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ANARQUISMO, SINDICALISMO Y REVOLUCIÓN:

LA PROPUESTA DE LA ORGANIZACIÓN ANARQUISTA DE CÓRDOBA (1973)

Luciano Omar Oneto1

INTRODUCCIÓN

Tras el Cordobazo2 surgieron en Córdoba (Argentina) nuevos actores que en los ámbitos de
trabajo desafiaron a la jerarquía sindical peronista que se había afianzado en los sesenta
(James, 2003: 159). Tenían una naturaleza antiburocrática y clasista, y postularon una
interrelación entre el accionar del movimiento obrero y la eliminación del capitalismo
(JAMES, 2003: 162, MIGNON, 2014: 147). Algunas industrias fueron escenario de disputas
entre bases obreras y direcciones sindicales (ORTIZ, 2015: 148-238). Allí, especial relevancia
tuvieron los grupos de la “nueva izquierda” que “pretendieron ampliar los enfrentamientos al
interior de la fábrica como un intento táctico por extender y generalizar estas formas de
luchas, con el fin de crear una situación revolucionaria” (MIGNON, 2014: XXVI). Así como
“la izquierda revolucionaria” comunista se apartó de cierta “izquierda clásica” luego de la
Revolución Cubana, el anarquismo en Argentina tuvo “su propio cisma” (MÁRMOL, 2009:
2) pues a fines de los sesenta y durante los setenta surgieron nuevos grupos dispuestos a re
significar un bagaje teórico práctico heredado. Esto implicó el ingreso de una nueva
generación militante y la aparición de un nuevo punto de partida anarquista (ALBORNOZ,
GALLARDO Y MÁRMOL, 2000: 2), sin muchos nexos con el ideario libertario de principios
del siglo XX (GONZÁLEZ, 2013: 70). Los principales grupos se formaron en Buenos Aires,
La Plata y Córdoba. Si bien algunos participaron en la redacción del periódico anarquista La
Protesta entre febrero y agosto de 1971, luego de su expulsión en septiembre el antiguo grupo
retomó la dirección y los expulsados comenzaron a diseñar una estrategia propia (LÓPEZ
TRUJILLO Y DIZ, 2007: 21-41 y ALBORNOZ, GALLARDO Y MÁRMOL, 2000: 2-4).

En este trabajo describimos la propuesta sindical de la Organización Anarquista (OA) de


Córdoba. Mostraremos la línea que pregonó como modo de llevar adelante las luchas por los
derechos de los trabajadores, sus cuestionamientos al gobierno, los empresarios, los dirigentes

1
oneto.luciano@hotmail.com FFyH-UNC. La producción de este artículo fue guiada por la Dra. Jessica Blanco
(CIFFYH-CONICET/UNC) y el Prof. Leandro Inchauspe (FFyH-UNC).
2
Jornadas revolucionarias del 29 y 30 de mayo de 1969 en Córdoba, Argentina.
sindicales y las demás agrupaciones de izquierda, y el rol que asignó a los trabajadores en el
proceso revolucionario. Nos concentramos en 1973 ya que, luego de un congreso de
agrupaciones anarquistas en Córdoba en enero de 1974, la OA se fusionó con Resistencia
Libertaria (RL) de La Plata, y conformaron la Resistencia Anticapitalista Libertaria (RAL).
Expondremos el planteo sindical de la OA en los primeros meses de publicación de su órgano,
El Libertario, y previo a su fusión con RL.

Nos proponemos aportar a la deconstrucción de cierto Sentido Común Historiográfico (SCH)


sobre “el anarquismo argentino”3 (NIETO, 2010) caracterizado por una delimitación en torno
a 1880-1930, un énfasis en el estudio de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA),
una identificación entre lo capitalino y lo “nacional”, una consideración sobre la nula
predisposición anarquista a la negociación y una identificación entre el anarquismo y las
actividades artesanales. Por ello realizamos una lectura sistemática de El Libertario y
consultamos entrevistas a anarquistas que trabajaron en la industria del caucho. Así como las
fuentes de carácter escrito, las fuentes orales también provienen de un proceso de
conservación que no es casual, estuvieron y están sujetas a presiones del contexto, y
“representan la percepción social de los hechos” (THOMPSON, 2003: 123). Por estos
motivos valoramos su utilidad.

