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Fundametación Teológica de La Planificación Pastoral
Fundametación Teológica de La Planificación Pastoral
TEOLÓGICOS
DE LA
PLANIFICACIÓ
N PASTORAL
INTRODUCCIÓN..................................................................................................................................2
CONCLUSIÓN....................................................................................................................................16
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INTRODUCCIÓN
2
Por qué planificar la acción pastoral
4
La planificación pastoral causa de la corresponsabilidad
La planificación pastoral
1
Cf. ALTABA. Pág. 20-29
5
Planificar es pensar en el futuro inmediato; en algo que queremos lograr. Para ello.
hay que pensar en los pasos o tareas que debemos realizar. Es decir, hay que
organizar nuestra actividad. Un plan pastoral es en realidad un proceso,
básicamente evangelizador, que lleva a cabo la Iglesia mediante el diseño de un
programa operativo de acuerdo con unos objetivos. Además, por ser un proceso
educativo requiere la aceptación personal, libremente elegida, de los que quieren
participar. Se trata también no lo. olvidemos de la construcción del futuro, de
reedificar la comunidad cistina en un lugar determinado. Por supuesto, no todos
los miembros de la Iglesia tienen la misma responsabilidad. Conviene establecer
un equipo de planificación pastoral de unas pocas personas que representen a
todos los grupos y comités de trabajo existentes, por ejemplo: en una comunidad
eclesial. Hecho un primer borrador, se distribuye a todos para que se discuta. Las
enmiendas o sugerencias propuestas vuelven al equipo de planificación para
redactar un segundo borrador, que puede ser el definitivo.
Se elabora para unos tres años. El plan pastoral incluye el análisis de la realidad
1. la fijación de unos objetivos.
2. la coordinación de los agentes pastorales según un plan de trabajo.
3. la realización del proyecto.
4. y la revisión de la acción.
5. de cara a la encarnación del proyecto en la realidad del pueblo.
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El Vaticano II reconoce la importancia de estos estudios cuando. recomienda a los
obispos que «procuren conocer debidamente sus necesidades dentro de las
circunstancias sociales en que viven, valiéndose para ello de instrumentos
adecuados señaladamente de la investigación social» (CD 16). El análisis de la
realidad incluye todos los instrumentos científicos más adecuados, sin olvidar que
hay un nivel de observación precientífico de excepcional importancia basado en la
experiencia la intuición, el diálogo, etc. Por supuesto, el análisis sociológico debe ir
unido a una interpretación histórica.
En esta primera etapa se analizan los hechos, permanentes o pasajeros. Se
indaga el conocimiento de la historia reciente los condicionamientos económicos,
las corrientes culturales, los movimientos políticos, los factores Sociales y las
ideologías. La acción pastoral requiere escrutar la realidad con u.na mirada
cristiana, especialmente evangelizadora. El análisis no es neutro, sino que
depende de algunas opciones previas. La creciente desinstitucionalización de la
Iglesia y el proceso secularizador en los diferentes ambientes humos hace
necesaria una evangelización. Esto da lugar a una situación de diáspora. Es
necesario crear grupos no sólo a partir de lo que existe sino de las necesidades
auscultadas. La práctica pastoral exige, pues, escrutar la realidad presente con
una mirada cristiana fundamentalmente misionera.
En segundo lugar, una vez que se ha hecho el estudio socioreligioso del medio en
el que se pretende trabajar, se establecen los objetivos o se describen las
finalidades de las acciones eclesiales a corto, medio o largo plazo.
A su vez se coordinan todos los cometidos particulares, dentro de una visión
pastoral global, en los niveles parroquial, arciprestal, zonal, diocesano o nacional.
Evidentemente, la diócesis es la realidad principal de la pastoral de conjunto, cuyo
responsable es el obispo. Por eso advierte el Vaticano II: «Foméntense las varias
formas de apostolado, y, en toda la diócesis o en regiones especiales de ella, la
coordinación e íntima conexión de todas las obras de apostolado bajo la dirección
del obispo, de suerte que todas las empresas e instituciones -catequéticas,
misionales, caritativas, sociales, familiares, escolares y cualesquiera otras que
persigan un fin pastoral- sean reducidas a acción concorde, por la que
resplandezca al mismo tiempo más claramente la unidad de la diócesis» (CD 17).
