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Cristo
ESTUDIO BÍBLICO
SERIE UN MENSAJE OPORTUNO PARA UNA IGLESIA EN CRISIS
DAVID LOGACHO
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Reciba cordiales saludos, amiga, amigo oyente. Bienvenida, bienvenido al estudio bíblico de
hoy. Nuestro tema de estudio durante las últimas semanas, ha sido la primera epístola de Pablo
a los Corintios, en la serie titulada: Un mensaje oportuno para una iglesia en crisis. En esta
ocasión, David Logacho nos mostrará el hermoso funcionamiento de la iglesia de Cristo.
Aquellos que tienen una Biblia a la mano, pueden abrirla en 1 Corintios 12: 12-26. Como
antecedente, tenemos que Pablo está haciendo saber sobre las cosas espirituales, entre ellas, los
dones espirituales. Ya explicó que los dones fueron distribuidos por, o a través del Espíritu
Santo. Los dones espirituales son varios, pero todos han sido dados mediante el Espíritu Santo.
También explicó que los dones espirituales han sido dados a cada uno de los creyentes. No
existe creyente auténtico que no tenga al menos un don espiritual. Luego para apreciar su
variedad Pablo nos proporcionó una lista de algunos de los dones espirituales. En todo caso,
todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él
quiere. A partir del versículo 12 del capítulo 12, Pablo va a mostrar como funcionan los dones
en la iglesia local. Para eso, Pablo echa mano del funcionamiento del cuerpo humano. El
cuerpo humano tiene una diversidad de miembros, las manos, los pies, los ojos, las orejas, etc.,
pero todos cumplen una función y trabajan en perfecta armonía. De esto aprovecha Pablo para
mostrar que así debe funcionar una iglesia local. Lo primero que tenemos es la unidad del
cuerpo. 1 Corintios 12:12 dice: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros,
pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.”
Cuando Pablo habla del cuerpo en este versículo, se está refiriendo al cuerpo humano. El
cuerpo humano es uno, pero consta de varios miembros, unos son visibles, como las manos, los
brazos, los pies, las piernas, los ojos, las orejas, la nariz, etc. Otros miembros del cuerpo son
invisibles, porque están al interior del cuerpo humano, como el cerebro, el estómago, el hígado,
los riñones, etc. Todos los miembros juntos hacen un cuerpo. Son muchos miembros pero un
solo cuerpo. Lo mismo pasa con la iglesia de Cristo, o simplemente Cristo. Son muchos los
miembros, pero todos hacen un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo, la iglesia. En segundo lugar
Pablo habla de la manera de entrar a formar parte del cuerpo de Cristo que es la iglesia. 1
Corintios 12:13 dice: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean
judíos o griegos, sean esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.”
Pablo está mostrando como los creyentes llegamos a ser miembros del cuerpo de Cristo. Porque
por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo. El verbo bautizar significa sumergir
o introducir o meter algo dentro de otra cosa. Entonces lo que Pablo está diciendo es que por un
solo Espíritu fuimos todos introducidos en un cuerpo, el cuerpo de Cristo que es la iglesia.
