En el silencio, solo las sonatas para piano de Beethoven
deambulaban inestables en el aire.
Keith, que suspiró brevemente, se movió. De inmediato, su
pene se agitó en mi interior y me tragué mi aliento. Él
extendió su mano sobre el escritorio y levantó su celular,
luego miró la pantalla del teléfono, yo cerré los ojos con
fuerza.
Cuando volví abrirlos, él me estaba mirando cuidadosamente
hacía abajo mientras acariciaba mi abdomen.
Keith vio el número, contestó y preguntó de inmediato:
—... ¿Qué quieres?
—¡Ah!
Al mismo tiempo grité sin saberlo.
Keith cerró los ojos como si disfrutara y se quedó en silencio
por un momento. Su mano que lentamente tocó mi abdomen
bajó hacia mi pelvis.
—... ¿Te has roto la pierna esta vez?
Keith suspiró.
—... En serio, entonces, ¿por qué estás tratando de escapar?
Ha llegado el momento de saber que no tendrás éxito.
¿Con quién estaba hablando?
—Así que ríndete ahora. Aunque viví toda mi vida... Ah, ya
veo. Pero tampoco me gusta interponerme entre ustedes...
¿Qué me importa que me hayas dado a luz?
Parpadeé inesperadamente. Al mismo tiempo, su palma
presionó en mi ingle, escupí gemidos, contrayendo mi
interior.
—¡Whoo!
Keith soltó un suspiro de satisfacción.
—No soy el único a quien diste a luz. Intenta contactar a otro.
Keith colgó el teléfono y lo colocó a un lado.
Recordaba vagamente el nombre que había escuchado por el
auricular. Clayton, era padre de Keith. ¿Le había pasado algo
a su familia? Tenía curiosidad.
Keith movió lentamente mi mano para que tocara su cabello.
En ese momento, entré en pánico y mis ojos se abrieron. Era
la primera vez que alguien más podía tocarlo.
Entre tanto, Keith acarició lentamente con sus dedos sobre el
bulto, que se asomaba por mi vientre, justo donde se
marcaba su glande.
Abrí la boca, traté de decir algo, pero cuando lo hice, el
teléfono volvió a sonar. Me sorprendí, aunque esta vez Keith
tampoco pareció muy feliz. Me tomó por la cintura como si
tratara de ignorarlo, sin embargo, la campana volvió a sonar.
Keith, molesto contestó la llamada:
—Keith. ¿Sabes que le rompiste la pierna a Ángel?
—¡Ahh! —grité cuando él arqueo la espalda mientras
hablaba.
Keith continuó moviéndose y hablando.
—Me llamó y me enteré.
La persona al otro lado de la línea se parecía a su padre. No
tuve ningún interés en escuchar la conversación porque
Keith continuaba follándome, sosteniendo un teléfono
celular en una mano y mi cintura en la otra.
—Ugh... Ah.
Los gemidos de dolor fluyeron a través de mis dientes, pero
él no parecía querer detenerse.
—¡Oh!
Puck
Los genitales que me golpearon hábilmente apuñalaron mi
punto débil. Todo mi cuerpo se estremeció. Mi pene estaba
mojado, y el semen humedeció el escritorio. Keith me miró
con ojos delgados mientras los fluidos corporales blancos
salían poco a poco.
—No tiene nada que ver conmigo, ya sea que lo haya hecho
Harrison o alguien más... De todos modos, no quiero
involucrarme.
—Ah.
Traté de respirar rápido y mirar hacia abajo, pero al mismo
tiempo, Keith se salió de control, lo que me sorprendió
porque comenzó a penetrarme con más fuerza.
—... Asistiré. Por favor, no me molestes más —dijo y colgó.
Lo miré con los ojos humedecidos. Keith, que colgó su
teléfono celular agarró mi cintura con ambas manos, tiró de
ella y la empujó simultáneamente.
—Ah.
La emoción recorrió todo mi cuerpo, incliné la cabeza.
—Maldición, todos morirán juntos.
Keith escupió. Su aliento también se dispersó bruscamente.
De pronto, estaba realizando suaves movimientos con su
cadera. Estaba emocionado. Keith abrazó mi cintura, me
levanté del escritorio y puse mis brazos alrededor de él.
—¡Ah!
Aún con su pene adentro, enredé mis piernas en su cintura.
Cada vez que Keith se movía, mi cuerpo subía y bajaba
libremente, apretando su pene.
—... Whoo.
Con un profundo suspiro, dejó de moverse.
El áspero cuerpo y el escroto de Keith se sentían debajo de
mi entrada abierta. Vacilé un poco, luego valientemente
apreté el lugar donde estaba su pene. Keith pareció
detenerse, luego agarró mi trasero para poder tirar de él.
Posteriormente, eyaculó dentro de mí, su semen hirvió en mi
estómago y pronto se desbordó. Contuve el aliento y lo
abracé fuerte.
Durante la eyaculación, mi interior se calentó e hizo temblar
todo mi cuerpo. Keith fue estimulado por la vibración, se
demoró un rato después de finalmente derramar todo en mi
interior. Yo tampoco lo dejé ir. Froté mis labios contra su
hombro.
«En esta camisa, está mi rastro», pensé.
Él sonrió por encima de mi cabeza.
—Eres un gato lujurioso.
Keith me dejó sobre el escritorio. Habría tenido una
conmoción cerebral si no lo hubiera hecho. Él me besó y
retrocedió saliendo de mi interior.
Cada vez que respiraba, su semen acumulado en mi interior
caía alrededor. Keith respiró hondo y se sacudió el pelo con
hastío para luego mirar el reloj de su muñeca, apenas recordé
que había una reunión. ¿Había tenido alguna vez Keith
relaciones sexuales en el trabajo?Pensé sin comprender, pero
mis pensamientos no continuaron. Cerré los ojos por un
momento, estaba distraído. Al instante, la conciencia pareció
hundirse.
Keith se rio.
—¿Qué sucede?
Me acosté en el escritorio y parpadeé sin sentido. Él se dio la
vuelta y se sentó, también en el escritorio, a mi lado. Extendió
la mano sobre mi cuerpo e impulsivamente levanté la cabeza
para besarlo. Lo miré sin pensar. Encendió un cigarrillo.
—Ignora la reunión, Emma puede hacer el registro —dijo
Keith, escupiendo el humo—. Quédate como estas hasta que
regrese. No podrás salir, porque la puerta estará cerrada por
fuera.
Él me miró mientras yo aspiraba el humo de su
cigarrillo. ¿Acaso creía que iba a escapar? Era difícil, incluso
respirar en este momento.
Me miró una vez más sin comprender y extendió la mano. Me
sorprendió cuando sus dedos tocaron mi cabello.
—¿Estás comiendo?
Respondí apenas, reprimiendo un gemido:
—Si... Hoy no... porque la bolsa...
¿Por qué no había comido hoy, aunque había empacado el
almuerzo?
Keith frotó la carne desde mi pubis hasta el pene y con la
punta de sus dedos lo acarició. Abrió la boca:
—Hecho.
Lo miré con entusiasmo.
Keith volvió a sacudir el cigarrillo y dijo, escupiendo:
—Hoy no tengo que salir a comer.
Continúo tocando mi pene y tragué el aliento, para evitar que
un gemido saliera.
Keith se rio brevemente y recogió los papeles que le había
traído. Miró por un momento el contenido y rápidamente se
alejó del escritorio. Enseguida pude verlo salir de la oficina.

✤✤✤✤✤✤

Cuando Keith regresó a la oficina después de la reunión,


apenas intentaba lavarme y ponerme la ropa interior. Keith
frunció el ceño al verme así. Me quitó de nuevo la ropa
interior.
—No te pongas esto.
Me sorprendió verlo tirar rápidamente mis calzoncillos a la
basura. No se debía tirar la ropa interior de otras personas a
voluntad, no estaba seguro de qué ponerme.
¿Entonces ahora quería que me fuera a casa sin ropa interior?
Pero antes de preguntar, Keith me tiró al sofá.
—¡Oh, ah, ah!
—¡Qué diablos! ¿No me escuchas?
Keith escupió palabras abusivas y golpeó salvajemente mi
trasero para luego entrar de manera violenta.
Con mi cabeza de lado grité y él agarró mis brazos por detrás.
—¿No me oíste decir, que te quedes como estás y me
esperaras? En el futuro, ¿te gustaría ser atado y encerrado?
¿Entonces solo así me escucharás?
—Oh, ah. Lo siento...
Mientras me apresuraba a disculparme, Keith se estrelló con
más fuerza contra mis nalgas.
Grité de nuevo.
Enterré mi cara en el asiento de cuero y sacudí mi cuerpo
mientras su pene se hundía en mi interior.
—¡Aaah! —grité.
Después de ser empujado hacia arriba por el choque de su
cuerpo, sacó y puso de nuevo su pene. Me sorprendió y
apreté mi interior con fuerza. Keith soltó un largo suspiró
lleno de satisfacción. Me acarició lentamente la cintura y las
caderas con una mano. El toque fue infinitamente suave. Otra
vez me golpeó el trasero, el sonido de fricción rígido y áspero
se extendió por toda la oficina, tragué mi aliento y apreté el
lugar que acaba de ser golpeado, todavía estaba caliente y
nuevamente él golpeó mis nalgas.
—Detente... ¡Basta, duele!
Keith entrecerró los ojos.
—¿Quieres parar?
—Sí.
Asentí.
Él se rio brevemente cuando me vio lleno de lágrimas.
—¿No te gusta? Pero si ya eyaculaste.
Cuando escuché eso, apenas abrí los ojos y vi mi entrepierna
empapada. Sin duda era mi semen.
—Ah...
Mi cara ardió de vergüenza.
—¿Qué tal ser más honesto? Ahora sé lo suficiente sobre tu
cuerpo.
Keith se echó a reír mientras respiraba con dificultad y me
miraba.
—Si te gusta fingir que no, hazlo. Pero no estoy tan
impresionado si soy el primero o no.
—...
—Entonces, ¿por qué no usas todas las técnicas que tienes?
—Acarició significativamente mi cintura—. Estoy muy
satisfecho con tu cuerpo... Te gusta divertirte conmigo, ¿no?
Sus palabras me dejaron pensando. No sabía si debía estar
agradecido o no por el malentendido. Abrí la boca con
dificultad:
—... ¿Por qué creé que tengo mucha experiencia?
Estaba sonriendo amargamente.
De repente, Keith besó mi cintura y la apretó. La parte
conectada se amplió y me tragué aliento en ese momento.
Keith, frunció el ceño. En lugar de desagradarme, me gustó su
reacción. Bajó su mano, acariciando mi espalda hasta llegar
al área donde nuestros cuerpos se unían. Cerré los ojos, como
si supiera lo que haría a continuación.
—No se puede ser inexperto, con un cuerpo como este.
Solo me callé y no dije más. Luego él añadió:
—Tal vez habrá una docena de hombres que están ocultos,
¿verdad?
—... Si es así, ¿qué haría?
Le pregunté de inmediato, pero en lugar de responder,
comenzó a penetrarme nuevamente. Hice todo lo posible
para mantenerme al día con sus acciones.
Tenía que gritar cada vez que entraba y salía. Quería eyacular
y terminar rápidamente, pero él se detenía por un momento
y esperaba a que la emoción disminuyera cuando el clímax
parecía llegar. Después de calmarse hasta cierto punto,
comenzaba de nuevo. Lo repitió unas cuantas veces más.
Realmente pensé que iba a morir. Cuando finalmente
eyaculé, suspiré profundamente aliviado y apoyé la cabeza
en el hombro de Keith. En el momento en el que el sonido de
la respiración disminuyó hasta cierto punto, él abrió la boca
y dijo:
—El sábado tengo que ir a la mansión de Ángel.
Sus manos acariciaron suavemente mi espalda desnuda.
Yo me quedé todavía sintiendo un escalofrío. Keith continuó
hablando:
—Cancela todos los otros compromisos del fin de semana.
Estaba avergonzado porque él estaba hablando tan
casualmente, pero a Keith no le importó, besó mi cuello y
respiró hondo. Fue para oler mis feromonas, como si fuera su
Omega. No pude evitar estar emocionado. Su cuerpo que
todavía estaba conectado al mío saltó inmediatamente.
Suspiré.
—Y todos los otros hombres ya no existen, ¿entendido?
—...
—No importa con cuántos hombres estuviste, desde ahora
no podrás jugar con otros.
Keith me besó de nuevo.

✤✤✤✤✤✤

Tan pronto como Keith me soltó, agotado colapsé sobre la


cama. Él se sentó en su almohada, acostado a mi lado. Su
mano acariciaba suavemente mi cuello como de costumbre,
luego frotó mis hombros y espalda.
Quizás comenzaría a fumar.
La evidencia fue el sonido del crujir al abrir la cigarrera.
Aunque su otra mano todavía se preocupaba por acariciar mi
cuerpo. Cerré los ojos ante el sutil placer.
Mientras intentaba conciliar el sueño, mi boca indefensa se
abrió sola:
—… ¿Qué sucedió...?
El sueño que venía furtivamente, escapó. Keith respondió mi
pregunta:
—El Omega que me dio a luz, se escapó y fue atrapado.
Keith no me ignoró, al contrario... las palabras continuaron
fluyendo de mi boca:
—¿... Huir?
Era una pregunta cautelosa. Él respondió cínicamente:
—Sí, así viví toda mi vida. Se escapa y lo persiguen.
Keith distorsionó su boca como si no fuera gracioso.
En eso recordé lo que dijo en su última llamada... Por lo tanto,
no es el único a quien dio a luz.
¿Entonces Keith tenía un hermano?
—... ¿Es un Omega dominante...?

—...
Solo era posible producir Alfa y Omegas dominantes en una
familia de dominantes. Había oído que era un caso raro, pero
también era posible producir Omegas ordinarios. Cuando vi
a Keith, encendió un cigarrillo y respiró un poco. No dijo
nada, pero la respuesta era obvia. Los Omegas dominantes
eran capaces de ocultar sus feromonas sin medicina, por lo
tanto, era una suerte descubrirlo.
Huir y ser perseguido.
Los Omegas de las familias dominantes, eran propiedad
conjunta de los Alfa dominantes. Pensé que era una historia
que estaba cerca de ser una leyenda urbana, pero tal vez, sí
era verdad. Sin embargo, no podía pedir la historia familiar
de otra persona solo para llenar mi curiosidad.
—Podría encadenar su cuello y mantenerlo encerrado.
En el momento me sentí tan avergonzado por preguntar,
pero me pareció una alternativa natural.
—... ¿A menudo hacen eso?
Cuando dudaba en volver a preguntar, Keith respondió,
como si no fuera nada:
—Es el pasatiempo de Harrison sacarlo y cuidarlo.
Pronto dejé de pensar al respecto. De todos modos, nunca
conoceré su mundo. La mano de Keith sostuvo mi barbilla e
inclinó su cabeza, me dio un corto beso y dijo:
—¿Hay algo que quieras tener?
—¿Qué quiera tener? —repetí sus palabras como un tonto.
Keith suavemente se rio.
—Si, lo que quieras. Compraré cualquier cosa. —Luego
agregó—: Todo lo que quieras será tuyo.
Pensé internamente, sin embargo, nunca podría sacarlo de
mi boca.
—No —dije de forma seca—. No hay nada que quisiera
tener... Gracias.
Keith me miró, pero no tenía nada más que decir. En poco
tiempo, había escupido el humo de nuevo, abrió la boca:
—No eres codicioso.
Casi lance una risa nerviosa. Dije amargamente
distorsionando mi rostro:
—Está equivocado.
Deliberadamente miré hacia abajo e intenté no revelar mis
emociones desordenadas. Por un momento, él guardó
silencio. El aroma de los cigarrillos y las feromonas a la deriva
se mezclaron. Y de pronto, mis labios fueron atrapados por
los suyos, abracé su cuello para profundizar su beso, pero
una esquina de mi corazón parecía tener un pequeño
agujero.
«¡Te quiero a ti!».

✤✤✤✤✤✤
Después de mucho tiempo, la mansión se quedó en silencio.
Me senté en el salón y me llevé la taza de té tibio a la boca.
De pronto, escuché el pequeño sonido de la taza golpeando la
mesa. El ruido terminó con eso.
Miré fijamente por la ventana. Las hojas se mecían acorde al
viento. No recordaba un paisaje tan sereno.
Por la mañana Keith había salido de la mansión a tiempo,
posiblemente hoy podría venir o no. De todas maneras, era
fin de semana así que no importaba si llegaba mañana por la
noche, aunque la espera me resultaba larga.
Todavía no podía creer en las palabras de Keith.
Él pensaba que yo tenía mucha experiencia, incluso me había
preguntado con cuántas personas jugaba a la vez. Dejé de
preguntarme eso y me abracé con dureza, como si fuera un
castigo.
Fue entonces cuando recordé la primera vez que Keith me
abrazó mientras mordía mi cuello y metía su pene en mi
interior, así como su semen que me llenó por completo para
luego quedarnos dormidos en la habitación.
Esa noche Keith me abrazó con ternura. No hizo preguntas
inútiles. Sin embargo, mi cuerpo aún no entendía bien lo qué
sucedía, aunque no tenía la intención de corregirlo.
Parecía que no era malo para él que me quedara a dormir en
su habitación.
Rápidamente corté mis pensamientos. Esto era solo sexo. Las
expectativas prematuras solo me harían sentir miserable. No
debía esperar nada, solo era un compañero sexual más.
Fruncí el ceño.
—¿Quieres más té?
La voz de Charles me despertó de mis pensamientos.
Miré por la ventana y sacudí la cabeza.
—No, gracias.
Charles inmediatamente arregló la mesa. Cuando estaba a
punto de salir del salón de té, me detuve y miré hacia atrás.
Charles, que sintió mi mirada, me miró directamente, con la
espalda recta.
Dudé.
—Mmm. ¿Hubo alguna llamada del Sr. Pittman?
Charles dijo:
—Llegará al día siguiente después de ir a la mansión de
Ángel. No es razonable ir y venir el mismo día.
—Ah... ya veo. Gracias.
Me apresuré a salir del camino. El pasillo estaba tranquilo y
toda la casa silenciosa, como si estuviera muerta. Era porque
Keith no estaba. No esperaba que se sintiera tan vacío solo
porque él no estaba en la mansión. Había estado ocupado
todo el día trabajando, y leyendo libros, aunque ahora estaba
en mi límite. Estaba ansioso.
¿Debería leer más?
No era una idea muy atractiva. El libro que elegí por la
mañana no había sido muy divertido. Sin embargo, la
biblioteca de Keith era enorme. Estaba llena de libros por lo
que elegir uno llevaba bastante tiempo así que, decidí que
podía leer algo porque tenía tiempo libre, me decidí y pasé
por mi habitación para dirigirme directamente hacia la
biblioteca.
Pero cuando me detuve frente al estudio, la habitación de
Keith apareció ante mi vista. Me quedé quieto por un
momento. El aroma de mis feromonas, que nunca antes
había sentido, de repente se sintió con fuerza. Me moví como
si estuviera poseído y me dirigí a la habitación de Keith. El
dulce aroma se volvió más y más oscuro. En el momento en
que finalmente abrí la puerta, cerré los ojos. Mi interior se
calentó. No podía soportarlo así que me acosté en su cama.
La sábana estaba llena de su aroma.
Resoplé.
«¡Te extraño!».
No había pasado ni un día. Sin embargo, no podía soportarlo.
¿Qué haría por las noches cuando tuviera que dormir
solo? Parecía que la vida sin Keith era inexistente. Mi vida
ahora era él.
La rígida respiración sonó en mis oídos, estaba acostado
respirando desesperadamente su fragancia que flotaba en el
aire. La sábana todavía tenía mucho de su olor. De repente
me encontré deambulando por la cama. No podía soportarlo
así que volví a acostarme para mirar hacia el techo. Bajé la
mano y abrí mis pantalones.
No era de extrañar, esto ya había pasado varias veces antes
de entrar a la mansión. En aquellos tiempos, hubo un día en
que Keith llegó borracho, por supuesto me fui a casa a
masturbar; no obstante, en la mansión lo hice el primer día
en que llegué. Me sentí tan inescrupuloso al recordarlo que
no pude evitar sonreír.
Aunque ahora, el haberme atrevido a recostarme en su cama
y masturbarme… Jadeé. De pronto, un sentimiento de culpa
me invadió. No podía soportarlo porque mi interior estaba
palpitando. Bajé mis pantalones y mi ropa interior a la vez.
—Keith...
Mi cuerpo era tan lujurioso que me mojé con solo pensar en
él. Incluso ahora, era suficiente con solo oler sus feromonas
para excitarme, era imposible resistirlo, mi cuerpo estaba
ardiendo por dentro. Tan pronto como abracé la almohada,
me recosté y abrí las piernas.
Antes solía frotar mi pene vigorosamente, pero hacer eso
ahora no funcionaría.
Después de conocer la sensación que se siente por detrás,
nada lo puede reemplazar.
Extendí mi mano y mis dedos encontraron mi agujero.
—Ah...
Estaba completamente húmedo. Metí mis dedos y acaricié mi
interior.
Respiré con dificultad.

—Ahhh.
Mi respiración se fue acortando. Su aroma, que sentía cada
vez que respiraba, gradualmente me hizo perder la razón.
Cerré los ojos y escupí un gemido tembloroso. Por supuesto,
la sensación fue diferente a la que sentía cuando él me
penetraba. Abrí los muslos para que mis dedos entraran con
más facilidad. Empujé y comencé a frotar mi interior, no me
sentía satisfecho con el grosor y la profundidad, pero no tenía
más remedio que satisfacerme con mis dedos. Continué
frotando apresuradamente mi agujero, podía sentir como mi
cuerpo temblaba a medida que aumentaba el ritmo.
—Ahh.
Eyaculé mientras unos profundos gemidos salían de mi boca.
Mi mente se quedó en blanco después de la eyaculación.
—Whoo...
Suspiré y luego mi cabeza giró.
Keith estaba ahí.
Bésame mentiroso Vol. 2 • Capítulo 11 | Final

En el cuarto, solo mi vago jadeo se oía en medio de todo el


silencio mientras Keith me estaba observando. Mis ojos no
parpadearon. Estaba tan avergonzado que mi cabeza quedó
completamente en blanco. Me froté los labios sin saber que
decir, luego, apenas y solté un pequeño sonido cuando hablé.
—... ¿Desde cuándo estás ahí?
Cuando pregunté, Keith levemente apartó la cabeza.
—Desde que tu dedo se metió en tu agujero.
—...
Quería que Dios me hiciera desaparecer de este mundo. Tenía
muchas ganas de morir. ¡Estúpido idiota! ¿Cómo me atrevía a
hacer esto? ¿Cómo podía ser tan desvergonzado?
Culpándome salvajemente, abrí la boca, pero curiosamente
ya no había nada más que decir. Casi enseguida me disculpé
cuando mis lágrimas de vergüenza y culpa brotaron.
—Lo siento...
Keith, que se encontraba apoyado en el marco de la puerta
avanzó hacia mí. Me sorprendió la forma en que sus pies se
acercaron rápidamente así que intenté ponerme de pie.
—Quédate como estás.
Él me miró fijo mientras se dirigía hacia la cama. Mi cara
estaba ardiendo, pero no pude moverme. Keith me levantó la
camisa, expuso mis pezones y bajó mis pantalones hasta mis
pies junto con mi ropa interior. Cuando tragué saliva, pude
observar a Keith sentarse a un lado de la cama. Acercó sus
manos y sujeto mis tobillos.
—¡Ah!
De repente fui arrastrado, solté un grito. Keith simplemente
terminó por quitarme los pantalones y la ropa interior,
arrojando las prendas al suelo, miró a mí alrededor y habló
con indiferencia:
—Hazlo otra vez.
—¿Qué? —pregunté sin comprender.
Keith parpadeo con fascinación, luego me dijo en voz baja.
—Quiero que lo hagas de nuevo, desde el principio.
Estaba perplejo y avergonzado.
¿Realmente estaba diciendo que lo hiciera de nuevo? ¿Estaba
tratando de avergonzarme todavía más?
No tenía ninguna otra explicación; aunque no era de
sorprenderse, había hecho esto sin ninguna clase de pudor
en su habitación.
Tartamudeé:
—Keith... Lo...lo siento. Esto es...
—¿Te dije que te disculparas? —Me interrumpió, luego
volvió a mirarme con indiferencia—: Cállate y comienza de
nuevo, ahora mismo.
Olvidé mis palabras. Aunque parecía increíble, Keith hablaba
en serio. Lo único que podía pensar sobre esto, era que
trataba de molestarme.
¿Acaso esta era una nueva manera de castigarme?
Keith continuó observando. Si no seguía sus órdenes estaba
seguro de que tendría problemas.
Sentí mi cuerpo arder de la vergüenza, pero cuando mi mano
temblorosa tocó mi pene, dejé de morderme los labios.
Keith soltó brevemente uno de mis tobillos. Estaba nervioso,
tragué mi aliento y bajé la otra mano hasta mi entrada. La
mano de Keith, que antes tenía sujeto mi tobillo comenzó a
subir por mis piernas hasta mis nalgas. Ahí, fue en donde
ambos nos rozamos.
El pene que estaba en mi mano se endureció poco a poco, por
lo que suavemente lo acaricié con mi mano izquierda. De
pronto, un dedo vacilante tocó mi agujero frío. Temblé sin
saberlo, no había tiempo para arrepentirse. Keith, con su otra
mano todavía tenía sujeto mi tobillo como impidiendo que
fuera a huir. Una sensación de urgencia creció dentro de mí.
Cerré los ojos. Mi mano temblorosa acarició mi entrada. Mi
pene, que estaba un poco enérgico, se tensó en mi otra mano.
Estaba avergonzado, no podía soportarlo.
—Hmm...
Finalmente, mis lágrimas calientes fluyeron por mis
párpados cerrados.
—Whoo. —Keith pareció suspirar cuando tocó mi cuerpo,
posteriormente habló—: Me estoy volviendo loco por tu
culpa.
Fue una voz tranquila como siempre, pero mi respiración
estaba extrañamente perturbada. Abrí los ojos
inconscientemente, y Keith bajó la cremallera de sus
pantalones manteniendo sus ojos en mi rostro. Mi
respiración se acortó y mi interior se humedeció. Separó mis
rodillas y mantuvo mis piernas abiertas, muy abiertas. Su
pene llegó a mi orificio y entró en mi interior.
—... ¡Ah!
Mi cuerpo parecía anhelarlo y lo aceptaba. Arrugué la sábana
entre mis manos y cerré los ojos, sin aliento. Todos mis
sentidos parecieron concentrarse ahí. Podía sentir su pene
latir en mi interior cada vez que me penetraba. Mi pulso se
volvió uno con el suyo. Espontáneamente mi interior se
fricciono, solté un gemido.
—Ah.
Keith me besó brevemente.
—¡Oh, ah, ah!
Un áspero gemido estalló.
Él no me miró en lo absoluto. Sus movimientos eran muy
rápidos. Ni siquiera tuve tiempo suficiente para respirar.
Sacó su pene y sin ninguna advertencia volvió a introducirlo
hasta el fondo.
Keith, que parecía haberse detenido por un minuto, tomó mi
pierna entre su brazo, luego comenzó a moverse de nuevo.
Cada vez que arremetía, mi cuerpo se sacudía bruscamente.
—...Ah.
Keith gimió y dejo salir un profundo suspiro.
Cuando recuperé el aliento, abrí los ojos. Mis párpados se
sacudieron varias veces mientras lo intentaba enfocar. Keith
estaba sin aliento. Por un momento, nos quedamos mirando
hasta que abrí la boca impulsivamente:
—... Quiero besarte.
Keith sonrió ante mi petición. Fue una sonrisa
increíblemente amigable.
En el momento en que sus labios me tocaron, abrí los ojos con
sorpresa. Era una realidad. Su dulce y suave lengua
recorrieron mis labios, abrí mi boca y puse mis brazos
alrededor de su cuello. Podía sentirme temblar. Mi pulso en
la parte inferior era evidente. Keith era tan delicado y
cauteloso.
—¿Satisfecho?
Keith separó los labios cuando lo preguntó.
Entonces, cuando lo volví a ver, me di cuenta de que nuestras
respiraciones estaban lo suficientemente cerca así que, giré
un poco la cabeza, quería que el beso continuará, pero en
lugar de hacerlo, asentí.
Estaba nervioso por su ceño fruncido, sin embargo, de nuevo
besé cuidadosamente sus labios, apretando
deliberadamente mi interior.
Quería que Keith disfrutara de mi cuerpo un poco más. Tenía
miedo de que algún día se cansara de mí. Quería sentirme
dueño de este hombre por más tiempo. Quería que me
abrazará por mucho tiempo más... Solo un segundo más, por
favor.
Keith arrugó la frente profundamente, luego escupió un
áspero gemido. ¿Estaba aburrido? Me detuve y entré en
pánico. Luego él habló con una voz entrecortada:
—Sigue.
Keith comenzó a frotar sus labios bruscamente sobre los
míos, y mientras golpeaba violentamente mi interior, tragué
mi aliento. Me sentía aliviado.
Mi cuerpo… ¿Podía pensar que realmente le gustaba? Era
inevitable reírme de mí mismo.
Keith estaba gimiendo de nuevo mientras bajaba con
cuidado y frotaba el área entrelazada. Disfrutaba de los
movimientos que él realizaba, acostado sobre mi abdomen.
Suspiros calientes llegaron a mis oídos cuando Keith mordió
mi lóbulo.
Por un momento pensé que dejaría una marca, pero fue solo
una ilusión.
Keith, quien disfrutaba al máximo estar dentro de mí, nunca
había dejado una marca; solo chupaba y lamía mis orejas,
pero eso era todo. Aunque era un Alfa que podía dejar marcas
en innumerables compañeros, nunca había dejado una en mí.
El motivo era simple, era un hombre.
Antes de sentirme miserable, me calmé. Lo supe desde un
principio. A este hombre, solo le gustaba mi cuerpo.
Su peso y temperatura corporal se sintieron por todos lados.
Era real. Me sentía tan agradecido ahora en comparación con
los días en que ni siquiera me atrevía a imaginar en que
podría llegar a besarme.
Este hombre era solo mío ahora.
De pronto, Keith gimió profundamente en mi oído. El sonido
de su aliento fue realmente caliente. Estaba tan excitado por
mi culpa. Era sorprendente que tuviera este talento. Tal vez
yo era más lujurioso de lo que él pensaba.
—¿...?
En un instante, la posición cambió; me coloqué encima de su
cuerpo y levanté mi trasero, apoyándome de sus hombros
para bajar lentamente.
—... ¿Qué es esto?
Keith preguntó, pero no pareció desagradarle, más bien,
preguntó como si fuera divertido.
—Sexo, por supuesto —respondí con naturalidad mientras
lentamente movía mi cuerpo sobre su pelvis.
—Ah...
El lugar que todavía estaba entrelazando nuestros cuerpos
seguía húmedo, apreté aún más su pene que todavía se
encontraba en mi interior. Era la primera vez que tenía
relaciones sexuales con alguien después de haberme
convertido en Omega. Cada vez que me movía, su gran pene
llegaba hasta el fondo de mi interior. Respiré y froté el
perineo contra su pubis. Keith bajó su mano, agarró mi
trasero y presionó suavemente con la punta de sus dedos
—¡Ahh!
Inmediatamente, sus genitales endurecidos entraron de
nuevo. Keith me ordenó a través del aliento áspero:
—Levántate y siéntate.
Vacilé en el momento en el que me dio la orden, sin embargo,
levanté la cintura por completo. Luego, Keith movió su mano,
agarró mi pelvis y la presionó.
—¡¡... !!
En ese instante no pude pensar en nada más, tragué mi
aliento. Era tan diferente de lo que me había imaginado hasta
ahora. Sus genitales que permanecieron firmes ingresaron
de nuevo en mi cuerpo, acariciando mi interior.
—¡Ah! —grité y temblé.
Su pene vibraba violentamente dentro de mí, una caricia
ardiente frotó la pared interior. Vociferé una vez más. Por un
segundo, mi mente se volvió distante. Respiré con dificultad
y me detuve.
Cuando me calmé, Keith preguntó:
—¿Alguna vez has hecho esta postura?
Sorprendido, me di cuenta de inmediato, pero no era
momento de entrar en pánico. Abrí la boca mientras mi
corazón latía fuertemente e intentaba responder de una
forma casual:
—Nadie me ha interrumpido durante el sexo de esta manera.
—¿He interferido?
—Por supuesto.
Cuando respondí sin rodeos, Keith se echó a reír
inesperadamente.
—Entonces, ¿qué debo hacer con mis manos mientras te
retuerces como una ardilla?
—Tienes que esperar hasta que termine.
—¿Haciendo nada? ¡Dios mío! ¿Con qué tipo de chicos te has
acostado?
De repente, Keith se rio una vez más, fue una reacción
escandalosa.
—Entonces, ¿no puedo tocarte?
No parecía estar convencido en absoluto así que hablé
apresuradamente:
—Los hombres con los que he estado no me tocaban porque
les ataba las manos.
Ante eso, Keith se detuvo por primera vez.
—¿Con la corbata? —preguntó, incrédulo.
A lo que le respondí audazmente:
—¿Acaso no puedo?
Por un segundo pareció estar enojado, pero su reacción fue
lo contrario. De repente, se echó a reír, sincera y
agradablemente. Parecía que esta situación le era realmente
divertida por lo que no pude soportarlo. El lugar donde
nuestros cuerpos se entrelazaban chapoteo de nuevo.
Entré en pánico, fue entonces cuando él con una sonrisa dijo:
—Pruébalo, será divertido.
Extendió sus muñecas hacia mí, aunque lo cierto era que
estaba aterrado. No sabía que realmente lo aceptaría.
¿Qué debía hacer?
—Lo haré la próxima vez, porque necesito preparación.
—¿Preparativos?
—Lo sabrás cuando sea el momento.
Mi corazón latió presuroso.
Me preguntaba qué pasaría si no podía engañarlo.
Cuanto más lenta era su respuesta, más impaciente me
volvía. No podía soportar ni unos segundos más, así que me
atreví a apretar su pene. Su frente se distorsiono en un
momento.
—Duele.
Keith me apretó ligeramente el trasero, luego sonrió.
—Está bien, entonces… ¿Cuándo será?
—Tan pronto como esté listo.
Hablé rápidamente. Él solo entrecerró los ojos.
—Estoy deseando que llegue.
Keith sonrío audazmente. No había nada más que pudiera
hacer, excepto hacer lo mismo, pero a él pareció no
importarle. Me miró a la cara y estiró una mano para tirar de
mi cabello. Pronto, nuestros labios se tocaron y comenzamos
a besarnos repetidas veces de una manera eufórica y
desesperada. Agarró mi trasero y luego lo levantó para
después bajarlo, cada vez que lo hacía mi agujero se contraía.
Comencé a mover el culo mientras realizaba movimientos
circulares sobre su pelvis.
Cada vez que su pene se frotaba mi interior mi respiración se
entrecortaba.
—Ahh...
Keith exhaló un largo suspiro y eyaculó dentro de mí. Apreté
mi interior una y otra vez hasta que terminó su eyaculación.
Estaba tan lleno...

✤✤✤✤✤✤

—¡Ay...!
Distorsioné mi rostro sin darme cuenta cuando un profundo
dolor me atravesó. Keith paró de lamer mi nuca, la cual
estaba mordida y chupeteada.
Tímidamente lo miré.
—¿Estás bien?
Asentí. Era difícil imaginar cómo se veía mi cuello en estos
momentos. Keith, quien me miró por un instante, besó mis
labios de una forma tan tierna.
Estaba avergonzado, pero él no me dijo nada.
De repente, salió de mi interior. Cada vez que respiraba
sentía como un fluido espeso escurría entre mis nalgas. Me
sentía como un niño abandonado, parpadeé ansiosamente,
en eso, me llegó a la nariz un olor dulce y familiar.
—Ah.
Solté un suspiro.
Keith se dio la vuelta, luego regresó con una caja entre sus
manos.
—Ábrelo.
Se acercó a la cama y frunció el ceño brevemente. Dentro
había un reloj. No sabía lo que significaba. Él lo sacó y tomó
mi muñeca. Cuando el frío metal tocó mi piel, sentí miedo,
pero no dije nada, tan solo me lo quedé mirando.
Solo después de que Keith colocó el reloj me dejó ir, fue
entonces cuando llevé mi muñeca cerca de mi rostro y lo
miré. Era un reloj con piedras preciosas de colores.
Extrañamente sentí que mi corazón se estaba enfriando.
Lo miré de nuevo.
¿Qué significa esto?
—¿Te gusta?
Keith me miró, esperando una respuesta. Por supuesto, yo
estaba seguro de que tenía curiosidad por saber si me
gustaba su regalo.
Asentí.
—... Sí. Es hermoso, pero… ¿Por qué...?
Cuando pregunté vacilante, Keith estaba sentado a mi lado,
luego me abrazó por la cintura. Como de costumbre suspiro
cómodamente después de enterrar su nariz y oler mi cuerpo.
—Cuando vas a la casa de Ángel, no debes ir con las manos
vacías —dijo, tranquilamente—. Siempre compro joyas, pero
los collares y anillos están prohibidos. Ya ha pasado que se
los traga para intentar suicidarse. Debe ser algo lo
suficientemente grande para que no pueda tragarlo.
Como si fuera molesto, Keith habló con rudeza. Sin embargo,
encontré algo inesperado en sus palabras.
No me había dicho a mí, se lo había dicho a Emma.
Ni siquiera sabía que le estaba dando un regalo al Omega que
lo dio a luz. Entre tanto, Keith parecía siempre comprar joyas
cada vez que visitaba a Ángel. Estaba avergonzado porque
había encontrado un lado que no conocía de él. No tenía idea
alguna sobre su familia.
—La regla es que tienes que elegir el regalo que le das a
Ángel. Es ridículo, tienes que ir y conseguir una joya cada vez
que lo atrapan. Ni siquiera sé por qué estoy haciendo esto.
Keith se quejó mientras me abraza más de cerca. Tenía
vergüenza que mi piel desnuda se pegará, pero audazmente
puse mis brazos alrededor de su espalda y de la misma
manera en la que él lo había hecho, yo también inhalé su
fragancia de feromonas, la cual parecía derretir mi cerebro.
Mi interior se mojó. Quizás se debía a mi emoción que mi
aroma también se había espesado. Sentí que Keith levantó mi
trasero, fue entonces cuando abrí cuidadosamente una
pierna y la subí sobre su cintura.
Él entró como si lo hubiera esperado.
—Uh... Ugh.
Mi interior estaba lo suficientemente húmedo, sin embargo,
la presión que puso al entrar todavía estaba allí. Sin querer
distorsioné mi rostro. Al darse cuenta, Keith besó mi mejilla,
y lentamente movió su espalda.
—Ah. Suspiré, feliz.
—¿Tú lo elegiste...?
Le pregunté con el aliento caliente.
Keith sonrió y besó de nuevo mis labios.
—¿Por qué, no te gusta?
—No. —Sacudí la cabeza. No podía ser que yo fuera el primer
compañero sexual al cual le elegía personalmente un
regalo—. Estoy tan feliz... Gracias.
Keith deslizó su mano hacia abajo y empujó su pene en mi
interior.
—¡Ah!
Después de un breve grito, Keith se echó a reír.
—¿Qué estás haciendo?
En el momento en que vi su sonrisa, me quedé en blanco.
Él me sonrío.
Mientras su mano tocaba mi cuerpo, el sol cayó sobre su
cabellera y el olor a hierba del día se mezcló con el dulce
aroma de sus feromonas.
Todo era perfecto.
—¿Qué sucede? —preguntó Keith, perplejo.
Abrí la boca para contestar, pero no hubo ningún sonido.
Apenas y respiraba con dificultad cuando de pronto sentí mis
ojos brillar.
Keith volvió a besarme, luego sonrió.
De repente mis emociones me empujaron violentamente
contra la realidad, perdí la razón. Nunca lo dije. Una esquina
de mi corazón se sacudió, dolía. Había estado pensando por
mucho tiempo. No lo soporté y dije:
—¡Me gustas...!
Keith de la nada, dejó de moverse.
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 1 | Parte 1

Mi corazón latió frenéticamente, tanto que creí que había


dejado de respirar.
¿Qué demonios había dicho?
Me había repetido tantas veces que esto era suficiente.
Estaba loco por hacer cosas tan presuntuosas. Era evidente
que había perdido la cabeza. De otra forma, cómo me había
atrevido a hacer una confesión tan ridícula.
—Bueno, eh...
Apenas abrí la boca, pero mis palabras no salieron.
¿Qué debía hacer?
Tenía curiosidad por su expresión, pero el miedo me detuvo.
No tuve el coraje. Keith quizás estaba enojado conmigo y de
seguro me gritaría, era claro que mi confesión había apagado
su libido. Estaba confundido.
Oh, Dios.
Sin embargo, cuando sus labios se superpusieron a los míos,
me quedé en blanco, no sabía lo que sucedía. Su fogosa lengua
se balanceó en toda mi boca.
¿Qué era lo que significaba esto?
Estaba confundido, el beso se prolongó y no pude preguntar.
Keith apoyó su cuerpo sobre el mío antes de que siquiera
pudiera llegar a pensar en algo. Me sentía avergonzado así
que traté de levantarme.
—... Ugh.
No hubo ningún tipo de sonido después, sin embargo, un
gemido sofocado salió de mi boca, aunque a Keith no le
importó, continuó besándome una y otra vez, sosteniendo mi
cabeza con su mano, entrelazando su lengua con la mía y
soportando mi espalda con su otro brazo, imposibilitando mi
movimiento.
Mi interior se sacudió violentamente mientras mi
desbordante saliva fluía de mi boca a la suya, sin afectarle.
Fue un beso demasiado intenso. El aliento me faltó, aun así,
Keith no se detuvo. Su pene entró y salió bruscamente
mientras sostenía mi cintura para evitar que no me moviera
en lo absoluto. Keith abrió todavía más mis piernas y yo solté
un largo gemido; parecía no detenerse. Cada vez que lo metía,
mis lágrimas fluían a través de mi rostro. Mi entrepierna se
empapo de nuestros fluidos.
—¡...!
Luego de un rato, Keith continuó sosteniendo mi cabeza
mientras mantenía presionados nuestros labios, de pronto,
la sensación de un fluido caliente llenando mi estómago me
invadió, estaba eyaculando. Me estremecí. Sentí que la
cantidad vertida era mayor a la habitual porque continuaba
fluyendo y empapando mi interior, infiltrándose en lo más
profundo de mí.
Fue entonces, cuando un aroma apareció en la punta de mi
nariz. Era la fragancia de sus feromonas. Rápidamente me di
cuenta de que el olor del semen que fluía dentro de mi cuerpo
era ligeramente diferente.
Cerré los ojos y probé, pensando en que el aroma de sus
besos también sería desigual.
¿Cuál era su identidad? ¿De dónde provenía? ¿Por qué de
repente se sentía tan diferente?
Keith soltó mi cabeza tan pronto como termino de hacerlo,
no obstante, su brazo aún seguía en mi cintura. Apenas y
levanté la vista, jadeé. Keith me miró y sonrió suavemente
mientras mi mirada estaba en blanco.
Su brazo que sostenía mi espalda bajo para tocar mi trasero,
lo masajeo lentamente, parecía disfrutar de la textura, lo cual
no era muy agradable para mí, ya que cada vez que Keith lo
acariciaba, mi orificio se abría y su semen mezclado con mi
fluido corporal se bajaba poco a poco. Estaba tan
avergonzado, mi interior estaba empapado de su semen.
—... Ah.
Me encontraba tan impresionado por su intensa eyaculación.
Sin darme cuenta, Keith comenzó a frotar mi entrada con sus
dedos. La sensación de su caricia sobre mi agujero me dejó
sin aliento. Mi campo de visión se hizo borroso así que traté
de inhalar por la boca mientras Keith continuaba frotando.
—Oh, ah... Ah.
Mi cuerpo tembloroso reaccionó a sus toques, no eyaculé,
pero el placer se sentía similar, incluso los dedos de mis pies
se doblaron por el placer que sentía.
Esa tarde Keith no respondió a ninguna de mis confesiones.
Lo recuerdo muy bien, pero pensé que no importaba.
Realmente no.

✤✤✤✤✤✤

—¿Estás diciendo picnic?


Sus palabras me sorprendieron.
—Sí —dijo desde el otro lado de la línea con una voz
amable—. Le pregunté a algunas personas sobre sus
preferencias, pero la mayoría respondió positivamente al
picnic.
Posteriormente, me envió una lista de personas que dijeron
que “sí” irían, eran nombres que conocía. Algunos de ellos
habían sido alumnos y compañeros de la universidad. Eran
diez miembros que pertenecían al mismo grupo social desde
que se unieron a clubes cuando eran novatos, incluido Keith,
quienes se frecuentaron incluso después de la graduación y
crearon diferentes reuniones, incluyendo el club de Polo.
Hubiera sido agradable jugar al Polo en aquellos días.
Una vez que lo pensé, colgué después de decir que lo
comunicaría.
Los informes de personas que sufrieron las consecuencias de
los huracanes en un estado cercano hace unos días, fueron
difundidos por periódicos y noticieros todos los días.
Era común patrocinar una fiesta de donación, por lo que esta
vez íbamos a donar a través de organizaciones relacionadas.
Sin embargo, actividades al aire libre como picnics eran
inesperadas.
Después de tocar la puerta, ingresé en la oficina e
inmediatamente entregué el informe.
—Iré.
Su reacción inesperada, me asombró.
—¿Estás seguro? La lista de asistentes aún no se ha
decidido... Aunque la mayoría ya respondió que asistirá.
Keith se rio y habló:
—Debe ser una lista obvia, pero… ¿tienes que esperarla?
—... No —respondí después de un rato.
Por suerte, Keith solo se rio brevemente, justo como si
hubiera hecho una broma. Me sentí tranquilo. Sutilmente
movió una mano para indicarme que fuera hasta donde
estaba. Al mismo tiempo, mi corazón se estremeció. Había
estado en la cama con él todo el fin de semana así que sabía
lo que este pequeño gesto significaba.
Me quería ahora mismo.
Observé a mi alrededor, nadie estaba cerca, pero me sentía
ansioso. Después de susurrar palabras sin sentido, me giré.
Mi mano tembló débilmente al cerrar la puerta, fue entonces
cuando un sonido pesado y frío golpeó mis oídos con fuerza.
Mientras me daba la vuelta, Keith todavía me estaba
mirando. Caminé hacia él, paso a paso, sin apartar la mirada.
A medida que la distancia se fue acortando, mi corazón
comenzó a doler. Finalmente, rodeé el escritorio y me paré a
su frente.
Me sentía herido.
Keith continuó en silencio. Extendió una mano y yo me
acerqué y la tomé.
—Ah.
Tan pronto como sentí su temperatura corporal,
espontáneamente unos suspiros fluyeron, este hombre me
excitaba con tan solo tocar mi mano.
De pronto... tiró de ella y mi cuerpo cayó sobre sus brazos e
inmediatamente sus labios se superpusieron a los míos,
nuestras lenguas se enredaron como si estuvieran ansiosas.
Luego, Keith acarició mi espalda hasta llegar a mis
pantalones. Cuando su mano llegó a ellos, no lo dudó y la
metió dentro. De repente, vi que frunció su ceño. Pronto supe
la razón.
—Te dije que no los usaras, me molesta.
Se refería a mi ropa interior, no sabía si estaba asustado o
avergonzado por ello así que intenté evitar su mirada, pero
pronto puede sentir un calor que recorrió mis mejillas.
—Tengo que usarlo... —Keith me miró en silencio. Me sentía
ansioso, quería besarlo, pero en su lugar, dije—: Con la boca...
¿Puedo hacerlo?
Eso era algo que nunca diría libremente en otro tipo de
situación. Sin embargo, ahora ese nivel de vergüenza había
desaparecido.
—Creo que sería razonable.
Keith me tomó de la barbilla. Mi boca se abrió con solo
presionar mis labios con su pulgar. Sus ojos se entrecerraron.
Me arrodillé en el suelo, no era la primera vez que lo hacía, la
última vez había sido en el baño de Keith mientras el agua
caliente caía por todo nuestro cuerpo. Comencé a recordar
como tomé su pene entre mis manos y lo coloqué dentro de
mi boca.
Mi interior palpitó. Solo Dios sabe cuán desesperados
estuvimos durante el fin de semana. Me emocionaba el
recordarlo. Coloqué mi cabeza entre sus piernas abiertas y
bajé cuidadosamente la cremallera de su pantalón. Mis
nerviosos dedos temblaron mientras él tenía su mirada
puesta sobre mí.
Cuando saqué su pene, un suspiro se escuchó.
—... Ah.
Coloqué su pene en mi boca y respiré lentamente, de pronto
sentí una presión sobre mi cabeza. Al levantar la vista pude
observar la mano de Keith acariciando mi cabello.
—Oh...
Por encima de mí, Keith soltó un suspiro lleno de satisfacción.
Acomodé mis labios sobre su miembro y empecé a lamerlo,
mi mano la había utilizado para estimular las partes en
donde mi boca no alcanzaba. Froté su pene hasta la base, y el
líquido que salió se mezcló con mi saliva. Su mano continuó
acariciando mi cabeza, de repente, Keith ejerció un poco de
fuerza sobre su toque y me presionó contra su entrepierna.
Por un momento dejé de respirar, tuve que tragar todo su
pene una y otra vez mientras mi boca era penetrada
salvajemente, solo cuando por fin eyaculó, Keith aflojó su
agarre. Su semen escurrió por mi barbilla, era bastante.
Retiró su mano de mi cabeza y sacó su miembro de mi boca.
Vi su pene mezclado con semen y saliva.
Quería lamerlo de nuevo.
Keith sacó unos pañuelos y se limpió mientras que yo
permanecí apoyado contra uno de los cajones del escritorio.
Sentí que mi cara estaba manchada de fluidos, sin embargo,
no le tomé importancia hasta que él me observó y se acercó
para limpiar mi rostro, puso uno pañuelo en mi barbilla para
que escupiera el semen de mi boca, pero no lo hice, al
contrario, lo tragué. Keith me miró asombrado.
—Ven.
Me extendió sus brazos amorosamente.
Entonces supe lo que significaba. Pero en lugar de aceptarlo,
moví mi cuerpo que aún estaba en el suelo, me puse entre sus
piernas y apoyé mi cabeza sobre sus muslos.
—¿Es más fácil para los orientales sentarse en el suelo?
Me preguntó sonriendo.
No era posible sentarse en su regazo sin terminar teniendo
sexo. Keith contempló cuidadosamente mi cara sin decir
nada, solo acariciaba mi cabeza. De repente, su mano bajó a
mi cara para frotar mis mejillas. Dirigí mi mirada hacia él, él
también me miró, tenía una sonrisa suave en su rostro. Sabía
que iba a besarme. Cerré los ojos y estiré mi cuerpo. Pronto,
nuestros labios se tocaron. Keith me besó tiernamente, como
si me felicitara.
—Estar dentro de ti es lo mejor.
¿Realmente estaba diciendo eso?
Keith sonrió satisfecho.
Si me dijera que lamiera su pene de nuevo, lo haría. Yo podría
hacer cualquier cosa por él, solo para complacerlo.
Pero lo único que atiné a hacer, fue apoyar mi cabeza sobre
su muslo. Eso había sido todo, contuve el aliento y cerré los
ojos. Sus manos continuaron acariciaron mi cabeza con
ternura. Por alguna razón, me sentí triste…

✤✤✤✤✤✤

—... Huh
Cuando desperté, lo hice con la sensación de unos besos que
estaban siendo esparcidos en mis pezones, cuello y hombros.
Keith sonrió a mis espaldas, parpadeé inexpresivamente y lo
saludé:
—... Buenos días —dije un poco tímido.
Pero Keith, en lugar de responder, bajó su mano a mi muslo
y me levantó una pierna. Naturalmente, cerré los ojos y dejé
escapar un breve gemido cuando su grueso pene me perforó.
Desde el día en que me confesé, había estado durmiendo en
su cama; aunque era mejor decir que me quedaba dormido
después de tener relaciones. Era muy difícil volver a mi
habitación al amanecer porque sus grandes músculos
permanecían siempre alrededor de mi cuerpo, además, si
tenía éxito, su humor al día siguiente no era tan desastroso.
Cuando la hora de ir a trabajar llegaba, Keith solía golpear mi
trasero o penetrarme violentamente.
Era muy difícil para mí no emocionarme al ser besado por él.
No podía evitar despertarme y tener sexo, parecía que le
gustaba hacerlo por las mañanas. Siempre me despertaba a
causa de sus besos y mordidas en mi cuerpo. Con las más
triviales de sus caricias, mi cuerpo se calentaba y, por
supuesto, mi interior se humedecía.
Keith se introdujo en mi interior, como si lo hubiera
esperado.
—Oh... Ah.
Me estremecí por el repentino movimiento.
Él mordió mi hombro y hundió su nariz en mi cuello para
poder percibir todavía más mi aroma.
—Sí...
Keith eyaculó profundamente dentro al mismo tiempo en
que emitió un largo gemido de placer. Me besó por detrás,
entrecortando nuestras respiraciones. Sus labios tocaron mi
cuello y orejas. De pronto, encogí mis hombros ante la
sensación, fue en ese instante cuando solté una breve sonrisa
y mi parte inferior volvió a palpitar.
—Ah.
Keith suspiró.
Él todavía se encontraba en mi interior cuando su mano
repentinamente se movió hasta llegar a mi pene. Me
sorprendió su tacto, tenía miedo, pero lo tocó con suavidad,
como si estuviera jugando con su mano.
—Hay un evento de caridad hoy.
—Ah...
Solté un gemido.
Él continuó acariciando mi pene mientras sus labios se
apoderaban de mi cuello, su respiración en mi piel me
estremeció.
—¿Valdrá la pena un millón de dólares?
Apenas moví la cabeza, Keith habló:
—... Eso es lo que estoy donando.
—Ah.
Liberé un grito por la excitación. Todo mi cuerpo estaba
caliente y temblando, finalmente Keith retiró su mano. Lo
había hecho a propósito. Lo miré con ojos resentidos, pero él
solo me besó.
—Whoo.
Siempre dejaba mi cuerpo como quería, no solo el frente, sino
todo mi cuerpo.
Casi habíamos pasado una hora en la cama.
Al final, sacó su pene de mi interior y mi entrepierna se
empapó de su semen.
Esta mañana había sido más larga que otras porque hoy era
festivo. Keith se había levantado ya así que pensé que sería
bueno dormir toda la mañana, mi cuerpo estaba muy
agotado.
De pronto sentí que unos brazos me envolvían.
—¿...?
Mis ojos brillaron por un momento.
Keith me miró a la cara.
—Tú también deberías lavarte.
—¿También voy a ir yo?
Keith agregó con el ceño fruncido:
—No iré sin una pareja.
—Oh no... Por supuesto.
Mi expresión todavía era de sorpresa, parpadeé un par de
veces para terminar de entender la situación.
—Pero… ¿Yo, como pareja...? ¿De Verdad?
Keith citó con una mirada fría:
—Entonces… ¿Quién irá conmigo?
Él tenía razón. No tenía una compañera, tampoco le había
buscado una. En otras ocasiones lo hubiera hecho con
anticipación, pero esta vez yo era su compañero. Por
supuesto, él pensó en mí como su compañero. El cuerpo me
dolía, incluso me era difícil mover un dedo, aunque pronto
sentí que me llené de energía.
Un susurro suave salió de mis labios hinchados:
—Gracias...
Keith me respondió con una sonrisa burlona:
—De nada.
Luego me volvió abrazar y se dirigió al baño.
Estaba tan feliz, parecía un sueño.

✤✤✤✤✤✤

—Ah... Sí, sí, sí. —gemí una y otra vez por los constantes
besos.
Keith lamió la saliva que fluyó de mi boca con su lengua, y
luego volvió a colocar sus labios sobre los míos. En ese
momento estaba expulsando feromonas deliberadamente.
Keith había comenzado a besarme tan pronto como subí al
auto. La avalancha de feromonas era una locura.
Lamentablemente, eso había sido todo. Estaba excitado y no
podía soportarlo. Sentí húmedo mi agujero. Ahora parecía un
niño que se colgaba y se aferraba a él, queriendo que le bajara
los pantalones.
También fue gracias a su represión que no sucedió. Nuestros
labios apenas se separaron luego de que el conductor nos
informará a través del intercomunicador que llegaríamos a
nuestro destino pronto, luego se calló.
Estaba jadeando.
Apoyé mi cabeza en su hombro y él enterró su nariz en mi
cuello para respirar profundamente mi aroma. Mientras sus
feromonas continuaban siendo vertidas sobre mi cuerpo,
Keith se rio con júbilo. Fascinado, contemplé su rostro
sonriente. Incluso después de que el auto se detuvo tardamos
un tiempo en salir. Después de regularizar mi respiración,
ordenar mi cabello y acomodarme la ropa, tuve que esperar
a que mi rostro ruborizado volviera a la normalidad.
Era muy difícil no tener una convulsión en esta situación así
que, no fue hasta que tomé la medicina que Steward me había
dado de antemano que pude salir. Pensé que debía tomar
inhibidores, aunque no tenía tiempo para hacerlo. En eso
recordé que Keith no quería que los tomará, pero de todas
maneras siempre los llevaba conmigo.
Iba a estar bien, aunque estuviese lejos de Keith. Me animé y
lo seguí apresuradamente.
El clima era infinitamente tranquilo. Me quedé a su lado lo
más cerca posible mientras miraba a mi alrededor. La lista de
personas que iban a asistir a la fiesta me había sido enviada
con antelación. Algunos de ellos eran a los que había visto el
día de la orgía. Sabía que cuando los volviera a ver, me
quedaría tranquilo. Pero, realmente… ¿Podría hacerlo? No
podía garantizarlo.
“Esta es la última prueba restante”.
Con las palabras de Steward en mi mente, respiré hondo.
Solía hablar en serio.
“Si pasas la etapa, podremos pensar que has mejorado”.
Pensé que no harían algo raro en este lugar. En ese momento
fue una situación diferente, se malinterpretó y carecí de
precaución.
Pero si sucedía lo mismo… ¿Keith me diría lo mismo otra
vez? Mi cuerpo se enfrió instantáneamente.
De repente, el teléfono sonó. Era una llamada del organizador
para confirmar nuestra asistencia.
—Sí, el Sr. Pittman ha llegado, también estoy aquí...
Eché un vistazo a Keith. Estaba hablando con otros asistentes
a pocos metros de distancia. De nuevo me concentré en la
llamada.
—Después de la competencia, asistiremos a la entrega de
premios y a la recaudación de fondos... Sí, ha donado
alrededor de un millón de dólares...
Los organizadores estaban preparando varios eventos
infantiles. Uno de ellos había sido el escondite.
Tal vez realizaban este tipo de juegos para que se conocieran
y pudieran hablar naturalmente unos con otros. Si Keith
hubiera venido solo, tal cosa nunca podría haber sucedido.
Incluso fue imposible encontrarle en este momento un
compañero. Me alegraba tanto que me hubiera pedido venir
con él. Una inusual fiesta benéfica, era quizás solo un evento
de apariencia.
Giré la cabeza y miré a Keith. En esos momentos sentí mi
corazón palpitar y como mi sangre comenzaba a ponerse
caliente. Dios, solo lo estaba mirando. Exhalé profundamente
para calmar mi respiración temblorosa.
—¡Ugh!
De pronto, alguien me agarró del hombro, solté un grito,
sorprendiéndome de más cuando reconocí a aquella
persona. Ahí, un hombre con una sonrisa bastante familiar se
me quedó mirando.
—¿No eres Yeonwoo? ¿Cómo estás?
Era Grayson.
Abrí mucho los ojos cuando sentí su dulce aroma. Lo miré
sorprendido por un momento. Grayson habló con una
sonrisa en su rostro:
—Me dolió mucho la última vez. ¿Cómo pudiste escapar tan
pronto me viste?
Estaba bromeando como siempre. Lo sabía, lo tenía claro en
mi cabeza, pero de todas maneras no pude evitar que mi
respiración se entrecortara. Había tomado la medicina. Me
las arreglé para soportar el impulso de abrir el frasco de
medicina y vaciarlo en mi boca.
Está bien, estaba bien.
Incluso yo lo sabía. Miré hacia atrás, Keith seguía ahí, como
antes. Giré solo un poco mi cabeza para no ser muy obvio,
quería confirmar que se encontraba cerca. Su presencia me
hacía sentir aliviado.
“Eres molesto”.
De repente, sus palabras frías volvieron a mi mente. No
debería molestarlo...
—¿Yeonwoo?
Grayson todavía me estaba hablando. Me observaba en
silencio mientras yo parpadeaba de nuevo.
—¿Estás un poco más tranquilo ahora?
Me preguntó, pero apenas pude respirar.
Aún tenía miedo de él así que lo saludé manteniendo una
expresión seria para que mis emociones no fueran reveladas.
—... Sí, lo siento. ¿Cómo ha estado, Señor Miller?
—Grayson —corrigió ligeramente mis palabras y volvió a
preguntar con una sonrisa—: Tengo la suerte de encontrarte
aquí. ¿Viniste con Keith?
—Sí.
Di una respuesta fría. No había nada más que decir porque
era la respuesta correcta.
Grayson dijo liviano:
—Oye, ten la seguridad de que no voy a hacerte nada de
repente. —Luego se echó a reír—: Ni siquiera traje a Alex
hoy.
Lo miré sin expresión. A veces, estar demasiado alerta era
peligroso. Respondí que "estaba bien", fingiendo ser de lo
más inofensivo posible. De repente, el viento sopló y el aroma
de Grayson se sintió aún más intenso. Tanto el aroma de
Keith como el aroma de Grayson eran dulces para mí. Si
embargo, dependiendo de quién se tratará, yo podría
cambiar de opinión.
De pronto recordé que Grayson sabía que Keith me gustaba
así que levanté la barbilla lo más descaradamente posible.
Las cosas ya habían pasado de todos modos, Keith conocía
mis sentimientos, sin embargo, no había dicho nada respecto
a mi confesión... aunque no importaba. Mi confesión talvez
había sido un error.
Estaba aterrorizado en ese momento, pero gracias a Grayson,
podía ser un poco más atrevido. Entonces, abrí la boca con
una expresión convincente, no obstante, Grayson
interrumpió mis palabras para preguntarme con una actitud
diferente:
—Keith… ¿Encontró una nueva compañera?
—Sí.
Nuevamente di mi misma respuesta.
Por supuesto, nunca iba a decirle quién era. La reacción de
Grayson fue difícil de predecir por lo que no quise que
supiera algo. De nuevo hubo silencio. Escuché el ruido
desordenado de la gente, pero misteriosamente, me sentí
desolado. Él y yo nos miramos en silencio, un silencio en
donde incluso podíamos escuchar la respiración del otro.
Mantuve la boca cerrada, esperando a que él hablará
primero. Pensé en rendirme, pero Grayson, contrariamente,
preguntó con una sonrisa en su rostro, sin ningún cambio:
—¿Quién es?
Le respondí sin rodeos.
—No tiene nada que ver con el Sr. Miller.
Grayson se inclinó. Me sorprendió su acción inesperada.
—... ¿Qué está haciendo?
Bajó la cabeza y hundió su rostro en mi cuello. Me tomó
desprevenido y grité. Él solo sonrió:
—¿No eres Omega? —Fruncí el ceño ante su repentina
pregunta. Grayson todavía sonrió aún más—. ¿Cuánto
tiempo tendrás el olor de un Alfa dominante impregnado en
ti?
Al instante, retiró su rostro. En el auto en el que habíamos
llegado, Keith vertió descaradamente sus feromonas sobre
mí mientras besaba y tocaba mi cuerpo; y ahora era que lo
recordaba, las feromonas siempre se conservaban. Me sentí
avergonzado.
—Soy el secretario del Sr. Pittman.
Apenas fingí ser casual, pero mi voz dejó de filtrarse. Grayson
sonrió de una manera extraña mientras tosía
apresuradamente y me miraba mientras aclaraba su voz.
Estaba irritado.
¿Cómo podía salir de este lugar?
Grayson preguntó:
—¿Terminó con Naomi?
—Fueron las instrucciones del Sr. Pittman.
Con una respuesta simple dijo:
—Oh. —Luego escupió con pesar—: Pobre Naomi. Debería
consolarla como su amigo. Vino conmigo. ¿Te gustaría
saludar? Pobre Srta. Parker...
Inadvertidamente abrí la boca:
—No sabía que tenías una relación con la Srta. Parker.
En esos momentos recordé el día en que salí huyendo de la
casa de Naomi a causa de él.
Grayson espetó con una sonrisa:
—Toda belleza en el mundo es mi amiga.
—Tiene una relación muy profunda con la Srta. Parker. Va a...
Le pregunté mientras observaba su rostro, pero Grayson me
interrumpió y me preguntó con una sonrisa burlona:
—¿Cómo pasaste el RUT?
—¿RUT? —pregunté sin comprender.
No sabía cómo era que lucía en esos momentos, pero
Grayson se rio de mí porque obviamente estaba
avergonzado. Sus largos dedos barrieron lentamente su
rubia cabellera.
—Sí, era el RUT de Keith. ¿No fue particularmente malo esta
vez? ¿Cómo te fue?
Fue difícil adivinar la intención de su pregunta por lo que
permanecí en silencio, pero de repente su voz irrumpió mis
pensamientos.
—No sabía que el celo de un Omega podía causar cambios en
el RUT de un Alfa dominante.
Inesperadamente, se echó a reír. Solo después de que
terminó de hablar me di cuenta de que tenía algunos
comentarios que Keith le había hecho. Grayson sonrió aún
más.
—Oh, Dios mío. No estudiaste, Yeonwoo. El ciclo de calor de
los Omega es una bendición para los Alfa.
Hablaba sin rodeos, con los brazos abiertos, como si rezara
en una catedral.
—No existe el autoestudio. Solo te dije lo que dijo el Sr.
Pittman.
Luego de ello, permanecí en silencio, porque sus palabras
eran ciertas. Todavía sonriendo me dijo:
—Pero es cierto que, en el período del RUT, las cosas
empeoran de muchas maneras.
En silencio, trataba de ordenar todo lo que él me había dicho.
Sin dejar de sonreír, Grayson añadió:
—Si no elimina las feromonas correctamente durante su
período del RUT, será difícil —dijo—: Incluso escuche que los
recuerdos pueden desaparecer.
Grayson habló sin rodeos, luego volvió a reírse.
—Escuché que no ha estado con Naomi por mucho tiempo.
Las feromonas se acumularon y me pregunté si algo había
sucedido. ¿O es que te apuraste para encontrar una nueva
compañera y solucionarlo? No hubiera sido fácil.
—... ¿Por qué?
Me lamenté tan pronto como lancé la pregunta. Sus ojos se
entrecerraron mientras bromeaba:
—¿Yeonwoo, eres su secretario desde hace años y no has
visto a Keith pasar su RUT? — Luego agregó—: Siempre te
pierdes los momentos especiales. Ja, ja, ja.
Grayson carcajeó alegremente.
—Pero creo que este RUT fue especial. A Keith nunca se le
habían acumulado tantas feromonas. ¿No es así? —inquirió,
sonriendo deliberadamente.
¿Qué era lo que este hombre quería preguntar exactamente?
Grayson parecía tener curiosidad, era como si esperara a que
me confesara. Hasta donde sabía, Keith había estado
acostándose con Naomi hasta que me pidió que finalizara la
relación. Sin embargo, cuando su RUT llegó había acumulado
demasiadas feromonas y a causa de esto terminó perdiendo
temporalmente una parte de sus recuerdos. Tenía curiosidad
de preguntarle a Grayson si él sabía algo al respecto, pero me
avergoncé de mi propia curiosidad.
Grayson silbó brevemente y luego abrió la boca:
—No eres divertido Yeonwoo.
Cuando escuché eso, de repente recordé lo que no quería. El
aroma de mis feromonas se extendió por todo el lugar, eran
más oscuras de lo habitual.
—Lo vi en la fiesta del yate... El Sr. Pittman no parecía
participar en la fiesta con las demás personas.
Esa fue la primera vez que vi una orgía de Alfas dominantes,
hasta ese entonces solo había escuchado historias. La
mayoría de las fiestas a la que Keith siempre asistía eran
sociales por lo que me fue difícil imaginar que aquella fiesta
sería diferente.
—No le gusta tener sexo con varias personas. Por eso se
mantuvo alejado de la fiesta y reservó una habitación para él
y su compañera.
Las palabras de Grayson de repente me hicieron sentir
aliviado ¿Por qué me había tranquilizado? A Grayson no le
importaban mis sentimientos.
—Pero Keith es un buen hombre... Bueno, aunque yo prefiero
a los Betas. A mi hermana le gusta jugar con Omegas sin
importar si son mujeres u hombres.
Grayson se rio ligeramente y sacudió la cabeza, saco un
cigarrillo y se lo puso en la boca, murmurando para sí mismo.
—Algún día mi cerebro se romperá y voy a morir estúpido.
No tenía nada que decir a eso así que me callé. Más tarde,
Grayson escupió el humo mientras yo lo observaba en
silencio. Hablé:
—Tengo una pregunta.
Grayson levantó una ceja ante mis palabras. Dudé en
preguntar, aun así, lo hice:
—Ese día... ¿No me advertiste sobre que tuviera cuidado?
Pero... ¿Por qué no me dijiste sobre la fiesta...?
Las últimas palabras sonaron con resentimiento. Grayson
debía saber lo que sucedería, pero… ¿Por qué no me lo había
advertido?
Era cierto que me salvó más tarde, pero en primer lugar si me
hubiera dicho, seguramente no hubiera pasado, de alguna
forma habría encontrado una manera de prevenirlo. Me
preguntaba qué estaba pensando. Su respuesta fue muy
simple:
—Era difícil decirte de antemano, y si te escapabas, la fiesta
no hubiera continuado.
Como si fuera natural, sonrió. Qué malvado era este hombre.
Podía sonreír y decir algo como esto. Era un hombre que te
haría daño con usarte. Respiré profundamente para borrar la
creciente ira. A comparación de este hombre, Keith... No,
lamente hacer una comparación, él al menos no escondía sus
intenciones. ¿Por qué este hombre era un cuervo
inteligente? En el momento en que lo pensé, tuve miedo de él.
—Oh, Yeonwoo. Ha sido un tiempo.
—Srta. Parker.
Cuando le salude, se abalanzó a mis brazos.
—¿Cómo estás? No sabía que te encontraría aquí.
—Sí... ¿Cómo está?
Le pregunté torpemente, ella solo sonrió y me miró.
—¿Se están llevado bien? No sé si Grayson cometió un error
la última vez...
No pude responder.
Grayson sonrió brillantemente en su lugar, con los brazos
abiertos de par en par:
—Hice lo mejor que pude para acercarme. Ahora, ¿me vas a
recompensar? Estoy esperando, es urgente.
Naomi sonrió y empujó a Grayson. Los dos no eran simples
amigos. Tenía curiosidad y pregunté:
—Bueno, desde cuándo ustedes dos...
Naomi sonrió y añadió:
—¿Lo conoces antes que al Sr. Pittman?
Entonces se echó a reír.
Estaba confundido.
—Ha pasado mucho tiempo desde que Keith me llamó. Ya era
hora de romper, y conocí a Grayson en una fiesta.
—Sí... —respondí dudosamente.
Entonces recordé que no le había dado el mensaje de
despedida. En un apuro por hablar sobre el asunto, Naomi
abrió la boca primero:
—Revisé los regalos que me dejó. Pero esa película… ¿De
verdad podré hacerlo? No creo que mi imagen vaya muy bien
con el papel.
El papel que le habían dado en la película era la de una mujer
que extrañaba a su esposo que se había perdido por el resto
de su vida. No era un papel que fuera con la imagen de Naomi.
Por lo tanto, dije exactamente lo que Keith había dicho:
—El Sr. Pittman dijo que tiene buenas habilidades de
actuación, por lo cual le irá bien en la película, además
invertirá en su imagen.
—Estoy tan agradecida de que Keith elogiara mi actuación.
Era la primera vez que tenía una ruptura tan
atmosférica. ¿Era porque se encontraba con Grayson?
Naturalmente continuó aferrándose al brazo de él, me sentí
poco familiarizado con su rostro sonriente. Naomi prosiguió:
—Firmé el papeleo así que lo enviaré a la oficina. He tenido
muchos problemas, Yeonwoo.
Estiré mi mano para estrechar la suya, luego la sostuve
ligeramente.
—Espero con ansias la película.
Naomi se rio y le preguntó a Grayson:
—Mi compañero de actuación es Chase Miller. ¿Podré
hacerlo?
Grayson se rio en voz alta ante sus palabras, lo que no parecía
una broma en absoluto.
—Por favor, lo harás —dijo con una sonrisa—. Me alegro de
que seas una Beta. Es difícil dejar una marca.
—¿Por qué? —preguntó Naomi.
Grayson se rio de nuevo.
—Por supuesto, tienes que diferenciar entre una pareja
sexual y una pareja de matrimonio.
Yo era el único que sabía cómo se sentía Naomi en este
momento. Pocas personas habían escuchado tantas palabras
arrogantes de parte de los Alfas dominantes.
¿Podría la noticia de la muerte de Grayson Miller aparecer en
el periódico mañana por la mañana?
Junto con mi espeluznante imaginación, surgió un pequeño
título, como: "El testimonio del secretario de Pittman en la
escena”.
Tenía prisa por alejarme a una atmósfera más tranquila y
fresca. De repente, alguien me abrazó por atrás. Me sentí
aliviado por el dulce aroma que reconocí de inmediato. Era
Keith.
—¿Que están haciendo todos ustedes?
—Keith.
Grayson sonrió y lo saludó mientras que Naomi a toda prisa
trató de voltear la cabeza, su rostro estaba distorsionado.
—Ah... Estabas saludando a dos personas después de mucho
tiempo. El Sr. Brown es quien organiza el evento, vamos a
saludarlo. Entonces Sr. Miller, Srta. Parker fue bueno verlos
otra vez.
Después de despedirme, salí apresuradamente de ahí junto
con Keith, estaba preocupado por lo que había pasado con
Grayson y Naomi, pero no era momento de preocuparme por
los demás.
Pocos pasos después Keith se detuvo y preguntó con voz
aguda:
—¿Estás bien?
—¿Ah?
Keith me miró seriamente.
Asentí.
—Estoy bien. Tomé la medicina...
Dudé por un momento y luego evité su mirada.
—Yo no estaba nervioso porque el señor Pittman estaba
cerca... Se que me habría ayudado de inmediato.
Extrañamente, Keith no respondió. Me sentí avergonzado,
entonces pregunté:
—¿No es así?
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 1 | Parte 2

Keith guardó silencio por un minuto. Lo miré con valentía. En


ese instante pude ver lo estúpido que era sin mirarme al
espejo, mi cara estaba enrojecida, pero él no se rio de mí. En
lugar de hacerlo, inclinó la cabeza y me besó. Abrí los ojos.
—Sí —dijo con una suave sonrisa, su voz tenía un tono de
credulidad.
En este momento, una confianza ciega hacia él surgió de
dentro de mí. Lo abracé. Cerré los ojos y escuché el sonido de
su corazón, se oía irregular y se sentía un poco rápido.
Estábamos conteniendo la respiración lejos del evento,
ocultos en un pequeño escondite de conejo. Lo único que
escuchaba era el sonido de su corazón. Eso era lo único que
ahora existía para mí en el mundo. No había razón para
esconderse. Lo pensé vagamente.
La dulce ilusión de que él y yo quedáramos solos en el
mundo, me calentó sin cesar. Keith, que guardó silencio por
un momento, susurró:
—¿Estás excitado?
Una voz suave llegó a mis oídos. Dudé y levanté la vista. Su
rostro medio iluminado me estaba mirando, y su sonrisa, en
su cara no fue tan diferente a la usual. Hablé después de
tragar saliva seca:
—... Sí —dije un poco apenado.
Pude ser audaz en este momento porque Keith y yo éramos los
únicos que quedábamos en este mundo.
Sí, realmente lo era. Keith era el único en mi mundo y él se
sentía igual que yo. De lo contrario, ¿cómo era que podía
besarme así?
Me abracé a su cuello y lo besé. Cada vez que mis labios
chocaban con los suyos se emitía un sonido húmedo. Sus
labios estaban lamidos y mordidos. El beso fue infinitamente
dulce. De repente una sonrisa salió de sus labios.
—¿Por qué?
En lugar de responder, mordí su labio inferior. Keith me
volvió a besar. Solo se detuvo cuando puso su mano dentro
de mi pantalón. Inmediatamente separó nuestros labios y me
miró. Mi cara estaba caliente.
—... No te lo pongas.
Cuando apenas habló con su voz ronca, se echó a reír. Me
pregunté por un momento, qué significaba eso, pero Keith
movió nuevamente su mano dentro de mi pantalón.
—... Huh.
Solté un pequeño gemido y su frente se distorsionó.
—Bien hecho —susurró en mi oído.
De pronto, sus dedos buscaron mi lugar más íntimo, fue
entonces cuando levanté la cintura para pudiera moverse
con mayor facilidad. Pronto, sus dedos fueron directamente
a mi entrepierna. Respiré profundo cuando uno de sus dedos
frotó mi agujero. Repentinamente caímos al suelo, el musgo
en el piso se adhirió suavemente a nuestra piel. La camisa
salió por sobre mi cabeza, mis pantalones se arrugaron sobre
mis tobillos y luego quedaron en el piso. Keith puso su cuerpo
sobre el mío, desnudo.
Desesperadamente traté de desabrocharle los pantalones.

—No es justo.

—¿Por qué?
Keith sonrió como si fuera divertido, luego mordió
ligeramente la punta de mi nariz. No me dolió en absoluto.

—Solo yo estoy desnudo... —hablé con una voz tímida.


Keith separó mis piernas.
—Tienes muchos lugares para tocar.
—¡Ah!
Liberé un largo suspiro mientras su pene se movía
lentamente en mi interior.
—Estas muy mojado —dijo y comenzó a moverse más
rápido.
Gritaba cada vez que Keith entraba. Mi interior estaba
húmedo. El sonido de nuestros cuerpos resonaba en todo el
pequeño escondite. Coloqué mis brazos alrededor de su
cuello. No podía estar satisfecho simplemente con el contacto
de su pene en mi entrada. Quería todo de él.

—Quiero comerte todo.


Keith mordió mi cuello y yo apreté el interior con un breve
grito. Su frente se distorsiono cuando me soltó.

—Duele.
Se quejó, golpeando ligeramente mi frente.

—También me duele —respondí.


—Estoy siendo paciente.
¿Paciente? ¿Qué hubiera pasado si no hubiera sido paciente?
¿Él realmente me hubiera comido?
Sentí una emoción temerosa y desconocida.
Keith se rio.
—Sí, podría comerte algún día. En estos días, realmente...
estoy muy loco. —Keith murmuró para sí mismo y suspiró—
: Sólo pienso en ti. ¿Puedes creer que estás todo el día en mi
cabeza?
Parecía una declaratoria de rendición. Me sorprendí y abrí
los ojos.
—Solo pienso en hacerte esto todo el día. Dios mío. ¿Qué me
has hecho?
Parecía culparme aunque, por el contrario, se rio
agradablemente.
No podía creer lo que estaba escuchado, pero era real. Keith
frotó sus labios contra los míos.
—...Yo también.
Mi voz salió entrecortada.
Keith me miró de una forma amigable y yo me confesé una
vez más.
—Yo, todo el día... solo pienso en ti.
Él se rio nuevamente, luego susurró mirándome:
—No tanto como yo.
Poco después, Keith me besó de nuevo y comenzó a moverse.
—¡Ah! —gemí ante sus movimientos.
Mi corazón latió presuroso. Fue en ese instante en que lo
pude ver, este hombre nunca me lo había dicho, pero yo ya lo
sabía.
Keith me amaba.
Fuegos artificiales resonaron en mi cabeza y todo mi mundo
brillo. Este hombre me amaba como yo a él. Apresurado, me
abrace de su espalda mientras él entraba y salía, las yemas de
mis dedos se resbalaban, de pronto Keith se sacó la camisa
por la cabeza. Presioné las puntas de mis dedos sobre los
músculos tensos de su espalda, mis uñas lo arañaron. Mordí
su hombro y rodeé su cintura con las piernas.
«Oh, Dios mío. Este hombre me ama».
Estaba lleno de emociones locas, mis quejidos se
desbordaron, pero él no se detuvo. Sus gemidos resonaron
en mis oídos uno tras otro con una respiración agitada
mientras esparcía besos por toda mi cara.
—Oh, ah... Ah. ¡Keith...!
El sonido de mis gritos se oyeron por todas partes. No podía
soportarlo, rodamos juntos por el suelo. Cambiamos de
posición y terminé encima de él. Miré hacia abajo y pude ver
su rostro mientras me penetraba violentamente, grité. La
posición cambio nuevamente, Keith se puso ahora sobre de
mí.
—¡Ah...!
Solté un largo quejido. Mi mente voló lejos por la cantidad de
fluidos que llenaron mi interior. Su cuerpo tembló sobre de
mí y yo rodeé su cintura con mis piernas para presionarlo
aún más.
¡Quería que me llenara todo!
Keith respiró hondo hasta que terminó de eyacular.
¿Por qué tenía una expresión tan hermosa?
Cerré los ojos y lo besé, él empujó su lengua dentro de mi
boca mientras yo me abrazaba a su cuello.

