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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO


INVESTIGACIÓN II

ALUMNO
PEREZ TORRES IRIS.
TRINIDAD MANRIQUE HANS FREDERIC.

CODIGO
1113100854
1410000080

PERÚ
2021
INVESTIGACIÓN II

AGRADECIMIENTO

A mi Docente quién motiva


permanente para lograr mis objetivos

A la Universidad San Pedro: por compartir


sus conocimientos y experiencias como
profesionales del Derecho.

HANS FREDERIC TRINIDAD MANRIQUE

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INVESTIGACIÓN II

DEDICATORIA

A mis padres José e Irene:


Por haberme inculcado valores para mi
Vida diaria.

A mis compañeros de carrera:


Estímulos permanentes para mi crecimiento
Personal y profesional

HANS FREDERIC TRINIDAD MANRIQUE

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INVESTIGACIÓN II

CONTENIDO
Pág.
Carátula……………………………………………………………………….
Agradecimiento.................................................................................................i
Dedicatoria........................................................................................................ii
Introducción……………………………………………………………………….….
Bibliografía……………………………………………………………………………

TESIS FUNDAMENTOS JURIDICOS DEL USO DE VIA PROCEDIMENTAL


UNIONES DE HECHO

Clasificación de la unión de hecho [Casación 4320-2015, Lima]

La unión de hecho en el Perú, los derechos de sus integrantes y desafíos pendientes

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INVESTIGACIÓN II

Introducción

En la actual investigación se estudia como exordio derecho de recibir alimento


instituido en la Constitución Política y en otros Acuerdos Internacionales. En
donde lo que es sustento, habitación, vestido, asistencia médica, formación,
recreación, transporte y otros que solicite el titular del derecho para su normal
desarrollo como ser humano. Para posteriormente analizar el tema de fondo los
factores DE LA Unión de Hecho, por los efectos que tiene en la vida de los
directamente afectados igualmente de su consecuencia en el entorno social, en
donde este tema se hace merecedor de una exhaustiva labor educativa. Esta
problemática perturba no sólo a los hijos/as sino también a la pareja, tanto
hombre como mujer en su posición, en nuestro país son quienes habitualmente
en circunstancias tienen la carga familiar. Por ello resultaría beneficioso
explorar los Factores de la unión de hecho, para poder pensar en mecanismos
que a la vez esclarezcan más el tema para la ampliación del conocimiento en
estudiantes de Derecho.

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CLASIFICACIÓN DE LA UNIÓN DE HECHO

Clasificación de la unión de hecho desde el punto de vista procesal.

LOS CONVIVIENTES VIGENTES QUE DESEAN REGULARIZAR


SU SITUACIÓN

- Porque quieren casarse y el matrimonio opera hacia futuro, pero no


regulariza el pasado.
- Porque sólo quieren tener derecho a la sociedad de gananciales.
- El artículo 49 y 52 de la Ley N° 29560– Ley de competencia notarial en
asuntos no contenciosos faculta al Notario a reconocer las uniones de
hecho, que ordena inscribir tanto el reconocimiento de la unión de hecho
como su cese en el Registro Personal.

LOS CONVIVIENTES VIGENTES QUE DESEAN REGULARIZAR


SU SITUACIÓN

Trámite notarial

Se protegerá el derecho de propiedad de los convivientes y evitará la figura del


conviviente perjudicado por la afectación de sus gananciales si se inscribe el
reconocimiento de una unión de hecho sea judicial o notarial en el Registro de
Propiedad Inmueble.

LOS CONVIVIENTES VIGENTES

La conviviente impropia Laboriosa entabla una relación de pareja con el


Gerente y dueño de una empresa en la cual ella laboraba. Laboriosa estaba
separada de hecho, pero no divorciada y después de diez años de relación
logra divorciarse; sin embargo, no se casa con su empleador y convive hasta
que la muerte los separó. Este señor era viudo y tenía tres hijos de su
matrimonio anterior.

La conviviente impropia Laboriosa demanda a los tres hijos de su conviviente


sobre Liquidación de Sociedad de Gananciales. Solicita se le reconozca el
derecho de propiedad de acciones societarias, inmuebles y muebles diversos
que se adquirieron durante la convivencia sostenida con el fallecido.

La demandante adolecía de impedimento matrimonial porque ella era casada y


se divorció el 23 de agosto de 1999, conforme constó en la Partida de
Matrimonio. Las pruebas deben limitarse a comprobar el estado concubinario
desde el 23 de agosto de 1999 para adelante, así como las adquisiciones de
los bienes que se hayan efectuado durante ese lapso.

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- En los instrumentos que presenta la demandante se advierte que la


mayor parte de ellos fueron adquiridos antes de que se liberaran los
convivientes del impedimento matrimonial que los limitaba.

- En cambio, los bienes que se adquirieron con el nombre de


la demandante como titular del derecho no pueden reclamarse como
bien social, habida cuenta que el registro de la propiedad lo reputa como
dueña de ellos, mientras no se rectifique o se declare su nulidad.

- La Corte Suprema de la República basó su fallo en los mismos


considerandos del dictamen fiscal, declarando NO HABER NULIDAD en
la sentencia de vista y sobre la demanda, entendiéndose como
IMPROCEDENTE, dejando a salvo el derecho de la actora para que lo
ejercite de acuerdo a ley.

VALORANDO LA SENTENCIA

La cónyuge separada de hecho Iluminada separada de hecho 20 años de


Pancracio demanda la nulidad de compra-venta de un inmueble, comprado
durante el período de separación. Se declaró infundada, y fundada la
reconvención sobre la declaración de legítimo propietario respecto del cónyuge.

La cónyuge separada de hecho La solicitud de la nulidad de compra- venta de


la cónyuge constituye un abuso del derecho porque si bien ésta tiene derecho
al inmueble como bien social perteneciente a la sociedad de gananciales, este
bien lo adquirió su cónyuge después de estar separado por veinte años y,
posteriormente, lo vendió luego de veinticinco años de dicha separación,
cuando convivía con otra persona.

MORALEJA Actualmente, es muy común que se constituyan uniones de hecho


con personas que tienen vínculo matrimonial. Hasta agosto de 2001, la
separación de hecho de los cónyuges no estaba regulada y no era posible el
divorcio, salvo por causal o mutuo disenso; es decir, el cónyuge separado de
hecho no podía casarse ni constituir una unión de hecho reconocida por la ley
debido a la existencia del vínculo matrimonial.

MORALEJA A partir de la vigencia de la Ley N° 27495, que modifica el artículo


333 del Código Civil, se establece como causal de separación de cuerpos y de
divorcio la separación de hecho de los cónyuges durante un período
ininterrumpido de cuatro años si existen hijos menores de edad, o de dos años
si no los hay. El objeto de aprobar esta ley fue el permitir la regularización de
las uniones de hecho constituidas por personas casadas y separadas de
hecho.

La conviviente frustrada Beneficia convivió por más de veinticinco años con


Fructoso. Ella pretende la declaración judicial de su unión de hecho, pero
Fructoso negó la existencia del estado convivencial señalando que él se
encuentra casado desde el treinta y uno de marzo de mil novecientos ochenta y
tres, conforme lo acreditó con la partida de matrimonio.

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La conviviente frustrada Beneficia adjunta la partida del matrimonio civil


contraído por la cónyuge de Fructoso con un tercero, con lo cual acreditaría
que el matrimonio contraído por Fructoso es nulo ipso iure, lo que significa que
no existiría impedimento alguno para que se declare judicialmente el estado
convivencial.

La conviviente frustrada Fructoso interpone Recurso de Casación contra la


sentencia de vista, que confirma la sentencia apelada que declaró fundada la
demanda de declaración de unión de hecho por el período comprendido, e
integrándola, declara nulo el matrimonio de Fructoso.

La conviviente frustrada La Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de


Justicia de la República declaró fundado el Recurso de Casación interpuesto
por Fructoso de la sentencia de vista, por la contravención de las normas que
garantizan el derecho a un debido proceso, en razón que el fallo expedido por
el Colegiado Superior se encuentra incurso en causal de nulidad porque la
sentencia de vista se pronuncia declarando la nulidad del matrimonio no
obstante que el demandado acreditó que dicha materia ya era objeto de
proceso independiente promovido a instancia de parte por la demandante, con
posterioridad a la expedición de la resolución casatoria.

SITUACIONES QUE SE RELACIONAN CON LOS


ELEMENTOS CONFIGURANTES DE LA UNIÓN DE HECHO
LA CUASI CÓNYUGE

La conviviente trabajadora 

- En el Expediente N° 906-2001 se señala que en la declaración judicial


de la unión de hecho tiene que acreditarse como uno de los elementos
de configuración la finalidad de cumplir deberes semejantes al del
matrimonio, situación que no se acredita con los certificados de pago
provenientes de una relación laboral. • De igual manera, señala que
tampoco se acredita el requisito temporal, de más de dos años
continuos, con el contrato de trabajo ni con el hecho de que ambos
hayan solicitado un crédito. En este último caso, sólo se demuestra que
ha existido un caso de tráfico comercial.

LA PERMANENCIA
LA BREVE CONVIVENCIA 

- Enarino y Gualbertatuvieron un período de convivencia desde el 9 de


enero de 2006 hasta el 28 de agosto del 2007.
- Al respecto, considera que esta unión de hecho no ha dado lugar a una
sociedad de bienes por no reunir los requisitos exigidos por la ley.
- El vocal agrega que el legislador ha tenido en consideración supuestos
fácticos en los cuales no se han dado las condiciones legales, y por ello
se ha establecido un régimen compensatorio, permitiendo la acción por
enriquecimiento indebido como lo prevé la última parte del artículo 326
del Código Civil.

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INVESTIGACIÓN II

- En conclusión, confirmaron la sentencia apelada, declarando


improcedente la declaración judicial de dicha unión de hecho, pero sí
reconociéndole que se encuentra expedita la acción por enriquecimiento
indebido
Dos mujeres, un camino 

- La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia declaró


fundado el Recurso de Casación, Expediente N° 1925-2002-Arequipa,
sobre la interpretación errónea del artículo 326 del Código Civil,
señalando que no se cumplen los requisitos de permanencia, notoriedad
y singularidad.
- Revocando lo resueltopor la Sala Superior, manifiesta que no se
encuentra arreglado a la ley, pues ambos concubinatos eran impropios y
simultáneos, conforme ha quedado establecido en autos y en la
sentencia expedida por el juez de Primera Instancia, pues elfallecido
concubino convivía indistintamente con ambas demandantes en
domicilios diferentes, no dándose el requisito de permanencia en la
unión de hecho que exige la ley. • Si el fallecido concubino ejercía vida
en común con las dos demandantes de manera simultánea, no se
aprecia de ninguna manera la intención de establecer una relación
semejante a la que genera el matrimonio, configurándose más bien el
concubinato impropio.

LA SUCESORA 

Para promover la responsabilidad familiar y evitar que se produzcan uniones de


hecho sucesivas sin cumplir con los deberes de los anteriores compromisos
extraconyugales, sería recomendable contar con un mecanismo similar al que
contempla el Derecho español cuando exige la declaración jurada del futuro
conviviente de no figurar inscrito como miembro de otra unión de hecho no
cancelada o anulada.

Incluso, habría que pensar en un nuevo impedimento legal para quien pretende
contraer matrimonio y no cumple con las obligaciones alimentarias para con
sus hijos extramatrimoniales.

LA HETEROSEXUALIDAD La unión de hecho debe ser heterosexual para ser


reconocida judicialmente. La homosexualidad constituye una causal de nulidad
relativa del matrimonio y una causal de separación de cuerpos y divorcio
cuando es sobreviniente.

UNIÓN CIVIL ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO 

- La legalización de la unión civil homosexual y su equiparación con la


unión de hecho (que es lo mismo en nuestro sistema que asemejarla
con el matrimonio) resulta injusta, porque no se debe tratar a lo igual
como desigual, tampoco se debe tratar a aquello que es diferente como
igual.

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INVESTIGACIÓN II

- Citamos como precedente internacional, lo resuelto por la Sala


Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de San José de Costa
Rica en la Resolución N°2006007262 del expediente 03-008127-0007-
CO referente a declarar la inconstitucionalidad del artículo 14, inciso 6
del Código de Familia, en cuanto establece que es legalmente imposible
el matrimonio entre personas del mismo sexo, alegando que dicha
disposición resulta contraria al principio de igualdad.

¿Por qué la unión civil no puede ser equiparada a la unión de hecho del artículo
326 del Código Civil?

El Código Civil de 1984 ha adoptado la teoría de la apariencia jurídica.

Esta teoría consiste en considerar, para el reconocimiento judicial de la unión


de hecho, a aquélla que persiga alcanzar finalidades y cumplir deberes
semejantes a los del matrimonio. La unión civil además queda disuelta por las
razones estipuladas por los miembros de la unión en el contrato que regula sus
relaciones personales y efectos patrimoniales, de ser el caso.

Este tipo de disolución no lo contempla la unión de hecho, produciéndose una


vez más un tratamiento preferente para las uniones civiles de personas del
mismo sexo. En el proyecto de ley no se contemplan los derechos de los hijos,
en caso que los miembros de la unión civil hayan sido casados o tengan hijos.
En el artículo 7º, Dice: las personas que conforman una Unión Civil pueden
celebrar contratos que regulen sus relaciones personales y efectos
patrimoniales derivados de la convivencia, así también como las
compensaciones económicas que consideren adecuadas......, lo cual otorga a
las uniones civiles mayores derechos que a las uniones de hecho
heterosexuales, incluso que al matrimonio mismo.

Cualquier vínculo jurídico de carácter familiar es indisponible a la autonomía


privada porque ésta no puede modificar ni sustraer las consecuencias
establecidas por el ordenamiento positivo.

En nuestro sistema legal es imposible construir una unión de hecho o


matrimonio fuera de las normas de Derecho de Familia porque éstas son de
orden público y por tal motivo la autonomía privada está restringida al
establecimiento de los actos jurídicos familiares; y tampoco puedo establecer
mediante contrato efectos personales, porque el contrato tiene una finalidad
patrimonial.

PLÁCIDO V., Alex F. (2009) El régimen de la regulación de la familia. Editorial


Gaceta Jurídica.p.29

CONCLUSIONES 

- Por las razones expuestas, este proyecto debe archivarse porque la


unión civil de personas del mismo sexo no puede ser equiparada con la
unión de hecho, debido a que ésta última tiene una configuración

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INVESTIGACIÓN II

equivalente al matrimonio para su reconocimiento, de acuerdo a lo


establecido por el artículo 326 del Código Civil.
- Lo que significa que la unión civil pretendería tener una configuración
similar al matrimonio; situación que no se adecúa al modelo
constitucional de la familia peruana.
- De otro lado, se propone un estatus privilegiado para las uniones civiles
cuando se pretende otorgarle mayores derechos que a los convivientes
heterosexuales y mayores facilidades para su reconocimiento.
- Además incorpora instituciones jurídicas importadas al sistema legal
peruano, contraviniendo la estructura del Derecho Civil, ocasionando un
desequilibrio en relación a las uniones de hecho y una desvalorización
de la institución matrimonial peruana.

CASOS ESPECIALES

La conviviente abandonada

La conviviente alimentista

¿ENTRE LOS CONVIVIENTES SE REQUIERE DECLARACIÓN


JUDICIAL PREVIA DE LA UNIÓN DE HECHO PARA INICIAR JUICIO DE
ALIMENTOS O SOLICITAR INDEMNIZACIÓN? EL PLENO: POR CONSENSO
ACUERDA:

Que para solicitar alimentos o indemnización entre concubinos no se requiere


declaración judicial previa de la Unión de Hecho, pero ésta debe acreditarse
dentro del proceso con principio de prueba escrita.
El conviviente viudo

Pensión de viudez 

En el Perú, el Sistema Nacional de Pensiones de la Seguridad Social, Decreto


Ley N° 19990, disponía que no existía la pensión de viudez para los miembros
de la unión de hecho aunque ésta sea reconocida judicialmente.

La Ley N° 29451 adiciona el artículo 84º-A al Decreto Ley 19990, creando un


Régimen Especial de Jubilación para la Sociedad Conyugal y las Uniones de
Hecho el cual permitirá que los mismos puedan acceder a la pensión sin
necesidad de haber cumplido, de manera individual, con 20 años de
aportación.

Pensión de viudez 

Este Régimen Especial de Jubilación será aplicado a las Uniones de Hecho,


cuyos miembros sean mayores de 65 años de edad, con más de 10 años de
convivencia permanente y estable, que no perciban jubilación alguna y que
acrediten aportaciones conjuntas al SNP por un período no menor de 20 años y
cumplan con los demás requisitos señalados por Ley.

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INVESTIGACIÓN II

Esta pensión especial de la jubilación de uniones de hecho tiene la condición


de bien social de la sociedad conyugal, la cual será acreditada con la partida de
matrimonio con una antigüedad no mayor de 30 días o una sentencia firme de
declaración judicial de unión de hecho.

La pensión especial de jubilación no será menor a la pensión mínima


establecida por el SNP y el ingreso de referencia para el cálculo de la pensión
es el promedio de las remuneraciones percibidas por ambos conyugues o
miembros de la unión de hecho.

Pensión de viudez 
El Decreto Supremo Nº 054-97-EF, Texto Único Ordenado de la Administración
de Fondos de Pensiones y su Reglamento en el Sistema Privado de
Administración de Fondo Pensiones, considera al conviviente como viudo
sobreviviente siempre que cumpla con los requisitos establecidos en la ley civil.

El conviviente perjudicado

ASPECTOS PROCESALES
EXTINCIÓN DE LA UNIÓN DE HECHO

La conviviente aparente 

La abundante prueba instrumental acopiada en el expediente, no resulta


suficiente para acreditar, con la precisión e indubitabilidad que requiere el caso
supuesto, que el concubinato existió dentro del lapso que invoca la
demandante.

Las constancias expedidas por la autoridad policial y por administraciones de


hoteles pretenden sustituir una declaración testimonial practicada sin control
judicial y sin citación de la parte contraria.

Las testimoniales actuadas y las confesiones no constituyen pruebas


contundentes para pretender acreditar un estado que, por su reserva a
intimidad, requiere de otros elementos.

Tampoco son idóneas las partidas de bautizo, ni las fotografías, e


instrumentales, que no prueban sino, una relación de subordinación laboral,
que no ha sido negada o en todo caso, una relación amorosa innegable, pero
que resultan claramente insuficientes para los fines pretendidos.

¿SE REQUIERE DECLARACIÓN JUDICIAL DE RECONOCIMIENTO DE


LA UNIÓN DE HECHO, PARA QUE UNO DE LOS CONCUBINOS SOLICITE
LA LIQUIDACIÓN DE GANANCIALES, ¿O PARA HACER VALER SUS
DERECHOS ANTE TERCEROS?

Requieren necesariamente de una sentencia declarativa dictada por el Órgano


Jurisdiccional competente, a través de la cual se declare el derecho en cuestión
y pueda determinarse a cabalidad los supuestos a que hace referencia el
acotado artículo 326 del Código Civil.

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INVESTIGACIÓN II

Que, en cuanto a la liquidación de gananciales, debe tenerse presente que la


unión de hecho, termina por muerte, ausencia, mutuo acuerdo o decisión
unilateral, por lo que es menester precisar la fecha de inicio y de su fin, para
determinar qué bienes son los que van a inventariarse para una ulterior
liquidación de los mismos, y evitar que sean incluidos posibles bienes propios a
los convivientes.

VICTORIA PÍRRICA 

Doña Victoria solicita la inscripción de su unión de hecho habida con quien


fuere en vida Don Pirro, en el período entre el 1983 y 2005, reconocida
judicialmente mediante sentencia.

El Registrador Público tachó el título manifestando que existe incompatibilidad


con el derecho inscrito, ya que el predio está inscrito a favor de la Beneficencia
Pública de Pisco, como adjudicatario de los derechos y acciones de dicho bien.

La solicitante apela fundamentando que tiene declaración judicial de unión de


hecho en la cual acredita el estado de convivencia, siendo por lo tanto el
sustento legal que motiva la inscripción solicitada. • La Sala deberá determinar
lo siguiente: Si la transmisión sucesoria inscrita a favor de la Beneficencia
Pública es un obstáculo para la inscripción de la unión de hecho declarada
judicialmente.