Observe que no es el Espíritu Santo quien hace esta obra de introducir a los creyentes en el
cuerpo de Cristo. Mateo 3:11 nos muestra quién es. Hablando de Jesús, note lo que dijo Juan el
Bautista: “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí,
cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu
Santo y fuego.” Quien venía tras Juan el Bautista, era Jesús. Entonces es Jesús quien bautiza en,
o por, o mediante el Espíritu Santo. Con absoluta propiedad podemos afirmar que Cristo Jesús
introduce mediante el Espíritu Santo, a los creyentes en su cuerpo que es la iglesia. El único
requisito para que Jesucristo introduzca mediante el Espíritu Santo a una persona en su cuerpo
en la iglesia, es que esa persona sea creyente, no importa si es judío o gentil, no importa si es
esclavo o libre. La primera vez que Jesús introdujo mediante el Espíritu Santo a creyentes en su
cuerpo que es la iglesia, fue el día de Pentecostés. A partir de ese momento, toda persona que
recibe a Cristo como Salvador, es introducida por Jesucristo mismo, mediante el Espíritu Santo,
en su cuerpo que es la iglesia. No existe creyente genuino que no haya sido bautizado por
Jesucristo mediante el Espíritu Santo, en su cuerpo que es la iglesia. Esto es el bautismo por el
Espíritu Santo. Además, Pablo deja muy en claro que todo creyente que ha sido bautizado por
Jesucristo mediante el Espíritu Santo en el cuerpo de Cristo, tiene el Espíritu Santo o se le ha
dado a beber de un mismo Espíritu. Es la presencia del Espíritu Santo morando en cada
creyente, que produce esa maravillosa unión en un cuerpo que es la iglesia. En tercer lugar,
Pablo habla de la diversidad de miembros del cuerpo. 1 Corintios 12:14-19 dice: “Además, el
cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si dijere el pie: Porque no soy mano no soy del
cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo,
¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese
oído, ¿dónde estaría el olfato? Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en
el cuerpo, como él quiso. Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?”
En la iglesia de Corinto, todos se sentían atraídos a tener los dones más espectaculares, como el
don de lenguas o el don de sanidad, o el don de milagros. Esto sería como si todos los
miembros del cuerpo humano quisieran ser sólo pie, o sólo oreja, o sólo ojo, etc. Algo absurdo.
Por el hecho que el pie no es oreja, ¿Hace que la oreja no sea parte del cuerpo? Absolutamente
no. En el cuerpo humano se ve una variedad de miembros pero cada uno haciendo su parte para
que cuerpo pueda funcionar muy bien. Igual debe ser en la iglesia de Cristo. Hay variedad pero
en unidad. No todo miembro debe tener el mismo don y ningún miembro se debe sentir como
que no es parte del cuerpo de Cristo, por el solo hecho de no tener el don que le gustaría tener.
En cuarto lugar, Pablo habla de la complementariedad de los miembros del cuerpo. 1 Corintios
12:20-21 dice: “Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo
puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de
vosotros.” Como hay muchos miembros en el cuerpo humano, hay muchos miembros en el
cuerpo de Cristo. Como los miembros del cuerpo humano se necesitan unos a otros, los
miembros de la iglesia de Cristo también se necesitan unos a otros. Esta verdad es una bofetada
a la actitud de algunos creyentes de la iglesia de Corinto, que pensaban que porque tenían algún
don espectacular, estaban en su derecho de mirar por debajo del hombro a los demás creyentes
que no tenían dones similares. Pablo dice: ¿Qué piensan si el ojo de pronto se rebela y decide
que no necesita de la mano? ¿Cómo podrá el cuerpo hacer cosas como comer por ejemplo?
¿Puede un ojo tomar una cuchara y meterla en un plato de comida? Por supuesto que no,
porque el ojo y la mano deben complementarse el uno al otro. El ojo ve donde está el plato de
comida. La mano toma la cuchara y entre los dos se complementan para que el cuerpo pueda
comer. Así debe ser en el cuerpo de Cristo. Cada miembro del cuerpo debe complementarse
con los otros miembros del cuerpo para que el cuerpo pueda funcionar adecuadamente. En
quinto lugar, Pablo habla de la armonía del cuerpo. 1 Corintios 12:22-26 dice: “Antes bien los
miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y a aquellos del cuerpo
que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son
menos decorosos, se tratan con más decoro. Porque los que en nosotros son más decorosos, no
tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba,
para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupan los
unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él,
y si un miembro recibe honra, todos miembros con él se gozan.” Entre los miembros del cuerpo
humano no hay nada de discordia, nada de celos, nada de competencia entre ellos. Todo es
armonía y equilibrio. Los pies parece que no fueran tan importantes como la cabeza, pero ¿A
dónde podría movilizarse la cabeza, si el cuerpo no tuviera pies? Los miembros que parecen
menos dignos, a estos vestimos más dignamente. Los pies tal vez no son las partes del cuerpo
que todos quieren mostrar y por eso los cubrimos con zapatos. Los miembros del cuerpo menos
decorosos son tratados con más decoro. Piense en miembros como el cerebro, el corazón, el
estómago, etc. No son miembros muy vistosos que digamos y por eso son tratados con más
decoro y han sido puestos en el interior del cuerpo. Dios ordenó el cuerpo de esta manera,
dando más abundante honor al que le faltaba para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino
que los miembros todos se preocupan los unos por los otros. Existe un espíritu de unidad y
armonía en el cuerpo. Si un miembro sufre, todos los miembros sufren igual. Si un miembro
goza, todos los miembros gozan por igual. Todo esto debería estar presente en la iglesia de
Cristo. Debe haber unidad en armonía. Los creyentes que tienen dones que no son vistosos o
espectaculares, son los más necesarios. Los creyentes que tienen dones que parecen no ser tan
vistosos, deben ser siempre animados por los creyentes que tienen los dones más vistosos.