✤✤✤✤✤✤

Era tarde por la noche cuando volví a la mansión con un traje


desordenado. El evento benéfico no quedaría en mis
recuerdos, sin embargo, había hecho una donación. Después
de eso pensé que no era necesario regresar. No era solo Keith
el único loco. Yo tampoco podría estar del todo cuerdo. Todo
su cuerpo estaba caliente y su aliento agitado. Keith continuó
besándome en el coche y solo hasta antes de llegar a la
mansión fue cuando me dejo ir.
Me tomó entre sus brazos y se bajó del auto. Entramos a la
mansión como era de esperar, con los brazos envueltos sobre
su cuello para poder sostenerme. Debido a la sensación
abrumadora que sentía, enterré mi cara en su hombro tanto
como me fue posible. Por lo tanto, tan pronto como entramos
a su habitación, Keith cerró la puerta y caminó hacia la cama.
Cuando me recostó, me colgué de él y lo besé. Lo abracé del
cuello y él separo mis piernas. Su cremallera no estaba del
todo cerrada al igual que la camisa que no estaba abotonada.
Fácilmente me quitó los pantalones. De repente, el aire frío
rozó mi piel, pero antes de que pudiera frotarme los
hombros, Keith se abalanzó sobre mí. Ya estaba lo
suficientemente húmedo y no había razón para esperar. Sin
embargo, no lo estaba haciendo fácil.
—Por favor...
—Por favor, ¿qué?
Me preguntó mientras dejaba de frotar mi entrada húmeda
con su pene.
Keith sonrió brevemente, le gustaba mi reacción. Sin
descanso, enredo sus labios con los míos. Pronto, su
miembro erecto entró en mí, respiré profundamente. Keith
me besó y me acaricio lentamente un pezón mientras me
agarraba una nalga al mismo tiempo en que entraba y salía
constantemente. El sonido de nuestros cuerpos chocando, se
hizo más violento todavía.
—Ah...
Finalmente, Keith dejó de moverse con un profundo suspiro
mientras vertía sobre mi interior su semen, apreté con fuerza
para no perderme nada. Él terminó sin ningún esfuerzo, fue
entonces cuando sonrió y besó mi mejilla como si me
estuviera felicitando. Abrazó mi cuerpo y me giró sin salirse
para ponerme sobre su cuerpo. Pensé que lo haríamos de
nuevo, pero Keith permaneció quieto. Me acosté sobre su
pecho y me quedé dormido, por supuesto no fue muy
cómodo para mí, pero estaba claro que a él si le gustaba. Y
una vez más, solo dejé que lo disfrutara.
—Ah...
Keith suspiró satisfecho con los ojos cerrados mientras
succionaba suavemente mi boca. El pulso que sentía dentro
de mi cuerpo era tan intenso que mi mente se quedó en
blanco. Keith acarició mi mejilla en silencio. Yo solo lo miré
después de que abrí mis ojos. Mi interior se hinchó poco a
poco y el pene de Keith comenzó a erguirse de nuevo.
Respondí al beso y esperé a que se endureciera por completo.
De repente, tuve un mal pensamiento.
Keith preguntó:
—¿Qué sucede?
—No, nada. Solo pensé en algo.
—¿Qué?
Le contesté mal:
—Obviamente había alguien que dijo que no les gustaba el
sexo, pero siento que últimamente es todo lo contrario.
—Estabas tentándome.
Protesté:
—¿Sabes que no tuve tiempo para hacer eso?
—Lo hiciste —dijo Keith, agarrando mi trasero—. Tu cuerpo
lo dijo todo, querías dormir conmigo.
El hecho de saber que este hombre me quería me daba
mucha confianza. Keith sonrió y agregó:
—He caído en la tentación.
De repente pregunté:
—Dijiste que no te acostabas con hombres. ¿Y ahora te ha
tentado uno?
Keith se rio a carcajadas.
—Sí. ¿Por qué no me acosté contigo en primer lugar? —
susurró, luego me besó, yo simplemente cerré los ojos
mientras sentía el viento frío sobre mi piel expuesta.
Mientras temblaba, Keith me abrazó y preguntó:
—¿Hace frío?
—Sí.
Mi voz vibró débilmente.
Keith me abrazó más fuerte y yo me quedé quieto con la
cabeza recostada sobre su hombro, fue entonces cuando él
comenzó a moverse de nuevo.
—Ah...
Suspiré profundamente.
—Sí, no hace mucho calor. —Keith suspiró y me colgué de su
cuello—. Oh, Dios mío. Esto es realmente increíble...
Keith gimió mientras continuaba penetrándome, él estaba
más emocionado que nunca. Lo abracé fuerte e intenté
satisfacerlo lo mejor que pude. Al darse cuenta me abrazó.
Quería hacerlo por más tiempo, pero un escalofrío estalló por
todo mi cuerpo.
—Oh...
Respiré hondo y todo mi cuerpo se estremeció.
Era claro que la fiebre estaba a punto de aumentar. Me
pregunté si quizá sería un resfriado, pero él no notó nada, mi
cuerpo continuó temblando por dentro, estimulando el suyo.
Keith estaba completamente fuera de razón.
—... ¡Maldición, Dios!
Él estaba tan emocionado, pero mis mareos y escalofríos se
hacían cada vez más evidentes así que todo lo que podía
hacer era abrazarlo con todas mis fuerzas. Debido al frío,
todo mi cuerpo se tenso. Mi condición no estaba siendo
comprendida, mi cuerpo temblaba porque no me sentía bien,
pero él pensaba que lo estaba tentando, dando como
resultado sus violentas embestidas. Cerré los ojos y luché por
superar los mareos hasta que, finalmente eyaculó dentro de
mí, su fluido se sentía mucho más caliente.
El frío no se detuvo y mi fiebre continuó subiendo, aunque
Keith estaba muy satisfecho con eso. Me quité de encima
suyo y me recosté de lado; fue entonces cuando él levantó
una de mis piernas mientras me abraza por la espalda, entró
y salió de nuevo, yo levanté el trasero para que su pene
tuviera mayor movilidad, sin embargo, los escalofríos
continuaban. Hacía demasiado frío, sentía mucho dolor;
aunque Keith parecía estar más excitado que nunca. Quería
decirle que parara, pero no pude hacerlo porque en ese
instante me besó.
—Creo que tengo un resfriado... —dije cuando nuestros
labios se separaron.
Él solo respondió insignificantemente:
—Está bien. Me gusta, porque tu cuerpo está caliente.
Luego unió nuestros labios.
«¿Y si se enferma?» pensé.
Estaba preocupado, pero no pude hablar. Mi mente seguía
alejándose y el sonido que intentaba emitir no salió. Creo que
lo llame por su nombre, aunque no estaba seguro. Me
desmayé.

✤✤✤✤✤✤

Cof, cof, cof.


Mis lágrimas fluyeron de mis opacados ojos cuando mi
cabeza fue perforada por una fuerte tos. Tenía calambres en
todo el cuerpo. Mis manos y pies estaban fríos y mis huesos
dolían.
—No llores o el calor subirá.
Me encontraba un poco inconsciente cuando una voz
tranquila me habló. Quería abrir los ojos, pero no era tan fácil
como pensaba. La voz continuó:
—No he visto a gente que tenga un resfriado tan malo.
¿Estará bien? Puede ser neumonía.
¿Acaso era la voz de Charles?
Alguien le contestó:
—Bueno, por ahora le daré un medicamento. Debe
mantenerlo hidratado. Es grave si la fiebre continúa hasta
mañana.
Parecía ser otro de los médicos de Keith. ¿Cómo se
llamaba? Intenté recordar, pero mi cabeza no funcionaba
bien. Un temblor salió de mi cuerpo.
—Yeonwoo, ¿me escuchas? El calefactor está configurado,
así que calentara pronto la habitación. Por ahora resiste un
poco más.
Su voz no era tan diferente a la habitual, pero me preocupaba
por alguna razón.
Cuando intenté dormir de repente pensé en Keith.
Tenía curiosidad de saber por qué él no estaba aquí, aunque
no era de extrañar, debía estar en el trabajo.
¿Qué hora era? ¿Cuál era el horario de hoy?
No creía que hubiese algo importante.
Emma se ocuparía de eso.
Solo esperaba mejorar pronto para ir al trabajo, y si me era
posible, sería mañana...

✤✤✤✤✤✤

Una sensación de "frío" en mi cuerpo, me despertó. Parecía


que alguien tocaba mi frente para controlar la fiebre. Levanté
los pesados párpados con dificultad, fue una cara familiar la
que apareció ante mi vista borrosa.
—... Keith.
Traté de llamarlo, aunque mi boca estaba seca.
Keith se dio la vuelta, quería atraparlo, pero no pude mover
los dedos. Entonces lo vi sirviendo un vaso con agua y
volviendo hacia mí. Cuando me di cuenta de que estaba
tratando de traerme agua, mi expresión se ablandó. Me senté
para beber el agua cuando lo vi a mitad del camino. Debido a
la fiebre, mi boca estaba caliente y mi garganta seca, y no fue
sino hasta que terminé de beber todo el vaso que pude hacer
algo de ruido.
—Gracias.
Keith aceptó el vaso vacío en silencio.
—¿Quieres más?
Pensé por un momento y luego asentí. Sin esfuerzo hizo otro
viaje de ida y vuelta. Me sentí cómodamente en la cama, era
como si estuviera soñando.
—Ah.
Suspiré.
Fue solo después del segundo vaso que solté un suspiro lleno
de alivio. Keith colocó el vaso en una mesa auxiliar y examinó
mi cara. Como siempre, él estaba vestido con un traje
perfectamente equipado. Constantemente miré a Keith, que
era maravilloso. Él sonrió e inclinó la cabeza, quería besarme
así que lo evité debido a que no quería contagiarlo.
Tristemente, él frotó sus labios en mis mejillas, frunciendo su
ceño.
Avergonzado le dije:
—Puedo contagiarte...
—Cómo si no pudiera soportar un resfriado.
Sus labios cubrieron los míos. Debido al calor, mi cabeza
estaba completamente aturdida. Cerré los ojos y acepté que
su lengua entrará a mi boca, la cual acarició mi interior.
—Todavía está caliente...
—Sí...
Su mirada estaba fija en mis labios. De repente, me di cuenta
de lo que Keith estaba pensando.
—¿Puedo hacerlo con mi boca...?
Keith frunció su ceño.
¿Había dicho algo malo?
Se cepilló el pelo en silencio y después hablo:
—No me animes. ¡Maldita sea!
—Lo siento.
Me disculpé.
—Descansa.
Keith suspiró brevemente y salió de la habitación.
—¡Keith!
Lo llamé urgentemente.
Él se detuvo y miró hacia atrás. Fue después de que sentí sus
ojos sobre mí que me di cuenta de que lo acaba de llamar por
su nombre, aunque él no cambió su rostro. Me sentí extraño
cuando lo vi de pie, esperándome. Cuidadosamente, dije:
—Yo, la empresa... ¿Está bien? De repente me ausenté así que
no pude hablar con Emma de antemano.
Era posible que hubiese cometido un pequeño error.
Incondicionalmente pensé que tenía que terminar de hablar,
pero él me respondió sin mucha expresión:
—Está bien.
Dejé de hablar ante su corta respuesta y un silencio
incómodo fluyó en la habitación.
Keith inesperadamente abrió la boca:
—¿Cuándo vas a mejorar?
¿Acaso alguien sabía eso? Incluso un médico no podría
responder correctamente. Pero tenía que hacerle una
promesa urgente.
—Mañana estaré mejor. Entonces... haremos lo que quieras.
Tenía fiebre y la cara me ardía, pero ni siquiera podía
imaginar si me estaba mirando con su expresión enojada,
porque tenía la cabeza muy caliente.
—¿Cómo sea?
Keith sonrió mientras levantaba la cabeza sin que yo me
diera cuenta. Parecía burlarse de mí por alguna razón, pero
yo había hablado en serio.
—Sí.
Keith se rio brevemente.
—Estoy deseando que llegue.
Quería correr y abrazarlo, pero todo lo que podía hacer era
sonreír. También quería preguntarle cómo había estado su
día, sin embargo, Keith ya se había ido así que no tuve más
remedio que esperar a Charles.
Después de un tiempo Charles llegó, me había traído sopa y
medicinas como lo había hecho durante el día. Él era quien
me alimentaba porque yo no tenía el poder para levantar una
cuchara.
—Lo siento por las molestias...
Mientras murmuraba en voz baja, él me contestó inexpresivo
como siempre:
—Este es mi trabajo también, así que está bien.
Sin embargo, fue un poco mejor que en la mañana.
«Tomar medicamentos me mejorara para mañana», pensé
para mí mismo. Luego recordé que había besado a Keith.
—Yo, a Keith... Creo que necesitará tomar un medicamento.
—¿El Sr. Pittman? ¿De qué medicina estás hablando?
Me preguntó.
—Medicina para el resfriado... Puede haberse enfermado por
mi culpa... Estuvo en mi habitación hace un rato.
Estaba teniendo problemas para seleccionar las palabras
porque mi cabeza no giraba correctamente. Charles
inmediatamente entendió lo que estaba diciendo.
—No tienes que preocuparte por eso. Es imposible para un
Alfa extremo tener un resfriado. ¿No lo sabías? Los Alfas
dominantes rara la vez se enferman. Entonces, incluso si
alguien está enfermo, no lo sienten.
Charles me dirigió una mirada significativa. Me avergoncé.
—No solo es un resfriado. Debes controlar las veces que
tienen relaciones.
Estaba siendo demasiado informal por lo que dudé de lo que
estaba escuchando, pero Charles todavía me hablaba con una
cara inexpresiva:
—También debes evitar tener contacto con él hasta que te
cures del resfriado. Sanar es lo primero. Yeonwoo, en el
futuro, es mejor rechazar moderadamente. Si lo acepta todo
de manera incondicional, esto volverá a suceder.
Básicamente, no es razonable que las personas tengan la
resistencia de un Alfa dominante.
Su voz era la normal mientras continuaba hablando:
—El Sr. Pittman dijo que era extraño que Yeonwoo no se
despertara por la mañana. Tenía una fiebre de más de 40°
Celsius, pero solo pensó que su cuerpo estaba un poco
caliente. Incluso no reconoció que tenía fiebre, porque nunca
lo había experimentado antes.
No pude responder. Sus palabras eran correctas, aunque
naturalmente, solo tuve las agallas suficientes para asentir
con la cabeza. Todo lo que podía hacer era obligarme a comer
la sopa que me estaba dando, luego tragar la medicina y
volver a dormir. Eso era todo.
Iba a recuperarme pronto.

✤✤✤✤✤✤

Había estado durmiendo por mucho tiempo, pero mi


condición aún no había cambiado. Después de comprobar mi
temperatura corporal, Charles me pidió que no me levantara
de la cama tanto como me fuera posible, aunque de vez en
cuando le preguntaba por Keith cuando entraba a mi
habitación. Tenía dolor de cabeza y sufría de dolores
palpitantes por todo mi cuerpo, pero solo esperé a dormir
rápidamente.
«¿Qué día es hoy...?» pensé mientras me iba quedando
dormido.
Se suponía que Keith iba a hacer un viaje de negocios a
Boston. Necesitaba estar listo para un viaje de negocios. El
hotel era un gran lugar para alojarse. Debía verificar que la
reservación estuviera bien así que tenía que llamar a Emma.
—¿...?
Abrí los ojos ante la sensación de que barrían mi cabello.
Estaba tan emocionado por el tacto que apenas parpadeé. Mi
visión borrosa tomó forma solo después de varios esfuerzos.
—... ¿Keith?
Mi voz era débil.
Él me miró y preguntó en voz baja:
—¿Aún estás enfermo?
Pensé en la respuesta por un rato. De repente, las palabras de
Charles me vinieron a la mente. Aposté porque que Keith
penaría a que iba estar mejor hoy, pero no estaba a la altura
de las expectativas. Por alguna razón lo sentía, así que dije
con franqueza, como Charles me había aconsejado:
—Sí... Aún tengo fiebre.
Tosí. Keith no dijo nada por un momento. Después los
dolores de cabeza y mareos volvieron. Él me dio un vaso de
agua mientras yo estaba jadeando para poder respirar. Di las
gracias y después de apenas tomarlo, él me dio la espalda sin
decir nada. La habitación estaba llena de sol. Keith parecía
haber pasado por mi habitación antes de ir a trabajar.
Además, quería hablar con Emma, pero en un instante, mi
conciencia se alejó y no se escuchó ningún sonido hasta que
oí la puerta cerrarse.
Abrí los ojos nuevamente solo cuando Charles me trajo la
medicina, apenas le hablé:
—Llama a Emma... Tengo que...
Entonces él me interrumpió:
—¿Es por el viaje de negocios? El Sr. Pittman llegó ayer a
Boston y está trabajando acorde al horario. No parece un
problema particular.
—Ah...
Parpadeé sin comprender.
¿Acaso había dormido tanto tiempo?
Charles me entregó una píldora con un vaso con agua.
—Emma está bien, Yeonwoo olvida todo e intenta mejorarte.
El Sr. Pittman volverá en 3 días.
No hablé. Me sentía impotente de no poder ayudar. Me tomé
la medicina y me quedé dormido. Más tarde, Charles me
despertó para comer y me volvió a dar más medicamento,
luego volví a dormir.
Me sentí aturdido.

✤✤✤✤✤✤

—¿Dijiste que el horario del Sr. Pittman se retrasó un día?


Después de revisar el horario, me sorprendió escuchar las
palabras inesperadas de Charles. Él dijo que “sí”.
—Originalmente, debía regresar ayer, pero cambió el horario
y se quedara un día más.
Mirando la fecha, tenía razón. Sorprendido por el hecho de
que había estado enfermo durante tanto tiempo, me
pregunté cuál era la causa de su horario repentino. Pensé en
ello, pero no pude entenderlo. Era común que Keith cambiara
los horarios de repente. Emma debía estar perdiendo la
cabeza por lo que pensé que tenía que ir a trabajar y aliviarle
la carga.
—No te excedas, Yeonwoo.
Me dijo Charles, preocupado.
Le conteste con un “sí” y lo tranquilice. Después de un largo
tiempo al fin salía de la cama, terminé dándome una ducha,
comí y me cambié. Todavía tenía mareos, pero estaba bien,
solo debía caminar despacio y con cuidado. Por otro lado,
quería que Keith supiera que estaba mejor y que no
necesitaba preocuparse. Al fin podría besarlo tanto como
quisiera, mi corazón comenzó a acelerarse. Esta era la
primera vez que mi corazón latía con tanta fuerza.
Realmente me gustaba demasiado.
Después de mucho tiempo pensando en verlo, la sonrisa que
tenía en mi rostro no desapareció.
Salí de la mansión sin él y me dirigí a la compañía, realmente
requería de un gran coraje, pero el miedo fue momentáneo.
Ya no estaba enfermo. Todo en lo que podía pensar, era en
ver a Keith.

✤✤✤✤✤✤

—¡Oh, Yeonwoo! ¿Estás bien? Tuviste un resfriado muy


fuerte. Dios mío, estás pálido. Emma habló apresuradamente,
su tono demostraba preocupación.
—Gracias por preocuparse, he mejorado mucho. Perdón por
irme tan de repente. ¿Todo estuvo bien?
Emma me tranquilizo.
—Sí, el evento terminó. No había nada de qué preocuparse,
Yeonwoo.
—Me alegro.
Sonreí, pero de repente me sentí amargado.
Keith nunca me llamó. Fue a un viaje de negocios así que
debió estar ocupado y, de todos modos, yo seguía tomando
medicamentos y durmiendo por lo que no habría podido
responder, incluso si él hubiera llamado.
—Me alegro, me había preocupado por la agenda, estaba
pensando en cómo programarla.
Emma estaba fascinada por lo que había dicho. Su cara me
miró como siempre.
—Debió ser difícil para todas, así que tomen turnos para irse
de vacaciones. Le pediré permiso al Sr. Pittman...
—¿Puede hacer eso?
Rachel, que miró a Jane, abrió los ojos y dijo con ansiedad:
—Pero Yeonwoo, acabas de volver a trabajar, ¿verdad? Aún
es muy pronto para hablar de vacaciones. Debes mejorarte.
Gracias, pero estamos bien, así que lo tomaremos más
adelante.
—Sí. No es urgente. En cambio, desearía que me den dos
bonos más cuando me vaya de vacaciones —agregó Emma,
juguetonamente.
Prometí hacer lo mejor posible.
—Voy a ir al aeropuerto. ¿A qué hora es su llegada?
—A las 5 de la tarde. ¿Estás bien, Yeonwoo?
Sonreí y asentí.
—Si, está bien, Gracias. Pero es mi trabajo —dije, luego pensé
en si Keith ya estaría en el avión.
Después de mucho tiempo lo vería.
Luché por calmar mi entusiasmo con los horarios ocupados,
llamadas e informes de eventos que habían ocurrido durante
mi ausencia.
Había sido mucho tiempo.

✤✤✤✤✤✤

El aeropuerto como siempre estaba agitado. Había mucha


gente llegando y personas esperando para saludarlos. Unas
personas me guiaron a la sala VIP y solo después de
identificarme, me permitieron pasar. Me miré en el espejo
varias veces, pero aún no me sentía a gusto con mi apariencia
así que fue al baño que estaba en la sala, me revisé en el
espejo un par de veces y salí.
Quería verlo pronto.
Me preguntaba si Keith se sorprendería.
¿Se alegrará? ¿Saltaría y me besaría?
Mi cara se tiño de rojo, estaba avergonzado, mi mirada
parecía lujuriosa.
No tenía que esconder que lo quería, sin duda alguna, él
respondería a mis deseos.
No lo habíamos hecho desde hace días. Estaba tan triste
aquella vez en la que solo nos besamos. De pronto reí, las
imágenes de nosotros recorrieron mi mente.
¿Le gustaría hacerlo como prometió? ¿Podrá esperar hasta
que llegáramos a casa? ¿No sería un desperdicio hacerlo en un
lugar como este?
¡Oh, quería verlo pronto!
No pude evitar que mi corazón se emocionara con tan solo
pensarlo, nunca hubiera imaginado que el deseo me cegaría
tanto. De pronto, escuché el sonido de la puerta abriéndose
desde afuera. Una brillante sonrisa apareció en mi
rostro. Podía sentir un olor a feromonas saliendo de mi cuerpo,
mi feromona de Omega lo iba a seducir.
De repente, su aroma llegó a mi nariz, lo absorbí
profundamente.
Abrí la puerta. Me preguntaba si se sorprendería al ver mi
rostro o si estaría tan feliz como yo.
—Keith...
Lo llamé mientras sonreía brillantemente.
Sin embargo…
Lo primero que sentí al abrir la puerta fue un olor familiar,
sus feromonas eran tan dulces, luego, lo siguiente vi fue a
Keith, quien no estaba solo; alguien estaba sentado en su
regazo, en un sofá grande, con un uniforme medio despojado.
Solo entonces me di cuenta de que se trataba de una azafata.
Era posible que la hubiese conocido en el aeropuerto. Tal vez
habían estado viajando juntos por el viaje de negocios, en
realidad no lo sabía, aunque de lo que sí estaba seguro, era
que, en cualquier caso, Keith la estaba besando.
Él estaba tocando a otra mujer frente a mis ojos.
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 2

Tenía la cabeza vacía, no se me ocurría nada. Abrí la boca,


pero ni siquiera pude pronunciar un sonido. Apenas y
respiraba. No, ni siquiera podía hacer eso. Sentía el pecho
apretado, solo entonces me di cuenta de que estaba
conteniendo la respiración.
—Sí, ah, ah, sí...
El alto y agudo gemido de la mujer perturbaba mis oídos. Ni
siquiera sabían que estaba parado allí. Las manos de Keith
tocaron su cuerpo, espalda, piernas y pecho. La vista fue
impresionante, retrocedí e hice un ruido al golpear la puerta.
Fue entonces cuando Keith levantó la cabeza; al mismo
tiempo, nuestros ojos se encontraron. Por un momento no
dije nada. Mi cabeza estaba hecha un lío. Keith parecía llamar
mi nombre, pero no era como si lo estuviera escuchando, solo
salí corriendo de la sala de espera.
También parece que vi Whittaker junto a un conductor que
estaba con él, pero no tampoco era como si los estuviera
viendo realmente. Estaba aturdido, me volví loco y salí del
aeropuerto.
—Ah... Ah... Ah.
Solté varios suspiros.
El aire frío que soplaba cubría mi cuerpo, mi corazón dolía.
Me senté en la calle, agarrando mi pecho mientras jadeaba,
mi respiración era pesada.
Era un sueño.
Llevé mis manos temblorosas hacia mi cabello. Esto era
ridículo, había visto mal.
No había sido Keith. Había sido otra persona.
¿No era Grayson? ¿No era el Alfa dominante al cual le había
mordido el pene? Entonces, ¿quién estaba ahí?
Era un Alfa de ojos morados, con pelo oscuro y un olor
terriblemente dulce.
—Yeonwoo.
De repente, alguien me llamó y me agarró por los hombros.
Me asusté. Mientras continuaba sentado en el suelo frío, miré
hacia arriba sorprendido, aquel hombre me miró. Era el
mismo que había estado esperando, pero que no quería ver
ahora. Era Keith.
—¿Qué pasó? ¿Tienes frío? —preguntó casual.
Realmente no me lo podía creer, incluso sentía que había
visto mal. Keith se acercó a mí, luciendo confundido. Me
agarró un brazo para levantarme y frunció el ceño por un
corto tiempo, luego sacudió mi ropa y dijo:
—Estas sucio.
Todavía estaba perplejo, parpadeando mientras lo veía.
Keith me abrazó de inmediato, como si pensara que mi
condición era extraña.
De repente me cargó, mis pies flotaron en el aire, giró su
cuerpo y caminó con una gran calma. El auto en el que viajaba
no estaba muy lejos de nosotros, a lo lejos también se veían
los guardaespaldas que estaban alrededor. Keith entró en el
auto sin dudarlo, sosteniéndome, después cerró la puerta y
al cabo de unos minutos arrancó el coche.
Keith no espero demasiado. Inmediatamente después de que
entramos puso sus labios y empujo su lengua en mi boca.
Acabe aceptando su hábil beso, chupó mis labios y acaricio
mi paladar. Keith continúo besándome mientras yo estaba
perplejo mirándolo.
—Ah…
Keith soltó un profundo suspiro lleno de satisfacción.
—¡He pensado en esto, todo este tiempo!
Traté de decir “yo también”, pero el sonido que salió de mi
boca, fue diferente.
—¿Quién es ella?
Keith no respondió en el momento. No era una evasión,
simplemente no sabía de quién estaba hablando, así que
estaba tratando de recordar. Espere pacientemente su
respuesta. Fueron solo unos segundos de silencio, pero el
tiempo estaba siendo tortuoso.
—Bueno, no he visto la etiqueta de su nombre.
Hablaba tan casualmente mientras intentaba besarme, pero
mi cabeza estaba un poco más confundida que antes.
¿Y luego qué pasó? ¿Estaba diciendo que solo paso por ahí y la
beso? ¿Cuándo y cómo la conoció? ¿Por qué lo estabas haciendo
allí? ¿Estabas planeando hacerlo con ella?
Tenía tantos pensamientos en la mente que no sabía qué
decir. Era la primera vez que estaba tan confundido. Entré en
pánico, y un mal pensamiento penetró mi mente, causando
un desastre. Keith continuaba besándome, pero lo alejé. Él
frunció el ceño ansiosamente y me miró.
¿Por qué haces esto? Quería preguntar, pero no puedo
hacerlo. Era muy aterrador.
—¿Por qué...?
Mi voz agrietada apenas fluyó de mi garganta, necesitaba
tomar agua, pero no podía. Mi boca parecía arder así que
traté de hablar con mucho esfuerzo:
—¿Por qué regresó hoy? ... Emma dijo que debió regresar
ayer... pero aumentó un día más al horario del viaje.
Las palabras continuaron saliendo sin dudar. Keith no tenía
ninguna intención de evitar mi pregunta, aunque yo ya sabía
cuál sería su respuesta.
—Tuve una fiesta.
Retiró su mano de mi rostro y yo me apresuré a retroceder.
Inmediatamente mi espalda golpeó la puerta del auto. ¿Acaso
era este auto tan estrecho? Sin embargo, no sentí ni el dolor
ni la incomodidad. Solo miré a Keith con un rostro de
sorpresa.
¿Fiesta? ¿Qué fiesta? ¿Era verdad? ¿Realmente había ido ahí?
¿No era una mentira?
Quería hablar, pero ninguna palabra salía. No, ni siquiera
sabía si lo había dicho, aunque ya sabía la respuesta. Sabía
que tipo de fiesta había sido…
—¿Por qué...?
Una terrible y temblorosa voz salió de mi boca. Mis oídos
comenzaron a vibrar por el sonido de mi corazón adolorido.
Al mismo tiempo, mi rostro se distorsiono, la cabeza me
dolía.
—¿Por qué tener una fiesta así... y quedarte un día más?
Keith me miró con el ceño fruncido. No tenía idea del por qué
había hecho esa pregunta. Realmente no lo entendía en lo
absoluto.
—Tú y... Estamos durmiendo juntos —proteste de forma
miserable. Tenía derecho a hacerlo, al menos eso pensé,
incluso en este momento lo creía.
Solía pensar que no había forma de que este hombre pudiera
traicionarme.
—Ah.
Keith suspiró profundamente, como si pensara que era
patético.
—No estabas en condición de tener sexo conmigo.
Me quedé perplejo por un momento. Lo que había dicho era
cierto. Era un punto muy bueno, pero no era la respuesta que
esperaba.
—¿No es así?
Pensé que tenía que hablar con calma de alguna manera,
pero mi cuerpo no estaba tan dispuesto. Sostuve mis manos
temblorosas firmemente sobre mis rodillas.
—Fue solo una semana.
Keith mantenía una sonrisa en su rostro mientras me miraba,
no podía hablar ante la sorpresa.
—¿Entonces debería haberte esperado hasta que te
mejoraras? ¿Cuánto tiempo?
Se rio brevemente, como si hubiera sido absurdo.
—Es una locura.
Mi mente pareció alejarse, mi cabeza estaba vacía.
Numerosas preguntas y resentimientos aparecieron. Keith
todavía estaba frente a mí. Lo estaba mirando y él me miraba.
Nada había cambiado, pero mi mundo estaba
desapareciendo sin dejar rastro.
No podía creer la realidad por la que ahora estaba pasando.
De pronto, el coche desacelero. Habíamos llegado a la
mansión. Keith miró por la ventana y dijo:
—Será mejor que puedas hacerlo la próxima vez.
Me tomó un tiempo entenderlo. El sonido de su risa cuando
el auto se detuvo inundo el interior.
Keith abrió la puerta del auto, pero fue completamente
diferente. Mi campo de visión estaba distorsionado y mi
corazón adolorido. Después de destruir mi mundo, él sonrió
con la misma cara de siempre. Extendió su mano hacia mi
mientras yo permanecía inmóvil, no la tomé por lo que él se
acercó a mí y me agarró del brazo, luego me cargó sobre sus
hombros.
—¡...!
No era de extrañar que quisiera abrazarme. Ante la idea, todo
mi cuerpo se endureció. Sin embargo, él no parecía
preocupado así que siguió adelante. Forcejé para salir de su
agarre.
—Espere un minuto.
—¡Ten cuidado! Está vez, lo dejaré pasar.
Keith me detuvo con una voz aguda.
Lo miré con un rostro frío.
—... Por favor, déjeme. Espere...
Keith cerró la boca. Sus intenciones eran obvias. El lugar al
que nos dirigíamos sin ninguna duda era su habitación, el
mismo lugar donde ya había mezclado mi cuerpo con él
varias veces.
Incluso en esos momentos, todavía tenía una real esperanza.
Si hablamos de nuevo, estaba seguro de que él lo entendería.
Le diría lo dolido que estaba y del por qué tenía una buena
razón para estarlo.
Volví mi mirada temblorosa hacia su rostro, él solo sonrió
brevemente mientras me veía. De repente, tuve ganas de
llorar. Estaba enojado, pero estúpidamente solo quería
perdonarlo.
Sin conocer mi complicada mente, Keith entró a la habitación
y me recostó en la cama sin desnudarme. Aquel lugar que me
era tan familiar de repente se sintió extraño. El dormitorio
lleno de feromonas estaba recién ventilado y ordenado.
Keith se subió encima de mí para intentar besarme.
Lo esquivé y lloré.
—¡Keith... espera, espera, espera!
Él frunció el ceño. Su razón de disgusto había sido obvia,
parecía estar ansioso por abrazarme, su pene excitado que
presionó mi vientre, lo demostró y, su aroma de feromonas
que había sido sutil desde un inicio se hizo más fuerte. Me
estaba volviendo loco por el olor.
—De Verdad... ¿Te acostaste con alguien más solo porque no
tuve sexo contigo? Estaba enfermo...
Mientras hablaba, gradualmente me di cuenta de la realidad.
Sentí como mis ojos se calentaron.
—¿Cómo pudiste hacer eso?... No es como si se acumularan
tantas feromonas en una semana. Si hubieras pensado en mí,
podrías haber esperado un poco más... Al menos por mí.
¿Acaso habría sido diferente si lo hubiera hecho? ¿Podría
haberle dicho que lo hiciera porque estaba bien? Sé que no
puede evitar acumular feromonas. No podía hacer
suposiciones sobre lo que no sucedió, pero al menos quería
sentir lástima por mí mismo.
—¿Por qué debería hacer eso?
Keith habló con el ceño fruncido.
De repente me quedé sin palabras, parpadeé. Keith solo se rio
cínicamente, como si yo hubiera dicho algo fuera de lugar.
—No te debe importar con quién tenga sexo. ¿Por qué
debería decírtelo? ¿En qué estás pensando? Incluso si me
gustas, solo estoy teniendo sexo contigo.
Inesperadamente su voz llegó a mis oídos con tanta claridad.
Todo lo que podía escuchar era su brillante voz.
—Te quiero... Te dije que te quería... Ni siquiera piensas en
mí. —Apenas dije.
Esa había sido mi última esperanza.
Si él me hubiera dicho que me amaba, yo lo hubiera olvidado
todo. Podría haberlo besarlo y abrazado... solo si no negará
mis sentimientos, pero… fue su risa corta la que me
sorprendió.
—¿Qué significa decir algo “así” durante el sexo?
Eso había sido todo. Intenté hablar, pero las palabras no
salieron. Él continuó hablando:
—... No tiene sentido, ¿no?
¿Acaso todas las palabras tan dulces que había dicho eran solo
porque estábamos teniendo sexo? ¿No tenían sentido? Pero...
yo lo había creído. Estaba cegado por sus palabras, por él.
—Pensé que estábamos saliendo...
Keith murmuró al tiempo en que soltó una breve risa:
—¿Parece que estoy saliendo con toda la gente con la que
tengo sexo?
Aunque era poco probable que tal sueño se convirtiera en
una realidad, perdí totalmente mis esperanzas ante sus
palabras. Todas sus palabras y acciones que pensé que
habían sido porque me amaba, en un instante llegaron a un
final completamente diferente. Este hombre solo quería tener
sexo conmigo. Le gustaba mi cuerpo y solo disfrutaba
teniendo sexo conmigo. Había sido mi error. Yo había sido
solo una de sus muchas parejas sexuales con las que él se
acostaba. La brutal realidad me golpeó la cabeza. Al fin podía
verlo claramente. Todo lo que había pensado era mi fantasía.
Este hombre no me había dado una respuesta porque mi
confesión no había significado nada para él, solo había sido
como un gemido durante el sexo que desapareció en el aire.
Solo entonces me di cuenta de la realidad y dolió...dolió
demasiado.
Este hombre nunca me había amado.
—¡Detente...!
Empujé su cuerpo con mis manos. Pero Keith, que esparcía
besos alrededor de mi cuello, de pronto alzó la mirada
asombrado por mi repentina negativa.
—¿Qué sucede?
Parecía irritado de mi constante rechazo. Sin embargo, no
podía dormir con este hombre ahora. Tenía que organizar
mis ideas y me era imposible si estaba ahí con él. Con
urgencia intenté salir debajo de su cuerpo, pero Keith
presionó mis hombros otra vez.
—Déjame ir... No, no lo haré.
—¿Qué estás haciendo? Cálmate un poco.
Keith se molestó y me atrapó.
Traté de salir, pero fue imposible así que finalmente comencé
a rogarle.
—Por favor, Keith... Señor Pittman. Ahora no puedo hacerlo.
Me sentí tan miserable que las lágrimas comenzaron a fluir
cuando me di cuenta que él solo me veía como un compañero
sexual; y que yo no valía tanto para él como creía. Pero, él no
me entendía en lo absoluto. Con un breve suspiro, Keith
intentó besarme de nuevo mientras yo trataba de evitarlo,
agarró mi barbilla y aplastó por la fuerza sus labios contra los
míos. Lo empujé y golpeé su hombro con fuerza, aunque fue
en vano así que utilicé el último recurso que tenía.
—¡...!
Keith apartó sus labios y retrocedió un poco. En cambio, yo
solo pude sentir el sabor a sangre en mi boca. Lo miré con
lágrimas en los ojos y dije con voz temblorosa:
—No... No lo hagas. No tengo ganas ahora... Ya no voy a hacer
esto con el Sr. Pittman.
Apenas podía hablar. A esas alturas, pensé que lo aceptaría.
Él no era del tipo de hombre que obligaba a un compañero a
hacerlo. Solo era uno de sus muchos compañeros sexuales.
Traté de levantar mi cuerpo pensando que no continuaría
con esto, pero de repente me derribo de nuevo, poniéndome
boca abajo. Lo miré sorprendido. Él solo me miró con una
mezcla de disgusto y ansiedad.
—¿Qué estás diciendo?
Su voz sonó tan intimidante.
Keith parpadeó un par de veces y amargamente suspiró,
luego habló con una voz tranquila:
—No te preocupes. Querrás hacerlo tanto como yo.
De repente, sus ojos morados se colorearon en oro junto al
aroma de sus feromonas que se espesaron tanto que mi
cabeza se confundió.
—No, detente... ¡Para! —grité con urgencia, aunque él no se
detuvo.
Intenté dejar de respirar a toda prisa, pero me fue imposible.
—Ah.
Tan pronto como aspiré una bocanada, una feromona oscura
me envolvió, mareándome al instante.
¿Qué estaba haciendo?
Mi cabeza estaba borrosa y mi cuerpo impotente. Sentí mi
cerebro derretirse lentamente, como si fuera una clase de
pudín. Pero a diferencia de mi voz que gritaba que se
detuviera, mi entrepierna se humedeció a causa de sus
feromonas.
Keith sonrió brevemente al revisar mi entrada.
—¡Keith, por... favor!
Él solo me observó mientras rogaba, luego desató su corbata,
me quito la camisa, se desabrochó el cinturón y lo tiró al piso,
sin prisas ni impaciencia, con naturalidad. No podía huir ya,
estaba empapado. Keith extendió su mano y bajo mis
pantalones mojados.
—¡No...!
Lloré, eso fue lo único que pude hacer.
Keith introdujo su pene en mi agujero sin ninguna dificultad.
Mi cuerpo tembló.
“Puck, puck”
Varias veces se escuchó el sonido del golpe de nuestras
carnes hasta que pronto, Keith llegó hasta el fondo.
Por un instante se detuvo. Siempre se detenía para disfrutar
de la estrechez de mi interior. Tocó mi cuerpo, parecía
disfrutar del verme temblar, sostuvo de nuevo mi cintura y
entró y salió lentamente para luego aumentar la intensidad.
—Ah, Ah, Ah —gimió encima de mí mientras movía
violentamente su cintura.
Yo simplemente me retorcí, dejando que hiciera lo que
quisiera. Sus movimientos continuaron.
Estaba mojado.
Había reaccionado tanto a sus feromonas que mi cuerpo ya
no respondía a mi voluntad. Su pene entraba fácilmente y mi
interior lo recibía para hacerlo sentir bien.
Todo mi cuerpo parecía haberse convertido en un órgano
sexual.
Mis lágrimas continuaron cayendo, y ya ni siquiera podía
entender que estaba pasando, solo quería que terminara.
Keith gimió y eyaculó dentro de mí. Podía sentir como un
fluido espeso invadía cada rincón de mi interior y…
Era terrible.

✤✤✤✤✤✤
No fue sino hasta el amanecer que Keith me dejo ir. Fue
sorprendente darme cuenta de que mi ciclo de calor no
llegará a pesar que él expulso una gran cantidad feromonas.
Eventualmente, la razón desapareció por completo y lo
acepté, colocando mis brazos alrededor de su cuello
mientras mi cuerpo lo recibía
plenamente, independientemente de mi voluntad e incluso,
me subí sobre él. Cada vez que Keith eyaculaba, mi estómago
vibraba de felicidad. Finalmente, después que él resolviera su
lujuria, su feromona que había estado derramando sobre mi
cuerpo se desvaneció. Sin embargo, aun podía sentir el
semen que había derramado en mi interior. Fue entonces
cuando recordé que era un Omega.
Mi corazón ardió por la desilusión y el odio. Me sentí
aturdido. Whittaker y Steward se habían burlado de que los
Alfas dominantes eran como animales, pero en realidad, los
animales eran los Omegas. Como yo. Estaba aturdido por las
feromonas y las había aceptado.
Me había transformado en una bestia loca por el
apareamiento.
De pronto, miré la cara de Keith con un campo de visión
nublado, tenía el aliento agitado mientras me miraba. Me
sonrió. Puso su mano sobre mi cabello, tan dulce como
siempre, luego, se inclinó. Sabía lo que sucedería después y
así como lo esperé, me besó. Fue como si me diera un premio,
pero cuando sus labios se separaron lo abofeteé. El sonido
fue tan fuerte e impotente. Todo lo que pude hacer fue
golpear su mejilla con la palma de mi mano por que ni
siquiera pude tener el poder de apretar el puño.
—... ¿Qué haces?
Keith había sido el primer hombre al que había golpeado en
la mejilla. Me estremecí y lo miré.
—Yo... Si vuelves a soltar tus feromonas sobre mí... Te mataré.
Fui más sincero que nunca. Me apoderé de toda mi fuerza
restante y lo empuje hacía atrás. Su cuerpo retrocedió un
poco, pero fue suficiente para mí. Salí de debajo de él. Cuando
caí al costado, tragué involuntariamente un aliento áspero.
Mi corazón palpitó y sentí como mis lágrimas se acumularon
en mis ojos, pero apreté los dientes y lo soporté.
—Espera... ¿Qué estás...?
Keith me agarró por el brazo.
Intenté zafarme con todas mis fuerzas, pero él no me dejo ir.
Por un momento perdí la razón.
—¡Déjame, no me toques! ¡Déjame ir, no me toques! ¡No, no,
no...! —grité y luché.
Fue sorprendente ver mi propia determinación.
Keith, quien me vio llorar, finalmente me dejo ir. Por primera
vez, se dio cuenta de que hablaba en serio. El silencio se hizo
presente. Respiré hondo y lo miré. Keith no dijo nada, solo
me miró sorprendido.
—Al amanecer, saldré de la mansión.
Mi voz se quebró, las palabras no salían correctamente, sin
embargo, hablé sobre el dolor de las cuerdas vocales:
—Gracias por su consideración. Pronto, le buscaré a su nueva
compañera Sr. Pittman.
—... ¿Qué?
Keith respondió como si no entendiera de lo que estaba
hablando, pero yo no tenía la intención de explicar más.
—Esta es la última vez. En el futuro, no dormiré con usted Sr.
Pittman. Si me obligas entonces...
—¿Fuiste forzado?
Keith no me dejo terminar, tenía una expresión escandalosa
ya que ni siquiera entendía lo que había hecho. Después de
todo, él creía que yo había abierto mis piernas a voluntad
porque lo aceptaba. Sin embargo, él ignoró los hechos.
Respiré brevemente hasta que apenas hablé con una voz
normal:
—Muchas gracias.
—Espera un minuto. Quédate ahí.
Él intentó retenerme, pero yo solo recogí mi ropa y salí del
dormitorio. Eso era todo lo que necesitaba para mantener mi
orgullo. Tan pronto como cerré la puerta, mis rodillas se
doblegaron; y el semen que se derramó a través de mi
entrepierna, escasamente cayó a través del pasillo cada vez
daba un paso, pero yo ya no me sentía avergonzado. Después
de todo…
Ya estaba hundido hasta el fondo.
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 3

—...Todos los horarios han sido reprogramados.


Compruébelo por si tiene algún cambio, por favor. Este es el
material de la reunión de la tarde. Compruébelo también
antes del almuerzo e informaremos antes de la reunión. Aquí
hay una referencia.
Puse un archivo grueso en el escritorio y lo empujé hasta el
fondo. Era el mismo escritorio donde una vez estuve
acostado y tuve sexo con Keith. Poco después coloqué un
archivo delgado con imágenes, él levantó la vista.
—Busqué algunos perfiles de acompañantes acorde al gusto
del señor Pittman. Mírelos y elija, nos pondremos en contacto
con la elegida.
—Oye.
Keith me llamó.
Me vi obligado a parar y a esperar sus siguientes palabras. Él
frunció el ceño y le dio unos cuantos golpecitos al escritorio
con las yemas de sus dedos.
—¿Qué estás haciendo?
Respondí fríamente:
—He informado de la agenda de hoy y le he entregado un
archivo sobre la reunión, también le he dejado un archivo de
compañeras para que pase su tiempo libre. —Luego añadí
sin cambiar mi expresión—: ¿Cuál es el problema?
Después de salir de la habitación de Keith, me salté el
desayuno y limpié mi habitación. No dormí y me preparé
para el trabajo.
Tampoco dije una palabra cuando subí al auto, él tampoco
dijo mucho. Quizás pensó que era un poco caprichoso y no
me equivoqué. Ahora su expresión era la prueba.
—¿Qué demonios es esto ...? Ah, está bien. ¿Puedo elegir uno
de estos?
Keith tomó el archivo y lo acercó a él con una actitud
silenciosa, pero no me importo. Reviso las fotos y luego
señalo una, la cual empujó hacia mí.
—Entiendo. Me podre en contacto con usted luego. ¿Le
gustaría conocerla hoy? ¿Reservo el hotel?
Él levantó las manos con un gesto para que yo hiciera lo que
creía más conveniente. Tomé el archivo y dije:
—No tenemos horario esta noche, así que le diré que venga
al hotel a las 7:00. ¿Desea cenar? ¿Puedo tener una habitación
lista?
Keith solo mantuvo en sus labios una maldita sonrisa. Para
él, todo parecía una completa broma. Era como si un gato
dócil se hubiera rebelado ante su dueño. Por supuesto que no
era mi amo. Era solo mi empleador.
—Está bien.
Me di la vuelta para salir de la oficina, pero me detuve por un
momento. Abrí el maletín y saqué la caja que había traído.
Keith miró hacia arriba. No sabía lo que estaba pensando,
pero no quería adivinar. Caminé derecho y puse la caja en su
escritorio. Inmediatamente, reconoció el objeto y frunció su
ceño para después hablar:
—... ¿Qué es esto?
Con una voz tranquila, respondí de manera profesional.
—Este es el reloj que me dio. Se lo devuelvo.
—¿Por qué?
Era la primera vez que alguien le devolvía un regalo. Me
sentía sucio por tener ese reloj conmigo, pero era evidente
que Keith nunca lo entendería.
Contesté sin expresión:
—No acepto regalos de parejas sexuales.
—¿Ah?
Keith inquirió confundido, luego empujo la caja con la punta
de los dedos provocando que retrocediera. Él se detuvo a una
distancia no muy lejos de mí.
—Yo te lo regalé, así que tómalo.
—No me gusta. —Negué—. Disfrutamos el uno del otro, pero
ya no hay razón para que me dé algo. No hay razón para
recibirlo.
—Tómalo ahora mismo.
Me exigió.
Era muy desagradable para mí rechazarlo así que pensé por
un momento, luego abrí la boca:
—Está bien.
Dicho eso, no recogí la caja, en cambio, saqué una chequera
de mi bolsillo del traje. Keith frunció el ceño. Mientras él me
observaba, yo levanté un bolígrafo y escribí un número en la
chequera. Él no dijo nada mientras yo llenaba los espacios en
blanco. Era obvio que no podía adivinar nada en lo absoluto.
—Aquí está.
Empujé el cheque firmado directamente delante de él. Keith
lo miro. El monto era exactamente $20,000. Me observó sin
comprender.
—Es el precio por tener sexo conmigo. Me pagó con un reloj,
pero no hice tanto como el señor Pittman. Y excluí el último
sexo, porque fue contra mi voluntad.
Keith ni siquiera me entendió. Volvió a mirar el cheque con
una expresión avergonzada. El motivo del pago estaba
claramente escrito: “Sexo”.
—¿Ahora me estás pagando por tener sexo?
—No puedo hacer nada si piensa que el monto no es
suficiente, para mí la cantidad es excesiva.
Keith apretó el puño en el escritorio. Sus manos temblaron.
Ahora estaba colosalmente enojado, tanto que hasta podría
golpearme. Como prueba de ello, sus feromonas eran
oscuras. Me disguste conmigo mismo por distraerme con su
dulce aroma. Keith abrió su mano y en lugar de golpearme,
recogió el cheque y lo rompió, produciendo un sonido agudo.
No fue sorprendente porque ya lo esperaba. De todas formas,
no tenía $20,000 en el banco. Él solo continuó mirándome
mientras rasgaba el cheque.
Observé con un semblante serio como los pedazos del papel
quedaban esparcidos por el suelo.
Keith levantó las manos a la ligera, como si no importara.
Recojo la caja con el reloj del escritorio y delante de él lo tiró
a la basura.
—...
“Tang”
Se escuchó un sonido abrupto, seguido de un silencio helado.
Keith no dijo nada. Mantuve una postura firme y hablé:
—El cálculo ha terminado, así que saldré.
Después de un breve saludo, salí de la oficina. Keith me llamó,
pero esta vez lo ignoré. Tan pronto como llegué a mi
escritorio llamé a la oficina de secretariado.
Después de decirles brevemente qué hacer, Keith envió por
correo electrónico información general sobre la persona que
había elegido. Los secretarios ahora se encargarían de las
joyas a regalar y también de contactarlas.
¿Acaso debería elegir una joya o un regalo para mí también?
Estaba siendo cínico.
Pronto volví a trabajar con una expresión seria.

✤✤✤✤✤✤

Cuando salí por la mañana, la habitación estaba arreglada.


Durante mi estadía en la mansión, mis pertenencias
aumentaron, pero dejé todo lo que me compró Keith. Todo lo
que tomé fue mi maletín y el traje que llevaba puesto. Para
que fuera más fácil tirar las cosas que había usado, lo había
arreglado antes de marcharme. Lo único que había decidido
sacar de la casa había sido un inhibidor y analgésicos del
armario del baño.
Deseaba verter un frasco entero de pastillas en mi boca, pero
por día solo debía tomar la cantidad máxima que cabía en la
palma de mi mano. Después de tragarlas, me sentaba en la
cama por un rato y esperaba a que la droga hiciera su efecto.
Era normal que mi cabeza se quedara en blanco y mi cuerpo
se sintiera pesado. ¡Malditas feromonas! Si pudiera volver a
ser Beta nuevamente, podría hacer cualquier cosa. De
repente, pensé en Steward.
¿No estaba haciendo un experimento como este?
Pensé que era especial para Keith, pero era mi ilusión. Estaba
cegado por el amor y pensaba tan arbitrariamente. Él no era
diferente de otros Alfas dominantes.
Sin darme cuenta, salió el sol mientras apoyaba la cabeza
contra la pared, luego miré por la ventana.
Debía ir al trabajo. Quería renunciar de inmediato, pero la
realidad era indolente. Tenía que volver.
Si me quedaba desempleado tan rápido sería un problema
para mí extender mi visa mientras buscaba un siguiente
trabajo, y la verdad no tenía la suficiente confianza de
regresar a Corea para encontrar un nuevo empleo. La mejor
opción era ir a trabajar hasta conseguir otro. Además, si se
agregaban las restricciones a los extranjeros, las opciones se
reducían aún más. La buena noticia era que Keith no podía
despedirme, al menos no por el momento.
Cuando lo pensé, la respuesta fue obvia. Tenía que soportarlo
de alguna forma.
Ahora tenía que andar y trágame el orgullo.

✤✤✤✤✤✤

—Emma, ¿estás ocupada hoy?


Deliberadamente fui a oficina de secretariado y le pregunté:
Al desocupar su asiento, me miro dudosamente.
—No, no estoy ocupada. ¿Hay algo más que hacer?
Rachel y Jane lucían preocupadas, parecía que pensaban que
iba a pedirles horas extras así que dije con una sonrisa:
—No es eso, me preguntaba si puedes llevarme a casa. Si está
bien, te invito a cenar.
—¡Oh!
Jane grito y pronto Rachel la golpeo con el codo.
—Entonces nos iremos a casa primero.
Rachel levantó rápidamente su bolso y habló. Jane también
se despidió apresuradamente. Emma simplemente agitó su
mano para despedirse y dirigirme su mirada otra vez.
—Por supuesto. Está bien vamos, Yeonwoo. Pero no tienes
que pagar la comida.
—Quiero pagarlo.
—Bueno, si ese es el caso. De hecho, estoy muy cansada de
ver al Sr. Pittman porque lo vi durante todo el viaje de
negocios.
Emma, que sacudió la cabeza con un suspiro, habló de nuevo:
—Por cierto. ¿Ya no te quedas en la casa del Sr. Pittman?
—No —respondí—. Ahora estoy bien. Todo está mejor.
—Oh, gracias a Dios —dice Emma con notable alegría—.
Entonces ¿nos vemos en el primer piso? Sacaré mi auto.
—Sí, gracias.
Después de despedirme, regrese a la oficina. Cuando abrí la
puerta vi a Keith poniéndose la chaqueta de su traje. Hablé
sin expresión:
—Todos los preparativos están listos. Solo vaya
directamente al hotel. Tengo asuntos que resolver, así que
me retiro.
Keith se detuvo, pero yo salí de la oficina poco después de que
terminé de hablar.Tan pronto como subí al elevador, tomé la
medicina que Steward me había dado. Esta vez no había sido
un placebo. Cuando el elevador descendió respiré hondo, y
calmé mi mente.
—Yeonwoo.
Whittaker, que estaba esperando en la puerta principal me
saludo como siempre.
—El Sr. Pittman vendrá pronto.

—¿Qué? ¿Por qué viniste solo hoy? ¿Pasó algo? —Me


preguntó perplejo.
Sacudí la cabeza y respondí:
—No, yo me retirare primero porque tengo una cita. Como te
informe por teléfono el Sr. Pittman ha programado reunirse
con su nueva compañera en el hotel, luego debe volver a su
casa. ¿De acuerdo?
Whitaker se sorprendió, parecía no entender lo que decía. Me
despedí de él y caminé hacia el estacionamiento.
Mientras caminaba recordé la vez en que había tenido un
ataque de pánico, pero me había tranquilizado en esos
momentos gracias a la ayuda de Keith. Desde entonces, esta
era la primera vez que me subiría al auto de otra persona. Era
algo extraño. Sacudí mi cabeza a toda prisa, tenía una
sensación desconocida y solitaria que me afligía. Poco
después, el coche de Emma llegó así que me dirigí hacia la
puerta de copiloto.
—¿Está bien la cocina italiana? Conozco un buen lugar.
Emma se rio y asintió.
—Me gusta mucho. Estoy deseando llegar.
—Me alegro.
Poco después, hábilmente ella manejó el auto para irnos. A
primera vista, Keith apareció en el espejo lateral, pero pronto
su silueta se fue haciendo menos visible. Tenía miedo de
tener una convulsión, pero inesperadamente, el tiempo
posterior paso tranquilo después de comer juntos y hablar
de diversas cosas.
Regrese a casa con la ayuda de Emma. Aún no tenía el coraje
de tomar un taxi, pero estaba planeando conducir al trabajo
por la mañana de alguna manera. De forma preventiva, tenía
conmigo las medicinas que Steward me había dado.
Incluso, en el peor de los casos, si tenía una convulsión, el
aroma de las feromonas de Keith ya no funcionarían para mí
así que ahora realmente tenía que soportar esta situación por
mí mismo.

✤✤✤✤✤✤

Keith llegó a trabajar al día siguiente, y expresando un estado


de ánimo malhumorado paso de mi escritorio y entro a su
oficina. Llamé a su puerta exactamente 10 minutos después
de recoger los documentos que había preparado. Keith
estaba sentado en una silla, fumando. Di un paso hacia
adelante y me encontré con su mirada aguda de inmediato.
Me paré frente al escritorio y anuncié la agenda del día con
voz clara, él me miró todo el tiempo, sin decir una palabra.
—... Eso es todo. ¿Tiene algo más que pedir?
Le pregunté en un tono extremadamente profesional, pero
Keith solo me miró y guardó silencio. Miré el reloj en la pared,
había pasado exactamente un minuto, por lo que abrí la boca:
—Si no tiene...
—Tú.
Me habló por primera vez. Inevitablemente respondí:
—¿Ah?
Pero Keith ya no volvió hablar, solo me miró con el ceño
fruncido, el humo de su cigarrillo llegó a mi nariz. Finalmente,
habló después de un rato:
—¿Qué quieres?
—No entiendo qué trata de decir.
Cuando respondí, él escupió una breve exclamación:
—Estás haciendo esto por qué quieres algo, ¿verdad? Bien,
ahora dime qué quieres. ¿Es una isla?, ¿un avión?, ¿un yate?
¿Te gustaría que comprara Las Vegas entera? ¿Qué demonios
quieres?
Keith me miró y rechinó los dientes. No esperaba que este
hombre intentara hacer un acuerdo para acostarse conmigo,
pero eso no significaba que estuviera impresionado.
—No hay nada que quiera del Sr. Pittman. Simplemente
dormí con usted porque quería, y ahora ya no. Así que de
ahora en adelante no dormiré con usted nunca más.
—¿En serio?
—Es decisión del Sr. Pittman si me cree o no. Simplemente
no me acostaré con usted.
Keith entrecerró los ojos, parecía estar tratando de descifrar
mi mente, pero fue absolutamente imposible. Este hombre ni
siquiera sabía porque me había acostado con él en primer
lugar.
Permaneció en silencio por un tiempo y de pronto se rio.
—No creerás que voy a aferrarme a ti, ¿cierto?
Le respondí sin dudar:
—¿Es posible? Más bien, creo que se rendirá a la ligera.
—...
Keith se quedó sin palabras y por primera vez, el cinismo
desapareció de su rostro. Me quedé allí un rato, luego abrí la
boca:
—Bueno… ¿Puedo salir? Porque tengo que empezar a
trabajar.
No volvió a decirme nada. Me despedí brevemente y di la
vuelta.

✤✤✤✤✤✤

El tiempo pasó sin problemas. Keith y yo éramos al menos


como antes. Me ignoraba y ocasionalmente era sarcástico
por lo que solía no darle importancia a sus palabras. Keith no
me había tocado ni con las yemas de sus dedos desde ese día
y tampoco había mencionado asuntos personales. Él había
vuelto a dormir continuamente con diferentes compañeras,
me ordenaba buscar a una nueva cuando se cansaba y yo me
ocupada de eso, dándole una nueva lista con las posibles
nuevas compañeras sexuales. Como él había dicho, me
aseguraba de que estaba “comprendiendo el tema”. Después
de todo… Ya habíamos terminado.
Cené con Emma unas cuantas veces después. Ella es una
compañera cómoda para conversar. Emma, que había estado
viviendo con su madre enferma durante mucho tiempo, no
había podido permitirse el lujo de conocer amigos ni tener
tiempo personal. A veces quería ser un amigo que le diera su
propio espacio para respirar, también yo lo necesitaba.
Habíamos estado trabajando mucho tiempo juntos.
—¿Tu hermano tiene un hijo?
Le pregunté el fin de semana mientras nos sentamos a cenar
en un restaurante recién abierto. Ella dijo que “sí”.
—¿Te dije que mi hermano está aquí por trabajo? Así que mi
sobrino está con nosotras en casa, siento que lloraré por
querer verlo, no puedo evitarlo. —Pronto sus ojos se
pusieron brillosos—. ¿Te puedo mostrar una foto? Es muy
lindo.
Me reí y asentí.
Rara la vez sonreía alegremente cuando hablaba de
privacidad.
—Wow.
Cuando vi la foto, la admiré sin darme cuenta. Era un niño tan
encantador, ahora entendía porque Emma se sentía tan
orgullosa. Tenía una cabellera rubia y sonreía ampliamente,
era más bonito que cualquier niño que hubiera visto.
Pregunté de manera dudosa:
—¿Es niño?
—Sí.
Tan pronto como la vi dejando su teléfono celular, pregunté
insignificantemente:
—¿Dijiste que era Omega? ¿No fue difícil cuando tuvo el
bebé?
—Yo no sé —dijo inesperadamente—. Ni siquiera sabía que
estaba embarazado, un día ya no supimos de él y de repente
apareció con un niño en sus brazos. Su trabajo es muy difícil
así que a menudo no veía su cara y perdíamos contacto. Así
que pensé que se había ido a trabajar de nuevo.
Una curiosidad emergió. ¿Podía preguntarle algo como
esto? Después de un momento de duda, Emma habló
primero:
—Josh es una persona muy minuciosa, fue mariscal de
campo en la escuela secundaria, siempre obtuvo
sobresalientes "A". Sin embargo, tuvo un bebé, y no sabe
quién es el Alfa.
Un Omega a menudo pierde la cabeza en el ciclo de calor y
puede pasar la noche con una pareja desconocida e incluso
quedar embarazado. En ese caso, sería bueno que la otra
persona se encargará de la anticoncepción. El hermano de
Emma no tuvo esa suerte, pero talvez no sea tan malo, tenía
un niño tan encantador.
—¿Cómo es tener un hijo? —murmuré sin querer.
Emma levantó la vista.
—Mi sobrino es muy lindo, el amor de Pete por Josh,
simplemente lo ayuda. Si están juntos no pueden ver a su
alrededor. Eso es…
—...Ya veo.
Todavía me sentía confundido. Me era difícil imaginarme con
un bebé, tendría que esperar al menos unos cuantos años
más para dar a luz a uno. Cuando el postre llegó, cambiamos
de tema. El tiempo paso rápidamente.
—¿Nos vamos?
Ya era bastante tarde. Me despedí de ella y me fui a casa. Las
calles estaban vacías por la noche. Además, era un largo
camino desde la zona residencial de Emma hasta mi casa. Me
sentía cansado y continué conduciendo, las farolas
escasamente iluminaron el camino.
—Ugh.
De repente, un coyote apareció en la vía, el accidente casi
resulto fatal. Apenas pude evitar la terrible situación. El
coyote se fue ileso, pero me vi obligado a detener el coche.
Mientras me recostaba con el aliento agitado, por un
momento recordé la foto del niño que había visto antes. Era
un niño bonito, quería preguntar si tenía alguna intención de
ser actor en un futuro.
¿Qué había de bueno de tener y criar a un niño?
De repente me sentí desolado. Un rincón de mi corazón
afligió. Repentinamente, me acordé de las palabras de mi
madre. Podía conocer a alguien, casarme y tener un bebé,
pero... ¿Con quién?
Me pregunté mientras estaba sentado, observando la
constante oscuridad.
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 4

“Ouch”

Había estado tomado inhibidores como un hábito por las


mañanas, de repente sentí un dolor en el estómago.
Inconscientemente fruncí el ceño y presioné mi abdomen,
pero el dolor agudo duró por unos segundos más.

¿Qué era esto...?

Estaba desconcertado por el dolor que acababa de sentir. Tal


vez había estado tomado demasiados inhibidores. Mientras
estaba en una relación con Keith, dejé de tomar
medicamentos, pero desde que comencé a ingerirlos de
nuevo, he estado tomando el máximo permitido todos los
días, como solía hacerlo.

Nunca más volvería a caer en las feromonas de nadie. No


habría un efecto secundario, ¿o sí?

Me consolé a mí mismo pensando que estaría bien, pero, por


otro lado, tenía miedo. Era posible que no pudiera tener hijos,
pensé vagamente. Antes, tenía más miedo de estar loco, pero,
extrañamente, cuando pensaba en que podría ser estéril, mi
mente colapsaba.

¿Qué era más doloroso?

Pensé y respiré hondo. El dolor disminuyó, pero fue solo


después de un tiempo que mi cuerpo se movió.

✤✤✤✤✤✤

—Buenos días Sr. Pittman.

Como de costumbre, Keith abrió la puerta y apareció. Paso


por mi asiento sin mirarme mientras se dirigía a su oficina.
Deliberadamente me tomé el tiempo necesario para tocar la
puerta y pasar. Keith estaba de pie junto a la ventana,
mirando hacia afuera mientras encendía un cigarrillo. Se dio
la vuelta y aspiro lentamente una bocanada. La punta del
cigarrillo se tornó roja y de pronto se volvió gris. Por un
momento, nuestros ojos se encontraron mientras exhalaba el
humo, evité su mirada y me dirigí al escritorio.

—Es el horario de hoy. Consulte el memorando adjunto. El


Sr. Brightman, que se suponía que se reuniría a la hora del
almuerzo, cambió rápidamente su cita. No cancelé la reserva
en el restaurante, así que me gustaría que le echara un
vistazo a la propuesta mientras almuerza.

Dejé los documentos y enderecé la espalda.

Hasta entonces, Keith no había dicho una palabra. No pensé


mucho, porque había sido así hasta ahora. Traté de salir
después de contar internamente hasta diez, como de
costumbre.

—...Tú.

De repente, Keith abrió la boca.

Fue un comentario breve, pero dudó, no dijo más. El silencio


reino de nuevo. Keith aspiró el humo y exhaló lentamente.
Continuaba mirándome en silencio. Tampoco dije nada
mientras esperaba a que él hablara, pero al final no pude
soportarlo y hablé primero:

—¿Sr. Pittman?

De repente Keith parpadeo ante la furtiva pregunta.


Tardíamente note que estaba distraído. No podía creer que
estuviera pensando en otra cosa después de llamar a alguien.
Estaba internamente molesto, pero fingí no saber y dije:
—¿Puedo salir si no tiene nada que decir? —pregunté
cortésmente, pero soné sarcástico.

Efectivamente, Keith frunció el ceño. Pero, aun así, no hablo.


En lugar de preguntarle qué demonios estaba haciendo con
alguien esperando de pie, intente salir. Entonces Keith
ordenó:

—La mujer, cámbiala.

Noté el significado de inmediato. Había sido menos de una


semana y ya estaba cambiando de compañera. Solo la había
llamado dos veces al hotel. De todas formas, solo habían sido
6 días, pero si hubiera sido buena no me estaría pidiendo que
la terminara. Llegué a una conclusión razonable. Parecía
dormir con todas las mujeres de América. No tenía nada que
ver conmigo. Pensé internamente, ¿no podía no acostarte con
nadie?

—De acuerdo.

Me despedí brevemente y me di la vuelta.

Esta vez ni siquiera se despidió. Los hombres deberían ser más


considerados. Pensé mientras cerraba la puerta.

¿...Eh?

Tardíamente me di cuenta de que algo andaba mal. Oh, por


un momento me preocupe. Solté un grito ante la sorpresa. No
olía a feromonas. El aroma dulce y fragante siempre era el
mismo, pero dentro de la oficina solo quedaba un leve rastro.
El cuerpo de Keith no olía a nada.

¿Había sido eliminado deliberadamente?

No había más respuesta que esa. Pero aún no era


convincente.
¿Por qué?

No podía encontrar la respuesta a eso.

✤✤✤✤✤✤

—Oh, solo me conoció por una semana, pero ¿ya…?

En respuesta a la reacción de la mujer, que era una mezcla de


arrepentimiento y conmoción, hablé en un tono profesional,
como de costumbre.

—Son seis días. Hemos preparado un regalo como


agradecimiento por sus esfuerzos.

Los regalos se habían simplificado en los últimos años debido


a la corta duración.

Cuando abrí la caja y mostré el conjunto de joyas dentro, lo


admiró, pero pronto pareció triste.

—Me pondré en contacto con usted la próxima vez que haya


una buena oportunidad.

—Sí, por favor hazlo. Quería saber un poco más de Pittman.

Era solo una simple frase que siempre decían, pero cada vez
que escuchaba estas palabras, mi corazón se aceleraba.

✤✤✤✤✤✤

“Whoo”

Después de sentarme en el asiento del conductor y cerrar la


puerta del auto, cerré los ojos y suspiré. A veces, aún
recordaba el día en que me subí al auto y mi cuerpo se
endureció. Una sensación terrible de miedo me invadió, mi
tez se volvió pálida y se me dificulto respirar. El miedo que
sentí en este momento fue tan aterrador que me tembló todo
el cuerpo de solo pensar en tener otro ataque. Me apresuré a
buscar para tomar la medicina. Había tomado demasiados
medicamentos recientemente, pero no podía evitarlo.

Comenzaríamos reduciendo la dosis mañana.

Cerré los ojos, prometiéndome a mí mismo.

Podía descansar unos diez minutos. El trabajo había


terminado antes de lo que pensaba, así que todavía tenía algo
de tiempo libre. La hora del almuerzo sería pronto, así que
podía tomarme una hora extra... Cerré los ojos y respiré
hondo por un rato. Poco a poco, encontré tranquilidad y me
relajé. Antes de darme cuenta, me quedé dormido, así que no
estaba preparado para nada cuando se produjo un accidente.

“¡Bang!”

Se sacudió todo mi cuerpo con un sonido tremendo.

—¡Argh!

Me tomó algún tiempo darme cuenta cuál era la situación


después de gritar. Cuando vi el espejo retrovisor
tardíamente, observé un auto que desapareció a toda
velocidad. Solo entonces me di cuenta de que alguien había
goleado mi auto y escapó. Debí mirar la situación del
accidente, pero no tenía valor para salir. De todas formas, no
había rastro del automóvil en las calles. Más tarde miraría la
caja negra, pero ahora debería llamar a la compañía de
seguros y...

“Hoo-hoo”

Fue solo después de varias respiraciones profundas que salí


del auto.

La parte trasera del automóvil estaba abollada, pero no hasta


el punto de no poder conducir. Mire hacia atrás en la
dirección en que la que había desaparecido el automóvil,
pero no tenía sentido. Tenía que ir a trabajar primero.
Mirando la hora, estaba lo suficientemente cerca como para
llegar al final de la hora del almuerzo. Fue realmente una
suerte que fuera en la parte trasera.

“... Ouch”

Un lado de mi frente palpito después de sentarme delante del


timón de nuevo. Revisé mi rostro en el espejo retrovisor y
observé el área por donde fluía la sangre.

—Ah.

Saqué mi pañuelo pensando y presioné la herida.

Cuando descubrí que estaba herido, el dolor y los mareos


llegaron al mismo tiempo. Estaba seguro de que podía
superar mi fobia con mi fuerza mental. Tenía el tiempo libre
para pensar en eso, pero no había tiempo para pasar por el
hospital. Si presionaba bruscamente la herida, la sangre se
detendría. Debía lavarme la cara más tarde.

Ahora que lo pensaba... ¿Keith se habrá retirado los puntos del


brazo...? Cuando salí del auto, de repente lo recordé. Charles
había dicho que se encargaría de eso, pero pensé que debería
comprobarlo. Es mi trabajo.

✤✤✤✤✤✤

Hice una parada en el baño antes de volver a la oficina. La


sangre se detuvo en el camino. Me lavé la cara e intenté cubrir
la herida con mi cabello. Afortunadamente no parecía ser tan
grande como para necesitar puntos. Después de ocultarla
moderadamente, me di cuenta de que no solo terminó la hora
del almuerzo, sino que ya habían pasado 20 minutos
adicionales.
¿Cuál había sido hoy la cita para el almuerzo de Keith?

Pensé mientras me dirigía a la oficina, en ese momento


recordé que la cancelé.

—Ah.

Un profundo suspiro salió de pronto.

Esperaba a que Keith volviera tarde, pero eso era algo que no
iba suceder. Me tomé un poco de tiempo antes de tocar la
puerta de la oficina. Cuando abrí, él estaba sentado en su
escritorio fumando. Cerré la puerta y rápidamente avancé
hacia él, que me miró mientras me detenía a unos pasos de
distancia.

—Terminé la relación con su compañera. ¿Buscamos a la


siguiente persona?

De repente se me ocurrió algo.

—...Si me dice su gusto, buscaré en el lado masculino.

La frente de Keith se distorsionó. Acomodé mi cabello


rápidamente.

—Si no lo piensa, procederé a buscar a una mujer como suelo


hacerlo.

Keith no dijo nada. Solo entonces me di cuenta, tardíamente


de que su mirada estaba fija en un lugar en específico. De
repente se movió.

—¿...?

Keith me agarró el brazo y tiró, atrayendo mi cuerpo hacia él,


mis ojos se abrieron por la sorpresa. Instintivamente evité
caer en sus brazos, levanté la cabeza e inmediatamente me
encontré con sus ojos. Antes de que pudiera decir algo, él
abrió la boca:

—¿Qué es...? Esto es...

Lo que Keith señalo fue el cuello de mi camisa. Parecía estar


perplejo.

—¿Es sangre? ¿Qué pasó?

Me di cuenta tarde. No había notado la mancha en la camisa


así que no tuve más remedio que confesar.

—Ah, tuve un accidente... Está bien, no me duele mucho.

—¿Qué accidente?

La voz de Keith se volvió aguda.

No había ninguna razón para dar más detalles y tampoco


tenía ganas, pero sabía que no me dejará ir sin responder.
Dije con un pequeño suspiro de por medio:

—Estaba sentado en el auto y lo golpearon por detrás... como


solo estaba sentado no me puse el cinturón de seguridad y
me golpeé en una esquina. No estoy gravemente herido.
Estoy un poco...

Estaba hablando cuando de repente Keith sostuvo mi rostro


y lo observo por todos lados mientras parpadeaba
asombrado, finalmente levanto mi cabello y encontró la
herida que había intentado esconder. Inmediatamente su tez
se tornó pálida. Estaba avergonzado e intente nuevamente
cubrirme con mi cabello. Fue entonces cuando sus
feromonas comenzaron a salir.

Estaba enfadado.

—¿Quién fue? —dijo, rechinando los dientes.


—¿Quién fue?

Estaba asombrado por su reacción. ¿Por qué estaba enojado?


Era yo el que había resultado herido.

No entendía la ira de Keith, pero lo más importante, eran las


feromonas. El olor se duplicó, las feromonas que estaban
siendo suprimidas fluyeron. Sin un momento para
prepararme, el dulce aroma se impregno profundamente en
mi respiración. El miedo aumentó con la excitación sexual.
Cuando recordé la cara del hombre que vertió sus feromonas
sobre mí y me forzó a tener sexo, mi corazón se enfrió
rápidamente. Traté de reprimir mi miedo instintivo y tragué
saliva.

Estaba bien. Me susurré a mí mismo otra vez. Estaba bien,


estaba realmente bien. Estaba mejor. Luego me despertó la
fría realidad. Ahora Keith ya no podía ayudarme, porque este
hombre no era diferente a otros Alfas.

—¡Déjame ir, déjame ir!

Me las arreglé para que las palabras salieran. Lo fulminé con


la mirada sin ocultar mi disgusto y miedo.

—Feromonas... es doloroso. Deshazte de ellas o déjame ir.

El sonido de mi voz aumentó gradualmente, y por fin dejé


escapar un nuevo grito.

Keith vaciló mientras jadeaba y apretaba los dientes. El olor


disminuyo en un instante. Fue mucho más fácil respirar, pero
eso no significaba que me dejará ir.

—¿Este es el único lugar donde estás herido?

Me preguntó con voz apagada.


Parecía estar suprimiendo sus sentimientos, no lo entendía.
Respiré con un suspiro.

—Sí.

Keith miró una y otra vez mi herida, y de repente recordé


algo que había olvidado.

—¿Te has quitado los hilos de la herida de tu brazo? Ya pasó


tu fecha para ir al hospital.

—¿Por qué diablos estás hablando de eso?

La voz de Keith, que se volvió aguda, se detuvo de nuevo.

—Lo siento. Pensé que era mi trabajo.

—Maldición.

Maldijo en voz baja.

Su semblante, que había estado mirando mi herida por un


tiempo, estaba extrañamente distorsionado. Yo había sido el
que resultó herido, pero ¿por qué parecía que este hombre era
el herido? No podía entenderlo.

—Entonces...

—Ve al hospital.

—¿Qué?

Le pregunté sin darme cuenta.

Keith todavía sostenía mi brazo cuando ordenó:

—Ve al hospital con Whitaker ahora mismo. Necesitas ver a


un médico... ¿Cómo está el auto?

Dije la verdad:
—La parte trasera está un poco rota, así que... Puedo
conducir sin dificultad...

Mientras hablaba, Keith levantó el teléfono con la mano


izquierda. Tan pronto como presionó la marcación rápida,
salió la voz de Whitaker.

—Lleva a Yeonwoo al hospital... —Keith volvió a posar sus


ojos sobre mí y preguntó—: ¿Qué pasa con la caja negra?

Yo respondí torpemente:

—Todavía no la he verificado.

—Echa un vistazo a la caja negra en el auto de Yeonwoo y


encuentra al conductor que huyó y cuando termine el
tratamiento, llévalo a casa.

En esos momentos colgó para después decir algo inesperado:

—Deja el auto y compra uno nuevo.

—Todavía tengo cuotas que...

—Cómpralo —dijo entre dientes—. Deja de decir tonterías y


ve a comprar un auto con Whitaker. Cárgalo a mi cuenta.

Fue generoso como siempre, pero me negué.

—No.

—¿Cómo?

Keith parecía tan feroz como si fuera a golpearme.

Sin embargo, fue sorprendente que logra controlar sus


feromonas mientras me hablaba con una voz fría.

—Ya ni siquiera tengo sexo con el Sr. Pittman, así que… ¿Por
qué debería darme un regalo?
—Eso es...

Keith tartamudeó por primera vez hoy.

Lo miré extrañamente mientras se endurecía por un


momento, como si estuviera avergonzado. Después de unos
segundos en silencio dijo:

—Porque eres mi secretario. —Luego agregó de


inmediato—: No puedo permitir que llegues tarde al trabajo.
Cállate y tómalo.

Quería decirle que podía tomar un taxi, pero lo dejé pasar. De


hecho, todavía no tenía la confianza de tomar uno. Aun así, la
razón de bondad de este hombre era extraña, no quería
aceptarla, pero Keith dijo dudando:

—Beneficio.

—...

—Esto es solo un beneficio para el empleado, para suavizar


las cosas.

Fue un impulso, pero me sentí conmovido. Aunque había


muchas formas de pensar en sus acciones. Finalmente,
suspiré y asentí.

—...Entonces, solo hasta que el auto esté arreglado.

Mi corazón todavía estaba pesado, pero le di las gracias.

—Gracias por su consideración.

Fue un saludo tan superficial, sin una pizca de sinceridad


para mis oídos, pero Keith no dijo nada.

—Ve al hospital.
Me ordenó otra vez.

Respondí brevemente que “sí” y luego salí de la oficina.

“Tak”

Cerré la puerta a mis espaldas y me incliné un rato.

¿Por qué era tan dulce conmigo ahora?

Desearía que me ignorara. Nunca volvería a tener esa ilusión


de nuevo. Respiré profundamente temblando y mordí mis
labios suavemente. Nunca olvidaría lo que me hizo.

✤✤✤✤✤✤

—Oye, Yeonwoo. El auto estaba muy dañado. ¿Cómo


condujiste todo el camino?

Solo entonces sonreí amargamente delante de Whitaker.

—Fue difícil conducir porque la parte trasera estaba rota.

—Eres un hombre muy arriesgado. La caja negra la revisaré


después. ¿Podemos ir al hospital y luego buscamos el auto?

Whitaker me abrió la puerta del asiento del pasajero. Me


senté y le agradecí.

—Que oportuno porque necesito conseguir un nuevo auto


para el Sr. Pittman, así podré pagarlos ambos a la vez.

—¿El auto del Sr. Pittman?

