Está en la página 1de 5

EXPONER PSIQUIATRIA:

La promoción de la salud mental consiste en acciones que creen entornos y


condiciones de vida que propicien la salud mental y permitan a las personas adoptar y
mantener modos de vida saludables. Entre ellas hay una serie de acciones para
aumentar las posibilidades de que más personas tengan una mejor salud mental.
Un ambiente de respeto y protección de los derechos civiles, políticos,
socioeconómicos y culturales básicos es fundamental para la promoción de la salud
mental.
Las políticas nacionales de salud mental no deben ocuparse únicamente de los
trastornos mentales, sino reconocer y abordar cuestiones más amplias que fomentan
la salud mental como la incorporación de la promoción de la salud mental a las
políticas y programas de los sectores gubernamental y no gubernamental. Además del
sector de la salud, es esencial la participación de los sectores de la educación, el
trabajo, la justicia, el transporte, el medio ambiente, la vivienda o la asistencia social.

La promoción de la salud mental depende en gran medida de estrategias


intersectoriales. Entre otras formas concretas de fomentar la salud mental se
pueden mencionar:

 las intervenciones en la infancia precoz (por ejemplo, la creación de un


entorno estable que atienda las necesidades de salud y nutrición del
niño, lo proteja de las amenazas y le proporcione oportunidades de
aprendizaje precoz e interacciones que sean sensibles, le den apoyo
emocional y estimulen su desarrollo);

 el apoyo a los niños (por ejemplo, programas de creación de


capacidades y programas de desarrollo infantil y juvenil);

 la emancipación socioeconómica de la mujer (por ejemplo, mejora del


acceso a la educación y concesión de microcréditos):

 el apoyo social a las poblaciones geriátricas (por ejemplo, iniciativas


para hacer amistades y centros comunitarios y de día);

 los programas dirigidos a grupos vulnerables, y en particular a las


minorías, los pueblos indígenas, los migrantes y las personas afectadas
por conflictos y desastres (por ejemplo, intervenciones psicosociales tras
los desastres);

 las actividades de promoción de la salud mental en la escuela (por


ejemplo, programas de apoyo a los cambios ecológicos en la escuela y
escuelas amigas de los niños);
 las intervenciones de salud mental en el trabajo (por ejemplo, programas
de prevención del estrés);

 las políticas de vivienda (por ejemplo, mejora de las viviendas);

 los programas de prevención de la violencia (por ejemplo, la reducción


de la disponibilidad del alcohol y del acceso a las armas);

 los programas de desarrollo comunitario (por ejemplo, iniciativas de


colaboración ciudadana y de desarrollo rural integrado);

 la reducción de la pobreza y la protección social para los pobres;

 legislación y campañas contra la discriminación;

 promoción de los derechos, las oportunidades y la atención de las


personas con trastornos mentales.

SITUACIONES QUE AFECTAN LA SALUD MENTAL:


La palabra pobreza provoca grandes emociones y muchas preguntas. Es un
problema complejo con muchos aspectos, caras y causas. Se define como una
situación social y económica que se caracteriza por la carencia marcada de las
necesidades básicas. Por lo general, se consideran pobres aquellas personas
que tienen un ingreso insuficiente para comprar comida, techo, ropa y otros
artículos esenciales.

Sin embargo, la pobreza es mucho más que no tener suficiente dinero. La


pobreza tiene muchos costos emocionales. Por ejemplo, la pobreza también es
no poder participar de actividades recreativas, no poder enviar a nuestros hijos
al cumpleaños de su amigo o a la excursión de la escuela. La pobreza
contribuye al  estrés de no tener la ropa adecuada para ir a una entrevista o
para asistir a un día casual/sin uniforme a la escuela; a la angustia de no tener
acceso a una buena educación o no poder pagar las medicinas o ir al médico
cuando estamos enfermos. 

La pobreza implica una serie de factores de riesgo que afectan negativamente a


las familias que viven con bajos ingresos o con falta de necesidades básicas.
Los factores principales de riesgo  son:

 Estresores agudos y crónicos

El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional que puede ser causado


por cualquier situación o pensamiento que nos haga sentir  frustrados, furiosos
o nerviosos. Sin duda, las demandas del diario vivir generan estrés para todos,
pero las familias de bajos ingresos tienen mucho más. Ellos viven en constante
estrés porque están enfocados en la sobrevivencia del día a día. La pobreza
puede causar estresores por la inseguridad con los alimentos, la vivienda, la
educación, acceso a servicios médicos,  los ingresos y más.

Crecer en la pobreza expone a los niños a mayores niveles de estrés. Los


adultos que crecieron pobres por lo general tienen niveles más altos de estrés
crónico. Vivir bajo la constante amenaza de no tener acceso a la necesidades
básicas puede hacer que las personas pierdan la confianza, se sientan
impotentes, desarrollen inseguridades y tengan dificultad regulando y
controlando sus emociones. 

 Retrasos cognitivos

Los primeros cinco años de vida son el período más sensible para las influencias
perjudiciales de la escasez económica. Los efectos dañinos de la pobreza
interfieren con el desarrollo cognitivo de los niños pequeños y en muchos casos
puede causar alteraciones en patrones de actividad cerebral. Estos niños, por lo
general, tienen menos oportunidades de enriquecimiento cognitivo porque
tienen menos libros en casa y  menos oportunidades para participar en
actividades que fortalecen su desarrollo.

