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Tesista: DAVID EDUARDO MORALES JIMENEZ

Proyecto: La educación ética y los imaginarios vitales de los estudiantes del nivel
de enseñanza media que cursan el programa de articulación. Un estudio
interpretativo en la Institución Educativa Distrital de Formación Técnica
Diversificada Alberto Assa de la Ciudad de Barranquilla.

CONSIDERACIONES

En primer lugar, a título personal, me agrada el término imaginario existencial que


forma parte del título. Hay un libro colectivo que ensaya unas reflexiones sobre un
artista japonés (Katsushika Hokusai) que se titula así, aunque aquí se utilicen esos
términos en el sentido de las perspectivas de futuro que una persona colige de su
situación presente, de sus potencias, de su especial lugar en el mundo, y no del
arte. Ya en lo nuestro, creo que las palabras iniciales del resumen de tu proyecto
tienen un “tono” generalista, que siempre es riesgoso si no procedemos a mesurar
luego la postura o a justificarla con cuidado: afirmar que una cultura es “insana” sin
exponer inmediatamente algún sustento es un problema para la explicitación de
posteriores ideas: ¿es el encuadre con que vas a llevar adelante la investigación?
Cualquiera podría refutar (o antes que eso, preguntar el porqué de esas
apreciaciones) esta perspectiva inicial afirmando que aquí hay un principio
generalizador que opera sobre bases empíricas inciertas, no deductivas: ¿escribís
“desde fuera” de la “cultura insana” o desde dentro, intentando comprender su
lógica o su dinámica? En el ámbito de la filosofía del lenguaje se diría que has
cometido una falacia de generalización o generalización apresurada. Aclaro: no
digo que la visión pesimista sobre la cultura sea ilegítima o esté mal formulada en
tus palabras (en tu apoyo podemos citar numerosos pensadores, pasando por
Schopenhauer, Hartmann y Freud) sino que en un trabajo académico de esta laya,
es decir, de corte científico, resulta un problema metodológico.

Otro tanto pudiera decir de tu crítica inicial a la “ética de la conveniencia” y a tu


afirmación de que no se trata, estrictamente hablando, de una ética: comenzando
por Aristóteles y retomando a Kant y a los utilitaristas, es posible afirmar que una
ética puede constituirse desde esos supuestos. Espero consideres esto como
aportes para una visión holística de la investigación más que como una crítica
gratuita de experto. Digo que es factible y siempre recomendable ampliar la
mirada y recurrir a la historia de los sistemas de pensamiento para comprobar
esto.

Sobre el problema de investigación explicitado en el resumen: me parece


pertinente el planteo del problema, considerando que la visión técnica prevalece
en la formación, estableciendo a priori un recorte respecto de la totalidad que es
una persona. Hay en tu visión algo de lo que afirma Jaspers cuando dice que el
hombre (aquí persona) es una totalidad, cuerpo y espíritu, sobre el cual no se
deben practicar las groseras escisiones que pretende la ciencia (él se refería a la
psicología de su tiempo), o en el caso de tu trabajo, el mercado. Sobre esto último,
es necesario incluir en el análisis de la formación técnica y su encuadre ético un
poco de la historia de los sistemas de formación técnica en la etapa de desarrollo
del capitalismo industrial y posindustrial para verificar las alianzas efectivas y las
rupturas cíclicas entre dicho sistema y los modelos de económicos y de
producción que ora priorizaban la mano de obra barata, ora la mano de obra hiper-
calificada; ora consideraban la educación como una inversión política y económica
a largo plazo, ora bajo la óptica del gasto social. Esto, claro, en el contexto
latinoamericano en general y colombiano en particular.

Sobre las preguntas de investigación, considero que son muy adecuadas, pero
¿es posible plantearlas en términos más precisos, menos extensos? Digamos que
el modo o la forma en que se encara específicamente la formación ética en el
currículo tiene que ver con los propósitos de la investigación y por lo tanto las
preguntas deben girar (y lo hacen) sobre esas bases. Asimismo, como también el
imaginario vital entra como categoría de las indagaciones, la última pregunta
apunta magistralmente a dilucidar los efectos de dicha formación ética en el
proceso total. Esto implica que el punto sobre las “esperanzas, expectativas y
aspiraciones” de los estudiantes que cursan carreras técnicas no funciona como
un mero agregado a los análisis centrales de la investigación, sino como elemento
que cohesiona todas las dimensiones que se despliegan en el esfuerzo de
entender el problema central y las múltiples variables que lo constituyen. Bien por
ello.

Sobre los objetivos particulares: sólidamente planteados. En especial, creo que el


aspecto de las visiones de los docentes, expresadas en sus propias narrativas,
puede llegar a constituir un mecanismo de contrastación de las consecuencias
observacionales con las hipótesis de trabajo. La narrativa docente, las memorias
pedagógicas, se configuran no solo sobre ciertas representaciones, sino sobre un
suelo discursivo cuyos significantes dan a veces un sentido, un horizonte y una
especie de fundamento (difuso) a las prácticas de enseñanza. Instancia
fundamental, en suma, para verificar los supuestos de investigación y análisis. De
igual manera, la indagación que se orienta a determinar qué valores ponen en
juego los jóvenes que transitan una carrera técnica es interesante, siempre que se
tenga en cuenta esa vieja premisa de la sociología: lo que los individuos hacen
y piensan depende menos de ellos que de la injerencia de las instituciones,
las costumbres y el sistema normativo vigente. O dicho en otras palabras,
siempre que se tomen los enunciados de los entrevistados como elementos para
la contratación de ciertas hipótesis de investigación, los mismos significan
elementos de gran valía.

Acerca del marco teórico: hay en el ámbito de la producción académica algo así
como una “fórmula infalible” (sic, esto exageradamente, obvio) que postula que la
exposición del marco teórico debe comenzar – tal como hiciste en parte –
definiendo algunos términos lo más claramente posible para después ir
complejizando el desarrollo acoplando los aspectos más densos de lo planteado
por algunos autores: así, luego de una definición de lo que es la ética, convendría
inmiscuirse con las dimensiones o niveles que la componen, sobre las corrientes
éticas que se presentan como opuestas unas respecto a otras, sobre aquellos
modelos éticos más genuinas u originales que producen un corte en la forma de
pensar la cuestión, etc. Hay, en este sentido, una ética que puede ser expuesta
según criterios formales-descriptivos y otra que está implícita en la filosofía de
algunos pensadores, es decir, una propuesta discursiva sobre la ética y una ética
efectiva enmarcada en distintos sistemas de pensamiento (Epicuro, Séneca,
Spinoza, Kant, etc.). ¿Se comprende? Se trata siempre de conformar un mosaico,
útil a los propósitos del trabajo, de las distintas opciones para pensar los
fundamentos nunca agotados del tema. Esto sin estirarse mucho y sin perder el
eje del tema de investigación. Vaya desafío metodológico.

Para concluir, considero que tu trabajo puede dar grandes frutos al entendimiento
de la situación de la formación técnica y su vinculación con la ética (desde el punto
de vista de la curricula institucional). Pues, aunque el territorio sobre el que han de
volcarse los análisis es particular, hay como una conexión entre las experiencias
latinoamericanas de formación que nos permite traspolar conceptos y problemas a
nuestros distintos ámbitos.

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