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tamento de Desarrollo Regional de la OEA, dentro del Plan de las Cuencas San Miguel

y Putumayo.

La información presentada incluye una recopilación de los trabajos sectoriales


elaborados por las instituciones nacionales de los dos países, conformando así
la fuente El área de estudio se encuentra localizada en la vertiente oriental de la
Cordillera de los Andes y se extiende entre los paralelos 01°20' de latitud Norte hasta
01°30' de latitud Sur y desde el Meridiano 75°15' hasta el 78°25' Oeste de Greenwich y
comprende el área fronteriza entre Colombia y Ecuador.

La extensión total es de 48 172 Km2 de las cuales 11 914 Km2 constituyen el área


Colombiana y 36 258 Km2 la correspondiente ecuatoriana.

Incluye las cuencas completas de los ríos Putumayo y su afluente el San Miguel hasta
el punto trifinio donde se encuentran las fronteras de Ecuador, Colombia, y Perú; la
cuenca del Río Aguarico y toda la margen izquierda del río Napo desde el Anzus hasta
su confluencia con el Aguarico.

En la zona de estudio existen tres grandes paisajes, la zona de cordillera alta y


quebrada, la faja de piedemonte con colinas altas y bajas y finalmente la llanura aluvial
amazónica. Se distinguen numerosas unidades fisiográficas según la altura, el grado
de disección, la topografía y la susceptibilidad a las inundaciones.

El clima es tropical húmedo excepto arriba de los 1 000 msnm. donde si bien la
temperatura media disminuye y se hace más confortable, las precipitaciones continúan
intensas. Las lluvias varían de los 2 500 mm. en el extremo este de la cuenca hasta 4
000 y 6 000 m en las primeras estribaciones del piedemonte. Desde allí comienza a
disminuir hacia el oeste, o sea hacia la divisoria de aguas con la cuenca pacífica,
donde alcanza 1 000 mm. Excepto en pequeñas áreas el balance hídrico es positivo
todos los meses del ano, por lo que los suelos se encuentran permanentemente
saturados.

Los datos hidrológicos son muy incompletos, hay estaciones de aforo en la cuenca alta
de los ríos Putumayo y Napo. No hay mediciones en el río San Miguel y Aguarico. El
rendimiento medio varía con la localización de la cuenca. En general las cuencas
pequeñas altas tienen menos rendimiento que las áreas de piedemonte. En Ecuador
se han medido ríos con escorrentía variable entre 409 mm. en el río Yanahurco D.S.
Valle y 4 128 mm. en el Río Misahualli en Cotundo. El río Guijos, uno de los más
importantes formadores del Napo, en San Rafael, con 3 950 Km de cuenca tiene un
caudal de 318 m3/s o sea una escorrentía media de 2 537 mm.

En Colombia los rendimientos son similares aunque el río Mocoa, afluente del río
Caquetá, pero que nace en las mismas estribaciones que el Putumayo, tiene en
Piedralisa un caudal de 42, 6 m3/s, o sea una escorrentía de 5 942 mm.

Considerando la gran riqueza hídrica de la región y las fuertes pendientes en los


tramos superior y medio de los ríos es fácil deducir la potencialidad de la zona para la
producción de energía hidroeléctrica, la que se encuentra solo parcialmente evaluada.
Por otra parte en la llanura amazónica los ríos se desbordan fácilmente inundando
considerables extensiones.

Los suelos tropicales son poco fértiles, casi permanentemente saturados por lo que en
general tienen problemas de drenaje. No obstante ello se han identificado amplias
áreas con suelos Clase III y IV, que cubren el 19, 3% del área del Proyecto, con una
superficie de 915 500 ha. Esos suelos admiten el cultivo de especies tropicales como
arroz, café, plátano, yuca, cítricos, palma africana, otras frutas, pina, raíces diversas,
pastos plantados y naturales. En el caso del pastoreo del ganado, el pisoteo destruye
notablemente la estructura de los suelos haciéndolos improductivos. En general
presentan abundante aluminio libre y pH entre ácido a muy ácido (4.5 - 6.8).

La vegetación natural exclusiva es el bosque, ya sea de latifoliadas o de palmas en las


partes bajas. La intervención humana ha destruido grandes áreas de bosque para la
plantación de cultivos comerciales y de pancoger como para la extracción de la
madera. En el Ecuador se ha intervenido el 9% del área amazónica (sin contar el área
cordillerana) y, de acuerdo con lo observado en las imágenes satelitarias ese
fenómeno está mas acentuado en Colombia.

