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PAPER DE INVESTIGACION

ANGELA MARIA VARGAS SALAZAR – TANIA ESLEDY CUMACO GUTIERREZ

PRESENTADO A: MIGUEL MAURICIO CASTAÑEDA CASTAÑEDA

CORPORACION UNIVERSITARIA DEL HUILA-CORHUILA


FACULTAD DE INGENIERIA
INGENIERIA AMBIENTAL

NEIVA-HUILA

2021
Socio-technical context of the interactions between large-scale and small-scale mining
in Marmato, Colombia

Elizabeth A. Holley a, Nicole M. Smith, Jeison Alejandro Delgado Jiménez, Isabel


Casasbuenas Cabezas, Oscar Jaime Restrepo-Baena

La minería en Colombia es una actividad que por siglos ha presentado una guerra de
intereses, puesto que, los dividendos que estos generan a gran escala son
considerables. No obstante aparecen dos frentes que explotan este recurso la
diferencia del uno al otro radica en la cantidad que pueden generar en un
determinando tiempo. La industria minera en el país según Cano y Malagón (2016)
genera alrededor de 350.000 empleos directos y por cada uno se genera de 5 a 8
indirectos, lo que genera un acumulado de 1.800.000 empleos en todo el territorio
nacional representado un 9.5% de la población que labora en el país, generando a su
vez un cumulo de beneficiados de más de 7.000.000 de personas, es decir, alrededor
del 14% de la población colombiana.

Colombia es un país privilegiado desde el punto de metalogénico, puesto que por su


ubicación se pueden encontrar el cinturón andino y el escudo amazónico los cuales
son ambientes adecuado para el yacimiento mineral (Marrugo, Benitez y Olivero,
2008). En este sentido, los economistas Timara, Hernández y Pantoja (2016)
mencionan, que los minerales que se explotan en el país con mayor rigor son: el oro
con 24 mill/Ha, Cobre 14,2 mil/Ha, Hierro 2,3 mil/Ha, platino 2,4 mil/Ha, Carbón 15,7
mil/Ha, Coltán 2,8 mil/Ha, potacio 1,5 mil/Ha, Magnesio 1,1 mil/Ha, Fosfato 3,8 mil/Ha y
Uranio con 6,2 mil/Ha.

De lo expuesto anteriormente, se resalta el hecho que el oro sea uno de los minerales
de mayor explotación en el territorio Colombiano, pero detrás de estas cifras se
esconde una realidad poco agradable, una historia de sangre hace que el oro no brille
tanto. Tal es el caso de Marmato, un municipio ubicado en el departamento de caldas
desde sus inicios antes de la fundación del pueblo su actividad principal fue la minería,
específicamente la extracción del oro, en este documento abordaremos dos
problemáticas relevantes en esta actividad. La primera es el daño ambiental y la
segunda el conflicto armado inmerso en este negocio debido a que su valor en el
mercado.

En estudio realizado por Molano et al. (2012), menciona que el impacto ambiental
generado por los procesos de extracción del mineral puede acarrear problemas fatales
para el ecosistema adyacente, puesto que, las fuentes hídricas son contaminadas con
sustancias peligrosas como mercurios, ácidos y bases. Por otro lado, se tiene la
formación de superficies cóncavas que provocan la retención del agua, además del
desgate y daños en la capa vegetal, suelo y subsuelos. En este sentido, Pantoja (2015)
añade que la explotación del oro no sólo afecta a la flora sino también a la fauna
circunscrita a él, asimismo el uso de maquinaria como retroexcavadoras, motobombas,
dragas de succión por nombrar algunas, generan que a través de su combustible o
aceites necesarios para su funcionamiento contaminen el recurso hídrico.

Seguidamente, se tiene que el incremento del precio en el oro ha llamado la atención


de grandes compañías, así mismo como la de grupos armados al margen de la ley
como la guerrilla y los paramilitares, estos últimos buscando la hegemonía sobre la
actividad con la finalidad de patrocinar la guerra, en medio de este conflicto de
intereses económicos entre las compañías multinacionales y los grupos armados se
encuentra la minería artesanal y en pequeña escala (MAPE), no obstante con esto el
gobierno ha creado políticas para formalizar esta práctica lo que ha condenado aún
más la vida de las MAPE. En un registro de la Asociación de Mineros del Bajo Cauca,
en esa parte del país existen aproximadamente 1.350 unidades de explotación informal
de la cual dependen unas 50.000 personas, aunque se ha hecho la gestión para
formalizar estas prácticas en muchos casos no ha sido posible y cuando se está en
este proceso el ejército en sus operativos destruyen y acaban entables mineros y toda
su maquinaria (Verdad Abierta, 2015).

Como medida de contención a los problemas enunciados anteriormente se puede crear


políticas ambientales para la reconstrucción del ecosistema, como segunda medida
para mitigar el impacto ambiental se puede pedir proyectos de reparación a las
empresas licitadoras para que puedan realizar el extracto del mineral, pero además se
requiere un proceso de seguimiento para controlar el proceso y hacer cumplir los
acuerdos previamente pactados.

Por otro lado, para controlar la minería ilegal controlada por grupos armados la opción
es crear programas para la legalización de los MAPE y así poder controlar estos
procesos y que la población genere su propio ingreso para su sustento sin temor a
represalias.
Bibliografía

Cano, A. y Malagón, M. (2016). Evaluación de trazas de mercurio en el tramo Caña


Brava-Buenos Aires del Río Cotuhé, asociados a la actividad minera artesanal de oro
en el Amazonas colombiano.

Marrugo, J., Benitez, N., y Olivero, J. (2008). Distribution of mercury in several


environmental compartments in an aquatic ecosystem impacted by gold mining in
northern Colombia. Archives of environmental contamination and toxicology; 55(2):305-
16.

Timara, N, Hernández, F., y Pantoja D (2016). Problemas y desafíos de la minería de


oro artesanal y en pequeña escala en Colombia. Revista Facultad de Ciencias
Económicas: Investigación y Reflexión; 24(2):147-60.

Pantoja, F. (2003). Integración de la Minería en la Ordenación del Territorio: CYTED y


ESPOL. Guayaquil.

Molano, J., Ramírez, M., y Duque, J. (2013). Minería, territorio y conflicto en Colombia.
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.

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