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Érase una vez una niña muy bella que vivía en Belén, su nombre era Rosa, pero de cariño le

llamaban Rosa Niña, ella era bien curiosa, amable y juguetona, le gustaba leer libros, era
apasionada a la fantasía, tanto así que todo lo que soñaba se convertía mágicamente en
realidad.
Una noche empezó a tener un sueño de lo más increíble, veía venir desde los más lejos del
horizonte a tres magos en sus camellos, los cuales venían guiados por una estrella
resplandeciente, los magos llevaban con ellos mirra, incienso y oro, ella desde su ventana
voló con sus alas de plata hacia donde estaban los misteriosos magos, y ella les pregunto:
Rosa: ¿Hacia dónde se dirigen y por qué van siguiendo esa bonita estrella?
Mago Melchor: Ha nacido el salvador del mundo.
Rosa: ¿Y cómo se llama el niño?
Mago Gaspar: Se llama Jesús.
Rosa: ¿Puedo ir con ustedes?
Mago Baltazar: Si claro niña, síguenos hasta donde nos guie la estrella.

Llegaron a un pesebre, había un niño tan bello radiante como el sol, sus padres los
acompañaban y alrededor de ellos también estaban varios animales, que velaban al niño rey
que acaba de nacer, Rosa estaba muy contenta y de repente el niño la miro a los ojos y le
sonrió, de repente una nube blanca cubrió sus ojos y despertó del sueño.
Al día siguiente Rosa Niña espero la noche sabía que había soñado se convertiría en realidad,
busco su abrigo y se paró frente a la ventana a esperar a los Reyes Magos, de repente a lo
largo miro venir a los agradables reyes y ella los detuvo y les dijo que la llevaran con Jesús,
así Rosa Niña su sueño se le hizo realidad.
Fin.

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