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SALA DE CASACIÓN CIVIL

Magistrado Ponente: CARLOS OBERTO VÉLEZ

En el juicio por indemnización de daños y perjuicios  intentado ante el Juzgado Séptimo de


Primera Instancia en lo  Civil y Mercantil Bancario con Competencia Nacional y sede en la
ciudad de Caracas, por la sociedad de comercio que se  distingue con la denominación
mercantil AGROPECUARIA MARIA LIONZA, C.A., representada por los profesionales del
derecho José L. Tamayo, Scarlett Schiffino y Gonzalo Suárez Omaña, contra la institución financiera
que se denomina BANCO MERCANTIL C.A., S.A.C.A., BANCO UNIVERSAL , patrocinada
judicialmente por los abogados en ejercicio de su profesión Irama Calcaño,  Carlos Sosa y Nelson
V. Calderón; el Juzgado Superior Octavo  con la misma competencia material y sede, constituido con
asociados, conociendo en competencia funcional jerárquica vertical, en fecha 6 de noviembre de
2001, dictó sentencia en la cual declaró:
“...1) SIN LUGAR las apelaciones interpuestas por el Banco Mercantil C.A. S.A.C.A.,
Banco Universal, suficientemente identificado en este expediente,  mediante sus
apoderados también identificados,  contra los autos de fechas 31 de julio y 7 de
agosto de 1997, dictados por el Juzgado Séptimo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil
Bancario con CompetenciaNacional y sede en la ciudad de Caracas.
2) SE REVOCA la sentencia apelada de fecha 08  de marzo de 2000, dictada por el
Juzgado Séptimo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil Bancario con
Competencia Nacional y sede en la ciudad de  Caracas; que declaró sin lugar la tacha
de falsedad y sin lugar la demanda incoada por la empresa  Agropecuaria María
Lionza, C.A., contra el BancoMercantil C.A. S.A.C.A., Banco Universal, por indemnización de
daños y perjuicios ambos identificados en este  fallo.
3) PARCIALMENTE CON LUGAR la apelación  interpuesta por AGROPECUARIA
MARIA LIONZA, C.A. contra la sentencia dictada el 08 de marzo de  2000, por el
Juzgado Séptimo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil Bancario con
Competencia Nacional y sede en la ciudad de Caracas; 4)  CON LUGAR la tacha
de falsedad interpuesta porAgropecuaria María Lionza, C.A. sobre las
cinco solicitudes de carta de crédito de fecha 29 de enero  de 1988 y las cinco formas de
solicitud de cartas  de crédito comercial irrevocable, cuatro de la misma  fecha y una del
20 de enero del citado año, identificadas en esta sentencia.
4) PARCIALMENTE CON LUGAR la demanda de daños y perjuicios incoada por la empresa
AGROPECUARIA MARIA LIONZA, C.A. contra el BANCO MERCANTIL C.A.
S.A.C.A, Banco Universal, ambos identificados  en este fallo, y en consecuencia, se
condena a la parte demandada a pagar a la actora: a) la cantidad  de DIEZ MILLONES
OCHOCIENTOS CUARENTA Y CUATRO MIL OCHOCIENTOS CUARENTA Y
OCHO BOLIVARES 00/100 (Bs. 10.844.848,oo) indexada  desde las fechas en que se
hicieron los débitos,  hasta la fecha del presente fallo como antes se expresó y se
ordena oficiar al Banco Central de  Venezuela a los fines pertinentes, y b) la
pérdida de la oportunidad de haber pagado los equipos agrícolas con divisas en dólares
americanos, al cambio preferencial de Bs. 14,40 Us$, cantidades éstas cuya fijación se
determinará por experticia complementaria del fallo conforme lo dispuesto en el artículo
249 del Código de Procedimiento Civil.
Por cuanto la parte demandada no ha sido totalmente  vencida, no hay condenatoria en
costas conforme al artículo 274, ejusdem (Sic)...”. (Mayúsculas de  la recurrida).