La riqueza en madera es considerable. La zona evaluada en Ecuador (2.49 millones


ha) posee un volumen de madera en pié considerando árboles de 0.40 cm o más, de
240 millones de metros cúbicos de los cuales más del 75% seria aprovechable, o sea
184 millones de m, divididos en 100 millones de m3 de uso actual aprovechable; 24
millones de m3, de uso potencial y el resto de especies de valor desconocido.

Se estima que la situación en el área colombiana debería ser similar, aunque la misma
se presenta mucho más intervenida.

El subsuelo del área presenta grandes reservas petrolíferas en explotación en los dos
países. Se encuentra además importantes áreas mineralizadas con presencia de
cobre y molibdeno, minerales radioactivos, tungsteno y manganeso, además de
yacimientos de esfaltos calizas, yeso y caolín. Se presenta en abundancia el oro en las
arenas aluvionales de numerosos ríos. Faltan estudios de evaluación de los depósitos
y yacimientos, su cubicación y estudio de los tenores y las evaluaciones económicas
correspondientes.

Los estudios del medio ambiente de la región están basados en la premisa que todos
los impactos ambientales negativos constituyen conflictos entre actividades sectoriales
de desarrollo.

Al presente nivel de planeamiento la región fue subdividida en seis unidades


ambientales, donde ocurren similares actividades de desarrollo. Esas unidades son
páramo, sierra, estribaciones, colinas, tierras aluviales y tierras inundables.

Cuando se hace un análisis de las interrelaciones de las principales actividades de


desarrollo como producción de petróleo, agricultura y ganadería, colonización,
producción de coca, explotación forestal, transporte, minería, seguridad pública, salud
y turismo, además de las actividades científicas, que trata principalmente con la
conservación de los recursos biológicos y los intereses de la población indígena,
pueden apreciarse fácilmente más de un centenar de relaciones conflictivas.

Por otra parte el análisis de los peligros de catástrofes naturales presentes en la


región, como terremotos e inundaciones, deslizamiento de tierra y erupciones
volcánicas, indica que la mayor parte de las actividades de desarrollo se encuentran
en peligro.

Por lo tanto para el desarrollo armónico de esta región amazónica para satisfacer las
necesidades económicas de la población se deberán resolver hasta un cierto grado lo
conflictos identificados y diseñar las medidas de prevención y mitigación contra las
catástrofes naturales a que está sujeta el área.
El área de estudio se encuentra localizada en la vertiente oriental de la Cordillera de
los Andes y se extiende entre los paralelos 01°20' de latitud Norte hasta 01°30' de
latitud Sur y desde el Meridiano 75°15' hasta el 78°25' Oeste de Greenwich y
comprende el área fronteriza entre Colombia y Ecuador.

La extensión total es de 48 172 Km2 de las cuales 11 914 Km2 constituyen el área


Colombiana y 36 258 Km2 la correspondiente ecuatoriana.

Incluye las cuencas completas de los ríos Putumayo y su afluente el San Miguel hasta
el punto trifinio donde se encuentran las fronteras de Ecuador, Colombia, y Perú; la
cuenca del Río Aguarico y toda la margen izquierda del río Napo desde el Anzus hasta
su confluencia con el Aguarico.

En la zona de estudio existen tres grandes paisajes, la zona de cordillera alta y


quebrada, la faja de piedemonte con colinas altas y bajas y finalmente la llanura aluvial
amazónica. Se distinguen numerosas unidades fisiográficas según la altura, el grado
de disección, la topografía y la susceptibilidad a las inundaciones.

El clima es tropical húmedo excepto arriba de los 1 000 msnm. donde si bien la
temperatura media disminuye y se hace más confortable, las precipitaciones continúan
intensas. Las lluvias varían de los 2 500 mm. en el extremo este de la cuenca hasta 4
000 y 6 000 m en las primeras estribaciones del piedemonte. Desde allí comienza a
disminuir hacia el oeste, o sea hacia la divisoria de aguas con la cuenca pacífica,
donde alcanza 1 000 mm. Excepto en pequeñas áreas el balance hídrico es positivo
todos los meses del ano, por lo que los suelos se encuentran permanentemente
saturados.

Los datos hidrológicos son muy incompletos, hay estaciones de aforo en la cuenca alta
de los ríos Putumayo y Napo. No hay mediciones en el río San Miguel y Aguarico. El
rendimiento medio varía con la localización de la cuenca. En general las cuencas
pequeñas altas tienen menos rendimiento que las áreas de piedemonte. En Ecuador
se han medido ríos con escorrentía variable entre 409 mm. en el río Yanahurco D.S.
Valle y 4 128 mm. en el Río Misahualli en Cotundo. El río Guijos, uno de los más
importantes formadores del Napo, en San Rafael, con 3 950 Km de cuenca tiene un
caudal de 318 m3/s o sea una escorrentía media de 2 537 mm.

