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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

Universidad Ciencias de la Salud “Hugo Chávez Frías”

Barinas Estado Barinas

Clínica Integral I

Alumna :

Cindi Avila

24.937.316

Barina, Mayo 2021


Tema 4. Cáncer de vías respiratorias.

Cáncer laríngeo
La laringe se ubica en la unión de la vía respiratoria alta y del tracto digestivo
superior. Constituye un complejo mecanismo neuromuscular con un sistema de
cartílagos fijos y móviles que funciona admirablemente bien tanto en su función
primitiva de esfínter, relacionada de esta forma con la deglución y la respiración,
como en su función adaptativa de fonación.
La laringe se divide anatómicamente en supraglotis, glotis y subglotis. Las
estructuras supraglóticas incluyen la epiglotis, pliegues ariepiglóticos, los aritenoides
y las bandas ventriculares o cuerdas vocales falsas. La glotis comprende las
cuerdas vocales verdaderas, la comisura anterior y la comisura posterior. La
subglotis se extiende desde la zona por debajo de las cuerdas vocales hasta el
borde inferior del cartílago cricoides.
Durante la embriogénesis, la laringe aparece como una ranura en el piso faríngeo.
La epiglotis surge anteriormente del extremo ventral del tercer y cuarto arco
branquial. Los aritenoides se desarrollan lateralmente a partir del sexto arco
branquial, y los demás cartílagos laríngeos, de los arcos cuarto y quinto. La laringe
supraglótica emerge del primordio bucofaríngeo, mientras que la laringe glótica y
subglótica se desarrollan del primordio traqueopulmonar

Etiología
El consumo de tabaco es el principal factor de riesgo en la aparición del carcinoma
epidermoide de laringe. Se cree que el hábito tabáquico es directamente
responsable de hasta un 95% de los carcinomas glóticos y supraglóticos, y el riesgo
es dependiente de la dosis y el tiempo de exposición: en grandes fumadores (más
de 35 cigarrillos/día) se ha descrito un riesgo de hasta 40 veces superior al de no
fumadores. Si bien el riesgo de cáncer de laringe declina notoriamente al abandonar
el tabaquismo, éste no desaparecería del todo, estabilizandose aproximadamente
en un riesgo 2,5 veces superior a los pacientes que nunca han fumado. El cáncer de
laringe es excepcional en los no fumadores. El alcohol es el segundo factor de
riesgo en importancia en el desarrollo del cáncer de laringe, elevando el riesgo
hasta en 5 veces en pacientes no fumadores.
Esto se aplica a todos los tipos de alcohol (etanol), incluso al uso de enjuagues
bucales con contenido alcohólico. El etilismo se asocia con especial fuerza al
desarrollo de carcinoma supraglótico, probablemente por ejercer su efecto
carcinogénico al contacto directo con la mucosa. Se sabe que el alcohol es un
cofactor sinérgico cuando se combina con el tabaco: se estima que el riesgo de
desarrollar un tumor maligno de laringe es de hasta 100 veces mayor en fumadores
que beben, en comparación con pacientes que no fuman ni beben.

Se ha postulado una serie de factores de riesgo secundarios, como son una


alimentación pobre en frutas y verduras (déficit de fibra dietética y de vitaminas A y
C), la exposición previa a radiación y el contacto con diversas sustancias laborales
(asbestos, polvo de madera, polvo de cemento, alquitrán, humo de diesel, ácido
sulfúrico, níquel, gas mostaza). Sin embargo, ninguno de ellos ha demostrado un rol
causal categórico al ser analizado independientemente del tabaco y del alcohol.

La papilomatosis laríngea del adulto, en especial aquella debida a la cepa 16 del


virus papilom a humano (VPH), tiene un potencial de malignización y se plantea
como factor causal de algunos casos de cáncer de laringe, en particular del
carcinoma verrucoso de laringe. Sin embargo, la evidencia en este sentido aún es
contradictoria, dependiendo de si se trata de estudios con técnica de reacción en
cadena de la polimerasa (PCR), técnica de Southern blot o estudios serológicos de
infección viral.

El reflujo gastroesofágico y, más específicamente aún, el reflujo faringolaríngeo


(RFL), aparece como un probable cofactor en el desarrollo de carcinoma laríngeo;
en estudios de monitoreo de pH, se ha demostrado RFL en un 56 -85% de
pacientes con cáncer laríngeo, incluyendo estadios precoces e incluso lesiones pre
malignas de laringe.

Histopatología y fisiopatología
El carcinoma epidermoide da cuenta de más del 90% de los tumores malignos de
laringe, y se origina en áreas de epitelio escamoso de la mucosa o bien en áreas de
metaplasia escamosa dentro de zonas de epitelio respiratorio. Según su grado de
diferenciación se clasifica en bien,
moderado o pobremente diferenciado, siendo el
primero el más frecuente. Macroscópicamente, el tumor puede ser vegetante,
infiltrante, ulcerado o mixto. Otras variantes histológicas de tumores malignos de
laringe incluyen:
carcinoma verrucoso, linfoma, carcinoma fusocelular, carcinoma neuroendocrino,
carcinomas de glándulas salivales menores, melanoma y sarcomas.

Aunque excepcionales, se han descrito lesiones metastásicas en laringe, así como


extensión directa de carcinomas tiroideos.

El cáncer de laringe se subdivide en dos grandes grupos según su sitio de origen:


glótico y supraglótico. Un 10 -15% de los tumores glóticos se desarrollan en el
contexto de una laringitis crónica, a partir de lesiones blanquecinas (leucoplaquias)
o rojas (eritroplaquias) en el borde libre de la cuerda vocal.

La histopatología de estas lesiones muestra en un 30-40% de los casos una


neoplasia intra-epitelial (NIE), antiguamente llamada displasia. Algunas de estas NIE
se abren paso a través de la membrana basal, gracias a las proteasas producidas
por las células tumorales, transformándose en un carcinoma microinvasor. El riesgo
de progresar a un carcinoma invasor aumenta a mayor grado (extensión
intraepitelial) de la NIE. En ese momento, el tumor avanza sin mayores obstáculos a
través del espacio de Reinke (submucoso), y crece a lo largo del margen cordal
hacia la comisura anterior. La glotis es bastante resistente a la diseminación tumoral
gracias a una serie de barreras anatómicas, por lo cual la enfermedad se mantiene
confinada a la laringe por un período relativamente largo.
En etapas más avanzadas, el carcinoma puede transponer la línea media al
sobrepasar el tendón de la comisura anterior, y eventualmente invade en
profundidad al músculo tiroaritenoídeo, resultando en fijación cordal. El carcinoma
glótico precoz rara vez da metástasis regionales a los ganglios linfáticos del cuello,
dada la ausencia de vasos linfáticos en las cuerdas vocales. Sin embargo, en casos
en que se ha producido una fijación cordal o la extensión a subglotis a través del
cono elástico, es frecuente la diseminación a ganglios cervicales y paratraqueales.

El tumor puede extenderse a través de la membrana cricotiroídea hacia los tejidos


blandos del cuello, o a través del ventrículo laríngeo hacia el espacio paraglótico,
desde donde puede avanzar con facilidad hacia la supraglotis.

El carcinoma supraglótico da cuenta del 40-50% de los tumores malignos de laringe


en los países latinoamericanos, pero esta proporción se eleva hasta un 60% en
algunos países europeos como Francia, España, Portugal e Italia. Las estructuras
supraglóticas presentan abundantes linfáticos submucosos. A través de la epiglotis
hay túneles o canales que contienen linfáticos, venas y arterias. Estas aperturas
permiten la extensión directa o embólica del tumor anteriormente hacia el espacio
pre-epiglótico.

Estos tumores también se puede extender hacia inferior en forma mucosa


superficial, o bien através del espacio paraglótico; sin embargo, más frecuente es su
extensión a sitios adyacentes extra-laríngeos como la base de lengua, vallécula,
seno piriforme y región postcricoídea. El carcinoma supraglótico da metástasis
ganglionares cervicales precoces, las que pueden ser ipsilaterales y contralaterales.
Tanto en el carcinoma glótico como en el supraglótico, la diseminación a distancia
es infrecuente al momento del diagnóstico y se observa en casos de enfermedad
avanzada, recidiva o tras un tiempo variable de seguimiento. Los sitios más
frecuentes de metástasis son pulmones,huesos e hígado.

Diagnóstico
Presentación clínica

La disfonía persistente es la forma de presentación más habitual del carcinoma


glótico.
Pequeñas lesiones cordales pueden resultar en una disfonía significativa, y los
pacientes con disfonía suelen presentarse en etapas precoces de la enfermedad. En
consecuencia, todo paciente con disfonía persistente, de más de dos semanas de
La evolución, debe ser sometida a un examen laríngeo, especialmente si tiene
factores de riesgo para desarrollar un carcinoma de laringe. En casos de tumores de
gran tamaño,el cáncer glótico puede causar hemoptisis y disnea.

El carcinoma supraglótico, en cambio, puede permanecer silente por un largo


tiempo, y muchos de ellos pueden debutar con una metástasis ganglionar cervical.
Según su ubicación y tamaño, los carcinomas supraglóticos pueden producir
trastornos vocales,odinofagia y otalgia refleja, carraspeo, disfagia, tos y hemoptisis.
Los grandes tumores supraglóticos suelen producir una voz cavernosa, mientras
que la disfonía "glótica" se produce cuando la extensión tumoral produce una
fijación cordal.

Se debe realizar un completo examen de cabeza y cuello en todos los pacientes en


quienes se sospeche un carcinoma laríngeo. Esta evaluación debiera incluir un
examen exhaustivo de la piel facial, cuero cabelludo, pabellones auriculares,
nariz, cavidad oral
y cuello.

El examen laríngeo se puede efectuar en la mayoría de los pacientes con un espejo


laríngeo (laringoscopia indirecta), el cual proporciona una excelente visión de la
laringe e hipofaringe. Un endoscopio flexible puede utilizarse también para examinar
la laringe, y permite conectarse a una cámara para documentación con fotografía o
video.

