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Fernando Belaúnde Terry

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Este artículo trata sobre el presidente peruano. Para otros usos de este término,
véase Fernando Belaúnde Terry (desambiguación).
Fernando Belaúnde Terry
Fernando Belaúnde Terry 1980.jpg
Presidential Standard of Peru.svg
Presidente Constitucional de la República del Perú
28 de julio de 1980-28 de julio de 1985
Primer ministro Manuel Ulloa Elías
Fernando Schwalb López-Aldana
Sandro Mariátegui Chiappe
Luis Pércovich Roca
Predecesor Francisco Morales Bermúdez
Sucesor Alan García Pérez
Vicepresidente primero Fernando Schwalb López-Aldana
Vicepresidente segundo Javier Alva Orlandini
28 de julio de 1963-3 de octubre de 1968
Primer ministro Óscar Trelles Montes
Fernando Schwalb López-Aldana
Daniel Becerra de la Flor
Edgardo Seoane Corrales
Raúl Ferrero Rebagliati
Oswaldo Hercelles García
Miguel Mujica Gallo
Predecesor Nicolás Lindley López
Sucesor Juan Velasco Alvarado
Vicepresidente primero Edgardo Seoane Corrales
Vicepresidente segundo Mario Polar Ugarteche
Gran Sello de la República del Perú.svg
Diputado de la República del Perú
por Lima
28 de julio de 1945-29 de octubre de 1948
Acción Popular.png
1.º presidente de Acción Popular
1956 (FNJD)-2001
Sucesor Valentín Paniagua Corazao
Información personal
Nombre de nacimiento Fernando Isaac Sergio Marcelo Marcos Belaúnde Terry Ver y
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Nacimiento 7 de octubre de 1912
Lima, Perú
Fallecimiento 4 de junio de 2002
Lima, Perú
Nacionalidad Peruano
Lengua materna Español Ver y modificar los datos en Wikidata
Religión Católico
Partido político Acción Popular.png Acción Popular
Afiliaciones Club Nacional
Club Regatas Lima
Lawn Tennis de la Exposición
Rotary Club
Familia
Padres Lucila Terry y García
Rafael Belaúnde Diez Canseco
Cónyuge Carola Josefina Aubry Bravo
Violeta María Correa Miller
Hijos Carolina, Rafael y Fernando
Educación
Educado en Universidad de Miami, Universidad de Texas en Austin
Información profesional
Ocupación Arquitecto, profesor, político
Conocido por Presidente del Perú
Empleador
Pontificia Universidad Católica del Perú
Universidad Nacional de Ingeniería Ver y modificar los datos en Wikidata
Distinciones
Gran Cruz de la Orden de Carlos III (1964)
Caballero de Gran Cruz con collar de la Orden al Mérito de la República Italiana
(1965) Ver y modificar los datos en Wikidata
Firma Firmabelaunde.svg
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Fernando Isaac Sergio Marcelo Marcos Belaúnde Terry (Lima, 7 de octubre de 1912-
Ib., 4 de junio de 2002) fue un arquitecto, estadista, político y orador peruano.
Ejerció como presidente del Perú en dos mandatos no consecutivos: de 1963 a 1968 y
de 1980 a 1985.

Perteneciente a una familia tradicionalmente ligada a la política, cursó su


educación secundaria en París y sus estudios superiores en las Universidades de
Miami y Texas en Austin, Estados Unidos, donde obtuvo el título de arquitecto en
1935. Al regresar a Lima, fundó la revista El arquitecto peruano y se dedicó a la
docencia en la Universidad Católica y luego en la Escuela de Ingenieros de Lima
que, en 1955, se convirtió en la Universidad Nacional de Ingeniería, y de cuya
facultad de Arquitectura fue primer decano. Ingresó a la política en 1944, cuando
contribuyó a formar el Frente Democrático Nacional (FDN), que propició la
candidatura y posterior elección presidencial de José Luis Bustamante y Rivero, en
cuya lista fue elegido diputado por Lima (1945-1948).

Al convocarse las elecciones de 1956 fue lanzado como candidato presidencial por el
Frente Nacional de Juventudes Democráticas (FNJD), grupo que dio origen al partido
Acción Popular. Impuso su inscripción ante el jurado electoral por medio de una
célebre protesta en las calles de Lima conocida como «El Manguerazo». No ganó
entonces pero inició una campaña recorriendo todo el país, pueblo por pueblo, bajo
el fundamento ideológico «El Perú como doctrina» y «La conquista del Perú por los
peruanos». Postuló por segunda vez en las elecciones de 1962, que fueron anuladas
ante las sospechas de fraude. Volvió a presentarse en las elecciones de 1963, en
alianza con la democracia cristiana, y resultó elegido presidente constitucional
para el período 1963-1969. Su gestión estuvo orientada a las grandes obras
públicas: construcción de carreteras (principalmente la Marginal de la Selva),
aeropuertos, conjuntos habitacionales, reservorios, etc. Asimismo, restituyó el
origen democrático de las autoridades municipales; sin embargo, enfrentó una crisis
política al no contar con mayoría parlamentaria y, en cuanto a política económica,
no pudo controlar la inflación.

Al tratar de resolver el asunto del petróleo con la International Petroleum Company


(IPC), suscribió el Acta de Talara que fue calificada por la oposición de
entreguista, lo que propició el estallido de la revolución institucional de la
fuerza armada, encabezada por el general Juan Velasco Alvarado, el 3 de octubre de
1968. Derrocado y desterrado a Buenos Aires, pasó después a los Estados Unidos,
donde se dedicó a la docencia universitaria. Retornó al Perú en 1978, y aunque su
partido no participó en la Asamblea Constituyente de 1978, postuló a las elecciones
generales de 1980, en donde fue elegido por segunda vez Presidente Constitucional
de forma no consecutiva, para la primera mitad de la década. De inmediato convocó a
elecciones municipales y restituyó los medios de comunicación expropiados por la
dictadura militar a sus propietarios. Debió enfrentar los efectos desastrosos del
Fenómeno del Niño, el surgimiento de los grupos terroristas de Sendero Luminoso y
el MRTA, y el agravamiento de la crisis económica que ocasionó una oleada de
huelgas y paros laborales. No obstante, llevó adelante una política de obras
públicas, especialmente en lo referente a la educación, vivienda y carreteras.
Finalizado su segundo gobierno, continuó actuando en la política como líder de
Acción Popular. Fue uno de los propulsores del Frente Democrático (Fredemo), una
alianza de fuerzas políticas de derecha de la que formaba parte su propio partido y
que en las elecciones de 1990 lanzó la candidatura del escritor Mario Vargas Llosa,
que fue derrotada por la de Alberto Fujimori. Durante el régimen fujimorista actuó
en la oposición. A inicios de 2001 transfirió la presidencia de su partido a
Valentín Paniagua, quien fue presidente del gobierno transitorio luego de la
estrepitosa caída de Fujimori. Ya retirado de la política, falleció al año
siguiente a causa de un derrame cerebral.

Índice
1 Familia
2 Vida profesional
3 Fundación de Acción Popular
4 «El Perú como doctrina»
5 Elecciones de 1962 y 1963
6 Primer gobierno (1963-1968)
6.1 Aspecto económico
6.2 Obras de su primer gobierno
6.3 El Acta de Talara y el escándalo de la página 11
6.4 El golpe de Estado de 1968
7 Las elecciones de 1980
8 Segundo gobierno (1980-1985)
8.1 Crisis en la embajada de Perú en Cuba
8.2 Conflicto con Ecuador
8.3 Guerra de las Malvinas
8.4 Sendero Luminoso y la crisis de fin de gobierno
8.5 Obras de su segundo gobierno
9 Trayectoria posterior
9.1 Senador vitalicio
9.2 Elecciones 1990
10 Escritos
11 Deceso
12 Centenario
13 Árbol genealógico
14 Referencias
15 Bibliografía
16 Enlaces externos
Familia

Rafael Belaúnde Diez Canseco, padre de Fernando Belaúnde Terry.