La unión de hecho en el Perú, los derechos de sus integrantes y desafíos pendientes(*)


(**) The common law marriage in Peru, the rights of its members and pending
challenges Erika Irene Zuta Vidal(***) Pontificia Universidad Católica del Perú
https://doi.org/10.18800/iusetveritas.201801.011 Revistas IUS ET VERITAS, Nº 56,
julio 2018/ ISSN 1995-2929 (impreso) / ISSN 2411-8834 (en línea) 187 IUS ET
VERITAS 56 La unión de hecho en el Perú, los derechos de sus integrantes y desafíos
pendientes The common law marriage in Peru, the rights of its members and pending
challenges de estado_6. Formas de reconocer la unión de hecho_7. Derechos
reconocidos a las uniones de hecho_8. Filiación Extramatrimonial_9. Disolución de la
unión de hecho_10. Unión de hecho homoafectivas_11. Conclusiones_12. Referencias
bibliográficas 1. Introducción Durante mucho tiempo en nuestra conservadora sociedad,
el concubinato fue cuestionado, señalado con menoscabo y tratado de manera infame,
debido a prejuicios vinculados a una concepción tradicional de familia vinculada
exclusivamente al matrimonio y a cánones religiosos. No obstante, esta forma de familia
siempre ha existido, incluso antes de la existencia del matrimonio, aunque legalmente
no tuvieran un reconocimiento. Esta situación conllevó a que sus integrantes no gozaran
de los derechos y obligaciones similares a los cónyuges y que incluso los hijos,

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INVESTIGACIÓN II

producto de aquellas relaciones de pareja, sean denominados hijos ilegítimos. Es recién


con la Constitución de 1979 que las uniones de hecho gozan de reconocimiento
normativo, asimismo, estipula que todos los hijos tienen iguales derechos y queda
prohibida toda mención sobre el estado civil de los padres y la naturaleza de la filiación
de los hijos en los registros civiles y en cualquier documento de identidad y consagra la
igualdad entre hombres y mujeres con la consiguiente igualdad en las relaciones
familiares. En ese mismo contexto, nuestra actual Carta Magna, en su artículo 5, define
a la unión de hecho como: “La unión estable de un varón y una mujer, libres de
impedimento matrimonial, que forman un hogar de hecho, da lugar a una comunidad de
bienes sujeta al régimen de la sociedad de gananciales en cuanto sea aplicable”. El
artículo 4 de la misma explicita que la comunidad y el Estado detentan la obligación de
proteger a la familia y promover el matrimonio, entendiendo que la familia no está
asociada únicamente al matrimonio y que el concubinato es también una fuente
generadora de familia amparada por nuestro ordenamiento y veremos cómo,
progresivamente, sus integrantes han ido ganando mayores derechos. Esta regulación
constitucional es inherente a una realidad en el cual la convivencia va en aumento y el
matrimonio va decreciendo, ya sea porque las parejas optan por no contraer matrimonio,
porque no cuentan con los medios económicos o porque es un proyecto que ha sido
postergado. Así tenemos que, según el INEI, en el año 2004, el 17.6% manifestó que su
estado civil era conviviente y en el año 2013, lo hizo un 20.4%. Por otro lado, en el año
2004, el 30.8% señaló que su estado civil era casado y en el año 2013, lo hizo un
28.1%(1). A continuación, se detallarán algunas consideraciones importantes sobre esta
institución familiar, partiremos de los antecedentes y su naturaleza jurídica, para luego
abordar, los requisitos, la posesión constante de estado, las formas de su
reconocimiento, los derechos ganados por los concubinos, la filiación extramatrimonial,
su disolución y finalmente, las uniones homoafectivas. 2. Antecedentes En nuestro país,
el Código Civil de 1852 hizo referencia, exclusivamente, al concubinato como causal de
separación de los cónyuges y no reguló las uniones de hecho porque tuvo una marcada
influencia del Derecho Canónico en lo referido al matrimonio. Lo cual tiene asidero en
la Carta Política de 1839, vigente en esa época, que en su artículo 3 refería “su religión
es católica, apostólica y romana, que profesa sin permitir el ejercicio de cualquier otro
culto”. El matrimonio religioso era el único reconocido y que legitimaba a la familia,
toda relación fuera de ella merecía el rechazo de la sociedad (Varsi 2011, 388). Si bien
con la dación del Código Civil de 1936 estaba vigente la Constitución de 1933 en la

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INVESTIGACIÓN II

cual hubo un notable avance en cuanto a la incorporación de garantías individuales, se


reconoció la libertad de conciencia y de creencia y no existió norma expresa respecto
(1) INEI, Instituto Nacional de Estadística e Informática, “Estado de la Población
Peruana 2014”,https://www.inei.gob.pe/media/
MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1157/libro.pdf Revistas IUS ET
VERITAS, Nº 56, julio 2018/ ISSN 1995-2929 (impreso) / ISSN 2411-8834 (en línea)
188 IUS ET VERITAS 56 Erika Irene Zuta Vidal a la Iglesia Católica, aunque, la
influencia de la Iglesia seguía siendo significativa y, por lo tanto, se propició una
posición conservadora de la institución matrimonial frente a la unión de hecho. Es así
que este Código solo la mencionó a propósito del tratamiento de los hijos en los casos
de la investigación judicial de paternidad y en cuanto a los derechos sucesorios de los
hijos legítimos e ilegítimos, otorgándoles más derechos a los hijos legítimos si
heredaban conjuntamente con hijos ilegítimos (Varsi 2011, 388-393). La Ley 13157 del
año 1961, Ley de Barrios Marginales o Barriadas señalaba que cuando el adquirente de
un lote marginal que no esté casado y no tenga impedimento de casarse, lo ocupe con
una mujer con la cual hace vida marital, el bien será de ambos para lo cual se expedirá
el título a nombre de los dos. Posteriormente, la Ley 17716 – Ley de Reforma Agraria
de 1969 estipulaba como beneficiaria de la adjudicación gratuita de la unidad familiar a
la compañera permanente, en caso muriera el adjudicatario falleciera sin haberla
cancelado. (Reinoso 1987, 57) En 1970, el Tribunal Agrario reconoce el derecho de la
concubina en la adquisición de predios rústicos adquiridos durante la convivencia, pero
vinculándolo al enriquecimiento ilícito (Aguilar 2016, 151). El Decreto Ley 29598 de
1974 - Empresas de propiedad social estipulaba que los certificados de retiro serán
transferidos a la conviviente que mantiene estado de permanente compañera del
causante y siempre que se encuentre registrada en la ficha del trabajador (Reinoso 1987,
57). Adicionalmente, las Leyes 8439 y 8569 permitieron que la concubina reciba la
compensación por tiempo de servicios de su conviviente y trabajador fallecido. Pero
todo esto era insuficiente, ya que al no estar las uniones de hecho reguladas legalmente
se generaban situaciones de injusticia, sobre todo cuando esta unión de hecho terminaba
por decisión unilateral y la persona abandonada no tenía derechos reconocidos, ni
entidad a dónde acudir y quedaba en desamparo total (Aguilar 2016, 151-152). Es así
que paulatinamente se va abriendo camino para la incorporación de las uniones de
hecho a nivel constitucional. 3. Naturaleza jurídica de la unión de hecho A nivel
doctrinal se plantean tres teorías para establecer la naturaleza jurídica de la unión de

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INVESTIGACIÓN II

hecho: a) Teoría institucionalista; Partimos en reconocer que el matrimonio es una


institución, en ese sentido, a la unión de hecho le correspondería una naturaleza jurídica
similar, en razón de que es un acuerdo de voluntades y cumple los elementos propios
del matrimonio, como son los deberes de cohabitación, fidelidad y asistencia, generando
consecuencias jurídicas. Esta teoría es la más aceptada y considera que la unión de
hecho al ser fuente de familia debe ser considerada como una institución. b) Teoría
contractualista; La unión de hecho se presenta como una relación exclusivamente
contractual, siendo el factor económico el sustento de la existencia de las relaciones
convivenciales. Al igual que en el matrimonio, las razones por las cuales una pareja
decide convivir no se ciñen al tema económico, sino que existen aspectos personales
que trascienden las obligaciones propias al deber de asistencia y ayuda mutua. c) Teoría
del acto jurídico familiar; Esta teoría pone énfasis en la voluntad de sus integrantes en
generar relaciones familiares. El Tribunal Constitucional ha señalado que se “está ante
una institución que se fundamenta en la autonomía de la voluntad de quienes la integran
y que en puridad se caracteriza por su informalidad en cuanto a su inicio y su
desarrollo” (Plácido 2011, 386-387). 4. Requisitos que configuran la unión de hecho Es
relevante precisar que no todas las relaciones de convivencia están protegidas por
nuestro ordenamiento, así el artículo 326 de nuestro Código Civil y la jurisprudencia
han establecido una serie de requisitos, entre los cuales podemos indicar los siguientes:
Revistas IUS ET VERITAS, Nº 56, julio 2018/ ISSN 1995-2929 (impreso) / ISSN
2411-8834 (en línea) 189 IUS ET VERITAS 56 La unión de hecho en el Perú, los
derechos de sus integrantes y desafíos pendientes The common law marriage in Peru,
the rights of its members and pending challenges a) Unión estable entre un varón y una
mujer; es decir, debe ser una pareja heterosexual que conviva, que tenga intimidad y
vida sexual, para alcanzar finalidades y cumplir deberes semejantes a los del
matrimonio. Se equipara la unión de hecho al matrimonio. En ese sentido, nos
remitimos a lo regulado en los artículos 288 y 289 del Código Civil y establecemos que
son deberes que nacen del matrimonio y de las uniones de hecho: el deber de fidelidad,
de asistencia, de cohabitación y respecto a los hijos, tienen el deber de alimentarlos y
educarlos. Una de las finalidades del matrimonio y también de la unión de hecho es
hacer vida en común para lo cual, se debe establecer un domicilio conyugal o
convivencial, según sea el caso. En las relaciones matrimoniales, cuando se rompe este
deber pueden ocurrir distintas consecuencias: que el matrimonio continúe vigente a
pesar que ya no viven juntos o que debido a este alejamiento, se inicie un proceso de

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INVESTIGACIÓN II

separación legal o divorcio por mutuo acuerdo o por las causales de separación de hecho
o abandono injustificado del hogar conyugal. En el caso de las uniones convivenciales,
esta separación física da lugar a la culminación de la unión de hecho. Otro de los
deberes, es la fidelidad, que va de la mano con el que la unión de hecho sea
monogámica. En las relaciones matrimoniales, el incumplimiento de este deber puede
dar lugar a causales de divorcio o separación de hecho, como son el adulterio, la
homosexualidad o la conducta deshonrosa. En el caso de las uniones de hecho, el
conviviente ofendido puede optar por dar por concluida la convivencia o por perdonar la
infidelidad y continuar la relación. El deber de asistencia será desarrollado más adelante
a propósito del tema de los alimentos entre convivientes. Respecto a los hijos, existe el
deber de alimentarlos y educarlos lo cual viene ligado a la figura de la patria potestad,
independiente de la relación que tuvieron los padres. Es preciso agregar que también se
reconoce la igualdad del hombre y la mujer en el gobierno del hogar, con lo cual
desaparece la potestad marital por lo menos en el plano normativo, en consecuencia,
debemos apuntar a la conformación de familias democráticas. b) Voluntariamente
realizada, sin coacción; No cabe pues, una convivencia producida por retención violenta
o rapto. c) Libres de impedimento matrimonial; es decir, no deben estar incursos en los
impedimentos matrimoniales regulados en los artículos 241, 242 y 243 del Código
Civil, algunos de los cuales son: estar casado, ser menor de edad, adolecer de alguna
enfermedad crónica, contagiosa y transmisible por herencia, ser parientes
consanguíneos en línea recta o colateral en segundo y tercer grado, los afines en línea
recta, entre otros. Con lo cual la relación de convivencia de una persona casada con otra
distinta a su cónyuge no está protegida por nuestro ordenamiento y es considerada como
unión de hecho impropia y si alguno de los integrantes resultara perjudicado
económicamente solo cabría interponer una demanda por enriquecimiento indebido. d)
Permanente; dado que debe durar por lo menos dos años continuos, por lo tanto, los
plazos de convivencia intermitentes no se suman. Asimismo, es necesario precisar que
el plazo se empieza a contabilizar desde que los concubinos estén libres de impedimento
matrimonial, de tal forma que, en el caso que una pareja conviva y uno de ellos aún esté
casado, el plazo se computará desde el momento que esté divorciado por más que la
convivencia haya sido anterior. e) Exclusiva; es decir, monogámica y no será
considerada aquella relación en donde convivan y se mantengan relaciones sexuales con
más de una persona debido a que no está contemplado el reconocimiento de dos o más
concubinatos simultáneos. f) Notoriedad; la relación de convivencia tiene que ser

17
INVESTIGACIÓN II

pública y exteriorizada ante Revistas IUS ET VERITAS, Nº 56, julio 2018/ ISSN 1995-
2929 (impreso) / ISSN 2411-8834 (en línea) 190 IUS ET VERITAS 56 Erika Irene Zuta
Vidal terceros quienes pueden ser familiares, amigos, conocidos y/o vecinos. 5.
Posesión constante de estado El segundo párrafo del artículo 326 del Código Civil
indica que la posesión constante de estado debe probarse con cualquiera de los medios
admitidos por la ley procesal, siempre que exista un principio de prueba escrita. Enrique
Varsi desarrolla los tres elementos que se requieren para que se configure la posesión de
estado en el caso de las uniones de hecho: • Trato (tractus); Es la forma en la cual una
persona tiende a tratar a otra, pero para que tenga los efectos y consecuencias legales,
este trato debe exteriorizarse, es decir debe ser notoria frente a terceros. • Nombre
(nomem propio); Elemento que implica identidad. Es la manera como se conocen y
reconocen, por ejemplo, es la pareja de tal. • Fama (fama correlata); Es la identificación
y la legitimación social que realiza la comunidad a ese estado de familia convivencial.
Sin embargo, “la doctrina y la jurisprudencia moderna han prescindido de la exigencia
conjunta de los tres elementos” y se señala que el trato es elemento revelador de la
posesión de estado, aunque no hubiera exteriorización ni uso del apellido (Varsi 2011,
424-425). Se ha indicado que el artículo 326 refiere que para probar la unión de hecho
es necesaria la prueba escrita. Coincidimos con Alex Plácido cuando advierte que “esta
última exigencia resulta excesiva si se considera la dificultad de contar con documentos
escritos, en una relación familiar que se caracteriza por la oralidad o por la simple
concurrencia de circunstancias de comportamiento que revelan su existencia; siendo,
precisamente, la prueba testimonial la que asume mayor relevancia en asuntos de
derecho de familia. Por ello, debería eliminarse tal requerimiento”(Plácido 2001, 257).
6. Formas de reconocer la unión de hecho En los últimos años a los convivientes se les
ha reconocido no solo derechos patrimoniales sino también derechos personales, lo cual
se ha dado no solo a nivel legislativo sino también jurisprudencial. Para que una unión
de hecho goce de la totalidad de derechos reconocidos es imperioso e ineludible que
esta sea declarada judicialmente o que se encuentre inscrita en el Registro Personal de
Registros Públicos (Artículo 39 de la Ley 26662 y Ley 29560). A continuación,
explicaremos ambas opciones: 6.1. A nivel judicial El proceso judicial de
reconocimiento de unión de hecho se inicia, en la mayoría de los casos, cuando uno de
los convivientes fallece o debido a la decisión unilateral de uno de sus integrantes de dar
por concluida la convivencia. Algunos de los problemas al acudir a esta vía son las
pruebas y la duración del juicio, ya que estamos ante un proceso de conocimiento, por

18
INVESTIGACIÓN II

lo cual lo más recomendable es que en un mismo juicio se plantee como pretensión


principal el reconocimiento de la unión de hecho y como pretensión accesoria, la
liquidación de los gananciales. Asimismo, debe quedar establecido, de manera
fehaciente, el inicio y la culminación de la unión de hecho a fin de hacer un adecuado
reparto de los gananciales si los hubiere. Coincidimos con el profesor Benjamín Aguilar
en que la sentencia de reconocimiento de unión de hecho es declarativa debido a que
reconoce una situación de hecho pre existente y sus efectos se retrotraen al momento al
inicio de la convivencia. “Si la sociedad de bienes se equipara a la sociedad de
gananciales, y si ésta aparece con el matrimonio, entonces deberíamos concluir que
igualmente la sociedad de bienes aparece cuando se inicia esta unión de hecho, y
reconocido que sea el concubinato, entonces sus efectos deberían retrotraerse al
comienzo del mismo”. (Aguilar 2016, 157-158). Revistas IUS ET VERITAS, Nº 56,
julio 2018/ ISSN 1995-2929 (impreso) / ISSN 2411-8834 (en línea) 191 IUS ET
VERITAS 56 La unión de hecho en el Perú, los derechos de sus integrantes y desafíos
pendientes The common law marriage in Peru, the rights of its members and pending
challenges Es preciso agregar que la Casación 1532-2013-Lambayeque nos recuerda
que el artículo 17 de la Convención América de Derechos Humanos establece que el
derecho a fundar una familia es un derecho humano, lo cual está regulado de manera
implícita en el artículo 5 de nuestra Constitución. En ese sentido, “la acción de
reconocimiento de unión de hecho no está sujeta a plazo prescriptorio, pues los derechos
humanos son por su propia naturaleza imprescriptibles, según la Convención de Viena”.
6.2. A nivel notarial Uno de los graves problemas que acarrea el goce de derechos para
los convivientes es la acreditación de la unión de hecho, para lo cual la única vía posible
era la judicial. Con la finalidad de contrarrestar esta dificultad, se dio la Ley N° 29560
la cual otorga facultades a los notarios para tramitar el reconocimiento de unión de
hecho. La inscripción en el Registro Personal es un procedimiento no contencioso que
requiere el consentimiento de ambos integrantes, que hayan convivido no menos de dos
años continuos y debe contener la fecha de inicio de la convivencia. Se presenta una
solicitud ante el notario, quien manda publicar un extracto de dicha solicitud en el
Diario “El Peruano” y otro diario de amplia circulación. Transcurridos quince (15) días
útiles desde la publicación del último aviso, sin que se hubiera formulado oposición, el
notario extiende la escritura pública con la declaración del reconocimiento de la unión
de hecho entre los convivientes y remite los partes al registro personal del lugar donde
domicilian los solicitantes. En caso de oposición, el notario remite los actuados al Poder

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INVESTIGACIÓN II

Judicial. Si los convivientes desean dejar constancia de haber concluido su estado de


convivencia, podrán hacerlo en la escritura pública en la cual podrán liquidar el
patrimonio social, para este caso no se necesita hacer publicaciones. El cese de la
convivencia se inscribe en el Registro Personal. Cabe agregar que encontramos un
incremento en las inscripciones de las uniones de hecho ya que de enero a diciembre de
2016 se registraron 2,588 uniones de hecho en todo el país, en comparación, con el año
2015, cuando se inscribieron solo 673 uniones de hecho(2). No obstante, aún existe
mucho desconocimiento sobre el trámite para registrar la convivencia y los gastos a los
cuales hay que incurrir pueden generar una barrera económica que limita el acceso a
ella, por lo cual, todavía hay muchas parejas que no regularizan su unión. Por otro lado,
es trascendental que se reconozca a los concubinos como parientes por afinidad,
adicionalmente, que se incorpore en el artículo 241 del Código Civil, como uno de los
impedimentos absolutos del matrimonio a quienes tengan una relación de convivencia
inscrita en el Registro Personal o declarada judicialmente. Lo cual debería encaminarse
hacia la incorporación, dentro de los documentos requeridos para contraer matrimonio,
el exigir a los contrayentes el Certificado Negativo de Unión de hecho, expedido por el
registro personal de la oficina registral donde domicilian los solicitantes. Ello en vista
de que al no existir el estado civil conviviente, el integrante de la unión de hecho sigue
figurando en su Documento Nacional de Identidad (DNI) como soltero por lo cual,
puede contraer matrimonio con una persona distinta a su conviviente aun estando
inscrita su convivencia en el Registro Personal. 7. Derechos reconocidos a las uniones
de hecho Las uniones de hecho han ido ganando derechos, de manera progresiva,
aunque cómo veremos hay muchos aspectos que merecen una mejor regulación y otros
que aún están pendientes de ser tratados. A continuación, abordaremos algunos de estos
derechos: 7.1. Reconocimiento de la sociedad de gananciales como régimen patrimonial
Tanto la Constitución como el Código Civil regulan que la unión de hecho origina una
(2) SUNARP, Superintendencia Nacional de los Registros Públicos,
https://www.sunarp.gob.pe/PRENSA/inicio/post/2017/02/17/ conoce-por-que-debes-
inscribir-tu-convivencia-en-la-sunarp Revistas IUS ET VERITAS, Nº 56, julio 2018/
ISSN 1995-2929 (impreso) / ISSN 2411-8834 (en línea) 192 IUS ET VERITAS 56
Erika Irene Zuta Vidal sociedad de bienes que se sujeta al régimen de sociedad de
gananciales. Es decir, todos los bienes y deudas adquiridas durante la convivencia
formarán parte del patrimonio social de ambos concubinos, entendiendo que se
constituye la sociedad de gananciales desde el inicio de la convivencia y no desde que

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INVESTIGACIÓN II

es declarada judicialmente o inscrita en el Registro Personal porque este reconocimiento


es declarativo y no constitutivo. Por consiguiente, al concluir la unión de hecho también
se liquida la sociedad de gananciales y los bienes sociales que hubieren adquirido
deberán ser repartidos en partes iguales. En base a lo anterior, debemos considerar que
son aplicables algunas de las normas relativas a la sociedad de gananciales reguladas
para el matrimonio y otras pueden ser impertinentes, por ejemplo el artículo 312 del
Código Civil referido al derecho a contratar entre los cónyuges solo sobre los bienes
propios o el 324 del Código Civil que establece la pérdida de gananciales por el
cónyuge culpable de la separación de hecho, no son aplicables a la uniones
convivenciales (Plácido 2001, 256). Empero hay otras normas que si son aplicables
como son las referidas a la diferenciación entre bienes propios y bienes sociales, el
considerar que los frutos de los bienes propios son bienes sociales y que para disponer
de los bienes sociales se requiere el asentimiento de ambos concubinos (artículo 315 del
Código Civil) Sin embargo, una diferencia relevante en comparación con los cónyuges
es que los convivientes no tienen la posibilidad legal de optar por el régimen de
separación de patrimonios. Por tanto, “el régimen patrimonial de las uniones de hecho
es único y forzoso” (Plácido 2001, 255). Sin embargo, “a propósito de una sentencia del
tribunal registral (…) logro inscribirse una separación de patrimonios de una unión de
hecho, como es de verse de la Ficha N° 21094 del Registro de Personas Naturales de esa
oficina” (Aguilar 2017, 86). A pesar de esta resolución, nuestra normativa no lo
permite; en consecuencia, consideramos que debería estar expresamente regulado la
posibilidad de que las uniones de hecho pueden optar por el régimen económico de su
preferencia. 7.2. Alimentos entre concubinos El profesor Benjamín Aguilar puntualiza
que “la importancia del derecho alimentario se traduce en el fin que persigue, que no es
otro que cubrir un estado de necesidad en quien lo solicita, respondiendo a una de sus
características, quizás la más trascendente, la de ser un derecho vital, un derecho de
urgencia” (Aguilar 2016, 488). De acuerdo a lo anterior, dentro de los integrantes de
una familia debería ser natural el prestarse asistencia mutuamente pero, esta situación
no siempre ocurre y por esta razón, en muchas situaciones se hace necesaria la
intervención judicial. En el caso del matrimonio existe una obligación legal que hace
que los cónyuges puedan demandar alimentos no solo durante la cohabitación sino
también cuando no hay convivencia o en circunstancias especiales, incluso cuando ya
están divorciados. En el caso de las uniones de hecho nuestra legislación establece que
deben cumplir deberes semejantes al matrimonio y si analizamos cuales son estos