Cuando un niño crece en la pobreza se encuentra en mayor riesgo de


desarrollar deficiencias en las siguientes áreas: atención, lenguaje, memoria,
destrezas sociales y el funcionamiento ejecutivo (e.j, planificación, organización
y toma de decisiones). Muchas de estas áreas son necesarias para alcanzar
nuestro potencial de éxito económico. Por lo tanto, la experiencia de la pobreza
pone a estos niños en desventaja cognitiva y podría impedir romper el  ciclo de
la pobreza.

 Problemas de salud 

La pobreza y la mala salud son fenómenos interrelacionados. La pobreza es


tanto una causa como una consecuencia de la mala salud.  Por un lado, la
pobreza aumenta las posibilidades de mala salud. La mala salud, a su vez,
atrapa a las comunidades en la pobreza.

En los hogares más pobres, los alimentos absorben una parte importante de
sus gastos, por lo que el aumento en los precios se convierte en una amenaza a
la seguridad alimentaria. Muchas veces sólo alcanza para lo necesario, pero
estos alimentos no siempre son más nutritivos para el crecimiento y desarrollo
saludable.

El estrés causado por la pobreza puede provocar respuestas fisiológicas, tales


como la presión arterial alta y niveles altos de cortisol, la hormona del estrés.
Los niveles altos de cortisol se asocian con niveles elevados de azúcar en la
sangre, presión arterial alta, dolor de espalda, adelgazamiento de los huesos,
obesidad, insomnio, ansiedad y fatiga.

Las familias que viven en la pobreza experimentan varias barreras para recibir
tratamiento y acceder a servicios de salud. También es posible que las personas
pobres y vulnerables tengan que tomar decisiones difíciles, poniendo en riesgo
su salud a sabiendas porque no pueden ver a sus hijos pasar hambre, por
ejemplo.
 Desafíos emocionales y sociales

La pobreza afecta la salud mental a través de una serie de mecanismos sociales


y biológicos que impactan a individuos, familias, comunidades y países. La
salud mental está determinada por características (incluidas las desigualdades)
de los entornos sociales, económicos y físicos en los cuales  vive la gente.

La experiencia de la pobreza influye significativamente en la forma en que


pensamos, sentimos y actuamos. Muchas veces las acciones y pensamientos
provienen de un lugar de carencia. Por ejemplo, las personas que viven en la
pobreza pueden desarrollar la “mentalidad de escasez”. La mentalidad de
escasez es la creencia de que nunca habrá suficiente, ya sea dinero, comida,
emociones o algo completamente diferente. 

Muchas veces este miedo nos hace aferrarnos a todo lo que tenemos por temor
a quedarnos cortos. En otras ocasiones ese miedo puede causar que estemos
constantemente enfocados en mantener lo que tenemos y no buscamos
nuevas oportunidades. La mentalidad de escasez se enfoca en resolver la
necesidad inmediata, lo cual interfiere con la planificación a largo plazo. Cuando
tenemos esta mentalidad puede que nos sintamos que no somos merecedores
de la riqueza y el éxito. Todas estas creencias y conductas  pueden contribuir a
que se perpetúe el ciclo de la pobreza.

La pobreza aumenta el riesgo de enfermedades mentales como la depresión,


ansiedad y adicción a sustancias. La pobreza puede actuar tanto como un factor
causal (por ejemplo, el estrés que resulta de la pobreza puede desencadenar la
depresión) y una consecuencia de una enfermedad mental (por ejemplo,
síntomas esquizofrénicos que conducen a una disminución del estado
socioeconómico y la perspectiva de la realidad).

DISCRIMINACIÓN Y SALUD MENTAL:

Probablemente estamos aquí frente a un fenómeno universal . Existen diferentes tipos de


discrimicacion (racial, socio-econocmica,genero ,física etc.)

Según la teoría del estrés social, la discriminación es un tipo de


estresor que, al igual que otros estresores psicosociales, afecta seriamente el
bienestar físico y psicológico de las personas. En primer lugar,
la discriminación conduce a emociones negativas, las cuales a su vez
provocan síntomas de angustia, depresión, ansiedad y aumentan el riesgo
de trastornos psiquiátricos de por vida. Las emociones negativas llevan
también a una desregulación biológica que puede contribuir a enfermedades
subclínicas y crónicas, y además evita que las personas busquen ayuda de
cualquier tipo o se comprometan con los tratamientos médicos que necesitan.
En segundo lugar, cuando las personas son sujetos de discriminación, se daña
su autoestima por cómo se empiezan a percibir a sí mismas. De esta
manera, se afectan sus posibilidades de relacionarse efectivamente con los
demás al impactar la forma en que son percibidas, afectando así su bienestar
psicológico y emocional.

CONTAMINACION Y SALUD MENTAL:


La contaminación ambiental puede definirse como cualquier modificación indeseable del
ambiente, causada por la introducción de agentes físicos, químicos o biológicos
(contaminantes) en cantidades superiores a los que se encuentran en estado natural,
provocando daño a los recursos naturales y alterando el equilibrio ecológico, derivando todo
esto en resultados nocivos para la salud humana.

La contaminación ambiental TAMBIEN ACTUA como una forma de situación estresante


provoca la disminución de la concentración, aumenta la ansiedad y la depresión, y los
trastornos del sueño. Las personas se vuelven más irritables o agresivas.

El incremento actual de la enfermedad mental parece ser que es una respuesta del organismo
a la influencia negativa de dichos contaminantes que hay en el aire, sobre todo durante largos
periodos. Los estudios han demostrado que la polución puede contribuir a la pérdida de
memoria y la aparición precipitada de enfermedades mentales y neurológicas como son el
Alzheimer. Hemos visto que en los próximos años los trastornos mentales aumentaran en todo
el planeta y empeorará las situaciones de aquellas personas que los padecen de antemano
como consecuencia del calentamiento global.

También podría gustarte