En Colombia los rendimientos son similares aunque el río Mocoa, afluente del río
Caquetá, pero que nace en las mismas estribaciones que el Putumayo, tiene en
Piedralisa un caudal de 42, 6 m3/s, o sea una escorrentía de 5 942 mm.

Considerando la gran riqueza hídrica de la región y las fuertes pendientes en los


tramos superior y medio de los ríos es fácil deducir la potencialidad de la zona para la
producción de energía hidroeléctrica, la que se encuentra solo parcialmente evaluada.
Por otra parte en la llanura amazónica los ríos se desbordan fácilmente inundando
considerables extensiones.

Los suelos tropicales son poco fértiles, casi permanentemente saturados por lo que en
general tienen problemas de drenaje. No obstante ello se han identificado amplias
áreas con suelos Clase III y IV, que cubren el 19, 3% del área del Proyecto, con una
superficie de 915 500 ha. Esos suelos admiten el cultivo de especies tropicales como
arroz, café, plátano, yuca, cítricos, palma africana, otras frutas, pina, raíces diversas,
pastos plantados y naturales. En el caso del pastoreo del ganado, el pisoteo destruye
notablemente la estructura de los suelos haciéndolos improductivos. En general
presentan abundante aluminio libre y pH entre ácido a muy ácido (4.5 - 6.8).

La vegetación natural exclusiva es el bosque, ya sea de latifoliadas o de palmas en las


partes bajas. La intervención humana ha destruido grandes áreas de bosque para la
plantación de cultivos comerciales y de pancoger como para la extracción de la
madera. En el Ecuador se ha intervenido el 9% del área amazónica (sin contar el área
cordillerana) y, de acuerdo con lo observado en las imágenes satelitarias ese
fenómeno está mas acentuado en Colombia.

La riqueza en madera es considerable. La zona evaluada en Ecuador (2.49 millones


ha) posee un volumen de madera en pié considerando árboles de 0.40 cm o más, de
240 millones de metros cúbicos de los cuales más del 75% seria aprovechable, o sea
184 millones de m, divididos en 100 millones de m3 de uso actual aprovechable; 24
millones de m3, de uso potencial y el resto de especies de valor desconocido.

Se estima que la situación en el área colombiana debería ser similar, aunque la misma
se presenta mucho más intervenida.

El subsuelo del área presenta grandes reservas petrolíferas en explotación en los dos
países. Se encuentra además importantes áreas mineralizadas con presencia de
cobre y molibdeno, minerales radioactivos, tungsteno y manganeso, además de
yacimientos de esfaltos calizas, yeso y caolín. Se presenta en abundancia el oro en las
arenas aluvionales de numerosos ríos. Faltan estudios de evaluación de los depósitos
y yacimientos, su cubicación y estudio de los tenores y las evaluaciones económicas
correspondientes.

Los estudios del medio ambiente de la región están basados en la premisa que todos
los impactos ambientales negativos constituyen conflictos entre actividades sectoriales
de desarrollo.

Al presente nivel de planeamiento la región fue subdividida en seis unidades


ambientales, donde ocurren similares actividades de desarrollo. Esas unidades son
páramo, sierra, estribaciones, colinas, tierras aluviales y tierras inundables.

Cuando se hace un análisis de las interrelaciones de las principales actividades de


desarrollo como producción de petróleo, agricultura y ganadería, colonización,
producción de coca, explotación forestal, transporte, minería, seguridad pública, salud
y turismo, además de las actividades científicas, que trata principalmente con la
conservación de los recursos biológicos y los intereses de la población indígena,
pueden apreciarse fácilmente más de un centenar de relaciones conflictivas.

Por otra parte el análisis de los peligros de catástrofes naturales presentes en la


región, como terremotos e inundaciones, deslizamiento de tierra y erupciones
volcánicas, indica que la mayor parte de las actividades de desarrollo se encuentran
en peligro.

Por lo tanto para el desarrollo armónico de esta región amazónica para satisfacer las
necesidades económicas de la población se deberán resolver hasta un cierto grado lo
conflictos identificados y diseñar las medidas de prevención y mitigación contra las
catástrofes naturales a que está sujeta el área.
v

al.

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