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Incorporar y sancionar en la legislación nacional la violencia cometida en relaciones

de pareja que no conviven, para que, por una parte, se advierta sobre la necesidad de
instalar la problemática entre los jóvenes del país para sensibilizarlos a construir
relaciones sanas y libres de violencia, y, por otra parte, sancionar a los culpables y
otorgar a las víctimas las mismas medidas de protección contenidas en la Ley de
Violencia Intrafamiliar y demás normas aplicables, con el propósito de persuadirlas a
denunciar.

Si bien la ley N° 19.968 que crea los tribunales de familia, en su artículo 8° N°16  
prescribe que tienen competencia para conocer y resolver los actos de violencia
intrafamiliar, sin embargo, en el caso del pololeo o la convivencia no les aplican
dichas normas porque el artículo 4° expresamente señala que "las relaciones de
pareja sin convivencia no se considerarán, para ningún efecto legal, como relaciones
de familia".
 Por lo tanto, para superar este vacío esta legislación las incorpora dentro del ámbito
de la violencia intrafamiliar y le otorga competencia a los tribunales de familia para
conocer “sobre las faltas originadas en el maltrato dirigido a una persona con la cual
se tenga o se haya tenido una relación de pareja sin convivencia”.

Trámite del Proyecto


Título del Proyecto:
Modifica Ley de Violencia Intrafamiliar y otros cuerpos legales y, establece ley sobre
violencia en las relaciones íntimas de pareja sin convivencia.
Etapa en que se encuentra:
- Segundo trámite constitucional (Senado) 
- Primer informe de comisión
Fecha de Ingreso:
Miércoles 20 de Marzo, 2013
Boletín: 8851-18

2.- Así, el proyecto de ley distingue entre: (i) actos de violencia que no constituyen
delito y que son competencia de los Tribunales de Familia; y, (ii) actos que
constituyen delito y son competencia del sistema penal.

3.- Por lo tanto, y en lo que se refiere a estos últimos (actos constitutivos de delitos),
el proyecto de ley mantiene los mismos defectos que la ley N° 20.066 y puede ser
objeto de las mismas críticas que se le han dirigido.

La ley que busca penalizar la violencia en el pololeo en Chile


Establecer y agregar como delitos de violencia intrafamiliar, la violencia en el
pololeo y la inducción al suicidio, además de permitir a terceros a establecer las
denuncias sin la ratificación de la víctima; es lo que busca la Ley Antonia y la
reforma a la ley de Violencia Intrafamiliar.
Hoy Chile conmemora el día contra la violencia en el pololeo, en memoria de Antonia Garros, la
joven de 23 años que se quitó la vida el 7 de febrero del año pasado, lanzándose de un piso 13 en
Concepción, tras una fuerte discusión con su pololo de dos años, Andrés Larraín, quien ya tenía
denuncias previas por violencia contra la joven.

Su mamá, Consuelo Hermosilla inició una lucha desde ese día con el fin de evitar que a otros
jóvenes les suceda lo mismo que a su hija. Por esto, creó la Fundación Antonia, que busca crear
conciencia sobre el daño que generan las relaciones tóxicas entre parejas, impulsó la idea de
declarar el 7 de febrero como Día Nacional Contra la Violencia en el Pololeo (aprobado ya por la
Cámara de Diputados y en trámite en el Senado); y sigue luchando por una "Ley Antonia" para
que la violencia en el pololeo sea considerara dentro de la ley de Violencia Intrafamiliar, para que
la incitación al suicidio en la pareja sea condenada como Femicidio y para que terceros puedan
denunciar maltratos sin el consentimiento de la víctima.  

¿Por qué todo esto? Porque en Chile, a la fecha la ley de violencia intrafamiliar no contempla a
pololos ni relaciones informales, por lo que cualquier maltrato que ocurra en este tipo de
relaciones es considerada como una agresión cualquiera, sin riesgo de cárcel.

Hoy, las denuncias por maltrato en un pololeo  sólo sirven para marcar antecedente y para
prohibir el acercamiento del abusador (si es que hay tres denuncias previas). Pero es sabido
que esto no se respeta y que las víctimas siguen igual de vulnerables y amenazadas, y que
incluso muchas mueren tras haber denunciado. Además, ¿qué pasa con la mayoría de las
víctimas que no denuncian o no ratifican las denuncias de terceros? Hoy nada. Absolutamente
nada.

