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IV.

- Incremento de violencia y asignación de recursos sin eficiencia

La violencia contra la mujer en los últimos años se ha convertido en una de las formas más
denigrantes de la integridad física y mental de la mujer, así como el factor que perturba su
desarrollo personal; el incremento de la violencia contra la mujer se ha vuelto inevitable,
por ello creemos conveniente que se deben fortalecer los lazos de la lucha contra la
violencia, asignándole el debido presupuesto para financiar los gastos que genera brindarle
apoyo psicológico y jurídico a la víctima.

La Violencia contra las Mujeres es cualquier acción u omisión contra las mujeres a
lo largo del curso de la vida, basado en su género, que cause la muerte o un
sufrimiento o daño físico, psicológico o económico, que ocurre dentro de la familia
o unidad doméstica, en la comunidad, y es la perpetrada o tolerada por el Estado y
que repercute de manera diferenciada en aquellas personas expuestas a marginación,
estigma y a las múltiples e interrelacionadas formas de discriminación. (Ministerio
de Economía y finanzas, 2019)

A partir del 2019 de conformidad con lo dispuesto en el artículo 22 de la Ley N° 30879,


Ley de Presupuesto del Sector Público para el Año Fiscal 2019, se aprueba el Programa
Presupuestal orientado a Resultados de Reducción de la Violencia contra la Mujer,
entonces podríamos afirmar que desde ese año recién se tomaron las medidas respectivas
para poder mitigar el incremento de los casos de violencia a la mujer debido a que en los
últimos años se han acrecentado los casos de feminicidio en nuestro país.

Un problema que presenta el hecho de asignar recursos para tratar de solucionar algunas
brechas es que no se trabaja en base a resultados, en el caso de la violencia contra la mujer,
el análisis de los datos para saber si con las medidas adoptadas cada año se han logrado los
fines, es decir, el logro de la reducción de la violencia, podemos notar que con el
presupuesto destinado no se cumple con las metas presupuestales, se gasta pero no en base
a la eficiencia de cada actividad que se implementa, no se analiza si el modo en que se
ejecuta el gasto público beneficia la mejora de los niveles de calidad de vida en una
sociedad.
Con la finalidad de mejorar los sistemas de atención que se brinda a la mujer en situaciones
de vulnerabilidad, proponemos que se le brinde consejería para mujeres que son víctimas
de violencia, así como también a las personas que la rodean en su ámbito familiar ya que de
cierta forma se les genera también daño psicológico, además de la terapia y
acompañamiento para mujeres en situación de violencia para evitar la victimización
múltiple, medidas limitativas de derechos del agresor para evitar reincidencia, tratamiento
psicológico para agresores a fin de evitar la reincidencia en casos de violencia, servicios
jurídicos para las víctimas para que no se sientan en situación de abandono y lo más
importante, reforzar los centros de emergencia mujer. Asimismo, no podemos dejar de lado
la atención a los menores de edad, también para que se les brinde las mismas atenciones
que a la madre que ha sido víctima de violencia, ya que cuando en el ambiente familiar se
vuelve frecuente la violencia, a los niños también se les está generando una conducta
inestable, creemos que, sin atención a la niñez, sus inestabilidades emocionales permanecen
en la adultez, cuando se vuelven pareja y/o madres y/o padres.
Para que se obtenga resultados eficientes es necesario que la población en general conozca
que el Estado anualmente asigna determinados recursos destinados a la cultura de
prevención de la violencia, pero por otro lado si la población tiene desconocimiento de
estos programas, el presupuesto asignado será en vano ya que no estará logrando sus
objetivos.

CONCLUSIÓN

El presupuesto público siendo considerado un instrumento del Estado, se debe orientar


hacia el logro de resultados eficientes en favor de la población brindando servicios básicos
de calidad, una vez asignado los recursos a los respectivos gobiernos regionales y locales,
la supervisión por los respectivos órganos de control interno (OCI) debe ser constante para
evitar que estos recursos caigan en las manos oscuras de la corrupción que en los últimos
tiempos se ha visto por parte de los funcionarios públicos, con la supervisión constante y
brindando lineamientos básicos de la ejecución del presupuesto público se logrará cumplir
con los fines para los que han sido establecidos.

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