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EL CEREBRO

PRESENTADO
KIRA HERRERA MARTINEZ

PROGRAMA DE PSICOLOGIA

DIPLOMADO

DOCENTE

HILDA PATRICIA RINCON CAMPO

UNIVERSIDAD EVANGÉLICA NICARAGÜENSE MARTÍN LUTHER KING JR.

FACULTA DE CIENCIAS HUMANAS


PROGRAMA DE PSICOLOGIA

Marzo, 06 DE 2021

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EL CEREBRO
“¿Mi cerebro? Es mi segundo órgano favorito”.

Woody Allen

El cerebro es el órgano que por medio de la conectividad neuronal hace posible el


aprendizaje. los mecanismos de control y seguimiento de estos procesos, que
permitan a la persona que aprende lograr el objetivo último que persiga en su
aprendizaje. El que aprende, por tanto, debe llegar a ser consciente de su propia
manera de aprender y de cómo debe hacer para controlar los procesos que le
permiten llegar a saber eficientemente.
El cerebro es el “centro” de nuestras facultades mentales. Asume funciones vitales
al influir sobre el pulso del corazón, la temperatura del cuerpo, la respiración,
etcétera, al mismo tiempo que desempeña funciones llamadas “superiores”, como
el lenguaje, el razonamiento y la conciencia. Este órgano incluye dos hemisferios
(derecho e izquierdo), cada uno de los cuales se divide además en lóbulos (occipital,
parietal, temporal y frontal), Los principales componentes del tejido cerebral son las
células gliales y las células nerviosas (neuronas). La célula nerviosa es considerada
como la unidad básica de funcionamiento del cerebro debido a su extensa
interconectividad y porque se especializa en la comunicación. Las neuronas están
organizadas en redes funcionales que están ubicadas en partes específicas del
cerebro.
A sí mismo el conjunto de funciones neurales que permiten relacionar la
metacognición como proceso inteligente, con la actividad cerebral en seres
humanos. Las Funciones ejecutivas son reconocidas como un concepto englobante,
que involucra la acción de una serie de núcleos de procesamiento presentes en los
lóbulos prefrontales de la corteza cerebral, en conjunto con regiones subcorticales
del cerebro en especial el sistema límbico. Estos llevan a cabo procesos neurales
que sirven de sustrato biológico a diversas estrategias cognitivas desarrolladas
desde el lenguaje para la solución de problemas, la formación de conceptos, la
planeación de tareas y la ejecución de un trabajo eficiente, procesos cognitivos
complejos que surgen de un único set de funciones mentales desarrolladas en

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núcleos de procesamiento neuronal que se han desarrollado igualmente ante la
emergencia del lenguaje en los seres humanos.

A su vez, las funciones ejecutivas cerebrales están involucradas en el control del


comportamiento y en la disposición de la persona para las diferentes situaciones
que enfrenta en la vida, y son mucho más importantes en la vida real ante la toma
de decisiones y en el razonamiento del día a día, que en la sola capacidad de
responder a preguntas de pruebas escolares o test psicológicos. La corteza
prefrontal, en cada hemisferio cerebral, representa una extensión y evolución de las
áreas motoras frontales y se reconoce que este lóbulo de la corteza establece la
ideación, la planificación y la secuenciación coordinada de los actos motores
voluntarios que van a ser ejecutados.
La cognición y la emoción, denotada por la habilidad de satisfacer los impulsos
básicos siguiendo estrategias socialmente aceptables. En este sentido la función
principal del lóbulo prefrontal sería encontrar justificaciones aparentemente
aceptables para los impulsos límbicos, lo que daría como resultado la emergencia
de las funciones ejecutivas emocionales.
Por tanto, respecto a las funciones cognitivas debiera esperarse que ellas ocurrieran
a partir de variados circuitos neurales de procesamiento, como se está intentando
demostrar hoy en día: que ellas existan como funciones independientes que apoyan
el procesamiento cognitivo, controladas por un centro ejecutivo general de
funciones más globales que coordina la acción de circuitos establecidos
difusamente y que se encargan de operaciones más puntuales, de tal forma que
mientras más operacional es el proceso a ejecutar este ocurra de manera más
automática; que el desarrollo de estas funciones no ocurra por estadios de
desarrollo del individuo, sino que sigan la dinámica de maduración de los centros
neurales corticales de procesamiento cerebral; y, que la estimulación de funciones
a través del estímulo provocado por las técnicas de aprendizaje no opera
necesariamente sobre la globalidad en cuanto a maduración de funciones meta
cognitivas, siendo necesario por tanto llegar a identificar las características del
desarrollo de cada Función Ejecutiva y verificar el grado de validez de la técnica de
aprendizaje empleada para apoyar el desarrollo de tal o cual función.
El acto perceptivo como tal constituye una forma superior de conocimiento a través
de la cual aprehendemos el mundo circundante y nuestra propia corporalidad. Es,
por lo tanto, un proceso activo, en cuanto su puesta en marcha no es absolutamente
casual, sino que, por el contrario, supone una actitud previa por parte del sujeto que
de esta forma tiene cierta capacidad de elección del objeto percibido en función de
su situación psíquica, fisiológica o de ambas. La relación entre el bloque perceptivo
y la corteza prefrontal es prominente, de tal manera que la percepción se constituye

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en un proceso inteligente y con una gran capacidad de modulación de la
información.

Es de anotar qur el aprendizaje es un proceso altamente complejo y sus definiciones


varían dependiendo del contexto y de la perspectiva. Las empleadas por los
neurocientíficos y los investigadores educacionales pueden ser bastante diferentes,
lo cual puede significar un desafío al diálogo entre las dos comunidades. Por
ejemplo, el científico Koizumi (2003) define el aprendizaje como “el proceso por el
cual el cerebro reacciona ante los estímulos y establece conexiones neuronales que
actúan como un circuito procesador de información, proporcionando
almacenamiento de la información”. En contraste, Coffield (2005), desde el lado de
la investigación educacional, propone que el aprendizaje se refiere a “cambios
significativos en la capacidad, comprensión, actitudes o valores por parte de
individuos, grupos, organizaciones o de la sociedad”; de manera explícita él excluye
“la adquisición de más información cuando ésta no contribuye a dichos cambios”

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BIBLIOGRAFIA.

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