Le pregunté de nuevo. Whittaker miró al frente y respondió:

—Sí, señor —dijo—. En estos días, el auto se descompuso


muchas veces. Así que me pidió que comprara dos nuevos.

—¿Qué quieres decir con que está descompuesto? ¿Podría...?


Entonces recordé el último ataque que sufrió Keith y mi
cuerpo se tensó.

Whitaker hablo:

—No, no es así. Es solo que las feromonas causan una


anormalidad. Es extraño, el Sr. Pittman nunca ha acumulado
feromonas. Tiene citas como antes, pero no sé por qué tienes
tantas feromonas. Me alegro de que no nos viéramos
afectados...

Whittaker, sacudió la cabeza como si no tuviera nada más


que decir, y pronto cambió la expresión de su rostro por una
seria.

—Eso no significa que no nos podamos ver afectados. Es un


gran problema si mutas, por lo que todos son cuidadosos.
Otros dicen que después de la pubertad, estamos casi
seguros, pero existe esa posibilidad toda nuestra vida.

Los Gamma tienen sus propias dificultades como Gammas.


Como están expuestos a sufrir cambios inesperados, pocas
personas pueden entenderlos tanto como yo. Además, la
mutación en los Gammas es potencialmente mortal. La
transición de Beta a Omega puede ser algo insignificante en
comparación.

Dije de forma sincera:

—Debes estar preocupado de muchas maneras. ¿El Sr.


Pittman está reteniendo muchas feromonas? Apenas lo sentí
en la oficina...

—¿En serio? Entonces debes abstenerte Yeonwoo, porque


eres un Omega.

Casi me eché a reír sin darme cuenta. Dios, ¿Qué tontería era
esta? Whittaker continuó hablando conmigo, pero no pude
decir nada porque apreté los labios con fuerza para contener
la risa.

—No lo sabía porque no podía olerlo, pero el auto se detenía


con frecuencia. Resulta que las feromonas del Sr. Pittman se
han acumulado y si no las expulsa con regularidad saldrán en
una gran cantidad. Charles está preocupado de que su RUT
llegue en cualquier momento.

—Tiene una compañera constante...

Señalé en un tono muy desconfiado.

Whitaker también asintió.

—Cierto... Bueno, aunque últimamente está durando menos


que antes.

Mientras estaba perplejo, Whitaker añadió


descuidadamente:

—Solía tardar unas dos o tres horas, pero en estos días son
30 minutos como máximo. Algunas dicen que en realidad no
lo hicieron, y no estoy seguro. —Whittaker suspiró
brevemente—. También me preocupa, porque puede dañar
su cerebro.

Fue difícil encontrar un grupo de Alfas dominantes tan


educados. Por el contrario, Keith es un empleador "muy
bueno" en comparación a otros Alfas dominantes, que a
menudo suelen atacar y maldecir, y hubo muchas situaciones
en las que no les dicen nada ni tampoco a qué atenerse. Pero
él, es muy generoso, gasta mucho dinero en bonos y
subsidios, así como en salarios anuales. La mayoría de los
Alfas dominantes son extremadamente ricos, pero muchos
de ellos tratan de reducir costos. Por lo tanto, protegerlos no
garantiza necesariamente un alto ingreso. En muchos de
estos aspectos, proteger a Keith Pittman es muy beneficioso.
Sin embargo, era la primera vez que Whitaker decía algo tan
preocupante de esta manera.

—El olor de las feromonas es tan fuerte que incluso nosotros


lo hemos percibido. Pensé que sería peligroso, así que le di
unas vacaciones rápidas a unos cuantos guardaespaldas. Por
el momento, nos turnaremos.

No respondí ante las palabras de Whittaker, él solo atinó a


soltar un suspiro.

✤✤✤✤✤✤

En el hospital simplemente desinfectaron la herida. Estaba


avergonzado porque la herida era tan insignificante como
para venir acompañado.

—Entonces te dije que no era necesario venir.

—A veces es mejor asegurarse. Muchas personas mueren


por heridas leves. Un chico que conocía antes...

Whittaker comenzó a hablar como si lo hubiera esperado.

Hasta ahora, no era muy diferente de lo que se esperaba. El


problema fue nuestro próximo destino. Me sorprendió saber
que Keith había llamado a la tienda donde solía comprarle
sus autos. El gerente, quien reconoció mi rostro tan pronto
como entramos, me dio la bienvenida y me dijo:

—Recibí una llamada del Sr. Pittman de antemano. Pero


llevará algún tiempo enviar el auto. En cambio, te preparé un
auto temporal. Por supuesto, es del mismo tipo que el auto
que ordenó. Si lo usa hasta que se lance oficialmente, se
acostumbrara a la operatividad.

El auto que me mostró era del mismo tipo que el de Keith.

—Tiene las mismas opciones.


Me quedé sin palabras. Girando la cabeza hacia el elegante
sedán nuevamente, el gerente me dijo:

—Puedes pedir el color que quieras. ¿Te gustaría probarlo?


Avíseme si deseas agregar o realizar más cambios.
Comenzaremos la producción de inmediato, pero no
podemos cambiarla para un día o dos. Sabes mi número, así
que puedes contactarme por separado.

Me dijo sin interrupción.

Pero yo era el único que se quedaba sin palabras. Whittaker


hizo una solicitud a otro gerente como si fuera natural, y
eligió un color que le gusta.

—El Sr. Pittman no me dio ninguna instrucción en especial,


así que la elegiré a mi gusto. Me hace sentir como si fuera mi
auto.

En esos instantes el gerente soltó una gran carcajada y yo no


pude evitar reír.

✤✤✤✤✤✤

El cielo había estado nublado desde la mañana. Era poco


probable que lloviera, no me preocupé mucho porque solía
haber nubes oscuras. El problema fue más bien un incendio
forestal. Mientras conducía el automóvil, vi demasiado humo
negro elevándose. Hoy había venido a trabajar escuchando
los informes sobre los incendios forestales, y en un auto de
lujo desconocido, el cuál intenté estacionar varias veces con
cuidado.

—Buenos días, Yeonwoo —dijo Emma, con quien me


encontré en el ascensor. Ella me saludo con una sonrisa.

—¿Has llegado recién a trabajar? Vi otro incendio forestal en


el camino hacia aquí.
—Lo sé, es un gran problema porque hay muchos
últimamente. Por supuesto, ya es hora de que llueva.

Estamos teniendo una conversación informal, empezando


con la historia de que no había llovido en mucho tiempo,
cuando sentí un aroma ligeramente familiar con un aire
extraño, volteé la cabeza y vi a Keith caminando hacia
nosotros. Era raro verlo frente a un elevador camino al
trabajo.

Dejando atrás a la sorprendida Emma, di un formal saludo


matutino:

—Buenos días, Sr. Pittman.

Él no respondió. Curiosamente, sus ojos estaban puestos en


Emma. Whittaker y otros guardaespaldas alineados detrás
de él también dejaron de caminar, sin embargo, Keith se
quedó de pie en el amplio salón y solo miró a Emma.

—Emma, ¿subirás al elevador? Yo voy a ir con el Sr. Pittman,


luego bajaré a la oficina.

—Sí, está bien. Entonces Sr. Pittman, Sr. Whitaker —dijo


Emma, quién se despidió alternativamente para dirigirse con
prisa hacia el otro ascensor.

Miré a mi alrededor y a Keith después de tomar un respiro


profundo.

—Llegó temprano. ¿Vio el artículo sobre el incendio forestal


hoy?

Los ojos de Keith, que seguían la espalda de Emma, se


volvieron hacia mí cuando deliberadamente mencioné temas
innecesarios, y llamé su atención. Podía ver que estaba muy
disgustado a pesar de que su expresión no era muy diferente
a la habitual. No sabía la causa. Keith paso por mi lado sin
decir nada y se dirigió al ascensor privado. Whittaker
presionó el botón primero, y pronto se abrió la puerta. Dude
un momento. Odiaba el hecho de que los dos estuviéramos
solos en el ascensor, pero tampoco me gustaba que pareciera
que me estaba escapando con otra excusa. Todos me estaban
mirando, en unos pocos segundos me metí al ascensor.
Whitaker y otros guardaespaldas permanecieron en el
vestíbulo.

Cuando la puerta se cerró, me quede a solas con Keith.

El amplio ascensor se sentía ridículamente estrecho. Intenté


dejar de respirar deliberadamente, y me di cuenta de que el
aroma de las feromonas se había ido. Keith elimino
conscientemente el olor. Casi lo miré sin darme cuenta,
quería preguntarle si era intencional.

¿Por qué preguntaría eso? Definitivamente era solo un


capricho.

El ascensor de alta velocidad subió a la planta superior en un


instante sin emitir sonido. Yo solo observé los números
cambiar rápidamente. Keith, de pie frente a mí, se reflejó en
la puerta del ascensor y entro en mi campo de visión. En un
momento dado, nuestros ojos se encontraron. Hice una
pausa reflexiva, pero no podía evitar su mirada. Keith
tampoco se molestó en mirar hacia otro lado. El ascensor
subió rápidamente, pero el aire en el interior parecía
detenerse. El silencio incómodo era desalentador. Me las
arreglé para encontrar unas palabras para intentar aligerar
el ambiente.

—Bueno, gracias por el auto... Lo devolveré tan pronto como


termine la reparación.

Apenas terminé de hablar. Quería bajarme rápido. Keith me


miró y respondió con indiferencia:
—Sigue manejándolo.

Cuando Keith le daba un regalo a alguien, el propósito


siempre era el mismo. Así que esta vez era desagradable para
mí, incluso si no era por esa razón. No quería nada de él. Iba
a devolverlo, aunque Keith no quisiera. Cuando pensé en eso
y miré casualmente hacia adelante, encontré el reflejo de mi
rostro con el ceño fruncido.

Keith de repente abrió la boca:

—Viniste con ella, ¿verdad?

Me llevó un momento descubrir su significado. Pronto me di


cuenta de que estaba hablando de Emma. Respondí con una
voz clara. Afortunadamente, mi voz salió suavemente, como
de costumbre:

—No, la encontré frente al elevador —dije. Y de repente


pensé en otra cosa.

¿Su pregunta era si Emma estaba en el auto conmigo?

Keith volteo la cabeza y me miró directamente. No tenía más


remedio que levantar la cabeza y mirarlo. Su actitud de
espera me hizo dudar y abrí la boca:

—Si quiere decir si vine a trabajar con Emma, la respuesta es


no —agregué sin ninguna razón—: Ella vive en una dirección
opuesta a la mía, maneja 30 minutos adicionales en coche...

Efectivamente, Keith arrugo la frente. Espere ansioso por


saber que más diría. Por un momento nos quedamos
mirando. Parecía tener algo que decir, pero no importaba
cuánto tiempo esperara, Keith no dijo nada, solo atinó a
mirarme. Me puse más y más nervioso.

—Yo...
Cuando no pude soportar más, la campana del ascensor sonó.
Perdí la oportunidad de hablar, pero por un lado me alegré.
Después de un suspiro de alivio, la puerta se abrió; luego
Keith salió al pasillo. Me apresuré en seguirlo.

En el largo pasillo solo mis pasos, mezclados con los suyos,


resonaron en el silencio. A veces pensaba que sería bueno
tener música en el pasillo de la compañía. Ahora era el
momento exacto, y aunque era un silencio natural, se sentía
pesado. Keith lucía extraño.

—¿...?

De repente dejo de caminar y no se movió por un tiempo. Me


detuve detrás de él. Espere por si tenía algo que decir u otra
razón, pero él seguía sin moverse, ni decir nada.

Finalmente, me cansé de esperar, así que hablé primero:

—Sr. Pittman que...

Inesperadamente, me observó con una mirada en blanco,


distante. Parecía que algo le ocurría, era como si sus sentidos
no reaccionaran. Empecé a ponerme nervioso.

—Sr. Pittman, ¿qué está pasando? ¡Sr. Pittman!

Lo llamé de nuevo, pero no hubo respuesta. Me puse ansioso.

—¡Keith!

De pronto parpadeo. Inesperadamente, regresó en sí


mientras miraba desconcertado a su alrededor. Sin embargo,
lo que dijo fue aún más sorprendente, murmuró cosas sin
sentido, como si no supiera hablar en inglés.

—... ¿Por qué estoy aquí?


Me quedé perplejo ante su pregunta. Fueron solo unos
minutos, pero no lo recordaba. Por un momento no pude
decidir cómo aceptar la situación que estaba pasando justo
frente a mí, pero no tenía que hacer ninguna elección, porque
Keith inmediatamente recuperó el sentido. Me miró con una
cara pálida.

Fui cuidadoso cuando le pregunté:

—Sr. Pittman, ¿está despierto?

Keith no dijo nada, pero podía ver que estaba completamente


consciente. Se quitó el cabello que ni siquiera le caía en la
cara. Podía ver sus dedos largos y delicados temblando
débilmente.

—Dile a Whittaker...

Luego repitió en voz baja como siempre:

—Dile que voy a ir a la fiesta hoy.


Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 5

— Mi Alfa —
Estaba vertiendo café en una taza cuando escuché el rugido
de un trueno afuera. Me asuste y deje de moverme. Es muy
raro que llueva. Inconscientemente mire por la ventana
oscura. Todo lo que podía ver en ella era el reflejo de mi cara
pálida. La débil lluvia parecía mostrarse, pero no estaba clara.

Me lleve el café caliente a la boca y luego le sople. Cuando


llegué a casa del trabajo, me di cuenta de que me estaba
tomando un descanso. Después de salir de la mansión de
Keith, todos los días eran como una guerra, mis nervios
estaban de puntas desde el momento en que salía de mi casa
hasta que entraba. Sin embargo, afortunadamente no se
habían producido ataques, también era porque estaba
tomando el medicamento que me había dado Stewart,
aunque me sentía mucho más estable que antes.

Fue irónico encontrar estabilidad después de abandonar mis


sentimientos por Keith. Parece que las personas solo
aprendemos la lección después de experimentar una
decepción. Me reí amargamente. Si este era el caso, pronto
podría cortar completamente el medicamento. Tomé la taza
y caminé. En la mesa encontré mi teléfono celular, así que
verifico cuando será mi próxima cita.

Mañana debería dejar de llover.

Recordando un incendio forestal durante el día, vacío la


mitad de mi café, lavo la taza y la volteo. Quizás debido a la
lluvia el aire se siente frío. Es difícil sacar una manta gruesa.

✤✤✤✤✤✤
De repente me desperté debido a los violentos golpes que
provenían de la puerta. Estaba tan sorprendido que casi me
caí de la cama.

¿Quién es? Entré en pánico.

Cuando miré mi reloj ya era pasada la medianoche.

¿Quién demonios venía a esta hora?

El ruido violento continuo. Estaba nervioso y salí


apresuradamente de la habitación.

Al mismo tiempo que la idea de ser una molestia para


quienes me rodean surge, también lo hace el miedo. No había
nadie aquí para protegerme si entraba una persona no
identificada. Era la primera vez que lamentaba no haber
comprado un arma. Por otro lado, hay un pensamiento
racional de que cualquiera que llamará tan fuerte a la puerta
no era un criminal. Sin embargo, contrariamente a la razón,
las emociones aún despiertan mi ominosa imaginación.

—Quién, ¿quién...? —pregunté con voz temblorosa y revisé


cuidadosamente el exterior a través de la mirilla.

En el momento en el que vi el rostro familiar de la persona


allí parada, tragué mi aliento por la sorpresa.

—¿Keith? —exclamo sin darme cuenta.

Él se detuvo por un momento, pero luego volvió llamar a la


puerta. Volví a mis sentidos tarde y apresuradamente solté la
cerradura de la entrada. Mientras desbloqueo los tres
cerrojos y grilletes, él llama frenéticamente a la puerta.

Cuando finalmente la abrí casi me golpeó. Su mano,


intentando de golpear la puerta, vaciló en el aire. Keith quien
me miró, está empapado.
¿Por qué?

Tardíamente me di cuenta de que continuaba lloviendo


afuera. Pero eso era todo lo que pensaba. Me observó
aturdido. Sus labios temblaban débilmente, parecía tener
frío. Me apresuré a dejarlo entrar a la casa sin pensarlo un
momento. Afortunadamente, no había nadie en el pasillo.
Keith entró y cerré la puerta con prisa.

¿Por qué había venido aquí en este momento? Esto era tan
repentino.

—Sr. Pittman...

Me di la vuelta gritando su nombre.

No puse cerrojo a la puerta por si Whittaker lo seguía.

Keith volverá pronto, así que todo estará bien. Estaba


pensando eso cuando de repente Keith me miró y respiró
hondo.

Por un momento, su pálido rostro reveló una profunda


oscuridad a la luz de un rayo.

—¿...? De repente Keith agarró mi brazo y tiró de mí. Sin un


momento de sobra, me empujo directamente contra la pared.
Al mismo tiempo, la fuerte tormenta eléctrica seguida de
luces brillantes vibro en todas partes. El cuerpo empapado
de Keith se pegó al mío. Me sorprendí e intenté alejarlo.

Pero Keith se aferró a mí. Posteriormente trato de frotar sus


labios contra los míos para besarme, traté de evitarlo girando
la cabeza, sus fríos labios empapados por la lluvia se
deslizaron por mis mejillas y bajaron hacia mi cuello.

—Keith, ¿qué...? ¡Detente! ¡Basta! —grité a toda prisa.


Pero no había nadie para ayudarme. Estaba atrapado entre
la pared y Keith, así que simplemente revoloteo sin ningún
sentido.

—Por favor, ¿por qué estás haciendo esto? Te estoy diciendo


que pares. Para...

Me lamento...

No puedo entender por qué este hombre vino tan de repente.

¿No hemos terminado? ¿Keith no entendió eso?

Me ordenaste que cambiará tu compañera tantas veces. ¿Por


qué ahora?

Mis ojos se calientan. Como era de esperar, este hombre solo


piensa en mí como una pareja sexual.

De repente vienes a mí, quieres abrazarme y luego que tus


deseos estén satisfechos me abandonarás nuevamente. No te
importa para nada mi bienestar.

Incluso ahora, está derramando feromonas en mi casa.


Aunque le dije que no lo hiciera.

Lo supe desde que abrí la puerta principal. Estaba


derramando intensas feromonas por todo su cuerpo. Ya he
perdido mi fuerza para resistir. Incluso la determinación de
matarlo se desvanece. Cada vez que los besos continúan y los
labios se superponen, mi mente gradualmente se queda en
blanco.

Prometí que no volvería acostarme con este hombre.

Todavía me queda el último orgullo.Tengo que alejar a Keith.


Me las arreglo para salir de sus brazos y escapar a la
habitación, pero soy atrapado a unos pocos pasos. Tropiezo
y ruedo por el suelo, él también cae sujetándome en sus
brazos.

—¡Déjame ir, déjame ir!

Me revelo tan fuerte como puedo. Lo golpeo en el hombro y


arañó su cara. Pero Keith, despreocupado, toca mi cuerpo,
frota sus labios contra los míos y derrama más feromonas.

¿Por qué este aroma es tan dulce?

Mi mente se pone en blanco. Como lo experimenté antes, se


cuál será el resultado.

Perderé. La derrota ya decidida me hace llorar.

¿Hay algún punto en revelarse?

Trato de golpear a Keith, pero no tengo fuerzas para hacerlo


en absoluto, solo gruño torpemente. Keith me besa y mezcla
su lengua con la mía. Cada vez que la feromona incrementa
su intensidad y se vierte sobre mí, dificulta mi respiración.

Este hombre está loco.

Un destello atrae mi atención. Desde el momento en que


llamó por primera vez a la puerta, no, tal vez antes de eso,
este hombre ya había perdido la razón. Las feromonas
desbordantes, los ojos dorados, dicen la verdad. Recuerdo
tardíamente lo que dijo Whitaker. Su RUT está aquí.

Al final, me rindo. Esta es la realidad. No puedo vencer a esta


jodida feromona mientras sea Omega. Desdichado, bajo las
extremidades y lo dejo hacer lo que quiera.

Keith me quita el pijama y me acaricia el interior del muslo.


Mis ojos se humedecen, un sollozo se escapa y me doy cuenta
de que estoy llorando. Siento un escalofrío repentino en mis
mejillas. Cuando lentamente abro los ojos, Keith me está
mirando. Sus ojos dorados brillan intensamente.

—Yeonwoo —susurra mi nombre.

Me siento sofocado. Continúa acariciando mi mejilla y dice:

—... ¿Por qué lloras?

No puedo soportar más las lágrimas. Jadeo mientras me tapo


la boca con las manos. Keith besa el dorso de mi mano y
murmura:

—No llores.

Sollozo en voz alta.

¿Puedo amarte de nuevo? ¿Cómo puedo volver a enamorarme


cuando estoy tan angustiado?

—Uh, uh... Ah...

Lloro y abrazo su cuello. Keith entra en mí. La fuerte presión


detiene mi respiración, por primera vez en mucho tiempo
abro la boca e inhalo ante la sensación. Keith se mueve
lentamente y me besa. Con cada beso susurra mi nombre.

—Yeonwoo.

Llama mi nombre una y otra vez.

Tan dulce, tan triste. ¿Habrá otro día en que mi nombre


moleste tanto a mis oídos?

Me desespero chupando sus labios y enredando su lengua


con la mía. Toda mi vida estaré solo. No puedo amar a nadie
más. Incluso si me caso y tengo hijos... ¿Se volverá a llenar mi
alma? Justo como el día en que creí que este hombre me
amaba.
En este momento se despierta el odio mortal que siento hacia
este hombre, puedo sentir su carne en mi boca mientras un
increíble y dulce olor a flores fluye de mi boca. Él, que sigue
entrando en mí, se endurece, pero no me detengo y muerdo
su oreja violentamente. Chupo con avidez el rebosante dulce
sabor de sangre.

Suelto un gemido ante un dolor intenso.

—¡Ah...!

Me duele el estómago de repente. He tenido mucho sexo con


Keith, pero nunca antes había sentido este tipo de sensación.
El pene de Keith se hincha y me llena. Cada vez que entra y
sale, grito de dolor. El fondo está a punto de rasgarse. Es la
primera vez que su pene me lastima tanto. Lo abrazo con
todas mis fuerzas y mi interior se siente extraño. Tiemblo de
miedo y agonía, incapaz de respirar adecuadamente.

El dolor parece continuar sin cesar. Esto ya no es sexo, es solo


un acto de conquistar y saquear. Este hombre está tratando
de poseer todo lo que tengo. Lo tomara todo y no dejará ni el
cascarón. No seré nada. Estoy asustado. Cuando me doy
cuenta, instintivamente Keith gime con intensidad, golpea
con fuerza mis entrañas y eyacula. La cantidad de fluido que
entra es diferente a la de un usual RUT, pero el semen que
vierte es caliente como si quemara todo mi estómago, el cual
aprieta su miembro dificultando el movimiento, por tal
motivo no lo puede retirar. Keith gime constantemente
mientras sigue llenándome.

Ni siquiera puedo moverme hasta que todo su semen es


absorbido por mi interior. Respirando con dificultad, me
mira. Los ojos de Keith siguen siendo dorados, y las
feromonas fluyen sin cesar. Su pene se mantiene erecto en
interior. Keith sigue eyaculando una y otra vez sin salir de mí.
Curiosamente, ni fluidos corporales ni semen se
desperdician. Él derrama todo en mí interior.
Cuando la llovizna para, Keith apenas se detiene. El sol sale
tenuemente en la distancia. Acaricio la cara de Keith a la luz
del amanecer. Sus orejas rozaron la punta de mi dedo. La
marca se nota claramente en la oreja izquierda.

Susurro llorando.

—Mi Alfa.

Me inclino hacia Keith y superpongo mis labios sobre los


suyos mientras cierro los ojos. El beso es tan dulce. Repetidas
veces mezclo mi lengua, chupo sus labios y los uno
nuevamente con los míos.

Me besó de todo corazón, con tanto amor, una y otra vez. Pero,
yo sé, que este hombre me abandonará de nuevo. Sin
embargo, dejé una marca en él. Me da una satisfacción
maliciosa. En este momento, pienso que todo será mejor
ahora.

Keith es mío hasta que muera


Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 6

—Uh...

Lentamente abro los ojos y dejo salir un leve gemido. Logro


levantar mis pesados párpados, pero mi visión aún está
borrosa. Me quedo acostado por un rato y reflexiono sobre
mis memorias.

¿Keith?

Termino de despabilarme con un susto, y junto a un grito


caigo de nuevo en la cama. Tengo un terrible dolor en el
estómago. Me quedo sin aliento y espero a que el dolor
desaparezca. Después de tener sexo duro durante toda la
noche, hubo ocasiones en las que la parte inferior de mi
cuerpo dolía y no podía juntar mis piernas, aunque es la
primera vez que duele como si el interior del estómago
estuviera roto. Tardíamente, recuerdo lo que Keith me hizo
la noche anterior. Obviamente fue diferente del sexo que
habíamos tenido hasta ahora.

¿Qué está pasando?

Mientras desciendo lentamente de la cama y me siento en la


orilla, trago mi aliento. Es tan doloroso que es difícil respirar.
Al mismo tiempo, siento que quiero morir, colocó una mano
temblorosa sobre mi estómago y la mantengo ahí por un
largo tiempo.

Haa, haa.

Me las arreglo para moverme, y respiro con dificultad. La


casa está vacía como era de esperarse. No quedan rastros de
él, así que podría creer que el día anterior fue un sueño si no
hubiera sido por el dolor en mi cuerpo.
Miro fijamente a la puerta principal, que ni siquiera está
cerrada.

¿Cuál fue la prisa por irse?

Tarde en recordar lo que había hecho. Poco a poco, la


sensación de realidad viene a mí. Cuando me doy cuenta que
le hice una marca, dejo de respirar. Mis manos tiemblan. No
lo puedo creer.

¿Qué hice para...?

Mis rodillas tiemblan y casi me desplome. Me duele el


estómago otra vez porque me estoy tambaleando, pero
prefiero superarlo. Quiero olvidar completamente la
realidad con el dolor, pero es inútil. Las cosas ya han sucedido
y no pueden deshacerse. Tengo miedo incluso de atreverme
a imaginar lo que sucederá en el futuro.

Solo hay un pensamiento en mi cabeza.

Tengo que huir.

Keith no me dejará en paz si encuentra la marca.

Tenía que esconderme en alguna parte, pero ¿a dónde?

No puedo pensar en nada. Trato de levantarme a toda prisa,


aunque colapsó nuevamente y grito. Me las arreglo para
mover mi cuerpo y comenzar a empacar mis cosas.

Pasaporte, pasaporte. ¿Dónde está?

Cuando las lágrimas se acumulan por el dolor y el miedo,


suena el repentino ringtone de mi teléfono móvil.

Hugh...
Giro la cabeza tragando saliva. El tono de llamada continúa.
La voz de la cantante, que generalmente es relajada, suena
particularmente grotesca hoy. No puedo moverme, mi
cuerpo comienza a temblar. El ringtone se detiene después
de sonar durante mucho tiempo, pero no hay lugar para el
alivio, la música vuelve a sonar. Finalmente, me muevo
titubeando, buscando el teléfono móvil. El tono de llamada se
interrumpe un par de veces más y luego continúa
nuevamente antes de que pueda contestar.

—Hola.

Cuando logro abrir la boca con voz entrecortada, del otro


lado me llega una voz de alivio.

—¿Yeonwoo? ¿Qué pasó? Estaba preocupado por qué no


cogías el teléfono.

—Charles.

Sé quién es, pero eso no significa que mi ansiedad disminuya.


Respondo con cuidado:

—Me acosté tarde... Debo haberme quedado dormido. ¿Qué


está pasando? ¿Qué hora es en este momento...?

—Oh, está bien. Puedes llegar tarde al trabajo hoy.

Charles alivia mis preocupaciones, sin embargo, lo siguiente


que dice es inesperado:

—De hecho, hubo un accidente anoche. Como Yeonwoo sabe,


se suponía que el Sr. Pittman debía ir a una fiesta, pero su
auto se descompuso repentinamente en el camino. Todos se
bajaron para arreglarlo, y el Sr. Pittman decidió mudarse a
otro automóvil, pero la cantidad de personas ha disminuido
recientemente... La seguridad se vio comprometida. El Sr.
Pittman desapareció de repente y todos lo estaban buscando.
Pero esta mañana lo encontré acostado hecho un desastre
cerca de la mansión, empapado por la lluvia de anoche.
¿Dónde y qué ha estado haciendo toda la noche...?

Charles suspira, pero pienso en otra cosa mientras lo


escucho.

¿Entonces Keith vino caminando a mi casa ayer? ¿E intentó


regresar caminando a la mansión?

Su comportamiento extraño el día anterior puede que tenga


algo que ver con su repentina visita y el sexo, así que
pregunto cuidadosamente:

—¿Se desmayó?

—Sí —continúa Charles—. Primero lo traje y lo lavé, y ahora


está durmiendo. No ha podido sacar las feromonas
recientemente, es probable que se acumularan y de repente
apareció su RUT... Aún no era momento para que le llegará...
De todos modos, me temo que estará inconsciente durante
aproximadamente uno o dos días.

Sin querer contengo el aliento. Charles entiende mal mi


respuesta silenciosa.

—Sé lo que Yeonwoo está pensando. También estoy


preocupado por eso... Se despertó dos veces y abrió los ojos,
pero estaba completamente loco. No importa lo que digas, no
entiende y vuelve a dormir.

Charles hace una pausa. Inconscientemente me pongo


nervioso por el extraño silencio. Entonces vuelve a abrir la
boca:

—Parece que tiene un trastorno de memoria.

—...
—Estoy seguro de que lo sabremos cuando se despierte por
completo, pero no tiene ningún recuerdo de las horas en que
se perdió. El médico dijo que aún hay muy pocas
posibilidades de recordar después de que despierte.

Todavía no digo nada. Charles concluye:

—Estaba preocupado por su repentina desaparición, pero


me alegra que haya vuelto sin problemas. De todos modos, te
llamo para comunicártelo.

—... Sí.

Me froto con fuerza la garganta y hago un sonido.

—Está bien, tendré cuidado.

Intercambio algunas palabras más y termino la llamada.

Whoo

Un profundo suspiro rompe el silencio. Me siento en un


rincón tranquilo de la habitación y parpadeo sin
comprender.

¿No te acuerdas?

Mis dedos hormiguean con nerviosismo.

Si es así, no tengo que huir a toda prisa.

También es una posibilidad organizar los alrededores y


observar la situación con calma.

“Es bueno que haya regresado sin problemas”.

Las palabras de Charles pasan por mi mente.

No importa, pienso con malicia. No han encontrado ninguna


señal todavía. A nadie se le ocurriría mirar cerca de sus oídos.
Siento que me han dado un período de gracia hasta que Keith
despierte. Pero tengo que estar preparado para cualquier
emergencia. Cuando Charles descubra la situación estaré
listo para ocultar mis huellas en cualquier momento. Me
tambaleo por la casa y hago un gemido. Tengo que resolverlo.
Mientras busco mi tableta, dejo de caminar varias veces y me
siento.

Al final, no pude hacer nada ese día y me enfermé.

✤✤✤✤✤✤

He venido a trabajar a la hora habitual. Hago mi propio café


molido y vierto agua. Respiro hondo el aroma profundo
mientras le doy un sorbo. Cuando miro el reloj en la pared, el
momento se acerca gradualmente. Keith aparecerá hoy a la
misma hora de siempre. Regreso a mi escritorio con la taza
de café y me siento en mi silla.

Ugh

Me tiemblan las manos y terminó derramando un poco del


café en el suelo. Afortunadamente, la ropa no se ensucia.
Limpio la mancha de la alfombra con un pañuelo y me inclinó,
de repente surge un escalofrío en mi cintura.

¡Pom!

Cuando la puerta se abre con un fuerte estruendo, casi grito


por el asombro. Finjo ser lo más indiferente posible y miro en
la dirección del sonido. Quién abre la puerta es la persona con
la que tuve sexo ardiente hace solo dos días. Me levanto de
mi asiento y me inclino cortésmente, como siempre. A pesar
de mi intento de actuar normal descuidadamente trago en
seco.

—Sr. Pittman. ¿Hay algún problema?


Incluso si no respondiera ya sé la respuesta. Siento como mi
corazón late frenéticamente e intento fingir calma y
controlar mi expresión. Keith, que me mira, tuerce la boca y
se ríe brevemente.

—Ah... Por supuesto, hay un gran problema.

Sostiene una de sus orejas y la aprieta.

—Una perra me marcó.

Sin darme cuenta, casi me caigo gritando: Lo siento. Pero en


la realidad solo suelto un pequeño suspiro. Keith me dirige
una mirada desagradable, como si no le gustara mi reacción.

—¿Qué? ¿Eso es todo?

No pasa mucho tiempo antes de que comience a gritar. Es su


reacción natural.

¿Quién se atrevió a dejar una marca en un hombre tan


arrogante sin permiso? Tan orgulloso.

—¿No recuerda quién le hizo la marca?

Keith, que golpea la pared con fuerza mientras intento hablar


con voz tranquila, me mira con una cara aterradora.

Bueno, si él supiera eso, no estaría aquí ahora. Tengo miedo,


pero también siento un poco de alivio.

Qué vergonzoso sería si este hombre supiera que fui yo.

De repente me las arreglo para contener mi risa nerviosa. La


marca que dejé tan claramente, permanece en su oído. Un
rastro de posesión que nunca se perderá en la vida. Eso
nunca desaparecerá hasta que muera.
Además, Keith nunca tendrá hijos de nadie más que no sea yo.
Ni siquiera podrá percibir el aroma de otro Omega, excepto el
mío.

Bajo la mirada para ocultar la maliciosa satisfacción.

¿Quién fue capaz de marcar tan audazmente el cuerpo de Keith


Knight y desaparecer?

Él nunca lo sabrá.

Después de derramar un huracán de ira contra mí, Keith


suspira y abre la boca:

—Llama a Whitaker.

Me sorprendí al escuchar el nombre del líder del equipo del


guardaespaldas personal de Keith.

—... ¿Está tratando de encontrarlo?

—No. —dice, luego agrega antes de que me sienta aliviado—


. Lo voy a matar.

Su dulce sonrisa asesina, mientras barre su cabello hacia


atrás me parece una sentencia de muerte. Pero al mismo
tiempo, nunca olvidaré la cruel alegría que surge en mi
interior.
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 7 | Parte 1

Woo-Wook

Las náuseas volvieron aparecer. Distorsiono mi cara y logro


tragar el ácido gástrico que vino a mi garganta. Hace casi un
mes que no me siento bien. Ni siquiera puedo comer bien
porque mi estómago sigue volteándose. Me las arreglo para
aguantar agua o bebidas, pero a veces me da asco y termino
vomitando.

—¿Qué puedo hacer, por qué tu cuerpo está enfermo? —


preguntó Emma con ansiedad.

Solo atino a sonreír débilmente. Incluso hablar es difícil.

Quizás mi cuerpo fue dañado por la constante tensión de los


últimos días. Cuando estoy en el trabajo todo el día, no puedo
evitar estar nervioso por cada movimiento de Keith. Y, por
supuesto, me agoto. Él ha estado buscando al criminal desde
ese día, pero no importa cuánto lo intente, no encuentra
nada. La trayectoria que Keith tomó ese día estaba en el
limbo, y es aún más difícil encontrar rastros debido a la lluvia
que cayó.

Todo lo que puedo decir es que hubo una serie de malas


noticias sobre aquel día en que la lluvia cayó; y porque su
RUT llegó y perdió la memoria. Por supuesto que esto último
fue una bendición para mí. Keith ya no buscó compañeras
después de que grabe la marca. Le habían dicho que solo por
tenerla sus feromonas podrían estar más estables.

Las personas solían decir cosas románticas sobre la marca


como: "Ya no tienes que deambular entre personas
inespecíficas en busca de tu propio compañero". Creo que es
una mierda ahora, pero es cierto que las feromonas son
estables de todos modos, y Keith no parece acumular
feromonas a pesar de que no ha tenido una relación sexual
con nadie durante más de un mes.

Whitaker se regocijaba diciendo que el auto ya no se


descomponía y que ya no es afectado por el aroma. Ahora yo
soy el único que puede tomar la feromona de Keith.

No podrá seducir a nadie con esa jodida feromona. Todo él se


convirtió completamente en mío.

Fue bueno para todos que a Keith le quedará una marca a


excepción de las partes involucradas.

—¿Tiene sentido que aún no lo hayas encontrado?

Keith gritó enojado, como siempre.

Doy una respuesta definitiva.

—La lluvia borró todo rastro y Charles se llevó al Sr. Pittman


que estaba inconsciente ese día, lo lavó y descartó toda la
ropa sucia y mojada.

Cuando Keith despertó de un sueño profundo, no quedaba


rastro en su cuerpo. Lo cual lo puso aún más enojado. Aparte
del hecho de la marca, Keith parece más enojado que nunca.
El problema, en definitiva, soy yo que permanezco en silencio
esperando a que terminé con su rabieta, y de repente siento
como mis ojos se oscurecen.

—... ¿Qué pasa?

Fue Keith quien lo notó por primera vez. En un momento, mi


rodilla estaba casi doblada y rápidamente me apoye sobre el
escritorio, él levantó una mano para intentar sostenerme.

—Está bien, no me toques.


Por un momento Keith hace una pausa. De pie a cierta
distancia, me mira. Me paro apoyándome en el escritorio y
espero a que el mareo desaparezca.

Whoo-hoo

Apenas suspiro y Keith, que ha estado observando hasta


entonces, abre la boca:

—¿Por qué no vas al hospital?

—Estoy bien solo es cansancio.

Después de rechazarlo, retomo el tema. Keith ya no dice


nada, solo me mira. La mirada es pesada, así que a propósito
digo:

—Si no hay nada más que decir me retiro.

Entonces me doy la vuelta para retirarme. Él me detiene y


dice:

—Detén el trabajo y vete a casa.

—¿Ah?

Dirijo mi mirada hacia él ante el comentario inesperado.


Keith se frota el pelo irritado.

—Ve, ve a casa y descansa. Porque no quiero verte tropezar


débilmente.

—Estoy bien...

—No estás bien. ¡Escúchame, maldita sea!

Keith golpea de repente el escritorio y escupe fuertes


maldiciones. Abro los ojos con asombro. Keith me fulmina
con la mirada así que no tengo más remedio que responder
que sí. Me apresuro a salir de la oficina, es entonces que él
escupe una advertencia a mis espaldas.

—Me aseguraré de que estés fuera del trabajo en diez


minutos. Prepárate, si te veo entonces...

Miro hacia atrás con asombro, él no está sonriendo en


absoluto por lo que no tengo más remedio que asentir otra
vez.

Deje la compañía tan pronto como me echaron, aunque aún


es demasiado temprano. Pienso en la posibilidad de caminar
por el parque, pero no me siento bien y no quiero ir allí. Me
siento en el auto y pierdo el tiempo. De repente, me doy
cuenta de que hoy es el día que tengo que hablar con
Steward. Hay una sala común en el hospital, así que incluso si
voy un poco temprano podría esperar ahí, incluso tiene un
baño, por lo que es un buen lugar para tomarse un descanso
o beber una taza de café.

Arranqué el auto sin dudarlo.

✤✤✤✤✤✤

—Yeonwoo, bienvenido. Llegaste muy temprano.

Sonrió brevemente.

—Sí, terminé un poco temprano así que vine primero. No


puedes acelerar la cita, ¿cierto?

Cuando se lo pregunto pone una cara de preocupación.

—Hay alguien más esperando en este momento. Será posible


después de su consulta. Creo que tomará unas dos horas.
¿Está bien?

Aun así, es más rápido que la reservación. Asiento con la


cabeza.
—Mientras tanto, estaré esperando en el salón.

—Sí, entonces te acompaño.

La recepcionista se levanta rápidamente y me guía hacia la


sala. Ya había venido varias veces, no era necesario que me
guiara, pero aun así acepte.

—Gracias.

Después de agradecer y entrar, un olor familiar llegó a mi


nariz. Fue solo después de un momento que me percaté de
dónde venía aquel aroma. El hombre que ocupaba el salón
miró hacia atrás mientras ponía una bolsita de té en una taza.
Me sonrió familiarmente.

—Oye, ¿qué haces aquí a esta hora? No sabía que Yeonwoo


haría algo tan grandioso para dejar el lugar de trabajo.

—Sr. Miller.

Saludo a Grayson con una cara rígida. Tan pronto como la


puerta se cierra a mis espaldas, siento que me ahogo. Sin
saberlo, el sudor frío invade mis manos y las froto contra mi
pantalón. Quería respirar profundamente, pero estaba sin
aliento. Saludo a Grayson con una cara endurecida. Cuando
Grayson observa mi reacción inesperadamente esconde sus
feromonas.

Lo miro aliviado y me pregunto porque reduce el aroma.

—No te he visto en mucho tiempo, y estaré muy triste si


vuelves a huir de mí. No tengas tanto miedo.

Se lleva la mano al pecho y sacude la cabeza exageradamente.

—Gracias —digo de manera cortante.


Grayson señala un sofá mientras se apoya contra la barra de
bebidas.

—¿Por qué no te sientas? No me moveré de aquí, así que no


te preocupes. —Él sonríe y me dice aun dudando—. No hay
razón para que yo te haga algo aquí, no soy tan malo.

Siento mi cara arder de vergüenza en este momento.

—... Lo siento.

—Está bien —dice Grayson, quien acepta mis disculpas


como si fuera generoso, esperó a que me sentara y luego
abrió la boca—: ¿Quieres té o café?

—Yo lo haré.

Estaba tratando de levantarme cuando de repente me sentí


mareado al punto de colapsar.

Grayson preguntó sorprendido:

—¿Estás bien?

—Oh, sí... Estoy un poco cansado en estos días —murmuro


vagamente y cierro los ojos, luego escucho un repentino
sonido de pasos acercándose, abro los ojos reflexivamente,
Grayson había traído la taza hacia mi mesa.

—... Gracias.

Justo a tiempo, quería beber un poco de agua, así que


agradezco sinceramente. He estado pensando que Grayson
es ingenioso durante mucho tiempo, pero en este momento,
me sorprende que él mirara dentro de mí. Además, los ojos
morados que me miran son particularmente amables. Otras
veces habría sospechado, pero mi cuerpo debilitado me lo
impide. Este hombre era conocido por su promiscuidad,
especialmente entre los Alfas de alto rango. Si miras de esa
forma, ¿alguien podría negarse? Cuando sin querer me siento
en confianza, Grayson abre la boca de una manera
increíblemente cariñosa.

—Escuché que un tipo ha marcado a Keith.

—...

De momento no respondo, pero luego abro la boca:

—Sr. Miller, ¿trabaja para el FBI o la CIA?

—¿Huh? ¿Qué quieres decir? —pregunta seriamente, parecía


no tener idea.

—Creo que serias muy bueno para interrogar a alguien sin


tortura.

—Jajajajaja.

Grayson se echa a reír.

Él siempre sonríe, pero es raro verlo romperse así en risa.


Abrió la boca después de dejar de reírse de mí con un aspecto
extraño.

—Siempre me han molestado por conseguir un trabajo y


debería pensarlo. Gracias, Yeonwoo. Por el consejo de vida.

—Ni lo menciones —concluyo sin rodeos.

Casi me confieso sin darme cuenta.

Debo tener cuidado de no decir nada que no deba decir, pero


Grayson se acerca y se sienta en el sofá, aunque un poco
alejado para no incomodarme. Saca la bolsita de té y la pone
en un plato pequeño sobre la mesa y habla:

—Entonces ¿todavía no has atrapado al criminal?


—Sí, todavía no.

Evito mirarlo intentado disimular que estoy bebiendo agua.


Grayson inclina la cabeza y sonríe.

—Estás en problemas, Keith también.

—...

—Yeonwoo, ¿estás bien?

Dirijo mi mirada hacia él quien me está mirando con una cara


inusualmente seria. Afortunadamente, estaba preparado
para poder reaccionar como siempre.

—¿Qué quieres decir?

—Te gusta Keith.

Por un instante busco que decir ante el repentino golpe de


sus palabras, pero no tengo forma de contradecirlo. Grayson
toma mi silencio como respuesta.

—Los Omegas son tan crueles. ¿No es injusto monopolizar a


tu compañero para siempre con una marca?

Parpadeo ante el repentino comentario. Grayson deja su taza


de té sin beber y se recuesta profundamente en el sofá.

—El Alfa puede dejar una marca en innumerables


compañeros, pero eso no significa nada. Incluso un Omega
con mi marca puede oler a otro Alfa. Además, hay muchos
casos en que la marca desaparece por sí misma u otro Alfa se
superpone a la marca para eliminar la anterior. Una vez vi a
un Omega con cinco marcas a la vez. Cinco alfas
compartiendo un Omega. ¿Tiene sentido? ¿Puedo llamar a
ese Omega, mi Omega?
Grayson distorsiona la frente y continúa hablando con una
cara inusualmente sonriente.

—Pero el Omega solo puede ser dueño de una persona, por


el resto de su vida. Porque la marca nunca desaparece hasta
que muere. —Suspira—: Injusto.

Las palabras de Grayson, por un lado, fueron comprensivas.


En resumen, la marca dejada por un Alfa no significa nada. Los
Omegas son libres al máximo, incluso marcados. El Alfa, en
cambio, es el único que se condena debido a la marca. Sin
embargo, el costo para el Omega es grave.

—...Y muchos Omega mueren por eso —añado un


comentario ante la injusta realidad.

En el año, usualmente docenas de Omegas y Alfas tomaron la


decisión de marcarse mutuamente en señal de su amor, pero
el corazón del Alfa suele cambiar así que deciden asesinar a
su Omega para poder liberarse de la marca.

Los Omegas solo pueden dejar una marca una vez en la vida y
a riesgo de morir asesinados.

Solo poseen un compañero para el resto de su vida.

Grayson me observa con una mirada curiosa y añade:

—Keith está buscando por todos lados al Omega para


matarlo. ¿Podrá encontrarlo?

—Yo no lo sé —respondo con calma esta vez.

Grayson sonríe.

—Ahora Keith solo podrá oler la feromona del Omega que lo


marco por lo que, si el criminal está cerca, lo sabremos tarde
o temprano. —Me dirige una mirada significativamente y
entrecierra los ojos—. Habrá límites para ocultar las
feromonas con inhibidores.

En lugar de responder le pregunto:

—¿Qué harías si tu Omega fuera marcado por otro Alfa?

—¿Por qué?

—Solo curiosidad.

Grayson se acaricia la barbilla.

—Si mi Omega queda bajo la marca de otro. —Grayson, que


finge preocuparse por un momento, pronto sonríe—: Debo
matarlo, por supuesto.

—¿A ambos?

Grayson abre los ojos, parece sorprendido por mi pregunta.

—Mataría solo al bastardo que se atrevió a marcar a mi


Omega. No puedo matar a mi Omega. —Y pronto murmura
con una mirada seria—: No puedo matarlo... ¿Qué haré?

Grayson, que parece estar preocupado por un minuto,


inesperadamente sonríe.

—No lo he pensado.

Cuando me dispongo a hablar, un sonido agudo me


interrumpe y la puerta se abre de golpe. Un empleado
familiar aparece a la vista.

—Sr. Miller, es hora.

—Oh, ya. —No siente lástima en absoluto de que nuestra


conversación fuera interrumpida—. Fue un placer verte,
Yeonwoo. Espero que estés bien.
Cuando estaba a punto de levantarse e irse, se detiene y me
mira.

—Le dije a Keith que el Omega que lo marcó podría estar más
cerca de lo que se imagina. ¿Sabes lo que me dijo?

Grayson susurra y espera mi reacción. Parece que ya lo


descubrió todo o tan solo está intentando descubrirlo. Sin
opción respondo:

—¿Qué dijo?

—Dijo en el acto sin dudarlo, realmente impensable. —


Grayson habla poniendo énfasis a sus palabras—: Dijo,
Yeonwoo nunca haría eso.

Se ríe en voz alta y no dice nada por un momento.

—Estaba tan seguro que me sorprendió. La confianza en


Yeonwoo parece enorme.

—...Nunca me atrevería a hacer eso.

Grayson dice:

—¿En serio? —Luego se acaricia la barbilla como si estuviera


preocupado por un momento, acto seguido se encoge de
hombros—. Hasta luego Yeonwoo.

Se ríe brevemente y pronto se retira de la sala de descanso.


Me quedo solo.

Cierro los ojos y me recuesto en el sofá, siento que mis


nervios, que habían estado al límite, se calman. Al mismo
tiempo, los mareos y los dolores de cabeza aparecen de
inmediato. Grayson se deshizo de las feromonas y hablamos
solos en un espacio cerrado sin tener algún tipo de ataque de
pánico.
¿Finalmente estoy libre de todo miedo?

Lejos de la alegría, me siento aturdido.

Tal vez eso es lo que quiero. De repente pienso... Si tuviera otro


ataque de pánico, Keith volvería a ser amable conmigo.

Estoy tan desesperado. No puedo creer que todavía tengo


sentimientos tan persistentes. Grayson tiene razón. No
puedo ocultarlo para siempre. Algún día Keith lo sabrá. Que
fui yo quien dejó la marca. Cuando llegue el momento, ¿me
sentiré renovado o me sentiré abatido?

✤✤✤✤✤✤

—...Woo, Yeonwoo.

El suave movimiento en mis hombros provoca que abra mis


ojos. Me había quedado dormido sin darme cuenta.

La empleada me ofrece una sonrisa amarga.

—Debiste estar muy cansado. Estabas durmiendo como un


tronco.

Tartamudeo avergonzado:

—Ah... Sí, estos días he estado un poco... No me siento bien.

—Te ves mal. Será mejor que cuides tu salud.

Ella me lleva a la oficina de Stewart después que termina de


hablar.

Stewart me saluda tan alegremente como siempre.

—¿En serio? ¿Estuviste solo con Grayson Miller durante más


de 10 minutos en un espacio cerrado y no se produjeron
ataques? —repite lo que le había dicho y parece sorprendido.
—Él redujo las feromonas, pero... —Steward sacude la
cabeza y me interrumpe. —No, eso es suficiente. Ahora
vamos a dejar la medicina. Mientras tanto, has tenido otros
problemas...

De repente su voz se vuelve distante. Frunzo el ceño


inconscientemente. Era extraño que mi vista se volviera
borrosa. Debo estar realmente enfermo.

¿Debería hacerme un chequeo médico...?

—... ¡Oh! ¡Yeonwoo!

De repente, mi mente regresa mientras parpadeo. Steward se


ve sorprendido. Me dice preocupado:

—¿Estás bien? Me asustaste mucho, casi te caes


repentinamente. Espera, no te levantes. Lentamente, sí...

Con su ayuda, me recuesto en el sofá. Permanezco algo


inconsciente por los mareos, pronto Steward me dice
preocupado:

—Tienes la presión arterial baja y una tez pálida. ¿Has


comido bien recientemente? Te ves más delgado que la
última vez que te vi.

El sonido de su voz resuena en mis oídos y parte de mi frente


se distorsiona por sí misma. Él, que notó mi condición,
permanece en silencio.

Después de un breve momento, abro la boca con dificultad:

—Solo me siento...un poco mal.

Mis palabras se van desvaneciendo a medida que hablo hasta


que finalmente me quedo en silencio.
Siento náuseas nuevamente. Pero no había comido nada, no
hay nada que pueda expulsar en esta condición. Solo siento
como el jugo gástrico amargo se asoma por mi garganta.

—Últimamente el Sr. Pittman ha estado ocasionando mucho


alboroto. ¿Tal vez es por eso que has tenido más trabajo?

—Si... —dije mis palabras torpemente.

Steward continuó, como si pensara que era porque estaba en


malas condiciones.

—No te esfuerces demasiado, el Sr. Whitaker se encargará de


eso. —Me mira por un momento y agrega con
preocupación—: Es cierto que el Sr. Pittman es muy exigente,
pero hay algunas cosas en las que Yeonwoo trabaja
demasiado duro. No tienes que hacer todo por ti mismo...

Eso es algo que me he estado diciendo a mí mismo desde


siempre. No tengo que ser yo. Alguien más se ocupará. No
pensemos que es imposible sin mí. Eso es obvio.

—... ¿Yeonwoo?

De repente mis ojos se oscurecen. Steward saca un pañuelo y


me lo entrega.

Yo le agradezco esbozando una breve sonrisa.

—Creo que solo estoy un poco cansado.

Él se rio amargamente.

—No exageres, Yeonwoo. El criminal caerá pronto sin


importar lo que intente.

—...Supongo que sí.


Y antes de eso, tendré que irme de aquí. Antes de que Keith
se dé cuenta, no, cuando nadie pueda imaginarlo. No puedo
permitirme esperar, debo organizarme para huir. Lo
importante es cuándo.En qué momento debo desaparecer sin
levantar sospechas.

Solo sé que cuando llegue ese día, me iré para siempre. A donde
Keith nunca me encontrará.
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 7 | Parte 2

Escucho un fuerte estruendo, Keith está arrojando algo, de


nuevo. Es obvio que no puede controlar su temperamento
por tal motivo actúa de esa manera. Internamente siento que
se lo merece. Su vida parece haber sido encadenada por
alguien que no conoce, no ha podido encontrar ningún rastro
del criminal, y mucho menos su identidad. Después de un
tiempo Whittaker salió de la oficina con una cara
completamente preocupada.

—Puede que en cualquier momento pierda mi trabajo.

Whittaker suelta un suspiro.

En silencio ordeno los documentos para luego entrar en la


oficina, cuando estoy adentro lo primero que llama mi
atención es el desastre alrededor, todo está desordenado
como si un huracán hubiese pasado. Incluso la pesada silla de
cuero, en la que siempre se sienta, se encuentra al revés. No
parece demasiado difícil dado que Keith tiene unos músculos
firmes en todo el cuerpo. Me acuerdo cuando me cargó y
subió las escaleras de la mansión, nunca suspiró de cansancio
en absoluto. La única vez que lo escuchaba respirar con
dificultad era cuando teníamos sexo. Ahora que lo pienso no
sé porque ese día Keith no usó la fuerza, era más fácil
someterme usando la fuerza que usando feromonas. ¿Por qué
uso feromonas en mí?Quizás porque resultó más fácil que
usar la fuerza o tal vez porque pensó que era divertido
controlar a un Omega con las feromonas.

De cualquier manera, los resultados hubieran sido los


mismos. Doy una mirada rápida a la silla de cuero que se
encuentra boca abajo en el suelo y luego dirijo mi mirada
hacia Keith quien tiene un cigarrillo en la boca mientras
barre su cabello con una mano. Espero en silencio hasta que
enciende el cigarrillo y de una bocanada.
—Si va a reemplazar al equipo de seguridad, avíseme con
anticipación. No es fácil establecer un equipo de seguridad
con Gammas.

—Lo sé. No lo voy a reemplazar.

Keith aprieta los dientes.

Entonces es poco probable que Whittaker pierda su trabajo.


No me arrepiento de lo que he hecho. Me acerco para
entregar los documentos.

—Se trata de una fiesta el fin de semana. Verifique la parte


marcada y si tiene algo que agregar, hágamelo saber hoy.
¿Qué pasa con su pareja? ¿Debo ordenar la lista?

Keith me mira con los ojos entrecerrados y la llama en la


punta del cigarrillo se enciende mientras él lentamente le da
una calada.

Después de escupir el humo habla:

—Trae la lista.

—De acuerdo.

Me despido e intentó dar la vuelta, pero de repente Keith me


detiene.

—Quédate ahí.

Abre la boca con una mueca y me veo obligado a obedecer su


orden.

—Sí.

Me detengo y espero.
Dudo antes de detenerme, pero parece que Keith habla en
serio. Luego de un momento camina hacia donde estoy, a
medida que se acercaba con cada paso, mi corazón
comenzaba a sacudirse por la inquietud. Keith me mira con
los ojos entrecerrados y se detiene a un par de pasos antes de
llegar a mí.

Keith, que no ha dicho ni una sola palabra hasta entonces,


extiende la mano. Tan pronto como sus largos dedos tocan
mi mejilla, me asusto y mis nervios comienzan a ponerse en
alerta. Se quedó así por un instante. Mi respiración se volvió
cada vez más pesada, pero no era mi cara lo que estaba
mirando. Está mirando mis orejas.

Keith inclina la cabeza de repente Y sin tiempo a escapar


entierra su nariz en mi cuello, por un momento contengo la
respiración por la sorpresa. Mi corazón late como loco.
Permanezco quieto, incapaz de respirar. Keith inhala
fuertemente en mi oído y exhala lentamente, el aliento
caliente me hace cosquillas. Después de un rato, vuelve a
comprobar si hay olor. Poco a poco repite lo mismo hasta
bajar a mi cuello...continúa por mi clavícula y regresa hacia el
lóbulo de mi oreja. Mientras que yo solo atino a quedarme
allí, inmóvil.

—Ah...

Keith suspira en poco tiempo. Cuando levanta la cabeza,


parece extrañamente decepcionado.

Mientras que yo me encuentro internamente aliviado.

—¿Por qué hizo eso? —pregunto audazmente.

Keith me mira por un momento y abre la boca:

—No —dijo en voz baja—. No importa.


Keith vuelve a quedarse sin palabras y frunce el ceño.

—Inhibidores... ¿Sigues tomando inhibidores?

Por un momento trago en seco sin darme cuenta.

¿Qué? ¿Hice algo para que sospecharas? ¿Qué expresión estoy


haciendo ahora?

En solo unos segundos me lleno de pensamientos. Pero la


expresión de Keith no me permite adivinar sus
pensamientos. Finjo ser lo más indiferente posible y
respondo con un tono tranquilo:

—No, de todos modos no podría olerme, así que no tengo que


tomar medicamentos.

Las arrugas en la frente de Keith se profundizan.

¿Sabrá que estoy mintiendo? ¿O está sospechando de mí?

Espero en suspenso sus siguientes palabras. Nos miramos el


uno al otro sin decir nada. Compartimos una mirada
persistente como si buscáramos algo, pero nadie abre la
boca. No puedo hablar primero porque mi corazón está a
punto de estallar. Permanezco inmóvil, soportando la
sofocante tensión.

—...Sal de aquí.

Cuando Keith finalmente habla, hago una reverencia y me


retiro. Llegar a mi escritorio me resulta difícil porque no
puedo respirar correctamente. Cuando finalmente me siento
en mi silla, respiro profundo y me quedo pensando por un
tiempo. De repente los mareos comienzan a surgir
nuevamente.

¿Será por el inhibidor?


Quizás esto se deba a los efectos secundarios que puede
causar el abuso continuo de inhibidores, pero si no consumo
inhibidores podrían atraparme en cualquier momento. Y
Keith puede no creer mis mentiras.

¿Y si duda de mí?

Un sudor frío comienza a invadir mi cuerpo. Necesito


encontrar una manera de dejar de oler naturalmente.

✤✤✤✤✤✤

—Sí, puedes dejar las flores allí. Oh, un poco a la derecha. Sí,
está bien.

Voy de ida y vuelta entre la bulliciosa multitud y doy


instrucciones. Tiene que estar todo listo antes de que lleguen
los invitados. Discuto esto y aquello con el organizador de la
fiesta y preparamos todo para no cometer errores. No
importa cuántas veces lo revise, siempre ocurre una
situación inesperada. Esta vez estoy preocupado por lo que
sucederá y reviso todo meticulosamente.

La fiesta es para la promoción de la película que pronto


comenzará a grabarse. Tales eventos ya se han celebrado
varias veces, pero la razón por la cual este evento es tan
especial es porque Chase Miller asistirá, es un actor muy
famoso y además un Alfa dominante. No solo debo de
organizar con éxito la fiesta, también debo prestar especial
atención a Chase Miller y que reciba un trato adecuado.

Chase Miller, quien poco tiempo atrás cambió de papel


debido a la decisión de Keith e inmediatamente después del
ataque terrorista que sufrió Keith aceptó el cambio y
suscribió el contrato. Me sorprendió su repentina actitud,
como si hubiera esperado que sucediera el ataque para
aceptar las nuevas condiciones, pero quizás es tan
malhumorado como mencionó Keith. De todos modos,
estaba claro que era una persona difícil.

Además de los funcionarios y directores de cine, también


había muchas celebridades invitadas. Por lo tanto,
contrataron guardaespaldas adicionales y ordenaron más
comida y alcohol. Keith y su compañera de fiesta ya habían
hecho un trato. La acompañante seleccionada de la lista es un
modelo que recientemente se ha convertido en el centro de
atención, y es Beta, al igual que la mayoría de las compañeras
anteriores de Keith. Su rostro está últimamente por todas
partes, debo admitir que tiene un rostro bonito, y
probablemente su presencia destaque entre la multitud
durante la fiesta. Me pregunto si él también estará tan
deslumbrante.

—Escuché que el Sr. Pittman tiene una marca, pero ¿todavía


necesita una compañera?

La noticia de la marca se extendió rápidamente por todo el


país. Keith insistió en bloquear las noticias y ocultar el
artículo tanto como fuera posible, pero ya se había
rumoreado y, sobre todo, no podía ocultar de su oído la
marca, estaba siempre expuesto a que lo notaran por sus
actividades públicas. Finalmente, la noticia se hizo de
dominio público y todos comentaban:

¿Quién será el audaz Omega que dejó una marca en ese


arrogante Alfa dominante?

Por supuesto, nadie podría haber imaginado que sería yo.


Incluso Whitaker cada vez que lo ve dice: “Es muy difícil de
creer”.

Whittaker realmente no duda de mí. No podía decir si


debería estar feliz o decepcionado con la realidad, nadie
esperaría que Keith caminara por la calle y viniera a mí,
tuviera relaciones sexuales y volviera. Incluso a veces me
pregunto si ese día fue un sueño.

¿Por qué tuvo que venir hacía mi cuando estaba inconsciente?

Es más convincente que pensaran que Keith había caído


inconsciente cuando llegó su RUT y estuvo con un mal Omega
que grabó una marca y escapó. A veces hasta pienso si quizás
lo que sucedió fue real, pero la marca que se encontraba
grabada en el oído de Keith me recuerda que es una realidad.
Un dulce aroma a flores se extiende por mi boca.

Pensar que este hombre arrogante es mío me hace sentir un


placer y un vacío agridulce al mismo tiempo.

Este es mi secreto que nadie en el mundo sabe. De repente,


escucho el tono de llamada de mi teléfono celular. Reviso el
número con urgencia.

—Sí, Sr. Whitaker.

—Los autos están llegando así que creo que tendremos que
prepararnos —dice Whitaker al otro lado de la línea.

—Ok, gracias.

Cuelgo y miro alrededor del salón.

Fuera de la mansión, el bullicio de la gente incrementa.


Periodistas y personas comunes se reunieron para la
cobertura. Keith debe llegar pronto con su compañera para
asistir a la fiesta de hoy. Voy a la cocina y le informo a Charles.

—Revisaré a los invitados a la fiesta. Por favor, avísame


cualquier cosa.

—Sí, no te preocupes. —Para Charles, esta fiesta no es nada


especial. Sonríe como si fuera una máquina y dice de repente
mientras intento darme vuelta para retirarme—: Yeonwoo,
¿pasa algo malo? Estás más delgado que la última vez que te
vi.

—¿Qué?

Le pregunto y él continúa:

—No te excedas, puedes irte cuando hayas terminado con tu


trabajo. Yo me encargaré del resto... ¡Jesús! ¿No comes en
absoluto? No tienes color en el rostro.

Si Charles dice algo así es porque mi apariencia realmente


está muy debilitada, hasta ahora no me había preocupado.
Siento mi cara avergonzada.

—No he podido dormir últimamente... Eso es todo. Gracias


por tú preocupación.

Rápidamente peino mi cabello y me doy la vuelta. Sigo


sintiendo náuseas y mareos. No le presto mucha atención a
los comentarios de Charles, más tarde le pondré atención a
mi salud.

¿Realmente tengo que ir al hospital?

Sacudo la cabeza a toda prisa cuando se me cruza por la


cabeza que quizás es un efecto del inhibidor. Tiempo
después, una cara familiar aparece en mi campo de visión y
me acerco a él con una sonrisa profesional.

—Hola, director. ¿Cómo ha estado?

—¡Yeonwoo! Mucho tiempo sin verte. ¡Chico, tu cara se ve


muy mal! Dile al Sr. Pittman que deje de molestarte.

Después de un breve apretón de manos se fue. Luego


vinieron otros invitados, saludo una y otra vez mientras
rápidamente borraba sus nombres de mí lista mental.
Algunos de ellos estaban preocupados por mi estado de salud
y ofrecieron presentarme a un médico o conseguirme una
buena medicina. Por supuesto que no soy descortés, solo los
evito soltando una breve risa.

El proceso es sencillo, intento mantenerme relajado y doy un


vistazo al salón de la fiesta, Charles también está ocupado
entreteniendo a los invitados. Ocasionalmente, cuando
encuentro un cliente que quiere algo o siento una atmósfera
inusual, me acerco a él de inmediato y resuelvo el problema.

Todo lo que tengo que hacer es mantener la atmósfera


tranquila hasta que llegue Keith. Cuando pienso en eso, me
siento extraño. Me doy la vuelta instintivamente porque los
vitoreos de la gente se han multiplicado. En ese momento veo
a Chase Miller frente a mis ojos y me congelo.

Su colorida cabellera rubia se encuentra teñida de negro.


Puede ser por su papel, pero aquella cabellera hacía más
pronunciada su mala personalidad. Es sorprendente el
excelente trabajo que hicieron al modificar su cabello, lo hace
lucir más "diabólico" en realidad su papel de reparto está
más cerca a ser considerado un villano. Si su personaje
tuviera un parche en el ojo sería un gran error. Es un hombre
verdaderamente hermoso. No hay una sola mancha en su
inmaculada piel. Tiene una cara tan bonita que nunca sería
rechazado por ninguna actriz e incluso tiene un aspecto
juvenil, pero cuando se enojaba era el problema. Gracias a
eso él es apodado públicamente “perro loco”. Pero cuando
Chase Miller no hace nada y solo respira, nadie podría negar
que es un hombre hermoso, como de fantasía. Además, sus
habilidades de actuación no eran malas.

Recuerdo algo avergonzado la vez en que me quedé hasta el


final en el teatro, esperando que todos se retiraran luego de
ver una de las películas que protagonizó, luego cuando pude
salir me di cuenta que mi cara estaba enrojecida y empapa de
lágrimas. Todavía suelo ver la película de vez en cuando. Por
supuesto, siempre veo la última escena solo en mí casa,
porque siempre termino llorando. De la nada recuerdo la
noticia de los fanáticos que habían acudido recientemente a
la estación de transmisión donde Chase Miller casi
protagonizó un accidente grave.

De repente Chase se quita un mechón de cabello que había


caído en su cara, sus largos dedos enredan el mechón teñido
y pronto lo aparta. En eso, el famoso reloj de marca en la
muñeca se revela con un brillo. Oh. Reconozco el reloj. Es la
misma marca del reloj que Keith me había regalado. Ahora
que lo pienso, Chase Miller dijo que le gustaba esa marca.
Perdido y pensando en ideas inútiles un aroma dulce me trae
a la realidad. Gracias a eso, recupero el sentido y miro hacia
atrás apresuradamente.

—Sr. Pittman.

Me doy cuenta que se encuentra cerca de mí, pero con una


expresión no muy buena, parece mirarme irritado.

¿Por qué está irritado?

Parpadeo perplejo. Pero él me mira con el ceño fruncido sin


decir nada. Tardíamente veo a su compañera colgando del
brazo de Keith y la saludo. Por supuesto que mi propósito es
evitar su mirada.

—Bienvenida, estás muy hermosa de nuevo hoy.

Tan pronto como termino de hablar, Keith suelta una risa.

Se está riendo de mí. Recuerdo el día en que se burló porque


siempre le decía lo mismo a todas sus compañeras. Sin
embargo, no hay sinceridad suficiente para cambiarme las
palabras establecidas en ese momento o ahora. En cambio,
ella sonríe.
—La mayoría de los invitados han llegado. Tendrá que
saludar pronto. ¿Está listo?

Miro el reloj en mi muñeca y pienso que es hora. Espero la


respuesta de Keith quien extrañamente se encuentra callado.
Estoy nervioso por la persistente mirada hacia mí. No estoy
seguro de lo que ha descubierto.

Debido a la ansiedad mi corazón pronto se acelera. Creo que


cuanto más tengo que hacer esto, más difícil se vuelve. Debo
mantener la boca cerrada, es lo mejor. Reviso mi reloj una vez
más, fingiendo no estar agobiado. Solo abro la boca cuando
levanto la vista ante una presión silenciosa.

—Vamos.

—De acuerdo.

Inmediatamente respondo y luego me doy la vuelta después


de darle a su compañera una sonrisa de cortesía. Puedo
sentir a Keith mirándome continuamente.

Está bien, ese tipo no lo sabe.

Estoy tomando inhibidores y si olía a feromonas, él no me


habría dejado ir, ¿verdad?

No tengo idea. Entonces está bien. El mayor problema es el


mareo que me aqueja. Sin pensarlo demasiado, me presiono
la frente. Me duele el estómago otra vez, pero lo único que he
estado tomando es la medicina y no puedo dejar de tomarla.
Al menos tengo que aguantar hasta que renuncie y me vaya
de aquí. Keith nunca encontrará al culpable. Siento un placer
agridulce, pero ya no estaba tan alegre como la primera vez.
Estoy tan lleno de fatiga que quiero que todo esto termine
pronto.

✤✤✤✤✤✤
—Ah.

Cierro los ojos mientras suelto un profundo suspiro. La fatiga


se duplica porque los eventos con muchas personas tienden
a cansarme.

Quiero regresar y descansar.

Otras veces Charles solía estar a cargo de las fiestas en la


mansión, pero esta vez no pude evitar involucrarme porque
es una fiesta que coincidía con el estreno de la película.
Además, si hay un problema durante la fiesta puede afectar
el estreno de la película. Aun así, todo está tranquilo hasta
ahora. Es ridículo. Me apoyo contra una pared, cierro los ojos
y respiro hondo. Probablemente sea por los mareos que me
quedo sin aliento. ¿Anemia? He estado sintiendo indigestión
y mareos últimamente.

Los efectos secundarios del inhibidor parecen ser graves.


Pienso vagamente.

—¿...?

De repente las náuseas vienen con más fuerza, cubro mi boca


con mis manos y salgo presurosamente del lugar. No puedo ir
al baño. Salgo corriendo con dirección al jardín a toda prisa.
Me escondo entre los árboles robustos y vomito, pero como
siempre lo único que expulso es jugo gástrico amargo.

—Ah...

Dando un pequeño suspiro me siento en el jardín, aun me


tengo mareos y no puedo soportar estar de pie.

Buscaré a Charles... Hablaré con él... para que limpie el


desastre...

Estoy perdido en mis pensamientos mientras mi vista


continúa girando y el aliento se acorta. Parece que tengo que
calmar primero estos mareos. A propósito, contengo la
respiración y aminoro la actividad de mi cuerpo lo más
posible. Poco a poco, el tinnitus disminuye.

Descansaré un poco y entraré. Si la fiesta parece ser un éxito,


preguntaré si puedo retirarme.

Mi mente se fue apagando poco a poco... De repente, escuché


un grito lejano. Era Keith quien sonreía mientras subía a un
caballo a plena luz de sol. Está enojado conmigo...

—¿Estás bien?

La repentina voz hace que me sobresalte. La conciencia


vuelve repentinamente. Pero me lleva tiempo abrir los ojos.
El hombre no espera. Como si tratara de asegurarse de que
me encontrará consciente, sostiene mis hombros y los
sacude brevemente, así que abro los ojos. Con la idea de estar
demasiado cansado, cuando logro levantar la cabeza, lo
primero que veo es al hombre mirándome fijamente, es
guapo, con un cabello brillante y una mirada notablemente
preocupada por mi aspecto.

—No creo que te sientas bien. ¿Quieres que llame al 911?

Parpadeo sin comprender. Parece pensar que estoy en malas


condiciones porque me encuentro sentado en el suelo.

—Oh...no... estoy bien.

El hombre frunce el ceño con sus hermosas cejas. Es muy


guapo. Pienso aún perplejo.

—¿Puedes levantarte?

El hombre pregunta amablemente. Asiento breve, pero la


verdad es que no puedo mover mi cuerpo.
El hombre, que me ve aun recostado, parece estar pensando
por un momento y de repente extiende la mano. Pienso que
la extiende para ayudarme a levantar, pero estoy equivocado.
Inesperadamente pone sus manos debajo de mis axilas y me
levanta.

—Qué, ¡¿qué estás haciendo?! —grito inesperadamente por


el repentino movimiento.

Cuando me pone de pie, noto que es tan alto como pensaba.


Parece ser Beta porque no emite olor. Pero encontrar a un
hombre tan guapo y que sea Beta es difícil. De alguna manera
me siento extraño. Es entonces cuando veo su auricular
colgando en su oreja.

—Oh, es por el trabajo. —Él nota mi mirada y dice con una


sonrisa—: Soy un guardaespaldas. Vine a la fiesta porque mi
empleador asistió. Ahora estoy como en un descanso.

El auricular que está completamente envuelto alrededor del


lóbulo de su oreja, se ve bastante bueno. Parece que podría
recibir recepción inmediata incluso si se encontrara a una
distancia significativa. Me siento aliviado de conocer que es
guardaespaldas.

—...Gracias, está todo bien ahora.

Me las arreglo para hablar con voz moribunda. No puedo


hablar bien porque mi boca está seca. Él me mira y me acerca
algo.

—¿Quieres un trago? Oh, es nuevo, así que no tienes que


preocuparte.

Me entrega una botella de agua. Me hubiera negado en otras


ocasiones, pero no me queda opción. Lo acepto sin reparo,
aunque ni siquiera puedo abrir la tapa. El hombre ve mi
condición y toma la botella. Con un sonido monótono,
simplemente abre la tapa y me ofrece la botella nuevamente.

—...Gracias.

Acerco la botella a mi boca y la bebo con cuidado. El agua fría


está más sabrosa que nunca. Inclino mi cuello y bebo más de
la mitad del envase. Cuando finalmente dejo de beber suelto
un suspiro.

—¿Te sientes mejor?

Miro su rostro el cual tiene una amplia sonrisa brillante.


Tiene un cuerpo alto, delgado y musculoso, es perfecto para
trabajar como guardaespaldas. Quizás una cara demasiado
hermosa puede ser un obstáculo. Cualquier hombre guapo
como él no podría olvidarse. Su cara sonriente me recuerda
a una hermosa estrella del deporte que apareció en la
portada de una revista. Me doy cuenta por primera vez que
es totalmente diferente a Keith quien a menudo tiene una
expresión fría a pesar que tiene una hermosa apariencia que
da la impresión de que no era fácil acercarse a él. Entonces,
cuando se reía a veces, me fascinaba y me quedaba
impresionado mirando su rostro. Por eso me enamoré de él.

Él hombre niega con la cabeza y sonríe mientras me


encuentro perdido en mis vagos recuerdos.

Estrecho su mano apresuradamente.

—No es nada. Solo pensaba en otra cosa, así que... ¿Comiste?


¿Puedo hablar adentro y conseguirte algo de comer?

—Oh, ¿en serio? Todos estaban husmeando porque mis


colegas pensaron que era hora. Estoy aquí como
representante.
Es natural que el grupo de guardaespaldas que cuidaban a las
celebridades pasarán momento como estos dado que ellos
no podían dejar sus puestos e ir por unos bocadillos.

Asiento con la cabeza.

—Tal vez se están preparando. Le diré que se apuren.


¿Quieres agua?

Él me mira con una sonrisa en su hermoso rostro.

—Debido a que un compañero es un personaje difícil,


explotará si no lo alimentas con una bebida carbonatada.
Wow, es realmente muy difícil.

Me rio sin darme cuenta, por primera vez en mucho tiempo


parezco estar vivo.

—¿Qué estás haciendo aquí?

Me sorprendo por la repentina voz fría y giro la cabeza para


encontrar la fuente de ella. A pocos pasos de distancia, un
hombre alto y familiar se encuentra de pie. Era Keith. Entro
en pánico y parpadeo. Me mira a mí y al guardaespaldas con
ojos aterradores.
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 8

—¿No lo sabías?—
—Sr. Pittman.

Mi voz se quiebra en este momento y carraspeo secamente...

Pero la cara de Keith se enfría después de verme así. ¿Sucedió


algo cuando me fui? Estoy nervioso y me apresuro en
despedirme del hombre.

—Bueno, entonces lo investigaré de inmediato. Gracias por


tu ayuda. Debes estar ocupado...

Intento enviarle de inmediato una señal.

Afortunadamente, pronto descubre mis intenciones.

—Sí, entonces... Cuídate... —dice de forma casual. Sonrío ante


la repentina pausa del hombre.

—Es Yeonwoo, Seo Yeonwoo.

—Soy Joshua, pero todos me llaman Josh. Encantado de


conocerte, Yeonwoo.

El hombre se da la vuelta después de dedicarme una sonrisa


fresca. Finalmente, no se olvida de darle a Keith una breve
mirada.

Sus modales son tan buenos como parecen. ¿Qué tipo de


mujer le gustará a ese hombre? Me pregunto de repente.
Pensé que solo durante la pubertad anhelaba ver a un
hombre exitoso frente a mí, pero no es así. Ni siquiera podría
salir con una mujer que no sea Alfa de todos modos... De
repente el hombre le dirige a Keith una sonrisa amarga
cuando sus ojos se encuentran.
El descanso se acaba rápido. Inmediatamente regreso a mis
nervios cansados y sensibles. Durante un tiempo no nos
decimos nada. Keith espera a que hable primero y al final,
pregunto:

—... ¿Hay algo que quiera decirme?

Espero atentamente y Keith, que ha estado mirándome todo


el tiempo hasta entonces, finalmente responde:

—Charles te está buscando. Tiene algo que preguntarte.

—Oh... sí.

Es una respuesta vaga, pero dejo caer mis hombros.

—Hay algo que me gustaría ver, solo estaba... Está bien, iré.

Espero el primer movimiento, pero Keith no está demasiado


interesado en moverse de su lugar.

¿También vino a sentir el viento como yo? Me tomo un


momento e intento irme.

—¿Qué estabas haciendo con ese hombre?

No puedo leer en absoluto ninguna emoción en su voz


tranquila.

¿Sólo pregunta porque tiene curiosidad?

Pienso que no es muy compatible con la personalidad de


Keith, pero respondo honestamente.

—Me encontraba descansando, porque me mareé un poco.


Justamente él iba pasando y me preguntó si me encontraba
bien. Escuché que es el guardaespaldas de uno de los
invitados.
Ahora que lo pienso, ¿quién es el empleador? Me hago la
pregunta recordando la cara sonriente del hombre, tan
radiante como el sol.

—Quizás es por el trabajo que mi condición no parece buena


para los ojos de otras personas —añado casualmente y Keith,
que no había dicho nada por un tiempo, abre la boca.

—Me preguntaba que pasaba para que corrieras tan rápido


del salón...

Me sorprende el extraño comentario apuñalador. ¿Me


estabas observando? ¿O lo viste por casualidad? Supongo que
es lo último.

Es extraño aún después de pensarlo con claridad. No habría


venido por mí.

—No eres lo suficientemente bueno para soportar los


mareos, pero para jugar con un hombre sí.

Por un momento no puedo creer lo que he escuchado.

—... ¿Qué dijiste justo ahora?

Keith se echa a reír. Tan despectivo como suele ser siempre.

—Lo que escuchaste, ¿no?

—Ah. —La exclamación escapa por sí misma—. Estás


jugando, ¿verdad?

—¿No es así? Lo estabas mirando fascinado.

Y no termina allí. Keith dice sarcásticamente:

—Todos los hombres que vienen hoy lucen locos. ¿Estás


buscando a un Sugar Daddy o estas en celo otra vez? ¿No es
bastante desesperado mirar a un guardaespaldas?
Me quedo sin palabras por un momento, estupefacto. Keith
me sonríe como si supiera que esa sería mi reacción.

—Eres Omega, ¿no? No lo soportas, cuando estas en celo eres


como un gato callejero. ¿Es hora de otro ciclo? ¿O estabas
tratando de escoger a tu compañero por adelantado?

Keith claramente me está insultando. Me desprecia y ni


siquiera trata de ocultarlo. Aprieto el puño varias veces a
toda prisa, pero no logro calmarme. Finalmente, entrelazo
mis manos temblorosas y abro la boca.

—No hago nada para elegir a un compañero mientras estoy


trabajando. Porque no soy el Sr. Pittman.

En ese momento la cara de Keith se endurece. Siento un poco


de júbilo.

—¿Qué quieres decir con que no eres como yo?

Keith pregunta inquieto, en voz baja. Derramo mis palabras


rápidamente.

—Puede que me preguntes porque no lo sabes, pero te lo diré


si realmente no lo sabes. No vivo en un desastre como el Sr.
Pittman. Entonces ¿los Omegas somos siempre así? ¿Has
pensado quién cambió a tu pareja todas las semanas? ¡No sé
si recuerdas quién hizo toda la limpieza!