El examen estroboscópico permite evaluar el patrón de movilidad cordal, y permite


delimitar lesiones glóticas pequeñas. La palpación cervical es esencial, buscando
adenopatías y evaluando la movilidad del complejo laringotraqueal y la eventual
extensión tumoral fuera de la laringe.

Imagenología

La tomografía computarizada (TC) cervical es útil para evaluar la extensión tumoral


(especialmente la invasión de cartílago), la afección de estructuras anatómicas
críticas y la presencia de metástasis ganglionares.

La resonancia nuclear magnética (RNM) presenta una mejor resolución al evaluar la


infiltración de partes blandas, así como para diferenciar tumor de edema. Sin
embargo, en pacientes con tumores glóticos precoces (Tis, T y algunos T), los
estudios de imagen no son estrictamente necesarios dado que la invasión local y las
las metástasis ganglionares son poco frecuentes.

Se debe obtener una radiografía de tórax para descartar metástasis pulmonar y un


segundo tumor primario.

Confirmación diagnóstica

Se requiere obtener una biopsia tisular para confirmar el diagnóstico antes de


plantear cualquier tratamiento. Si bien en algunos casos se pueden tomar biopsias
laríngeas en pacientes vigiles utilizando un fibroscopio con canal de trabajo, la
mayoría de las biopsias laríngeas se obtienen durante una laringoscopia directa
realizada en pabellón, con anestesia general. La laringoscopia directa permite
además una acuciosa evaluación de la laringe y del tracto aerodigestivo superior
para realizar un adecuado estadiaje, así como para descartar eventuales lesiones
sincrónicas.

Estadiaje

El estadiaje del cáncer de laringe se basa en parámetros específicos del tumor, que
varían según se trate de un carcinoma supraglótico o glótico. Para fines de
estadiaje, la laringe supraglótica se divide en 5 subsitios: epiglotis suprahioídea,
epiglotis infrahioídea, pliegues ariepiglóticos, aritenoides y bandas ventriculares
("cuerdas vocales falsas"). El método de estadiaje más utilizado corresponde al
sistema TNM elaborado por el American Joint Committee on Cancer (AJCC).

Tratamiento

Planificación terapéutica

El objetivo del tratamiento del cáncer de laringe es la curación de la enfermedad.


Objetivos secundarios incluyen la preservación o reconstrucción de los mecanismos
fonatorios, así como de la habilidad de deglutir sin aspirar. Tanto la cirugía, la
radioterapia y el tratamiento multimodal pueden manejar esta patología.

La quimioterapia se usa como un agente de inducción en algunos protocolos de


tratamiento. Para determinar la mejor modalidad terapéutica para un paciente en
particular, deben considerarse múltiples factores, como son el estadio y característic
as del tumor, factores relacionados con el paciente así como la experiencia y
equipamiento del centro que proporcionará el tratamiento.

Cuando se planifica el tratamiento, se debe evaluar las características del tumor y


determinar el estadio tumoral. En términos generales, los tumores pobremente
diferenciados tienden a producir metástasis más precozmente que los tumores bien
diferenciados, y los tumores exofíticos responden mejor a la radioterapia que los
tumores endofíticos. Los tumores supraglóticos presentan enfermedad ganglionar
cervical en forma precoz, y muchas veces bilateral.

Los factores relacionados con el paciente, como ocupación, condición mental y


salud general deben usarse para guiar las decisiones terapéuticas. La condición
médica general, y en especial la función pulmonar, son de gran importancia en la
toma de decisiones respecto del tratamiento.

Un comité de oncología de cabeza y cuello, compuesto por miembros con


experiencia en cirugía oncológica de laringe, radioterapia y oncología médica,
debería evaluar a cada paciente. Estas reuniones multidisciplinarias de planificación
son también de gran utilidad en el manejo de cualquier cáncer de cabeza y cuello.

Una evaluación por odontólogos permitirá preparar la dentadura del paciente para la
radioterapia y prevenir complicaciones como la osteorradionecrosis. El apoyo de
fonoaudiología para la reeducación fonatoria y en la deglución, así como de
servicios de rehabilitación (psicosocial, emocional, laboral y vocacional) también son
importantes para el enfrentamiento global de esta enfermedad.

Terapia médica

La radioterapia es el principal tratamiento no quirúrgico para tumores laríngeos


precoces (T1 y T2). Aun cuando las técnicas y dosis de radioterapia pueden variar,
un curso convencional de radioterapia para cáncer de laringe consiste
habitualmente en una dosis total de 50-70 Gy administrados en una fracción única
diaria durante 6 semanas.

Las ventajas de la radioterapia incluyen el evitar la cirugía


con su consecuente hospitalización, así como un superior resultado vocal. Se
preserva una voz útil en el 80-95% de los pacientes que son tratados con
radioterapia por un carcinoma gótico T1; de estos pacientes, el 80-90% refieren
tener una calidad vocal buena a excelente. Entre las desventajas de la radioterapia
destacan lo prolongado del tratamiento, los efectos adversos y potenciales
complicaciones asociadas, así como la dificultad en diagnosticar una recidiva o un
segundo tumor en una laringe irradiada.

En pacientes jóvenes se desaconseja la radioterapia como tratamiento de tumores


glóticos precoces, por el riesgo de desarrollar un segundo tumor primario
radioinducido. Las fallas de la radioterapia pueden ser rescatadas exitosamente con
cirugía; sin embargo, el índice de complicaciones es 10 veces mayor que en
procedimientos quirúrgicos primarios.

Algunos pacientes que inicialmente eran candidatos a cirugía conservadora de


laringe pueden dejar de serlo tras un fracaso en la radioterapia, pudiendo requerir
una laringectomía total.

La radioterapia también se emplea de forma postoperatoria en los tratamientos


combinados. En estos casos, está indicada tras la resección quirúrgica de lesiones
localmente avanzadas (T4) o cuando existen parámetros histopatológico
s desfavorables:

bordes quirúrgicos positivos, adenopatías metastásicas, invasión extracapsular


ganglionar. La eficacia de la radioterapia postoperatoria disminuye a medida que
pasa el tiempo desde la resección quirúrgica del tumor, y no es recomendable que
transcurran más de 6 semanas desde la cirugía hasta el inicio de la radioterapia.
En las últimas dos décadas se han logrado importantes avances en el tratamiento
médico de los tumores de cabeza y cuello. La técnica del hiperfraccionamiento ha
permitido aumentar la dosis total de radioterapia que recibe el tumor, mejorando el
control local de la enfermedad sin aumentar la incidencia de efectos adversos
tardíos.
Los esquemas de quimioterapia para el tratamiento del cáncer de laringe fueron
introducidos durante los años `80, identificándose una correlación entre
quimiosensibilidad y radiosensibilidad. La quimioterapia de inducción se transformó
en un método para reconocer a aquellos pacientes que probablemente tendrían una
buena respuesta a la radioterapia.

En el año 1991, el Veterans Affairs Laryngeal Cancer Study Group


publicó los resultados de un estudio en el cual los pacientes con carcinoma de
laringe avanzado fueron asignados aleatoriamente para ser tratados con cirugía
estándar y radioterapia postopera
con quimioterapia de inducción.

Los pacientes en el brazo de la quimioterapia que mostraban menos que una


respuesta parcial o presentaban progresión de la enfermedad tras 2 ciclos de
quimioterapia eran sometidos a cirugía, y aquellos que mostraban una respuesta
parcial o completa eran sometidos a un ciclo adicional de quimioterapia seguido de
radioterapia. El seguimiento a largo plazo no mostró diferencias en la supervivencia
entre ambos brazos del estudio, y el 64% de los supervivientes tratados
con quimioterapia conservaron una laringe funcional. En un intento de preservar la
laringe, los protocolos de quimio-radioterapia se consideran con frecuencia en el
manejo de tumores T3 de glotis. Sin embargo, la mayoría de los autores
coincide en que el carcinoma laríngeo avanzado con opción curativa no debiera ser
manejado con esquemas de quimio radioterapia a menos que sea en el contexto de
ensayos clínicos de investigación.
Tratamiento quirúrgico

Hasta fines del siglo XIX, el cáncer de laringe era consi


derado una enfermedad fatal que
podía ser paliada mediante una traqueostomía, y que excepcionalmente podía
curarse mediante una laringofisura. En el año 1873, Billroth efectuó la primera
laringectomía total; sin embargo, su procedimiento no fue ampliamente
aceptado durante los siguientes 20 años. Las primeras experiencias en relación a la
laringectomía se asociaban con una mortalidad de hasta 95%. Hacia el 1900, la
mejor selección de pacientes y modificaciones de la técnica redujeron la mortalidad
hasta un 8,5%.

En forma paralela, la supervivencia a largo plazo de esta enfermedad se elevó de


4% a 44%. Durante el siglo XX, la laringectomía total fue aceptada como el
tratamiento estándar del cáncer de laringe. Más tarde, una tendencia hacia la
preservación de la voz permitió el desarrollo de la cirugía conservadora de laringe.
Las lesiones premalignas, así como los carcinomas laríngeos estadio I y estadio II,
pueden ser manejados adecuadamente en forma endoscópica, durante una
laringoscopia directa y utilizando
un microscopio quirúrgico .

Las lesiones se resecan mediante instrumental de microcirugía laríngea, o bien


utilizando láser de CO2.
Estos procedimientos pueden realizarse de forma ambulatoria, con un costo
significativamente inferior que un tratamiento radioterápico. Otro argumento a favor
del tratamiento endoscópico en estos tumores es que se reservará la radioterapia
para eventuales recidivas o segundos tumores primarios, los que son frecuentes en
estos pacientes.
Las cordectomías láser superficiales (tipos I y II), al respetar el músculo vocal,
conservan un cierre glótico completo y una voz prácticamente normal; en este
sentido, se han perfeccionado técnicas de resección endoscópica con márgenes
ultra estrechos, así como la fonocirugía reparadora en el mismo acto quirúrgico, ya
sea mediante laringoplastia de medialización o inyección cordal (12).

