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Tratado de Basilea

Tratado de Basilea. Acuerdo de paz firmado el 22 de julio de 1795 mediante el


cual España cedió a Francia la colonia de Santo Domingo y que puso definitivamente
fin al dominio de la primera sobre el
territorio de la isla de Santo
Domingo. Ese dominio se había comenzado a perder desde mediado del siglo XVII,
con la presencia de nacionales franceses, ingleses, holandeses y de otras potencias
enemigas de España.

Proceso de construcción de un Santo Domingo Francés


Se dividió la Isla en dos colonias con sociedades y economías disímiles, pero
poblacionalmente la parte bajo el control de España no se afectó por esta causa, al
contrario, durante los siglos XVII y XVIII se efectuó una inmigración clandestina
de esclavos fugitivos, que ingresaban al territorio español y permanecían viviendo en
él.

Producto de ese movimiento poblacional, aparecieron en la cercanía de la antigua


ciudad de Santo Domingo poblaciones constituidas por esos esclavos, como son los
casos de pequeños caceríos en la zona de Villa Mella, y el famoso San Lorenzo de los
Negros Mina, que hoy conocemos como Los Mina.

Interés de Francia poseer todo el territorio Dominicano


Para Francia era importante el territorio español de la isla de Santo Domingo, ya que
su interés descansaba en la posesión del territorio dominicano para expandir su
producción de materia prima. Moreau de Saint-Mery, un ciudadano francés
de Martinica, y que había visitado la parte francesa de Santo Domingo, realizó un
estudio de los beneficios económicos, culturales y sociales que obtendría Francia si
poseía todo el territorio.

Consistencia del tratado


Francia y España llegaron a un acuerdo de paz para detener una guerra que se había
iniciado en el viejo continente en 1793, entre esas dos potencias, los franceses
pusieron sus ojos en el territorio dominicano que era propiedad de España. El Tratado
de Basilea incluía el retiro de las tropas de Francia del territorio de España, a cambio
de que España entregará a Francia el territorio español de la Isla de Santo Domingo.

El 22 de Julio de 1795 fue firmado el referido Tratado provocando una situación de


caos en los pobladores del territorio cedido, los que habían luchado por siglos para
evitar por las armas que los franceses se apoderaran de Santo Domingo; pero con el
Tratado de Basilea esa población dominicana-española sintió temor y recelo de la
presencia de los ciudadanos franceses que se esperaba que pronto tomarían el
control de su territorio. Muchos fueron los que plantearon su interés de emigrar a otros
territorios españoles de América.

Ejecución del tratado


El Tratado de Basilea comenzó a ejecutarse parcialmente, pues los franceses se
encontraban en guerra contra los antiguos esclavos que habían iniciado en 1791 una
revuelta en la parte francesa de la isla. En medio de esos conflictos, Toussaint
Louverture invadió a la parte española en 1801 y ejecutó la unidad territorial contenida
en el Tratado de Basilea, bajo Francia, lo que acrecentó el deseo de emigrar de los
habitantes pudientes de la parte dominicana.

Población de la parte Española, 1795


En el Santo Domingo español existía una población de 152,460 personas en 1785,
diez años antes del Tratado de Basilea, por lo que se entiende que en 1795 la
población podía ser más o menos la misma cantidad. Además existía una población
de unos 30,000 esclavos africanos. Moreau de Saint-Mery calcula la población de
Santo Domingo, para 1785, en unos 125,000 habitantes, aunque el aclara que el
número podía ser superiorLa misma suma de 125 mil personas es tomada por José
Ramón Abad para el año de 1789 y coincide con el primero, pues según él “No parece
que en esa modestísima cifra haya exageración alguna”. Gustavo Adolfo Mejía Ricart,
en su libro Historia de Santo Domingo, da un número menor a la población
dominicana que habitaba el Santo Domingo español a finales del siglo XVIII. Para él la
población era un poco menos de 117,000 personas, y aclara que tomó en cuenta para
llegar a ese número, los patrones parroquiales. También aclara, que
de 1775 a 1795 la población aumentó como producto del relativo bienestar que se
sintió en esos años, lo que atraía la inmigración de nuevos habitantes:

La población que tenía entonces la Parte Española de la Isla según patrones


parroquiales de aquella época, no sobrepasaba de la cifra de 117,300 almas,
incluyendo 14,000 esclavos, repartido sen 18 jurisdicciones A partir de estas
informaciones demográficas, ya que Moreau de Saint-Mery no tomó en cuenta la
población esclava africana, se puede hacer una media de 150,000 personas,
incluyendo a todos los habitantes, españoles, libres y esclavos.

Impacto del Tratado de Basilea


Impacto psicológico
Provocó un impacto psicológico en la población que se consideraba española, no así
necesariamente en los esclavos o en los mulatos. Los españoles-dominicanos
rechazaron el acuerdo, se sintieron engañados y se mostraron impotentes, e inclusive
llegaron a provocar algunos incidentes callejeros en protesta por lo que ellos
entendían era una medida abusiva de los reyes de España que los había
“abandonados” a su suerte.
Cómo se sentían estos pobladores antes la firma del Tratado y su vinculación ahora
con la colonia francesa y las expectativas que tenían sobre su nueva situación,
aparece en una carta que envía el Arzobispado de Santo Domingo Fray Fernando
Portillo y Torres a Don Eugenio Llaguno. En la misma, aparece la actitud de la
población rebelada contra la iglesia por entenderla cómplice del Tratado. Los
españoles-dominicanos, sumidos en la incertidumbre ante la presencia francesa que
se avecinaba, teniendo como única salida emigrar fuera del territorio de Santo
Domingo, en la que, dice una comunicación del Ayuntamiento, esperaban
calamidades de todo tipo: El Ayuntamiento pedía que se les permitiera a todo el que
quisiera emigrar a Cuba u otro territorio español y se les ayudara con los gastos: “para
aligerar el peso de tantos males les ofrece transporte a costa de erario la isla de Cuba
y recompensales en ella los bienes que abandonen en esta para seguir su apetecible
dominación” (op. cit.)

Y de inmediato recuerda lo que pasó a los que emigraron de la Florida a Cuba: “la
desgraciada suerte que experimentaron allí los emigrados de la Florida, amaneciendo
por las calles de la Havana familias enteras muertas de la necesidad, sin hallare en
todo aquel inmenso Pueblo, abrigo.

Impacto demográfico
El impacto demográfico fue negativo para el Santo Domingo Español. La Existencia
de una colonia francesa en la isla de Santo desde el sigo XVII, fue un factor
demográfico importante, ya que a esa colonia ingresaron en espacio de dos siglos,
cientos de miles de esclavos africanos, así como decenas de miles de ciudadanos
franceses.

La razón del poblamiento estaba vinculada a la economía de plantación esclavista,


implementada por Francia en ese territorio. Esa colonia suplía el 80% de la materia
prima exportada desde América hacia Francia, por lo que el territorio de la Isla era de
gran importancia para esa potencia. Mientras esa era la situación demográfica en la
parte francesa, en la parte española qué era colonia de España, la población se había
reducido y fue necesario el incentivo de la inmigración de población canaria para
repoblar muchas de las villas, que durante el siglo XVI fueron de importancia. Esa
repoblación con canarios buscaba además detener la expansión de la colonia
francesa hacia el territorio español.

La Emigración de los dominicanos-españoles


Los pedidos y la presión a las autoridades españoles, para que se permitiera emigrar
a otros territorios, provocó que el regente de la Real Audiencia tomara medida en ese
sentido; pero los dominicanos no querían ir a la Isla de Cuba y preferían
a Caracas y Puerto Rico. En comunicación de Fernando Portillo, Arzobispo de la Sede
Apostólica, queda claro el plazo concedido para la salida de los “vasallos” españoles.