Solicitada su aclaratoria dentro de la oportunidad legal  prevista en el artículo 252 del

Código de Procedimiento Civil,  el Juzgado Superior señaló:


“...Sobre el primer planteamiento expuesto en los escritos de aclaratoria
referentes a un error de cálculo en la suma del monto de los débitos  que
integraron la cuenta corriente a nombre de la  demandante por Bs. 10.844.848,00,
establecido en el literal a) del aparte 4° del dispositivo del fallo;  este Tribunal no
encuentra error en la suma de losdepósitos y créditos en la cuenta corriente
N° 1021-42487-0, de la actora, que no de los débitos  como señala la solicitante de
la aclaratoria, en  consecuencia, es correcto el citado monto y por  ende,
innecesaria e improcedente la aclaratoria solicitada  y así se decide .
En relación al segundo planteamiento, la sentencia  se basta a si misma, pues está claro que
la indexación se realizará aplicando los índices de inflación publicados por el Banco Central
de Venezuela, como quedó  establecido en el propio fallo, (páginas 60 y 61).  Por las
razones expuestas también se declara improcedente la aclaratoria sobre este punto  y así se
decide.
En relación “al tipo de expertos” a designar, deben  ser peritos contables.  Así se
decide.
Con respecto a la forma de calcular el costo de  oportunidad, es labor de los
expertos, y tal como se decidió en la sentencia, la pérdida de la oportunidad en el caso
concreto consiste en que la actora, no  obstante haber cumplido los requisitos para
ello, no pudo pagar los equipos a importar con dólares  americanos al cambio
preferencial de Bs. 14,40/US$, sin embargo, se amplía el fallo como sigue: la pérdida de la
oportunidad está representada por el diferencialcambiario entre este valor Bs. 14,40/US$ y
el valor libre de mercado de las citadas divisas para la fecha  de la demanda, 01-07-96;
esto es, la diferencia entre el costo de los equipos agrícolas con dólares
preferenciales, US$ 686.547,40, y su costo en  dólares americanos al precio libre del
mercado para la fecha de la demanda, y a la cantidad resultante,  expresada en su
equivalente en bolívares, se aplicará el índice de precios al consumidor que publica
el Banco Central de Venezuela, desde la fecha de la  demanda 01-07-96, hasta la fecha
de la sentencia definitivamente firme. Los valores cambiarios de las divisas
americanas para las fechas indicadas  y el índice de precios al consumidor señalados
se requerirán mediante oficio, del Banco Central de  Venezuela. Esta ampliación debe
leerse como parte del literal b) punto 4 del dispositivo de la sentencia  de 06-11-
2001. Así se decide .
En relación con la omisión en la condena del monto  de la indemnización del daño
sufrido, carece de fundamento pues dicha indemnización quedó establecida en el punto 4
literal b) de la sentencia objeto de  la aclaratoria, único daño que consta de las
actas del expediente; en consecuencia, no hubo tal omisión como lo pretende establecer
el solicitante de la aclaratoria y ampliación de la sentencia y así se  decide.
Por las razones que anteceden este Juzgado Superior  constituido con Asociados
administrando Justicia  en nombre de la República y por autoridad de la  Ley
declara: Parcialmente con lugar la aclaratoria solicitada en los términos antes
expuestos...”. (Negritas y cursivas de la recurrida).

Contra la preindicada decisión, anunciaron recurso de  casación ambas partes, los cuales
fueron admitidos y formalizados el 6 de marzo de 2002. Hubo impugnación, réplica y contrarréplica  en
ambos recursos de casación.