La estructura del trabajo reposa en tres secciones. En la primera reconstruimos su propuesta


sindical. En la segunda mostramos su participación en un conflicto en la industria del caucho
en 1973. En la tercera esbozamos algunas reflexiones finales.

AUTOGESTIÓN Y SOCIALISMO LIBERTARIO. LA PROPUESTA DE LA OA

Tras siete años de dictadura, el candidato peronista Héctor Cámpora asumió la presidencia el
25 de mayo de 1973 en el marco de los conflictos al interior del peronismo entre la juventud
radicalizada y la “burocracia sindical”. Mientras estos últimos se sintieron postergados por
Perón, la generación de jóvenes se sintió “protagonista decisiva de la victoria” (DE RIZ,
2000: 127-128). Para la OA esto era una falsa disyuntiva pues las medidas “progresistas” del
gobierno de Cámpora fueron acompañadas por otras que lo colocaban en pie de igualdad al

3
Comillas en el original.
gobierno previo, dictatorial, de Alejandro Lanusse4. Para conciliar los intereses obreros con la
contención la protesta, Cámpora anunció a comienzos de junio la firma del “Compromiso
para la reconstrucción nacional, la liberación nacional y la justicia social” conocido como el
“Pacto Social”. Este acuerdo entre gobierno, empresarios y sindicatos, establecía un aumento
salarial, suspendía las negociaciones colectivas, y congelaba los precios de los bienes por dos
años (DE RIZ, 2000: 132). En su contra, la OA sostuvo que “no existe conciliación posible”
entre trabajadores y patrones5 pues para el obrero lo principal es “la lucha” por lo que del
trabajo “debe ir al sindicato o la asociación que él se autoproponga, para efectivizar el a b c
del pensamiento libertario “la liberación de los trabajadores debe ser realizada por ellos
mismos”6.

Cuando Cámpora renunció –previo acuerdo con Perón- en julio, la OA consideró preciso
“desenmascarar” esta maniobra de gobierno que pretendía confundir con falsas alternativas,
ya que en las elecciones el pueblo no es protagonista, pero sí lo es en la lucha obrera contra
“la patronal y los burócratas”7. En contra de este “instrumento del parlamentarismo burgués” 8,
la OA defendió la acción directa constante como “una preparación para la revolución y un
ensayo de ella”9, pero sin intermediarios; “sin que existan líderes, jefes ni partidos que
traicionen los auténticos intereses de la clase trabajadora” 10. Proponía combatir a “Perón y los
grupos políticos, económicos, y sindicales que lo sostienen” (burguesía y sindicatos) frente a
quienes había que “profundizar la acción libertaria a todo nivel” 11. Y no solo contra el Pacto
Social, pues “también tenemos la Ley de Asociaciones Profesionales que concentra la
decisión de los trabajadores en manos de unos pocos "12. La ley, de noviembre, fortalecía al
sindicato como institución y reforzaba los instrumentos de intervención gubernamental sobre
los gremios (SENÉN GONZÁLEZ Y BOSSOER, 2012: 263). La OA la consideró “otra
mordaza” de la “política fascista” de Perón pues anulaba el único accionar obrero lícito: “el de
las Asambleas autoconvocadas, el de los delegados comisionados y revocables, el de la