En algunos centros especializados, los carcinomas supraglóticos T3


son resecados también por vía endoscópica con láser, aunque esta conducta es
más controvertida. En los tumores supraglóticos, en cambio, la gran limitación de la
resección endoscópica es la necesidad de realizar vaciamientos cervicales
(profilácticos o terapéuticos) en un segundo tiempo quirúrgico. Cuando no hay
disponibilidad de cirugía endoscópica con láser de CO2, se puede plantear en
tumores glóticos TI, sin compromiso de comisura anterior, una cordectomía clásica
por abordaje externo mediante una laringofisura (apertura del
cartílago tiroides), con índices de recurrencia de 0-3%.

La laringectomía parcial vertical, o hemilaringectomía, está indicada en tumores


originados en la cuerda vocal con limitado compromiso de la comisura anterior. En
este tipo de resección, la mayoría del cartílago tiroides ipsilateral, la cuerda vocal
verdadera y porciones de la mucosa subglótica y de la cuerda vocal falsa son
resecados.

El cierre del defecto con la musculatura prelaríngea puede recrear una


seudo-cuerda. Todos los pacientes requieren una traqueotomía, que suele
mantenerse por al menos 3 a 7 días postoperatorios. Cuando hay infiltración de la
comisura anterior, se puede plantear una
laringectomía parcial frontolateral; este procedimiento extiende la resección,
incluyendo el tercio anterior de la cuerda vocal contralateral, la comisura anterior y la
quilla del cartílago tiroides. Las contraindicaciones para ambos tipos de
laringectomías parciales verticales incluyen afectación tumoral del área
interaritenoídea, extensión subglótica mayor a 10 mm. y una mala condición médica
general, en particular patología pulmonar de consideración.
La laringectomía horizontal supraglótica, descrita por Alonso (1947), está indicada
en carcinomas supraglóticos T1, T2 y T3 seleccionados. Esta técnica implica la
resección del hueso hioides, la epiglotis, la mitad superior del cartílago tiroides, los
pliegues ariepiglóticos y las cuerdas vocales falsas hasta los aritenoides.
Ocasionalmente, uno o ambos aritenoides son resecados. La función vocal se
conserva en más del 90% de los casos, y aproximadamente el 85% de los pacientes
logran ser de cánulados.

Las contraindicaciones para la laringectomía horizontal supraglótica incluyen


tumores que infiltran el espacio interaritenoídeo, la mucosa postcricoídea, las
cuerdas vocales verdaderas, la comisura anterior y el cartílago tiroides. La fijación
cordal también es una contraindicación para esta cirugía. Dado que la aspiración es
una problemática a considerar en los pacientes sometidos a una laringectomía
horizontal, los pacientes con una mala reserva pulmonar serán mejor manejados
con una laringectomía total.

Otras alternativas de laringectomías parciales son la laringectomía casi total y la


laringectomía supracricoídea. La primera, descrita por Pearson en 1980, es una
laringectomía en la cual se conserva únicamente una "unidad cricoaritenoídea" que
funciona como una válvula fonatoria entre la tráquea y la hipofaringe. Esta técnica,
indicada en carcinomas glóticos y supraglóticos avanzados (T3y T4), requiere dejar
un traqueostoma a permanencia. La laringectomía supracricoídea es un
procedimiento versátil diseñado por Laccourreye (1990), en la cual se reseca toda la
laringe por sobre el cartílago cricoides, dejando uno o ambos aritenoides in situ.

La mayoría de los pacientes se logran canular, y se preserva una voz de calidad


aceptable; es una buena alternativa en algunos tumores glóticos y supraglóticos T2
y T3, e incluso en casos seleccionados de tumores T4 con invasión limitada del
cartílago tiroides.

La laringectomía total sigue siendo el tratamiento estándar para el cáncer laríngeo


avanzado. El tratamiento adecuado de tumores que han invadido más allá de los
confines de la laringe requieren de una resección en bloc de la enfermedad con un
margen de tejido extralaríngeo sano.

En este procedimiento, se reseca toda la laringe, el hueso hioides y, en un grado va


riable, los músculos prelaríngeos. Si la glándula tiroides está infiltrada por el tumor,
también es removida junto con la pieza quirúrgica principal. La rehabilitación vocal
tras la laringectomía total es fundamental para lograr la reinserción social del
individuo. La punción traqueoesofágica consigue aceptables resultados funcionales,
aunque el manejo de la prótesis puede ser problemático en ocasiones. La
erigmofonación es una buena alternativa, económica y que en muchos sujetos logra
excelentes niveles de inteligibilidad.

El empleo de una laringe electrónica es probablemente la peor alternativa, tomando


en consideración su costo, la artificialidad de la voz producida y la dependencia a
una prótesis. Como en todo cáncer de cabeza y cuello, el tratamiento electivo de
los ganglios linfáticos cervicales se recomienda cuando hay un riesgo superior a
15-20% de enfermedad ganglionar oculta. Para el carcinoma glótico en estadios I y
II, el riesgo de metástasis linfáticas cervicales es bajo (1-8%), por lo cual el
tratamiento electivo del cuello se desaconseja en estos pacientes.

En los casos de enfermedad glótica avanzada (T3-T4), se ha descrito una incidencia


de patología ganglionar que oscila entre el 3% y el 30%(13). Considerando
semejante disparidad en el riesgo de presentar enfermedad ganglionar oculta, existe
cierta controversia sobre el manejo cervical en estos casos; no obstante, la mayoría
de los autores recomienda el tratamiento electivo del cuello en carcinomas glóticos
avanzados. En los carcinomas supraglóticos se describe una incidencia de
metástasis cervicales de hasta un 50%, las cuales pueden ser contralaterales, por lo
que en estos tumores el cuello debe ser siempre manejado en forma bilateral,
independiente del estadio. La racionalidad de la disección cervical bilateral en
carcinomas supraglóticos se basa en el desarrollo de la epiglotis en la línea media,
con su consecuente drenaje linfático bilateral.

Los grupos ganglionares en riesgo de presentar metástasis de cáncer laríngeo son


los yugulares alto, medio y bajo (niveles II, III y IV), siendo excepcional la afectación
de los ganglios submaxilares/submentonianos (nivel I) y de los ganglios del triángulo
cervical posterior(nivel V).

El tratamiento electivo del cuello en cáncer laríngeo consiste generalmente en la


resección selectiva de los ganglios de los niveles II, III y IV; sin embargo, la radi
oterapia también es una alternativa de tratamiento. La mayoría de los cuellos con
enfermedad metastásica clínica pueden ser manejados con un vaciamiento cervi
cal selectivo o radical modificado, dependiendo de la extensión de la enfermedad.
Debe realizarse un vaciamiento cervical bilateral en los carcinomas supraglóticos,
así como en los
carcinomas glóticos que infiltran o se aproximan a la línea media.

Evolución

Seguimiento

Después de la cirugía o de la radioterapia, los pacientes son seguidos


estrechamente para evaluar su proceso de cicatrización y el eventual desarrollo de
complicaciones.
Tanto el paciente como la familia suelen requerir un gran apoyo de parte
del equipo tratante, en la medida en que se van adaptando a los cambios físicos y
funcionales implícitos en el tratamiento de su enfermedad. Tras completar la
cicatrización, los pacientes son sometidos a un completo examen físico cervicofacial
cada 3 meses. Si la laringe se ha respetado, ésta debe ser evaluada con atención.
La detección de recurrencias o de un nuevo tumor primario puede ser
extremadamente difícil en algunos pacientes, especialmente en aquellos que han
sido irradiados. Se debe realizar una laringoscopia directa con toma de biopsias si
aparece cualquier lesión sospechosa al examen clínico.

Se recomiendan controles cada 4 meses tras dos años de seguimiento, cada 6


meses tras cuatro años de seguimiento, y anuales tras cinco años de seguimiento.
Es importante solicitar una radiografía de tórax y pruebas de función hepática una
vez al año, para detectar tumores metacrónicos o enfermedad metastásica a
distancia.

Complicaciones

Durante el curso de la radioterapia, los pacientes pueden experimentar una serie de


efectos adversos agudos, incluyendo mucositis, pérdida del gusto, xerostomía,
disfagia,
quemaduras cutáneas y descamación. Hasta un 10% de los pacientes sometidos a
radioterapia requieren de gastrostomía de alimentación. Complicaciones tardías
relacionadas con la radioterapia incluyen xerostomía permanente, cicatrización
retardada, fibrosis de tejidos blandos, caries dentales, condritis y osteorradionecros
is de la mandíbula.
Disfagia permanente, aspiración y edema laríngeo son graves
complicaciones que ocurren más frecuentemente en pacientes con enfermedad
avanzada. Complicaciones similares, y aún con mayor frecuencia, se observan en
pacientes sometidos a radioterapia adyuvante tras un tratamiento quirúrgico.

Los procedimientos endoscópicos son menos invasivos y tienen menos


complicaciones que la cirugía laríngea más extensa. Rara vez es necesario realizar
una traqueostomía en pacientes sometidos a resecciones endoscópicas. Puede
haber aspiración en el postoperatorio, aunque es inhabitual y depende de la
extensión de la resección y de la ubicación del tumor.

A la mayoría de los pacientes sometidos a una laringectomía parcial se les realiza


una traqueostomía en el mismo acto, pero generalmente se logran de canular dentro
del primer mes. Las complicaciones habitualmente son dependientes de la magnitud
de resección. Las complicaciones agudas incluyen infección de herida operatoria,
formación de fístula e incompetencia glótica con aspiración.

La formación de tejido de granulación puede determinar un deficiente resultado


vocal. La resección endoscópica láser es efectiva para el manejo del tejido de
granulación, y el control del reflujo ácido puede prevenir las recurrencias. La
estenosis laríngea es muy difícil de tratar y puede requerir de traqueostomía
permanente.

Las complicaciones precoces de una laringectomía total incluyen hematoma,


infección, dehiscencia de herida operatoria y fístula faringocutánea. El desarrollo de
un hematoma puede causar una separación de la línea de sutura faríngea y puede
ser necesario una revisión y drenaje en pabellón. La infección y dehiscencia de la
herida operatoria se trata con antibióticos y curaciones locales.
La fístula faringocutánea es una complicación relativamente frecuente de la
laringectomía total, que en algunas series alcanza una incidencia de hasta un 40%.
Se consideran factores predisponentes para el desarrollo de una fístula
faringocutánea: un pobre estado nutricional preoperatorio, irradiación
previa,márgenes quirúrgicos positivos, enfermedad médica concomitante y
transfusiones sanguíneas intraoperatorias.