Y si bien, en enero de este 2018, la Justicia decidió realizar el sobreseimiento definitivo de Andrés


Larraín, el ex pololo de Antonia Garros, quien tenía la medida cautelar de arraigo nacional; al
considerar que se habían agitado las instancias y no se logró acreditar su culpabilidad o grado de
responsabilidad tanto en las denuncias previas por agresión como en la inducción de suicidio. Es
decir, se cerró el caso, pero no con esto la lucha de la familia de Antonia por condenar la violencia
en el pololeo y por seguir adelante para evitar nuevas víctimas. 

Lo que buscan los proyectos de ley

"La gente hoy casi no se casa. La gente pololea, y la violencia parte en el pololeo, cuando nos
controlan, nos minimizan. Lo que pasó en diciembre se tipifica como heridas leves. Si ellos
hubiesen estado casados, habrían sido heridas 'menos grave'. ¿Te parece lógico eso? Tienes que
tener tres denuncias de lesiones para que pueda existir orden de alejamiento. Y si hay una
denuncia tiene que ser ratificada por la víctima o la justicia no puede hacer nada. Por eso estoy
tranquila, estoy firme porque tengo un motivo y ese motivo es la Ley Antonia",señala la madre de
Antonia en una entrevista.

Y esto es real. Actualmente la legislación vigente de Violencia Intrafamiliar, no pena la


violencia durante el pololeo o relaciones esporádicas. Por esta misma razón, el caso de
Antonia no puede ser denunciado por la familia, razón por la que buscan la "Ley Antonia".

“El hecho de que hoy le tengas que pedir a la persona agredida que ratifique su denuncia,
sabiendo que esta persona está enferma, hace que no llegue casi nunca la
ratificación”, agrega Consuelo.

Si bien la Ley Antonia como tal fue presentada a fines de mayo al Congreso, de forma paralela, la
ministra de la Mujer y Equidad de Género, Claudia Pascual, presentó en enero un proyecto del
ley sobre el "derecho de las mujeres a vivir sin violencia", que dentro de sus objetivos, pretende
modificar la Ley de Violencia Intrafamiliar, y busca brindar la protección que ni la ley N°20.066
ni el Código Penal dan a quienes son víctimas de violencia "no habitual", en el marco de
las relaciones de pareja sin convivencia.

Además, el proyecto busca incluir la inducción al suicidio como causa de femicidio u


homicidio por omisión, y también que terceros puedan denunciar hechos de violencia sin la
necesidad de ratificación por parte de la víctima.

 En el caso de Antonia también, si la familia hubiese tenido el legítimo derecho de realizar una
denuncia, a lo mejor la tragedia no hubiese ocurrido o al menos se hubiese resguardado más a la
joven víctima.

Imagínense cuántas mujeres no denuncian por miedo, de hecho, se estima que la mayoría de
las víctimas de violencia se mantienen en silencio. Entonces, si esta ley se aprueba, al menos los
terceros (familiares o amigos directos) pueden anteponerse y hacer ellos mismos la denuncia, la
que será inmediatamente investigada, con o sin el consentimiento de la víctima. Esto serviría
enormemente parainvolucrar la responsabilidad de los familiares y para evitar que los
abusos pasen a mayores.

La idea también es que exista una nueva ley que contemple la violencia de género en todas
sus manifestaciones: acoso sexual callejero, violencia simbólica a propósitos comerciales,
violencia ginecobstétrica, violencia en el pololeo, violencia entre mujeres lesbianas, crímenes de
odio a las diversidades sexuales, feminicidio en todas sus formas y no sólo en los femicidios
íntimos, inducción al suicidio, tortura, mutilación genital, matrimonio a menores de edad, incesto,
abuso sexual, violación, trata, entre otros.
Los partidarios de legislar la "Ley Antonia" de forma independiente y paralela, señalan que la
reforma que persigue la ministra Pascal también es necesaria, pero que por la cantidad de
cambios el trámite será mucho más largo y que urge una respuesta más inmediata.

La Ley Antonia aún está en trámite, al igual que la declaración oficial del 7 de febrero como el Día
Nacional Contra la Violencia en el Pololeo. Y en términos de leyes, el año pasado  se
avanzó   cuando la Comisión de Familia de la Cámara de Diputados, aprobó el proyecto que
sanciona como femicidio la violencia en el pololeo. Hoy, sigue en trámite para su aprobación.

Identificando los primeros signos de la violencia machista

El libro, ilustrado por Sonia Lazo, cuenta con 12 capítulos que comienzan con el inicio de la
relación entre Pamela y Antonio, la que en un principio solía ser "un amor como el de las
películas", según cuenta el propio monólogo.