4
“PERONISMO”. El Libertario (en adelante: EL) N° 1. Septiembre de 1973. Pág. 4
5
“LEALTAD, sólo a los trabajadores”. EL N° 2. Octubre de 1973. Págs. 9-10
6
“PERONISMO”. EL n° 1. Septiembre de 1973. Pág. 6. Comillas en el original.
7
Idem. Pág. 4
8
Ibidem. Pág. 5
9
“ACCIÓN DIRECTA”. EL n° 1. Septiembre de 1973. Pág. 2
10
“SOLIDARIDAD CON EL HEROICO PUEBLO CHILENO EN SU LUCHA CONTRA EL IMPERIALISMO”. EL N° 1.
Septiembre de 1973. Pág. 1.
11
“PERONISMO”. EL N° 1. Septiembre de 1973. Pág. 7
12
“UN PROBLEMA de la REVOLUCIÓN”. EL. N° 3. Noviembre de 1973. Pág. 5.
Democracia Sindical y Obrera” y dejaba al descubierto “el verticalismo autoritario de la
política peronista”13. También fortalecía a la dirigencia sindical, “dictadura de burócratas y
traidores”, por lo que era menester consolidar la “organización gremial de abajo, coordinada
federativamente al margen de las leyes”14.

Frente a ello, el control obrero de la producción era necesario, por ser una “real medida de
lucha contra el sistema capitalista” y por constituir “un paso para la autogestión social”, que
posibilitaría construir la sociedad del “Socialismo de Autogestión o Libertario”. Contra las
propuestas del “Socialismo Nacional” o el “Socialismo de Estado”, la OA aseveraba que el
Socialismo Libertario era “la única propuesta realmente transformadora de la sociedad en que
vivimos”. La lucha debía provenir de todos los sectores oprimidos, pero la autogestión social
solo sería posible si “los creadores de la riqueza” rompen con los gobiernos y los burgueses, y
resuelven los asuntos de forma autónoma, “a través de la libre discusión y el acuerdo de todos
en las decisiones sobre las formas y destino de la producción” 15. La sociedad socialista, “al
servicio de la clase trabajadora”, debía ser creada “con la lucha constante contra el
capitalismo en todos los lugares”16.

La vinculación de la OA con otros grupos de izquierda se caracterizó por el acercamiento


práctico y la crítica teórica. En El Libertario la OA difundió comunicados de otras
organizaciones y compartió programas de agrupamientos a los que intentó acercarse
(GONZÁLEZ, 2013: 147). Se solidarizó con la censura del gobierno sobre el Partido
Revolucionario de los Trabajadores (PRT)17 y con asesinatos de militantes peronistas18. Esto
se complementó con alianzas estratégicas ante necesidades sindicales y de capacitación
militante”19. Pero también apuntó contra las organizaciones “verticalistas” y “oportunistas”
pues “la crítica entre revolucionarios siempre fue un elemento que contribuyó al
esclarecimiento de los que luchan por la causa del pueblo trabajador y a la valoración de las

13
“LAS LEYES DEL GOBIERNO POPULAR”. EL N° 3. Noviembre de 1973. Págs. 25-26.
14
Ibidem. Pág. 26.
15
“autogestión”. EL N° 2. Octubre de 1973. Pág. 8.
16
“ARGENTINA POTENCIA”. EL N° 2. Octubre de 1973. Pág. 11
17
“QUE SIGNIFICAN 7 MILLONES DE VOTOS”. EL N° 2. Octubre de 1973. Pág. 15.
18
“muerto por ser de base”. EL N° 3. Noviembre de 1973. Pág. 6.
19
Entrevista de Atos Corte a Adriana Pérez -militante de la OA, trabajadora en fábricas de caucho, e integrante
del SITRACAAF- Dionisio “Chato” Lescano – anarquista, trabajador de la Empresa Provincial de Energía de
Córdoba (EPEC) – y Sara, su compañera. 2004.
acciones realizadas en ese sentido”20. El marxismo fue objeto de señalamientos por ser
“piramidal” y fomentar los privilegios de una minoría dirigente21. La OA proponía, “contra la
dictadura del partido”, una federación de organizaciones gremiales y sindicales, con un
programa anticapitalista y antiestatista, que impulsara la acción directa y la autogestión
social”22.

Veamos cómo intentaron poner en juego estos elementos en la práctica.

“OBREROS UNIDOS Y ORGANIZADOS Y EN PIE DE LUCHA”: LOS


ANARQUISTAS EN EL CONFLICTO DEL CAUCHO

La OA participó de la toma de la fábrica cauchera Armando López porque creía que estas
acciones eran preparativos revolucionarios, y porque consideraba que en esa época la lucha se
daba, no en la calle, sino en los lugares de trabajo23.