Solamente así no habrá celos, ni divisiones, ni contiendas en la iglesia de Cristo.
3 Juan 1:2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud,
así como prospera tu alma.
El orden que Dios desea hoy en nuestras vidas es que primeramente presentemos nuestros
cuerpos en sacrificio, vivo, santo, antes en el templo se le ofrecía otro tipo de sacrificio de
animales en el templo que eran irracionales.
LAS COYUNTURAS DEL CUERPO DE CRISTO
© Carlos Padilla, Enero 2009
No obstante, el cuerpo, nuestro cuerpo, con el que convivimos cada día es una
plataforma de enseñanza espiritual en sí mismo. Tenemos un modelo dado por
Dios, que nos sirve para profundizar en él, y con Él comprender, no solo cómo
somos nosotros, sino cómo es nuestro prójimo que tiene otro cuerpo igual y como
es la Iglesia, o como debería ser. Las reacciones físicas, cognitivas, sentimentales
y espirituales las podemos experimentar todos y cada uno de los seres humanos.
Muchos buscan hasta la saciedad en estos campos y descubren que les falta algo,
pero muchos ni siquiera buscan porque ya están saciados con las cosas
materiales, pero buscarán cuando éstas o la salud o cualquier cosa que sea su
prioridad o ídolo en sus corazones falten, por esta razón, la ceguera del
engañador, el diablo, la mayoría no percibe que necesita una relación personal
con el Creador hasta que se encuentran en una situación límite. Todos
necesitamos al Señor para tener una vida plena en todos y cada uno de los
apartados de la vida, y no solo esto, sino para encontrar la Verdad, la cual nos
"hará libres", porque nos da las respuestas a las preguntas existenciales y una
relación personal con Dios.
Es en este punto que comienza un nuevo viaje en la vida del Cristiano, la relación
con el prójimo, no solo en la Iglesia sino en el mundo. En este estudio nos
centraremos en la relación, objetivo y visión del Cuerpo de Cristo, por el que
Jesucristo dio Su vida, nosotros, la Esposa, la Iglesia. Son pues las Coyunturas
del Cuerpo de Cristo un estudio profundo sobre la relación que según la Biblia,
hemos de disfrutar, de la que debemos ser partícipes, pero no solo eso, sino de las
que somos responsables. Así como el cuerpo humano tiene muchos miembros, y
cada uno su función, el Cuerpo de Cristo también. Cuanto antes recibamos los
Cristianos la enseñanza de lo que se espera de nosotros, y de lo que debemos
esperar de los hermanos, nuestra familia espiritual, mejor será la experiencia para
todos los hermanos. El amor de Dios es sin duda el nutriente que mantiene las
coyunturas en buen estado. Si los hermanos usan de este amor fraternal, todo el
cuerpo funciona adecuadamente.