Nació en Lima el 7 de octubre de 1912 en una familia muy ligada a la política. Era
hijo de Rafael Belaúnde Diez Canseco y de Lucila Terry García. Su padre fue
ministro de Gobierno y presidente del Consejo de Ministros en el gobierno de José
Luis Bustamante y Rivero (1945-46). Fueron sus hermanos Rafael, Lucila, Mercedes y
Francisco Belaúnde, quien fuera presidente de la Cámara de Diputados en 1980,
durante el segundo gobierno constitucional de su hermano Fernando.

Por el lado materno, desciende de la familia Terry, antigua familia noble ítalo-
española descendiente del rey Teodorico IV de Francia, quienes se asentaron en
Caraz, Áncash a finales del Virreinato. Su tatarabuelo, Jacobo del Real, fue
alcalde de Huaraz en 1789 y 1812.1

En 1970 contrajo nupcias con Violeta Correa Miller, hija del exministro de
Relaciones Exteriores Javier Correa Elías, el gran amor de su vida. Ya en 1963 se
había divorciado de Carola Aubry Bravo, con quien tuvo tres hijos: Carolina
Belaúnde Aubry, Rafael Belaúnde Aubry y Fernando Belaúnde Aubry.
Su abuelo Mariano A. Belaunde de la Torre fue ministro de Hacienda del gobierno de
Eduardo López de Romaña (1899-1900); su bisabuelo el general Pedro Diez Canseco
Corbacho fue presidente interino en tres ocasiones (1863, 1865 y 1868); y su tío
Víctor Andrés Belaúnde fue un destacado intelectual y diplomático, que llegó a ser
presidente de la Asamblea General de la ONU en 1959, y ministro de Relaciones
Exteriores del Perú en 1957.

Dentro de la rama familiar de los Belaúnde, Fernando es tío de Miguel Cruchaga


Belaúnde, hijo de su hermana Lucila, reconocido arquitecto, catedrático y político,
quien en 1985 tuvo a su cargo la organización de la visita de Su Santidad Juan
Pablo II, y fue también destacado senador de la República de 1990 al 1992; de Raúl
Diez Canseco Terry quien fuera Primer Vicepresidente en el gobierno de Alejandro
Toledo; del constitucionalista Domingo García Belaúnde, el diplomático José Antonio
García Belaúnde y el político Víctor Andrés García Belaúnde.

Cursó los estudios de primaria en el Colegio Alemán y en el Colegio Sagrados


Corazones Recoleta y los de secundaria en el marianista Sainte-Marie de Monceau de
París (actual Sainte-Marie d'Antony), entre 1924 y 1930, donde había sido deportado
su padre por el gobierno de Augusto B. Leguía, por su oposición a los planes
reeleccionistas de este presidente.

Vida profesional
Inició sus estudios de ingeniería en la École d’Electricite et Mecanique
Industrielles en París, hasta que su familia se trasladó a los Estados Unidos. Allí
continuó sus estudios superiores en la Universidad de Miami, donde enseñaba su
padre, y luego en la Universidad de Texas en Austin, graduándose de arquitecto en
1935. Posteriormente se mudó a la Ciudad de México (a donde su padre se había
trasladado al ser nombrado embajador), ejerciendo como arquitecto por un corto
tiempo, en la empresa «Whiting y Torres».2

En 1937 regresó a Perú con el propósito de divulgar las nuevas corrientes


urbanísticas y a impulsar la profesionalización de la arquitectura en Perú; con tal
fin fundó la revista El Arquitecto Peruano.3 Fue incorporado a la Facultad de
Ingeniería de la Pontificia Universidad Católica del Perú ejerciendo brevemente
como catedrático de Urbanismo, en 1943.

Si bien es cierto que se dedicó de lleno a la arquitectura, tomó contacto con la


política por primera vez cuando ingresó al Frente Democrático Nacional que apoyaba
la candidatura presidencial de José Luis Bustamante y Rivero, en las elecciones de
1945. Ese año fue elegido diputado por Lima,4 gestión en la que logró la aprobación
legal de importantes iniciativas técnicas. A él perteneció el primer modelo de
vivienda popular que se hizo realidad, la Unidad Vecinal Nº 3. Culminó esta etapa
de parlamentario en octubre de 1948 cuando se produjo el golpe de Estado del
general Manuel A. Odría, que derrocó a Bustamante y disolvió el Congreso.

Reinició entonces sus actividades profesionales, enseñando Urbanismo en la Escuela


Nacional de Ingenieros, y en 1950 asumió como jefe del Departamento de Arquitectura
de la misma (actual Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de
Ingeniería), siendo el principal gestor de las iniciativas para la construcción de
su pabellón propio.5 De 1955 a 1960 ejerció como primer decano de la Facultad de
Arquitectura de la ya creada Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Dentro de
ella propició el establecimiento el Instituto de Planeamiento de Lima (I.P.L.), un
instituto con miras al desarrollo local, nacional e internacional.

En 1955 retomó la actividad política que lo llevaría dos veces a la presidencia: de


1963 a 1968 y de 1980 a 1985.

Cuando se convirtió en un exiliado político tras el golpe de estado de Juan Velasco


Alvarado en 1968, Belaúnde retomó una vez más su carrera profesional. Por su
destreza y buenas relaciones en su vida profesional, fue invitado por el reconocido
arquitecto Walter Gropius, creador de la Escuela de la Bauhaus en Alemania y
también exiliado político de su país por efectos de la ideología nazi, para enseñar
como profesional y estratega en política en universidades de Estados Unidos, tales
como Harvard y aprender nuevas alternativas de concepción del planeamiento y
desarrollo de territorios.

Fundación de Acción Popular


Como muchos de sus contemporáneos, Belaúnde se opuso tenazmente a la dictadura de
Manuel A. Odría (1948-1956), y con el apoyo de jóvenes universitarios formó el
Frente Nacional de Juventudes Democráticas en 1955, con la finalidad de lanzar su
candidatura a las elecciones del año siguiente. Pero al estar el organismo
electoral manipulado por el dictador Odría, se frustró la inscripción, con el
pretexto de que no habían logrado las 20.000 firmas exigidas; la razón verdadera
era que Belaúnde se perfilaba como rival de talla frente a los candidatos favoritos
de la dictadura: Hernando de Lavalle y Manuel Prado y Ugarteche.

El 1 de junio de 1956, el día en que se vencía el plazo de inscripción de los


candidatos, Belaúnde encabezó un mitin en la plaza San Martín en el centro de Lima,
para exigir al Jurado Electoral la inscripción de su candidatura a la Presidencia
de la República. Fue aclamado por los integrantes del Frente de Juventudes
Democráticas, entre los que se contaban discípulos suyos de la UNI y estudiantes de
la Universidad de San Marcos. Figuraban, entre otros, Edgardo Seoane, Javier Alva
Orlandini, Javier Velarde Aspíllaga, Carlos Cabieses López, Gustavo Mohme Llona,
todos ellos futuros personajes destacados de la política peruana.

Los manifestantes enrumbaron por el jirón de la Unión con dirección a Palacio de


Gobierno; al llegar a la Plaza de la Merced les salió al encuentro la policía
montada. Esto no amilanó a los indignados seguidores de Belaúnde que a puño limpio,
entre ovaciones y silbatinas, se enfrentaron a la policía. Entró en acción el
recién estrenado carro rompemanifestaciones (el célebre «rochabús») que disparaba
chorros de agua, y los manifestantes retrocedieron. Fue entonces cuando Belaunde,
armado sólo de una bandera peruana, lanzó un ultimátum: le otorgaba 24 horas al
gobierno de turno para oficializar la inscripción del Frente. Como no hubo
respuesta, los manifestantes intentaron nuevamente llegar a Palacio. Belaunde, que
iba a hombros de sus partidarios, fue derribado por un chorro de agua que le
produjo una herida en la frente. Minutos después llegó la noticia: la inscripción
había sido aceptada.

