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“El Saber” que no-hay


“el único espíritu genial señalado con el sello del
inventor fue Nicolas de Cusa y si no llegó a hacer
descubrimientos importantes en este sentido, ello se
debe, quizá al hecho de que no pudo ser
exclusivamente un hombre de ciencia ni
tampoco sólo un matemático”
Cantor.1

¿Es posible ubicar el saber que no-hay en la “docta ignorancia”, entendiendo que en
este concepto elaborado por Nicolás de Cusa se trata del límite respecto del saber? La
insistencia de este interrogante fue para mi la direccion del trabajo que comenzó hace ya
un tiempo y que ahora presento aquí.
Comenzaré entonces, por situar los puntos de ruptura que dio lugar a lo nuevo en la
doctrina de este pensador. Nicolás Krebs, más tarde cardenal de Cusa, nació en 1401.
Hijo de una familia humilde, ingresa en 1413 al convento de los Hermanos de la Vida
Común. Estos clérigos impartían una enseñanza poco ortodoxa porque no adherían
absolutamente a la escolástica de la época: rechazaban el pensamiento medieval
ptolomeico – la tierra como centro del universo-. A los 15 años se matricula como
doctor en derecho, luego le siguieron los estudios en matemáticas y medicina. En 1426
llega a ser el secretario del Legado Pontificio Cardenal Orsini. A su lado comienza la
carrera de diplomático. Buscador de manuscritos, encuentra las comedias de Plinio y la
República de Cicerón. Muchos de sus desarrollos serán retomados por Copérnico y por
Giordano Bruno quien lo apodo el “divino cusano”.
De los antecedentes de su pensamiento Dionisio el Aeropagita fue uno de ellos. Este
filósofo del medioevo planteaba una concepcion de Dios y del mundo de la Edad Media
en jerarquías entre el cielo y la tierra. El cosmos estaba dispuesto en grados. Mundo
inferior y mundo superior; mundo sensible y mundo inteligible que se oponian entre si
su esencia consistía en la negación recíproca. Entre estos mundos se extendia un camino
de mediacion por medio del cual lo finito pasa a lo infinito y viceversa. A diferencia de
él, Nicolas de Cusa plantea que el hombre se pone en relación a Dios en forma
inmediata y no, acorde a una jerarquía, gradual y determinada; de movimiento,
iluminacion y finalmente unificación. Se trata del conocimiento de Dios y no de su
origen, para lo cual no lo conforman las respuestas que habian dado la filosofia y la
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M.Cantor, Vorles über Geschichte der Mathematik II, 211 del texto “Individuo y Cosmos en la Filosofía
del Renacimiento” E. Cassirer, Edit Emece, Bs.As 1951
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teologia medieval. Si para él carecen de validez es porque todas ellas suponen una
comparación, una medición. Si hay que medir los objetos del conocimiento, entonces
habría que pensar que estos son homogéneos y quedarian reducidos a una unica unidad
posible de medida. Rechaza entonces, la teología tradicional, que consistía en la
separación jerarquica de los mundos superior e inferior.
El concepto de “docta ignorancia”se funda en la coincidencia de los contrarios; se trata
de hacer coexistir lo máximo absoluto con lo mínimo absoluto, por lo tanto no se trata
de lo grande o pequeño. Lo máximo absoluto queda asi deprovisto de cualidad; “el
máximo no implica un adjetivo”. El pensamiento de Cusa va a separarse de Aristóteles
porque no acuerda con las leyes del pensamiento por el planteadas. Estas incluyen la
comparación, cuyo resultado es que lo igual y semejante se unen y lo desigual y
desemejante se separan. El principio de identidad afirma que si un enunciado es
verdadero entonces es verdadero; el principio de contradiccion dice que ningun
enunciado puede ser verdadero y falso a la vez, y el principio del tercero excluido
sostiene que un enunciado es verdadero o es falso. No le sirve a Nicolas de Cusa la
lógica tradicional para pensar lo absoluto y lo infinito, que está para él por encima de
toda comparación, por encima de lo limitado, individual y condicionado.
Se trata de un nuevo tipo de lógica que no excluye la coincidencia de los contrarios,
sino que la emplea. Lo maximo absoluto y lo minimo absoluto coinciden y constituyen
el principio permanente para el progreso del conocimiento.
Cusa se aparta del pensamiento aristotelico y tambien del pensamiento platonico. El
mundo de Platon se caracterizaba por la division entre mundo sensible y mundo
inteligible, entre el mundo de las apariencias y mundo de las ideas. Ambos mundos no
estan en el mismo plano y por lo tanto no ofrecian comparación posible; pero cada uno
era el opuesto del otro. Si en el mundo de las apariencias se trata de un constante
movimiento, sustrayéndose a cualquier determinación; el mundo de las ideas se presenta
como lo estatico, persiste en una pura identidad consigo mismo. Apariencia e idea
pueden relacionarse en el pensamiento, el uno puede medirse por el otro, pero no
amalgamarse. Para Cusa se trata de un espacio en el que no hay comparación, porque