EL CUERPO HUMANO Y EL CUERPO DE CRISTO
...Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la
vocación con que fuisteis llamados, 2con toda humildad y
mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
3solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 4un
cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma
esperanza de vuestra vocación; 5un Señor, una fe, un bautismo, 6un Dios y
Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. 7Pero a cada
uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.
8Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones
a los hombres. 9Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había
descendido primero a las partes más bajas de la tierra? 10El que descendió,
es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo
todo. 11Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a
otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12a fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
13hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo
de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo; 14para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de
todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar
emplean con astucia las artimañas del error, 15sino que siguiendo la verdad
en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16de
quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las
coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada
miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. Efesios 4.
Todos conocemos el cuerpo humano, porque el Señor nos ha dado uno a cada
uno, lo cual aunque obvio, pocas veces nos fijamos en él y en su funcionamiento
mientras no nos duele nada, y con él en mente vamos a ir recorriendo los
distintos miembros y sus funciones en una alegoría de la Iglesia.
Los pies. Empezaremos por la base. Tenemos dos pies y diez dedos. Los pies son
la base del cuerpo, y nuestra base de vida es el Evangelio. Dos, porque la Palabra
de Dios tiene dos Testamentos. Los diez dedos de la Palabra son, como ya se
imagina, los 10 mandamientos. Diez es el número completo, porque toda la
Palabra es inspirada y útil para enseñar. 2Timoteo 3:16. Los dos, los de Cristo,
fueron traspasados en el calcañar, anunciado en Génesis 3:15, por los clavos de
Cristo en nuestra salvación y los dos benditos pies fueron resucitados y sanados
con el resto del cuerpo, esto es, que aguardemos con paciencia Su venida porque
amamos a Dios, guardando Sus mandamientos y la fe de Jesús. Apocalipsis
14:12. Los pies nos llevan a la tierra prometida, el alma de un nuevo hermano en
Cristo, de la que fluye leche y miel, llevan el Evangelio de la Paz y nuestra
andadura con Cristo nos lleva a la eternidad en Su Reino.
...El guarda los pies de sus santos, mas los impíos perecen en tinieblas;
Porque nadie será fuerte por su propia fuerza. 1Samuel 2:9.
...¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas,
del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica
salvación, del que dice a Sión: ¡Tu Dios reina! Isaías 52:7, Romanos 10:15.
...calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Efesios 6:15.
Las piernas también son dos. Los dos pilares de la vida cristiana, amar a Dios y al
prójimo, de estos dos mandamientos depende toda la Ley y los profetas. Mateo
22:40. También lo son la fe y la obediencia a Dios. Sí, en efecto he mencionado
cuatro cosas y no dos, porque las dos piernas tienen cuatro huesos, tibia y peroné,
dos son de amor y dos de actitud. Que confiemos en Dios. ¿Confías en Dios?.
Los muslos también son dos y equipados con el hueso más grande del cuerpo y
con los músculos de gran potencia para avanzar y correr. Así, la Iglesia ha de
correr con el poder que da Dios para evangelizar al mundo para que aquellos que
son de Cristo sean llamados al Reino eterno. Si recordamos el juramento y la
bendición de la promesa que hacían los patriarcas era con la mano bajo el muslo,
como hizo Abraham. Génesis 24. Juramento o compromiso y promesa, van de la
mano y han de ser pilares de la fe de la Iglesia. Por la búsqueda de la bendición
del ángel en Peniel, Jacob luchó con Dios y venció, en el sentido espiritual, y
obtuvo la bendición pero fue tocado en la coyuntura del encaje del muslo. El
muslo más relevante es sin duda el de Jesucristo montando el caballo blanco con
un nombre grabado en el: Rey de reyes y Señor de señores. Apocalipsis 19:16.
Las caderas son la mitad del cuerpo, donde se unen la parte de abajo con la de
arriba. Esto aunque obvio, nos lleva a darnos cuenta de la gran función que
ejercen entre la columna vertebral y las piernas. La base del cuerpo cuando
estamos sentados. Cuanto tiempo pasamos sentados, o en la iglesia. Otro dato
relevante es el hueco de las caderas de las mujeres, pues por él es por donde
todos nacemos, una especie de puerta a la vida en este mundo.