De esa manera el hasta entonces poco conocido arquitecto ganó portadas en los
diarios y radioemisoras. El incidente fue bautizado como el «Ultimátum de La
Merced» o «El Manguerazo». El diario La Prensa, bautizó a Belaúnde como el Hombre
de la Bandera. Esa fue la verdadera partida de nacimiento de su partido político
Acción Popular fundado formalmente poco después, a base del Frente de Juventudes,
el 7 de julio de ese mismo año, en Chincheros, Apurímac.

En las elecciones del 17 de junio de 1956, Belaúnde quedó en segundo lugar,


superado por Manuel Prado y Ugarteche; en total obtuvo 457.638 votos, que equivalía
al 36,7% del electorado votante, lo que constituía un buen inicio para un candidato
todavía novel. El APRA, entonces proscrito, apoyó a Prado, pues este tuvo la
habilidad política de ofrecerle su retorno a la legalidad, originando así la
llamada «convivencia» entre el pradismo y el aprismo. Belaúnde se erigió entonces
en el líder opositor y su bancada parlamentaria hizo una oposición constructiva al
gobierno de Prado.

«El Perú como doctrina»


Preparándose para las siguientes elecciones, Belaúnde recorrió, con escasos medios
móviles, la mayor parte del país en una agresiva campaña publicitaria que cambió
radicalmente la forma de hacer política en el Perú. De esta manera inauguró un
nuevo estilo de hacer campañas electorales presidenciales: recorriendo por todo el
territorio peruano, haciendo conocer las propuestas y promesas; desde entonces todo
político postulante a la presidencia ha seguido ese ejemplo del arquitecto
Belaúnde. De estos viajes Belaúnde pudo recopilar gran cantidad de datos y ejemplos
pormenorizados sobre la vida de los pueblos aislados en todo el territorio peruano,
lo que le serviría para poner en práctica sus ideas de gobierno cuando le llegara
la oportunidad.

Bajo el lema: El Perú como Doctrina, Acción Popular se convirtió así en un partido
de masas y en una alternativa democrática y novedosa de las clases medias urbanas
no apristas, frente al APRA de tendencia centroizquierdista, la izquierda radical
de tendencia soviética e internacionalista y la derecha terrateniente
ultraconservadora encarnada en el partido odriísta. También captó a muchos
neutrales y apolíticos de ese momento, pues sectores populares y de la alta
sociedad se sintieron identificados con el pensamiento de Belaúnde.

De esta época se recuerdan dos hechos anecdóticos. Uno de ellos fue el duelo a
sable que tuvo con el parlamentario pradista Eduardo Watson Cisneros, el 17 de
enero de 1957, a raíz de un intercambio de comentarios que se consideraron
mutuamente ofensivos; luego del enfrentamiento, ambos participantes fueron
excomulgados por la Iglesia católica.6 El duelo no pasó a mayores pero contribuyó a
alimentar su fama como hombre arrojado y dispuesto a todo en defensa de sus
ideales. El otro incidente fue su prisión en el penal de la isla El Frontón, en
mayo de 1959, por su oposición a las medidas tomadas por el gobierno de Prado para
resguardar el orden interno; en esa ocasión se lanzó al mar intentando huir a nado
pero fue recapturado minutos después por una lancha patrullera, para ser liberado
días después.

Elecciones de 1962 y 1963


Finalizando el segundo gobierno de Manuel Prado, se convocaron a elecciones
generales para el 10 de junio de 1962. Los candidatos más favorecidos fueron Víctor
Raúl Haya de la Torre, líder del Partido Aprista, Fernando Belaúnde Terry, de
Acción Popular (AP), y Manuel A. Odría, por la Unión Nacional Odriísta (UNO). Pero
según los primeros escrutinios parecía evidente que ninguno obtendría el tercio
requerido por la Constitución. La elección presidencial debía entonces trasladarse
al Congreso elegido, en donde lo normal habría sido que se respetara la voluntad
popular y se eligiera al que encabezara el resultado final, en este caso Haya de la
Torre, como era lo previsible. Pero el antiaprismo de sectores radicales de la
derecha y de las fuerzas armadas interfirió una vez más en el proceso político
peruano.

Belaúnde y sus allegados reclamaron la anulación de las elecciones en varios


departamentos, aduciendo intentos de fraude. El Comando Conjunto de las Fuerzas
Armadas se hizo eco de estas denuncias y presionó al Jurado Nacional de Elecciones
para que tomara las medidas correctivas pertinentes. El Jurado electoral consideró
esto como una inaceptable interferencia a su labor y continuó el escrutinio, dando
a conocer los resultados finales, en los que Haya de la Torre encabezaba con una
ligera ventaja sobre Belaúnde:
Haya de la Torre con 557.047 votos (33,0%).
Belaunde con 544.180 votos (32,2%).
Odría con 480.378 votos (28,4%).
Sin embargo, Haya de la Torre declaró su voluntad a renunciar en aras de
salvaguardar la democracia. La decisión final debía trasladarse al Congreso, en el
cual se produjo una alianza de parlamentarios de la UNO y el APRA para encumbrar al
general Odría a la presidencia, lo que se veía como algo contrario a la voluntad
ciudadana, y a la vez como una alianza insólita, pues Odría había perseguido a los
apristas durante su dictadura. El Comando Conjunto dio entonces un ultimátum al
Jurado electoral para que anulara las elecciones y convocara a otras, lo que no
consiguió; entonces se produjo el golpe de Estado que derrocó al presidente Manuel
Prado, el 18 de julio de 1962, a pocos días de culminar su mandato, instaurándose
enseguida una Junta Militar de Gobierno, que procedió a anular las elecciones y
convocar a otras. Ese mismo día Belaúnde se acercó a Palacio de Gobierno a
felicitar personalmente al general Ricardo Pérez Godoy, el mismo que había
encabezado el golpe de estado.

Las nuevas elecciones se realizaron el 9 de junio de 1963, con la participación de


los tres candidatos importantes de la anteriores elecciones, es decir Haya de la
Torre, Belaúnde y Odría. Pero esta vez funcionó en contra de Haya de la Torre la
teoría del «voto perdido»: para muchos era muy probable que si ganaba nuevamente el
APRA los militares insistirían en no reconocer el resultado, por lo que apostaron
por Belaúnde, que resultó así triunfador. Los resultados oficiales fueron los
siguientes:
Belaunde, 708.662 votos (39,1%).
Haya de la Torre, 623.501 votos (34,4%).
Odría, 463.085 votos (25,5%).
Primer gobierno (1963-1968)
Artículo principal: Primer gobierno de Fernando Belaúnde

Belaúnde Terry y Ana Coll de Zepeda en 1963.


El 28 de julio de 1963 Belaúnde juró como presidente constitucional del Perú.
Políticamente contó con el apoyo del Partido Demócrata Cristiano liderado por
Héctor Cornejo Chávez (quien después se pasaría al servicio de los militares
golpistas de 1968).

Hombre de la Alianza para el Progreso, conservador de carácter, Belaúnde siguió una


política moderada durante su primer gobierno y emprendió algunas reformas
económicas y sociales, que sin embargo no contentaron, ni a las clases populares ni
a la clase alta, quienes habían puesto gran expectativa en las promesas electorales
del arquitecto.

