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Los signos sonoros y rítmicos del

espectáculo:
El espacio sonoro teatral: efectos de sonido y músicas
Autora: Inés Adán a partir de los textos de Luis D’Ors.

En los siguientes apartados nos basaremos principalmente en el artículo de


Pablo Iglesias (2004) «El diseñador de sonido: función y esquema de
trabajo», donde hace un interesante análisis sobre el sonido y su función en la
representación.

Llamamos espacio sonoro al conjunto de manifestaciones sonoras que se


producen a lo largo de un espectáculo. Incluye todo sonido, ya sea la expresión
verbal de dicho texto por un actor, como los efectos de sonido y las músicas
usadas.

Las manifestaciones sonoras, por tanto, pueden proceder de diferentes tipos de


fuentes de producción sonora y la primera de ellas es el habla del actor. Nos
centraremos en primer lugar en ella. Esta puede producirse:

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Cualquier sonido que no sea el del actor, tanto la música como los ruidos, (los llamados
«efectos de sonido»), es susceptible de ser empleado como forma de situar al espectador en
las circunstancias dadas de la obra, en la época y el lugar de acción. Permiten percibir el
estado anímico de los personajes y por lo tanto forman un espacio de juego dentro de cuyos
límites se desarrolla el trabajo del actor.

Sabemos que el teatro desde épocas muy tempranas disponía de un espacio sonoro. Ya en
las representaciones atenienses del siglo V a.C. se introducía la música vocal e instrumental
y se utilizaban diversos artefactos encaminados a la producción de efectos de sonido.

La música

La música empleada en la puesta en escena de una obra no musical recibe el nombre genérico
de «música incidental».

Tanto si es empleada como ilustración, comentario o para la creación de atmósfera


Además puede ser compuesta especialmente para una determinada puesta en escena o
en la misma se pueden utilizar composiciones ya existentes;

También la música usada puede existir como obra autónoma o solo en relación con esa
determinada puesta en escena.

La música incidental, a veces, ha adquirido tal importancia que relega el montaje para el que
fue compuesta a un segundo plano. Este es el caso de obras de música clásica del siglo XIX
como el Peer Gynt de Edvard Grieg para la obra homónima de Ibsen, Egmont de Ludwig
van Beethoven para la obra de Goethe o Sueño de una noche de verano de Felix
Mendelssohn.

En cuanto a la presencia en escena la música incidental puede ser de dos categorías:

Música diegética: es la perteneciente a la acción, la que pertenece al mundo de los


personajes en la escena. Ejemplos serían la música interpretada por un personaje en
escena, o la que se escucha por ejemplo en la radio encendida por el personaje.

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Música no diegética o extradiegética: es la que no perteneciente a la acción. La que
suena, pero que no es escuchada por el personaje.

Estos conceptos los desarrollaremos más adelante, en el apartado 9.5.

Respecto a su situación física

La música puede tener una presencia no visible. Esto puede pasar incluso si es ejecutada
en directo, por ejemplo cuando es interpretada en vivo por una orquesta en el foso. Otro
modo es la reproducción magnetofónica. Cuando no vemos la fuente de emisión, aporta
una atmósfera, describe un medio, una situación y un estado de ánimo.

También puede tener una presencia visible. Esto lo vemos en el caso de músicos que tocan
o cantan en escena, es decir, intérpretes con habilidades musicales que integran la música
en la acción y en la fábula argumental.

También es posible una síntesis de ambas presencias, como en el caso de la comedia


musical.

Música en directo y música pregrabada

Música en directo:

Por medio de instrumentos musicales acústicos no amplificados: la música procede de


instrumentos musicales acústicos sin ninguna amplificación eléctrica adicional.

Por medio de instrumentos musicales acústicos amplificados y (o no) procesados: la


música interpretada por instrumentos acústicos es recogida por micrófonos, amplificada
y (o no) procesada siendo reproducida por altavoces de una manera simultánea a su
interpretación.

Por medio de instrumentos musicales eléctricos: la música es interpretada por medio de


instrumentos musicales eléctricos, amplificada, procesada (o no) y reproducida a través
de unos determinados altavoces de una forma simultánea a su ejecución.