En el sector del caucho algunos trabajadores de varias empresas iniciaron una lucha contra las
jornadas laborales extensas, la precaria cobertura de obra social, los despidos indiscriminados,
y la falta de control sobre las máquinas que provocaba accidentes. Por eso se desafiliaron en
julio de 1973 del Sindicato de Obreros y Empleados del Caucho y Afines (SOYECA), cuya
Comisión Directiva (CD) respondía a la Federación Obrera del Caucho y Afines (FOCAYA)
y se identificaba con el peronismo “ortodoxo”. Querían formar un gremio propio para debatir
un convenio trabajo y una obra social. Lo denominaron Sindicato de Trabajadores del Caucho
y Afines (SITRACAAF) pero nunca llegó a ser reconocido oficialmente (ORTIZ, 2015: 233).
Sus integrantes militaban en diversas organizaciones políticas, entre ellas la OA (LÓPEZ
TRUJILLO Y DIZ, 2007: 22).

El 1 de agosto hubo una asamblea en la fábrica Rubber en la que decidieron formar un


sindicato propio24. La importancia de las asambleas, según la OA, radicaba en la socialización
de las experiencias obreras, para mostrar “los estragos de la explotación capitalista siempre

20
LEALTAD, sólo a los TRABAJADORES”. EL N° 2. Octubre de 1973. Pág. 9.
21
Entrevista colectiva citada.
22
“UNA REVOLUCIÓN TRAICIONADA”. EL N° 3. Noviembre de 1973. Pág. 24.
23
“PERONISMO”. Cit. Págs. 4-5.
24
Ídem. Página 24.
inescrupulosa” y el rol de “la burocracia traidora [que] la ampara contra los obreros”25. Por
ello fomentaron la conformación de un sindicato paralelo, de base, allí donde una fuerza
peronista, burócrata y pro patronal, tenía la conducción.

La representatividad del SITRACAAF en la defensa de los trabajadores quedó de manifiesto


en el conflicto en Armando López. A raíz de dos accidentes laborales (en los que un obrero
perdió un dedo, y el otro dos) y el preaviso de despido a la obrera Marta Durán, los obreros
hicieron una asamblea el lunes 19 de noviembre26. Dado que el patrón ordenó cerrar la puerta
y privarlos de su libertad, declararon ocupada la planta. El contraataque patronal fue
preavisarlos de despido y cortar el agua (ORTIZ, 2015: 234). En la asamblea los operarios
aprobaron un pliego de condiciones que exigía retirar el balancín que provocó los accidentes,
colocar una clínica fija para trasladar a los accidentados, reconocer la comisión de
trabajadores que inspeccionaba la seguridad y la salubridad, y reincorporar a Marta Durán27.
Durante el conflicto, el sindicato organizó ollas populares y convocó a trabajadores de otras
plantas. También llevó adelante las negociaciones con el Departamento de Trabajo y la
vicegobernación, y logró la reincorporación de todos, excepto Marta Durán que fue
indemnizada y a quien el gobierno prometió trabajo en la administración pública (Ortiz, 2015:
234). El viernes 23 los funcionarios del Departamento de Trabajo, los miembros del
SITRACAAF, el dueño de la fábrica, y un veedor de la FOCAYA, firmaron un acta en la que
constaba el cese de la toma y la reapertura al día siguiente28.