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INVESTIGACIÓN II

deberes nos encontramos con el deber de asistencia entre los cónyuges, el cual tiene
como correlato el artículo 474 del Código Civil que refiere que se deben recíprocamente
alimentos los cónyuges, no haciendo ninguna mención a los convivientes. De modo que
para las uniones de hecho solo existe una obligación natural de prestar alimentos.
Tomando en cuenta lo anterior debería estar contemplado en nuestra normativa que los
convivientes gocen del derecho y el deber de prestarse alimentos recíprocamente, pero
esa situación no ocurre. Nuestro Código Civil estipula que la pensión de alimentos
procede en caso de abandono injustificado de uno de los concubinos, es decir, para que
se pueda gozar de esta pensión, la convivencia debe haber concluido no existiendo
posibilidad que se le otorgue una pensión de alimentos a uno de los convivientes
mientras esté vigente la unión de hecho, lo cual vulnera el deber de asistencia que debe
existir entre los integrantes de las familias. Revistas IUS ET VERITAS, Nº 56, julio
2018/ ISSN 1995-2929 (impreso) / ISSN 2411-8834 (en línea) 193 IUS ET VERITAS
56 La unión de hecho en el Perú, los derechos de sus integrantes y desafíos pendientes
The common law marriage in Peru, the rights of its members and pending challenges Es
preciso agregar que el juez en caso de abandono unilateral de uno de los convivientes
tiene la posibilidad de conceder, a elección del abandonado, una cantidad de dinero por
concepto de indemnización o la pensión de alimentos. La pensión de alimentos se debe
fijar en proporción de las necesidades de quien los solicita y las posibilidades de quien
debe darlos, asimismo, se debe tomar en cuenta el trabajo doméstico no remunerado
realizado por alguno de los obligados. Finalmente, esta obligación cesará en caso de
fallecimiento del obligado o del alimentista, si el/la alimentista contrae nupcias con otra
persona, si el obligado disminuye sus ingresos y puede estar en peligro su propia
subsistencia o si el estado de necesidad del/la alimentista desaparece. 7.3. Derechos
laborales y la pensión de viudez El autor Alex Plácido destaca que “en el Derecho
Laboral, se reconoce que el conviviente supérstite tiene derecho al 50% del monto
acumulado de la compensación por tiempo de servicios y sus intereses, que a solicitud
le será entregado por el depositario, en caso de fallecimiento del trabajador compañero”
(D.S. N° 001-97-TR-TUO del Decreto Legislativo 650, artículo 54). De otra parte, se
admite que el conviviente se beneficiario del seguro de vida a cargo del empleador de su
compañero trabajador (Decreto Legislativo N° 688, artículo 1) (Plácido 2001, 254). Este
mismo autor nos recuerda que en la legislación del “Sistema Privado de Administración
de Fondos de Pensiones se establece que el conviviente tiene derecho a las pensiones de
invalidez y sobrevivencia y es potencial beneficiario de la pensión de jubilación de su

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INVESTIGACIÓN II

compañero (D.S. N° 004-98- EF- Reglamento del TUO del Ley del Sistema Privado de
Administración de Fondo de pensiones, artículo 113) (Plácido 2001, 254). A pesar de
estas regulaciones específicas y que en el sistema privado de pensiones se reconozca la
pensión de viudez, en el sistema público de pensiones no existe una norma que
reconozca la pensión de viudez para los concubinos. Es más la Ley 19990 y la Ley
20530 omiten expresamente el derecho a la pensión de viudez reconociéndola solo para
las uniones matrimoniales. Lo cual ha dado lugar a que jurisprudencialmente se haya
desarrollado este tema y si bien, en un principio la pensión de viudez para la conviviente
supérstite fue denegada por el Tribunal Constitucional, posteriormente, cambio su
pronunciamiento reconociendo la pensión de viudez para la conviviente a pesar de no
estar reconocida legislativamente. Veamos a continuación algunos casos: En una
primera sentencia del Tribunal Constitucional, referida al caso Anaya (EXP. N° 03605-
2005-AA/TC) se denegó el derecho de pensión de viudez para una conviviente y se
estableció que no se puede tratar en igualdad al matrimonio y la unión de hecho y así
como no se puede obligar a alguien a casarse, tampoco se puede obligar a tener los
efectos previsionales propios del matrimonio. Corrigiendo el pronunciamiento del caso
Anaya, el mismo Tribunal en una sentencia emitida a propósito del caso Rosas
Domínguez (Sentencia del TC 06572-2006-PA/TC) se aparta de su decisión anterior y
refiere que los integrantes de las uniones de hecho pueden gozar no solo de derechos
patrimoniales sino también de derechos personales, como la pensión de viudez y que las
pensiones tienen la calidad de bienes sociales porque sirven para el sostenimiento de la
familia y en ese aspecto, estipula lo siguiente: “(…) al haberse comportado los
convivientes como cónyuges, al asumir finalidades, obligaciones y deberes semejantes a
los del matrimonio, la conviviente habría adquirido el derecho a la pensión de viudez”.
“Sin importar el tipo de familia ante la que se esté, esta será merecedora de protección
frente a las injerencias que puedan surgir del Estado y de la sociedad. No podrá
argumentarse, en consecuencia, que el Estado solo tutela a la familia matrimonial,
tomando en cuenta que existen gran cantidad de familias extramatrimoniales. Es decir,
se comprende que el instituto de familia trasciende al del matrimonio, Revistas IUS ET
VERITAS, Nº 56, julio 2018/ ISSN 1995-2929 (impreso) / ISSN 2411-8834 (en línea)
194 IUS ET VERITAS 56 Erika Irene Zuta Vidal pudiendo darse la situación de que
extinguido este persista aquella”. Esta sentencia también reconoce que se estaría
vulnerando el derecho- principio de igualdad ya que no existe argumento objetivo y
razonable para que en el sistema privado de pensiones si se permita otorgar una pensión

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INVESTIGACIÓN II

de viudez a los convivientes y en el sistema nacional de pensiones ello no sea posible.


Por consiguiente, a una misma situación se le da un trato diferenciado dado que la
contingencia para ambos casos es la misma, la muerte del conviviente. Por otro lado,
este pronunciamiento es trascendental porque reconoce que la familia es un instituto
ético – social que se encuentra inevitablemente a merced de los nuevos contextos
sociales y que la unión de hecho genera una dinámica a partir de la cual se originan
dependencias entre sus integrantes y que conciben no solo obligaciones patrimoniales
sino también personales como el deber de asistencia mutua. Del mismo modo, se
evidencia que si bien el único titular de la pensión es quien realiza los aportes; en el
caso de la pensión de viudez, esta debe ser concebida como una garantía para velar por
el mantenimiento de una vida acorde con el principio de dignidad de aquellos que, en
razón de un vínculo familiar directo, dependían económicamente de parte de dicha
pensión, como es el caso de la concubina viuda. 7.4. Derechos sucesorios Uno de los
sustentos para no reconocer derechos sucesorios a los convivientes era que se
desalentaría a las parejas a optar por el matrimonio debido a que tendrían los mismos
derechos que el/la cónyuge. Consideramos que debe ser decisión de cada pareja el optar
por alguna de estas instituciones al momento de iniciar una vida en común, lo cual parte
de su autonomía, de su derecho a la libertad, de su derecho a formar una familia y que
esta goce de una protección legal. La Ley 30007 (promulgada el 17 de abril de 2013)
concede, por primera vez en nuestro país, derechos hereditarios a los convivientes. Esta
norma regula la igualdad del concubino y el cónyuge en materia sucesoria, por
consiguiente, constituye un heredero de tercer orden (816 CC) que puede heredar
conjuntamente con los hijos o descendientes del causante o con sus progenitores o
ascendientes, es asimismo, un heredero forzoso (724 CC) a quien no se le puede privar
de la herencia a no ser por causales de indignidad o desheredación. Sus derechos
sucesorios forman parte de la “legítima” (aquella parte de la que no puede disponer) en
consecuencia, no se debe exceder de la cuota de libre disponibilidad permitida, ya sea
de la tercera parte cuando se tiene hijos y conviviente y de la mitad en caso se tenga
padres y conviviente; asimismo, en caso de no haber hecho uso de la cuota de libre
disponibilidad y si el concubino fallecido no tiene hijos o padres, el sobreviviente podrá
heredar la totalidad el patrimonio dejado por el causante. Adicionalmente, se le permite
al conviviente supérstite, cuando concurra con otros herederos, seguir viviendo en el
inmueble que fue su casa habitación cuando la suma de lo que le corresponde por
gananciales y por cuota hereditaria no le alcance para adjudicarse el bien. Por lo tanto,

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INVESTIGACIÓN II

tiene el derecho a gozar del derecho de habitación vitalicia y también, del derecho de
usufructo en caso no estuviere en situación económica que le permita sostener los gastos
de la casa habitación, el conviviente puede arrendar el inmueble aunque con
autorización judicial. Se entiende que mientras esté afectado por los derechos de
habitación o de usufructo, la casa habitación tendrá la condición legal de patrimonio
familiar. Sin embargo, mientras ambos convivientes estén vivos, no pueden constituir,
sobre sus bienes en común, patrimonio familiar sino solo lo pueden hacer los cónyuges.
En el caso que no goce de algunos de estos derechos, el conviviente que concurra con
otros herederos también puede optar por el usufructo de la tercera parte de la herencia,
lo cual genera la indivisión del patrimonio hereditario hasta que se extinga este derecho.
Es preciso recordar que la legítima del integrante sobreviviente de la unión de hecho es
independiente del derecho que le corresponde por gananciales. Para que los concubinos
puedan ejerces estos derechos sucesorios se exigen los siguientes requisitos: Revistas
IUS ET VERITAS, Nº 56, julio 2018/ ISSN 1995-2929 (impreso) / ISSN 2411-8834 (en
línea) 195 IUS ET VERITAS 56 La unión de hecho en el Perú, los derechos de sus
integrantes y desafíos pendientes The common law marriage in Peru, the rights of its
members and pending challenges • Cumplir con las condiciones consignadas en el
artículo 326 del Código Civil. • La convivencia debe encontrarse vigente al momento
del fallecimiento de cualquiera de sus miembros. • Las uniones de hecho deben estar
inscritas en el Registro Personal, de conformidad con el art. 49 de la Ley 26662, o haber
sido reconocidas por la vía judicial. 7.5. Adopción La adopción es una institución social
basada en una ficción legal, por la cual se establece una relación paterna o materna filial
entre dos personas que no lo son por naturaleza, otorgándole los mismos derechos y
deberes recíprocos entre padre e hijos o madre e hijos (Aguilar 2016, 338). La Ley
30311 (promulgada el 16 de marzo de 2015) modifica los artículos 378 y 382 del
Código Civil y reconoce el derecho a adoptar de los concubinos, teniendo como
exigencia que dicha unión se encuentre inscrita en el Registro Personal de la Oficina
Registral que corresponda al domicilio de los convivientes y que se cuente con el
asentimiento de ambos. Para que puedan acceder a este derecho se requieren ciertos
requisitos entre los que encontramos: que los adoptantes gocen de solvencia moral, que
la edad de cada adoptante sea por lo menos igual a la suma de la mayoridad y la del hijo
por adoptar, que si el adoptado tiene más de 10 años preste su asentimiento, entre otros.
Antes de la dación de esta ley, solo podían adoptar los cónyuges por lo cual si una
pareja de convivientes iniciaba el trámite de adopción se le exigía que, previamente,

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INVESTIGACIÓN II

contraiga matrimonio ocasionando que se vulnere el derecho de los convivientes a


integrar hijos a sus familias. 7.6. Derecho a la Salud La Ley 26790 (Ley de la
Modernización de la Seguridad Social en Salud) reconoce en su artículo 3 como
derechohabientes al concubino a que se refiere el artículo 326 del Código Civil y la
misma mención la hace su reglamento (D.S. N° 009-97- S.A.). Por otro lado, el actual
Texto Único de Procedimientos Administrativos (TUPA) del Seguro Social de Salud -
ESSALUD (Decreto Supremo N° 014-2016-TR) establece como uno de los requisitos
para el registro del concubino o concubina, la copia simple del documento de
Reconocimiento de la Unión de Hecho, sea por Resolución Judicial o por Escritura
Pública. Con el TUPA anterior (D.S. N° 010-2010-TR) no se requería la Resolución
Judicial o por Escritura Pública de Reconocimiento de Unión de Hecho sino que bastaba
con la Declaración Jurada de relación de concubinato. Es preciso referir que,
anteriormente, ESSALUD había emitido, a nivel de Resoluciones, disposiciones que
implicaban la incorporación de este requisito; sin embargo, al ir contra el TUPA eran
claramente ilegales. Incluso se llegó a plantear una Acción Popular (Sentencia A.P. N°
13619-2013 LIMA) contra una de esas resoluciones la cual fue declarada fundada y se
declaró ilegal la resolución por ir contra el TUPA de ESSALUD vigente en ese
entonces. Con el nuevo TUPA, ESSALUD solo registra a los concubinos que han sido
declarados judicialmente como tal o tienen su unión de hecho reconocida través de una
Escritura Pública, lo cual perjudica a muchos concubinos que no han efectuado alguno
de estos procedimientos y que son la mayoría, vulnerando el derecho a la salud y el
derecho a la seguridad social reconocidos en nuestra Constitución. Asimismo, hace más
burocrático el trámite que permite al conviviente gozar de un derecho humano
fundamental, como es el derecho a la salud puesto que ya no basta la declaración jurada
de su pareja, como era anteriormente sino que se debe realizar el procedimiento judicial
o notarial previo, lo cual definitivamente es una barrera de acceso al derecho a la salud.
8. Filiación Extramatrimonial Antes de la Constitución de 1979, todos los hijos nacidos
producto de una convivencia eran considerados hijos ilegítimos, quienes incluso
heredaban la mitad de lo que recibirían los hijos legítimos, hijos nacidos dentro de un
Revistas IUS ET VERITAS, Nº 56, julio 2018/ ISSN 1995-2929 (impreso) / ISSN
2411-8834 (en línea) 196 IUS ET VERITAS 56 Erika Irene Zuta Vidal matrimonio. Si
los hijos eran concebidos por una pareja que no estaba casada y que no tenía
impedimento matrimonial se les llamaban hijos naturales y si posteriormente, esta
pareja se casaba, los hijos eran considerados legitimados desde la fecha del matrimonio

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INVESTIGACIÓN II

de sus progenitores. Estos hijos legitimados tenían los mismos derechos de los hijos
legítimos. Como vemos, existía discriminación entre los hijos, en cuanto a la
denominación que nuestro ordenamiento les imponía, al recorte de sus derechos
sucesorios y por supuesto, en cuanto a la determinación de una filiación
extramatrimonial. Actualmente, esa diferenciación ha quedado superado y todos los
hijos tienen iguales e incluso está prohibida toda mención sobre el estado civil de los
padres y sobre la naturaleza de la filiación. No obstante, si los convivientes procrean
hijos nuestro ordenamiento lo regula como filiación extramatrimonial y una de las
diferencias con la filiación matrimonial es que en esta se aplica la presunción pater is es
decir, se presume que los hijos nacidos dentro de un matrimonio son hijos de los
cónyuges. En el caso, de las uniones de hecho así estén inscritas en el registro personal
no opera esta presunción de manera que, ambos padres deben reconocerlos
voluntariamente ya sea en el registro de nacimiento, en escritura pública, en testamento
o ante el juez, según lo regulado en el artículo 171 del Código de Niños y Adolescentes.
Dicho acto es unilateral, no admite modalidad, es declarativo e irrevocable. En caso
contrario, se podrá iniciar un proceso de declaración judicial de filiación
extramatrimonial, según lo regulado en el artículo 402 inciso 3 del Código Civil,
entendiéndose la convivencia en sentido amplio (unión de hecho propia e impropia). La
vía procedimental es una de conocimiento y debido a su complejidad podría acarrear
que el derecho a la identidad de un niño o una niña quedará en suspenso por mucho
tiempo. Acorde a los avances tecnológicos y la premura que estos casos sean resueltos
de una manera rápida y así garantizar el principio del interés superior del niño, se dio la
Ley 28457 y sus posteriores modificatorias que regulan un proceso especial de
declaración judicial de paternidad extramatrimonial que incorpora la prueba de ADN
como el medio probatorio que acreditará de manera fehaciente un vínculo paterno filial.
En este mismo juicio, se puede acumular la pretensión de alimentos para los hijos, el
costo de la prueba de ADN debe ser asumido por el demandado y no es necesario el
patrocinio de un abogado ni el pago de las tasas judiciales. Con lo cual, en caso de no
existir un reconocimiento voluntario lo más recomendable es iniciar un proceso
amparado en esta ley ya que es más célere que el anterior. 9. Disolución de la unión de
hecho La unión de hecho termina por muerte de uno de sus integrantes, ausencia
regulada según el artículo 49 del Código Civil, por mutuo acuerdo, por decisión
unilateral, por el matrimonio de ambos convivientes (pasarían de convivientes a
cónyuges) o con el matrimonio de uno de los convivientes con otra persona. Es preciso

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INVESTIGACIÓN II

recordar que en el caso de decisión unilateral, cabe la posibilidad de que el juez


conceda, a elección del abandonado, una indemnización o una pensión de alimentos.
Por lo tanto, en algunos casos a pesar de que la unión de hecho puede estar disuelta, la
pensión de alimentos para el ex conviviente puede seguir vigente incluso si el obligado
a pasar la pensión contrae matrimonio visto que el artículo 316 inciso 2 señala que son
cargas de la sociedad: “Los alimentos que uno de los cónyuges esté obligado por ley a
dar a otras personas”. Por otro lado, es relevante establecer la fecha de inicio y de
culminación de la unión de hecho con la finalidad de liquidar la sociedad de
gananciales. En ese aspecto, es recomendable que exista un documento escrito de fecha
cierta a fin de determinar desde cuándo concluye la unión de hecho y por consiguiente,
desde cuándo los bienes adquiridos por los ex - convivientes serán bienes propios. 10.
Unión de hecho homoafectivas A lo largo de este artículo hemos visto que las uniones
de hecho han sido duramente tratadas y mal vistas con la consiguiente vulneración de
derechos fundamentales a sus integrantes e incluso a sus hijos. Una situación similar es
la que viene dándose Revistas IUS ET VERITAS, Nº 56, julio 2018/ ISSN 1995-2929
(impreso) / ISSN 2411-8834 (en línea) 197 IUS ET VERITAS 56 La unión de hecho en
el Perú, los derechos de sus integrantes y desafíos pendientes The common law
marriage in Peru, the rights of its members and pending challenges con las uniones
homoafectivas, sabemos que existen, que son familia pero no cuentan con una
protección normativa, a pesar que nuestra Constitución establece como principios y
derechos fundamentales la dignidad y el derecho de igualdad y no discriminación parece
que ello no es suficiente para que gocen de reconocimiento legal o de una justa
protección a nivel judicial. Otra vez, cuestionamientos del sector conservador de nuestra
sociedad ligada a la afectación de la moral y los valores católicos, vienen impidiendo
que se efectivice el goce y ejercicio de sus derechos. En ese sentido, coincidimos con
Enrique Varsi cuando plantea lo siguiente: “Cualquier país que pretenda ser
democrático y guardián de los derechos humanos no puede tolerar la discriminación
arbitraria, como es el caso de la discriminación de sexo o por orientación sexual. Lo
contrario sería ir contra el criterio social (…). Los principios de dignidad, libertad e
igualdad nos llevan a considerar que las relaciones homosexuales merecen una tutela al
igual que las relaciones heterosexuales, en grado de paridad” (Varsi 2011, 429-430).
Lamentablemente, nuestro ordenamiento ha optado por negar la anuencia a las uniones
homoafectivas a pesar de que han existido proyectos legislativos que han buscado
otorgarles derechos, estos no se han concretado ni creando figuras distintas como son la

28
INVESTIGACIÓN II

unión civil, patrimonio compartido, atención mutua y el Régimen de Sociedad Solidaria


ni incorporándolas dentro de la regulación de las uniones de hecho ni mucho menos
permitiéndoles acceder al matrimonio. A pesar que, a nivel de Latinoamérica, países
como Argentina, Uruguay o Colombia ya permiten, incluso, el matrimonio igualitario,
nuestra conservadora sociedad sigue vulnerando los derechos de los miembros de las
familias homosexuales, lo cual definitivamente es un tema pendiente y urgente. Lo que
nos queda por ahora es considerarlas como uniones de hecho impropias a consecuencia
de que no cumplen con uno de los requisitos que es la intersexualidad debido a lo cual,
la única posibilidad en caso de vulneración de sus derechos patrimoniales, en calidad de
convivientes, sería la acción de enriquecimiento indebido, según lo regulado en el
artículo 326 y los artículos 1954 y 1955 del Código Civil. 11. Conclusiones Como
vemos, el camino al reconocimiento de derechos a los integrantes de las uniones de
hecho ha sido largo y accidentado y si bien han existido avances, notamos que aún
quedan varios temas pendientes por resolver o de ser tratados, como son: la posibilidad
de reclamar judicialmente una pensión de alimentos en uniones vigentes, la potestad de
optar por un régimen de separación de patrimonios, el cambio normativo en cuanto a la
pensión de viudez de los concubinos, la eliminación de barreras legales para el goce del
derecho de salud, entre otros. Finalmente, es trascendental y relevante que se
reconozcan, a las uniones homoafectivas, la posibilidad de gozar de derechos personales
y patrimoniales puesto que son fuente de familia y no podemos negar su existencia,
vulnerar su dignidad, ni atentar contra el derecho a la igualdad que todos aspiramos
como miembros de una sociedad democrática. 12. Referencias bibliográficas Aguilar,
Benjamín. 2016. Tratado de Derecho de Familia. 1ª ed. Lima: Lex & Iuris. . 2017.
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Revistas IUS ET VERITAS, Nº 56, julio 2018/ ISSN 1995-2929 (impreso) / ISSN
2411-8834 (en línea) 198 IUS ET VERITAS 56 Erika Irene Zuta Vidal b2 5 0 d 8 3 3 6
f f a / L ey + q u e + r e g u l a+ e l + proceso+de+filiaci%C3%B3n+judicial+de+
paternidad+extramatrimonial.pdf?MOD= AJPERES&CACHEID=3bd7d9804875ad
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29
INVESTIGACIÓN II

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N° 30007 – Ley que modifica los artículos 326, 724, 816 y 2030 del Código Civil, en el
inciso 4 del artículo 425 y el artículo 831 del Código Procesal Civil y los artículos 35,38
y el inciso 4 del artículo 39 de la Ley 26662, a fin de reconocer derechos sucesorios
entre los miembros de uniones de hecho. http://
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Reinoso, Martha. 1987. La Unión de Hecho. Análisis y perspectivas. Lima: Sin
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estables. Tomo II de Tratado de Derecho de Familia. 1ª ed. Lima: Gaceta Jurídica.