Coordinar el papel de los agentes pastorales La organización es de capital
importancia para el funcionamiento y eficacia de cualquier grupo.
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Recordemos que la Iglesia no sólo está en función y relación con el mundo, sino
que en su visibilidad institucional es parecida al mundo. Su misión específica le
obliga a organizarse, a estructurarse. Precisamente por ser comunidad encarnada,
deberá tener presente algunos criterios y leyes· de la ciencia moderna de la
organización, tan necesaria hoy en cualquier ámbito humano. En el fondo de toda
eclesiología gravita un modo peculiar, consciente o inconsciente, de organización.
Naturalmente, es inexacto creer que con una buena organización se asegura
automáticamente la misión de la Iglesia, pero tampoco es cierto que sea superfluo
todo esfuerzo de organización aplicado a la Iglesia.
Dentro de las diferentes teorías de la organización, la Iglesia ha de aceptar
aquellas que respeten su originalidad cristiana. En la Iglesia subsiste lo que los
peritos llaman Iglesia tradicional, en cuya dirección predominan las personas
mayores de edad, con una función directiva protectora o de guardián, cuyo
propósito es mantener con firmeza una tradición o «depósito de verdades», con
una conciencia limitada de alternativas posibles, en la que la decisión se transmite
con una orden sin consentimiento explícito de los fieles. Otros especialistas dan a
este tipo de organización el calificativo de «autoritaria-explotadora», es decir, la
que tiene un liderazgo dictatorial y unas estructuras rígidas, con una comunicación
e influencia descendentes y una toma de decisiones en la cumbre.
No sólo las ciencias modernas de la organización están en desacuerdo con este
tipo, sino que la nueva eclesiología conciliar del pueblo de Dios lo rechaza. Los
nuevos métodos de dirección y de gestión de la organización humana coinciden
en afirmar que el modelo organizativo más eficaz es el «participativo-grupal», en
consonancia, precisamente, paradas, aceptación de responsabilidades
personales, solidaridad por encima de opiniones propias, etc. Esto nos plantea
muchos interrogantes para la evaluación. Tenemos a veces la impresión de que
estamos comenzando de nuevo por falta de una mínima planificación; las
reuniones nos cansan porque están mal preparadas y porque no conocemos a
veces su finalidad; hay ausencia de disciplina que lime asperezas y faltan
condiciones para promover el diálogo, contar con todos, respetar el pluralismo,
etc. En definitiva, la evaluación ayuda a corregir y mejorar, al confrontar lo que se
hace con el proyecto teórico trazado. La participación y corresponsabilidad son
hoy urgentes, dentro de un estilo necesariamente auto crítico y democrático. 2
PLANEACIÓN SOCIAL
La planeación es, ante todo, un proceso de cambio social dirigido. Parte del hecho
de que una de las características más acentuadas de la sociedad actual es el
dinamismo y la aceleración de los cambios. La razón es fácil de entender: en el
tiempo del carro de bueyes, desde que se veía un obstáculo hasta llegar a él,
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Floristan C., teología practica teoría y praxis de la acción pastoral, Ed. Sígueme, Pág. 102-104.
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había mucho tiempo para tomar las medidas adecuadas. Era un poco más difícil
en tiempos de los carros de caballos, pero sólo requería agilidad en el conductor.
Fue más complicado con el automóvil; sin embargo, la pericia del piloto podía
evitar el obstáculo. Pero ¿qué hacer con la velocidad de un jet? Desde la
percepción del obstáculo hasta chocar con él, sólo hay segundos, o fracciones de
segundos. No hay más remedio que planear de antemano. ¿Qué hacer ante un
posible obstáculo?