Concluida la sustanciación, pasa la Sala a dictar su máxima decisión procesal, bajo la ponencia

del Magistrado que con tal carácter la suscribe, y lo hace previa a las siguientes  consideraciones:
En atención a la doctrina pacífica y consolidada de la Sala,  dichos recursos serán atendidos y
resueltos en el orden de supresentación. En este caso, su atención estará determinada por  la hora de
su consignación, ya que como se reseñó, fueron formalizados el mismo día 6 de marzo de 2002, lo cual
se constata en la nota  del recibo estampada en la Secretaría de la Sala, verificándose  que el escrito
de formalización  de la demandada fue consignado a las 11:59 a.m.  y el de la demandante a las 2:59
p.m.; lo que determina que  el de la institución financiera Banco Mercantil C.A. S.A.C.A,
Banco Universal, fue consignado de primero, por lo que indudablemente  será éste el que se atienda
en primer lugar.
 
RECURSO DE CASACIÓN DE LA DEMANDADA
RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD

I
Al amparo del ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, se denuncia
la infracción por la recurrida de los artículos 12, 15 y 243 ordinal 5°  eiusdem, por haber
incurrido en el vicio de incongruencia positiva.
 

Se fundamenta la denuncia de la siguiente manera:


“...Conforme a todo ello, por consiguiente, es  meridianamente claro que la actora
no demanda, no pide una indemnización cualquiera al gusto del  juzgador; no pretende
una reparación de imprecisos daños o de cualesquiera daños que pudieran derivarse de los
hechos “indebidos o delictivos” que imputa  a los dependientes del Banco demandado
(lo quehabría sido objeto de otras defensas), sino que circunscribe muy concreta
y específicamente el  petitum a reclamar el pago de 686.547,40 dólares  americanos
otorgados como divisas preferenciales  por RECADI, que debió a su juicio entregarle el
Banco y no se los entregó; y el pago del rendimiento que  en colocación bancaria a
plazo fijo de esas divisas,habría obtenido ella, de haberlas recibido, durante  los años
desde 1988 hasta el presente; todo lo cual viene a configurar los “términos de la litis”
desde la posición procesal que asumió esa parte al proponer la demanda.
Y se destaca de allí con igual evidencia, que la  recurrida se aparta ostensiblemente de
esos términos, cuando en franca disparidad con ellos y con lo que  ella misma establece
(llega incluso a señalar su  improcedencia en la forma en que fueron presentados), dispone
que el daño causado y a reparar es otro  distinto al reclamado por la demandante,
tomándose ex oficio la libertad de declararlo así y de condenar  a la demandada a
satisfacer la indemnización de ese otro daño, conforme resulta patente de sus
dispositivos siguientes:
(...Omissis...)
Examinado el vicio, observaremos que lo contiene  la recurrida en dos dispositivos
fundamentales,  ninguno de los cuales encuentra su correspondencia textual y lógico en
los pedimentos del libelo; a saber:
El primero consiste en la declaratoria de haberse  deducido injustificadamente de la
cuenta corriente de la demandada la cantidad de Bs. 10.844.848,oo,  a cuyo pago se
condena. Pues bien, en ninguna  parte del libelo se encontrará una pretensión de  la
actora en ese sentido: la pretensión, como vimos, se contrae específicamente al pago de US $
686.547,40, más intereses sobre esa suma calculados mes a  mes desde abril 88 a
junio 96, a tasas nacionales y “reconvertidos” a dólares americanos. como (Sic) puede
verse a los folios del 56 al 59 de la pieza 8a.
El segundo consiste en la condena a pagar la “pérdida de la oportunidad” de comprar ciertos
equipos agrícolas con dólares preferenciales, traducido ello en la  diferencia entre el
costo de los mismos según esa “clase” de dólares y ese mismo costo calculado
en dólares al precio libre que pautaba el mercado para  el 01-07-96, donde la única
correspondencia conlo expuesto en el libelo se encuentra en la utilización  de los vocablos
“pérdida de la oportunidad”: mientras en el libelo esa pérdida se contrae
específicamente a la renta que habría percibido la demandante si  hubiera recibido en
abril del 88 la cifra de dólares  citada y la hubiera colocado a plazo fijo con tasas  de
interés del mercado nacional, que es en concreto  su “pretensión”. En el sentido técnico
de la palabra, la recurrida otorga a tales vocablos el exhorbitado  significado que señalé,
en proceder absolutamente inadmisible, pues no se trata de acordar una indemnización indefinida
previamente y al arbitrio de quien sentencia, sino de acordar o no la indemnización que ha
sido solicitada oportunamente por el accionante.
Vemos entonces que, al subvertir del modo indicado los términos del problema judicial,
según quedaron expuestos en la demanda y la contestación, el  sentenciador de la
recurrida infringe esas reglas  de universal aplicación, esenciales a la
estructura lógica y jurídica de todo fallo, según las cuales lo  expreso, positivo y
preciso de la decisión sólo tienesentido en cuanto la misma sea emitida “con arreglo  a la
pretensión deducida” (art. 243 CPC, ord. 5°),  a la que no se ciñe en el caso conforme a lo
indicado; en cuya tarea los jueces se “atendrán a lo alegado y  probado en autos, sin suplir
excepciones o argumentos de hecho no alegados” (art. 12 CPC), a lo que tampoco  se ciñe el
fallo; y “garantizarán el derecho de defensa...sin preferencia ni desigualdades...sin
que puedan permitir ni permitirse ellos extralimitaciones  de ningún género" (art. 15 CPC),
derechos y garantías gravemente afectados al acordar cosas no pedidas y contra las que
no tuvo la demandada por tanto, oportunidad de defenderse; cuyas normas en
consecuencia, viola flagrantemente el sentenciador...”. (Mayúsculas del formalizantes).
Respecto de lo denunciado por el formalizante, la recurrida  en casación hace el siguiente

