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Al : Honorable Magistrado Juez de La Ejecución de la Pena del
Departamento Judicial de San Francisco de Macorís.
Anexos: 1) Sentencia núm. 599 el ocho (8) de junio de dos mil dieciséis
(2005).
VISTO: EL ART. 2, de la ley 164 de fecha diez (10) de junio del año 1980, que
instituye la LIBERTAD CONDICIONAL, que copiada textualmente dice lo siguiente:
“Todo condenado a penas privativas de libertad de carácter criminal o correccional,
de más de un año de duración, podrá obtener su libertad condicional siempre que
se encuentren reunidos los requisitos siguientes: a) que haya cumplido la mitad de
la pena impuesta; b) que haya demostrado hábitos de trabajos y observado
conducta intachable en el establecimiento; c) que se encuentre capacitado física y
psíquicamente para reintegrarse a la vida social y que su estado de rehabilitación
haga presumible que se conducirá bien en su libertad; d) si pudiendo hacerlo, ha
pagado los daños e indemnización los perjuicios causados por la infracción, o
llegado a un acuerdo con la parte perjudicada.
Honorable Magistrado:
ATENDIDO: A que los motivos esenciales de esta solicitud son los siguientes:
1) DE LA REINSERCION SOCIAL. Que pese a la solución que se le ha dado
a los hechos en la forma que los juzgadores hicieron constar, el interno
siempre ha mantenido de que su caso no fue valorado en las pruebas y en
derecho, y que ahora lo han convertido en un infractor de violencia, lo cual
le ha llevado a una espesa cadena de angustia a su conciencia y a la moral
de sus familiares, ya que los hechos ocurridos incurren e inciden en la
mente de todos a los que este caso perjudica de manera directa, sobre todo
al ciudadano que nunca ha tenido inconvenientes legales de ningún tipo,
refiriéndonos al señor BELLARMINIO ANTONIO POLANCO TORIBIO,
quien ha invertido en el tiempo en prisión para reflexionar y mostrar un
arrepentimiento sincero a través de la búsqueda de ser útil para la
sociedad, es por ese arrepentimiento que el mismo realizo durante el
tiempo que lleva guardando prisión diversos cursos técnicos y religiosos
con la finalidad de demostrar su compromiso para ser útil en la sociedad.
6) Atendido a que resulta menester acotar que los señores Pedro Pablo
Sánchez Villar y Juan Carlos Tavares Hernández, dominicanos, mayores
edad, portadores de la cedula de identidad y electoral No. 031-5263982-3 y
031-958623-8, serán las personas que fungirá como garante del señor
BELLARMINIO ANTONIO POLANCO TORIBIO, y se compromete ante
vosotros a presentarlo ante cualquier requerimiento que le exija el Juez de la
Pena y será el vigilante en caso de ser necesario de que cumpla con cada
una de las reglas a imponer por el juez.
En el día hoy me dirijo ante usted Juez de la ejecución, para darle a conocer mi
arrepentimiento por el hecho ocurrido hacen más de 14 años, donde por un mal
momento, lleno de ira y cegado por un comentario, cometí el gravísimo e
irreparable error de quitarle la vida a dos mujeres llenas de salud y a provocar
daños psicológicos al niño que se encontraba en el hecho, además de físico.
El día a día no ha sido fácil por mi error. Se supone que yo debía ser un ejemplo
para la sociedad, para mis hijas, ahora me arrepiento por mi error. Es esta
convicción, que frente a Dios y a los hombres, me lleva a resistirme a la idea
de que la realidad es estéril y que este encierro solo debe dedicarse a rumiar
mis faltas. De esta terrible desgracia puede y debe surgir un testimonio que
compartir, una moraleja que los interesados puedan valorar, una base sobre las
que otros puedan construir.
Pido perdón desde lo más profundo de mi ser y pido que Dios toque su corazón.
He aprendido mi lección por mi error. Me equivoqué y ahora pago un precio muy
alto porque la libertad no tiene precio; perdón.
Sé que un derecho implica deberes y quedo comprometido con todos los que se
empeñaron por encima de los prejuicios, reconociéndolo para mi bien y el de la
sociedad.
El tiempo demostrará que solo la mitología y los creadores de leyendas
urbanas tienen razones para inquietarse por el uso de la facultad legal, que se
me ha reconocido, a expresarme, pues esos rumores y fabulas solo se alimentan
de la falta de información.