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EMOCIÓN:

Etimológicamente el término de emoción viene del latín emotio – onis que


significa el impulso que induce a la acción

Teorías que han surgido sobre las emociones con el propósito de conocer las
características más resaltantes que se conocen en la actualidad y las cuales se
establecieron en un contexto histórico-social respondiendo a las tradiciones
que los seres humanos han experimentado en la sociedad.

Desde la Teoría Evolucionista de Darwin (1872), se tiene que esta representa


el origen de prácticamente todas las teorías biológicas sobre las emociones y el
fundamento de lo que posteriormente han sido las formulaciones biológicas y
expresivas. En esencia, éste autor planteó que los movimientos corporales y
las expresiones faciales cumplen un papel de comunicación entre los miembros
de una especie, transmitiendo información acerca del estado emocional del
organismo, es decir que estas tienen un valor funcional que le ayudan al ser
humano a acoplarse o defenderse en relación con su medio, incluida las
situaciones sociales.

En este proceso, la Teoría Psicofisiológica con autores cómo James, Lange,


Cannon, Bard y otros, manifestaban que las emociones precedían de los
cambios corporales luego de haberse producido el estímulo. Así también
James (1890), resumió su teoría con la famosa frase: «Sentiremos tristeza
porque lloramos, enojo porque golpeamos y miedo porque temblamos». Es
importante hacer notar que a pesar de la dificultad de esta teoría, fue de gran
interés debido a la designación de las emociones como un estado subjetivo y
personal que dio origen a investigaciones acerca de la influencia del sistema
nervioso autónomo sobre la emoción.

Asimismo, las Teorías Cognitivas con autores como Arnold (1960-1970),


Schachter-Singer (1962) y otros, quienes defendían que los factores cognitivos
eran los elementos más importantes en la determinación de una reacción
emocional, donde el cerebro primero debía evaluar el significado del estímulo y
luego estas evaluaciones llevan las tendencias a la acción. Según esta teoría,
lo que da cuenta de los sentimientos conscientes es la tendencia sentida a
dirigirse hacia objetos y situaciones deseables, y a alejarse de los no
deseables. Aunque las evaluaciones puedan ser conscientes o inconscientes,
se tiene acceso consciente a los procesos de evaluación tras el hecho
estímulo, evaluación, tendencia a la acción y emociones.

Por último, desde la Teoría Neurológica, se tiene que las emociones se


producen en el Sistema Límbico denominado así por Paul MacLean (1949-
1975) y sus precursores, conocido también como el cerebro del sentir o el
cerebro de las emociones humanas, el cual se ubica debajo de la neocorteza y
exactamente detrás de la nariz, compuesto de varias estructuras donde se
originan los afectos o estados emocionales. Según Goleman (1995) «cuando
estamos dominados por el anhelo y la furia, trastornados por el amor y
retorcidos de temor, es allí cuando se puede decir que se está dominados por
el cerebro límbico».

Las emociones han sido concebidas desde distintos campos del saber y en las
cuales cada investigador se centra en el estudio de ciertos aspectos de la
emoción esto ha producido un gran número de teorías que en cierta forma han
hecho un valioso y significativo aporte al fenómeno que representan las
emociones en la vida de los seres humanos.

Las Emociones como acciones Humanas

Goleman (1995), las emociones son impulsos arraigados que nos llevan a la
acción, es decir, son impulsos para actuar. Al mismo tiempo que las considera
como guías sabias concebidas como una predisposición de enfrentar la vida en
las situaciones cotidianas, es decir son adaptativas y a su vez se dan en un
espacio social. 
Las emociones están presentes en todas las acciones de nuestras vidas tal
como lo señala Maturana (1991) quien plantea que

«todas las acciones humanas se fundan en lo emocional, independientemente


del espacio operacional en que surjan, y no hay ninguna acción humana sin
una emoción que la establezca como tal y la torne posible como acto»(1)

LAS EMOCIONES

El conocido experto en inteligencia emocional, Goleman, las describe


haciendo referencia a “un sentimiento y a los pensamientos, los estados
biológicos, los estados psicológicos y el tipo de tendencia a la acción que lo
caracterizan

Componentes de las emociones


La emoción se ha caracterizado por poseer tres principales componentes: el
neurofisiológico, el conductual y el cognitivo. A continuación se realiza una
descripción de cada componente:

1.Componente Neurofisiológico: se manifiesta en respuestas como la


taquicardia, la sudoración, la vasoconstricción, la hipertensión, el tono
muscular, el rubor, la sequedad de boca, cambios en los neurotransmisores,
secreciones hormonales, la respiración, etc. Todas estas son respuestas
involuntarias.
2. Componente Conductual: la observación del comportamiento de un
individuo permite inferir qué tipo de emociones está experimentando. Las
expresiones faciales, el lenguaje no verbal, el tono de la voz, el ritmo,
los movimientos del cuerpo, etc., aportan señales de bastante precisión sobre
el estado emocional.