señalamiento:
“....En cuanto al petitorio de la actora, para que el  demandado le indemnice los
daños y perjuicios  materiales que “dejó de percibir (o recibir) por la  no entrega de
los Dólares (Sic) Preferenciales (Sic) que le fueron legalmente otorgados...”
por RECADI en propiedad y de los cuales dispuso el  Banco como si fuera dueño
de ellos, daños que considera están constituidos tanto por el capital  representativo
de dicha cantidad (US$ 686.547,40) como por la renta dejada de percibir o costo
de oportunidad por la menos riesgosa de las inversiones, que con tal cantidad hubiera
podido obtener y que a la fecha de la demanda alcanzaría a US$ 8.524.761,10 equivalentes a
Bs. 4.015.162.479,39, estima esta Alzada que esta pretensión tiene su
fundamento en las divisas que la actora no recibió del demandado,  pero tal como lo alegó
éste, la entrega directa de  divisas a la actora no tiene fundamento legal, puesto que la
normativa vigente entonces, Decreto 1.109 de 27 de mayo de 1986, destinaba estas
divisas preferenciales al pago a los proveedores en el extranjero, mediante
transferencias tramitadas por Bancos comerciales, imponiendo la obligación
de reintegrarlas al Banco Central de Venezuela si no  se realizaba la importación
(artículo 9), por tal motivo es improcedente tal planteamiento y así se declara.
Probado como quedó que la actora sufrió un daño,  es procedente su indemnización
como ya quedó decidido. Esto es: 1) la cantidad de Bs. 10.844.848,00, que integraron la
Cuenta Corriente N° 1021-42487-0 de Agropecuaria María Lionza, C.A., así: Bs.
100.000,00 como consta del estado de cuenta del mes de febrero de 1988; Bs. 2.044.000,00,
como consta del estado de cuenta del mes de marzo de 1988; Bs. 648,00,  como consta
del estado de cuenta del mes de abril de 1988; Bs. 6.166.350,00 como consta del
estado de cuenta del mes de mayo de 1988; Bs. 2.003.850,00 como consta del estado de
cuenta del mes de junio de 1988; Bs. 530.000,00 como consta del estado  de cuenta
del mes de septiembre de 1988, estados de cuenta que corren agregados a los folios
257 a 265, ambos inclusive de la Pieza II de Tacha y  a los folios 279 a 287, ambos
inclusive de la Pieza de Informes; cantidad ésta que será indexada conforme a los índices de
inflación publicados por el BancoCentral de Venezuela, desde la fecha y en la
misma forma en que se produjeron los débitos, hasta la fecha del presente fallo y 2) la
pérdida de oportunidad  propiamente dicha, de haber pagado los equipos  agrícolas
con divisas preferenciales a razón de Bs. 14,40/US$, a que tenía derecho conforme como
antes quedó establecido, cuya estimación es facultad delsentenciador, por lo que, de
conformidad con el artículo 249 del Código de Procedimiento Civil, la  estimará con
la opinión de asesores y así se decide.
IV
DECISION