Y, cada vez más, estas características se acentuarán en el futuro, por el cambio
acelerado en la dimensión de los fenómenos y sus interdependencias. Como ya lo
dijo la Gaudium Et Spes del Vaticano II: “El género humano se halla hoy en
período nuevo de su historia, caracterizado por cambios profundos y acelerados,
que progresivamente se extienden al universo entero.” (No. 4). Si esto se pudo
decir hace casi cuarenta años, hoy tendremos que afirmar que no estamos
simplemente en un período nuevo de la historia, sino en una ruptura de la misma
historia; no en una época de cambios, sino en un cambio de época.
Responder de manera intencional, racional, a esta realidad, es la tarea de la
planeación social. No sólo se trata de responder al cambio, para no toparse con
los obstáculos, sino de intentar orientarlo, aprovechar sus dinamismos, para crear
realidades nuevas, y evitar sus contradicciones. Cada día aumenta la conciencia,
tanto en el sector privado como público, de la necesidad de elaborar planes
sociales, que den respuestas a las necesidades de la comunidad. Frente al
cambio se pueden adoptar diversas actitudes: indiferencia, por ignorancia;
conservadurismo, por agarrarse a un pasado considerado siempre mejor;
conformismo, por buscar simplemente adaptarse a las circunstancias, sin cambiar;
o sentido de responsabilidad, como un esfuerzo por comprender, orientar y
aprovechar el cambio. La actitud de responsabilidad nos lleva a la planeación
social, que es un proceso de cambio dirigido y consciente. La planeación social en
América Latina Los estudios sistemáticos de la realidad económica de algunos
países de América Latina, realizados por organismos como la CEPAL, al señalar
los factores aparentes del estancamiento social, despertaron el interés hacia este
tipo de análisis en diversos organismos nacionales y llevaron a pensar que la
planificación podría ser un instrumento eficaz para el desarrollo social. En sus
inicios, los esquemas adoptados sobre las teorías de desarrollo y subdesarrollo
permitieron fijar los fines que se pretendían alcanzar por medio del sistema de
proyecciones. Este sistema de proyecciones recibió el nombre de plan. En los
planes se abordaba de modo más integral y directo el problema del desarrollo. A
este sistema se le criticó porque no contaba con proyectos bien estudiados, listos
para la ejecución.
LA PLANEACIÓN PASTORAL
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La planeación pastoral es una aplicación de la planeación social a la acción
evangelizadora de la Iglesia. De hecho, la preocupación en la Iglesia por la
planeación de su acción pastoral empezó con su interés por la llamada pastoral de
conjunto, como la acción coordinada de toda la Iglesia como Cuerpo de Cristo
(Cfr., LG, 6) o, como lo afirma también el Vaticano II, como Pueblo de Dios (LG,
Cap. II): un pueblo que tiene como cabeza a Cristo, cuyos miembros ejercen
diferentes ministerios y tienen diferentes carismas, pero son fundamentalmente
iguales por el bautismo y la unción del Espíritu y tienen como misión difundir y
dilatar el Reino de Dios. De esta concepción de la Iglesia surge la necesidad de
una vida de comunión y una acción unificada de evangelización.
Pastoral de conjunto
Ya el papa Juan XXIII había dirigido una carta Ad dilectos Americae Latinae
populos, en la cual urge la necesidad de la planeación pastoral, el 15 de
noviembre de 1958, once días después de su coronación. El mismo Papa señaló
ante todos los miembros del CELAM reunidos en Roma la necesidad de.
- Una visión clara de la realidad.
- Un plan de acción realista, previsor en cuanto a los fines, racional en cuanto a
los medios, aglutinador de fuerzas.
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- Una ejecución del plan, entusiasta y perseverante con revisiones que lo ajusten
para las nuevas situaciones.
- Un programa a largo plazo y un programa inmediato.
Así surgieron los primeros planes de pastoral, generalmente a nivel de
conferencias episcopales. Se hablaba entonces de planificación pastoral. El
mismo Vaticano II fundamenta esta preocupación por la planificación pastoral, al
insistir en la corresponsabilidad en las tareas de construcción de la Iglesia,
sacramento de unidad. Cada uno ocupa un lugar en la Iglesia con diversidad de
dones, de ministerios y de carismas, corresponsables en la misión única de la
Iglesia. En 1965, Pablo VI, en el discurso a los obispos latinoamericanos, con
ocasión del décimo aniversario de la fundación del CELAM, los animaba a una
acción planificada. En ella insistió en tener una idea clara de la situación, para que
la acción pastoral no resulte inadaptada y sin eficacia.