Su trabajo fue obstaculizado en el parlamento por la oposición de los partidarios


del general Manuel A. Odría (agrupados en la ultraderechista UNO) y del APRA; estos
dos partidos, que años antes habían sido encarnizados enemigos, formaron la llamada
COALICIÓN, poniendo en minoría parlamentaria a los representantes de los partidos
de gobierno: Acción Popular y la Democracia Cristiana, que formaron la llamada
ALIANZA. Estos factores, unidos a la indecisión y falta de autoridad de estadista,
impidió la realización de reformas como la agraria, reclamada abiertamente por el
APRA y los Partidos de Izquierda.

Durante su mandato se produjeron algunos levantamientos de campesinos en zonas


andinas afectadas por la pobreza. También surgieron las primeras guerrillas de
inspiración comunista. Una de ellas fue la de Luis de la Puente Uceda, quien
después de entregar su hacienda Julcán a sus peones, se alzó en Mesa Pelada, pero
fue debelado rápidamente por el ejército.

Asimismo, durante los primeros años de su administración, se vivió una época de


notable bonanza económica, lo que se reflejó en la realización de una serie de
grandes obras de infraestructura tendientes a mejorar la existente dejada por sus
predecesores Manuel Odría y Manuel Prado, pero financiadas principalmente a base de
créditos externos.

De sus viajes realizados antes de asumir la presidencia, Belaúnde pudo recoger


también datos sobre toda una gama de conocimientos y formas de interacción social
ancestrales, practicadas en los pueblos que visitó, de esta manera pudo organizar
las labores de gobierno que buscaban lograr el trabajo comunitario de los pueblos
beneficiarios de la ayuda estatal, de allí que se consolida una oficina nacional
llamada «Cooperación Popular» cuyos trabajos realizados en su mayor parte por
pobladores guiados por oficiales del gobierno, los finalizaban acuñando la frase:
«El Pueblo lo hizo», a modo de inculcar en el imaginario social, lo exitoso que
podría ser el trabajo comunal debidamente organizado.

Durante este gobierno se acrecentaron las migraciones internas, del campo a la


ciudad, especialmente en Lima, donde surgieron numerosos barrios marginales, que se
denominaron después «pueblos jóvenes», que agudizaron el problema de la vivienda y
aumentaron el índice de desocupación.

Aspecto económico
El lado débil del gobierno fueron las cuestiones económicas, hacendarias y
monetarias. No tanto las económicas propiamente dichas. El país, sin apartarse de
la política de libre cambio y de estímulo de la inversión privada, continuó
mejorando. De 1963 hasta 1967, las exportaciones aumentaron de 540 millones de
dólares a casi 800 millones. La pesquería, sobre todo la harina de pescado, así
como el aumento de la producción minera, permitieron alcanzar esas alentadoras
cifras. Sin embargo, el gasto público aumentó considerablemente y se produjo un
proceso inflacionario que llevó a una brusca devaluación de la moneda nacional, en
un 40 %, el 1 de septiembre de 1967. El dólar pasó de S/. 26.80 a S/. 38.70.
Asimismo se elevó la deuda externa, que para fines del régimen llegó a los 800
millones de soles. Ante esta crítica situación que afectaba directamente a los
bolsillos de los ciudadanos, la oposición arremetió y el gobierno dio muestras de
desgaste. El descontento aumentó aún más al destaparse la comisión de algunos casos
de contrabando de los que miembros del gobierno presuntamente se habían
beneficiado; pero la que daría la estocada final al régimen sería el escándalo de
la «página once».

Obras de su primer gobierno

Armas como caballero de Carlos III.


Se restituyeron las elecciones municipales, para que los ciudadanos eligieran con
su voto a los alcaldes y regidores a nivel de concejos distritales y provinciales.
En las primeras de estas elecciones, realizadas el 16 de diciembre de 1963, ganó
Luis Bedoya Reyes en Lima, en representación de la ALIANZA (Acción Popular más
Democracia Cristiana).
Se inició la reforma agraria que afectaría principalmente a los latifundios no
cultivados de la sierra y la costa, pero sin tocar a los que tenían un rendimiento
eficiente, como los agroindustriales de la costa. La idea era indemnizar a los
propietarios afectados, sin confiscaciones violentas.
Por ley Nº 15.260 del 14 de diciembre de 1964 se normó y fomentó el cooperativismo
en el Perú.
Se crearon las Corporaciones Departamentales de Desarrollo, con el fin de
descentralizar la administración.
Se elaboró un Plan Vial Nacional para la construcción de un sistema de vías de
comunicación que integrase las áreas de producción, agrícolas sobre todo, con los
diversos mercados urbanos. Muchas de estas vías se construyeron con el programa de
Cooperación Popular y con créditos internacionales.
Se empezó a construir la famosa Carretera Marginal de la Selva (hoy carretera
Fernando Belaúnde Terry) para unir esa región, hasta ese momento casi aislada, con
la sierra y la costa, así como para interconectarla con los países vecinos. La
carretera parte de Chinchipe, en la frontera con Ecuador en el norte, hasta llegar
hasta el río Heath, en el departamento de Madre de Dios, en el sur.
Se amplió la Central Hidroeléctrica del Cañón del Pato en Áncash y se inició la del
Mantaro en Huancavelica.
Se construyó la primera etapa del Reservorio de Tinajones, en Lambayeque, para
mejorar la actividad agrícola y ganadera en la zona norte.
Se construyeron las represas de Pañe y Aguada Blanca, en Arequipa.
Se construyó la refinería de La Pampilla, en Ventanilla, rompiendo así el monopolio
de refinación de crudos que hasta entonces ejercía la compañía transnacional IPC.
Se dio el impulso final a la fábrica de fertilizantes de Cachimayo.
Se ampliaron las instalaciones siderúrgicas de Chimbote, la más importante acería
del país.
Se apoyó al Servicios Industriales de la Marina (SIMA), lo que hizo posible poner a
flote unidades de gran tonelaje construidas en astilleros del Perú.
Se construyó la estación terrena de Lurín, con la cual el Perú entró a la era
espacial y a las comunicaciones vía microondas.
Se creó el Banco de la Nación, que reemplazó a la Caja de Depósitos y
Consignaciones, con la finalidad de facilitar la captación de impuestos de los
contribuyentes
Se adquirieron de Francia aviones Mirage para la Fuerza Aérea del Perú. La Marina
de Guerra y el Ejército pudo también renovar su material bélico.
Haciendo honor a su profesión de arquitecto, fue muy vasta su obra en la
construcción y fomento de vivienda para sectores menos favorecidos y de clases
medias profesionales. En numerosas ciudades del país se levantaron grandes
complejos habitacionales para sectores populares, profesionales de la educación y
policías y se urbanizó gran parte de las principales ciudades de la costa y sierra
peruanas. En Lima destacó la residencial San Felipe.
En el Callao se terminó la construcción del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y
se refaccionaron y construyeron otros aeropuertos en las más importantes ciudades
de la nación.
El país gozó de una importante inversión en salud y educación, a los que se
destinaron la proporción más alta de capitales estatales con respecto a los gastos
públicos hechos en la historia del país, hasta ese entonces.
En el campo educativo se estableció la gratuidad de la enseñanza en todos los
niveles, desde Inicial hasta Superior, y se crearon nuevas universidades y escuelas
normales, tanto estatales como particulares.
En el plano internacional, Belaúnde participó en la conferencia de presidentes
americanos realizada en Punta del Este, Uruguay en 1966.
Desde el primer día de su gobierno, Belaunde planteó el proyecto de la carretera
marginal de la selva que, una vez concluida, uniría la región de Arauca, en la
frontera entre Colombia y Venezuela, con el terminal ferroviario de Santa Cruz en
Bolivia, luego de recorrer una amplia extensión de la Amazonía peruana.
Catástrofes sucedidas en este período fueron el terremoto de Lima y Callao de 1966
y la tragedia del Estadio Nacional del 24 de mayo de 1964, donde perecieron unas
312 personas.