Música pre-grabada: la música ha sido previamente grabada en un soporte determinado


y durante la representación es reproducida.

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Los efectos sonoros:

Se llaman así todos los sonidos no musicales que tienen un lugar en la fábula argumental e
influyen en el desarrollo de la historia. Tormentas, lluvia, galopar de caballos, paso de
cualquier tipo de vehículos, explosiones, timbres… todos ellos forman parte de la acción y
deben estar tan partiturizados como la interpretación de una réplica.

A veces son indicados por el propio autor en forma de acotaciones, otras veces son creación
del director, pero siempre deben formar parte de la acción.

Al igual que la música pueden ser producidos por reproducción magnetofónica o por
determinados artefactos accionados por un actor.

En puestas en escena estilizadas se ha hecho a la vista del público y ello formaba parte de la
poética de la puesta en escena. Por ejemplo, un actor-manipulador que en una zona del
escenario accione los artefactos que producen ruidos de truenos, portazo de puertas
imaginarias, galopar de caballos, etc. estará produciendo un efecto de distanciamiento que
obligará al espectador a estar situado permanentemente en el universo de la sala teatral en
lugar del universo imaginario de la obra.

En cuanto a los efectos sonoros, también pueden ser:

Efectos de sonido en directo:

Efectos sonoros en directo no amplificados: los efectos sonoros son producidos en directo
y su sonoridad no está apoyada por ningún tipo de amplificación eléctrica.

Efectos sonoros en directo amplificados y (o no) procesados: los efectos sonoros son
producidos en directo estando sometidos a amplificación eléctrica y (o no) procesamiento
y siendo reproducidos por los correspondientes altavoces.

Pregrabados: los efectos sonoros han sido previamente grabados en un soporte


determinado y durante la representación son reproducidos.

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Función y traducción narrativa de músicas y sonidos

Los sonidos deben desempeñar una función y tener una traducción narrativa concreta
dentro del espectáculo en el que se presentan. A continuación se enumeran la mayoría de los
aspectos que la música, los efectos de sonido y el procesamiento del sonido y la configuración
del equipo de sonido pueden expresar, contar y/o significar.

La música y los sonidos admiten las siguientes posibilidades narrativas, expresivas y/o
significativas:

Determinación geográfica. Hay temas, estilos musicales, instrumentaciones


características y sonidos que pueden remitirnos a unos entornos geográficos concretos.

Determinación cultural y social. De igual forma, pueden remitirnos a unos entornos


culturales y sociales concretos.

Determinación temporal. En la misma medida, pueden remitirnos a épocas concretas.

Enfatización de la acción. La música y el sonido pueden enfatizar un hecho aclarando


su carácter o abundando en su definición concreta.

Intensificación de la acción. La música puede intensificar la acción (aumentar la


tensión que produce en el espectador) valiéndose de estructuras musicales tales como,
por ejemplo, el crescendo y la repetición.

Identificación de personajes, situaciones, sucesos. La música y el sonido puede


identificarse con personajes, situaciones dramáticas concretas, sucesos, etc. de forma que
actúe como un motivo recurrente cuya aparición pueda servir para presentarlos,
acompañarlos, anticiparlos, evocarlos, sustituirlos, etc.

Creación de contrapuntos significativos. La música y el sonido pueden tener un


carácter anempático o contrario, oponiéndose al clima general de la escena y generando
de esta manera un contrapunto entre lo que se muestra y lo que se escucha que puede
desembocar en una significación concreta.

Creación de atmósferas y ambientes y evocación de sentimientos y estados de


ánimo. Cada música y sonido, como es evidente, producen en el espectador una serie de

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sensaciones que pueden servir para generar determinadas atmósferas y ambientes o
evocar y provocar diversos sentimientos y estados anímicos.

Determinación de condiciones climáticas concretas. La mayoría de agentes


atmosféricos tales como la lluvia, el viento, la nieve, etc. tienen un sonido característico.
El empleo de efectos de sonido que recreen tales sonidos puede servir para representar
dichos agentes atmosféricos.

