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Buenos Aires, 5 de marzo de 2021.

Su Santidad
Papa Francisco

Ref: Pedido de intervención del Santo Padre

Su Santidad:

Tengo el honor de dirigirme a Su Santidad a fin de solicitarle su intervención en


el presente caso.

En su momento me dirigí a Ud. por la falta de aportes de seguridad social a 43


mujeres, cuyo lisado se acompañó, - que se desempeñaron como “Numerarias Auxiliares” en la
Prelatura del Opus Dei, lo que les impide acceder a la jubilación que les corresponde, luego de
muchos años de sacrificado trabajo.

Sin perjuicio de ello, mi equipo y yo fuimos contactando a cada una de ellas – a


algunas personalmente y otras por medios electrónicos – para conocer los detalles de su
relación laboral con la Prelatura del Opus Dei.

Nos encontramos allí con dos sorpresas:

La primera es cómo la prelatura maneja cuestiones que le son propias a través de


asociaciones civiles para, entre otras cosas, “esconder” su patrimonio real y desligarse de toda
responsabilidad en caso de que surjan situaciones conflictivas. Jurídicamente el Opus Dei ha
armado una estructura de asociaciones civiles que en la práctica están integradas por miembros
laicos del Opus Dei y hacen lo que el órgano de gobierno del Opus Dei local o central les
indica.

Las asociaciones en cuestión serían las siguientes:


(i) Asociación para la Promoción Deportiva Educativa y Social,
(ii) Asociación para el Fomento de la Cultura,
(iii) Asociación Promotora de la Educación y el Deporte,
(iv) Instituto de Capacitación Integral en Estudios Domésticos, que cambió su
nombre a Iniciativas de Capacitación Integral para Emprendimientos de Desarrollo (ICIED),
(v) Asociación Civil de Estudios Superiores, Asociación de Emprendimientos
Sociales, Educativos y de la Salud,
(vi) Asociación Cultural del Norte,
(vii) Asociación Cultural del Bonaerense,
(viii) Asociación Civil y Cultural de Cuyo,
(ix) Los Ceibos Asociación Civil,
(x) Asociación Cultural de Salta,
(xi) Asociación Santafesina de Cultura,
(xii) Asociación Cultural Cordillera,
(xiii) Asociación de Intercambio Cultural,
(xiv) Fundación Pedro Antonio Marzano y ,
(xv) Asociación Promotora Cultural y Social
Dichas asociaciones y fundaciones serían titulares de: 11 casas de retiros; 24
Colegios; 17 residencias universitarias, 8 Clubes; 19 Centros de Capacitación; 10 centros de
Formación Rural, 35 centros residenciales, 1 Universidad y 1 Hospital
.
La segunda es mucho más grave.
De las conversaciones que hemos mantenido con las ex “Numerarias Auxiliares”
surgirían graves violaciones a los derechos humanos y delitos de lesa humanidad tales como:
(i) Reducirlas a la servidumbre, al ser sometidas al poder de quienes eran sus
superiores, en una situación similar a la de esclavitud, dejando de tratarlas como individuos
sino más bien como a cosas,
(ii) Privación de su libertad, con el fin de hacerlas trabajar gratuitamente sin
horario y sin descanso
(iii) Trasladarlas a distintas partes del país o del exterior, decisión que
tomaba el gobierno del Opus Dei según su conveniencia. Es importante resaltar que estas
decisiones nunca eran tomadas por las asociaciones jurídicas mencionadas.
(iv) Hacer trabajar a menores de edad,
(v) Engañarlas para conseguir tal fin, convenciéndolas que iban a cursar
estudios secundarios o profesionales, cuando en realidad el propósito era hacerlas trabajar
como servicio doméstico gratuito en los “Centros” que la Prelatura del Opus Dei les indicara,
“Centros” que pertenecen a las asociaciones conexas anteriormente descriptas;
(vi) Con el pretexto de ayudarlas a promocionarse profesionalmente, organizar
sistemáticamente la búsqueda de “candidatas” en zonas pobres del interior del país o de la
República del Paraguay, en las que Numerarias con títulos universitarios se trasladaban para
cumplir dicho encargo, encargo que les era ordenado por el propio gobierno central del Opus
Dei
(vii) Impedir que las Numerarias Auxiliares pudieran salir a la calle solas –
siempre lo hacían con otra Numeraria o con una Numeraría Auxiliar mayor -, visitar a sus
familias y comunicarse con ellas sin autorización de sus superiores,
(viii) Impedir que concurrieran libremente a médicos, psicólogos o
psiquiatras. Sus superiores le indicaban a qué médico hacerlo – generalmente eran
profesionales pertenecientes al Opus Dei – y en caso de no serlo siempre iban acompañadas
inclusive durante la consulta médica;
(ix) Impedimento para tener libre acceso a medios de información tales
como radio, televisión o diarios de actualidad, inclusive ver a través de ventanas al exterior,
(x) Aprovechamiento de su juventud o falta de formación intelectual para
captar su voluntad a través de actividades disfrazadas como “charlas formativas”.
“meditaciones” o “dirección espiritual” personalizada, charlas que fueran brindadas tanto por
laicos como por sacerdotes, en las cuales se les infundía el temor de Dios por juicio final o
castigos divinos si no cumplían con sus tareas y su vocación como “Numerarias Auxiliares”
(que no era más que dedicarse al servicio doméstico – lavar, planchar, cocinar, etc – en los
“Centros” del Opus Dei)
(xi) Uso de medios de mortificación corporal tales como el cilicio y la disciplina
con el fin de doblegar su carácter

Entendemos que todos estos hechos son sumamente graves y que V.S. y la Santa
Iglesia no tolerarían que estas cosas sucedieran dentro de una organización católica sin tomar
cartas en el asunto.
Es así como se solicita al Santo Padre arbitre los medios para (i) que se
reconozcan estos abusos cometidos por la Prelatura del Opus Dei; (ii) Se les pida disculpas a
las afectadas por estas acciones sufridas; (iii) se las compense debidamente y (iv) se tomen las
medidas correctivas pertinentes para que estas cosas no sigan sucediendo en el ámbito de la
Prelatura.

Contamos con grabaciones en las que estas mujeres refieren sus experiencias y
también un cuestionario contestado por las mismas en las que explican cómo fueron captadas
por la Prelatura del Opus Dei, cómo fue su vida allí y su salida, que pongo a disposición de S.S.
en caso de ser necesario, así como su testimonio presencial.

Muchas de ellas han quedado con secuelas físicas y psicológicas comprobadas y


comprobables.

Su Santidad apelamos a su corazón que sabemos que no es tibio, para dar una
respuesta a estas mujeres que a pesar de todo siguen confiando en la Iglesia. Rezamos por Ud.
como siempre lo pide, por favor, rece por nosotros.

Esperando pronta y favorable respuesta y desde ya agradecido, lo saludo


atentamente;

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