El manejo de la fístula faringo cutánea consiste en restricción de la ingesta oral,


cobertura antibiótica y curaciones de la herida, incluyendo vendaje. En casos
persistentes, se puede considerar el cierre quirúrgico directo o mediante la rotación
de colgajos miocutáneos regionales.

Las complicaciones tardías más frecuentes tras la laringectomía total son la


estenosis del estoma, la estenosis faringoesofágica y el hipotiroidismo. La
mantención de la cánula de traqueostomía o el uso de cánulas tipo "botón" en el
estoma pueden prevenir su estenosis; estas medidas deben tenerse especialmente
en cuenta en aquellos pacientes que serán sometidos a radioterapia postoperatoria.

La reaparición tardía de disfagia en el postoperatorio de una laringectomía total


puede ser manifestación del desarrollo de una estenosis de la neo-faringe, o bien de
una recurrencia tumoral; estos pacientes deben ser estudiados con endoscopia y
deben tomarse biopsias para descartar una recidiva.

Las estenosis benignas se pueden manejar mediante dilatación.


El hipotiroidismo ocurre hasta en un 50% de los pacientes sometidos a una
laringectomía total, y en un 65% de los pacientes que han recibido terapia
combinada, cirugía y radioterapia postoperatoria.

Potenciales complicaciones de los vaciamientos cervicales incluyen hematoma,


infección y dehiscencia de la herida postoperatoria y fístula de quilo. Esta última
ocurre en los vaciamientos del hemicuello izquierdo, cuando el ducto torácico es
dañado.
En la mayoría de los casos, la fístula se detecta intraoperatoriamente; no obstante,
se sospecha el desarrollo de una fístula en el postoperatorio cuando el flujo de los
drenajes aumenta tras reiniciar la dieta.

El manejo conservador consiste en el drenaje de la herida, vendajes compresivos y


dieta baja en grasas. Ocasionalmente se requiere de una exploración quirúrgica. La
ruptura de la arteria carótida es la complicación más grave asociada a los
vaciamientos cervicales, y su resultado puede ser fatal.

Resultados y pronóstico

La supervivencia global del carcinoma laríngeo es del 70-80%, variando en relación


a una serie de factores pronósticos. En forma general, la sobrevida es mayor en los
tumores glóticos que en los supraglóticos, dado que en estos últimos el diagnóstico
suele ser más tardío y las metástasis ganglionares son más frecuentes.

El estadiaje según el sistema TNM es la variable que se correlaciona con mayor


fuerza con la supervivencia. Otros factores pronósticos incluyen el grado de
diferenciación histológica, la invasión tumoral en profundidad, la infiltración de
tejidos blandos cervicales, la ruptura capsular de las adenopatías, el grado de
angiogénesis tumoral(14), la ploidía del ADN tumoral y el desarrollo de un segundo
tumor primario. Ciertos desbalances genéticos también se correlacionan con un
peor pronóstico.

La sobrevida global a 5 años para el carcinoma glótico precoz


(T1yT2),independientemente de la modalidad de tratamiento escogida, es de
85-100%. Las metástasis ganglionares en la enfermedad precoz reducen las tasas
de sobrevida a 60%. Los tumores T3-N0 tienen una sobrevida a 5 años de 65%, que
cae a 50% cuando hay enfermedad metastásica ganglionar. Los tumores glóticos
invasivos (T4) se asocian a una tasa de sobrevida a 5 años de 40% en ausencia de
enfermedad ganglionar, pero ésta fluctúa entre 10 y 30% en cuellos N(+).

Tendencias y Proyecciones

La laringectomía total sigue siendo el tratamiento estándar del carcinoma glótico


avanzado. Muchos avances se han hecho en la preservación de la laringe en la
enfermedad precoz y en cánceres moderadamente avanzados. Las direcciones
futuras en el tratamiento del cáncer glótico precoz implicarán una mayor definición
del rol de la resección endoscópica y de tratamientos radioterápicos innovadores,
con el máximo énfasis en la preservación de la voz.

La enfermedad avanzada parece que será manejada aún, al menos en el futuro


inmediato, mediante la laringectomía total, aunque la terapia multimodal y los
protocolos de quimio-radioterapia están siendo perfeccionados y podrían mejorar la
sobrevida y potencialmente preservar la laringe en casos seleccionados.

Una serie de estudios recientes han usado cuestionarios de calidad de vida para
evaluar el impacto del tratamiento del cáncer laríngeo. Se ha visto que los trastornos
de la comunicación y de la deglución deterioran significativamente la calidad de
vida.

Los dos principales factores que determinan la calidad de vida son el control del
cáncer y la sobrevida; por ende, para comparar el impacto en la calidad de vida de
dos opciones terapéuticas, sus sobrevidas deben ser equivalentes. Dado que hay
múltiples opciones para el tratamiento del cáncer de laringe, muchas de ellas con
una efectividad similar, las investigaciones sobre calidad de vida podrán ayudar en
definir la terapia ideal para cada estadio de esta enfermedad.
Una nueva frontera de investigación en la oncología es la terapia génica, que
involucra la introducción de genes en el organismo con el fin de tratar la
enfermedad. Tanto las enfermedades genéticas como las adquiridas podrían,
teóricamente, ser tratadas con terapia génica. La terapia génica en el tratamiento
del cáncer implica la introducción de genes en las células neoplásicas que puedan,
o bien corregir sus desbalances genéticos, o bien llevarlas a la apoptosis. Estas
alternativas terapéuticas están aún en etapas experimentales, pero prometen
ocupar un rol importante en el tratamiento del cáncer de cabeza y cuello en el futuro.

Cáncer de vías respiratorias.

La tráquea, la garganta (faringe), y la laringe pueden desarrollar tumores que, o bien


crecen hacia el interior de tales estructuras, o bien ejercen presión sobre ellas,
bloqueando así la respiración. Los tumores de otras partes del cuerpo también
pueden extenderse a estas áreas (metástasis).

Es poco frecuente que se desarrollen tumores en la tráquea; suelen ser cancerosos


(malignos) y descubrirse en un estadio localmente avanzado (habiéndose extendido
a los tejidos circundantes o a los ganglios linfáticos).

Los tipos más frecuentes de tumores malignos de la tráquea incluyen el carcinoma


de células escamosas, el carcinoma adenoquístico (carcinoma quístico adenoide),
los tumores carcinoides y los carcinomas mucoepidermoides.

El tumor no canceroso (benigno) más frecuente en las vías respiratorias es un


papiloma escamoso, aunque también pueden aparecer otros trastornos benignos.

Síntomas

Los síntomas de los tumores de las vías aéreas incluyen

● Dificultad respiratoria (disnea)


● Tos
● Tos con sangre (hemoptisis)
● Sibilancias u otros ruidos respiratorios anómalos

También pueden aparecer dificultad para tragar y afonía.

Diagnóstico

● Broncoscopia

Los médicos pueden sospechar la presencia de un tumor de las vías respiratorias si


los síntomas se desarrollan gradualmente y si los tratamientos convencionales no
son efectivos; por ejemplo, si los medicamentos utilizados para tratar el asma no
alivian las sibilancias. Si se sospecha la presencia de un tumor de las vías
respiratorias, se realiza una broncoscopia. La broncoscopia puede aliviar la
obstrucción de las vías respiratorias al tiempo que permite la obtención de muestras
para el diagnóstico.

Si se detecta cáncer, se realizan pruebas más extensas para la estadificación.

Pronóstico

El pronóstico depende del tipo de cáncer. Los cánceres que se propagan a los
ganglios linfáticos en el cuello o el pecho o hacia zonas circundantes tienden a tener
un peor pronóstico.

Tratamiento

● Cirugía
● Radioterapia
● Técnicas de reducción de la obstrucción
Algunos tipos de tumores de las vías aéreas deben extirparse quirúrgicamente si es
posible. En otros casos, se recomienda la radioterapia, con o sin quimioterapia, o
terapias dirigidas.

Si la cirugía no es posible, pueden utilizarse ciertos procedimientos menos invasivos


para eliminar parte del tumor. La vaporización con láser, la terapia fotodinámica, la
crioterapia y la braquiterapia endobronquial son opciones para eliminar un tumor
que esté bloqueando una vía aérea. Si un tumor ejerce presión sobre la tráquea, los
médicos pueden insertar una prótesis para mantener la tráquea abierta o usar
radioterapia para reducir el tumor.

Concepto. Factores de riesgo. Etiopatogenia. Medidas de prevención. Cuadro


clínico. Criterios de interconsulta. Diagnóstico positivo y diferencial. Criterios
de ingreso hospitalario. Criterios de tratamiento quirúrgico. Evolución y
pronóstico. Tratamiento integral. Complicaciones más frecuentes de la
enfermedad. Medidas de rehabilitación.
Seguimiento ambulatorio del paciente con carcinoma laríngeo.

Conducta en el estadio terminal. Manejo y seguimiento de los pacientes en el


consultorio popular.
Cáncer de pulmón.

El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer tanto en hombres


como en mujeres. Alrededor del 85% de los casos están relacionados con el
tabaquismo.

● La tos persistente o un cambio en las características de una tos crónica


son síntomas comunes.
● Las radiografías de tórax pueden detectar la mayoría de los cánceres de
pulmón, pero se requieren otras pruebas de diagnóstico por la imagen y
biopsias para confirmar el diagnóstico.
● Para tratar el cáncer de pulmón pueden utilizarse cirugía,
inmunoterapia, quimioterapia, agentes dirigidos a dianas específicas y
radioterapia.

El cáncer de pulmón primario es un cáncer que se origina a partir de células


pulmonares. El cáncer pulmonar primario puede iniciarse en las vías respiratorias
que se ramifican a partir de la tráquea para ventilar los pulmones (bronquios) o en
los pequeños sacos aéreos del pulmón (alvéolos).

