Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Luis Castro Leiva
Luis Castro Leiva
¿cual es el sentido del concepto libertad que aparece en Venezuela entre 1810-1812? Se comprende muy
poco, ¿que esconde la elocuencia de la libertad? En el sentido de historia intelectual quiere decir QUE
“Estimamos que la historia de la retórica constituye una pieza clave para el logro de una adecuada comprensión
y explicación del surgimiento ydesarrollo de la teoría política republicana” (pg 185)
“La libertad política republicana/no fue inicialmente asunto de fuerza ni de voluptuosidad. Sagrada, sublime,
gloriosa, amable, dulce, esa libertad siempre fue elocuente).Pero aquella elocuencia que una vez tuvo se nos
oculta en la misma memoria que evoca la fuerza de su pasado.”
La libertad fue entonces concebida en los comienzos de nuestra república como e! resultado de dos
negaciones: primero, como la negación de la «bestialidad», esdecir, como producto de la ley; segundo, y más
propiamente, como la expansión de lahumanidad recuperada dentro de! ámbito de lo no prohibido por la ley. La
libertad esla posible consecuencia virtuosa de! ejercicio de prohibiciones fundamentales.
Para que pueda haber libertad debe haber, antes, política. Y la política sólo es posible históricamente si hay
«reglas y prohibiciones», es decir, orden.Se comienza entonces por dominar la bestialidad por e! imperio de la
ley como reflejo de la razón y se alcanza la libertad -y otros dones- si e! hombre recuperado es capaz de
contener en sí, y en los demás, la fuerza oscura de! deseo. Contra esa salud militan feroces y voluptuosas las
«fuerzas» de la ignorancia (de! error) y de las pasiones. Así, para e! licenciado republicano, la esclavitud vive de
la esclavitud de la obediencia, las cadenas de la ignorancia, la pasividad de la <fontasía».
Pero entre todos los imponderables frutos de! «árbol de la libertad» hay uno que merece especial atención.
Es aquel que todavía hoy dulciíica y exalta pasiones continentales,EL PATRIOTISMO.
EL PATRIOTISMO COMO UNA ESPECIE DE AMOR INTENSO. “Su impecable exigibilidad haría
con e! tiempo muy precaria su severidad. Recuérdese que la ignorancia de la ley -desde aquel primer momento-
no podía excusar de su cumplimiento. Ese presupuesto que, en verdad, aparecía como un axioma racional fue
también, y al mismo tiempo, una declaración de amor a la libertad. Desde ese entonces la fuerza de! «legalismo»
ha conservado todo e! rigor de su racionalidad y ernocionalidad. Se trata de un estado emocional singular, aquel
a que da lugar e! apego a las leyes en la república.” (pG 189.)
Hay dos libertades: una limitada, licencionsa, fruto venenoso de las pasiones y otra dulce, pacífica, reglada
por le ley. EL DRAMA DE LA LA LIBERTAD ES DICTADO POR LA TENSIÓN DESIGUAL ENTRE
RAZÓN Y VOLUNTAD.
“Esa tensión se dramatizará mediante una práctica de las pasiones diferentemente contenidas, desde nuestros
primeros comienzos civiles, por uno u otro extremo de aquella tensión dilemática: la razónjilantrópica (y
«boba») pretendía basar sentimental y s cráticamente su fuerza persuasoria en el valor de las certezas de la
libertad; la voluntad desencadenaría las pasiones para negar la posibilidad de la licencia. Racionalismo y
libertad; la voluntad desencadenaría las pasiones para negar la posibilidad de la licencia. Racionalismo y
voluntarismo político se disputarán (hasta encauzarse en la oscuridad del militarismo) la suerte «liberal» del
concepto de libertad positiva.Cada extremo de esa tensión engendraría una «elocuencia» particular apropiadaa
sus designios. La ironía de esa disyunción retórica fue que, en un principio, ambas sehallaban contenidas en un
mismo discurso ilustrado, es decir, por unmodo de pensar inicialmente común a todo aspirante republicano de
aquel entonces”
¿EL objeto del deseo no esta en la libertad sino en el desenfreno? EL OBJETO REPBLICANO DE LA
PRIMERA REPUBLICA FUE COMO SER LIBRES SIN DETESTAR LAS PASIONES,,, COMO
OBLIGAR LAS PASIONES A SER LIBRES. DESCUBRIR EL ESPACIO POSITIVO DE LA PSIONES
“Esa tensión se dramatizará mediante una práctica de las pasiones diferentemente contenidas, desde nuestros
primeros comienzos civiles, por uno u otro extremo de aquella tensión dilemática: la razónjilantrópica (y
«boba») pretendía basar sentimental y socráticamente su fuerza persuasoria en el valor de las certezas de la
libertad; la voluntad desencadenaría las pasiones para negar la posibilidad de la licencia. Racionalismo y
voluntarismo político se disputarán (hasta encauzarse en la oscuridad del militarismo) la suerte «liberal» del
concepto de libertad positiva.Cada extremo de esa tensión engendraría una «elocuencia» particular apropiadaa
sus designios. La ironía de esa disyunción retórica fue que, en un principio, ambas sehallaban contenidas en un
mismo discurso ilustrado, es decir, por unmodo de pensarinicialmente común a todo aspirante republicano de
aquel entonces” (pG 197)
“Una razón reglada y vigilante, un derecho natural, albergue y vehículo de unaley de la conciencia, inscritos
ambos en el corazón y entendimiento, se vuelcan haciael cultivo del valor sublime de la libertad. Se llega así a
un summum de la elocuenciaclásica, aun dentro de la concepción racional de ese idioma de la
razónrepublicanaemergente. Ya se sabía, y es el punto que se destaca, que el apego a la libertad podíaexigir
cánones sentimentales (impresiones, afectos) estéticamente estimulantes. Es decir, ejemplificaciones para la
emulación. Un tratado de retórica española, impreso por Valentín Espinal en 1829, puede permitimos capturar el
objeto y sentido de la sublimidad republicana en juego. En efecto, he aquí la muestra de los límites, ya cada
vezmenos regulables, de lo que había realizadoelAyuntamiento de Nirgua” (Pg 205)