30
INVESTIGACIÓN II

SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA
CASACIÓN 4320-2015, LIMA
Lima, doce de octubre de dos mil dieciséis

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE


LA REPÚBLICA: Vista la causa número cuatro mil trescientos veinte –
dos mil quince, en Audiencia Pública llevada a cabo en la fecha; y,
producida la votación con arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia:

I. ASUNTO

En el presente proceso de reconocimiento de unión de hecho la


demandante Fidelia Guadalupe Ñavincopa Andrade Vda. de Montero ha
interpuesto recurso de casación mediante escrito obrante a fojas dos mil
doscientos diecisiete, contra la sentencia de vista de fojas dos mil ciento
veintitrés, de fecha quince de setiembre de dos mil quince, emitida por la
Segunda Sala Especializada de Familia de la Corte Superior de Justicia
de Lima, que revocó la sentencia apelada de fojas mil ochocientos
catorce, de fecha veintisiete de junio de dos mil catorce que declara
fundada en parte la demanda de reconocimiento de unión de hecho; y
reformándola, declararon infundada la misma.

II. ANTECEDENTES

1. DEMANDA

El tres de mayo de dos mil diez, mediante escrito obrante a fojas sesenta
y cinco, Fidelia Guadalupe Ñavincopa Andrade Vda. de Montero interpuso
demanda de reconocimiento de unión de hecho, contra la sucesión de
Óscar Montero Hidalgo; pretendiendo que se reconozca la unión de
hecho realizada entre la recurrente y su difunto esposo Óscar Montero

31
INVESTIGACIÓN II

Hidalgo desde el año mil novecientos sesenta y siete, hasta la fecha en


que contrajeron matrimonio, el treinta de julio de mil novecientos ochenta
y seis, bajo los siguientes fundamentos:

– Señala que su causante Óscar Montero Hidalgo (fallecido el diez de


setiembre de dos mil tres) en vida contrajo dos matrimonios civiles, el
primero, el dos de noviembre de mil novecientos cuarenta y ocho con
Clotilde Vizcarra Silva y el segundo con la demandante el treinta de julio
de mil novecientos ochenta y seis, después del tiempo de convivencia
indicado en el petitorio, para lo cual fijaron como domicilio el jirón
Oxapampa número 317, distrito de Breña, provincia y departamento de
Lima.

– Producto de su primer matrimonio con Clotilde Vizcarra Silva el


causante tuvo dos hijos, los codemandados Óscar Ricardo y Evangelina
Mercedes Montero Vizcarra, habiéndose divorciado de aquella el quince
de mayo de mil novecientos sesenta y dos.

– La demandante indica que hizo convivencia con el causante desde el


año mil novecientos sesenta y siete, habiendo procreado a su hija mayor
Luz Marlene Montero Ñavincopa nacida el veinticinco de junio de mil
novecientos setenta y dos y a la menor Haidi Montero Ñavincopa nacida
el diez de marzo de mil novecientos setenta y ocho, generando dicha
unión una sociedad de gananciales, por cumplir con los requisitos del
artículo 326 del Código Civil, para luego de ello contraer matrimonio el

– Durante su convivencia adquirieron el inmueble ubicado en el jirón


Lampa número 1115 – Oficina número 601, Lima, según Escritura Pública
de fecha doce de enero de mil novecientos ochenta y dos, precisando
que dicho bien fue materia de compraventa desde el uno de noviembre
de mil novecientos sesenta y siete y se terminó de cancelar en el año mil

– Añade que para la adquisición de dicho bien la recurrente ha


contribuido con el fruto de su trabajo, habiendo laborado desde el uno de
marzo de mil novecientos sesenta y siete hasta el once de abril de mil
novecientos ochenta y nueve, para la Compañía Medifarma Laboratorios.

32
INVESTIGACIÓN II

– El motivo por el cual se solicita la Declaración Judicial de Unión de


Hecho es a fin de tener derecho hereditario al bien inmueble antes
indicado como cónyuge supérstite, para una posterior división y partición,
ya que dicho bien es social.

2. CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA

El veintiuno de junio de dos mil diez, mediante escrito obrante a fojas


ciento trece, Evangelina Mercedes Montero Vizcarra contestó la demanda
negándola en todos sus extremos, argumentando que:

– La demandante, de manera falaz, afirma que la supuesta unión de


hecho se llevó a cabo en el domicilio jirón Oxapampa número 317 –
Breña, Lima; sin embargo, no existe en sus medios probatorios un solo
documento que acredite tal afirmación.

– En la partida de nacimiento de Luz Marlene Montero Ñavincopa se


aprecia que el estado civil de su finado padre Óscar Montero Hidalgo era
casado; en cambio el de la madre figura como soltera; es decir, su finado
padre estaba casado en esos años con otra persona; en consecuencia,
tenía impedimento legal; por lo tanto, no existía en esa época convivencia
alguna con la demandante.

– La demandante afirma dolosamente que ella también ha invertido


dinero en la adquisición del inmueble ubicado en el jirón Lampa número
1115 – Oficina 601, lo cual resulta falso.

– La supuesta convivencia desde el año mil novecientos sesenta y siete,


no está acreditada con ningún documento; en consecuencia, no puede
quedar claro lo que no se ha probado en forma alguna.

Asimismo, Óscar Ricardo Montero Vizcarra contestó la demanda


mediante escrito de fojas ciento cincuenta y dos, señalando que Óscar
Montero Hidalgo al momento de adquirir el inmueble no se encontraba
casado con Fidelia Guadalupe Ñavincopa Andrade, tal como fue
rectificado en la Partida Registral del inmueble.

33
INVESTIGACIÓN II

3. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El veintisiete de junio de dos mil catorce, mediante Resolución número


noventa y ocho, obrante a fojas mil ochocientos catorce, el Octavo
Juzgado de Familia de la Corte Superior de Justicia de Lima, declaró
fundada en parte la demanda; en consecuencia, declara el
reconocimiento de la unión de hecho entre Fidelia Guadalupe Ñavincopa
Andrade con quien en vida fue Óscar Montero Hidalgo iniciada el
veinticuatro de julio de mil novecientos setenta y dos, hasta el treinta de
julio de mil novecientos ochenta y seis, declarando la existencia de una
sociedad de bienes que se sujeta al régimen de sociedad de gananciales;
señalando que:

– Del Acta de Matrimonio de fojas cinco, corroborado con el expediente


de Separación Convencional y Divorcio Ulterior que se tiene a la vista, se
acredita que el matrimonio contraído con Clotilde Vizcarra Silva fue
disuelto en el año mil novecientos sesenta y dos.

– Si bien los demandados amparan sus afirmaciones en que “en la


Partida de Nacimiento de la codemandada Luz Marlene Montero
Ñavincopa se indica que el causante era casado y que en la Partida de
Matrimonio del causante con la actora se indica que el contrayente tiene
la calidad de viudo”; sin embargo, de la información consignada en
dichos documentos no se advierte ni la identidad de la supuesta cónyuge,
ni el lugar ni fecha en que se había celebrado el supuesto matrimonio,
tanto más si conforme lo dispone el artículo 269 del Código Civil: “para
reclamar los efectos civiles del matrimonio debe presentarse copia
certificada de la partida del registro del estado civil (…)”.

– Respecto a Liseth Montero Guerra, nacida el nueve de junio de mil


novecientos setenta y dos, en época contemporánea a la codemandada
Luz Marlene Montero Ñavincopa, a quien los codemandados Evangelina
Mercedes y Óscar Ricardo Montero Vizcarra sindican como hija del
causante Óscar Montero Hidalgo, es de observarse que en el Acta de
Nacimiento de la misma no figura reconocimiento por parte del presunto
progenitor; por ende, no resulta posible afirmar la existencia de una

34
INVESTIGACIÓN II

convivencia entre la causante con la madre de la mencionada, existiendo


tan solo una presunción de paternidad.

– Del análisis de los medios probatorios obrantes en autos es posible


determinar la existencia de una unión de hecho entre la demandante con
quien en vida fue Óscar Montero Hidalgo, al configurarse los tres
elementos: objetivo, subjetivo y temporal, debiendo precisarse que si bien
la actora alega que la convivencia se inició en el año mil novecientos
sesenta y siete; sin embargo, estando al principio de la prueba escrita
regulada en el artículo 326 del Código Civil, la convivencia se encuentra
acreditada desde el veinticinco de junio de mil novecientos setenta y dos,
fecha del nacimiento de Luz Marlene Montero Ñavincopa, en que el
causante declaró ante el Registro Civil de la Municipalidad de Lima un
domicilio común con la actora, como es Los Rosales número 129,
Valdivieso.

– Si bien la demandante indica que durante la convivencia con el


causante adquirió el inmueble; sin embargo, ello no ha sido fijado como
punto controvertido, dejándose a salvo su derecho a hacerlo valer con
arreglo a ley.

 4. RESOLUCIÓN DE SEGUNDA INSTANCIA

El quince de setiembre de dos mil quince, la Segunda Sala Especializada


de Familia de la Corte Superior de Justicia de Lima, emitió la sentencia de
vista de fojas dos mil ciento veintitrés, que falla revocando la sentencia
apelada, en cuanto declara fundada en parte la demanda; y reformándola
declararon infundada la misma, bajo los siguientes argumentos:

– Señala que se encuentra acreditada la existencia de una unión


convivencial con impedimento matrimonial, en época coetánea con el
nacimiento de la hija de ambos Luz Marlene Montero Ñavincopa, nacida
el veinticinco de junio de mil novecientos setenta y dos.

– No existe coherencia respecto a la identidad del domicilio habitual,


pues en sus declaraciones testimoniales Hildebrando Mogollón, Claudia
Olga Ñavincopa Andrade, Luz Marlene Montero Ñavincopa y Haidi

35
INVESTIGACIÓN II

Montero Ñavincopa han señalado que la accionante y el occiso iniciaron


su convivencia en el año mil novecientos sesenta y siete, en el domicilio
ubicado en la calle Los Rosales número 129, Urbanización Valdivieso –
San Martín de Porres, el cual no coincide con el señalado por la
demandante en su postulatorio (jirón Oxapampa número 317 – Breña).
Incluso obra en autos documentación que informa que por los años mil
novecientos sesenta y seis y mil novecientos sesenta y siete, Óscar
Montero Hidalgo tenía como domicilio otra dirección diferente a las
mencionadas (avenida Arica número 384, departamento 36 – Breña), lo
que implica que no hay evidencia concreta que tanto la demandante
como Óscar Montero Hidalgo compartían un mismo domicilio antes del
nacimiento de su primera hija.

– En cuanto al elemento ausencia de impedimento matrimonial no se


encuentra acreditado, pues el finado Óscar Montero Hidalgo no estaba
libre de impedimento matrimonial, habiendo declarado por voluntad
propia que “no era soltero”; el once de febrero de mil novecientos sesenta
y tres, declaró ser “divorciado” al momento de inscribirse en el ex
Registro Electoral; el veinticuatro de julio de mil novecientos setenta y
dos, declaró su condición de “casado” al inscribir el nacimiento de su hija
Luz Marlene Montero Ñavincopa; el doce de enero de mil novecientos
ochenta y dos, declaró ser “casado” al suscribir el Testimonio de
Escritura Pública de Compraventa de Inmueble; el cinco de setiembre de
mil novecientos ochenta y cuatro, declaró ser casado al reinscribirse y
obtener su nueva Libreta Electoral de ocho dígitos.

– En lo concerniente al elemento notoriedad, la relación habida entre la


demandante y Óscar Montero Hidalgo carecía del atributo de “fama”,
pues este en sus actos públicos invocaba su condición de estado civil
“casado” durante el período comprendido entre mil novecientos setenta y
dos a mil novecientos ochenta y cuatro, para luego, en el año mil
novecientos ochenta y seis, al momento de contraer matrimonio civil con
la accionante declara que ostentaba el estado civil de “viudo”.

– En tal sentido, no se han configurado todos los elementos requeridos


para la unión de hecho o concubinato propio, reconocido por el artículo 5
de la Constitución Política del Perú y el artículo 326 del Código Civil, no

36
INVESTIGACIÓN II

habiendo prueba idónea que permita inferir la existencia de una


cohabitación o comunidad de vida, notoria y libre de impedimento
matrimonial durante el período comprendido entre el año mil novecientos
sesenta y siete hasta el veintinueve de julio de mil novecientos ochenta y
seis.

III. RECURSO DE CASACIÓN

El dieciséis de octubre de dos mil quince, Fidelia Guadalupe Ñavincopa


Andrade Vda. de Montero mediante escrito de fojas dos mil doscientos
diecisiete, interpuso recurso de casación contra la sentencia de vista, que
revocó la apelada, reformándola declara infundada la demanda; siendo
declarado procedente por este Supremo Tribunal mediante la resolución
de fecha catorce de enero de dos mil dieciséis, por la siguiente
infracción:

– Infracción normativa del artículo 139 inciso 3 de la Constitución


Política del Perú: Se atenta contra el Derecho a la Prueba y
consecuentemente al Debido Proceso cuando al momento de revisar los
hechos se infieren afirmaciones sustentadas únicamente en los dichos
de una persona, sin contrastarlos con la realidad fáctica y soslayando
pruebas documentales que contradicen dichas afirmaciones. Así ocurre
cuando se concluye que existe impedimento matrimonial o que se trata
de una relación impropia, porque falta identidad en el domicilio
convivencial, o cuando se acredita el estado civil de las personas con
documentos inidóneos, soslayando pruebas documentales.

IV. CUESTIÓN JURÍDICA EN DEBATE

En el presente caso, la cuestión jurídica en debate consiste en determinar


si la Sala Superior ha errado al señalar que la relación convivencial entre
Fidelia Guadalupe Ñavincopa Andrade Vda. de Montero contra Óscar
Montero Hidalgo antes de su matrimonio era impropia, soslayando de
esa manera los medios probatorios actuados en el proceso.

V. FUNDAMENTOS DE ESTA SALA SUPREMA:

37
INVESTIGACIÓN II

PRIMERO.- Que, el recurso de casación tiene por fines la adecuada


aplicación del derecho objetivo al caso concreto y la uniformidad de la
jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de Justicia de la República,
conforme lo señala el artículo 384 del Código Procesal Civil.

SEGUNDO.- Que, la infracción procesal se configura cuando en el


desarrollo del proceso, no se han respetado los derechos procesales de
las partes, se han obviado o alterado actos de procedimiento, la tutela
jurisdiccional no ha sido efectiva, el órgano jurisdiccional deja de motivar
sus decisiones o lo hace en forma incoherente, en clara transgresión de
la normatividad vigente y de los principios procesales.

TERCERO.- Que, la Constitución Política del Perú en su artículo 139 inciso


3 consagra el Debido Proceso, el cual consta de elementos o garantías
mínimas necesarias que permiten asegurar que el proceso como
instrumento sirva adecuadamente para su objetivo y finalidad, otorgando
al justiciable el derecho a exigir del Estado un juzgamiento imparcial y
justo, pues este no solo está obligado a proveer la prestación
jurisdiccional, sino a proveerla bajo determinadas garantías mínimas que
le aseguren un juzgamiento imparcial y justo.

CUARTO.- Que, el derecho al debido proceso tiene tres elementos: a) El


derecho de acceso a alguna de las modalidades de justicia
institucionalizada previstas en el ordenamiento jurídico; b) El proceso
mismo se ajuste a una serie de exigencias que favorezcan en la mayor
medida posible a la consecución de una decisión justa; y, c) La
superación plena y oportuna del conflicto con una decisión justa, a través
de la ejecución también plena y oportuna[1]. La importancia de este
derecho para la protección de los derechos fundamentales ha dado lugar
a que sea considerado como un principio general del derecho, garantía
constitucional y como un derecho fundamental.[2]

QUINTO.- Que, asimismo, el Derecho a la Prueba es un derecho


constitucional implícito que se encuentra albergado en el Derecho al
Debido Proceso contenido en el artículo constitucional mencionado, esto
se ve reflejado en el decurso del proceso, cuando el demandante y
demandado ofrecen y proporcionan los medios probatorios orientados a

38
INVESTIGACIÓN II

acreditar la veracidad de sus afirmaciones. Devis Echandía indica


respecto a la carga de la prueba “un poder o una facultad, de ejecutar,
libremente, ciertos actos o adoptar cierta conducta prevista en la norma
para beneficio y en interés propios, sin sujeción ni coacción y sin que
exista otro sujeto que tenga el derecho a exigir su observancia, pero cuya
inobservancia acarrea consecuencias desfavorables”[3], atendiendo a esta
carga, en principio le corresponde al demandante probar los hechos que
afirma.

SEXTO.- Que, asimismo, la finalidad de las pruebas ofrecidas es la de


acreditar los hechos que invoca, ya que a partir de ello, el Juzgador
resolverá el conflicto, haciendo uso además de las leyes de la lógica, la
razón y las máximas de la experiencia. Dichos medios probatorios
pueden ser clasificados en dos: a) Medios probatorios: Aquellos que
representan materialmente la ocurrencia de un hecho; b) Sucedáneos de
medios probatorios: Aquellos que aportan hechos pero de manera
indirecta, aquí encontramos a los indicios y presunciones legales.

SÉTIMO.- Que, por otro lado, merece especial atención la naturaleza del


proceso de autos, esto es, sobre reconocimiento de unión de hecho,
sobre lo cual debe manifestarse que, el artículo 4 de la Constitución
Política del Perú[4] reconoce a la familia como uno de los derechos
sociales de los individuos, otorgándole mayor protección al tratarse de un
instituto natural y fundamental de la sociedad, así pues, señala que se
trata de un Estado que promueve el matrimonio, sin perjuicio de
reconocerle derechos semejantes a las uniones de hecho (artículo 5[5]).

OCTAVO.- Que, al respecto Varsi Rospigliosi[6] clasifica la unión de


hecho en: a) unión de hecho propia, aquella que cumple con todos los
requisitos para surtir efectos jurídicos; b) unión de hecho impropia, es
aquella que no cumple con los elementos o requisitos para su
reconocimiento formal, esto es, cuando alguna de las dos personas tiene
impedimento para contraer matrimonio. A su vez esta última se clasifica
en pura (cuando ellos desconocen la situación de impedimento
matrimonial) e impura (cuando al menos uno de ellos conoce del
impedimento). Debiendo aclarar que el artículo 326 del Código Civil
señala que: “Tratándose de la  unión de hecho  que no reúna las

39
INVESTIGACIÓN II

condiciones señaladas en este artículo, el interesado tiene expedita, en su


caso, la acción de enriquecimiento indebido”.

NOVENO.- Que, en ese orden de ideas, de los medios probatorios


aportados al proceso y analizados por la Sala Revisora, se pueden
destacar los siguientes eventos de relevancia para el presente proceso:

– El veinticinco de julio de mil novecientos cincuenta y ocho, se declaró la


separación entre Óscar Montero Hidalgo y Clotilde Vizcarra Silva, para
posteriormente declararse el divorcio con fecha quince de mayo de mil
novecientos sesenta y dos.

– El once de febrero de mil novecientos sesenta y tres, para el Registro


Electoral con el Ministerio de Guerra, declaró su estado como
“divorciado”.

– De la Partida de Nacimiento de Luz Marlene Montero Ñavincopa de


fecha veinticinco de junio de mil novecientos setenta y dos, es posible
advertir que Óscar Montero Hidalgo figura con estado civil «casado»,
mientras que la madre Fidelia Guadalupe Ñavincopa Andrade como
«soltera».

– De la Partida de Matrimonio celebrado entre Óscar Montero Hidalgo


con Fidelia Guadalupe Ñavincopa Andrade de fecha treinta de julio de mil
novecientos setenta y seis, se advierte que el primero de estos figura
como “viudo” mientras que la segunda como soltera.

– El cinco de setiembre de mil novecientos ochenta y cuatro al obtener su


Libreta Electoral número 06703717 declaró su estado civil como
“casado”.