El Acta de Talara y el escándalo de la página 11


Al asumir la presidencia Belaúnde ofreció resolver el problema de La Brea y Pariñas
en 90 días. Este era un pleito vergonzoso para la nación y que tenía ya varias
décadas sin resolverse; consistía en que la compañía norteamericana International
Petroleum Company (IPC) venía explotando ilegalmente los yacimientos petrolíferos
de La Brea y Pariñas, situados en el norte del Perú, sin aportar al fisco el monto
adeudado, que se había venido acumulando al pasar los años.

Belaúnde envió al Congreso un proyecto para declarar nulos los llamados Acuerdo,
Convenio y Laudo de París (firmados en tiempos de Augusto B. Leguía y que
favorecían a la IPC) y solicitó que los campos de La Brea y Pariñas pasaran a poder
de la Empresa Petrolera Fiscal (entidad estatal). El Congreso dio la Ley Nº 14.696,
que declaraba nulo el Laudo, pero no se pronunció sobre el segundo punto. El Poder
Ejecutivo promulgó la ley el 4 de noviembre de 1963, quedando autorizado para
buscar una solución al viejo problema.

En julio de 1968, ante las presiones de los grupos de poder económico, se iniciaron
tratos con la IPC en Palacio de Gobierno. El 13 de agosto se firmó el Acta de
Talara por el cual todos los campos petroleros pasaban a poder de la Empresa
Petrolera Fiscal (EPF), mientras que la IPC conservaba la refinería de Talara, el
sistema de distribución nacional del combustible y las llamadas Concesiones Lima.
La IPC se obligaba a comprar todo el petróleo que la EPF le quisiera vender, para
procesarla en su obsoleta refinería de Talara.

El Acta fue firmada por el presidente Belaúnde, por el Presidente del Senado Carlos
Manuel Cox, por el presidente de la Cámara de Diputados Andrés Townsend Ezcurra y
por los altos funcionarios de la IPC. Toda la prensa se hizo eco de este suceso y
publicaron en primera plana el fin del «Problema de la Brea y Pariñas», contentando
así a la opinión pública.

Sin embargo, la opinión pública cambió cuando un sector de la prensa (la revista
Oiga) dio a conocer las condiciones que había impuesto la IPC para la firma del
Acta. El momento cumbre del escándalo llegó cuando el renunciante presidente de la
EPF, ingeniero Carlos Loret de Mola, denunció que faltaba una página en el contrato
de precios de petróleo crudo entre la EPF y la IPC (10 de setiembre de 1968). Esa
fue la famosa «Página Once» que sirvió de pretexto para que un grupo de oficiales
del ejército dieran un golpe de estado menos de un mes después, acusando al
gobierno de «entreguismo».

Sobre la «página once» se ha escrito mucho en el Perú. Algunos le atribuyeron una


gran importancia pues, al parecer, contenía valiosa información sobre costos; otros
adujeron que sólo era una página en blanco y hubo incluso algunos que negaron su
existencia.

El golpe de Estado de 1968


Véase también: Golpe de Estado en Perú de 1968

Después de la juramentación de nuevo Gabinete de Belaúnde, presidido por Miguel


Mujica Gallo, Velasco despide y estrecha la mano de Bealúnde, horas antes de dar su
Golpe de Estado.
El jueves 3 de octubre de 1968, a pocos meses de terminar su gobierno, Belaúnde fue
derrocado por un grupo de militares de las fuerzas armadas, liderados por el
general Juan Velasco Alvarado, en ese momento presidente del Comando Conjunto de
las Fuerzas Armadas del Perú, quien lo acusó de coludirse con los intereses del
capital internacional y de no haber tenido la voluntad de realizar las reformas
sociales que se consideraban necesarias. Días después, el 9 de octubre, Velasco, ya
como jefe de gobierno, anunció en forma dramática que el ejército acantonado en
Piura y al mando del general Fermín Málaga Prado ingresaba en esos momentos en
Talara, asumiendo el control de la refinería, hasta entonces de propiedad de la
IPC. Ese día fue designado como el Día de la Dignidad Nacional, que fue celebrado
durante los años que duró el gobierno militar.

La «página once» fue el pretexto para el golpe; las razones verdaderas fueron
evidentemente otras, pues se sabe que desde mucho antes que estallara dicho
escándalo el grupo de oficiales del Ejército conocidos como los «coroneles
nasseristas» venían planeando el golpe. Se ha teorizado como móvil importante el
antiaprismo aun remanente entre los militares, pues se avecinaban las elecciones
generales de 1969 en las que se vislumbraba el triunfo del líder aprista Haya de la
Torre.7 Los militares nacionalistas, con Velasco a la cabeza, justificaron su
levantamiento por razones de justicia social.

Belaúnde fue deportado a Argentina, y en los siguientes años vivió en los Estados
Unidos, trabajando como catedrático en las Universidades Johns Hopkins, Harvard,
American, Columbia y George Washington. Para 1970, se casó legalmente en segundas
nupcias con la joven dirigenta acciopopulista Violeta Correa que hasta ese momento
se desempeñaba como su secretaria y asistente personal. Antes había estado casado
con la señora Carola Aubry con quien tuvo tres hijos y de la que se divorció en
1963. En 1970 recibió en la Bienal de Rimini la medalla de oro por el proyecto de
la Carretera Marginal de la Selva.

Las elecciones de 1980


Artículo principal: Elecciones generales de Perú de 1980

El general Francisco Morales Bermúdez cedió el gobierno a Fernando Belaúnde,


ganador de las elecciones de mayo de 1980.
Luego de un intento frustrado de retorno en 1974, Belaúnde regresó al Perú en 1978,
cuando aún regía la dictadura militar (la llamada «segunda fase», con el general
Francisco Morales Bermúdez a la cabeza), que por entonces convocó a una Asamblea
Constituyente cuya misión sería redactar una nueva Constitución en reemplazo de la
de 1933. Esta Constituyente, que se desenvolvió de 1978 a 1979 bajo la presidencia
de Haya de la Torre, no contó con la participación del partido Acción Popular, ya
que Belaúnde se opuso, ya que era partidario de hacer solo algunas reformas a la
Constitución de 1933 y no de reemplazarla totalmente por otra. Sin embargo, cuando
ya bajo el mandato de la nueva Constitución, la dictadura militar convocó a
elecciones generales para presidente y los miembros del Congreso, Belaúnde decidió
participar en dicho proceso eleccionario.

Las elecciones generales se realizaron el domingo 18 de mayo de 1980. Belaúnde


salió vencedor con más del 45% de los votos, frente al 28% del candidato del APRA
Armando Villanueva, su más cercano contendor, y el 10% de Luis Bedoya Reyes
candidato del Partido Popular Cristiano (PPC). La izquierda marxista, que lanzó
varias candidaturas, obtuvo en conjunto un reducido porcentaje de votos.

Segundo gobierno (1980-1985)

Belaúnde Terry y el expresidente venezolano Rafael Caldera en 1984.


Artículo principal: Segundo gobierno de Fernando Belaúnde
Belaúnde juramentó la presidencia el 28 de julio de 1980. Se pusieron grandes
expectativas en este su segundo gobierno que se iniciaba. Se auguró una plena
restauración democrática. En el parlamento, su partido, Acción Popular, hizo un
pacto con el PPC, asegurando así una amplia mayoría parlamentaria, la que no había
tenido durante su primer gobierno.

Belaúnde cumplió una de sus promesas electorales: devolver inmediatamente los


medios de comunicación expropiados por los militares a sus reales propietarios,
poniendo asimismo fin a la censura. Mas no quiso revertir la expropiación de las
tierras hechas al amparo de la reforma agraria (que había liquidado al feudalismo
agrario en el país), presumiblemente para no ocasionar un estallido social en el
campo.