Transmisión de significaciones concretas asociadas. Hay muchas composiciones


que tienen asociada una significación concreta. Tales composiciones son, por ejemplo, las
típicas marchas nupciales de Mendelssohn y Wagner que nos remitirán siempre a una
boda o la marcha fúnebre de Chopin que nos trasladará inmediatamente a un clima de
muerte o entierro. Cabe destacar que en muchas ocasiones este tipo de composiciones
constituyen verdaderos clichés por lo que su uso puede provocar un efecto distanciado y
hasta cómico. Si este no es el efecto que se persigue es preferible emplear la
representación de identidad anteriormente expuesta para dotar las composiciones de una
significación concreta y original.

Creación de símbolos y metáforas. El sonido puede emplearse de una forma


metafórica y simbólica para transmitir determinadas significaciones. Esto ocurriría, por
ejemplo, si se acompaña el funeral de un revolucionario de una marcha militar, lo que podría
transmitir al espectador de una manera indirecta que su muerte fue a manos de los militares.
O, por ejemplo, si acompañáramos el funeral de un oficinista del frenético sonido de un
tecleo de ordenador, lo que podría transmitir al espectador de una manera indirecta que su
muerte se debió al estrés laboral.

Establecer rasgos estilísticos a través de los aspectos tímbricos, tonales, melódicos,


armónicos y rítmicos de las músicas empleadas, así como de su ejecución en directo
(amplificadas o no) o pregrabadas.

Complementar el diálogo propiciando movimientos y gesticulaciones.


Contribuir al sentido de la escenificación e incidir de forma ostensible en la
determinación del ritmo global y de los ritmos secuenciales de la representación.

Unificar y propiciar transiciones. La música puede emplearse para facilitar las


transiciones entre escenas. Estas transiciones sonoras entre escenas pueden ser de cuatro
tipos fundamentalmente:

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o Por superposición: una escena termina con un sonido correspondiente a la misma y
la siguiente comienza, sin pausas ni cortes, continuando con el mismo sonido que
también la pertenece.

o Por anticipación: al final de una escena se empieza a escuchar de forma anticipada


el sonido perteneciente a la escena siguiente.

o Por corte: una escena presenta un sonido y en el cambio de escena este se corta para
empezar a escucharse otro sonido correspondiente a la nueva escena.

o Por mezcla: el sonido de una escena se mezcla al final de la misma con el sonido de
la siguiente.

El tratamiento del sonido como signo expresivo:


amplificación y manipulación

El procesamiento del sonido y la configuración del equipo de sonido también admiten una
serie de posibilidades narrativas, expresivas y/o significativas. Existen múltiples tipos de
procesadores de sonido y la configuración del equipo de sonido puede ser de la misma forma
extremadamente variada. A continuación enumeramos las más utilizadas:

Definición espacial:

Distancia de la fuente sonora. Mediante el aumento o disminución de volumen, la


adicción de cierta distorsión, la aplicación de determinada ecualización, la utilización de
procesadores de reverberación y eco, etc. se puede simular una cierta cercanía o
alejamiento de la fuente productora del sonido.

Localización concreta de la fuente sonora. Dependiendo la situación concreta de


los altavoces a los que sea enviado un sonido determinado, este parecerá provenir de unos
lugares u otros.

Creación y definición de la dirección del movimiento. Mediante la colocación de


altavoces en diferentes localizaciones dentro de la sala de representación y el envío del
sonido a cada una de ellos de una forma progresiva y secuencial, se puede simular el
movimiento del sonido (y en particular de la fuente sonora causante del mismo) entre los
diferentes lugares en los que se sitúan dichos altavoces.

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Cualidades del entorno sonoro. Mediante diferentes actuaciones de procesamiento
del sonido, en especial la utilización de procesadores de reverberación y eco, se pueden
recrear las condiciones acústicas de un espacio concreto (una gran catedral, un espacio al
aire libre, una pequeña habitación, etc.) haciendo que un sonido sea escuchado como lo
sería en tales circunstancias.