3. Componente cognitivo: el componente cognitivo o vivencia subjetiva es lo


que a veces se denomina sentimiento. Sentimos angustia, rabia y muchas otras
emociones.(2)

LAS CUATRO EMOCIONES BÁSICAS:

Capítulo I
¿Qué es una emoción?

Es un aviso primario con importantes funciones en la conservación, la relación


y la socialización del individuo. Una información que también recibimos
internamente, desde nosotros mismos.

La principal función de toda emoción —en su calidad de información— es


proporcionar orientación para la acción. Por eso, lo emocional ha
desempeñado y desempeña un papel tan importante en el desarrollo de la
especie humana.

Miedo, rabia, alegría, tristeza. Éstas son las cuatro emociones que
consideramos básicas, por tratarse de vivencias internas comunes a personas
de muy distintas épocas, lugares y culturas, pero también —y especialmente—
porque desempeñan un papel protagónico en el desarrollo psíquico de todo
individuo y de la especie humana en general.

CUATRO EMOCIONES, TRES NIVELES

Miedo, rabia, alegría, tristeza: las cuatro emociones básicas. En cada una de
ellas, es preciso diferenciar tres niveles: corporal, emocional y cognitivo.

Nivel corporal:

Este nivel lo reconocemos al preguntarnos: «¿Qué sensaciones físicas tengo


en este momento?». Puesto que la emoción se manifiesta siempre en alguna
parte de nuestro cuerpo, da lugar a cierto tipo de respiración y a una
determinada movilización energética.

Podemos encontrar sensaciones de tensión, de distensión, contracción,


expansión. Todo ocurre en el cuerpo, es decir, en el plano de las sensaciones
físicas.
Nivel emocional:

Este nivel lo reconocemos al preguntarnos: «¿Qué emoción me produce sentir


estas sensaciones? ¿Cuáles son las dos emociones —siempre, como
veremos, se presentan a pares— que estoy sintiendo al sentir lo que siento?
¿Cómo inciden sobre mi ánimo en este momento? ¿A qué me llevan esas dos
emociones?». Por ejemplo, si ante un hecho siento miedo y ternura… ¿qué es
lo que me da miedo y qué es lo que me produce ternura?

Nivel cognitivo:

Este nivel lo reconocemos al preguntarnos: ¿Cómo traduzco —en palabras, en


conceptos— lo que me está pasando?».

Al reconocer el miedo (ante este habrá generalmente una vivencia de


contracción), se produce sin duda una alarma: «peligro».

Los tres niveles de emoción (corporal, emocional y cognitivo) se registran de


continuo. En todo momento, el ser humano hace una traducción de sus
sensaciones corporales, de su vivencia emocional, dando así lugar a un
impulso.

La vivencia consciente de esos tres niveles permite que hay una interioridad y
una exterioridad: que siento algo en mí, y que fruto de ello voy a emprender, o
no, una acción en el mundo, con los demás.

EMOCIÓN YSENTIMIENTO:

Según el biólogo chileno Humberto Maturana, en la medida en que uno toma


conciencia de una emoción, esta se transforma en sentimiento. Mientras la
emoción no sea reconocida, es exclusivamente una manifestación que el
individuo vive en sí mismo; aunque los demás la perciban, quien la experimenta
no la reconoce. Cuando hay conciencia de cualquiera de las cuatro emociones
—y de con qué o con quién se da la interacción que la desencadena— eso se
transforma en sentimiento.

CAPITULO II

Fijación emocional:

Lo que define más en profundidad a las emociones es su carácter dinámico, su


condición de existencia en tránsito. Hablar de emociones es referirse a
tránsitos, no a estados.
Nadie puede estar permanentemente alegre, en un estado de alegría; solo
existen situaciones alegres. Nadie puede experimentar un estado de tristeza;
existen situaciones tristes, momentos más o menos largos en los que
conocemos la tristeza. Y, de la misma manera, transitamos por situaciones en
las que reconocemos en nosotros el miedo o la rabia. Una sensación es de
auténtica fijación emocional.