Las palabras salen fuera de control antes de que las piense.


Pero creo que no importa. Ese hombre me insulta y me
balancea a voluntad. Siempre ha sido así. ¿Por qué no puedo?

—Entonces. —Keith rechina los dientes. Normalmente, una


persona se enoja cuando se ve atrapada—. ¿Qué pasa? Ese es
tu trabajo, lidiar con la parte problemática.

Absorbo las palabras como si las hubiera esperado.


—¡Sí! Gracias a alguien como tú que puede pagar el precio y
delegar las cosas desagradables a otros, alguien como yo
puede vivir y comer. Entonces ¿debería agradecerte? ¡Que te
jodan, que te jodan! ¡Si tuviera dinero como tú, no estaría en
esta mierda! —grito y me detengo.

¡Dios mío!, escupí malas palabras que ni siquiera dije durante


la pubertad. Incluso yo mismo estoy confundido.

Ah, ah.

Mi respiración es áspera y los mareos siguen presentes. En el


tranquilo jardín Keith solo me mira en silencio por un
tiempo.

—... ¿Ya terminaste?

—¡No! —escupo de inmediato.

—¿Estás en celo como un gato callejero? ¡Qué limpio estás!


¡Eres tú quien se transfiere a la cama de otra persona en
menos de una semana! ¡No importa cuántas veces me haya
acostado con otra persona, no tiene nada que ver contigo!
¡¿Como te atreves a decirme eso?! ¡Eres una mierda!

Derramo todas las palabras que me estaba guardado. ¿Esto


me hará sentir mejor? De repente, Keith se echa a reír. Estoy
enojado y perplejo por su reacción. ¿Te estás riendo de mí?

—Oh, Dios. —Suspira brevemente luego suelta una


exclamación pausada—. Tienes razón, no me di cuenta —
admite sin problemas.

Solo parpadeo ante la reacción inesperada. Keith me mira.

—Tú y yo actuamos igualmente en celo. Pero ¿vas a fingir que


no lo sabes? Sólo admítelo, no tienes que esquivarlo.
—¿Qué... que quieres decir? —tartamudeo
inconscientemente.

Keith está listo para continuar, pero me apresuro a regresar.


Un fuerte olor dulce fluye en la punta de mi nariz, es el aroma
de sus feromonas. Pero ni siquiera puedo pedirle que las
reduzca ya que en el momento en que diga eso, descubrirá
que puedo olerlo y no sería diferente de confesar que fui yo
quien dejó la marca. Todo lo que puedo hacer es dar un paso
hacia atrás y advertirle.

—Espera, no te acerques.

—¿Por qué?

Keith se sacude el pelo, riéndose de mí.

—Es bueno para ambos, ¿no? También me di cuenta que no


odiabas acostarte conmigo. —Keith entrecierra los ojos y
susurra en voz baja—. Cuántas veces lloraste porque te
gustaba.

—Tienes un Omega —grito con urgencia.

—¡Sí, ese maldito Omega que se escapó dejando una marca


en mí!

Keith levanta las manos y las deja caer nerviosamente.

—Ni siquiera puedo saber en qué parte del mundo está. ¿Es
una excusa para que no tenga sexo contigo?

—Ha, no lo hagas. ¡Te dije que no me volvieras a tocar!

Keith suelta una breve carcajada. Está lejos de ser agradable.


Miro a mi alrededor frenéticamente, pero no hay nadie para
ayudarme. Pienso en huir, aunque no logro poner fuerza en
mis piernas. Todo lo que tengo que hacer es esforzarme por
no colapsar. Keith extiende sus manos y me lleva hacia él,
impotente. Tan pronto como toca mis labios, todo mi cuerpo
se endurece con disgusto. Un olor dulce se vierte
causándome mareos. Oh, cubre todo mi cuerpo. Me deprime,
me hace perder el poder de resistir.

Mi cuerpo suplica: ¡Keith, abre mis piernas y deseo que entres


en mí!

Le dije tantas veces que no volviera a hacer esto. La única


diferencia de entonces y ahora es que Keith no está
derramando feromonas intencionalmente sobre mí. Antes
me sometía con feromonas, ahora trata de vencerme con
fuerza. Solo para derribarme como un objeto de deseo.

—¡Para...!

Suelto un grito desesperado.

Keith mueve sus labios hacia mi cuello y lo chupa


bruscamente. Una mano apresurada recorre mis pantalones
y agarra mi trasero. Aparto su hombro y lo golpeo, pero es
inútil. En el momento en que la mitad inferior de mi cuerpo
está completamente adherida a la suya, no dudo, coloco mis
dientes encima de mi muñeca que reposaba sobre su hombro
y la muerdo.

—... ¿Qué estás haciendo?

Keith grita tarde, pero no me detengo y sigo mordiéndome la


muñeca.

—Detente. Oh, Dios mío. ¡Qué demonios ...! ¡Detente, detente!

Keith grita frenéticamente.

Me agarra el brazo y me lo quita, pero mi brazo y mi boca ya


están cubiertos de sangre. Keith desata rápidamente su
corbata y me la pasa por la muñeca. Le doy una palmada en
la mejilla y empujo su hombro, Keith ignora la bofetada y ata
la corbata con fuerza.

—Doctor... hay que llamar a un médico. Oh, Dios mío, qué


demonios es esto...

Hago a un lado su apresurado intento de sostenerme en sus


brazos. La cara de Keith está en blanco.

—Otra vez... Y, en lugar de esto, moriré.

—Está bien, no lo haré. ¡Así que cálmate! Jesús, esto es tan


ridículo...

¡¡Qué demonios, esto no tiene sentido!! ¡¡Lo rechace!!


¿Intentaste morir porque no querías tener sexo con Keith?
¿Qué demonios?

Pierdo el conocimiento sin encontrar una respuesta.

✤✤✤✤✤✤

Cuando recupero el sentido, aparece una escena extraña.


Parpadeo varias veces y logro concentrarme. El lugar donde
estoy acostado es una habitación que veo por primera vez. Sé
que es un hospital con un ambiente áspero. Después de
acostumbrarme un poco al techo desconocido, lentamente
vuelvo la cabeza. Hay un olor dulce inmutable mezclado en el
aire frío. Keith se queda mirándome. Es la primera vez que
tiene una cara tan pálida. ¿Por qué me miras así?

A.

Recuerdo lo último que sucedió antes de desmayarme y bajo


la mirada. Hay una venda blanca alrededor de mi muñeca en
lugar de la corbata de Keith. Gracias a mí, Keith no tiene
corbata en la camisa. Cuando me doy cuenta de la herida,
siento un dolor tardío. Frunzo el ceño involuntariamente.
—Ah. —Keith suspira profundamente—. No hagas eso otra
vez.

—No vuelva a hacer eso, Sr. Pittman. Lo advertí varias veces.

Le digo de inmediato.

Keith no dice nada. No sé si está asombrado o sin palabras.


Pronto dice inesperadamente con voz débil:

—... No sabía que lo odiarías tanto.

Estoy estupefacto y solo me rio en vano. Keith no aceptó que


no me gustaba, pensé que lo haría, pero ahora puedo
confirmarlo.

¿Es natural que nunca hayas sido rechazado en tu vida?

Keith ha vivido así toda su vida.

De repente, cuando mis ojos se calentaron, escucho un


estruendo. Es un médico con una bata blanca que entra
después de un rato.

—Oh, ¿volviste a tus sentidos? ¿Cómo te sientes?

—.... Estoy bien, gracias.

Cuando doy una respuesta superficial, asiente y dice algunas


cosas insignificantes. Se trata principalmente de lesiones en
la muñeca. Después de agregar una solicitud de desinfección
frecuente, pregunta:

—¿Hay algún inconveniente?

Pienso por un momento y respondo con franqueza:

—Estoy un poco mareado...


Keith sigue allí de pie mirándonos. El médico asiente hacia
mí, que soy interiormente reacio, y rápidamente abre la boca.

—Muchas personas se quejan de anemia en las primeras


etapas del embarazo.

Al principio, no entiendo. Keith que aparta sus ojos de mí,


mira al médico. Parpadea asombrado por primera vez.

—¿Qué acaba de decir?

La voz de Keith es tan baja que es difícil de entender.

El médico lo mira rápidamente y le dice:

—Oh, ¿no lo sabías? Tendré que hacer más pruebas durante


varios meses, pero estoy seguro de que está embarazado.
Debió estar en mal estado recientemente. Pero si está
embarazado por primera vez, debe tomar precauciones. De
ahora en adelante, asegúrese de comer bien y venir a verme
a menudo. Los resultados de las pruebas no son buenos en
muchos aspectos... Debe comenzar a cuidarse más.

Las palabras del doctor se extienden por el aire, simplemente


vagando y no entran en mi cabeza. Parpadeo mis ojos como
una ráfaga. La mirada de Keith se vuelve lentamente hacia mí.
Pero no puedo decir nada, solo miro al doctor. Sus palabras
me han caído como un balde de agua fría.
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 9

— ¿De verdad? —
Hay un silencio mortal. Nadie abre la boca. El médico, que
nota la atmósfera sospechosa, se despide de manera evasiva
y sale de la habitación del hospital. Incluso ahora todavía no
acepto la realidad. Lo extraño es la reacción de Keith.

¿Por qué me miras así? ¿Por qué está tan blanco, como si
estuviera sorprendido? No me digas que te diste cuenta.

—... ¿De Verdad?

Keith finalmente abre la boca después de mucho tiempo.


Extrañamente, su voz tiembla débilmente.

Trago en seco. No hay nada que decir.¿Qué vas a decir?


Tampoco me importa en este momento.

¿El embarazo? ¿Cuándo? Pasa por mi mente como un destello.


El día que grabé la marca, el día que desapareció un fragmento
de la memoria de Keith. Él había eyaculado dentro de mí una
y otra vez, y su pene había desgarrado mi interior, ni siquiera
podía ponerme de pie, hasta el siguiente día. Ah, una sonrisa
abatida sale. Estoy atónito. ¿Cómo pudo pasar esto? Cuando
pensaba que Keith no podía lastimarme más. Solo lo miro. No
hay color en su pálido rostro.

—... Dime, ¿estás seguro?

La voz de Keith de repente cruza mis oídos. Todavía lo miro.


No quedaba sangre en su pálido rostro.

—¿En serio, embarazado?

No puedo responder por el hecho de que acabo de enterarme


de que lo estoy. Me siento tan confundido y asustado.
¿Qué diablos está pasando aquí?

Keith, que solo me está mirando, pregunta:

—... ¿De quién es el niño?

Parece haber tomado mi silencio como un sí. Keith me mira


con la cara rígida.

¿Qué lo hace hacer tal pregunta? Tal vez no hay ninguna razón
en absoluto. No lo sé, no quiero pensar en nada.

—¿Estás preguntando por qué crees que es tu hijo?

La nerviosa pregunta lo detiene. Me rio histéricamente.

—No te preocupes, no sucederá. Es imposible tener el hijo de


un Alfa dominante sin que él lo sepa, ¿verdad? ¿O no pudiste
controlar tu situación cuando estabas durmiendo conmigo?
No pensé que estabas tan loco por mí.

Eso era cierto. Keith parece quedarse en blanco, como si lo


hubieran tomado desprevenido. Solo fue el día que perdió su
memoria. Este niño no puede ser suyo a menos que recuerde
ese día. Si recuerda ese día, sabrá que soy yo quien dejó la
marca. Keith nunca lo imaginaría.

Respira brevemente y se aparta el cabello que ni siquiera se


ha caído en su rostro. Keith de repente comienza a
deambular por la habitación del hospital. Es fácil ver que
todo tipo de pensamientos inundan su cabeza. Es extraño. Ni
siquiera puedo adivinar lo que estaba pensando así que estoy
en problemas, de repente deja de caminar y me mira.
Todavía con la cara pálida, pregunta:

—¿Te acostaste con otro hombre? —Keith rápidamente


niega sus palabras—. No, no puedes haberte acostado con
otro chico mientras dormías conmigo. Eso es ridículo.
—¿Por qué?

—Eres diferente a mí. Lo dijiste, ¿no?

Por supuesto, no lo hice. Pero después de insultarme con todo


tipo de palabras, ahora devuelto sus palabras, las cito tal como
las dijo.

—¿Quién dijo que era “un gato en celo”?

Keith no puede responder de inmediato a las frías críticas.


Intenta negarlo de alguna manera. ¡Oh Dios mío! Puedo ver la
mente del hombre tan transparente. Está enloqueciendo.
Estoy asombrado.

¿Cuántas veces levantó la mano, negó con la cabeza y se


revolvió el pelo? El hombre pregunta desesperadamente:

—No creo que lo hayas dicho en serio. Fuiste violado,


¿verdad? ¿Qué clase de persona es él? ¿Quién te hizo eso?

Parece que espera que lo confirme. Si fuera cierto, lo


atraparía y lo mataría. Me río muchísimo.

—No, lo hice porque quería.

La cara de Keith se pone blanca. Me dirige una mirada


perdida. De repente siento ganas de reír a carcajadas.

—... ¿Con quién? —Keith pregunta rechinando los dientes—.


¿Quién se acostó contigo? ¿No sabes de quién es tu hijo?

Inmediatamente respondo a sus comentarios sarcásticos.

—Oh, estoy seguro de que no es tu hijo.

La cara de Keith está muy distorsionada. ¿Sería posible que


la expresión de su rostro pudiera encajar así? De repente,
Keith me agarra del brazo, sus dedos se hunden y frunzo la
cara sin darme cuenta, pero Keith me agarra con más fuerza
y no me deja ir.

—Si estás embarazado, por supuesto que es mi bebé. —Su


voz tiembla—. Solo yo he eyaculado dentro de ti. ¿Cómo
puedes estar embarazado de otra persona? —grita.

Siento un cruel placer por primera vez.

—¿Cómo puedes estar seguro de que eres el único que ha


eyaculado en mí?

La cara de Keith se endurece instantáneamente. Tengo el


brazo entumecido, pero incluso eso se siente dulce. Keith
abre la boca.

—Dijiste que te gustaba.

¡Dios, que comedia! ¿De qué estás hablando ahora, después que
pisoteaste mi confesión como si nada hubiera pasado? Tú
fuiste quien se rio de mi amor y lo pisoteó sin piedad.

Escupo fríamente:

—¿Y qué? Pensé que el Sr. Miller era el único que tenía
delirios.

Cuando le devuelvo lo que había dicho, Keith no puede decir


nada más. Simplemente me mira como si estuviera en estado
de shock. Sé por primera vez que la venganza es tan dulce.
Dios, ¿qué acaba de pasar? Me sorprende mi alegría varias
veces más que cuando dejé la marca.

¿Hay algo más en el mundo que me satisfaga tanto como la


expresión de este hombre que parece estar en pánico?

Ahora Keith sabe que nunca podré ser suyo. Sí, además este
tipo nunca verá a su propio hijo. ¡No voy a dar a luz a este
bebé! Y huiré. Entonces él nunca sabrá que soy el Omega que
dejó la marca. Haré que la vida de este hombre sea solitaria
para siempre, pero a cambio también mi vida será solitaria,
no podré ser dueño de nadie excepto de él. Qué dulce veneno.
Quería llorar y reír. Tengo pensamientos mezclados en mi
cabeza.

Mi vida se acabó. Abrazando la vida de este hombre, me arrojo


a un acantilado. Y lo más miserable era yo mismo, que
todavía sentía dolor por el hecho. De repente, mi mente se
oscurece. Pero ¿qué fue eso? De hecho, podría hacer
cualquier cosa con tal de atormentarlo. Si tuviera que morir
para que esté hombre sufra, lo haría sin pensarlo. Lo triste es,
que incluso si sacrificó lo único que tengo, no significaría
nada para él. Lo sé. Este hombre acaba de desmoronarse,
dándose cuenta de que alguien más le ha arrebatado el
juguete que perdió. Su pareja sexual favorita. Y lo más
miserable es que todavía tengo un dolor en el corazón.

Parpadeo varias veces porque mis ojos están borrosos, pero


no puedo captar nada, la conciencia de estar lejos perdura.

—¿Yeonwoo?

Escucho a Keith llamándome.

✤✤✤✤✤✤

—¿...?

Cuando abro los ojos, lo primero que pienso es que es


extraño. Este no es mi hogar, sin embargo, no es la primera
vez que he visitado este lugar. El paisaje en la habitación ha
cambiado un poco, pero debe haberme traído aquí. Estoy
tratando de levantarme rápido, pero me recuesto en la cama
con mareos. Además del mareo, me duele la cabeza. Respiro
por un momento, esta vez lentamente, es un poco mejor.
¿Tomaste la medicina? Trato de husmear y comprobar. Hay
un ligero aroma. Mi corazón tiene prisa. Estoy seguro de que
hay medicina por aquí. Si limpiaron mi habitación después de
irme, ya no estarían allí. Me obligo a levantarme y me dirijo
al baño. Un suspiro de alivio fluye pronto cuando abro el
armario con ansiedad. Hay un inhibidor entre las medicinas
de emergencia cuidadosamente llenas. Recojo el frasco y
reviso la medicina, como de costumbre la pongo en mi boca.
¿Estará bien? Por un momento dudo. De repente recuerdo
que tuve dolor de estómago, también hubo efectos
secundarios de la sobredosis. No sería lo suficientemente
bueno para un niño, causaría infertilidad. Mi mente se ha
vuelto complicada. ¿No hay posibilidad de que el médico
diagnosticara mal? Mi mente pronto toma una decisión
cuando pienso como loco. Tengo que ir a otro hospital y
verificar.

El médico pudo haber llegado a una conclusión incorrecta


porque no sabe que he estado tomando demasiados
inhibidores.

Pero si realmente estoy embarazado... me dan escalofríos al


instante. No puedo tener este bebé. Llego fríamente a una
conclusión. No tengo confianza en criar un hijo solo y todavía
no estoy listo. Además, el niño puede crecer y querer
encontrar a la otra mitad de sus padres. Solo con imaginarlo
es suficiente... Decido y vierto la medicina en mi boca. No
puedo estar embarazado e incluso si lo estoy, no daré a luz.
Nunca.

Regreso a la cama y me tomo un respiro es entonces cuando


escucho un golpe en la puerta. Un momento después aparece
Charles, como es de esperarse.

—¿Te despertaste? ¿Cómo te sientes?

—Me siento mucho mejor, gracias. Bueno, por cierto... ¿Qué


hay con el Sr. Pittman...? —pregunto cauteloso, y Charles
responde inexpresivo, como de costumbre.
—Está fuera por negocios. Volverá antes de la cena. —
Charles continúa hablando después de un breve momento—
. Pero me alegro de que hayas recuperado el sentido, a
menudo venía a comprobar cómo seguías.

—Gracias por preocuparte.

—No.

Charles interrumpe mi agradecimiento formal.

—No fui yo el que estaba preocupado, fue el Sr. Pittman

Inadvertidamente frunzo el ceño. ¿El hombre está


preocupado por mí? ¿Por qué? En primer lugar, es extraño
que me trajera aquí, pudo preguntarle a mi doctor.

—Entonces me iré a casa. Gracias por cuidarme...

Charles sacude la cabeza con firmeza ante la palabra de


agradecimiento.

—Espera hasta que el Sr. Pittman regrese.

—¿Por qué?

Casi digo: “Ahora supongo que me está criando como un


perro”, pero me muerdo la lengua apresuradamente para
tragarme mis palabras.

—No te veías bien y tu condición era mala, así que descansa


primero aquí. Es mejor que quedarse solo en casa. —Me dice
Charles como advertencia, solo para mostrar su disgusto—.
No has estado consciente por dos días. Si esto hubiera durado
solo un día más, habrías regresado al hospital.

Parpadeo sorprendido, y Charles asiente con seriedad.

—Sí, fueron dos días.


—Bueno, la compañía...

Charles me informa con rapidez:

—Has estado acostado todo el fin de semana y hoy es día


festivo.

Me siento aliviado. Sería vergonzoso ver al personal de la


oficina de secretariado si he estado ausente de nuevo. Woo,
doy un pequeño suspiro de alivio.

Pronto me pongo a pensar. No puedo decir que sus palabras


son equivocadas. Me siento aliviado porque hay muchas
cosas aquí. Pero es realmente molesto esperar tan tranquilo
según la voluntad de Keith, pero trato de pensar de la manera
más racional posible. De todos modos, esta situación no es
mala. Excepto por la única cosa que me hace sentir mal... no
hay más inconvenientes. Escuchemos lo que tiene que decir
cuando llegue aquí. Me obligan a quedarme en la cama,
porque incluso me prohíben salir de la habitación. ¿No es esto
un encierro? Cuando termino la comida sencilla que Charles
preparó, de repente lo pienso, pero después de terminar el té y
la comida, me quedo dormido.

✤✤✤✤✤✤

—... Woo, Yeonwoo.

Abro los ojos, con las manos todavía temblorosas. Charles me


está observando. Abro la boca parpadeando sin comprender.

—Es la hora de la cena. Será mejor que comas algo y luego


vuelvas a dormir.

—Uh...

Todavía lo miro somnoliento.


No sé cuánto tiempo ha pasado desde que me dormí, pero ha
sido mucho tiempo desde que tuve una comida adecuada, a
pesar de que la cantidad fue pequeña. No vomité, y después
de eso tuve una buena siesta. Es bueno tener a alguien que te
espere, pienso vagamente. Entonces Charles me regresa a la
realidad.

—El Sr. Pittman estará en casa pronto. Pidió que cenaras con
él.

Literalmente abro mucho los ojos mientras lo miro aún con


ojos grandes, Charles agrega:

—¿Hay algo en especial que quieras comer?

—No —respondo tan fríamente como puedo, tratando de no


mezclar emociones—. Está bien cualquier cosa.

—Haré que el chef prepare algo de comida que te sea fácil


digerir.

Charles asiente brevemente, luego se da la vuelta y sale de la


habitación. Me siento lentamente. Cuando Keith llegue, voy a
preguntarle por qué me mantiene aquí. Antes de eso,
primero quiero arreglar mi apariencia. No quiero enfrentarlo
con una cara en mal estado.

✤✤✤✤✤✤

Me pongo a organizar la situación hasta que Keith llegue. En


primer lugar, es una prioridad ir al hospital y comprobar el
diagnóstico, además tengo que informar que voy a renunciar.
También es cierto que últimamente me he estado sintiendo
mal, además mis ausencias repentinas están causando
problemas al equipo de trabajo. No estoy en condiciones de
trabajar. Keith tampoco se negaría, conoce la situación. No
importa cuánto lo piense, solo hay una conclusión.
Además, Emma está entrenada y puede tomar fácilmente mí
lugar. Sí, prefiero tomar esto como una oportunidad. Es la
oportunidad que estaba esperando ya que sigo pensando
sobre cuándo renunciar e irme. Si deseo extender mi visa,
tengo que encontrar otra empresa, así que debo conseguir un
trabajo tan pronto como pueda y tranquilamente encontrar
un lugar adecuado. Entonces, sin mencionar la visa, el dinero
urgente se resolverá en cierta medida. Será una vida mucho
más difícil de la que estuve llevando hasta ahora, pero por el
momento esta es mi mejor opción.

Con la decisión tomada, una de mis primeras acciones es


sacar inmediatamente mi teléfono. Además de buscar
nuevos puestos de trabajo debo preparar documentos.
También debo limpiar el lugar donde vivo. Tengo que
presentar a mi sucesor. Como sucesor, por supuesto, estoy
pensando en Emma. Está acostumbrada a trabajar, así que en
un mes se organizará, ¿verdad? Inadvertidamente llevo mi
mano a mi estómago. Todavía no se siente nada. Debe ser un
diagnóstico erróneo, pienso con frialdad. Es cierto que me
pongo nervioso mientras lo pienso. ¿Y si es verdad? No
puedo resistir el nerviosismo y me muerdo las uñas. Siento
que me arde el estómago. Debo ir al hospital a verificar si el
diagnóstico es correcto. Cuando escucho el golpe en la puerta
apenas logro enviarle un mensaje a Emma.

—¿Estás listo para la cena? Baja.

Me pongo de pie lentamente para evitar mareos. Mantengo


mi boca apretada.

✤✤✤✤✤✤

Usualmente uso escaleras, pero hoy bajé por el elevador. Por


supuesto, Charles lo recomendó primero. De todos modos,
me trajeron independientemente de mi voluntad, así que
decidí poner mi conveniencia primero. Por supuesto, Keith ni
siquiera parpadeará sin importar lo que haga. El comedor al
que bajaba a comer todas las mañanas no es diferente de la
última vez que lo vi. Una elegante lámpara de araña que
cuelga del techo proyecta una luz brillante y una flor radiante
adorna la mesa. Keith, que estaba sentado primero, se
levanta lentamente cuando me ve. Tal reacción es nueva para
mí. Entro en pánico por un momento y me quedo inmóvil.
Keith me mira directamente y parpadea.

—¿Qué estás haciendo? Ven y siéntate.

La voz tranquila me trae a mis sentidos. Keith me está


mirando con una cara inexpresiva. De nuevo, no puedo
entender lo que está pensando. En el hospital su mente
pareció tan transparente, quizás fue solo mi ilusión. De
repente pierdo toda la confianza. Camino en silencio hacia el
lugar designado. Es donde comí antes de salir de esta
mansión. Charles, que está parado a un lado, camina en
silencio y corre mi silla. Se va después de verter agua en cada
vaso. Finalmente, Keith y yo nos quedamos solos. Tengo
mucho de qué hablar, pero no sé cómo iniciar. El aire
desolado parece pesar sobre mí. Keith saca el tema primero.

—¿Cómo estás?

Respondo torpemente a la pregunta tranquila.

—... Me he recuperado mucho. Gracias.

¡Maldita sea! ¿Por qué gracias? ¡He estado encerrado! El inglés


que llena mi boca está maldito. Sin embargo, Keith continúa
sin darme tiempo para agregar nada más.

—Steward dice que las feromonas de los Alfas dominantes,


incluso marcados, pueden afectar a otros Omega, pero de
manera negativa.
Solo entonces supe la verdadera naturaleza de la extraña
atmósfera. Curiosamente, Keith está eliminando el aroma de
sus feromonas. Gracias a eso respirar es mucho más fácil.
Entonces no importaría si yo no fuera el Omega de la marca,
de todos modos... ¿Por qué las eliminas? ¿Por qué fuiste a ver
a Steward?

Tengo muchas preguntas, pero primero hago la que me


causa más curiosidad.

—... ¿De qué manera negativa...?

Keith me mira.

—Eso significa que no es bueno para tu salud...


especialmente si estás embarazado.

No digo nada, porque la verdad no se me ocurre nada.


Entiende mal mi silencio y explica.

—Te diré exactamente lo que dijo Steward. El león matará a


los bebés de otro león, de esta manera, la leona tendrá a sus
propios cachorros.

—Entonces... —Lentamente abro la boca—... ¿Quieres decir


que eliminaste las feromonas porque podría abortar?
¿Incluso si no es tu hijo?

—Es significativamente menos probable que ocurra porque


estoy marcado, pero es mejor tener cuidado.

No tengo nada que decir, estoy en calma, parpadeando. Keith


golpea lentamente la mesa con sus largos dedos. Siento que
se me olvido algo. Me doy cuenta, no hay cigarrillos entre esos
dedos. De repente, Keith abre la boca.

—Escuché que tienes un préstamo. ¿Cuánto es?


Dirijo mis ojos a su rostro por el repentino tema. Keith me
mira inexpresivo. Todavía no tengo idea de lo que está
pasando. De alguna manera trato de ver a través de él y digo:

—¿De qué estás hablando de repente? ¿Qué tiene que ver eso
con el Sr. Pittman?

Recuerdo tardíamente lo que planeaba decir. Tengo que decir


que voy a renunciar. Cuando abro la boca Keith de repente me
interrumpe.

—Lo pagaré.

Abro mucho los ojos.

¿Qué significa esto de repente?

Tak, tak.

El sonido de golpear la mesa con los dedos sigue sonando en


el lugar tranquilo. Keith abre la boca. Y me hace un anuncio
impactante.

—Cásate conmigo en su lugar.


Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 10

¿Está loco este tipo por las feromonas?

Es lo primero que pienso. No puedo encontrar ningún rastro


de broma en la cara de Keith y él solo atina a observarme,
pero no puedo creerlo aún.

O está claro, seguro estás soñando.

Si, debe ser eso, estoy soñando. Quizás ya enloquecí y estoy


escuchando cosas. Puede ser un efecto secundario del abuso
excesivo de inhibidores.

Me pellizco el muslo. ¡Ay duele!Contengo un grito de dolor.


Keith está esperando mi respuesta, parece que fue
absolutamente sincero. Cuando grite: “Sí” seguramente un
payaso saldrá de la parte trasera y gritará: “Oh, Sorpresa”.
Instintivamente volteo hacia atrás para comprobar si no está
por ahí. ¡No hay nadie!

Regreso la cabeza al lugar y Keith pregunta:

—¿Sucede algo?

En el momento en que mis ojos se encuentran con los suyos


me doy cuenta que esto es la realidad, realmente está
ocurriendo.

—¿Por qué me propones matrimonio de repente? No tiene


sentido.

La curiosidad me invade. ¿Qué demonios está pensando este


hombre?

Keith frunce el ceño e irritado abre la boca.

—Estoy diciendo que voy a criar a tu hijo. ¿No lo entiendes?


El sonido del golpeteo de sus dedos sobre la mesa se
intensifica y miro hacia abajo para observar sus
deslumbrantes dedos y vuelvo mi mirada hacia su rostro.

—¿Por qué te casarías conmigo y criarías a mi hijo? —agrego


después de tragar saliva seca—. ¿Qué pasa con el Omega que
te marco?

Keith responde sin dudarlo.

—Solo lo encontraré y lo mataré.

—...

Pronto recuerdo los innumerables artículos sobre Omegas


que dejaron una marca en su Alfa y fueron asesinados.

—Entonces —pregunto moviendo mis labios secos—. ¿Por


qué quieres casarte conmigo mientras estás haciendo eso?

Keith entrecierra los ojos. Tengo ciertas expectativas en su


respuesta.

—Nadie es tan bueno en el sexo como tú.

No puedo decir nada.

¿Esa es la razón?

Me quedo estupefacto. Me pregunto si debería estar


emocionado y agradecerle a un hombre que está jugando tan
promiscuamente conmigo.

Keith golpea de nuevo con los dedos la mesa.

—Piénsalo, encajamos bien. Lo admitirás.

Ya ni siquiera estoy enojado. Todo lo que tengo que hacer es


exhalar brevemente.
—El matrimonio se trata de respeto y cuidado mutuo, no
solamente el sexo es importante.

Keith se ríe.

—Yo también pensaba lo mismo...

—...

—...Hasta que me acosté contigo.

Me quedo en silencio y luego abro la boca nuevamente. Una


voz temblorosa fluye hasta mis oídos.

—¿Quieres casarte conmigo para tener sexo...? ¿Acaso tiene


relación con el matrimonio? Solo necesitas comprar un
cuerpo.

Keith se ríe brevemente.

—Eso tampoco está mal. ¿Cuánto quieres?

De nuevo no hay dudas en su respuesta.

—Ah.

Suspiro en voz alta.

Mis ojos se calientan por la indignación. Eso es en lo que ha


estado pensando, solamente en acostarse conmigo.

—Eres realmente un hijo de puta.

Le digo mientras rechino los dientes.

Pero la reacción de regreso es simplemente indiferente.

—He escuchado suficiente de eso. Entonces ¿cuál es la


respuesta? ¿Sí? ¿No? ¿Qué decides?
Mis palabras parecen ser tan insignificantes para él y las
ignora. Incluso, frunce el ceño como si estuviera aburrido.

¿Cómo puede lastimarte este hombre así, sin cesar?

Me siento herido a pesar de que pensaba que no tenía más


sentimientos por Keith, ya no había un anhelo por él. Keith
me está pisoteando, ya no solo mi corazón. Quiero
estrangularlo de inmediato. Solo quiero gritar, pero todo lo
que hago es apretar mi puño ligeramente sobre mi regazo.

—...Lo pensaré.

Apenas lo digo.

A Keith no le gusta mi respuesta, pero no me apresura.


Charles llega en un buen momento mientras la conversación
se corta. Tal vez estaba esperando afuera. Escucho un
pequeño tintineo de vajilla, mientras deja la comida frente a
nosotros el comedor está tranquilo. Charles se aparta de
después de hacer su trabajo.

Keith toma el tenedor y abre la boca después de cortar


hábilmente el abulón adornado con algas marinas con un
cuchillo.

—Entonces ¿quién es el padre del niño? ¿Lo has contactado?

—No —respondo—. No lo sabe.

—Bien, no te molestes en decirle.

No lo iba a hacer de todas maneras.

¿Cómo será criar a su propio hijo, pensando que es el hijo de


otra persona?

Este hombre me daría todo, nunca me faltaría nada material.


Pero no habrá amor en ninguna parte.
De repente siento pena por la existencia en mi estómago. Yo
tampoco le doy la bienvenida a este niño. Más bien, espero
que no se dé tal cosa. Pienso en deshacerme de él. Qué
desgarrador sería si este niño supiera todo esto. Mi
determinación de repente se sacude. Un momento de
simpatía, sin embargo, me siento culpable.

Keith, quién no dice nada, de repente hace una pregunta sin


sentido, mientras busca el abulón.

—¿Qué tipo de persona es él? El padre del niño.

—... ¿Por qué preguntas eso?

Keith responde casualmente.

—Simplemente curiosidad.

Giro la cabeza a toda prisa y digo:

—Es muy dulce y amable. Es bueno en la cama.

Por un momento Keith parece titubear.

¿Se habrá dado cuenta?

Estoy ansioso mientras espero su respuesta, después de


llevarse los abulones a la boca dice insignificantemente:

—¿De Verdad?

Pienso que eso es todo, pero Keith pregunta de nuevo:

—¿A qué se dedica?

Lo miro directamente.

—¿Por qué debería decir esto y aquello sobre él? No sabía


que estabas tan interesado en la vida privada de otras
personas.
Después de haberme lanzado preguntas difíciles como:
“¿Hace cuánto tiempo te encontraste con él?” Y así
sucesivamente, corto los abulones y me los pongo en la boca.

Después de eso Keith no ha dicho ni una sola palabra al igual


que yo. Permanecemos en silencio por un largo tiempo y solo
se escucha el sonido de los platos resonando en el comedor.

Keith vuelve a hablar cuando termina su comida.

—Espero que ya no te encuentres con ese hombre.

—... ¿Qué?

Se limpia la boca con una servilleta y dice casualmente:

—Si no arreglas las cosas con ese hombre con anticipación,


tendrás problemas más adelante.

Doy un suspiro corto y sorprendido digo:

—No he dicho que sí todavía. Dije que lo pensaría.

Keith me mira.

—Yeonwoo.

Por un momento titubeo. Permanece inmóvil mientras me


mira con una expresión desconocida para mí. Contengo la
respiración y lo observo.

—Arréglalo.

—...

Keith continúa dirigiéndose a mí, quién no dice nada.

—Si no lo haces tú, lo haré yo.

—... ¿Cómo? —pregunto tontamente.


Keith se ríe brevemente.

—Bueno, si tienes curiosidad, ponme a prueba.

Me pregunto: ¿Cómo podrá encontrar a alguien que ni


siquiera existe y que le iba hacer...? No lastimaría a personas
inocentes, ¿verdad?

Charles trae el postre, pero Keith solo toma un sorbo de su


copa de vino. Mi copa solo contiene jugo de fruta. Bajo la vista
y miro el delicioso postre de almíbar con rodajas de naranja
que está frente a mí. Pongo un bocado en mi boca, pero no
puedo sentir el sabor. Me limpio la boca bruscamente y me
levanto de mi asiento.

Keith dice a mis espaldas mientras salgo del comedor.

—Soluciónalo en este mes.

Dudo si voltear a mirarlo, pero no lo hago.

Cuando ingreso a mi habitación, me recuesto en la cama y


suelto un suspiro. Mi cabeza está demasiado enredada.
¿Porque no me negué de inmediato?

Aún hay miedo en mí. ¿Podré hacerlo? Respiro


profundamente varias veces mientras cierro los ojos. Tirar
todo a la basura es sorprendentemente simple, siempre y
cuando estés preparado para hundirte hasta el fondo, pero
yo ya he caído en el fondo... ¿A que le tengo que tener miedo
entonces? Sin darme cuenta me acaricio el estómago con
ambas manos. Permanezco así por mucho tiempo... mientras
miro al techo.

✤✤✤✤✤✤
Al amanecer las náuseas repentinas me despiertan. Un
temblor invade mi cuerpo cuando intento pararme de la
cama para correr al baño.

Wook, wook.

Vomito varias veces emitiendo un sonido fuerte. Expulso


todo lo que había cenado y permanezco sentado en el piso
por un tiempo, intentando regular mi respiración. La
medicina prescrita por el médico no me ha funcionado muy
bien. ¿Se supone que deba ser así? Pienso mientras inclino mi
cabeza. ¿Todos los embarazos son así de doloroso? ¿Mi
condición empeorará? Siento que moriré si tengo a este bebé,
no creo poder soportar casi diez meses. ¿Cuánto nos queda?
Cálculo aproximadamente cuantos meses tengo, deben ser
unos cuatro meses. No es exacto, pero lo más probable es que
ronde esos meses.

Necesito ver a un médico y obtener más información sobre


mi estado, pero Keith no debe descubrirme. Debo buscar un
hospital donde él no pueda filtrar mi historial clínico. Aún no
se siente real, no puedo creer que tendré un hijo. Coloco mi
mano temblorosa sobre mi estómago. No siento nada.

Tengo que ir al hospital... Vuelvo a recordarme mientras me


pierdo en un mar de pensamientos. Cierro los ojos y espero a
que el mareo se alivie cuando escucho débilmente el sonido
de la alarma del celular.

Necesito prepararme para ir a trabajar.

✤✤✤✤✤✤

Tan pronto como Emma ve mi rostro se pone pálida y


pregunta:

—Yeonwoo, ¿estás bien?


Puedo ver la razón de su pregunta sin consultarle. La última
vez que me miré en el espejo mi cara lucía tan pálida que
parecía un fantasma en fiesta de Holloween.

Trato de sonreír y decir:

—Por supuesto, todo está bien, no tienes que preocuparte...


Solo tengo un cuadro de anemia.

—Tienes una mala complexión. ¿Has ido al hospital?

Rachel pregunta con notoria preocupación, pero finjo estar


bien.

—Iré cuando tenga un día libre. Tengo que hacer una cita, así
que... Gracias por su preocupación ¿Empezamos a trabajar
ahora? —añado con una ligera sonrisa.

Todas se van a sus puestos y se sientan sin emitir ninguna


sola palabra más. Voy a mi escritorio e imprimo los
documentos previamente verificados y adjunto el horario del
día de hoy.

✤✤✤✤✤✤

—... Esta es una tabla de ganancias y análisis de audiencia de


la película lanzada el mes pasado. Aquí están los países y
regiones donde vamos a distribuirla. Esto aún no está
aprobado, así que por favor revíselo e infórmenme... Este es
un fragmento de artículos de esta fiesta de arranque...

Keith no dice una palabra durante el informe. Solo golpea el


escritorio con sus dedos. El sonido me molesta, pero finjo no
notarlo. Debe ser porque ha dejado el cigarrillo.

—¿Por qué tienes que venir a trabajar?

—¿...? Porque es mi trabajo.


—Te dije que no tenías que hacerlo.

Keith aprieta los dientes. Parece enojado porque no le


obedecí.

Respondo de manera profesional.

—Gracias por su consideración, pero si alguien del equipo


sigue ausentándose, el resto tendrá dificultades. Por lo tanto,
es mejor renunciar que hacer eso.

—Entonces renuncia.

Hice una pausa cuando estaba a punto de hablar sobre irme,


como si fuera el momento justo, y por supuesto había
preparado algunas de estas palabras para que Keith las
entendiera.

—Lo siento —dice Keith—. Tampoco te sientes bien. Dijiste


que apenas dormías desde el amanecer. ¿No deberías ir al
hospital en lugar de ir a trabajar?

—... ¿Cómo sabes que no podía dormir? —pregunto


sospechosamente.

Keith responde sin demora:

—Charles me dijo.

Pronto recuerdo. Cuando logré salir del baño, Charles


acababa de llamar a la habitación.

—Me encargaré de eso de todos modos. Si no tienes más


instrucciones, voy a...

Me doy la vuelta y salgo de la oficina. Me apoyo sobre el


escritorio después de cerrar la puerta a mis espaldas y
sentarme en mi asiento, suelto un suspiro. Estoy mareado.
Me doy cuenta de que es realmente doloroso para mí seguir
sintiéndome así. Keith tiene razón. Tengo que ir al hospital
primero. No puedo esperar nada más, si solo pudiera
resolver este jodido mareo.

—Ah...

Con profundos suspiros, me cubro los ojos con las manos y


me inclino. Incluso en la oscuridad, mi cabeza da vueltas. No
sería tan doloroso si no estuviera embarazado. Me llevo la
mano suavemente al vientre y lentamente acarició, pero no
hay ningún sentimiento. Con profundos suspiros, me cubro
los ojos con las manos y me inclino. Incluso en la oscuridad,
mi cabeza da vueltas. No sería tan doloroso si no estuviera
embarazado. Me llevo la mano suavemente al vientre y
lentamente acarició, pero no hay ningún sentimiento. Ah.
Detengo mi mano y suavemente presiono. Si este niño
desaparece. Me sorprendo y recupero el sentido. Cuando
levanto la vista inconscientemente, tragando mi aliento, veo
a Keith apoyado contra la puerta, observándome.

—Sal del trabajo —dice en voz baja cuando sus ojos se


encuentran con los míos—. Es una molestia que te quedes
aquí en ese estado. Deja de venir.

—Puedo trabajar...

—¡Por favor, escucha! —Keith grita y atino a mirarlo


asombrado. Se sacude el cabello nervioso y dice con voz
apagada—: No puedo trabajar si estás en esa condición.

—... Lo siento.

Me disculpo. En cualquier caso, es mi culpa que esta


condición haga que los demás se preocupen por mí. Si quiero
trabajar no debería hacer que otros alrededor mío se sientan
incómodos. Me reprocho a mí mismo.
—Bueno, solo trabajaré hasta antes del almuerzo. Voy a
tener que resolver lo que queda y entregárselo a Emma...

Afortunadamente, no hay horario hoy. No hay reunión y


Keith solo tiene cita para cenar, así que solo debo trabajar
como de costumbre y, de vez en cuando, cumplir con las
instrucciones de Keith.

Agrego en voz baja:

—Gracias por tu consideración.

—... Así que arréglalo y vete.

Habla cansado. Pensé que se iba a dar la vuelta y entrar a la


oficina, pero inesperadamente permanece en el mismo lugar.

Pienso por un momento y agrego dudando:

—Sí.

Solo entonces Keith asiente y se vuelve. Tak. Se escucha el


sonido de la puerta cerrándose. Después de mirar la puerta
cerrada por un rato, comienzo a preparar algo para contarle
a Emma. Tengo que ir al hospital, pienso y abro el sitio de
búsqueda al mismo tiempo. Un hospital donde no se pueda
filtrar mi historial clínico.

—Ah.

Involuntariamente escupo un suspiro.

✤✤✤✤✤✤

Mientras le comento a Emma que debía irme ella me sonríe


con una cara iluminada.

—Sí, será mejor que me vaya y descanse. Estoy muy


agradecido de que el Sr. Pittman haya hecho tal oferta —
continúo con un poco de alivio—. Porque el Sr. Pittman es de
pocas palabras, así que a veces no habla cuando trabaja.
Quizás te pueda dar miedo cuando se enoje, pero si haces las
cosas bien no ocurrirá, y si cometes algún error... Es cierto
que se enojara, pero... no demasiado.

No es fácil trabajar con Keith, pero creo que Emma lo hará


bien. Miro alrededor después de informarle. Ya es la hora del
almuerzo, Jane y Rachel están preparándose para salir a
comer.

—Bueno, Emma. ¿Tienes tiempo por la noche? Si no te


importa, me gustaría comer y hablar contigo...

Finjo no notar la persistente mirada de Jane y Rachel sobre


mí. Emma parpadea y pronto sonríe asintiendo.

—Está bien, ¿nos vemos en el restaurante al que siempre


vamos?

—Bueno, no. Nos vemos en mi casa hoy. No creo que esté en


buenas condiciones para salir a algún lugar... ¿Te importaría?

—Oh mi Dios.

—¡Wow!

Jane y Rachel exclaman de nuevo. Sonrío torpemente porque


estoy avergonzado.

Emma les dedica una mirada y pronto sonríe.

—Está bien. Entonces ¿debería ir a tu casa alrededor de las 7


en punto?

—Si, está bien.

Asiento. Me despido y salgo de la oficina de secretaría.


La forma en que Rachel y Jane me miran desde la puerta es
pesada, pero finjo no notarlo. Cuando cierro la puerta y
camino unos pasos, de repente escucho un grito. Miro hacia
atrás con asombro, pero no puedo volver a la oficina de
secretaría. Finalmente, inclino la cabeza y me dirijo hacia el
ascensor.

✤✤✤✤✤✤

Cuando salgo, el conductor de Keith me está esperando. Me


subo al auto después de una breve reverencia. Es natural que
tenga que regresar a la mansión a recoger el automóvil, dado
que lo había dejado el día de la fiesta. Sin embargo, estoy un
poco perplejo al dirigirme a la casa de Keith sin consultar el
destino. Supongo que el conductor está seguro que me dirijo
hacia ahí.

¿Keith dio esa orden?... No lo sé.

Estoy agotado de pensar de más y simplemente vacío mi


mente. Las calles del mediodía están llenas de luz solar. Estoy
cruzando la calle con mis ojos inadvertidamente
entrecerrados.

✤✤✤✤✤✤

Despierto con una extraña sensación. Cuando abro los ojos,


aparece un jardín familiar, llegamos a la mansión de Keith.
Me preparo para bajar después de un rato, cuando el auto se
detiene, alguien abre la puerta desde afuera.
Inesperadamente, Charles está ahí de pie. Le agradezco y
rápidamente intento ir a donde había estacionado mi auto.
Me llama de inmediato.

—¿A dónde vas, Yeonwoo?

En algún lugar me detengo y respondo la pregunta urgente:


—Voy a buscar mi auto... Tengo que volver a casa.

Por primera vez, Charles parece avergonzado.

Digo maravillado:

—Me atendieron durante el fin de semana. Tengo que irme


ahora.

Entonces, me despido ligeramente y me doy la vuelta. Mi auto


se quedó donde lo había estacionado. Mirando por un
momento el Jaguar que Keith me había dado, pronto abro la
puerta del auto y me siento en el asiento del conductor.
Respiro hondo y me tomo un tiempo para asegurarme de que
estoy en condiciones de conducir. Quizás porque me quedé
dormido por un tiempo es que me siento mucho mejor ahora.
Charles sigue mirándome, parado allí, mientras salgo por la
entrada del jardín. Cuando reviso el espejo retrovisor, ya ha
desaparecido muy lejos.

✤✤✤✤✤✤

Emma llega unos 10 minutos antes de lo prometido.

—Llegué un poco temprano, ¿está bien?

—Por supuesto, entra. ¿No fue difícil venir?

—Estuvo bien. Gracias.

—He preparado un filete simple, ¿está bien?

—Oh Dios. Tenía mucha hambre.

Después de confirmar cuánto demorará en hornearse, la


llevo a la sala de estar. Mientras esperamos, Emma sonríe y
dice gracias. Mientras espero que se cocine la carne. La razón
por la que me estoy poniendo nervioso es por la presión
sobre lo que tengo que decirle. Cuando veo a Emma
revisando mensajes en su teléfono celular, recuerdo lo que
he practicado.

✤✤✤✤✤✤

—Bueno, estaba muy delicioso. Gracias.

Cuando la veo sonreír satisfactoriamente, yo también sonrío.


Ahora se acerca el momento de hablar, le doy una taza de té
con el postre.

—Oh, gracias.

Sonríe mientras me ayuda a limpiar la mesa vacía. Su cara


sonriente es muy bonita.

—Quédate sentada, comeremos el postre pronto.

—Sí, lo espero con ansias.

Respiro profundamente mientras muelo los granos. Estoy en


excelentes condiciones hoy, no me siento enfermo, así que
tuve una buena comida y no cometí errores al hablar. He
estado posponiendo y retrasando la charla difícil, pero ahora
es el momento. Emma sonríe brillantemente mientras saco
una tarta de huevo, brownie de chocolate y café.

—Oh, es mi panadería favorita.

—Bien, escucho eso a menudo.

—Voy a aumentar de peso.

Cuando la veo que suspira, pero no puede apartar la vista del


postre, me río, es como si estuviera mirando a mi hermano.

—No digas eso porque eres lo suficientemente delgada. Mi


hermana siempre se preocupa así, pero ella se ve bastante
delgada para mí. Una dieta excesiva no es buena para tu
salud...

—¿Tienes una hermana menor?

—Sí, dos.

Naturalmente, la conversación pasa a algo sobre la familia.


Después de sopesarlo por un tiempo, se da la oportunidad de
introducir el tema.

—Bueno, Emma, dijiste antes que tienes un hermano Omega,


¿verdad? Y dio a luz a un niño.

—Sí, así es. ¿Por qué?

La cara de Emma está perpleja y tiene una sonrisa en su


rostro.

Respondo, tosiendo en vano y evitando su mirada.

—Bueno, yo... tengo una pregunta sobre eso. ¿Podemos


encontrarnos? No hay Omegas a mi alrededor.

Emma sacude la cabeza.

—Puedo preguntarle, pero... ¿Qué pasa? Oh, ¿tu hermana


tuvo un bebé? ¿Cuántos años tiene?

Trago saliva seca. El tiempo finalmente ha llegado. Abro la


boca con dificultad.

—No, no, es que... mis dos hermanos son Beta. El


embarazado... soy yo.

Emma parpadea y permanece en silencio por un momento.

—... ¿Sí?
Esa es toda su reacción. Al mirar a Emma, que está sin
palabras nuevamente, me siento avergonzado.

—Bueno, algo así... Eso es lo que pasó. Es por eso que no me


he sentido bien últimamente... Lamento sorprenderte de
repente, pero no tengo a quien más consultarle... Creo que
podría ser un diagnóstico erróneo, pero si realmente lo es...
Me acordé del hermano de Emma.

—...

Emma no dice nada. Su reacción aparentemente


conmocionada me deja sin palabras. De repente me pregunto
si piensa que la relación entre ella y yo fue confundida; quizás
para ella era diferente a lo que yo creía, que para ella tal vez
solo soy un compañero de trabajo a quien le tiene confianza.
Pienso que debí haber definido la relación primero, pero ya
era demasiado tarde. No tengo más remedio que esperar a
que ella aclare el desastre.

—Oh, entonces... ¿Qué debería decir?

Emma abre la boca después de la sorpresa. Todavía parece


perpleja, pero gradualmente su tez está volviendo. Hablo con
cuidado:

—Siento decir esto de repente, Emma.

—Bueno, me sorprendió increíblemente.

Whoo.

Emma suspira. Todo tipo de emociones están en su rostro.


Me siento culpable nuevamente porque no quise confundirla
así.

—No sabía que salías con alguien Yeonwoo. Mira, quiero


decir... ¿De quién?
Cuando pregunta con cautela, suena un timbre oportuno en
la puerta principal. Miro hacia atrás casualmente. Emma
también parece sorprendida.

—Espera un minuto.

—... ¿Quién es? —murmurando para mí mismo, me levanto


de mi asiento.

Emma se lleva el café a la boca a toda prisa, como si tuviera


sed. Incluso hasta que abro la puerta, no tengo idea de quién
es el visitante. Como si fuera difícil esperar un poco, el
visitante impaciente vuelve a tocar el timbre.

Respondo: "Sí", y abro la cerradura de la entrada.

Un sonido de traqueteo se extiende y la visita, espera...


Cuando finalmente abro la puerta, lo primero que siento es
un leve aroma. Y tan pronto como aparece su rostro, digo su
nombre sin darme cuenta.

—... ¿Keith?
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 11

Me sorprende la inesperada visita. Keith me está mirando


con un rostro inusualmente pálido.

¿Por qué este hombre se encuentra aquí?

Inclino mi cabeza casualmente. Keith, que me mira a la cara


sin decir una palabra, luego abre la boca:

—... ¿Estás bien?

—¿Sí?

Me sorprende nuevamente la repentina pregunta.

Me observa por un momento, solo parpadea y suspira. Se


pasa los dedos por el pelo como si estuviera cansado y abre
nuevamente la boca:

—¿Por qué no contestaste el teléfono?

—¿Teléfono? —repito sus palabras como un tonto.

Keith frunce el ceño como si estuviera molesto por mi


reacción.

—Bueno, quién...

Emma, que se acerca a la puerta de entrada preguntándose


qué está pasando, se sorprende y suelta un grito. Keith pasa
por encima de mi cabeza en silencio y la mira. Emma habla
primero:

—¿Por qué el Sr. Pittman está aquí...?

De repente se da cuenta de algo. También me percato de que


Emma encuentra la respuesta a la pregunta que hizo justo
antes de que sonara la campana. Por supuesto, lo negaría
inmediatamente, sin embargo, necesito habilidades de
actuación de las que nadie dude. No puedo garantizar que
pueda negar de manera calmada.

Afortunadamente, Emma no dice nada al respecto. Todo lo


que hace es vernos por turnos a Keith y a mí. De nuevo se
cierne un pesado silencio. Una vez más, abre la boca primero:

—Bueno, me retiro. Yeonwoo, hablemos de esto nuevamente


la próxima vez. Le preguntaré a mi hermano.

—Ah gracias. Emma. Espero que...

Me doy cuenta de la presencia de Keith mientras hablo. Me


veo obligado a apartarme y pedirle que entre.

—Te veré en un momento.

Lo digo a espaldas de Keith, pero él no mira hacia atrás.


Cierro la puerta y bajo el edificio con Emma. El camino está
bordeado de autos familiares. Me detengo para ver a
Whitaker parado en la calle fumando un cigarrillo.

—... ¿Dónde está el auto?

Emma, ante mi pregunta, sin decir nada señala al otro lado de


la calle. En silencio caminamos uno al lado del otro. No fue
hasta que llegamos al frente del auto que Emma abre la boca:

—No sabía que tenías tal relación con el Sr. Pittman... Es del
Sr. Pittman, ¿no es así?

Se a lo que se refiere, aunque no lo diga claramente. Digo que


sí y asiento con la cabeza.

—Ya veo —murmura Emma con una mirada amarga.

Abre la puerta del auto y me mira antes de sentarse en el


asiento del conductor.
—No le diré a nadie sobre esto hasta que Yeonwoo lo diga
directamente.

Sonrío amargamente.

—Confío en ti Emma.

Emma sonríe.

—Lo que preguntaste antes, se lo preguntaré a mi hermano


y te lo haré saber. Es difícil decírselo ahora porque tengo que
comprobar cuándo tiene día libre.

—Sí, gracias.

—De nada. —Ella habla de manera entrecortada—. Somos


amigos.

Ante las palabras de Emma, sonrío alegremente. Cuando le


doy un ligero abrazo como despedida, ella también me da
una palmada en la espalda.

—Bueno, vete a casa sana y salva.

—Sí, Yeonwoo.

Se sienta fácilmente en el asiento del conductor y cierra la


puerta. La veo encender hábilmente el auto. No es hasta que
el coche de Emma desaparece de mi vista que cruzo la calle y
me dirijo a casa. Whittaker, que me reconoce tardíamente,
levanta la mano para saludarme. Mientras subo las escaleras,
mi mente gradualmente se vuelve pesada.

¿Qué demonios está haciendo Keith aquí? ¿Por qué me llamó?


¿Pasó algo? No es algo normal que venga a mi casa después
del trabajo, pero Whitaker y otros guardaespaldas parecían
demasiado relajados.

¿Sucedió algo que no se me ha informado?


Abro la puerta principal sintiendo la complejidad de mi
cabeza. Keith está sentado en el sofá de la sala de estar. Fue
hace un rato que Emma y yo estábamos sentados allí. Camino
en silencio y despejo tazas vacías y postres que estaban en la
mesa.

—... ¿Puedo traerte algo de beber?

Keith niega brevemente con la cabeza mientras le ofrezco la


invitación. Respiro hondo y me paro frente a él con la mesa
en el medio.

—¿Qué está pasando? Si tienes tanta prisa, algo grande debió


suceder...

Keith abre la boca, después de una pausa dice:

—¿Por qué estás aquí?

Me las arreglo para soportar la pregunta obvia. Gracias a eso,


respondo con calma:

—Porque es mi casa. ¿No es obvio?

Keith aprieta la mano en el muslo y la abre lentamente. Sus


dedos hacen de nuevo un sonido débil golpeando su muslo.

—Fuiste a mi casa.

—Sí, para recoger mi auto.

La velocidad de los dedos aumenta.

—¿Por qué Emma estaba aquí?

—Yo la invité. Tenía algo que preguntarle...

De repente frunzo el ceño.

Pero ¿por qué tengo que hablar de esto? Es mi vida privada.


—Entonces ¿por qué estás aquí? ¿Le pasó algo a la empresa?
—pregunto con frialdad, y puedo ver a Keith vacilar, cuando
el ritmo de sus dedos que cambia de Moderato a Allegro y se
detiene de repente.

—... ¿Qué?

Esta vez Keith vuelve a preguntar. Me molesta que no parece


concentrarse en lo que digo. Me cepillo el pelo y frunzo el
ceño.

—Si vienes hasta aquí, porque no contesté el teléfono, debió


ocurrir un gran problema, ¿verdad? De lo contrario no hay
razón para hacerlo en este momento.

Espero una respuesta después de decirlo, pero Keith sigue en


silencio. De alguna manera hace una pausa y abre la boca:

—... El cálculo está mal.

Parpadeo ante el comentario inesperado.

—¿Qué? ¿Qué cálculo?

—El número de espectadores, la suma ha estado mal durante


dos semanas.

Por un momento me quedo sin palabras.

—¿Es eso lo suficientemente urgente como para venir hasta


aquí?

Keith guarda silencio de nuevo. Sus dedos palmean


nuevamente su muslo. Es Allegro desde el principio.

—De todas formas... —De repente, Keith detiene sus dedos y


cambia el tema—. Prepárate, vamos a mi casa.

—¿Por qué?
Su respuesta es simple.

—Porque lo quiero.

Lo miro a la cara. Abro la boca cuando vuelvo a sentir que


surgen todos los sentimientos negativos.

¿Y si no lo hago?

Keith entrecierra los ojos. Me doy cuenta de que da la


respuesta que esperaba. Al mismo tiempo, Keith se pone de
pie. Doy un paso atrás sin darme cuenta. Lentamente se me
acerca, suelto un pequeño gemido y me apresuro a
retroceder. No hay lugar para correr en esta casa estrecha.
Pronto mi espalda toca la pared y mi retirada es bloqueada.
El hombre que camina hacia mí, se detiene con calma.

No hay aroma de feromonas en este hombre al que solo le


quedan unos pocos pasos hasta llegar a mí; sin embargo,
siento un aroma sofocante. Me siento como el perro de
Pavlov. La mera visión de este hombre me hace sentir calor y
percibir olor. Es tan injusto que casi lloro. Entonces el
hombre abre la boca:

—Yeonwoo. —Lo observo con los ojos borrosos. Keith dice


en voz baja—: Prepararte.

Alza la mano. En el momento en que sus dedos tocan mi


mejilla, suelto un gemido. Keith, que me contempla mientras
me encuentro endurecido y sin poder moverme, me vuelve a
acariciar la mejilla.

—Ven conmigo.

—...

—Yeonwoo.

Llama mi nombre otra vez.


Este hombre me conoce bien. Con solo decir mi nombre
suavemente ya ha calculado que estoy obligado a volverme
infinitamente débil. Cierro los ojos con un profundo suspiro.
Siento que sé muy bien lo que este hombre piensa de mí.
Cuando abro los ojos otra vez, ya he tomado una decisión.

—Sí.

✤✤✤✤✤✤

En el auto, él y yo no decimos una palabra. Apoyo mi cabeza


contra la ventanilla y solo miro el fondo de la noche que pasa
sin sentido. Keith vuelve a golpear su dedo contra su muslo,
muy despacio esta vez. En lugar de fumar, parece tener un
nuevo hábito. Ni siquiera huelo el regusto leve del cigarrillo.
Al deshacerse de las feromonas, ya no puedo oler ningún
aroma de Keith, excepto por el aroma fresco de su piel. Me
siento extraño. Todavía hay un ligero aroma a feromonas en
el coche, pero este también se desvanece lentamente. Así
como si la memoria se desvaneciera.

—¿Has estado en el hospital?

A la pregunta de Keith, todavía miro por la ventana y


respondo:

—No.

—Voy a hacer una cita... El hombre... ¿Ya lo arreglaste?

Después de un momento, vuelve a preguntar. Echo un


vistazo, Keith, como yo, está mirando por la ventana.

—No. —Solo ante mi respuesta, Keith me mira. Hablo


nuevamente, aun observando por la ventana—. Todavía lo
estoy pensando.

—¿Qué?
—De qué manera debería arreglarlo.

Keith no responde por un momento. Puedo darme cuenta


que está desconcertado sin tener que mirarlo. Por supuesto,
no estaba en sus cálculos que hiciera estos comentarios
picantes, pero esto solo es el comienzo.

—Todavía no has encontrado al Omega que dejó la marca,


¿verdad? Hasta entonces hablaré sobre si lo voy a arreglar o
no.

Keith pregunta como si estuviera atónito.

—¿Me estás comparando a mí y a ese hijo de puta?

Era natural estar perplejo. ¿Cómo se atreve alguien más a


jugar así contra este hombre? Es imposible sin estar tan loco
como yo. Me rio cínicamente.

—Ni siquiera recuerdo cómo fue tener sexo contigo, pero


¿hay alguna razón por la que yo deba arreglarlo con el
hombre primero?

Tengo curiosidad por la expresión de Keith, pero no me


molesto en comprobarla. Todavía miro por la ventana y digo
casualmente:

—Podrías cambiar de opinión cuando aparezca el Omega


que dejó la marca, así que será mejor que hablemos de eso
entonces. Ni siquiera podemos olernos de todos modos,
¿verdad? Soy un gato en celo, así que no sé cómo reaccionaré
si huelo a otro Alfa y tú hueles a tu Omega...

—No me importa.

Me dice Keith bruscamente. No tengo más remedio que


mirarlo.
—No importa cuál sea el aroma de las feromonas. Sería
mejor si pudiera olerte, pero me siento atraído por ti, incluso
cuando eliminaste el olor de todos modos.

Inesperadamente, lo admite con frialdad. Parpadeo de


asombro, porque nunca pensé que lo diría con su propia
boca. Pero Keith, más bien, inclina una esquina de la boca
como si mi reacción fuera graciosa.

—¿Te lo dije? Habría dormido contigo antes si fueras mujer.

Keith se acerca a mí en silencio. Toca mi mejilla lentamente y


murmura para sí mismo:

—Si hubiera admitido que podía hacerlo incluso con un


hombre, no habría perdido tanto tiempo.

Se hizo el silencio. Keith no miente. No hay forma de cambiar


de tema, sin embargo, el problema es que su sinceridad es
claramente su propio punto de vista, que puede ser diferente
de los demás.

Como me equivoqué. Soy yo el mentiroso. Pienso. Diré muchas


mentiras este día y en el futuro a este hombre.

Nos estamos mirando, pero el silencio no es pesado. La mano


de Keith envuelve mi mejilla y su pulgar acaricia mi labio
inferior sin apretar. Separo mis labios sigilosamente, los
dedos de Keith entran en mi boca. Muerdo suavemente el
pulgar con mi diente. Mi mirada sigue sobre Keith. Nos
miramos el uno al otro sin siquiera parpadear. Coloco el dedo
entre los dientes para que no le doliera, y secretamente
levantó mi lengua. Los ojos de Keith se entrecierran mientras
acaricio su dedo suavemente con la punta de mi lengua. Keith
deja fluir sus feromonas. Hay un ligero aroma. Él está
emocionado. Siento el olor incontrolado fluir, y envuelvo el
dedo con la lengua y lo chupo con los labios, como si
estuviera acariciando su pene. Keith también lo nota. Es
obvio que la parte delantera del pantalón tiene una erección.
Keith gira su mano alrededor de mi cabeza y tira de ella. Soy
arrastrado como él quiere, sin resistir.

—Ah.

Keith suspira profundamente y cierra los ojos. Está tratando


de besarme. Justo antes de que nuestros labios se toquen,
susurro:

—Encuentra al Omega primero.

Keith abre los ojos. De inmediato nuestros ojos se


encuentran. Sonrío levemente, mirándolo directamente.

—No dormiré contigo hasta entonces.

Poco a poco el coche baja la velocidad. El poder desaparece


de la mano de Keith, que me sostiene. Me hago un poco hacia
atrás, aun así, mi mirada todavía sigue fija en Keith y él no la
esquiva. La cara de Keith está febril, y simplemente no tiene
expresión.

Me gusta mucho esa cara.

✤✤✤✤✤✤

—Han pasado cuatro meses. ¿Es este su primer diagnóstico


hospitalario?

Mirando el rostro inexpresivo del doctor, inadvertidamente


trago en seco.

—... No, lo obtuve de otro hospital y me preguntaba si era un


diagnóstico erróneo...

—Estás embarazado.
El médico aún mira el monitor de una manera meramente
profesional.

Está hablando de los resultados de las pruebas y la condición


actual, pero no puedo escuchar correctamente. Solo oigo
mientras estoy en blanco, las últimas palabras del médico me
llaman la atención.

—Incluso si es tu primer embarazo, estás en muy mal estado.


¿Estás tomando algún medicamento?

Es difícil responder de inmediato. Respondo con una


respiración profunda de por medio.

—El inhibidor... Consumo un poco más que la cantidad


normal.

—Oh, no.

El doctor pronto frunce el ceño.

Después de hacer preguntas detalladas sobre cuánto tiempo


y cuánto era la cantidad, se rasca la mejilla con la punta de un
bolígrafo.

—Detén todos los medicamentos. A este ritmo, la vida del


niño está en peligro. ¿Por qué tiene que tomar inhibidores
cuando está embarazado? ¿Tiene una pareja?

Hay muchos Omegas que tienen hijos solos, sin un cónyuge


establecido. Echo un vistazo a la vertiginosa mirada.

—No le he dicho todavía.

—Entonces ve a hablar con él de inmediato. Te sentirás


mucho más relajado si grabas la marca. Si no puede, te
recetaré temporalmente otro inhibidor. Esto es temporal, así
que no puede consumirlo continuamente. Y no consuma
nada más que la dosis recetada... —agrega, diciendo esto y
aquello—. ¿Hay otros inconvenientes?

Pienso por un momento y luego abro la boca:

—Es difícil dormir. Quizás es por eso que me siento peor...

—Suele pasar más si es tu primer embarazo. Te recetaré una


pastilla para dormir.

Le pregunto con cautela, mirándolo hacer la receta.

—No soy un tipo al que las medicinas le hagan mucho efecto,


así que... ¿Tienes alguna medicina fuerte?

El doctor suelta un "uhm" y se acaricia la barbilla.

—Debido a que estás embarazado, es difícil usar el


medicamento sin cuidado... Solo tómelo cuando tenga
insomnio muy severo. Y básicamente, el alcohol no está
permitido, más bien está absolutamente prohibido,
especialmente cuando se toma este medicamento. Si se
mezcla con alcohol, la gente común simplemente se
despierta en tres días. Hay estudios que lo comprueban. No
hay otros efectos secundarios graves. Es básicamente malo
para el niño, así que, si no vas a someterte a una cirugía,
nunca lo tomes conjuntamente con alcohol. ¿De acuerdo?

—Sí.

Asiento como si lo estuviera prometiendo.

✤✤✤✤✤✤

Paso por la farmacia, tomo mi medicina y vuelvo a la calle.


Hay un parque bastante famoso en la zona donde se
encuentran los hospitales. De repente quiero comer pudín,
así que paso por una tienda cercana. Cuando me doy cuenta,
he sacado todos los pudines del refrigerador. Se derretirá.
Estoy preocupado, pero no puedo renunciar a ninguno de
ellos. Finalmente, compro todo y salgo de la tienda. El
empleado me mira a la cara con extrañeza, pero lo ignoró.

Sentado en un banco vacío, saco uno, abro el paquete y paso


cuidadosamente en la esquina con una cuchara. El pudín frío
y suave se aplasta en mi boca. Comiendo lentamente un
bocado a la vez, pienso en ello sin comprender. La dulzura
que se extiende en mi boca se asemeja al dulce sabor de la
sangre que probé cuando grabé la marca. La emoción de esa
vez revive y me pone la piel de gallina.

Me como uno y saco otro. Normalmente no me gustan tanto


los dulces, pero estos días como demasiado. Ahora que lo
pienso, cuando termino mis comidas, busco dulces para el
postre. No solo eso, sino que es realmente extraño que esté
sentado en un banco y comiendo pudín. ¿Es por el niño?
Inadvertidamente miro mi vientre. Todavía es poco
irrealista, pero está claro que hay un niño. No puedo negarlo
más.

“Si no tiene intención de dar a luz, tendrá que decidir


rápidamente. No hago abortos, así que busque otro hospital
que pueda hacerlo y programe una cita”

Recordando la advertencia del médico, como mi pudín.

Tuk.

Un trozo de pudín cayó sobre mi pierna, pero lo dejo así.

No me muevo, aunque sé que el bulto suave me moja la


pierna. Entro en razón porque de repente alguien me habla.

—Oye, ¿estás bien? ¿Está todo bien?

Me sorprende la repentina voz del hombre.


Parpadeando con los ojos en blanco, abre la boca con un
breve suspiro.

—Oh, no te desmayaste. Eso es un alivio. ¿No te sientes bien?


¿Debería llamar al 911?

—Oh, no... Estoy bien.

Mientras habla, sacudo la cabeza. Es familiar, pero ¿dónde lo


viste? Sonríe como si tuviera la misma idea.

—¿Nos hemos visto en alguna parte?

—Bueno... —murmura aturdido y tardíamente encuentro


auriculares envueltos alrededor de sus orejas.

Me sorprendo y escupo sin darme cuenta.

—Dijiste que eras un guardaespaldas... Josh. ¿Eres Josh?

—¡Oh!

También se acuerda de mí.

Su rostro fresco, que había visto en la noche oscura, brilla a la


luz del sol.

—Es un placer verte de nuevo, Yeonwoo. ¿Te sentiste bien


luego?

Extiendo la mano y me da la suya. Josh se sienta a mi lado


naturalmente y habla:

—¿Qué haces aquí? ¿No son horas de trabajo?

—Tenía que ir al hospital hoy... ¿Qué haces aquí?

—Ah, tengo trabajo que hacer en un hospital cercano.


Cuando iba a preguntarle dónde, la voz del niño de repente
me interrumpe.

—Papi, papi.

—Oh.

El niño se tambalea y se queja con Josh como si estuviera


aburrido. El hombre pronto dirige su atención al niño y
sonríe suavemente. El niño se parece a él, pero es algo
diferente. Es obvio, pero pienso que probablemente se
parece a su otro padre... ¿Dónde lo has visto? Ladeo la cabeza
de repente.

La cara del niño, que veo por primera vez, parece


extrañamente familiar. Mientras miro quieto, Josh levanta
hábilmente al niño, pone sus pies en una mano y se encoge
de hombros en el aire. El niño parece asustado, pero con la
emoción, sus ojos se iluminan y el equilibrio es difícil. Pero no
dura mucho.

—Uh. Huh.

—Ah-ah-ha-ha.

El hombre lo agarra, tan pronto como el niño tambalea.

Mientras observo la figura pacífica del niño que estalla en


risas y el hombre sonríe, mi mente se vuelve increíblemente
compleja. Sin darme cuenta, acaricio mi estómago, Josh se
voltea hacia mí.

—Él es Pete, mi tesoro. Vamos, Pete. Di hola.

—Woo woo...

El niño me mira, chupándose el pulgar. Lo saludo con una


sonrisa.
—¿Hola, Pete? Soy Yeonwoo.

El niño todavía me mira y de repente sonríe y entierra su


rostro en el hombro de Josh.

—Este chico es tímido.

Se ríe Josh en voz alta.

Sonrío torpemente.

El niño en los brazos de Josh me mira. Cuando nuestros ojos


se encuentran, el niño vuelve a reír y oculta su rostro. En ese
momento su cara se me hace familiar.

—¡Ah!

Josh me mira maravillado mientras exclama


inconscientemente.

Su reacción en un abrir y cerrar de ojos es muy natural. Las


palabras que había escuchado sobre el hombre en mi cabeza
rápidamente pasaron de largo.

—Oh, yo... ¿Tal vez tengas una hermana menor...? Llamada


Emma.

Ese comentario hace un cambio repentino en la cara que


había estado sonriendo hasta ahora.

La cara del hombre que me observa es terriblemente fría.

—¿Quién eres tú?

Trago saliva en seco, es una pregunta natural. No puedo creer


que este tipo sea Omega. Solo entonces comprendo la razón
de su hermosa apariencia.
¿Este hombre también consume inhibidores? Porque no puedo
sentir ningún olor proveniente de él.

Mi mirada se vuelve hacia el niño que sostiene. Es un Omega,


quien dio a luz a un hijo solo. Apenas abro la boca, soportando
la sensación de lágrimas.

—Bueno, yo trabajo para la misma compañía que Emma... —


continúo soltando palabras con dificultad—. Emma dijo que
tú también tenías un bebé...

El hombre frunce el ceño.

—¿Tú también...?

Me muerdo los labios y confieso.

—Creo que yo también debería tenerlo.

Se sorprende por la confesión que pronuncio con un aliento


bloqueado y permanece en silencio por un momento.

El hombre mira el reloj en su muñeca y me abre la boca,


bajando la cabeza y mordiéndose los labios.

—Podré dedicarte otra media hora más o menos —dice


rápidamente—. Lo haré mientras quieras que te escuche, si
no te importa.

Por supuesto que está bien. Siento que mi corazón explotará


si no le cuento a nadie sobre esto.

—Escuché de Emma y le pregunté si podía conocerte. No


tengo a nadie con quien hablar. Pero no sabía que eras el
hermano de Emma...

Resulta que se parecen. Por supuesto, el lado de Emma es


mucho más suave, así que no pensé en eso.
—Oh.

Y Josh parecía recordar algo.

—Entonces por eso me envió un mensaje preguntando


cuándo iba a descansar. No sabía que estaba pasando... De
todos modos, el resultado es el mismo.

Josh abraza cómodamente a Pete y se endereza.

—Hablemos. Entonces ¿por qué quieres conocerme?

Logro sacar las palabras de mis labios temblorosos. Solo


escucha en silencio mientras yo hablo.

—... Entonces ¿estás regresando de un examen médico? —


pregunta Josh, que había escuchado más o menos y asiento
con la cabeza.

Josh dijo que él estaba regresando de un pediatra cercano


debido a la vacuna de su hijo.

Solo confesé que me acosté con mi jefe y quedé embarazado.

—¿No se lo vas a decir? O el Alfa no quiere un niño. Tu


compañero debe ser Alfa, ¿verdad?

En un punto realista, me tomé un momento para responder.

—No lo sabe. Sigo pensando que es un diagnóstico erróneo...

—¿Ni siquiera piensas decirle?

Josh pregunta bromeando.

Casi me echo a reír nerviosamente. Mirando a Pete


dormitando en los brazos de Josh, abro la boca con dificultad.

—¿Debería tener un hijo?


—Bueno, esa es la elección de Yeonwoo.

La respuesta obvia regresa.

Le pregunto a Josh, incapaz de quitarle los ojos de encima.

—... ¿No te daba miedo? Escuché que tenías un bebé por tu


cuenta.

Josh mira a Pete.

El niño ya está profundamente dormido. Sin embargo, Josh


bloquea los oídos de Pete con sus grandes manos y dice:

—Cuando lo supe, ya era demasiado tarde para la cirugía. No


tuve más remedio que dar a luz. —Mira al niño con una
sonrisa amarga—. Pero después de nacer, no pude evitar
amarlo. ¿Qué hubiera pasado si hubiera tenido una cirugía?
Es terrible imaginarlo.

No puedo decir nada. No me di cuenta de que tengo un hijo


en el vientre y no me di cuenta de que tengo que decidir si
dar a luz o no.

—Será mejor que tomes la decisión rápidamente. Porque el


tiempo pasa y se vuelve irrevocable. —Señala Josh con
frialdad. Solo digo que sí con dificultad. Josh me mira así y
abre la boca—: Estoy seguro que el médico ha tratado con
muchos Omegas y los ha ayudado de muchas maneras a
sentirse "aliviados" respecto a dar a luz o no.

Parece disimular sus palabras a propósito. Sin mencionar a


Pete, me temo que el niño en mi vientre podría escucharlo y
lastimarse. Ni siquiera estoy seguro de su existencia todavía.
Estoy sin palabras porque mi cabeza está confundida, así que
Josh se toma un descanso y pregunta:

—... Trabajas para la misma compañía que Emma, ¿verdad?


¿Puedo preguntarte algo?
Asiento apresuradamente ante las palabras de Josh.

—Sí, cualquier cosa. A menos que sea una disposición


secreta...

—¿Cuántos hombres hay en la oficina?

—¿Qué?

Abro mucho los ojos ante la repentina pregunta.

Josh lo pregunta seriamente otra vez.

—Bueno, ella dice que trabaja en la oficina de secretaría.


¿Cuántos empleados hay? ¿Cuántos hombres hay?

No sé por qué me pregunta esto, pero respondo


honestamente:

—El único hombre que trabaja en el departamento de


secretaría soy yo, el líder del equipo. El resto son todas
mujeres. Incluida Emma, hay tres de ellas.

—... ¿Qué?

Josh distorsiona su rostro y escupe palabras duras. Estoy


sorprendido y parpadeo.

¿Por qué estás haciendo eso? ¿Qué pasa?

Espero a que diga lo siguiente, pero Josh no abre la boca. Me


mira el rostro durante mucho tiempo con su cara aún
fruncida.

—... Ah. Emma, Emma.

—... ¿Qué?

Cuando lo veo sacudir la cabeza llamando al nombre de su


hermana, no puedo resistir mi curiosidad.
—¿Qué está pasando? ¿Por qué... algo malo le pasó a Emma?

Quiero ayudar en todo lo que pueda.

Quería ayudar en todo lo que pudiera. Mientras daba un paso


de manera entusiasmada hacia adelante, Josh me mira de
reojo y pregunta de repente:

—¿Qué opinas de Emma?

Respondo honestamente sin dudar a la pregunta abrupta.

—Es una querida amiga. Siempre estoy agradecido con ella.

—Ahhhh...

Josh echa la cabeza hacia atrás con un suspiro inusualmente


largo.

Estaba avergonzado viendo el cielo lejano con una mirada en


blanco en mi rostro. Josh, que guarda silencio por un
momento, saca su teléfono celular. Abre la boca
preguntándome:

—Número.

—¿Qué?

Cuando se lo preguntó sin entender las palabras repentinas,


Josh, a diferencia de antes, parece molesto.

—Dame tu número, te mostraré el hospital al que fui. Solo


dame tu número y te lo diré. Tendrás una cirugía de mitad de
período, pero no dejes que sea demasiado tarde.

—Oh... eso está bien. Yo lo averiguare...

Yo estoy reacio por alguna razón y trato de negarme, así que


me mira con el ceño fruncido. Bajo la presión tácita, me veo
obligado a llamar a su número. Josh guarda el número en
silencio y me envía un mensaje. Después de escuchar una
recepción monótona, Josh dice:

—Guarda mi número y contáctame si tienes alguna pregunta.


Mantendré en secreto lo de hoy, así que no te preocupes.

—... Gracias.

Me mira una vez más con una expresión compleja y mira el


reloj en su muñeca.

—Tengo que volver pronto. ¿Estarás bien?

Josh pronto mira a su alrededor y pregunta. Cortésmente lo


rechazo.

—Sí, gracias, pero está bien.

Josh me mira de nuevo con una expresión extraña. Parecía


querer decir algo, pero finalmente se encoge de hombros,
luego levanta su cuerpo.

—Fue un placer conocerte. Cuídate y vete a casa luego.

El hombre, se despide, ligeramente se levanta mientras


sostiene a Pete en un brazo y se levanta.

Miro inexpresivamente la espalda de Josh quien se fue


dejando una breve despedida, vuelvo a mirar el teléfono
celular. Mi cara se refleja en la pantalla negra. De alguna
manera parezco cansado. Parpadeo e intento recuperar el
sentido.

De repente suena el teléfono. Verifico el número y es Keith.