Definición de la acción y situación:

Intensificación de la acción. El procesamiento del sonido puede ayudar a intensificar


la acción (aumentar la tensión que produce en el espectador) valiéndose de recursos tales
como la repetición continuada de sonidos o el aumento progresivo de su sonoridad o
altura tonal.
Caracterización sonora. El procesamiento del sonido puede ayudar a dotar al mismo
de diferentes cualidades particulares que nos remitan a características peculiares de su
fuente productora o que doten al mismo de diversas implicaciones a un nivel expresivo,
narrativo y/o significativo. En este sentido la lista es inagotable y está completamente
abierta a la creatividad del diseñador de sonido. Pondremos dos ejemplos:

o La aplicación de determinados procesos específicos a una música pude hacer que esta
se escuche como si fuera reproducida por un viejo disco de vinilo. Este extremo
satisfaría dos requerimientos: evidenciar (simular) un origen «artificial» de la
música y situar temporalmente la reproducción de dicha música remitiéndonos a una
época predigital en la que las músicas únicamente se escuchaban en su soporte en
vinilo.

o Una cierta distorsión del sonido podría servir para caracterizarlo como un sonido
subjetivizado que muestra al espectador la particular forma percibir su entorno de
un individuo inmerso en una crisis alucinatoria.

A todas estas funciones del sonido dentro de un espectáculo teatral hay que añadir además
la de dirigir la atención del espectador. Es evidente que el hecho de que un personaje
u objeto emita un sonido hace que este destaque del resto (que permanece en silencio) y, en
consecuencia, atraiga la atención del espectador hacia él.

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Origen de los sonidos

La ubicación de las fuentes sonoras en el marco de la ficción


que construye la escenificación también tiene una
relevancia capital. En este sentido, de acuerdo a su
pertenencia y procedencia los sonidos se pueden clasificar
con arreglo a las siguientes categorías:

Diegético. Denominamos diegético a todo aquel sonido que pertenece y se origina dentro
del mundo de la ficción. Como tal es escuchado por los personajes que participan de la
misma. Dentro de esta denominación podemos encontrar diferentes tipos de sonidos:

o Producido dentro de escena: la fuente que produce el sonido se encuentra dentro del
espacio visible de la escena.
o Producido fuera de escena: la fuente que produce el sonido se encuentra fuera del
espacio visible de la escena. Dentro de esta categoría y en un espacio convencional a
la italiana podemos identificar seis posibles orígenes (que pueden combinarse entre
ellos):

• A la derecha del espacio visible.


• A la izquierda del espacio visible.
• Por arriba del espacio visible.
• Por debajo del espacio visible.
• Detrás del espacio visible.
• Delante del espacio visible, es decir, en el lugar que ocupa el público.

o Casos especiales:
• Sonido ambiente: sonido característico de un espacio concreto cuyo origen no
es claramente visible y/o identificable. Por ejemplo, en un bosque se escucha
el típico sonido de pajaritos sin que los mismos sean visibles ni se identifique
claramente su ubicación concreta.

• Sonido on the air: término acuñado por Michel Chion en su libro La


audiovisión para referirse a: «[...] los sonidos presentes en una escena, pero
supuestamente retransmitidos eléctricamente, por radio, teléfono,

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amplificación, etc. y que escapan, pues, a las leyes mecánicas llamadas
'naturales' de propagación del sonido.» Esta peculiaridad propia de los sonidos
on the air permite que sean comunes a diversos espacios (permitiéndonos el
tránsito entre los mismos).

Extradiegético. Denominamos extradiegético a todo aquel sonido que no pertenece ni


se origina en el mundo de la ficción. Como tal únicamente es escuchado por los
espectadores, no siéndolo por los personajes de la ficción. Generalmente se tiende a que
el sonido extradiegético no tenga un origen claramente identificable. Tradicionalmente
procedía del foso de la orquesta en el que la misma estaba por debajo del nivel del público
y oculta al mismo. Actualmente, para conseguir esta «desubicación» propia del sonido
extradiegético, se suele reproducir el mismo, en un espacio convencional a la italiana, a
través de los altavoces (cluster) situados en la parte superior y en mitad de la embocadura
del escenario o de forma simultánea en los altavoces situados a izquierda y derecha de
dicha embocadura.

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