entre lo finito y lo infinito no hay relación posible.
Ernst Cassirer en su libro Individuo y cosmos en la filosofía del Renacimiento dirá a
partir de su desarrollo sobre el pensamiento cusano, que para el conocimiento de lo
absoluto no hay ningún recurso racional, ningún procedimiento discursivo que sea capaz
de borrar la distancia que se abre entre lo finito y lo infinito, ni de alcanzar por ese
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medio el uno al otro. Se presenta asi, para Cusa un nuevo modo de conocer en el que
algo escapa al intelecto. Quiero subrayar entonces, que el conocimiento de lo absoluto
es para Cusa imposible porque al conocimiento humano, finito, le queda frente a ese
saber absoluto aceptar su límite; que sea inaccesible implica el conocimiento de la
imposibilidad misma. La figura matemática que el encuentra para representar, por un
lado el conocimiento humano y por otro lo que escapa, es la figura del polígono. A
medida que se alcanza más y más saber sus lados se multiplican, pero nunca llegará a
ser una circunsferencia perfecta. La docta ignorancia, como saber ignorante es para el
filósofo el punto de partida de la acción creadora.
¿Cómo leer, entonces, esta “docta ignorancia”, desde el psicoanálisis?
Partiendo de Freud sabemos que hay un saber que escapa al sujeto. El niño formula sus
teorías sexuales; se pregunta ¿de donde vienen los niños? a partir de la premisa
universal del falo. Las preguntas que el niño dirige al Otro, dice Freud, sustituyen una
pregunta que no formula. Lo que el niño no quiere saber es sobre la diferencia sexual.
De entrada es posible pensar la paradoja presente en esta búsqueda de saber, dado que la
misma se constituye a partir de un imposible: límite que impone la castración a la
estructura. Dice Oscar Masotta en Lecciones de introducción al psicoanálisis, “el sujeto
no sabe sobre aquello que está en el origen de los síntomas que soporta...porque nada
quiere saber de que no se puede saber que no hay Saber sobre lo sexual”.
Si desde la constitución subjetiva el lenguaje irrumpe en el cuerpo para operar en él
separando el goce todo, la consecuencia es que el sujeto pierde el acceso al goce
absoluto y el saber sobre el goce de la Cosa. De esta operación queda un resto, que
Lacan llamó objeto “a”; resto que se constituye como plus de goce y como causa del
deseo. Es a partir de un vacío, agujero que recorta la pulsión satisfaciéndose en su
recorrido, que se instala el objeto como velo a la vacuidad del ser. El cierre simbólico
que se produce en el hablante-ser por la mortificación del significante en el cuerpo,
viene a instalar allí la marca de lo no-conocido, lo Unerkante, el ombligo del sueño
freudiano. Se trata del cierre simbólico al agüjero en lo real. Marca que se imprime
desde la represión primaria.
Entonces, esa pregunta que Freud sabía que el niño no formula, es una pregunta
imposible; en tanto hay algo indisoluble del Complejo de Edipo. Se trata de la cicatriz
de la castración que deja por fuera lo que no se inscribe. He ahí lo traumático para el ser
hablante: no hay relación sexual, no hay La mujer, tampoco hay El padre. Este saber
que no-hay es saber sobre lo real, la cicatriz entonces, es respecto de un vacío: otro
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nombre de la castración. Frente a esto, están las pulsiones, que vienen a constituirse en
mitos “es lo real lo que mitifican” dice Lacan en “Del Trieb de Freud y el deseo del
analista”.
Es a nivel de lo no-conocido eficaz que opera lo imposible “lo que no cesa de no
inscribirse”. La relación del sujeto al inconciente se concibe a partir de la marca que
inscribe el no-todo en la estructura, entonces, algo escapa al saber.
No se trata, entonces, en la “docta ignorancia” de apelar a ignorar un saber “posible” de
alcanzar; porque como dice Lacan en el Seminario El saber del analista “Levantar la
bandera del no-saber puede servir para reclutar la clientela de la crasa ignorancia”.
Se trata al decir de Cusa de un “saber ignorante” cito “ es aquello por lo cual, en lo cual
y a partir de lo cual todo lo inteligible es entendido y es, sin embargo, inalcanzable con
el intelecto. De manera similar, aquello por lo cual, en lo cual y a partir de lo cual todo
lo decible es dicho, sin embargo es inalcanzable con la dicción”.
Hiancia de la estructura de lo que solo hay la marca y que el objeto “a” vino en su
origen a ocupar el lugar del vacío que dejó la pérdida mítica y originaria.
El límite respecto al saber indica en su borde, un vacío frente al cual el sujeto, vía la
contingencia tendrá la posibilidad al final de un análisis de nombrar su modo de gozar.
A diferencia de los filósofos que excluyen el goce, el psicoanálisis plantea que en el
horizonte de un análisis podría surgir un saber nuevo que implique una relación
diferente respecto del saber que no-hay, esto en el sentido de decir basta a los porqué
dirigidos al Otro. Algo nuevo que haga del vacío que dejó la pérdida originaria causa,
con lo más vivido de la pulsión.
Mónica Biaggio