Se rodeó de un equipo económico liberal, liderado por Manuel Ulloa, director del
diario Expreso y ministro de Economía de su gobierno, que desplazó a varios de los
antiguos dirigentes de Acción Popular. Las reformas económicas propuestas, sin
embargo, no pudieron ser aplicadas en su mayor parte. Sin embargo, se construyeron
otros grandes complejos de vivienda en Lima y en varias ciudades y se refaccionó la
infraestructura urbana y rural en casi todo el país.

También empezó a desmantelar el tinglado construido por el gobierno de Velasco,


iniciado previamente por Morales Bermúdez, a excepción de las expropiaciones hechas
a los terratenientes conocidos en su tiempo como «Los Barones del Azúcar».

Crisis en la embajada de Perú en Cuba


Apenas tomó posesión del gobierno, Belaúnde se enfrentó a esta crisis, que se
originó en enero de 1981 cuando 24 cubanos que buscando escapar del régimen
impuesto por Fidel Castro en Cuba, ingresaron violentamente en un autobús a la
Embajada del Perú en La Habana. El embajador peruano Edgardo de Habich y Palacio
permitió el ingreso de las fuerzas especiales cubanas para desalojar a los
invasores, esta acción le costó el puesto al embajador por no haber recibido la
autorización del gobierno peruano.
El 28 de marzo fue el segundo ingreso de cubanos en la embajada y el 1 de abril fue
el tercer ingreso realizado bajo fuego por parte de la milicia cubana; en este
incidente resultó muerto un militar cubano. Fidel Castro exigió al gobierno peruano
que entregará a los cubanos refugiados en la embajada. Frente a la negativa del
Perú de hacerlo, Fidel Castro lanzó un comunicado de prensa el día 4 de abril, por
el cual retiraba la seguridad a la sede diplomática por lo que «dicha sede queda
abierta para todo aquel que quiera salir del país». Ya para el domingo 6 de abril
habían entrado 10.803 cubanos en la Embajada de Perú.

La crisis culminó en junio de 1981 cuando se concedieron visas humanitarias a los


refugiados, España dio 350 visas, Canadá 600, Costa Rica 250 y Perú 750. Llegaron
al Perú 450 cubanos, cifra que aumentó a 742 para agosto. La mayoría fue instalada
en un campo de refugiados en el Parque Túpac Amaru de San Luis. La mayoría de los
asilados en Perú volvió a emigrar.

Conflicto con Ecuador


Artículo principal: Conflicto del Falso Paquisha
En 1981, se produjo un conflicto con Ecuador por la ocupación de una zona
fronteriza en disputa en el norte peruano denominada Cordillera del Cóndor, en
donde tropas ecuatorianas habían montado ilegítimamente un puesto militar. El
presidente Belaúnde denunció que el gobierno de Ecuador había desplazado su puesto
fronterizo denominado «Paquisha» varios kilómetros dentro de territorio peruano,
para de esta manera luego sostener que dicha instalación siempre había estado allí.
Por ello, el presidente Belaúnde denominó a este puesto como «Falso Paquisha», a
efectos de dar a conocer al mundo el ardid ecuatoriano.

Afortunadamente, la escalada se previno gracias a una rápida acción militar y


diplomática. El año 1995 durante el gobierno del presidente Alberto Fujimori, se
produjo un nuevo enfrentamiento en la misma zona, al cual se denominó «Conflicto
del Cenepa». La intervención de los países garantes (Estados Unidos, Argentina,
Brasil y Chile) coadyuvó a que el Perú y Ecuador suscriban en 1998 la Declaración
de Paz de Itamaraty, con la que se cerró definitivamente la frontera sobre la base
de los límites que habían sido establecidos por el Protocolo de Río de Janeiro de
1942, tal y como había sostenido siempre el Perú.

Guerra de las Malvinas

Monumento a Fernando Belaúnde Terry en Plaza Perú, ciudad de Buenos Aires.


Durante la Guerra de las Malvinas, el Perú fue el principal aliado de Argentina
contra el Reino Unido, se alineó decididamente a favor de Argentina y llamó a la
integridad sudamericana.

Con la frase «el Perú está listo para apoyar a la Argentina con todos los recursos
que necesite», Belaúnde se dispuso a concretar dicho apoyo, que incluía aviones y
pilotos de la Fuerza Aérea, barcos de la Marina de Guerra y médicos de la Policía
Nacional del Perú.

Durante el conflicto bélico, y a raíz de la inmediata ruptura de las relaciones


diplomáticas entre ambos estados beligerantes, el Perú representó los intereses
diplomáticos de la Argentina en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.

Así, los diplomáticos argentinos destacados en Londres, se convirtieron en


diplomáticos peruanos de nacionalidad argentina. Durante el transcurso del
conflicto bélico, el acoso del Servicio de Inteligencia británico a la Embajada
peruana en Londres y a sus funcionarios diplomáticos fue tal que originó como
respuesta mensajes de distracción.

El Perú sirvió de puente para enviar misiles antibuques franceses MBDA Exocet a
Argentina. Además organizó una campaña de ayuda a nivel nacional a este país. Está
probado que poco antes de terminar el conflicto, a comienzos de junio de 1982,
secretamente viajaron a la base Tandil primero y de allí a la de Bahía Blanca, 10
aviones peruanos Mirage M-VP (M-5P) vendidos a precio simbólico para suplir las
pérdidas sufridas por la FAA (El Texto «Falklands: The Air War» incluye una
fotografía).

Belaúnde sirvió de mediador en el conflicto y propuso soluciones a ambos países.


Sin embargo sus propuestas diplomáticas fracasaron cuando el gobierno británico de
Margaret Thatcher ordenó hundir un crucero argentino que transportaba cientos de
militares de las islas Malvinas de regreso a la Argentina y navegaba fuera del área
de exclusión decretada unilateralmente por el Reino Unido.

Días antes de finalizar su período, el gobierno argentino presidido entonces por


Raúl Alfonsín, quien viajó personalmente hasta Lima, lo condecoró con la máxima
distinción del Estado argentino.

Sendero Luminoso y la crisis de fin de gobierno


Durante los tres últimos años de su gobierno, el país afrontó diversas crisis.
Entre 1982 y 1983 se desató el Fenómeno del Niño, que golpeó fuertemente a la costa
norte de Perú, lo cual repercutió fuertemente en diversas actividades productivas,
así como en la infraestructura, lo que produjo un retroceso en la economía. A
partir de 1983, la caída de los precios de los metales desencadenó una preocupante
crisis económica, que se evidenció con las dificultades para el pago de la deuda
externa, un fuerte aumento de la inflación y la devaluación del sol.

Otro incidente de gravedad ocurrido en su gobierno fue la debelación del motín del
penal El Sexto, reclusorio ubicado en el centro de Lima. En la mañana del martes 27
de marzo de 1984 un grupo de 60 reclusos tomó como rehenes a varias personas que
visitaban el penal para entregar donaciones que ayudarían a paliar las duras
condiciones carcelarias del viejo recinto, reclamando el fin de los abusos, mejor
alimentación y vehículos para salir del penal. Entre los rehenes se encontraba la
esposa del Embajador de Venezuela. Enterado de estos hechos, el presidente quien
ordenó las negociaciones para poner fin al problema; sin embargo, los reclusos se
mantuvieron inflexibles y acrecentaron su violencia, asesinando frente a las
cámaras de televisión a dos de los rehenes.

Por la noche el motín fue debelado por un grupo especial de la Guardia Republicana
(hoy disuelta) que ultimó a 22 internos, hirió a 40 y dispersó al resto. Este hecho
fue el más violento de ese año, incluso el Ministro del Interior de aquella época
no dudó en declarar que el motín tuvo una inspiración directa de Sendero Luminoso,
debido a que varios de sus integrantes estaban recluidos en el viejo penal, el
mismo que fue desalojado y clausurado al año siguiente.