Por las razones expuestas, este Tribunal Superior  Octavo en lo Civil y Mercantil Bancario
con Competencia Nacional y sede en la ciudad de Caracas, constituido con Asociados,
administrando justicia en nombre  de la República Bolivariana de Venezuela y
por autoridad de la Ley, DECLARA: 1) SIN LUGAR las  apelaciones interpuestas por
el Banco MercantilC.A. S.A.C.A., Banco Universal, suficientemente  identificado en
este expediente, mediante sus apoderados también identificados, contra los autos de
fechas 31 de julio y 7 de agosto de 1997, dictados por el  Juzgado Séptimo de
Primera Instancia en lo Civil  y Mercantil Bancario con Competencia Nacional  y
sede en la ciudad de Caracas.
2) SE REVOCA la sentencia apelada de fecha 08  de marzo de 2000, dictada por el
Juzgado Séptimo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil Bancario con
Competencia Nacional y sede en la ciudad de  Caracas; que declaró sin lugar la tacha
de falsedad y sin lugar la demanda incoada por la empresa  Agropecuaria María
Lionza, C.A., contra el BancoMercantil C.A. S.A.C.A., Banco Universal, por indemnización de
daños y perjuicios ambos identificados en este  fallo.
3) PARCIALMENTE CON LUGAR la apelación  interpuesta por AGROPECUARIA
MARIA LIONZA, C.A. contra la sentencia dictada el 08 de marzo de  2000, por el
Juzgado Séptimo de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil Bancario con
Competencia Nacional y sede en la ciudad de Caracas; 4)  CON LUGAR la tacha
de falsedad interpuesta porAgropecuaria María Lionza, C.A. sobre las
cinco solicitudes de carta de crédito de fecha 29 de enero  de 1988 y las cinco formas de
solicitud de cartas  de crédito comercial irrevocable, cuatro de la misma  fecha y una del
20 de enero del citado año, identificadas en esta sentencia.
4) PARCIALMENTE CON LUGAR la demanda de daños y perjuicios incoada por la empresa
AGROPECUARIA MARIA LIONZA, C.A. contra el BANCO MERCANTIL C.A.
S.A.C.A, Banco Universal, ambos identificados  en este fallo, y en consecuencia, se
condena a la parte demandada a pagar a la actora: a) la cantidad  de DIEZ MILLONES
OCHOCIENTOS CUARENTA Y CUATRO MIL OCHOCIENTOS CUARENTA Y
OCHO BOLIVARES 00/100 (Bs. 10.844.848,oo) indexada  desde las fechas en que se
hicieron los débitos,  hasta la fecha del presente fallo como antes se expresó y se
ordena oficiar al Banco Central de  Venezuela a los fines pertinentes, y b) la
pérdida de la oportunidad de haber pagado los equipos agrícolas con divisas en dólares
americanos, al cambio preferencial de Bs. 14,40 Us$, cantidades éstas cuya fijación se
determinará por experticia complementaria del fallo conforme lo dispuesto en el artículo
249 del Código de Procedimiento Civil.
Por cuanto la parte demandada no ha sido totalmente  vencida, no hay condenatoria en
costas conforme al artículo 274, ejusdem (Sic)...”. (Mayúsculas de  la recurrida).

