Está en la página 1de 2

ARTICULO ANEURISMA ABDOMINAL

Caso clínico

Varón de 61 años de edad, que acude a la consulta de atención primaria por presentar una
lumbalgia mecánica aguda de una semana de evolución, sin irradiación ciática y sin traumatismo
directo o indirecto previo. Al interrogarle, refiere haber padecido varios episodios de similares
características clínicas al actual desde hacía aproximadamente un año. El último episodio se
produjo 2 meses antes, presentando un dolor lumbosacro intenso por el que acudió a urgencias
hospitalarias y recibió tratamiento con antiinflamatorios por vía oral y tópica, con buena
evolución.

Como antecedentes personales destacan una hipercolesterolemia mixta, diagnosticada hace 13


años, para la cual recibe tratamiento farmacológico y presenta un perfil lipídico normal
actualmente, una claudicación intermitente de la extremidad inferior derecha, diagnosticada hace
11 años por el servicio de cirugía vascular, y una cardiopatía isquémica diagnosticada también
hace 11 años, pero 6 meses después de la claudicación, tras ser remitido al servicio de cardiología
por varios episodios de dolor torácico sugestivos de angor y realizarse un estudio mediante prueba
de esfuerzo (clínicamente negativa y electrocardiográficamente positiva en la cara inferior) y un
cateterismo-angiografía (en el que se detectó por coronario grafía una ateromatosis coronaria
monovaso, sin afectación del tronco común izquierdo, y por aortografía una estenosis del 90% en
la arteria ilíaca primitiva derecha).
Discusión

Los síntomas iniciales de un aneurisma de aorta abdominal suelen ser molestias vagas y difusas,
que pueden parecerse a los de otros trastornos médicos y que tanto el paciente como el médico
tienden a infravalorar. Por eso la mayoría se descubren de forma ocasional al ver calcificaciones en
la radio- grafía simple de abdomen o al practicar una ecografía, TC o RM por otros motivos2, como
ha sucedido en el caso ex- puesto. De no ser así, la evolución natural hacia el crecimiento y ruptura
del aneurisma conlleva a un desenlace fatal al provocar un shock hipovolémico, que es mortal en
un alto 3 porcentaje de casos.

Analizando el caso expuesto cabe destacar que en ningún momento se sospechó la posibilidad de
que el paciente pre- sentara un aneurisma de aorta abdominal, a pesar de ser un paciente de
riesgo (varón mayor de 60 años, con aterosclerosis y varios factores de riesgo vascular). Además,
no se realizó palpación ni auscultación abdominal durante la exploración física inicial, sino que
ésta se limitó a valorar el dolor lumbar. Consecuentemente, tampoco se solicitó una ecografía
abdominal, prueba muy accesible desde atención primaria que presenta una alta sensibilidad y
especificidad4, y que se podía haber realizado rápidamente de haber sospechado la causa del
cuadro.

Finalmente, queremos destacar la importancia de establecer el diagnóstico de sospecha del


aneurisma de aorta abdominal desde atención primaria y su confirmación precoz mediante
ecografía abdominal en todos aquellos pacientes susceptibles (varones mayores de 60 años y con
factores de riesgo vascular)4, así como la necesidad de mantener una adecuada comunicación y
colaboración entre la atención primaria y la especializada. Sólo así podremos realizar una
prevención secundaria del aneurisma de aorta abdominal y reducir la alta mortalidad de los
pacientes afectados de esta patología.

https://moscow.sci-hub.tw/1799/21e0444fd6c86db27598c19df425dce8/10.1016@s1134-
20720771853-4.pdf

https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1134207207718534

También podría gustarte