Sin embargo, el problema más grave que debió enfrentar el gobierno de Fernando
Belaúnde fue el accionar de la organización terrorista maoísta Sendero Luminoso,
dirigida por Abimael Guzmán. Este grupo declaró la guerra al Estado peruano en el
departamento de Ayacucho en mayo de 1980. A partir de 1983, Sendero Luminoso
intensificó su campaña, imponiendo un terrorífico régimen de violencia extrema en
el sur andino y asesinando indiscriminadamente a miles de campesinos,
profesionales, comerciantes y autoridades locales, miles de sus militantes fueron
asesinados salvajemente por Sendero Luminoso.

Los hechos más graves sucedidos en este tiempo fue la masacre de Uchuraccay (26 de
enero de 1983) donde ocho periodistas fueron asesinados por los moradores de dicho
distrito andino al confundirlos con militantes de Sendero; y la masacre de Putis,
donde cerca de doscientos civiles fueron masacrados por una unidad del ejército al
ser confundidos también con militantes de Sendero y enterrados en un conjunto de
fosas comunes clandestinas. La reacción del presidente ante estos graves sucesos;
sin embargo, fue secreta, dubitativa y en ocasiones dudosa.
Ante la escalada terrorista, se declaró el Estado de Emergencia y se envió a las
Fuerzas armadas y las Fuerzas Policiales a combatir a los extremistas. La libertad
de expresión devino en libertinaje por los medios de comunicación de la época, que
destacaban con grandes titulares las acciones de los «narcoterroristas» término que
con el que se reveló el pacto existente entre el narcotráfico y las huestes
terroristas de Guzmán Reynoso; en el Parlamento, la oposición pedía más energía a
Belaúnde, quien siempre prefirió el camino constitucional.

Fue Sendero Luminoso el verdadero responsable de la crisis económica vivida durante


el segundo gobierno de Belaúnde, pues gracias a las acciones bélicas que desplegó
contra torres de alta tensión; entidades, empresas y demás instalaciones públicas;
asesinato de policías, militares, profesionales y empresarios probos, así como de
humildes campesinos peruanos fue mermando la capacidad productiva del país. Al
final del gobierno, fueron muchos miles de millones de dólares los que la prédica
de Sendero produjo en pérdidas al Perú.

Obras de su segundo gobierno

El pueblo lo hizo, era la frase que solía repetir Belaúnde al contemplar las obras
realizadas por los pobladores con la ayuda de su gobierno. Huari, Ancash.

Laguna Belaúnde en la Cordillera Blanca, Áncash. Renombrada por los chacasinos en


honor al apoyo brindado durante la construcción de la ruta AN-107 en Áncash y la
creación de su provincia entre 1981 y 1984.
Se devolvió a sus propietarios los diarios y estaciones de televisión y
radiodifusión expropiadas por la dictadura militar.
Se restauró el origen democrático de las autoridades municipales, convocándose de
inmediato a elecciones (1980). En Lima triunfó Eduardo Orrego Villacorta, de Acción
Popular, que en 1983 fue sucedido por Alfonso Barrantes, representante de la
izquierda marxista unificada.
Se promulgó una nueva Ley de Reforma Educativa, desechándose lo que se había hecho
durante el gobierno militar (1972), retornándose a la estructura educacional de
Primaria-Secundaria-Superior. Se conservó de la anterior reforma el nivel de
Educación Inicial, como antesala de la primaria.
Se reconstituyó Cooperación Popular, cuyo objetivo fue apoyar obras de
infraestructura básica y promover la participación popular en las obras, incluyendo
convenios con distintas comunidades que proponían sus propios proyectos de
desarrollo.
Se crearon las Corporaciones de Desarrollo Departamentales (CORDES), instancias de
gobierno regional en las que participaban los alcaldes provinciales, los
representantes de organizaciones y gremios locales, así como los representantes del
gobierno central. Estas Cordes discutían en asambleas proyectos de desarrollo; el
gobierno central dotaba a cada Corde de los medios necesarios, pero cada una de
ellas debía buscar sus propios recursos.
Se fundó la Ciudad Constitución, en plena selva central, en el departamento de
Pasco, en la margen derecha del río Palcazu, a unos 12 km del río Pachitea, con la
idea de convertirla en el eje geopolítico del Perú.
Se construyeron las represas de Condoroma en Arequipa y Gallito Ciego en Cajamarca.
Se terminó una etapa más de la Central Hidroeléctrica del Mantaro, en Huancavelica,
que es la principal fuente generadora de energía eléctrica del Perú, produciendo
cerca del 20% de toda la energía eléctrica generada en el país.
Se inició la construcción de la Central Hidroeléctrica de Carhuaquero en
Lambayeque.
Se construyeron hospitales, postas sanitarias y colegios en todo el país.
Se diseñó el Plan Nacional de Vivienda y el Plan Nacional de Agua Potable y
Alcantarillado, ambos de carácter integral. Para desarrollar el primer plan se creó
la Empresa Nacional de Edificaciones (ENACE), y para el segundo, el Servicio
Nacional de Agua Potable y Alcantarillado (SENAPA).
Se construyeron conjuntos habitacionales en varios lugares del Perú, principalmente
en Lima, donde destacan: las Torres de San Borja, con 2405 viviendas; los
Precursores, en Surco, para 921 familias; Marbella, en Magdalena, para 300
familias; Pachacámac, en el cono sur, para 4000; Limatambo, en el distrito de San
Borja, para 2467; la Ciudad Satélite conjunto habitacional de Santa Rosa, en El
Callao, para 4000, y Carlos Cueto Fernandini, en el Naranjal (hoy en el distrito de
Los Olivos), para 2142.
La adquisición de viviendas populares construidas por el gobierno se facilitó
mediante una cómoda cuota inicial y una financiación con veinte años de plazo
inclusive. Favoreció principalmente a los empleados públicos y a la clase media,
que se beneficiaron con los préstamos que hacían los bancos de fomento, los bancos
privados y las cooperativas de ahorro. Esta política benefició a 340.000 familias,
o sea a 1.720.000 personas.
Se creó el Consejo Nacional de Población, para investigar el crecimiento
demográfico, y al mismo tiempo, elaborar una política nacional que tomara en cuenta
los pareceres de los académicos, la Iglesia y las Fuerzas Armadas.
Se creó el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYTEC), creado para
fomentar la investigación con miras a lograr progresos en la ciencia y ponernos a
la vanguardia en adelanto tecnológico.
Se construyeron puertos y aeropuertos.
Se continuó la construcción de varios tramos de la Carretera Marginal de la Selva.
Trayectoria posterior

El expresidente Fernando Belaúnde Terry, foto en año 1990.


Senador vitalicio
La Constitución de 1979 disponía que los expresidentes eran senadores vitalicios.
Belaunde asistió con cierta regularidad al Senado, tanto en los periodos 1985-1990
como en el de 1990-1992.

Elecciones 1990
En las elecciones de 1990 participó, como líder de Acción Popular en la campaña del
Frente Democrático (Frente Democrático), una conjunción de partidos políticos de
orientación centro derechista moderada, liderado por el escritor Mario Vargas
Llosa, el gran favorito de las elecciones de ese año, a quien se unió en su gran
proyecto político de tendencia liberal, que implicaba ideas para una efectiva
modernización política y económica del país y que fue sorpresivamente derrotado por
el entonces desconocido candidato Alberto Fujimori, que llegó a la presidencia con
el apoyo de políticos de izquierda y del APRA.

Durante la década de 1990, Belaúnde participó activamente como líder de Acción


Popular, en la oposición al gobierno dictatorial de Fujimori.

