Ingeniero:

Ing. Francisco Barahona

Asignatura:
Español.

Alumno:
Daivy Jhoseph Tercero Recarte.

Número de Cuenta:
119070165.

Trabajo:
Ensayo del libro de Proverbios

30 de Marzo del 2018, Tocoa, Colón. 

Proverbios.

¿Qué nos da a entender la palabra de Dios en el libro de los Proverbios de Salomón?

Durante años el libro de los proverbios de Salomón, hijo de David, ha logrado ser
considerado como uno de los libros más hermosos de la Santa Biblia, ya que al
adentrarse en el podemos darnos cuenta de grandes lecciones o enseñanzas en nuestra
y para nuestra vida, y así poder seguir los pasos de nuestro Señor Jesucristo y lograr
andar siempre en el buen camino.

Cabe destacar que, los Proverbios de Salomón, no fueron exactamente escritos por el
mismo, sino que es la compilación de proverbios sabios anteriores los cuales han sido
unidos para formar parte de este buen libro.

Podemos ver como dentro de este libro nos habla acerca de la sabiduría, lo cual nos
conduce a un mejor camino en el hecho de que, la vida nos muestra muchos problemas,
circunstancias o pruebas en las cuales muchas de las veces que nos encontramos dentro
de ellas no las sabemos manejar de la manera correcta, y es por eso que aquí nos dice
que, para seguir avanzando debidamente en nuestra vida, debemos de tomar una
buena instrucción de nuestro padres y nunca despreciar la dirección de nuestra madre
( 1:7 –El principio de la sabiduría es el temor de Jehová). Dios nos manda a no seguir
malos consejos, a no andar en malos pasos ni seguir a aquellos que te puedan
perjudicar. Todas estas palabras no deben ser tomadas en vano ya que de lo contrario el
Señor no se compadecerá de nosotros (1:26 –También yo me reiré en vuestra calamidad
y me burlare cuando viniere lo que teméis).

Dando también a conocer la importancia de seguir fiel a su lado, ya que Dios nos manda
a seguir su palabra, a buscar la sabiduría para ir en el buen camino de nuestro Señor
Jesucristo; nos índice a seguir los consejos para librarnos del mal camino de todo aquel
que vive en el pecado, ya que así logramos evitar perjudicar nuestra salvación. (3:1 –Hijo
mío no te olvides de mí ley, y tu corazón guarde mis mandamientos).

El Señor nos aconseja el nunca alejarnos de su palabra porque como lo dice el capítulo
tres versículo dos ¨Porque largura de días y años de paz nos aumentaran¨ tendremos
una
Gran recompensa el seguir los senderos de nuestra vida como él lo indica, ósea, a
guardar sus mandamientos profundamente en nuestro corazón (3:4 –Y hallaras gracia y
buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres); no os apartéis del bien ni
menospreciéis el castigo porque todo de lo que viene de nuestro Dios es para nuestro
bien.
Debemos de ser cuerdos y entender lo valioso que es la sabiduría ante todas las cosas ya
que con ella comprenderemos el llevar de nuestra vida; tomémosla como una piedra
preciosa, pero non como cualquier piedra preciosa que la encontramos por allí tirada o
enterrada dentro de las paredes de un inmenso volcán, que sea como a una de esas que
valen una vida, una de esas piedras que solo podemos ver una vez en nuestra vida, una
piedra que con ella podremos obtener todo lo que podamos desear y nada en lo
absoluto se puede comparar con ella.

Como buenos hijos de nuestro Señor, el tener claro de que las peleas ya sean en casa
con nuestros amigos, hijos o esposa no son correctas, ya que también Jehová nos
manda a no tener pleitos con nuestro prójimo, a andar siempre en paz con él; no
debemos de buscar problemas sin antes pensarlo debidamente, no pelear con aquel
que vive confiando en nosotros, en efecto, debemos de limpiar nuestro corazón de toda
impureza contaminada de tanta calamidad absoluta encontrada en este mundo impío
lleno de malos pensamientos dañinos.

No os obedezcáis al impío porque de el solo blasfemias hacia nuestro Señor causaran, lo

cual a él no le es de agrado, y así andar con bien excluidos de los malos pensares dentro
de nuestra mente, como el pecar al desear la mujer de nuestro prójimo; no respondas
ante falsas opiniones y sabio serás considerado (25:8 – No salgas a pleito presto, no sea
que no sepas que hacer al fin, después que tu prójimo te haya dejado confuso).

Guarda los mandamientos, atadlos a tu corazón y nunca os alejéis de ellos.