Bibliografía General
Freud S,
“Tres ensayos de teoría sexual”, (1905) Obras Completas, Volumen VII, Amorrortu,
Bs.As. 1987.
La organización genital infantil (1923) T.19, Amorrortu
Lacan J. Del Trieb de Freud y del deseo del psicoanalista. Escritos II
Edit.Siglo XXI,México, 1987.
“ “ El seminario Libro20 Aún (1972-1973)
Paidós,Bs As, 1986.
“ “ “Seminario El saber del psicoanalista”(1971-1972) inédito
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Miller, J.-A Los signos del goce, Paidós, Bs.As, 1998.


Laurent, E Las paradojas de la identificación,EOL, Paidós, Bs.As, 1999
“ “ El Tao del psicoanalista, El Caldero de la Escuela Nº74, Nov/Dic 99’
“ “ Las paradojas de la identificación, EOL, Paidós, Bs.As,1999
Masotta, O Lecciones de introducción al psicoanálisis, Gedisa, Barcelona, 1996
Torres, M Clases dictadas en la Facultad de Psicologia, de 1987 a 1990. Inéditas.
Torres, M y otros Una práctica en acto, cap.1 “La clínica del detalle” viñeta clínica y
cap 6, “Enciclopedia china o la lógica inconsistente. Del fin de
análisis y del pase” Atuel, Bs.As, 1995
Katz, L Una práctica en acto, cap. 5 “Ecos del nombre propio, Atuel, Bs.As,
1995.
De Cusa N. Un ignorante discurre acerca de la sabiduría – Idiota de sapientia-
Traducción, introducción y notas, Jorge M Machetta y Claudia
D’Amico,Eudeba, Bs.As, 1999.
“ “ De la Docta Ignorancia, Edit. Lautaro Bs.As,1948
Cassirer, E Individuo y cosmos en la filosofía del Renacimiento, Emece, Bs.As,
1951.

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