Después de un momento de vacilación, se corta y el teléfono
comienza a sonar nuevamente. Doy un suspiro y presiono el
botón de llamada.
—... Sí.

Tan pronto como respondo con voz cansada, Keith dice:

—¿Dónde estás? Escuché que la cita ya terminó.

Me quedo atónito.

—¿Has consultado en el hospital?

Keith no responde mi pregunta, deja un breve espacio y luego


pregunta de nuevo:

—¿Dónde estás?

Respondo sin energía:

—En un banco del parque, cerca del hospital.

—Ya voy.

La línea se corta de inmediato. Miro el teléfono celular cuya


pantalla se había oscurecido.
Bésame mentiroso Vol. 3 • Capítulo 12 | Final

Keith llegó un poco más de 30 minutos después.

A sus familiares guardaespaldas los vi primero, así que tuve


el presentimiento de que aparecería pronto. Como esperaba,
las expectativas fueron correctas.

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunta Keith fácilmente,


sentándose en el asiento donde antes se había sentado Josh.

Respondo con indiferencia:

—Solo estaba pensando.

—¿Qué?

—Solo esto y aquello.

Es verdad, es una respuesta sincera. Cuando se corta la


conversación, Keith se queda en silencio por un momento.

—¿Qué es eso?

Vuelve a preguntar señalando la bolsa junto a él. Respondo


de nuevo:

—Pudín.

—¿Pudin?

Como está perplejo, sostengo la bolsa en silencio y se lo


entrego, Keith mira dentro y se sorprende.

—¿Todo esto era pudín?

—Sí.
Asiento suavemente. Hay muchos contenedores vacíos en la
bolsa. Keith se da cuenta y no puede creer que comiera tantos
pudines solo. Digo fingiendo no saberlo.

—La cantidad fue poca.

Keith me mira desconcertado por un momento e intenta


cambiar de tema.

—¿Qué dijo el doctor?

—¿No le preguntaste?

Cuando pregunto sarcásticamente, frunce el ceño.

—Todo lo que le pregunté fue si tu tratamiento había


terminado, eso es todo. No pregunté nada más, porque es tu
vida privada. Y si es un buen médico, no hablará con otras
personas sobre los registros médicos de su paciente solo
porque alguien se lo pregunte.

Por supuesto, eso es cierto, pero si este hombre se viera


obligado a usar su dinero, nadie podría resistir mucho.
Afortunadamente parece no haberle preguntado al médico
sobre el tratamiento. Por supuesto así es la personalidad de
Keith. No es el tipo que se entromete en los asuntos de otras
personas y prefiere preguntarle a la persona directamente.

—No me dijo mucho. Solo hizo unas pruebas simples... —


Dejo de hablar. ¿Qué tan lejos debo llegar? Mientras estoy
angustiado, Keith espera. Poco tiempo después concluyo mis
palabras con indiferencia—. No había nada especial.

—...

Simplemente me mira sin decir nada y luego cambia de tema.

—Todavía no has comido, ¿cierto? ¿Esto es tu almuerzo?


Pronto sacude su cabeza con el ceño fruncido.

—Por supuesto que no —contesto y de repente siento


hambre.

Justo a tiempo Keith se levanta y pregunta:

—Vamos a almorzar. ¿Hay algo que quieras comer?

Una cosa pasa por mi mente.

—Carls Jr.

—¿Qué?

Keith vacila. Pero lo digo en serio.

—Quiero agregar pepinillos y cebollas a la hamburguesa


teriyaki, papas fritas y un batido de fresa.

—...

—¿No puedo?

Keith me mira sin decir nada.

✤✤✤✤✤✤

Hay cada vez menos personas en el parque justo después de


la hora del almuerzo. Al abrir el paquete de la hamburguesa
que el guardaespaldas me compró, pienso que es un alivio.
En el banco, Keith y yo nos sentamos uno al lado del otro con
una hamburguesa en la mano. No muy lejos, Whittaker y
otros guardaespaldas también toman su lugar para almorzar
con hamburguesas en sus manos. El grupo se dividió y
algunos comen primero, mientras que otros están en
guardia. No tiene que preocuparse por la seguridad, de
repente lo pienso y pronto recuerdo aquel incidente, cuando
Keith fue atacado. Los Alfas dominantes siempre están
expuestos al peligro. Me siento mal después de recordar. El
olor de la hamburguesa fresca me llena la boca, pero no
puedo comer porque mi corazón se siente pesado.

—¿Qué? ¿Qué pasa? —pregunta Keith.

Respondo con cautela:

—No, pensé que debería haberme ido a casa... El Sr. Pittman


no quiere estar expuesto a este espacio abierto. Podría haber
paparazzi, podría haber ataques...

De repente, Keith levanta la mano mientras juega con la


hamburguesa a medio desenvolver. Dice inesperadamente:

—No te preocupes, también me gusta el parque —agrega


Keith, indiferente como siempre—. Ya es hora de tomar sol.

—¿En el parque?

Me rio inconscientemente y él también sonríe.

—¿Vamos a Miami?

Ahí está la playa privada de Keith. Por supuesto, sé que Keith


suele pasar sus vacaciones allí a veces. Nunca he estado allí
antes. No tengo conocimiento de que haya llevado a alguien
alguna vez. Si voy, seré la primera persona a la que lleva o al
menos eso creo. En silencio me llevo el batido a los labios y
succiono. Una bebida dulce pero fría se introduce en mi boca.
Después de humedecer mi garganta seca, muerdo la
hamburguesa.

—Uhm.

Sale una exclamación sin saberlo.

Keith me sonríe.
—¿Delicioso?

—Sí.

Asiento francamente, tomando un bocado de nuevo. Keith


vuelve la cabeza y comienza a comer su hamburguesa él
mismo.

—Mmm.

Verlo asentir brevemente me hace sentir un poco a gusto.

—¿... Uh?

De repente, siento una extraña sensación en el vientre. Dejo


de masticar y miro mi estómago. No hay forma de que se
moviera o de que pueda hacerlo ya. Pero ciertamente se
sintió desconocido. Lentamente comienzo a masticar la
hamburguesa de nuevo. Ya no puedo sentir la sensación,
pero la emoción permanece.

✤✤✤✤✤✤

Después de terminar la comida, Keith inesperadamente me


lleva a una calle llena de tiendas de lujo. Es una calle a la que
a menudo venía a comprarle regalos a la pareja sexual de
Keith, así que estoy un poco familiarizado con ellas, pero no
sabía que este hombre me traería aquí.

—Voy a comprarle todo lo que necesita el niño —dice Keith


casualmente, tirando de mi mano. Me sorprende una vez
más.

—No sabes si es una niña o un niño —respondo sin dudar.

—Puedo comprar ambos.

—Podría elegir al hombre, no a ti.


A mi advertencia, se detiene por primera vez. Sin mirarme,
habla después de quedarse unos segundos en silencio.

—Tómalo.

—¿Qué pasa si no lo quiere? Es posible que desee comprarlo


él mismo.

—¡Entonces tíralo, maldita sea!

Por fin escupe una maldición.

También estoy aturdido y me endurezco con asombro. Keith


exhala, suavizando su discurso.

—Me ocuparé de eso más tarde, entra por ahora.

Keith es obstinado. No tengo más remedio que ir a la tienda


con él.

—Bienvenido, Sr. Pittman. Me han contactado y avisado de


su visita.

El gerente viene y nos saluda en persona. Al mismo tiempo,


el obturador se baja con un sonido mecánico a mis espaldas.
De repente me siento atrapado sin ningún lugar a donde
correr.

—No tienes que hacer esto.

Le susurro en voz baja.

Keith me mira y dice casualmente:

—Lo hago porque quiero.

¿Quizás ya lo sabe? Me pongo nervioso y lo miro. Keith frunce


el ceño, como si me hubiera descubierto.
—No te preocupes, no te enviaré una factura a ti, ni a ese
hombre.

Aún no lo sabe. Estoy aliviado. Pero, aun no entiendo. ¿Por


qué me está haciendo esto?

—Si crees que me acostaré contigo...

—Yeonwoo. —Keith me interrumpe. Se frota la frente con


cansancio cuando duda—. No quiero nada de ti. Solo déjame
hacer lo que quiera. Eso es todo lo que tienes que hacer. ¿Está
bien...?

Keith me mira porque no digo nada. La presión no expresada


me obliga a responder que sí.

—Siéntate aquí, por favor. ¿Te gustaría algo de té? ¿O café?

Primero Keith, sentado en el sofá, me mira. Vacilante me


siento a su lado. Cuando veo a Keith pidiendo café, me quedo
un momento perdido en mis pensamientos.

—¿Hay algo que quieras comer? —pregunta Keith. Cuando


vuelve los ojos hacia mí, agrega como una broma—: ¿Pudín?

No puedo responder. Solo parpadeo y Keith se echa a reír.


Como si hubiera mirado mi corazón, habla con el gerente.

—Dele a Yeonwoo un pudín con un batido de fresa.

Sonríe y asiente.

—Está bien. ¿Quiere un cigarrillo? ¿O puro?

—No, está bien —dice Keith después de un momento


breve—. Espero que no huela a nicotina... porque no me
gusta.

—Está bien, tendré cuidado.


Keith se echa hacia atrás sin prisa después de que el gerente
desaparece. Miro hacia abajo y él está golpeando lentamente
su muslo con su dedo. Noto sus pensamientos y abro la boca:

—Si quieres fumar, no tienes que...

—Lo deje. No me lo recuerdes.

Keith escupe bruscamente.

Silenciosamente cierro la boca. Al menos está claro que tiene


paciencia. Es extraño que Keith haga esto por los demás e
incluso por mí.

¿Tanto así quieres sexo conmigo? ¿Cómo reaccionaría este


hombre si le dijera que me casaré, pero no tendré sexo?
Todavía no puedo ni besarlo. Aun así, Keith sigue siendo
amigable conmigo. Es tan amable que temo volver a caer en
una ilusión. No tengo ni idea de lo que este hombre quiere de
mí. Pero estoy seguro de lo que quiero. Mantengo mis manos
con fuerza sobre mis rodillas. Nunca olvidaré lo que este
hombre me hizo. En el momento en que lo olvide, volveré a
ser el mismo.

✤✤✤✤✤✤

Keith me lleva a otra tienda después de comprar todo tipo de


cosas, es como si fuera a vaciar todas las tiendas. Allí me dice
que compre todo lo que quiera.

—Dicen que el embarazo en los Omegas no cambia mucho la


forma de su cuerpo, pero será mejor que compres algunos
atuendos por si acaso —dice Keith con una sonrisa—. Si
comes tu Pudín con ese impulso, pronto notarás que estás
embarazado.

Justo cuando estoy comiendo pudín de leche, me avergüenzo


y me detengo.
—Es broma, come todo lo que quieras.

Se ríe Keith y vuelve a acariciarme la cabeza.

Alguien que no lo conoce, se confundiría, pensando que este


hombre está interesado en mí. Así me equivoqué antes, pienso
cínicamente. Efectivamente el gerente se turna para
mirarnos a Keith y a mí y rápidamente muestra su negocio.

—Este es nuestro nuevo producto, hecho de tela


especialmente procesada para mujeres embarazadas.
Algunas personas tienen piel sensible. De hecho, se utilizó en
todos los productos algodón orgánico, teniendo cuidado de
no provocar alergias...

Cuando presentaba el producto con fluidez, iba a decir que sí.


Pero Keith fue más rápido que yo.

—Todas.

—Gracias, pero no necesito tanto. Probaré uno y luego... —


digo apresuradamente, pero Keith solo me mira.

Para mantenerme callado, no tengo más remedio que


llevarme el pudín a la boca en silencio. Después de eso, lo
mismo sucede repetidamente. El gerente busca esto y
aquello y Keith acepta incondicionalmente sin pensar
mucho. Tengo miedo de pensar si podré llevar todas esas
cosas en mi auto.

—¿Por qué no compras toda la tienda? —digo rápidamente,


exhausto y gruñendo.

Incluso pienso que ha venido a tirar su dinero con el pretexto


de mi embarazo. Justo a tiempo, el gerente trae un nuevo
artículo. Mirando las corbatas alineadas en la mesa, agrega
una explicación fluida de nuevo. Abro la boca antes de que
Keith diga todos nuevamente.
—¿Puedo elegir?

Cuando Keith se da la vuelta, sonríe levemente.

—Como quieras.

Levanta ligeramente la mano, pero su mirada de satisfacción


es evidente.

Pongo el resto del pudín en mi boca y vuelvo los ojos hacia


una corbata. Hay una serie de lazos con todo tipo de diseños,
desde elegantes hasta decentes, pero nada deja de ser
llamativo. Elegir uno de estos puede ser una tortura. Si le
preguntas a Keith, por supuesto, él dirá: Compra todo. Y por
supuesto que no quiero ir tan lejos. Echo un vistazo serio y
elijo uno de ellos.

—¿Te gusta?

Ante la pregunta de Keith, asiento con la cabeza, luego llevo


sin decir nada y pongo la corbata doblada sobre su camisa

—Por favor usa esto —digo mirando a Keith—. Es tuyo.

Por un momento, Keith parece sorprendido. Es


sorprendentemente lindo que un hombre cansado muestre
una emoción tan pura.

Hablo sonriendo sin darme cuenta.

—También debería comprar algo para ti, porque has estado


comprado cosas para mí... ¿Te gusta?

Keith recoge su corbata sin decir nada. Agrego


cuidadosamente mientras mi mirada permanece baja.

—Si no te gusta...
—No. —Me dice, observando los numerosos lazos en la
mesa—. Me gusta.

—...

—Bien.

Keith mira la corbata y me mira a mí. Sonríe suavemente.

—Lo estoy comprando con tu dinero.

—Lo sé. —Y vuelve a mirar la corbata—. Pero tú lo elegiste


—dice Keith, que solo ha visto lo que tengo en la mano
durante un tiempo sin decir una palabra, de repente agarra
su corbata y la desata. Luego extiende su mano y dice—:
Dame la corbata.

La corbata que elegí no coincide con el traje que lleva puesto.

Mirando alternativamente una corbata azul oscuro brillante


y un traje marrón oscuro, digo con cautela:

—No encaja bien con el traje.

—Está bien —insiste—. Rápido.

Me veo obligado a colocarle la corbata. Después de poner la


corbata sobre la cabeza de Keith, no digo nada mientras
realizo un nudo familiar. Puedo notar que su mirada está fija
en mi cara, pero finjo no saberlo.

—Hazlo despacio.

Puedo sentir a Keith riéndose. El nudo se retuerce a toda


prisa. No tengo más remedio que desatar la corbata y
comenzar de nuevo. Logro terminar esta vez sin fallar.

Cuando intento alejarme después de arreglar el nudo, Keith


de repente me toma la mano y la besa mientras me mira
dudar por un momento. Sus suaves labios tocan el dorso de
mi mano, contengo el aliento sin darme cuenta. Los labios
suavemente presionados retroceden lentamente y Keith
sonríe.

—Gracias.

Estoy sin palabras. No puedo creer que me haya dicho eso.


Por primera vez, me siento un poco culpable por dejar una
marca en este hombre.

Debe haber regresado hacia mí porque desea tener relaciones


sexuales. Además, siempre está reteniendo feromonas. No
tienes que esperar por mí, porque de todos modos pronto me
marcharé. No te lo esperas, ¿verdad?, ¿Qué pasa si digo que no
dormiré contigo nunca más? Entonces ¿me obligarás a
abrazarte de nuevo?

Me trago saliva seca y rápidamente retiro mi mano. Mi boca


se seca, así que me apresuro a traer el batido a mis labios.
Casualmente, está vacío. El gerente desaparece de inmediato
debido al sonido del vaso vacío. Reaparece con un nuevo
batido.

—... Gracias.

Aunque estoy lleno, sostengo un sorbo completo en mi boca


para ocultar la incomodidad. La bebida que se filtra a través
del popote está fría, pero no puede calmar mi estómago
ardiente.

✤✤✤✤✤✤

—¿...?

La sensación de algo temblando despierta mi conciencia. Me


doy cuenta vagamente de que me había quedado dormido.
Logro levantar mis párpados, pero mi visión no es clara y me
giro casualmente. La persona que me sostiene susurra en voz
baja:

—Está bien, descansa un poco.

Conozco al dueño de esta voz.

Estoy cansado y vuelvo a cerrar los ojos. De repente siento un


toque cálido en mi frente, suspiro quedamente y me inclino.
Me siento tan cómodo después de mucho tiempo que pronto
me duermo.

✤✤✤✤✤✤

Con la ayuda de la luz de la luna, la memoria finalmente jugó


un papel apropiado. Parece que he regresado a la mansión de
Keith. Ahora que lo pienso, me quedé dormido en el auto... Ni
siquiera pensé en quién me trajo aquí. Tengo hambre. Bajo
de la cama tambaleando. Por un tiempo, el imaginarme
comer algo, ni se me cruzaba por la cabeza, y ahora quiero
comer como un loco, como si fuera una mentira. ¿Se supone
que debe ser así? Tengo curiosidad, pero decido buscar en
internet una vez que coma algo.

Abro la puerta con cuidado. Por supuesto que no hay nadie


en el pasillo vacío. Camino en silencio. En mi cabeza, pienso
en la ubicación de la cocina. ¿Alguna vez me he preparado algo
aquí? Estaba pensando en sacar los ingredientes y hacer algo
por mi cuenta.

—¿A dónde vas?

La repentina voz me asusta hasta la muerte y miro hacia


atrás.

Keith está de pie en el pasillo. ¿Estabas despierto a esta hora?


¿O lo desperté? Lo miro avergonzado. Keith lleva una cómoda
prenda de punto y pantalones de algodón. De repente, me
pregunto cuánto tiempo ha pasado.

—Oh... acabo de despertar, pensando que me gustaría algo de


comer.

—Vuelve a tu habitación. —Keith dice con indiferencia—.


Les pediré que preparen la comida. ¿Hay algo que quieras
comer?

—Está bien, yo lo haré...

—Entra. —Keith me interrumpe como siempre. Añade


irritado—. No me hagas decirlo dos veces.

Me veo obligado a darme la vuelta.

Al abrir la puerta, Keith pregunta. ¿Hay algo en especial que


quieras comer? Pienso por un momento y sacudo mi cabeza.

—Come un bocadillo mientras esperas —dice y entra en su


habitación.

Tal vez está tratando de llamar a Charles. Más que eso, me


pregunto qué quería decir. ¿Estás diciendo que mientras
espero coma un bocadillo? Pronto sé el significado. De vuelta
en la habitación, encuentro algo que no había visto antes. Es
una nevera pequeña. Está en una mesa junto a la pared, para
que no tenga que inclinarme. Cuando abro la puerta del
refrigerador, está lleno de todo tipo de postres. Entre ellos,
por mucho, el que más hay es pudín.

¡Oh Dios mío! No puedo hablar por un momento, con la puerta


abierta. ¿Qué demonios es todo esto...? Dudo y saco un pudín,
me sorprende nuevamente ver la fecha y el nombre escritos
allí.

No era uno, sino muchos tipos de pudin. Los ingredientes


principales también están escritos brevemente. Una vez que
saco el que tenía en la mano, sostengo una de las cucharas
preparadas a su lado. El pudín casero es mucho más suave y
sabroso que el que compre para comer. Pronto pruebo uno,
dudo y saco otro. Esta vez es pudín de chocolate. La dulzura
suave que mantiene mi boca cerrada, me hace feliz, pero, por
otro lado, hace que mi corazón se sienta pesado.

Estoy seguro de que Charles lo hizo, llego a esa conclusión


dentro de mí. Keith nunca es el tipo de persona que da tanta
consideración y, aun así, no puede darme esa consideración.
Estoy seguro de que Charles lo hizo por su cuenta. No sé por
qué el refrigerador está tan lleno, pero decido que tal vez es
solo una coincidencia.

Cuando saboreo el tercer pudín en mi boca, escucho un golpe


y un momento después la puerta se abre. Mientras me pongo
de pie, Charles arrastra su carrito transportista y coloca los
platos uno por uno en la mesa vacía.

—Lo siento, es tarde —respondo de manera casual, mientras


me disculpo.

—Es mi trabajo, no tienes que preocuparte. —Y añade


Charles, abriendo la tapa—. Si no tiene suficiente o necesita
más, por favor llámeme. El chef dijo que era tarde, así que
hice poco...

—Oh, sí, eso es suficiente.

Charles pregunta, limpiando la lata de pudín vacía sobre la


mesa.

—¿Cómo estuvo la merienda? ¿Quieres más pudín? ¿O hay


algo más que quieras?

—Oh... todo estuvo bien. Gracias, estuvo muy delicioso. Todo.

Le agradezco su amabilidad.
—Por favor, dile a la persona que lo hizo que lo disfruté. Tú
también, Charles, gracias por tu cuidadosa atención.

Cuando digo gracias, Charles señala con una cara


inexpresiva.

—Solo seguí las instrucciones. El agradecimiento debe


hacerse al Sr. Pittman.

Mi cara está rígida. Charles sigue hablando sin compasión.

—Es verdad. Ayer, el Sr. Pittman trajo a Yeonwoo, que estaba


dormido. También me dio instrucciones de colocar una
nevera.

—...

—Incluyendo instrucciones para hacer mucho pudín.

Lo miro con una cara reacia y digo:

—Ah.

Charles deja de intentar salir y dice:

—Oh, dijeron que habían tomado el ADN.

—¿ADN?

Cuando pregunto por la historia repentina, sin entender lo


que significa, Charles habla:

—El ADN del Omega que dejó una marca en el Sr. Pittman.
Parecen haber encontrado una cantidad muy pequeña y les
resultó difícil.

Mi cabeza se queda en blanco. Estoy asombrado y lo miro.


Está diciendo algo, pero no hay sonido. Finalmente me doy
cuenta de lo que dice.
—¿Qué...? ¿No dijiste que no quedaban rastros? También
descartaste su ropa.

—Sí, luego lo tiré todo, pero afortunadamente, después de


rastrear, encontré la ropa del Sr. Pittman. Un hombre sin
hogar lo llevaba puesto.

Charles sacude la cabeza una vez, mostrando compasión por


el pobre hombre sin hogar.

—No pensé que habría algún progreso porque estaba


contaminado y lavado bajo la lluvia, pero fue casi un
milagro... Se encontró mucho ADN y solo uno de ellos fue de
Omega.

Sin querer trago saliva seca.

—Entonces... ¿Lo encontraste? ¿Quién es?

Antes de que Charles pueda responder, por un corto tiempo


mi cabeza se vuelve un campo de batalla. Cálmate, si lo
supiera, todo habría terminado. No hay forma de que Charles
pueda hablar con tanta naturalidad. Contengo la respiración
y Charles habla seco como siempre.

—No, todavía no. Desafortunadamente, no está en la base de


datos... Pero lo he registrado, así que lo encontraré algún día.

Es demasiado pronto para descansar. Me las arreglo para


hablar.

—Incluso si lo encuentran... ¿Cómo sabrán qué ese ADN le


pertenece al Omega que dejó la marca?

—Hay una marca, por lo que será fácil de descifrar.


Simplemente encerrándolo durante unos días, sin tomar el
medicamento y naturalmente olerá la feromona.

—...
—Si el Sr. Pittman pudiera oler al Omega... ¿No sería el
criminal?

Abro la boca con dificultad.

—... Sí.

Sonrío, intentando de alguna manera dar aires de


indiferencia.

—Lo bueno es que encontré una pista —dice Charles, da un


breve saludo y luego sale de la habitación.

Cuando me deja solo, me quedo allí sentado un rato.

Trato de ser racional y pensar fríamente. Está bien, no


sabemos cuándo nos atraparán. Venga, tienes que limpiar el
alrededor rápidamente. Sin embargo, la razón me dice que
huya ahora mismo, pero la emoción es todo lo contrario.

Sin saberlo, mis ojos se vuelven hacia el refrigerador. Al


principio, solo estaba pensando en escaparme. Pensé que
sería suficiente con huir. Sin embargo, las cosas se me están
yendo de las manos.

¿Está bien huir así? ¿Le importará si me escapo así? Me


pregunto a mí mismo. ¿Es eso suficiente para satisfacerme? El
odio dentro de mí sigue susurrando. Solo está buscando a
alguien que no sabe quién es. Me muerdo los labios y pienso
una y otra vez. Tarde o temprano, su interés desaparecerá y
volverá a su antigua vida. ¿Entonces vas a dejar todo?

Todo lo que puedo hacer es organizar mis pensamientos con


calma. ¿Qué es diferente de antes? Keith me ha tratado tan
amablemente antes. Así me equivoqué y el precio fue alto.
¿Es lo suficientemente tonto utilizar el mismo truco de
nuevo? Por supuesto no lo es.
Inadvertidamente miro las cajas de regalo apilada a un lado.
Estos son los artículos que Keith compró para mí. Ni siquiera
desaté la cinta. Siempre ha sido generoso. Siempre suele
presentar joyas caras a la pareja que pasa una noche con él,
pero nunca ha comprado un producto él mismo, qué yo sepa,
esto es ciertamente inusual. Además, no puedo creer que
llevaras a alguien a comprar un regalo y le dijeras que escoja
lo que le gusta. No tiene sentido proponerle matrimonio a
alguien con quién solo quieres dormir en primer lugar. Si...
Tomo una respiración profunda.

Si este hombre siente algo por mí...

El bistec frente a mí se está enfriando, pero ni siquiera lo toco.


Mirándolo sin sentido, pienso.

... Probémoslo.
Bésame mentiroso Vol. 4 • Capítulo 1 | Parte 1

—¿Has tenido una buena charla con Josh?

Emma preguntó mientras se sentaba y comía pan.

Había pudín frente a mí. Sonreí y di un saludo tardío con una


leve sonrisa.

—Sí, gracias por preocuparte.

—No, le envié un mensaje y no me respondió, así que estaba


preocupada sobre qué hacer. No quería llamarle porque
estaba en guardia, pero que suerte que se conocieron de
casualidad. Al final todo resultó bien —dijo Emma con una
sonrisa.

Se suponía que tenía que irme temprano hoy. Le dije a Keith


que iba a ir al hospital, y Emma y yo hicimos una cita para
almorzar con anticipación. Mientras almorzábamos juntos,
iba a tener una charla importante. Al verla comer pan de
repente recordé lo que había olvidado.

—Entonces Josh me preguntó sobre la empresa. ¿Qué pasó?

—¿Qué? ¿Qué quieres decir?

Hasta entonces Emma estaba sonriendo. Esparció


mantequilla sobre el pan y se lo llevó a la boca. Hablé
mientras la miraba.

—Me preguntó cuántos empleados masculinos había en el


departamento y cuando dije que yo era el único hombre
pareció muy sorprendido. Parecía avergonzado y parecía
tener algo más que decir, pero simplemente se marchó. Y me
preguntaba si Emma tenía algo en mente...

“Cof-Cof”
Emma de repente tosió violentamente.

Me sorprendí y me apresuré a darle una servilleta.

—¿Estás bien?

Ella asintió con la cabeza, pero la tos seguía saliendo. Esperé


ansiosamente a que se calmara.

“Hoo-hoo”, apenas conteniendo la respiración, Emma abrió la


boca.

—¿Josh hizo eso? ¿Te preguntó sobre la empresa?

—Sí... sobre los miembros de nuestro departamento, para ser


exactos. Emma, si hay un problema que no sé...

—Oh, no. No hay nada de eso en absoluto. No te preocupes,


Yeonwoo. Porque Josh se equivocó.

Emma inmediatamente movió la mano y lo negó. Pero su


rostro sonriente era de alguna manera algo inusual. Estaba
preocupado, pero no podía averiguar lo que Emma no quería
decir.

—Entonces Emma, avísame cuando necesites una consulta.


Te esperaré.

—Gracias, Yeonwoo. Pero en realidad, no pasó nada.

Ella dio otra sonrisa brillante, aun así, era una sonrisa poco
usual.

—¿Yeonwoo está bien? Te ves mucho mejor estos días y


pareces comer bien. —Emma bajó la voz y susurró—: ¿Has
estado en el hospital? ¿Qué te dijeron?

—Estoy con receta. He tenido mucho dolor de estómago


porque tomé el medicamento.
Sin embargo, a pesar de cambiar a un inhibidor recetado, mi
vientre me dolía de vez en cuando. No siento que tenga
menos náuseas, pero pronto sentí un dolor de estómago y me
puse ansioso. Quizás tomé demasiada medicina durante
demasiado tiempo. Cuando Emma me vio llevar la mano a
vientre con indiferencia, habló con ansiedad.

—Cuídate, Josh dijo que no te sentías bien. ¿Dijiste que te


había presentado un hospital? ¿Has estado allí?

—No, solo hice una cita... Voy a ir hoy de todos modos.

Todavía quedaba algo de tiempo para la cita. Después de


comprobar la hora, le dije que todo estaba bien. Emma
asintió con seriedad.

—Sí, debes ir, Yeonwoo. ¿Cómo sigues trabajando?

—Eso es... —Me decidí y abrí la boca después de elegir mis


palabras por un tiempo—. Estoy a punto de renunciar.

—¡Oh, Dios mío!

Emma estaba realmente sorprendida y abrió mucho los ojos.


Hablé con calma.

—No le he dicho al Sr. Pittman todavía, pero me voy pronto.


No me siento bien y estoy esperando un bebé; y como Emma
sabe que el Sr. Pittman suele exigirle mucho a su
secretaria/o... Pensé que sería malo para mi hijo tener una
gran carga de trabajo.

Al decir eso, me pregunté a mí mismo. ¿Estoy pensando en


tener este bebé? Entró la voz de Emma.

—Así es. Hay mucho de qué preocuparse... Entonces


Yeonwoo, ¿renunciarás y buscarás un nuevo trabajo?
Después de dar a luz, será difícil encontrar trabajo por un
tiempo...
Sabía lo que estaba tratando de decir, porque esa también era
mi preocupación. Pero todavía no he decidido si dar a luz o
no. De qué tonterías estás hablando, claro que no deberías dar
a luz, dije por dentro, sintiéndome frustrado.

—Por eso te digo con anticipación, Emma. Si renuncio, Emma


será la líder del equipo...

—Pero para hacerme cargo... ¿No necesitaré algo de tiempo?

Sonreí amargamente por la pregunta de Emma.

Emma, por supuesto, sabía el significado. Le he estado


enseñando todo el trabajo durante meses; y por la mañana
incluso hice un horario para los próximos seis meses y lo
entregué. Lo que cambiará después es que ella tendrá que
agregarle o eliminarle en cualquier momento, pero el alcance
de eso fue el trabajo que siempre asumía cuando no estaba,
así que no cambió mucho.

—No tengo nada más que enseñarte, Emma.

Ante mis palabras Emma soltó un suspiro.

—Si Yeonwoo renuncia, se sentirá muy vacío... Tendremos


que contratar nuevos empleados...

—He publicado un aviso. Programe una entrevista y contrate


a un empleado que le guste a Emma. Los documentos están
en mi cajón.

Emma abrió mucho los ojos con sorpresa.

—Yeonwoo, no me digas... ¿Te has estado preparando para


esto antes? ¿Desde cuándo?

Emma, que se dio cuenta tardíamente, se sintió avergonzada.


Deslicé mi lengua.
—Tendré que hablar con el Sr. Pittman, no es posible que
renuncie de la noche a la mañana, debo anunciarlo con
anticipación y despedirme.

—Luego... —A la desconcertada Emma, le sonreí—. Gracias


por todo, Emma.

✤✤✤✤✤✤

Después de despedirme de Emma en la oficina, subí al coche.


Me senté en el asiento del conductor del Jaguar comprado
por Keith y hábilmente encendí el auto. El volante suave y la
conducción cómoda siempre me hicieron sentir bien.

Oh, qué triste sería si no pudiera seguir manejando este auto.


Ya me sentía amargado, pero no pude evitarlo.

Había poco tráfico en la carretera recta. Aceleré por el


camino despejado. El plan fue sencillo. Le dije al arrendador
que me mudaría y la mayoría de los muebles y cosas se
arreglaron. He conseguido suficiente dinero para salir
mañana. Como dijo Keith antes, resolvió todos los problemas
relacionados con el dinero, incluidos los préstamos.

Gracias a ti, he aclarado tan fácilmente las partes más


preocupantes. Estoy agradecido.Me reí cínicamente.

Todos los preparativos están ahora completos. Si quisiera, no


me importaría correr hacia la frontera así. Pero todavía tenía
trabajo por hacer.

Tal vez estoy loco. Pensé mientras conducía. Pero no tenía


intención de detenerme.

Tuve que ir al hospital de acuerdo con el horario que le dije a


Keith. Eché un vistazo al tablero. Seguro que se registrará el
destino del coche en caso de robo o accidente. Además,
escuché que la ubicación se entrega directamente a través
del satélite. Keith puede ver de inmediato a dónde voy desde
su asiento.

Hoy había una reunión importante. Era una reunión que


nunca se podía perder ni retrasar. Emma asistirá a la reunión
en mi lugar, porque tenía que ir al hospital. Paré el coche y
miré la hora. Era hora de que comenzara la reunión. El
contenido de la reunión era decidir cuándo se lanzará la
nueva película y luego finalizar y aprobar todas las
promociones en consecuencia. Si no llegaba a una decisión
hoy, se perderá las vacaciones doradas. Entonces habría
grandes pérdidas para la empresa y Keith ciertamente no
podría escapar de las críticas de los involucrados. Esta era
una apuesta.

Respiré hondo y esperé el momento adecuado. Cuando llegó


el momento, salí del coche. Y fui al lugar que prometí de
antemano y esperé al hombre. Llegó unos diez minutos más
tarde de la hora señalada. Lo había esperado hasta cierto
punto, pero estaba a punto de mirar mi reloj una y otra vez
con nerviosismo. De pie en un callejón y mirando
ansiosamente a mi alrededor, dudé cuando apareció el
hombre que vi en la imagen. Fue una apariencia similar.
Cuando lo miro con un suspiro de alivio, el hombre de
repente frunció el ceño.

—¿Este eres tú?

Asentí con la cabeza, mirando el mensaje que me había


enviado.

—Sí, así es. Aparqué el coche allí. Aquí está la llave.

Cuando saqué la smart key, la aceptó fácilmente y volvió a


mirarme a la cara. Todavía quedaba una cosa. Estaba
decidido, pero cuando el hombre me abofeteó, grité y me caí.

—¡... !
Un puñado de sangre se acumuló en mi boca. Tan pronto
como la abrí la boca algo rojo fluyó. Me senté, todavía
respirando con dificultad. Ahora la transacción ha
terminado. El hombre se irá pronto. Entonces llamaré a
Emma. Entonces Keith lo sabrá de inmediato

—¿...?

Estaba aturdido y de repente, el hombre me agarró del pelo.


Me estaba mirando y me forcé a levantar la cabeza. Pude
verlo levantando su otra mano en alto. Cuando sentí una
premonición ominosa, me golpeó de nuevo en la mejilla y
algunos golpes más. Instintivamente me arrastré por el suelo
y traté de alejarme de él. Pero una vez más el hombre me
pateó... mi conciencia poco a poco se fue desvaneciendo

✤✤✤✤✤✤

Había un rugido constante en mis oídos. Gemí y me sacudí,


pero el sonido no desapareció. Mi cabeza, mi cara, no... Me
dolía todo el cuerpo.

¿Qué pasó con mi vientre? El niño.

Quería poner mis manos sobre mi vientre, pero no podía...

Me sentí culpable por la nebulosa conciencia. Lo siento,


terminará pronto. Por favor se paciente. Se acabará pronto.

—Oye, ¿estás bien? ¡Despierta! ¡Oye!

La voz del hombre se derramó a través del rugido.

Me las arregle para abrir los ojos con repetidos gritos. Pude
ver a alguien mirándome. Cuando intenté cerrar los ojos de
nuevo, me dio unas palmaditas sin dudarlo. No tuve más
remedio que abrir los ojos con un gemido. El hombre siguió
gritando fuerte.
—Vamos al hospital ahora. ¿Cómo te llamas? ¡Mantente
consciente, no puedes perder el conocimiento!

El hombre gritó sucesivamente. Tal vez lo estaban


trasladando a una ambulancia.

Respondí a su pregunta con dificultad, torciendo mi frente.

—Está bien, buen trabajo. Anímate, estaremos allí pronto.


¿Cuál era tu nombre otra vez? ... Yeonwoo, bien. Cualquier
familiar o amigo con el que quieras contactar estará bien. ¿Lo
tienes? ¿A quién puedo contactar?

Apenas respondí la rápida pregunta del hombre, con una voz


moribunda enApenas respondí la rápida pregunta del
hombre, con una voz moribunda en mi teléfono celular. Pero
la respuesta no fue muy buena.

—No, el ladrón se lo llevó. Yeonwoo... ¡Despierta! ¿Hay


alguna otra forma de contactarnos? —preguntó el hombre
con urgencia.

¿Mi condición es tan mala?

Apenas logré aferrarme a mi conciencia persistente y lancé


de mis labios.

—Pittman... Keith, al señor Pittman...

Podía sentir al hombre vacilando por un momento.

—¿Te refieres a Keith Knight Pittman de P Entertainment?

Pronuncie un sí en un pequeño susurro. Y luego volví a


perder el conocimiento. El hombre trató de despertarme
apresuradamente, pero ya no pudo abrir los ojos.

✤✤✤✤✤✤
Cuando recuperé la conciencia, fue un silencio incomparable.
Traté de abrir los ojos, pero pronto fallé.

—Uh...

Un gemido salió de mi boca.

De repente, el silencio desapareció y escuché a alguien


moverse.

—Yeonwoo, ¿estás bien? ¿Has recuperado el sentido?

Jadeé por una serie de dolores de cabeza, luego levanté mis


pesados párpados con dificultad. Al principio, el enfoque que
no era el correcto apenas se logró con algunos esfuerzos. Fue
Charles quien me miró. Moví mis labios secos, pero no hubo
sonido. Traté de gritar el nombre de Charles, pero solo pude
gesticular con mi boca y él me llevó agua como si entendiera.
Gracias a que sostuvo mi hombro y la mitad de mi cuerpo
hacia arriba, me permitió beber agua y pude humedecer mis
labios.

—¿Qué pasó... estoy en el hospital?

—Sí. —Charles respondió con un rostro más pálido que de


costumbre—. Tuviste un atraco. ¿Recuerdas?

Retrasé la respuesta por un momento. En parte se debió al


hecho de que mi cabeza no se movía correctamente, pero
incluso si lo hubiera hecho, habría fingido no saberlo. Charles
fue engañado por mí y abrió la boca.

—Parece que estaba tratando de robar el auto. Se llevó tu


celular y todas tus pertenencias. Si recuerdas la cara del
ladrón por favor dímelo... también hicimos pruebas de
violación.

Lo miré sin comprender las palabras agregadas. Charles


habló con una mirada indecorosamente perpleja.
—Tenías saliva y semen en tu cuerpo... afortunadamente, fue
atrapado en medio del crimen, pero se escapó. Hemos
entregado las pruebas. Lo atraparemos pronto...

Accidentalmente distorsioné mi rostro. En primer lugar, el


trato consistía en robar el coche y golpearme la cara. El
hombre parecía haber fallado después de intentar una
bonificación inesperada. Era obvio que terminaría así, al
apresurarme en obtener un gánster por Internet. De hecho,
había pensado que podría cambiar de opinión o querer más
dinero, pero tenía su propio objetivo. Fue un error, no
esperaba que hiciera eso con mi cuerpo, pero el hombre no
pudo obtener su bonificación y, de todos modos, también
obtuve el resultado deseado. Sin embargo, esto hizo que
acelerara mis planes. Si arrestaban al ladrón, estaba claro que
confesaría el trato. Entonces todos mis planes terminarían.
Antes de eso, tengo que terminar todo.

—¿Cómo supiste...? Si se llevó mi celular...

Le respondí a Charles tratando de revivir mi último recuerdo.

—Afortunadamente el paramédico se puso en contacto con


el Sr. Pittman, él mismo vino al hospital a realizar el registro.

—¿... Sr. Pittman?

Pero él no estaba en la habitación del hospital. Charles dijo


mientras miraba a su alrededor con indiferencia.

—Salió a una reunión importante y tuvo que volver al


trabajo. Como sabe Yeonwoo, la reunión de hoy no era una
reunión ordinaria, así que no deberíamos haberlo
interrumpido, pero si me hubieras llamado, yo hubiera
venido y él no tendría que hacerlo...

Charles soltó el final de sus palabras y cerró la boca.


—... Eso es.

Eso es todo lo que pude decirle.

✤✤✤✤✤✤

No pude dormir en absoluto, la conciencia parpadeante no


desapareció.

Quizás perdí el conocimiento por el dolor. Quizás fue por una


lesión en la cabeza.

La razón por la que recuperé la conciencia borrosa, fue


porque escuché el sonido de la puerta abriéndose. Parpadeé
lentamente mientras estaba acostado. Como esperaba fue
Keith quien entró. Se dio la vuelta, me miró a los ojos y se
detuvo.

—... ¿Despertaste?

Keith se acercó a la cama y preguntó en voz baja.

Mientras seguía acostado, lo miré. Se acercaba paso a paso.

—¿Cómo te sientes?

Levantó la mano y la llevó a mi cabeza vendada. Sus manos


frías descansaron un rato sobre la espesa gasa. Keith parecía
muy cansado.

¿Es por la empresa o por algo más? Necesitaba comprobarlo.

—Lamento molestarlo... yo no debí decir el nombre del Sr.


Pittman.

—¿De qué estás hablando?

Keith frunció el ceño.


Hablé en voz baja.

—Cuando ocurrió el accidente... Alguien me preguntó esto y


aquello, y creo que cometí un error. Lo siento, estaba en una
reunión importante...

—No es algo que te deba importar.

—Pero...

—¡Yo me ocuparé de eso! ¡No te dije que asumieras la


responsabilidad, maldita sea!

Finalmente, Keith escupió una maldición.

Me disculpé apresuradamente y dije:

—Lo siento.

Luego, torció la cara.

—No te disculpes.

Nos miramos en silencio, suspiró y se sentó junto a la cama.

—¿Cómo estás?

—Estoy bien...

—Dime la verdad, no mientas. —dijo Keith con una cara


seria.

De repente pensé. ¿Entonces que puedo decirte? He estado


mintiéndote todo este tiempo. Por el momento, logré
tragarme una sonrisa nerviosa que llegó a la punta de mi
lengua y respondí:

—Estoy un poco mareado. Y el cuerpo duele aquí y allá...

—Por supuesto que sí —escupió Keith con nerviosismo.


De repente me di cuenta de que quería fumar. Iba a decirle
que estaba bien si quería ir a fumar, pero Keith abrió la boca
primero.

—¿Viste su cara?

Sacudí la cabeza en silencio.

—... ¿Recuerdas lo que pasó?

Después de un breve intervalo, preguntó Keith. Esta vez me


quedé en silencio de nuevo. Significaba que no podía
recordar, pero se mordió los labios como si se tragara las
malas palabras. Pude ver que Keith estaba pensando, pero no
importaba. Seguía callado.

—Olvida lo que pasó —dijo Keith con voz áspera—. Lo


atraparé y lo haré pagar unas cuantas veces, no, haré que
pague decenas de veces. Lo mataré una y otra vez... —repitió
lo mismo varias veces y apretó los dientes.

Parecía casi loco. Sentí alegría y miedo. Estaba volviendo loco


a este hombre.

¿Algún día este hombre recordará lo que dijo? Me despreciaste


por hacer tanto alboroto, pero mira, ¿cómo te ves ahora? Es
como si realmente me amaras.

—Volveré a comprarte un coche. —Keith abrió la boca—. No


conduzcas de ahora en adelante, te conseguiré un
guardaespaldas, no andes solo... Maldita sea, hijo de puta.

Apretó y desplegó el puño y volvió a apretar como si


estuviera tratando de contener su ira. Lo vi lucir
sorprendentemente genial.

Silenciosamente extendí mi mano. Keith volvió la cabeza.


Nuestros ojos se encontraron mientras acariciaba
suavemente su mejilla con las yemas de los dedos, pronto
tomó mi mano y besó mi palma. Los labios se movieron hacia
la muñeca y se quedaron mucho tiempo como si estuvieran
grabando una marca. Cuando Keith miró hacia arriba, supe
que me besaría. Pero no lo evité, preferí cerrar los ojos.

—¡Ah!

Nuestros labios se tocaron y su lengua ansiosa entró en mi


boca. Nuestras lenguas se mezclaron mientras acariciaba el
interior con tanta naturalidad. Me convencí. Este hombre está
completamente engañado por mí.

✤✤✤✤✤✤

—Ya te dieron de alta en el hospital. ¿Estás bien?

Charles, que vino a hacer el registro, preguntó con ansiedad.

Solo ha pasado un día desde el accidente. Pero no tuve


tiempo para dudar. No cuándo atraparán al criminal.
Además, no estaba claro cuándo se revelaría que el ADN del
Omega que dejó la marca en Keith, era mío.

Mi cuerpo se tensó. No oculté mis huellas porque decidí que


los hechos serían revelados y que de todos modos huiría. No
tomará mucho tiempo para que mi celular sea encontrado
para arrestar al hombre o para dar con innumerables pistas
que revelan todos mis planes.

Respondí poniéndome la ropa que me había traído, con mis


pensamientos más íntimos ocultos.

—No pasa nada... Los recuerdos del accidente aún no son


claros, y creo que es mejor descansar en casa.

Charles volvió a expresar sus sentimientos.

—Me temo que el Sr. Pittman pensará de manera diferente.


Abroché el último botón de mi camisa y lo miré.

—Tengo algo que decirle después del trabajo y se lo diré


directamente. No molestaré a los demás.

Charles seguía haciendo una cara desagradable, pero no


estaba dispuesto a detenerme más. De todos modos, puede
pensar que es inútil.

Después de terminar el resto del procedimiento, fuimos


juntos en su auto a la mansión. Otras veces, aturdido, hubiera
visto pasar el paisaje, pero hoy era diferente. Sabía la
contraseña de la puerta, la ubicación de las llaves del coche,
el turno de los guardaespaldas y el tiempo de descanso de los
empleados en la mansión. Todo lo que quedaba era la
ejecución. El tiempo de espera era interminable. Pero lo
soporté tanto como pude. La paciencia es amarga pero sus
frutos son dulces. Y finalmente, al terminar el día, regresó a
casa.
Bésame mentiroso Vol. 4 • Capítulo 1 | Parte 2

Mientras me preparaba para la hora de comer, mi corazón


latía como loco. En mi cabeza, revisé el plan muchas veces,
pero no estaba seguro de si saldría como esperaba. Era la
primera vez que iba a seducir a alguien. Además, la persona
que iba a seducir era un hombre que seguramente estaba
agotado. ¿Realmente funcionará mi torpe provocación en él?
¿Y si Keith no está tan obsesionado conmigo como pienso?
Tengo que hacerlo. Ya no puedo correr. Tarde o temprano, si
todo se revela, se terminará de todos modos. Me miré al espejo
y reflexioné sobre mi resolución. ¡Puedes hacerlo! ¡Yo puedo
hacerlo!

"Hoo-hoo"

Después de respirar profundamente, salí de la habitación.

El ancho pasillo parecía interminable. Finalmente abrí la


puerta del comedor, multiplicando mi confianza a cada paso.
Keith bajó primero y estaba esperando. En el momento en
que lo vi sentado en una silla casi me escapo sin darme
cuenta. Cuando se puso de pie, apenas apreté las piernas y
seguí adelante. Esperó a que me sentara y luego, se sentó en
su asiento. Habló solo después de que Charles se fue.

—¿Qué estabas pensando al dejar el hospital sin decir una


palabra?

—Porque no tengo que estar allí.

Afortunadamente, la voz salió como de costumbre. Y seguí


antes de que Keith pudiera decir algo más.

—Hay algo que me gustaría decirle al Sr. Pittman.

—...

—No, mejor dicho, es algo que quiero hacer.


Keith me miró sin siquiera parpadear. Charles rompió el
silencio y entró. Después de poner un plato delante de
nosotros uno por uno, sirvió vino a Keith y jugo de frutas para
mí.

—Gracias.

Charles asintió brevemente mientras Keith decía sus


palabras de gratitud. Pronto se fue. Keith y yo estábamos
solos de nuevo. Por un momento, solo un pequeño sonido de
vajilla chocando sonó en el comedor. Cuando vi a Keith
bebiendo vino, hablé casualmente con una voz
suficientemente alta para ser escuchado por él.

—Si no estuviera embarazado, podría haber bebido.

Keith me miró y se rio brevemente.

—Lo siento.

—¿No es realmente injusto? Tener hijos es responsabilidad


de ambas partes, pero solo una tiene que soportar las
molestias —dije casualmente con un pequeño gruñido.

—La vida es intrínsecamente injusta —agregó Keith,


llevándose el vino a la boca como si fuera flagrante—. Todo
en el mundo es así.

Añadí deliberadamente sarcástico:

—¿Cómo si un Omega desconocido dejará una marca en tu


oreja y desapareciera?

Keith se detuvo. Solo frunció el ceño levemente, pero estaba


claro que estaba muy disgustado.

Levanté el vaso de jugo para brindar.

—Todo en el mundo es así.


Keith no dijo nada. La comida prosiguió. Me sentí mal, tal vez
porque estaba nervioso. Hice un cálculo minucioso de la
velocidad de masticar y comer.

—¿Qué pasó con lo de encontrar al Omega? Escuché que


obtuviste el ADN.

Keith se rio cuando se lo pregunté, como si nada hubiera


pasado.

—No tomará mucho tiempo. No importa dónde se esconda


en el mundo, lo encontraré.

Lo miré todavía.

—Ok.

Keith me miró fijamente y se llevó la copa a la boca. Abrí la


boca mientras miraba el líquido rojo inclinado hacia un lado.

—¿A qué sabe?

—¿Curioso? —preguntó Keith, bajando la copa.

Miré la copa vacía, extendí la mano y la acaricié lentamente.


Alcancé la superficie donde los labios de Keith tocaron. Barrí
lentamente el borde del vaso, la humedad restante impregnó
mis dedos, los llevé a mis labios con la mirada baja, sabía que
Keith me estaba mirando todo el tiempo. Saqué la lengua y
lamí, el sabor era apenas palpable. Bajé lentamente mi dedo
mojado y presioné la tierna carne dentro de mis labios. La
saliva tocó el dedo que había barrido el vaso y la punta estaba
ligeramente mojada. Nuestras miradas se encontraron.

Ah, con un suspiro bajé el dedo. Hubo un chirrido de la silla


retrocediendo. Me levanté lentamente y caminé hacia él.
Keith se quedó mirando, inmóvil, hasta que me acerqué.
Tampoco evité mirar. Cuando finalmente me paré frente a él,
tiró de mí y me sostuvo. Caí en sus brazos como si me
estuviera desmoronando, sus labios se superpusieron. Cerré
los ojos, lamí y froté su lengua que pasó por mi boca.

—Ah.

Keith se levantó conmigo en sus brazos y me puso sobre la


mesa. Me acosté haciendo una breve exclamación, como un
chillido, sin darme cuenta. El rostro de Keith, que miraba
desde abajo mientras estaba acostado, era algo desconocido.
Una cara levemente sonrojada. Estaba lleno de deseo. Tengo
que recompensar a un hombre que me quiere tanto...

Sin dudarlo, extendí la mano y cubrí su rostro. Tiré sin mucho


esfuerzo y lo besé. La mano de Keith tocando mi cintura me
subió la camisa y me acarició la piel desnuda. Sentí que iba a
barrer mi piel, pero sus dedos se atascaron en mi pezón.
Agarró el pequeño pezón con el pulgar y el índice, lo retorció.
No dolió en absoluto, pero fruncí el ceño, como si tuviera
dolor. Keith me mordió el cuello, riendo en silencio, como si
lo supiera todo. Esta vez pellizcó mi pezón y sentí mucho
dolor. Me quedé rígido por la sorpresa, pero pronto acarició
el pezón con la punta del pulgar. Parecía estar jugando con
mi cuerpo, como jugaba con mi corazón.

Keith bajó los labios y los puso sobre mis pezones. Los apretó
entre sus dientes y lamió con su lengua. Escupí un gemido de
emoción sin saberlo. Mi interior se mojó.

—Sí, sí.

A pesar de que lamía y succionaba suavemente, a veces


mordía dolorosamente, me sorprendía y gritaba
brevemente. Pero Keith sonreía con alegría cada vez que lo
hacía y frotaba mis pezones con sus labios. Me besó por todo
el cuerpo, frotó mis labios y respiró hondo como si
comprobara mi olor de vez en cuando. El aroma de las
feromonas probablemente saldría pronto porque, aunque
tome el medicamento por la mañana, debido a que era una
dosis más baja de la usual, quizás el olor acabaría saliendo en
cualquier momento. Keith pronto se percató que no había
olor porque tenía una expresión de decepción en su rostro.

En cambio, moví mis manos para abrir la cremallera y


quitarme los pantalones. Keith parecía sorprendido por un
momento cuando mis partes fueron expuestas. No estaba
usando ropa interior, como había pedido antes. Y dio la
misma reacción que esperaba, me besó con una sonrisa llena
de satisfacción. Un ruido vino desde abajo, era el sonido de él
desenroscando el cinturón de sus pantalones. Keith fue
demasiado apresurado, pero no me molesté en detenerlo. La
noche era larga y pensé que pagaría bastante por ella.

—Ah...

Un gemido fluyó desde el interior de mi garganta debido a la


presión que sentí después de tanto tiempo. El cuerpo
olvidado del hombre, entró en mí. Abracé el cuello de Keith y
abrí las piernas para que le fuera fácil entrar. Keith me besó
y se movió. Siempre que daba un paso atrás y entraba, no
dudaba en profundizar más. Quería retirarme, pero entró
violentamente de nuevo y luego volvió a entrar. Keith me dio
unas palmaditas y mordió mi labio inferior. El sabor de la
sangre se derramó en mi boca, mientras frotaba y lamía mis
labios. Una sensación de peso más profunda que el dolor sutil
se extendió desde abajo. Keith entraba profundamente y
frotaba con su pene mi interior. El vello áspero de su cuerpo
se frotaba contra mi carne blanda haciendo que mi trasero se
calentara más.

—Uh, sí. Ugh.

Hubo un gemido de dolor proveniente del interior de mi


cuello.

Tanteé sobre la mesa, pero no tuve nada que agarrar. Me vi


obligado a abrazar los hombros de Keith y levantar las
piernas para rodear su cintura. Cuando apreté mi interior,
Keith torció la frente, se deslizó hacia atrás y se insertó
directamente en mí. De alguna manera quería llegar más
profundamente en mi interior, así que levanté mis caderas y
me sacudí. El área entrelazada salpicaba alrededor del
agujero. Mi trasero se abrió de par en par y Keith empujó sus
gruesos genitales hacia mi interior. Su mano me sujetó por la
cintura e inmediatamente se empujó hacia adentro. Curvé la
espalda, ahogando un grito. Mi agujero, que se había abierto
hasta el límite, se tragó el pene de Keith hasta la raíz.

—Ah, ah...

La respiración agitada de Keith se rompió en mi oído.

Mi interior estaba tan caliente como el fuego. Su miembro


que se introdujo profundamente y retrocedió, pareció
volverse loco. El movimiento de Keith se volvió más urgente
en la pared interior que lo absorbía más profundamente.
Cada vez que golpeaba rápido, había un chirrido proveniente
desde el interior por culpa del rebosante fluido. Keith exhaló
a través de la respiración entrecortada.

—Dios mío, eres tan... ¡Maldita sea!

De repente me levantó y me abrazó. Lo abracé con todo mi


cuerpo, sentándome al final de la mesa. Keith penetraba
frenéticamente y murmuraba como si estuviera loco.

—Eres mío, ¿no? Dime que eres mío.

Hice lo que él deseaba. ¿Qué son todas estas tonterías? ¿Estás


burlándote de mí?

—Soy tuyo.

Keith sonrió con satisfacción. Superpuso sus labios detrás de


una breve sonrisa y golpeó su pene en mi interior.
—Oh.

Entré en pánico por un momento como en aquel entonces,


Keith infló el final. El miedo llegó a mí por el pene que se
expandía en mi interior. Sin saberlo, traté de alejarlo, pero
Keith sujetó mi cintura con fuerza y se empujó hacia dentro.

—¡Ah, detente, duele! —grité rápidamente.

Luché por alejarme, pero Keith no me soltó, más bien, me


consoló con una serie de besos en mis mejillas y labios.

—¡Duele, detente!

Traté de hacerlo salir de mi cuerpo a toda prisa, pero no me


dejó. Solo me endurecí. Keith continuó besando todo mi
rostro mientras susurraba dulcemente, tranquilizándome,
nunca trató de sacar su pene de mi interior.

—Aaah...

Keith eyaculó en mí con un profundo gemido. Se estremeció


levemente y vertió su semen, pero nada se desperdició. Me
vino a la mente el recuerdo de ese día, incluso entonces, Keith
eyaculó en mí. Después de llenar mi estómago así, todo el
semen que no se había desbordado aún seguía dentro.

¿Y el niño...?

—Uh, ahh...

Las lágrimas brotaron por el dolor, pero a pesar de ello, Keith


lo hizo hasta el final. A pesar de que finalmente terminó, no
intentó reducir el tamaño. Besó mi sien y mi boca, pero volví
la cabeza y me negué. Mientras me miraba con ojos
resentidos, inesperadamente hizo una sonrisa amarga. Me
besó de nuevo y susurró en mis labios.
—Tú también lo querías. —Miré a Keith con los ojos
empañados por las lágrimas. Frotó mis labios y dijo una y
otra vez—: ¿Verdad? Tú también lo querías.

Tiene razón. Yo fui quien lo atrajo. Era yo quien lo quería.

—Sí —susurré en voz baja—. Lo quería.

Soy yo quien abandonará a este hombre.

Keith quería reír y luego superpuso profundamente sus


labios. Su pene no se encogió en absoluto, incluso mientras
mezclaba su lengua y me chupaba los labios. Me pareció que
mantenía su forma en mi estómago para llenarme de sus
huellas.

Cuando Keith terminó de retirar mis pantalones y me abrazó


para llevarme a la habitación. Me cargó en brazos, vistiendo
solo una camisa y con la parte de abajo expuesta. Tanta prisa
tenía que no me permitiría volver a ponerme los pantalones.
Mientras íbamos directo a su habitación le susurré:

—No puedo soportarlo, vamos a mi habitación...

Keith me siguió sin dudarlo. También fue como esperaba, su


habitación estaba más lejos que la mía. Keith
inmediatamente me dejó en la cama y se subió encima de mí.
Mientras llevaba su mano hacia mi entrada, acarició mi
empapado agujero y vaciló. Su semen se mezcló con mis
fluidos corporales y mojó su mano. Inmediatamente después
de revisarlo a fondo, frunció el ceño. El semen que había
vertido en mi agujero todavía abierto se filtraba poco a poco
cada vez que respiraba. Al verlo, se dirigió directamente
hacia mí.

Keith de nuevo me dejó sin tiempo para prepararme. Me


levanté asustado y sorprendido, pero otra vez su pene estaba
firmemente fijado dentro de mí. Al borde de las lágrimas, me
besó de nuevo. Poco después comenzó a moverse. Era un
movimiento profundo intentando llegar hasta el límite de mi
interior, sin embargo, ya se estaba acercando
profundamente. Me mordí los labios y soporté el dolor,
porque sabía que no me escucharía, aunque dijera queKeith
de nuevo me dejó sin tiempo para prepararme. Me levanté
asustado y sorprendido, pero otra vez su pene estaba
firmemente fijado dentro de mí. Al borde de las lágrimas, me
besó de nuevo. Poco después comenzó a moverse. Era un
movimiento profundo intentando llegar hasta el límite de mi
interior, sin embargo, ya se estaba acercando
profundamente. Me mordí los labios y soporté el dolor,
porque sabía que no me escucharía, aunque dijera que no.

¿Es esto bueno? Incluso cuando estuvo inconsciente hizo un


lío en mi estómago. Ahora está consciente, entonces.... ¿Por
qué estás haciendo esto?

—... ¿Por qué estás haciendo esto?

Cuando Keith alcanzó la segunda eyaculación con su pene


dentro de mí, finalmente le pregunté impaciente. Estaba
lleno de lágrimas y me costaba respirar. Jadeando de
cansancio se detuvo un momento y luego abrió la boca.

—Porque no puedo marcarte.

¿Este hombre está tratando de hacer una marca en mi


estómago justo cuando yo le había dejado una marca en su
oreja? Estaba sin palabras.

Keith susurró, mirándome sorprendido.

—Si no fuera por la marca, te habría hecho mío.

Y besó mi oreja.
Todo mi cuerpo se puso rígido en ese momento. Si este
hombre me muerde ahora, lo sabrá de inmediato. ¡No! Apreté
mi agujero con urgencia. Al mismo tiempo, un dolor terrible
atravesó mi estómago y Keith dejó escapar un profundo
gemido. Escuché un murmullo espontáneo de dolor.

—Uh, Ugh...

Sacudí todo mi cuerpo y lo agarré del brazo. La mirada de


Keith volvió a mi rostro.

—Romperás, por supuesto...

—...

—... con ese hombre.

Su voz mezclada con respiraciones ásperas, susurró


sigilosamente a lo que señalé con frialdad, como para resistir
la tentación.

—No estamos saliendo, dijiste que solo estábamos tenido


sexo.

Era extraño que todavía me doliera tanto repetirlo con mi


boca. Ya había renunciado a todo... Pero Keith lo entendió
mal, frunció el ceño y miró hacia abajo. Seguí la dirección de
su mirada y acarició mi estómago.

—¿Es por esto? —Me quedé atónito ante el murmullo. Keith


todavía miraba hacia mi vientre y dijo—: ¿Estaría bien si no
tuvieras esto?

Sus ojos se enfriaron en un instante. La cara con cinismo era


algo que había visto bien antes, por supuesto que no en la
cama. Agarré su brazo sin darme cuenta, pero Keith no se
movió.

Hablé con voz temblorosa:


—Dijiste que lo criaríamos juntos.

Keith se rio brevemente de mi protesta.

—Sí, pero si se interpone en el camino, puedes deshacerte de


él.

—Para ti, hay una marca... de otro Omega.

Keith me besó suspirando.

—Está bien —susurró reconfortándome—. Después de que


mate a ese Omega, la marca desaparecerá también...
Entonces serás mío completamente —dijo besándome una y
otra vez—. En ese momento, aunque no lo quieras, pondré
una marca aquí y serás completamente mío.

Keith acerco sus labios a mi oreja y dejó un beso. Solo miré su


rostro, sonriendo dulcemente, sin decir una palabra.

—¿Y si... si digo que no romperé con él...? —Keith enfurecido


me miró fijamente. Inesperadamente, se rio—. ¿También
quieres que mate a ese hombre?

Con un suave susurro acarició mi mejilla. Se me puso la piel


de gallina. Me asusté tanto. ¿Realmente puedo manejar a este
hombre? Si bien no pude decir nada, Keith llegó a su propia
conclusión.

—Arréglalo y tú serás mi Omega. —Miró hacia mi vientre y


dijo—: Y también cuidaré de este niño...

—...

—... Como si fuera mi hijo.

Quería reírme, pero no podía hacerlo en absoluto. Ya había


salido del punto de partida y solo tenía que correr hacia la
meta. Es demasiado tarde para volver atrás. Tragué saliva
seca y abrí la boca.

—Tengo sed...

Keith no se movió por un instante. Dudó como si no quisiera


salir de mí, pero al poco tiempo suspiró y se levantó. Cuando
su pene, que estaba tan apretado, se deslizó, sentí una
repentina pérdida de fuerza y dolor de estómago. ¿El niño
estará bien? Inconscientemente volví en mí. Estaba
preocupado por el niño, incluso cuando había negado su
existencia. Me avergoncé, pero no era momento de tomarme
mi tiempo. Hice mi trabajo mientras Keith me daba la espalda
y pedía el agua. Encontré las cosas que había escondido con
anticipación debajo de la almohada, las revisé y lo esperé.

—¿Qué tal vino?

Keith, que estaba a punto de colgar, frunció el ceño por mi


pregunta.

—¿No puedes beber?

—Entonces, bebe en mi lugar.

Intentando deliberadamente suavizar los límites de su


paciencia, sonreí. Entonces Keith me miró inmóvil, y pronto
se encogió de hombros ordenando que trajeran vino.
También agregó jugo de frutas para mi bebida.

—¿Hay algo más que necesites?

Negué con la cabeza. Keith colgó y volvió a la cama. Dejé que


me besara. Keith entró naturalmente entre mis piernas,
agarró mis muslos y abrió mi entrepierna ampliamente. Abrí
las piernas como él quiso y lo acepté. A Keith parecía gustarle
mucho que fuera obediente. Varias veces me besó, llamé por
su nombre, toqué su cuerpo y eyaculó nuevamente en mi
interior. Cada vez que eyaculaba me lastimaba, aun así,
aguanté hasta el final. Es la última vez, pensaba.

"Toc, toc"

Keith me estaba besando por todo el cuerpo cuando escuchó


el golpe.

Al cabo de un rato fue Charles quien abrió la puerta y entró.


Keith, que todavía estaba dentro de mí, comenzó a moverse.
No fue fácil concentrarme. Estaba expuesto y desnudo ante
otro hombre. Sentía vergüenza a morir. Pero Charles, que era
un profesional, colocó las bebidas que había traído en la mesa
sin mirar al costado de la cama, se dio la vuelta y salió de la
habitación. Fue solo después de que la puerta se cerrara que
pude dar un suspiro de alivio. Entonces Keith habló:

—Si miras a otro hombre frente a mí en el futuro, lo mataré,


sea quien sea.

Lo miré por un momento sin comprender. La voz de Keith era


tranquila, pero su rostro estaba más serio que nunca. Lo
decía en serio. Dudé y asentí, pero revelé una mirada poco
convincente, Keith me amenazó con una mueca.

—Lo mismo ocurrirá con las mujeres.

—...

Lo besé en lugar de tratar de convencerlo. Keith lamió y frotó


mis labios y comenzó a moverse lentamente. El semen en mi
estómago me hacía sentir mal cada vez que se movía.

—¿Por qué no... no te tomas un descanso...?

Parecía que, si hacía esto una vez más, el plan no podría


ejecutarse. Me preguntaba si todavía podría caminar. Cuando
recordaba aquel día en el que ni siquiera podía levantarme,
pensé que hoy no sería diferente. Lo miré desesperado por
dentro.

—Por favor, ¿no continuaremos mejor mañana...? Haré lo


que me digas, así que déjame descansar un rato...

En silencio, Keith me miró suplicar. Tenía miedo de que me


ignorara y comenzara de nuevo, como siempre lo había
hecho. Sin embargo, inesperadamente exhaló un breve
suspiro, me besó en la frente y salió de la cama. Logré mover
mi cuerpo que estaba todo dormido. Keith abrió la puerta del
baño y desapareció dentro. Mientras tanto saqué la medicina
que había escondido y la sostuve en mi mano. Al poco tiempo
de salir de la habitación, Keith regresó vistiendo una bata de
baño. De alguna manera me pareció extraño ver que la bata,
que era de mi talla, era un poco corta para él. Sacó hábilmente
el corcho de la botella de vino, como si recordara lo que le
había dicho. Después, el vino se vertió finamente como un
hilo delgado y se trasladó a la copa. Me quedé temporalmente
aturdido por el aroma del rico vino que se esparcía por la
habitación.

—¿Quieres beber?

Cuando parpadeé de repente ante la voz que había


escuchado, Keith me estaba mirando y riendo. Me quedé
como hipnotizado de nuevo. Nunca te volveré a ver.
Bésame mentiroso Vol. 4 • Capítulo 1 | Parte 3

—¿Qué sucede? —preguntó Keith, pero extrañamente, en


ese momento, mi estado de ánimo no se podía expresar en
ningún idioma. No entendía por qué me sentía tan confuso.
Fueron las palabras de Keith las que me hicieron recobrar el
sentido. Las triviales palabras que se habían ido acumulando
en mí desde hace mucho tiempo, me recordaron mi voluntad.
Y cuando recordé las últimas palabras que más me dolieron,
pronto sentí mucho frío. No dejaré que este hombre me
lastime más.

De nuevo, sonreí casualmente.

—Huele bien, pero no puedo beberlo.

—Eso es muy malo. Pero no pasará mucho tiempo. Ahora


que lo pienso, ¿cuántos meses tienes?

Calculé rápidamente el número de meses y mentí:

—Tengo menos de tres meses.

—... ¿De verdad? —murmuró Keith, dejando un silencio no


deseado entre nosotros.

Pronto dejó la botella de vino y sirvió jugo esta vez. Es para


mí. Abrí la boca fingiendo no saberlo.

—También quiero comer pudín.

Keith se echó a reír.

—Dios mío, ¿por qué no le pones pudín al niño?

Dije sin ninguna pretensión:

—No está mal. Leche si es niña, chocolate si es niño.


Él sonrió y abrió la puerta del frigorífico.

—¿Qué te gustaría?

Pensé por un momento y respondí:

—Caramelo.

Keith tomó la cuchara con el pudín y me la entregó.

—... Gracias.

—De nada —dijo y me besó.

Pronto, Keith se dio la vuelta y sirvió el vino de la jarra en una


copa. Esperé a que volviera con la copa y luego, dejé caer el
pudín en la cama fingiendo que había sido un error.

—¡Ups!

Momentáneamente soltó una exclamación bastante inusual.

Aunque estaba nervioso por dentro, Keith parecía no tener


ninguna duda. Más bien, arregló casualmente el pudín que
dejé caer y preguntó:

—¿Quieres que te traiga otro?

Asentí con la cabeza, fingiendo lamentar la pregunta que


había estado esperando.

—Sí, gracias.

Acarició mi cabeza con una sonrisa.

Cuanto más pensaba en ese hombre que sonreía tan


amablemente, más extraño me sentía, un aturdimiento
momentáneo me invadió. Vacié la medicina de mi mano en la
copa de vino que estaba en la mesa lateral, mientras él abría
la puerta del refrigerador y rebuscaba. El efecto de la droga
era seguro. Le pregunté al encargado de la farmacia y me dio
la respuesta que quería. Él había estudiado los efectos de este
medicamento y explicó que funcionaba mejor si se ingería
con vino, pero añadió como advertencia:

“Tienes que tener cuidado porque es mortal para la gente


común”

Cuando le avisé a mi médico que me habían recetado este


medicamento, me dijo que nunca bebiera alcohol a la vez. Por
supuesto que se lo prometí, de hecho, no era la medicina que
se suponía que debía tomar en primer lugar.

Solo había dos pudines de caramelo. Había escondido uno a


propósito en el fondo del refrigerador. Gracias a eso, le tomó
tiempo encontrarlo. Cuando cerró la puerta de la nevera, la
cápsula ya se había derretido en el vino y desapareció sin
dejar rastro.

Keith, que me entregó el pudín, rápidamente tomó su copa


de vino y se la llevó a la boca. Lo miré, fingiendo comer pudín.
Keith, que había inclinado el vaso sin pensarlo mucho, vaciló.
¿Lo sabrá? Inclinó la cabeza como si estuviera nervioso.

—¿Qué pasa? ¿Hay algún problema?

La forma en la que hablé, naturalmente se volvió difícil.

Keith abrió la boca con indiferencia.

—Tiene un sabor extraño, pero creo que está oxidado.


¿Habrá algún problema con el almacenamiento? El olor
estaba bien, pero...

Observó la copa por un momento, todavía poco convencido,


y pronto se encogió de hombros. Eché un vistazo como si no
supiera que Keith estaba poniendo las copas de vino en la
mesa lateral. El efecto de la pastilla para dormir, prescrita por
el médico, duraba tres días. Aunque dicen que la resistencia
de los Alfas dominantes a los medicamentes es más fuerte
que la de la gente común, Keith se vería afectado si lo bebe
incluso con alcohol. Todo lo que quedaba era esperar.

Repentinamente, saltó sobre la cama y me quitó el pudín.


Cuando perdí mi pudín a medio comer, parpadeé de
vergüenza. Keith añadió con una sonrisa:

—Deberías haber comido más rápido.

Inmediatamente superpuso sus labios sobre los míos y yo


retrocedí. Tenía miedo de que empezara de nuevo, pero
inesperadamente no trató de metérmela. Tan solo me besó
en los labios, en la frente, en la mejilla, en todas partes... La
cara que me sonreía, me pareció genuinamente adorable.
Una vez más, pude sentir un pinchazo en mi corazón
tembloroso. Entonces, Keith, que tenía la nariz en mi cuello,
vaciló.

—¿...?

Levantó la cabeza y frunció el ceño. Mientras contenía la


respiración, casualmente, Keith inclinó la cabeza y llevó su
nariz a mi clavícula. Pude escuchar una respiración profunda.
Murmuró para sí mismo, rígido y confundido:

—Olor, creo que... hay un olor.

Su tono era visiblemente tenue.

Keith levantó la cabeza y la sacudió rápidamente de un lado


a otro, como un perro.

—... ¿Qué hay de malo en esto? —murmuró de forma extraña.

Pero yo sabía por qué. Los efectos medicinales fueron


inmediatos. Fue un momento maravilloso. Si hubiera llegado
un poco más tarde, me hubiera enamorado de este hombre
nuevamente. Keith siguió perdiendo el conocimiento. Los
síntomas empeoraron hasta que quedó completamente
inconsciente. Me levanté de debajo de él. Keith se derrumbó
a mi lado y se recostó. Me subí encima de su cuerpo con el
corazón temblando. Ocupar la parte superior de él era algo
que normalmente no podía hacer. No podría haberme
atrevido a imaginarlo a menos que me estuviera volviendo
loco por el sexo.

—Keith.

Lo llamé en voz baja. Keith parpadeó medio ido.

¿Puedes entenderme? ¿Te acuerdas? Pensé interiormente y


pregunté:

—¿Por qué sucede esto? ¿Estás borracho con vino oxidado?

Keith negó con la cabeza lentamente, murmurando:

—Extraño. Hasta ahora... Nunca he estado borracho, pero no


lo estoy.

Acepté de buena gana.

—Puse medicina allí.

—... ¿Qué? —Keith no entendió de inmediato las palabras.


Con ojos parpadeantes, preguntó—: ¿Por qué?

—Porque... —Me las arreglé para reprimir una carcajada—...


Porque quería hacerte pagar.

Keith me miró sin comprender. Su expresión reveló un


sentimiento de confusión.

—... ¿Qué? —repitió la misma pregunta.


Mi cabeza parecía dar vueltas. No pude dejar de reír. La risa
nerviosa resonó ásperamente. Keith me miró aturdido. Para
él, esta situación no tenía ningún sentido. El hecho de que
estuviera acostado de esta manera, que yo lo mirara con
desprecio, que me atreviera a drogarlo... Dejé de reír y lo miré
fijamente.

Tienes que contárselo todo antes de que se duerma. De esta


manera, cuando despierte, sabrá un poco sobre lo que es la
humillación.

Extendí mi mano y acaricié su oreja lentamente. Sentí la


marca en la punta de mi dedo.

—¿Cómo estuvo el sexo hoy? ¿Te gustó?

Keith no respondió. Solo me miró. Yo no esperaba una


respuesta.

—Estoy seguro que ha sido bueno, ya que será la última vez


que tendrás relaciones sexuales con el Omega que te marcó.

Abrió la boca. El sonido llegó después de unos segundos de


vacío.

Extendí mi mano y acaricié su oreja lentamente. Sentí la


marca en la punta de mi dedo.

—¿Cómo estuvo el sexo hoy? ¿Te gustó?

Keith no respondió. Solo me miró. Yo no esperaba una


respuesta.

—Estoy seguro que ha sido bueno, ya que será la última vez


que tendrás relaciones sexuales con el Omega que te marcó.

—... ¿Qué?
Keith tan solo repitió eso. Saqué a colación lo que había
preparado cuidadosamente.

—Ese día tú me dejaste embarazado.

—...

—Y lo olvidaste todo.

Me reí de nuevo.

Los labios de Keith eran dulces, pero no podían emitir ningún


sonido. Observé con mis propios ojos como su conciencia se
desvanecía gradualmente. Me incliné y le susurré al oído:

—Te lo advertí, no me quedaría quieto si volvías a usar tus


feromonas. —Mi voz sonaba débil como si fuera de otra
persona. Seguí hablando—: Pero volviste a rociarlas sobre
mí.

La mano, que acariciaba la oreja se detuvo por sí sola. Me


obligué a sonreír.

—Este es el precio.

Por un momento no me entendió. Esta vez no era solo por las


drogas. Moviendo los labios y besando su mejilla, confesé:

—Voy a borrar a este niño. No tendrás hijos con nadie a


menos que yo muera. No tendrás tu propio Omega nunca.

Lo miré a la cara y sonreí por completo.

Él dejó salir un susurro tan pequeño como el aliento.

—No seas tan injusto... Hemos dado y recibido de manera


justa.

Keith me miró estupefacto.


Como trataba de aferrarse a la conciencia que seguía
desapareciendo. Fue tan notorio para mis ojos, pero era un
acto inútil. Keith levantó la mano, sus dedos fríos frotaron mi
mejilla, pero eso fue todo. Pronto perdió completamente la
cabeza.

Después de comprobar el estado de Keith, me tambaleé, me


vestí, empaqué mi equipaje y salí de la habitación. Fue más
complicado dejar la mansión que engañar a Keith, que
parecía lo más difícil. Casi me caigo varias veces mientras
caminaba por el pasillo. Cuando apenas había entrado en el
ascensor y me apoyé en la pared, me quedé sin aliento.

No vi a nadie en mi camino hacia la puerta principal. Salí de


la mansión ansioso de no encontrarme con Charles. Y cuando
por fin abrí la puerta principal y salí al jardín, finalmente dejé
escapar un largo suspiro lleno de alivio. Fue frente al garaje
donde de repente me encontré con una persona.

—Uh, Yeonwoo. ¿Qué estás haciendo aquí a esta hora?

El guardaespaldas, que estaba vigilando alrededor, me


encontró y vino a hablarme.

Me sorprendió mucho, pero traté de saludar como si nada.

—Tengo que salir un momento a hacer algo. ¿Todo bien,


entonces?

—Sí, por supuesto. Pero ¿qué? ¿quieres ir ahora? Tampoco te


ves muy bien. Me pareció verte cojear.

Intenté reírme y mentir.

—Salí y estaba oscuro, me golpeé con algo... no podía ver


bien.

—¿En serio? Charles siempre deja las luces encendidas en el


pasillo...
—Tengo algo que llevar a mi casa, así que me gustaría usar el
auto.

Él no dudó de lo que dije, pero mostró una bondad


innecesaria.

—¿Le gustaría que lo acompañara? No ha pasado mucho


tiempo desde que ocurrió el accidente, ¿verdad? El Sr.
Pittman me dijo que no dejara a Yeonwoo solo...

Todos pensaban que me había encontrado con un ladrón. Por


supuesto, esta ilusión se romperá en tres días como máximo.
Quizás todos lo sepan en el momento en que Keith abra los ojos,
pensando para mis adentros, negué con la cabeza.

—Está bien. Vuelvo enseguida... Me siento más cómodo solo.

Agregué intencionadamente la última palabra. Por un


momento, se acarició la barbilla con el rostro serio. Parecía
estar preocupado por las órdenes de Keith. Así que añadí
apresuradamente:

—Ni siquiera han contratado un guardaespaldas adicional


todavía, pero ¿no existe un límite para el número de guardias
en la mansión? Es de noche, así que todos se irán a
descansar... Iré a visitar mi casa un momento para
comprobar que no haya ningún peligro. El accidente ocurrió
porque tomé un camino equivocado...

¿Hablé demasiado? Lo miré con ansiedad interior. El


guardaespaldas todavía parecía estar perdido en sus
pensamientos, pero al final suspiró.

—Sí.

Sonreí torpemente después de un momento de regocijo. Dio


un paso atrás y ya no interfirió conmigo. La noche era corta y
tenía prisa. El garaje estaba lleno de sedanes de lujo con
aroma a Keith. Después de mirar alrededor de la habitación
una vez más, elegí un auto que me pareció fácil de manejar.
Fue bastante difícil sentarse en el asiento del conductor. Tuve
que morderme los labios para contener los gemidos. Cuando
finalmente me senté, solté un suspiro de alivio.

—¿Está seguro de que se encuentra bien?

Asentí con la cabeza al guardaespaldas que me miró con


lástima.

—Iré a trabajar desde casa mañana. Ha pasado un tiempo, así


que tengo que limpiar un poco...

Me acomodé en el asiento del conductor, encendí el motor y


el guardaespaldas habló mientras yo asentía con la cabeza
como si entendiera.

—Por la mañana le informaré a Charles. Conduce con


cuidado.