CAPITULO III

Alegría:

La alegría es una emoción que despierta energía expansiva (y, en ciertos


casos, incluso agresiva) y ascendente en nuestro organismo, en nuestros
tejidos, en nuestros huesos.

Se manifiesta con calor. En el sexo —zona pélvica— la llamamos erotismo. En


el chakra del corazón —pecho— la denominamos ternura. A nivel mental —
cabeza— se conoce como curiosidad. Por ello, entre las funciones de esta
emoción encontramos el establecimiento de contacto y compartir algo.
Reconocer y a gestionar la alegría —manifestada como ternura, erotismo y
curiosidad— a lo largo de la vida.

La alegría —al igual que las otras emociones— no es un estado, sino un


tránsito. Como tal, tiene un ciclo; parece obvio que es imposible permanecer
siempre en la alegría, sentirse siempre alegre.

La fijación en la alegría puede producirse en alguno de los dos «momentos» o


movimientos que componen la dinámica emocional: en la contracción o en la
expansión.

Miedo:

El miedo es una de las emociones que podemos llamar de recogimiento, de


contracción, de repliegue.

El miedo produce repliegue (contracción, retención, acumulación de energía)


ante un aviso de peligro, ante una amenaza. Podemos distinguir, en general,
dos variantes del miedo:

a. el temor a dañar a otro por un impulso propio muy fuerte;

b. el temor a recibir un daño desde fuera.

El miedo, al igual que cualquier otra emoción, no es en sí mismo ni bueno ni


malo. Simplemente existe, y tiene una función: permitirnos tomar conciencia, en
determinado momento, de que podemos hacer algo capaz de producir daño —
al otro o a nosotros— o de que podemos recibir un daño.

Rabia y molestia:

La molestia y la rabia son fuerzas expansivas que tienden a apartar, en el plano


psíquico, la rabia y la molestia poseen una función equivalente a la del dolor a
nivel de los órganos físicos: mientras que el dolor indica que el órgano en
cuestión está afectado por algo, la molestia señala la existencia de una
frustración.

Tristeza

La tristeza es una emoción reflexiva, siempre relacionada de alguna manera


con el pasado.

La tristeza mal gestionada —autorreproche, resentimiento— nos lleva a la


melancolía. Son tristezas no resueltas, por las que no hemos transitado: nos
aferramos al muerto, a quien nos ha perjudicado, o nos martirizamos porque
nosotros mismos hemos perjudicado a alguien.

Hay otra tristeza —la tristeza cotidiana—, mucho más ligera, que aparece con
la reflexión acerca de cómo cambian los sentimientos. La podemos llamar
cotidiana porque no se origina en una gran pérdida. La tristeza es, en este
caso, una emoción reflexiva, un aflojamiento de repliegue que me permite
tomar conciencia de mí mismo en cuanto existente. A lo largo de toda nuestra
vida vamos aprendiendo dos cosas, y ninguna de ellas es fácil: acompañar al
otro en la tristeza y dejarnos acompañar en la tristeza. Son difíciles porque, en
esta emoción, irán apareciendo fijaciones al pasado y vivencias absolutas
(existentes o inexistentes).(3)

BIBLIOGRAFIA:

1. Meléndez YCR. Las emociones en el proceso de enseñanza-aprendizaje


[Internet]. Revista Vinculando. 2016 [citado 11 de marzo de 2021].
Disponible en: https://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/emociones-
proceso-ensenanza-aprendizaje.html

2. Mújica-Johnson F-N, Orellana-Arduiz N del C, Concha-López R-F.


Emociones en la clase de Educación Física: revisión narrativa (2010-2016).
Ágora Para Educ Física El Deporte [Internet]. 23 de abril de 2017 [citado 11
de marzo de 2021];19(1):119-34. Disponible en:
http://revistas.uva.es/index.php/agora/article/view/673

3. Zentner J. Las cuatro emociones básicas. Las Cuatro Emociones Básicas.


© 2014, Herder Editorial, S.L., Barcelona 1 a edición digital, 2014.
Disponible en: https://www.torrossa.com/en/resources/an/4665126
Rodríguez, A. y Rocu, P. (2016). Emociones percibidas a través de
las primeras experiencias de expresión corporal: estudio de casos en
secundaria. EmásF,40, 134-157. En:
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5456619

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