Las costillas tienen dos significados, uno viene de Génesis 2:22 que es Eva,
la esposa, el vaso más frágil, los débiles en la fe, es decir todos, porque todos
hemos de orar ¡auméntanos la fe! Eva es la Iglesia. La Iglesia busca abrazar el
Corazón de Dios, como las costillas lo abrazan, es por esto que están rodeando al
corazón, para que estemos cerca del corazón de Dios, porque Dios es
misericordioso. El Cristiano verdadero emana misericordia porque juicio sin
misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia, y la misericordia
triunfa sobre el juicio. Santiago 2:13. Y bienaventurados los misericordiosos
porque ellos alcanzarán misericordia. Mateo 5. Es por esto que la Iglesia está
junto al corazón de Dios, para que aprendamos misericordia, siquiera por oír las
palpitaciones de Su corazón. Cuantas situaciones de separación, enemistad y
desprecio se evitarían, no ya en el mundo sino entre Cristianos, si fluyese la
misericordia y el amor de Dios. Las costillas reflejan pues, en estos atributos
espirituales, el origen de la Iglesia y las coyunturas del Espíritu para su
convivencia en el corazón de Dios.
Los que son puestos por el Espíritu Santo como ancianos y obispos han de
aferrarse a Cristo, no a sus propios intereses, es por esto que muchas iglesias
defraudan a los creyentes. Hechos 20:28 nos muestra la verdad. Los obispos son
siervos de Cristo para servir a los hijos de Dios, y han de seguir el patrón de la
Biblia, dado en Tito 1, siendo amigables, sinceros, confiables, rectos, justos,
buenos, aptos para enseñar, humildes, que no hagan acepción de personas, han de
estar disponibles y trabajando para la bendición de los hermanos, no mirándose a
ellos mismos, sino a las necesidades de los hijos de Dios, además de trabajar por
la evangelización. Jesús tomó a un niño y lo puso junto a sí, y les dijo:
Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que
me recibe a mí, recibe al que me envió; porque el que es más pequeño entre
vosotros, ése es el más grande. Lucas 9:46.
Los hombros y el cuello son los que van bajo el yugo de Cristo, con los que
llevamos la cruz cada día, sobre la espalda, la que ninguno nos vemos, pero si
andamos en el yugo con Cristo, sabemos lo que llevamos. Él es el Maestro,
hombro con hombro con Él, salgamos valientes cada día a la vida para ir a Su
lado. Nuestro cuello va en el yugo y soporta la cabeza, la cual como sabemos es
Cristo, nuestro Señor, el Señor de nuestra vida, el amigo. En la Iglesia tenemos
muchos hermanos por los que, y con los que llevar el yugo de
Cristo. ...Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de
Cristo. Gálatas 6:2. La Ley de Cristo.
Los dos brazos son para poder abrazar rodeando el cuerpo de quienes amamos.
Símbolo del afecto fraternal entre los hermanos. En ellos somos criados desde
pequeños, mecidos como las primicias y cuidados. En la Iglesia son aquellos
hermanos con un don especial, amigable y fraternal, dispuestos recibir,
hospedadores, dispuestos a ayudar, a servir, tan importantes y muchas veces
olvidados. Es por lo tanto una capacidad que a nivel individual hemos de
desarrollar para recibir al hermano, además de aquellos que conocemos y
necesitan un abrazo y que les hablen de Cristo.
Las manos, que también son dos, representan la obra, el trabajo, el ministerio.
Con ellas damos de comer, fabricamos, pescamos, cortamos, clavamos,
ayudamos, llevamos, escribimos, dirigimos, acariciamos. Con ellas oramos por
los enfermos, ungimos y bendecimos orando. Las obras y los milagros van de la
mano. El que trabaja en la obra del Señor verá milagros en su vida y en la Iglesia.
No sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y
tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Mateo 6. Diez dedos
para una obra completa.
Si bien al orar podemos estar de rodillas, ¡cuántas veces además estamos sobre
las manos!. Abra su mano y mire sus cinco dedos. Adoración, confesión, acción
de gracias, intercesión y súplica. La oración de la mano dice: El pulgar, el más
poderoso de los dedos, símbolo de las bendiciones más importantes, la familia, y
el hogar, salud, relaciones y apoyos que recibimos y hermanos que tenemos. El
índice es el dedo que señala, para orar por los que son importantes en nuestra
vida, padres, maestros, pastores, fuerzas de emergencia, ejército, policía,
gobernantes. El corazón es el dedo del centro y el más largo, el que antes llega a
Dios, por ello, y con él en mente oraremos por los más necesitados y por nuestros
hijos. El anular es el más frágil y el que lleva el anillo de boda, por ello oraremos
siempre por nuestro matrimonio y por el de nuestros padres, hijos y hermanos. Y
por último el más pequeño el meñique, para orar por nosotros mismos.
Con la oración podremos hacer la obra del Señor con Su sabiduría otorgada por
la oración que hará que nuestros corazones sean llenos de los propósitos de Dios
para servir en el ejército de Cristo.
...Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un
espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. Lucas 24:39. Obra
y bendición.
Los oídos son dos para que escuchemos la voz de Dios el doble. Dicen que
tenemos una boca y dos orejas para que escuchemos el doble de lo que hablamos.
También al ser dos representa que también oímos las cosas del mundo, además
de las de Dios. El Cristiano ha de discernir a qué cosas presta oído, porque a
muchas, la verdad, es mejor hacer oídos sordos. El sordo físico puede ser sanado
por Dios, pero también el sordo espiritual, mediante el Evangelio y la
exhortación. En la Iglesia hemos de conseguir que todos presten oídos a las
palabras del Señor. A nivel particular debemos buscar en oración siempre oír la
voz de Dios, quien habla a los que ama.
...Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han
subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le
aman. 1Corintios 2:9.
La piel. Todo el cuerpo está cubierto de este, el mayor de los miembros. Esta
representa el manto, la cobertura del Señor. En ella derramamos el aceite de la
unción tras hacerlo por la cabeza para la unción profética. Para la unción de
sanidad sobre la piel. La vestidura sacerdotal. Adán y Eva estaban desnudos y no
se avergonzaban, porque su corazón era limpio antes de la caída.
La Cabeza. La unción se derrama sobre la cabeza, es por esto que debemos mirar
al Ungido que es el Señor, porque de Él procede la bendición para el cuerpo. En
nuestra cabeza es donde Dios nos muestra Sus caminos, Sus obras y Sus
mensajes, nos da los sueños y las visiones del Espíritu. Daremos siempre gracias
por esto y pediremos al Señor que siempre nos hable. En nuestras vidas así como
en la iglesia, el Cristiano ha de vivir de acuerdo con Cristo. Si estamos de
acuerdo con Él en todo, nuestra vida será una vida de bendición. La cabeza es
Cristo. El marido es la cabeza de la mujer como Jesucristo es la cabeza de la
Iglesia, la cual es su cuerpo, y Él es su salvador. Efesios 5:23.
En este Texto el Señor nos muestra que es Él quien levanta a Su pueblo, no solo
lo levanta sino que le da la vida y lo mantiene. Pero el Señor aunque hace las
cosas, siempre cuenta con discípulos que están dispuestos para servirle en la obra
espiritual. Nos pregunta pues el Señor si tenemos fe en que creerán aquellos a los
que prediquemos para que se añadan a la Iglesia. Entonces nos pide que les
prediquemos el Evangelio de la Salvación para que, creyendo, Dios ponga en
ellos espíritu de vida, o sea, Espíritu de Vida, que Jesús entre en ellos y haga
morada en ellos. Y los tendones mueven las coyunturas entre los que aman a
Dios y Él, y los hermanos. La carne que en el cuerpo es la que lo sustenta, aquí
es para que tengamos consistencia espiritual, aprendiendo a sobrellevar los unos
las cargas de los otros cumpliendo así la Ley de Cristo de Efesios 6:2, y la piel
es la base sobre la que cae espiritualmente el aceite de la unción del Espíritu
Santo. Es esta cobertura una bendición permanente que Dios pone sobre los que
le piden que Él sea su Señor y esposo para siempre. Y sabréis que yo soy
Yahweh: que yo soy es que Es con vosotros siempre.