Después de agregar esas palabras, el guardaespaldas


retrocedió. Arranqué el auto de inmediato y pude verlo
alejarse en un instante a través del espejo retrovisor.

De todos modos, no puedo ir muy lejos con este coche. Pensé


tan pronto como atravesé la puerta y conduje camino abajo.
Ya había hecho planes para el futuro y había preparado algo
de efectivo. Incluso si el ladrón no se hubiera llevado mi
teléfono, no habría sido útil de todos modos.

Tendremos que descartar todo lo que deje rastro, incluida la


tarjeta.

No hubo necesidad inmediata de un nuevo teléfono celular,


así como de un teléfono prepago.

¿Cuándo despertará Keith?


El medicamento no durará más que en una persona
promedio. Tenía que conducir tan lejos como pudiera. Así,
pisé el acelerador a toda velocidad, en aquella carretera en la
que no había ni un solo automóvil.
Bésame mentiroso Vol. 4 • Capítulo 2 | Parte 1

Tuve la cabeza atascada en el baño con un ataque de náuseas


y vómitos repetidos, pero lo único que salía era un jugo
gástrico amargo. Así que, solo me senté, respirando con
dificultad, hasta que el mareo disminuyó.

Han pasado dos semanas desde que me escapé de Keith.


Mientras tanto, he estado moviéndome por moteles baratos
y evitando la mirada de otras personas. Después de conducir
una distancia interminable ese día, detuve el automóvil en el
aeropuerto y tomé un Uber. Compré varios boletos a mi
nombre, así que probablemente pensarán que estoy fuera
del estado.

Pronto descubrirán si realmente me subí a bordo o no, pero


era suficiente para ganar algo de tiempo. No tengo mucha
ansiedad porque Keith, afortunadamente, parecía haber
despertado en menos de un día. Los artículos diarios de los
periódicos, que aparecieron día a día durante las últimas dos
semanas, mostraban el estado reciente de Keith. No sabía
cuánta verdad había en ellos. Algunos de ellos seguramente
eran falsos, y otros parecían tan plausibles que, incluso yo,
pensaba que estaban en lo cierto.

Te dije que detuvieras todos estos informes.

Era una lástima, pero no podía evitarlo. Emma ahora tendrá


prisa por liderar el equipo. Debe ser demasiado para ella.
Pronto se acostumbrará y pasará por el famoso “prueba y
error”, que es un paso establecido. Sobre todo, no tenía
derecho a hacer esto o aquello después de que dejara mi
trabajo de repente. Además, era beneficioso estar
obteniendo información sobre Keith.

Estoy mareado...

Me apoyé contra la pared y me quedé sin aliento por un rato.


✤✤✤✤✤✤

Debí quedarme dormido. Me sorprendió escuchar un grito


repentino afuera. Por un momento rodé mis ojos en la
oscuridad, con ansiedad. Cuando escuché con atención y sin
aliento, parecía que había una pelea entre borrachos. Me
levanté lentamente después de un suspiro. La medicina que
traje casi se me estaba acabando. Miré el inhibidor recetado
y lo vertí en mi boca. No había nada bueno en ser atrapado
como Omega en un lugar como este. ¿Qué pasaría si te
encuentras con un Alfa y se pone rudo? No quiero volver a ser
aplastado por las feromonas... Froté mi brazo ante la
espeluznante idea y me dirigí a la cama.

Afuera, los intermitentes letreros neón perturban mi sueño


todos los días. Era un entorno completamente diferente al de
la mansión de Keith, que se mantenía siempre en silencio. Por
supuesto que lo es. ¿Se puede comparar? Me regañé. No puedo
evitarlo ahora mismo. Tengo que conseguir un trabajo decente
y luego conseguir una habitación. Es posible que tarde o
temprano no pueda quedarme más tiempo en este motel. Sin
darme cuenta, llevé mi mano a mi vientre. El retraso en la cita
me ponía nervioso. Puedo pasarme de la fecha límite.
¿Cuánto tiempo durará la cirugía? ¿Si pierdo el tiempo...?
Ansioso como estaba, me quedé dormido.

✤✤✤✤✤✤

—¡Dios mío, Yeonwoo!

Josh escupió duras exclamaciones tan pronto como me vio.

Me levanté de mi asiento. Caminando por el café con sus


largas piernas, se sentó frente a mí y rápidamente habló:

—Emma me contó. ¿Qué te pasó? De repente dijiste que te


ibas de la empresa. No pueden localizarte. Jesús, mira esto.
¿Es eso una peluca? ¡Casi no te reconozco! ¿Y qué es este
número?

Le dije que me iba a disfrazar, pero no pareció gustarle


mucho. Mientras sonreía torpemente y me preparaba para
responder, Josh frunció el ceño y continuó hablando:

—Pensé que eras Spam, así que traté de no responder.

—Lo siento.

Me disculpé con una sonrisa amarga. Pronto negó con la


cabeza.

—No, esto no es algo para disculparse... Bueno, de repente


me hiciste salir de manera improvisada del trabajo.

Josh dijo para sí mismo mientras se acariciaba la barbilla. Me


di cuenta y abrí la boca.

—Bueno, no le dijiste a nadie que te reunirías conmigo...

—Oh, por supuesto que no le dije a nadie. Confías en mí,


¿verdad? No te preocupes, no soy tan boca floja.

Por supuesto, no pensé que Josh fuera de esa clase. Justo


cuando estaba a punto de preguntar por él, se acercó la
camarera.

—¿Les gustaría ordenar?

Dirigió alternativamente su mirada a mí y a Josh,


sonriéndonos, deteniéndose un poco más en Josh. Este, sin
siquiera mirar el menú, ordenó su pedido.

—Un pastel caliente y un café. ¿Qué hay de ti Yeonwoo? —


Primero ordené, me asintió con la cabeza y rápidamente
devolvió el libro del menú—. Gracias, Stella.
Su rostro sonrío al decir el nombre de la etiqueta.
Naturalmente, pensé: ¿Es esto lo que es ser un mujeriego
natural?Como era de esperar, la camarera también sonrió
alegremente y se dio la vuelta tras recibir el libro del menú.
Un hombre guapo... es incluso tan amable.

—¿Qué?

Josh preguntó como si mi mirada fuera extraña.

Respondí con franqueza:

—Pensé que Josh habría sido popular, si se hubiera


expresado como un Alfa.

—¿Parezco un Alfa?

Me miró parpadeando. Fue una reacción tan pura que me


sentí bastante avergonzado. Josh habló de manera
insignificante:

—Más bien me gusta, porque tengo más opciones. Puedo


conocer a alguien que no quiera tener un bebé. Bueno o tal
vez pueda conocer un Alfa agradable.

Su rostro sonriente se mostraba lleno de confianza. Era una


sonrisa relajada, de un hombre que nunca había sido
rechazado en su vida.

Justo a tiempo, la camarera se me acercó y puso cada bebida


frente a nosotros. Le guiñó un ojo ligeramente a Josh cuando
sacó un dispensador de crema de su delantal, quien había
pedido café. Entonces Josh se rio.

Observando su figura en silencio, murmuré casualmente:

—Te envidio, yo nunca he sido muy popular...


Josh, que se estaba llevando su café a la boca, vaciló. Me
avergonzaron los ojos verdes que me miraban.

—¿Por qué...? ¿Cometiste algún error?

—... No, no creo que haya sido muy popular, pero pienso que
era extraño.

Josh murmuró para sí mismo como si estuviera hablando


solo, y pronto dijo:

—¡Aaah...! ¿No sabías eso? Un Omega no puede ser


impopular.

—Oh, no. Soy un caso mutante. Yo era Beta antes de eso... No


salía normalmente en la adolescencia. Me convertí en un
Omega después de un tiempo...

—¿No eras popular cuando eras Beta...? Aún si cambiaste, tu


rostro sigue siendo el mismo.

Josh todavía preguntó con sospecha. Respondí que sí.

—Antes del cambio de género... Tuve dos novias, pero no


funcionó. Todo el mundo tiene un pasado.

Josh, que me miraba con una sonrisa amarga, suspiró de


repente y volvió a pronunciar el nombre de su hermana.

—Emma... Emma. —Estaba desconcertado, pero él continuó


fácilmente—. De todos modos, ¿tienes un lugar para
quedarte? ¿Por qué te fuiste de repente? ¿Peleaste con tu
jefe?

—Sí... Mmm fue inesperado.

Pasé por alto las preguntas a quemarropa y le hablé sobre mi


situación actual.
—Me estoy quedando en un motel cercano en este momento.
Bueno, todavía no he tenido noticias de Emma, pero...
¿Escuchaste algo sobre la empresa?

—Bueno, ¿el jefe se volvió loco y enojado? —Josh se encogió


de hombros y continuó—: Te harás una idea aproximada de
la atmósfera con solo mirar el artículo del periódico.

—Sí...—agregué torpemente—. Me preguntaba si hay algo


más que no aparezca en el artículo.

—Bueno, tampoco voy a casa a menudo, así que no tengo


oportunidad de oír sobre eso de Emma. Siempre estoy
ocupado jugando con Pete. —Sacudió la cabeza y añadió—:
Tengo que reparar la casa, tengo que cortar el césped... Mi
casa es vieja y tengo que retocarla cada vez que voy. Tengo
que terminar de arreglar el techo otra vez. No tengo tiempo
para charlar con Emma, lo siento. No hablamos mucho.

—No, es obvio... Lo siento.

Fue una suerte que Emma y Josh no tuvieran tiempo para


hablar de mí. Me preocupaba que la conversación se filtrara,
así que me disculpé varias veces. Entonces Josh agregó:

—Ah. He oído que te están buscando mucho.

—...

—No sé por qué.

Justo a tiempo, la camarera nos trajo la comida. Una vez más


saludó a Josh y desapareció. Cada uno de nosotros comenzó
su propia comida.

—¿En qué puedo ayudarte?

Levanté la cabeza a la pregunta de Josh. Ya había comido más


de la mitad del rábano picante. Abrí la boca con dificultad:
—El hospital que me recomendaste la última vez, perdí mi
teléfono celular... ¿Me lo puedes decir de nuevo?

Josh silbó brevemente.

—Te las arreglaste para no olvidar mi número.

Me reí tímidamente. Guardé tu número por separado, de


manera provisional.

—Es bueno estar preparado.

Josh me elogió casualmente. Después de haber sacado su


teléfono celular y haber comprobado algo, pareció estar
reflexionando por un momento, luego dijo, volviendo a
guardar el teléfono en su bolsillo:

—Iré contigo, porque ya es la hora.

—¿Sí?

Inclinó la cabeza cuando se lo pregunté.

—Sí, se supone que alguien debe ir contigo.

—No, no hay nadie así. Pero ¿por qué? De repente...

Josh me miró en silencio.

—Es bastante aterrador ir al hospital solo.

Parpadeé sorprendido.

No esperaba que esas palabras llegaran de este hombre.


Sonrió amargamente como si mis pensamientos se leyeran
en mi expresión.

—Eso es correcto. La gente como yo piensa que es mejor ir


solo, pero la gente como Yeonwoo...
—... ¿Alguien como yo? ¿Y eso qué significa?

Me quedé mirándolo fijamente, mientras Josh parecía


pensativo, como si estuviera eligiendo sus palabras.

—Bueno... ¿Alguien que necesita ayuda... que parece estar en


peligro e indefenso?

—...

—También puedes llamarlo instinto protector —dijo, con


una mirada relajada en su rostro, pero no pude sonreír.

—Me ha ido bien solo hasta ahora.

Josh asintió cuando hablé en un tono bastante rígido.

—Por supuesto que sí. Emma me dijo que eres muy


competente. Incluso escuché que Pittman estaba tratando de
darte una participación en la empresa.

Me pregunté si era necesario hablar de eso, pero mantuve la


boca cerrada. Josh esbozó una sonrisa amarga.

—Pero ser capaz y verse así es un asunto diferente. —No dije


nada y Josh agregó—: De todos modos, hoy estoy libre, así
que iré contigo si quieres. Es obligatorio hacer una cita, pero
es tu primer día... así que, si vienes conmigo, lo dejarán pasar.
¿Qué dices?

✤✤✤✤✤✤

La elección recayó en mí. La sugerencia de Josh fue muy


tentadora. Ir al hospital por primera vez y hacerlo solo era
muy aterrador. Además, no se sabía cuándo se haría la cita.
Apreté mi mano a toda prisa, después de repetir esta acción
un par de veces, abrí la boca:

—Sí... Si no te molesta, por favor.


—Entonces lo haré. ¿Tienes un coche? Si no es así, ¿llevo el
mío?

Me alegré.

—Gracias, estaba pensando en llamar un Uber.

—¿No tienes coche?

Josh preguntó sorprendido.

Le dije la verdad.

—Compré un auto usado, pero tomé un taxi hoy porque no


me sentía bien.

Después de mucho tiempo, Josh sonrío casualmente y sacó el


dinero de su bolsillo. Cuando lo vi dando mi parte de
propinas, traté de negarme, pero Josh me estrechó la mano
como si fuera suficiente y simplemente se levantó. Solo subí
el precio de la comida y le seguí.

—Gracias de todas maneras. Yo también estaba un poco


nervioso yendo solo.

Josh, que todavía sonreía, me miró y siguió adelante. No se


olvidó de saludar a la mesera al salir.

—Entra.

Él, que había estado utilizando el coche de su empleador,


abrió la puerta del Lamborghini. Parpadeé sorprendido.
Ahora que lo pienso, debe ser un guardaespaldas de alguien
bastante famoso de aquella fiesta. ¿Está bien que lo deje
conducir esto libremente? Debe ser bastante cercano a su jefe.
A veces, hay empleadores que comparten relaciones
personales con sus empleados y Josh parece ser el caso.
Es un hombre tan guapo que es tan amigable, pensé para mis
adentros, mientras me sentaba en el asiento del pasajero
siguiéndolo. Me revisó para abrocharme el cinturón y luego
entró al auto. Desde ese momento, estuvimos hablando de
temas comunes. Empezando por el clima, los incendios
forestales y los asesinatos en el Este.

—Hay demasiados incendios forestales en esta área. Debería


llover un poco —dijo Josh indiferente.

De repente me recordó a aquel día.En un día lluvioso. Ese día


mi vida cambió por Keith. Si no lo hubiese hecho, si no hubiese
venido a verme ese día, si no hubiese llovido, si no hubiera
grabado la marca... Me pregunto qué habría pasado. Tenía
una imaginación ociosa y pronto sonreí amargamente. ¿De
qué sirve todo este pensamiento ahora? De pronto pude sentir
a Josh mirándome, lo vi y nuestros ojos se encontraron de
inmediato.

—¿...?

—¿Hay algo que quieras decir?

Cuando se lo pregunté, desconcertado, me miró con el brazo


apoyado en el alféizar de la ventanilla y se encogió de
hombros. Estaba perplejo, pero pronto volvió los ojos al
frente, lo que hizo ambiguo preguntar más. Finalmente,
llegué al hospital sin más conversación.

—Espera un minuto.

Al salir del coche, Josh sacó algo de su bolsillo.

¡Ah!

Con el hecho de que eran auriculares, confirmé que Josh se


estaba tapando los oídos con ellos, y la marca en la oreja
desaparecía debajo de ellos. ¿Es la marca que dejó el otro
padre del niño?El olor débil de Josh puede no deberse a que
tomara el medicamento, sino a su firma. Supongo que,
porque es un guardaespaldas, esconde sus oídos con
auriculares. Un Omega debe tener mucho trabajo que hacer
cuando está protegiendo a alguien.

Tal vez así esté bien, porque si hay una marca, se verá menos
influenciado por otros Alfa. Al mismo tiempo pensé: ¿Qué
pasó con tener un bebé solo cuando hay una marca? Por
supuesto que no podía preguntar. Todos tienen sus propias
razones. Lo mismo ocurre con Josh y conmigo.

—Yeonwoo, bájate.

Me dijo, abriendo la puerta y bajando. No era momento de


preocuparse por él. Porque ahora mismo, mi problema era lo
primero.

✤✤✤✤✤✤

El hospital estaba ubicado en un barrio tranquilo, bastante


alejado de la calle principal. Las calles, en donde se
agrupaban varias tiendas, estaban tan desiertas como en
cualquier otro lugar. De vez en cuando, algunas personas
daban algunos pasos para entrar en sus automóviles
estacionados y desaparecían en un instante. Seguí a Josh a la
clínica de ginecología, que tenía un cartel viejo colgando.

—Oh, Josh. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Quizás el segundo?

El personal sentado en el mostrador de recepción saludó a


Josh con deleite e hizo una ráfaga de preguntas. Una mujer
latina bastante carnosa no escondía su cariño por Josh. Este
le dio un abrazo, aparentemente insignificante, como si esta
reacción fuera común.
—¿Cómo has estado? Desafortunadamente, no es mi
problema, pero estoy aquí para presentarte a mi amigo. No
pude hacer una cita. ¿Qué se puede hacer?

Y sonrió dulcemente.

Incluso a mí, me hizo latir el corazón esa sonrisa maravillosa.


Como era de esperar, la empleada respondió con una sonrisa
brillante.

—No puedo evitarlo si es la petición de Josh. ¿Podrías llenar


este formulario? Entonces tendrá una cita y deberá esperar
como una media hora.

—Gracias, Kate —dijo y pronto tomó los papeles.

Sentado en el sofá, llené con un bolígrafo los espacios en


blanco de los papeles que me había entregado.

—Escribe tu nombre diferente —susurró Josh, dándome un


consejo rápido.

Casi sin querer había escrito mi nombre real y detuve la


pluma. Después de pensarlo un rato, vi un anuncio en la
televisión y escribí el nombre del producto cambiando la
ortografía. Josh, que estaba mirando, se echó a reír de
repente.

—¿Qué es Xylie Tol?

Tenía la cara ardiendo, pero fingí no saberlo y seguí


escribiendo en silencio. De repente, pude sentir a Josh
observando mi perfil. Mi cara se puso más caliente. Josh
recogió todos los papeles y los llevó él mismo a la recepción.
Todo lo que quedaba era esperar.

—No te pongas demasiado nervioso —dijo Josh, y asentí con


la cabeza.
Él estaba en lo correcto. Hubiera sido difícil soportar esta
tensión si hubiera venido solo.

—Gracias por venir conmigo.

Josh se encogió de hombros a un lado, como si no fuera nada.


Y después de 40 minutos, finalmente llamaron mi nombre en
la recepción.

✤✤✤✤✤✤

No hubo nada especial durante el examen. El médico que me


presentó Josh fue muy amable y me enseñó muchas cosas.
Sin embargo, parecía perplejo por la cirugía. La razón fue que
eran ya muchos meses. Después de que su expresión se
endureciera, se acarició la barbilla con agonía y suspiró.

—Ojalá hubieras tomado la decisión antes... Si te operas


ahora, podría ser muy peligroso para ti también. ¿Estás bien?

Tragué saliva seca.

—Sin embargo, no puedo dar a luz.

—Oh...

Suspiró profundamente y buscó en el calendario. El médico,


que estaba agonizando por el poco tiempo, me asignó una
fecha.

—No puedo darte una fecha antes de este día. El día más
temprano es este... Si es posible, estaría bien que buscaras
otro hospital.

—No, por favor, Doctor.

No podía permitirme el lujo de buscar nuevos lugares. Es una


situación urgente. El doctor parecía amargado.
—Sé que es una decisión difícil en muchos sentidos, anímate.

Dijo algo que no estaba claro si lo decía en serio o no. Me


preguntaba cómo conocía mi mente, pero solo dije que sí.

Después de salir del hospital con Josh, ya era bastante tarde


y el sol se estaba preparando para ponerse.

—¿Cómo estás? ¿Puedes venir solo?

Asentí con la cabeza a la pregunta de Josh.

—Sí, el medico es amable. Gracias, por presentarme a una


buena persona.

—No hay problema. Me alegro de que te haya gustado —dijo


Josh con una sonrisa.

Ya no hacía preguntas como: "¿Qué harás con el niño?",


"¿continuarás haciendo esto?" o "¿has pensado en lo que
sucederá en el futuro?". Todo lo que preguntó fue la dirección
del motel en el que me estaba quedando. Dudé y abrí la boca.

—Quizás esté huyendo de un crimen, pero ¿no me preguntas


nada?

Josh volvió a mirarme directamente.

—Es de mala educación, pero para ser honesto, Yeonwoo no


parece alguien que cometería un crimen.

Porque era cierto, no tenía nada que refutar. Solo hice una
sonrisa amarga. ¿Cómo reaccionará este hombre cuando
descubra que me escapé dejando una marca en la oreja de
Keith? Fue cuando recordé con amargura lo que Keith me dijo
un día, que era “aburrido”. Porque soy de ese tipo de
personas, por supuesto. ¿Cómo llegué aquí tan lejos en esta
aventura?
—Si Yeonwoo no hubiera estado embarazado, tampoco lo
habría ayudado aquí.

—...

—Bueno, es una complicación —añadió para sí mismo.

Tenía ganas de llorar por alguna razón, así que murmuré:


"Gracias". Y no hablamos más.

Josh, que había estado callado todo el tiempo, frunció el ceño


ante la apariencia del motel cuando llegamos a nuestro
destino.

—¿Estás seguro?

Di una excusa, avergonzado por su reacción.

—Es una estadía temporal... Me moveré pronto.

—Será mejor que lo hagas rápido. Dios, creo que hay más
borrachos aquí de los que he visto en toda mi vida.

Tal y como él dijo, pronto se notó a varios hombres sentados


al costado de la carretera bebiendo alcohol. De un vistazo, la
calidad parecía mala. Añadí un gracias y estaba a punto de
salir del coche.

—Es difícil criar a un niño solo, piénsalo... porque no te queda


mucho tiempo.

Dudé y abrí la boca.

—Bueno, Emma...

—No tengo tiempo para hablar.

Josh me estrechó la mano como si estuviera molesto. Dejé de


sonreír.
—Gracias.

Me despedí y Josh rápidamente encendió el auto. Mientras


observaba el Lamborghini alejarse, luego me di la vuelta y me
dirigí a la habitación.

Los silbidos y las maldiciones de los hombres vinieron desde


detrás, pero los ignoré. Tan pronto como entré en la
habitación, me sentí aliviado solo después de haber cerrado
todas las cerraduras y grilletes; y bloqueado la puerta con
una silla. Muchos pensamientos ocuparon mi mente después
de acostarme en una cama ligeramente mohosa.

“Suspende el inhibidor ahora mismo”. Dijo el doctor con cara


seria. En otras palabras, la prescripción también es fatal para
el cuerpo. “No es bueno para un niño... No me importa si no
quieres dar a luz”.

Las palabras que agregó seguían flotando en mi cabeza. Cerré


los ojos con la mente aún confusa. Dije que no tendría hijos
de Keith. Ya he fijado una fecha. Pero, estaba asustado.

Mordí mis labios y toqué tranquilamente mi estómago. El


deseo de tener un bebé y el deseo de no tenerlo estaban
reñidos. Me quité la peluca y borré el maquillaje de mi cara.
También me cambié la ropa que era más grande que mi talla
original por ropa más cómoda.

Tengo que salir de aquí mañana. Llenemos el tanque de


combustible y cojamos un neumático extra. Mientras pensaba
en qué hacer mañana, traté de no pensar en el niño. Incluso
en este día, con mi complicada mente, no pude evitar caer en
una siesta.
Bésame mentiroso Vol. 4 • Capítulo 2 | Parte 2

Abrí mis ojos, me recliné por un momento y miré a mi


alrededor poniendo los ojos en blanco. Nada había cambiado
en absoluto desde antes de quedarme dormido. Pero ¿por
qué me siento tan incómodo? No estaba pensando en nada,
cuando de repente me di cuenta de que la luz que entraba por
la ventana era diferente. El viejo letrero del motel tenía varios
cables cortados y no funcionaba correctamente. Por esa
razón, la letra "MOTEL" se leía como "M T I", pero hoy el
letrero estaba apagado por completo, haciendo que la letra
negra pareciera sombría. Sin embargo, lo extraño fue que
todavía estaba brillante afuera. Se leían todas las letras del
letrero con las luces apagadas. Salí de la cama
preguntándome: ¿Qué está pasando ahí fuera?

De pie junto a la ventana y mirando hacia afuera, dudé con


asombro. Había varios sedanes de lujo, inapropiados para
este Motel barato. Y entre ellos, encontré un rostro que
conocía bien.

Whittaker. ¿Cómo lo supiste?

Inmediatamente, me sentí mareado, pero evité caerme por el


marco de la ventana. Sabía que no tardarían mucho en
encontrarme, aunque solo habían pasado dos días desde que
me mudé de motel. Además, era la primera vez que hacían un
descubrimiento de este tipo.

Pensemos en ello más tarde.

Empaqué mis cosas a toda prisa. Ya había mucha gente


alrededor del Motel. Quizás pronto vengan a mi habitación.
Salí corriendo al pasillo. Pero antes de que pudiera caminar
unos pasos, escuché primero una voz que venía de abajo. La
voz de Whittaker se entremezclaba. Me di la vuelta a toda
prisa y volví a subir. Miré a mi alrededor, pero no había
ningún lugar a donde ir.
¿Qué hacemos?

—Oh, por aquí.

Los pasos de los hombres se fueron acercando


gradualmente. No había lugar para más vacilaciones.
Rápidamente giré la manija de la puerta más cercana. Lo
conseguí al tercer intento. En la habitación cerrada sin llave,
un borracho dormía, tumbado en el suelo, incapaz de
acostarse en su cama. Cerré apresuradamente la puerta a mis
espaldas.

Los fuertes pasos se acercaban rápidamente, pero pronto se


alejaron. Me quedé allí, conteniendo la respiración y
forzando todo mi cuerpo. Solo mis ojos se movían girando
alrededor, buscando un lugar para huir. Lamentablemente,
no había ningún lugar por donde salir.

Siguió un golpe en la puerta. La tranquilizadora voz de


Whittaker me llamó por mi nombre, pero tampoco lo hizo
por mucho tiempo. Un momento después, sentí un ruido
fuerte, como si hubieran forzado la puerta para abrirla, y
estalló una conmoción.

—¿No? ¡Mira cuidadosamente!

—Yeonwoo, no estoy tratando de lastimarte. ¡Sal y habla con


nosotros!

—Mira dentro del conducto de ventilación... Por supuesto


que nosotros no cabemos, pero Yeonwoo es delgado, así que
es posible. Quítatelo y mete la cabeza. ¿Está ahí?

—No está aquí.

—¡Mira de nuevo!

Las voces de los hombres clamorosos despertaban uno a uno


a los borrachos que se habían quedado dormidos en sus
habitaciones. Miré al dueño de la habitación tirado en el
suelo, en suspenso, pero roncaba fuerte y ni siquiera se
movía. Fuera, sin embargo, hubo duras protestas de los
huéspedes que se habían despertado.

—¿Qué demonios? Malditos bastardos. ¿Ni siquiera


duermen?

—¿Estás buscando a tu madre? ¡Se está vendiendo a sí


misma, ve a preguntarle por ti mismo!

—Jajajaja ¡Entra y chúpame el pene!

—¿Por qué diablos eres tan malo conmigo? ¿Quieres que


muera? ¡Los voy a demandar a todos!

Los borrachos estaban furiosos por todo el lugar. Es posible


que Whittaker no haya experimentado una situación simular
antes. Cuando abrí la puerta y miré afuera, los
guardaespaldas estaban confundidos y avergonzados. Me
arrastré de puntillas, sin perder una oportunidad. Me las
arreglé para llegar al final de las escaleras. Tuve suerte hasta
que bajé corriendo a toda prisa. Pero eso fue todo.

—¡Yeonwoo! —gritó uno de los guardaespaldas que me


encontró cruzando el estacionamiento del Motel.

Cuando me di la vuelta sin darme cuenta, los guardaespaldas


que deambulaban por el Motel gritaron y salieron corriendo.
También se les vio salir corriendo desde el segundo piso.
Traté de huir a toda prisa, pero ya había guardias allí. No tuve
más remedio que dejar mi coche y empezar a correr.

El Motel, bien abierto al costado de la carretera, no tenía un


lugar para esconderse. Corrí con todas mis fuerzas y
finalmente salté a la hierba, al otro lado de la calle. Iban tras
de mí. Busqué un lugar para esconder mi cuerpo lo más bajo
posible. Por suerte, encontré una pequeña madriguera de
conejo. Inmediatamente, me arrastré dentro y me escondí en
la oscuridad.

—¡Yeonwoo!

—Yeonwoo, sal. ¡Por favor!

—Hablemos, maldita sea. ¿Por qué me estás dando tanta


mierda?

Los guardaespaldas gritaban alternativamente, pero yo me


agaché aún más, volviéndome más pequeño.

Tenía miedo incluso de respirar, así que aguanté la


respiración lo más que pude. El aire de la noche era frío y
húmedo. Quería frotarme los brazos, pero apreté los dientes
y aguanté. Aunque en ese momento...

¡Ah!

Casi grité sin saberlo por un repentino dolor de estómago.


Apenas me mordí los labios y respiré hondo. De repente,
sentí un olor en mi cuerpo. Era mi aroma de Omega. En un
momento como este.

Un sudor frío estalló detrás de mi espalda. Era una suerte que


los guardaespaldas fueran Gamma y no pudieran sentir el
olor. Sin embargo, una vez que saliera, tendría que buscar
otro escondite, porque no era bueno que el olor se
desbordara así. Lo que más temía era el acto de vagar con
Alfas raptando y atrayendo fácilmente a Omegas. No era
común, pero a cualquiera con mala suerte podría sucederle.
Y nunca he tenido tanta suerte en mi vida.

—Uh...

Apenas me tragué un gemido que se escapó de mi boca.


Mi estómago sufría constantes dolores. ¿Qué pasa con el niño?
Las palabras del doctor flotaban en mi cabeza.

“No más inhibidores”.

Pero, ¿qué hacemos? Vayamos al hospital, te verá tan pronto


como amanezca... No, puedo tomar medicamentos, este bebé se
irá. Por lo que, entonces...

De repente abrí los ojos. Me tomó un momento darme cuenta


de la realidad. En ese estado, conteniendo la respiración, me
di cuenta de que había silencio por todas partes. ¿Se rindieron
y se fueron?

—... Oh.

Cuando me moví, me dolió el estómago de nuevo, pero no fue


tan insoportable como antes. No podía moverme debido a la
rigidez de mi estómago. Todo el cuerpo parecía crujir y hacer
ruidos.

Whoo.

Me las arreglé para exhalar una respiración bloqueada. Justo


cuando estaba a punto de levantarme, de repente alguien
gritó:

—¡Hay algo allí!

—¿Qué? ¿Dónde?

Por un momento cerré la boca. Sin darme cuenta, mi corazón


latía como loco. Esperé a que se dispersaran. Cuando me di
cuenta, se me puso la piel de gallina en todo el cuerpo. ¿Qué
fue lo que siguieron por error? ¿Un conejo? ¿Un coyote? De
todos modos, fue una suerte para mí. Si mi estómago no me
doliera en ese momento... Sin saberlo, miré hacia mi vientre.
En ese momento, muchas emociones me sucedieron de
manera complicada.
Me agaché más en la cueva. Esperé a que el sonido se fuera y
luego corrí lo más silenciosamente posible en la dirección
opuesta. Ya era hora de que saliera el sol. El cielo estaba
brillante y poco después, pude estirar mi cuerpo y ponerme
firme convencido de que había logrado mantenerlos
alejados.

—Oh.

Suspiré profundamente después de tragar mi saliva seca.


Bajo el sol brillante, revisé cuidadosamente los alrededores,
pero como esperaba, no pude verlos. Cuando confirmé que
había escapado a salvo, me sentí aliviado y relajado. Me
tambaleé paso a paso y salí del bosque. ¿Cómo averiguaron
donde me encontraba? Por si acaso, seguí caminando en
dirección opuesta al motel.

Recordé que todavía me debía quedar una semana para salir


del Estado Federado. ¿Qué hago? Pensé nerviosamente. Es
posible que lo haya sabido desde hace mucho tiempo. De esta
manera, era solo cuestión de tiempo antes de que fuera
capturado. Casi escupí una maldición. Nada funcionó según
lo programado. Dejé de caminar y cerré los ojos suspirando
profundamente.

Al principio, planeé dejar la empresa de manera secuencial y


mudarme a una empresa estable, incluso si mis ingresos eran
pequeños, y esconderme en silencio. Sin embargo, para
empeorar las cosas, tuve que huir a toda prisa debido al
descubrimiento del ADN. La expresión de Keith en ese
momento todavía estaba frente a mí. ¿Qué estará pensando
ahora?

Rechinó los dientes por querer matar al Omega que le dejó


una marca, pero fui yo, así que, no me matará. La idea me hizo
reír estupefacto. Desde el principio, la idea de esconderme
para siempre, sin que él lo supiera fue una fantasía. Me di una
fría reprimenda. Ahora, el plan que concebí como la siguiente
mejor opción, también era impresionante.

Intentaré cruzar la frontera hacia México o Canadá, pero


Canadá estaba demasiado lejos. La siguiente opción viable
era México. Después de eso, quizás decida volver a Corea o ir
a un tercer país. Lo más necesario, ahora mismo, era un
coche. Sentí pena por el auto que dejé atrás, pero no podía
regresar.

En primer lugar, tenemos que comprar un nuevo auto usado y


hacer un pasaporte falso. Se suponía que iba a encontrarme
con un contrabandista en el Motel donde me quedaba, pero
todo salió mal. Tendré que contactarlo de nuevo... El trato
podría haber terminado de todos modos, porque se rompió
la cita. Todo ha fallado. Quería llorar.

Estaba exhausto después de vagar por el bosque toda la


noche. Si hubiera un Motel cerca, habría entrado
imprudentemente, pero ni siquiera encontré una gasolinera.
Caminé sin energía. Revisé mi teléfono celular, pero no había
señal. ¿Es esto lo que es un dilema?Caminé tropezando por ese
camino sin fin.

✤✤✤✤✤✤

El terrible sol había estado brillando durante horas. Seguí


caminando y sintiendo como si estuviera en medio del
desierto. Si me detenía por un momento, nunca podría volver
a levantar el pie.

—Ah, ah.

El mareo se volvió tan severo que exhalé con dificultad. Estoy


sediento. El interior de mi boca estaba ardiendo y cada vez
que respiraba, me dolía como si mi garganta fuera a
romperse. Si camino recto así, ¿llegaré a México? Pensé en mi
mente confusa.
Un día, vi un artículo sobre el dueño de un negocio que
transportaba contrabandistas en una camioneta. ¿Existen
tales casos? Por supuesto que sí, ¿verdad? Trataré de hacer eso
también. Necesito llamar al contrabandista de nuevo. Si vas a
México, no te perseguirán así.

México. Sí, México. De repente parecía un paraíso en la tierra.


Cuando llegara a México, parecería que todo se iba a
solucionar. Sin ningún problema.

Estaba sediento. Me obligué a producir saliva, pero no


funcionó. Parpadeando con los ojos borrosos, me obligué a
continuar.

¿Cuánto tiempo caminé? ¿Qué hora es? Teléfono móvil,


¿todavía no...?

Levanté mi mano débil y comprobé si había señal, pero no


pude hacer la llamada. Ojalá hubiera algo de sombra. Seguí
caminando y pensando. Si hubiera sabido que iba a hacer esta
ridícula carrera, habría aumentado mi resistencia.

Sí, lo hice. Parpadeé mis ojos nublados. Oh, si lo hubiera hecho.

♬ ♪♪ ♩ ♬ ♩♩...

... No escuché el sonido al principio. Lo estaba oyendo, pero


no me daba cuenta de lo que era. Cuando me enteré
tardíamente de que era el tono de llamada de mi celular, esta
vez mi reacción se desaceleró con sorpresa. Lo saqué, lo
comprobé y, como esperaba, el teléfono estaba sonando. Era
el número de Josh. Apreté el botón a toda prisa, pero terminó
allí. Pensé que la llamada se conectaría de nuevo, pero pronto
se volvió a cortar.

Aunque avergonzado, la esperanza surgió de inmediato, el


teléfono estaba funcionando. Parecía haber una estación
base cercana. Me dio una fuerza impensable. Mis pasos
cansados se aceleraron antes de darme cuenta. Cualquiera es
bueno, así que quería encontrarme con quien fuera. Pensé
que no importaba en qué tienda, si puedo llamar, si puedo
beber agua.

—¡Ah!

Cuando a lo lejos, finalmente encontré la estación de servicio


y el restaurante, casi caí en ese mismo lugar.

✤✤✤✤✤✤

—Bienvenido.

Cuando abrí la puerta y entré, la camarera, que cordialmente


me saludaba, se sobresaltó. Pero no podía permitirme darle
importancia simplemente. Tambaleándome, apenas me
senté en cualquier parte y la esperé sin aliento. La empleada,
indecisa, trajo el menú y lo puso frente a mí. Pero todo lo que
quería era un vaso de agua fría.

Observé con asombro cómo la camarera ponía el vaso sobre


la mesa y servía el agua, tan pronto como estuvo lleno de
agua, lo levanté y me lo bebí todo. Mientras bebía agua, el
interior de mi cuello seguía temblando y mostraba pocas
señales de aflojarse. Solo después de que la sorprendida
camarera lo llenara de nuevo de agua y yo bebiera tres vasos
seguidos, recuperé un poco el sentido.

—¿Está bien, señor? —preguntó la camarera con ansiedad.

Dejé el vaso vacío y apenas respondí:

—... Sí, gracias.

Ella sonrió torpemente y se dio la vuelta después de empujar


el menú frente a mí. Cansado, pero hasta cierto punto
manteniendo la razón, respiré hondo y saqué mi teléfono
celular. Claramente se estaba captando una señal. Traté de no
llorar de alivio y marqué el número. Mientras esperaba a que
Josh contestara el teléfono, sin darme cuenta, volví mis ojos
hacia la televisión frente a mí. La noticia estaba en el aire.
Después de un rato, el timbre dejó de sonar y salió la voz que
había estado esperando.

—¿Yeonwoo?

—Josh —grité su nombre como si estuviera exhalando una


respiración bloqueada.

Le iba a dar un breve relato de lo que ha estado pasando, pero


Josh me interrumpió primero.

—¿Dónde estás ahora? ¿Estás bien?

—¿Qué? Oh... Sí, por ahora. Lo siento, no tengo a quién más


pedir ayuda...

Me sentí avergonzado porque parecía estar molestando a


Josh. Me habría disculpado por hacer una llamada telefónica
mientras él trabajaba, pero Josh lo hizo primero, así que está
bien. Y siempre estaré en deuda con él por cuidarme esta vez.

Eché un vistazo. Afortunadamente, la tienda estaba vacía y


había pocos clientes. Se trataba de ver televisión y tomar café
para un anciano al que le quedaba poco pelo, ver a los
empleados charlando tranquilamente... Iba a hablar sobre lo
que había pasado, pero Josh habló de nuevo.

—Hablemos en alguna parte ahora. En primer lugar... Oh, no.


No puedo salir más. Primero que nada, dime... ¿Dónde estás?
¿Hay mucha gente a tu alrededor?

—No, no hay...

Fue una serie de preguntas extrañas. Estaba desconcertado y


primero le di el nombre y el número de teléfono de la tienda
en el menú. Josh pareció tomar notas, pero inmediatamente
dijo con seriedad:

—Está bien, es bueno no tener invitados allí. Quédate donde


estás. Siéntate en la esquina, tanto como te sea posible.

—¿Por qué estás haciendo esto? ¿Qué demonios...?

Fue entonces, cuando sin querer miré la televisión, mis ojos


simplemente se detuvieron. No podía creer lo que acababa
de ver.

La voz de Josh fluyó en mi oído cuando abrí demasiado los


ojos.

—Keith Pittman, ese hijo de puta, está ofreciendo una


recompensa por encontrarte. Hay un gran premio en juego
por ti. ¿Lo entiendes? Todo el país se está volviendo loco
buscándote. Ahora Yeonwoo es más famoso que la Super
Bowl. Enciendo el televisor y apareces en ella de vez en
cuando. Solo verás fotos tuyas en Internet. A este ritmo, es
solo cuestión de tiempo antes de que te atrapen. Dicen que,
si te encuentran, pueden ganar más dinero del que podrían
ganar en el Powerball. No sé qué está pasando. ¿Qué diablos
le hiciste a Pittman?

Con un final lamentable para sí mismo, Josh colgó. Ni siquiera


podía recordar lo que le respondí. Me quedé allí sentado sin
comprender, con los ojos fijos en la televisión. La imagen ya
había desaparecido, pero no podía apartar los ojos.

✤✤✤✤✤✤

Me desperté con el ruido del lugar. Debí quedarme dormido


mientras esperaba. Sentado solo en la esquina interior de la
tienda, miré alrededor con cuidado. Antes de darme cuenta,
el restaurante estaba lleno de gente. Ya era la hora de comer.
Fuera de la tienda, pude ver varios camiones corriendo
largas distancias. Los camioneros, que volvían a la carretera
después de una cena temprana y un breve descanso,
ocupaban la tienda.

Me agaché para tener el mayor cuidado posible de que no me


vieran hasta que dejaran sus asientos. Sin embargo, el
pequeño movimiento no dejó de llamar la atención. Un
hombre corpulento, que estaba mirando a su alrededor para
llamar a una camarera, repentinamente me miró a los ojos.
Esquivé la mirada a toda prisa, pero no tuve un buen
presentimiento al respecto. No sabía si aquel hombre
simplemente lo dejaría pasar.

Una vez más, vi a un hombre hablando con otro tipo sentado


enfrente. Este volvió la cabeza y me miró. El corazón me
empezó a latir violentamente. Las palabras de Josh volvieron
a cobrar vida.

“Dicen que, si te encuentran, pueden ganar más dinero del que


ganarían en el Powerball”.

Un sudor frío estalló detrás de mi espalda. Dudé y comencé a


empacar mis cosas una por una. Iba a esconderme en el baño
por el momento. ¿Cuándo estará Josh aquí? Miré el reloj de la
pared y ya habían pasado más de dos horas desde que hablé
por teléfono con él. Estaba nervioso observando alrededor.
Los hombres todavía me miraban. Parecía que todos me
miraban desde todas direcciones. No pude soportarlo y
finalmente me levanté de mi asiento. Entonces,
inmediatamente, los hombres se levantaron y se pararon
frente a mí.

—Espera un minuto.

Dudé asombrado por un momento. Dos grandes hombres


comunes parecían inusualmente intimidantes en las
circunstancias actuales. Abrí la boca e intenté ser tan frío
como pude.
—¿Podrías moverte?

—Oye, ¿cuál es la prisa? Hablemos un minuto. ¿Estás solo?

Miré a mi alrededor a toda prisa, pero no encontré señales de


ayuda, solo parecía como si todos estuvieran mirando. Traté
de fingir que no pasaba nada.

—No, llegará pronto.

Entonces el hombre sonrió.

—¿Cuándo? Has estado solo por un tiempo.

El hombre de habla inglesa, con acento sureño, tenía un


aspecto rudo y parecía haber estado bebiendo hasta el
amanecer tras haberse mantenido horas al volante. Otro
hombre con una barba desgreñada sonrió y dijo:

—Vamos a tener una charla informal durante la comida.


Estás aburrido, ¿no?

—No, estoy bien...

—Siéntate.

Rápidamente agarró uno de mis brazos y me obligó a


sentarme en el asiento. Traté de levantarme, pero
inmediatamente los hombres se pararon en el camino.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué estás nervioso? ¿De verdad crees


que haremos algo?

No respondí. Miré seriamente a la camarera que pasaba, pero


esta volvió la cabeza profundamente, como si esto no pasara.
El hombre me empujó tranquilamente por los hombros. Me
derrumbé sobre la silla como si cayera sin pulso. Él miró
hacia arriba encorvado. Aquel hombre pudo oler mi esencia
sin tener que acercarse. Mientras olfateaba, inmediatamente
miró hacia atrás.

—¡Eres Omega, pequeño bastardo! —dijo el otro hombre


riendo, dándolo por hecho—. Es extraño que las feromonas
se desborden así. ¿Es tu ciclo de calor? Huele tan bien. Tu olor
está por toda la tienda. —Entrecerró los ojos y me miró—.
Este... ¿Eres tú?

Mi cara estaba en el papel arrugado que uno de los hombres


sacó de la parte de atrás de sus pantalones. La recompensa
con innumerables “0” también llamó mi atención. Todo mi
cuerpo se puso rígido de miedo.

¿Si no oliera, no habría sido descubierto?

Nunca lo sabría, pero, de todos modos, era un hecho que


debía salir de ahí. Intenté levantarme apresuradamente,
pero el hombre no dudó en agarrarme del hombro y
empujarme de nuevo.

—¿A dónde vas?

El hombre me sonrió.

El miedo me puso la piel de gallina por todo el cuerpo. Aquel


no era el final. Los otros hombres intervinieron en el
pequeño disturbio.

—¿Qué? ¿Qué pasa?

—¿Qué estás haciendo?

Ante aquellas palabras, se fueron levantando uno a uno. Abrí


por completo mis ojos. Un hombre, que había lanzado su
mirada detrás del hombre que me sostenía, se sorprendió.

—Hijo de puta. ¿No es ese el tipo de la recompensa? ¿Verdad?


La recompensa es enorme.
—¿En serio? ¿Ese Powerball?

Hablaron de seguido otros hombres. Los que me habían


atrapado por primera vez se enojaron.

—Piérdete, bastardo. ¡Lo tenemos! ¿Qué estás haciendo?


Vamos. ¡Llamemos rápido!

No era una persona para ellos. Era solo un cheque con un “0”
sellado innumerables veces. Sentí miedo en aquel ambiente
ruidoso. El hombre que le había arrebatado el teléfono
celular a otro hombre, el cual presionaba el número
apresuradamente, me miró.

—Oye, ¿con todo el dinero que hay y estás tratando de


comértelo solo?

—Deberías compartir las cosas buenas, ¿no?

Asintió con la cabeza aquí y allá e intercambió miradas. Los


hombres que me atraparon se miraron avergonzados.

—Deberías haber esperado antes de llamar.

Una parte se enojó cuando la otra parte le atacó con sus


palabras.

—¿Quién lo reconoció? ¿Cómo te atreves a culparme?

—Vamos, no discutamos y terminemos bien. Eso es mucho


dinero para compartir con moderación, ¿no?

Un hombre trató de mediar. Su rostro se notaba lleno de


codicia.

Me pregunté si los hombres que me atraparon se estaban


mirando entre sí, y de repente uno de ellos gritó y atacó a los
demás. Pero era demasiado ambicioso tratar con todos los
hombres él solo. Mientras luchaba, el hombre que me
sostenía me agarró apresuradamente por el cuello y trató de
salir de la tienda. Sin embargo, fue bloqueado a pocos pasos.

—Oh, no, no.

El rostro del hombre que me sostenía se distorsionó cuando


fue bloqueado por tres o cuatro hombres. Un hombre le
tendió la mano. Fue una señal para darme la vuelta. Pero
prefirió abrazarme por detrás y retroceder.

—¡Ponme un dedo encima y le retuerzo el cuello a este tipo...!

Antes de que pudiera terminar lo que dijo, alguien golpeó su


cabeza con una silla por detrás. El hombre se cayó y me soltó.
La estancia rápidamente se convirtió en un desastre. A toda
prisa saqué mi cuerpo, pero un hombre extendió su mano
para atraparme huyendo. Mientras se peleaban entre sí para
quedarse con el dinero del premio, alguien gritó:

—No lo pierdas.

El dueño del lugar envolvió sus manos alrededor de su


cabeza. Mientras yo era atrapado varias veces en mis
repetidos intentos por tratar de huir. Finalmente, pude
refugiarme en el baño.

Cuando entré en la habitación privada y me encerré dentro,


los hombres que me seguían, inmediatamente rugieron y
llamaron a la puerta por todos lados. Miré a mi alrededor a
toda prisa, pero no podía ver la ventana. Sin saberlo, escupí
maldiciones, pero ya era demasiado tarde. No había otra
forma más que aguantar en un retrete estrecho, hasta que
Josh entrara. Me hundí contra la pared, respirando con
dificultad por el horror. La ropa se me había rasgado aquí y
allá. Mientras tanto, los hombres siguieron llamando a la
puerta. Pensé que la puerta se rompería o que vendría
Whitaker. Justo la noche anterior, había pensado que me
estaba siguiendo de cerca.
—¿...?

De repente, un sonido extraño vino del exterior de la puerta.


Cuando escuché con atención, hubo un sonido sordo de
gritos y golpes.

—¡¿Dónde demonios está?!

—¿Quién eres?

—¡Uf! ¡Vamos, espera! ¡Espera un minuto!

Los gritos de los hombres y las refriegas parecieron


continuar durante mucho tiempo, hasta que finalmente se
calmaron. Parpadeé avergonzado. No tenía idea de qué
diablos estaba pasando. Mientras seguía escuchando y
contenía la respiración, de repente alguien llamó a la puerta.

¡Boom, boom!

—¡Ahh! —grité y me agaché, pero un momento después oí


por primera vez una voz desde el otro lado de la puerta.

—Oye, lo tengo todo resuelto. Sal —dijo seguido de un


chasquido como de chicle.

Parpadeé sorprendido. ¿Quién es este chico? Seguía


diciéndome con miedo.

—Tú eres Yeonwoo, ¿verdad? Josh me pidió que viniera.

Al escuchar el nombre de a quien había estado esperando,


inmediatamente me levanté. Tan pronto como abrí la puerta
cerrada, sin darme cuenta tardé en desconfiar.

¿Puedo confiar en ti? Quizás alguien escuchó la llamada


telefónica que mantuve con Josh antes...
No dudé de Josh, pero cuando recordé lo que acababa de
suceder, mi cuerpo no se movió tan rápido. Mientras dudaba,
el hombre abrió la boca.

—Oye, estoy ocupado. Si no sales ahora, me iré solo, porque


yo ya he hecho suficiente.

—...

—Está bien. Vamos, si no sales a la de tres... Uno, dos, tres...

—Espera un segundo.

Cuando abrí la puerta apresuradamente y salí, mis ojos se


encontraron con un hombre con el cuerpo medio girado.
Cuando el hombre se dio la vuelta, tan rápido como un rayo,
respiré asombrado ante la imagen que se presentaba ante
mis ojos. Aquel hombre y yo éramos los únicos de pie, todos
los grandes hombres que venían hacia mí estaban en el suelo,
gimiendo o inconscientes.

¿Lo hizo todo él solo?

Lo miré sin comprender.

En el momento en que nuestros ojos se encontraron, me


sorprendí y me quedé sin aliento. Luego, frunció el ceño
ligeramente e inmediatamente caminó hacia mí. Por un
momento, retrocedí sin darme cuenta. Pero el hombre se
paró frente a mí en solo unos pocos pasos con una gran
zancada. No pude escapar y me tragué la sequedad.

A primera vista, era sorprendentemente alto. Abrió la boca


solo cuando mire hacia arriba con el cuello estirado.

—Soy Dane Striker, amigo de Josh.

—... ¿Amigo?
Cuando se lo pregunté con asombro, asintió, mostrando
signos de gran molestia. Descubrí tardíamente quién era el
hombre que estaba mascando chicle. El hecho de que este
increíble hombre guapo me pareciera familiar, lo recordé en
el momento en que lo vi apartar casualmente sus enredados
cabellos rubio rojizos.

—Calendario...

El hombre detuvo su mano y me miró con el ceño fruncido.


Estaba claro. Era el hombre que decoró la portada del
calendario de los bomberos.
Bésame mentiroso Vol. 4 • Capítulo 3

—Inclina la cabeza hacia abajo.

De repente, ante las palabras del hombre, me derrumbé por


reflejo. Poco después, los autos corrieron hacia el otro lado
de la carretera con un extraño sonido de viento. Después de
contener la respiración por un tiempo, miré cuidadosamente
hacia arriba y noté que la parte trasera del auto se alejaba. Sin
duda, Whitaker y sus hombres llevaron varios de los sedanes
que me eran familiares. Fue impresionante. Dane a mi lado,
exhaló un suspiro de alivio. Después de eso no reaccionó a
nada. Me asusté y lo miré. Mientras conducía el automóvil, el
hombre apenas hablaba. Era un tipo completamente
diferente a Josh, que podía hablar fácilmente con cualquiera
y dirigir una conversación. El hombre que masticaba chicle
haciendo ruido, hizo un globo. Sentado en el asiento del
pasajero, miré con atención, pero a él no le importé en lo
absoluto. De repente recordé lo que había pasado antes.

El hombre que se presentó como Dane Striker dijo que era


bombero. También era correcto que fuera el modelo de
portada del calendario. En ese momento, el personal de la
secretaría colgó el calendario en la oficina y reaccionó con
bastante entusiasmo, y fue extraño ver al protagonista de la
imagen, que tardó casi un año, aunque a primera vista tardé
en reconocerlo. Además, Josh y él eran conocidos. Cuando el
hombre habló de la portada que decoraba el calendario, dijo,
todavía molesto.

“Hice esa foto hace mucho tiempo”. Parecía decir: “Estoy tan
cansado de niños como tú”.

Eso me asustó. Fue como ser un hooligan que conoció a un


jugador famoso.

—Gracias por tu ayuda.


Cuando le agradecí tardíamente, Dane dijo, después de
masticar chicle en voz alta:

—Me alegro. Acabo de pagar mis deudas a Josh. —Luego se


puso las gafas de sol y habló solo—: Ese hijo de puta es un
tipo tan agradable. Le debo la vida.

—¿Qué?

Cuando lo miré con sorpresa, Dane continuó, mirando al


frente.

—Yo estaba en la misma unidad que él. Una granada estalló


y él me salvó —dijo casualmente, aunque obtuve mucha
información.

—¿Josh y tú estaban en el ejército?

—Sí, después de ser dados de alta, él se convirtió en


guardaespaldas y yo en bombero, haciendo esto y aquello. —
Dane, quien dijo eso, de repente me miró—. ¿Por qué no
cierras la boca ahora que has cavado hasta aquí? Odio ir
diciendo tonterías por el mundo.

—... Sí.

Era un tipo duro que no podía considerarse amigo de Josh.


Me callé de prisa y no dije una palabra después de eso.

✤✤✤✤✤✤

La casa de Dane no estaba lejos del centro de la ciudad. Las


casas que se dice, que tienen más de 100 años, eran casas
antiguas de un piso que a menudo se pueden ver en el
camino. Metió el auto en el garaje e inmediatamente abrió la
puerta que estaba conectada a él y entró a la casa. Me coloqué
detrás de él con cuidado.
—Espera un minuto. —De repente me detuvo. Mientras
miraba hacia arriba con vacilación, Dane dijo inexpresivo—:
¿Eres alérgico a los gatos?

—¿...? No, no lo creo.

—Entonces entra. No importa si eres alérgico.

Dane rápidamente escupió y se dio la vuelta. Entré


preguntándome el por qué, pero pronto lo descubrí.

—¡Darling!

Inesperadamente, Dane sonrió alegremente y abrazó al gato


que yacía en el sofá.

Con una sonrisa en su hermoso rostro, el impacto fue


enorme. ¡Dios mío! Si Josh y tú, si los dos caminan por la calle,
las chicas se apresurarían como un enjambre.Realmente lo
pensé. Además, incluso los hombres parecían no dejarlos ir.
Mirándome sin comprender, Dane se dio la vuelta con el gato
en sus brazos.

—Este es Darling. Cuando esté fuera, tienes que cuidar a este


niño. Esa es la condición de que te quedes aquí.

Me advirtió en un tono muy frío que era bastante diferente


de la forma en que le habló al gato.

Sin duda, Dane fue sincero. Dije que sí y asentí. Me miró por
un momento, luego pronto comenzó a darse la vuelta y
guiarme por la casa. Tenía un dormitorio y el otro cuarto se
utilizaba como trastero y estudio. Afortunadamente, había
dos baños. Me permitió usar el baño y el inodoro afuera. A un
lado estaba la caja de arena de Darling.

— La arena está aquí, luego la cambio.


Tenía más salvedades para Darling que para mí.
Curiosamente, Darling nunca lloró y Dane la abrazó en
silencio. Ni siquiera me mostró curiosidad. La razón se
descubrió más tarde.

—Darling es sorda y no puede ver con un ojo, tienes que


cuidarla

Respondí que síde nuevo. Me guio rudamente, pero no estaba


seguro de dónde dormiría. Dane fue sarcástico cuando me
notó dudando, sin saber cómo preguntar.

—Te dije que soy bombero, ten por seguro que te daré
permiso de vivir aquí, pero espero que no seas tan
desvergonzado.

Sacudí mi cabeza apresuradamente.

—Por supuesto que no. Simplemente no sé dónde dormir...

Miró hacia el sofá. Era un sofá viejo y barato que parecía


incómodo de mirar. Pero para mí, incluso eso era sensato.

—Gracias...

—Bien. ¿Ya no tomas inhibidores?

Mi rostro se puso rígido cuando recordé el incidente en el


restaurante. Respondí con dificultad.

—El médico dijo que era mejor no consumir más


inhibidores... por el niño.

¿Qué es este chico? ¿Beta? Muy tarde me puse ansioso. Parecía


Beta cuando vi que no había olor. No podía imaginar que este
hombre fuera Omega. Pero Josh también era un Omega.
Además, dio a luz a un niño. No podía entender qué era este
hombre, así que fruncí el ceño. Era más grande que Josh y en
general más delgado, pero bastante musculoso. Además, era
un hombre de gran fuerza, lo suficiente como para noquear
solo a algunos grandes camioneros. Surgieron sospechas
sobre el cuerpo fuerte del hombre, que parecía tener menos
del 1% de grasa corporal. Sin embargo, Dane no dio más
explicaciones y volvió a poner a Darling en el sofá. Fue el sofá
que me dio en lugar de una cama. El gato acostado
cómodamente en medio del sofá y moviendo lentamente la
cola, me dio vergüenza.

Entró a la habitación, sacó la ropa de cama, me la dejó en el


suelo, sin decir una palabra y volvió a su habitación. Después
de un rato, hubo un sonido de agua. Parecía estar tomando
una ducha. Darling levantó la cabeza como si hubiera notado
algo. Darling, que saltó del sofá, entró de inmediato en el
dormitorio de Dane. Me las arreglé para apoyarme en el sofá
vacío. Me acosté en el lugar donde Darling estuvo sentado y
cerré los ojos.

—... Ay.

Me dolía el estómago de nuevo. Pero ahora no estaba tan


nervioso como antes. Solo pensé que debería ir al hospital
tarde o temprano... Después de todo, este niño no puede
nacer. Con una mente confusa, tomé decisiones difíciles. Lo
siento, pero no puedo. Lo siento. Repetí y cerré mis ojos. Sé que
no es justo para ti. Pero el mundo es así. Mientras daba
excusas, sabía que era un cobarde. Pero fingí no saberlo.

✤✤✤✤✤✤

Pasaron unos días sin siquiera salir de casa. Cuando encendía


la televisión, ni siquiera podía verla sin ver mi cara. Al
principio, solo estaba dentro de la casa como si me hubieran
encarcelado, pero después de unos días, me animé a salir al
patio trasero. Por supuesto, después de varios días de
observación, elegí un momento en el que no había nadie
afuera e hice el intento de salir. Cuando abrí la puerta de la
cocina y salí, había un pequeño jardín. Había un tilo allí, y
Dane se quejaba de que se producían pocas bayas cada año.

Darling tenía poco interés en la llegada de una nueva


persona. Incluso si no podía oír ni ver, podía olerme, pero
mantuvo una cierta distancia sin ser particularmente
cauteloso conmigo ni pegarse a mí. Pero fue porque yo era un
extraño para él.

Un día, Dane, borracho, me dijo que Darling era un gato


rescatado del lugar de un incendio, y que luego fue adoptado
y criado por un hombre discapacitado. Gracias a esto, su
vínculo especial fue tan fácil de entender. Otro día, cuando vi
a Darling rodando y durmiendo en el vientre de Dane
dormido, pensé que era al único que Dane abría su corazón.
De vez en cuando traía mujeres u hombres a casa, la mayoría
de las cuales parecían ser pernoctaciones ligeras. Parecía ir a
clubes de vez en cuando, para encontrar a su pareja sin tener
un amante específico. Hubo momentos en que la cara que vi
volvió a aparecer. Aun así, Dane preparaba un desayuno
ligero y lo acompañaba a la puerta. No había un trato
especial.

Dane me dijo que no preguntara sobre él, sin embargo, no


parecía interesado en los demás. No preguntó nada sobre mí,
gracias a eso me sentí muy cómodo para quedarme. Aunque,
trataba de evitar mostrar mi rostro cuando traía a sus
compañeros. Tenía miedo de que me reconocieran, pero no
había mucho de qué preocuparse. Siempre estaban
intoxicados y también Dane. Esos días solían gritar y tener
sexo durante toda la noche.

A la mañana siguiente, Dane registraba el frigorífico con cara


de cansancio, con un pijama viejo en la parte de abajo y
desnudo arriba. Esos días también yo tenía un mal desayuno;
huevo fritos y tocino, se llevaba dos porciones al dormitorio,
lo compartía bien, luego los despedía en el porche y
terminaba. A veces llamaba a un Uber.

Era una persona única en muchos sentidos. Algunas veces


fumaba, pero no era un dolor de cabeza, y una vez que estaba
borracho se volvía altivo, pero nunca conducía borracho.

—Josh dijo que te acompañara —dijo Dane, rascándose


torpemente su cabellera rubia rojiza, poco después de que se
despertó.

Me dio un momento para responder al comentario


repentino.

—Sí... Sí está bien, acompáñame... por favor. La situación no


es buena.

Llamar a un Uber también me asustaba. Dane respondió


tranquilamente.

—Por supuesto que no lo es. Tu rostro está por toda América


del Norte. El presidente será menos famoso que tú.

No sabía decir si era una broma o algo así, pero no podía


reírme de todos modos. Añadió después de preguntar
cuándo iría al hospital.

—Entonces ¿qué vas a hacer con el niño? Si estás seguro de


que te vas a deshacer de él, tendrás que incluir el tiempo que
has pasado con él.

Tragué mi saliva seca. Me tomó tiempo responder a las


palabras de Dane, aunque iba a hacerlo.

—Incluir el tiempo... que pase con él.

—Bueno —respondió Dane, no me escuchó hasta el final, y


pronto comenzó a hurgar en el refrigerador.
La fecha era dos días después. Si no hay nada especial en el
hospital, me operaré ese día. Tenía la boca seca y las palmas
de las manos sudorosas, así que respiré profundamente unas
cuantas veces.

✤✤✤✤✤✤

Ese día estuvo tan soleado como de costumbre. Sin darme


cuenta de que me dirigía al hospital, abrí los ojos y pasé mi
tiempo como siempre, antes de irme.

Dane vestía prendas de punto rojo oscuro, jeans y zapatillas


de deporte. Yo llevaba prendas de punto del mismo color que
él y también me compró jeans. Dane echó un vistazo por
encima mientras esperaba y dijo brevemente:

—Eso te queda bien.

Saltó a un lado al final de la oración. Salí corriendo detrás de


Dane y subí al coche. El día anterior, llegó temprano a casa y
dijo algo inesperado:

“¿Quieres teñir tu cabello?”.

Tenía un tinte en la mano como si lo hubiera comprado él


mismo. Dane, sorprendido, dijo casualmente:

“¿No deberías al menos cambiar el color de tu cabello? Escuché


que alguien que conozco puede ayudarme con un maquillaje
especial”.

Estaba desconcertado porque no sabía que él se encargaría


de estas cosas.

“Ah... gracias. Pero teñido...”.

Me toqué casualmente el vientre y Dane dijo con calma:

“De todos modos, mañana te desharás de él”.


Me detuve un momento. Sus palabras fueron verdaderas,
pero todo desaparecía cuando llegara mañana. Aunque lo
sabía, no pude responder fácilmente. Al verme vacilar, Dane
puso el tinte en el sofá y se encogió de hombros, dándome a
entender si tenía alguna otra idea mejor. A la mañana
siguiente, cuando me vio con el pelo negro, no reaccionó
mucho. Era como si ya lo hubiera esperado. Trataba de sacar
las bolsas de la compra, como de costumbre. Dentro había
ropa y pelucas.

“Pretender ser una pareja llamará menos la atención”.

“Ah... Gracias”.

Estaba desconcertado porque no esperaba que él hiciera tal


favor.

Después Dane y yo nos dirigimos al departamento de


obstetricia y ginecología en parejas. Cualquiera podía ver una
pareja feliz, esperando la segunda generación. Dane tenía
razón, de esa manera, habría mucha menos gente
mirándome. Además, me puso un pañuelo fino para cubrir
más de la mitad de mi rostro e incluso usé peluca y lentes. La
hora era la última. Incluso se confirmó que no tenían más
pacientes después de nosotros. Usé un seudónimo desde el
principio y me disfracé, así que será difícil reconocerme, pensé.
Además, el recepcionista estaba mucho más interesado en
Josh que yo, por lo que es posible que no recuerde mi cara en
absoluto. Además, hoy presté más atención que antes.

Aprecié la consideración de Dane, hasta que me dio el recibo.


Contenía el costo exacto del tinte, la ropa y todos los gastos
utilizados en el pequeño disfraz. Incluyendo el impuesto.

—... Volveré y te lo pagaré.


Me preguntaba si había algo que no me cobrara como la
electricidad u otros gastos varios. [1] De todos modos, estaba
usando su casa gratis, aunque fuera en parte. Mientras el auto
estaba atrapado en la luz del semáforo, como un hábito, Dane
sacó un chicle y se lo metió en la boca.

✤✤✤✤✤✤

—Vamos...

El hospital estaba tranquilo como se esperaba. Mientras


tarareaba y miraba el teléfono celular, la recepcionista me
saludó a pesar que estaba disfrazado. Inclinó la cabeza como
si no pudiera recordar bien mi rostro y pronto mostró
curiosidad cuando vio a un hombre alto y guapo que entró
conmigo.

—¿Esta es tu pareja?

Me preguntó si era el padre de mi hijo.

Reemplacé la respuesta evitando vagamente el contacto


visual. Pronto se dio cuenta y no hizo más preguntas.

—Llegaste antes de lo programado. Has escuchado todas las


precauciones, ¿verdad? ¿Hay algo más que te gustaría saber?

—Sí.

Estaba nervioso y solo dije una palabra y me callé. Ella me


sentó en una silla sin mucha respuesta, porque esto era
común.

—Simplemente buscaré tus signos vitales. No te pongas tan


nervioso, pronto terminará.

Ella sonrió, como si tratara de animarme. Nuevamente, solo


dije que sí. No pregunté cómo sería el procedimiento. Solo
dijo que rezara para que todo saliera bien. El tiempo pasó
muy lentamente. Mientras esperaba, seguí mirando a la
puerta sin saberlo. Sentí que me levantaría y huiría, así que
junté las manos. Todo terminará pronto. Me convencí a mí
mismo... Todo terminará en un rato.

Fue cuando exhalé un suspiro tembloroso que, de repente,


tuve una extraña sensación en el vientre. Abrí los ojos con
asombro. Mientras tanto, algo se movió de nuevo. Contuve la
respiración. Esta vez pude verlo claramente. Fue
completamente diferente al dolor abdominal que había
sentido hasta el momento. El niño se movió. No lo podía creer.
¿Por qué un niño, que nunca antes se había movido? ¿Por qué
en este momento? Estas ahí, existes en mí.

—Oye.

Me habló de repente Dane.

Cuando miré hacia arriba con sorpresa, la empleada me


estaba mirando. Dijo con una suave sonrisa.

—¿Estás listo? Entremos ahora.

Me levanté del lugar. Mientras caminaba por el estrecho


pasillo detrás de ella, mi cabeza parecía vacía. No había un
sentido claro de la realidad. Ya no se sentía al niño moverse.
De hecho, ni siquiera estaba seguro si fue el movimiento del
niño. Pero todavía no era tan grande. Puede que fuera mi
error. El continuo dolor abdominal pudo llegar esta vez, de
una manera diferente. Pero...

—Vamos, entra aquí. —Cuando seguí las instrucciones en el


vestuario, ella encontró la ropa y me la entregó—. Vístete
bien. Te estaré esperando afuera.

Poco después, me quedé solo.

Mi abdomen entró en mi campo de visión, no era diferente a


antes. Me dijeron que los Omegas no tenían mucha barriga.
Entonces, a veces ni siquiera lo notas hasta el final del
embarazo.

Toc, toc.

—¿Has terminado? —preguntó la empleada que esperaba,


imitando el sonido de los golpes.

Empecé a cambiarme de ropa tarde. Después de un rato,


cuando salí, pronto me llevó a la habitación que estaba al otro
lado del pasillo. Probablemente era un quirófano. Me detuve
en el pasillo, no podía moverme.

Ahora da un paso más y todo habrá terminado. El dolor


abdominal, las náuseas y los mareos que eran tan dolorosos se
habrán ido. Y con eso, terminará toda mi venganza. Keith
nunca tendrá hijos ahora. Siempre estará solo, como yo. Había
decidido que lo haría de esta manera... Pero ¿puedo hacerle
esto a este niño?

Por un instante, di un paso atrás sin saberlo. El personal


parpadeó, asombrado.

—¿Estás bien? —preguntó, pero no pude responder.

Mi corazón latía y mis ojos estaban borrosos. Se me acabó el


aliento junto a mi pecho. Ella entró en pánico y agarró mi
brazo.

—Oh, vamos, contrólate. Mira esto... ¡Señor!

Escuché la llamada urgente de un médico.

El sonido de los pasos de alguien lo siguió, pero no pude


recobrar el sentido. Abracé mi estómago inconscientemente.
Todo mi cuerpo tembló. El doctor me preguntó, sorprendido
de verme sentado quieto.
—Oye, ¿estás bien? Enfermera, primero revisa los signos
vitales aquí. Tráeme alguna silla de ruedas.

El personal se movió rápidamente siguiendo las


instrucciones. Mientras estaba agachado y jadeando, el
médico me habló:

—Cálmate, está bien. Es porque estás muy nervioso. Si crees


que va a ser difícil hoy, puedes reprogramar la cirugía para la
próxima vez...

Las palabras del médico se desvanecieron gradualmente.

Solo mi respiración resonaba rudamente en mis oídos.


Continuó un latido sordo, como el de un corazón. ¿De quién
es este corazón? Mis ojos se nublaron por un momento.

—Doctor. —Logré abrir la boca. Me atraganté y no pude


escuchar el sonido correctamente—. Deténgalo... No quiero
renunciar a este niño... No lo haré, no lo haré.

No fue hasta que escupí mis palabras que me di cuenta.

—Voy a tener al bebé...

Solo entonces supe las palabras que salían de mi boca.

No puedo renunciar a este niño.


Bésame mentiroso Vol. 4 • Capítulo 4

Dane no dijo una palabra de camino a casa. Originalmente era


un hombre que no hablaba mucho, por lo que no había nada
en especial. Me senté mirando fijamente por la ventana.
Toqué mi estómago, aunque no era realista que decidiera dar
a luz a este niño, y ahora el hecho era que este niño estaría
conmigo, en mi vida. El coche redujo la velocidad lentamente,
Dane lo metió en el garaje y entró directamente en la casa.
Darling estaba postrada en el sofá, como siempre. Dane,
quien fácilmente sostuvo al gato en sus brazos, abrió la boca
por primera vez.

—¿Comemos algo?

Excepto por la mañana después de traer a sus compañeros,


no hacía algo en casa. Después de dejar a Darling en el sofá,
Dane rápidamente revisó el refrigerador, sacó los
ingredientes y comenzó a preparar sándwiches. Mientras
miraba alrededor de la cocina preguntándome si había algo
que pudiera hacer para ayudar, miró detrás de mí y dijo:

—Dame los bocadillos de Darling.

Como dijo, abrí la lata y la dejé caer en un plato. Cuando lo


dejé en el suelo, Darling, que había estado moviendo la cola
tranquilamente hasta entonces, miró a su alrededor. Pensé
que lo estaba oliendo, bajó del sofá y encontró el plato.
Mientras observaba a Darling comer pollo en silencio con un
pequeño sonido, Dane, quien rápidamente completó el
sándwich, puso los platos sobre la mesa. Y para él, puso
cerveza y jugo frente a mí.

—Gracias.

Dane solo levantó la mano como si fuera a comer.


El sándwich estaba delicioso, aunque no tenía mucho
contenido. Devoré todo en silencio con el jugo. Hasta el
momento, Dane solo había estado bebiendo cerveza y nunca
tocó su sándwich. Echó un vistazo a mi plato vacío y se puso
de pie de un salto, luego se fue a la cocina sin preguntarme y
rápidamente hizo otro.

—Gracias.

Tomé el sándwich en mis manos, sintiéndome avergonzado.


Esta vez me lo comí rápidamente. Quizás porque estaba
relajado, tenía hambre. Finalmente, me comí tres sándwiches
y Dane ni tocó el suyo. Solo después de estar algo lleno, me
avergoncé tardíamente. Además, Dane no ayudó al
pronunciar unas palabras con indiferencia.

—Estás tan flaco y comes mucho. —No pude responder y


tomé un sorbo de jugo. Dane preguntó, en un tono aún
insensible—: ¿Realmente vas a parir y criar?

Hablando francamente, no estaba seguro. Pero lo cierto era


que no podía darme por vencido.

—¿Estás seguro de que no te arrepentirás más tarde? —


preguntó Dane una vez más, mirándome casualmente—.
¿Estás seguro de que no te sentirás resentido con el niño?

No pude responder fácilmente. No sabía lo que venía. Los


sentimientos hacia las personas no siempre pueden ser los
mismos. Incluso si estás enamorado, se pueden crear otras
emociones. Pero de una cosa podía estar seguro.

—Haré mi mejor esfuerzo, sean cuales sean las


circunstancias.

Dane me miró. Una bella sonrisa vino a su fría expresión.

—Bueno, ¿se puede confiar en un Omega?


Me sorprendió el comentario inesperado. No es que no me
crea, sino que no cree en Omegas. Pero se levantó de su
asiento, sin hablar más. Dejando el sándwich intacto en el
lugar, Dane entró en el dormitorio. Me quedé aturdido por un
momento y comencé a limpiar cada parte de la mesa.

✤✤✤✤✤✤

Al día siguiente, Dane se comportó como de costumbre.


Como siempre, besó a Darling y acarició su cuerpo antes de
ir a trabajar sin siquiera darme una mirada especial.

Solo en la casa, me puse a limpiar. Entré en la habitación de


Dane y la organicé de forma aproximada, fue cuando el
correo en el escritorio destacó. Escuché que estaba listo para
ser enviado. Dudé por un momento y luego llamé a Dane.
Después de un par de repiques de llamada, él contestó el
teléfono.

—¿Qué le pasó a Darling?

Cuando hizo una pregunta al azar, rápidamente la negué.

—No, no es la gran cosa. Encontré el correo mientras


limpiaba... ¿Debería ponerlo en el buzón?

—¿Solo llamaste para eso?

Dane estaba asombrosamente irritado. Respondí con calma:

—Si enviaba un mensaje y lo revisabas tarde, pasará el


tiempo de recolección.

Dane suspiró en vano y colgó el teléfono, diciendo: Dane


suspiró en vano y colgó el teléfono, diciendo: "Hazlo".

Primero ordené las cosas para enviar y guardar en el


escritorio. Aún quedaba tiempo antes de que llegara el
cartero. Además, a esta hora las calles lucían vacías. El
momento fue muy bueno. Salí apresuradamente con algunos
sobres. La zona residencial estaba desierta. Siempre era un
barrio tranquilo, especialmente en esa época del año. Salí de
la puerta principal y fui directamente al buzón; puse un
sobre, levanté la bandera y me di la vuelta. Vi un periódico
tirado alrededor de la puerta principal al azar, lo recogí y
volví a la casa, lo doblé y lo puse sobre el escritorio de Dane.

De repente me vino a la mente una leve nostalgia. Mi


ajetreada vida, mis días de correr por el capricho de Keith,
mis otras secretarias quejándose, organizando materiales de
reuniones, revisando horarios... Me di cuenta tardíamente de
que estaba disfrutando mucho esa vida. Me gustaba estar al
lado de Keith, amaba tanto mi trabajo. Mirando hacia atrás,
sentí que me adaptaba muy bien al trabajo de secretario. A
menudo se decía que era tímido pero competente, y que
estaba bastante preparado para la ocasión. Ojalá pudiera
volver al trabajo.

Me quedé aturdido por un momento y recobré el sentido


tardíamente. No podía estar tan en deuda con Dane para
siempre. Tienes que pensar en una forma de todos modos. ¿No
me encontrará si me escondo en un pueblo lejano y
desconocido?

Como podía aprender a trabajar rápidamente, me gustaban


los pequeños despachos de abogados o los pequeños
trabajos de oficina en las pequeñas empresas. Por supuesto,
no podía esperar una vida diaria más dinámica, que cuando
era el secretario de Keith.

De repente, surgió mi motivación. Rápidamente encendí la


computadora. Dane dijo que estaba bien hacer cualquier cosa
después de que terminara las tareas domésticas. Por
supuesto, me permitió usar la computadora, la condición era
no tocar todos sus datos, pero no importaba porque de todos
modos estaba principalmente en Internet. Lleno del deseo de
encontrar un trabajo, busqué rápidamente en la pantalla.
Cuanto más pequeña sea la ciudad, mejor. Pensé que sería
mejor para tener un hijo y criarlo. Tal vez sea difícil ir al
hospital, así que... ¿Sería mejor dar a luz aquí? ¿Cuánto tiempo
me dejará quedarme Dane? Creo que deberíamos preparar
algo en caso de que Dane nos pida que nos vayamos. ¿Cuánto
dinero me queda?

—Ups.

Accidentalmente hice clic, así que abrí la pantalla incorrecta.


Mientras trataba de cerrarlo rápidamente y volver a abrir la
pantalla anterior, me detuve un momento. Mis ojos
sorprendidos estaban inmovilizados. Me quedé mirando la
pantalla sin comprender. Había una foto de Keith. Sin
embargo, después de mucho tiempo, no estaba solo. Era el
primer hombre que veía con Keith. El hombre de cabello
plateado era más pequeño y delgado que Keith. La cintura,
que era tan extravagante como para caber directamente en
el brazo de Keith, era suficientemente tentadora como para
llamar la atención. Sin embargo, había otra razón para llamar
la atención. Sorprendentemente, el hombre estaba besando
a Keith, con sus brazos alrededor de su cuello. La fecha del
artículo era ayer.

✤✤✤✤✤✤

Darling deambulaba, soltando pequeños gemidos. Abracé


mis rodillas y me senté en el sofá mirando fijamente a Darling
sin comprender. Tengo que moverme. Darling parecía
nervioso porque yo estaba sentado en su asiento. Quizás ese
gato sordo esté protestando ahora. Tal vez esté buscando la
oportunidad de rascarse en el dorso de mi mano.
Estúpidamente, Darling solo estaba comiendo bocadillos.
Realmente no moví mi cuerpo a pesar de que me sentía
patético conmigo mismo. Ahora que lo pienso, parecía haber
estado sentado así durante bastante tiempo. ¿Cuándo fue la
última vez que vi el artículo? ¿12 en punto? ¿Qué hora es en este
momento?. Estaba oscuro fuera de la ventana y ya estaba
oscuro dentro de la casa. Pero todavía me quedé quieto sin
encender las luces. El contenido del artículo flotaba
casualmente en mi cabeza. Un artículo sobre Keith, que
apareció en una joyería famosa, no mencionaba quién estaba
con él. Sin embargo, como lo hizo cuando fue conmigo, estaba
casi seguro de que la especulación de que había comprado
casi todas las joyas de la tienda para el hombre con el que
estaba ese día, era cierta. La evidencia mostró imágenes
claras del personal y los guardaespaldas cargando
mercancías en el automóvil, y el hombre besó a Keith con
ellos en el fondo.

¿Finalmente encontró un nuevo compañero? Pensé sin


comprender. Mirando hacia atrás, era extraño que estuviera
tan obsesionado conmigo. Solo le gustaba en la cama, era
normal, alguna día encontraría un mejor compañero que yo
y me romperia el corazon.

Fue la primera vez que me sentí así. No fue desgarrador, fue


en vano. Me sentí vacío como si me hubieran perforado un
rincón del corazón y mi cabeza estuviera en blanco. Quizás
ese hombre no estaba muy interesado en el hecho de que
estaba solo y tener o no su propio Omega, su vida no es
diferente a la de antes.Soy el único que sentía la soledad. Aún
así, Keith estaba bien, sin mí. Era tan obvio. De repente, una
sonrisa amarga salió y luego desapareció. ¿Qué es este
sentimiento? Me pregunté si mi mente se vaciaría de esa
manera, para que no quedará nada. ¿Es este solo el proceso?.

