Está en la página 1de 4

Gramática y Espacio Lógico en Wittgenstein

La primera parte a desarrollar en nuestro trabajo, son las nociones de gramática y


espacio lógico en Wittgenstein (la primera difiere en gran medida al concepto tradicional y
general que se tiene de la misma.). Estas nociones wittgensteineana estarán sustentadas en
los aportes de la Doctora Sabine Knabenschuh1.

Cuando se habla de gramática en Wittgenstein a modo general se habla de la forma


de conceptualizar el mundo. Es decir, nos referimos al marco de referencia lingüístico-
conceptual que nos permite establecer el diálogo con el mundo. La gramática (en
Wittgenstein) contiene o se “articula2” en espacios lógicos. El concepto en realidad, debe
entenderse como una noción plural, lo que lleva a interpretar y aceptar una diversidad de
sistemas gramaticales, que se relacionan, pero a la vez se diferencias entre sí. La aritmética
un ejemplo (de Wittgenstein) es una gramática de los números, la geometría también se
concibe como otra gramática.

En base a los ejemplos planteados anteriormente, se busca dar conocer como lo


concerniente a gramática (en Wittgenstein), va más allá del simple lenguaje (este como
sistema de elementos lingüísticos), abarca sistemas “inferiores”, que se pueden distinguir
en ámbitos cognitivos tanto empíricos como abstractos. De allí, que gramática se pueda
concebir como un sistema lingüístico conceptual enmarcado por algún ámbito de reflexión
y/o experiencia. “habrá por consiguiente, tantos sistemas gramaticales como formas de
manejar nuestro encuentro con el mundo, tantas normativas de expresión como maneras y
grados de insertarnos o alejarnos de nuestro contexto vital3”

Bajo este constructo de gramática el espacio lógico es asumido como un indicador


de posibilidades que permite la ubicación y resultante significatividad de las posibilidades y
realidades según la gramática pertinente y se concibe como un elemento formal de
ordenamiento a través del cual registramos las distintas y variadas experiencias

1
Cf. Referencias Bibliográficas.
2
El termina se toma como la disposición u organización de elementos interrelacionados.
3
KNABENSCHUH DE PORTA, Sabine “Del espacio lógico a los espacios de incertidumbre. Wittgenstein, 1929-
1933”, en: Revista de Filosofía, 39, Univ. del Zulia, Maracaibo, 2001, p. 15. [en adelante ELI]
En este sentido, los espacios dados dentro una gramática pueden ser: espacios
abstractos (gramaticales) y espacios empíricos, y las interpretaciones de la obra Sobre la
Certeza, proponen un espacio empírico - gramatical, en el cual convergen características
de los dos espacios. Se da la disponibilidad de diferentes espacios, y la inserción de un
fenómeno dentro de un espacio dependerá la pertinencia de lo que acerca de él se pretenda
decir.

En este sentido, de disponibilidad de espacios se encuentran, los llamados espacios


gramaticales, puesto que contienen las proposiciones matemáticas (15 centímetros, 7
kilómetros) y las del lenguaje ordinario (las expresiones cotidianas que se usan a diario
dentro de nuestras conversaciones). Por otra parte, los espacios empíricos se constituyen
del espacio de la experiencia inmediata y el espacio físico y sus diferencias se encuentran
en el tipo de proposición que se emplea en uno u otro caso según la práctica lingüística, en
otras palabras según el contexto en el que se encuentre. La diferencia, parte de la dicotomía
entre proposición genuina e hipótesis. Según los textos wittgensteineanos de los años 30 4,
las proposiciones genuinas solo son proporcionadas por el lenguaje de la experiencia
inmediata5, presentándose como una manera o modo simple de manifestar una experiencia
puntual (eje. hace calor, tengo sueño) o mediante un valor de verdad concedido (o
aseveración) que desemboca en la necesidad de relacionar experiencias de diverso tipo (mi
hermano está en casa, esta barra es de hierro). Por su parte las hipótesis se insertan en lo
que Wittgenstein llama espacio físico. De manera que, cada tipo de experiencia tiene un
espacio lógico que le es propio.