7
Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo
profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con
su hueso. 8Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel
cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. 9Y me dijo:
Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha
dicho Yahweh el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre
estos muertos, y vivirán. 10Y profeticé como me había mandado, y entró
espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande
en extremo.
CONCLUSIÓN
...Crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el
cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan
mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento
para ir edificándose en amor. Efesios 4:15.
Si bien el amor de Dios es la principal coyuntura entre los miembros del Cuerpo
de Cristo, las diferencias doctrinales, aunque no deben, son una de las principales
causas de la falta de coyuntura y sincronización entre los miembros. Por otra
parte encontramos intereses individuales que dividen las iglesias, envidias, y
otros pecados. En el mensaje a las siete iglesias de Apocalipsis vemos lo
variopinto de las distintas épocas y estilos de la iglesia en parábola de la historia.
Por otra parte un cuerpo que no se alimenta bien no puede rendir bien, tiene
carencias y enferma. La Palabra de Dios es nuestro pan de cada día. Si comemos
comida basura pronto veremos los resultados, del mismo modo que si comemos
filosofías y huecas sutilezas, argumentaciones vanas de hombres, o falsas
doctrinas, las cuales envenenan el cuerpo y lo enferman y hasta matan. La
predicación y la enseñanza provista por el Señor, basada en la Palabra de Dios y
en una buena reputación de quienes enseñan a través de los pastores y maestros
alimentan a la congregación y el alma en Espíritu. Y junto a la buena
alimentación hay vitaminas y minerales de la revelación del entendimiento de la
Palabra que dará el Señor a los que se la pidan y se apresten a enseñar a otros con
mansedumbre. El ejercicio es también vital para el cuerpo, si no nos ejercitamos
nos atrofiamos, engordamos, etc. La Iglesia ha de estar en forma, y todos y cada
uno de los miembros ha de estar ejercitado a nivel individual y de su ministerio
en su congregación. Si un cuerpo está ejercitado parcialmente está
descompensado, como vemos en los levantadores de pesas.
El resumen de las coyunturas del Cuerpo de Cristo, una vez el cuerpo está
entrenado, unido y enfocado en el proyecto del ministerio de Dios para nuestra
vida individual espiritual y para la vida en la congregación con los hermanos, ha
de incluir la actitud y las funciones de todos los miembros, reflejadas en lo más
importante de la Ley: La justicia, la misericordia y la fe. Mateo 23:23. Por otra
parte encontramos una cualidad inicial, la virtud, que hará que el cuerpo funcione
hasta la venida del gran día y de la resurrección y arrebatamiento de los santos.
Para ello tenemos que saber en qué escalón de los 7 de la escalera espiritual de
2Pedro 1, nos encontramos, no solo a nivel personal, sino si en nuestra iglesia se
ven estas cualidades, si no, manos a la obra. Lea VIRTUD.
Me despido con la despedida de Pedro que aprendió del Maestro en Juan 21:15,
que encarecidamente ruego que se lea íntegramente y a continuación, porque en
ella se refleja una iglesia en funcionamiento pleno y espiritual e incluye un
mensaje a cada uno de los miembros del Cuerpo de Cristo creando las coyunturas
de la fe y que leemos en 1Pedro 5:
...Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y
testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria
que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando
de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino
con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro
cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los
pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. Igualmente,
jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de
humildad; porque: Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando
fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de
vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe,
sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos
en todo el mundo. Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en
Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os
perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los
siglos de los siglos. Amén.