Pude oír débilmente el motor del coche. Parecía venir, pero


se detuvo cerca. La puerta del garaje se abrió y el motor del
coche volvió a ponerse en marcha. Entonces de nuevo se
cerró el garaje.
—... ¡¿Qué está...?! —gritó Dane, quien entró a la casa por el
garaje.

Una repentina explosión de fuego distorsionó mi rostro.


Tomó tiempo para que la vista, que había estado
acostumbrada a la oscuridad, capturara adecuadamente las
cosas. Parpadeando sin comprender, Dane se acercó a mí
chasqueando la lengua.

—Darling, has perdido tu lugar. —Él, sosteniendo al gato, por


supuesto, se sentó rápidamente a mi lado—. ¿Qué estás
haciendo? ¿Pasó algo?

Fue extraño que me preguntara eso. Respondí: Fue extraño


que me preguntara eso. Respondí: "No".

Todo lo que hice todo el día fue mantener la boca cerrada, y


no podía hacer el sonido correctamente. Dane frunció el ceño
ante mi reacción.

—Espera un minuto. —De repente puso su mano en mi


frente y se sobresaltó—. ¡Oh, Dios mío... Tienes fiebre! —
Dane, que se tragó la maldición a toda prisa, se levantó de un
salto—. Si coges un resfriado, tienes que tomar
medicamentos. ¿Por qué haces eso? ¡Oh, Dios mío, tiene alta
temperatura! ¿No sabes si tienes fiebre o no?

—¿... Fiebre? —murmuré sin comprender y me toqué la


frente.

Inesperadamente, mis manos estaban muy frías. Cuando la


frialdad tocó mi piel, la sensación fue agradable, Dane dejó de
intentar decir algo. Después de descansar un poco, escupió.

—Detente y acuéstate, tienes las manos frías porque tienes


fiebre.
¿Es eso así? Estaba mareado y me acosté en el sofá como me
dijo. Dane me cubrió con una manta, luego se dió la vuelta y
se dirigió a alguna parte. Cuando regresó, llevaba un
medicamento para el resfriado.

—Tomalo.

Tomé la medicina para el resfriado como me dijo, y me reí


casualmente.

—¿Por qué? —preguntó Dane irritado.

Respondí sin energía:

—Solo se toma durante el día —dije. Sorprendido como si de


repente se hubiera dado cuenta. Me reí casualmente—. Es
extraño confundirse entre las que se toman durante el día y
las que se toman de noche a pesar de que el color del sobre
es diferente.

—Tranquilo.

Dane escupió violentamente y me quitó la medicina. Traté de


decirle que estaba bien, pero ya se había ido. Por un
momento escuché un traqueteo. Esta vez tomó más tiempo
que antes. De nuevo, todavía tenía la primera medicina en la
mano.

—No hay nada de comer por la noche.

—Está bien, gracias.

Hablé débilmente y tomé la medicina. Traté de romper el


papel, pero fue difícil. Las puntas de mis dedos estaban
entumecidas y no tenía fuerzas. Al verme fallar una y otra vez,
Dane tomó el medicamento con una mirada patética.

—Ahora.
Dane, que rompió el sobre frente a mis ojos, vertió la
medicina él mismo en el agua. La agitó rápidamente para
derretir la medicina y pronto me dió una taza. Dije: "Gracias"
y me la llevé a la boca.

Dane dijo, mirándome así.

—Dime si es difícil de comer.

Conteste con curiosidad.

—Es difícil de comer.

Dane pensó por un momento y respondió:

—Lo siento.

Me reí a carcajadas y dejé de toser.

Mientras tosía apresuradamente, Dane chasqueo


brevemente su lengua. Intenté tomar la medicina tarde, pero
volví a dudar.

—¿Qué pasa de nuevo?

Dudé en responder la irritante pregunta.

—Bueno, debido al embarazo... No creo que deba tomarlo.

Por primera vez, Dane tenía una mirada estúpida. Apenas


soporté que la risa volviera a estallar. En cambio, devolví la
taza y dije:

—Lo siento.

Dane frunció el ceño y me quitó la taza. Escuché el sonido de


él, tirando el agua y lavando la taza. Cuando regresó, trajo
agua tibia.

—Gracias.
Le agradecí con la voz ronca. Cuando terminé de beber, Dane
me recostó.

—Ahora duerme.

Asentí. Cerré los ojos y traté de dormir, pero


inesperadamente, no pude sentir nada especial. Mientras
esperaba a que Dane entrara en la habitación, me quedé
quieto un rato y abrí los ojos con suavidad. Hice contacto
visual con él de inmediato. Dane, mirándome, se sentó con el
culo sobre la mesa. Lo miré en silencio y abrí la boca.

—... ¿Por qué?

Dane no respondió de inmediato. En cambio, levantó la mano


y barrió el cabello que se pegaba a mi frente.

Un suspiro caliente salió de su boca.

Parpadeé lentamente, con los ojos medio cerrados.

Dane frunció el ceño. Sus ojos entreabiertos parpadearon


lentamente y, de repente...

—Un tipo como tú tiene la peor cualidad...

El comentario repentino me sorprendió. Solo mirándome,


Dane murmuró para sí mismo:

—Ese rostro con el que me miras tan desesperado... derritió


incluso a Pittman.

No pude entender a qué se refería. Abrí la boca, pero Dane se


levantó de repente y perdí la oportunidad.

—No puedo creer que me dejaste esto, hijo de puta.

Simplemente fue directamente a su habitación y tiró la


puerta. Después de un rato escuché el sonido del agua. Era
para darse una ducha después de volver a casa, como de
costumbre.

Estaba perplejo, pero no duró mucho. Al poco tiempo me


quedé dormido profundamente.

✤✤✤✤✤✤

Me desperté con el toque fresco. Mientras levantaba


lentamente los párpados, una cara familiar me estaba
mirando.

—Dane.

Abrí mis labios y dije su nombre. Dane abrió la boca


descuidadamente.

—¿Cómo te sientes?

Sonreí. Sus manos frías, se sentían bien. Dane preguntó,


mientras yo mantenía los ojos cerrados.

—¿Comiste algo durante el día?

Abrí los ojos de nuevo, pero no pude responder.

Volvió a hacer la pregunta, mirándome solo a mí.

—¿Qué quieres comer?

No tenía mucha hambre, pero parecía querer darme algo de


comer. Pensé por un momento y abrí la boca.

—Pudín.

—¿Pudín?

Dane, que leyó la forma de mi boca, frunció el ceño. Sonreí


débilmente y asentí.
—Caramelo.

—¿Caramelo? —repitió mis palabras de nuevo. Mientras


asentía, Dane volvió a preguntar—: ¿Te refieres al pudín de
caramelo?

En lugar de responder, lo miré fijamente. Comprendí tanto el


desconcierto de Dane, que me reí de nuevo sin darme cuenta.
Dane guardó silencio por un momento. No parecía saber si
estaba bromeando o hablando en serio. Apreté mis labios de
nuevo.

—... ¿Es eso lo que quieres comer?

Repetí lo mismo de nuevo: “Pudín de caramelo”

Dane, que me miraba en silencio, suspiró al poco tiempo.

—Estoy cansado.

Miré fijamente mientras él saltaba. No tenía idea, pero lo


decía en serio.

Después de un rato, se escuchó el motor del auto y pronto


desapareció. Me quedé perplejo. ¿Fue a comprarlo? No ha
pasado mucho tiempo desde que salió del trabajo. Se dió una
ducha y volvió a salir por mi culpa. La repentina bondad de
Dane, quién generalmente era duro y sarcástico, me hizo
sentir avergonzado y arrepentido. Nunca pensé que
realmente saldría a comprarlo.

Debes estar cansado... Pensé y cerré los ojos. Mi cabeza


pesada, rara vez se refrescaba. Respiré hondo y me volví a
dormir de nuevo.

✤✤✤✤✤✤

—...
Me desperté repentinamente por el chillante sonido de una
campana. Me senté y parpadeé sin comprender. Hubo un
sonido de nuevo. Esta vez, pude decir qué era. Era la campana
del porche. El tono de llamada siguió y siguió en el transcurso
de la procrastinación. Parecían tener prisa en alguna parte.

¿Es Dane?

Tropecé con el sofá. Mientras caminaba hacia la puerta


principal, siguió tocando el timbre. ¿Por qué no pasa por el
garaje? De repente lo pensé, pero ya era demasiado tarde, ya
estaba abriendo la puerta.

—¿Qué está pasando...?

Mientras hablaba, me endurecí. El hombre de pie junto a la


puerta abierta, era un completo extraño. Como siempre, con
el cabello bien peinado, vestía un traje azul oscuro a la
medida. Como siempre, estaba vestido con un traje perfecto,
de los mejores. Un hombre que es poco probable que alguna
vez use mocasines, pero que nunca ha atado sus propios
cordones de zapatos.

Keith.

Repetí su nombre sin hacer ruido.


Bésame mentiroso Vol. 4 • Capítulo 5 | Parte 1

Mi cuerpo se movió antes de lo que pensaba. Sin darme


cuenta, di un paso atrás e inmediatamente traté de dar la
vuelta y huir. Keith no se molestó en atraparme. Solo estaba
mirando. Puede que no haya sido necesario. Estaba entrando
en pánico y tratando de escapar, pero ni siquiera podía dar
unos pasos y simplemente rodé por el suelo. Keith no tenía
ninguna prisa. Solo estaba mirando mi ridícula figura. Intenté
escapar de nuevo. Tan pronto como estaba a punto de
levantarme a toda prisa, el dulce olor que había olvidado me
rodeó.

—¡...!

Por un momento abrí mucho los ojos. Era la feromona de


Keith. Me estaba echando feromonas de nuevo. Traté de salir
de eso de alguna forma. Sin embargo, era difícil moverme,
incluso levantarme bajo la presión de la fragancia.
Finalmente, Keith se movió y me miró jadear. El sonido
regular de las pisadas de sus zapatos resonó en el suelo. Mi
corazón rebotó rápidamente en consecuencia. Aún así, no me
rendiría. Keith se inclinó sobre mí, que me retorcía para
escapar de alguna manera, aferrándome al suelo.

—¿A dónde vas de nuevo? —susurró, tan dulce como la


fragancia.

Miré hacia arriba con miedo y Keith me sonrió. Estaba


asfixiado y me costaba respirar.

—De nuevo... Feromonas, no la uses. Te lo dije.

Ni siquiera podía hablar porque seguía perdiendo el aliento.


Mirándome así, Keith se volvió cínico.

—Sí, pero ahora eres el único que reacciona a mis feromonas.


—...

—Entonces ¿cuál es el problema con que las use? Me dejaste


una marca sin ningún consentimiento y luego te escapaste.
¿Hay alguna razón por la que yo deba preocuparme por ti?

No pude responder. Sentí como si hubiera usado toda mi


energía para respirar. Pero de alguna manera tenía que salir
de esa situación. Tenemos que correr de nuevo.

—¡...!

Me esforcé mucho y lo miré. Pero no había sonido. En el


mejor de los casos, se trataba de jadear y apenas atraer
oxígeno. Con cada respiración entraban feromonas. No podía
usar mi fuerza. Keith abrió la boca, mirándome,
gradualmente drenado de energía.

—¿No es mi hijo?

Su mirada se volvió hacia mi vientre. Tenía la boca torcida y


un aspecto cínico.

—Fingiste que no eras tú quien dejó la marca.

Keith agarró mi cabello y lo tiró violentamente. Grité y me


alejé. No tuve más remedio que enfrentarlo. Keith abrió los
ojos levemente y susurró:

—Mentiroso.

Me estaba acusando de fraude. No lo negué porque era cierto.


Pero a Keith no pareció gustarle mi silencio.

—Dime cualquier cosa, estoy deseando oír qué otra mentira


inventarás esta vez.

Jadeé con fuerza y abrí la boca.


—Oh, ¿cómo pudo… aquí?

Él soltó una risa breve, como si estuviera asombrado, por


supuesto, nunca fue una risa agradable.

—¿Pensaste que no sabría si te cambiabas de hospital?

Su rostro frío se reflejó en mi visión borrosa. Keith continuó


diciendo:

—El tipo del cual hablaste, ¿es ese chico?

Keith entrecerró sus ojos mirándome intensamente y no


pude decir nada. Esta situación lo convencería aún más con
su teoría de que Dane y yo estamos en este tipo de relación.

—¿Te envolviste y fuiste con ese chico porque estabas urgido


de sexo?

Había una gran cantidad de ira acechando en la voz. Su mano


agarró mi cabello y grité sin darme cuenta. Pero Keith no
parecía capaz de enojarse tanto.

—¿Tuviste sexo con mi hijo aquí? Me follaste, te escapaste.


Jugaste con él, ¿no? ¡Eso debe ser muy refrescante! Pero se
acabó, te encontré. Ya no puedes correr. ¡Eres mío ahora, mi
Omega!

Mientras hablaba, gradualmente se enojó más y más. Las


pupilas de sus ojos poco a poco se volvieron doradas. Incapaz
de controlar sus emociones, las feromonas se derramaron
como una cascada. No pude decir nada. A ese ritmo, parecía
que el ciclo de calor llegaría. No podía soportar sus
feromonas. Keith abrió la boca mientras miraba que estaba
temblando y jadeando.

—Voy a matar a ese maldito hijo de puta.


El bajo susurro estaba lleno de ira. Pero de alguna forma me
sentí amargado y aliviado. Este hombre está solo. Tanto como
solía ser. Pero yo ya no estoy solo porque tengo un hijo. El hijo
de este hombre.

Mis ojos de repente se calentaron. Miré fijamente el rostro de


Keith. No sabía si todavía amaba a este hombre o lo odiaba. E
incluso estás preocupado por este tipo. Solo lo miré. Eso era
todo lo que quería ahora. Solo mirar la cara de este hombre.

La expresión de Keith se suavizó un poco. Me miró a la cara


sin decir una palabra. Las dulces feromonas seguían vagando
a mi alrededor con una mezcla de odio, tristeza y enojo, me
hacía sentir lastima. Cuando inclinó la cabeza, no tenía idea
de lo que pasaría después.

—... ¡Ah!

Un grito salió de mi boca en ese momento. Keith me mordió


la oreja con fuerza. Arrancó violentamente la carne y chupó
la sangre. Me vertió feromonas y trató de dejarme una marca
para hacerme suyo. Me aferré fuertemente y enterré todo mi
cuerpo en sus brazos cayendo sin fuerzas.

✤✤✤✤✤✤

No se me ocurría nada. Solamente pude sentir como el


ardiente dolor de la oreja se extendía dolorosamente por
todo mi cuerpo.

Después de algún tiempo, Keith levantó la cabeza y miro mi


oreja. De alguna manera su expresión parecía como si su
mente estuviese en blanco. También parecía como si
estuviese en shock. Solamente parpadeé y lo miré.

—... ¿Por qué?

Después de un momento, Keith abrió la boca.


—¿Por qué la marca no se queda...?

Su vago murmullo se sintió como si hubiera entrado en


pánico. Keith parecía genuinamente sorprendido. Pero
tampoco pude responder a su pregunta.

La marca de los Alfas no significa nada para los Omegas. De


repente recordé lo que había dicho Grayson:

“Los Omegas son realmente crueles. ¿No es injusto


monopolizar a tu compañero para siempre con solo una
marca?”

Él estaba en lo correcto. La oreja de Keith estaba claramente


marcada por mí. Cualquiera podía ver que este hombre era
mío, y nadie podía absorber las feromonas de este hombre.
Solo yo puedo hacerlo. Ese hombre me pertenecía para
siempre. Pero Keith ni siquiera pudo dejar su marca en mí.
Ese rostro contemplativo fue la prueba. Nunca seré suyo.
Incluso si él me marca, puedo ser o no ser su propio Omega.
Puedo deshacer cualquier marca que fue grabada por un Alfa.
Aislé a este hombre de todo el mundo.

“No es justo”

Las palabras de Grayson resonaron extrañamente en mis


oídos.

✤✤✤✤✤✤

—... Levántate.

Después de un tiempo, Keith abrió la boca, como si apenas


hubiese disminuido el impacto. Su voz sonaba quebrada y
débil. Me agarro del brazo y lo jaló, sin esperar a reponerme.
Me tambaleé, pero de inmediato él me sostuvo con sus
brazos. Ni siquiera tenía las fuerzas para oponerme, así que
estaba simplemente estirado. Keith dejó de tratar de
moverse. Me miró con una expresión extraña. Sentí que
estaba pensando en algo, parecía desconcertado. Pronto la
razón fue revelada.

—... ¿Estás resfriado?

Solo parpadeé ante la repentina pregunta. Keith continuó:

—¿Tu cuerpo está caliente? ¿Es un resfriado? ¿O hay otra


razón?

Tuve una experiencia similar un día. En aquel momento,


simplemente ignoró si estaba resfriado o no, y ahora ¿qué
tengo que hacer? ¿Por qué hacía esta pregunta? El besó a otra
mujer porque no pudo aguantarse. Un recuerdo amargo salto
en mi mente y abrí mi boca con indiferencia.

—¿Por qué no resfriarme? Así irás a acostarte con


cualquiera. Vas a las fiestas, sales y juegas con las mujeres,
igual a como lo hacías antes porque eres ese tipo de persona.

En ese momento, Keith se detuvo. Me miró y abrió la boca.

—Mi Omega eres tú.

Todo lo que pude hacer fue reírme brevemente.

—Entonces ¿quieres decir que no te has acostado con nadie


desde que me escapé? ¿Crees que lo creeré?

Una voz furiosa salió de mi boca. Mientras tanto, Keith habló


con una voz baja y apagada.

—Es cierto, lo creas o no.

—No podías hacerlo por la marca. Antes de eso...

—No lo hice.
De repente Keith me interceptó, como si no quisiera
escucharlo. Pronto, hablo como si estuviera cansado.

—Fui a la fiesta, lo que estás pensando es cierto. Quería


comprobar si eres especial, porque justamente eres tú o si
todos los Omegas masculinos eran así.

—...

—Solamente fue un poco de curiosidad.

Haa... Un suspiro bloqueado fluyó. ¿Es este tipo más


inteligente de lo que pensaba? ¿O simplemente se está
burlando de mí? Todavía piensas que voy a caer en esto.
¿Quién crees que soy?

Cerré la boca sin decir una palabra. Keith me miró y dió un


paso para atrás. Los guardaespaldas estaban esperando
afuera, incluido Whitaker.

Agotado, cerré los ojos y apoyé la cabeza en el hombro de


Keith. Keith me dejó en el asiento trasero del auto sin decir
nada. Cuando recobré la conciencia se escuchó el sonido del
motor de un auto. De repente me di cuenta. Dane estaba de
regreso.

✤✤✤✤✤✤

—¿Qué están haciendo en frente de una casa ajena?

Dane preguntó ni bien bajó de su coche. Estaba más irritado


de lo habitual.

Tenía que decirle a Dane que lo sentía y agradecerle, pero


estaba tan cansado. Apenas era capaz de mover mis labios,
estaba simplemente cayendo sin fuerzas, y Dane me vio.
Luego se volvió hacia Keith, en cuanto lo reconoció su rostro
se distorsionó como si estuviese abucheando.
—¿Lo estás secuestrando?

—Solo estoy tomando lo que me pertenece —dijo Keith con


frialdad—. Si quieres compararlo con un crimen, entonces tú
eres un ladrón, ya que te robaste lo que es mío.

—¿Solo estaba ayudando a un pobre Omega que se escapó


del villano? —respondió Dane que obviamente estaba siendo
sarcástico.

Keith guardó silencio por un minuto. Luego abrió la boca y


con una voz baja, como tratando de contener su ira dijo:

—Este tipo se escapó con mi hijo en su vientre.

Ante ese comentario Dane dijo:

—¡Oh! —Y luego abucheó—:Supongo que no le gustó que


fueras el padre de su hijo.

Keith otra vez permaneció en silencio. El olor a feromonas se


hizo más espeso. Dane dijo profundamente,
independientemente de su enfado. Como si valiera la pena.

—La mayoría de la gente no es buena para admitir la verdad.

Keith apretó su mandíbula y rechinó sus dientes fuertemente


como si estuviese por escupirlos. Apretó sus puños varias
veces.

—Deberías agradecer que no te mate.

—Vaya, tengo tanto miedo que me voy a mear. —Dane fue


sarcástico hasta no poder y agregó: —¿Por qué no? Mi cuello
está aquí y el corazón está justo aquí.

Dane estaba provocando a Keith sin ningún temor. Sin


embargo, inesperadamente, las espesas feromonas pronto
desaparecieron. Me alegré por eso, ya que mi respiración se
volvió más fácil. Keith, quien me miró, cerró la puerta del
auto y movió sus pasos hacia el otro lado. Cuando Whitaker
abrió la puerta del auto, Dane dijo en voz alta desde atrás:

—También eres un cobarde y un fanfarrón.

Keith dejó de subir al coche y lo miró. Sus feromonas fluyeron


hacia mí de manera más estable. No pude evitar
sorprenderme de que Keith fuera razonable a pesar de la
situación. Abrió la boca con calma.

—Si te mato, no podré convencer a Yeonwoo. —Keith se rio


brevemente, pero jamás fue una risa sincera—.Por favor
cuídate, Dane Striker.

—Estarás agradecido de que tus guardaespaldas Gamma


estén aquí.

Ante las palabras de Dane, Keith se volteó hacia él de nuevo.


Dane abucheó casualmente:

—Si no estuvieran aquí te patearía el trasero.

—... Es una verdadera lástima para ambos.

—Estoy de acuerdo.

Keith, quién lo miró ferozmente, finalmente subió al coche.


Luego de cerrar la puerta, el conductor puso el auto en
marcha. Hasta entonces, solamente me quedé sentado,
aturdido y mirando por la ventana. Lo hizo parecer como si
fuese una persuasión, pero en realidad fue una amenaza. Es
una advertencia para mí. Si escapo de nuevo, no dejará a
nadie a mi alrededor en paz. Miré por la ventana en silencio.
Cuando el coche dio un giro en forma de U pude ver a Dane,
quien miraba el coche con un rostro inexpresivo. Pero ni
siquiera pude agitar mi mano. Todo lo que pude hacer fue
suspirar amargamente al verlo desaparecer en un instante.
Keith abrió la boca solo después de que el automóvil entró en
la carretera.

—¿Cuánto tiempo llevas con ese tipo?

Abrí mis ojos ante la repentina pregunta. Volteé la cabeza y


pregunté:

—¿Cuándo lo conocí? ¿O cuándo empezamos a acostarnos?

Keith, instantáneamente apretó su puño. Lentamente aflojó


su mano, las articulaciones estaban blancas por la fuerza
ejercida. Pronto, dijo en voz baja como de costumbre:

—¿Cuándo comenzaron a acostarse?

Sin pensar, miré hacia otro lado y respondí:

—¿Eso que importa? ¿Le he preguntado alguna vez al señor


Pittman con quién y por cuánto tiempo durmió?

Keith guardó silencio por un momento. Por supuesto no tiene


nada que decir ante eso.

—... ¿Qué pidió a cambio de esconderte?

Se volteo y dijo con una voz tranquila. Después note lo que él


tenía en mente. Keith me estaba mirando de manera fría.

—¿Ese era el único lugar al cuál ir? Después de huir tan


intensamente... ¿Al final terminaste en la casa de ese tipo?

—Gracias a alguien, fui buscado en todo el país. —Fui


sarcástico y fruncí el ceño—. ¿Desde cuándo supiste sobre
Dane? ¿Le hiciste una verificación por ti mismo?

—¿No pensaste que sería el primero en enterarme de él tan


pronto como supe dónde te estabas quedando? —Keith se
volvió cínico y siguió hablando—: Es un tipo libertino. ¿Se
acuesta con diferentes personas cada día? ¿Dormía con otros
frente a ti, aunque estabas allí? ¿O hacían tríos?

Estaba sin palabras porque era absurdo. ¿Ahora estás


cotilleando sobre Dane frente a mí? Solo solté un fuerte
suspiro y volví a ser sarcástico.

—Incluso si Dane se acuesta con alguien más frente a mí,


¿qué importa? No es la primera vez que paso por eso.

—¿Estas defendiendo a ese hijo de puta y culpándome?

Parecía como si preguntara, porque estaba enojado consigo


mismo en vez de estar enojado con Dane. Me sentía furioso.

—¡Para empezar, Dane es alguien a quien no tengo en mi


corazón!

—... ¿Dije algo que no te gustó?

—¿No es así?

Keith se calló, pero continué:

—¿Quién diablos le está diciendo libertino a otra persona? Sr.


Pittman, ¿acaso se olvidó que yo estaba a cargo de su agenda?
Bueno, dices que no puedes recordar nada debido a que las
feromonas se amontonan. ¡¿Cierto?! ¡Eso es realmente
conveniente! ¡Que impresionante es la cabeza de un Alfa
dominante! Lo vi besándose y tocando frente a mis ojos a otra
persona, pero si dice que no lo recuerda... ¡Se acabó,
problema resuelto!

No sé, por qué sigues hablando y cavando tu propia tumba.


Bueno, es un hombre que no sabía qué tipo de vida estaba
llevando hasta ahora. Pensé con malicia. Si hubiera mirado un
poco hacia atrás, diría que el silencio es oro. Había silencio. No
dije nada más. Keith miró por la ventana durante un tiempo
y finalmente abrió la boca.
—Pensé que, si me acostaba con otra persona, las cosas sobre
ti se enfriarían, pensé que no sería nada.

—Entonces si te seguías acostando. ¿Por qué me


perseguiste?

¿Estaría menos herido si él no lo hubiese hecho?Mientras


estaba pensando en esto de repente, Keith suspiró como si
estuviera harto.

—No sé, no puedo lograr tener una erección.

—... ¿Qué dijiste?

No supe qué decir y pregunté sin pensar. Keith miró hacia el


techo una vez.

—No logré levantarlo, así que estaba pensando si debería o


no hacerlo hasta el final. Me preguntaba si era porque había
aguantado tanto sin hacerlo, pero ni bien te vi se paró
inmediatamente. —Keith, dijo eso y de repente se irritó—:
Mierda. ¿Por qué debo estar explicando esto?

Enfurecido, golpeó la puerta del coche con su puño. Por un


momento su rostro estaba arrugado por el enojo. Ambos nos
callamos. Pero no creí en sus palabras en absoluto. Eso fue
incluso antes de que yo dejara la marca. Pero ¿quieres que te
crea que no consigues tener una erección sin mí? Sin
mencionar que cuando las feromonas se acumulan, los Alfas
se vuelven más promiscuos que los animales. Como si nada,
de repente acepté la realidad. ¿Qué importa todo esto ahora?
¿Qué importa si este hombre haya tenido sexo con otra persona
o no? Las palabras que me lastiman no desaparecerán. Y
volverán de vez en cuando a lo largo de mi vida para
atormentarme.

Miré por la ventana otra vez sin decir nada más. El camino de
regreso a la mansión era interminable. No dije nada,
solamente apoyé la cabeza sobre la ventana del coche. Mi
cara reflejada en el cristal estaba locamente devastada.
Simplemente íbamos por un camino largo sobre la carretera,
pero de pronto el conductor habló por el micrófono.

—Señor Pittman, estamos en control vial de emergencia


debido a un incendio forestal. Parece que será difícil volver a
la mansión en este momento. ¿Qué debo hacer? Si tomamos
un desvío, no llegaremos hasta mañana por la mañana...

Pude ver un humo negro elevándose por el oscuro cielo


nocturno. Otro incendio forestal, me preguntaba si Dane
estaba viendo las noticias en casa porque dejó el trabajo.
Estará sentado en el sofá sosteniendo a Darling y bebiendo
una cerveza. La imagen en mi mente vino tan natural que
solté una pequeña sonrisa. Pero eso fue todo. La expresión
desapareció de mi rostro y de nuevo pude ver el reflejo de mi
cara en la ventana del coche. Pronto, escuché la voz de Keith.

—Ve al hotel que está cerca de aquí. Dile a Whittaker que


consiga una habitación de inmediato. Tomaremos un
descanso y nos iremos mañana por la mañana.

—Está bien.

Pronto, apagó sus altavoces.

De repente, recordé que había una habitación en el hotel que


estaba vacía durante todo el año. La habitación, de la cual
Keith siempre renovaba el contrato, todos los años. Esa
habitación era usada únicamente para tener sexo. Keith
llamaba a sus amantes para encontrarse allí y tener sexo
antes de regresar a casa. ¿Va a ir a este hotel esta vez?Después
de unos momentos, el conductor volvió a encender el altavoz
y habló:
—Es difícil reservar varias habitaciones a la vez debido a la
temporada alta. En su lugar, puede usar la habitación que
siempre ha estado usando. ¿Qué debo hacer?

Keith dio la orden sin pensarlo profundamente.

—Hazlo.

—Bueno.

Pronto, el coche cambió de carril y tomó otro camino. Solté


un pequeño suspiro.

—Ahh...

Eso fue todo.


Bésame mentiroso Vol. 4 • Capítulo 5 | Parte 2

—Bienvenido, Sr. Pittman.

El gerente del hotel, que había sido contactado


anticipadamente, con una sonrisa profesional en su rostro,
dio la bienvenida a Keith, tan pronto como este bajó del
coche. Keith rápidamente me tomó en sus brazos y caminó
con indiferencia. El gerente lo alcanzó de inmediato y lo guio
directamente al ascensor.

—La habitación fue preparada como lo indicó. También


preparamos habitaciones adicionales para que sus
guardaespaldas se hospeden, pero lamentablemente no
había vacantes en el mismo piso, por lo que los ubicamos
abajo. Espero que no le importe.

El lugar que Keith usaba era un Pent-house con solo dos


habitaciones. La forma consistía en 2 habitaciones, una frente
a la otra divididas por un pasillo. Quizás era natural que no
hubiese lugar. Keith asintió brevemente sin mucha reacción.

Luego me sostuvo en sus brazos hasta que llegamos a la


habitación. La cantidad de feromonas que desprendía era
mucho más baja, pero no dije nada porque estaba
completamente sin fuerzas debido a la fiebre. Cuando
Whitaker pasó la tarjeta para abrir la puerta de la habitación,
repentinamente recordé y murmuré:

—Debo ser pesado...

Keith bajo su mirada captando el débil susurro.

—¿Estas bromeando?

No respondí nada más ante su molesto bufido. Keith dio un


paso adelante y se dirigió directamente al dormitorio. Como
si ya conociera perfectamente la estructura, no dudó ni por
un momento.

Claro que sí... Pensé con amargura. Estoy seguro que ya


llegaste a cansarte de esta habitación. Keith solía preparar
encuentros en ese hotel para tener sexo e implemento varios
cambios por si no estaba a gusto con algo. Igualmente, este
hotel se ha utilizado durante años. Aparte de eso, el confía en
el servicio del hotel porque este parece estar al día con sus
gustos difíciles de complacer. Él tiene mucho dinero y puede
ser tratado de forma muy especial y, además, es un Alfa
dominante. Mientras pensaba en eso, Keith me acostó en la
cama, y clavó intensamente sus ojos en mí por un momento.

Oh, ahí me di cuenta.

—... ¿Qué estás haciendo?

Keith frunció el ceño mientras yo me quitaba la camisa. Hable


terriblemente exhausto por la fiebre.

—... Es lo que quieres hacer, ¿verdad?

—...

—Creo que será posible que lo hagas dos veces, así que
súbete encima de mí. En cambio, no voy a hacer nada.

Keith me miró sin comprender mientras le hablaba sin


energía. Seguí quitándome la ropa y finalmente preguntó con
un suspiro:

—¿Cuándo pedí que tuviéramos sexo?

—Entonces ¿cuál es la razón por la qué me trajiste aquí? —


pregunté con la voz quebrada por la fiebre—. Cuando
quieras, puedo solamente abrir las piernas, ¿verdad? ¿Qué
otro uso puedo tener para ti?
Por un momento, Keith se quedó en silencio. Solamente me
miraba con una expresión deprimida y pronto soltó un
suspiro.

—¡Oh, Dios mío...! ¡Ya te lo dije, no te tocaré mientras estés


enfermo!

—Si piensas en aguantar y salir corriendo en busca de otro


amante para hacerlo, entonces mejor hazlo ahora. O renuncia
a mí completamente.

Keith estaba perplejo. Como si yo estuviera diciendo


tonterías. Pero ¿qué más quiere este hombre de mí además de
sexo?Abrió la boca para decir algo, pero lo detuve.

—Si vas a decir tonterías, como que me amas o algo así, mejor
déjalo.

Por un momento, Keith se detuvo. Me reí nerviosamente de


él porque parecía que se había quedado sin palabras.

—Me estás diciendo que no me tocarás. ¿Hablas en serio?

—Estoy hablando en serio. —La complexión de Keith se


volvió pálida—. Puede que no lo creas, pero no dormí con
nadie desde la primera vez que me acosté contigo.

—¡Tu amante estaría tan feliz de escuchar eso!

Cuando grité el frunció el ceño y dijo:

—¿Qué quieres decir con amante? ¿Ya olvidaste que me


marcaste?

Estaba enojado, pero no me detuve y seguí hablando:

—Los vi besándose.

Keith suspiró y se pasó la mano por el pelo con rudeza.


—¿De qué diablos estás hablando? ¡Habla claro para que
pueda entenderte!

Por fin, su voz se elevó. Sin dudarlo, derramé todas las


palabras que se habían acumulado dentro en mí.

—Hubo varios artículos escandalosos dando vueltas por aquí


y por allá. Decían que asaltaste todas las joyerías y que,
aunque antes no te acostabas con hombres parecía que tu
disgusto ha desaparecido. ¿O será que no estás feliz con el
sexo porque es un chico Beta? ¿Es por eso que ahora quieres
acostarte conmigo? Dicen que el sexo con la pareja marcada
es incomparable. Cuerpo y mente de forma separada. En ese
caso puedes hacer lo que quieras, “la violación” es tu
pasatiempo. ¡¿No?! ¡Usa esas malditas feromonas y haz todo
lo que quieras, como lo has hecho hasta ahora!

Inesperadamente, la reacción de Keith fue tranquila. Después


de derramar todos mis sentimientos, me desmorone. Cuando
mi respiración agitada se calmó, Keith abrió la boca.

—Ese era Ángel.

Inesperadamente parecía muy cansado. Levantó las manos y


las volvió a bajar, murmurando:

—¡Dios mío! ¡Jamás en mi vida haría algo así con él! Sobre
todo, sus amantes intentarían matarme primero... ¡Oh, Dios
mío! ¡Eso es ridículo...! —Keith exclamó de nuevo—. ¡Dios!

Su reacción fue tan vivida que era imposible considerarla


como falsa. Pero, por otro lado, todavía era difícil de creerle.
¿Es el Omega que dio a luz a Keith? ¿De Verdad?

—Le dije que eligiera joyas para él... —continuó Keith, con
desesperación—... Parece que hubo algo que ofendió a Ángel.
Estaba en una situación en la que todos tenían que aliviar mi
estado de ánimo, pero desafortunadamente, me agarré con
él.

Sacudió la cabeza y rechinó los dientes.

—Diablos, no estaba cuerdo y ni en la condición para poder


buscarte, pero sí o sí tuve que hacerlo.

Cuando no respondí nada, Keith murmuró para sí mismo:

—Incluso si no lo estaba, le dije a Emma que impusiera


sanciones a aquellos medios porque había demasiados
artículos innecesarios y ridículos últimamente.

Bueno, Keith evalúa a una persona por sí mismo, nunca


compara a una persona con la otra. Recordé uno de sus
puntos fuertes. Keith suspiró brevemente, frotándose las
cejas como si le dolieran.

—Ahora que se ha publicado la foto de Ángel, habrá otro lío.


—No dije nada. Keith me miró—. ¿Ya dijiste todo? ¿Alguna
pregunta más?

Por un momento me sentí preocupado. Ya sea para


disculparme o no. La conclusión fue mantener la boca
cerrada. Razoné que esto no es nada comparado con todos
los malentendidos o a los comentarios groseros que me ha
hecho. Keith cerró mi camisa sin decir nada.

—¿Qué debo hacer si estás resfriado? ¿Debería darte un baño


para mantenerte caliente? — De repente frunció el ceño—.
¿Eso te provocaría aún más fiebre? Debería traer hielo para
enfriarte.

Siguiendo los principios básicos de la materia. Keith estaría en


lo correcto, pero yo era un ser humano, así que era diferente.
Le di una pista en voz baja.

—Busquemos en internet.
—...

Cosas como esta siempre han sido buscadas y organizadas


para él por mí y otras personas. Cuando Keith estaba curioso
o necesitaba saber sobre algo solo tenía que decir "búscalo"
o "tráelo". Entonces, toda la información y respuestas que
quería aparecían frente a Keith. Y todo en menos de una hora.
De repente, me pregunté si este hombre sabía cómo navegar
por Internet. Creo que no tanto. Amablemente agregué un
comentario mientras él aún estaba en silencio.

—Si ingresa el término de búsqueda en el navegador y


presiona adelante, aparecerán términos de búsqueda
relacionados.

✤✤✤✤✤✤

Me quedé dormido. Cuando abrí los ojos, Keith estaba


sentado en una silla junto a la cama. La habitación estaba casi
a oscuras, solo había algunas pequeñas luces encendidas.
Aunque no era lo suficientemente brillante como para leer,
estaba haciendo algo en su tablet. Lo observé en silencio.
Keith parecía no haber cambiado mucho desde la última vez
que lo vi, pero algo en él se notaba diferente. Sobre todo, se
veía más delgado que antes. A este hombre atractivo,
musculoso y robusto, ahora los huesos de sus mejillas se le
marcaban más y hacían que su rostro se viera más elegante y
prominente que antes. Gracias a esto, su fría expresión
habitual se volvió algo agria. Las pestañas que se
balanceaban con cada lento parpadeo, proyectaban una
sombra profunda en su rostro. Ver su rostro de esa forma me
hizo sentir incómodo. Keith, de repente notó que lo estaba
observando y levantó la cabeza. Momentos después de que
nuestros ojos se encontraron, dejó su tablet sobre la mesa de
noche.

—¿Hay algo que necesites?


—¿...No estás ocupado? —pregunté débilmente.

Él respondió en voz baja:

—Consuma mucho líquido, manténgase fresco cuando la


fiebre suba y caliente su cuerpo cuando la temperatura
baje,manténgase limpio y coma alimentos ligeros de a poco y
con frecuencia. En caso de estar embarazado, asegúrese de
consultar a un médico antes de obtener una receta.

—...

—¿Hay algo más que deba saber?

Parpadeé confundido y pregunté:

—¿Lo estabas averiguando hasta ahora?

—Me dijiste que lo hiciera. —Keith respondió con


indiferencia y pronto cambió de tema—. Parece que la fiebre
bajo.

Poco después, Keith sacó el termómetro de la mesa auxiliar.


El termómetro electrónico insertado en mi oído emitió
instantáneamente un pitido. Keith, quien comprobó los
números, dijo:

—Ya no tienes fiebre, ¿puedes bañarte? ¿O será mejor comer


algo primero? —No pensaba en comer algo porque mi boca
estaba muy seca. Keith volvió a preguntarme en voz baja—.
¿Hay algo que quieras comer? No será difícil comer de
inmediato, ¿verdad?

Pronto entrecerró un poco sus ojos y rio de forma juguetona.

—¿Qué tal un pudín?


Fue la primera vez que vi el rostro de Keith de esa forma. Me
quedé fascinado. Seguía sonriendo mientras que con su
mano barrió a un lado el cabello de mi frente.

—Voy a traerlo para ti.

Se levantó rápidamente y salió del dormitorio.

Al regresar, al cabo de un rato, trajo un pudín y una cuchara.


Me senté con su ayuda, pero en realidad no me entregó el
pudín. Keith se sentó junto a la cama y abrió la tapa él mismo.
Ese no fue el final. Para mi sorpresa, tomó un poco del pudín
con la cuchara y tendió su mano.

—... Puedo comerlo solo —dije en voz baja y él río


brevemente.

—Quiero hacerlo.

Con su mano acercándose, abrí la boca. El blando pudín se


derretía en mi paladar. De repente, Dane vino a mi mente. Ni
siquiera pude darle las gracias por cuidar de mí. Algún día,
también le mostraré mi gratitud a Josh. Al menos los invitaré
a cenar.

—¿Qué ocurre?

Keith me preguntó ya que me desconecte por un momento.


Rápidamente regresé a la realidad y abrí la boca.

—Nunca he visto un hotel con pudín en un refrigerador.

Entonces Keith dijo en voz baja:

—Es porque le dije al gerente que lo llenara. —En ese


momento recordé el refrigerador en la mansión. Me
respondió con indiferencia—. Si no, haría falta en el
refrigerador.
Por un tiempo me costó encontrar la manera de reaccionar
ante todo eso, así que solo lo miré. ¿Era este hombre una
persona tan delicada? Además, no podía comprender todas
las acciones que realizó desde que me trajo aquí. Él estaba
actuando como si realmente se preocupara por mí.

¿Keith se da cuenta? ¿Sabe lo que dice y lo que hace? Y cómo


otros pueden percibir esas acciones. Cambié de tema antes de
que eso rompiera mi corazón de nuevo.

—... ¿Qué pasó con tu RUT?

La respuesta a esa pregunta era obvia. Seguramente me


devolvería la razón con sus arrogantes palabras. Pregunte de
nuevo con confianza:

—Estoy seguro de que no vino, pero... no me importa si


abrazaste a alguien durante ese tiempo.

Fingiendo ser generoso, guardé silencio por un momento.


Miré a un lado y mi mente fue hacia un rincón sombrío de mi
corazón. Está bien, no me lastimará cuando lo escuche. Porque
este hombre originalmente era así. Es solo para confirmar que
es un hombre de poca confianza.

—Me llego 2 veces.

Keith sonrió amargamente de forma inesperada. Estaba


nervioso y agarré la sábana sin darme cuenta. Keith dijo
insignificantemente:

—Esperé mucho tiempo para estar bien, pero me sentía


culpable. Desafortunadamente estaba solo en la isla.

—¿...Una isla?

Le pregunté de nuevo ante su inesperada respuesta.


—Sí. —Y se rio brevemente de nuevo—. Así no me acostaría
con nadie para dejarlo embarazado... A menos que me tirara
a una lagartija de las que estaban tomando el sol sobre las
piedras.

Y agregó en voz baja, como diciéndoselo a sí mismo.

—No creo que pueda hacer concebir a nadie más, ya no.

Entonces pensé para mí mismo. Es imposible, a menos que sea


yo. Pero todavía no lo podía creer, así que pregunté con
sospecha:

—¿Ambas veces?

—Ambas veces.

Aun así, la respuesta de Keith era sombría. Lo miré en busca


de respuestas.

—¿...Cómo?

No dirá que fue una coincidencia. La respuesta obtenida con


tanto esfuerzo me sorprendió de nuevo.

—Estuve allí con anticipación porque pensé que mi RUT


estaba por llegar. No dejé que nadie me contactara o visitara
hasta que terminó.

—Igualmente ninguna de las islas que posees está tan


deshabitada...

—Oh, compré una. Debido a la prisa, solamente construí una


instalación que me permitiera quedarme durante un par de
días.

El respondió de manera tan insignificante, como si hubiera


comprado un helado, dando un paseo. Por supuesto que eso
no era nada para este tipo. Pero ¿por qué tienes que ir tan
lejos? Todavía no podía procesar toda la información.

—Afortunadamente, nunca perdí la memoria. Steward dijo


que la marca estabiliza las feromonas, por lo que el RUT pasa
de forma más ligera.

—Pero eso debió ser doloroso.

—Sí, lo fue —dijo Keith y continuó—: Pensaba que si podía


tenerte en mis brazos... realmente no tendría nada más que
desear.

Sonrió levemente, como si estuviera recordando el pasado.


Pero pronto la sonrisa desapareció y Keith me miró
fijamente.

—... Más bien —murmuró en voz baja como para sí mismo—


. Ojalá me hubiera vuelto loco. —De repente, sonrió con
amargura—. Ni siquiera puedo volverme loco ahora.

Sus feromonas no se acumularán más. Mientras yo no muera


y mi marca persista. Sus feromonas ya no serán un peligro
para él. Pero ¿por qué tienes esa expresión en tu rostro?

—... ¿Por qué estás sufriendo? pregunté porque no pude


entender la razón.

—Porque... —Keith levantó la mano y posicionó la punta de


su dedo sobre mi oreja, abrió su boca y dijo mirando mi oreja
herida—... Tú ya no me amas.

Yo no respondí. Realmente parecía estar llorando. ¿Alguna


vez has visto a Keith con una expresión así? Y había visto sus
diversas caras: sonriente, alegre, irritable, ridícula, cariñosa.
Pero no vi ninguna como la expresión de ahora. Sobre todo,
Keith estaba llorando, eso no podía ser posible. Es solo
porque no pudo marcarme.
—¿Qué importancia tiene para ti lo que hay en mi corazón?
—respondí con desesperación—. Fuiste tú quien dijo que no
lo necesitaba.

Keith no respondió por un momento. Sus manos cayeron sin


energía.

—Sí.

Sonrió con amargura.

Aún con el rostro distorsionado dijo:

—¿Por qué hice eso?

—Simplemente fue porque no lo necesitabas —respondí


honestamente.

Keith no dijo nada por un momento. Durante mucho tiempo


solo se limitó a mirarme la cara. Pensé en decir algo, pero no
lo hice. Quizás no pude. Lo deje así, solo consigo mismo.

—... Ese día... ¿te visité?

No dijo exactamente a qué día se refería, pero me di cuenta.

—Sí —respondí brevemente.

Keith enterró su rostro entre sus manos y suspiró


profundamente.

—¿Por qué no te rebelaste?

No lo dijo como si intentara culparme. No estaba


familiarizado con esa voz llena de angustia y resentimiento,
pero respondí con calma.

—Fue imposible debido a las feromonas.


Keith dejó de respirar. No sabía lo que estaba pensando, pero
no pregunté. Solamente agregue amablemente:

—Así que hice lo único que pude. Puse una marca en tu oreja.
—Se quitó las manos de la cara y levantó lentamente la
cabeza. Keith me miró a los ojos y yo sonreí con frialdad—.
¿Acaso no te advertí que, si volvías a usar tus feromonas
sobre mí, no me quedaría quieto?

—... Así que me dejaste una marca.

¿Crees que es injusto? Traté de adivinar, pero me equivoqué.


Keith distorsionó las cejas y preguntó:

—Ya no puedes marcar a nadie.

—Sí —dije convencido y en calma—. ¿Qué te importa? Para


ti, soy el único Omega, pero tú no eres el único Alfa para mí.

Oh, esta era mi verdadera venganza. Por primera vez me di


cuenta. Hasta ahora, toda la venganza que tenía, pensaba era
falsa. La expresión que Keith tenía en este momento, era el
resultado de la venganza que tanto deseaba. Ese era el fruto.

De repente sentí las lágrimas deslizándose por mis mejillas.


¿Por qué esto es tan vano?

✤✤✤✤✤✤

Cuando abrí los ojos al día siguiente, me sentí mucho más


ligero. Me senté en la cama, comí la sopa y el pudín que
estaban en la bandeja sobre la cama.

Whittaker llegó y anunció que estaba listo para partir. Keith


me tomó en sus brazos de buena gana y salió de la habitación.
Deje de insistirle que podía caminar por mi cuenta. No había
sentido en contradecir. Me resigne. De todos modos, voy a
terminar haciendo lo que este hombre quiera.
Escuché que los incendios forestales del día anterior se
extinguieron, pero el control vial continuaba, por lo que el
automóvil tuvo que tomar otro camino. Afortunadamente, no
había muchos autos en la carretera porque aún era
temprano. Miré los coches que iban y venían, apoyando la
cabeza contra la ventana del coche. Fue entonces cuando
note un humo negro inusual. Un fino trazo de humo se podía
observar desde la distancia. ¿Qué es eso? De repente tuve un
mal presentimiento. Miré por la ventana con cuidado.
Acabábamos de pasar una señal de tránsito. Sin decirle a
Keith, presioné el botón y le pregunté al conductor:

—Disculpe, ¿no será posible ir por la Ruta 8?

Respondió en un intervalo muy corto.

—Sí, debido a que la ruta actual está controlada. Tomaré la


ruta 24.

Apreté el botón para bloquear el sonido y luego le hablé a


Keith, gesticulado con mis labios, pero sin dejar salir el
sonido.

—Es mentira. Quizás esto sea un dispositivo de escucha


telefónica.

Mientras señalaba con mi dedo el asiento del conductor, que


estaba bloqueado por una partición, imitándome, Keith
preguntó en silencio:

—¿Qué?

Respondí:

—Mira allá.

Señalando el humo negro en la distancia, continué. Todavía


sin hacer ruido.
—Si continuamos por la ruta 24 nos toparemos con las
llamas. Deberíamos ir por el número 8.

Keith se quedó rígido. Seguí susurrando:

—Solo dile que se detenga, usando cualquier excusa.

—¿Qué?

Una sonrisa extraña apareció en su rostro. Me puse nervioso


y lo llamé gesticulando. Keith luego se encogió de hombros y
apretó el botón.

—Detén el coche.

—¿Po... por qué, por qué? —tartamudeó notablemente.

Keith respondió después de un breve momento.

—Ya que Yeonwoo está de mal humor, tomemos un


descanso.

El conductor no respondió de inmediato. Era evidente que


estaba avergonzado. Estaba esperando nerviosamente su
respuesta. De repente habló:

—Estoy casi allí. Por favor sea paciente.

Estuve nervioso por un momento. Tragué saliva en seco y


miré hacia un lado, pero Keith no cambió mucho.

—Detén el coche.

—No. —Se burló de nosotros y agregó—: Si quieres bájate.


¿No puedes hacer eso? No hay nada, que no puedas hacer.

Pronto se oyó el sonido del micrófono apagándose. Como era


de esperar, la puerta del coche estaba cerrada. Además,
conducía a una velocidad tremenda. ¿Qué tengo que hacer?
Estaba nervioso y me hormigueaban las puntas de los dedos.
¿Estamos siendo secuestrados? ¿Qué diablos está pasando
aquí? No podía entender por qué el conductor, que siempre
era callado y sincero, de repente hizo esto.

Cuando me di la vuelta, miré a Keith que estaba molesto. De


repente el suelo vibró con un fuerte sonido y el auto se
sacudió violentamente. En ese momento grité sorprendido.
Parecía que hubo un deslizamiento de tierra en algún lugar
debido al creciente incendio forestal. Inmediatamente mis
manos se estiraron y Keith me abrazó. Me susurró con los
ojos bien abiertos.

—Todo estará bien.

Su voz tranquila me tranquilizó más que nunca. Mi corazón


que palpitaba como loco empezó a calmarse lentamente.
Siguió susurrando sobre mi cabeza una y otra vez.

—Está bien, no te preocupes.

Estaba preocupado. Pensé que debería apartarme de él, pero


todo lo que hice fue respirar profundamente. Seguía
escuchando los latidos del corazón de Keith, y de repente
murmuró para sí mismo:

—El coche de Whitaker se ha ido.

Keith agregó más fuerza al brazo con el cual me sostenía. Mi


corazón empezó a acelerarse de nuevo por la ansiedad. La
desaparición del auto de Whitaker, que siempre seguía al
auto de Keith, significaba que le sucedió lo mismo al vehículo
de seguridad detrás de él. ¿Qué pasó con el vehículo de
seguridad que iba delante? Cuando lo pensé, Keith susurró:

—El fuego está creciendo de nuevo.


¿Cómo? Levanté la cabeza inconscientemente. Keith me miró,
nuestros ojos se encontraron. Él sonrió como para
tranquilizarme. Me sostenía con un brazo y llevó el otro hasta
la puerta del auto. Por supuesto que estaba cerrada. En algún
momento estampó su huella digital en algún lugar de la
puerta. Entonces, de repente se escuchó un pequeño crujido.
Ni siquiera sabía qué estaba provocando el pequeño ruido, y
poco después apareció el arma. Me sorprendió eso.

¿Cuándo pusiste ese tipo de dispositivo en el auto? Nunca había


oído hablar de una orden para hacer algo así. Antes de que
pudiese preguntar qué había pasado, Keith agarró mi cabeza
y con su mano la apretó contra su pecho.

Como si hubiera un problema con la carretera, el coche


reducía la velocidad y cambiaba de carril. Atrapado en los
brazos de Keith, me mordí los labios para contener el mareo.
Una mano grande se envolvió alrededor de mi oreja expuesta
y pronto apretó el gatillo. Se escuchó una secuencia de
fuertes disparos. Tragué el aliento y me encogí de hombros
inconscientemente. Keith levantó la pierna y pateó la puerta
del auto que tenía un agujero. La puerta del coche cayó en la
carretera con un sonido de traqueteo. El conductor, que notó
la situación, tiró apresuradamente del volante. Fue un
intento de detenernos, pero Keith no mostró ningún signo de
vacilación.

¿Este hombre no siente miedo ante nada? Keith revoloteó, no


dudó ni por un segundo mientras me sostenía en sus brazos.
Mi corazón parecía detenerse ante la visión del paisaje que
pasaba rápidamente.

—¡...!

✤✤✤✤✤✤

Dejé de gritar y cerré los ojos. Hubo un sonido sordo y


resonante por todo mi cuerpo. Poco después, rodé por el
suelo. Mi mente estaba en blanco, pero una cosa de la que
estaba seguro, era el hecho de que Keith me estaba
abrazando fuerte.

—...

Jadeé por un momento. Keith preguntó por encima de mi


cabeza, mientras estaba aterrorizado y desconcertado por el
repentino impacto de mi cuerpo.

—¿Estás bien?

Levanté la cabeza, avergonzado porque preguntó tan


tranquilo. En ese momento, todo mi cuerpo crujió y grité por
un corto tiempo. Inmediatamente, Keith se levantó.

—¿Estás herido?

Ese comentario me hizo darme cuenta que había estado


acostado sobre el cuerpo de Keith hasta entonces. Me
sostuvo en sus brazos y, de repente, torció su frente. Fue el
lado de Keith el que resultó herido. No podía creer que este
hombre estuviera envolviendo sus brazos a mi alrededor y
estando herido. No lo podía creer. Keith se acercó a mí,
todavía parpadeando. Pronto dio un suspiro de alivio cuando
revisó todo mi cuerpo. El aliento de Keith llegó a mis labios y
se dispersó. Silenciosamente lo miré a la cara. Keith también
guardó silencio. De repente solté una risa. Keith también se
rio.

—¿Qué pasa?

—...

Me pasó el pelo detrás de las orejas, preguntando.

—No lo sé.

Y me reí de nuevo.
Debes estar loco para reírte de tal situación.

Cuando pensé vagamente que quería besarme, escuché un


rugido siniestro en lo alto. Mientras levantaba
apresuradamente la cabeza, pude ver algo moviéndose como
una niebla con humo negro elevándose desde lejos. La
montaña estaba a punto de colapsar nuevamente. No era solo
eso. El coche que iba a toda velocidad, giraba en U y corría
hacia nosotros. Me quedé rígido por la sorpresa. Keith me
abrazó de nuevo y enterró mi rostro en su pecho. Mientras
me tapaba los oídos, volvió a apretar el gatillo. Los
neumáticos del coche estallaron con una fuerte explosión. El
gran sedán arañó la carretera con un ruido fuerte. Abrí
mucho los ojos y vi el cuerpo negro girar y deslizarse,
haciendo un enorme círculo. El suelo, debilitado por el ruido
del pesado coche, se hundió. Las ruedas traseras del coche
cayeron y pronto se inclinaron. Keith se incorporó cuando lo
vio.

—Agárrate fuerte.

Keith dio órdenes en voz baja y comenzó a correr mientras


me sostenía. Me sorprendí y abracé apresuradamente su
cuello. Un montón de tierra cayó detrás de él. La carretera de
asfalto se agrietó y agrietó, dejando al descubierto la tierra
empobrecida que estaba debajo.

Había un fuerte olor a quemado en alguna parte. El incendio


forestal continuaba. A ese ritmo, habría incluso más
deslizamientos de tierra. El brazo con que lo sujetaba, se
volvió rígido y se aferró con fuerza sin mi conocimiento.
Keith me abrazó con más firmeza, de manera
tranquilizadora. El olor a quemado y el sonido de colapso por
todas partes vibraron, pero extrañamente ya no estaba
asustado.

¡Ah!
Había un leve olor dulce. Era el aroma de Keith. Su olor a
feromonas me tranquilizaba como en aquel entonces.
Enterré mi nariz en su garganta e inhalé profundamente. De
repente, Keith se detuvo. Miró hacía un lugar cuando levantó
la vista con sorpresa. Cuando volví mis ojos tardíamente, yo
también dudé. Un árbol enorme y el suelo, se derrumbaron y
se amontonaron frente a mí, bloqueando el camino.
Inusualmente la respiración de Keith era agitada. Abrí la boca
al darme cuenta que el siniestro rugido se había alejado un
poco más.

—Espera, descansa.

—...

—Estoy mareado, así que por favor paremos.

Solo entonces obedeció mis palabras.

Keith miró a su alrededor una vez, encontró un lugar plano y


se recostó contra un árbol caído. Todavía no parecía tener la
intención de bajarme. Gracias a él, me senté de lado en su
pierna e incliné mi cabeza sobre su hombro. No nos dijimos
nada. Solo escuché el rugido aleatorio que parecía acabar con
el mundo. Si hubo otro sonido ahí, fue el sonido del corazón
del otro. Silenciosamente, el sonido de un corazón latiendo
solo para su compañero.

Él bajó la mirada hacia mí. Yo también lo miré. Se dice que los


hombres y mujeres que se encuentran en un puente oscilante,
tienen una alta probabilidad de enamorarse.

¿Sigue siendo así? ¿Estoy simplemente confundiendo la


emoción con el amor en un precario estado de muerte? Si Keith
ahora me deja una marca, podría tener éxito. Pensé en ello,
pero él no parecía tener ninguna intención. Yo tampoco lo
recomendé. En cambio, inclinó la cabeza todavía más.
Nuestras respiraciones entraron en contacto. Un poco más
cerca tocaría tus labios.Él y yo lo sabíamos. Pero justo antes
de eso dudamos. Las dos partes no logramos reunir valor.
Dudé en seducirlo y Keith dudó en empujarme. Mi corazón
latía como loco. La fiebre pareció volver a subir. No puede ser.
Esta es solo una ilusión común que surge debido a la fiebre.
Nunca volveré a darle mi corazón a este hombre.

—Ah...

Cerré los ojos con un leve suspiro. En el momento en que sus


labios tocan mis labios, un ruido extraño intervino en el
mundo. Era el tono de llamada del celular. Llegamos a un
punto muerto. Cuando abrí los ojos, Keith me estaba
mirando. Podría besarme como quisiera. Era posible
disfrutar de la luna de miel incluso por muy poco tiempo. Oh,
debí besar esos labios. Exhalé un suspiro lamentable, pero la
oportunidad ya había desaparecido.

Keith volvió la cabeza y sacó su teléfono celular. Fue


Whitaker quien llamó. De vez en cuando escuché su voz más
allá del teléfono.

—¡Señor Pittman! Gracias a Dios. ¿Estás bien?

Como de costumbre, Keith respondió a la pregunta urgente


con indiferencia, diciendo que sí.

—El conductor está probablemente muerto. Traté de


salvarlo, si era posible, pero no sé qué pasó —agregó en un
tono que aún no tenía emoción—: Traté de averiguar quién
estaba detrás de mí, pero fue un desperdicio.

—Oh, no... Me alegro que el Sr. Pittman está a salvo de todos


modos.

Whitaker rápidamente explicó cómo se perdió el auto de


Keith e informó sobre la situación actual.
—Hemos calculado aproximadamente su ubicación. Dicen
que pronto habrá un deslizamiento de tierra mayor. El
helicóptero está en camino ahora, así que espere en un lugar
seguro. Todavía estoy comprobando su ubicación por
teléfono.

Lo escuché. Apreté su traje sin darme cuenta. Me miró


mientras yo miraba hacia arriba.

—Está bien —susurró Keith—. Está bien, no va a pasar nada.

No dije nada. Solo lo miré en silencio. Pensé que no


importaría si me quedaba ahí, así, pero no tenía que decir
nada. En cambio, me sentó en su regazo.

—Puedo caminar —dije, y levanté la mano hacia Keith que


estaba tratando de sostenerme de nuevo. Pero su respuesta
fue firme.

—No.

Sin embargo, no me rendí.

—No tengo ninguna intención de huir. No estaré lejos de ti,


así que no te preocupes.

—No. —Keith volvió a dar la misma respuesta y dijo algo


inesperado—: Tienes un resfriado.

El resfriado parecía ser una enfermedad grave. A veces me


daba un fuerte resfriado y casi moría de neumonía, pero
todavía no estaba así. Sin embargo, no sabía si reírme o
quedarme estupefacto por la respuesta de Keith, que era
demasiado seria. Lo cierto es que en ese momento mis ojos
se amargaron.

—Señor Pittman, nunca ha tenido un resfriado. ¿Cierto?


—Nunca —añadió—: Quizás antes de la manifestación, pero
no recuerdo.

Esa fue una respuesta natural. Me reí amargamente y dije:

—Supongo que sí, me suelo enfermar de vez en cuando,


créame, estaré bien.

Keith me miró. No sé si por sospecha o vergüenza, dije con


más fuerza:

—Y me marea que sigas cargándome. Le diré si la estoy


pasando mal.

Eso parecía funcionar. Keith dudó por un momento, pero al


final se puso de pie sin decir una palabra. Mientras trataba de
seguir y levantarse, extendió la mano.

—Gracias.

Le sonreí para tranquilizarlo.

Keith todavía me miraba sin querer. Pronto se volvió y


empezó a caminar. No caminó conmigo, pero tomó mi mano.
Yo no rechacé eso. Guardamos silencio mientras avanzamos
en busca de una llanura más segura. Como si estuviéramos
reemplazando todas las conversaciones con nuestras manos.
Sus manos se sentían frías, tal vez a causa del frío provocado
por la fiebre. Suavemente moví mi dedo y él lo sostuvo con
fuerza. La forma en que me miró parecía preguntarme qué
estaba pasando. Negué con la cabeza. No es nada.
Rápidamente me quedé sin aliento. Si le dices a Keith, te
abrazará de inmediato. De alguna manera estaba
convencido. Pero me moví en silencio. Esto está bien. Ni
demasiado cerca ni demasiado lejos. Mi corazón se siente
adolorido, pero no duele y, desafortunadamente, no es
tristeza, solo esa distancia. Oh, pero...
—... Yo.

De repente, Keith abrió la boca. Lentamente me miró.


Nuestros ojos se encontraron. Esperé sus palabras.

—Si yo, si…

—...

—Tú...

Y Keith volvió a callar. Solo lo miré cuando dejó de hablar,


tenía una hendidura en el labio inferior. Pensé que podría
creerlo si me lo dijera ahora. Si Keith dice que me ama. Pero
no lo dijo. Cuando vi a Keith apartarse de mis ojos serios,
también incliné la cabeza. Mi mano aún en su mano apareció
a la vista. Está bien, no me decepcioné. Porque no lo esperaba
en primer lugar.

Fue cuando el suelo tembló con un fuerte ruido que, Keith


vaciló. Inconscientemente, levanté la cabeza y vi una masa
negra de tierra colapsando. Vi grietas claras y amplias en el
área. De alguna manera, de repente recordé el pasado. A
Keith. Yo estaba aterrorizado frente a él. La roja sangre que
se esparció. Oh, estaba pensando entonces ¿por qué no pude
protegerte?

—Keith...

Salté sobre él. Keith me miró sorprendido. Lo aparté con


todas mis fuerzas. Y al mismo tiempo, un montón de tierra
cayó sobre mí. El pasado cruzó ante mis ojos. Keith,
montando a caballo, besándome en una tienda oscura y todas
sus palabras y acciones; cuando estaba enojado conmigo,
burlándose y riéndose. Pero lo último de lo que estaba llena
mi retina era su rostro sonriéndome. Yeon-woo. Con su voz,
llamándome.
—¡Yeon-woo...!

Cuando sus ásperos gritos se superpusieron tenuemente, la


negra suciedad se derramó ante mis ojos y perdí el
conocimiento.

✤✤✤✤✤✤

—¡Y... Woo, Yeon-woo!

Alguien estaba gritando mi nombre por encima del


estruendo. Me las arreglé para gemir a través de la conciencia
confundida. Inmediatamente gritó:

—¡Yeon-woo, despierta! ¡Yeon-woo!

La voz me era familiar. Sabía quién era. Abrí los ojos


lentamente y traté de enfocarme en la imagen borrosa. Como
esperaba, pensé. Keith me estaba mirando.

Cof, cof, cof.

Debía haber una gran cantidad de polvo. Sí, estaba ahí.


Tardíamente me di cuenta de que estaba acostado en un
helicóptero abrazando a Keith. Era un alivio, Whitaker debió
encontrarnos. Keith, ¿estás bien…? Lo último que recordaba
era empujarlo con fuerza. Mis labios estaban agrietados. Pero
no hubo sonido. Tosí de nuevo. Algo rojo se derramó.

—¡Yeon-woo! —gritó Keith.

Parecía aterrado. Quería decirle que no se preocupara. Pero


fue extraño, no pude mover un dedo por alguna razón. Estaba
avergonzado y quería mirar a su alrededor con prisa y gritó:

—Yeon-woo, no... ¡Dios, sangre, sangre…!


Vaya, estaba mirando mi pierna. ¿Me rompí la pierna? Quizás
sucedió algo peor que eso. Me las arreglé para abrir la boca al
primer pensamiento que me vino a la mente.

—... Bebé. ¿El bebé está bien?

Keith vaciló. Me miró con los ojos muy abiertos. Confesé


como si estuviera arrepentido.

—Al principio, traté de deshacerme de él... Estaba tan... tan


asustado. —De nuevo estalló una tos. Cada vez que tosía,
sentía un dolor agudo en todo el cuerpo. Apenas hablé de
nuevo—: ... Quiero darlo a luz... Es tu niño.

—Yeon-woo.

—Oh, va a ser muy... hermoso.

Quería reírme, pero no salió a mi manera. Quizás si logré


reírme. Keith me quitó el pelo de la frente. Sus manos
parecían temblar levemente.

—Está bien —continuó después de mi tos apresurada—.


Todo estará bien, el bebé estará bien. No te preocupes.

—Gracias a Dios —susurré y cerré los ojos.

Ha sido tan difícil respirar. Se supone que la respiración se


hace de forma natural, pero no sé por qué es tan difícil cada
vez que exhalo.

Como mi conciencia se volvió borrosa, mi respiración


también se detuvo intermitentemente. El rostro de Keith se
veía en mi visión borrosa. Es extraño, ¿por qué tienes esa cara
de nuevo?Quería acariciar su mejilla, pero no pude. Keith
levantó mi mano y la llevó a su mejilla, como si conociera mi
corazón. Sentí una humedad fría. Se volvió y besó mi palma.
¿Por qué estás llorando?
—¿Por qué estás llorando?

Mordí mis labios dulcemente. Él no respondió. Las lágrimas


corrieron por su rostro de nuevo.

—No llores. —Hablé en voz baja. Quería secar sus lágrimas,


pero no salió como quería. Lo dije una vez más—. No llores.

—... ¿Por qué hiciste eso? —La voz de Keith tembló


levemente. Contuvo la respiración y preguntó, soportando
sentimientos intensos—. ¿Por qué me alejaste? Si me
hubieras dejado, no habría pasado esto.

¿Por qué hace una pregunta tan obvia? Me pregunté.

Me quedé perplejo. De lo contrario, tú... Debía ser herido yo...

En ese momento Keith dejó de respirar. Me miró como si


estuviera sorprendido.

—¡Yeon-woo, despierta!

Un grito repentino despertó mi conciencia. Me di cuenta de


que había perdido el conocimiento por un tiempo. Keith
todavía estaba a mi lado.

—Yeon-woo —dijo con voz temblorosa—. Solo un poco más,


pronto estaremos en el hospital. Por favor, por favor.

Los ojos morados de Keith se oscurecieron. Cuando


lentamente cerró y abrió los ojos, su cara estaba húmeda de
nuevo.

—¡Oh, Dios! Esto es ridículo...

Keith sollozaba. El hombre adulto gritó, pero no lloro más.


Logré mover mis dedos. Keith relajó un poco su agarre en mi
mano. Gracias a él, pude tocar su oreja. Palmeé la marca que
había tallado. Después de eso, dejé salir un suspiro
tembloroso.

—Si yo... muero, esto se... desaparecerá...

Mientras hablaba con una voz moribunda, Keith me miró con


los ojos bien abiertos. Seguí susurrando delante de su cara de
sorpresa.

—Tú... No has hecho nada malo, solo yo, estaba equivocado.

—... ¿Qué? —preguntó Keith.

Sonreí levemente.

—Tú... Yo... Te amo.

Los ojos de Keith se agrandaron. Pero lo decía en serio. Sí, fue


toda mi ilusión. No hiciste nada malo.

Debo expiar... por dejarte una marca sin tu voluntad... Lo


siento. Sonreí. Quizás esta sea la última vez.

—¡Yeon-woo!

Keith gritó. Sin embargo, no pude hablar más. También fue


difícil mantener los ojos abiertos. Más allá de la lejana vista,
Keith siguió llamándome. Pero no pude contestar. Los gritos
de Keith se extendieron por todas partes.

—Por favor... Por favor... ¡No! ¡Yeon-woo, por favor!

Más allá de la lejana vista, lloró.

—¡No me dejes...!
Bésame mentiroso Vol. 4 • Capítulo 6

Podía sentir la vibración en todo mi cuerpo. Gemí y tosí como


si estuviese enfermo. Pero era solo pensamiento, en realidad,
ni siquiera podía mover un dedo. Ni bien logré levantar un
poco mis párpados, una luz brillante fluyó en mis ojos.
Alguien gritó sobre mí, lo que provocó que los cerrara
inmediatamente.

—¡Yeon-Woo, despierta! ¡Abre los ojos!

Cuando logré abrir los ojos nuevamente en respuesta a los


repetidos gritos, vi la cara de Keith, me miraba. Las personas
en uniformes médicos estaban arrastrando la camilla
apresuradamente. Lo quise alcanzar, pero no pude
moverme.

—¿Estás bien? —pregunté, apenas moviendo mis labios.


Keith me vio con una mirada penetrante. Susurré de nuevo—
. ¿Estás bien?

—¡Maldita sea… ¡Eres tú quien resultó herido, no yo! —gritó


Keith. Pero sonreí levemente. Eso es un alivio.

La cama se sacudió una y otra vez, lo que tensó aún más el


vértigo. Keith tomó mi mano apresuradamente. Le pregunté:

—¿Adónde vamos?

—Necesitas hacerte pruebas, comprobar dónde te lastimaste


y recibir tratamiento… Está bien, todo va a estar bien.

—Bebé.

Apreté mis labios. Keith vaciló y respondió después de un


intervalo de tiempo:

—Va a estar bien.


Poco después de que la camilla pasara por una puerta, Keith
ya no pudo seguirme. Volví a perder el conocimiento después
de ver su rostro pálido que se alejaba.

✤✤✤✤✤✤

Mi cuerpo dolía hasta la muerte. Mi visión estaba


distorsionada y mi respiración se volvió áspera. Apenas
recuperé la conciencia con un gruñido. Me sentía confundido
ante la vista. Quería llamar a alguien, pero no había ningún
sonido. Quizás debido a la ansiedad mi respiración se agitó y
una máquina comenzó a sonar. Luego después de un
momento apareció la enfermera.

—Oh, abriste los ojos. ¿Cómo te sientes? —preguntó


amablemente, pero no pude responder de inmediato.

Cada vez que abría y cerraba los ojos sentía como mi


conciencia se iba y venía de vuelta. En ese momento el dolor
también volvió a mí otra vez. Cuando gemí débilmente y me
puse triste, ella me miró y dijo:

—Duerme un poco más, te hará sentir mejor.

No salió ningún sonido, así que la detuve solamente con la


gesticulación de mis labios. La enfermera se detuvo y se
agachó sobre mí, tratando de escuchar lo que intentaba decir.

Cuando pregunté sin aliento ella sonrió.

—El Señor Pittman está fuera de peligro, así que no se


preocupe. Va a estar muy feliz cuando escuche que Yeonwoo
está despierto. En realidad, estaba tan preocupado que le
prohibí visitarlo por ahora. Estaba muy reacio a irse de tu
lado todo el tiempo.

—…
—Él bebé también está sano. —Con un profundo suspiro de
alivio la enfermera volvió a hablar—: Es un bebé muy fuerte.
Estaba en peligro, pero lo logró. Aún no es momento de sentir
alivio, aunque la crisis ya pasó. —La enfermera sonrió y
agregó—: Gracias a que Yeonwoo no se rindió, él bebe fue
capaz de fortalecerse.

El sentimiento de culpa y tristeza agitaron mi corazón,


entonces respondí débilmente. La enfermera barrió el
cabello de mi cara, como intentando reconfortarme.

—La condición de Yeonwoo ha mejorado


considerablemente. Cuando vino aquí por primera vez,
estaba más preocupada por la neumonía que por los
traumatismos, pero afortunadamente superó bien la crisis—
dijo con la expresión triste—. Ahora no te preocupes y
descansa.

La enfermera agarró la jeringa y la insertó en la intravenosa


que estaba conectada a mi brazo. Después de un momento,
una sensación fría me envolvió y pronto mi cuerpo cayó.

✤✤✤✤✤✤

Desperté sintiendo un dolor sordo al cual ya me había


acostumbrado. Tenía mucha sed.

—Uh…

Gemí levemente y distorsioné el rostro. Inmediatamente


sentí que alguien se movía. Ni bien logré abrir mis ojos, pude
ver como se acercó al borde de la cama. Me era difícil
reconocer la figura debido a que mi visión estaba aún
nublada y el lugar estaba oscuro. Mientras tanto, la persona
me miró y no dijo nada. Sentí mucha ansiedad por el
comportamiento de esta persona, pero de repente me di
cuenta de quién era Keith.
—…

Simplemente me miraba sin decir nada. Era imposible


descifrar la expresión de su rostro mientras estaba parado de
pie con una luz tenue atrás de su espalda. Intenté examinar
su sombría cara, pero, inesperadamente soltó un profundo
suspiro. Se sintió como si fuese a decir algo, pero eso fue todo.
Otra vez Keith cerró su boca.

¿Qué estás pensando? Pronto me volví curioso. ¿Desde


cuándo...? ¿Me estabas vigilando? ¿Estuviste lamentándote de
que la marca no desapareció? Varios pensamientos
envolvieron mi cabeza. Igualmente, Keith seguía en silencio
como hace un momento.

Por fin habló, pero le tomó un poco más de tiempo emitir un


sonido.

—… ¿Te duele mucho?

Su voz tembló ligeramente. Le respondí.

Aún no emití ningún sonido, lo único que se escuchó fue una


mezcla de respiraciones. Keith me miraba en silencio. Tenía
una expresión vaga, como si estuviese perdido. Pude ver su
cara. Se veía muy cansado. Las sombras se notaban mucho
más en su rostro pálido debido a las oscuras ojeras.

Además, viendo su expresión, se veía agotado. Parecía como


si estuvo enfermo durante varios días. Como evidencia, Keith
lentamente barrió su cabello, mucho más lento de lo usual.
Su pelo había perdido su original y perfecta forma, como si ya
lo hubiese hecho varias veces.

Simplemente mire a Keith. Se sentía como si lo estuviera


viendo en ese momento, cuando él vino a la casa de Dane a
buscarme. Parecía como si una esquina de mi corazón se
abriera. Odie tanto a este hombre, pero ahora pensaba que
eso ya no importaba. Me daba pena. Eso era todo.

Mientras intentaba ocultar la incomodidad, finalmente noté


un vaso en la mesa.

—… ¿Qué?

Keith preguntó al notar mi mirada. En vez de responder,


señale el recipiente con el dedo. Keith caminó como si se
diera cuenta después de un momento. De repente vino a mi
memoria un recuerdo sobre antes, cuando me trajo el agua
del mismo modo. Cuando regresó, metió su brazo bajo mi
hombro y me sentó a medias. Después de tomar agua con su
ayuda, logre emitir un sonido.

—Gracias.

Mientras sonreía ligeramente de pronto el rostro de Keith se


distorsionó. Me acostó de vuelta y caminó hasta la mesa. Bajó
el vaso y miró hacia el techo. Como si intentase tolerar varias
emociones a la vez, Keith permaneció en silencio por un
momento. Me pregunté qué estaba pensando. Sus hombros
se sacudieron como si diera un suspiro profundo y
finalmente abrió la boca.

—…No vuelvas a hacer eso.

Solo parpadeé y de repente comencé a toser. Keith se volteo


hacia mí. Agité mi mano ante su cara que de pronto se puso
rígida, en señal de que estaba bien. Por suerte la tos paró.
Keith quien me miró fijamente por un buen momento de
pronto escupió:

—Dilo. Nunca más lo volverás a hacer.

—…

—Yeonwoo.
Me vi forzado a responder ante la voz baja que salió como si
fuese una amenaza.

—No lo sé. Mi cuerpo se movió por sí solo en ese entonces.

Esta vez Keith estaba en silencio. Dije apresuradamente:

—Quizás la próxima vez.

—¡Tú…!

Keith rechinó sus dientes. Se enojó cuando no hice lo que él


quería. Dije obstinadamente, de todos modos, no había nada
que perder.

—Solo no tienes que estar en peligro.

—…

Keith me miró en silencio durante un tiempo, soltó un feroz


suspiro y se frotó la cara con ambas manos. Lo mire en
silencio. Keith estaba ahí como reprimiendo emociones.
Finalmente abrió la boca.

—¿Qué demonios quieres de mí?

—No quiero nada.

—¡Dime! ¡Maldición!

Keith grito. Mientras miraba sus ojos inyectados en sangre,


pensé: ¿Qué debería decir para aliviar a este hombre? Me sentí
triste por alguna razón, así que respondí. Solo esta vez, se
sincero.

—Está bien.

—Haaa.
Keith exhalo fuertemente. Sus ojos color púrpura estaban
temblando ansiosamente y mirándome fijamente. Abrió y
cerró su boca repetidamente, hasta que por fin emitió un
sonido. Con una voz completamente abrumada.

—… Por favor.

—…

—Por favor no más, no hagas nada por mí. ¡Es un favor, te lo


ruego!

Escupió violentamente como dejando fluir todo el


resentimiento y seguido de eso, dejó la habitación. Enseguida
pude ver a hombres vestidos de trajes negros a través de la
puerta que se cerró con un estruendo.

✤✤✤✤✤✤

Cuando volví a abrir los ojos, por supuesto, estaba solo en la


habitación del hospital. Mientras dormía, parecía que mucha
gente iba y venía, pero curiosamente ahora no había nadie.
La enfermera también me dijo que había varios
guardaespaldas afuera de la puerta vigilando las 24 horas.

Charles, que vino al hospital al día siguiente, me dijo varias


cosas. El conductor que intentó secuestrarnos pertenecía a
un grupo pseudo-religioso al que pertenecía el hombre que
atacó previamente a Keith.

Era un grupo que definía a los Alfas extremos como


demonios y desencadenaba ataques hacía ellos de vez en
cuando. Sin embargo, el hombre que corrió hacia Keith fue
arrestado, sin mucho progreso, dejando solo un corte en su
brazo. Después de eso, escuché que se suicidó en prisión
mientras ejercía su derecho a permanecer en silencio sin
importar lo que le dijeran. No obstante, fue una muerte
sospechosa en muchos sentidos. Whitaker, quien dio la
noticia en ese momento, dijo haciendo una mueca, que tenía
dudas. Desde entonces, pasó el tiempo sin más interés por el
incidente. En ese momento, hubiera sido bueno, ser más
cuidadosos e investigar más. Lo lamente, pero ya era
demasiado tarde.

Después del arresto, el conductor confesó todo. Mintió


deliberadamente que la carretera estaba cerrada y lo indujo
a quedarse en el hotel por el día. Quizás se tomó el tiempo
para informar a sus superiores e hizo planes detallados
durante la noche. Charles estaba más conmocionado por el
incidente. Por lo general, era famoso por su contratación
exigente.

Cualquier empleado recién contratado ni siquiera podía


acercarse a Keith. La limpieza de habitaciones también fue
posible después de años de empleo y algo de confianza.
Escuché que el conductor también había trabajado durante
casi 10 años. Sin embargo, al escuchar que casi le quita la vida
a su empleador, por supuesto, me sorprendió.

—Ha estado en la religión desde que su hija comenzó a


enfermarse —dijo Charles con seriedad—. Lo he estado
visitando.

No fue así desde el principio, y dado que sucedió en el


camino, parecía una sutil súplica de que no era su
responsabilidad. Por supuesto que yo también lo pensaba.

—No sabía que había un dispositivo de ese tipo en el coche,


pero me alegro de que no haya pasado nada, gracias a eso.

Charles respondió con la cara en blanco y una leve sensación


de orgullo.