El cáncer de pulmón metastásico es un cáncer que se ha extendido al pulmón


desde otras partes del cuerpo (con mayor frecuencia desde las mamas, el colon, la
próstata, los riñones, la glándula tiroidea, el estómago, el cuello del útero, el recto,
los testículos, los huesos o la piel).

Hay 2 categorías principales de cáncer de pulmón primario:

● Cáncer de pulmón no microcítico: alrededor de un 85 de los cánceres de


pulmón se encuentran en esta categoría. Este cáncer crece más
lentamente que el cáncer pulmonar microcítico (o de células pequeñas).
Sin embargo, aproximadamente el 40% de las personas diagnosticadas
presentan un cáncer que ya se ha diseminado a otras partes del
organismo, fuera del tórax. Los tipos más frecuentes de cáncer
pulmonar no microcítico son el carcinoma de células escamosas
(carcinoma epidermoide), el adenocarcinoma y el carcinoma macrocítico
(o de células grandes).
● Cáncer pulmonar microcítico: este cáncer, a veces también denominado
carcinoma de células en avena, representa un 15% de todos los
cánceres pulmonares.

Es muy agresivo y se extiende rápidamente. La mayoría de las personas, en


el momento en que son diagnosticadas, presentan ya un cáncer que se ha
extendido a otras partes del organismo.

Los cánceres de pulmón poco comunes incluyen:

● Tumores carcinoides bronquiales, que pueden ser cancerosos o no


cancerosos
● Carcinomas de las glándulas bronquiales
● Linfomas (cánceres del sistema sanguíneo)
● Mesotelioma (debido a la exposición al amianto)

Causas

Fumar cigarrillos es la principal causa de cáncer pulmonar y representa


aproximadamente el 85% de todos los casos de cáncer de pulmón. El riesgo de
desarrollar cáncer de pulmón varía en función del número de cigarrillos fumados y
del número de años durante los que sea ha fumado. Sin embargo, algunos grandes
fumadores no desarrollan cáncer de pulmón. En las personas que dejan de fumar, el
riesgo de desarrollar cáncer de pulmón disminuye, pero los ex-fumadores continúan
presentando un riesgo más elevado de desarrollar cáncer de pulmón que las
personas que nunca han fumado.

Entre un 15% y un 20% de las personas que desarrollan cáncer de pulmón nunca
han fumado o han fumado muy poco. En estas personas, se desconoce la razón por
la que desarrollan cáncer de pulmón, pero podría ser debido a ciertas mutaciones
genéticas.

Otros posibles factores de riesgo son la contaminación atmosférica, fumar


marihuana, la exposición al humo de cigarro, la exposición pasiva al humo de
cigarrillos y la exposición a carcinógenos, como asbesto, radiación, radón, arsénico,
cromatos, níquel, éteres clorometílicos, hidrocarburos policíclicos aromáticos, gas
mostaza, emisiones de estufas de carbón: la exposición a dichas fuentes puede
darse en el puesto de trabajo. Otro factor de riesgo es la utilización exclusiva de
chimeneas para cocinar o como método de calefacción. El riesgo de contraer cáncer
de pulmón es mayor en las personas que están expuestas a estas sustancias y,
además, fuman cigarrillos.

El riesgo de cáncer de pulmón relacionado con los sistemas de suministro de


nicotina, como los cigarrillos electrónicos, aún no se ha determinado, si bien los
médicos creen que las sustancias creadas en la combustión del tabaco
probablemente sean la causa del cáncer más que la propia nicotina.

Existe controversia acerca de si la exposición al radón doméstico aumenta el riesgo


de cáncer de pulmón, y en caso afirmativo hasta qué punto lo hace. Sin embargo,
muchos informes sugieren que la exposición al radón es un factor de riesgo para el
cáncer de pulmón.

En casos contados aparecen cánceres de pulmón, especialmente adenocarcinoma


y carcinoma bronquioloalveolar (un tipo de adenocarcinoma también conocido como
adenocarcinoma in situ), en personas cuyos pulmones presentan cicatrices
causadas por otros trastornos pulmonares, como la tuberculosis. Además, los
fumadores que toman suplementos de beta-caroteno pueden tener un mayor riesgo
de desarrollar cáncer de pulmón.
Síntomas

Los síntomas del cáncer de pulmón dependen de su tipo, de su localización y de la


manera en la que se extiende hacia el interior de los pulmones, a las áreas que los
rodean o a cualquier otra parte del cuerpo. Algunas personas no presentan
síntomas en el momento del diagnóstico.

Uno de los síntomas más frecuentes es una tos persistente o, en personas que
tienen tos crónica, un cambio en las características de la tos. Algunas personas
expectoran sangre o esputo manchado con sangre (hemoptisis). En raras
ocasiones, el cáncer de pulmón crece en un vaso sanguíneo subyacente y causa
una hemorragia grave.

Otros síntomas adicionales no específicos de cáncer de pulmón son pérdida de


apetito, pérdida de peso, cansancio, dolor torácico y debilidad.

Complicaciones del cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón puede estrechar la vía respiratoria y provocar sibilancias. Si un


tumor obstruye una vía respiratoria, parte del pulmón ventilado por esa vía puede
colapsarse; dicho trastorno se denomina atelectasia. Otras consecuencias de la
obstrucción de una vía respiratoria son dificultad respiratoria (disnea) y neumonía,
que puede evolucionar con tos, fiebre y dolor torácico

Cuando el tumor crece en el interior de la pared torácica, puede causar un dolor


torácico persistente que no logra aliviarse.

En el espacio entre el pulmón y la pared torácica puede acumularse líquido que


contiene células cancerosas (lo que se conoce como derrame pleural maligno). La
acumulación de una cantidad importante de líquido produce dificultad respiratoria y
dolor torácico. Si el cáncer se extiende por los pulmones, las concentraciones de
oxígeno en la sangre disminuyen, lo que provoca dificultad respiratoria y, finalmente,
hipertrofia del lado derecho del corazón con posible insuficiencia cardíaca (un
trastorno denominado cor pulmonale).

El cáncer de pulmón puede afectar a ciertos nervios del cuello, haciendo que un
párpado quede semiabierto, la pupila se contraiga y la transpiración en un lado de la
cara quede reducida. Estos síntomas, en conjunto, se conocen como síndrome de
Horner. El cáncer en la parte alta del pulmón puede afectar a los nervios que
controlan el brazo, produciendo dolor, entumecimiento y pérdida de fuerza en el
brazo o el hombro.

Los tumores con esta localización suelen denominarse tumores de Pancoast. Si el


tumor crece en los nervios de la zona central del tórax, puede resultar dañado el
nervio de la laringe, lo que produce una voz ronca; el nervio hacia el diafragma
puede resultar dañado, lo que provoca dificultad respiratoria (disnea) y bajos niveles
de oxígeno en sangre.

El cáncer de pulmón puede crecer en el esófago o cerca de él, haciendo difícil o


dolorosa la deglución.También puede crecer hacia el corazón o la región torácica
media (mediastínica), lo que da lugar a anomalías en el ritmo cardíaco, obstrucción
del flujo sanguíneo a través del corazón o aparición de líquido en el saco que
envuelve el corazón (saco pericárdico).

El cáncer puede crecer hacia el interior de una de las grandes venas del tórax (la
vena cava superior) o comprimirla. Este trastorno se denomina síndrome de la
vena cava superior. El bloqueo de la vena cava superior provoca reflujo sanguíneo
en las otras venas de la parte superior del cuerpo. Las venas de la pared del tórax
se agrandan. La cara, el cuello y la parte superior del tórax, incluidas las mamas, se
inflaman y se enrojecen, causando dolor. La enfermedad también produce dificultad
respiratoria, dolor de cabeza, visión borrosa, mareo y somnolencia. Estos síntomas
suelen empeorar cuando la persona se inclina hacia adelante o se acuesta.
El cáncer de pulmón también puede propagarse por el torrente sanguíneo hacia
otras partes del organismo, con mayor frecuencia hacia el hígado, el cerebro, las
glándulas suprarrenales, la médula espinal o los huesos. La extensión del cáncer
pulmonar puede ocurrir en la primera fase de la enfermedad, especialmente si se
trata del cáncer pulmonar microcítico o de células pequeñas.

Algunos síntomas, como dolor de cabeza, confusión, convulsiones y dolores óseos,


pueden producirse antes de que cualquier otra anomalía pulmonar sea evidente, lo
cual complica un diagnóstico precoz.

Los síndromes paraneoplásicos son efectos causados por el cáncer que aparecen
en sitios alejados del mismo, como nervios y músculos. Estos síndromes no tienen
relación con el tamaño o la localización del cáncer pulmonar y no indican que este
se haya propagado más allá del tórax. La causa de estos síndromes está en las
sustancias segregadas por el cáncer (como hormonas, citocinas y otras proteínas
diversas). Entre los efectos paraneoplásicos comunes del cáncer de pulmón se
incluyen:

● Hipercalcemia (concentraciones elevadas de calcio en la sangre) en


personas con carcinoma de células escamosas o en personas cuyo
cáncer se ha diseminado a los huesos
● Síndrome de secreción inadecuada de la hormona antidiurética
● Acropaquia en presencia o en ausencia de osteoartropatía hipertrófica
pulmonar (inflamación de los huesos y articulaciones)
● Hipercoagulabilidad con trombosis venosa superficial migratoria
(síndrome de Trousseau), que a menudo provoca la formación de
coágulos sanguíneos en las piernas
● Síntomas similares a los de la miastenia grave (síndrome de
Eaton-Lambert)
● Síndrome de Cushing
● Otras clases de disfunción del sistema nervioso periférico
Diagnóstico

● Pruebas de diagnóstico por la imagen


● Examen microscópico de las células tumorales
● Análisis genético del tumor
● Estadificación

Los médicos valoran la posibilidad de un cáncer de pulmón cuando el individuo,


especialmente si es fumador, tiene accesos de tos persistente que empeoran, otros
síntomas pulmonares (como dificultad respiratoria o expectoración de esputo teñido
de sangre) o pérdida de peso. También puede ser preocupante el hecho de que la
persona afectada parezca haber sufrido neumonía pero su radiografía siga sin tener
un aspecto normal después de haber recibido un ciclo de antibióticos.