DÉCIMO.- Que, a partir de ello, como lo ha señalado la sentencia de vista


y de conformidad con lo señalado en los considerandos quinto y sexto de
la presente resolución, y teniendo en cuenta la Resolución número 668-
2009-SUNARP-TR-L de fecha quince de mayo de dos mil nueve, obrante a
fojas doscientos sesenta y nueve, es posible advertir que Óscar Montero
Hidalgo posterior a su divorcio, el quince de mayo de mil novecientos

40
INVESTIGACIÓN II

sesenta y dos, de Clotilde Vizcarra Silva, contrajo nuevas nupcias, es por


ello que, al nacimiento de Luz Marlene Montero Ñavincopa, su estado
civil era “casado”, habiendo enviudado de la segunda cónyuge, ya que al
contraer matrimonio con Fidelia Guadalupe Ñavincopa Andrade su
estado civil es de “viudo”, siendo imposible que lo sea respecto de
Clotilde Vizcarra Silva, pues esta falleció con posterioridad, esto es, el
trece de setiembre de mil novecientos ochenta y tres.

DÉCIMO PRIMERO.- Que, por las consideraciones expuestas, se concluye


que la Sala Superior no ha incurrido en infracción normativa alguna, ya
que como se ha señalado, no se han configurado todos los elementos
requeridos para la declaración de unión de hecho contenidos en el
artículo 326 del Código Civil, siendo ello así, en el presente caso, la
sentencia de vista contiene una motivación adecuada, ya que se observa
que se ha basado en los hechos expuestos en la etapa postulatoria, los
medios probatorios y sucedáneos aportados válidamente al proceso,
aplicando el derecho que corresponde; y ha resuelto sobre los puntos
controvertidos fijados en la Audiencia de Saneamiento y
complementarias.

DÉCIMO SEGUNDO.- Que, en consecuencia, este Supremo Tribunal


estima que merece ampararse el recurso de casación por la infracción
normativa de orden procesal.

VI. DECISIÓN:

Estando a las consideraciones expuestas y de conformidad con los


artículos 12 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder
Judicial y 397 del Código Procesal Civil, declararon:

a) INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por Fidelia Guadalupe


Ñavincopa Andrade Vda. de Montero a fojas dos mil doscientos
diecisiete; en consecuencia, NO CASARON la sentencia de vista de fojas
dos mil ciento veintitrés, de fecha quince de setiembre de dos mil quince,
emitida por la Segunda Sala Especializada de Familia de la Corte Superior
de Justicia de Lima.

41
INVESTIGACIÓN II

b) DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario


Oficial “El Peruano”, bajo responsabilidad; en los seguidos por Fidelia
Guadalupe Ñavincopa Andrade Vda. de Montero contra la Sucesión de
Óscar Montero Hidalgo y otros, sobre reconocimiento de unión de
hecho; y los devolvieron. Integra esta Sala el Juez Supremo Señor
Calderón Puertas por licencia del Juez Supremo Señor Romero Díaz.
Ponente Señor Mendoza Ramírez, Juez Supremo.

S.S.
MENDOZA RAMÍREZ
MIRANDA MOLINA
CALDERÓN PUERTAS
YAYA ZUMAETA
DE LA BARRA BARRERA

42
INVESTIGACIÓN II

UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA ESCUELA DE POSTGRADO


Mención: Derecho Línea: Civil y Comercial “FUNDAMENTOS JURIDICOS QUE
JUSTIFICAN EL USO DE LA VIA PROCEDIMENTAL DEL PROCESO NO
CONTENCIOSO EN LAS DECLARACIONES DE UNIONES DE HECHO ANTE LA
IMPOSIBILIDAD DE ACUDIR A UNA NOTARIA” TESIS PARA OPTAR EL
GRADO ACADEMICO DE MAESTRO EN CIENCIAS Presentado por: Mariella
Marcelo Ybañez Asesor: Magister: Jorge Luis Díaz Guerra Cajamarca – Perú 2015 i
DEDICATORIA A Pedro Dominique y Ana Lizet, mis hijos, a quienes sacrifiqué sus
fines de semana, para lograr esta Maestría. ii AGRADECIMIENTO A todos los
Magisters, que actualizaron mis conocimientos, a Rocío, Ángel y César, por
incentivarme a seguir adelante, y que juntos sobrellevamos las frías noches de estudio.
Especialmente al señor Nixon que complementó mis conocimientos y me incentivó a la
conclusión de esta tesis. iii INDIC+E DEDICATORIA i AGRADECIMIENTO ii
INDICE iii RESUMEN vii ABSTRACT ix INTRODUCCIÓN xi CAPÍTULO I:
ASPECTOS METODOLOGICOS 1 I. PLAN DE INVESTIGACIÓN 1 1.1.
Problemática a investigar. 1 1.2. Formulación del problema 3 1.3.Justificación. 4 II.
ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN 6 III. OBJETIVOS DE LA
INVESTIGACIÓN. 11 3.1. Objetivo general. 11 3.2. Objetivos específicos. 11 IV.
HIPÓTESIS. 11 V. DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN. 12 VI. TIPO DE
INVESTIGACIÓN. 12 6.1. Explicativo. 12 6.2. Propositivo. 13 VII. UNIDAD DE
ANÁLISIS. 13 VIII. METODOLOGÍA 14 8.1. MÉTODOS. 14 8.1.1. Método Analítico
14 8.1.2. Método Hipotético Deductivo 15 8.2. TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE
RECOLECCIÓN DE DATOS 15 8.2.1. Análisis del contenido. 15 iv CAPÍTULO II:
MARCO TEÓRICO 16 2.1. La familia. 16 2.1.1. Concepción. 16 2.1.2. Tipos de
Familia. 18 2.1.3. Nuevos tipos de familia. 18 2.1.3.1. El Concubinato como
manifestación de la familia. 19 2.1.3.2. Clases de concubinato. 19 2.1.3.3. Formas de
concubinato. 23 2.1.3.4. Diferencias entre concubinato y otras figuras. 28 2.1.3.5. La
unión de hecho como manifestación de la familia. 29 2.2. Tutela jurisdiccional efectiva.
32 2.2.1. Acceso a la jurisdicción. 34 2.2.2. Resoluciones fundadas en derecho. 35 2.2.3.
Debido proceso. 37 2.2.4. Efectividad de las decisiones jurisdiccionales. 40 2.3. La
Pretensión. 42 2.3.1. Definición. 42 2.3.2. Clases. 42 2.3.2.1. Pretensión material o

43
INVESTIGACIÓN II

sustancial. 43 2.3.2.2. Pretensión procesal. 43 2.3.3. Clasificación de la pretensión


procesal según el objeto de la pretensión (al petitorio). 48 2.3.3.1. Pretensiones
voluntarias o no contenciosas 50 CAPÍTULO III: TRATAMIENTO NORMATIVO DE
LA UNIÓN DE HECHO EN EL PERÚ 51 3.1. Reconocimiento constitucional 51 v 3.2.
Reconocimiento legal 60 3.3. Las Uniones de hecho en sede registral 68 3.3.1. Derechos
adquiridos por la condición de ser conviviente. 69 3.3.1.1. exigencia y cautela:
necesidad del reconocimiento de la convivencia de una declaración. 69 3.3.2. Período en
que la declaración de convivencia debe de reconocer derechos y obligaciones. 74 3.3.3.
Casos en que se hace imprescindible la declaración previa del reconocimiento de la
convivencia y en lo que no. 75 3.3.4. Declaración notarial de la unión de hecho 78 3.3.5.
El acceso al registro de la declaración de reconocimiento de la unión de hecho como
presupuesto para una mayor cautela de derechos patrimoniales de los convivientes y de
terceros contratantes. 80 3.3.6. Las protecciones del derecho registral: reconocimiento e
inscripción. 83 3.3.7. Uniones de hecho en sede registral, criterios registrales para su
inscripción y publicidad.. 84 3.3.7.1. Antes y después: la unión de hecho, como acto
inscribible y no inscribible. 85 3.3.7.2. Expresión de la jurisprudencia registral con
relación a las uniones de hecho. 86 3.3.7.3. Criterios registrales para la inscripción de la
unión de hecho. 89 3.3.7.4. Oficina registral competente. 89 3.3.7.5. Actos inscribibles
y no inscribibles. 91 CAPÍTULO IV: CONTRASTACION DE HIPÓTESIS 93 4.1. La
naturaleza declarativa de la pretensión 93 4.2. Obtención de tutela jurisdiccional
efectiva dentro de un plazo razonable 93 4.2.1. Acceso a la jurisdicción 93 4.2.2.
Resoluciones fundadas en derecho 94 4.2.3 Debido proceso 94 vi 4.3. Efectividad de las
decisiones jurisdiccionales 95 4.4. Uso limitado de las sentencias estimatorias para otros
procesos. 95 CAPITULO V: DISEÑO DE LA PROPUESTA LEGISLATIVA. 96
EXPOSICION DE MOTIVOS 106 PROPUESTA LEGISLATIVA 111
CONCLUSIONES 113 SUGERENCIAS 115 BIBLIOGRAFÍA. 116 vii RESUMEN La
presente tesis, tiene como objetivo establecer los fundamentos jurídicos que justifiquen
el uso de la vía procedimental del proceso no contencioso frente a la vía procedimental
del proceso de conocimiento para el trámite de las declaraciones judiciales de Uniones
de Hecho, en los supuestos de imposibilidad de acudir a la vía notarial. Para lo cual se
ha usado el método deductivo y propositivo, pues se ha partido de datos generales
existente y aceptados como válidos para llegar a una conclusión particular, basado en el
tema, de la declaración de uniones de hecho, ya tramitados en la vía de conocimiento
para proponer su tramitación en el proceso no contencioso y finalmente proponer una

44
INVESTIGACIÓN II

modificación en la norma procesal vigente, e incluir en el artículo 749 del Código


Procesal Civil, la estipulación taxativa que los trámites de procesos de declaración
judicial de uniones de hecho, se deben de tramitar en esta vía. Se concluye al final,
afirmativamente que sí, se puede tramitar las declaraciones judiciales de uniones de
hecho en la vía procedimental del proceso no contencioso, en los supuestos que el
conviviente supérstite o abandonado no pueda acudir a una notaría pública, ya que la
competencia que tiene el notario para tramitar las declaraciones de uniones de hecho, es
a pedido de ámbos convivientes, sin embargo no es competente cuando la ó el
conviviente abandonado lo haga solo, o cuando fallece uno de éstos, necesitando por
tanto acudir a la vía judicial en busca de un trámite más lato, célere, eficaz, en un plazo
razonable y más económico, pues un proceso largo genera también más viii costos, en
donde el juez sólo debe de verificar el cumplimiento de los requisitos: estado de
convivencia de dos años continuos, sin impedimento matrimonial. Por lo que el proceso
de una declaración de unión de hecho, genera una sentencia eminentemente declarativa
no constitutiva de derechos, pues no se ejecuta, debe tramitarse por tanto en una vía
procedimental lata, célere eficaz, económica y lograr obtener una tutela judicial
efectiva. El proceso no contencioso, es la vía procedimental, más adecuada, para la
tramitación de las declaraciones de uniones de hecho, ante los supuestos mencionados
líneas arriba, donde el usuario o litigante ve cristalizado el acceso a la tutela
jurisdiccional efectiva, obteniendo esta tutela dentro de un plazo razonable. La
naturaleza declarativa de la declaración de unión de hechos no necesita etapa probatoria
de un proceso contencioso (conocimiento). Palabra clave: Declaración judicial de
uniones de hecho, en los supuestos de la imposibilidad de acudir a una notaría. ix
ABSTRACT This thesis aims to establish the legal basis to justify the use of the
procedural path of the non-adversarial process compared to the procedural path of the
process of knowledge for the processing of the judicial statements of de facto unions in
the assumptions of inability to attend the track notarial deed. For which has been used
deductive and proactive method, as party existing and accepted as valid general data has
to reach a particular conclusion, based on my subject, declaring unions, and processed
in the way of knowledge to propose its passage through non-adversarial process to
finally propose a modification of the current procedural rule, and include in Article 749
of the Civil Procedure Code, the restrictive stipulation formalities processes judicial
declaration of unions. He concludes therefore; that yes, it is possible to proceed with the
judicial declarations of unions of fact in the procedural route of the not contentious

45
INVESTIGACIÓN II

process, in the suppositions that the cohabitant suspérstite or left it could not come to a
public office of a notary, since the competition that the notary has to proceed with the
declarations of unions of fact, is to order of ámbos coexistent, nevertheless it is not
competent when her ó the left or separated cohabitant makes it alone, or when there dies
one of these, needing to go to the judicial route but in a step more broad, célere,
effectively and in a reasonable, and more economic term, since a long process generates
also more costs, where the judge only needs to check the fulfillment of the
requirements: condition of conviviality of two constant years, Without matrimonial
impediment. For what the process of a declaration of union of fact, it generates an
eminently declarative not constitutive judgment of rights, since he does not execute, it
must be proceeded in a more broad procedural route, célere effective, to obtain a
judicial effective guardianship. The not contentious process, it is the procedural, more
suitable route, for the processing of the declarations of unions of fact, before the
mentioned x suppositions lines it arrives, where the user or litigator sees crystallized the
access to the jurisdictional effective guardianship, obtaining this guardianship in a
reasonable term. The declarative nature of the declaration of union of facts does not
need evidential stage of a contentious process (knowledge). Key word: judicial
Declaration of unions of fact, in the suppositions of the inability to come to an office of
a notary xi INTRODUCCIÓN La Investigación realizada en el presente trabajo, está
basada en la realidad social Cajamarquina, donde por la misma idiosincrasia en que se
vive y la zona geográfica donde está ubicada esta linda ciudad de Cajamarca, notamos a
diario una existencia de familias compuestas por personas libres de impedimento
matrimonial, sean solteros, viudos o divorciados, que por mutuo propio decidieron vivir
juntos, sean solos o en compañía de hijos, a esta familia se le denomina: “Unión de
Hecho”, que es una forma de familia que se encuentra inmersa dentro del concubinato,
familia que era conocida en la antigüedad, y legislada y admitida como una institución
legal en el Código de Hamurabi. La unión de hecho se origina en Roma a raíz de las
leyes de Julio y Papia Popea y no fue una práctica ilícita, ni arbitraria sino una suerte de
cohabitación sin afecto (sin afecctio maritales), de un varón con una mujer de inferior
condición social. De ese modo es considerado como un matrimonio de segundo orden,
donde el parentesco en determinados grados producía impedimento y la infidelidad de la
mujer merecía una sanción por adulterio. Considerado deshonroso e ilícito para quienes
se sujetaban a él (sobre todo para la mujer que perdía la estima social, así como título de
mater familias), es más, se practicaba en base a ciertas normas. La concubina podía ser

46
INVESTIGACIÓN II

condenada por adulterio, se seguía el sistema xii monogámico, ciertos grados de


relación parental producían impedimentos tratándose de la línea recta en el parentesco
consanguíneo. Se puede afirmar, que el Derecho Romano no sólo regulaba al
concubinato, sino que, en cierto modo, incluso lo fomentaba al restringir enormemente
el matrimonio, siendo este atributo exclusivo de los ciudadanos romanos, creándose de
esta manera una institución jurídica especial denominada “inaequea conjanguim”, que
venía a ser para los romanos acta especial de matrimonio ilícito, reconocido al menos en
cierto grado por las leyes. El concubinato romano, era una institución regulada en el
Derecho Familiar, si bien no era una forma sistemática, al menos con lineamientos
generales que permiten señalar sus diferentes aspectos y efectos en cuanto a los
concubinos y en cuanto a los hijos de tal unión. En el Derecho Germano, las uniones
libres estaban permitidos sólo para libres y esclavos, pero luego fue sustituida por el
“matrimonio de mano izquierda” o “monogámico”, por el cual la mujer plebeya no
participaba de los títulos, ni rango social del marido. Los hijos mantenían la condición
de la madre sin heredar al padre. Mientras que la Edad Media se mantuvieron las
uniones de hecho, a pesar de la oposición de la iglesia. En España se consagran a través
de antiguas tradiciones y determinadas normas legales, conociéndose al concubinato
como “Barragania”, que no era en sí el concubinato basado en la compañía, la
permanencia y la fidelidad de la pareja, “Barrgania”, (significa ganancia obtenida fuera
del matrimonio), en su inicio no tenía razones definidas, por lo que las Partidas lo
regularon en base a ciertas normas del Derecho Romano, con el agregado que la
barragana podía contraer matrimonio siempre y cuando no tuviera impedimento. xiii La
iglesia por su parte intenta una gradual extirpación de este fenómeno, pero el Concilio
de Valladolid formula contra las uniones libres la más abierta oposición y al celebrarse
el Concilio de Trento, se resuelve sancionar a los concubinos que no terminaran con el
concubinato y adoptar otras normas de conducta. En el Derecho moderno, el
concubinato está inmerso dentro de la legislación comparada general, representa un
problema de carácter sociológico y jurídico. Se siente su presencia no sólo en los países
desarrollados sino también en los países en vía de desarrollo. En América, la legislación
chilena contempla la existencia de una sociedad expresamente pactada por los
concubinos. La brasileña, equipara a la concubina con la esposa para los efectos de las
obligaciones resultantes de accidentes de tránsito. La colombiana y argentina, ignoran el
concubinato aunque la jurisprudencia ha ido elaborando una serie de medidas tendientes
a llenar ese vacío. También en la legislación boliviana se aceptan las uniones libres; en

47
INVESTIGACIÓN II

la cubana se admiten dos tipos de matrimonios: el registrado que puede celebrarse en la


municipalidad y ante notario y el matrimonio judicialmente declarado, cuando reúne los
requisitos de singularidad y estabilidad (unión concubinario). En la legislación
mexicana, desde sus leyes de reforma el matrimonio religioso deja de ser considerado
como productor de efectos legales. Actualmente, sólo servirá de prueba a una
concubina, estar libres los concubinos de nexos conyugal, cinco años de duración, de la
unión o presencia de hijos, en dicha legislación el concubinato se equipara al
matrimonio, a los concubinos de puesto se otorga derecho de alimentos y sucesión
iguales a los cónyuges. Se concluye que el concubinato no es nada nuevo en la historia
y que hoy en día adquiere suma importancia ya que está en constante aumento y
además, por los efectos que puede xiv llegar a producir. Por tal razón, reiteramos, que la
mayoría de legislaciones lo menciona y tratan de regular, unas condenándolo, otras
(como la nuestra) tolerándolo, buscando darle cierta protección y existen también otras
que pretenden equipararla con la institución matrimonial. 1 CAPÍTULO I ASPECTOS
METODOLÓGICOS PLAN DE INVESTIGACIÓN 1.1. Problemática a investigar La
problemática se genera a raíz que el artículo 5 de la Constitución Política del Perú
señala que la unión de hecho es una unión estable de una varón y una mujer sin
impedimento matrimonial que forman un hogar de hecho, que se sujeta al régimen de la
sociedad de gananciales y que se viene tramitando en un proceso de conocimiento (1),
esto en virtud a lo dispuesto al artículo 475 inciso 1) del Código Procesal Civil, permite
al juez de la causa tramitar en vía de conocimiento aquellos asuntos contenciosos que no
tengan una tramitación propia, ello cuando el juez considere atendible tal tramitación de
acuerdo a la complejidad de la materia controvertida, permitiendo en consecuencia el
propio Código que, en circunstancias determinadas, pueda tramitarse en la vía de
conocimiento ciertas pretensiones, siempre que el juez considere atendible su empleo.
En el Distrito judicial de Cajamarca, se está tramitando en esta vía procedimental los
procesos de declaraciones judiciales de uniones de hecho, pues la realidad social de la
población cajamarquina no es extraña a esta circunstancia, en donde apreciamos que
generalmente las parejas hacen una vida de convivencia o concubinato, por la propia
realidad en que viven, por la costumbre adquirida a 2 través de patrones socioculturales,
sin embargo cuando sucede abandono de la pareja o un hecho nefasto como la muerte
de uno de ellos, viene la preocupación para regular o salvaguardar los bienes
patrimoniales adquiridos dentro de esta relación de convivencia, recurriendo a la vía
legal, interponiéndose una demanda a fin que se declare el reconocimiento de la

48
INVESTIGACIÓN II

declaración judicial de unión de hecho y ante la interposición de la demanda a ser


tramitada en la vía procedimental de proceso contencioso de conocimiento, y siendo su
trámite engorroso por los plazos largos con que cuenta dicho proceso incluída la
actividad probatoria y la pluralidad de instancias que al final conlleva a una sentencia, la
misma que es emitida aproximadamente treinta y seis meses después, con esta demora
no se estaría garantizando una tutela judicial efectiva. De todo esto, podemos indicar
que a criterio de la investigadora, esas pretensiones deben tramitarse en la vía
procedimental del proceso no contencioso, porque es una vía más rápida, menos
costosa, pues el trámite de las demandas con este tipo de pretensiones, generaría mayor
gastos económicos, aunado a ello la competencia notarial, pues ante la notaría deben de
concurrir ambos convivientes, tanto para declarar la existencia de una unión de hecho
como el término de la misma, y si bien las tasas judiciales de un proceso no contencioso
son más altas que las de un proceso contencioso, también es cierto que los gastos por
honorarios profesionales son por el transcurso de que dure la pluralidad de instancias,
para al final obtener una sentencia con carácter declarativa, que va servir de medio
probatorio para otro proceso donde se van a pretender satisfacer otro tipo de derechos,
en cambio en la vía procedimental del proceso no contencioso, no existe etapa
probatoria que sí la hay en un proceso contencioso, entonces los honorarios
profesionales de un abogado por menos 3 participación en audiencias judiciales, será de
menor costo con relación a un proceso con más etapas procedimentales. Por lo tanto,
esta tesis tiene como fin, establecer la existencia de una fundamentación jurídica, que
justifique el uso del proceso no contencioso para el trámite de procesos judiciales de
declaraciones judiciales de uniones de hecho, debido que esta vía procedimental, es a
criterio de la investigadora, la más eficaz, lata, de un plazo razonable, menos oneroso en
los supuestos que los convivientes no pueden acudir a la vía notarial, para obtener una
sentencia que servirá de medio probatorio muchas veces para otro proceso, mientras que
el proceso de conocimiento es por su propia naturaleza más extenso, debido a las etapas
procesales con que se cuenta y con la preponderancia mayor análisis probatorio no
favoreciéndose así a los convivientes, quienes en su mayoría de veces son personas de
escasos recursos económicos, aunado a ello la formalidad de la declaración de unión de
hecho en los Registros Públicos, que también le generan más costos, de acuerdo al
TUPA establecido en la SUNARP, es una justificación plena que este tipo de solicitudes
se tramiten en la vía procedimental del proceso no contencioso. 1.2. Formulación del
problema ¿Cuáles son los fundamentos jurídicos que justifican el uso de la vía