Para la OA, la toma marcaba a fuego la lucha de los trabajadores y constituía la cosecha de lo
sembrado durante cinco meses. Frente a la patronal y la burocracia sindical, la respuesta del
nuevo sindicato demostraba “una etapa fundamental nunca vivida en el explotado gremio"29.
De esas jornadas se inferían dos conclusiones. La primera era que echaba por tierra los
argumentos de quienes limitaban la lucha por la liberación a la lucha contra el imperialismo,
pues los patrones argentinos también estaban dispuestos a explotar a sus obreros. La segunda
era que dejaban en claro que éstos no deseaban delegar su representación sino que estaban
dispuestos a unirse en la lucha contra los explotadores y contra “sus cómplices”: la dirigencia

25
“DEMOCRACIA SINDICAL”. EL N° 2. Octubre de 1973. Pág. 19
26
“Ocuparon una fábrica de caucho a raíz de accidentes de trabajo” La Voz del Interior. 20 de noviembre de
1973. Pág. 11
27
Ídem.
28
“Caucheros: ni se doblan ni se rompen”. Noticias. N° 5. 25 de noviembre de 1973. Pág. 8
29
“20 años de abandono…” Citado. Pág. 26.
“burócrata” y “fascista”. Por eso pretendían formar un nuevo sindicato que no estaba apoyado
en las leyes burguesas sino en el único método revolucionario: el de “los obreros unidos y
organizados y en pie de lucha”30.

El balance era categórico: apoyaban la organización del nuevo sindicato, “antipatronal” y


“antiburocrático”, diagramado desde las bases. La liberación de los trabajadores solo podía
ser obra de ellos mismos, por lo que era preciso ubicarse “más allá de las banderitas que
quieran adjudicarse estas luchas”31. Si bien se había hecho “justicia”, la lucha seguía, para
unificarse con los trabajadores de los demás establecimientos en que la FOCAYA “amenaza y
reprime contra el SITRACAAF”, y para desarrollar una lucha conjunta con los demás
“sindicatos hermanos combativos para resistir la Ley de Asociaciones Profesionales” 32.

A MODO DE CIERRE

Como otras organizaciones anarquistas en los setenta, la OA se enfocó en el análisis del


contexto para señalar los elementos a combatir. No formuló una retórica abstracta, sino un
señalamiento crítico contra los gobiernos y las conducciones sindicales peronistas. No
consideraron a las elecciones de 1973 como una ruptura frente al gobierno dictatorial, sino
como el inicio de otro gobierno fascista. Además, negaron las alianzas con sectores
propietarios y criticaron, amén de la colaboración en la práctica, a las organizaciones de
izquierda que pregonaban el “socialismo nacional” –peronismo de izquierda – o el
“socialismo de Estado” apoyada en “la dictadura del partido”- organizaciones marxistas.
Consideraron que si bien los explotados de la sociedad en general debían unirse
federativamente, eran los trabajadores quienes debían romper las cadenas de la explotación.
No porque los consideraran una “vanguardia” revolucionaria; más bien porque el núcleo de
sus preocupaciones giraba en torno a los ámbitos de producción. Allí proponían discutir y
decidir de manera asamblearia.

Si bien este trabajo es una primera aproximación en tanto el sindicalismo de la OA no ha sido


abordado, aporta algunos elementos importantes frente al SCH referido. El hecho de ser una

30
Ídem.
31
Ídem. Pág. 28.
32
Ídem.
organización cordobesa de los setenta pone en jaque buena parte de la literatura académica
sobre el tema, que obturó la posibilidad de estudiar el derrotero ácrata –espacialmente
concentrado en Buenos Aires, según estas lecturas- más allá de 1930. Se trata además de una
agrupación que, no obstante la crítica a otras organizaciones, se acercó a ellas, y valoró
críticamente su accionar. Su acercamiento a la izquierda en general, conjugado con la omisión
total de la FORA en su periódico, muestra cómo se dio en su caso particular el
distanciamiento del vocero histórico del anarquismo en Argentina. Por último, es de notar que
a ningún integrante de la OA escapó que el gobierno provincial intervino en el conflicto del
caucho y llevó adelante con el SITRACAAF las negociaciones exitosas. Aspecto que permite
matizar la supuesta nula predisposición del anarquismo a la negociación con el Estado.

Para cerrar, es lícito aclarar que este análisis no implica negar el mayor alcance de las ideas
libertarias en Argentina alrededor del año 1900. Es una cuestión que no se agota en lo
numérico, sino que implica explorar los contenidos de las ideas libertarias en marcos que
excedan el encorsetamiento académico.

BIBLIOGRAFÍA

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