Para decidir, la Sala observa :


En relación al vicio de incongruencia positiva, la Sala en  sentencia N° 438 de 21 de agosto
de 2003, juicio Luis Alfonso Araujo Sánchez y otro contra Flamboyan, C.A. y otra, expediente  N°
02-174, con ponencia del Magistrado que con tal carácter suscribe ésta, señaló:
“...La doctrina explica que “Ultrapetita es el vicio  de la sentencia que consiste en
haber declarado el derecho de las partes mas allá de lo que ha sido objeto de la
pretensión o litigio” (Couture.  Vocabulario Jurídico). La Expresión viene del
latín “ultrapetita”, que significa “mas allá de lo pedido”.
En nuestro derecho no se define la ultrapetita, pero la pacifica y constante
doctrina de la Sala ha precisado el concepto, que consiste en que el juez en el
dispositivo de la sentencia o en el  considerando de una decisión de fondo se
pronuncie sobre cosa no demandada o concede mas de lo  pedido, ya que el órgano
jurisdiccional tiene quelimitarse a decidir el problema judicial sometido a  su
conocimiento conforme a la demanda y la defensa, no pudiendo excederse o modificar
los términos en que los propios litigantes la han planteado.
Este Alto Tribunal desde la sentencia del 30-4-28,  precisó el concepto en nuestro
derecho y es el  que ha seguido invariablemente la Sala hasta la  fecha. En esta
oportunidad la Sala expresó que la  ultrapetita “es aquel pronunciamiento judicial
que concede mas de lo pedido o que se pronuncia sobre  cosa no demandada”. (M. de
1936. p. 387. Leopoldo Márquez Añez. Motivos y Efectos del Recurso de  Forma en
la Casación Venezolana. Pág. 81).
En consecuencia, los jueces no deben incurrir en  ultrapetita, que viene a ser una
manifestación particular del principio general de la congruencia de la sentencia  con la
pretensión del actor y la defensa. También  es importante destacar que este vicio solo
puede cometerse en el dispositivo de la sentencia, ya  que se encuentra en la parte
final del fallo o en unconsiderando que contenga una decisión de fondo...”.

