Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PAÍSES BAJOS:
BÉLGICA:
REVISTAS
ven Age", AESC, i2, 1957, pp- 7-28); habiendo echado mano en
Oriente de las grandes reservas de oro hasta entonces atesoradas,
el mundo musulmán obtuvo, según Lombard, una supremacía
económica señalada, a la vez que vivificaba la economía occi-
dental derramando parte de ese oro por Europa. La influencia
de las conquistas árabes sobre la civilización carolingia habría
sido, pues, más positiva que negativa; el Islam, incluso, ha-
bría contribuido indirectamente al renacimiento urbano en Oc-
cidente, St. Bolin, "Mohammad, Charlemagne and Ruric" (The
Scandinavian Economic History Review, i, 1953, pp. 5-39) coin-
cide en una de sus conclusiones con ciertos puntos de vista de
Lombard, pero llega a ellos por caminos diferentes: también él
estima que la influencia del mundo musulmán en Europa occi-
dental fue fecunda; a su entender es sobre todo la oleada de me-
tal argentífero dirigida hacia Europa por el comercio entre
escandinavos y orientales la que contribuyó a ese feliz resultado.
Los puntos de vista de Lombard han sido vigorosamente comba-
tidos por F.-l. Himly en "Y a-t-il eu emprise musiümane sur
I'économie des États européens du viii* au x« siécle?" (Revue
Suisse d'Histoire, 5, 1955, pp. 31-81.) El autor considera que del
siglo vni al XI el comercio no introdujo más que un muy pequeño
número de monedas de oro árabes en la Europa cristiana; la
influencia de Oriente sobre Occidente fue muy reducida, de tal
modo que ésta no puede ser considerada como la principal cau-
sa del renacimiento económico del siglo xi. Por su parte P. Grier-
son, después de haber mostrado que el papel atribuido al man-
cus descansa sobre una serie de interpretaciones erróneas, viene
a dar a iguales conclusiones: no habría modo de fMrobar que el
oro musulmán ha sido introducido en cantidades apreciables en
la Europa occidental ("Carolingian Europe and the Arabs: The
Myth of the Mancus", RBPH, xxxii, 1954, pp. 1059-1074). In-
dudablemente, el mismo autor había mostrado antes que debía
concederse cierta importancia al sueldo de oro acuñado ix>r Luis
el Piadoso: puesto que si de ima parte dicha moneda debe ser
considerada como una manifestación de las prerrogativas im-
periales, no es menos cierto que ella ha servido a las necesidades
del comercio ("The Gold Solidus of Louis the Pious and its Imi-
tations", Jaarbock voor Munt- en Penningkunde, xxxviii, 1951,
41 pp). Mejor todavía que para la emisión oficial, tiene valor
Jjara las imitaciones que se han hecho de ese sueldo, las que
deben localizarse sobre tcnlo en la Frisia, o sea en la región del
Imperio cuyo tomertio era más floreciente. Mas nuiv diferente
196 ANEXO BIBLIOGRÁFICO Y CRÍTICO
LA.S VILLAS