Luego, con el pasar del tiempo, fue sometiéndose a una relación llena de conductas violentas, que
iban más allá de los gritos, la humillación o las amenazas y que tienen que ver con formas más
sutiles de dominación sobre la otra persona.

Pamela identifica tres fases típicas de la violencia, que se repiten constantemente en las
relaciones tóxicas, y que corresponden a la punta del iceberg, por lo que son claramente
reconocibles.

1. Tensión: el hombre se muestra enfadado y aumentan los insultos y gritos.

2. Explosión: la ira se transforma en violencia física o sexual.

3. Luna de miel: el hombre pide perdón y se vuelve a empezar.

Pero para llegar a esas tres fases, necesariamente hay que pasar por muchos otros signos de
violencia que son más sutiles, a los que Pamela llama "tela de araña", y que fueron previos a las
primeras bofetadas, violaciones e incluso intento de asesinato, como los siguientes:

- Manipulación sentimental: cuando tu pareja relaciona sus celos con lo mucho que te quiere y con
el miedo que tiene de perderte, porque eres la mujer de su vida y cree que eres mucho para
él. Generalmente esos celos son infundados y tienen que ver con todas aquellas personas
que son de tu confianza, como tus amigas, amigos y familia. Él te empieza a decir cosas
negativas de estas personas, sugerencias sutiles sobre tus relaciones, hasta que de a poco,
empiezas a alejarte, a mentirles para protegerlo y a excusarlo todo el tiempo.
- Silencio asesino: cuando sabes que a tu pareja le pasa algo, le preguntas y te responde que no
le pasa nada, pero se mantiene en silencio por mucho tiempo. El silencio no pactado es una
forma de hacerte sentir culpable, de obligarte a pedir perdón. "Una de las armas más efectivas,
porque ni te pegan ni te insultan", señala Pamela.

- Traspaso de culpa: que te cuestione por cómo te vistes, que es tu culpa que los hombres te
miren porque los andas provocando con la ropa que usas, que lo dejaste en ridículo frente a sus
amigos por comportarte de manera muy extrovertida, que tu sensibilidad malinterpreta las cosas,
que escuchas lo que quieres escuchar, que has visto muchas teleseries y que por eso le pones
drama a todo, cuando no lo hay, etc. Son algunas de las actitudes de control, donde logra que
termines tú pidiéndole perdón a él, aunque sabes que en el fondo no tienes la culpa, pero te da
miedo que se enoje más y que te deje.

- Postergación personal: cuando sientes que estás dejando de hacer cosas que antes hacías o
que quieres hacer, cuando sientes ansiedad o miedo por cómo va a reaccionar si le dices algo,
cuando las discusiones y conflictos duelen.

"Mi novio bailaba break dance y cuando le dije que yo también quería bailar, enseguida me
contestó que si lo hacía, con lo guapa que yo era, todos sus amigos se pondrían a babear
conmigo", señala Pamela en el monólogo.

De a poco, Pamela cuenta que fue alejándose de aquellas cosas que más le atraían y que la
definían como persona, como el baile, su amistad con Alberto, las juntas con sus amigas, etc.,
para pasar de ser Pamela a ser "la novia de Antonio", y así poco a poco fue perdiendo su
identidad, su autoestima, su círculo de apoyo y de confianza, hasta depender únicamente de
su novio, aguantándole todas sus inseguridades y amenazas, por miedo a perderlo y quedar sola.

- Violaciones con amor: una violación no sólo se comete en un callejón oscuro por un desconocido
que fuerza a una mujer para penetrarla, sino también en una relación de pareja. "Si cuando tu
novia te ha dicho que no o ha puesto una mala cara, tú has seguido adelante, eso es una
violación", afirma la comunicadora.

- Amenazas constantes: cuando todo el tiempo empieza a condicionar la relación, obligándote a


cambiar o a actuar de tal forma, porque de lo contrario, termina contigo. O si justifica sus actos
de violencia, porque tú lo provocas con tu forma de ser, y te dice que si evitas ciertos
comportamientos o acciones, él no se enojaría.

- Falta de respeto: Pamela dice quea la primera falta de respeto, se debiese terminar una
relación o al menos no dejarla pasar por alto. Si te grita, si te insulta o si te menosprecia, debes
ponerle inmediatamente un freno y hacerle notar que no vas a aguantar ese tipo de trato. Y si te
falta el respeto en público, ahí sí que no debiese haber perdón alguno.