49
INVESTIGACIÓN II

procedimental del proceso no contencioso, para el trámite de las declaraciones judiciales


de uniones de hecho, en determinados supuestos legales y ante la imposibilidad de
acudir a la vía notarial? 1.3. Justificación 4 El realizar este trabajo tuvo como meta
lograr verificar, con certeza si es idóneo y eficaz seguir utilizando la vía procedimental
del proceso contencioso para las tramitaciones de las declaraciones de uniones de hecho
o si es necesario sugerir una vía procedimental más lata y con un trámite dentro de plazo
razonable, para lograr un tutela jurisdiccional efectiva, verificando asimismo la
existencia de un fundamento jurídico que justifique el uso del proceso no contencioso
frente al proceso de conocimiento para la tramitación de las declaraciones de uniones de
hecho, ya que la utilización de esta vía resultaría más eficaz, pues muchas veces los
convivientes, necesitan estas sentencias declarativas para poder solicitar una pensión de
supervivencia o peticionar derechos patrimoniales para sus menores hijos y para ellos
mismos con la entrada en vigencia de la nueva modificatoria de los artículos 326, 724,
816 y 2030 del Código Civil y las modificatorias de los artículos 425, 831 del Código
Procesal Civil, en que expresamente en la actualidad, le concede derechos a la
conviviente tan igual que la esposa en cuestión de gananciales. Aunado a ello la
competencia notarial atribuida al Notario Público para conocer este tipo de procesos
mediante Ley N° 26662, por lo que a tenor de la emisión de una sentencia declarativa,
en la vía judicial se debe de crear una norma expresa que indique expresamente que las
declaraciones de uniones de hecho se deben de tramitar en la vía procedimental del
proceso no contencioso, lo que generaría que a nivel nacional se unifiquen criterios para
dicho trámite y el litigante no tendría que esperar lo tedioso del trámite de un proceso de
conocimiento para obtener tutela jurisdiccional y poderse contar expresamente en
nuestro código adjetivo, la norma 5 procesal que exprese imperativamente la
tramitación de estos procesos en la vía del proceso no contencioso. Pues al final estas
sentencia obtenidas sirven como medio probatorio en otro proceso en que el (la)
concubino (a), va a reclamar su derecho sobre los bienes adquiridos por ambos
convivientes durante la duración de esta relación, llegando a una división y partición de
estos bienes, participando de pensiones de sobrevivencia por fallecimiento de uno de los
concubinos u otra forma de hacer uso de la parte de la sociedad de bienes que le
corresponde al final de la investigación se podrá sugerir con convicción la eficacia del
uso procedimental del proceso no contencioso, en las pretensiones de declaración
judicial de uniones de hecho. Aún hoy existiendo competencia notarial, para el
conocimiento de este tipo de procesos, cuyo requisito es que ambos convivientes asistan

50
INVESTIGACIÓN II

a la notaría a peticionar la declaración judicial de unión de hecho, sin embargo esto les
genera un costo económico depredando su economía y que al tramitarse en esta vía
judicial, coadyuvaría a que se obtenga una sentencia en el más breve plazo, para poder
accionar y obtener derechos que le corresponden, generando ello un costo beneficio a
favor de los convivientes y ante estas imposibilidades económicas, los solicitantes
pueden acudir al órgano jurisdiccional solicitando tutela jurisdiccional efectiva en la vía
del proceso no contencioso dentro de un plazo razonable, lato y eficaz. Si se lograra
unificar criterios y la pertinente verificación de la efectividad del uso de la vía
procedimental del proceso de No Contencioso en las declaraciones de uniones de hecho,
por ser el menos costoso, eficaz lato y tramitado en un plazo razonable, todos los
procesos se tramitarán en esta vía, puedo aseverar que esta vía 6 procedimental es la
más adecuada, más concisa, eficaz y declarativa como es su naturaleza, proporcionando
confiabilidad a los litigantes, debido a que sus procesos serán tramitados en forma más
breve, para obtener resultados a menor tiempo y con menos costo económico. Siendo la
propuesta que la tramitación de las declaraciones de uniones de hecho deben de
realizarse en la vía del proceso No contencioso, por ser el más lato, eficaz, pertinente y
tramitado dentro de un plazo razonable por la misma materia de la pretensión y, a la
vez, económico para los solicitantes. II. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN
En nuestro país la unión de hecho hizo por primera vez su entrada al derecho
ecuatoriano a través de la Constitución Política del Ecuador en el año de 1978; antes de
ella, la familia extramatrimonial no tenía ningún tipo de protección en el orden
patrimonial. Actualmente la Unión de Hecho se encuentra establecida en la Constitución
de la República en su Art. 68 que reza “La unión estable y monogámica entre dos
personas libres del vínculo matrimonial que formen un hogar de hecho, por el lapso y
bajo las condiciones y circunstancia que señale la Ley, generara los mismos derechos y
obligaciones que tienen las familias constituidas mediante matrimonio”, en
concordancia con el Artículo 222 del Código Civil. La definición expresada por el
ordenamiento jurídico ecuatoriano, tienen los mismos derechos y obligaciones que las
familias constituidas mediante matrimonio en aspectos tan transcendentes como la
presunción legal de paternidad, en efectos patrimoniales y derechos sucesorios del
sobreviviente es decir legitimario e intestado. Si bien es cierto que ésta se asemeja a un
matrimonio, su eficacia y validez jurídica es 7 diferente, es decir no se indica de manera
diáfana cual es el procedimiento a seguirse en el caso de terminación de las mismas.
Bajo esta premisa consideramos que debe plantearse en forma urgente, un cambio a la

51
INVESTIGACIÓN II

normativa prevista en el Código Civil Art. 226 Literal c y de esta manera se pueda
establecer un procedimiento más específico para la terminación de las Uniones de
Hecho. (Castillo 2012) Las uniones de hecho se presentan hoy en día como una realidad
social, en cuya virtud de forma fáctica se constituye el vínculo familiar, vínculo de
solidaridad y de cooperación entre sus miembros, del que deriva tanto el deber implícito
de ayuda mutua entre convivientes, como la socialización del menor, en caso de
descendencia común. Durante muchos años ese vínculo familiar estuvo restringido
exclusivamente a la familia matrimonial, prueba de ello es la nutrida legislación que
regula las uniones matrimoniales, y la inexistencia de una regulación orgánica que se
refiera y dé solución a los conflictos derivados de la existencia de convivencias. Pese a
ello, hoy en día, y como manifestación de la libertad individual y del sentir de una
sociedad que aspira a ser cada día más igualitaria y tolerante, las uniones convivenciales
no formales se presentan cada vez en mayor número, y en muchos casos como
alternativa a la unión matrimonial. (Bustos, 2007). El problema es que tal como lo
hemos expuesto a lo largo de esta investigación, nuestro ordenamiento jurídico carece
de un estatuto normativo que regule los principales efectos que derivan de la unión
convivencial, restringiéndose las disposiciones existentes sólo a la situación de los hijos
y, en general, a aspectos personales de la unión, quedando fuera de esa regulación todas
aquellas materias que se refieren a los convivientes propiamente tales y sus relaciones
patrimoniales. Otro tanto sucede con la jurisprudencia, a la que sin restarle el mérito por
los grandes esfuerzos que ha realizado para adaptar la 8 legislación existente y dar
solución a los problemas patrimoniales que respecto de las uniones de hecho se
presentan, se ha pronunciado principalmente sobre el régimen de bienes aplicable a las
convivencias, excluyéndose de su decisión una serie de conflictos patrimoniales de
relevancia jurídica. Lo anterior, no sólo ha traído consecuencias perjudiciales e injustas
para los propios convivientes, sino, además, para los terceros que con ellos se relacionen
en la vida jurídica, e incluso para los propios hijos de una relación convivencial no
matrimonial, como señalábamos a propósito de la imposibilidad de solicitar la
declaración de bien familiar en beneficio de los hijos menores de una familia de hecho.
Por ello, creemos firmemente en la necesidad de regulación de los principales efectos
patrimoniales de las uniones de hecho, que deberá materializarse mediante un estatuto
orgánico de las convivencias, conjuntamente con ciertas modificaciones, y la
incorporación de disposiciones sobre la materia en leyes especiales. Este estatuto
orgánico para las uniones de hecho, según se desprende de los análisis efectuados a

52
INVESTIGACIÓN II

través de esta investigación, estará orientado principalmente en regular y dar solución a


los principales conflictos patrimoniales derivados de las convivencias, que como hemos
advertido, consisten en el régimen patrimonial aplicable a los bienes adquiridos tras la
convivencia, la situación de las deudas adquiridas durante la vigencia de la unión, la
posibilidad de recibir compensaciones económicas al término de la relación, la
posibilidad del conviviente sobreviviente de demandar al tercero por la muerte, lesión o
incapacidad de su conviviente, el destino de los bienes adquiridos en común luego de la
muerte de uno de los convivientes, la posibilidad de ser beneficiario uno de los
convivientes de pensiones de viudez y demás prestaciones de seguridad social, la
situación de las donaciones 9 efectuadas y compraventas realizadas entre los
convivientes, y la situación en la que se encuentran los bienes inmuebles que sirven de
vivienda principal de la familia formada como unión de hecho. Para cumplir este
objetivo, se ha optado por un modelo de regulación basado principalmente en el respeto
por la autodeterminación de los individuos que optan por vivir “maritalmente de
hecho”, no imponiéndoles a éstos mayores gravámenes que a los unidos por matrimonio
y, por tanto, la esencia de la relación patrimonial que en las uniones de hecho se
advierta, estará regulada en gran medida por la manifestación de voluntad de los propios
convivientes mediante pactos. Ahora, sin perjuicio de lo anterior, no debemos olvidar
que el tenor de esta regulación orgánica de las convivencias debe considerar siempre la
especial característica de las uniones de hecho, que la hacen constituir una comunidad
de vida y, por tanto, una unidad familiar. Mencionamos lo anterior, precisamente porque
la presencia del vínculo familiar en este tipo de uniones hace que las consecuencias que
de ella deriven no sólo sean de interés de los propios particulares que formen la unión,
sino que estén impregnadas de un interés público, el que funcionará en algunos casos
como límite para el contenido de los acuerdos o regulaciones que los propios
convivientes quieran acordar y, en otros, como ciertas normas protectoras en beneficio
de la familia y del conviviente económicamente más débil. Asimismo, debemos tener
presente que como parte del espíritu de esta propuesta normativa, se encuentra la
identificación de cada modelo de unión convivencial, tarea que quedará relegada
inevitablemente a los jueces, quienes sobre la base de criterios establecidos en la misma
ley, deberán determinar la procedencia de las instituciones contenidas en la regulación y
su magnitud, como es el caso de las compensaciones económicas. 10 Por último, como
parte de los principios matrices de esta regulación, la primacía de la realidad, y la no
discriminación de la familia de hecho en pos de la familia matrimonial. El estatuto

53
INVESTIGACIÓN II

normativo de los efectos patrimoniales de las uniones de hecho deberá regir siempre
para aquella unión convivencial heterosexual que revista caracteres de permanencia y
estabilidad, que constituya vínculo familiar; más allá de la existencia de vínculos
matrimoniales no disueltos, del transcurso de un determinado período de tiempo o de la
existencia de descendencia común. Por su parte, la familia de hecho que revista los
caracteres de permanencia y estabilidad, deberá ser protegida de la misma forma que la
familia matrimonial, sin distinción alguna. Esta ha sido la tendencia en el derecho
comparado, y no existiendo impedimento constitucional ni legal para llevar a cabo dicha
protección, es de suma necesidad que en nuestro ordenamiento se recoja la realidad
social, descentralizando el derecho de familia del derecho matrimonial; sobre todo en
consideración a que hoy en día vivimos en una sociedad que tiende a ser más igualitaria
y tolerante, y porque el ánimo de reconocimiento de la libertad individual se manifiesta
en muchos jóvenes que creen que el amor, el vínculo familiar y las relaciones afectivas,
van más allá de los vínculos formalmente constituidos; no por un ánimo de
desregulación ni de desprotección, sino que simplemente por elección personal.
Entender que el mandato constitucional de protección a la familia, por medio del cual el
Estado debe regular los principales efectos que de ella deriven, recae sobre la familia en
su sentido original, como aquella entidad de colaboración, ayuda recíproca y de
socialización del menor, independiente de la constitución del vínculo matrimonial, es
para nosotros la tesis que resulta compatible con los valores de una sociedad
democrática que pretenda ahondar en el sentido de la libertad, de la igualdad y, en
definitiva, de la dignidad del hombre. 11 III. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
3.1. Objetivo General Establecer los fundamentos jurídicos que justifiquen el uso de la
vía procedimental del proceso no contencioso para el trámite de las declaraciones
judiciales de uniones de hecho, en los supuestos de imposibilidad por abandono,
separación o muerte de alguno de los convivientes, o por la escasa economía de los
convivientes para cubrir los gastos notariales. 3.2. Objetivos Específicos a. Determinar
si el proceso no contencioso garantiza una tutela jurisdiccional efectiva, en plazo
razonable, al demandante en un proceso de declaración de unión de hecho. b. Establecer
si la pretensión de declaración judicial de uniones de hecho serán satisfecha en el
proceso no contencioso. c. Elaborar una propuesta legislativa que recoja los supuestos
legales en los cuales se acudirá a la vía del proceso no contencioso a fin de incorporar la
declaración judicial de uniones de hecho, en el trámite de la vía procedimental del
proceso no contencioso. IV. HIPÓTESIS - La obtención de la tutela Jurisdiccional

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INVESTIGACIÓN II

efectiva y la naturaleza declarativa de la pretensión, constituyen los fundamentos


jurídicos que justifican el uso de la vía procedimental del proceso no contencioso en
determinados supuestos legales, para 12 el trámite de los procesos de declaraciones de
uniones de hecho, ante la imposibilidad de de acudir a la vía notarial. V. DISEÑO DE
LA INVESTIGACIÓN Es un trabajo No Experimental, dado que se basa en una
explicación y establecimiento de fundamentos que justifiquen el uso de un proceso de
vía no contenciosa frente a la vía procesal contenciosa del proceso de conocimiento, en
caso de uniones de hecho. “La que se realiza sin manipular deliberadamente variables.
Es decir, se trata de investigación donde no hacemos variar intencionalmente las
variables independientes. Lo que hacemos en la investigación no experimental es
observar fenómenos tal y como se dan en su contexto natural, para después analizarlos”
Hernández (1981, 184) VI. TIPO DE INVESTIGACIÓN 6.1. Explicativo Pues la
presente investigación consiste en descubrir y establecer fundamentos jurídicos que
justifiquen el uso del proceso no contencioso frente al proceso de conocimiento, para el
trámite de las declaraciones judiciales de uniones de hechos; pues sabido es, que el
proceso de conocimiento es el proceso de trámite más largo, con mucha más
oportunidad para presentar y valorar medios probatorios, antes de emitir una sentencia.
Sin embargo, si al final de esta tramitación, se emite una sentencia declarativa, que
termina siendo un instrumento probatorio de otro proceso, tal como división y partición
de bienes, solicitar una pensión de viudez u 13 orfandad, que conlleva más tiempo, para
que el litigante concubino (a) pueda acceder a su meta patrimonial. Entonces se
concluye, que se debe de tramitar en una vía más lata, económica, dentro de un plazo
razonable, como es la vía del proceso no contencioso. 6.2. Propositivo Es un trabajo que
al final de la investigación propone la creación de una ley o una modificación al Código
Procesal Civil, que estipule que las pretensiones de declaraciones de uniones de hecho
se tramiten en la vía del proceso no contencioso y no en la del proceso de conocimiento,
tal como se viene haciendo en base al inciso 1 del artículo 475 del Código Civil y que
los convivientes no se vean en la necesidad de acudir ante un notario público para
obtener una tutela jurisdiccional efectiva, sino por el contrario pueden y deben acudir al
Órgano Jurisdiccional, en donde desean satisfacer su pretensión, en un costo ínfimo con
relación al costo que les generaría asistir a una notaría. VII. UNIDAD DE ANÁLISIS
El presente estudio se circunscribe al análisis y efectos vinculados con el espíritu de la
norma contenida en el artículo 475 inciso 1° del Código Procesal Civil, que regula la
viabilidad de la pretensión judicial de declaraciones judicial de hecho en el proceso de

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INVESTIGACIÓN II

conocimiento. 14 VIII. METODOLOGÍA 8.1. Método. Es el conjunto de


procedimientos para crear o desarrollar conocimiento científicos en la búsqueda de la
verdad; la vía y modo de obrar para resolver con ciertos métodos problemas de índole
teórico y práctico. Aranzamendi (1998 p. 87) Los métodos científicos elegidos para la
demostración de la hipótesis son los siguientes: 8.1.1 Analítico. Es aquel método de
investigación que consiste en la desmembración de un todo, descomponiéndolo en sus
partes o elementos para observar las causas, la naturaleza y los efectos. El análisis es la
observación y examen de un hecho en particular. Es necesario conocer la naturaleza del
fenómeno y objeto que se estudia para comprender su esencia. Este método nos permite
conocer más del objeto de estudio, con lo cual se puede: explicar, hacer analogías,
comprender mejor su comportamiento y establecer nuevas teorías Así en la
investigación se ha podido descomponer y analizar la vía procedimental del proceso de
conocimiento para compararlo con la vía procedimental del proceso no contencioso y al
final ha permitido proponer la creación de la presente ley, establecerá la vía
procedimental para la tramitación de las declaraciones de uniones hecho, cuyo objetivo
es contribuir y unificar criterios para dicho trámite. La investigación es correlacional
porque existe relación directa entre las cuatro variables, y al final podrá establecerse si
existe algún fundamento jurídico que determine que las declaraciones judiciales de
uniones hecho se deban de tramitar en la vía del proceso no contencioso. 15 8.1.1
Método hipotético deductivo. Es el procedimiento o camino que sigue el investigador
para hacer de su actividad una práctica científica. El método hipotético-deductivo tiene
varios pasos esenciales: observación del fenómeno a estudiar, creación de una hipótesis
para explicar dicho fenómeno, deducción de consecuencias o proposiciones más
elementales que la propia hipótesis, y verificación o comprobación de la verdad de los
enunciados deducidos comparándolos con la experiencia En el presente estudio se
utiliza el método hipotético deductivo que consiste en primera instancia la recolección
de datos de expedientes. “en un procedimiento que parte de unas aseveraciones en
calidad de hipótesis y busca refutar o falsear tales hipótesis, deduciendo de ellas
conclusiones que deben confrontarse con los hechos” Hernández (1981, p. 187) 8.2
TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE DATOS 8.2.1. Análisis de
contenido En el desarrollo de la presente investigación se consolidó la información
relevante para la investigación haciéndose uso de la Libreta de Anotaciones, para poder
almacenar información de las lecturas efectuadas en los procesos, textos, revistas,
códigos y biblioteca virtual. A través de esta técnica se obtuvo la información contenida

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INVESTIGACIÓN II

en normas, doctrina y jurisprudencia, se usó como instrumento la libreta de anotaciones.


16 CAPÍTULO II M A R C O T E Ó R I C O 2.1. LA FAMILIA 2.1.1. Concepción La
familia es una institución jurídica, que ha sido definida de muy distintas maneras: se le
ha considerado como la célula primaria de la sociedad, como el núcleo inicial de toda
organización social, como el medio que el individuo logra un desarrollo tanto físico y
psíquico como social. También se le ha señalado como una unidad que constituye la
base de seguridad material del individuo a través de sus diversas etapas de desarrollo,
primero en el seno de la familia, dentro de la cual nace y posteriormente en el de la
familia que hace. Etimológicamente, la palabra familia es dudosa, Taparelli afirma que
deriva de la voz latina fames, hambre y alude al hecho que es en el seno del grupo
doméstico donde el hombre satisface sus necesidades primarias, mientras que De
Morante, indica que deriva de la voz famelus, siervo y hace referencia al hecho que en
la familia romana incluía a agentes de condición servil-esclavos, clientes o a que los
miembros de ella estaban servilmente sometidos a la autoridad del pater. Cornejo (199,
p. 13) La familia tiene carácter económico porque el contenido de las relaciones
familiares, es esencialmente económico, ya que con el acto de matrimonio o de simple
relación de hecho, existe unificación de la propiedad, para atender las necesidades
familiares, así por ejemplo: Por el matrimonio se forma una sociedad 17 patrimonial
entre cónyuges, como la sociedad de gananciales o los bienes de familia. “La familia,
según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural,
universal y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y
del Estado”. Jurista (2014) En la Constitución del año 1979, en el Artículo 5, el Estado
protegía el matrimonio y la familia, como sociedad natural e institución fundamental de
la Nación. La Ley regulaba las formas de matrimonio y las causas de separación.
Asimismo señalaba las condiciones para establecer el patrimonio familiar inembargable,
inalienable y transmisible por herencia. Por otro lado, mediante el Artículo 6 de esta
Constitución, el Estado amparaba la paternidad responsable, siendo deber y derecho de
los padres de alimentar, educar y dar seguridad a sus hijos así como los hijos tenían el
deber de respetar y asistir a sus padres. Se estipulaba asimismo, que todos los hijos
tenían iguales derechos y la prohibición de toda mención sobre el estado civil de los
padres y la naturaleza de la filiación en los registros civiles y en cualquier documento de
identidad Hoy en día la Constitución de 1993, en el Artículo 5 preceptúa: “La
comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente, a la madre y al
anciano en situación de abandono. Protege a la familia y promueve el matrimonio.