Con el objeto de determinar los límites del problema judicial debatido,  la Sala se permite
transcribir el petitorio contenido en el escrito  de la demanda, el cual a la letra dice:
“...Por todas las razones y consideraciones antes  expuestas, es por lo que ocurro ante
su competente autoridad, en nombre y representación de la
sociedad mercantil “AGROPECUARIA MARIA LIONZA C.A.”, en su carácter de lesionada
en su patrimonio material, para DEMANDAR, como en efecto
formalmente  DEMANDO en este acto, a la sociedad de comercio  BANCO
MERCANTIL C.A. S.A.C.A , domiciliada en Caracas, inscrita originariamente por ante
el Registro de comercio que llevaba el antiguo Juzgado de comercio del Distrito Federal, en
fecha 3 de Abril (Sic) de 1.952 (Sic) , bajo el N°  123, cuyos estatutos
fueron modificados y refundidas en un nuevo texto, según  asiento inscrito en el
Registro Mercantil Segundo de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal  y
Estado Miranda en fecha  12 de Enero (Sic)de 1.983 (Sic), bajo el N° 42, Tomo
4-A SGDO. y su adopción a las formas de  Sociedad Anónima de Capital
Autorizado y de Sociedad Anónima Inscrita de Capital Abierto  inscritas en dicha
Oficina de Registro Mercantil Segundo de esta Circunscripción Judicial, el día 12 de
Marzo (Sic) de 1.990 (Sic), bajo el N° 49, Tomo 65-A PRO., y el día 11 de
Julio (Sic) de 1.990 (Sic), bajo el N° 16, Tomo 16-A PRO., en su carácter  de
causante directa e inmediata de las lesiones patrimoniales sufridas por
mi representada “AGROPECUARIA MARIA LIONZA, C.A.”, a fin de que
convenga en REPARAR LOS DAÑOS Y PERJUICIOS  MATERIALES  causados a ésta
por el hecho ilícitocometido por el doloso y delictivo proceder de sus dependientes,
según ha quedado narrado ampliamente en este  libelo, mediante el pago de la
expresada cantidad de OCHO MILLONES QUINIENTOS VEINTICUATRO
MIL  SETECIENTOS SESENTA Y UN DOLARES AMERICANOS  CON DIEZ CENTAVOS
(U$ 8.524.761,10) , esto es, CUATRO MIL QUINCE MILLONES CIENTO SESENTA   Y
DOS MIL CUATROCIENTOS SETENTA Y NUEVE   BOLIVARES CON TREINTA
Y NUEVE CENTIMOS   (Bs. 4.015.162.479,39) , que es la cantidad total  a
indemnizar de acuerdo a lo expuesto en elCapítulo IV de este libelo. En caso de no
convenir en ello, pedimos que sea condenada por este Juzgado  a pagarle a mi
representada “AGROPECUARIA MARIA LIONZA, C.A.”  dicha cantidad.
Asimismo, demando a dicha sociedad de comercio  “BANCO MERCANTIL C.A.
S.A.C.A”, para que  pague las costas y costos del presente juicio .
(...Omissis...)
Estimo el valor de la presente demanda  en la cantidad de CINCO MIL
MILLONES DE BOLIVARES (Bs. 5.000.000.000,oo) .
V I
PETITORIO ESPECIAL
Solicito al Tribunal se sirva  aplicar el índice  inflacionario acaecido desde la
fecha de este libelo hasta el momento de la orden de ejecución de la
Sentencia (Sic), en atención a la  doctrina contenida en el fallo de la  Corte
Suprema de Justicia en la Sala de Casación Civil , de fecha 30 de
Septiembre (Sic) de 1.992 (Sic), a fin de ajustarmonetariamente los conceptos y
cantidades que la demandada debe cancelar en dinero, cuando la variación
en el valor de la moneda  ocurre mucho tiempo después, con objeto
de restablecer así el equilibrio roto por el aumento o disminución en el poder
adquisitivo de la misma, esto, que se aplique el método indexatorio  al caso de
autos.
Finalmente, pido que la presente demanda sea  admitida, sustanciada conforme
a derecho y declarada CON LUGAR en la definitiva con todos los
pronunciamientos de Ley, incluidas las costas  y costos del juicio...”. (Mayúsculas,
subrayado y negritas de lo transcrito).

De la transcripción precedente del petitorio de la demanda  se desprende que, la demandante


solicitó la indemnización por daños y perjuicios materiales por la cantidad
de: “...OCHO  MILLONES QUINIENTOS VEINTICUATRO MIL SETECIENTOS   SESENTA Y UN
DOLARES AMERICANOS CON DIEZ CENTAVOS  (U$ 8.524.761,10), esto es, CUATRO MIL
QUINCE MILLONES  CIENTO SESENTA Y DOS MIL CUATROCIENTOS SETENTA Y NUEVE
BOLIVARES CON TREINTA Y NUEVE CENTIMOS   (Bs. 4.015.162.479,39)...”, solicitando
igualmente la indexación  de dicho monto; por lo cual al señalar la  ad
quem que, “...4)PARCIALMENTE CON LUGAR la demanda de daños y perjuicios   incoada por la
empresa AGROPECUARIA MARIA LIONZA, C.A. contra el BANCO MERCANTIL C.A. S.A.C.A,
Banco Universal,  ambos identificados en este fallo, y en consecuencia, se condena   a la parte
demandada a pagar a la actora: a) la cantidad de   DIEZ MILLONES OCHOCIENTOS
CUARENTA Y CUATRO MIL OCHOCIENTOS CUARENTA Y OCHO BOLIVARES 00/100
(Bs.  10.844.848,oo) indexada desde las fechas en que se hicieron   los débitos, hasta la fecha del
presente fallo como antes se expresó y se ordena oficiar al Banco Central de Venezuela a los
fines pertinentes, y b) la pérdida de la oportunidad de haber pagado los equipos agrícolas con
divisas en dólares   americanos, al cambio preferencial de Bs. 14,40 Us$, cantidades   estas cuya
fijación se determinará por experticia complementaria   del fallo conforme lo dispuesto en el artículo
249 del Código de  Procedimiento Civil....” .