En 1796 ya se había permitido que la salida de los que se consideraban españoles se


hiciera hacia Cuba, Puerto Rico y Trinidad.
Existía la queja de los que ya en abril de 1796 habían salido de Santo Domingo, de
que los precios de los alimentos en Cuba eran muy altos, y recomendaban que solo
fueran los que eran muy ricos, mientras que sugerían se fueran a Puerto Rico, por ser
la tierra mejor para ser cultivada. En documento se informa del interés de España de
“formar una población en el Puerto de Guantabano” con parte de los emigrados de
Santo Domingo. Los primeros que emigraron de Santo Domingo fueron los curas y las
monjas, los que llevaron a la Habana los archivos y recursos económicos de la Iglesia.
De los pobladores que querían emigrar, no todos podían hacerlo por un problema de
recursos y los barcos que debían de transportarlos casi no llegaban al puerto de
Santo Domingo. De todo modo, aunque lento, el proceso migratorio se iba
cumpliendo:

“Se trata de un abandono. El vecino acomodado (y en esta clase se miran todos los
que de cualquier modo tienen de que subsistir) ignora los auxilios con que pueda
contar con otro Pays; el que tiene larga familia se ve con ella encima, la quietud
todavía de la guarnición, (...) fomenta la natural Inacción por falta de una causa
inmediata...” (Comunicación del Gobernador García al Príncipe de la Paz, del 19 de
Noviembre 1795. En: Emilio Rodríguez Demorizi. Cesión de Santo Domingo a
Francia.

El proceso migratorio era muy penoso, a contar por las continuas informaciones que
aparecen en los documentos del período, como es la Comunicación que el
Gobernador de Santo Domingo envía conteniendo un memorial hecho por una
persona en relación a la emigración: Un documento importante, por contener cifras
sobre el proceso migratorio, es la comunicación del Gobernador García al Príncipe de
la Paz de España, del 14 de Julio de 1797. En este documento aparece el dato que
las autoridades dieron un nuevo año de plazo para abandonar la Isla, es decir,
hasta 1797 y aclara que en principio la emigración fue reducida, además de las
causas de esa disminución Sobre la emigración de los esclavos, pues las familias que
se iban llevaban ese bien económico sin el cual no podían vivir en ningún lugar y más
si iban a recibir propiedades para cultivarlas y vivir de ellas, el documento enviado por
el Gobernador García a Mariano Luis de Urquijo, contiene un documento anexo
de Toussaint Louverture.

Acerca de la emigración de esclavos, como efecto del tratado de Basilea, Fray


Cipriano de Utrera, en Noticias Históricas de Santo Domingo, trae informaciones de
los lugares a donde iban a parar, luego de sacados del país.

Impacto Estadístico de la Emigración


Gustavo Adolfo Mejía Ricart, en su libro Historia de Santo Domingo, dice que hubo un
gran éxodo de “familias españolas residentes en la colonia de Santo Domingo,
principalmente con destino a las islas de Cuba y Puerto Rico, y en el mismo
continente a Caracas, Venezuela”. En carta de Antonio de Vrizar, Regente de la Real
Audiencia del El 8 de enero de 1796, se informa que l cantidad de emigrados llegaba
en esa fecha a unos 4,000 personas. (En: Gustavo A. Mejía Ricart, op. cit.), por su
parte José Ramón Abad, en su obra La Republica Dominicana: reseña general
geográfico estadísticas, (1888), enfoca el éxodo provocado por el Tratado de Basilea
y los acontecimientos provocados por su firma.
Si se calcula que en 1795 había unos 150,000 habitantes, y en 1819 unos 63,000 se
podría calcular, aunque no existen fuentes fidedignas que permitan este cálculo, que
la emigración superó el 35 % que tiene que ver directamente con el Tratado de
Basilea, la ocupación de Toussaint, y la ocupación francesa. También en el período se
dio una disminución de la población por los muertos provocados por las invasiones
haitianas de 1804 y 1805, así como por las luchas contra los franceses a partir
de 1808, con la que sep uso fin al Tratado de Basilea y el territorio dominicano se
reincorporó nueva vez a España.

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