Estas palabras de Pablo VI son lúcidas y suponen un conocimiento preciso sobre
la planificación pastoral. Para destacar algunas ideas, podríamos señalar que
nadie puede resolver solo los problemas pastorales de conjunto. La acción
pastoral debe tener un carácter unitario, lo cual supone un acuerdo permanente
sobre los criterios pastorales en un plan nacional o continental. La planificación
supone elecciones y sacrificios, escoger criterios prioritarios entre las múltiples
necesidades apostólicas. El plan pastoral debe establecer los criterios prioritarios
para estas necesidades, que no se ciñan a mantener lo adquirido, sino que se
lance a la evangelización misionera. Juan Pablo II, en el discurso inaugural antes
de la Conferencia del CELAM en Santo Domingo, afirma: Se trata de trazar ahora,
para los próximos años, una nueva estrategia liberadora, un nuevo plan global de
evangelización, que tenga en cuenta las nuevas situaciones de los pueblos
latinoamericanos y que constituya una respuesta a los retos de la hora presente.
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- El proceso de las opciones pastorales (Puebla, 1297 - 1305) y la definición de
planificación pastoral (Puebla, 1306 - 1307).
- La estructura de la planificación: objetivo general, objetivos específicos, criterios
y metas (Documento de Trabajo, Nos. 591 - 631).
- La utopía: Cristo resucitado y hombre nuevo (Puebla, 1308 - 1310) 3.
Fundamentación Bíblica
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redirigirse o dirigir la empresa debe realizar plasmando los medios que le permitan
obtener sus ideales o fines propuestos. Algo que debe quedar claro es que un plan
no es ni simple ni complejo debido a que él únicamente responde a una realidad, y
ésta si puede ser simple o compleja y en respuesta a ella se deberá hacer el plan
ya sea para la realidad compleja o simple.
¿Qué es un plan de acción pastoral?
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responsables de la transmisión de la fe, que es lo que se propone o proyecta en
una planificación.
Para que este plan pueda tener el máximo desempeño deseado se debe trabajar
en conjunto, como ya lo expresamos antes todas las personas bautizadas,
además se deben buscar los medios adecuados a través de los cuales vamos a
obtener la facilitación para dirigirnos hacia los fines propuestos.
PASTORAL DE CONJUNTO
6
Medellín, pastoral de conjunto, No. 14. Pág. 59.
7
Ib. Otras exigencias de la Pastoral de conjunto No. 34, Pág. 73.
14
humanos disponibles y de los materiales de trabajo; el personal especializado se
preparará en los diversos Institutos nacionales o latinoamericanos 8.
En este apartado el documento de Medellín nos brinda algunos lineamientos que
se deben tomar en cuenta para que una planificación sea efectiva, entre ellos
tenemos la importancia que tienen las personas profesionales en el ámbito de la
planificación social o pastoral, pues sus estudios les han permitido obtener un
mayor conocimiento técnico de cómo poder elaborar la planificación de cualquier
grupo humano dentro de la sociedad, esto les permite hacer sus aportes a la
iglesia, y las personas especializadas dentro de la iglesia le dan seguimiento a
dicho plan, haciendo la reflexión teológica de la realidad, para descubrir los vacíos
que en ella se encuentren y así poder darle una respuesta más apropiada a la
misma.
Es importante que se elabore el censo lo cual le permitirá tomar conciencia de que
es lo que está a su disponibilidad de qué puede echar mano para poner en marcha
su planificación, así como también la selección del personal más adecuado que
respondan a la realidad que se desea atender o dar un seguimiento de formación.
8
Medellín. Otras exigencias de la Pastoral de conjunto. No.36. Pág. 74.
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CONCLUSIÓN
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Medellín es uno de los documentos que brindan mucha información sobre la
planificación pastoral, lineamientos que pueden ser de mucha utilidad en nuestra
Iglesia, Diócesis o parroquias para la organización y planificación de la pastoral.
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