En noviembre de 2000, con la estrepitosa salida de Fujimori del poder, Valentín


Paniagua, miembro prominente de Acción Popular, pasó a ocupar la presidencia
provisional del Perú hasta julio de 2001. A inicios de 2001, Belaúnde entregó la
presidencia de Acción Popular a Valentín Paniagua. En junio de ese año, falleció su
esposa, Violeta Correa.

Escritos
Fernando Belaúnde, no solo dedicó tiempo a sus labores como arquitecto, catedrático
o político, sino que logró a lo largo de su carrera escribir y publicar algunos
libros reconocidos en el país. El primero de ellos lleva como título, La Conquista
del Perú por los peruanos, haciendo alusión al lema acciopopulista (El Perú como
doctrina). Fue publicado en 1959 y traducido al inglés en 1965.

En 1960 publicó Pueblo por Pueblo, una especie de diario de trabajo, donde recopila
los datos obtenidos de sus viajes al interior del país durante su campaña electoral
de 1956.
En 1967 publicó Carretera Marginal de la Selva, en la que detalla sobre una de sus
obras más trascendentales como presidente del Perú.

Su libro autobiográfico se tituló Autoconquista del Perú.

Deceso

Tumba de Fernando Belaúnde Terry, Sus restos fueron sepultados en el Parque


Cementerio Campo Fe de Huachipa (Lima Este).
Fernando Belaúnde falleció en Lima el 4 de junio de 2002 a causa de un derrame
cerebral. Su entierro fue multitudinario: el gobierno del presidente Alejandro
Toledo le rindió honores de Estado, ceremonia que contó con la presencia de
destacados personajes de la política peruana, entre ellos, el expresidente Valentín
Paniagua, su sucesor en la presidencia del Partido Acción Popular. Sus restos
fueron sepultados en el Parque Cementerio Campo Fe de Huachipa, al este de Lima.

Fernando Belaúnde Terry ha pasado a la historia como un presidente honesto y


respetuoso de las instituciones nacionales como lo reconocieron inclusive sus
adversarios políticos. Las razones que confirmarían esta aseveración es que
falleció sin haber afrontado un solo juicio por corrupción durante sus dos
gobiernos no consecutivos; asimismo, sus ingresos y patrimonio personal se
mantuvieron sin alteraciones al terminar sus dos mandatos y durante el tiempo que
duró su retiro de la política.

Centenario
En octubre de 2012 se conmemoró los cien años del nacimiento de Fernando Belaúnde.
Con tal motivo, se realizaron diversos actos en todo el país. El Congreso de la
República del Perú conformó la Comisión Especial Multipartidaria de los Actos
Conmemorativos del Centenario del Natalicio del expresidente Fernando Belaúnde
Terry. De igual modo, la Universidad San Ignacio de Loyola constituyó la comisión
especial por el Centenario del natalicio del Arquitecto Fernando Belaúnde Terry.

Predecesor:
Nicolás Lindley López
Presidente de la Junta Militar Presidente Constitucional del Perú
Gran Sello de la República del Perú.svg
28 de julio de 1963-3 de octubre de 1968 Sucesor:
Juan Velasco Alvarado
Presidente Revolucionario de las Fuerzas Armadas
Predecesor:
Francisco Morales Bermúdez
Presidente Revolucionario de las Fuerzas Armadas Presidente Constitucional del
Perú
Gran Sello de la República del Perú.svg
28 de julio de 1980-28 de julio de 1985 Sucesor:
Alan García Pérez
Presidente Constitucional
Árbol genealógico
16. Francisco Javier de Belaúnde y López de la Huerta

8. Mariano Javier de Belaúnde y de Zúñiga

17. María Carolina de Zúñiga y Castro-Viejo de Rivero

4. Mariano Andrés de Belaúnde y la Torre

18. Felipe Antonio de la Torre y Campos


9. Margarita de la Torre y Luna-Pizarro

19. Bárbara Josefa de Luna-Pizarro y Pacheco

2. Rafael Belaúnde Diez-Canseco

20. Manuel Joseph Diez-Canseco y Nieto

10. Pedro Diez-Canseco y Corbacho

21. María de las Mercedes Sánchez-Corbacho y Abril


5. Mercedes Diez-Canseco y Vargas

22. Juan Manuel Vargas

11. Francisca Javiera Vargas Maldonado

23. María Gertrudis Maldonado

1. Fernando Belaúnde Terry


24. José Antonio Terry Adriano y Álvarez Campana

12. Pedro Terry y Salazar

25. Rosa de Salazar y Pardo de Figueroa

6. Teódorico Terry del Real

26. Jacobo del Real


13. Jacoba del Real y Solar

27. Teresa Solar

3. Lucila Terry y García

28. José Ciriaco García de Rivero

14. Manuel García Pacheco


29. Angela Vásquez de la Rocha

7. Jesús García Pacheco y Vásquez de Oricáin

30. José Gil Vásquez de la Parra y Rocha

15. Manuela Vásquez de Oricáin

31. María Rosario de Oricáin y García-Rivero

Referencias
«3 de enero en Ancash». Consultado el 8 de febrero de 2020.
Fernando Belaunde / 1912-2002. Biografías: www.identidad-peru.com.
Zapata, El joven Belaunde, pág. 13.
Tuesta Soldevilla, Fernando. «Diputados 1945-1948».
Belaunde, «Recuerdos de El Arquitecto Peruano», pág. 125.
Revista Presente (1956). Duelo a Sabel Watson - Belaúnde. «Con espectacularidad
que habría molestado al severo Marqués de Cabriñana y una publicidad (sólo faltó
trasmisión por radio) reñida con su Código de Honor, invocado por Fernando Belaúnde
Terry al retar a Eduardo Watson Cisneros, diputado por Amazonas, se realizó el
jueves, en Collique y al despertar el día, el duelo concertado la víspera en la
noche por sus respectivos padrinos. (...) Formularon también declaraciones a los
diarios —procedimiento no acostumbrado dentro de las normas cabriñanezcas- y según
las disposiciones del Código de Derecho Canónico habrían quedado excomulgados».
López Martínez 2011, p. 51; Chirinos Soto 1985, p. 298.
Bibliografía
Belaunde Terry, Fernando. «Recuerdos de El Arquitecto Peruano». En: Zapata Velasco,
Antonio, El Joven Belaunde, pág. 123–135.
Zapata Velasco, Antonio (1995). El Joven Belaunde, Historia de la Revista El
Arquitecto Peruano. Lima: Editorial Minerva.
Chirinos Soto, Enrique: Historia de la República / 1930 -1985. Tomo II. Desde
Sánchez Cerro hasta Alan García. Lima, AFA Editores, 1985.
Guerra, Margarita: Historia General del Perú. Tomo XII. La República Contemporánea
(1919-1950). Primera Edición. Editorial Milla Batres. Lima, Perú, 1984. ISBN 84-
499-4818-5
López Martínez, Héctor: La República Contemporánea (1933-2010). Tomo XII de la
«Historia del Perú» publicada por la Empresa Editora El Comercio S.A, 2010. ISBN
978-612-4069-98-7
Portocarrero Grados, Ricardo: El Perú Contemporáneo. Incluido en Historia del Perú.
Lima, Lexus Editores, 2000. ISBN 9972-625-35-4
Tauro del Pino, Alberto: Enciclopedia Ilustrada del Perú. Tercera Edición. Tomo 3.
BEL/CAN. Lima, PEISA, 2001. ISBN 9972-40-152-5
Varios autores: Grandes Forjadores del Perú. Lima, Lexus Editores, 2000. ISBN 9972-
625-50-8
Varios autores: Gran Historia del Perú. Lima, Edición Libris, 2000. Publicada por
fascículos por la Empresa Editora El Comercio S.A.

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