—Después del último ataque terrorista, le pedí al Sr. Pittman


que colocara un dispositivo secreto en el auto. Me alegro de
que haya sido útil.
Cuando le di las gracias, sonrió por primera vez. Charles, que
estaba a punto de regresar, de repente añadió:

—Oh, el Sr. Pittman estará fuera por unos días en un viaje de


negocios urgente.

—... ¿Cuántos días?

Asintió con la cabeza cuando se lo pregunté casualmente.

—No sé el horario exacto en el que volverás después de que


se solucione el trabajo.

Tuve que decir está bien. Charles se despidió brevemente y


salió de la habitación. Pasé un tiempo fingiendo estar bien y
sin saber porque me sentía vacío.

✤✤✤✤✤✤

La visita de Emma fue dos días después. Excepto por el dolor


ocasional en todo mi cuerpo, estaba aburrido, llenando sin
sentido el tiempo. Ese día, también, pasé los canales de
televisión y miré el reloj. De repente escuché un golpe y
Emma entró.

—¡Emma!

—¡Yeon-woo!

Ella se acercó apresuradamente y compartió un abrazo


conmigo.

Cuando aflojó los brazos y me miró, rápidamente distorsionó


su rostro como si estuviera llorando. Si me hubieras visto
cuando me lastimé por primera vez, es posible que te hayas
desmayado, pensé.

A pesar de que las intravenosas ya no encajaban y todo lo que


tenía que hacer era ponerme una inyección de analgésicos
antes de acostarme, los ojos de Emma todavía me veían como
a un paciente crítico. Quizás debido a los rasguños y heridas,
las tiritas y los vendajes estaban por todas partes.

—Oh, Dios mío, escuché que te lastimaron mucho, pero…

—No es tan malo como parece. Además, ahora estoy mucho


mejor, Emma.

Lo dije con una sonrisa, esforzándome a actuar calmado. Al


mismo tiempo, las costillas me dolían.

—¡Mentira!

Emma volvió la cabeza a toda prisa y me miró después de


sollozar. Había una sonrisa en su rostro. Lamentó llegar
tarde, y continuó hablando.

Dijo que hoy se tomó un día libre para ir al hospital con su


madre. Mientras tanto, acudió a la visita que había estado
intentando realizar desde hace tiempo.

—Estaba tan distraída por una serie de cosas inimaginables.


—Emma acercó una silla y se sentó—. Después de que
Yeonwoo renunció, la compañía es un lío. Todos están
trabajando duro, pero los nuevos reclutas no fueron de
mucha ayuda y todos esperaban que pudieras mejorar y
trabajar de nuevo.

Ella me miró una vez y suspiró.

—Tendré que esperar un poco más.

—Emma lo está haciendo bastante bien.

Emma negó con la cabeza cuando la animé.

—En realidad no… Es solo que apenas estoy aguantando.


—Emma.

Cuando la llamé por su nombre de forma seria, Emma me


miró a la cara. Dije, mirándola directamente a los ojos.

—Si te lo dejé a ti, Emma, es porque pensé que serías lo


suficientemente capaz de hacerlo. No me digas que me
equivoque.

Las mejillas de Emma se sonrojaron levemente ante el


comentario.

—Lo siento, gracias.

Ella, que alternativamente hablaba palabras contradictorias,


rápidamente cambió de tema.

—Es cierto que hay más trabajo. Después de que Yeonwoo


desapareció, el Sr. Pittman estaba loco. Pensé que la empresa
iba a quebrar.

—De ninguna manera.

Emma prosiguió con seriedad:

—A menudo cancelaba las reuniones cuando no se podía


concentrar en ellas, y algunos días no iba a trabajar, así que
verificaba su estado y no podía ni levantarse, porque estaba
borracho. Lo pasé muy mal porque todo su cuerpo olía a
alcohol.

Era nuevo para mí e inesperado, la miré sorprendido.

—El Alfa dominante no se emborrachaba fácilmente...

¿Es algo diferente cuando la marca está grabada? Emma me


negó con la cabeza cuando pensó en ello.
—Entonces ¿cuánto crees que ha bebido? Fue lo suficiente
para que Charles se quejara conmigo más tarde. Dice que ha
escondido algunos de los vinos premium, antes que agotara
todo lo que Pittman ha almacenado. Además, parece que
bebía mucho vodka, whisky.

—…

—Jane pensó que sería el primer Alfa dominante en morir de


alcoholismo.

De repente, se me ocurrió que, cuando vino a verme, había


perdido mucho peso y se veía demacrado. Aunque está mejor
que entonces, todavía se ve menos guapo que antes.

Ella volvió a sacudir la cabeza y murmuró:

—¡Oh, Dios mío! He trabajado durante años, pero nunca vi al


Sr. Pittman tan destrozado. Siempre lo he visto en perfecto
estado. Hubo momentos en los que estaba borracho y venía
a trabajar sin corbata o su cabello estaba todo enredado.

No le dije nada a Emma, que suspiró. No lo podía creer. ¿Keith


se fue a trabajar con el pelo despeinado y sin corbata? Quizás
Emma no lo soñó. Es cierto que todos tuvieron la misma
experiencia. Pero Keith nunca ha mostrado una cara así
delante de mí. Incluso antes de que me escapara, incluso
después de que regresara, él siempre fue perfecto. Emma
continuó quejándose, sin darse cuenta de mi mente confusa.

—Fue durante una reunión en la empresa... ¿Cómo pudo


decir eso? Tomó un par de decisiones erróneas y casi se
canceló la película, y escuché que perdió mucho dinero.
Pensé que se iba a la quiebra. —Sacudió la cabeza y continuó,
sin pensar—. Me alegro de estar trabajando un poco estos
días. Todos piensan que esta película es realmente la última
oportunidad. La he estado esperando últimamente, pero…
Todos están haciendo su mejor esfuerzo porque creo que
podremos ganar unas cuantas veces más de lo que hemos
perdido hasta ahora. Por otro lado, si falla, todo se acaba.
Hemos invertido tanto.

¿Cuál fue la película que se estrenó esta vez? Emma me dio el


título mientras buscaba en mi memoria.

Ah, y pronto lo recordé. Fue una película protagonizada por


Chase Miller. Se dice que se está filmando la película del
último contrato que anuló y causó problemas... La película
también fue toda una aventura, pero la victoria o la pérdida
de dicha película que se estrenaría esta vez, era más urgente
que si el experimento de cambiar los roles a la película, con
todo tipo de daños y molestias tuvo éxito. También estaba el
papel principal de Chase Miller, por lo que garantizaría cierto
grado de éxito de taquilla. Pero necesitaba un "gran golpe" no
un "hasta cierto punto".

—Funcionará —dije enfáticamente.

Tenía que estar bien.

Emma también asintió con una mirada seria.

—Tiene que funcionar. —Pronto cambió de tema—. Todavía


hay mucho trabajo, pero muchas cosas el Sr. Pittman las
dirige personalmente. Compró un terreno, solicitó a alguien
para que realice la construcción, estoy ocupada manejando
esas demandas. Y él está ocupado haciendo la construcción y
siempre sale del trabajo a tiempo.

Emma rápidamente apretó los labios.

—Entonces tenemos que quedarnos y arreglar todo para


poder revisarlo y ocuparnos de ello al día siguiente tan
pronto nos ponemos a trabajar. Por supuesto que hay
beneficios adicionales, pero quiero encontrar mi vida antes
que el dinero. Es muy ajetreado y el nuevo recluta no ayuda
en absoluto e incluso, si intentas reclutar a más personas, no
puedes hacer esto o aquello, porque de todos modos se
necesita tiempo para enseñar.

Para ella era tan natural quejarse. Aunque estaba herido,


sentí pena por mí mismo, por estar acostado en el hospital.

—¿El novato es tan malo en el trabajo?

Cuando se lo pregunté con ansiedad, ella negó con la cabeza


con aire enfermizo.

—No fue muy bueno cuando tuvimos la entrevista por


primera vez. Se veía un poco estúpido, tartamudeaba sin
importar lo que le preguntara e incluso chocó con la puerta
mientras me saludaba al salir. Por eso me preguntaba si
podría trabajar para el Sr. Pittman, pero Jane y Rachel dijeron
que estaban bien y, sorprendentemente, parecía haber
disfrutado de la entrevista con el Sr. Pittman... Bueno, ¿estaba
loco el Sr. Pittman en ese momento? Si tuviera otra entrevista
ahora, lo rechazaría de inmediato.

Al verla negar con la cabeza de nuevo, sentí algo extraño.

—¿El nuevo empleado es Beta?

—Es un hombre y es Alfa. En cuanto a los documentos de


solicitud, su carrera fue buena y se veía bastante competente,
pero cómo se golpea la nuca de esa manera con la puerta.

Ella apretó los puños con resentimiento. Oh, Dios mío, y pensé
profundamente. Pero la extraña sensación no desapareció.
Cuando le pregunté sobre su trabajo en la empresa, agregué
algunas preguntas sobre los recién llegados. Y después de
escuchar la respuesta de Emma, la conclusión que salió fue:

—¿No se enamoraría de Emma a primera vista?

—¿Qué?
—Creo que es una historia posible. ¿No se está enamorando
de Emma y cometiendo errores y tartamudeando? ¿Lo odias
tanto?

—No está mal. Como sabe Yeonwoo, Alfas y Omegas son en


su mayoría guapos.

Sí, y estuve de acuerdo. Esto se debe a que hay muchos casos


en los que la apariencia cambia después de la expresión o
debido a los rasgos originales Alfa u Omega, la apariencia es
excelente desde el nacimiento. Excepto en el caso de mí, que
había mutado de un Beta a Omega.

Emma continuó:

—Es solo un hombre estúpido. No puedo creer que se haya


enamorado de mí.

—¿Por qué piensas eso?

Me sorprendió porque Emma respondió:

—No hay ninguna razón para eso.

—¿...? Oh. De qué estás hablando No lo dices en serio.

Emma parpadeó. Parecía decirlo en serio. Me reí mucho.

—Emma es lo suficientemente hermosa, pero no sé, por qué


piensa de esa manera.

—¿Belleza? ¿Yo?

—Por supuesto. Josh también es tan guapo, ¿no? ¿Es la


sangre?

—Josh es guapo, pero yo no…


Inesperadamente, no parecía muy segura. Ella era tan
hermosa y extraña. Cuando inclinó la cabeza, Emma logró
mantener sus palabras.

—Me han comparado mucho con Josh desde que era niña.
Josh es un chico guapo, pero yo soy simple, así que...

—Si Josh naciera como mujer, tendría tu rostro, Emma —dije


con firmeza. Emma parpadeó con ojos sorprendidos. Añadí
con confianza a una mujer dudosa—: Por supuesto que eres
una belleza.

Ella me miró desconcertada y pronto sonrió con amargura.

—No me hagas sentir emocionada porque no vas a ser mi


hombre.

No hubo nada que responder a ese comentario. Cuando


sonrió torpemente, Emma dijo de buena gana:

—No le agradaba a la gente que siempre me gustó. He tenido


un par de confesiones, pero eran tipos musculosos y no me
gustan tanto los deportistas… Algún día aparecerá alguien
que se adapte a mí.

Más tarde, al verla suspirar, me apresuré a cambiar de tema.

—El Sr. Pittman debe estar ocupado en un viaje de negocios.


¿Quién lo siguió en este viaje de negocios? ¿Rachel o Jane?

Al ver el trabajo restante de Emma, que normalmente no se


retrasaba, fue que pensé que cuando saliera la ayudaría, si
me sentía mejor, Emma inclinó la cabeza y dijo:

—El Sr. Pittman está de vacaciones.

—¿A qué te refieres con vacaciones? —pregunté,


sorprendido por las palabras inesperadas—. Charles dice
que está en un viaje de negocios... ¿No es eso? ¿Son
vacaciones?

Mi corazón latió de repente. Los recuerdos de odio revivieron


y mis palmas se mojaron. Emma parpadeó, avergonzada,
porque mí agitación había salido a la luz.

—Uh... No... No está en un viaje de negocios. Yo me estoy


ocupando de la compañía. Son unas vacaciones, y fueron de
repente, Charles llamó y entró en pánico toda la oficina.
Además, estará fuera por lo menos una semana, así que no
saben cómo proceder…

La miré a la cara sin comprender. Emma me miró y preguntó


con cuidado:

—Bueno, cualquier error que cometí...

No, debería haber dicho que estaba bien, pero mis labios no se
movieron. Mi cabeza estaba hecha un desastre. Finalmente,
recordé a Keith, quien me estaba gritando. ¿Qué diablos está
pasando aquí?

—... Charles.

Me las arreglé para abrir la boca.

—¿Te pondrás en contacto con Charles…? Yo… Eh, quiero


verlo. Ahora mismo.

—...

—Ahora mismo.

Emma llamó al teléfono celular de Charles, avergonzada.

✤✤✤✤✤✤
Charles llegó al hospital en menos de dos horas. Emma se
apresuró a regresar después de despedirse. Solo, esperando
a que viniera, estaba muy nervioso cuando apareció Charles.

—¿Qué está pasando, Yeonwoo? ¿Hay algo que necesites?

Su actitud inusual me hizo pensar que Emma podría haberse


equivocado en algo. El rostro de Charles mirándome no
mostraba signos de desgana ni de ocultar algo. Pero siempre
fue así. Cuando recordé el rostro de Charles, que apenas
había revelado su expresión, tarde, pregunté sin levantar
dudas:

—Escuché que el Sr. Pittman está de viaje de negocios,


¿verdad?

—Así es —respondió de nuevo sin vacilar. Pero sentí una


extraña sensación de incompatibilidad.

—¿Cuántos días? ¿No sabes el horario exacto?

—Sí. Recibirás una llamada cuando hayas terminado. No sé


cuánto tiempo tomará ahora.

Pregunté con sospecha:

—La oficina de secretaría dijo que se fue de vacaciones

—No lo sé. Emma a menudo comete errores.

—¿Tiene sentido que la secretaria que administra el horario


del empleador no pueda diferenciar entre vacaciones y viajes
de negocios?

Charles guardó silencio por primera vez. No hubo ningún


cambio en su expresión, pero no se perdió el sudor frío que
fluía por un lado de su frente.

—Está bien si el Sr. Pittman tiene un nuevo compañero.


—Realmente no.

Medio desesperado, Charles lo negó de inmediato. Pero no


me rendí e hice otro movimiento.

—Sería mejor si el Sr. Pittman fuera a ver a alguien más. Yo


también quiero ver a alguien, así que… ¿Podrías ponerme en
contacto? No tengo un teléfono celular.

Hablando con bastante valentía, me miró a la cara por un


momento. Sospechaba si estaba mintiendo, pero incluso
sonreí descaradamente. Charles, que no tenía nada que decir,
finalmente confesó la verdad.

—Yeonwoo, no hagas eso. El Sr. Pittman no está saliendo con


nadie... Es solo que ha llegado su RUT.

No pude reaccionar de inmediato.

—... ¿RUT?

—Sí. —Charles prosiguió con seriedad—. Se fue a la isla. Hay


una isla deshabitada a la que va en momentos como este...

—He oído hablar de eso. Entonces ¿por qué se fue?

Charles respondió como si fuera obvio:

—Porque no hay otra manera de pasar el tiempo.

Estaba aturdido en ese momento.

¿Por qué me evitaste? Charles me miró medio confiado y


añadió insignificantemente.

—Está bien. No es la primera vez, ya ha pasado dos...

Dudé ante el comentario inesperado.

Sí, dijiste que compraste una isla. Tuviste dos RUT, sin mí.
Me mareé por un momento y parpadeé a toda prisa. No
importa cuán marcado esté el Alfa dominante, si continúa
pasando el RUT solo de esta manera, seguramente se
romperá en alguna parte. ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué
fuiste solo? Si me lo hubieras dicho... De repente lo pensé. ¿Qué
hubiera pasado si lo hubiera hecho?

—¿Yeon-woo?

Charles habló, preguntándome.

Pero no pude responder fácilmente. Es fácil fingir que no lo


sabes. Todo lo que tienes que hacer es esperarlo. Quizás eso es
lo que quiere Keith. ¿No esperabas eso también? ¿Quizás lo
supiste desde el momento en que lo marcaste? Sabías que Keith
estaría completamente solo. ¿Qué diablos quieres de mí? En el
momento en que recordé el grito de Keith, me di cuenta de lo
que quería ahora.

—¿Dónde está la isla? —Charles parpadeó sorprendido por


mi pregunta. Lo tomé del brazo con una mirada seria en mi
rostro—. Estaré en camino ahora mismo, por favor
prepárate.
Bésame mentiroso Vol. 4 • Capítulo 7

La isla estaba en total calma. No había otro sonido más que el


de las olas. Realmente era un lugar completamente aislado.
¿Cómo encontraste una isla así?Tenía mucha curiosidad. Por
otro lado, me di cuenta que existen innumerables islas
desiertas en el mundo y también innumerables personas
abandonadas. Completamente solas.

—¿No es peligrosa esta isla en caso de un tifón o desastre?

Charles respondió:

—El clima seguirá despejado durante al menos un mes. No es


una zona de terremotos y casi no hay riesgo de desastres
naturales. Hasta ahora no ha sucedido nada.

Asumí que Keith no compraría cualquier isla. Asentí y dije:

—Entonces... Por favor regresa pasado mañana. La mayoría


de las feromonas se agotarán dentro de 2 días por lo que
podrá regresar a la mansión después de ese tiempo.

Charles inclinó la cabeza como si tuviera alguna sospecha,


pero finalmente dijo:

—Lo haré.

Sorprendentemente, la pequeña isla estaba equipada con


todo. El lugar para aterrizar los helicópteros se construyó
sobre el techo de la casa. Cuando bajé del helicóptero y
comencé a bajar por las escaleras, el helicóptero despegó.

Ahora, realmente, solo Keith y yo nos quedamos en esta isla.

—Aahh...

Dejé de caminar y retorcí mi cara. De vez en cuando mi


cuerpo dolía, probablemente porque los moretones aún no
se habían curado por completo. Respiraba con dificultad y
me movía lentamente apenas tocando el suelo.

La escalera de caracol conectaba con un pequeño jardín.


Cuando di la vuelta alrededor de una linda piscina, pude ver
el interior de la casa. La puerta estaba completamente
abierta. El clima era increíblemente bueno. Esta isla pequeña
con un infinito cielo azul era verdaderamente un paraíso. Por
un momento pensé que sería bueno vivir el resto de mi vida
en un lugar así. Por supuesto esto sería aburrido, pensé
fríamente. Estaba obsesionado con la vida urbana más de lo
que pensaba, así que no podría vivir sin los beneficios de la
civilización y la interacción social. No importa que aquí haya
de todo, uno no puede simplemente seguir mirando las olas.

Entre en la casa, pero no pude ver a Keith por ningún lado. El


espacioso living con piso de madera garantizaba una
excelente vista desde cualquier lugar. Múltiples puertas
corredizas estaban completamente abiertas por lo que la
fresca brisa entraba por todos lados. Atravesé la sala de estar
que contaba con nada más que una mesa de té y me dirigí al
segundo piso. Seguramente habrá un dormitorio y Keith
estará ahí. Cuando subí las escaleras encontré otra sala de
estar. La mitad de mi sospecha no fue acertada y la otra mitad
si fue correcta.

Keith.

Trague saliva en seco. Él estaba dándome la espalda, sentado


en una silla, mirando al extenso mar. Miré la botella de vino y
una copa a medio terminar sobre la mesa, parecía que estaba
bebiendo solo. Debió escuchar el helicóptero, pero Keith no
decía nada. No parecía que le interesara que alguien viniera.
Por supuesto ni siquiera se le pasaba por la mente que sería
yo, si alguien quisiera matarlo no podría ser más fácil. De
repente el terror vino a mi mente y un escalofrío pasó por mi
columna. Respiré silenciosamente. El olor de las feromonas
era más denso de lo normal, pero aún no tan peligroso.

¿Estabas aquí solo como un cangrejo esperando a que llegue tu


RUT? ¿Cuántos días tuviste que soportar en soledad cada vez?
Me sentí raro. ¿Debería alegrarme y reírme de él en un
momento así? ¿Debería sentir este sentimiento tan triste?

Keith dejó de intentar llenar la copa de vino y de repente se


dio la vuelta. Nuestros ojos se encontraron sin ningún previo
aviso. Sentí vergüenza, pero parecía que Keith estaba aún
más avergonzado que yo. De pronto la silla cayó hacia atrás
con un fuerte estruendo. Él se puso de pie bruscamente.

—... ¿Cómo es que estás aquí?

La voz de Keith tembló ligeramente. En ese momento, mi


mente, que estaba pérdida, encontró su camino.

—... Charles me trajo. ¿No escuchaste el helicóptero?

Agregué en broma y él murmuró sin comprender:

—De acuerdo... ¿Y Charles?

—Él se fue.

—…

—Yo insistí y dije que vendría. No culpes a Charles —dije en


voz baja. Keith aun no respondía así que bromee
intencionalmente—: Teniendo a tu propio Omega, eres el
único Alfa pasando su RUT en soledad.

Keith dijo de inmediato:

—Soy un Alfa dominante.


¿No es esto aún más miserable, justo porque eres un Alfa
dominante? Lo pensé, pero no me atreví a decirlo en voz alta.

—De todas maneras... —Cambie el tema—... ¿Por qué viniste


aquí solo? ¿Ni siquiera me lo vas a decir?

—Mejor tú… ¿Cómo lo supiste?

Esta era la primera vez que Keith tartamudeaba. Me reí


porque era algo fascinante e interesante.

—Como Charles intentaba cubrirte le dije que quería


encontrarme con otro hombre. Luego de me dijo que no
hiciera eso.

¡¡Sorpresa!! Quise gritar, pero apenas me contuve. El rostro


de Keith parecía sorprendido, pero comenzó a distorsionarse
gradualmente. No parecía enojado, pero después de pensar
comenzó a rechinar los dientes.

—¿Tenías pensado encontrarte con otro hombre?

—Huh.

Le respondí naturalmente a Keith quien repitió mis palabras.


Keith se detuvo por un momento y pronto frunció el ceño y
entrecerró los ojos.

—… ¿De verdad?

—Sí.

De nuevo asentí delicadamente.

Keith exhaló ruidosamente. Pensé que fue malo, pero ya


pasó. Si a una persona ya no le queda nada, entonces no tiene
por qué temer. Eso fue exactamente lo que hice.
—Todas las mentiras que dije se han acumulado como si
fuese un enorme camión. ¿Qué diferencia hará una mentira
más?

Keith se quedó absolutamente sin palabras. Agitó su cabeza


y su mente voló otra vez. Abrió y cerró su boca, levantó y bajó
sus manos, miró al cielo y hacia abajo. De repente agarró la
botella de vino. Miraba en silencio como bebía de un solo
trago el vino vertido en la copa, como si fuese una cerveza.
Dije en voz baja:

—No tienes por qué ocultarte en un lugar como este… Y


beber estas cantidades.

Keith volteo y me miró con una mirada aguda.

—Lo escuche de otras personas. —Apartó la vista y dijo en


voz baja—: Esto ya es el pasado.

—Pero tú sigues bebiendo.

—Esto…

Keith intentó decir algo, pero se contuvo. De pronto note que


trago saliva.

—¿Es insoportablemente doloroso si no estás borracho?

No dijo nada más otra vez. De pronto, sentí dolor en un rincón


de mi corazón.

—Es tan estúpido aguantarlo en soledad.

Keith corrió su pelo y suspiró pesadamente. De pronto


parecía horriblemente cansado.

—Entonces ¿debería verter mis feromonas en ti y hacerte


llorar otra vez?
Me sorprendí ante esas inesperadas palabras. Keith continuó
siendo sarcástico:

—¿Y si me follas para después escapar otra vez? ¿No estaría


tan mal, no es así?

Oh me di cuenta de repente... ¿Este hombre le tiene miedo a


algo? Era una emoción que nunca había sentido viniendo de
Keith, hasta ahora. Siempre fue un hombre que se reía de los
demás, no escondía su desprecio, era sarcástico y pisoteaba
a otros con indiferencia.

—…Si lo hubiese odiado tanto no hubiese llegado hasta aquí.

Ante mi tono tranquilo, él se rio cínicamente.

—Y volverás a abandonarme.

—¿Cuál es el punto al decir eso? ¿No debería ser yo quien se


preocupe por eso? Fuiste tú quien me abandonó primero.

Fruncí el ceño y Keith se detuvo en silencio. El sonido regular


de las olas resonaba en mis oídos. Keith abrió la boca. En ese
preciso momento una gran ola golpeó la roca debajo de la
mansión. Después de eso, su voz ahogada llegó a mis oídos.

—No te abandone.

—…

—Aunque simplemente no admití… que no eras solamente


un compañero sexual. —Keith suspiró y continuó—: ¿Estoy
siendo castigado?

Keith sonrió amargamente y me miró con los ojos bien


abiertos. Como si ya supiera todo.

—Ni siquiera logré marcarte.


—…

—Siempre podrás cambiar de parecer y después me dejaras.

Se estaba haciendo todo un rollo. ¿Qué le pasará a Keith si lo


dejo en soledad? ¿Permanecerá solo por siempre y se volverá
loco, igual como me pasó a mí? Abrí mi boca.

— Sí, te odié hasta la muerte —dije en voz baja, él no


respondió nada así que continué hablando—: Hubo
momentos en los que quería acabar con todo y muchas veces
lloré porque te odiaba. Estaba tan herido que pensaba que no
quería volver a verte jamás. Me dije a mi mismo que era
mejor estar solo, en vez de seguir dañando mi corazón de esa
manera.

Miré fijamente la cara de Keith.

—Y entonces ¿qué?

Keith se detuvo y agregue en voz baja:

—Eso es amor.

Aún estaba en silencio. El sonido de las olas seguía


desvaneciéndose.

—Esto duele, duele, duele, duele. Besarse y reconciliarse.


Volver a confesar los sentimientos y abrazarse para no
sentirse solo.

—…

—Si esto no es amor, entonces ¿qué es?

—…

—¿De qué diablos tienes miedo? —Mi voz tembló


levemente—. Aunque estuve tan herido y angustiado. Este
amor jamás se detuvo. —Escupí con una voz llena de
emociones—: ¿Por qué intentas huir de esa manera?

Keith mordía sus labios. En el momento que soltó sus labios,


inmediatamente dejó salir un susurro. Intentó decir algo,
pero se detuvo. Yo seguí esperando en silencio. Finalmente,
Keith confesó:

—Te amo.

La cara de Keith se distorsionó. Sentí como si él estuviese a


punto de llorar, como paso aquel día.

—Lo único que puedo hacer para demostrarlo es usando el


dinero… Pero no puedo expresar todo lo que siento con eso.
—Eventualmente cubrió su cara con ambas manos—. Dios
mío, tengo tanto miedo de que no vuelvas a amarme…

Solo lo estaba mirando. Las emociones desbordantes de


Keith me invadieron. Él y yo estábamos completamente
solos. Incluso estando juntos, la soledad no pudo ser llenada.
La razón fue una. Moví mis pies, me acerqué a él, paso por
paso. Para no seguir estando en soledad, silenciosamente
agarré su mano. Seguramente se dio cuenta que me estaba
acercando. Él seguro sintió mi aroma.

—¿Quieres que confíe en ti?

Los ojos de Keith temblaron. Yo susurré silenciosamente:

—Entonces deja tu marca sobre mí. —Sentí su mano rígida


mientras lo tenía agarrado. Seguí hablando—: Si realmente
me amas, pruébalo, márcame una y otra vez. Hasta que la
marca quede fija.

Lo mire con una sonrisa cínica mientras él permanecía en


silencio.

—¿O acaso eres un cobarde?


Inmediatamente la expresión de Keith se volvió sombría.

—No vuelvas a decirme que soy un cobarde.

—Entonces demuéstralo.

Lo provoqué, pero él seguía sin poder tocarme. Abrí


levemente mi boca mientras el miraba mis orejas, con una
expresión llena de anhelo y temor.

—No me importa si no me amas.

—…

—Ahora ya no importa. —De repente mis ojos se pusieron


calientes. Apenas exhalé y confesé—: Porque yo si te amo.

Keith guardó silencio por un tiempo. Simplemente me miró y


abrió la boca. Soltó una voz temblorosa que escuché por
primera vez en mi vida.

—¿Qué debo hacer para que me creas? —Su rostro se


distorsionó por la desesperación—. Dios, puedo hacer
cualquier cosa, mientras me ames nuevamente.

Mirándolo a los ojos enrojecidos, dije:

—Solo...

La voz tenue estaba perturbada por el aliento.

—Solo ámame. —Barriendo sus ojos, silenciosamente


susurré—: Mi Alfa.

Keith recorrió mis labios con su aliento áspero. Cerré mis


ojos y lo abracé con todas mis fuerzas.

—Yeonwoo.
Keith susurro mi nombre y superpuso sus labios sobre los
míos. Los froto, mordió, chupó. No era suficiente solo
abrazarlo por lo que subí su camisa y acaricié su cuerpo
desnudo como loco. Keith me empujo y ambos caímos al
suelo, como peso muerto. Un gemido escapó de las
profundidades de mi garganta. Sus feromonas se
derramaron por todo mi cuerpo. Su dulce aroma recorrió mis
venas como una feliz canción de amor. Mi parte baja
comenzó a humedecerse, todas mis células deseaban a este
hombre. Lo empujé apresuradamente y me subí sobre él. Él
besó mi cuello y clavícula, inhalando el aroma.

Mientras el cerebro se sumergía cada vez más en las


feromonas, el placer se volvía más intenso.
Instantáneamente sus ojos se volvieron dorados, para volver
a su color púrpura otra vez. Su RUT estaba llegando. No pude
aguantar y pasé mi lengua por sus párpados. Keith sabía
amargo, pero no me detuve.

—Ah, ah, ah, ah…

Los gemidos y la respiración agitada se mezclaban y fluían


desordenadamente. Mi corazón estaba agitado. Movió su
lengua y la dirigió hacia mis mejillas, orejas y boca. Pronto,
nuestros labios se engancharon y deslice mi lengua en su
boca. Mientras me movía encima de Keith, me quite los
pantalones. Todo lo que tuve que hacer fue enseñar mis
nalgas y Keith instantáneamente agarró mi carne y sus dedos
vagaron en busca de un agujero.

—¡Ahh...!

Finalmente, su grueso dedo presionó mi entrada, penetró en


el agujero palpitante y lo acarició por mucho tiempo.

—¡Yeonwoo! —gritó mi nombre y frotó sus labios.


Su respiración era acelerada e intensa. Las feromonas se
volvieron más espesas y llenaron completamente el aire y el
ambiente. El razonamiento de Keith desapareció
gradualmente. Me pregunté si el tiempo en que sus ojos se
volvían dorados, se alargaba y de repente un dorado brillante
centelló como llamas. Keith agarró ambos lados de mis
caderas y abrió la entrada con sus dedos.

Dedos gruesos entraron en mí y sacudieron mi empapada


pared interior. El líquido se derramó sobre sus manos,
muñecas y estaba goteando sobre su abdomen. Cada vez que
los dedos de Keith se estiraban, la presión se intensificaba,
pero pronto se hartó. Rápidamente su rostro se distorsionó.

—… Ugh.

Keith gimió viciosamente, mostrando sus dientes afilados.


Mientras yo estaba nervioso por la penetración, su pene
erecto me tocó.

—Ah… ¡Ahh! —grité sinceramente, sin darme cuenta.

Su pesado pene entró en mí, extendiendo salvajemente mi


interior como si estuviera a punto de romperme. Respiré
hondo, pero no logré calmarme. Mi cuerpo entero parecía
arder. Mi estómago hervía y todo mi cuerpo temblaba, no
pude superar la pasión. ¡Oh, qué debo hacer!

Busqué los labios de Keith, susurré y los froté como loco. Mi


celo también llegó. Esto no se debía a sus feromonas.

Es porque estoy tan emocionado, quiero tanto tener a este


hombre, quiero tragarlo más adentro de mí, más profundo.

Todo mi cuerpo se derretía con feromonas. Mi parte baja


estaba completamente empapada y todo mi cuerpo ardía
solamente para Keith.
Quiero que estemos conectados más profundamente. Quiero
devorar por completo a este hombre.

—¡Ah, ahh, aaah…!

Gemí como si me cortaran por la mitad y palmeé su espalda


ligeramente. Sacudí todo mi cuerpo de arriba hacia abajo y
me tragué su pene por completo.

—¡Oh, Dios mío! ¡Maldita sea!

Keith me empujó, escupiendo insultos. La posición cambió y


llegó hasta el fondo de inmediato.

Convulsionado con un grito agudo, creo que perdí la cabeza


por un tiempo. Cuando abrí los ojos, Keith estaba sobre mí.
Las feromonas oscuras estaban por todas partes.

Oh, esos ojos dorados.

Extendí mi mano y le rodeé la mejilla. No quedaba más razón


para Keith. Fue solo un golpe, otro golpe y otro. Infló su pene
como lo hizo aquel día. El estómago se hinchó hasta el punto
de romperse. Pero tragué un gemido y lo abracé con más
fuerza.

Tienes que esparcirlo más. Tienes que tragarte a este hombre


más profundo, más.

Me incliné y respiré fuerte para ayudar con la inserción. Los


genitales, que habían llegado a la raíz, gruñeron
violentamente, como si estuvieran tristes por no poder
entrar más.

Quizás este hombre me comería el estómago si pudiera.

Mordió mis labios, mi cuello, mis hombros y comió mis


pezones. No había ningún lugar en todo mi cuerpo donde no
mordiera y lamiera, excepto por una, la oreja. Keith no me
tocó la oreja a pesar de que perdió la razón. Como si
instintivamente tratara de evitarlo, le mordí la oreja como en
venganza. Keith estaba tan emocionado que dejó de respirar
cuando puse los dientes en la marca que dejé.

—¡Ah, ah, ah!

Poco después, su inserción se volvió violenta. Cada vez que


Keith atacaba mi vientre, gemía tanto como respiraba. Era
demasiado rápido, demasiado profundo, demasiado grande.
Un pene caliente metido en el estómago, golpeando
violentamente. Solo estaba revoloteando. El trasero estaba
caliente y dolorido, pero el estómago seguía pidiendo más.

¿Alguna vez has anhelado con tanta avidez?

Lo abracé con todas mis fuerzas. Fue cuando Keith volvió la


cabeza y frotó sus labios en mi mejilla. Abrió la boca y mordió
mi oreja con rudeza.

—¡…!

El calor se extendió por todo mi cuerpo. Abrí la boca al


máximo, pero realmente no pude emitir ningún sonido. Mi
mente se quedó en blanco en un instante y se desvaneció. El
aroma que olí por primera vez se extendió hasta la punta de
mi nariz. Incluso antes de la eyaculación, una sensación
similar de debilidad se extendió por todo el cuerpo. Cuando
abrí un poco los ojos, Keith me estaba mirando. Miraba
precisamente mis orejas. Por su mirada pude ver todo.

Keith, que había intentado decir algo, abrió la boca, pero


renunció, repetidamente trató de decirlo y finalmente
confesó:

—Te amo —Los ojos de Keith se humedecieron— ...He


estado enamorado durante mucho tiempo.
Sonreí levemente y extendí mi mano. Toqué débilmente su
mejilla, la acaricié y susurré:

—Mi Alfa.

Sus labios acariciaron mis mejillas, mi frente, y chupó mis


orejas.Wow, un doloroso sonido de mordisco hizo eco en mi
oído. Tembló y eyaculó en mí.

✤✤✤✤✤✤

Escuché el sonido de las olas en la distancia. De repente hizo


frío y me acurruque para calentarme. Sentí una temperatura
cálida, me abracé de inmediato. Podía sentir un dulce aroma,
cómodamente. Olí y olí. El olor tan suave y dulce me hizo
sentir aliviado. Me desperté tardíamente, extendiendo la
mano y abrazando el cuerpo firme del hombre.

—¿...?

Cuando abrí los ojos lánguidamente, apareció una escena


desconocida. Una barandilla de madera, una línea horizontal
en la distancia, salpicaduras ocasionales de agua, el
interminable sonido de las olas y el hombre durmiendo a mi
lado. Keith.

El hombre que derramó feromonas durante solo dos días, se


durmió inmediatamente después de que terminó su RUT.
Inesperadamente, miré su rostro por un momento,
exhalando un profundo y tranquilo aliento.

Ahora que lo pienso. De repente, una sonrisa vino a mi mente


al recordar el pasado.

Un hombre que nunca duerme con otras personas después del


sexo, se duerme tan profundamente a mi lado.
Era trivial, pero me dio una plenitud que no pude negar. Lo
miré e incliné cuidadosamente la cabeza. Toqué sus labios
con los míos, haciendo un lindo sonido. Keith no se despertó.
Pensé que tenía que levantarme y comer algo, pero estaba
cansado a morir.

La parte inferior de mi cuerpo hormigueaba y ardía. No fue


difícil imaginar que el lugar estuviera hinchado. Porque la
velocidad de las embestidas fue muy alta, aquí y allá. La gran
cantidad de semen que Keith vertió por mi agujero, aún
abierto, se mezclaba y salía poco a poco cada vez que
respiraba. Estaba avergonzado y feliz por la sensación de
gotear del interior de mi trasero.

Abracé a Keith de nuevo y silenciosamente acerqué mis


orejas a su pecho. El sonido de su corazón latiendo
regularmente, era tan fuerte como el sonido de las olas.

Cerré los ojos y volví a quedarme dormido.


Bésame mentiroso Vol. 4 • Capítulo 8

Toc Toc

Giré mi cabeza hacia el golpe. Un momento después se abrió


la puerta y apareció una persona inesperada.

—Señorita Parker.

—Yeonwoo.

Naomi entró con una sonrisa brillante en su rostro hermoso.


Abrazó ligeramente mis hombros, mientras sonreía abrió la
boca aun con una sonrisa.

—¿Cómo estás? Escuché que te lastimaste, pero no pude


venir porque estaba filmando. Lo siento.

—No, estoy bien. ¿La filmación terminó bien? Estoy


deseando verlo.

—Gracias al Sr. Pittman —continuó Naomi—: Estaba un


poco preocupada acerca de si podría interpretar un papel así,
pero creí en la visión del Sr. Pittman. El director estaba muy
sorprendido. Cada escena realmente me costó todo.

—Todo saldrá bien.

Sonreí.

Durante bastante tiempo, se han planteado preocupaciones


sobre el papel que no coincidía con su imagen, pero la
filmación parecía haber terminado con éxito. Pocos actores
fueron elogiados por sus habilidades de actuación por parte
del famoso director. Con esta oportunidad, Naomi dará un
gran paso en la filmografía como actriz. También quería ver
una película. Se suponía que iría con Keith en el próximo
estreno VIP.
—Estoy aquí para saludar al Sr. Pittman, y estás solo.

—Keith fue a recoger al bebé.

Sonreí.

—Quería ir con él, pero me dijo que esperara aquí.

El propio Keith fue a recoger al niño, negándose a que la


enfermera lo llevara. Como si quisiera hacerlo. Naomi me dio
unas palmaditas cariñosas, sosteniendo mi mano.

—Tuviste dificultades, ¿no? Dicen que no es fácil dar a luz


para los Omegas.

—Sí… un poco.

Me equivoqué en mi respuesta. De hecho, no quería decir que


estuve a punto de morir. Me dijeron al final de mi embarazo
que la pared interna se había debilitado debido a los efectos
secundarios de tomar demasiados inhibidores durante
mucho tiempo. Por eso tuve que quedarme en el hospital dos
meses antes de tener al bebé. Keith alquiló toda la sala VIP
del hospital y cortó el acceso de cualquier ruido externo
innecesario. Su protección especial, hizo que la cirugía fuera
un día sin muchos problemas.

La cara de Keith solía ponerse rígida cuando bajaba de la


cama durante ese tiempo, porque una vez me mareé y me caí.
Keith se tomó unas vacaciones y se quedó a mi lado todo el
día. Hasta ahora, la empresa estaba a cargo de su medio
hermano, pero a veces llamaba o realizaba
videoconferencias para continuar con su trabajo. Incluso
entonces, por supuesto, Keith nunca me dejó. Después de la
cirugía, fueron necesarias dos semanas más, para ver la cara
del niño.
Keith declaró con el rostro pálido, diciendo que el sangrado
era tan severo que había estado a punto de morir.

Por supuesto que pensé lo mismo. Era vertiginoso


imaginarme volver a pasar por un proceso tan difícil. Y hoy,
finalmente obtuve el permiso del médico para conocer a mi
hijo. Mientras esperaba ansiosamente a Keith, miré hacia la
puerta mientras hablaba con Naomi.

Naomi, que me notó así, sonrió y dijo:

—Bueno, me voy a poner en marcha. No debo arruinar un


momento familiar.

—Oh, no...

—Yo también tengo una cita.

Cuando la vi guiñar un ojo levemente, de repente pensé en


Grayson. Naomi sonrió y negó con la cabeza, como si hubiera
mirado dentro de mí.

—Oh, no. Ya no me acostaré con Grayson. Ahora solo soy


amiga de él.

La última vez que los vi juntos, recordé lo que dijo Grayson y


lo distorsionado que estaba el rostro de Naomi.

Abrió los ojos levemente.

—Hay un dicho. Mantén a tus amigos cerca y mantén al


enemigo más cerca —dijo Naomi, con los ojos brillantes y
susurrando en voz baja.

—Habrá un momento en que alguien le pateará el trasero a


ese hombre. Y para ese día, me sentaré en la primera fila y
miraré.

—…
—Estoy deseando que llegue el momento.

Pronto sonrió alegremente y me dio una ligera palmada en la


mejilla para despedirse.

—Entonces Yeonwoo, hasta la próxima vez.

Cuando Naomi abrió la puerta de la habitación del hospital,


entró Charles, como turnándose.

—Yeonwoo, estás despierto. ¿Dónde está el Sr. Pittman?

Le di la misma respuesta que a Naomi cuando me lo


preguntó.

Él contestó:

—¿De verdad? —Y pronto dio la vuelta al tema y sacó a


relucir—. Emily quiere que decidas cuál usar para las
cortinas de la habitación del bebé.

Charles asintió con la cabeza mientras tomaba uno de los


folletos de muestra que había sacado. Hace
aproximadamente un mes me dijeron que se renovaría el
interior de la mansión.

Recitó el progreso sin problemas.

—La habitación de Yeonwoo está adjunta a la habitación del


Sr. Pittman. Puede entrar directamente por la puerta
conectada. La habitación del niño está al otro lado. Puede ver
a su hijo con solo dar unos pocos pasos. Tengo algunos
artículos más, además de los que compré antes. Emily estaba
a cargo de decorar la habitación, y me dijo que comprara más,
si quería algo más.

Charles parecía divertirse de alguna manera.


—Colgué una foto de Magritte en la habitación de Yeonwoo.
Dime si tienes algún otro pintor o cuadro favorito que
quieras. Podemos conseguirlo en una subasta u otro lugar.

—... Estoy bien, no sé mucho sobre arte...

—He colgado varias piezas de arte en las que vale la pena


invertir.

—Tenemos todos los vestidores, pero la semana que viene


tendremos todas las joyas. Doce juegos de gemelos, doce
relojes, doce alfileres de corbata, etc. Puedes venir a mirar el
catálogo y elegir tú mismo...

—No necesito tanto.

Él sonrió vagamente, sintiéndose un poco perplejo. Charles,


que había estado hablando durante mucho tiempo, cambió
de tema.

—Hoy vas a conocer al bebé por primera vez, ¿no? Es tan


encantador. Te enamorarás apenas lo veas.

—Sí, supongo que sí —respondí con una sonrisa, pero ya


estaba listo para amar al niño antes de verlo. Añadí con una
sonrisa amarga.

—Quería ir a buscarlo, pero fue a buscarlo él mismo, porque


yo no podía ni gatear...

—Porque está preocupado por Yeonwoo.

Charles me respondió sin dudarlo:

—Cuando Yeonwoo desapareció, el Sr. Pittman casi se


convierte en un desastre. He estado con el Sr. Pittman
durante bastante tiempo, pero nunca había visto nada tan
roto como entonces. Mucha gente estaba preocupada de que
esto pudiera conducir a un funeral. Cuando Yeonwoo tuvo el
accidente después de eso, fue una locura. Prohibió cualquier
visita.

—¿Acaso no fui yo quien resultó herido?

Cuando se lo pregunté en broma, se veía serio.

—Entonces, la condición de Yeonwoo mejoró y casi tuve dos


funerales. Por favor, tengan cuidado los dos, a partir de
ahora. Desde el punto de vista de un empleado, la salud del
empleador es muy importante. —Y Charles agregó
rápidamente—: Más importante aún, el estado financiero.

Pregunté con cuidado, recordando que la empresa de Keith


casi se arruina.

—... ¿Fue tan malo?

Charles, que por un momento tuvo una expresión débil en su


rostro, pronto volvió a su rostro indiferente.

—Espero que nunca deje el lado del Sr. Pittman o se enferme,


Yeonwoo.

—...

—Por favor.

Después de una petición más, arregló mi cama aquí y allá y


salió de la habitación del hospital. Keith regresó unos 10
minutos después.

En el momento en que se abrió la puerta, finalmente


encontré el rostro esperado y abrí mucho los ojos. Sentí una
sensación de incompatibilidad con un aroma dulce. Luego
me di cuenta de que era por una fragancia. El primer olor se
mezcló con el dulce aroma de las feromonas. Era
desconocido y emocionante. Keith, que me llevó al niño, abrió
la boca y me miró con los ojos muy abiertos.
—Di hola... Es nuestro bebé —agregó distraído.

Pero solo miré el bebé que sostenía Keith. Tan pronto como
corregí mi postura, extendí mis brazos inmediatamente.
Traté de sostener al niño, pero dudé en cuanto mis brazos
aparecieron a la vista.

¿De quién es este brazo flaco?

Era desconocido y vergonzoso. Los brazos, que eran mucho


más delgados que antes, estaban tan delgados que parecía
que se romperían. Tenía miedo de abrazar al niño con estos
brazos y dejarlo caer. Keith, que estaba a punto de
entregarme el niño, pronto se dio cuenta y dijo, mientras yo
retiraba mis brazos aterrorizado:

—Está bien, porque estoy a tu lado.

—...

—Abrázalo.

Lo dijo y volvió a sostener al bebé. La diminuta criatura que


murmuraba era increíblemente pequeña. Parecía más
pequeño en los brazos de Keith. Dudé y extendí mis brazos.
Podía ver mis brazos temblando levemente.

¡Ahh…!

Cuando finalmente sostuve al niño en mis brazos, una


sensación indescriptible surgió desde adentro. Conseguí
tragar un suspiro tembloroso y miré la cara del niño. Keith,
que estaba mirando sin decir nada, abrió la boca.

—Le llamé Spencer. —Solo entonces, lo miré a la cara. Keith


habló casualmente—: Es un niño y se desarrolla bien. Come
bien y nunca se enferma.
No pude hablar y solo asentí. De alguna manera lloré, sin
saberlo. Keith lo supo y sacó un pañuelo. Lo recibí en silencio
y me froté los ojos. El bebé tenía ojos azules. Keith dijo
maravillado:

—Mis ojos eran azules antes de la manifestación.

¿Se volverán morados si este niño se expresa como un


dominante? No es agradable.

Me hizo sentir extraño pensar eso. Cuando lo abracé y lo olí,


olí algo desconocido y palpitante, era el aroma único del
bebé. Un día, pensé que lo había olido cuando nació mi
hermana menor, que tiene bastante diferencia de edad. De
pronto, extrañaba a mi familia. Entonces Keith abrió la boca
de repente.

—Le dije a tu familia que estabas bien —dijo Keith, cuando lo


miré por el comentario inesperado—. Emma dijo que
estarían preocupados, si no podían mantenerse en contacto.
¿Escuché que tienes una buena relación con tu familia? —
expresó brevemente sus sentimientos. Fue una reacción que
parecía no poder comprender. —De todos modos, Keith
continuó—: Hice que Emma me llamara. Le dijo que tenías
una mala racha, así que más tarde podrás decirles.

Keith, que había dicho eso hasta ahora, calló un momento. De


alguna manera se me ocurrió que dudaba, por supuesto que
eso no podía suceder.

Umh, Keith, que se aclaró la voz, volvió a hablar:

—¿No debería decir que me voy a casar?

—...

—...

—¿Conmigo?
Me reí casualmente de las palabras que agregué. Ni siquiera
pensé en una boda porque no me sentía bien durante el
embarazo. Hay muchas parejas que piensan que las marcas
de grabado y el matrimonio son temas separados, pero Keith
parecía tener ideas diferentes.

—¿Te estás proponiendo? —Un rincón de mi corazón dolía,


hacía cosquillas y se sentía extraño—. ¿Y si me niego?

Keith torció la frente. Dejé de reírme. Solo entonces Keith


negó con la cabeza como si estuviera estupefacto.

De repente, sentí algo cálido y bajé los ojos, el bebé me estaba


mirando. Tan pronto como me enfrenté a unos ojos azules
claros, una esquina de mi corazón se entumeció de nuevo.

¿Qué hubiera pasado si me hubiera rendido con este niño?

Solo imaginarlo me asustó. Abracé al niño con fuerza. Poco a


poco, mis brazos comenzaron a rendirse, pero no quería
soltar al niño. Sin embargo, habría sido un gran problema si
lo dejaba caer por ser terco.

Solo un poco, solo un poco más...

Seguí posponiendo el tiempo y abrazando al niño, y de


repente Keith se sentó en la cama y me tiró hacia él.

—¿...?

Cuando me jalo hacia él estaba aturdido, Keith me tomó en


sus brazos y me agarró del brazo.

Gracias a él, pude sostener al niño en mis brazos sin ningún


esfuerzo.

Lo miré, desconcertado por el comportamiento inesperado.


Entonces, sorprendentemente, Keith me sonrió aún más.
Dejé de estar aturdido.
Cuando solo lo miré, Keith también me miró a la cara.
Estábamos lo suficientemente cerca para sentir la
respiración del otro. A mis espaldas, la temperatura corporal
de Keith se sentía claramente, y más allá de mi delgado traje
de paciente, no solo podía distinguir la textura de su traje,
sino también el sólido cuerpo musculoso escondido en él. De
repente, mi corazón comenzó a latir como loco. La expresión
de Keith no cambió mucho, pero también estaba tan
emocionado como yo o más que yo.

Sus feromonas eran espesas. Su aroma que solo yo puedo


oler. Su feromona, que solo me seduce a mí. Keith ladeó la
cabeza cuando vio la marca que quedaba clara en mi oreja.
Tan pronto como sus labios se encontraron con los míos,
cerré los ojos y me lamenté. Creo que he estado esperando este
momento desde el principio. Fue solo un beso, pero todo mi
cuerpo estaba entumecido. En el momento en que abrí los
labios para aceptar su lengua, Keith susurró:

—Te vas a casar, ¿verdad? ...Conmigo.

En ese momento, me eché a reír. El bebé en mis brazos se


movió. En lugar de sentirme avergonzado, Keith abrazó al
niño, junto con mis brazos.

Hoo, hoo.Suspiré aliviado y volví a mirar al bebé. Era tan


bonito, tan hermoso. Cuando lo besé en la mejilla, su carne
me tocó. Quería abrazarlo hasta el fondo de mi corazón, pero
el niño era lo suficientemente pequeño y delicado como para
preocuparme de que pudiera lastimarse.

—Spencer —susurré su nombre.

El niño me miró como si hubiera entendido. Sonriendo de


nuevo, Keith abrió la boca.

—Si no te gusta, puedes ponerle otro nombre.


Negué con la cabeza y hablé con voz indiferente:

—... Es un buen nombre.

Le sentaba bien al niño. Besé su mejilla de nuevo.

Keith nos mantuvo juntos a mí y al niño. De repente me besó


en la coronilla. Me recosté cómodamente contra él. Keith, que
no había hablado durante un tiempo, abrió la boca.

—... Estoy construyendo una villa. —Solo esperé en silencio


por el tema repentino. Él continuó—: Estoy haciendo el
camino, así que podrás ir a descansar cuando te den el alta.
El paisaje es bueno y el aire alrededor es limpio.

Creí haber escuchado algo inusual. Pregunté maravillado:

—¿Camino?

Keith dijo casualmente.

—Es un área sin desarrollar, así que compré todos los


bosques de la zona.

—...

Bajé la mirada hacia el rostro del niño sin hablar más. El niño
agitó los brazos mientras lo besaba de nuevo en la mejilla. ¿El
sabrá que soy yo quien lo dio a luz?

—¿Vamos después de la boda? A la villa que estás


construyendo... —Le pregunté con un aire furtivo—. Voy con
MI ALFA, ¿con quién vas tú?

Keith me abrazó por detrás y me tiró hacia él.

—MI OMEGA.
Levanté la cabeza y lo besé en los labios. De repente, mis ojos
ardían, pero mi corazón estaba más lleno que nunca.

Porque ya no estoy solo...


Bésame mentiroso • Epílogo

Ese día la joyería de la ciudad no estaba abierta. Por supuesto


que no eran vacaciones regulares. Se prometió la visita de
invitados especiales, por lo que llegaron a trabajar antes de
lo habitual y estaban completamente preparados. La puerta
se abrió con un traqueteo y una campana. Los empleados,
que volvieron la cabeza encantados, se sintieron
decepcionados al ver al extraño, pero pronto sonrieron
profesionalmente y le pidieron comprensión.

—Lo siento, hoy está cerrado—.

Señaló para ella el letrero “CERRADO” en la puerta, el cliente


se dio la vuelta, sintiendo pena.

La gerente miró la hora apresuradamente. Todos los


preparativos deben hacerse antes de que él venga. Por
supuesto, estaba prohibido que cualquier otra persona se
acercara a la tienda. La gerente llamó a un nuevo empleado
para que se quedara afuera de la puerta.

—Si intentan entrar debes decirles que hoy no hay atención.

—Sí, gerente.

El empleado asintió con una mirada nerviosa.

El invitado reservado nunca había perdido su tiempo.


Siempre llegaba dentro de los cinco minutos de la hora
exacta, a más tardar. Estaban seguros de que pronto
emergería.

Más allá de la pesada puerta de vidrio, se vio a un empleado


enviando a otro invitado de regreso. Faltaban 3 minutos. El
empleado se apretó el nudo de la corbata como si estuviera
nervioso y la ajustó. Finalmente, con un minuto para la hora
citada, el personal afuera miró apresuradamente alrededor
de la tienda. Parecía haber llegado.

Efectivamente, el coche negro se detuvo después de un rato.


Luego de que algunos autos se alinearan, un hombre corrió y
abrió la puerta de atrás. Y finalmente apareció el invitado que
estaban esperando.

✤✤✤✤✤✤

—Hola, Yeonwoo.

La gerente con alegría lo saludó, llamándolo por su nombre.


Yeonwoo sonrió brevemente y respondió a su saludo.

—¿Cómo estás? Te has vuelto más hermosa.

—Oh, Dios mío, debería estar feliz de escuchar eso de


Yeonwoo.

Su reacción agradecida y su sonrisa, por supuesto, estuvieron


lejos de ser desagradables. La gerente, que por casualidad vio
al niño que trajo Yeonwoo, preguntó afectuosamente.

—¿Cómo estás, Spencer?

El niño la miró y parpadeó, y pronto enterró su rostro en el


hombro de Yeonwoo.

—Acaba de despertar —dijo Yeonwoo avergonzado, y el


gerente le estrechó la mano como si estuviera bien.

—Yo también tengo tres hijos. Puede suceder en cualquier


momento a esa edad, por supuesto. Siéntese. Por cierto, ¿le
gustaría tomar algo? Para Spencer es pudín, ¿cierto?

Spencer se volvió hacia sus palabras y miró a la gerente. La


saliva fluyó por su boca.
—¡¡Spencer!!

Yeonwoo se sintió avergonzado, sacó un pañuelo y le limpió


la boca al niño. La gerente y el resto del personal los
observaron con una sonrisa amistosa.

Situado en el sofá, a Yeonwoo le sirvieron capuchino y a


Spencer le sirvieron pudín de leche. El niño tomó la cuchara
y luchó de alguna manera por comerlo solo. Yeonwoo
compró un tapiz improvisado para evitar que el sofá se
manchara. Solo después de colocarlo en el sofá y sentar a
Spencer, Yeonwoo se quedó tranquilo y miró a la gerente.

—Quiero comprar un anillo de aniversario de bodas. ¿Me


puedes mostrar los diseños?

Todos los años, en el aniversario de bodas, Yeonwoo


compraba un anillo y se lo regalaba a Keith, luego él colocaba
el anillo que recibió el año anterior en un cajón y usaba el
nuevo. Aunque cambiaba su anillo todos los años, no se lo
quitaba bajo ninguna circunstancia hasta que recibía un
anillo nuevo.

¿Quieres algo más, como regalo este año? Se preguntó


Yeonwoo, mientras pensaba por un momento.

—¿Puedo ver un alfiler de la corbata?

—Oh, claro —dijo el personal que estaba detrás de la


gerente.

Luego desapareció rápidamente y volvió a aparecer. Dentro


de la caja de terciopelo que trajo había una hilera de alfileres
de corbata brillantes. Yeonwoo sacó uno de ellos y lo miró
con atención. El gerente comenzó a explicar como si hubiera
estado esperando.
—Este trabajo se vende constantemente. Han pasado 10
años desde que salió, pero se está vendiendo continuamente.
Va bien con cualquier corbata, y el diseño es simple, por lo
que puede usarlo en cualquier lugar. Este diamante es
originario de una isla en Grecia. Es famoso por su alta pureza
y calidad. Se vende a un alto precio porque solo se recolecta
una pequeña cantidad cada año. Si se cansa del alfiler de
corbata, puede quitarle el diamante y cambiar el diseño a un
anillo u algo...

Yeonwoo dijo que sí y tomó otro alfiler de corbata. Ella


comenzó a explicar de nuevo. Mientras escuchaba
seriamente a la gerente, Spencer intervino de repente. Y
terminó teniendo un accidente inesperado.

—¡Spencer!

—¡Oh Dios mío!

Era una caja con un nudillo y un alfiler de corbata en la


cabeza. Yeonwoo lo atrapó por el ancho de un cabello cuando
estaba a punto de rodar. Spencer estaba a salvo, pero las
joyas no. No solo el anillo que trajo, sino también los alfileres
de corbata estaban esparcidos por el suelo. Pero ese no fue el
final. La taza de café que estaba en la mesa con él, cayó al
suelo y el pudín que sostenía Spencer también. Gracias a la
suave alfombra, la taza de té no se rompió, pero el problema
fueron las joyas. Yeonwoo se metió en un dilema cuando vio
que el personal se apresuraba a recoger las joyas
estropeadas mezcladas con café y pudín. Un miembro del
personal tomó un alfiler de corbata, se sorprendió y miró a
su alrededor. Avergonzada, miró a la gerente, pero no vio a
ningún empleado. Yeonwoo pronto notó la situación.

—Gerente.

—Oh, sí, Yeonwoo.


Yeonwoo le dijo al gerente, quien sonrió apresuradamente.

—Compraré todo.

—¡Oh Dios mío! —gritó el personal de nuevo con sorpresa.

Yeonwoo continuó:

—Por favor, límpielo y envíelo a casa. No se puede evitar si


está rayado o roto... Si puede hacer las reparaciones tanto
como sea posible.

—Oh mi...

La gerente estaba perpleja pero encantada. Su boca seguía


abriéndose cuando Yeonwoo agregó sonriendo:

—¿Puedo ver unos gemelos?

—Por supuesto, ¿te gustaría un capuchino de nuevo? —


Yeonwoo negó con la cabeza a favor de la gerente—. Está
bien. Spencer, tú tampoco puedes.

Spencer parpadeó por un momento bajo severas sanciones.


Sus ojos se volvieron hacia el pudín que cayó al suelo. Pero
en el momento oportuno, el personal lo envolvió en un
pañuelo y se puso en marcha. Spencer miró a su alrededor
con una cuchara vacía, pero el pudin se había ido.

—Woo…

Yeonwoo se debilitó al ver a Spencer mordiendo y chirriando


los labios. Hoo, suspirando, dijo de nuevo:

—Lo siento, pero ¿podrías darme pudín de nuevo?

Yeonwoo dejó el tapiz en el suelo y sentó a Spencer. Después


de eso, se sintió aliviado. Mirando al niño que estaba
emocionado y comenzó a comer pudín una y otra vez,
Yeonwoo eligió un par de gemelos.

Cuando terminó de comprar y salió, se sentía exhausto.

✤✤✤✤✤✤

Justo cuando entró al auto, escuchó una llamada telefónica.


Resultó ser su hermana menor. Ante el sonido de Yeon-Hee
preguntando inmediatamente, Yeonwoo sonrió levemente.

—Salí por un momento. ¿Cómo estás?

—Por supuesto que lo estamos haciendo bien, ¿tiene sentido


que no podamos?

Se alegró de que lo dijera. Keith no solo hizo todo lo que


Yeonwoo quería, sino que también brindó apoyo a su familia.
El mes pasado, debido a que era el tercer aniversario de su
matrimonio con Yeonwoo, sus padres y sus hermanas
menores pasaron un viaje en crucero por el Ártico. Fueron
unas largas vacaciones para ver el Polo Norte, incluido el
norte de Europa, durante más de un mes después de
comprar los pasajes del crucero. En cambio, Yeonwoo y Keith
llevaron a Spencer a celebrar su aniversario, alojándose en el
nuevo castillo francés de Keith. Ahora Yeonhee viajaba a
Estados Unidos. Mirando alrededor ella dijo que quería
reflexionar sobre sí misma, pero Yeonwoo fingió no saber
que solo quería jugar. Estaba pensando que la dejaría jugar
cómodamente hasta este viaje y hablar seriamente sobre el
futuro una vez que terminara su agenda. Por supuesto,
Yeonhee no estaba tan preocupada porque siempre ha sido
una persona inteligente.

—¿Llamaste a casa? —preguntó Yeonwoo.

—Si. Mi mamá quiere que llame a mi hermano. Te echo de


menos.
—Está bien.

Después de calmar a su hermana menor, quien lloró por


querer ver a Spencer, Yeonwoo dijo:

—Puedes comer en cualquier lugar, pero busca un buen


lugar para dormir, no lo escatimes. Te enviaré dinero de
inmediato si lo necesitas.

Yeonhee se estremeció como si supiera todo, cuando insinuó


sus preocupaciones.

—¡No te preocupes! Me estoy cuidando. Simplemente


caminé porque me preguntaba si te estaba yendo bien.

—Sí, bien hecho.

Después de escuchar sobre el área donde Yeonhee se


quedaría hoy, Yeonwoo inmediatamente abrió su tableta y
buscó un hotel cercano.

—Haré una cita, así que duerme allí esta noche.

Yeonhee se sorprendió cuando dijo el nombre del hotel de


lujo.

—Está bien, tengo una reserva de hotel.

—Ve ahora, busqué tu reserva y lo que reservaste se veía mal.


Primero ve al hotel, tómate un día libre y busca en otro lado.

—Uh...

Era inusual difuminar el final de las palabras. Yeonwoo


frunció el ceño y preguntó. No cree que haya hecho una
reserva allí sabiendo.

—Probablemente no lo sabías y reservaste allí.


—Uh…

La misma reacción esta vez. Yeonwoo dijo con severidad:

—Seo Yeon-hee.

—Pero es caro quedarse en un hotel de lujo. —Yeonhee puso


una excusa—. Acabo de regresar del crucero… Lamento
decirte esto.

—Está bien, así que ve y duerme. También te di una tarjeta.

Después Yeonhee dijo vacilante: “Gracias”.

—Está bien. No te saltes la comida y sal mañana por la


mañana, no te preocupes, no tienes que pagar. Lo haré todo
de una vez aquí.

—¿Hasta la mañana? ¿No estás gastando demasiado?

La hermana menor sorprendida pronto agregó sus


preocupaciones. Yeonwoo respondió con indiferencia.

—A Keith le gusta cuando gasto dinero.

—¿De verdad?

—De verdad.

Preguntó Yeonhee sigilosamente:

—... Entonces ¿puedo ir de compras al hotel?

—Compra tanto como quieras

Yeonhee gritó de alegría al otro lado de la calle, por lo que


Yeonwoo se quitó el teléfono celular de la oreja por un
momento. Después de eso, hablaron algunas palabras más
antes de finalizar la llamada. Justo después de presionar el
botón de salida, hubo un mensaje de Josh. Después de varios
pitidos, respondió el teléfono.

—Lo siento, Josh. He estado hablando con mi hermana por


un tiempo.

—Oh, eso está bien. Más bien, creo que debería cancelar la
cita que había hecho para encontrarnos.

Estaba deseando que llegara, así que suspiró sin saberlo. Josh
se disculpó al otro lado del teléfono.

—Lo siento, paparazzi.

Josh escupió maldiciones y expresó su ira durante mucho


tiempo por su vida en cautiverio. Y al final, dio la impactante
noticia de que estaba embarazado de su tercer hijo.

—Decidí no tener más niños, pero ese hijo de puta... ¿qué


puedo hacer? Es mi culpa que mi cara esté arruinada.

—Sí...

Yeonwoo estuvo de acuerdo sin querer. Cuando piensa en el


Alfa de Josh, le parece natural. Si el hombre lo quería, estaba
claro que cualquiera en el mundo iría por las estrellas en el
cielo. Además, incluso Yeonwoo estaba emocionado.

¿Qué tan bonito será el hijo de Josh y ese hombre?

—En su lugar, envío fotos de los niños.

Hasta ahora ha sido privado, así que enviarle fotos fue una
gran prueba de confianza. Hijos de celebridades cuyo género
se desconoce. Incapaz de resistir la curiosidad, Yeonwoo
miró la imagen enviada por Josh. Era una foto de dos niños
sentados uno al lado del otro, uno era un hijo y el otro era una
hija. Entre ellos, el chico, Pete, era muy alto como se esperaba.
Como si hubiera heredado exactamente la mitad de la sangre
de ambos lados, pensó que se merecía el objetivo de los
paparazzi porque tenía una cara bonita y atractiva.

La hija también era una gran belleza. La niña, que tenía el


cabello rubio rizado atado a ambos lados con cintas moradas,
llevaba un vestido con volantes y parecía una princesita. Los
calcetines blancos y los zapatos Mary Jane eran perfectos. Un
hijo y una hija son increíbles. El sexo del segundo se encontró
mirando la imagen. Dio a luz sin un baby shower y se quedó
en silencio de inmediato, por lo que no hubo tiempo para
celebrar. Algún día se revelará al público, pero Josh parecía
querer retrasar ese tiempo tanto como fuera posible. Eso era
comprensible. Yeonwoo estaba convencido.

El matrimonio entre él y Keith también fue una sensación,


pero fue mucho menos que ellos. Siendo Chase una de las
principales estrellas de Hollywood y Josh su guardaespaldas,
por supuesto, la atención permaneció. En ese momento,
Internet y la TV, todo tipo de medios publicaron artículos
sobre ellos durante casi un mes. Aunque la boda se llevó a
cabo en secreto, bajo estricto control, también se utilizó un
helicóptero para filmar y retransmitir. Por supuesto, fue
criticado, pero las calificaciones fueron enormes. Además de
eso, tenía miedo de imaginar lo loco que sería con estos niños
guapos y bonitos. Quizás se vuelvan más famosos que sus
padres

… Hija. Yeonwoo miró a la chica en un lado de la imagen.


Yeonwoo miró a la bebé de la foto. Sostenía la mano de Pete,
parece como si le gustara mucho. Su corazón se conmovió
aún más cuando vio al hermano y la hermana con quienes
estaba cerca

—Papá, papá.

Spencer lo agarró del brazo y trató de llamar la atención.


Yeonwoo sonrió y abrazó al niño. Mientras frotaba los labios
contra sus suaves mejillas, a Spencer le gustó y pronto sonrió.
—Spencer—. Mientras lo llamaba por su nombre, el niño
parpadeó y lo miró. Yeonwoo preguntó suavemente—: ¿Y si
tuvieras un hermano?

El niño ladeó la cabeza, sin darse cuenta del significado.


Yeonwoo agregó como si estuviera hablando consigo mismo.

—... Tengo que persuadir a Keith.

Escuchó todo lo que Yeonwoo quería, con una sola excepción.


No importa lo difícil que fuera, ese era un punto inflexible.

Su corazón se debilitó cuando recordó a Keith siendo cortado


con un cuchillo. Además, cuando los resultados del reciente
examen médico se mostraron falsamente, Keith llamó al
médico frente a los ojos de Yeonwoo para confirmar el hecho.
Y se enojó como el fuego después de mucho tiempo y gritó
que no podía morir. Mientras se disculpaba en voz baja con
Keith, Yeonwoo lamentó haber escrito los resultados
demasiado bien.

Debo manipularlo un poco... para persuadirlo. Yeonwoo


estaba seriamente perdido en sus pensamientos. ¿Debo decir
que no me acostaré contigo en este RUT? Entonces ¿volverás a
quedar atrapado en la isla, solo? Puede vivir tantas veces como
quiera en una isla, así que, si compra otro lugar y se esconde,
no podré encontrarlo. Si se acumulan feromonas, entonces...

Yeonwoo, que pensaba hasta ahora, con ira, negó con la


cabeza. Eso no es.

Reflexionando sobre sí mismo, que tenía una mala idea en


ese momento, pensó seriamente una y otra vez.

Tendría que convencerlo de alguna manera. Yeonwoo volvió


a mirar la foto. Incluso aquellos que no tenían pensamientos
de niños probablemente los tendrían con esta imagen.
Yeonwoo quería tener una hija de inmediato. Pensemos en
una forma. Yeonwoo, quien recientemente desarrolló el
hábito de dar golpecitos con los dedos como Keith, los movió
en sus muslos, como tocando las teclas de un piano,
profundamente perdido en sus pensamientos.

—Papá, papá.

Spencer tiró del brazo de Yeonwoo. Estaban vendiendo


helados cuando vio hacia dónde apuntaba. Podía preguntarle
al guardaespaldas, pero Yeonwoo decidió simplemente salir
del auto.

—Me gustaría dar un paseo, por favor.

Cuando el conductor se detuvo a un lado, los guardaespaldas


bajaron inmediatamente de aquí y de allá. Sintiendo el foco
de atención de la gente, Yeonwoo se dirigió a la heladería con
las manos sobre Spencer como si nada hubiera pasado.

—Fresa —dijo el niño cortando la palabra.

Yeonwoo ordenó un helado de fresa para Spencer y se lo


recomendó a los guardaespaldas. Al principio los
guardaespaldas que se negaban, al darse cuenta eligieron un
helado o una bebida. Yeonwoo pidió té helado.

El clima era tan bueno que caminó, no pudo evitarlo. Además,


siempre era agradable caminar en las tardes por las
tranquilas calles.

Pero no pocos pasos después, Yeonwoo se arrepintió. No


debería haber pedido té helado. Sin darse cuenta, buscó el
bote de basura. Lamentablemente, nada se destacó de
inmediato.

No podía beber porque estaba cargando a su hijo. Si pudiera


sostenerlo en un brazo como Josh, haría cualquier cosa con
su mano izquierda, pero Yeonwoo no tenía tanta resistencia.
En el pasado, sintió que su fuerza física disminuyó más
rápidamente después de haber estado enfermo por sufrir
una sobredosis y tener la cirugía para dar a luz al bebé. Keith
se volvió sensible al respecto. Yeonwoo también se sintió
amargado, pero lo entendió.

Debe estar saludable, pero mejorar su fuerza física era otro


problema. Iba a decirle a Charles que buscara un entrenador
físico cuando mejorara. De todos modos, no estaba en una
situación como esa en este momento. Si quieres tener un
segundo hijo, definitivamente necesitas hacer crecer
físicamente tu cuerpo. Cuando recordó a Josh, cuya fuerza
física era diferente desde el nacimiento, inmediatamente se
sintió derrotado, pero no pudo evitarlo. Yeonwoo se animó e
hizo una promesa. Trabajemos duro en persuadir a Keith.

—¡Papá, ahí!

Spencer lo hizo volver de sus pensamientos, señalando el


buzón. Al no ver nada, el niño se alegró y perdió el juicio. Este
tipo de experiencia no era común, así que por supuesto, fue
emocionante. Sin embargo, la pregunta era: ¿cuánto duraría
la resistencia de Yeonwoo?

Yeonwoo gimió y caminó con Spencer en sus brazos. El niño


sonrió y miró a su alrededor en una fila. Yeonwoo también
estaba aceptando sus palabras, pero estaba algo seco. Ya sus
ojos se habían vuelto negros y un sudor frío estalló detrás de
su espalda.

Vayamos a ese bloque. Al ver que había un pequeño banco


frente a la estación, Yeonwoo decidió. Sentémonos allí,
descansamos y volvemos al coche. Cuando pensó en volver
mientras caminaba, inmediatamente perdió la cabeza.
Entonces, de repente, alguien tomó al niño del brazo de
Yeonwoo.
—¡Spen… !

Yeonwoo, que estaba a punto de gritar en contemplación,


pronto dejó de hablar. Keith lo estaba mirando, sosteniendo
al niño en un brazo.

—Te dije que no lo llevaras contigo de una manera difícil.

Respondió Yeonwoo, aliviado por las ligeras quejas:

—Solo porque quería...

—Tienes que dejar que Spencer camine por su cuenta.

Mientras decía eso, Keith no bajó al niño. Sintiéndose libre de


la repentina pérdida de peso, Yeonwoo se llevó el té helado a
la boca. Pero ese no fue el final. De repente, Keith sostuvo la
cintura de Yeonwoo en su brazo izquierdo y tiró de él.
Cuando Yeonwoo, a quien se llevaron inesperadamente,
miró hacia arriba, vio que Keith estaba mirando hacia
adelante. Naturalmente, el hombre con él en un brazo y el
niño en el otro, abrió la boca.

—Se supone que debes ir a otro lugar de reunión, ¿no es así?


¿Por qué estás caminando aquí?

—Quería caminar, por el buen tiempo. —Yeonwoo preguntó


con curiosidad—: ¿Me viste al pasar?

—¿Pensaste que no destacarías? —preguntó Keith


sarcásticamente.

Yeonwoo se sonrojó.

—Me mantendré en contacto para no aparecer en el artículo


contigo.

—Está bien, déjalo así. —Keith respondió angustiado—: De


todos modos, siempre es el mismo artículo, pero es molesto.
Sin embargo, el ángulo y la ropa cambiaban un poco. Lo único
de ellos, siempre habían sido imágenes similares. Cuando
eran tres, Keith sostenía a Yeonwoo y a su hijo en un brazo, y
cuando había dos, Keith o Yeonwoo abrazando a Spencer.

—¿Qué es eso?

Ante la pregunta de Keith, Yeonwoo levantó el vaso. Keith se


puso casualmente la pajilla que Yeonwoo estaba chupando,
en su boca.

—¿... Es azúcar?

Keith frunció el ceño. Yeonwoo se echó a reír.

—No, es té helado, pero está en polvo, no en hojas. Hay


momentos en los que quieres comer algo como esto.

Yeonwoo tomó un sorbo como si lo estuviera esperando.


Keith se quejó brevemente de que el sabor era extraño.

—Sabe raro por un corto tiempo.

Pero no refutó el gusto de Yeonwoo al preguntarle por qué


tomaba este tipo de cosas.

—Spencer me pidió que comprara helado, pero los


vendieron juntos.

Ellos y los guardaespaldas que los seguían, sostenían un vaso


de papel con la marca de la misma tienda. Las ventas de la
tienda probablemente se duplicarán cuando salga el artículo.
A Yeonwoo no le importaba mucho porque siempre pasaba.
Se sintió un poco apenado al ver un artículo acerca de que un
restaurante donde la comida que eligió sin pensar, no era
sabrosa, estaba abarrotado después.

—¿Qué? ¿Helado? ¿Y el pudín?


Keith estaba desconcertado, sabiendo que Spencer siempre
come pudín una vez al día. Yeonwoo informó los hechos.

—Me comí tres antes.

Ante esas palabras, Keith miró el rostro de su hijo. Spencer se


rio a toda velocidad y abrazó su cuello. Con eso, la expresión
de Keith se liberó de inmediato. Aunque el traje estaba
untado con helado, no le importaba en absoluto. Fue una
tarde tranquila. Mientras caminaba uno al lado del otro,
Yeonwoo sintió una paz más profunda que nunca.

—Este. —Yeonwoo abrió la boca y apoyó la cabeza en el


hombro de Keith—. Josh me envió una foto. Los niños de esa
casa…

—¿Bien?

Keith no respondió mucho. Yeonwoo habló más


activamente:

—Fue muy lindo. Pete está creciendo bien. Vi al segundo por


primera vez, pero estaban tomados de la mano como si
estuvieran en buenos términos. ¿No es maravilloso tener un
hijo y una hija? Una cinta en su cabello y es tan lindo. Fue tan
encantador.

Inesperadamente Keith lo miró con el ceño fruncido.

¿Te diste cuenta?

Keith abrió la boca y dijo a Yeonwoo, que estaba nervioso en


ese momento.

—... ¿Una hija?

—Sí. —Asintió Yeonwoo—. El segundo llevaba un vestido y


zapatos. Se ve bonita como una muñeca de porcelana.
Sin embargo, el rostro de Keith estaba más fruncido que
aplanado. Como si no pudiera entender.

—... ¿Ese tipo solo tendrá dos hijos?

—... ¿Qué?

Yeonwoo preguntó sin saberlo. Con un rostro sonriente.


Keith todavía tenía el ceño fruncido.

—Grayson dejó en claro que Chase solo tenía dos hijos...


¿Cómo diablos está criando a un niño, ese niño?

Keith chasqueó su lengua como si estuviera estupefacto. Pero


Yeonwoo no pudo evitar sentirse avergonzado.

Quería mostrarte la imagen y aligerar mi deseo por una hija,


pero no pude ni mencionarlo.

Al mirar su figura visiblemente asustada, Keith pronto se dio


cuenta. Yeonwoo está tramando algo.

Las palabras que suele sacar de tal tema, generalmente son


fijas. Por supuesto, nunca hubo un caso de revelar los motivos
ocultos. ¿Qué otras mentiras estás preparando esta vez?

—Bueno, yo... Keith —dijo Yeonwoo, con una pausa y con


cara pálida.

Por supuesto que Keith iba a escuchar lo que dijera. Excepto


por una cosa.

Recientemente, he tenido una sensación de crisis, siento que


algún día, debido a los repetidos cambios de métodos de
Yeonwoo, mi corazón accederá. Casi tengo un segundo hijo
anoche. Keith miró al zorro. Es peligroso, está mejorando cada
vez más.
Yeonwoo, que no había notado sus pensamientos en
absoluto, tuvo dificultad para hablar.

—Ahora Spencer es bastante grande y quiero trabajar a


partir del año que viene. Soy muy apto para trabajar como
secretario, así que estoy tratando de hacer algo relacionado
con eso, y está bien, ¿no?

—Si tienes un plan en mente, dímelo y lo revisamos. —Keith


dijo como siempre.

Yeon-woo dijo: “Um”, y se emocionó de nuevo.

—Oye, entonces. Algo más antes de empezar a trabajar…


Creo que...

Parecía que las palabras finalmente estaban a punto de salir.


Cuando Yeonwoo, que se quedó quieto, miró hacia arriba.
Keith se detuvo y entrecerró los ojos.

—Bésame primero.

Yeonwoo se sintió avergonzado, pero pronto se sonrojó y


acercó sus labios a él. Estuvieron preocupados un momento
por los paparazzi, pero pronto lo ignoraron. Keith dijo que no
importaba y se preguntó cómo sería la nueva imagen.

Por encima de todo, ahora Yeonwoo quería besarlo, tanto


como Keith. Cuando levantó la cabeza, Keith abrazó la cintura
de Yeonwoo y tiró de él con fuerza. Los labios de Yeonwoo
tenían un sabor dulce. Sacó la lengua, lamió los labios y
posteriormente introdujo la lengua en su boca. El sabor del
té helado barato que quedaba en su boca se sentía dulce.
Keith mezcló su lengua, frotó los labios y luego de un rato, lo
dejó de besar. Mientras separaba los labios y lo miraba,
Yeonwoo lo vio con una mirada vacía. Keith lo volvió a besar
brevemente y susurró:
—Ahora di una mentira.

Yeonwoo se sorprendió. Pero Keith se limitó a sonreír.

—Ah… yo…

Yeonwoo tartamudeo.

Keith lo miró hacia abajo tranquilamente. Podría esperar


para siempre por esta dulzura.

Las orejas de Yeonwoo estaban claramente marcadas. Tras


confirmarlo de nuevo, Keith no dudó en meterle los dientes
en las orejas. Superpuso la marca nuevamente, para que
nunca fuera borrada.

Con los labios juntos de nuevo, Keith susurró:

—Te amo, mi mentiroso.

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