Pruebas de diagnóstico por la imagen

La radiografía torácica suele ser la primera prueba. La radiografía de tórax permite


detectar la mayoría de los tumores pulmonares, aunque los más pequeños pueden
pasar desapercibidos. A veces, una sombra detectada en una radiografía de tórax
hecha con otra finalidad (como, por ejemplo, un estudio preoperatorio) proporciona
el primer indicio, aunque este tipo de sombras no constituyen una prueba
inequívoca de cáncer.

A continuación se puede realizar tomografía computarizada (TC). La TC puede


mostrar patrones característicos que ayudan a realizar el diagnóstico. Pueden
además mostrar pequeños tumores que no son visibles en las radiografías y revelar
si los ganglios linfáticos del interior del tórax han aumentado de tamaño.

Nuevas técnicas, como la tomografía por emisión de positrones (PET) y la


tomografía PET-TC, que combina la tecnología PET y TC en una sola máquina, se
utilizan cada vez más para evaluar a las personas con sospecha de cáncer y a
menudo se utilizan para ayudar a detectar la enfermedad que se ha diseminado
fuera del tórax. También se puede utilizar la resonancia magnética nuclear (RMN) si
las imágenes de TC o PET-TC no aportan suficiente información a los médicos.
Examen microscópico

Por lo general, se necesita un examen microscópico de tejido pulmonar procedente


de la zona que puede ser cancerosa para confirmar el diagnóstico. A veces, una
muestra de esputo expectorado puede proporcionar suficiente material para un
examen (lo que se denomina citología de esputo). Si el cáncer ha provocado un
derrame pleural maligno, puede ser suficiente con extraer y analizar el líquido
pleural. Por lo general, los médicos necesitan obtener una muestra de tejido
(biopsia) directamente del tumor. Una manera frecuente de obtenerla es mediante
broncoscopia. La vía aérea de la persona se observa directamente mediante un
endoscopio flexible y se pueden obtener muestras del tumor. Los broncoscopios que
incorporan dispositivos ecográficos pueden encontrar y biopsiar tejido que no se
puede visualizar con un broncoscopio regular, como los ganglios linfáticos ubicados
en el centro del tórax (mediastino). Esto ayuda a estadificar la enfermedad y guiará
el tratamiento.

Si el cáncer está demasiado lejos de las vías respiratorias principales para ser
alcanzado con un broncoscopio, normalmente se puede obtener una muestra
insertando un instrumento a través de la piel. Este procedimiento se denomina
biopsia percutánea. Algunas veces, solo se puede obtener una muestra mediante un
procedimiento quirúrgico denominado toracotomía. También se puede realizar una
mediastinoscopia, en la cual se toman y examinan muestras de ganglios linfáticos
del centro del tórax que han aumentado de tamaño (biopsia) para determinar si el
aumento de tamaño se debe a una inflamación o a un cáncer.

Prueba genética
Los médicos llevan a cabo pruebas genéticas en la muestra de tejido para ver si la
causa del cáncer es una mutación cuyos efectos se puedan tratar con fármacos
específicos.

Estadificación

Una vez que se ha identificado el cáncer con ayuda del microscopio, generalmente
se realizan pruebas para determinar si se ha extendido. Se pueden realizar PET-TC
y técnicas de imagen de la cabeza (TC o RMN cerebral) para determinar si el cáncer
pulmonar se ha extendido, especialmente al hígado, las glándulas suprarrenales o el
cerebro. Si no está disponible una PET-TC, se realiza TC de tórax, de abdomen y de
pelvis y una gammagrafía ósea. Esta última puede mostrar que el cáncer se ha
extendido a los huesos.

Los cánceres se clasifican en función de

● El tamaño del tumor


● Si se ha diseminado a los ganglios linfáticos cercanos
● Si se ha diseminado a órganos lejanos

Las diferentes categorías se utilizan para determinar el estadio del cáncer. El


estadio de un cáncer sugiere el tratamiento más adecuado y permite a los médicos
estimar el pronóstico

Cribado del cáncer de pulmón

Las pruebas de cribado son pruebas que se realizan en personas de alto riesgo sin
síntomas para buscar indicios de una enfermedad en una etapa temprana. Las
pruebas de cribado para el cáncer de pulmón incluyen tomografías computarizadas
de baja dosis.
No se ha demostrado que el cribado de todas las personas (es decir, presenten o
no factores de riesgo) disminuya el riesgo de muerte por cáncer de pulmón y, por lo
tanto, no se recomienda. Las pruebas pueden ser caras y causar una preocupación
injustificada si producen resultados falsos positivos que determinan de forma
errónea la presencia de un cáncer. También puede darse el caso contrario una
prueba de cribado que da un resultado negativo cuando existe realmente un cáncer.

Sin embargo, el cribado de la población de alto riesgo es recomendable. Los


médicos intentan determinar con precisión el riesgo que tiene una persona de sufrir
un determinado cáncer antes de realizar pruebas de cribado. Las personas que
pueden beneficiarse del cribado del cáncer de pulmón son las de mediana edad y
las de edad avanzada que fuman mucho o han fumado durante muchos años. Las
pautas actuales recomiendan la detección sistemática en personas entre 55 y 80
años de edad que tengan un historial de tabaquismo de más de 30 paquetes por
año (calculado multiplicando los años fumados por el número de paquetes por día)
que aún fuman o han dejado de hacerlo en los últimos 15 años. La TC anual con
una técnica que utiliza cantidades de radiación inferiores a las habituales parece
encontrar bastantes tipos de cáncer que se pueden curar y salvar vidas. Sin
embargo, no se recomienda la realización de radiografías torácicas ni de exámenes
de esputo en estas personas con alto riesgo.

Prevención

La prevención del cáncer de pulmón incluye dejar de fumar y evitar la exposición a


sustancias potencialmente cancerígenas (carcinógenas). Las personas podrían
decidir tomar medidas para reducir el radón en sus hogares. Otros agentes
potenciales de prevención solo deben usarse como parte de un ensayo clínico.
Tratamiento

● Cirugía
● Radioterapia
● Quimioterapia
● Terapias dirigidas

Los médicos utilizan diversos tratamientos, tanto para el cáncer de pulmón


microcítico como para el no microcítico. Se puede emplear cirugía, quimioterapia y
radioterapia, de forma individual o conjuntamente. La combinación precisa de los
tratamientos depende de lo siguiente

● Tipo de cáncer
● Localización del cáncer
● Gravedad del cáncer
● Grado en que el cáncer se ha diseminado
● Estado de salud general de la persona

Por ejemplo, en algunas personas con cáncer de pulmón no microcítico avanzado,


el tratamiento incluye quimioterapia y radioterapia antes, después o en lugar de
extirpación quirúrgica.

Cirugía para el cáncer de pulmón

La cirugía es el tratamiento de elección para el cáncer pulmonar que no se ha


diseminado más allá del pulmón (estadio temprano de la enfermedad). En general,
la cirugía no se utiliza en la fase precoz del cáncer pulmonar microcítico, porque
este cáncer agresivo requiere quimioterapia y radioterapia. La cirugía
probablemente no será posible si el cáncer se ha propagado más allá de los
pulmones, si está demasiado cerca de la tráquea o si el paciente presenta otras
enfermedades graves (por ejemplo, enfermedades cardíacas o pulmonares).
Antes de la cirugía, se hacen pruebas de función pulmonar para determinar si la
cantidad de pulmón preservada será capaz, después de la intervención, de
proporcionar una cantidad de oxígeno suficiente y mantener la función respiratoria.
La cirugía no es posible cuando los resultados de la prueba confirman que la
extirpación del tejido canceroso conlleva una inadecuada función respiratoria. La
porción de pulmón que hay que extirpar la decide el cirujano y varía desde una
pequeña parte de un lóbulo pulmonar hasta todo un pulmón.

A pesar de que los cánceres pulmonares microcíticos pueden extirparse


quirúrgicamente, el resultado no siempre es la curación. La quimioterapia
complementaria (coadyuvante) después de la cirugía puede aumentar la tasa de
supervivencia. Se aplica en todo tipo de cánceres, excepto los pequeños. A veces,
la quimioterapia se administra antes de la cirugía (llamada terapia neoadyuvante)
para ayudar a reducir el tamaño del tumor antes de que se practique la cirugía.

En el caso de que un cáncer originado en otro lugar del organismo (por ejemplo, en
el colon) se propague a los pulmones, la extirpación del tumor original se realiza
antes de extirpar la lesión en el pulmón. Este procedimiento solo se recomienda en
contadas ocasiones, y las pruebas deben mostrar que el cáncer no se ha propagado
fuera de los pulmones.

Radioterapia para el cáncer de pulmón

La radioterapia se utiliza tanto en los cánceres microcíticos como en los cánceres no


microcíticos. Puede administrarse a personas que no quieren pasar por quirófano,
no pueden ser sometidas a una intervención quirúrgica por presentar otros
trastornos (como una enfermedad coronaria grave) o cuyo cáncer se ha propagado
a estructuras cercanas como los ganglios linfáticos. Aunque la radioterapia se utiliza
para tratar el cáncer, en algunas personas solo puede reducir parcialmente el
tamaño del mismo o retrasar su crecimiento. La combinación de quimioterapia con
radioterapia mejora aún más la supervivencia.
En las personas con un cáncer de pulmón pequeño y que han respondido bien a la
quimioterapia puede ser aconsejable la radioterapia craneal para evitar que el
cáncer se propague al cerebro. Si el cáncer ya se ha diseminado al cerebro, la
radioterapia cerebral suele utilizarse frecuentemente para reducir síntomas como
cefalea, confusión y convulsiones.

La radioterapia también es un procedimiento útil para controlar las complicaciones


del cáncer de pulmón, como expectoración con sangre, dolor óseo, síndrome de la
vena cava superior o compresión de la médula espinal.