Con lo anterior, el espacio lógico concebido como un determinante de posibilidades


respecto a las características de la realidad que se registra en dicho espacio, resulta evidente
que los elementos de una gramática corresponden a espacios estructurados solo dentro de
esta misma gramática. De allí que tiene sentido expresar: esto no es tal color sino este color.
Por el contrario carece de sentido decir: esto no es un color es una nota musical. De allí,
que todo intento de conocer tiene sentido si lo que se quiere conocer es insertado, de

4
Citados en el Articulo: “Tiempo y memoria. Un capítulo de gramática wittgensteineana” de Sabine
Knabenschuh.
5
El sentido del término “experiencia” en Wittgenstein se puede sintetizar como el trato epistémico con los
objetos en tanto que se traduce en una captación articulable de realidades y posibilidades.
conformidad con el sistema gramatical correspondiente, en decir en sus respectivo espacio
lógico, y según nuestra interpretación en su respectivo contexto.

Cabe mencionar el aporte que al parecer hace Ayer al tema, en su artículo


“Proposiciones Básicas” 6. En el que se argumenta el hecho de que “parte de los filósofos”,
se escudan y defienden en las proposiciones a priori y: “muy a menudo se inquietan por las
proposiciones empíricas, precisamente porque no son a priori”7. Y que desde luego, no es
un aporte atribuible de naturaleza wittgensteineana como tal, hace una evidente distinción
de tipos de proposiciones. La cual, excede los límites de simples análisis lógicos (en cuanto
a verdadero o falso), se centra también en la naturaleza de las mismas proposiciones. Las
proposiciones empíricas (genuinas para Wittgenstein), las que según “los filosofós” no
pueden conocerse con certeza como verdaderas, re refieren a aquellas que se dan en
determinado ámbitos y por ende contextos.

Los aportes de Wittgenstein aportan la concepción o la idea de “clasificación” de


proposiciones no solo según el espacio lógico en el que se dan, sino además –según nuestra
interpretación- es posible incluir la idea de contextualidad. En este sentido, la noción de
espacio lógico cobra particular importancia para el análisis, ya que debe entenderse como
ese espacio de funciones de verdad con la finalidad de visualizar la relación entre
proposiciones falsas y verdaderas y la estructura de posibilidades inherentes tanto al mundo
como al lenguaje humano, dándose diferentes espacios de posibilidades. Y esta acepción
nos permite determinar cómo puede “verificarse” una proposición y, en última instancia,
determinar bien sea su valor de verdad o aceptabilidad dentro de nuestro sistema
lingüístico-conceptual del cual depende el sentido y el valor.

Considerando la importancia de espacio lógico y su “tipificación” en espacios


empíricos (de la experiencia inmediata o empíricos), cabe plantear un ejemplo de cómo el
en el espacio de experiencia inmediata construimos proposiciones genuinas o aserciones, y
en el espacio físico articulamos hipótesis. Al observar determinado objeto podemos
expresar que tiene tal o cual color (esto es rojo), esto no es más que una aserción que nos
proporciona la experiencia inmediata. Pero por el contrario en un intento de ir más allá de

6
AYER, A. J.: Proposiciones básicas (1954, trad. Margarita M. Valdés), UNAM, México, 1981.
7
Ibídem p. 8
esa primera impresión podemos hacer un estudio de pigmentación y encontrarnos que el
color es otro color.

En este orden de ideas, el espacio visual está determinado por las posibilidades
inherentes a nuestros campos visuales8, y debido a ello sólo podemos construir
proposiciones acerca de lo que se nos aparece y, a este respecto, establecer comparaciones.
No ofrece otra posibilidad más allá de esto. De cierta manera, el espacio visual (de la
experiencia inmediata) es “inexacto”; pero sólo lo es en comparación con el espacio físico,
puesto que la búsqueda de exactitud caracteriza al espacio físico9.

8
Cfr. OF § 136, p. 145.
9
Fuente ygor medellin

También podría gustarte