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INVESTIGACIÓN II

Reconoce a la familia y al matrimonio como institutos naturales y fundamentales de la


sociedad, asimismo establece que las causas de separación y de disolución son
reguladas por la Ley”. (Gonzales (1999, p.76) 18 2.1.2. Tipos de familia Las familias
están clasificadas en los siguientes tipos:  Familia nuclear, formada por la madre, el
padre y su descendencia.  Familia extensa, formada por parientes cuyas relaciones no
son únicamente entre padres e hijos. Una familia extensa puede incluir abuelos, tíos,
primos y otros parientes consanguíneos o afines.  Familia monoparental, en la que el
hijo o hijos vive(n) sólo con uno de sus padres.  Familia hermanastral, es la que está
conformada por dos hermanos que se casan.  Familia ensamblada, es aquella que está
compuesta por agregados de dos o más familias (ejemplo: madre sola con sus hijos se
junta con padre viudo con sus hijos) y otros tipos de familias, aquellas conformadas
únicamente por hermanos, por amigos (donde el sentido de la palabra "familia" no tiene
que ver con un parentesco de consanguinidad, sino sobre todo con sentimientos como la
convivencia, la solidaridad y otros), entre otros, quienes viven juntos en el mismo lugar
por un tiempo considerable.  Familia a larga distancia, familia conformada por una
madre con sus hijos y el padre en otro país. Además de estas formas nuevas que se
pueden definir como tipos de familia, tenemos el concubinato como manifestación de la
familia: 19 2.1.3. Nuevos tipos de familia 2.1.3.1. El concubinato como manifestación
de la familia Definición “Concubinato es la convivencia monogámica, estable y honesta
de un hombre y una mujer libres”. (Gonzales (1999, p.84) René Jourdanin, considera al
concubinato, como la unión libre que origina un matrimonio aparente. Guillermo
Cabanellas, a su vez refiere, que el concubinato, es el estado en que encuentran el
hombre y la mujer cuando comparten casa y vida, como si fueran esposos sin ser
casados. Eduardo Busso, sostiene que el concubinato, es la situación de dos personas de
distinto sexo, en posición de estado de casados y esposo sin haber celebrado
matrimonio. 2.1.3.2. Clases de concubinato Concubinato propio Es aquel denominado
como Concubinato Puro y se presenta como una unión extramatrimonial duradera entre
un varón y una mujer, libres de impedimento matrimonial, para alcanzar finalidades y
cumplir deberes semejantes a los del matrimonio, origina una sociedad de bienes que se
sujeta al régimen de la sociedad de gananciales en cuanto le fuere aplicable. Que puede
transformar su situación de hecho en una de derecho, por no existir impedimento alguno
que opte la realización del matrimonio civil. Viven en concubinato propio los solteros,
los viudos, 20 los divorciados y aquellos cuyo matrimonio ha sido declarado nulo

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INVESTIGACIÓN II

judicialmente. El Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el caso de Janet


Rosas Domínguez, ha establecido diferencias entre concubinato en sentido estricto
(propio o puro) y concubinato en sentido amplio (impropio o concubinato adulterino).
El primero de ellos supone que los individuos que conforman las uniones de hecho no
tienen impedimento alguno para contraer matrimonio. Es decir, se encuentran aptos para
asumir el matrimonio. En cambio, el segundo caso abarca a aquellas parejas que no
podrían contraer nupcias debido a que uno de ellos o los dos tiene ya un vínculo
matrimonial con tercera persona, o se encuentran impedidos de casarse por cualquier
otra causal. S.T.C Requisitos - Unión entre varón y mujer. - Comunidad de techo. -
Permanencia en el tiempo y en el espacio, en forma notoria. - Inexistencia de
impedimentos para poder casar entre sí. - Inexistencia de formalidades exigidas para las
uniones legítimas. A decir del jurista Enrique Varsi Rospigliosi, "la norma llena un
vacío en lo referente a la discriminación sucesoria entre cónyuges y convivientes y que
era un clamor popular por las personas que conviven sin tener impedimento para casarse
y además la Ley cumple con el fin 21 del Derecho Familiar contemporáneo sustenta un
criterio democrático, inclusivo, de igualdad y equidad entre todos los sujetos
relacionados familiarmente, este es solo un peldaño más que se supera para que la
convivencia pueda estar completamente a tono con el matrimonio. Aún faltan por
superar muchos otros peldaños más para equipararlos y que en la actualidad entre
convivientes no se puede adoptar a un niño, ni la conviviente puede tener el apellido de
su compañero, por lo que la convivencia no termina siendo un estado civil debidamente
reconocido". (STC) Concubinato impropio Denominado impuro o imperfecto, donde la
unión concubinaria se presenta como una unión extramatrimonial ilegítima por existir
un impedimento legal que obstaculiza la unión. En este caso, los concubinos no pueden
contraerlo porque uno de ellos o ambos a la vez se hallan unidos a otro enlace civil
anterior. Vive en concubinato impropio el varón casado que se une a una mujer casada,
separado judicialmente divorciado y cuyo matrimonio no ha sido declarado inválido.
Requisitos  Que se trate de una unión de hecho voluntariamente realizada y mantenida
por un varón y una mujer. 22  Que uno de ellos o ambos tengan obstáculo legal que les
impida contraer matrimonio.  Que los concubinos lleven vida de casados, sin estarlo
realmente.  Que se forme el patrimonio concubinario. Caracteres y elementos a. Unión
de hecho, la unión estable de una mujer y varón voluntariamente y mantenida, libres de
impedimento matrimonial, para alcanzar finalidades y cumplir deberes semejantes al

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INVESTIGACIÓN II

matrimonio, originando una sociedad de bienes que se sujeta al régimen de sociedad de


gananciales, en cuanto fuere aplicable siempre que dicha unión haya durado por lo
menos dos años continuos. b. La posesión constante de estado, a partir de la fecha
aproximada puede probarse con cualquier medio admitido por la Ley Procesal, siempre
que exista una prueba escrita. c. La unión de hecho termina, por la muerte de ausencia,
mutuo acuerdo o decisión unilateral. d. La publicidad en la unión de hecho, tiene
notoriedad de dichas relaciones, el conocimiento que asumen los parientes, vecinos y
demás relacionados de ese estado conyugal aparente. e. El abandono en la unión de
hecho, cuando es una decisión unilateral, el juez puede conceder a elección del
abandonado una cantidad de dinero por concepto de indemnización o una pensión 23
alimenticia. Además de los derechos que le correspondan de acuerdo con el régimen de
sociedad de gananciales. f. Consideración societaria a la unión concubinaria y que
disuelta la relación se proceda a una liquidación patrimonial que atribuyó a cada cual lo
que en justicia le corresponda. g. La unión de hecho que no reúna las condiciones, el
interesado tiene expedita, en su caso, la acción de enriquecimiento indebido. 2.1.3.3.
Formas de concubinato Según los elementos que la integran a. Concubinato perfecto
Referido a la unión de un hombre y una mujer que mantienen relaciones sexuales
guardándose fidelidad y compartiendo una vida en común, sin haberse sometido a las
formalidades prescritas por la Ley para la celebración del matrimonio. Sus elementos
son: la unión entre un hombre y una mujer; la comunidad lecho; la comunidad de vida
bajo el mismo techo; una cierta obligación de fidelidad, a lo menos de la mujer; la
notoriedad de la comunidad de vida y ausencia de las formalidades prescritas para el
matrimonio. Mallqui (p. 70) b. Concubinato notorio Denominándose así a la unión de
un hombre y una mujer que mantienen relaciones sexuales guardándose fidelidad y
comparten notoriamente una 24 comunidad de vida, sin haberse sometido a las
formalidades prescritas por la Ley para la celebración del matrimonio. Los elementos de
esta forma de concubinato son casi los mismos que las del concubinato perfecto. La
diferencia muy sutil radica en un elemento que la comunidad de habitación. Según Pinto
Rogers, tienen importancia cuando se consideran las relaciones de los concubinos con
tercero, en los casos de nacimiento de obligaciones contraídas por la concubina o
cuando se demanda la indemnización de perjuicios, por la muerte de uno de los
concubinos imputables a un tercero. Mallqui (p. 72) Para que opere la presunción de
paternidad, basta que haya habido comunidad de lecho, condición sine qua non del
concubinato notorio es decir, la existencia de relaciones sexuales durante el período

60
INVESTIGACIÓN II

legal de la concepción y la fidelidad de la mujer. Este es concubinato notorio, al que se


refirió la Ley de investigación de la paternidad, al romper el mutismo deliberado del
Código Francés. Es necesario que el concubinato sea notorio público; que los
concubinos mantengan un estado cónyuges matrimoniales. Y se insiste en esta idea o a
lo menos, que por la fama, el trato y el nombre se repute posesión notoria de ese estado;
posesión notoria que se traduce en el convencimiento de la generalidad que esas
personas viven como marido y mujer y en el trato que el concubino da a su compañera,
considerándola en todo, no como una simple “querida”, sino con la consideración de
una esposa y todo lo anterior reforzándose por una común vivienda. 25 c. Concubinato
imperfecto o simple concubinato Esta es la unión más o menos estable de un hombre y
una mujer que mantienen relaciones sexuales, sin someterse a las formalidades del
concubinato perfecto y es precisamente esta la concepción etimológica del concubinato
o unión libre cum cubinare. No es, pues, indispensable la comunidad de habitación o de
vida. No se precisa la notoriedad, ni la fidelidad que se deben de guardar entre sí los
amancebados, ni la posibilidad de poderse casarse entre sí. En suma, no es indispensable
esa estabilidad prolongada en el tiempo que contribuye o hace nacer ese ánimo de
asociación o de trabajo común. Es más bien esa comunidad afectiva que mira única y
exclusivamente a la mutua satisfacción del apetito sexual. Esta forma del concubinato
algunas veces produce consecuencias jurídicas; una negativa por ejemplo, nulidad de las
liberalidades que tienden al establecimiento o al mantenimiento de las relaciones
irregulares; otras positivas, como según la jurisprudencia de la obligación que asumiría
el concubino de reparar el daño causado o la seducción que ha hecho víctima a la mujer.
d. Relaciones sexuales de carácter transitorio u ocasional Aquí propiamente no existe el
concubinato. La satisfacción de los apetitos muchas veces se busca en cualquier mujer o
en forma periódica u 26 ocasional, En ellas no se ve ningún afán de asociación, ni de
vínculo permanente. Su sanción se adscribe en toda su extensión a la moral. Allí el
Derecho nada tiene que hacer. Sólo la policía y la higiene deben mantener un estrecho
control. Pero quizás en forma indirecta, pueden tocar con el Derecho, como en el caso
de adulterio para el cónyuge culpable, ya que puede convertirse en una causal de
divorcio y separación de bienes. e. Por la forma del origen de la unión Aquí podremos
hablar de concubinato directo o voluntario, que se caracteriza porque de un principio ha
perseguido como único fin el establecer o mantener esa unión que remede, en todo o en
parte, según sus manifestaciones, al matrimonio. Puede nacer del mutuo consentimiento,
tanto verbal o escrito, de los concubinos que quieren regular así, en una u otra forma, su

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INVESTIGACIÓN II

vida en común. El concubinato indirecto, se presenta en un estado de cosas desvirtuando


su finalidad primitiva. En otras palabras, es un estado civil que por defecto de forma o
fondo o por falta de aceptación legal, degenera en un estado distinto al que proponía con
su celebración. Nace como se deduce, del hecho de haberse celebrado un matrimonio
que podía subsistir como tal en nuestro ordenamiento; matrimonio que obedece muchas
veces al imperativo de conciencia; imperativo que se impone aún con desconocimiento
de la Ley o también cuando la unión matrimonial con vicios de fondo que impiden su
existencia como matrimonio putativo. Un 27 caso de concubinato indirecto sería el
producto por el matrimonio católico celebrado en Paraguay, donde sólo el civil produce
efectos civiles. f. Concubinatos regulares e irregulares El concubinato regular, es el que
no está abiertamente contra la Ley. La posibilidad de poderse casar entre sí los que en
tal estado vive y en el consenso general que los reputa como casado, configuran así una
especie de estado civil. La más de las veces, ya sea por reparar el mal causado en honor
de la mujer, bien por legitimar los hijos nacidos durante esa unión, no es más que un
período preparatorio. El concubinato irregular, aquí se encuentra una violación clara de
la Ley. Esta Unión repugna a todos y está también en contraposición a una sana amoral.
En el concubinato irregular vemos la unión grotesca de seres de un mismo sexo que
viven como marido y mujer o en concubinato adulterino, estando uno de ellos o dos
unidos a otro u otros por un matrimonio legítimo; o la unión más o menos estable o
permanente entre dos personas que no podían estar casadas entre sí, bien por cuestiones
de parentesco o de edad o por cualquier otro impedimento de carácter legal. Uniones,
como se puede apreciar, que deben de estar drásticamente sancionada y a las cuales
debe negársele toda la protección legal y toda garantía. Claro que en ciertas
eventualidades, el elemento a sabiendas que puede configurarse debe ser tenido en
cuenta por los Juzgadores.
2.1.3.4. Diferencias entre el concubinato y otras figuras Es conveniente diferenciar el
concubinato de otras figuras que son semejantes tales como contubernio, el matrimonio,
el servinakuy y las uniones libres. Mallqui (p. 69-70)  El contubernio, existía en el
Derecho Romano, consistía en la unión de hecho entre un libre y un esclavo y también
de esclavos entre sí; mientras que el concubinato era, como se dijo antes, una suerte de
cohabitación sin affectio maritales de un ciudadano con una mujer de inferior condición
social. Mallqui (p. 62-66)  En cuanto al matrimonio y al concubinato, de acuerdo a la
evolución histórica, éste es más antiguo que aquel. El primero es una unión de derecho;
el segundo es una unión de hecho. En cuanto al matrimonio existe consentimiento

62
INVESTIGACIÓN II

expreso, en el concubinato, éste es tácito. Los cónyuges pueden optar entre dos
regímenes patrimoniales: sociedad de gananciales y separación de patrimonios, los
concubinos sólo quedan sujetos a la sociedad de gananciales en lo que le fuera
aplicable. En cambio, del primero nace un derecho hereditario para los esposos, lo que
no es posible entre los concubinos.  El Servinacuy, históricamente se asemeja al
concubinato, porque es una forma de aquél, sin embargo, pueden establecerse algunas
diferencias: el 29 primero es una costumbre que está muy arraigada en la sociedad; el
segundo, una relación intersubjetiva que se practica entre los habitantes del Ande y
oriundos de él. El concubinato, en cuanto a sus efectos se rige por la Ley, el servinacuy
en cambio se halla fuera del ordenamiento jurídico oficial, pero tiene las connotaciones
de un verdadero matrimonio. (De prueba o sociológico).  La unión libre y el
concubinato, la denominación a la unión libre es menos agresiva que el concubinato,
porque en ambos casos se trata de una vida marital practicada por quienes no están
casados; pero también pueden establecerse algunas diferencias. La primera es una unión
esporádica y poco estable, mientras que el segundo se peculiariza por su singularidad y
estabilidad. En las uniones libres no siempre se cumplen deberes y finalidades
semejantes al matrimonio, que es lo que tipifica al concubinato. 2.1.3.5. La unión de
hecho como manifestación de la familia Concepción doctrinaria “La unión de hecho es
la convivencia habitual es decir, continua y permanente desenvuelta de modo ostensible,
con la nota de la honestidad o fidelidad de la mujer y sin impedimentos para
transformarse en un consorcio legítimo” Mallqui (p. 70-71) 30 “Se trata en efecto, de la
unión continuada de un hombre y una mujer en aptitud para contraer matrimonio, que
aparentan vivir ligadas por un acto regularmente celebrado”. Mallqui (p. 76) La unión
de hecho Es la cohabitación o vida en común, elemento que puede ser sustituido por la
convivencia en visitas constantes, socorro mutuo, ayuda económica reiterada, vida
social conjunta e hijos, entre un hombre y una mujer, sin impedimentos para contraer
matrimonio, tal unión será con carácter de permanencia (dos años mínimo) y que la
pareja sea soltera, formada por divorciados o viudos entre sí o con solteros, sin que
existan impedimentos dirimentes que impidan el matrimonio. Y para reclamar posibles
efectos civiles del matrimonio es necesario que una sentencia definitivamente firme la
reconozca, siendo la relación excluyente de otras iguales características. El concubinato
se conceptúa como la convivencia habitúa esto es, continuo y permanente, desenvuelta
de modo ostensible, con la nota de honestidad o fidelidad de la mujer y sin impedimento
para transformarse en matrimonio. El Artículo 326 del Código Civil, acoge la tesis de

63
INVESTIGACIÓN II

apariencia matrimonial, pues señala que con la unión de hecho se persigue alcanzar las
finalidades y cumplir deberes semejantes a los del matrimonio; esto es cuando puede
hablarse de un estado aparente de matrimonio por su estabilidad y singularidad, siempre
que haya durado por los menos dos años continuos. Varsi (p. 27) 31 Definición Las
Uniones de Hecho en el Perú, también conocidas como concubinato o relaciones de
convivencia, son una forma de unión intersexual muy vetusta y longeva que lleva
consigo ribetes muy parecidos a los del matrimonio y que ha tenido existencia en
nuestro país desde épocas muy remotas. En principio, el concubinato desciende del latín
“concibinatur”, que significa “dormir juntos”, es decir que se trata de una situación
fáctica entre un varón y una mujer que cohabitan para tener relaciones sexuales estables.
Existen diversas formas de denominarla, así tenemos que se suele llamar convivencia
more uxorio, de hecho, matrimonio de hecho, unión libre, concubinato, pareja no
casada, unión extramatrimonial, entre otros. Se usa la expresión “convivencia more
uxorio”, para hacer referencia a la ausencia de hijos aún cuando se aluda a la vida en
común. En una posición, si se quiere, más tirada a la libertad o facilidad de disolución,
el jurista Alba prefiere hablar de “unión libre”, apuntalando la presencia de espacios de
autonomía privada más amplios a los que suele encontrarse en el matrimonio. “Unión de
Hecho, es una situación de hecho derivada de la convivencia, de un hombre y una
mujer, no unidas por el matrimonio y que comparten un proyecto de vida común basada
en relaciones afectivas de carácter singular, dotadas de estabilidad y permanencia”.
(Constitución 1993) 32 “La Unión de Hecho, puede ser definida como un ayuntamiento
libre, público y permanente o estable de dos personas de distinto sexo, con
independencia de su orientación sexual, siempre que guarden entre sí una relación de
afectividad análoga con el matrimonio”. Montoya (p. 83) 2.2. TUTELA
JURISDICCIONAL EFECTIVA La Tutela Jurisdiccional Efectiva (se hace por medio
del proceso), es el derecho, por el cual toda persona, como integrante de una sociedad,
puede acceder a los Órganos Jurisdiccionales para el ejercicio o defensa de sus derechos
o intereses, con sujeción a que sea atendida a través de un proceso que le ofrezca las
garantías mínimas para su efectiva realización. El calificativo de efectiva que se da le
añade una connotación de realidad a la Tutela Jurisdiccional. Y que en una forma
resumida: “Es el derecho de toda persona a que se le haga justicia, a que cuando
pretenda algo de otra, esta pretensión sea atendida por un Órgano Jurisdiccional, a
través de un proceso con las garantías mínimas que exige la Ley”. (Diario los Andes p.
8) La tutela procesal efectiva como derecho protegible dentro del ordenamiento

64
INVESTIGACIÓN II

constitucional, tiene un claro asidero en el Artículo 4 del Código Procesal


Constitucional, reconduciendo y unificando lo dispuesto en el Artículo 139, inciso 3, de
la Constitución, pues en éste se incluye separadamente el derecho al debido proceso y a
la tutela judicial (Sentencia del TC N° 04777-2006-PA/ del 13/10/2008) En la
legislación internacional, la Tutela Jurisdiccional Efectiva, está regulado en: El Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos en su Artículo 14 inciso 1º y en 33 la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en el inciso 1º del Artículo 8,
respectivamente. Lo que evidencia que efectivamente el Estado, sabe y tiene pleno
conocimiento de cuál es su labor de protección frente al ciudadano que solicita e
implora justicia. Consiguientemente, es deber del Estado promover la efectividad del
derecho a la Tutela Jurisdiccional Efectiva, que no sólo se limita al aspecto procesal
sino fundamentalmente, al aspecto material, en el sentido de resolver la pretensión de
“JUSTICIA” planteada. El derecho a la Tutela Jurisdiccional Efectiva, en nuestro país
lo tenemos regulada en primer lugar en nuestra Constitución Política del Estado, en el
Artículo 139 inciso 3 prescribe: “... son principios y derechos de la función
jurisdiccional. La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional...”. En
segundo lugar el Artículo 1 del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que refiere:
“...Toda persona tiene derecho a la Tutela Jurisdiccional Efectiva para ejercicio o
defensa de sus derechos o intereses, con sujeción a un debido proceso...”. Y en tercer
lugar el Artículo 7 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, señala: “...En el ejercicio y
defensa de sus derechos, toda persona goza de la plena Tutela Jurisdiccional, con las
garantías de un debido proceso...”. Varsi (p. 28) Finalmente, es preciso indicar que no
sólo existe o se puede hablar únicamente de la Tutela Jurisdiccional Efectiva individual
o de carácter personal, sino que también coexisten otros derechos, como son los
Derechos Humanos de la tercera generación, entre los cuales tenemos; el derecho al
desarrollo, a la tranquilidad pública, a la paz social, del medio ambiente equilibrado y
adecuado, al patrimonio cultural, entre otros. Siendo estos derechos colectivos, de
interés general y de protección para toda 34 la sociedad y porque no decirlo de toda la
humanidad y como tales, no pueden carecer de instrumentos jurídicos legales que
aseguren su plena satisfacción, siendo así estos derechos también merecen la protección
de Tutela Jurídica Efectiva y que será tema de un posterior comentario. Así concluimos
que la tutela jurisdiccional efectiva comprende el acceso a la jurisdicción, el derecho de
obtener resoluciones fundadas en derechos, el derecho a un debido proceso y a la
efectividad de las decisiones jurisdiccionales, es decir que la persona con una pretensión