Quimioterapia para el cáncer de pulmón

La quimioterapia se utiliza tanto en el cáncer de pulmón no microcítico como en el


microcítico. En el cáncer de pulmón microcítico, el tratamiento principal es la
quimioterapia, en ocasiones asociada a radioterapia. Se prefiere este enfoque
debido a que el cáncer de pulmón microcítico es agresivo y con frecuencia se ha
extendido a partes distantes del organismo en el momento del diagnóstico. La
quimioterapia puede prolongar la supervivencia en personas en quienes la
enfermedad se encuentra en fase avanzada. Sin tratamiento, la supervivencia media
es de solo 6 a 12 semanas.

En el cáncer pulmonar no microcítico, por lo general la quimioterapia también


prolonga la supervivencia y trata los síntomas. En personas en las que se ha
extendido a otras partes del organismo, la supervivencia media se incrementa a 9
meses con tratamiento. Las terapias dirigidas también pueden mejorar la
supervivencia de pacientes con cáncer.

Terapias dirigidas contra el cáncer de pulmón

Algunas personas con cáncer de pulmón no microcítico sobreviven


significativamente más tiempo cuando son tratadas con quimioterapia, radioterapia o
algunas de las terapias dirigidas más nuevas. Las terapias dirigidas incluyen
fármacos, como ciertos fármacos biológicos que atacan específicamente a los
tumores pulmonares.

Estudios recientes han identificado proteínas dentro de las células cancerosas y los
vasos sanguíneos que nutren estas células. Estas proteínas pueden estar
implicadas en la regulación y promoción del crecimiento y metástasis del cáncer. Se
han diseñado fármacos que afectan específicamente a la expresión proteica
anómala y potencialmente matan las células cancerígenas o inhiben su crecimiento.
Los fármacos que se dirigen a estas anomalías incluyen bevacizumab, gefitinib,
erlotinib, crizotinib, vemurafenib y dabrafenib.

Una nueva clase de fármacos, denominados fármacos de inmunoterapia, que


comprende nivolumab, pembrolizumab, durvalumab, ipilimumab y atezolizumab,
capacitan al propio sistema inmunológico de la persona para luchar contra el cáncer.
Estos fármacos se pueden usar en lugar de los medicamentos quimioterápicos
habituales, en combinación con ellos o después de un tratamiento con fármacos
antineoplásicos convencionales que no haya funcionado.

Terapia con láser para el cáncer de pulmón

A veces se utiliza una terapia con láser, en la cual se emplea un láser para eliminar
o reducir el tamaño de los tumores pulmonares. En algunas ocasiones puede
utilizarse una corriente de alta energía (ablación por radiofrecuencia) o frío
(crioablación) para destruir las células tumorales en personas que tienen tumores
pequeños o no pueden someterse a cirugía.

Otros tratamientos

Las personas con cáncer de pulmón a menudo necesitan tratamientos adicionales.


Muchos de estos tratamientos, denominados tratamientos paliativos, tienen como
objetivo mitigar los síntomas y mejorar la calidad de vida, más que curar el cáncer.
Dado que muchas personas afectadas de cáncer de pulmón sufren una disminución
sustancial de la función pulmonar, estén o no bajo tratamiento, la oxigenoterapia y
los broncodilatadores (fármacos que ensanchan las vías respiratorias) ayudan a
respirar.

El dolor a menudo requiere tratamiento. Los opiáceos se utilizan a menudo para


aliviar el dolor, pero pueden causar efectos secundarios, como estreñimiento, que
también requieren tratamiento.

Pronóstico

El cáncer de pulmón tiene un mal pronóstico. En promedio, las personas con cáncer
pulmonar no microcítico avanzado que no han recibido tratamiento sobreviven 6
meses. Incluso con tratamiento, las personas con cáncer de pulmón microcítico
extendido o cáncer de pulmón no microcítico avanzado tienen un pronóstico
especialmente malo, con una tasa de supervivencia de 5 años inferior al 1%. El
diagnóstico precoz mejora la supervivencia. Las personas con cáncer pulmonar no
microcítico temprano tienen una supervivencia de 5 años del 60 al 70%. Sin
embargo, las personas que son tratadas de un cáncer de pulmón en estadio
temprano y sobreviven, pero continúan fumando, tienen un alto riesgo de desarrollar
otro cáncer de pulmón.

Los supervivientes deben hacerse revisiones regulares que incluyen radiografías de


tórax y TC periódicas para asegurarse de que el cáncer no se ha reproducido. Por lo
general, si el cáncer se reproduce, lo hace dentro de los 2 primeros años. Sin
embargo, se recomiendan revisiones frecuentes durante los 5 años posteriores al
tratamiento contra el cáncer de pulmón y realizar controles anuales durante el resto
de la vida.
Dado que muchas personas fallecen por cáncer de pulmón, es necesario prever la
atención de la enfermedad terminal. Los avances en el tratamiento del enfermo
terminal, en especial, reconocer que la ansiedad y el dolor son frecuentes en
personas con cáncer incurable de pulmón y que estos síntomas pueden aliviarse
con fármacos adecuados, ha permitido a un número cada vez mayor de personas
morir confortablemente en su propio domicilio, con prestación de servicios de
cuidados paliativos o sin ellos.
República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria

Universidad Ciencias de la Salud “Hugo Chávez Frías”

Barinas Estado Barinas

Atención integral comunitaria I

Alumna :

Cindi Avila

24.937.316

Barinas Mayo 2021


ema 4. Manual de trabajo del Equipo Básico de Salud
(EBS)

Documentos que rigen el trabajo del médico de


comunidad.

● Manual de Trabajo del Equipo Básico de Salud.


desde el Consultorio Popular.
● Lineamientos rectores para la Gestión de la Red
de Atención Comunal de Salud en el ASIC.
● Guía práctica de Programas de Salud
priorizados para el Equipo Básico de Salud en la
Red de Atención Comunal.
● Normas Oficiales de los Programas de Salud del
Ministerio del Poder Popular para la Salud.
● Esquema Nacional de Vacunación – Programa
Ampliado de Inmunizaciones
● Programas Nacionales de formación de pregrado
y postgrado.
● Listado Básico de Medicamentos Esenciales.

El Programa del médico y el EBS en la comunidad,


como medio para lograr el mejoramiento del estado
de salud del individuo, la familia, la comunidad y el
ambiente.

● Trabajo en equipo.
● La promoción de salud como la actividad rectora
para el Buen Vivir.
● La aplicación del enfoque biopsicosocial e
intercultural, sanitario y familiar al atender a las
personas.
● La promoción de salud a través de acciones
realizadas con la familia para mejorar el estado de
salud actual.
● Fomentar la autorresponsabilidad y
corresponsabilidad.
● Participación activa del Poder Popular en la
discusión del Análisis de la Situación de Salud y
en la gestión en salud de la comunidad y en el
acompañamiento al EBS.
● La interacción entre Misiones Sociales y sujetos
sociales para dar solución integral a los
problemas de la comunidad.

Acciones a realizar por el médico de comunidad y su


EBS en el consultorio, CDI y hospital.

Análisis de la Situación de Salud (confección, discusión


y seguimiento del plan de acción).
• Calidad de las hojas de registro de personas
atendidas.
• Calidad de las historias de salud familiar.
• Calidad de las historias clínicas personales como
instrumento que permite evaluar la calidad de la atención
médica.
• La utilización del método clínico, epidemiológico
con enfoque social, Cuidados Humano de Enfermería,
los protocolos, las guías de buenas prácticas y el
programa de perfeccionamiento de la calidad en la
ejecución de los procesos de atención médica.
• El adecuado empleo de medios auxiliares de
diagnóstico y tratamiento (USD, Rx, laboratorio clínico,
tratamientos medicamentosos, otros).
• Conocer los problemas y dificultades que se les
presentan al médico(a) en el desarrollo de su trabajo.
• Evaluar integralmente la práctica médica
incluyendo
técnicas, procedimientos y habilidades.
• La opinión de la población sobre el servicio
recibido.
• La evaluación del médico (a), enfermero (a) y del
promotor está vinculado al ejercicio de su práctica, de
acuerdo a sus funciones.
• Los aspectos analizados en reunión mensual del
NAIS
relacionados con:
a) La calidad de las actividades de consultas.
b) Problemas higiénico-epidemiológicos que
presente el área.
c) La opinión y los criterios de la población.
d) Problemas de funcionamiento de las unidades
y servicios del ASIC.

Principales actividades que se desarrollan en el


Consultorio Popular.

a) Asistencia-Docencia Garantiza la atención integral a


las personas, las familias, la comunidad y el medio
ambiente, por medio de la dispensarización y el Análisis
de la Situación de Salud, logrando la aplicación del
Modelo de Atención Integral en el consultorio y su
territorio, donde promueve la salud como expresión de
Suprema Felicidad Social y Buen vivir en la cotidianidad
de las personas, realiza acciones de prevención a los
eventos adversos a la salud y logra la solución a más del
80% de los problemas que se presenten. El Equipo
Básico de Salud (EBS) es el componente más
importante para lograr la restitución completa de las
personas a la vida en la familia y la comunidad en el
caso que hayan presentado un problema de salud. El
proceso Asistencia - Docencia aborda los escenarios
laborales, escolares, comunitarios, familiares y medio
ambientales, los cuales son parte de su trabajo. Los
problemas que superan la capacidad resolutiva del EBS
son canalizados a través del Sistema de Referencia y
Contrarreferencia Médica y Comunal, tanto dentro del
ASIC como fuera de ella. El CP es el máximo
responsable del control y el seguimiento de cualquier
acción o necesidad que presentes las personas que
están bajo su responsabilidad en todo momento. Todas
estas actividades asistenciales se realizan con la
participación protagónica y obligatoria del Poder Popular.
La actividad asistencial se desarrolla de manera
integrada con la formación bajo la perspectiva de
Atención Integral, siendo el CP la estructura básica para
los procesos asistenciales y de docencia del ASIC y
donde se desarrollan los distintos Programas de
Formación en Ciencias de la Salud de pregrado y
postgrado universitario, así como la formación del Poder
Popular en materia de salud y promoción del Buen Vivir
de la comunidad. Los Consultorios Populares forman
parte de los Núcleos de Atención Integral de Salud
(NAIS) y éstos a su vez son componentes funcionales
bajo la rectoría de la Universidad de las Ciencias de la
Salud “Hugo Chávez Frías” (UCS).