Ciertamente se aparta con ese pronunciamiento, de los  límites de la controversia que le fue

sometida a consideración, condenando a la demandada al pago de una cantidad de dinero  no

contextualizada en la demanda, motivo por el cual suplió el petitorio plasmado por la accionante en

su libelo, incurriendo en el vicio de incongruencia positiva denunciado por el recurrente.

Por lo antes expuesto, concluye la Sala, que al haberse pronunciado la recurrida fuera del
contexto de la controversia, ordenando el pago de una cantidad de dinero no conciliada en las
pretensiones de la accionante en su libelo de demanda, violó el ordinal 5° del artículo 243 del
Código de Procedimiento Civil,  incurriendo, como se dijo, en el vicio de incongruencia positiva al decidir
sobre aspectos no planteados en el libelo, infringiendo igualmente los artículos 12, 15 y 244  eiusdem. En
consecuencia, la denuncia formulada por el recurrente debe declararse con lugar, tal como se hará de
manera expresa, positiva y precisa en el dispositivo del presente fallo. Asi se decide.

Por haber encontrado esta Sala procedente una infracción  de las descritas en el ordinal 1º del
artículo 313 del Código deProcedimiento Civil, se abstiene de conocer y decidir las restantes  denuncias
contenidas tanto en este como en el otro escrito deformalización del recurso de casación, de
conformidad con lo  establecido en el artículo 320  eiusdem.

D E C I S I Ó N

Por las precedentes consideraciones, este Tribunal Supremo  de Justicia de la República

Bolivariana de Venezuela, en Sala deCasación Civil, administrando justicia en nombre de la

República y por autoridad de la Ley, declara  CON LUGAR  el recurso de casación anunciado y

formalizado por la demandada, contra la  sentencia dictada por el Juzgado Superior Octavo en lo

Civil yMercantil Bancario con Competencia Nacional y sede en la ciudad  de Caracas, en fecha 6 de

noviembre de 2001. En consecuencia,  se decreta la  NULIDAD  del fallo recurrido y  SE

ORDENA  al Tribunal Superior que resulte competente, dicte nueva sentencia corrigiendo el vicio

referido.

Queda de esta manera CASADA  la sentencia impugnada.

No ha lugar la condenatoria al pago de las costas procesales  de los recursos, dada la naturaleza

del dispositivo del presente fallo.

Publíquese, regístrese y remítase el expediente al Juzgado  Superior de origen ya mencionado, de

conformidad con lo previsto en el artículo 326 del Código de Procedimiento Civil.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación Civil del Tribunal

Supremo de Justicia, en Caracas, a los   veinticinco (25) días del mes de febrero de dos mil

cuatro. Años: 193º de la Independencia y 145º de la Federación.

El Presidente de la Sala,
 
 
 
__________________________
FRANKLIN ARRIECHE G.
 
 
 
El Vicepresidente-Ponente,
 
 
 
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CARLOS OBERTO VÉLEZ
 
 
Magistrado-Suplente,
 
 
 
_________________________
TULIO ÁLVAREZ LEDO
 
 
 
 
La Secretaria,
 
 
 
_________________________
ADRIANA PADILLA ALFONZO
 
 
Exp. Nº. AA20-C-2002-000167
  
 
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/febrero/RC-00101-250204-02167.HTM

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