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INVESTIGACIÓN II

que acude al órgano jurisdiccional competente pretende que su pretensión sea atendida,
protegida, a través de un proceso con las garantías mínimas (sin que en algún momento
pueda quedarse en la indefensión el justiciable), que todo justiciable espera y dentro de
un plazo razonable, para obtener una resolución fundada en derecho (aunque no le sea
favorable a su pretensión) y que se ejecute lo juzgado (sentencia firme), esto es definido
como efectividad de los pronunciamiento del órgano jurisdiccional. Todo esto se
simplifica: en acceso a la jurisdicción, proceso debido y eficacia de la sentencia. 2.2.1.
Acceso a la jurisdicción Es el derecho de todas las personas al uso de los mecanismos
previstos en el ordenamiento jurídico para resolver un conflicto, es decir que es la
primera manifestación de la tutela jurisdiccional efectiva. Esto indica que el derecho es
de todos los ciudadanos, a que la administración de justicia resuelva y solucione de
manera eficaz los conflictos y problemas, de acuerdo a las normas y a las leyes vigentes,
actuando siempre con 35 independencia e imparcialidad, resolviendo así las
controversias de derechos e intereses planteadas en el proceso. Esto implica a la vez, un
derecho de toda persona a ser protegida por las distintas autoridades del sistema de
administración de justicia, cuando una autoridad pública o persona particular viole o
ponga en peligro un derecho reconocido por la Constitución Política, los Tratados de los
Derechos Humanos o las leyes, pues si una persona no puede acceder al sistema judicial
para obtener el respeto, realización o protección, de un derecho reconocido, no serviría
de nada entonces ser formalmente el titular de un derecho pues no sería posible gozar
materialmente de ese derecho. 2.2.2. Resoluciones fundadas en derecho El derecho a la
Tutela Jurisdiccional Efectiva, NO comprende necesariamente obtener una decisión
judicial acorde con las pretensiones formuladas por la persona o el sujeto de derecho
que lo solicita o peticiona, sino que es la atribución que tiene el juez, que representa al
aparato jurisdiccional a dictar una resolución conforme a derecho y siempre que se
cumplan los requisitos procesales mínimos que exige la Ley nacional para ello; este
derecho, supone obtener una decisión judicial sobre las pretensiones deducidas por el
actor ante el órgano jurisdiccional respectivo, siempre que se utilicen las vías y/o
mecanismos procesales adecuados, pero no necesariamente tal decisión es la solicitada
por la persona o sujeto de 36 derecho; ya que la misma puede ser favorable o
desfavorable a las pretensiones ejercidas. “La palabra motivo o motivar viene del
vocablo motivum, que significa lo que mueve o algo que mueve; el motivo es la razón
del acto, el conjunto de consideraciones racionales que lo justifica; no de una
deliberación. Es sinónimo también de causa, pero el acto (en este caso, la decisión), se

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INVESTIGACIÓN II

obtiene luego de un debate interno de una deliberación. Es también principio y derecho


de la función jurisdiccional, tal como lo preceptúa el Artículo 139 inciso 5 de la
Constitución Política del Estado”. (Diario el Peruano) De esta Casación, se puede
desprender que fundamentar un resolución no es lo mismo que motivar una resolución,
pues la fundamentación de una resolución está referida a la correcta invocación de la
norma aplicable y la motivación de una resolución es el motivo verdadero o razón que
tiene el juzgador para decidir la cuestión, es decir el razonamiento derivado de la
circunstancias de hecho probadas que lo llevan a la aplicación de una u otra norma. En
nuestro país, el acceso a la tutela jurisdiccional tiene serias limitaciones como el que
más de un tercio de la población, especialmente de las zonas rurales, no pueden acceder
a estos servicios de justicia, aunado a ello, la situación de pobreza y exclusión social, la
diversidad cultural, por lo que está considerado como una Nación “pluricultural,
multirracial y 37 pluriétnica”, pues se cuenta con una diversidad cultural, asimismo se
nota la ausencia del Estado, considerado como excluyente, centralista y desigual, que
permea todos los espacios, servicios y políticas públicas existentes en el Perú. 2.2.3.
Debido proceso Es un principio legal, por el cual el gobierno debe de respetar todos los
derechos legales que posee una persona según la Ley. Se afirma inclusive que el debido
proceso legal es la manifestación de la tutela jurisdiccional efectiva, la misma que
comprendería: el derecho de acceso a la justicia (conocido como el derecho de acción) y
el debido proceso legal comprende la observancia de las reglas procesales, la emisión de
resoluciones fundadas en Derecho y la plena efectividad de la resoluciones emitidas.
Por lo que la Corte Suprema se ha pronunciado en ese sentido: “.. hay que precisar que
el debido proceso tiene por función asegurar los derechos fundamentales consagrados
en la Constitución Política del Perú, dando a toda persona la posibilidad de recurrir a la
justicia para obtener la tutela jurisdiccional de los derechos individuales, a través de un
procedimiento legal, en el que se dé oportunidad razonable y suficiente de ser oído,
ejercer el derecho de defensa, de producir prueba y de obtener una sentencia que decida
la causa dentro de un plazo preestablecido en la Ley Procesal”. (Diario el Peruano) 38
El debido proceso es un principio jurídico procesal, según el cual toda persona tiene
derecho a ciertas garantías mínimas, para asegurar un resultado justo y equitativo dentro
del proceso esto es, permitirle la oportunidad de ser oído y hacer valer sus pretensiones
legítimas frente al juez. También se interpreta como un límite a las leyes y los
procedimientos que usan los jueces y no los legisladores, quienes deben definir y
garantizar los principios fundamentales de la imparcialidad, justicia y libertad. Esta

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INVESTIGACIÓN II

interpretación es análoga al concepto de justicia natural y a la justicia de procedimiento


usada en otras jurisdicciones, de donde el mandato del gobierno no debe de ser parcial
con la gente y no se debe de abusar físicamente de ellos. En nuestra Constitución
Política, el debido proceso está taxativamente estipulado en los incisos 3 y 10 del
Artículo 139, como es el derecho a tener un juicio previo, en el Artículo 139 inciso 1º
referido al carácter exclusivo y obligatorio de la función jurisdiccional, inciso 2 del
mismo Artículo referido a la imparcialidad de los jueces y a la igualdad ante la Ley, en
el Artículo 103, referido a la expedición de leyes especiales por la naturaleza y
exigencia de las cosas, mas no por las diferencias de las personas, la vigencia de leyes,
la irretroactividad y derogación de las mismas y no al abuso del derecho. En su inciso
11 literal h) el Artículo 139, también incluye una regla más del debido proceso como es:
el derecho a la defensa, el derecho de la no incriminación y a la obtención de pruebas
lícitas, 39 presumiéndose que toda persona es inocente mientras no tenga en su contra
sentencia condenatoria debidamente ejecutoriada; los incisos 5 y 6 que estipulan la
pluralidad de instancia y la motivación escrita de hecho y derecho de las resoluciones
judiciales en todas las instancias, excepto decretos de mero trámite. Asimismo el inciso
2 del Artículo 139, que preceptúa el carácter obligatorio de las resoluciones judiciales,
por lo que ninguna autoridad puede avocarse a causas pendientes ante el órgano
jurisdiccional ni interferir en el ejercicio de sus funciones, ni puede dejar sin efecto
resoluciones que han pasado en autoridad de cosa juzgada, ni cortar procedimientos en
trámite, ni modificar sentencias ni retardar su ejecución. Por otro lado el inciso 2 y
Artículo 146 prescribe la exclusividad de la función jurisdiccional, con la sola
excepción de la docencia universitaria fuera del horario de trabajo, así se cuenta además
con el inciso 24 del Artículo 2 literales f ) y g), que nos refieren la aplicación de la
detención e incomunicación como un principio de excepcionalidad, esto, entre otras
reglas del debido proceso como los principios del juez natural, de inviolabilidad del
domicilio, de cosa juzgada, del derecho al propio idioma, el no dejar de administrarse
justicia por vacío de la Ley, a no ser condenado en ausencia, con la excepción de lo
dispuesto en el novísimo Código Procesal Penal. Debemos de tener en cuenta además el
Artículo 1 del Código Procesal Civil, que preceptúa: “Toda persona tiene derecho a la
tutela jurisdiccional efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con
40 sujeción a un debido proceso”. El Código reconoce ese derecho y dentro de éste,
reconoce implícitamente el derecho al debido proceso. 2.2.4. Efectividad de las
decisiones jurisdiccionales El derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales es

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INVESTIGACIÓN II

una de las expresiones de la tutela procesal efectiva. Así, el tercer párrafo del Artículo 4
del Código Procesal Constitucional precisa: “se entiende por tutela procesal efectiva
aquella situación jurídica de una persona en la que se respeten, de modo enunciativo,
su[s] derechos a la actuación adecuada y temporalmente oportuna de las resoluciones
judiciales (...)”. (TCP) Dentro de la Tutela Jurisdiccional Efectiva, es importantísimo
que la Ley garantice la efectividad de las decisiones jurisdiccionales. El derecho a la
efectividad de las decisiones jurisdiccionales, es el derecho a la tutela judicial efectiva,
comprendiendo al derecho que tiene todo justiciable a que el fallo judicial se cumpla,
pues la efectividad de las resoluciones jurisdiccionales firmes es el rasgo esencial del
derecho así como el cumplimiento cabal de la decisión emitida por el órgano
jurisdiccional constituyendo esto, la principal garantía del derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva. No bastando el hecho de posibilitar al justiciable el acceso
efectivo a los órganos jurisdiccionales, con brindarle las garantías necesarias para una
defensa adecuada y con responder a su pretensión a través de una sentencia motivada y
fundada en derecho; si la decisión que 41 pone fin al proceso no se cumple, el derecho a
la tutela jurisdiccional efectiva habrá sido afectado en su esencia. Vega (p. 116-117) Por
lo que el Estado debe prever que este derecho esté garantizado, de modo tal que la parte
vencedora cuente con las herramientas necesarias para poder consumar el efecto que se
deriva de la sentencia, solicitando al órgano jurisdiccional llevar a cabo los actos
necesarios para cumplir con su propio pronunciamiento dentro de un tiempo razonable,
pues una justicia tardía no es justicia. El Derecho Fundamental, garantiza que se
posibilite la efectividad de las decisiones tomadas por los órganos jurisdiccionales, de
modo tal que exista un equilibrio entre la seguridad de que los justiciables hayan tenido
la oportunidad de realizar todos los actos necesarios para obtener la tutela solicitada y la
celeridad que se requiere para alcanzar la resolución del conflicto en un período de
tiempo que garantice una tutela real de las situaciones jurídicas protegidas por el
ordenamiento. Dinamarco (68-69). La doctrina jurisprudencial del Tribunal
Constitucional por su parte, ha comprendido que el derecho a la ejecución de
resoluciones constituye parte inseparable de la exigencia de efectividad de la tutela
judicial. En efecto, en las sentencias Nº 0015-2001-AI/TC, Nº 0016-2001-AI/TC y Nº
004-2002- AI/TC, el Tribunal ha dejado establecido que “el derecho a la ejecución de
resoluciones judiciales no es sino una concreción específica de la exigencia de
efectividad que garantiza el derecho a la tutela jurisdiccional y que no se agota allí, ya
que, por su propio carácter, tiene una vis 42 expansiva que se refleja en otros derechos

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INVESTIGACIÓN II

constitucionales de orden procesal (...). El derecho a la efectividad de las resoluciones


judiciales garantiza que lo decidido en una sentencia se cumpla y que la parte que
obtuvo un pronunciamiento de tutela, a través de la sentencia favorable, sea repuesta en
su derecho y compensada, si hubiere lugar a ello, por el daño sufrido” (Fundamento 11).
En esta misma línea de razonamiento, se ha precisado en otra sentencia que “la tutela
jurisdiccional que no es efectiva no es tutela”, reiterando la íntima vinculación entre
tutela y ejecución al establecer que “el derecho al cumplimiento efectivo y en sus
propios términos, de aquello que ha sido decidido en el proceso, forma parte
inescindible del derecho a la tutela jurisdiccional a que se refiere el Artículo 139.3 de la
Constitución” (STC 4119-2005-AA/TC, Fundamento 64). (TCP). 2.3. LA
PRETENSIÓN 2.3.1. Definición Es un figura eminentemente procesal, que se le puede
definir como el acto de realizar una manifestación de voluntad ante el ente
jurisdiccional, para hacer valer un derecho o pedir el cumplimiento de una obligación.
Principalmente un acto jurídico que da lugar a la iniciación del proceso, pues esta
manifestación se ve plasmada en la demanda del actor o demandante, quien ejerciendo
una acción legal pretende que el juez le reconozca un derecho y se provea hacia el reo o
43 demandado de manera coercitiva. Por lo que el acto jurídico de la manifestación de
voluntad dirigido al juez, para obtener una pretensión, presupone la existencia de tres
sujetos, entablándose así una relación jurídica procesal válida, siendo estos sujetos: a) El
pretendiente (actor o demandante), b) el pretendido (reo o demandado), c) el ente con la
Tutela Jurisdiccional (el juez). 2.3.2. Clases 2.3.2.1. Pretensión material o sustancial Es
la manifestación de voluntad de uno o más sujetos de derecho, auto atribuyéndose la
titularidad de un bien con exclusión o participación con terceros. Las pretensiones
materiales o sustanciales pueden o no tener importancia para el derecho y cuando es
importante para el derecho por su trascendencia o contenido jurídico, están reguladas en
el derecho material, con prevención de sus efectos, esto es con especificación de los
imperativos que asiste a los sujetos vinculados a la pretensión. Collado (201-202)
2.3.2.2. Pretensión procesal Es la pretensión material con relevancia jurídica
formalizada por el actor ante un órgano jurisdiccional, generalmente dirigido a un
tercero emplazado, en la que se precisa una petición, fundamentada, destinada a obtener
un pronunciamiento favorable 44 respecto a la satisfacción u obtención de uno más
bienes o la imposición de una sanción. La diferencia entre ambas pretensiones es que la
pretensión procesal se formaliza ante un órgano jurisdiccional, en cambio la pretensión
material o sustancial supone la manifestación del pretensor hecha directamente al

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INVESTIGACIÓN II

emplazado u obligado a satisfacer una petición, mientras que la pretensión procesal


supone la misma manifestación, pero hecha ante un órgano jurisdiccional competente,
tercero destinatario imparcial, al que se le solicita inicie y dirija la composición de un
proceso y emita a favor del pretensor un pronunciamiento favorable en su oportunidad.
Para poder definir las clases generales de las pretensiones, se tiene que definir primero
lo que es una sentencia: “La Sentencia es un acto jurisdiccional que emana de un juez
que pone fin al proceso o a una etapa del mismo, la cual tiene como objetivo reconocer,
modificar o extinguir una situación jurídica así como formular órdenes y prohibiciones.
Ésta, es regida por normas de derecho público, ya que es un acto emanado por una
autoridad pública en nombre del Estado y que se impone no solo a las partes litigantes
sino a todos los demás órganos del poder público y por normas de derecho privado en
cuanto constituye una decisión respecto de una controversia de carácter privado, cuyas
consecuencias se producen con relación a las partes litigantes”. (Collado,2005, 201-202)
45 Por ello al clasificar las sentencias, se las clasifica de acuerdo a las pretensiones,
puesto que la finalidad de éstas, es la que se dicte aquéllas por lo que en la doctrina
suele confundirse unas con otras. Clasificación de la pretensión según el objeto (al
petitorio) La pretensión procesal, puede ser de declaración pura o simple de derechos;
de declaración constitutiva y de declaración de condena. Pretensiones procesales
declarativas (puras- simples) Están vinculadas a las sentencias declarativas, pues éstas
se encuentran referidas a una pretensión declarativa, ya que en ellas se solicita la simple
declaración de una situación jurídica que ya existía con anterioridad a la decisión,
buscando sólo la certeza. El derecho que en un momento determinado se presentaba
incierto, adquiere certidumbre mediante la sentencia y la norma abstracta se convierte
así en disposición concreta. Se trata de una mera constatación, fijación o expresión
judicial de una situación jurídica ya existente. Ejemplos de ellas son: la declaratoria de
falsedad de un documento (en los casos en que el C.P.C. lo permita), la adquisición de
la propiedad por prescripción (usucapión), reconocimiento de la paternidad, la
inexistencia de una situación jurídica (nulidad de un contrato, de un matrimonio o de
cualquier acto jurídico en general), la 46 sentencia de inconstitucionalidad, es otro
ejemplo, la sentencia de deslinde y amojonamiento. “En las pretensiones de declaración
simple o pura, las partes peticionan la declaración o reconocimiento de uno o más
derechos por parte del órgano jurisdiccional a favor del actor o su representado”.
Collado (209, 2005) Pretensiones procesales constitutivas Está referida a las
pretensiones constitutivas, que solicitan una creación, modificación o extinción de una

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INVESTIGACIÓN II

situación jurídica. Pretendiéndose con ellas, que se produzca un estado jurídico que
antes no existía (por ejemplo: resolución de un contrato), que al final se emite una
sentencia constitutiva. La sentencia en una pretensión constitutiva, a diferencia de la
declarativa, rige hacia el futuro, con ella nace una nueva situación jurídica que
determina, por consiguiente, la aplicación de nuevas normas de derecho (el demente
deja de actuar una vez declarada su interdicción y de ahí en adelante lo hará su
representante), la sentencia de divorcio, permite a las partes repartirse los bienes
gananciales y contraer, si lo desean, de nuevo matrimonio con otra persona. Esta nueva
situación jurídica modifica un estado de cosas e inclusive sustituyendo la situación por
otro. En todos estos casos, es menester la sentencia que constituya el estado jurídico
nuevo. Cabe señalar que alguna doctrina ha negado 47 validez al carácter constitutivo
de esas sentencias y ha dicho que, por ejemplo, en el caso de la demencia y del divorcio,
la sentencia sólo constata un hecho dudoso y por eso es meramente declarativa. “La
pretensión de declaración constitutiva de derechos, denominada también de constitución
de derechos, son aquellas que peticionan la creación, modificación o extinción de una
situación o relación jurídica no existente hasta el momento del pronunciamiento
jurisdiccional”. ( Collado,2005, p. 209) Pretensiones procesales condenatorias Están
referidas a las peticiones, mediante las cuales se pide la imposición de una situación
jurídica al demandado o sea, se le impone a éste una obligación; persiguiendo el actor
una sentencia que condene al demandado a una determinada prestación (dar, hacer o no
hacer algo), conforme se regula en los Artículos 692 al 702 del C.P.C. De esto se puede
desprender que toda sentencia, aún la condenatoria es declarativa, pero la de condena
requiere un hecho contrario al derecho y por eso la sentencia condenatoria tiene una
doble función: no sólo declara el derecho, sino que también prepara la vía para obtener,
aún contra la voluntad del obligado, el cumplimiento de una prestación. Es decir que la
sentencia condenatoria impone a la parte vencida en juicio, el 48 cumplimiento de una
prestación ya sea positiva de hacer o de dar, ya sea negativa de no hacer, al ser esta una
Sentencia Contradictoria, es pasible de los recursos impugnatorios pertinentes. En
cambio la sentencia meramente declarativa, no requiere un estado de hecho contrario a
derecho, sino que basta un estado de incertidumbre sobre el derecho y por eso no obliga
a nada, sino que se limita a declarar o negar la existencia de una situación jurídica, vale
decir que no es susceptible de ejecución porque la declaración judicial basta para
satisfacer el interés del actor. “En las pretensiones de declaración de condena, las partes
peticionan la imposición de una carga, es decir el cumplimiento de una obligación

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INVESTIGACIÓN II

patrimonial o de derechos reales, derivada de una responsabilidad contractual o


extracontractual; en otros casos la imposición de una pena en alguna de las modalidades
previstas en el Ordenamiento”. (Collado,2005, p. 209) 2.3.3. Clasificación de la
pretensión según el tipo del proceso Proceso de cognición o conocimiento En este tipo
de procesos se conocen pretensiones procesales sujetas a un régimen legal de mayor,
regular o menor cuantía; las pretensiones estimadas con mayor, regular o menor
complicación de las relaciones 49 jurídicas o complejidad probatoria. Estos procesos su
subdividen en procesos de conocimiento puro, abreviado y sumarios. Procesos de
ejecución En este tipo de procesos se conocen pretensiones de ejecución que tienen por
objeto lograr la ejecución o cumplimiento forzado de una obligación declarada y
reconocida por el ordenamiento con mérito ejecutivo. Estos procesos y por tanto las
pretensiones de este orden se subdividen: a) en pretensiones de ejecución de dar sumas
de dinero, de dar bienes muebles, de hacer y de no hacer; b) de ejecución de
resoluciones judiciales; c) de ejecución de garantías y d) ejecución forzada. Procesos
cautelares En Estos procesos se conocen pretensiones que tienen por objeto la
imposición de una medida de seguridad, urgente, provisional y vigente mientras se
decida el mejor derecho en otro tipo de proceso. Estos procesos y por tanto las
pretensiones de este tipo se sub clasifican en: a) medidas para futura ejecución forzada
(embargo), secuestro, intervención, administración de bienes, inscripción registral); b)
medidas temporales sobre el fondo (asignaciones anticipadas, desalojo, restitución de la
posesión), c) medidas innovativas (paralización de edificaciones, medidas de seguridad)
y d) medidas de no innovar (prohibiciones destinadas a evitar perjuicios o a mantener un
estado o situación existente). 50

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