b) Investigación El proceso de investigación se lleva a


cabo de forma integrada con las actividades del Equipo
Básico de Salud, aplica el método clínico,
epidemiológico y social como principales metodologías y
privilegia el intercambio de saberes, es solidario, altruista
y un proceso de construcción colectiva. Durante el
proceso de investigación se conservan y cultivan los
principios éticos para la preservación y reproducción de
la vida; todas las personas deben conocer las
investigaciones y estar de acuerdo con ellas como un
proceso de construcción conjunta en la búsqueda de
soluciones a los problemas de salud y para mejorar las
condiciones de vida y preservación de la madre tierra
como parte ineludible de la naturaleza. La concepción de
innovación y aplicación de nuevas tecnologías o
creación de conocimientos se realiza de manera
consensuada con la comunidad a través de sus
organizaciones. Durante el proceso de investigación se
incluye la consolidación, procesamiento, análisis de
todos los datos estadísticos que se generan en el CP y
su territorio social, los cuales sustentarán la elaboración
del Análisis de la Situación de Salud de la comunidad.
Todo ello, debidamente registrado en el Sistema de
Información en Salud como principal herramienta de
almacenamiento, reporte, análisis y resultados que
expresan el comportamiento de los determinantes de la
salud y a través del cual surgen soluciones a los
problemas u oportunidades de mejoramiento de las
políticas de salud.

c) Administrativos
El Equipo Básico de Salud (EBS) garantiza la calidad
de la atención integral a la salud, procurando que exista
disponibilidad adecuada de medicamentos, reactivos,
insumos, materiales y consumibles en las ASIC para la
atención a las personas; así como, también se encarga
de la gestión del talento humano y los recursos
financieros que permitan la sostenibilidad en el tiempo,
haciendo uso racional y garantizando el mantenimiento y
preservación de la infraestructura de los
establecimientos de salud.
d) Participación protagónica del Poder Popular
Este proceso se sustenta en el funcionamiento de las
Mesas de Cogestión en Salud Integral para el Buen Vivir
(MECSI), instancia de articulación e integración desde
las ASIC, entre las vocerías de las organizaciones y
expresiones del Poder Popular, y los representantes de
los órganos, entes y misiones del sector, para garantizar
el cumplimiento del principio de gobernar obedeciendo
al mandato de los ciudadanos/as y de las organizaciones
y/o expresiones del Poder Popular, por parte de los
representantes de los órganos, entes e instituciones del
sector salud, de acuerdo a lo establecido en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y
las leyes, como elemento fundamental en la formulación
de las políticas públicas de salud.

Premisas para garantizar calidad en la atención


médica integral y familiar.

1. Es el máximo responsable de la salud de la población


asignada.
2. Garantiza atención integral según el grupo de
dispensarización a las personas y sus familias, a una
población que no exceda los 2.500 habitantes.
3. Tendrá funciones asistenciales, docentes,
investigativas y administrativas; trabajará de forma
coordinada con los líderes de la comunidad organizada:
Consejos Comunales, Comités de Salud, entre otros.
4. Formará parte de un NAIS.
5. Será asignado por el Colectivo de Dirección del ASIC.
6. La Gestión del EBS, será evaluada por los resultados
alcanzados en los cambios favorables en la salud de la
población, el proceso docente asistencial, el Análisis de
la Situación de Salud de su comunidad, la satisfacción
de la población con los servicios prestados.
Metodología para el control del trabajo del médico y
el Equipo Básico de Salud (EBS).

● La evaluación está dirigida fundamentalmente a


medir los resultados alcanzados, dado por los
cambios favorables en la salud de la población,
siendo los especialistas del NAIS los
responsables de llevarla a cabo.
● La información estadística,que será tomada
como base para la evaluación, debe estar en
correspondencia con las Resoluciones que dicte
al respecto el Ministerio del Poder Popular para la
Salud.
● El procesamiento de la información estadística se
realizará por el personal de estadística asignado
al Núcleo de Atención Integral en Salud, el cual le
suministrará, de manera sistemática, los
resultados consolidados al EBS para su
incorporación al Análisis de la Situación de Salud.

Esta información se comparará mensualmente, lo


que sirve de base para el análisis de la marcha
del manual y su presentación en la reunión del
Núcleo de Atención Integral en Salud. Los
aspectos cualitativos se obtendrán mediante la
utilización de instrumentos y herramientas de
trabajo (encuestas, observación, entre otros) que
evalúen los procesos en la actividad docente
asistencial, investigativa y administrativa, en todos
los escenarios.
• Mensualmente se analizará, en la reunión
del Núcleo de Atención Integral en Salud los
resultados que se van alcanzando en el desarrollo
del trabajo, para ello, se utilizará la siguiente
información la cual será suministrada por el
personal de estadísticas:
• Número de consultas, según la
dispensarización.
• Número de terrenos.
• Número de ingresos en el hogar.
• Número de atenciones a familias.
• Embarazadas no captadas precozmente
(intermedia y tardía).
• Embarazadas menores de 20 años, y de
35 y más
• Estado nutricional de la embarazada.
• Puérperas no captadas antes de los 6 días
de parida.
• Recién nacidos no captados antes de los 6
días de nacido.
• Niños con bajo peso al nacer
• Recién nacidos con lactancia materna
exclusiva (hasta 6 meses).
• Atenciones a niños con enfermedades
crónicas.
• Número de casos diagnosticados de
enfermedades transmisibles prevenibles y no
prevenibles por vacuna y control de foco.
• Accidentes ocurridos en el hogar.
• Número de exámenes periódicos de salud.
• Número de atenciones a ancianos solos.
• Número de atenciones a personas
discapacitadas.
• Número de consultas por las
especialidades.
• Embarazadas con alta estomatológica y
otros grupos priorizados que se consideren.
• Otros que se consideren necesarios. En la
reunión del Núcleo de Atención Integral en Salud
también se analizará, a partir de la propia
información que poseen los Equipos Básicos de
Salud y los especialistas del NAIS, los aspectos
siguientes:

• Embarazadas y recién nacidos que no se


les realizan los complementarios establecidos.
Número de personas que faltan por inmunizar.
• Número de mujeres por realizar citología
vaginal (examen o reexamen).
• Análisis de las conclusiones del estudio de
las defunciones ocurridas: fetales, niños menores
de 1 año, preescolar, escolar, materna y adulto).
• Análisis de la atención de algunos
pacientes ingresados en el hospital y en el hogar
(a decisión de los profesores del Núcleo de
Atención Integral de Salud).
• Desarrollo de los programas de formación
de pregrado, postgrado y de formación
permanente.
• Calidad de la consulta e interconsulta
(intercambio científico-técnico).
• Número de evaluaciones concurrentes y
retrospectivas de los profesores del Núcleo de
Atención Integral de Salud.
• Utilización de los servicios de urgencia de
las instituciones que integran el ASIC por parte de
su población.
• Problemas higiénico-epidemiológicos que
se detecten, destacándose por su importancia los
focos de vectores.
• Análisis del grado de satisfacción de la
población y de los miembros del EBS, mediante
las opiniones recogidas.
• Anualmente se evaluará al EBS, a partir
del Análisis de la Situación de Salud previamente
a su presentación a la comunidad.
• Embarazadas con alta odontológica y
otros grupos priorizados que se consideren.
• Orientaciones y temas de actualización de
enfermería.
• Espacio para reconocimiento de los
resultados del trabajo.

El Reglamento del CDI.

1. Atienden integralmente a los habitantes de los territorios sociales que


están bajo su responsabilidad, determinada por este Ministerio, según la
densidad poblacional del territorio donde se ubique.
2. Ofrecen los servicios de Apoyo Vital (Emergencias) 24 horas, observación
hasta 72 horas. Rayos X, Ecosonografía, Endoscopia, Oftalmología,
Terapia Intermedia, Enfermería y otros que formen parte de la red
Complementaria de diagnóstico y tratamiento para niñas, niños y
adolescentes; adultos y adultas; y embarazadas.
3. Cuentan con un Equipo Multidisciplinario de Salud (E.M.S.), compuesto
por: Médicos (as), Especialistas, Enfermeras (os). Oftalmólogos (as),
Técnicos (as), Farmacéuticos (as). Personal de Apoyo gerencial y de
Mantenimiento. Dependiendo de las necesidades de salud locales y de los
servicios y dimensiones de los establecimientos, puede incorporarse otro
personal de salud.
4. Podrán prestar servicio de cirugía ambulatoria con un (1) Equipo
Quirúrgico Básico (E.Q.B)

El Colectivo de Dirección del ASIC es la instancia de


orientación, dirección y control de las políticas de salud
que aplica el Equipo Básico de Salud. EL ASIC debe
contar con un espacio físico de dirección, donde se
gestione, coordine y consolide toda la información de las
actividades que se generan desde y hacia los centros
asistenciales que la conforman. Este espacio estará a
cargo de un Colectivo de Dirección, presidido por un
Director o Directora General, que se reunirá
semanalmente o cuando exista una situación que lo
amerite. El Colectivo de Dirección, es un grupo de
gestión en salud pública conocedores del territorio social
de su ASIC y conocimiento básico de los determinantes
sociales, estrategias sanitarias y gerencia comunitaria de
la salud. En dicho espacio, funcionarán el Colectivo de
Dirección del ASIC y el Área de Almacenamiento de
Materiales e Insumos. El Colectivo de Dirección estará
integrado por:
• Un(a) Director(a) General.
• Un(a) Coordinador(a) de Asistencia-Docencia
• Un(a) Coordinador(a) de Estadística e
Información de Salud.
• Un(a) Coordinador(a) de Aseguramiento y
Gestión Administrativa.
• Voceros(as) del Consejo de Trabajadores(as).
• Voceros(as) del poder popular.

En el Colectivo de Dirección pueden participar otros


voceros(as) o activistas de movimientos sociales, como
el Activista de ética para la vida, Parto Humanizado,
entre otros.

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