Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Actividad 3° - Reflexión
DNI: 35511119
Registro: 144983
Desarrollo
En primer lugar la profesión de Enfermería a pasado por muchas etapas
evolutivas respecto al método de cuidado utilizado, actualmente nos encontramos
en proceso de construcción de una enfermería que centre sus cuidados asistenciales
desde una perspectiva humanística, no solo basando su cuidado y haciendo énfasis
en la dimensión biológica del paciente, sino también tomando como aspecto
importante aquella dimensión emocional, mental y espiritual de la persona que
necesita de nuestro cuidado, aquella visión humanista que se ve opacada muchas
veces por la patología del paciente, al cual a veces no vemos como más que eso,
como una patología o conjunto de síntomas y dolencias.
En segundo lugar el enfoque sobre esta dimensión emocional del paciente no
solo permite una facilidad de adaptación al paciente, ya que es importante destacar y
recordar que las personas que permanecen hospitalizados sienten una pérdida de su
autonomía y en muchos casos vergüenza al no poder realizar actividades como
bañarse, defecar, orinar e incluso alimentarse por su propia cuenta. La enfermera es la
responsable de proporcionar cuidados tangibles e intangibles. Es aquí cuando nuestro
amor por la profesión debe hacerse notar, es en esos momentos de vulnerabilidad del
paciente cuando el profesional debe actuar de manera holística, dispensando su
cuidado con empatía. Los cuidados de las enfermeras solamente tienen sentido a
partir de la persona, de quién es y de lo que representa en su entorno social. De
manera que los cuidados adquieren significado atendiendo a su realidad y a su forma
de vivir.
Es por esto que la enfermera debe acompañar a la persona en la toma de
decisiones, y garantizar que estas decisiones se toman en conjunto con ella, cuando
está ya a recibido la información necesaria y adecuada para una participación
consciente. Es parte de las tareas del personal de enfermería realizar una valoración
integral de la persona que nos permita identificar las necesidades, capacidades,
limitaciones, recursos y posibilidades de esté.
Es el profesional de enfermería quien determina las capacidades de la persona
teniendo siempre en cuenta su autonomía funcional y capacidad para decidir. Esto es
algo que nos permite y ayuda a priorizar las situaciones de intervención, y a planificar
conjuntamente entre la persona y enfermería todas las actividades a desarrollar para
recuperar un mayor grado de independencia acorde a las expectativas de cada uno,
evaluando luego de esto los resultados de estas intervenciones.
Cuidar conlleva aceptar la autonomía de las personas en el dominio de la toma
de decisiones. La comunicación, la observación y la historia de vida, junto al
respeto de la independencia, libre voluntad y decisión del individuo, nos ayuda a
conseguir que la persona lleve el proceso hospitalario de una manera más humana y
cálida.
Conclusión
Para desarrollar una práctica profesional de la enfermería humanizada es
esencial que está esté basada en proporcionar cuidados que impulsen el trato
respetuoso y empático hacia el paciente observándolo desde una perspectiva holística
e integradora de todas sus dimensiones. El éxito de esta aplicación dependerá de los
conocimientos, actitudes y habilidades que posea el profesional al dispensar los
cuidados asistenciales al individuo.
Como enfermeros tenemos la tarea de participar activamente en el progreso y
evolución de los cuidados asistenciales que proporcionamos. Somos capaces de
integrar el aspecto tecnológico y el aspecto humanístico en la atención, sin descuidar
ninguno, es decir, sin invisibilizar ninguna dimensión del paciente que necesita de
nuestros cuidados.