- Invade tu privacidad: cuando empieza a revisarte el celular para saber con quién hablas, revisa
tus redes sociales para ver qué nuevas amistades tienes, quién te pone like, a quién pones like tú.
Cuando te pide tus contraseñas, para trasparentar la relación para que no existan secretos.

- Te compara con otras mujeres: cuando empieza a compararte con sus ex novias o con otras
mujeres para demostrarte que tú eres inferior, física y psicológicamente.

Atención: los sentimientos que anticipan una relación violenta

Pamela cuenta que se ha hablado mucho de aquellos actos que denotan violencia, a lo que
debemos estar atentas, lo que no podemos tolerar, cuándo hay que pedir ayuda, etc.; pero muy
poco sobre lo que siente un hombre que va en una mala dirección, hacia el camino de la violencia
en una relación de pareja.

Para identificar que existe un problema grave de relación, Pamela señala que "cuando un
hombre nota que toda su ira y toda su frustración tiene que ver con ella, ya hay algo que no
es normal. Cuando ella no contesta el teléfono y en vez de pensar que será porque no puede,
piensa cosas como: "¿Qué estará haciendo? ¿Con quién está hablando o con quién se está
viendo?” Ahí puede haber un problema.

Pamela señala que al estar sometida en una relación como ésta, es muy común que el agresor
se arrepienta todo el tiempo del daño que te hace y que te pida perdón llorando, que te
promete que va a cambiar porque te quiere, y también es común que uno lo perdona una, dos,
tres y mil veces, pero que ese cambio nunca llega y que el círculo de la violencia y reconciliación
se vuelve vicioso y constante.

Cuando uno finalmente se da cuenta de que la relación no puede continuar, y decides dejarlo, es
cuando pasa algo grave que te despierta. Y es por esto que es necesario buscar ayuda
inmediata y protección de la gente que te quiere, porque es aquí cuando el agresor siente que
no se puede hacer más e intenta retenerte por todas partes. Con amenazas, hostigamiento,
persecuciones y acosos, los que muchas veces terminan con golpes e incluso con asesinatos.

A Pamela, Antonio la trató de matar dos veces. Una en plena calle. Ella iba en moto cerca de un
barranco y él pasó en auto cerca hasta que la rozó para empujarla. Ella cayó al suelo y se pegó en
la cabeza y quedó inconsciente. La segunda vez intentó ahorcarla con sus propias manos,
también en plena calle, frente a los Carabineros.
Así es el amor sano

Luego, Pamela cuenta que después de el trauma que significó la relación con Antonio,
ella empezó a imitar ciertos patrones agresivos con sus nuevas parejas, convirtiéndose ella
en la agresora, y que le costó mucho tiempo y terapia volver a recobrar su autoestima y amor
propio, para poder tener una relación sana, de confianza y libertad.

Cuenta que después de su experiencia, quedó con un trauma y que las relaciones sexuales le
provocaban un enorme rechazo, y que en sus terapias tuvo que reconocer e identificar cada uno
de los episodios de violencia para ir trabajando en su recuperación. Muchos temas que incluso ella
no recordaba o que nunca había visto como agresiones, y que luego de verbalizarlas y de aceptar
esas vivencias, pudo hacerse consciente de esto y sanarse.

A lo largo de los 12 capítulos Pamela junto a su actual pareja, Iván, relatan y ejemplifican las
formas de violencia que vivió con su ex novio, para finalmente dejar en claro que el amor no debe
doler, que un amor real y sano es aquel que te permite crecer, que te hace sentir bien y que
saca lo mejor de ti y te hace libre.

Señala que el amor libre es aquel que te permite realizarte en todos los ámbitos posibles, esa
persona que te motiva y te alienta a sacar lo mejor de ti, esa que te ayuda a explorar y florecer tus
talentos y cualidades, que te incentiva tu mundo personal, tus amistades y tus intereses.

"Amor no es tener miedo. No es amor cuando tienes miedo de contarle algo a tu pareja por miedo
a que te juzgue, tener miedo de qué va a decir, qué va a pensar, me va a dejar de querer, me va a
dejar por otra. Eso no es amor. Si no hago esto, se va a cabrear y me va a dejar. Eso no es
amor.Amor no es vivir en ciclos: te quiero, nos peleamos, me pide perdón, y todo vuelve a ser
como antes, y pasan tres semanas y vuelta con todo nuevamente".

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